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LA CULTURA
Estrategias conceptuales para entender la identidad,
la diversidad, la alteridad y la diferencia
Escuela
de Antropología Aplicada
UPS - Quito
Ediciones
Abya-Yala
2002
ANTROPOLOGÍA Y CULTURA
Una mirada crítica a la identidad, diversidad, alteridad y diferencia
Patricio Guerrero Arias
Escuela de Antropología
Aplicada Universidad Politécnica
Salesiana 12 de Octubre Nº 24-
22 y Wilson
Teléfonos: (593-2) 2236175 / (593-2) 2236899
Fax: (593-2) 2506254
Casilla 17-12-536
Quito-Ecuador
ISBN: 9978-22-247-2
A Mónica
A modo de entrada...................................................................................................13
Reflexiones iniciales.................................................................................................15
3. Nuevas perspectivas..........................................................................................45
Perspectiva cognitiva...........................................................................................46
Perspectivas universalistas..................................................................................48
La cultura política................................................................................................49
Cultura de empresa o cultura organizacional......................................................49
5. Cultura y Naturaleza.........................................................................................59
La cultura como ecosistema humano..................................................................59
La cultura como instrumento adaptativo............................................................60
La cultura como resultado de las necesidades humanas.....................................62
Cultura y conductas naturales.............................................................................63
6. Cultura, jerarquización y poder.......................................................................65
Cultura dominante y cultura dominada..............................................................65
Cultura de la pobreza..........................................................................................66
Cultura popular...................................................................................................67
Cultura de masas.................................................................................................68
La cultura como folklore.....................................................................................70
Rescate o revitalización cultural..........................................................................72
11. La etnicidad.....................................................................................................113
Identidades sociales no étnicas.........................................................................115
Usos de la identidad social................................................................................115
La etnicidad reconstruida..................................................................................116
Reflexiones finales..................................................................................................125
A modo de cierre.....................................................................................................128
Bibliografía.............................................................................................................131
AGRADECIMIENTOS
mundo homogeneizado, que demanda desde una visión antropocéntrica, sino desde
de una acumulación ilimitada y en ese una perspectiva cósmica que ponga
proce- so prioriza el valor del capital y no
el de la vida. Un modelo concentrador
del capital, del poder, de la tecnología
que los instru- mentaliza para la
virtualización de la rea- lidad y para la
guerra. Modelo depreda- dor, ecocida,
pues está aniquilando la na- turaleza
transformando todo lo que ve en
mercancía; modelo excluyente que condu-
ce a la mayoría de la humanidad a la
mise- ria y a la muerte. Estas son las bases
de es- te viejo esquema continuamente
recreado y que han llamado
“modernidad”, “nuevo orden mundial”.
La globalización no es si- no una nueva
máscara del viejo rostro del poder, una
nueva fase de este viejo mode- lo de
dominación.
Antropología y contemporaneidad
La contemporaneidad de la
antropolo- gía está ligada a la necesidad
de plantear una reflexión sobre el
presente, de enten- der las nuevas
situaciones, las nuevas rea- lidades y
problemáticas, los nuevos acto- res y
sujetos, los nuevos escenarios y pro-
cesos y tratar de encontrar una interpreta-
ción antropológica a los mismos.
En consecuencia es necesario
estable- cer la contemporaneidad en
la relación frente al otro para
establecer una perspec- tiva de
“altercronismo” o “dialocronismo” en
la que hablen las diversas voces de
los sujetos, que anulen la distancia y
se cons- truya la alteridad en la
relación de igual- dad del
“observador y el observado”. Ha
llegado la hora de una nueva forma
de al- teridad, una alteridad que
escuche a los otros para aprender de
ellos y establecer un diálogo de
saberes que nos beneficie como
humanidad.
La antropología encuentra
diversos nuevos escenarios o
mundos para abor- darlos; novedad
relativa, porque lo nuevo es la
mirada que se hace de ellos 8: el mun-
do del individuo, las subjetividades,
las mentalidades, los imaginarios,
las repre- sentaciones y los
universos simbólicos de la
cotidianidad en que realiza su
praxis, hoy es un escenario
privilegiado para la reflexión y el
quehacer antropológico.
Es importante estudiar la
conducta de las clases dominantes,
las construcciones simbólicas del
sistema neoliberal y del mercado;
estudiar el mundo empresarial y
financiero, los nuevos procesos de
pro- ducción, circulación y consumo
de los bienes simbólicos que pone en
movimien- to esta fase del
capitalismo transnacional. Hay que
estudiar cómo opera la interac- ción
simbólica del poder, analizar los pro-
cesos que nosotros llamamos de
usurpa- ción simbólica del poder,
cómo este produ- ce la
resemantización de sentidos con los
que manipula la conciencia, las
subjetivi- dades y la praxis social para
su legitima- ción y ejercicio. Tal es el
caso de las movi- lizaciones
regionalistas y la manipulación que
las oligarquías costeñas están desarro-
llando en torno a la cuestión de las
auto- nomías. Estos son campos aún
no explo- rados, que es necesario
investigar a pro- fundidad.
Es necesario analizar,
críticamente, los procesos que
34 / Patricio Guerrero
El proceso de construcción de
socieda- des interculturales no solo
que interpela y cuestiona la realidad
social en su conjun- to, sino, además,
al conjunto de la ciencia, sus miradas
y representaciones sobre la realidad
misma; cuestiona las perspectivas
teóricas, metodológicas, así como
sus practicas, sus metas y éticas que
adquieren un nuevo sentido frente a
los desafíos de la modernidad, la
postmodernidad y la glo- balización
del mundo, para plantearle co- mo
requerimiento impostergable la
nece- sidad de ir colectivamente
pensando y re- pensando cómo
avanzar en la construc- ción de una
nueva antropología, más
comprometida con la vida, que
trabaje en la perspectiva de la
esperanza y la ternura, porque lo que
está en juego es la dignidad de la
vida en todas sus formas, la de un
mundo en el que sea posible la
felicidad de todos los seres, donde no
sea la razón ins- trumental sino el
corazón abierto a la in- certidumbre
y la ternura, lo que determi- ne el
latido de la existencia.11
exigencias de la nueva realidad que en- Estos son retos que modifican las
frenta el mundo Tiempo en que con- cepciones teóricas, metodológicas,
debemos seguir intransigentemente éticas y políticas, así como las tareas y los
militando por los sueños, la ternura y la caminos no solo de las ciencias en
materialización de las utopías, por la general y de la antropología en
construcción de una historia que no llegó particular, también el de las
a su fin, que al con- trario todavía está universidades, y, fundamentalmente, los
por hacerse. de la propia vida.
Notas
lítica. Aspectos que no han sido aborda- cindible hacer una reconstrucción de su
dos, y frente a los cuales proponemos al- génesis social, su genealogía, que nos per-
gunas reflexiones. mita comprender y seguir esas huellas, co-
nocerlas para mirar luego cómo la
Si consideramos a la antropología ya
cultura aporta a la construcción del
no como la ciencia de lo exótico, sino co-
nuevo cami- no o proyecto histórico que
mo la ciencia de la alteridad, la diversidad,
están plan- teándose las diversidades
la pluralidad y la diferencia, se hace
sociales. Cono- cer sus huellas implica
nece- sario la construcción de una
hacer una breve aproximación diacrónica
estrategia conceptual de la cultura, que
de su proceso, revisar las diversas
nos ayude a pensar la unidad de la
consideraciones que en los distintos
humanidad en la diversidad y a
procesos históricos se han he- cho con
comprender la diferencia en la rica
relación a uno de los conceptos más
pluralidad. Una estrategia concep- tual
complejos de las ciencias sociales: la
que de cuenta de la existencia y rique- za
cultura.
de esa diversidad, pluralidad y diferen-
cia evidenciada en el carácter pluricultu- Breve aproximación diacrónica
ral, multiétnico, plurilinguistico y pluri-
nacional que caracteriza a nuestras reali- La cultura en el mundo Greco-romano
dades, y sobre todo que exprese una com-
prensión de la cultura en perspectiva del Si partimos de su consideración
proyecto histórico que están llevando ade- etimo- lógica, cultura viene del latín
lante las diversidades sociales como pro- colere que significa cultivar, en referencia
yecto histórico de nuestros pueblos. 2 Ca- a una de las actividades productivas, la
da vez está claro que si la cultura fue una agricultura. Inicialmente el verbo latino
fuerza vital presente a lo largo de la tuvo el sentido de habitar y cultivar,
histo- ria de la humanidad, sigue siendo referido a la pobla- ción rural, que
la fuer- za imprescindible para mediante la agricultura de- ja de ser
nómada para transformarse en se-
transformar la propia historia.
dentaria, la agricultura les obligaba a esta-
Aproximarnos a una estrategia con- blecer un lugar fijo de habitación. El
ceptual de la cultura, exige la necesidad de verbo se refiere así a la población rural,
hacer, inicialmente, una breve aproxima- en con- traposición al de civilización que
ción diacrónica a la misma, para situarla en cam- bio hace referencia a la
históricamente dentro de las diversas población urbana. Al principio aludía a
for- maciones sociales, ya que las palabras, un habitar con los dioses, de ahí se
los conceptos y los seres humanos tienen derivará posteriormente la idea de rendir
su historia y más que eso, hacen la “culto” a los dioses.4
historia.3 Puesto que la cultura ha dejado
Se considera que fue Cicerón quien
profundas huellas en el caminar humano,
emplea el vocablo cultura por primera
es impres-
La Cultura /
vez como concepto, pues en su
Disputas Tus- culanas habla por
primera vez de cultura
38 / Patricio Guerrero
El concepto de cultura que venia ads- partir de los cuales la nueva sociedad
crito a la reflexión filosófica va estructura una nueva forma de producción
adquirien- do autonomía gracias a los social, política, co-
aportes que hacían posible el nuevo
desarrollo de las ciencias. Lo
gnoseológico en filosofía, el desarrollo
de las ciencias naturales que impulsaron
el método inductivo experi- mental y la
reflexión racionalista, determi- naban
nuevas formas de ver los diversos
campos del saber y de acercarse a la
reali- dad y a las construcciones
humanas.
tiene la concepción de cultura que repro- como el centro de la reflexión científica, lo que
duce la metáfora de cultura como el abre posibili-
culti- vo de la tierra, con relación al
cultivo del espíritu. La cultura empieza a
ser entendi- da como la posesión de
bienes culturales (espirituales) que
determinan el buen gusto, los modales y
valores que corres- ponden a la
burguesía dominante y se co- mienza a
hablar de la “cultura de las artes”, la
“cultura de las letras”, la “cultura de las
ciencias”. Se concibe también la “cultura
como acción”, la acción de instruir, y a la
noción de “cultura como estado”, estado
de la mente cultivada por la instrucción,
que le conduce al individuo a la
cultura.10
Occidental y que construyen una nueva sión imperialista de las potencias maríti-
fi- losofía de la historia, que tenía como
eje una teoría de la evolución,
sustentada en las nociones de
universalidad, totalidad, orden sucesivo
y acumulativo, continui- dad, necesidad,
causalidad y progreso. Se- gún esta visión,
tres fueron los estadios de desarrollo de la
evolución humana: el sal- vajismo, la
barbarie y la civilización. En dicho
proceso evolutivo se da un progreso
permanente de la razón y es la
civilización europea la que encarna la
más alta expre- sión de ella, por lo tanto
se erige a sí mis- ma como la más alta
forma de humani- dad. Esta tipología
permite elaborar y jus- tificar un orden
jerarquizado entre los se- res humanos y
las sociedades,20 e inicia una dicotomía
entre unos pueblos “salva- jes y
primitivos” que son vistos como en
estado natural y por tanto carentes de cul-
tura, y otros pueblos “civilizados”, los úni-
cos portadores de razón y cultura. Dicoto-
mía que con otros nombres, pero con
iguales connotaciones, se mantendrá his-
tóricamente hasta nuestros días.
rente a la que se había sostenido hasta en- artes, leyes, moral, costumbres y cualquier
tonces. La cultura empieza a ser mirada habilidad adquirida por el hombre como
desde una perspectiva antropológica, pues miembro de la sociedad”. Concepto que se
la antropología ya se ha constituido mantendrá hasta nuestros días. Esta no-
como la ciencia que se dedica a su ción reproduce la alemana vigente, pero
estudio espe- cífico. Tylor define a la introduce una mayor formalización. Des-
cultura como el objeto central de de 1890 la palabra cultura se ha empleado
estudio de la antropolo- gía y formula su con diversas acepciones, pero en todos los
clásico concepto de cultu- ra, señalando casos se ajustan al horizonte que fuera
que esta es “ese complejo to- tal, que planteado por Tylor.
incluye conocimientos, creencias,
Notas
El desarrollo de la ciencia
antropológi- ca ha superado estas
concepciones incor- porando, para
entender la cultura, algunas categorías
claves como “totalidad”, “siste- ma”,
“proceso histórico”, “praxis humana”,
“praxis política”, “construcción dialéctica”,
“diversidad”, “diferencia”, “especificidad”,
“variabilidad”, “adaptabilidad”, “relativi-
dad cultural”, “identidad”, “alteridad”, “ne-
gociación”, “cotidianidad”, “respeto crítico
a lo ajeno”, etc.
Perspectiva cognitiva
seen cultura, los cultos, que gustan del ar- Esta postura invisibiliza la cuestión
te, la lectura, la música clásica, el teatro, del poder, aunque evidencia un claro
los que tienen acceso a los modernos siste- etno- centrismo y reproduce la vieja
mas tecnológicos de comunicación, que dicotomía que excluye y separa seres
conocen de computación e internet, como humanos y so- ciedades. Desde esta
los nuevos universos simbólicos de la mirada la sociedad se ha dividido entre
cul- tura de la postmodernidad y que aquellas sociedades civi- lizadas, que
siempre termina siendo un patrimonio están en el universo del saber y la razón
de las cla- ses dominantes. En el otro (logos), frente a otras sociedades
están los igno- rantes, los rudos, los “primitivas, aborígenes”, que apenas están
incultos, los aliena- dos, los excluidos de en el de los sentidos (timos). Mientras
la modernidad, y, por lo tanto carentes de las unas poseen ciencia, las otras poseen
cultura. Los pueblos ágrafos y las ma- gia; las unas crean cultura, las otras
personas analfabetas, según este enfoque pro- ducen folklore; las unas tienen
cognitivo, no poseen cultura y en religión, las otras idolatrías; las unas
consecuencia son desvalorizados y medicina, las otras hechicería; mientras
deslegitimados socialmente. las unas tienen literatura, las otras
simplemente mitos. En definitiva, mientras
Otra consecuencia de este enfoque es unas sociedades viven en la civilización,
que piensa a la cultura como la otras aún están en el sal- vajismo y la
ocupación del tiempo libre,4 lo que barbarie.
provoca un ma- yor empobrecimiento de
la cultura. Hoy se la ve como sinónimo Esta dicotomía se ha preservado a lo
de entretenimien- to, distracción, largo de la historia solo que con diferentes
divertimento y placer que producen los nombres; hoy nos dicen que hay socieda-
medios masivos, la televi- sión, el TV des que están en desarrollo, que otras se
cable. Medios que se han con- vertido en mantienen en el subdesarrollo; mientras
las nuevas factorías de la pro- ducción unas viven en la modernidad, otras como
simbólica, en los centros de la so- la mayoría de nuestros pueblos aún
cialización de la cultura. Ser culto hoy viven en el atraso de las tradiciones.
sig- nifica estar bien informado, conectado Esta postura cognitiva e ideológica de
a la red, saber navegar, estar al tanto de cultura resulta evidentemente etnocen-
los concursos de belleza y las novedades trista y sin sostenibilidad, sin embargo,
del mundo de la moda y las estrellas del si- gue siendo la más difundida a pesar
es- pectáculo, poder dar un precio al de que ya la antropología ha demostrado
saber y al conocimiento participando en que la cultura nada tiene que ver con la
los pro- gramas de concurso. Esas son las educa- ción o el buen gusto. La cultura es
nuevas formas de la ciber-cultura una construcción social específicamente
mediática de la modernidad, que hu- mana y, por lo tanto todos los seres
producen y difunden los mass medias. huma- nos poseen cultura, es más son
La Cultura /
los cons-
50 / Patricio Guerrero
Perspectivas universalistas
La cultura política
Notas
1 Jofre. 27-28 / Ortega: 14 8 Cuche: 127
2 Linton. 1982: 43 / Kluckhohm. 1983: 27 9 Cuche: 128
3 Sues: 196 10 Cuche: Ibid.
4 Sanchez. 1998: 78 11 Cuche: 129
5 Kluchohm: 27 / Corinne-Brown. 1983: 5 12 Cuche: Ibid.
6 Sues. 1995: 151 13 Cuche: 130
7 Sues: Ibid.
4
LA CULTURA COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL
La cultura no puede seguir siendo leí- creada con y junto a los “otros” y para
da como un atributo casi natural y los otros, en comunión, en relación
genéti- co de las sociedades. La cultura dialógica con los “otros”. En
tiene que ser mirada como una consecuencia nosotros pensamos que la
“construcción” espe- cíficamente cultura constituye un ac- to supremo de
humana, resultante de la ac- ción social. alteridad, que hace posible el encuentro
La cultura es esa construcción que hizo dialogal de los seres huma- nos para ir
posible que el ser humano llegue a estructurando un sentido co- lectivo de
constituirse como tal y a diferenciarse su ser y estar en el mundo y la vida.
del resto de los seres de la naturaleza.
Las conductas culturales para ser con-
Al caracterizarla como “construcción” sideradas como tales deben ser creadas
social, no decimos que la cultura es una in- por una sociedad, compartidas por un
vención arbitraria o artificial, sino que es grupo social, y por lo tanto, son transferi-
el producto de acciones sociales concretas bles de individuos a individuos, de una ge-
generada por actores sociales igualmente neración a otra. Los elementos culturales
concretos y en procesos históricos específi- cumplen así la función de elementos cons-
cos. Si vemos la cultura como una cons- tantes, capaces de cohesionar, unir, identi-
trucción social presente en la diversidad de ficar, interpretar y modificar la acción so-
la sociedad humana, seria equívoco enten- cial.
derla al margen de la misma sociedad y
de los sujetos sociales que la construyen, La cultura es esa herencia social dife-
puesto que la cultura es posible, porque rente de nuestra herencia orgánica, que
existen seres concretos que la construyen nos permite vivir juntos dentro de una
desde su propia cotidianidad como res- so- ciedad organizada, que nos ofrece
puesta a la dialéctica transformadora de la posibi- lidad de soluciones a nuestros
realidad y de la vida. De ahí la importancia problemas; conocer y predecir las
de estudiar los procesos sociales e conductas sociales de los otros; y
históri- cos que nos acerquen a los permite a otros saber qué pueden
actores cons- tructores de cultura y a los esperar de nosotros. La cultura hace
procesos de construcción, posible interacciones sociales que dan
deconstrucción y revitaliza- ción de sus sentido a la vida de un grupo, que re-
creaciones culturales. gulan nuestra existencia desde el momen-
to mismo en que nacemos hasta cuando
Decir que la cultura es una construc- dejamos de ser parte de la sociedad si, nos
ción social implica que esta solo puede ser
52 / Patricio Guerrero
llega la muerte, pero siempre seremos sobre todo, dar un sentido al ser y estar en
miembros de una sociedad y de una cul- el mundo. Eso es lo que diferencia al ser
tura. Como dice Ruth Benedict: “la cultu- humano del resto de las especies.
ra es lo que une a los hombres”. Es gracias
a esa herencia social que las sociedades Vale no confundir la relación entre
son lo que son y de ella depende la cul- tura y sociedad. La sociedad puede
conti- nuidad de su existencia, ahí es de ser cualquier conjunto de individuos de
donde cada generación toma sus cual- quier especie, determinado
sistemas de va- lores, las pautas para dar agregado ani- mal que se mantiene junto
sentido a su exis- tencia presente y la como un gru- po de interacción entre los
construcción de su fu- turo.1 que existe una “conciencia” de
pertenencia. Una sociedad humana es un
Decir que la cultura es una construc-
conglomerado con esas ca- racterísticas,
ción social no implica confundir la vida
sin embargo, en la sociedad humana, las
social como tal con los procesos cultura-
interacciones están marcadas por las
les, puesto que la vida social no es solo
construcciones culturales genera- das
un patrimonio humano, diversas
por esa sociedad. Por ello que no se
especies animales cuentan con formas
conozca ninguna sociedad sin cultura.
más com- plejas de organización social.
Un ejemplo conocido lo ofrece la De forma sencilla podríamos apuntar
estructura social de las hormigas, que que una sociedad siempre está integrada
muestra un nivel tal de complejidad en por gente, la cultura es, en cambio, la
su organización y división del trabajo, del
ma- nera como esta gente se conduce.
que los humanos podría- mos aprender.
Por lo tanto: una sociedad no es una
Sin embargo, a pesar de tal complejidad,
la base de dicha organiza- ción no reside cultura, po- see una cultura.3 La sociedad
en la cultura, sino en el ins- tinto. Ahí humana es más que un conglomerado de
radica la gran diferencia de la sociedad individuos, la unidad de esos individuos
humana: esta solo se sustenta en la acorde a con- venciones culturales
cultura. específicas. La cultu- ra constituye una
serie de patrones de normas integradas
Uno de los factores vitales de la cultu- de conducta que hacen posible dar a esa
ra como construcción social es el agrupación un distinto sentido para su
lenguaje simbólico que da a la existencia en sociedad y para asegurar la
comunicación hu- mana una continuidad de la misma.
especificidad propia, ya que los animales
se comunican pero la comunica- ción Una cuestión que esclarece mucho más
humana es esencialmente una comu- la diferencia entre cultura y sociedad, co-
nicación simbólica, que hace posible no mo plantea Godelier,4 son las
solo aprender, sino, también, transmitir, característi- cas diferenciadoras de los
almacenar y planificar lo aprendido,2 y, seres humanos con relación a los demás
La Cultura /
animales socia- les, que hacen que los
hombres no se con-
54 / Patricio Guerrero
formen con vivir en sociedad, sino que es- una forma de herencia, que se tiene no ge-
tos “producen la sociedad para vivir”, por- néticamente sino en forma social,6 pues
que han sido capaces de construir todo ser humano forma parte de una so-
nuevas formas de pensar y de actuar, ciedad y de una tradición cultural especí-
tanto sobre la naturaleza como sobre sí fica.
mismos. En definitiva han sido capaces
de construir la cultura y fabricar la La cultura como conducta aprendida
historia, las demás es- pecies son parte de se expresa desde los inicios de la vida del
una historia, pero de una historia que no ser humano, cuyo proceso de
ha sido creada cons- cientemente por aprendizaje de las normas culturales ha
ellas, sino de una historia de la naturaleza, sido llamado socialización, el que, según
es decir del proceso de evolución de la algunos antro- pólogos, no empieza con el
materia viva que se engen- dra en nacimiento, si- no desde el proceso de la
determinados procesos temporales. En gestación en el que se inicia el camino de
cambio el ser humano pudo llegar a la la vida, que es el de crecer y aprender.
historia porque fue capaz de construir Mientras que especí- ficamente al proceso
cultura. Todas las fuerzas que pone en de aprendizaje de la cultura de los
movimiento le permiten crear y recrear infantes se ha llamado en-
nuevas formas de sociedad, y es en esa doculturación.
misma fuerza transformadora que
consti- tuye la cultura donde encuentra Una clara muestra del carácter apren-
la posibi- lidad para transformar la dido de la cultura la encontramos en la
sociedad y la historia. prolongada dependencia del infante hu-
mano.7 Si todo ser humano dispone de
La cultura como conducta aprendida5 una capacidad cerebral para el
aprendiza- je, nadie como el ser humano
Esta es una de las más generalizadas necesita tan- to de los otros para aprender
concepciones de la cultura en la antropo- y ser parte de la sociedad. Es la
logía, sus orígenes los hallamos en la for- organización social y la vida en grupos la
mulación evolucionista de Tylor, que veía que nos ofrece el contex- to necesario
la cultura con relación a capacidades y para el aprendizaje de los otros. Es quizá
há- bitos “adquiridos” por el “hombre allí, en su marcada depen- dencia de los
como miembro de la sociedad”. Si la otros en donde se encuentra la mayor
cultura es una construcción social, esta fragilidad, pero también la ma- yor
solo puede ser aprendida y transmitida grandeza de lo humano, el saber que
dentro del se- no de una sociedad solo podemos llegar a ser lo que somos
concreta. La cultura, lo señala Beals gracias a los demás, a los otros y con los
Hoijer, es una forma de comportamiento otros; y a la cultura que otros han cons-
aprendido. La cultura se aprende, se truido. Es por ello que podemos reafirmar
trasmite por medio de la inte- racción que la cultura es un acto supremo de
social. En ese sentido constituye alte- ridad y para construir alteridad.
La Cultura /
cultura dominante haya determinado pa- un bus, cuando las normas ideales deman-
ra ello, empleando mecanismos informa- dan actitudes de respeto frente a mujeres,
les que van desde la censura, la niños y ancianos por parte de los hom-
evitación, la murmuración y otros, o a bres, lo real es que vemos como mujeres
través de aquellos que están formalmente embarazadas o ancianas con bolsos
estableci- dos en las leyes.13 están paradas frente a la mirada
indiferente de corpulentos jóvenes
Entender el proceso de variación cul-
cómodamente senta- dos. Ancianos y
tural nos conduce a la consideración de
niños no son recogidos por los chóferes
lo que generalmente se concibe como
de los buses y son irrespe- tados
cultu- ra ideal y cultura real.14
constantemente en los derechos que
Cultura ideal: hace referencia a esa for- demandan las normas ideales.
ma, su nombre lo indica, de percibir la
Otro ejemplo, lo tenemos en el hecho
cultura como modeladora de la conducta
de que, idealmente, la nuestra es una so-
social total, es decir: a la serie de princi-
ciedad cuya organización social se
pios normas y valores que le dan a sus
miembros los patrones ideales de lo que susten- ta en el matrimonio
“debería ser” y de lo que se “debería monogámico, pero la norma de conducta
hacer”. más evidente es la conducta poligámica.
La permisividad en el rompimiento de las
La cultura real: se refiere, en cambio, normas religiosas evidencia esa ruptura
a aquellas normas de conducta que son entre las normas ideales y las reales de
vi- vidas en la realidad por los miembros conducta; la actitud de recogimiento,
de una cultura y que no necesariamente respeto al prójimo, pare- ce solo darse
coinciden con las normas ideales, al con- durante la permanencia en el templo; una
trario muchas de las veces entran en vez salido de este otra es la conducta
con- tradicción con ellas o implican su real.
rompi- miento. La falta de claridad,
coherencia y la contradicción continua Finalmente, uno de los ejemplos más
que se encuen- tra en las normas decidores lo encontramos en la reciente
ideales, proporciona a los individuos la declaratoria de nuestro país como uno
mejor justificación para un de los países más corruptos de América
comportamiento muy alejado de lo ideal Lati- na. Esta es la prueba de la
y que al ser parte de la vida real, ter- existencia de la incompatibilidad de las
mina siendo socialmente justificado. normas ideales y las reales de conducta.
Vemos que el Con- greso Nacional es un
Un claro ejemplo de la falta de cohe- escenario que se su- pone legisla las
rencia entre normas ideales y normas de normas ideales para el cumplimiento de
conducta lo podemos encontrar en la co- la justicia, la moral y el orden social, pero
tidianidad de la vida. Así podemos ver en en realidad es el espacio más corrupto de
La Cultura /
nuestro sistema demo- crático. La
democracia resulta igualmente
60 / Patricio Guerrero
Notas
bemos dejar de considerar que en situa- mano diverso, diferente y con especifici-
ciones como las que actualmente dad propia.6
vivimos por la presión de claros intereses
ideológi- cos, económicos y políticos del Si bien la cultura es un sistema
poder, esa relación se está modificando. adapta- tivo esto no implica que todo
aspecto del sistema sea bien adaptativo,
Lo señalado anteriormente implica la ni que cada sistema sea la estrategia más
necesidad de hacer una lectura crítica de eficiente para utilizar el medio ambiente.
la cultura en su función adaptativa. La Los sistemas socio culturales solo son
cultura es la principal construcción hu- una posible solu- ción de un sin número
mana que orienta, a partir de los conoci- de alternativas igualmente adaptativas.
mientos y saberes trasmitidos Ese nivel de re- presentaciones,
socialmen- te, los procesos de adaptación interpretaciones y de prácticas sociales
de los seres humanos frente a la
basadas en tales repre- sentaciones, no
naturaleza. Cada cul- tura es un estilo de
siempre resulta ser positi- vamente
vida diverso y diferen- ciado, que
adaptativo, dado que ciertas re-
capacita a un grupo para en- frentar y dar
presentaciones, interpretaciones, prácticas
respuestas a las tensiones me- dio-
y comportamientos culturales pueden
ambientales para garantizar su sobre-
ser mal adaptantes, pues pueden dañar el
vivencia y reproducción en un entorno
en- torno y poner en riesgo la existencia
concreto.5 del grupo. Si bien la manipulación
El proceso adaptativo está determina- creativa del entorno puede en ciertos
do por el conocimiento simbólico social- casos fomen- tar una economía más segura
mente producido y transmitido y la en el presen- te, pero también puede -
praxis que ese conocimiento hace posible, como lo están ha- ciendo las practicas
lo que implica la elaboración de ecocidas capitalistas- agotar recursos en
representaciones e interpretaciones sobre forma irreversible, po- niendo en riesgo la
la naturaleza, que son compartidos por sobrevivencia presente y futura del
quienes integran una sociedad y en base a planeta.
estos se determi- nan diversas prácticas Lo que nos recuerda que la relación en-
sociales, distintas estrategias de acción tre naturaleza, sociedad y cultura como lo
que regulan las for- mas de conducta señala Bergier,7 bien puede parecerse a la
individual y colectiva frente a la historia del aprendiz de brujo, en la que
naturaleza, para poder enfren- tar las el aprendiz crea sus propias realidades,
diversas constricciones que esta le las que después adquieren movimiento
impone. Las estrategias adaptativas no son pro- pio e independiente y actúan según
homogéneas ni estables, por el contrario la ló- gica de su propio ser, que resultan
contradictorias y esencialmente dialécti- cada vez más difícil de controlar incluso
cas, ya que cada cultura en definitiva no es por el pro- pio creador; de ahí el peligro
sino un estilo de vida, un ecosistema hu- de que el ser humano pueda terminar
La Cultura /
ahogándose en
64 / Patricio Guerrero
las propias aguas que él ha producido. La biente. Este enfoque no considera que la
cultura trasciende las diversas fases de la cultura hace del ser humano, parafrasean-
cotidianidad de la vida natural y social, do a Engels, no un esclavo de la naturale-
se presenta al individuo con existencia za sino un arquitecto de ella, pues tiene
pro- pia y autónoma, esto hace que las gracias a la cultura la capacidad de trans-
socieda- des y los individuos a veces no formarla y en ese proceso la posibilidad de
reconozcan en ella las huellas de su transformarse a sí mismo.
creador, que no es sino el mismo ser
humano con otros y en- tre otros. La La cultura, no es el resultado de la ne-
cultura siendo una creación humana a cesidad, no negamos que la necesidad
veces presenta un rostro inhu- mano, puede motivar a la acción al ser humano,
pues lleva la impronta de lo que es pero no significa que por sentir necesida-
absolutamente arbitrario y obligatorio. des ya se tenga cultura. Para que la
Esa naturalización de la cultura solo pue- cultu- ra exista se hace necesario poner
de operarse gracias al poder y la fuerza en juego la capacidad creadora y la
in- termediadora de los símbolos, que son praxis humana: puedo tener hambre, esa
los que hacen posible la humanización de es evidentemen- te una necesidad
la naturaleza y la sobrenaturalización de biológica, pero para sa- tisfacerla requiero
las dimensiones de lo humano, proceso encontrar una respues- ta creativa y una
de eufemización simbólica que parecería praxis concreta, que están dentro del
ser la única forma de poder construirnos marco de determinadas res- puestas
co- mo seres humanos en sociedad. culturales construidas en ciertas
interacciones sociales y en momentos
La cultura como resultado de las
concretos de la historia; esas respuestas no
necesi- dades humanas
son el resultado de la necesidad sino de
Lo anterior resulta importante para la praxis y acción creadora de los seres
abordar y cuestionar una postura que no hu- manos. La cultura es una
ha sido suficientemente discutida. Se trata construcción es- pecíficamente humana,
de aquella que ve a la cultura como una construcción social, resultante de la
resul- tado de las necesidades humanas, praxis del trabajo humano.
como sostienen las visiones
8
funcionalistas clási- cas, que le dan una Si bien como parte de la naturaleza
perspectiva mera- mente biológica al los seres humanos somos seres
analizarla como pro- ducto de las biológicos y estamos sujetos a procesos
diversas necesidades del “hombre”. marcados por nuestra naturaleza animal,
no son estos procesos los que
Una visión de este tipo reduce al ser determinan la vida hu- mana en sociedad,
humano a un mero animal instintivo, lo sino aquellos que están modelados
muestra como pasivo esclavo de las culturalmente. Las diversas necesidades
cons- tricciones que le impone el biológicas naturales que com- partimos
medio am-
La Cultura /
con el resto de los animales, co-
66 / Patricio Guerrero
Notas
1 Para mayores referencias sobre los temas de es- 8 Ver al respecto la obra clásica de Bronislaw Ma-
te apartado, sería recomendable consultar los linowski Una teoría científica de la cultura.
trabajos de los representantes de la Escuela de Su- damericana Ediciones. Argentina. 1980.
Ecología cultural y de los Neoevolucionistas 9 Nanda: 77
como: Leslie a. Withe, Gordon Childe, Julian 10 Cuche: 8
Steward; así como del Materialismo Cultural de 11 Nanda: 77-78
Marvin Harris, y de la Antropología Marxista 12 Kluckhom: 32 / Nanda: 81-82
de Maurice Godelier, y los recientes aportes de 13 Para tener referentes más amplios sobre el aná-
lisis de la fuerza cultural de las emociones reco-
Arturo Escobar.
mendamos consultar el texto de Rosaldo Cul-
2 Guerrero 1996: 2-3
tura y Verdad. Abya-Yala. Quito. 2000.
3 Godelier: 17 También de Michael Taussig Un gigante en
4 Kluckhom: 31 convulsiones. Gedisa. España 1996 / De Marc
5 Nanda: 62 Auge Las for- mas del olvido. Gedisa. España.
6 Godelier: 22-23 1998 / De Cris- tina Larrea. La cultura de los
7 Cit en Azcona. 1991: 15 olores. Una aproxi- mación a la antropología de
los sentidos. Biblio- teca Abya-Yala N. 46. Abya-
Yala. Quito. 1997.
6
CULTURA, JERARQUIZACIÓN Y PODER
Cultura de la pobreza
nes varias dada su falta de claridad semán- mente los mensajes de la cultura de las eli-
tica. Para Edgar Morín,9 la cultura de ma- tes y además naturalizar el orden social
sas tiene que ver con el modo como es dominante.
producida y señala la analogía que tiene
con las formas de producción capitalista. Esta visión puede resultar igualmente
La cultura de masas es el resultado de un extrema, pues otorga un poder absoluto e
proceso similar al de la producción inefable a la producción mediática y ve a
indus- trial masiva y seriada, que la masa consumidora como si fuera ho-
produce una cultura para el consumo mogénea, pasiva y acrítica. Este enfoque
masivo y que por lo tanto está destinada no considera la dimensión política que
al mercado y regu- lada por esas mismas tiene la diversidad, pues si bien la
leyes. Es por eso que la cultura de masas produc- ción mediática muestra
ha sido llamada indus- tria cultural. uniformidad en el mensaje, no se
encuentra la misma uni- formidad en la
Quienes ven la cultura de masas percepción de dichos men- sajes, no toda
como cultura del consumo, ponen su la gente percibe de la misma manera los
acento en el rol de los medios masivos mensajes mediáticos,10 sino que cada
de informa- ción; la cultura de masas es uno decodificará los mismos, acorde a su
un producto de dichos medios para situación socio histórica, a su praxis, a su
difundir las formas culturales experiencia y su sentido frente a la vida.
dominantes. No hay que olvidar que estamos ante
sujetos sociales reales, que tienen la
La cultura de masas resulta ser, según
capacidad suficiente para apropiarse, rein-
Stavenhagen, no una cultura de masas, si-
terpretar y resemantizar los mensajes que
no una cultura producida para las masas,
reciben de acuerdo a la especificidad de
producida como cualquier otra los universos de sentido de sus representa-
mercancía en esas nuevas factorías de lo ciones simbólicas y culturales.
histórico que son los medios masivos de
informa- ción, con el fin de modelar, Uno de los mitos más característicos de
alienar y ho- mogeneizar universos esta era de revolución científico-tecnoló-
culturales diversos. Para ello se gica en la comunicación y que está mar-
instrumentaliza un evidente proceso de cando el ritmo de la modernidad y de la
usurpación simbólica, median- te el cual la postmodernidad, lo constituyen los mass
cultura dominante, los amos del poder, media, que se han convertido en mito, sig-
usurpan los símbolos de la cul- tura no omnipresente de la civilización con-
popular y los resemantizan, los ubi- can temporánea y a su vez en el espacio repro-
en otro contexto, pero al usurparlos los ductor de nuevos contenidos mitagógicos.
deforman, los empobrecen, los alienan e Los medios de “comunicación” de masas
ideologizan, haciéndolos así instrumen- son algo más que simples medios transmi-
tos útiles para la construcción de los ima- sores de acontecimientos o difusores de la
ginarios que permiten consumir pasiva-
72 / Patricio Guerrero
actualidad, sino que son verdaderos am- ginario colectivo pequeñas dosis de la en-
plificadores de los signos de estos tiempos,
factoría de la historia, talleres donde se
forjan los acontecimientos del presente,
centros emisores de lo espectacular, so-
portes de las nuevas mitologías de la
mo- dernidad. Los mass media constituyen
ese anfiteatro planetario en el que se
presen- tan y consumen diariamente las
grandes ceremonias mitológicas del
presente, don- de se fabrican en serie los
nuevos sueños, ídolos e idolatrías,
héroes y ritualidades.
En la presentación folklórica
todo se queda en la esfera sígnica,
los personajes no conocen los
significados y significacio- nes de los
símbolos y por ello están inca-
pacitados para vivenciar su sentido
sagra- do profundo. Hasta el acto de
vestirse, pa- ra un danzante, tiene
un sentido ritual, puesto que la
vestimenta está cargada de
significados simbólicos que el
danzante respeta y vivencia, para
poder reproducir los tiempos
sagrados. Lo que hacen los
bailarines folklóricos es disfrazarse,
pues usan la vestimenta
instrumentalmente, la que si bien
conserva la estructura estética, la
belleza de su colorido y sus formas,
está despojada de la riqueza del
sentido simbó- lico que tiene para
un danzante original.
das desde las profundidades simbólicas tanto, desde afuera de las comunidades
del rito. El acto folklórico es una mera que construyen la cultura. En el rescate
usurpación simbólica que, como todo pro- cultural, la comunidad no tiene sino un
ceso de usurpación, empobrece y distor- mero rol de objeto pasivo, de mero
siona el significado y la significación del infor- mante, lo que contribuye a su
mismo; su objetivo es agradar al público alienación y dependencia, pues no se la ve,
asistente, más no encontrarse con las fuer- como el su- jeto histórico capaz de
zas hierofánicas que hagan posible que encargarse de la gestión de sus propias
continúe el orden del cosmos y la vida. construcciones cul- turales.
Rescate o revitalización cultural Hoy se trata de trabajar en procesos no
La noción de rescate cultural ha con- de rescate sino de revitalización cultural,
ducido y reducido la cultura a puesto que estos, como su propio nombre
expresiones meramente folklóricas o lo dice, solo pueden ser posible desde la
exotizantes, vi- sión que es la más propia vida de los actores vitales que la
comúnmente aceptada en el trabajo construyen. En la revitalización cultural
cultural, que se ha caracteri- zado por la comunidad y los actores sociales
tratar de encontrar, al modo de los comuni- tarios se constituyen en sujetos
primeros evolucionistas, los survivals o sociales, políticos e históricos, lo que
restos materiales de la cultura, para permite rom- per el contenido
mos- trarlos como las verdaderas y ideologizante de los res- catadores, que
únicas ex- presiones de nuestra lo único que les ha intere- sado es
identidad cultural original. El llamado encontrar “piezas” para ser fosili- zadas
rescate cultural está cargado de un en los museos, en la frialdad de sus
profundo sentido etnocén- trico e vitrinas. Mientras que quien revitaliza la
ideológico y ha sido característico del cultura lo hace desde las dimensiones pro-
trabajo institucional oficial de la cultu- ra fundas de su memoria colectiva,
dominante. acrecen- tando el acumulado social de su
existen- cia, que le permita afirmar los
El rescate cultural siempre ha sido un propios re- cursos culturales que han
hecho externo, que se lo hace desde la au- sido capaces de construirse como
toridad del experto o el rescatador, por pueblo.
lo
La Cultura /
Notas
1 Cuche: 87 6 Cuche: 90
2 Cuche: Ibid. 7 Cuche: Ibid.
3 Para mayores referentes recomendamos con- 8 Cit en Cuche: Ibid.
sultar la obra clásica de Oscar Lewis. 9 Cit. en Cueto1982: 7
Antropo- logía de la Pobreza. Fondo de 10 Cuche: Ibid.
Cultura Econó- mica. México. 1977 11 Cit. en Cueto. Op. cit.: 12
4 Nanda: 187 12 Barthes.1994: 247
5 Cuche: 89 / Malo: 24
13 Almeida.1992: 131
7
LA CULTURA COMO
CONSTRUCCION SIMBOLICA
Para muchos antropólogos1 la cultura ción externa que los humanos utilizan pa-
solo fue posible cuando el ser humano
es- tuvo en capacidad de simbolizar, por
ello se ha definido al animal humano
como Homus simbólicus. La capacidad
del ser humano para la creación
simbólica lo di- ferencia del resto de las
especies, pues la simbolización es la
esencia del pensa- miento humano, la
que hizo posible no solo la construcción
de la cultura sino la construcción del ser
humano como tal.
En contraposición a estos
enfoques re- duccionistas, la cultura
debe ser entendida como un
conjunto de interacciones sim-
76 / Patricio Guerrero
La importancia de lo simbólico en
la construcción del sentido de la vida
coti- diana es señalada igualmente
por Agnes Heller,6 puesto que al
contrario de lo que sucede con los
signos que se refieren al mundo
objetal, el símbolo va más allá de ese
nivel, una clara distinción entre pre-
sentación y representación se
encuentra entre los dos, mientras que
el signo permi- te la “presentación”
del mundo y la reali- dad, el símbolo
hace posible la “represen- tación” de
la misma. La diferencia está en el
contenido axiológico que los
símbolos son capaces de expresar y
por la inserción que éstos tienen en
la vida cotidiana, puesto que el
lenguaje simbólico de la vi- da
cotidiana es axiológico, por eso cons-
La Cultura / 77
78 / Patricio Guerrero
Notas
SISTEMA DE
REPRESENTACIONES SISTEMA DE
Aspecto Ideal-Mental de la Cultura MANIFESTACIONES
Mentalidades / Imaginarios/ Aspecto Material de la Cultura
Racionalidad / Ethos Hechos/ Prácticas / Objetos/ Discursos y
Cosmovisiones/ Valores/ Ideas/ Relaciones Sociales/ Comportamientos/
Creencias/ Actitudes/ Sujetos/ Entidades.
Sentidos / Sentimientos / -Relaciones y Regulaciones que permiten
Significados/ Significaciones formas de comunicación, de
Autocomprensión, de Identificación
NIVEL EMIC de un Grupo.
NIVEL ESOTÉRICO NIVEL ETIC
NIVEL CONNOTATIVO NIVEL EXOTÉRICO
NIVEL DENOTATIVO
EQUILIBRIO
PERMANENCIA CAMBIO
Cultura y “habitus”
Notas
1 Geertz: Ibid. / Guerrero. 1996: 5- 4 Guerrero: Ibid.
6 5 Amodio. 1988: 7
2 Guerrero: Ibid. 6 Cuche: 104
3 Guerrero: Ibid.
9
LA CULTURA COMO RESPUESTA
CONTRA-HEGEMÓNICA
sentidos por el control de los significados puede hacer a partir de los recursos
y las significaciones sociales que inevita- cultu- rales y simbólicos que ha sido
blemente se expresan en toda sociedad. capaz de construir en su proceso
histórico. Ahí se expresa la eficacia de la
Si consideramos a la cultura como
funcionalidad de lo simbólico, pues sin
una construcción, como un proceso y
produc- to de la sociedad, pero, además, símbolos no es po- sible construir un
si la ve- mos y sabemos constructora del sentido de lo social, un sentido de la
sentido de lo social, por tanto, la cultura existencia.
es un es- cenario de luchas de sentido Para que haya eficacia simbólica en el
por la vida y por cambiar la vida. Lo
ejercicio del poder, no bastan formas de
anterior plantea la necesidad de que la
dominación económica o socio política,
discusión sobre la cul- tura deba hacérsela
sino que se hace necesaria la dominación
en relación con el con- junto de los hechos
de los imaginarios, del mundo de las re-
sociales, de los actores societales que la
presentaciones, de los universos de
construyen y de los pro- cesos socio
políticos que están llevando adelante. Es senti- do, la usurpación de la memoria
importante que consideremos que la de los que sufren la dominación, pues
cultura no solo se ha convertido en un esto hace posible el dominio de los
“problema” político, sino que posee una cuerpos y las conciencias, y permite al
dimensión política vital.3 poder la legiti- mación y naturalización
de la domina- ción. Este ha sido un
Si la cultura es escenario de luchas de recurso que el poder ha
sentido, entonces puede, por un lado, instrumentalizado a lo largo de su his-
ser instrumentalizada desde el poder, para toria. Otro recurso efectivo es el de usur-
su legitimación, para el ejercicio de la par, de esos otros que sufren la domina-
domi- nación y la naturalización de las ción, aquellos símbolos que, sabiéndolos
desigual- dades; pero por otro, puede ser ajenos, pueden ayudar a construir un or-
un instru- mento insurgente, de lucha en denamiento de la sociedad, que haga posi-
perspecti- vas de la impugnación y ble la preservación y legitimación del or-
superación de ese poder. En el primer den dominante. A ese proceso es al que
caso estaríamos ha- blando de lo que hemos llamado usurpación simbólica.
nosotros hemos llamado procesos de
usurpación simbólica y, en el segundo, de Mediante la usurpación de los símbo-
procesos de insurgencia sim- bólica. los y los significados, si bien se construye
un sentido de lo real, este sentido es trans-
La usurpación simbólica figurado, resemantizado: las interacciones
simbólicas se ven alteradas. Todo
Toda sociedad tiene la necesidad de
proceso de usurpación simbólica
justificar su pasado y su presente, sus
empobrece, dis- torsiona, aliena el
orí- genes o cómo piensa su porvenir.
significado y la signifi- cación de los
Solo lo
La Cultura /
símbolos, lo que provoca su
empobrecimiento y alteración, su
exotiza-
90 / Patricio Guerrero
La insurgencia simbólica
del poder que son más cercanas a este, las do de un largo proceso de acumulación
que ejercen su acción sobre los individuos, histórica de sus luchas, por eso hoy no
buscan al enemigo inmediato más que al es- conden sus símbolos sino que los
principal y no esperan solucionar el pro- propo- nen como referentes de un nuevo
blema del futuro. Estas luchas no atacan sentido civilizatorio, de un nuevo sentido
tanto la estructura del poder, sino una téc- de la existencia; sus símbolos dejan de ser
nica, una forma del ejercicio de ese poder, obje- tos folklóricos para pasar a ser
tampoco se plantean un programa de ejer- referentes políticos para una nueva
cicio de un poder alternativo. No han sociedad.8
sido luchas que permitieran transformar
la es- tructura de un poder hegemónico Este proceso de insurgencia simbólica
que pa- ra ser trasformado necesita algo se evidencia, además, en la constitución
más que ser resistido.7 del movimiento indígena y negro, no
solo como sujeto social que resiste al
La resistencia ha sido la condición his- poder, si- no como sujetos políticos con
tórica para que los pueblos indios se pre- perfila- miento de sujetos históricos. La
serven en la historia, pero ya no se trata autodefi- nición de los pueblos indios
solo que se mantengan dentro de un or- como nacio- nalidades es una clara
den que los discrimina, margina y desco- expresión de ello. Nacionalidades, que
noce su diversidad y diferencia; se trata de ahora, ya no solo se conforman con
que puedan construir su propio destino resistir al poder sino que demuestran su
histórico con el conjunto de las potencialidad para reba- sarlo, para
diversida- des sociales, para ello ya no tomarlo, aunque por pocas ho- ras, como
basta resistir al poder, sino que hay que sucedió el 21 de enero. Si bien su acción
insurgir contra ese poder. Hay que rebasar no cambió las bases estructura- les del
los limites de la resistencia, pues lo que poder, sí dejó claro que tienen la
ahora parece olvi- darse es que se potencialidad para hacerlo; pero además,
confronta la disputa con el poder y por el cambió en la sociedad los imaginarios
poder. que se han construido sobre el
movimiento indio y desde el punto de
El proceso de insurgencia simbólica, vista simbólico, inauguró un hecho
que se expresa en la lucha de los pueblos cualitativamente nue- vo, diferente, de
indios y las diversidades sociales, es la lucha social en el pro- ceso de
resul- tante de un acumulado social e insurgencia simbólica.9
histórico de larga duración, que ha ido
de la resis- tencia a la insurgencia, un Desde los pueblos negros, como expre-
ejemplo: cada vez se hace más visible la sión de este proceso de insurgencia sim-
fuerza de su ri- tualidad y de sus bólica, vemos un fuerte movimiento que
símbolos en la acción po- lítica, como ha trabaja por la revitalización política de su
sucedido en los últimos le- vantamientos. memoria colectiva, pues son sus referentes
Esto solo puede ser resulta- de ancestralidad los que están guiando sus
La Cultura /
luchas y propuestas políticas
presentes. Es
94 / Patricio Guerrero
tienen un sentido político insurgente y tiene la cultura, lo que permite no sólo en-
contrahegemónico, pues no solo que ha- frentar la situación de dominación pre-
cen posible resistir e insurgir contra el pro- sente, sino potencializar proyectos de fu-
yecto homogeneizante de la sociedad do- turo.
minante que busca construir una cultura
planetaria, que anule la riqueza de la diver- Analizar la cultura desde una dimen-
sidad y la diferencia; sino que, además, les sión política significa entenderla como
construye un sentido para seguir luchando constructora de nuevos sentidos de
en el presente, en la perspectiva de la ma- alteri- dad, pues la cultura hace posible
terialización de sus proyectos de futuro. el en- cuentro entre los seres humanos a
través de todos los símbolos de la
Ver la dimensión política de la cultura identidad y la memoria colectiva, que
implica repensar la cultura de cualquier han sido social- mente construidos. La
grupo social en función de los referentes cultura hace refe- rencia a los testimonios
simbólicos o de sentido que tal sector de la de lo que somos, a las profecías de la
sociedad dispone para responder a sus imaginación, así como a esa fuerza
transformaciones y a las situaciones de insurgente que orienta la lucha para
crisis, ahí es cuando las sociedades recu- enfrentar a aquello que nos impide ser.
La cultura ante todo es comunicación, no
rren a los contenidos simbólicos de su
puede ser ni muda ni sorda, debe ser
sis- tema cultural, pues encuentran un
grito constructor de nuevos lenguajes y
acervo de significaciones y sentidos con nuevas voces que permitan crear y recrear
un pro- fundo enraizamiento histórico la vida y hablar no solo sobre la realidad,
que pro- porciona al grupo un conjunto sino que a partir de ella ayudar a su
de res- puestas y estrategias para trans- formación.11
enfrentar situa- ciones críticas,
enfrentando, desde la cul- tura, los Es necesario comenzar a ver la fuerza
proyectos hegemónicos domi- nantes insurgente que la cultura tiene, por ella es-
tamos aquí humanamente presentes en el
Mirar la dimensión política de la cul- mundo y en la historia, por ella tenemos
tura impone la necesidad de repensar el memoria, con ella hemos resistido a la do-
ámbito de la cotidianidad en la que los minación y a la ignominia, ella trae luz
su- jetos sociales construyen la cultura; del pasado para alumbrar los caminos
anali- zar las formas diversas de presen- tes, ella hará posible la insurgencia
producción de estrategias y respuestas de una nueva vida y de los sueños en el
para la sobrevi- vencia y reproducción de cercano mañana.
los grupos socia- les sometidos a procesos
Cultura: diversidad, pluralidad, alteri-
acelerados de cri- sis como la que
dad y diferencia
estamos actualmente vi- viendo. Allí
encontraremos evidenciada, una vez La actual globalización y planetariza-
más, la dimensión política que ción del mercado deja en evidencia que
La Cultura /
rritorio estuvo habitado por distintas so- proyecto de sociedad futura, que no solo
ciedades y culturas con diferentes niveles interpela al conjunto de la nación-
de desarrollo social, político y cultural. estado, sino al modelo civilizatorio que
Desde entonces, esa diversidad se ha man- ha sido su fundamento. Por ello plantean
tenido y enriquecido, constituyendo su un esque- ma de sociedad, un proyecto
principal característica y su mayor ri- civilizatorio diferente, que se muestra
queza. como la posibi- lidad para superar la
situación de atraso, dominación y
En esta conjunción de la diversidad,
miseria, en la que histórica- mente han
cada grupo social, etnia, pueblo o nacio-
vivido, y que se reconozca y le- gitime la
nalidad, ha ido configurando los conteni-
existencia de esa diversidad y pluralidad
dos de una cultura que se sustenta en su
y de su derecho a la diferencia.
propio y diferente sistema de valores, de
símbolos de identidad, de prácticas y sa- Cuando hablamos de cultura no
beres que han sabido crear, preservar y re- pode- mos hacerlo desde perspectivas
vitalizar a través de su historia. homoge- neizantes, sino desde la mirada
de la di- versidad, la pluralidad, la
El reconocimiento de la riqueza de la
alteridad y la di- ferencia, es ahí en donde
diversidad, de la pluralidad y la diferencia,
está la riqueza de la humanidad, porque
a pesar de haber existido siempre, es un
ninguna cultura es igual a otra. Si bien
hecho reciente, resultante de un proceso
todas las culturas tie- nen sus
de acumulación histórica de la acción so-
especificidades e identidades dife-
ciopolítica de actores sociales, hoy renciadas, sin embargo, se puede encon-
consti- tuidos como sujetos políticos e trar expresiones de unidad en esa
históricos que dejan de ser simples diversi- dad. La cultura permite la
“pueblos clandes- tinos”, para pasar a relación cons- tante con los “otros”, es
constituirse como “pueblos con destino”, una negociación, una confrontación con
que se autodefinen y demandan su “el otro”, en esa re- lación mostramos
reconocimiento como na- cionalidades y aquello que nos afirma y nos diferencia;
pueblos diferentes. la cultura es un acto su- premo de
alteridad, un llamado siempre presente
Su constitución como nacionalidades
para que podamos pensar y vivir la
y pueblos es el resultado de un largo
diferencia, que posibilita que pueda es-
proce- so de acumulación histórica de la
tablecerse un encuentro dialogal entre esa
lucha social de los pueblos indios y
diversidad y diferencia.
negros, lo que les ha permitido
constituirse en una fuerza social No puede pensarse la alteridad sin
innegable, así como ganar es- pacios de pensar la diferencia, pero podríamos decir
representación política antes ne- gados. que no se puede pensar la diferencia y la
Pero sobre todo les ha posibilitado diversidad sin la alteridad. La alteridad
proponer al conjunto de la sociedad un re- quiere, por lo menos, de dos sujetos
100 / Patricio Guerrero
que se diferencien y de que el uno
esté frente al
La Cultura /
cluyen, como sucede con los proyectos dora de la historia y la unidad de las cul-
multiculturalistas instrumentalizados turas, las muestra como culturas
desde el poder. La defensa del derecho a la congela- das en el tiempo, resistentes al
diversidad y la diferencia hace posible cambio, an- quilosadas en su historicidad,
que se entienda la riqueza de matices de como socie- dades con una falsa armonía,
la unidad y pone a las diversidades que alejadas de los conflictos que plantea la
la constituyen en el mismo estatuto de vida. Desde la diversidad, la pluralidad y
todas las sociedades. No se busca diferencia, se las puede ver como culturas
construir so- ciedades y culturas con vitales, en su contemporaneidad, en un
visiones excluyen- tes, sino que al proceso de cambios, de continuidades y
defender su derecho a ser diferentes discontinui- dades, de construcciones,
hacen posible mostrar realida- des desconstruccio- nes y reconstrucciones y
pintadas con sus propios colores, por entender las di- námicas conflictivas que
ello que la riqueza de su unidad está en las constituyen, que son las que hacen
la diversidad multicolor que la conforma. posible recrear su vitalidad, la misma que
se vuelve esa fuer- za constructora de
Desde la perspectiva de la diversidad,
sentido, que le permite a un pueblo
es posible tener una visión más
transformar todas las dimen- siones de
dialéctica de la cultura, puesto que la
su vida.
visión totaliza-
Notas
Enfoque esencialista
ra por la que ha podido llegar a ser lo nos hace distintos, así como poder saber
que se ha construido como pueblo. lo que soy, lo que somos y lo que me o nos
hace diferentes. Si soy quichua, entonces
Hay que entender el proceso de cons-
no soy mestizo; si soy hombre, en conse-
trucción de la identidad en forma
cuencia no soy mujer; si soy ecuatoriano,
dialécti- ca. Esto implica rebasar la mera
no puedo ser argentino, etc.
“mismi- dad” para poder ver, que es en
relación de alteridad en el encuentro En esa dialéctica entre la pertenencia
dialogal con el “otro” como se puede y la diferencia podemos encontrar que
reflexionar sobre sí mismo y reconocer y se marca una frontera simbólica entre la
reafirmar su exis- tencia. pro- piedad y la ajenidad. En el terreno
de la pertenencía, está lo propio,
La identidad no se construye en el va-
mientras que en el terreno de la
cío, sino en una situación relacional, en
diferencia se ubica lo ajeno. No se trata,
una continua dialéctica de la alteridad. En
como dice Lourdes En- dara,14 de
esta relación de alteridad todo proceso de
fronteras materiales, sino de fronteras
pertenencia, construye otro de diferencia.
imaginarias, simbólicas, para el ejercicio
Las identidades sociales se definen a partir
de la alteridad, para la relación con los
de una agrupación de individuos que se
otros. Estas fronteras simbólicas son las
autodenominan y definen frente a los
que delimitan territorios de perte-
“otros” grupos como diferentes. Al igual
nencias y diferencias, dentro de lo que
que la mismidad, la otredad es consubstan-
los individuos o los grupos sociales
cial a la construcción de la identidad, ya
pueden delimitar el espacio social sobre
que ésta solo es posible en la alteridad;
el cual pueden ejercer su “soberanía”
siempre frente al “yo” está un “alter”, “el
cultural. Las fronteras simbólicas son las
otro” y frente al “nosotros” están los
que marcan el límite entre lo propio y lo
“otros. No existe la “mismidad” sin la ajeno, hasta donde podemos llegar
“otredad”. No existe identidad sin nosotros y hasta donde permitimos que
alteridad. lleguen los otros; la violación de esas
La identidad es por tanto una construc- fronteras simbólicas puede llegar a ser
ción dialógica que se edifica en una motivo de conflicto.
conti- nua dialéctica relacional entre la Estas fronteras simbólicas no pueden
identifi- cación y la diferenciación, entre ser vistas como inmutables, no porque es-
la perte- nencia y la diferencia; esto taríamos construyendo una visión esen-
implica el en- cuentro dialogal, la cialista de las mismas; al contrario, son
comunicación simbó- lica con los “otros”. construidas como demarcaciones
Es en las relaciones de alteridad, solo en el sociales e imaginarias que pueden
encuentro, en el diálo- go con un “alter”, transformarse acorde a los niveles
con el “otro”, en donde se resuelve lo relacionales que esta- blecen los grupos
que nos es propio y lo que entre si, puesto que no existen
106 / Patricio Guerrero
identidades culturales fijas, sino
La Cultura /
que éstas, están sujetas a una dialéctica so- arbitrarios, sino que
ciohistórica continua, que modifica a su
vez las fronteras simbólicas que
delimitan nuestras pertenencias y
diferencias.
Cultura e identidad
La construcción de la identidad
La Cultura /
“porque pertenecemos a esta cultura”. Po- negro, soy indio, soy blanco-mestizo”; el
dríamos decir que la pertenencia se vestido, la música, el lenguaje, la comida,
cons- truye como una representación que las artesanías, etc. Un rasgo diacrítico se
refleja lo que un grupo piensa que es. La convierte en referente identitario depen-
cultura evidencia lo que ese grupo es. La diendo de determinados contextos; así por
identi- dad nos permite decir, hablar, ejemplo: el vestido o el idioma entre los
construir un discurso sobre lo que blanco mestizos, no son rasgos
pensamos que somos.17 diacríticos exclusivos de su identidad,
pero entre al- gunos de los pueblos indios,
La construcción de la identidad indivi-
el vestido y el idioma, continúan siendo
dual o colectiva es un acto de selección
un rasgo diacrí- tico identitario muy
de elementos referenciales (hitos) o de
importante, que hace evidente su
rasgos diacríticos a los que se les asigna
pertenencia y diferencia.
un senti- do de propiedad, al que grupos
o indivi- duos se adscriben y a partir de No podemos olvidar, además, que los
los que pueden decir “yo soy, o nosotros rasgos diacríticos se encuentran en el sis-
somos esto”.18 Cada grupo selecciona tema de las representaciones simbólicas,
aquello que considera propio o ajeno, de que están en la memoria colectiva y que
acuerdo al momento, a las condiciones son la parte más vital del horizonte
políticas y económicas particulares de su cultu- ral de los pueblos. En la memoria
proceso histórico, acorde a las condiciones están los sistemas de creencias, los
de ocu- pación del territorio socio imaginarios, los valores, las
cosmovisiones, los mitos, que son
cultural de los grupos con los cuales
elementos referenciales del pasado y del
entra en interrela- ción o conflicto.
presente, que orientan la formación de su
Los rasgos diacríticos son factores identidad. Por ejemplo los shuar se
muy importantes para dirimir la identifican como el pueblo guerrero, po-
confrontación de nuestras diferencias seedor de la fuerza del Arútam que
con los otros. Son los factores habita la selva y las cascadas sagradas; los
diferenciadores los que mues- tran chachis, como habitantes de la selva y el
nuestra pertenencia y diferencia, los que agua. De- pendiendo de la vitalidad de su
memoria colectiva, un pueblo podrá dar
nos hacen ser parte de un grupo y por lo
un sentido diferente y más profundo a sus
tanto ser diferente de otro. Algunos de
rasgos dia- críticos y hacerlos jugar un
esos rasgos diacríticos se encuentran en el
papel protagó- nico en sus propuestas
nivel manifiesto, pueden ser evidentes,
políticas de futuro. La wipala, por
por ejemplo, la lengua: “nosotros que ha- ejemplo, es tomada como símbolo de
blamos quichua, somos quichuas”; la raza, identidad dentro de su hori- zonte
aunque no nos guste como concepto de cultural, simbólicamente representa el
diferenciación biológica por su contenido ideal de su lucha por la construcción de
ideologizado, es un factor identitario: “soy una sociedad intercultural en la que sea
110 / Patricio Guerrero
posible la unidad en la diversidad y la
di- ferencia.
La Cultura /
Características de la identidad
La identidad en cuanto
representación simbólica del mundo
social, en relación tanto a nuestra
mismidad o la otredad, es decir con
relación a las representaciones que
tenemos sobre nosotros y sobre “los
otros”, evidencia, según Rivera20 algunas
características, entre las que podemos de-
cir que la identidad es esencialmente dis-
tintiva o diferencial. La posición social re-
sultante de su representación se define por
su pertenencia y distinción o diferencia
con respecto a “los otros” actores sociales
y de las representaciones y posiciones que
estos tengan.
resultantes de conflictos y luchas históri- como la de todo hecho social, está sujeta a
camente situadas. La identidad es una razones multicausales y multifactoriales.
construcción histórica permanente, que La identidad es itinerante, fluctuante,
no se limita al plano de lo cultural, sino multidimensional, tiene distintos niveles,
que atraviesa todas las dimensiones de rasgos y formas. Por eso no se puede ha-
la vida cotidiana. blar de identidad sino de identidades,
puesto que éstas son múltiples, fragmen-
Las identidades, al estar sujetas a un
tadas y diferenciadas.
condicionamiento siempre histórico, al
nutrirse de historicidad, se tornan atribu- Son múltiples porque cada individuo
to no solo de las sociedades contiene simultáneamente varias identi-
tradicionales, también de las sociedades dades como parte de su “ser”; son frag-
modernas; pues las identidades son mentadas porque cada identidad nos
contemporáneas porque responden a vin- cula con otro conjunto de actores
situaciones actuales. En su construcción societa- les que ocupan distintos
se articula la tradición y la modernidad; espacios sociales o geográficos. Son
el pasado no es un volver atrás, es un diferenciadas porque haciéndonos sentir
referente para la construcción de futuro. que somos parte de un conjunto mayor,
nos permite afirmar nuestras propias
Son una construcción discursiva, se sus- especificidades, las que nos diferencian
tentan como ya analizábamos, sobre de los otros y nos ayudan a sentirnos
algo concreto, la cultura, que es aquella más nosotros.
que nos permite ser, sobre la que
construimos un referente de pertenencia; De acuerdo con la situación relacional
la identidad, en cambio, es la que nos en la que un individuo encuentra lazos
permite decir “soy o somos esto”, porque de adscripción y pertenencia, la identidad
pertenecemos a esta cultura. ex- presa lo que se ha llamado una
“geometría variable”,22 con la que cada
Son fuente de sentido de un grupo.
individuo o grupo puede operar una
Re- presentan la manera en que un
pluralidad de re- ferencias identitarias;
grupo va- lora las diversas dimensiones
entre las que pode- mos encontrar están
de su ser y estar en el cosmos, el mundo
aquellas que se cons- truyen de acuerdo a
y la vida.
sus pertenencias so- ciales, con relación
Las identidades son múltiples y a la clase social, géne- ro, generación,
diferenciadas pertenencia cultural, ads- cripción
política o religiosa, etc.
La identidad no es única, monotópica,
univoca, monosémica, ni Esto determina que un individuo sea
unidimensional, por el contrario es poseedor al mismo tiempo no de una
diversa, pluritópica, multívoca, identidad única y fija, sino de
polisémica, su construcción, identidades múltiples y diferenciadas. Así
114 / Patricio Guerrero
vemos que tiene una identidad
individual acorde a su
La Cultura /
Entender el carácter
multidimensional de las identidades,
que son múltiples y di- ferenciadas,
nos permite mostrar la false- dad de
una supuesta “identidad nacional” que
desde una visión claramente esencia-
lista y homogeneizante han
instrumenta- lizado ideológicamente
los sectores domi- nantes. La
identidad nacional es una ente- lequia,
una falacia construida por el po- der,
puesto que la nación nace como una
categoría homogeneizante que
siempre pretendió anular la diversidad
y la diferen- cia, para lo cual
construyó símbolos y dis- cursos
uniformadores. No existe por ello
identidad nacional, sino identidades
que el poder las ha querido ver como
identida- des “clandestinas” y que hoy
están luchan- do por su derecho a ser
reconocidas, valo- radas y respetadas
en su diversidad y dife- rencia.
El concepto de
multidimensionalidad y
fragmentación nos resulta útil, como
lo advierte Consuelo Fernández-
Salvador,23 para entender el carácter
multidimensio- nal y fragmentado de
La Cultura /
Funciones de la identidad
Notas
Siguiendo a Malguesini y
Giménez,3 la etnicidad es analizada
desde tres enfoques:
Identidades de género. Se
refieren a aquellas que señalan
nuestra pertenencia y diferencia en
torno a las construcciones socio
culturales que se han hecho de lo fe-
menino y lo masculino.
La etnicidad reconstruida
La expansión de la globalización
que vivimos ha generado el
resurgimiento de diversos
fenómenos sociales como el tu-
rismo, en torno al cual, han surgido
nue- vos procesos en el campo de las
identida- des, como los de “etnicidad
reconstruida”. Empleamos el
concepto de etnicidad re- construida
para referirnos a las identida- des
étnicas que han surgido como res-
puesta a las demandas del mercado
turís- tico, en situaciones marcadas por
la globa- lización y la dependencia. La
etnicidad re- construida nos permite
entender los pro- cesos de
readaptación de los individuos, las
sociedades y sus construcciones
cultu- rales, con relación al “otro”, al
espectador, al consumidor, al turista.
Notas
1 Malguesini y Giménez. 1997: 85 1996. También de Kees Koonings y Patricio
2 Consuelo Fernández-Salvador, conversación Sil- va. Construcciones étnicas y dinámica socio
personal. cul- tural en América Latina. Abya-Yala.
3 Malguesini y Giménez: Ibid. Quito. 1999.
4 Para ampliar los referentes sobre este enfoque, 5 Koonings y Silva: 5
sugerimos los textos de Michiel Baud / Kees 6 Baud y Koonings Et. Al. 1996: 15
Koonings. Et. al. Etnicidad como estrategia en 7 Litle. 1992: 35
América Latina y el Caribe. Abya-Yala. Quito.
122 / Patricio Guerrero
12
DIMENSIÓN POLÍTICA DE LA IDENTIDAD
Notas
1 Guerrero. 1993; 35 4 Ramón.1993: 7-12
2 Cit en Cuche: 113-114 5 Ramón: Ibid.
3 Cuche: Ibid.
13
REFLEXIONES FINALES
Antes que hacer una revisión de lo ser un instru- mento que contribuya a la
que se ha discutido a lo largo de este liberación del
trabajo, lo que vamos a señalar son
algunas cuestio- nes que nos parecen
fundamentales en una estrategia
conceptual de la cultura.
La antropología encuentra, en la
nueva situación histórica, escenarios
diferentes sobre los que debe
mostrar su contempo- raneidad y su
especificidad como ciencia del
sentido. Hoy podemos decir que,
espe- cíficamente antropológico, son
los nuevos escenarios marcados por
la globalización y la revolución de
los mass media que construyen
sentidos distintos de la exis- tencia.
La antropología puede contribuir a
ayudarnos a entender la diversidad de
sen- tidos que las sociedades
construyen hoy para poder ser y
estar en el cosmos, el mundo y la
vida.
El cambio de mirada de la
antropolo- gía no se debe
únicamente al esfuerzo de los
antropólogos(as), sino a la
existencia de un proceso de
insurgencia de las diver- sidades
sociales, de sus antiguos objetos de
estudio constituidos hoy como sujetos
po- líticos e históricos. Proceso que
ha puesto en cuestionamiento y
crisis las formula- ciones teóricas,
metodológicas, éticas y políticas de
las ciencias sociales en general y de la
antropología en particular.
Ante la falta de sentido que actualmen- raciones teóricas, metodológicas, pero so-
te enfrenta la humanidad, la bre todo, para su praxis. Hoy como
antropología puede contribuir a la nunca antes, tenemos la posibilidad de
construcción de un nuevo sentido de la construir y trabajar en una antropología
vida, a pensar en un nuevo modelo
compro- metida con la vida, que no se
civilizatorio abierto a la di- versidad, a la
limite solo a estudiarla y conocerla, sino
alteridad y a la diferencia pa- ra que
que aporte, fundamentalmente, a su
podamos ser capaces de construir
transformación. Una antropología que
sociedades interculturales, sustentadas en
contribuya a la construcción de
el respeto y tolerancia de dicha
diversidad y diferencia. sociedades intercultura- les, de una
nueva civilización, de una nue- va
Ahora está claro que son los diversos humanidad; que se sustente en la fuer-
universos de la propia vida los escenarios za insurgente del amor, los sueños, la
que tiene la antropología para sus elabo- ale- gría, la esperanza y la ternura.
A MODO DE CIERRE
Ya hace muchas lunas, en los principios moso arco de colores que desde entonces,
de un tiempo que está más allá de la hizo más luminoso el universo.
pala- bra y la memoria, cuando la luz
empezaba a bañar la tierra y el agua a Así nació el arco iris; conjunción de la
nutrirla de vi- da; los dioses para evitar diversidad, del color y de la luz, diciéndo-
que los seres hu- manos transiten los nos que esta es la muestra más hermosa
caminos del mundo en la oscuridad; de la unidad de lo diverso. Allí, en el arco
decidieron que debían pintar esta que iris, están los diferentes colores de la luz,
sería su morada, con los colores y la todos hablándonos con luminosidad y
transparencia de la luz. armonías propias; distintos pero juntos,
unidos en la diferencia; enseñándonos
Enviaron enseguida a miles de pájaros que allí, en la unidad de la luz pueden
cantores para que recogieran en sus pe- brillar colores di- ferentes, pero sin que
queños picos, las cristalinas gotas de nadie busque opacar el fulgor del otro, ni
agua de los ríos, las lagunas y las fuentes, tampoco por ello, de- jar de ser lo que
para que les trajeran la alegre risa de las cada uno es; sino por el contrario,
casca- das y los riachuelos y el poder y la hablándonos, que de la unión de esa
profun- didad transparente de mares y luminosa diversidad depende su propia
océanos; les ordenaron que subieran a lo existencia y esa unidad armónica que da
más alto del cielo y dejaran caer las una mágica claridad a la tierra. El arco
gotas del néctar de la vida para que iris nos ayuda a entender que aun siendo
fecunden el vientre de la tierra. Al distintos, es posible que sigamos
deslizarse el agua por el infinito, se iba brillando con luz propia, que podemos es-
abrazando en alegre danza con la mágica tar unidos a pesar de ser diferentes, que no
luz del padre sol que empezó a hay luminosidad más profunda y más
descomponerse en el horizonte en her- mosa, que la unidad de la
bellísi- mas partículas de luz; dibujando diversidad.
un her-
BIBLIOGRAFÍA