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Nombre: Bryan Saraguro

Fecha: 03/01/2018

ÉTICA DEL SUPERHOMBRE

El hombre es un ser incompleto, pues todo animal da lugar a algo superior. Es


un puente entre el simio y el Superhombre, es algo que debe ser saltado,
superado. El Superhombre es aquel ser que tiene una moral de nobles, es un
noble, y acepta la voluntad de poder: es un hombre legislador, él crea sus propias
normas, morales y de todo tipo, además es un hombre que somete las cosas a
su voluntad, es un hombre vital ama la vida y este mundo.
Además, es un ser que acepta el Eterno Retorno, pues cuando toma una
decisión realmente la quiere tomar, y no se arrepiente de sus actos. Sabe que la
vida es en parte dolor y en parte placer, pero no reniega de ello.
A la vez desarrolla una ética de la autorrealización, del desarrollo de sí mismo.
Se trata, por tanto, de una ética material. Entiende la felicidad como creación de
sí mismo, como autocreación en el juego de la experiencia sin límites. La ética
de Nietzsche tendría dos momentos:
1. La crítica a la moral.
2. La negación como alternativa.
Históricamente: Nietzsche investiga el origen de los conceptos “bien” y mal”. En
su origen encuentra una doble moral:
La moral de los señores: es la de los fuertes, creativos, dominadores. Estos
forman una casta o clase social que se impone a la clase de los débiles, de los
inferiores, de los vulgares y sometidos. El dominador ama la vida, es duro para
sí y para los demás, y desprecia la debilidad y la cobardía, el miedo, la humildad
y la mentira. No se compadece ni es piadoso.
La moral de los esclavos privilegia la igualdad, la compasión, la dulzura y la
paciencia. Es propia de los oprimidos y los débiles que a menudo desprecian
esta vida y se refugian en el más allá.
Según Nietzsche, se ha producido una transformación de los valores. La
búsqueda socrática del universal, y la aportación judeocristiana de la
misericordia y la compasión ejecutaron una traición sobre la moral de los
señores, imponiendo una moral de esclavos como alternativa.
Hechos históricos como la revolución francesa o la expansión de la democracia
vienen a verificar y confirmar esta traición. La inversión o transmutación de los
valores está consumada y Nietzsche reivindica la moral de los señores. La moral
y la religión son engaños, traiciones, imposiciones.
El superhombre es el hombre nuevo que aparece tras la “muerte de Dios”.
Nietzsche lo concibe como el individuo fiel a los valores de la vida, al “sentido de
la tierra”. Su caracterización de esta figura humana es ambigua, dando lugar las
siguientes tesis a peligrosas interpretaciones, incluida la nazi: fue contrario tanto
al igualitarismo cristiano como al socialista (hay hombres inferiores y hombres
superiores; el superhombre pertenece a este segundo grupo); moral de la
violencia: llega a atribuir al superhombre rasgos terribles (falta de compasión,
desprecio por los débiles, crueldad, gusto por la acción, el combate y la guerra);
en muchos textos emplea los calificativos más exagerados para criticar al
judaísmo, al cristianismo y reivindicar la ferocidad y empuje de los pueblos
germánicos.
Es el nuevo hombre después de la muerte de dios el cual es el sentido de la vida
ya que es capaz de crear sus propios valores y principios asimilando lo bueno y
lo malo para su evolución ya que a la vez hace las cosas porque tiene ansias de
poder y que, por esa razón, los humanos evolucionarían hacia una súper-raza
que todo lo puede,
El súper hombre se caracteriza por poseer la inocencia de un niño, ya que es el
primer hombre, y posee el poder de crear valores. El se crea una fidelidad a la
vida y a la tierra. Haciendo que no sea una nueva raza, sino un nuevo modo de
ser hombre.
Nietzsche explica la ética del esclavo diciendo que ellos Vivian bajo leyes,
también describe la forma de actuar y de ser de los esclavos. Explica también la
ética de los señores; una ética para fuertes personas creativas que viven bajo su
propio mando imponiendo una clase social ante los débiles, despreciando la
cobardía, el miedo y la humildad.

ETICA KANTIANA
La ética kantiana es una teoría ética deontológica formulada por el filósofo
alemán Immanuel Kant. Desarrollada como producto del racionalismo ilustrado,
está basada en la postura que la única cosa intrínsecamente buena es una
buena voluntad; por lo tanto una acción solo puede ser buena si su máxima —el
principio subyacente— obedece a la ley moral.
Central a la construcción kantiana de la ley moral es el imperativo categórico,
que actúa sobre todas las personas, sin importar sus intereses o deseos. Kant lo
formuló de varias maneras. Su principio de universalidad requiere que, para que
una acción sea permisible, debe ser posible aplicarla a todas las personas sin
resultar contradictoria. Su formulación de la humanidad como un fin en sí misma
exige que los humanos nunca sean tratados meramente como un medio para un
fin, sino también un fin en sí mismos.
La formulación de la autonomía concluye que los agentes racionales están
obligados a la ley moral por su propia voluntad, mientras que el concepto de Kant
del Reino de los fines exige que las personas actúen como si los principios de
sus propias acciones establecieran una ley para un reino hipotético. Kant
también distinguió entre deberes perfectos e imperfectos. Un deber perfecto,
como el deber de no mentir, es siempre verdadero; uno imperfecto, como donar
a la caridad, puede flexibilizarse y aplicarse en un tiempo y espacio particulares.
El filósofo estadounidense Louis Pojman ha citado al pietismo como influencia
en el desarrollo de la ética kantiana, mientras que el filósofo político Jean-
Jacques Rousseau señala al debate contemporáneo entre racionalismo y
empirismo y la influencia de la ley natural.
Otros filósofos sostienen que los padres de Kant y su profesor, Martin Knutzen,
influenciaron su ética. Aquellos influenciados por la ética kantiana incluyen al
filósofo Jürgen Habermas, el filósofo político John Rawls y el psicoanalista
Jacques Lacan. El filósofo alemán G. W. F. Hegel criticó a Kant por no proveer
suficientes detalles concretos en su teoría moral para afectar la toma de
decisiones y por negar la naturaleza humana.
El filósofo alemán Arthur Schopenhauer argumentó que la ética debería intentar
describir cómo se comportan las personas y criticó a Kant por ser normativo.
Michael Stocker ha argumentado que actuar por deber puede disminuir otras
motivaciones morales como la amistad, mientras que Marcia Baron ha defendido
la teoría al sostener que no lo hace. La Iglesia católica ha criticado la ética
kantiana como contradictoria y considera que la ética cristiana es más compatible
con la ética de las virtudes.
La afirmación de que todos los humanos merecen dignidad y respeto como
agentes autónomos implica que los profesionales médicos deberían estar felices
porque sus tratamientos se realicen en quienquiera, y que los pacientes nunca
deben ser tratados simplemente cómo instrumentos para la sociedad.
La actitud de Kant hacia la ética sexual surge por su postura que los humanos
nunca deben usarse simplemente como medios para un fin, lo que le llevó a
considerar la actividad sexual como degradante y a condenar ciertas prácticas
sexuales. Filósofas feministas han empleado la ética kantiana para condenar
prácticas como la prostitución y la pornografía debido a que no tratan a las
mujeres como fines.
Kant también creía que, ya que los animales no poseen racionalidad, no
podemos tener deberes hacia ellos excepto el deber indirecto de no desarrollar
inclinaciones inmorales mediante la crueldad animal. Usó el ejemplo de mentir
como una aplicación de su ética: debido a que existe un deber perfecto de decir
la verdad, nunca debemos mentir, incluso si parece que mentir producirá mejores
consecuencias que decir la verdad.

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