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Aprendizaje esperado: Debate sobre los retos que enfrenta la sociedad derivados de los cambios en la

estructura y distribución de la población

Estructura poblacional. En los últimos años México ha entrado en un proceso poblacional conocido
como «transición demográfica». Éste consiste en el cambio de la dinámica de la población, pasando de
un escenario con tasas de natalidad y mortalidad altas a otro donde ambas son menores. La natalidad
se ha reducido desde la década de los años setenta. Entonces, el número de hijos que una mujer
tendría a lo largo de su vida bajo condiciones constantes era de 5.87. Actualmente, el Consejo Nacional
de Población (Conapo) estima que se ha reducido drásticamente a 2.4 y, de seguir esta tendencia,
nuestro país llegará al final del presente siglo con apenas 1.68 hijos por mujer. La mortalidad también
ha sufrido cambios importantes. Mientras que en 1930 la esperanza de vida era de 36 años, hoy en día
es de cerca de 75 años y dentro de medio siglo se calcula que podría
alcanzar los 84 años.

Los cambios en estas tasas se reflejan en la reducción del crecimiento


b
poblacional. En México, las tasas más altas se registraron durante los
años setenta, reduciéndose de manera importante desde entonces. No a

será sino hacia el año 2040 que la población dejará de crecer, para
comenzar a reducir su número durante la segunda mitad del siglo XXI. c

Una de las consecuencias de la transición demográfica es la


reestructuración de la población. En la población mexicana, los niños
siempre han sido su componente más numeroso. Sin embargo, desde a b c
hace unos años el número de niños que se matriculan en la primaria ha
comenzado a reducirse, esto gracias a la natalidad reducida. Debido a
ello, México disfrutará durante las próximas décadas de un "bono demográfico", habrá menos
personas dependientes de cada trabajador, lo que puede resultar en un mejor nivel de vida y una
mayor productividad. Cabe señalar que el envejecimiento gradual de la población también traerá
consigo dificultades, sobre todo en términos de seguridad social, pues habrá muchos más adultos
mayores que jamás en la historia.

Distribución poblacional. En 1900, aproximadamente 72% de la población nacional vivía en localidades


rurales; en 1960 este porcentaje era ligeramente menor a 50% y en 2010 alcanzaba el 23.2%. Esto
quiere decir que en poco más de un siglo México pasó de ser un país predominantemente rural a uno
urbano.

A partir de la interacción de los municipios que comparten una gran actividad socioeconómica, además
de la colindancia geográfica, se han conformado las llamadas “zonas metropolitanas”. En 2010 se
habían delimitado 59 zonas de este tipo en el país, en las cuales residían 63.8 millones de personas
(56.8% de la población nacional) en poco menos de 172 mil kilómetros cuadrados. De entre ellas, la
Zona Metropolitana del Valle de México era la más poblada, con poco más de 20 millones de personas,
lo que equivalía a 17.9% de los habitantes del país o 31.5% de las personas asentadas en la totalidad de
las zonas metropolitanas. En segundo y tercer lugar se encontraban las zonas metropolitanas de
Guadalajara y Monterrey, con 4.4 y 4.1 millones de habitantes, respectivamente. La concentración de
población en las zonas metropolitanas tiene como consecuencia fuertes presiones sobre el ambiente,
las cuales casi siempre rebasan los límites geográficos de los propios asentamientos y sus alrededores.

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A pesar de la creciente urbanización del país, existe un gran número de localidades rurales (con menos
de 2 500 habitantes) dispersas por el territorio nacional.

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