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ESTADO PLURINACIONAL
DE BOLIVIA
ENERO - JUNIO
2012
GACETA Nº 1
Sucre-Bolivia
GACETA MAR – JUN 2012______________________________________________________DATOS INSTITUCIONALES
Secretaria General
DEPÓSITO LEGAL:
3-1-110-11 P.O.
EDICIÓN:
Nº 1-GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL DE BOLIVIA
DATOS INSTITUCIONALES:
SUCRE
Dirección: Avenida del Maestro Nº 300
Teléfonos: (591 4) 64- 40455
Fax: (591 4) 64- 21871
(591-4) 69- 12683
Email: tribunal@tc.gob.bo
Página web: www.tribunalconstitucional.gob.bo
LA PAZ
Dirección: Calle Potosí esq. Yanacocha (Interior del Tribunal
Departamental de Justicia)
Teléfono: (591-2) 2- 409420
IMPRESIÓN:
GACETA DIGITAL
PRESIDENTE
PRESENTACIÓN
La Constitución Política del Estado aprobada por primera vez en la historia mediante
referendo nacional y promulgada el 7 de febrero de 2009, dio lugar al nacimiento del
nuevo modelo de Estado Plurinacional.
Una vez posesionados en sus cargos y conformadas las Salas que lo integran, estas
autoridades, tienen el mandato de resolver las causas de reciente ingreso y la obligación
de liquidar las causas pendientes a través de la Sala Liquidadora. El rol de estas
autoridades debe ajustarse al nuevo modelo constitucional, recuperando la credibilidad de
la Justicia Constitucional bajo los principios de pluralismo jurídico, interculturalidad y
transparencia.
Abreviaturas y siglas
I. Textos legales
AC Auto Constitucional
AACC Autos Constitucionales
DL Decreto Ley
DS Decreto Supremo
DDSS Decretos Supremos
DUDH Declaración Universal de Derechos Humanos
GCP Gaceta Constitucional Plurinacional
NBSAP Normas Básicas del Sistema de Administración de Personal
NBSABS Normas Básicas del Sistema de Administración de Bienes y Servicios
OM Ordenanza Municipal
OOMM Ordenanzas Municipales
PIDCP Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
PIDESC Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
RS Resolución Suprema
RRSS Resoluciones Supremas
RA Resolución Administrativa
RRAA Resoluciones Administrativas
RM Resolución Ministerial
RRMM Resoluciones Ministeriales
RDSPN Reglamento de Disciplina y Sanciones de la Policía Nacional
RGCS Reglamento General de la Cámara de Senadores
RM Resolución Ministerial
RPDPJ Reglamento de Procesos Disciplinarios del Poder Judicial
RR Resolución Rectoral
RRCSA Reglamento del Registro de Comercio y Sociedades por Acciones
RTA Resolución Técnica Administrativa
SC Sentencia Constitucional
SSCC Sentencias Constitucionales
TUE Tratado de la Unión Europea
UJC Unidad de Justicia Constitucional
SREF Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras
RAR Resolución Administrativa Regulatoria
aptdo. apartado
art. artículo
av. avenida
c. calle
Cap. capital
C.I. cédula de identidad
exp. orig. expediente original
fs. fojas
ha hectárea(s)
inc. inciso
m metro(s)
ob. cit. obra citada
pág. página
párr. párrafo
pp. páginas
s/n sin número
s/f sin fecha
ss. siguientes
Vda. Viuda
vta. vuelta
GACETA MAR – JUN 2012_______________________________CÓDIGOS DE ACCIONES, CONSULTAS Y
RECURSOS
OTROS CÓDIGOS
Clasificación de INDICES
1. General de Resoluciones Constitucionales.
2. Por Control de Constitucionalidad Plural.
3. Por Rama del Derecho.
4. Analítico Alfabético de Jurisprudencia.
5. Por Normas Declaradas Constitucionales e Inconstitucionales.
6. Por Resoluciones Constitucionales vinculadas con la Pueblos Indígenas Originario
Campesinos.
GACETA MAR – JUN 2012________________________________________________________________ÍNDICES
MARZO - JUNIO
2012
GACETA MAR – JUN 2012___________________ÍNDICE GENERAL DE RESOLUCIONES CONSTITUCIONALES
ÍNDICE GENERAL DE
RESOLUCIONES CONSTITUCIONALES
MARZO - JUNIO
2012
GACETA MAR – JUN 2012___________________ÍNDICE GENERAL DE RESOLUCIONES CONSTITUCIONALES
00049-AL
14 0014 /2012 16/03/2012 …………………. 0088
00061-AL
15 0015 /2012 16/03/2012 00046-AL …………………. 0103
16/03/2012 00052-AL
0024 /2012 …………………. 0158
24
16/03/2012 00069-AL
0025 /2012 …………………. 0168
25
16/03/2012 00056-AL
0026 /2012 …………………. 0173
26
16/03/2012
0027 /2012 00065-AL …………………. 0179
27
16/03/2012
0028 /2012 00021.AL …………………. 0187
28
16/03/2012
0029 /2012 00004-AL …………………. 0194
29
16/03/2012
0030 /2012 00035-AL …………………. 0200
30
00049-AL
1 001 /2012-ECA 19/03/2012 …………………. 0327
00061-AL
C
Pág.
Pág.
(MARZO)
GACETA MAR 2012____________________________ÍNDICE ANALÍTICO ALFABÉTICO DE JURISPRUDENCIA
A
Pág.
ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO
ACCIÓN DE LIBERTAD
Pág.
APREHENSIÓN
DEBIDO PROCESO
DERECHO DE PETICIÓN
Pág.
INCUMPLIMIENTO DE RESOLUCIONES
CONSTITUCIONALES
JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL
Pág.
No revisa valoración de prueba efectuada por la jurisdicción
ordinaria o autoridad competente, excepto si se desarrolla fuera del
marco legal y de la razonabilidad y equidad o conducta omisiva… .. 0012/2012 . 0079
0039/2012 0270
MEDIDAS CAUTELARES
Pág.
Solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la
Libertad física, debe tramitarse con la mayor celeridad posible o
dentro de los plazos razonables ........................................................0017/2012 0115
0022/2012 0146
PROCESO PENAL
PROSPECTIVA DE LA JURISPRUDENCIA O
PROSPECTIVE OVERRULING
RESOLUCIONES JUDICIALES
Pág.
Exige el agotamiento de vías específicas, idóneas, eficientes y
oportunas para restituir el derecho a la libertad, la persecución o
procesamiento indebido .. ..................................................................0001/2012 … 0011
0004/2012 .. 0032
0009/2012 0062
0016/2012 0110
0020/2012 0134
0021/2012 0140
0029/2012 0194
Pág.
E
EFECTOS DE LA INTERPOSICIÓN DE ACCIONES
TUTELARES
FIANZA ECONOMICA
SENTENCIAS CONSTITUCIONALES
Pág.
F
FAMILIAR ..................................................................................... 0101/2012 0609
0102/2012 0614
P
PENAL ............................................................................................ 0068/2012 0446
0089/2012 0554
0096/2012 0593
0097/2012 0602
0110/2012 0680
C
Pág.
Pág.
M
(ABRIL)
GACETA ABR 2012______________________________ÍNDICE ANALÍTICO ALFABÉTICO DE JURISPRUDENCIA
Pág.
ACCIÓN DE LIBERTAD
Pág.
DEBIDO PROCESO
DERECHO A LA EDUCACIÓN
Pág.
DERECHO A LA IGUALDAD
DERECHO A LA LIBERTAD
DERECHO A LA SALUD
DERECHO A LA VIDA
DERECHO AL AGUA
DERECHO AL SUFRAGIO
Pág.
INAMOVILIDAD FUNCIONARIA
Pág.
JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL
MANDAMIENTO DE APREHENSIÓN
MEDIDAS CAUTELARES
Apelación prescinde de ciertas formalidades (Art. 251 del CPP) ....0096/2012 0593
Pág.
N
NORMAS CONSTITUCIONALES
PERSECUCIÓN INDEBIDA
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD
Pág.
PROCESO PENAL
PROSPECTIVA DE LA JURISPRUDENCIA O
PROSPECTIVE OVERRULING
RESOLUCIONES JUDICIALES
SUBSIDIARIEDAD EXCEPCIONAL EN
ACCIÓN DE LIBERTAD
Pág.
E
Pág.
ENMIENDA, COMPLEMENTACIÓN Y AMPLIACIÓN
A
Pág.
ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL
Pág.
0064/2012 0784
0065/2012 0790
ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO
ACCIÓN DE LIBERTAD
DEBIDO PROCESO
DERECHO AL TRABAJO
Pág.
JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL
Pág.
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
RECONSIDERACIÓN EN LA LEY DE
MUNICIPALIDADES (ART. 22 LM)
Pág.
Pág.
A
ACCIÓN DE LIBERTAD
[Escriba texto]
Análisis circunscrito a los aspectos cuestionados de la resolución
recurrida ............................................................................................ 0141/2012 1124
Pág.
COSA JUZGADA
DEBIDO PROCESO
[Escriba texto]
0142/2012 1135
0169/2012 1219
Pág.
DERECHO A LA DEFENSA
DERECHO A LA PROPIEDAD
DERECHO AL TRABAJO
DERECHO DE PETICIÓN
[Escriba texto]
INTERPRETACIÓN DE LEGALIDAD ORDINARIA
JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL
MINISTERIO PÚBLICO
PERSECUCIÓN ILEGAL
[Escriba texto]
Validez, jerarquía normativa y transversalidad de los principios
constitucionales ................................................................................0133/2012 1045
Pág.
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
PROCESO PENAL
[Escriba texto]
SUBSIDIARIEDAD EXCEPCIONAL EN ACCIÓN DE
LIBERTAD
TRIBUNAL DE ALZADA
[Escriba texto]
[Escriba texto]
[Escriba texto]
MARZO
[Escriba texto]
[Escriba texto]
RESOLUCIONES CONSTITUCIONALES EMITIDAS
POR LAS SALAS: PRIMERA ESPECIALIZADA,
SEGUNDA, TERCERA Y SALA PLENA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL
[Escriba texto]
[Escriba texto]
CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD
TUTELAR
[Escriba texto]
[Escriba texto]
Sentencias Constitucionales Pronunciadas en Revisión de
Acciones de Defensa
[Escriba texto]
[Escriba texto]
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00051-2012-01-AL
Departamento: Oruro
Por memorial presentado el 30 de enero de 2012, cursante de fs. 6 a 8, los accionantes, señalan
que:
Los accionantes, alegan la vulneración de su derecho a la libertad, citando al efecto el art. 23.I
de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicitan se declare “procedente” la presente acción y por ende se ordene su inmediata libertad.
Efectuada la audiencia pública el 31 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
191 a 192 vta., se produjeron los siguientes hechos.
Con el uso del derecho a la réplica, el abogado de los accionantes, señaló que, si bien se subsanó
respecto a la anulación de medidas cautelares y la imputación formal, mediante Auto de 25 de
enero de 2012, los cuatro meses que transcurrieron en ese interín, sus clientes permanecieron
privados de su libertad, sin que exista imputación toda vez que la misma había sido anulada.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.3. Isaac Pablo Yampara Yampara, por memorial presentado el 22 de agosto de 2011, cursante
de fs. 148 a 150 vta., interpuso incidente de nulidad por defecto absoluto, el cual fue corrido en
traslado por providencia de la misma fecha (fs. 151) y contestada por escrito de 27 de igual mes
y año (fs. 157), habiéndose el coimputado, Wilson Tito López, adherido al incidente interpuesto
por memorial presentado el 30 del indicado mes y año (fs. 159 a 160 vta.).
II.6. Por memoriales presentados el 25 de enero de 2012, el Fiscal de Materia, Teddy Ramiro
Yapari Mendoza, presentó imputación formal y solicitó medidas cautelares contra Isaac Pablo
Yampara Yampara, por la comisión del delito de fabricación de sustancias controladas (fs. 181 a
185 vta.).
II.7. Wilson Tito López y Edmundo Tito Copa, mediante escrito presentado el 26 de enero de
2012, solicitaron su libertad inmediata, habiendo dispuesto el Juez de la causa, estén al Auto
complementario de 25 de enero de 2012 (fs. 188 a 189).
Los accionantes alegan la vulneración a su derecho a la libertad, toda vez que, por Auto de 22
de septiembre de 2011, la autoridad Judicial demandada, dispuso la anulación de la
imputación formulada en su contra por la supuesta comisión del delito de fabricación de
sustancias controladas, así como la imposición de medidas cautelares de detención preventiva;
sin embargo, habiendo solicitado su inmediata libertad el 26 de enero de 2012, la autoridad
jurisdiccional, por providencia de 27 de igual mes y año, dispuso se esté al Auto de 25 del
mismo mes y año, complementario a la Resolución de 22 de septiembre de 2011, que aclaró
que los efectos de dicho fallo únicamente alcanzaban a Isaac Pablo Yampara Yampara,
manteniéndose, vigentes la imputación formal y la imposición de medidas cautelares contra
los ahora accionantes. En consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Juez de
garantías, corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si constituyen persecución,
aprehensión, procesamiento o apresamiento indebidos o ilegales, a fin de conceder o denegar
la tutela solicitada.
Está consagrada por el art. art. 125 de la CPE, cuando dispone que: “Toda persona que considere
que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o
privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o
escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante cualquier
juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la
persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la
libertad”.
Teniendo presente la importancia de los derechos primarios protegidos como son la vida y la
libertad física, de manera general no se encuentra regida por el principio de subsidiariedad, al
contrario, se activa sin el previo agotamiento de las vías legales ordinarias, es de tramitación
especial y sumarísima, reforzada por sus características de inmediatez en la protección,
sumariedad, informalismo, generalidad e inmediación; procede contra cualquier servidor público
o persona particular y tampoco reconoce fueros ni privilegios.
Sin embargo como todos los derechos, el de recurrir está sujeto a las normas generales que lo
rigen, entre ellos la oportunidad o el plazo, el contenido o expresión de agravios y la forma en
que deban formularse. En cuanto a la apelación incidental se la debe presentar y tramitar en
sujeción a las previsiones de los art. 404 a 406 del CPP” (las negrillas nos corresponden).
(…)
Considerando que el inc. 2) del art. 403 del CPP, establece específicamente como recurrible la
resolución que resuelve la excepción y no así un incidente y tomando en cuenta la
diferenciación que existe entre estas dos figuras procesales y su propia naturaleza jurídica de
ambas; además, convencidos que el sistema procesal penal debe estar más fortalecido y sólido,
justamente por la coyuntura delincuencial e inseguridad ciudadana que pasa el país, éste
Tribunal Constitucional, ve la imperiosa necesidad de una adecuación normativa, a través del
conducto legal pertinente; en este caso, la Asamblea Legislativa Plurinacional, a efectos de que
en mérito a la atribución conferida por el art. 158 de la CPE, modifique el art. 403 del Código
de Procedimiento Penal, e incluya a dicha norma conforme a su naturaleza jurídica, un inciso
que establezca -específicamente- como resolución sujeta a apelación incidental, los incidentes,
y de esta forma pueda concordarse con su aplicación efectiva el alcance al que se refiere el art.
394 del CPP, que establece que, las resoluciones judiciales serán recurribles, únicamente en los
casos establecidos en la Ley 1970; más aún, si tomamos en cuenta que en la práctica forense -
pese de existir la jurisprudencia antes referida- los operadores de justicia, los litigantes e
inclusive algunos Jueces y Tribunales de garantías, siguen interpretando el art. 403 del CPP,
como si éste no reconociera como recurrible un incidente de actividad procesal defectuosa “al
no encontrarse especificados en los incisos de la norma citada”, conllevando a que la justicia
constitucional se active innecesariamente y directamente, perjudicando en distintos aspectos a
la victima, al imputado o en su caso, a la propia administración de justicia ordinaria, a quienes
en todo caso se les debe brindar y reflejar seguridad jurídica”.
La misma Sentencia Constitucional, más adelante acota: “…bajo los antecedentes y necesidades
fundamentales y prioritarias señaladas, la Asamblea Legislativa, debe incluir un inciso
específico dentro del art. 403 del CPP, que se encuentre separado de lo que es una excepción, y
que reconozca al incidente como recurrible vía apelación incidental y de esta forma garantizar
el principio de impugnación reconocida por el art. 180.II de la CPE y que concuerdan
naturalmente con el principio de eficacia, accesibilidad e igualdad de las partes ante el Juez,
por los cuales entre otros principios, se fundamenta la jurisdicción ordinaria como así señala el
párrafo primero de la norma constitucional citada, pues si bien ya existe jurisprudencia como
se explicó ut supra, sin embargo, esta no puede suplir a futuro una situación que
necesariamente debe estar especificada en la Ley; correspondiendo a éste Tribunal
Constitucional, exhortar a la Asamblea Legislativa para los fines jurídicos señalados.
Los accionantes alegan que, habiendo, el Juez de la causa dispuesto por Auto de 22 de
septiembre de 2011, la anulación de la imputación formal e imposición de medidas cautelares,
en resolución del incidente de nulidad por defecto absoluto interpuesto por Isaac Pablo Yampara
Yampara, solicitaron por memorial de 26 de enero de 2012, se emita mandamiento de libertad a
su favor, mereciendo por parte de la autoridad jurisdiccional, estén al Auto complementario de
25 de enero de 2012, que, aclaró que los efectos de la Resolución de 22 de septiembre precitada,
Según informan los datos del proceso, se identifica que los accionantes señalan como acto
vulnerario al derecho reclamado mediante la presente acción de defensa, el hecho de que a pesar
de haberse adherido uno de ellos al incidente de actividad procesal defectuosa suscitado por otro
coimputado, el fallo que resuelve la misma, no los incluyó en la parte resolutiva; sin embargo,
demostrando una actitud pasiva dentro del proceso penal seguido en su contra, pretenden
confundir sin lógica alguna a este Tribunal, manifestando que desconocen dicha Resolución,
pero contrariamente dejan pasar cuatro meses para reclamar su contenido sin considerar, durante
todo ese tiempo que de por medio se encontraba el derecho a la libertad que actualmente
reclaman; ahora bien, conforme la interpretación del Fundamento Jurídico III.3 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, la Resolución emanada del incidente de actividad
procesal defectuosa, es apelable conforme prevé el art. 403 del CPP; en este sentido, si los
accionantes consideraban que la Resolución de 22 de septiembre de 2011, lesionaba su derecho
a la libertad, tenían la posibilidad técnica y legal de acudir a la apelación incidental dentro de los
tres días de su notificación o conocimiento y no activar innecesariamente una acción especial
como es la presente.
En estricta coherencia con lo afirmado precedentemente, se tiene que, López Barja de Quiroga,
Jacobo. “Tratado de Derecho Procesal Penal” página 1376, señala que: “…adherirse significa
asociarse y unirse al recurso complementando esfuerzos en pos de un común objetivo, dando
nuevas razones que apoyen la tesis mantenida dentro de los mismos fundamentos…”,
manifestando asimismo que: “…la adhesión ha de coadyuvar, apoyar, reforzar o cooperar con el
recurso principal y, por ello, no son admisibles adhesiones contrapuestas a la del recurso
principal”, razonamientos complementarios a lo prescrito por el art. 397 del CPP, que establece:
“…cuando en una causa existan coimputados, el recurso interpuesto por uno de ellos, favorecerá
a los demás, a menos que los motivos en que se base sean exclusivamente personales”; de lo que
se colige, considerando la importancia y alcance jurídico de una adhesión conforme refleja la
norma y la propia doctrina, que el imputado tenía la obligación de ser diligente en causa propia y
efectuar el seguimiento de la adhesión formulada de su parte; sin embargo, al no haberlo hecho,
es el propio accionante, Wilson Tito López, quien, con su negligencia, se ha colocado en estado
de indefensión; así, el Tribunal Constitucional de España en su Sentencia 0048/1984, ha
señalado que: "…la indefensión no se produce si la situación en la que el ciudadano se ha visto
colocado se debió a una actitud voluntariamente adoptada por él o si le fue imputable por falta
de la necesaria diligencia...”, prueba evidente de lo señalado es que la Resolución cuestionada
data de 22 de septiembre de 2011, misma que, conforme se señaló ut supra, era recurrible.
solicitando se libre mandamiento de libertad, para posteriormente, el 30 del mismo mes y año,
activar una acción constitucional como si se tratara de otra instancia dentro de la justicia
ordinaria; en todo caso, al ser el Auto complementario parte de la Resolución principal que
resuelve el incidente, si consideraba que vulneraba su derecho, debió proceder conforme a la
jurisprudencia citada en la presente Sentencia.
En este sentido, Wilson Tito López, no hizo usó de los mecanismos intraprocesales específicos,
idóneos, eficientes y oportunos, contemplados en el ordenamiento jurídico vigente, para restituir
el derecho que ahora alega vulnerado; en consecuencia, el actor no puede pretender, por vía de
la acción de libertad, subsanar la negligencia en la que incurrió al no hacer efectivo un
mecanismo establecido por ley para lograr que su derecho a la libertad sea oportunamente
restituido, situación que impide a este Tribunal, ingresar al fondo del asunto.
III.4.1. Por otra parte, es necesario aclarar que, si bien en la acción de libertad ambos
accionantes alegan situaciones similares, según informan los datos del proceso, se constata que
sólo uno de los accionantes, Wilson Tito López, se adhirió al incidente de actividad procesal
defectuosa interpuesto por Isacc Pablo Yampara Yampara y no así Edmundo Tito Copa; en
este sentido, se evidencia que el imputado, ahora accionante, que no se adhirió al incidente
suscitado, tenía expeditos los mecanismos intraprocesales para restablecer el derecho a la
libertad que ahora alega vulnerado, pues de acuerdo al art. 54.1 del CPP, concordante con el art.
74 de Ley del Órgano Judicial (LOJ), el juez cautelar tiene la función de ejercer “el control de la
investigación, conforme a las facultades y deberes previstos en este Código”; normativa que se
complementa con lo establecido en el art. 5 del CPP, que establece que el imputado puede
ejercer la defensa de sus derechos y garantías desde el primer momento del proceso; en mérito a
ello, tenía abierta la posibilidad de activar un mecanismo de defensa establecido en el sistema
procesal penal como es el incidente de “actividad procesal por defectos absolutos”, previsto en
los arts. 169 y 170 concordantes con el art. 167 del referido cuerpo legal, disposiciones legales
que resguardan el derecho de las partes frente a la actividad procesal defectuosa regulan los
supuestos y actos procesales, catalogados como defectos procesales absolutos y relativos,
justamente, para corregir actos procesales defectuosos que puedan afectar derechos
fundamentales y garantías constitucionales; además, si suscitado éste mecanismo persiste la
lesión o se considera que no se ha restablecido el derecho reclamado, existe la posibilidad de
apelar incidentalmente dicha determinación conforme se ha establecido en la jurisprudencia
citada en los Fundamentos Jurídicos III.3 de la presente Sentencia; en consecuencia, al no haber
procedido conforme a ley y agotar las vías previstas por el ordenamiento jurídico previamente
de acudir a la justicia constitucional, respecto a Edmundo Tito Copa, también debe negarse la
tutela por subsidiaridad.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00044-2012-01-AAC
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 37/2012 de 24 de enero de 2012, cursante de fs. 211 a 215 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Cristobal Condori
Acho contra Mario Nava Morales Carrasco, Director Ejecutivo de la Autoridad Regional
de Impugnación Tributaria de Chuquisaca, Marcelo Miranda Vargas, ex Administrador y
Osvaldo Saavedra Gutiérrez, Administrador, ambos de la Aduana Interior Sucre.
Refiere el accionante que, dentro del proceso administrativo iniciado en su contra por la Aduana
Interior el 15 de octubre de 2009, se emitió un acta de comiso de su vehículo clase Camión,
marca Nissan, tipo Cóndor, modelo 1996, con datos erróneos como, el número de chasis
MK211K-14477; es decir, que se trataba de otra movilidad y no la suya, lo que originó el inicio
del proceso sin habérsele hecho conocer ningún actuado, menos habérsele designado defensor de
oficio, emitiéndose el 11 de noviembre la Resolución Sancionatoria por contrabando AN-
SUCCI 57/2009, acta de intervención contravencional AN/COA/RCBA C-0331/09, de 11 de
noviembre de 2009, sancionándolo con el comiso del vehículo de referencia y disponiendo el
comiso de otra movilidad distinta a la suya.
Contra dicha Resolución, no se interpuso recurso alguno, adquiriendo por tanto dicha resolución
"ejecutoria", motivo por el cual -de acuerdo al accionante-, ésta no puede ser modificada por
ningún medio; sin embargo, después de más de un año de su ejecutoria, la Aduana Interior de
Sucre se percató que el número de chasis de la movilidad incautada que figura en la indicada
resolución sancionatoria no correspondía a los datos del proceso, lo que originó la modificación
de oficio del citado fallo mediante la Resolución Administrativa (RA) de 7 de abril de 2011,
decisión que autoriza la corrección de la Resolución Sancionatoria en el número de chasis,
indicado MK211k-11477.
En mérito a lo señalado, colige el accionante que al haberse modificado dicha resolución, debió
habérsele notificado, situación que no ocurrió; por el contrario, se notificó a los representantes
del Gobierno Municipal de Santiago de Huata, pronunciando a los cuatro días la RA de
Adjudicación Directa AN-SUCCI-RA-016/2011 de 11 de abril, a través de la cual, se adjudica el
bien en comiso al Gobierno Municipal antes señalado, agregando que con esta decisión,
tampoco fue notificado.
En mérito a los antecedentes expuestos, afirma el accionante que su derecho a la defensa ha sido
vulnerado porque nunca fue notificado con la Resolución Administrativa que autoriza la
corrección de la Resolución Sancionatoria ni con la de adjudicación directa.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la acción, a cuyo efecto pide se deje sin efecto la RA 017/2011, que autoriza la
corrección de la Resolución Sancionatoria, la RA 016/2011 de adjudicación directa de 11 de abril y
el Auto de rechazo de 5 de julio de 2011 y los Autos de 8, 27 y 29 de julio del mismo año,
solicitando además se le conceda los recursos de alzada y jerárquico.
Celebrada la audiencia pública el 24 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
203 a 210 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante ratificó y reiteró los extremos de su demanda, puntualizando que de
conformidad con lo establecido en la SC 2016/2010-R, no es necesario acudir al contencioso
administrativo, quedando abierta la protección de la jurisdicción constitucional.
I.2.4. Resolución
recurribles conforme determina el art. 143 del CTB y la Ley 3092; por el contrario, según la
norma prevista en el art. 57 de la LPA, ambos fallos constituyen determinaciones de mero
trámite; ii) El recurso jerárquico formulado por el accionante procede únicamente contra las
resoluciones que resuelven el recurso de alzada; y, III) El accionante debió ejercitar su derecho
de recurrir una vez que fue notificado con la Resolución Sancionatoria de Contrabando,
situación que no ocurrió, lo que demuestra que el accionante no cumplió con el principio de
subsidiariedad.
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. El 15 de octubre de 2009, a horas 11:00 aproximadamente, agentes del Control Operativo
Aduanero (COA) en servicio de patrullaje de control de mercadería y vehículos
indocumentados, intervinieron en la zona de la Terminal de buses de la ciudad de Sucre, el
vehículo clase camión de color blanco, marca Nissan tipo Cóndor, subtipo UD, con chasis
MK211K-14477, con placa de control 1703-CNC, modelo 96, conducido por Cristobal Contori
Acho -ahora accionante-, dicha intervención fue realizada por no contar con documentación
respaldatoria, firmando en el acta de comiso, en calidad de propietario (fs. 1). En la misma fecha
se emitió el acta de intervención contravencional AN/COA/RCBA C-0331/09 (fs. 2 a 3),
realizándose la entrega e intervención del vehículo decomisado a los responsables del
concesionario de Depósito Aduanero ALBO (fs. 4).
II.4. A través de la RA 017/2011, se autorizó la modificación del octavo dígito del chasis por
existir un error material e involuntario.
II.7. El ahora accionante, formuló recurso de alzada ante el Director Ejecutivo ahora
demandado, contra las Resoluciones Administrativa de corrección y de adjudicación, el cual es
rechazado por Auto de 5 de julio de 2011. En mérito a esta decisión, el peticionante de tutela,
presentó recurso jerárquico ante la misma autoridad, recurso que también fue rechazado. Contra
esta última decisión, el accionante presentó memorial de aclaración y rectificación, el mismo
que es resuelto mediante Auto de 29 de julio de 2011.
El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa, instituye en el art. 128 la
acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los
"actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley".
Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de
protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de
protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías, que no se
encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo
orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de
privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los
que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o
colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.
El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no
incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata,
oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías
fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso
constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del
proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y
diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales con una causa distinta a
la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos
fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico procesal
propio.
Finalmente cabe señalar, que dentro de los principios procesales configuradores del amparo
constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo I
del art. 129 de la CPE, que esta acción "(…) se interpondrá siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados".
Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías, al constituirse en un mecanismo
constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y
respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no exista otro
medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han restablecido
el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede
analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela.
En el orden de ideas citado también debe señalarse que la acción de amparo constitucional,
encuentra fundamento directo en el artículo 25.1 de la CADH, instrumento que señala: "Toda
persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aún cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales". En el
marco del citado precepto que forma parte del Bloque de Constitucionalidad reconocido por el
artículo 410 de la CPE, se tiene que la dimensión procesal constitucional de la acción de amparo
constitucional debe ser estructurada a partir de este marco de disposiciones, siendo evidente que
el amparo constitucional constituye un mecanismo eficaz de defensa para el resguardo de
derechos fundamentales insertos en el bloque de constitucionalidad.
Ahora bien, una vez descrita la dimensión procesal de la acción de amparo constitucional,
corresponde ahora establecer su idoneidad para la tutela de los derechos al debido proceso, a la
defensa y a la impugnación.
En el orden de ideas señalado, se tiene que el derecho al debido proceso, puede ser tutelado a
través de la acción de amparo constitucional, en ese orden, corresponde en este estado de cosas
definir al debido proceso, vinculado con los derechos a la defensa y a la impugnación, por tanto,
es menester señalar que la SC 1674/2003-R de 24 de noviembre, entre otras, define al debido
proceso como: "…el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus
derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos
aquellos que se hallen en una situación similar; comprende la potestad de ser escuchado
presentando las pruebas que estime convenientes en su descargo (derecho a la defensa) y la
observancia del conjunto de requisitos de cada instancia procesal, a fin de que las personas
puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda
afectar sus derechos. Se entiende que el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata,
vincula a todas las autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de
Ahora bien, a través de la Resolución 017/2011, por el error material en el último dígito de la
numeración del chasis, se autoriza la corrección material de este dato, en ese contexto, el
accionante, denuncia que no fue notificado con esta decisión, afectándose así su derecho a la
defensa; sin embargo, de la compulsa de antecedentes, se evidencia que el ahora accionante
formuló recurso de alzada ante el Director Ejecutivo ahora demandado, el cual fue rechazado
por Auto de 5 de julio de 2011; asimismo, se evidencia también que el peticionante de tutela,
presentó recurso jerárquico ante la autoridad antes señalada, recurso que también fue rechazado,
razón por la cual, el accionante presentó memorial de aclaración y rectificación, el mismo que
fue resuelto mediante Auto de 29 de julio de 2011.
Por lo señalado, las impugnaciones efectuadas por el propio accionante, cuyo plazo de
activación no es cuestionado en las resoluciones que las resuelven, son los elementos esenciales
para establecer que en el caso concreto no se dejó al accionante en estado de indefensión y por
tanto no se afectó las reglas del debido proceso ni el derecho a la defensa de acuerdo a los
presupuestos establecidos por la SC 1674/2003-R, cuya ratio decidendi ya fue desarrollada en el
Fundamento Jurídico III.2 de la presente sentencia.
En lo referente a esta denuncia, corresponde señalar que el Código Tributario, en el marco de las
reglas del debido proceso, establece los presupuestos procesales para la actuación de la
Administración Aduanera, en ese orden, corresponde señalar que el artículo 143 del CTB,
normativa adjetiva aplicable al caso de autos, señala taxativamente lo siguiente: "El Recurso de
Alzada será admisible sólo contra los siguientes actos definitivos: 1. Las Resoluciones
determinativas. 2. Las Resoluciones Sancionatorias. 3. Las resoluciones que denieguen
solicitudes de exención, compensación, repetición o devolución de impuestos. 4. Las
resoluciones que exijan restitución de lo indebidamente devuelto en los casos de devoluciones
impositivas. 5. Los actos que declaren la responsabilidad de terceras personas en el pago de
obligaciones tributarias en defecto o en lugar del sujeto pasivo".
Por lo señalado, se establece que precisamente por las razones antes expuestas, la Resolución
017/2011, no se encuentra dentro de las decisiones objeto de impugnación reguladas por el
artículo 143 del CTB, por cuanto, su rechazo por la autoridad ahora demandada, de ninguna
manera afecta el derecho al debido proceso, a la defensa ni al derecho a recurrir, por tal razón,
los presupuestos establecidos para las reglas del debido proceso en la SC 1674/2003-R, cuya
ratio decidendi ya fue desarrollada en el Fundamento Jurídico III.2, no fueron conculcados en el
caso concreto.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de Libertad
Expediente: 00028-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Por memorial presentado el 19 de enero de 2012, cursante de fs. 3 a 4, el accionante señala que:
I.1.3. Petitorio
La parte accionante ratificó la acción planteada y ampliando la misma, señaló que: a) La Fiscal
de Materia llegó a instalaciones de la Policía a horas 18:00, y al tener conocimiento de la
vulneración de los derechos de las accionantes dispuso la cesación de su arresto; y, b) Ante la no
existencia de delito flagrante, no impera el allanamiento de domicilio.
Freddy Villarroel Gutiérrez, Comandante de la FELCC de la Villa Primero de Mayo, por informe
escrito cursante a fs. 11 y vta., indicó que: 1) Las accionantes incumplieron un acta de buena
conducta suscrito con una tercera persona el 3 de noviembre de 2011, situación por la que se
dispuso el arresto de ocho horas; posteriormente y antes de cumplir con el plazo señalado, se
remitió a las arrestadas con acción directa ante la Fiscal de la Villa Primero de Mayo, al tener
conocimiento de que existía una denuncia por tentativa de homicidio; y, 2) La autoridad fiscal
ordenó la libertad de las mismas al cumplir las ocho horas de arresto.
I.2.3. Resolución
Mediante Resolución 02/2012 de 20 de enero, cursante de fs. 13 vta. a 15 vta., el Juez Séptimo
de Sentencia y de Partido en lo Penal Liquidador de la ciudad de Santa Cruz, denegó la acción
de libertad, argumentando que: i) De acuerdo a lo expuesto, el presente caso deviene de un
problema anterior que hubieran tenido las accionantes con algún ciudadano o ciudadana, no
habiéndose mencionado cual es el caso o la denuncia policial; ii) El memorial de solicitud de
cesación de arresto cumplió su cometido, es decir, que fueron liberadas como se evidencia por la
Resolución dictada por la Fiscal y corroborado por el abogado defensor del accionante quien
dice que se las liberó a horas 20:00 del mismo día; y, iii) La Policía Boliviana cumplió con el
término previsto por ley de ocho horas de arresto, ya que esa instancia tiene facultad de arrestar.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Por informe de acción directa de 19 de enero de 2012, se tiene que los funcionarios
policiales Franz Quispe Ruiz y Adrian Guarachi, al conocer la denuncia de Mamerto Mojica,
arrestaron a las accionantes a horas 11:45 de la misma fecha (fs. 9 y vta.).
II.2. Mediante memorial presentado el 19 de enero de 2012 a horas 18:30, Jovana Rodríguez
Rivero y Josefina Viveros Cabrera, por intermedio de su abogado, solicitaron al Fiscal de la
FELCC, la cesación de su arresto, al haberse cumplido las ocho horas que la ley establece (fs.
10).
públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o
amenazada por la restricción o supresión de la libertad.
Está consagrada por el art. art. 125 de la Constitución Política del Estado (CPE), cuando dispone
que: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o
que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de
Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna
formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que
se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales
o se restituya su derecho a la libertad”.
Teniendo presente la importancia de los derechos primarios protegidos como son la vida y la
libertad física, de manera general no se encuentra regida por el principio de subsidiariedad; al
contrario, se activa sin el previo agotamiento de las vías legales ordinarias, es de tramitación
especial y sumarísima, reforzada por sus características de inmediatez en la protección,
sumariedad, informalismo, generalidad e inmediación; procede contra cualquier servidor público
o persona particular y tampoco reconoce fueros ni privilegios, correspondiendo conocer y
resolver dicha acción constitucional, al juez en materia penal debido al principio de especialidad
reconocido en la Ley Fundamental.
Conforme prevé el art. 179.III de la CPE, la justicia constitucional será ejercida por el Tribunal
Constitucional Plurinacional, institución que por mandato de lo establecido por el art. 196 de la
Norma Suprema, velará por la supremacía de la Constitución Política del Estado, ejercerá el
control de constitucionalidad y precautelará el respeto y la vigencia de los derechos y las
garantías constitucionales; en este sentido, el Tribunal Constitucional Plurinacional, tiene un
estatus de órgano constitucional independiente y distinto al de los demás, de manera que, en el
ejercicio de su función jurisdiccional, no está subordinado ni sometido sino a la Ley
Fundamental y a las leyes; razón por la cual, todo ciudadano que pretenda acudir y activar a un
órgano tan importante como es este Tribunal, debe hacerlo previamente acudiendo a instancias
legales reconocidas y previstas por ley como sucedió en el presente caso; sin embargo, es deber
del sujeto legitimado, el exigir la respuesta de su solicitud a la autoridad de la jurisdicción
distinta a la constitucional, la cual en su efecto jurídico, puede restituir o restablecer el derecho
presuntamente cuestionado y vulnerado.
controversias que podrían conllevar a suscitar una acción constitucional, previamente sean
resueltas y “respondidas” en las instancias establecidas en nuestro ordenamiento jurídico, ya sea
un vocal, un juez y el propio Ministerio Público, pero claro está, antes de activar una acción
tutelar.
Es oportuno y prudente señalar que, si bien nos encontramos bajo un nuevo sistema
constitucional y un nuevo órgano de control de constitucionalidad como es este Tribunal, ello no
impide la aplicación de jurisprudencia constitucional anterior, claro está, siempre y cuando no
contradiga y no sea incompatible con el espíritu plurinacional, los principios y valores de la
Norma Suprema; jurisprudencia que ira mutando según se vaya desarrollando y consolidando el
nuevo sistema de justicia plurinacional que se implementará a partir de la nueva Ley
Fundamental, que es la principal instancia legitimadora del modelo de Estado de Derecho
Plurinacional.
El accionante alega que sus representadas, fueron arrestadas por más de ocho horas, previo
allanamiento de su domicilio.
Ahora bien, para el análisis de la presente problemática, previamente debemos remitirnos al art.
45 de la Ley Orgánica del Ministerio Público (LOMP), norma que establece que el fiscal de
materia tiene la atribución de ejercer la dirección funcional de la actuación policial y supervisar
la legalidad de las actividades de la investigación; disposición que se encuentra acorde con el
art. 76 de la citada Ley, al aclarar que los miembros pertenecientes a organismos que ejerzan
actividad de Policía Judicial deberán desempeñar sus funciones bajo la dirección funcional del
fiscal.
Por otra parte y con carácter aclaratorio, el accionante no probó la existencia de una
investigación y por tanto, no se encuentra certeza de un control jurisdiccional por parte de un
juez de instrucción, en ese caso, previamente debió acudir a éste e incluso al de turno como
establece la jurisprudencia; sin embargo y como se dijo, fue el representante del Ministerio
Público quien dio curso a la pretensión de las representadas del accionante.
III.4. Finalmente, con referencia al allanamiento alegado y en coherencia con el fundamento que
antecede, previamente debemos remitirnos a la jurisprudencia constitucional, la cual -como se
dijo-, no es contraria al nuevo ambiente constitucional; así, la SC 0080/2010-R de 3 de mayo,
que unificó las subreglas de subsidiariedad generadas por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional en acciones de libertad, tratándose de procesos penales, estableció tres supuestos
en los que de manera excepcional, no es posible ingresar al análisis de la presente acción, por
existir otros medios de protección del derecho a la libertad: a) Lesiones al derecho a la libertad
física (por ejemplo aprehensiones fiscales y policiales) cometidas antes de la imputación formal,
que deben ser denunciadas ante el juez cautelar; b) Resoluciones de medidas cautelares que
deben ser impugnadas a través del recurso de apelación o lesiones al debido proceso vinculadas
al derecho a la libertad física y que causen indefensión absoluta, que deben ser reclamadas ante
la autoridad judicial que conoce la causa; y, c) Planteamiento simultáneo de solicitudes
vinculadas a la modificación de medidas cautelares y del recurso de hábeas corpus, ahora acción
de libertad.
“Primer supuesto:
donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus derechos. De no ser así,
se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través del
legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en el control
de la investigación” (las negrillas nos pertenecen).
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de Libertad
Expediente: 00026-2012-01-AL
Departamento: Beni
En revisión la Resolución 01/2012 de 17 de enero cursante de fs. 157 a 159, pronunciada, dentro de
la acción de libertad interpuesta por Erick Villca Monje contra Edwin Padilla Flores, Fiscal de
Materia de Riberalta.
En consecuencia el accionar del Fiscal y de los funcionarios policiales vestidos de civiles, violaron
sus derechos, al viejo estilo de los gobiernos de facto, al permitir que sea vejado, amenazado,
privado de su libertad y detenido ilegalmente, sin existir mandamiento emanado por autoridad
competente; además, al momento de su ilegal detención, no fue informado de la razón de la
privación de su libertad, ni fue notificado.
El accionante estima como vulnerados sus derechos a la vida, libertad personal y la garantía de
presunción de inocencia; citando al efecto los arts. 22, 23.I, II, III, V y VI, 114 y 116 de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la presente acción y se disponga su inmediata libertad. Sea conducido, a los
fines de la audiencia establecida en la norma constitucional, desde celdas de la FELCC de la
ciudad de Riberalta, donde guarda detención indebida y se encuentra privado de su libertad
personal.
El abogado del accionante, en audiencia ratificó y amplió los términos expuestos en su demanda de
acción de libertad, indicando que se siguen violando las garantías constitucionales de su cliente que
no fue llevado a la audiencia y obligando a la Juzgadora a constituirse en ese recinto penitenciario.
Las garantías fueron vulneradas con participación directa del Fiscal, en complicidad con los
funcionarios policiales. El 9 de enero de 2012, se libra una orden de aprehensión y en la noche es
detenido, conociéndose, que sólo en los delitos flagrantes podrá hacer persecución nocturna,
entregando en calidad de prueba la Resolución de aprehensión, señalando además que el Ministerio
Público tiene seis meses para investigar y no debe torturar.
Edwin Padilla Flores, Fiscal de Materia de la localidad Riberalta, del departamento de Beni,
informó que a raíz del informe del Policía asignado al caso, de 9 de enero de 2012, donde se
establece que Erick Villca Monje es con probabilidad autor del hecho delictivo de robo agravado
ocurrido en instalaciones de PRENDAMAS Regional Riberalta, se procedió a emitir la Resolución
de aprehensión de la misma fecha, dirigida contra el accionante en cumplimiento del art. 226 del
Código de Procedimiento Penal (CPP), toda vez que existía denuncia e investigación abierta.
Aclara que la aprehensión fue realizada el 13 de enero de 2012 a horas 12:30 en el barrio “El Sol”
y no en la plaza “Santa Cruz”, conforme al acta de aprehensión efectuada por la Policía, que cursa
en el cuaderno de investigación y por informe policial de la misma fecha, se tiene demostrado que
el ahora accionante, habría recibido una gran cantidad de SMS (mensajes de texto), que
demuestran de manera categórica la participación en el ilícito suscitado.
Por último indica que el accionante debió interponer la acción contra el juez o contra los policías,
solicitando se deniegue la presente acción.
I.2.3. Resolución
La Jueza de Partido Mixto de Riberalta del Tribunal Departamental de Beni, por Resolución
01/2012 de 17 de enero, cursante de fs. 157 a 159, denegó la acción de libertad, con el fundamento
que: a) Los jueces de instrucción son competentes para ejercer el control de la investigación y
verificar si se guardan las formalidades legales en las detenciones puestas a su conocimiento; b) El
Juez cautelar dicto el Auto de 14 de enero de 2012 en el que ordena la detención del accionante,
acreditando que fue puesto a disposición de esta autoridad judicial, por lo que debió dirigir su
acción contra éste; y, c) Contra la Resolución del Juez cautelar procede el recurso de apelación
incidental, que la Juzgadora desconoce si fue utilizada o no.
En vigencia de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, se realizó el sorteo del presente
proceso el 15 de febrero de 2012, por lo que el pronunciamiento de la sentencia se encuentra
dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. El 9 de enero de 2012, el funcionario de la FELCC, eleva informe al Fiscal, por el cual
presume que Erick Villca sería con probabilidad, el autor intelectual y material del robo agravado a
la empresa PRENDAMAS (fs. 126). En la misma fecha, el Fiscal demandado dictó la Resolución
Fiscal de Aprehensión del accionante (fs. 152), emitiendo la respectiva Orden de Aprehensión (fs.
127 y vta.).
II.3. Se evidencia la declaración informativa prestada por Erick Villca Monje, en la cual se abstuvo
de declarar (fs. 141).
II.5. Por Auto de 14 de enero de 2012, el Juez de Instrucción Segundo en lo Civil y Familiar de la
localidad de Riberalta en suplencia legal, ordena la detención preventiva, en la carceleta pública de
esa localidad, del imputado Erick Villca Monje, librándose en el acto el correspondiente
mandamiento de detención preventiva en la misma fecha (fs. 150 y 151).
La acción de libertad es una de las acciones de defensa que contempla la Constitución Política del
Estado, instituida en el art. 125 de dicha norma, que tiene por finalidad garantizar la protección de
los derechos a la vida y a la libertad, cuando la persona considere que su vida está en peligro, que
es ilegalmente perseguida o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal.
que tiene por finalidad proteger y/o restablecer el derecho a la libertad física o humana, y también
el derecho a la vida, si es que se halla en peligro a raíz de la supresión o restricción a la libertad
personal, sea disponiendo el cese de la persecución indebida, el restablecimiento de las
formalidades legales y/o la remisión del caso al juez competente, la restitución del derecho a la
libertad física, o la protección de la vida misma, motivo por el cual se constituye en una acción
tutelar preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia que garantiza como su
nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22 y 23.I de la CPE”.
En ese entendido, la Constitución Política del Estado “es más amplia en cuanto a su ámbito de
protección, pues se extiende al derecho a la vida, la libertad física o personal, el debido proceso,
en lo que se refiere al procesamiento indebido y la libertad de locomoción, esta última dada la
íntima relación que existe con el derecho a la libertad física, según la interpretación extensiva
realizada por la SC 0023/2010-R de 13 de abril” (SC 1211/2011-R de 13 de septiembre).
A su vez, la SC 0008/2010-R de 6 de abril, señaló que: “I. El recurso de hábeas corpus, ahora
acción de libertad, es el medio idóneo y eficaz para conocer y restituir cualquier tipo de lesión o
vulneración que pueda atentar al derecho a la vida, la libertad o constituir una persecución o
procesamiento indebido que atente o ponga en peligro el derecho a la libertad, cuando de
acuerdo a las circunstancias concretas, a pesar de existir mecanismos de protección específicos
y establecidos por la ley procesal vigente, éstos resulten ser evidentemente inoportunos o
inconducentes, de manera tal que esta acción de defensa, por la urgencia de la situación, se
configura como el medio más eficaz para restituir los derechos afectados; empero, en caso de
existir mecanismos procesales específicos de defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos
para restituir el derecho a la libertad y a la persecución o procesamiento indebido, deben ser
utilizados previamente por el o los afectados; en estos casos por tanto, la acción de libertad
operará solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse
agotado estas vías específicas.
II. Asimismo, cuando exista privación efectiva de libertad, por ser esta una causal grave, se
entenderá que la vía procesal existente no es idónea, cuando se pruebe que una vez activados estos
mecanismos procesales, su resolución y efectiva protección serán dilatadas, por ejemplo, por ser
irrazonables los plazos de resolución; por existir excesiva carga procesal para una rápida
decisión o ejecución de la decisión o por no cumplirse con los plazos para emisión de resoluciones
establecidos por la ley.
III. En el caso de vulneración al derecho a la vida, protegido por la acción de libertad, procederá
esta acción de forma directa y sin necesidad de agotar otra vía”. (Las negrillas y subrayados son
agregados)
En los casos, que en materia penal se impugnen actuaciones no judiciales -antes de la imputación
formal- a través de la acción de libertad, hay aspectos que se deben tener en cuenta, en los cuales
de manera excepcional, no es posible ingresar al fondo de la acción de libertad, a objeto de guardar
el equilibrio y complementariedad entre ambas jurisdicciones, es así que en la SC 0080/2010-R de
3 de mayo, en su primer supuesto, señaló: “Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía
como la Fiscalía cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la libertad física o de
locomoción, y todavía no existe aviso del inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas
ante el Juez Cautelar de turno. En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad
procesal, es decir, con el aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad
jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus
derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el
soberano a través del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez
constitucional en el control de la investigación”.
posibilidad de acudir a la presente acción tutelar en forma directa”, (las negrillas y subrayado
fueron agregados), similar hecho fáctico fue resuelto por la SC 1067/2001-R de 4 de octubre.
El accionante, a través de la presente acción de libertad, denunció que se vulneró sus derechos a la
vida, la libertad personal y la garantía de presunción de inocencia, debido a que la autoridad fiscal
demandada conjuntamente a funcionarios policiales, procedieron a privarle de su libertad y
detenerlo ilegalmente, ante la inexistencia de mandamiento emanado de autoridad competente,
sufriendo vejación, tortura y amenazas.
Se evidencia que, dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra el accionante
por la supuesta comisión del delito de robo agravado y asociación delictuosa, en la audiencia de
medidas cautelares realizada el 14 de diciembre de 2011, en ningún momento éste presentó
incidente de actuación procesal defectuosa ni tampoco prueba alguna que sustente lo alegado con
referencia a sus derechos supuestamente vulnerados.
En este sentido, se tiene que el incidente de actividad procesal defectuosa, es un medio idóneo y
oportuno para restablecer cualquier irregularidad que exista en la investigación que vulnere
derechos y garantías constitucionales; por ello, el accionante debió tramitarlo conforme a
procedimiento, ante el Juez cautelar quien es el encargado de ejercer el control jurisdiccional, a
efectos de subsanar o resguardar las denuncias efectuadas en la presente acción de libertad y el no
hacerlo, como en el presente caso, sin duda no activa la justicia constitucional, por la existencia de
un medio de impugnación específico y apto para restituir los derechos alegados de vulnerados -
incidente de actividad procesal defectuosa- que por la subsidiariedad excepcional de la acción de
libertad, se exige su agotamiento previo.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de Libertad
Expediente: 00027-2012-01-AL
Departamento: La Paz
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 20 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 57 a
58, se produjeron los siguientes actuados:
Por informe escrito cursante a fs. 21 y vta., Rafael Alcón Aliaga, Juez Cuarto de Instrucción en lo
Penal y Liquidador de El Alto, manifestó lo siguiente: El proceso penal al que hace referencia la
accionante, la etapa preparatoria ha culminado con una acusación formal contra Javier Layme
Flores. Por “Resolución 103/11 de 16 de abril de 2011, se ha dispuesto la detención preventiva de
Javier Layme Flores, por concurrir los requisitos previstos en el art. 233 del CPP y por ser
proporcional la medida solicitada con los hechos y riesgos procesales demostrados, y no como la
accionante sostiene, en sentido que existiría una detención ilegal”; carece de veracidad lo indicado
por la accionante en razón de que no se hubiera atendido las solicitudes del imputado, por cuanto
en las dos oportunidades en que pidió el cese de su detención preventiva, estas fueron rechazadas
mediante las Resoluciones 366”A”/2011 de 9 de septiembre y 08/2012 de 12 de enero.
Por otra parte Lilian Calderón Mariaca Fiscal de Materia -codemandada-se adhirió al informe del
Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal, añadiendo que la accionante no mencionó qué normas
fundamentales y procesales fueron vulneradas, por otro lado infiere que en la audiencia conclusiva,
el abogado del imputado dio su conformidad para resolver la actividad procesal defectuosa y la
cesación de la detención preventiva, donde se resolvió los aspectos denunciados, afirmando que lo
único que hizo el abogado de la defensa fue “dar falsas esperanzas al detenido” por cuanto de la
lectura de la demanda se observo “un carnaval de peticiones contradictorias”, por lo que solicito se
rechace la presente acción de libertad.
I.2.3. Resolución
mecanismo idóneo para reparar algún agravio de un fallo judicial que admite recurso ulterior; y, los
hechos denunciados por la parte accionante refieren en su contenido total a los actos procesales
realizados por el Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal y Liquidador de El Alto, y no así a algún
acto procesal de la Fiscal de Materia lo que hace inviable la tutela en su contra.
En vigencia de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, se realizó el sorteo del presente
proceso el 15 de febrero de 2012, por lo que el pronunciamiento de la Sentencia se encuentra
dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se señalan
seguidamente:
II.1. Dentro del proceso penal seguido a denuncia de Sandra Mariela Bautista Chambi contra
Javier Layme Flores -ahora representado de la accionante-, por la presunta comisión del delito de
violación agravada de niño, niña o adolescente previsto en el art. 308 BIS del CP, el Fiscal de
Materia emitió imputación formal en su contra, solicitando la aplicación de medidas cautelares
personales de detención preventiva (fs. 22 a 26), habiendo el dispuesto el Juez su detención
preventiva mediante Resolución 103/11 (fs.29 a 31).
II.2. Por memorial de 11 de noviembre de 2011(fs. 37 y vta.) el imputado solicita al Juez Cuarto de
Instrucción en lo Penal y Liquidador de El Alto, fije día y hora de audiencia de cesación de
detención preventiva, sin embargo fue observado por decreto de 12 de noviembre del mismo año,
en sentido de que no se adjunto la “documentación idónea que respalde su solicitud” (fs. 37 y vta.)
pedido que fue reiterado el 17 de noviembre(fs. 40), habiendo la autoridad ahora demandada fijado
la audiencia para el 29 del mismo mes mediante decreto de 18 de noviembre (fs. 41).
II.3. En la fecha fijada para la audiencia de cesación de la detención preventiva (29 de noviembre
de 2011), el Secretario del Juzgado Cuarto de Instrucción en lo Penal mediante nota suspendió la
audiencia y dispuso que las partes soliciten nuevo día y hora de audiencia, con el argumento que el
Juez titular se encontraba de vacaciones y la Juez suplente tenia otras audiencias programadas y
actuaciones procesales a su cargo.
II.5. Por memorial presentado el 19 de diciembre de 2011 (fs.49), el imputado nuevamente solicitó
día y hora de audiencia de cesación de detención preventiva, habiendo el Juez señalado audiencia
conclusiva para el 29 de diciembre de 2011 (fs. 49 vta.), fecha en la cual la autoridad judicial
demandada nuevamente suspendió la audiencia y dispuso que las partes interesadas soliciten nuevo
día y hora de audiencia, aduciendo que no se presentaron las pruebas de cargo y descargo, además
de la inasistencia de la defensa técnica del imputado (fs. 50).
II.6. En la misma fecha el imputado solicitó nuevo día y hora de “incidente de cesación a la
detención preventiva” (fs. 51), audiencia que fue fijada para el 12 de enero de 2012 (fs. 51 vta.).
La acción de libertad ha sido instituida por el art. 125 de la CPE, que tiene por finalidad la
protección de los derechos a la vida y a la libertad, cuando la persona creyera estar ilegalmente
perseguida, indebidamente procesada o privada de su libertad o considere que su vida está en
peligro.
Esta norma constitucional es más amplia en cuanto a su ámbito de protección, pues se extiende al
derecho a la vida, la libertad física o personal, el debido proceso, en lo que se refiere al
procesamiento indebido y la libertad de locomoción, ésta última dada la íntima relación que
existe con el derecho a la libertad física.
Así la SC 0011/2010-R de 6 de abril, estableció que: “La acción de libertad, es una acción
jurisdiccional de defensa que tiene por finalidad proteger y/o restablecer el derecho a la libertad
física o humana, y también el derecho a la vida, …sea disponiendo el cese de la persecución
indebida, el restablecimiento de las formalidades legales y/o la remisión del caso al juez competente,
la restitución del derecho a la libertad física, o la protección de la vida misma, motivo por el cual se
constituye en una acción tutelar preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia
que garantiza como su nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22 y 23.I de la
CPE”.
Sin embargo, en cuanto a los alcances de protección que brinda la actual acción de libertad la SC
0199/2010-R de 24 de mayo, reiterando lo previsto por la SC 0160/2005-R de 23 de febrero, aclaró lo
siguiente: “No obstante, la naturaleza de esta acción tutelar, al constituirse en un mecanismo de
protección contra las lesiones al derecho a la libertad, y medio eficaz e inmediato reparador de ese
derecho; empero la existencia de esta garantía constitucional, no implica que todas las lesiones al
derecho a la libertad tengan que ser necesariamente reparadas de manera exclusiva y excluyente a
través del hábeas corpus, actualmente acción de libertad; pues no se trata de una garantía que
tenga la vocación de reparar, en exclusiva, todas las formas de lesión a la libertad que pudieran
invocarse, sino la de dotar a la persona de un medio de defensa sencillo, eficaz y oportuno, para
restablecer la lesión sufrida” (las negrillas nos corresponde).
III.2. Sobre el trámite de las solicitudes de cesación de detención preventiva al amparo del
art. 239 del CPP regidas por el principio de celeridad procesal
Conforme la uniforme línea jurisprudencial del Tribunal Constitucional, todas las solicitudes
vinculadas a la libertad personal y de locomoción tienen que tramitarse y regirse por el principio de
celeridad.
Que esta línea jurisprudencial es aplicable al presente asunto, toda vez que el Juez recurrido
suspendió la audiencia señalada para resolver la cesación de detención preventiva, arguyendo la
ausencia de la autoridad fiscal, sin tomar en cuenta que ese acto procesal no podía ser
suspendido por ningún motivo y menos por ausencia de los sujetos procesales, dado que los
preceptos legales invocados no pueden de ninguna manera dilatar el procedimiento en cuestión, al
estar en juego el derecho a la libertad de los detenidos. Que con esa falta de pronunciamiento
oportuno, el juzgador demandado ha prolongado la privación de libertad de los representados de
la recurrente y los ha hecho objeto de una detención y procesamiento indebidos, en flagrante
violación del derecho a la libertad consagrado en el art. 6 de la Constitución Política del Estado, y
del art. 16 del mismo texto constitucional que resguarda el derecho a ser juzgado sin dilaciones
indebidas; derecho que guarda concordancia con el principio de celeridad procesal que debe
regir en todo proceso por disposición de los arts. 116-X de la Constitución Política del Estado y 8-
1 del Pacto de San José de Costa Rica. Que la circunstancia de que exista un señalamiento de
audiencia para el 31 de enero de 2002, de ninguna manera hace desaparecer la ilegal dilación
que ha sufrido la petición referida” (las negrillas nos pertenecen).
“Bajo la égida que el derecho a la libertad ocupa un lugar importante, junto a la dignidad humana
en el catálogo de derechos civiles como parte integrante a su vez de los derechos fundamentales,
tal cual lo establece el art. 22 de la CPE al señalar que: 'La dignidad y la libertad de la persona
son inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado', norma que debe ser
interpretada en base a los valores de la misma Constitución, la cual en el art. 8.II establece que el
Estado se sustenta en los valores de dignidad y libertad, entre muchos otros; se debe tener en
cuenta que la restricción o límite al derecho a la libertad física en materia penal, con carácter
provisional o cautelar, conforme a los requisitos constitucionales y legales, tienen naturaleza
instrumental y por ende modificable.
En ese sentido, es preciso puntualizar que la detención preventiva, no tiene por finalidad la
condena prematura, por cuanto la presunción de inocencia, sólo es desvirtuada ante un fallo
condenatorio con calidad de cosa juzgada, por ello su imposición como medida precautoria está
sujeta a reglas, como también su cesación, lo cual implica el trámite a seguir; y si bien no existe
una norma procesal legal que expresamente disponga un plazo máximo en el cual debe realizarse
la audiencia de consideración, corresponde aplicar los valores y principios constitucionales,
previstos en el ya citado art. 8.II de la CPE, referido al valor libertad complementado por el art.
180.I de la misma norma constitucional, que establece que la jurisdicción ordinaria se fundamenta
en el principio procesal de celeridad entre otros; motivo por el cual toda autoridad jurisdiccional
que conozca una solicitud de un detenido o privado de libertad, debe tramitar la misma, con la
mayor celeridad posible, y dentro de los plazos legales si están fijados, y en un plazo razonable, si
no está establecido por ley. De no ser así, tal actuación procesal provocaría efectos dilatorios
sobre los derechos del detenido y en consecuencia repercute o afecta a su libertad que de hecho ya
está disminuida por la sola privación de libertad en que se encuentra, sin que este razonamiento
implique que necesariamente se deba deferir a su petición, sino, se refiere a que sea escuchado
oportunamente a fin de que obtenga una respuesta positiva o negativa.
En consecuencia, se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación de la detención
preventiva, cuando:
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que
puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de cada
caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan que ser
notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y esencial -como
sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la excepción única y
exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la relevancia del proceso,
como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición; situación que deberá
ser justificada por la autoridad judicial competente a momento de señalar la fecha de audiencia,
teniendo en cuenta la razonabilidad.
En el caso de examen, se evidencia que dentro del proceso penal seguido contra el representado de
la accionante por la supuesta comisión del delito de violación agravada de niño, niña o adolescente
tipificado en el art. 308 BIS del CP, el imputado solicitó en varias oportunidades se fije día y hora
de audiencia para la consideración de la cesación de su detención preventiva; sin embargo, sus
solicitudes no fueron atendidas con la prontitud y diligencia debida ocasionando dilación en su
tramitación y consideración.
De lo señalado se evidencia que el Juez demando en algunas oportunidades no fijó día y hora de
audiencia de consideración de la cesación de detención preventiva y en otras, suspendió
injustificadamente las mismas, sin tener en cuenta que no constituye justificación razonable dilatar
su trámite porque el imputado no adjuntó la prueba a tiempo de la solicitud, en razón a que ésta
puede ser aportada en la audiencia. De otro lado, tampoco constituye causal de suspensión de
audiencia la inasistencia del abogado defensor del imputado, en razón a que la autoridad judicial,
precautelando el derecho a la defensa técnica del imputado, debió nombrar un defensor de oficio,
con mayor razón si la solicitud de cesación fue impetrada el 11 de noviembre de 2011.
La parte accionante señala que presentó un incidente de actividad procesal defectuosa en mérito a que
se imputó a “Jaime Layme Flores” que es persona distinta a Javier Layme Flores y que existe un error
de tipicidad con relación a la calificación del delito y que su esposo estaría indebidamente procesado,
además que la acusación presentada por la autoridad fiscal lo realizó extemporáneamente.
El art. 167 del CPP, señala que “No podrán ser valorados para fundar una decisión judicial ni
utilizados como presupuestos de ella, los actos cumplidos con inobservancia de las formas y
condiciones previstas en la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados Internacionales
vigentes y en este Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o convalidado”, es decir que
todos los actos que vulneren derechos o garantías constitucionales, o no se encuadren a los principios
procedimentales establecidos en las citadas leyes y fundamentalmente en el referido Código, simple y
llanamente serán nulos.
Según informa los antecedentes del proceso, se evidencia que la Resolución 08/2012 pronunciada por
la autoridad ahora demandada, rechazó el incidente planteado, toda vez que a criterio del juzgador
demandado las observaciones procesales realizadas por la defensa técnica y que fueron objeto del
incidente planteado se enmarcaron dentro de las normas procedimentales, y considerando el carácter
subsidiario de la presente acción, si la Resolución invocada vulneró alguno de sus derechos
fundamentales, previamente a acudir a la justicia constitucional, debieron agotar los recursos
establecidos en el Código de Procedimiento Penal, que de acuerdo a las SSCC 0636/2010-R y
1465/2011-R, han cambio de línea jurisprudencial el entendimiento desarrollado en la SC 0636/2010-
R de 19 de julio, indicando que el incidente de actividad procesal defectuosa es susceptible de
apelación incidental conforme establece el art. 403 del CPP, para que el tribunal de alzada, previa
verificación de alguna irregularidad o arbitrariedad que exista en la Resolución emitida por el Juez
ahora demandado, disponga su corrección, pero al no haberlo hecho, desconociendo los
mecanismos que franquea la propia ley, y al utilizar la presente acción como medio de defensa de
sus intereses, no cumplieron con la subsidiariedad excepcional de la acción de libertad,
correspondiendo denegar la tutela.
El art. 394 del CPP, señala:“Las resoluciones judiciales serán recurribles en los casos expresamente
establecidos por este Código, el derecho a recurrir corresponderá a quien le sea expresamente
permitido por ley…”, artículo que es concordante con el art. 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y en el art. 180.II CPE establece como una garantía el principio a la
impugnación en los procesos judiciales, así la SC 0636/2010-R, modificó la línea jurisprudencial
indicando que en los incidentes de actividad procesal defectuosa son apelables y debe interpretarse
bajo el marco del art. 403 inc. 2) del CPP, que constituye como resolución recurrible.
En consecuencia el Juez de garantías, al denegar la acción tutelar respecto del Juez Cuarto de
Instrucción en lo Penal de El Alto no ha actuado correctamente.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00031-2012-01-AL
Departamento: Pando
Por memorial presentado el 6 de enero de 2012, cursante de fs. 11 a 14, el accionante expresa los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
El accionante sostiene que se encuentra detenido preventivamente en la cárcel de Villa Bush por
Auto Interlocutorio 175/2011 de 3 de septiembre, dispuesto por el Juez Segundo de Instrucción
cautelar, dentro del proceso penal que le sigue el Ministerio Público por el delito de robo
agravado, previsto en el art. 332 del Código Penal (CP), imputación realizada por el Fiscal de
Materia Einar Hurtado, mediante la cual, el Juez cautelar dispuso su detención preventiva, a
pesar de los reclamos y la falta de indicios en su contra; posteriormente, habiendo asumido
defensa, se hizo declarar al Capitán Celin Guari, quien manifestó y certificó que su persona se
encontraba en la policía en la fecha y la hora en que ocurrió el hecho, así como presentó
certificados de felicitaciones en su condición de policía, que recibió por parte de la Institución
Policial (por haber recuperado la medalla del Vicepresidente del Estado Plurinacional), por lo
que el Juez Primero de Instrucción cautelar, realizando una valoración de los nuevos elementos e
indicios presentados por Auto Interlocutorio 249/2011 de 14 de noviembre, le concedió la
cesación de la detención preventiva, por haberse desvirtuado la causal 1 del art. 233 del Código
de Procedimiento Penal (CPP).
Dicha decisión fue apelada por los representantes de la Gobernación del departamento de Pando
mediante memorial de 16 de noviembre del 2011, en el cual según el accionante, los apelantes
hacen referencia solamente a que los nuevos elementos presentados ya se encontraban insertos
hasta el momento de la detención preventiva abocándose solamente a describir los presupuestos
procesales de peligro de obstaculización sin relacionarlo con los elementos de convicción
conforme a lo exigido por el procedimiento y la sentencias constitucionales, haciendo referencia
además a la legalidad de la prueba olvidando el art. 171 del CPP (Libertad Probatoria), respecto
a los nuevos elementos e indicios presentados.
Con lo que según el accionante los mismos, al no referirse a los motivos que dispuso el Juez
cautelar para disponer la cesación de la detención preventiva en lo referente a haber desvirtuado
el primer requisito del art. 233.1 del CPP, y solo hacer referencia a los peligros procesales están
vulnerando su derecho a la libertad, motivo por el que se encuentra indebidamente privado de
libertad personal por la resolución arbitraria del Tribunal de Alzada.
Denuncia la vulneración de sus derechos a la libertad y al debido proceso, citando al efecto los
arts. 23 y 115 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita que se le restituya su derecho a gozar de libertad bajo las medidas sustitutivas que se le
impongan.
Celebrada la audiencia pública el 12 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 28
a 30 vta., se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante ratificó y amplió los fundamentos vertidos en su acción de libertad
contra los Vocales denunciados, indicando que el art. 116 de la CPE garantiza los derechos, por
ello solicita se conceda la tutela a su defendido, toda vez que las referidas autoridades dictaron
una Resolución que vulnera el derecho a la libertad del accionante, ya que al haber presentado
una solicitud de cesación a la detención preventiva acompañando prueba que acredita que su
defendido se encontraba en otro lugar en el momento del hecho delictivo, fue el motivo por el
cual el Juez cautelar aplicó medidas sustitutivas, siendo revocadas por los Vocales denunciados,
sin aplicar el art. 398 del CPP, ya que su Resolución debía basarse en la Resolución del Juez
cautelar.
Germán Miranda Guerrero, Vocal codemandado, a pesar de haber sido citado legalmente, no se
hizo presente en la audiencia, como tampoco presentó informe.
I.2.3. Resolución
El Juez de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Pando, Hugo Michel Lescano,
constituido en Juez de garantías, pronunció la Resolución 004/2012 de 12 de enero, cursante de
fs. 28 vta. a 30 vta., concediendo la tutela solicitada por el accionante sin determinar su libertad,
disponiendo que los Vocales demandados señalen día y hora para que en el plazo de tres días
dicten una nueva resolución con los siguientes fundamentos: a) De la revisión de la acción de
libertad interpuesta por Beimar Cuellar García contra los Vocales de la Sala Penal y
Administrativa del mismo Tribunal Departamental de Justicia, el abogado manifiesta que su
defendido fue beneficiado con medidas sustitutivas a la detención preventiva, por el Juez
Primero de Instrucción Penal y cautelar, debido a que este tomó en cuenta una certificación
emitida por el capitán Celin Guari Aparicio, Jefe de Seguridad del Comando Departamental de
Policía, la cual da fe que el accionante en la fecha y hora de sucedido el hecho se encontraba en
dicha institución, situación que generó duda en el Juez cautelar, que le motivó para que beneficie
con medidas sustitutivas a la detención preventiva al accionante; b) La decisión fue apelada por
los representantes de la Gobernación, sin tomar en cuenta la decisión del Juez cautelar,
basándose en que todavía existía el peligro de obstaculización, manifestando el abogado del
accionante que los Vocales demandados sin cumplir con los requisitos legales emitieron una
Resolución el 2 de diciembre de 2011, revocando las medidas sustitutivas a la detención
preventiva, impuestas por el Juez cautelar, misma que no se acomodaba al ordenamiento jurídico
y que no cumplía el art. 398 del CPP; c) Cuando el Tribunal de Alzada revoca una resolución de
un juez cautelar, la resolución debe tener no solo una adecuada fundamentación, sino también
debe hacer referencia a los presupuestos del art. 233 del CPP, en ese sentido si el Tribunal de
Alzada decide revocar las medidas sustitutivas a la detención preventiva, debe analizar los
supuestos previstos en el artículo referido, y así aplicar la medida extrema de detención
preventiva en una resolución debidamente fundamentada; d) Si se revoca una Resolución que
otorgó medidas sustitutivas a la detención preventiva, como sucede en el caso previsto, la
Resolución emitida por los Vocales de la Sala Penal y Administrativa, tiene que estar
debidamente motivada, por lo que en la resolución se deben indicar los motivos de su decisión y
se tiene que referir a los dos presupuestos del art. 233 del CPP; y, e) Por los argumentos
expuestos se ha comprobado que no existe una adecuada motivación en la Resolución de 2 de
diciembre de 2011, como lo exige el art. 124 del CPP concordante con el art. 398 de la misma
norma, la cual tampoco hace un análisis de los supuestos previstos en el art. 233 del CPP, por lo
que se establece que no se han seguido las formalidades para dictar una resolución
fundamentada.
II. CONCLUSIONES
II.1. Cursa Auto Interlocutorio 249/2011 de 14 de noviembre, por el cual el Juez Primero de
Instrucción en lo Penal y cautelar del Tribunal Departamental de Justicia de Pando, resuelve
conceder la cesación de la detención preventiva del imputado Beimar Cuellar García (fs. 4 y 5).
II.4. Los Vocales de la Sala Penal, Administrativa, Coactiva Fiscal y Tributaria del Tribunal
Departamental de Justicia de Pando, mediante Resolución de 2 de diciembre de 2011, revocaron
el Auto Interlocutorio 249/2011, disponiendo la detención preventiva del imputado mientras
dure la investigación con los siguientes fundamentos: 1) Los instrumentos cursantes en el
A su vez el art 23.I de la CPE, manifiesta que: Toda persona tiene derecho a la libertad personal
y a la seguridad personal. La libertad personal solo podrá ser restringida en los límites señalados
por la ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las
instancias jurisdiccionales.
Siguiendo estos lineamientos establecidos por la misma Constitución, se puede desprender que
la acción de libertad, es un mecanismo de protección constitucional, tendiente a brindar la
defensa y protección correspondiente cuando el derecho a la libertad, se ve vulnerado, tanto en
lo que respecta a la libertad personal como el derecho a la vida, mostrando de esa manera su
esencia característica de ser una acción tutelar, tanto preventiva, correctiva y reparadora,
garantizando de esa forma el derecho a la libertad, y más aun cuando hay una interrelación
directa de esta con el derecho a la vida.
Cabe aclarar, no obstante, que no se puede exigir como fundamentación una argumentación
retórica intrascendente, sino más bien la adecuación de los hechos a la norma jurídica.
Ahora bien, por regla general, las resoluciones pronunciadas en apelación, en virtud a lo
establecido por el art. 398 del CPP, deben circunscribirse a los aspectos cuestionados en la
resolución. Sin embargo, esta limitación no significa que las autoridades judiciales, en
apelación, deban abstenerse de realizar el análisis sobre los supuestos previstos en el art. 233
del CPP, pues esa obligación les es exigible cuando tengan que revocar la resolución del
inferior que impuso medidas sustitutivas; es decir, los Vocales deben precisar los elementos de
convicción que les permitan concluir en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas y
aplicar la detención preventiva, debiendo justificar la concurrencia de los presupuestos
jurídicos exigidos en el art. 233 del CPP” (las negrillas son nuestras).
Por los fundamentos anotados, el Juez de garantías al conceder la tutela impetrada a través de la
presente acción de defensa, obró correctamente.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00054-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 20 de enero de 2012, cursante a fs. 5 y vta., los accionantes exponen
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Los accionantes, estiman vulnerados sus derechos a la vida y a la libertad, sin citar norma
constitucional alguna.
I.1.3. Petitorio
Ministerio Público, según consta en el acta cursante de fs. 30 a 31 vta., se produjeron los
siguientes actuados:
Frida Choque de Claros, Fiscal de Materia, en audiencia señaló: a) El Ministerio Público recibió
el presente caso en acción directa, con la intervención policial preventiva en la que los
accionantes acudieron en calidad de arrestados, bajo el mando de Miguel Ronquillo Chaina y
Benjamín Laura Usnayo, policías que actuaron frente a una situación de flagrancia; b) En el
marco del art. 230 del Código de Procedimiento Penal (CPP) se determinó la aprehensión de los
accionantes; c) Se emitió un requerimiento fiscal y se obtuvo el certificado médico forense,
donde se indica que Modesto Acebey Figueroa tiene excoriaciones unguiales, aspecto que el
Ministerio Público tomó en cuenta además de otros antecedentes policiales; d) Se tomó las
declaraciones a los accionantes, con las formalidades que corresponde y en presencia de su
abogada; e) Se procedió a emitir la resolución de imputación analizada por el Juzgado Segundo
de Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, el 21 de enero de
2012, instancia donde se determinó que los encausados se hagan presentes cada quince días ante
el despacho Fiscal, quedando prohibidos de acercarse al denunciante y contar cada uno con un
garante, otorgándoles setenta y dos horas para que puedan presentar estos requisitos; f) En
audiencia, la parte imputada y la denunciante plantearon apelación y posteriormente fueron
notificados con la resolución de recusación de la Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal; y, g)
Estos aspectos fueron canalizados y formalizados en el registro y en el sistema IANUS, actuados
que adjunta en fotocopias simples, además del cuaderno de investigación con la finalidad de
corroborar la veracidad de estos documentos.
Los funcionarios policiales, en audiencia manifestaron: 1) Por instrucción de Radio Patrulla 110,
se constituyeron en la zona San Isidro, calle los Pinos 290, lugar en el que tuvieron contacto con
Modesto Acebey Figueroa, quien presentaba excoriaciones unguiales en la región de ambos
pómulos; y, 2) Procedieron como corresponde al arresto policial, y posteriormente remitieron a
los accionen a la FELCC.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, fungiendo como
Tribunal de Garantías, dictó la Resolución 14/2012 de 26 de enero, cursante de fs. 32 a 34, por
la cual denegó la tutela solicitada, con los siguientes fundamentos: i) El principio de
subsidiariedad establecido por las SSCC 0181/2005-R y 0189/2005-R, entre otras, determinan
que previamente a activar la justicia constitucional deben interponer otros recursos, siempre que
sean más apropiados, viables y sencillos; ii) Existe una autoridad jurisdiccional que controla la
investigación, por lo que los accionantes, deben acudir previamente a ésta para hacer prevalecer
sus derechos; en caso de no ser escuchados, recién se apertura la vía constitucional; iii) Al existir
una resolución de medidas cautelares, corrobora no sólo el control jurisdiccional por parte de un
juez de instrucción penal, sino también el hecho de no haberse agotado los recursos legales
ordinarios, que resultan “expeditivos”; iv) No se han cumplido con los presupuestos de los arts.
125 de la CPE y 65 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP).
II. CONCLUSIONES
II.2. Imputación Formal de 21 de enero de 2012, presentada por Frida Choque de Claros, Fiscal
de Materia, directora funcional de la investigación seguida por Modesto Acebey Figueroa,
contra Nadyne Acebey de Ortuño y otro, por supuesta comisión del delito de lesiones graves y
leves y amenazas, (fs. 26 y vta.)
II.3. Resolución 45/2012 de 22 de enero; por la cual se rechaza la recusación planteada por
Modesto Acebey Figueroa en contra de la Juez Cautelar (fs. 27).
Los accionantes, consideran que está en peligro su vida y que fueron privados de su libertad de
manera indebida, puesto que los funcionarios policiales demandados, les condujeron a
dependencias de la FELCC, supuestamente para suscribir garantías y una vez en el lugar, “les
meten a las celdas” (sic), prestan declaración y la Fiscal demandada ordena su detención por un
simple delito de bagatela, por el que serían llevados a audiencia de medidas cautelares. En
consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes, a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
El art. 125 de la CPE, señala que la acción de libertad tiene por objeto tutelar el derecho a la
vida y a la libertad, en los casos en que aquella se encuentre en peligro y cuando ésta sea objeto
de una persecución ilegal, un indebido procesamiento u objeto de privación en cualquiera de sus
formas, pudiendo toda persona que considere encontrarse en cualquiera de las situaciones antes
expresadas, acudir ante el juez o tribunal competente y solicitar se guarde tutela a su vida, cese
la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la
libertad; sin embargo, para que ésta opere, previamente se deben agotar todos los
mecanismos de protección específicos de defensa, es decir, antes de activar ésta acción
constitucional, se deben utilizar los medios y recursos que sean idóneos, eficientes y
oportunos; por lo que la acción de libertad solamente opera en caso de no haberse restituido los
derechos afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas. Entendimiento asumido en
la SC 0008/2010-R de 6 de abril, donde se estableció que la acción de libertad es el medio
idóneo y eficaz para restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que atente al derecho a la
vida y a la libertad: “…empero, en caso de existir mecanismos procesales específicos de
defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la
persecución o procesamiento indebido, deben ser utilizados previamente por el o los
afectados; en estos casos por tanto, la acción de libertad operará solamente en caso de no
haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas”
(las negrillas se agregaron).
“Primer supuesto: Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía
cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y
todavía no existe aviso de inicio de investigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez
Cautelar de turno. En los casos en que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir,
con el aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es
ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus derechos. De
no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a
través del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en
el control de la investigación.
Segundo Supuesto: Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una
resolución judicial de medida cautelar, por ende, que afecta al derecho a la libertad física o de
locomoción, con carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar la misma,
para que el superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada.
Puesto que el orden legal penal ha previsto ese medio impugnativo, precisamente para que a
través de un recurso rápido, idóneo, efectivo y con la mayor celeridad se repare en el mismo
órgano judicial, las arbitrariedades y/o errores que se hubiesen cometido en dicha fase o etapa
procesal. Lo propio si está referido a cuestiones lesivas a derechos fundamentales relacionadas
a actividad procesal defectuosa, o relacionada al debido proceso, casos en los cuales se debe
acudir ante la autoridad judicial que conoce la causa en ese momento procesal, puesto que el
debido proceso es impugnable a través de la acción de libertad sólo en los casos de indefensión
absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la privación, o restricción a la
libertad física.
De la revisión de la problemática planteada, se tiene que los accionantes denuncian que las
autoridades demandadas hubiesen realizado diferentes actos procesales, mismos que originaron
su privación de libertad, vulnerando así sus derechos fundamentales.
Ahora bien, de la revisión de los antecedentes del caso y de la intervención de las partes en
audiencia, se establece que los extremos denunciados por los accionantes, cometidos por la
Fiscal y los funcionarios policiales, debieron haber sido denunciados ante la autoridad
jurisdiccional que ejercía el control de la investigación, puesto que con la presentación de
la imputación formal hecha contra éstos por el Ministerio Público, se tenía identificada a la
autoridad ante quien debieron acudir en procura de la reparación y/o protección de sus
derechos y garantías constitucionales, hecho que no ocurrió.
III.2.1. Por otra parte, conforme a los derechos que tutela esta garantía constitucional -la libertad
y la vida-, así como por constituir un mecanismo de naturaleza extraordinaria y sumarísima para
la protección inmediata de tales derechos, ha sido la voluntad del constituyente y del legislador,
que la audiencia correspondiente a su consideración se realice sin mayores dilaciones en el plazo
de veinticuatro horas, sin posibilidad de postergarse por ningún motivo, proveyéndose incluso su
desarrollo en caso de no presentarse la autoridad o particular demandado; ese es el espíritu de
los arts. 126.I de la CPE y 68.1 de la LTCP, referidos a la regulación del trámite de la acción de
libertad.
En el caso que nos ocupa, la acción de libertad fue presentada el 20 de enero de 2012, misma
que fue recepcionada recién el 25 del mismo mes y año por el “Sistema Judicial Boliviano”,
inobservándose así los plazos de sustanciación establecidos por la Constitución y la Ley,
desnaturalizándose el carácter sumarísimo que tiene esa acción; situación que empero, no es
atribuible al Juez de garantías, sino a los encargados de la recepción de causas.
POR TANTO
Por memorial presentado el 9 de enero de 2012, cursante de fs. 7 a 8, la accionante expresa los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
El Juez Segundo de Partido en lo Civil, en suplencia del Juzgado Único de Sentencia del Tribunal
Departamental de Justicia, como juez de garantías, en una acción de libertad anterior interpuesta por
la accionante, contra los Vocales de la Sala Penal y Administrativa mediante sentencia 10/2011 de 24
de diciembre, declaró procedente la referida acción de libertad. Empero, sin disponer la libertad de la
accionante, únicamente dejó sin efecto el último considerando de la Resolución de 13 de diciembre de
2011, pronunciada por las autoridades demandadas y dispuso que lo resuelvan de manera
fundamentada dentro del tercero día, cuyo plazo ha corrido desde el reinicio de las labores judiciales.
Sin embargo, las mencionadas autoridades no dieron cumplimiento a dicha resolución. Por tales
circunstancias, la accionante, afirma que continúa indebidamente privada de libertad.
Con dicho argumento, la accionante presenta nuevamente, acción de libertad contra los Vocales de la
Sala Penal y Administrativa, Ponciano Ruiz Quispe y Germán Miranda Guerrero, solicitando se dicte
sentencia y se restituya su derecho a la libertad.
La accionante, sin citar norma legal alguna, denuncia la vulneración de su derecho a la libertad.
I.1.3. Petitorio
Tramitada la acción conforme lo establece el art. 126 de la Constitución Política del Estado, se
dicte sentencia que restituya su derecho a la libertad.
La audiencia pública se realizó el 10 de enero de 2012, conforme consta en el acta cursante a fs.
9 y vta., produciéndose los siguientes actuados:
Asimismo, estuvo presente en audiencia el representante del Ministerio Público, Juan Carlos
Cuellar Zurita, requirió se deniegue la tutela solicitada por la accionante, sin evidenciarse cuáles
son los fundamentos en los que efectúa su petición.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Resolución de 13 de diciembre de 2011, pronunciada por la Sala Penal y Administrativa del
Tribunal Departamental de Justicia de Pando, que declara improcedente el recurso de apelación
incidental planteado por Lorena Azad Bucett, y confirma totalmente el auto apelado que deniega la
cesación a la detención preventiva (fs. 4 a 5 vta).
II.2. Sentencia 10/2011 de 24 de diciembre, emitida por el Juez Segundo de Partido en lo Civil
en suplencia del Juzgado Único de Sentencia, resuelve la acción de libertad planteada por
Lorena Azad Bucett contra los Vocales de la Sala Penal y Administrativa Ponciano Ruiz Quispe
y Germán Miranda Guerrero, por haber vulnerado su derecho a la libertad. Resolución que
declara procedente la acción tutelar planteada por la accionante y sin ordenar su libertad,
dispone dejar sin efecto el último considerando de la resolución de 13 de diciembre emitida por
las autoridades ahora demandadas, a fin de que las mismas se constituyan en audiencia y
fundamenten la apelación al auto de cesación a la detención preventiva planteada por la
accionante (fs. 2 a 3 vta.).
Por lo que, cuando las autoridades accionadas no dan cumplimiento a lo dispuesto por el juez de
garantías, dentro de acciones de libertad o amparo constitucional, el accionante debe acudir ante
el mismo juez de garantías que emitió la resolución, o en su caso a la vía ordinaria para hacer
cumplir la misma; puesto que no corresponde presentar una nueva acción tutelar contra las
mismas autoridades ya demandadas en una acción tutelar anterior.
Por lo que, el Juez de garantías al denegar la acción tutelar planteada por la accionante Lorena
Azad Bucett contra los Vocales de la Sala Penal y Administrativa del Tribunal Departamental de
Justicia de Pando, obró correctamente.
POR TANTO
En revisión la Resolución de 4 de enero de 2012, cursante de fs. 121 a 122, pronunciada, dentro
de la acción de libertad, interpuesto por Rubén Montero Meza contra Jorge Fernández
El accionante, por escrito presentado el 3 de enero de 2012, cursante de fs. 114 a 115, manifestó
que:
En ese entendido, fueron arrestados en esa localidad a horas 17:00 hasta las 22:00, quedándose
en dependencias de la policía; una vez en Riberalta -al promediar las 3 de la mañana-, pasaron
toda la noche esposados, sin conocer el motivo de su arresto o aprehensión. A las 6 de la
mañana, el policía -de apellido Rossel- dijo que el día anterior hubo un asalto en la institución
Prendamas, y que tanto el accionante como sus acompañantes eran los principales sospechosos,
por lo que serán sometidos a un desfile identificativo; una vez en su celdas, sus abogados
manifestaron que las 2 señoritas que observaron el desfile identificativo, no los reconocieron
como autores o partícipes del hecho de robo a Prendamas. Procediendo recién a horas 23:00 a
otorgarles su libertad sin ningún tipo de citación, notificación, resolución o requerimiento en el
que se haya dispuesto alguna medida, por lo que tanto el accionante como sus acompañantes,
permanecieron detenidos por más de 32 horas desde el momento de su captura, sin prestar su
declaración informativa de ley, y al tiempo de dejarlos en libertad, les entregaron todas sus
pertenencias, menos su camioneta, que se encuentra con todos los papeles a nombre de su
hermano, bajo el pretexto que se quedaría en esas dependencias a efectos de investigación.
Por otro lado, extrañamente se citó a las dos señoritas para que el 3 de enero de 2012, se realice
otro desfile identificativo en el que el accionante como sus acompañantes tendrían que estar
presentes, sin conocer en qué calidad se encuentra, como sindicado, testigo o imputado; pero de
manera incoherente, se le citó como imputado pese a no habérsele tomado ni su declaración
informativa y menos aún sin que se le haya imputado, violando de este modo flagrantemente el
debido proceso y la presunción de inocencia, incurriendo en una persecución ilegal.
I.1.3. Petitorio
Solicita que se le conceda la tutela y qué de manera inmediata cese la persecución indebida
llevada a cabo en su contra, asimismo, que se restituyan sus derechos y garantías lesionados.
Celebrada la audiencia pública el 4 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 117
a 120, se produjeron los siguientes actuados:
Del mismo modo, y ampliando la defensa del demandado, otra de los abogados señaló que su
defendido no tiene legitimación pasiva en la presente acción, reclamando cuestiones que no son
el fin de esta acción tutelar, puesto que demanda hechos relacionados a la camioneta en la que se
encontraba que aún no fue devuelta, pues para ese fin debe acudir a otros medios ordinarios
contemplados.
Edwin Padilla Flores, Fiscal de Materia de Riberalta, en audiencia manifestó que es falso que el
Ministerio Público no haya hecho conocer los hechos ocurridos dentro del plazo
correspondiente, ya que el 21 de diciembre de 2011, se puso en conocimiento de la autoridad
jurisdiccional, sobre el inicio de estas dando a conocer en el tiempo establecido a la FELCC,
para que dentro de sus atribuciones inicie las investigaciones del caso, de ese modo, el ahora
accionante, conoció sobre el desfile identificativo en el que iba a participar, existiendo el
requerimiento fiscal en original con el respectivo cargo de recepción, dejando claro que en
ningún momento se le trató como a detenido o imputado. Posteriormente, al no haber concluido
el desfile identificativo, se notificó al accionante el 26 de diciembre de 2011, para que se
presente a efecto de concluir dicho desfile; empero, sin fundamento alguno, no se hizo presente
al mismo, por lo que existe prueba clara que el acciónante se encuentra en goce pleno de su
libertad, y en ningún momento se le está persiguiendo o privando de su libertad, toda vez que el
Ministerio Público, simplemente está realizando una tarea investigativa. Haciendo referencia al
motorizado, este se encuentra retenido en dependencias de la policía, debido a que el mismo es
robado, de acuerdo a toda la documentación recaudada por Dirección de Prevención de Robo de
Vehículos (DIPROVE), por lo que tanto el Ministerio Público como DIPROVE no pueden hacer
la entrega del vehículo reportado como robado.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes arrimados al expediente, se llega a las
conclusiones siguientes:
II.1. A fs. 19, cursa el informe de Acción Directa de oficio caso 309/2011 de 22 de diciembre,
presentada por el funcionario policial, por el cual, se consigna el arresto del acciónante y otras
tres personas con similares características que fueron proporcionadas por las víctimas de robo
agravado en la agencia Prendamas, quienes fueron trasladados a dependencias de la FELCC en
calidad de arrestados (fs. 22).
II.2. A fs. 25, cursa el informe de inicio de investigación de 22 de diciembre de 2011, emitido
por el Fiscal demandado, al Juez de Instrucción Cautelar de Riberalta.
II.3. A fs. 34 y 39, cursan las citaciones de 22 de diciembre de 2011 realizadas por el Fiscal al
ahora accionante, para que dentro del proceso investigativo por la presunta comisión del delito
de robo seguido en su contra, este se apersone al desfile identificativo de 22 y 26 del mismo mes
y año.
II.4. A fs. 109, cursa la citación de 29 de diciembre de 2011, realizada por el Fiscal para que el
accionante se presente al desfile identificativo de 6 de enero de 2012, dentro del proceso
investigativo por la presunta comisión del delito de robo seguido en su contra.
El accionante manifestó que las autoridades demandadas lesionaron sus derechos y garantías a la
libertad, al debido proceso y a la presunción de inocencia, puesto que: 1) Fue aprehendido junto
a sus acompañantes de viaje en la localidad de El Sena, sin que se le explique el motivo de su
aprehensión, tratándole como a un verdadero delincuente, enmanillado y detenido por más de 32
horas; 2) No se le hizo conocer en qué calidad se encuentraba, es decir como sindicado, testigo o
imputado; de manera incoherente se le citó como imputado, sin que hasta ese momento se haya
puesto en su conocimiento la imputación de los supuestos delitos que hubieran cometido.
Correspondiendo analizar en revisión, si tales argumentos son evidentes y si constituyen actos
ilegales lesivos al derecho a la libertad del accionante, a fin de otorgar o denegar la tutela
solicitada.
del habeas corpus fue consagrada por el art. 18 de la CPEabrg, actualmente, la Constitución
Política del Estado vigente también la contempla pero con la denominación de acción de
libertad arts. 125 al 127 de la (CPE); sin embargo, no se trata de un simple cambio de
nomenclatura, sino de una precisión conceptual, pues conforme a la teoría del Derecho
Procesal Constitucional, sustituir la denominación de “recurso”, por la de “acción” -además
de adecuar la legislación boliviana a la evolución de la doctrina de la materia- implica
reconocer a esta garantía como “la facultad de demandar la protección de un derecho ante los
órganos jurisdiccionales” o sea “poner en marcha el aparato del Estado para la protección de
un derecho conculcado”, en contraposición a la denominación de “recurso” que implicaba
considerarla como la simple impugnación o reclamación que, concedida por ley, efectúa quien
se considera perjudicado o agraviado por la providencia de un juez o tribunal para que el
superior la reforme o revoque y que por ello supone la existencia previa de un litigio (García
Belaunde, Domingo. “El hábeas corpus en el Perú”. Universidad Mayor de San Marcos, 1979,
p. 108).
Asimismo, la Constitución vigente mantiene las características esenciales del hábeas corpus: El
informalismo, por la ausencia de requisitos formales en su presentación; la inmediatez, por la
urgencia en la protección de los derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite
caracterizado por su celeridad; la generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio,
inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial tenga
contacto con la persona privada de libertad.
Es importante resaltar que la Constitución Política del Estado vigente, en el marco más amplio
que implica la concepción de “acción de libertad” y acorde al principio de progresividad,
acentúa algunas de las características anotadas; así por ejemplo, en el caso del informalismo,
contempla la posibilidad de presentación oral de la acción de libertad, antes reservada sólo a
los supuestos en que la persona fuera menor de edad, incapacitada, analfabeta o notoriamente
pobre; en el caso de la inmediación, además de establecer que la autoridad judicial dispondrá
que el accionante sea conducido a su presencia, prevé la posibilidad de que ésta acuda al lugar
de detención; asimismo, como ya se ha referido, amplía el ámbito de protección, pues la ahora
acción de libertad no se limita a la protección de ese derecho, sino que alcanza al derecho a la
vida, además de la posibilidad de presentarla también contra particulares (art. 126 CPE).
De este modo, la jurisprudencia desarrollada por este Tribunal para el hábeas corpus, en tanto
y en cuanto no se contraponga a la Constitución Política del Estado es plenamente aplicable a
la acción de libertad…”.
Por lo señalado, la acción de libertad, procederá de forma directa, sólo si los medios legales
ordinarios no son los adecuados e idóneos para reparar de forma inmediata y eficaz el derecho a
la libertad ilegalmente restringido.
Por lo que añade: “(…) en caso de existir norma expresa que prevea mecanismos intra-
procesales efectivos y oportunos de defensa de estos derechos fundamentales, deben ser
utilizados previamente antes de activarse la tutela constitucional, aspecto que se encuentra
enmarcado en los mandatos insertos en los arts. 8 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos (…)”.
Bajo ese entendimiento, esta última Sentencia estableció subreglas para determinar la existencia
de medios efectivos y oportunos de defensa de los derechos que se encuentran bajo la protección
del recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, conforme al siguiente sentido; la acción
de libertad:
“I. El recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, es el medio idóneo y eficaz para
conocer y restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al derecho a la
vida, la libertad o constituir una persecución o procesamiento indebido que atente o ponga en
peligro el derecho a la libertad, cuando de acuerdo a las circunstancias concretas, a pesar de
existir mecanismos de protección específicos y establecidos por la ley procesal vigente, éstos
resulten ser evidentemente inoportunos o inconducentes, de manera tal que esta acción de
defensa, por la urgencia de la situación, se configura como el medio más eficaz para restituir
los derechos afectados; empero, en caso de existir mecanismos procesales específicos de
defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la
persecución o procesamiento indebido, deben ser utilizados previamente por el o los
afectados; en estos casos por tanto, la acción de libertad operará solamente en caso de no
haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas.
II. Asimismo, cuando exista privación efectiva de libertad, por ser esta una causal grave, se
entenderá que la vía procesal existente no es idónea, cuando se pruebe que una vez activados
estos mecanismos procesales, su resolución y efectiva protección serán dilatadas, por ejemplo,
por ser irrazonables los plazos de resolución; por existir excesiva carga procesal para una
rápida decisión o ejecución de la decisión o por no cumplirse con los plazos para la emisión de
resoluciones establecidos por la ley.
En ese sentido, correspondía acudir a dicha autoridad, sobre cualquier lesión a los derechos
que el accionante ahora demanda, siendo esa la vía idónea, expedita y eficaz para el
restablecimiento de las supuestas infracciones a sus derechos y garantías constitucionales;
de tal manera que al no agotar previamente los medios y recursos que la justicia ordinaria
dispone para la reposición de los derechos y garantías supuestamente lesionados, no es
posible activar la justicia constitucional al no ser la presente acción tutelar, subsidiaria de
otros medios y recursos ordinarios.
En ese sentido, se concluye que el Juez de Instrucción Cautelar de Riberalta del Tribunal
Departamental de Judicial de Beni, al denegar la tutela de la acción de libertad, aunque con
otros fundamentos, ha evaluado correctamente los datos del proceso.
POR TANTO
En revisión la Resolución 001/2012 de 17 de enero, cursante de fs. 215 a 217; pronunciada dentro de
la acción de amparo constitucional interpuesta por Severo Carvajal Gutiérrez; Nicanor Subia
Llanos; Santiago Subia Llanos; René Subia Llanos; Braulio Subia Avendaño; Sandalio Tolaba
Ramírez; y, Dionicio Tolaba Ramírez contra Fatho Yamil Santiago Salame, Juez de Instrucción
Cautelar Mixto de Incahuasi Provincia Nor y Sud Cinti del Tribunal Departamental de Justicia
de Chuquisaca; y Daniel Tejerina, Oficial de Diligencias de dicho despacho.
Por memorial presentado el 11 de enero de 2012, cursante de fs. 197 a 202, los accionantes,
expresan los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Dentro del proceso penal, seguido en contra de los ahora accionantes, por la presunta comisión del
delito de estelionato, que se habría cometido supuestamente cuando éstos eran directivos de la
Cooperativa Nuevo Amanecer.
Finalmente señalan que, el juez accionado emitió el Auto 40/2011, sin tener competencia para ello,
pues la Resolución emerge de la apelación que se efectuó sobre un fallo emitido, y no es de su
competencia conocer apelaciones incidentales sobre sus propias resoluciones, debiendo limitarse a
remitir lo obrado ante el juez ad quem.
Los accionantes denuncian la vulneración de sus derechos y garantía al debido proceso en sus
componentes de “derecho al juez natural”, competencia, independencia e imparcialidad, derecho
a la defensa, a un proceso sin dilaciones indebidas, a impugnar, a la “seguridad jurídica” y a la
petición, citando al efecto los arts. 14. I-II, 115.I, 119.II de la Constitución Política del Estado,
art. 8.1 del Pacto de San José de Costa Rica.
I.1.3. Petitorio
De la revisión de obrados, se establece que no existe un petitorio de manera expresa y clara (fs.
201 y 202).
La audiencia pública se realizó el 17 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
218 a 220; produciéndose los siguientes actuados:
El Juez de Instrucción Cautelar Mixto de Incahuasi, en audiencia, presentó informe verbal aduciendo
que el Auto 40/2011, no vulneró ningún derecho o garantía constitucional, más bien, “sanciona una
negligencia de la parte interesada”, por no acudir al juzgado, dado que las resoluciones se notifican en
el plazo de 24 horas. Además, la presentación de la apelación en la Notaría de Fe Pública de la
localidad de Camargo, incumplió el art. 97 del Código de Procedimiento Civil (CPC), pues en primer
lugar, se debió constatar la ausencia de la Actuaria del Juzgado de Instrucción o del Secretario de
Juzgado de Partido de Incahuasi, después de dicha diligencia, recién presentar la apelación ante el
Notario de Fe Pública, debiendo este funcionario, hacer constar esos extremos en la respectiva acta
notarial.
Por su parte, el Oficial de Diligencias del juzgado, informó de manera verbal que los accionantes,
tienen la obligación de apersonarse ante el juzgado para conocer de las diligencias del proceso; éstos
no lo hicieron y tampoco previeron los posibles gastos de traslado que ocasionaría la notificación del
referido Auto, tampoco llamaron a su celular, a pesar de tener su número, señala que “siempre lo
hacían”, pero no en la presente ocasión.
I.2.3. Resolución
establecido por el art. 166 del CPP, por consiguiente la presente causa no puede ser resuelta por
el carácter subsidiario de la acción de amparo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Por oficio, el Notario de Fe Pública de la localidad de Camargo, Víctor Cruz Laura, señala:
“En la ciudad de Camargo, a las 17:00 del día 5 de noviembre de 2011 se hizo presente la Dra.
Natividad Pereira Huanca con un memorial dirigido al Juez de Instrucción de Incahuasi con
suma APELACIÓN INCIDENTAL” (sic) (fs. 7).
II.2. Por Auto 40/2011, la Juez de Instrucción Mixto y Cautelar de la localidad de Incahuasi,
determina: “…resulta invalido el cargo sentado por el Notario de Fe Pública (de Camargo) por
no acomodarse a las exigencias establecidas en el art. 97 del CPC” (fs. 9 vta.).
II.3. De fs. 10 a 196, se adjuntan en fotocopias simples partes del proceso penal seguido en
contra de los querellados, constituidos ahora como accionantes.
Se debe establecer que la petición, petitorio o petitum es entendido como el núcleo mismo de la
pretensión, es aquello que en justicia se busca satisfacer, es decir, se concibe como el objeto de
la pretensión que es aquello que se pide, o aquello que se quiere o pretende dentro de una
proceso, como en la presente acción de amparo constitucional, debiendo ser enunciada de
manera clara, concreta e indubitable, asimismo, observándose, en su caso, los presupuestos
procesales específicos.
En el presente caso, el numeral 6 del referido artículo es el que nos interesa, pues expresamente
se determina que en la acción señalada se debe fijar con precisión la tutela que se solicita, ya que
sin este requisito, el Tribunal Constitucional Plurinacional, se ve imposibilitado de ingresar al
análisis del fondo del asunto, pues no se podría suponer cuál o cuáles son las pretensiones del
accionante.
Ante la inexistencia de este requisito fundamental, el Tribunal o juez de garantías, debió haber
observado el mismo, a fin de subsanarse antes de la admisión de la acción, o en su caso, haber
declarado el rechazo in limine de la misma.
Chuquisaca, en uso de sus atribuciones debe estar inmiscuido, porque los recurridos han
vulnerado los derechos de los recurrentes…” (sic).
De lo antes anotado, no existe una conexión entre los hechos, los derechos supuestamente
vulnerados con el petitorio del memorial ni el petitorio de la audiencia celebrada.
Por lo que se denota la falta del requisito esencial de la existencia de un petitorio claro
relacionado con el proceso, hechos que imposibilitan a este Tribunal Constitucional
Plurinacional a ingresar al análisis del fondo del caso expuesto.
Por consiguiente, el Juez de garantías al denegar la acción de amparo constitucional, aunque
con otros argumentos, ha actuado de manera correcta.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00010-2012-01-AL
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 01/2012 de 13 de enero, cursante de fs. 102 a 103 y vta. pronunciada
dentro de la acción de libertad, interpuesta por José Luis Pillco Ríos contra Hugo Carrasco
Callejas, Fiscal de Materia.
declaración informativa. Pese a que argumentó que jamás fue notificado con “nada” y que no
conoce del proceso que se le sindica, además que tampoco se le comunicó quiénes son los
denunciantes y a qué título le denuncian, sin motivo alguno fue aprehendido y conducido ante la
Autoridad señalada, permaneciendo detenido en celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el
Crimen (FELCC).
Finaliza afirmando que el Ministerio Público sólo tiene facultad para emitir mandamiento de
aprehensión conforme al art. 226 del Código de Procedimiento Penal (CPP); es decir,
cumpliendo ciertos requisitos, que no se observan en la Resolución de aprehensión de 8 de enero
de 2012, pues no se fundamenta por qué su presencia es necesaria, cuáles fueran los elementos
de convicción para sostener su autoría y si su persona quiso fugarse u obstaculizar la
averiguación del proceso, por lo que dicha Resolución es ilegal.
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública de 13 de enero de “2011” (sic), según consta en el acta cursante a
fs. 101 y vta., se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante ratificó el tenor de la demanda y ampliando sus fundamentos, señaló
que presentó la acción de libertad porque la vida de su defendido corre peligro, al haber sido
golpeado y secuestrado, por lo que no es aplicable el tema de la subsidiariedad, según la SC
0008/2010-R de 6 de abril, pues fue golpeado y secuestrado, tiene moretes en todo el cuerpo.
Hugo Carrasco Callejas, Fiscal de Materia, en el informe escrito que cursa de fs. 11 a 12 vta.,
señaló: a) La actuación fiscal y policial dentro de un proceso investigativo criminal, se sujeta a
control jurisdiccional conforme al art. 279 del CPP, siendo -el juez- la autoridad idónea ante
quien reclamar las infracciones al debido proceso y al derecho a la libertad, por lo que el
impetrante, al acudir directamente a la jurisdicción constitucional sin observar el principio de
subsidiariedad, desconoció el rol, atribuciones y finalidad que el legislador dio al juez ordinario,
que se desempeña como “juez constitucional en el control de la investigación” cuya atribución
se encuentra en el art. 54.1 del mismo Código; y, b) Sobre el particular, existen innumerables
sentencias constitucionales, como la SC 1485/2011-R de 10 de octubre y otras que deben
asumirse por ser obligatorias y vinculantes, correspondiendo denegarse la tutela por
inobservancia del principio de subsidiariedad, disponiendo se acuda al juez cautelar, que en este
caso corresponde a la Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal “de Sucre” (sic).
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. El 8 de enero de 2012, Carmelo Chojllu Ramos y otros, formularon denuncia en contra de
José Luis Pillco (accionante), por la presunta comisión de los delitos de estafa y amenazas,
previstos y sancionados por los arts. 335 y 293 del Código Penal (CP) (fs. 22 a 28).
II.2. La misma fecha, la Fiscal de Materia, María Beth Vásquez Castro, requirió el inicio de la
investigación (fs. 21). Asimismo, informó al juez de instructor de turno en lo penal sobre el
inicio de la investigación (fs. 20); expidió citación al imputado para que preste declaración
informativa el 9 del mismo mes y año (fs. 29); y una segunda citación con el mismo objeto para
el 10 de enero de 2012 (fs. 30).
II.3. Hugo Carrasco Callejas, Fiscal de Materia en suplencia legal, ahora demandado, emitió la
Resolución de 10 de enero de 2012, por la que al amparo del art. 226 del CPP, dispuso la
aprehensión directa del accionante, aduciendo haber sido identificado como presunto autor de
los delitos denunciados y que dada la naturaleza de los hechos investigados, los efectos
económicos en personas de procedencia humilde y su conducta agresiva de amenazar de muerte
a algunas de las víctimas, constituyen peligro de obstaculización (fs. 35 a 36). El mandamiento
de aprehensión cursa a fs. 38.
El art. 125 de la CPE, establece que la acción de libertad tiene por objeto tutelar los derechos a
la vida, a la libertad física y de locomoción, en los casos en que aquélla se encuentre en peligro y
cuando ésta sea objeto de persecución ilegal, indebido procesamiento u objeto de privación en
cualquiera de sus formas, pudiendo toda persona que considere encontrarse en tales situaciones,
acudir ante el juez o tribunal competente en materia penal y solicitar se guarde tutela a su vida,
cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a
la libertad.
Sin embargo, tratándose especialmente del derecho a la libertad, para que sea viable esta acción
de defensa, con carácter previo se deben agotar los mecanismos de defensa que tenga
expeditos el justiciable conforme al ordenamiento procesal común, haciendo uso de los
medios y recursos legales que sean idóneos, eficientes y oportunos para el restablecimiento
de este su derecho, de donde la acción de libertad operará solamente en los casos de no haberse
reparado efectivamente las lesiones invocadas pese a la utilización de estas vías. Entendimiento
asumido en la SC 0008/2010-R de 6 de abril, donde se estableció que la acción de libertad es el
medio idóneo y eficaz para restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que atente al derecho
a la libertad: “…empero, en caso de existir mecanismos procesales específicos de defensa que
sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la persecución o
procesamiento indebido, deben ser utilizados previamente por el o los afectados; en estos
casos por tanto, la acción de libertad operará solamente en caso de no haberse restituido los
derechos afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas” (negrillas agregadas).
“Primer supuesto: Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía
cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y
todavía no existe aviso de inicio de investigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez
Cautelar de turno. En los casos en que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir,
con el aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es
ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus derechos. De
no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a
través del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en
el control de la investigación.
Segundo Supuesto: Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una
resolución judicial de medida cautelar, por ende, que afecta al derecho a la libertad física o de
locomoción, con carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar la misma,
para que el superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada.
Puesto que el orden legal penal ha previsto ese medio impugnativo, precisamente para que a
través de un recurso rápido, idóneo, efectivo y con la mayor celeridad se repare en el mismo
órgano judicial, las arbitrariedades y/o errores que se hubiesen cometido en dicha fase o etapa
procesal. Lo propio si está referido a cuestiones lesivas a derechos fundamentales relacionadas
a actividad procesal defectuosa, o relacionada al debido proceso, casos en los cuales se debe
acudir ante la autoridad judicial que conoce la causa en ese momento procesal, puesto que el
debido proceso es impugnable a través de la acción de libertad sólo en los casos de indefensión
absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la privación, o restricción a la
libertad física.
Dicho documento deberá ser presentado de manera obligatoria al juez cautelar, quien como se
tiene señalado ampliamente, ejerce el control del respeto a los derechos y garantías del
imputado, y deberá ser solicitado al fiscal por el juez o tribunal de garantías cuando se
denuncien torturas o vejámenes -sin perjuicio de acudir al lugar de detención para verificar
las condiciones de la privación de libertad, conforme establece el art. 126.I de la CPE- con la
finalidad de que dicho Tribunal y, en revisión, este Tribunal Constitucional, pueda contar con
los elementos de prueba necesarios para pronunciarse sobre la supuesta lesión al derecho a la
integridad física o personal y la amenaza del derecho a la vida” (las negrillas son nuestras).
POR TANTO
En revisión la Resolución 001/2012 de 25 de enero, cursante de fs. 111 a 114, dentro de la acción de
libertad interpuesta por María Inés Rojas contra Elías Fernando Ganam Cortez, y Ricardo
López Guzmán, Presidentes de la Sala Penal Segunda y Tercera respectivamente del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz.
Por memorial presentado el 19 de enero de 2012, a horas 17:50, cursante de fs. 4 a 6 vta., la
accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
El Juez Tercero de Sentencia y la Sala Penal Segunda, del Tribunal Departamental de Justicia de La
Paz, incumpliendo los principios procesales de certidumbre jurídica, debido proceso, igualdad y
derecho a la defensa, determinaron rechazar su solicitud de cesación a la detención preventiva en base
a su propia opinión personal y sin la fundamentación necesaria que merece el mismo.
Agrega, que el Juez Tercero de Sentencia, no valoró las SSCC 0880/2007-R y 0128/2011, que
fueron ofrecidas en calidad de prueba; asimismo, cometió una contradicción tanto en la
Resolución como en la complementación emitida; toda vez que el mismo Juez, al reconocer que
existía una omisión y la falta de valoración de la jurisprudencia constitucional presentada,
cometiendo una contradicción, determinó por mantener el rechazo de la cesación de la detención
preventiva; a su turno, los Vocales de la Sala Penal Segunda, ratificaron la Resolución emitida
por el adquo señalando que aún concurrían los riesgos procesales establecidos en los arts. 234.
10 y 235. 2 del Código de Procedimiento Penal (CPP), agravando más aún su situación de
imputada, al señalar el Presidente de dicha Sala, que los delitos de Ley 1008 son de lesa
humanidad, sin aclarar, cuál era la base legal para calificar al delito en cuestión como lesa
humanidad, mencionando únicamente que fue calificado como tal por una “jurisprudencia de la
Corte Superior de La Paz”; arguye además que, la falta de fundamentación y la de valoración de
la prueba, la dejan en completa incertidumbre e indefensión respecto a las razones de hecho y de
derecho para determinar el rechazo de la detención preventiva.
I.1.3. Petitorio
Solicita se revoque el Auto de Vista 05/2012 de 16 de enero pronunciada por la Sala Penal
Segunda y la Resolución 09/11 de 23 de noviembre de 2011, dictada por el Juez Tercero de
Sentencia, consecuentemente se ordene que las mencionadas autoridades emitan una resolución
fundamentada donde se valore la jurisprudencia constitucional señalada, se determine en forma
jurídica y técnica, cuál la base para establecer que los delitos de la Ley 1008 son de lesa
humanidad.
La audiencia pública se realizó el 25 de enero de 2012, a horas 15:00, según consta en el acta
cursante de fs. 108 a 110, produciéndose los siguientes actuados:
A través de los informes escritos cursantes a fs. 48 y 55 Ricardo Chumacero Tórrez por Elías
Fernando Ganam Cortez y Elías Fernando Ganam por Ramiro López Guzmán argumentaron lo
siguiente: a) El proceso seguido por el Ministerio Público contra María Inés Rojas por el delito
de tráfico de sustancias controladas, radicó en la Sala Penal Segunda producto de una apelación
y conforme a procedimiento se señaló audiencia pública para considerar la apelación respectiva;
y, b) La accionante habría señalado que el Presidente de la Sala Penal Segunda habría
considerado en la Resolución 05/2012 que los delitos de la Ley 1008 son de lesa humanidad,
agravando la situación jurídica de la imputada, al respecto, refiere que se ratifican en las
consideraciones contempladas en la Resolución señalada.
I.2.3. Resolución
La Jueza Quinta de Sentencia en suplencia legal de su similar Cuarto, ambos del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Jueza de garantías, pronunció la Resolución
001/2012 de 25 de enero, cursante de fs. 111 a 114, “deniega la tutela” en la acción de libertad
formulada contra los Vocales de la Sala Penal Segunda como demandados. Conteniendo el fallo
dictado los siguientes argumentos: 1) No corresponde efectuar el análisis de la Resolución
09/2011 emitida por el Juez Tercero de Sentencia, porque esta autoridad no ha sido accionada,
pese haberse manifestado que dicha autoridad habría incurrido en contradicciones y omisiones,
más aún si se ha mencionado que no ha hecho mención a jurisprudencia constitucional,
conforme habrían señalado los Vocales accionados; 2) El análisis se realiza fundamentalmente
en la Resolución 05/2012 que emitieron los Vocales accionados, ya que se indicó que éstos no
fundamentaron su decisión; sin embargo, de la lectura de la misma se puede establecer que está
debidamente fundamentada y que en la misma no existiría la supuesta contradicción en la que
habrían ingresado el juez aquo, porque en complementación y enmienda no es posible modificar
la parte dispositiva de la Resolución emitida en lo principal tal cual establece el art. 125 del
CPP, cuando señala que cualquier alteración no puede importar una modificación esencial en la
resolución principal; 3) Los Vocales accionados hicieron mención que el Juez aquo habría
valorado la jurisprudencia constitucional de manera integral, por lo que se refirió a los aspectos
reclamados por la accionante en consecuencia la Resolución 05/2012 se habría pronunciado en
apego a las disposiciones que rigen la materia penal y entre ellas el Código de Procedimiento
Penal, por lo que no vulneraron los derechos y garantías constitucionales de la accionante; 4)
Los delitos de narcotráfico al ser considerados como de lesa humanidad, no es cosecha de los
vocales accionados, sino que existe jurisprudencia emitida por el Tribunal Supremo de Justicia
de la Nación y entre ellas el Auto Supremo 26 de 9 de enero de 2008 refrendado por leyes
especiales incluso de carácter internacional, por lo que el Auto de Vista pronunciado por las
autoridades recurridas se halla fundamentado; y, 5) Finalmente, la solicitud de cesación a la
detención preventiva no es definitiva ni causa estado y que éstas pueden ser revocables o
modificables aún de oficio y planteadas en cualquier momento para su consideración.
II. CONCLUSIONES
II.1. Mediante memorial de 12 de noviembre de 2011 de fs. 90 a 91 María Inés Rojas, solicita
cesación de su detención preventiva por concurrir uno de los requisitos establecidos en el art.
239 inc.1 del CPP.
II.3. La Sala Penal Segunda, constituida por los accionados, dictó la Resolución 05/2012 de 16
de enero de fs. 105 a 107, por la que confirma la resolución 09/2011 dictada por el Juez Tercero
de Sentencia, argumentando que en la Resolución señalada no existe contradicción a las que
hace referencia el abogado de la ahora accionante, toda vez, que en una complementación y
enmienda solicitada no se puede desvirtuar las consideraciones de la presencia de riegos
procesales que hubiera establecido el juzgador al momento de dictar la resolución, que el juez ha
hecho una valoración integral de todos los elementos presentados así como de las sentencias
constitucionales que hace mención, por lo mismo, ha valorado correctamente los elementos y ha
dado cumplimiento a lo previsto y dispuesto por el art. 124 del CPP.
La accionante sostiene que las autoridades judiciales demandadas lesionaron su derecho a la libertad,
al debido proceso, a la legalidad, a la presunción de inocencia “y a la favorabilidad”, por cuanto
aprobaron la resolución que rechazó su solicitud de cesación de la detención preventiva, a través de
una resolución que carece de fundamentación y en la que no se valoraron las pruebas presentadas.- En
consecuencia, corresponde analizar, en revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Sobre la valoración de la prueba por parte de los jueces y tribunales que ejercen el
control jurisdiccional de la investigación en causas penales
De lo anotado, se concluye que los Vocales demandados de la Sala Penal Segunda resolvieron
en forma fundamentada la apelación emergente de la solicitud de cesación a la detención
preventiva presentada por la ahora accionante, habiéndose efectuado una valoración de las
pruebas mencionadas con la facultad privativa que les concede la ley, sin que a criterio de
este tribunal haya existido un apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y
equidad previsibles para deducir lo contrario, o se haya omitido arbitrariamente el valor
de las pruebas presentadas, cuya consecuencia haya derivado en la vulneración de los
derechos de la accionante; que permita a este Tribunal Constitucional Plurinacional, valorar
tales hechos, por lo que resulta evidente que no existe violación alguna a los derechos de la
imputada, motivo por el cual no puede concederse la tutela solicitada mediante esta acción.
Por los fundamentos expuestos, el Juez de garantías al denegar la acción de libertad, obró
correctamente.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00048-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Por memorial presentado el 11 de enero de 2012, cursante de fs. 1 a 2 vta., el accionante por su
representado refiere lo siguiente:
contra sus derechos sino contra los preceptos constitucionales, violando el respaldo a la
seguridad y libertad; en tal motivo, al imperio de lo establecido por el art. 125 de la Constitución
Política del Estado Plurinacional (CPE); y, art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), interpone acción de libertad.
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 12 de enero de 2012, según consta en el acta que cursa de fs. 9
a 10, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.2. Posteriormente, por memorial de 5 de enero de 2012, el imputado solicitó al Juez ahora
demandado, nueva audiencia; misma que fue señalada mediante proveído de 9 de enero de 2012
para el 16 de enero del año en curso (fs. 9 vta.).
II.3. Según cargo de presentación cursante a fs. 2 vta., se establece que la acción de libertad fue
presentada en fecha 11 de enero de 2012.
II.4. De la Resolución del Tribunal de garantías cursante de fs. 10 vta. a 12, se establece que el
Juez, fue notificado para ejercer suplencia del Juzgado Primero de Instrucción en lo Penal el 5
de enero de 2012 y que también ejerce suplencia de los Juzgados Primero y Segundo de
Instrucción en lo Penal.
Asimismo, el art. 65 de la LTCP determina que: “La acción de libertad es una acción
constitucional extraordinaria de tramitación sumarísima que tiene por objeto la garantía,
protección o tutela de los derechos a la vida a la libertad física y a la locomoción, para el
restablecimiento inmediato y efectivo de estos derechos, en los casos en que sean restringidos
suprimidos o amenazados de restricción o supresión”.
Por su parte el art. 66 de la LTCP previene: “La acción de libertad procede cuando cualquier
persona considere que: “1. Su vida está en peligro; 2. Está ilegalmente perseguida; 3. Está
indebidamente procesada; 4. Está indebidamente privada de libertad personal”.
Del marco normativo constitucional descrito; se infiere que la acción de libertad constituye una
acción de defensa de jerarquía constitucional que tiende a garantizar el ejercicio del derecho
fundamental a la libertad personal y de locomoción, extendiendo su ámbito de protección a la
vida cuando esta se encuentra afectada por la restricción o supresión de la libertad, vale decir
que esta acción hace frente a una situación de arbitrariedad emergente de autoridades y/o
particulares; que el órgano jurisdiccional que conozca de una acción de esta naturaleza, ordene
el cese de la persecución indebida o el restablecimiento de las formalidades legales y guarde la
tutela a la vida y en su caso, restituya el derecho a la libertad.
Precisados los alcances y finalidad de la presente acción, cuyo objetivo esencial es el respeto y
restablecimiento del derecho a la libertad que ocupa un lugar importante junto a la dignidad
humana como un derecho fundamental conforme previene el art. 22 de la CPE que señala: “La
dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber
primordial del Estado“; y cuando este derecho es restringido como medida cautelar, en su
tratamiento rige el principio de celeridad previsto por el art. 180.I de la CPE, que establece que
la jurisdicción ordinaria se funda en el principio de celeridad, precepto concordante con el art.
29.3 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ); máxime si se considera que de acuerdo al sistema
procesal penal vigente, en relación al régimen de medidas cautelares de carácter personal, la
restricción o límite al derecho a la libertad física tiene carácter provisional sujeta a las
condiciones estipuladas en la normativa adjetiva penal y por ende modificable debido a su
naturaleza instrumental; en virtud a que la presunción de inocencia solo se desvirtúa ante un
fallo condenatorio con autoridad de cosa juzgada, caso contrario implicaría una condena
prematura. Dentro de este contexto, la doctrina reconoce el denominado hábeas corpus traslativo
o de pronto despacho, el cual pretende acelerar los trámites judiciales o administrativos ante la
existencia de dilaciones indebidas para resolver la situación jurídica de una persona que se
encuentra privada de libertad. Esta modalidad de hábeas corpus, se halla implícito en el art. 125
de la CPE, cuando se hace referencia aquellos casos en que la persona considere que es
indebidamente privada de libertad; entendimiento que también se halla reflejado en el art. 66.4
de la LTCP.
De antecedentes se colige que dentro del proceso penal seguido al ahora accionante por el delito
de homicidio y lesiones graves y gravísimas en accidente de tránsito, su pretensión de considerar
la cesación de su detención preventiva fue objeto de una dilación injustificada en su
substanciación, cuando su solicitud de nueva audiencia no fue providenciada hasta la
presentación de la acción de libertad en análisis.
Por otra parte, el art. 9.4 de la CPE garantiza el cumplimiento de los principios, valores,
derechos, deberes reconocidos y consagrados en la Constitución Política del Estado (CPE),
mismos que se trasuntan en las normas legales vigentes; sin embargo en el ámbito de la
administración de justicia ordinaria el art. 124 de la LOJ establece la suspensión de plazos
procesales, por circunstancias de fuerza mayor, que hicieron imposible la realización del acto
pendiente, artículo que se subsume en forma idónea al presente caso de autos.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00049-2012-01-AL
00061-2012-01-AL (acumulado)
Departamento: Oruro
En revisión la Resolución 01/2012 de 28 de enero, cursante de fs. 608 a 616 vta., del expediente
00049-2012-01-AL, pronunciada por el Tribunal Segundo de Sentencia del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro dentro de la acción de libertad, presentada por Rosario
Quispe Bustamante en representación sin mandato de Erika Rodríguez Velázquez contra
Máximo Rosendo Gutiérrez Rojas, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, Beatriz Cortez
Vásquez y Virginia Colque, Vocales de la Sala Penal Primera del referido Tribunal
Departamental de Oruro; y la Resolución 01/2012 de 28 de enero, cursante de fs. 850 a 853, del
expediente 00061-2012-01-AL, pronunciada por el Tribunal Primero de Sentencia del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro dentro de la acción de libertad, interpuesta por Rosario
Quispe Bustamante en representación sin mandato de Rossio Aquino Rodríguez contra Beatriz
Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle, Vocales del mismo Tribunal Departamental.
La accionante, por memorial de 25 de enero de 2012, cursante de fs. 2 a 4 vta., manifestó que:
Dentro de la investigación penal seguida contra Erika Rodríguez Velásquez por el delito de
almacenaje, comercialización y compra ilegal de diesel oil, gasolina y gas licuado de petróleo
(GLP), el cual se encuentra en etapa de investigación en el Juzgado Tercero de Instrucción en lo
Penal y cautelar, por Resolución 938/2011 de 7 de diciembre, dictado por Máximo Rosendo
Gutiérrez Rojas, Juez de la causa se dispuso la detención preventiva en aplicación a lo dispuesto en
los arts. 234 numerales 1, 2 y 8, y 235.1 y 2 del Código de Procedimiento Penal (CPP), con el
argumento que la parte imputada únicamente justificó con documental suficiente su situación
domiciliaria pero no así la laboral, ni familiar. Posteriormente, el mismo Juez mediante Auto de 13
de diciembre de 2011, declaró improcedente la solicitud de cesación de detención preventiva
fundamentando que la imputada Erika Rodríguez Velásquez contaba con otro domicilio ubicado “en
las calles Magallanes entre Ayacucho Cochabamba”, según el testimonio de propiedad 1172, y por lo
que al no estar debidamente acreditado el domicilio de la imputada, presumiéndose por ende la
existencia de un doble domicilio, siendo éste el único argumento para mantener la detención
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 88
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
preventiva, Auto que fue apelado por su representada y no así por la parte contraria y que fue resuelta
por Magistradas de la Sala Penal Primera mediante Auto de Vista de 7 de enero de 2012, por el que
declaró improcedente el recurso planteado, manteniéndose su detención preventiva. Asimismo, señaló
que no sólo resolvió los aspectos cuestionados por Erika Rodríguez Velázquez, sino también se
añadió el presupuesto contenido en el art. 234.8 del CPP, cuando ese punto no fue motivo de la
apelación planteada por su representada.
Señala que la Resolución impugnada valoró los elementos de convicción en forma parcializada y
no así conforme disponen los arts. 221 y 222 del CPP, toda vez que en las aludidas Resoluciones
dictadas por las autoridades demandadas, cada una de ellas a su turno, señalaron que su
representada tendría dos domicilios, lo cual no es evidente, dada la situación de que en la primera
audiencia donde se resolvió su situación laboral por Resolución 938/2011 de 7 de diciembre,
dictado por el Juez de la causa sostuvo “…habiendo realizado una compulsa minuciosa de las
documentales acusadas por los imputados se advierte que simplemente tienden a justificar la
situación domiciliaria, no así la situación laboral y familiar, siendo que la documental resulta
insuficiente para acreditar aquellos extremos…”; y respecto al numeral 8 señaló “… en relación a
las coimputadas Rossio Aquino Rodríguez y Erika Rodríguez Velásquez se tendría antecedentes
que se ventilan en el mismo órgano jurisdiccional y que no ha sido motivo de observación por la
defensa técnica de las mismas”; entendiéndose que en dicha audiencia ya se justificó la existencia
de un domicilio habitual y permanente, Resolución que no fue motivo de apelación por ninguna de
las partes.
Aduce que ese agravio sufrido por el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal fue puesto a
conocimiento de la Sala Penal Primera, mediante el recurso de apelación, autoridades que lo
declararon improcedente, no obstante de haber presentado prueba que demuestra la existencia de
un domicilio habitual y permanente, sin tomar en cuenta el razonamiento de la SC 0400/2011-R.
I.1.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la acción de libertad y, por ende, se deje sin efecto el Auto Interlocutorio
69/2011, dictado por el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal y el Auto de Vista 5/2012 de “7 de
enero” 10 de enero, emitido por las Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental
de Oruro y se disponga se dicte nueva resolución otorgándole la cesación a la detención preventiva
de su representada bajo medidas sustitutivas previstas en el art. 240 del CPP.
Celebrada la audiencia pública el 28 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 604 a
607 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Máximo Rosendo Gutiérrez Rojas, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal y cautelar, Beatriz
Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle, Vocales de la Sala Penal Primera, todos del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, no asistieron a la audiencia pública de la acción de libertad de
28 de enero de 2012, no obstante su legal citación, conforme informó la Secretaria del Tribunal
Segundo de Sentencia Penal (fs. 604).
I.1.2.2. Resolución
El Tribunal Segundo de Sentencia Penal del Tribunal Departamental de Oruro compuesto por
los Jueces Técnicos, constituidos en Tribunal de garantías, mediante Resolución 01/2012 de 28
de enero, cursante de fs. 608 a 616 vta., concedió la acción de libertad disponiendo se deje sin
efecto el Auto Interlocutorio 982/2011 de 13 de diciembre, pronunciado por el Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal, así como el Auto de Vista 05/2012 de 10 de enero, emitido por los ahora
demandados, conforme a los siguientes argumentos: a) El Juez cautelar debió hacer una
ponderación entre los nuevos elementos de juicio demostrados por la imputada con relación a
los motivos que en su oportunidad fundaron la extrema medida de la detención preventiva; b) En
oportunidad de considerarse la cesación a la detención preventiva de la representada de la
accionante, era deber del Juez cautelar tomar en cuenta que elementos se tenían por demostrados y
cuales aún debían acreditar en función al art. 239.1 del CPP, cuando refiere: “…que no concurren
los motivos que la fundaron…”; concluyendo que evidentemente el domicilio, ya se tenía por
acreditado en la primera audiencia de aplicación de medidas cautelares más allá de que la imputada
hubiera presentado nuevos instrumentos vinculados a criterio del referido Juez a otro domicilio, no
ameritaba ser estimado menos considerado, por cuanto ese elemento fue el motivo para que se
disponga su detención preventiva, menos podía concluir con la existencia de dos domicilios, pues
en la Resolución de cesación a la detención preventiva, se habría acreditado la actividad laboral así
como la relación familiar con los certificados de nacimiento; c) Con relación al mencionado art.
234.8, referente al peligro de fuga, señala que el órgano jurisdiccional al tiempo de imponer la
medida extrema de detención preventiva advirtió la existencia de otro proceso tramitado ante el
Juzgado Segundo cautelar, lo cual importaría la existencia de antecedentes en relación a la
imputada, empero, en oportunidad de considerarse la solicitud de cesación a la detención
preventiva, el Juez habría concluido que se encontraba en tela de juicio simplemente el elemento
del domicilio de la imputada; d) En cuanto a la Resolución que declaró improcedente la cesación a
la detención preventiva así como el Auto de Vista que confirmó la misma, fueron dictadas sin la
debida fundamentación, conforme establece el art. 124 del CPP, sobre los motivos de hecho y
derecho en que deban basarse las decisiones y fundamentalmente sobre el valor que se debe
otorgar a los medios de prueba vinculados siempre a los motivos de la cesación a la detención
preventiva de Erika Rodríguez Velásquez.
La accionante mediante memorial de 27 de enero de 2012, cursante de fs. 623 a 624 vta., manifestó
que:
Dentro de la investigación penal seguida contra su representada Rossio Aquino Rodríguez por el
delito de almacenaje, comercialización y compra ilegal de diesel oil, gasolina y GLP, sancionados
por el art. 226 BIS del CP, el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal y cautelar del Tribunal
Departamental de Oruro mediante Resolución 938/2011 de 7 de diciembre, dispuso la detención
preventiva de su representada en aplicación de lo dispuesto en los arts. 234 numerales 1, 2 y 8 , y
235.1 y 2 del CPP, con el argumento que la parte imputada únicamente justificó con documental
suficiente su situación domiciliaria, pero no así la laboral ni familiar; posteriormente, el mismo
Señala que la Resolución impugnada valoró los elementos de convicción en forma parcializada y
no así conforme disponen los arts. 221 y 222 del CPP, toda vez que se basó en el cuaderno procesal
de inicio de las investigaciones de una supuesta denuncia por el delito de agio del año 2010,
solicitado de oficio por las Vocales demandadas, es decir, sin que las denunciantes en la audiencia
de cesación a la detención preventiva hubieran presentado ningún documento que acredite el riesgo
de fuga respecto a la actividad reiterada prevista en el art. 234.8 del CPP y sin tener en cuenta que
su representada desvirtuó el peligro de fuga presentando informes del “REJAP” y antecedentes
policiales que demostraban que no contaba con dichos antecedentes, por lo que incurrieron en
procesamiento indebido que tiene como consecuencia la privación de libertad.
I.2.1.3. Petitorio
Solicitó se conceda la acción de libertad y, por ende, se deje sin efecto el Auto de Vista 5/2012 “7
de enero” 10 de enero, dictado por Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro y se disponga se dicte nueva resolución confirmando el
fallo que dispuso medidas sustitutivas en favor de su representada.
Celebrada la audiencia pública el 28 de enero de 2012, según consta en el acta que cursa de fs. 846
a 849 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Beatriz Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle, Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, no asistieron a la audiencia pública de la acción de libertad
celebrada de 28 de enero de 2012, no obstante su legal notificación, conforme informó el Secretario
del Tribunal Primero de Sentencia Penal (fs. 226).
I.2.2.3. Resolución
El Tribunal Primero de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro compuesto por
los Jueces Técnicos, constituidos en Tribunal de garantías, mediante, Resolución 01/2012 de 28 de
enero, cursante de fs. 850 a 853, concedió la acción de libertad y dispuso la nulidad del Auto de
Vista 5/2012 de 10 de enero, a efectos de que las autoridades demandadas señalen audiencia
pública conforme a procedimiento, emitan nuevo fallo conforme a los siguientes argumentos: a)
Las autoridades demandadas al revocar la Resolución 982/2011, no realizaron una correcta
valoración del riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP, por cuanto debieron circunscribirse
a los antecedentes que motivaron la detención preventiva; asimismo, deben realizar un análisis de
los motivos por los cuales se dispuso dicha cesación de la detención preventiva en función a las
pruebas y argumentos que fueron presentados y escuchados en la audiencia cautelar y no así
generar prueba de oficio; b) Existe contradicción en los argumentos de la Resolución que revocó la
cesación de detención preventiva porque, haciendo alusión a la Resolución de detención
preventiva, primero aseveran que sólo existen “antecedentes que se ventilan en este despacho
judicial”, es decir, no dan certeza si se trata de una comunicación de inicio de investigaciones o de
una resolución de imputación formal, que es el acto procesal que inicia un proceso penal para que
se enmarque en la circunstancia de riesgo procesal de peligro de fuga contenido en el art. 234.8 del
CPP, referido a la existencia de actividad delictiva reiterada o anterior; y luego señalan que la parte
denunciante habría aportado prueba que consistiría en la existencia de un proceso penal, una
imputación formal y que los mismos significarían prueba idónea. Sin embargo, de la revisión
exhaustiva de la prueba no se ha comprobado la existencia de una resolución de imputación formal
contra la representada de la accionante, en este sentido, “…las autoridades accionadas pasaron a
considerar una prueba que no ha sido debatida ni presentada en ningún momento, es decir, ni a
tiempo de disponerse la detención preventiva menos en oportunidad de proceder a la cesación de la
detención…”; c) Con relación al riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP, la imputada
presentó en audiencia de cesación de detención preventiva los siguientes certificados: De
antecedentes penales expedido por la Dirección Nacional del Registro Judicial de Antecedentes
Penales (REJAP) referidos a sentencia condenatoria ejecutoriada, rebeldía o suspensión
condicional del proceso; de antecedentes policiales, de buena conducta expedido por el Director
del Centro Penitenciario; de Migraciones que demuestra no tener registro de pasaporte, y de la
Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de no haber obstaculizado la averiguación de
los hechos.
II. CONCLUSIONES
II.1.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Erika Rodríguez Velásquez -
representada de la accionante- por la presunta comisión del delito de almacenaje, comercialización y
compra ilegal de diesel y GLP, previsto en el art. 226 BIS.I y II del CP incluido por el art. 20 de la Ley
100 con relación al art. 23 de la misma norma, por Auto 938/2011 de 7 de diciembre (fs. 86 a 87), el
Juez Tercero de Instrucción en lo Penal dispuso su detención preventiva, en aplicación de los arts.
233.1 y 2, 234 y 235 del CPP, modificados por el art. 1 de la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, es decir,
porque no desvirtuó los peligros de fuga y obstaculización demostrando sólo la situación domiciliaria y
no así la laboral ni familiar, además de concurrir lo dispuesto en el art. 234.8 del citado código,
señalando in extenso que “…en relación a las coimputadas Rossio Aquino y Erika Rodríguez
Velásquez, de quienes se tiene antecedentes que se ventilan en este despacho judicial y que no han
sido motivo de observación por la defensa técnica de las mismas”.
II.1.2. Mediante Auto Interlocutorio 982/2011 de 13 de diciembre (fs. 215 a 217), el Juez
Tercero de Instrucción en lo Penal declaró improcedente la cesación de detención preventiva
solicitada para Erika Rodríguez Velásquez manteniendo incólume la Resolución de 7 de diciembre
de 2011, con el argumento de que los riesgos procesales referidos al domicilio, familia y la
actividad de la imputada no habían sido desvirtuados, pese a la prueba presentada en audiencia por
la imputada (fs. 115 a 160 vta.).
II.1.3. Respecto al riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP, la abogada de la víctima María
Dolores Alandia pidió complementación, aclaración y enmienda del Auto Interlocutorio 982/2011,
por cuanto -a decir suyo- existiría contra las imputadas Aquino y Rodríguez un proceso por el
delito de agio, habiendo el Juez cautelar mantenido firme e incólume la indicada Resolución de
cesación de la detención preventiva señalando que la Resolución de detención preventiva no
estableció la existencia de una imputación formal sino únicamente el inicio de investigación. En
cuyo mérito, en la misma audiencia interpuso apelación (fs. 217 vta.), fundamentando su
agravio en dicho riesgo procesal.
II.1.4. Por Auto de Vista 5/2012 de 10 de enero (fs. 595 a 601), las Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia, revocaron el Auto Interlocutorio 982/2011 de 13
de diciembre, con relación a la imputada Erika Rodríguez Velásquez y mantuvieron subsistente la
detención preventiva por la concurrencia del riesgo procesal de peligro de fuga contenido en el art.
234.1 respecto al domicilio y el numeral 8 del CPP, con los siguientes argumentos: 1) El juez a quo
no realizó una valoración apropiada de los elementos de prueba presentados con relación a lo
dispuesto en el art. 234.8 del citado código, por cuanto conforme a la prueba aportada por la
denunciante existe un proceso penal iniciado el 11 de marzo de 2010 contra Rossio Aquino
Rodríguez y Erika Rodríguez Velásquez a denuncia de Cilmar Cruz Villca por el delito de agio y la
existencia de una imputación formal de 27 de agosto del citado año, que sería la prueba idónea para
mantener subsistente la concurrencia prevista en el referido art. 234.8; 2) Los medios probatorios
presentados por Erika Rodríguez Velásquez en la audiencia de cesación de detención preventiva
si bien desvirtuaron los riesgos procesales que determinaron su detención preventiva referente al
art. 234.1 en relación a su familia y ocupación; sin embargo no lo hicieron respeto al domicilio, por
existir dos domicilios diferentes que no precisaban el lugar donde aquélla podía ser habida en todas
las instancias del proceso. De otro lado, tampoco se enervó el mencionado numeral 8.
II.2.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Rossio Aquino
Rodríguez - representada de la accionante- por la presunta comisión del delito de almacenaje,
comercialización y compra ilegal de diesel, gasolina y GLP, previsto en el art. 226 BIS.I y II del
CP, e incluido en el art. 20 de la Ley 100 con relación al art. 23 de la misma norma, por la
presunta comercialización de 20 a 25 garrafas de GLP, por Auto 938/2011 de 7 de diciembre (fs.
695 a 696), el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, dispuso su detención preventiva, en
aplicación de los arts. 233.1 y 2, 234 y 235 del CPP, modificados por el art. 1 de la Ley 007 de
18 de mayo de 2010, es decir, porque no desvirtuó los peligros de fuga y obstaculización,
demostrando sólo la situación domiciliaria y no así la laboral ni familiar, además de concurrir lo
dispuesto en el art. 234.8 del CPP, señalando in extenso que “…en relación a las coimputadas
Rossio Aquino y Erika Rodríguez Velásquez, de quienes se tiene antecedentes que se ventilan en
este despacho judicial y que no han sido motivo de observación por la defensa técnica de las
mismas” (las negrillas agregadas).
II.2.2. Mediante Auto Interlocutorio 982/2011 de 13 de diciembre (fs. 810 a 812 vta.), el Juez
Tercero de Instrucción en lo Penal declaró procedente la cesación de detención preventiva
solicitada por Rossio Aquino Rodríguez en aplicación de los arts. 239.1 y 2, 235.1 y 2 y 240 del
CPP, modificados por el art. 1 de la Ley 007 de 18 de mayo y aplicó las medidas sustitutivas de
detención domiciliaria, la obligación de presentarse semanalmente ante las autoridades judiciales
y del Ministerio Público a objeto de suscribir el correspondiente libro de presentaciones, arraigo
e imponiendo la fianza económica en la suma de Bs2 000.- (dos mil bolivianos), con el
argumento de que se habría desvirtuado el peligro de fuga por haber acreditado domicilio y
familia constituida, situación laboral e inexistencia de pasaporte, así como el riesgo procesal de
obstaculización por cuanto existen certificados de antecedentes personales de buena conducta y
“…no existiendo constancia alguna de que ambas imputadas estén modificando, destruyendo o
alterando medios de prueba así como la influencia negativa sobre testigos, peritos, etc. para
beneficiarse…”.
II.2.3. Según el acta de registro de audiencia pública para considerar la cesación de la detención
preventiva (fs. 805 a 809), la abogada de la víctima observando la prueba presentada por las
imputadas refirió que la representada de la ahora accionante no acreditó existencia de
domicilio, de una actividad laboral lícita y respecto al certificado de antecedentes policiales y
penales señaló que los mismos: “…no corresponden a la realidad puesto que la 'señora Aquino'
también ha sido imputada por el delito de agio anteriormente, caso que se está llevando ante el
Juzgado Segundo en lo Penal cautelar, prueba que también ha sido compulsada por el Juez de esas
instancias…”, señalando más adelante que: “…la defensa no ha desvirtuado de ninguna manera los
peligros procesales por los cuales se ha dispuesto la detención preventiva de las 'señoras Aquino y
Rodríguez' tales como el art. 234 numerales 6 y 8 del CPP…, teniéndose la certeza de que ambas
señoras están siendo procesadas paralelamente por el delito de agio que tiene que ver con la venta
de GLP en garrafas, por lo que deberá compulsarse este elemento por demás importante y
denegarse la solicitud de la parte de cesación de detención preventiva…”.
Por lo que, respecto al riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP, solicitó complementación,
aclaración y enmienda de la Auto Interlocutorio 982/2011, por cuanto - a decir suyo- existiría
contra las imputadas Rossio Aquino Rodríguez y otro un proceso por el delito de Agio, habiendo el
Juez cautelar mantenido firme e incólume la indicada Resolución de cesación de la detención
preventiva señalando que el fallo de detención preventiva no estableció la existencia de una
imputación formal sino únicamente el inicio de investigación. En cuyo mérito, en la misma
audiencia interpuso apelación (fs. 812 vta.), fundamentando su agravio en dicho riesgo
procesal.
II.2.4. Por Auto de Vista 5/2012 de 10 de enero (fs. 839 a 845), las Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, revocaron el Auto Interlocutorio
982/2011, con relación a la imputada Rossio Aquino Rodríguez y, por ende, mantuvieron la
detención preventiva por la concurrencia del riesgo procesal de fuga contenido en el art.
234.8 del CPP, con los siguientes argumentos: a) El Juez a quo no realizó una valoración
apropiada de los elementos de prueba presentados con relación a lo dispuesto en el art. 234.8 del
citado código, por cuanto conforme a la prueba aportada por la denunciante existe un proceso penal
iniciado el 11 de marzo de 2010 contra Rossio Aquino Rodríguez y otra a denuncia de Cilmar Cruz
Villca por el delito de agio y la existencia de una imputación formal de 27 de agosto de 2010, que
sería la prueba idónea para mantener subsistente la concurrencia prevista en el mencionado art.
234.8; b) Los medios probatorios presentados por Rossio Aquino Rodríguez y otra, presentados
En ese orden, corresponde analizar en revisión, si los argumentos de ambas acciones de libertad,
son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos al derecho a la libertad, a fin de conceder o
denegar la tutela solicitada.
III.1. Condiciones de validez para la restricción del derecho a la libertad física o personal
y criterios de interpretación para la aplicación de medidas cautelares
Así el art. 23.I de la CPE, reconoce el derecho a la libertad personal, estableciendo que ésta sólo
puede ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de la
verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales. Conforme a ello, el parágrafo III
de la misma norma dispone que: “Nadie podrá ser detenido, aprehendido o privado de su libertad,
salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley. La ejecución del mandamiento
requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido por escrito”.
Por su parte, el art. 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) determina
que: “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal. Nadie podrá ser
sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las
causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta”.
Por otro lado, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) enuncia en su art. 7.1,
que: “Toda persona tiene derecho a la libertad personal y a la seguridad personal”, el art. 7.2 de la
misma dice: “Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las
leyes dictadas conforme a ellas” y el art. 7.3 establece que “Nadie puede ser sometido a detención
o encarcelamiento arbitrarios”.
Estas condiciones de validez, también han sido desarrolladas por la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Así en la Sentencia de 21 de enero de 1994, caso
Gangaram Panday, la Corte señaló: “…Nadie puede ser privado de la libertad personal sino por
las causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley (aspecto material) pero,
además, con estricta sujeción a los procedimientos objetivamente definidos por la misma (aspecto
formal)”.
Ese también fue el criterio, por otra parte, del Tribunal Constitucional, contenido en las
numerosas sentencias, como las SSCC 0697/2003-R, 1141/2003-R y 0540/2004-R, partiendo de la
interpretación de las normas de la Constitución abrogada y de los Pactos Internacionales sobre
Derechos Humanos.
Ahora bien, en materia penal, los casos en los que una persona puede ser privada de su libertad
están expresamente previstos en el Código Penal, tratándose de sanciones penales, y en el
Código de Procedimiento Penal, tratándose de medidas cautelares, entre ellas, la detención
preventiva”.
efecto, la Sentencia de 12 de noviembre de 1997 (Fondo), caso Suárez Rosero párrafo 77,
citando el art. 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que dispone que la
prisión preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general,
estableció que la obligación del Estado a través de sus jueces, a tiempo de imponer medidas
cautelares privativas de la libertad personal o física, es la no restricción de la libertad del
detenido más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el
desarrollo eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia, pues la
prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva, en razón a que la restricción al derecho a
libertad personal en casos de denuncias de prisión preventiva - detención preventiva en nuestra
tradición jurídica- están vinculadas con el principio de presunción de inocencia amparado por el
art. 8.2 de la CADH. Así señaló: “Esta Corte estima que en el principio de presunción de
inocencia subyace el propósito de las garantías judiciales, al afirmar la idea de que una
persona es inocente hasta que su culpabilidad sea demostrada. De lo dispuesto en el artículo
8.2 de la Convención se deriva la obligación estatal de no restringir la libertad del detenido
más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia, pues la prisión
preventiva es una medida cautelar, no punitiva. Este concepto está expresado en múltiples
instrumentos del derecho internacional de los derechos humanos y, entre otros, en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que dispone que la prisión preventiva de las
personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general (art. 9.3). En caso contrario
se estaría cometiendo una injusticia al privar de libertad, por un plazo desproporcionado
respecto de la pena que correspondería al delito imputado, a personas cuya responsabilidad
criminal no ha sido establecida. Sería lo mismo que anticipar una pena a la sentencia, lo cual está
en contra de principios generales del derecho universalmente reconocidos”.
El art. 239.1 del CPP - incluso después de la reforma efectuada por Ley 007 de 18 de mayo de
2010- determina que la detención preventiva cesará: “Cuando nuevos elementos de juicio
demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o torne conveniente que sea sustituida
por otra medida”.
De acuerdo a la previsión contenida en el art. 239.1 del CPP antes referido, para resolver una solicitud
de cesación de la detención preventiva amparada en esa causal, el Juez o Tribunal debe realizar el
análisis ponderado de dos elementos: 1) ¿Cuáles fueron los elementos de convicción que
determinaron la imposición de la detención preventiva? y, 2) ¿Los nuevos elementos de convicción
que aportó el imputado demuestran que ya no concurren los motivos que determinaron la medida o la
conveniencia de que la medida sea sustituida por otra?, conforme lo precisó la jurisprudencia
constitucional uniforme contenida en las SSCC 0320/2004-R, SC 0719/2004-R, 1466/2004-R,
0807/2005-R, y 0568/2007-R.
Así la SC 0320/2004-R de 10 de marzo, señaló: “Cuando el juez o tribunal deba una solicitud de
cesación de la detención preventiva amparada en la previsión del art. 239.1 del CPP, ésta debe
ser el resultado del análisis ponderado de dos elementos: i) cuáles fueron los motivos que
determinaron la imposición de la detención preventiva y ii) cuáles los nuevos elementos de
convicción que aportó el imputado para demostrar que ya no concurren los motivos que la
determinaron o en su caso demuestren la conveniencia de que la medida sea sustituida por otra.
Quedando claro que si a través de los nuevos elementos de juicio que se presenten por el imputado
se destruyen ambos o cualquiera de los motivos que fundaron la detención preventiva, el Juez o
Tribunal debe realizar una valoración de estos nuevos elementos; valoración similar a la que hizo
para disponer la detención preventiva a prima facie, sin que ello implique inmiscuirse en la
investigación del hecho. Debiendo, en consecuencia el imputado probar conforme a la norma
precedentemente señalada la existencia de nuevos elementos de juicio que demuestren que no
concurren los motivos que fundaron su detención preventiva o tornen conveniente que sea
sustituida por otras medidas”.
Ahora bien, este análisis concurrente de los dos elementos previstos en el art. 239.1, no sólo
vincula al juez que resuelve la solicitud de cesación de detención preventiva sino también al
tribunal de alzada que resuelve la apelación incidental, empero cuando el tribunal a quem analice
dichos elementos debe sujetar su examen al marco de lo establecido en el art. 398 del CPP, que
expresamente dispone: “Los tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos
cuestionados de la resolución”.(negrillas agregadas).
resolución” (negrillas agregadas), es decir, contrastando los dos primeros elementos, con estos
otros dos: 1) ¿Cuáles fueron los puntos expuestos como agravios por el apelante?; y 2) ¿Cuáles los
fundamentos de la resolución que resolvió la cesación de detención preventiva en primera
instancia?.
En coherencia con la línea jurisprudencial señalada, se tiene que el análisis de los elementos
previstos en el art. 239.1 en el marco de lo establecido en el art. 398, que realice el tribunal de
alzada a tiempo de resolver en apelación la solicitud de detención preventiva debe ser en forma
motivada y con una valoración objetiva e integral de la prueba aportada por ambas partes
procesales.
Por su parte, la SC 1147/2006-R, respecto a qué debe entenderse por valoración objetiva e
integral de los elementos probatorios en la cesación de detención preventiva, señaló:“…no debe
tomar un solo elemento de los previstos en los arts. 234 y 235 CPP, para sostener su decisión de
rechazo, sino que debe valorar todos los elementos y finalmente decidir en la forma que sea menos
gravosa para el imputado, lo que no implica que por ello, ponga en riesgo el desarrollo del
proceso y la averiguación de la verdad, pues si bien éste es de relevancia cuando se les presenta
una solicitud de cesación, no es menos cierto que, la libertad según el mismo Código adjetivo
penal en su art. 221, sólo puede ser restringida cuando es realmente necesaria y en todo caso,
como ya se estableció en caso de duda, también el art. 7 del mismo cuerpo legal dispone que:
´Cuando exista duda en la aplicación de una medida cautelar o de otras disposiciones que
restrinjan derechos o facultades del imputado, deberá estarse a lo que sea más favorable a
éste…”.
A lo señalado y, en coherencia con dicha línea jurisprudencial, se añade que cuando se trata de la
valoración objetiva e integral de los elementos probatorios en la cesación de detención preventiva
al amparo del art. 239.1 del CPP, es deber del juez y también del tribunal de alzada tomar en
cuenta en forma integral los nuevos elementos de juicio aportados por el imputado que demuestran
que no concurren los motivos que fundaron se disponga su detención preventiva o existen otros
que tornen conveniente sustituirla por otra medida; y los aportados como prueba por la parte
acusadora o víctima que acreditan que tales motivos subsisten, exigencia que está prevista en la
ley, conforme lo establece el párrafo segundo del art. 234 del CPP, respecto al peligro de fuga que
establece que para decidir acerca de su concurrencia, se realizará una evaluación integral de las
circunstancias existentes, teniendo igual redacción el art. 235 del CPP, respecto al riesgo procesal
de peligro de obstaculización.
Ello, en razón a que para acordar y mantener una detención preventiva hay que valorar todas las
circunstancias que concurren en cada caso, teniendo en cuenta el criterio favorable al derecho a la
libertad personal o física. En efecto, para que una resolución judicial de detención preventiva o de
rechazo de cesación a la detención sea fundada en derecho, debe pronunciarse cuidadosamente
evaluando todas las circunstancias concurrentes en el caso, es decir, toda la prueba disponible en el
momento en que ha de adoptarse la decisión que hubiere sido aportada por las partes, por lo que no
podrá fundarse una resolución judicial basándose únicamente en una circunstancia existiendo otras
que puedan confirmar la inexistencia de los peligros de fuga y obstaculización.
De los antecedentes remitidos a este Tribunal Constitucional Plurinacional se tiene que el Juez
cautelar dispuso por Auto 938/2011 de 7 de diciembre la detención preventiva de Erika Rodríguez
Velásquez con el argumento de que la imputada simplemente justificó la situación domiciliaria y
no así la laboral ni familiar y que la documental presentada resultaba insuficiente. Además que se
tendrían antecedentes de un proceso por el delito de agio que no fue motivo de observación por la
defensa técnica y que ello acreditaba la concurrencia del riesgo procesal de peligro de fuga
contenido en el art. 234.8 del CPP.
domicilio, pese a ello cuando el art. 239 del CPP establece que: “Cuando nuevos elementos de
juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea
sustituida por otra medida” la primera parte debe entenderse en el marco de la segunda y en el
marco de la jurisprudencia constitucional que obliga a los jueces a efectuar una valoración integral
de los supuestos y pruebas que dieron lugar a la detención preventiva, en este sentido el aspecto
domiciliario se discutió desde la audiencia que dispuso la misma y durante su cesación nuevamente
fue debatido por documentación que la misma presentó a efectos de obtener su libertad sin que este
Tribunal pueda revisar la valoración de la prueba efectuada por el juez de la causa, dejándose
además en claro que la imputada mediante su abogada realizó diferentes alegaciones al respecto y
tuvo oportunidad para responder a las observaciones efectuadas por la Fiscal de la causa y el
abogado de la víctima a la constitución de su domicilio por lo que tampoco existió indefensión
alguna y respecto a la falta de fundamentación debe recordarse que por la naturaleza de la decisión
es decir modificable y conforme la SC 0012/2006-R de 4 de enero: “…no supone que las
decisiones jurisdiccionales tengan que ser exhaustivas y ampulosas o regidas por una particular
estructura; pues se tendrá por satisfecho este requisito aun cuando de manera breve, pero concisa
y razonable, permita conocer de forma indubitable las razones que llevaron al Juez a tomar la
decisión; de tal modo que las partes sepan las razones en que se fundamentó la resolución…”
correspondiendo a este Tribunal únicamente verificar la existencia de una fundamentación
razonable, pero no hacer de otra instancia procesal.
Con relación a la imputada Rossio Aquino Rodríguez no amerita consideración, toda vez que el
Juez de la causa dispuso medidas sustitutivas.
III.4.2. Respecto al respeto del principio de reformatio in peius por parte de las Vocales
demandadas ante la apelación de Erika Rodríguez Velásquez (expediente 00049-2012-01-AL)
Del análisis del Auto de Vista 5/2012 de 10 de enero, que resolvió la apelación formulada por la
imputada Erika Rodríguez Velásquez manteniendo subsistente su detención preventiva se tiene que
las autoridades judiciales demandadas sujetaron su análisis a los elementos previstos en el art.
239.1 del CPP y en el marco de lo establecido en el art. 398 del CPP, conforme se precisó en la
reiterada jurisprudencia constitucional (Fundamento Jurídico III.2), por cuanto resolvieron en
apelación los aspectos referidos al art. 234.1 y 8 del CPP, debatidos desde la resolución de
detención preventiva respecto a los cuales la defensa tuvo amplia oportunidad de controvertir,
resolviendo por ello sobre lo debatido y considerando los aspectos de la apelación aclarándose que
la parte adversa en este tipo de apelación en virtud al principio de igualdad y verdad material
siguiendo el procedimiento correspondiente podía efectuar alegaciones y aportar prueba que
desvirtúe los supuestos de apelación de la accionante.
III.4.3. Sobre si los vocales demandados valoraron objetiva e integralmente los elementos
probatorios aportados por las partes a tiempo de resolver la cesación de detención preventiva al
amparo del art. 239.1 del CPP solicitada por Rossio Aquino Rodríguez (expediente 00061-2012-
01-AL)
De otro lado, se tiene que del contenido de los argumentos que sustentaron la parte resolutiva del
Auto de Vista 5/2012, que resolvió en apelación la cesación de detención preventiva de la
representada de la accionante, en sentido de que mantener su detención preventiva por la sola
concurrencia del riesgo procesal de fuga contenido en el art. 234.8 del CPP, es posible concluir
que el Tribunal de alzada no realizó una valoración integral y objetiva de todos los elementos de
convicción para sostener su rechazo. En efecto, las autoridades demandadas no evaluaron todas
las circunstancias concurrentes en el caso y, por el contrario, fundaron su resolución basándose
únicamente en el riesgo procesal señalado, sin tener en cuenta que existían otras circunstancias
que podían confirmar la inexistencia o existencia de los peligros de fuga y obstaculización que
fueron objeto de prueba por la parte imputada.
Es decir, las autoridades judiciales se limitaron a señalar que el Juez a quo realizó una
valoración inapropiada de los elementos de prueba presentados con relación a lo dispuesto en el
art. 234.8 del CPP, por cuanto conforme a la prueba aportada por la denunciante existía un
proceso penal iniciado el 11 de marzo de 2010 contra Rossio Aquino Rodríguez y otra a
denuncia de Cilmar Cruz Villca por el delito de agio, además de una imputación formal de 27 de
agosto del mismo año, que -a su juicio- era la prueba idónea para mantener subsistente la
concurrencia prevista en el art. 234.8. Así también que los medios probatorios presentados por
Rossio Aquino Rodríguez y otra, presentado en la audiencia de cesación de detención preventiva
sólo justificaban la existencia de familia, domicilio y ocupación y no así respecto al riesgo de
fuga contenido en el art. 234.8 del referido código; y que fue el propio Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal, que dispuso la detención preventiva, quien afirmó que existían
antecedentes contra la imputada en su despacho judicial.
Argumentos que contradicen lo establecido en el párrafo segundo del art. 234 y art 235 del CPP,
sobre la exigencia de evaluación integral de las circunstancias referidas a los riesgos
procesales de peligro de fuga y peligro de obstaculización y se apartan de los criterios de
interpretación para la aplicación de medidas cautelares que restringen el derecho a la libertad
personal o de locomoción establecidos en la Ley Fundamental (art. 23.I), en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 9.3), la jurisprudencia de la Corte
Interamericana sobre Derechos Humanos (Sentencia de 12 de noviembre de 1997 - Fondo-, caso
Suárez Rosero párrafo 77 citados en este fallo en el Fundamento Jurídico III.4), y los arts. 7, 221
y primer párrafo del 222 del CPP, normas que orientan la labor del juzgador en sentido de que la
aplicación de medidas cautelares restrictivas a la libertad personal no son medidas punitivas, por
lo mismo, su imposición no debe ser la regla por cuanto tienen únicamente la finalidad de
asegurar que no se impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones y que no se eludirá la
acción de la justicia.
En cuyo mérito corresponde otorgar la tutela solicitada, con mayor razón si este Tribunal
advierte que las Vocales demandadas sustentaron su decisión en un riesgo procesal que si bien
fue discutido en el trámite de cesación de la detención preventiva y apelación, empero, no tenían
certeza de que hubiera sido probado tal extremo en el momento de resolverse la cesación de
detención preventiva.
De la compulsa de los fundamentos esgrimidos en el Auto de Vista 5/2012 (fs. 839 a 845),
pronunciado por las Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
Oruro -ahora demandadas- que resolvió en apelación la cesación de detención preventiva de la
representada de la accionante al amparo de lo previsto en el art. 239.1 del CPP, corresponde
señalar que dichas autoridades judiciales no sujetaron su análisis a los elementos previstos en
dicha norma procesal penal en el marco de lo establecido en el art. 398 del CPP conforme se
precisó por la reiterada jurisprudencia constitucional (Fundamento Jurídico III.2), por cuanto si
bien analizaron el riesgo procesal contenido en el art. 234.8 del CPP enmarcándose en los
agravios esgrimidos por la parte apelante conforme consta en el Auto Interlocutorio 982/2011,
que demuestra que la abogada de la víctima impugnó la prueba presentada por la imputada en
sentido de que: “…la defensa no ha desvirtuado de ninguna manera los peligros procesales por
los cuales se ha dispuesto la detención preventiva de las señoras Aquino y Rodríguez tales como
el art. 234.6 y 8 del CPP, teniéndose la certeza de que ambas señoras están siendo procesadas
paralelamente por el delito de agio que tiene que ver con la venta de GLP en garrafas, por lo
que deberá compulsarse este elemento por demás importante y denegarse la solicitud de la
parte de cesación de detención preventiva” (fs. 192 vta.); sin embargo, lo hicieron sin tener
certeza de que la víctima hubiera aportado como prueba el cuaderno procesal que demuestre las
aseveraciones formuladas en su apelación incidental respecto a la existencia de una supuesta
denuncia por el delito de agio contra la imputada - ahora representante de la accionada-,
situación que fue constatada por el tribunal de garantías, lo que ciertamente da cuenta de que las
autoridades judiciales demandadas introdujeron y sustentaron su decisión en un riesgo procesal
que si bien fue discutido en el trámite de cesación de la detención preventiva y apelación que se
analiza, empero no se tenía certeza de que hubiera sido probado tal extremo en el momento de
resolverse la cesación de detención preventiva en ambas instancias.
Por lo expuesto, el Tribunal de garantías al haber concedido la acción respecto a las dos
representadas de la accionante, hicieron una evaluación parcialmente correcta de los
antecedentes y de las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00046-2012-01-AL
Por memorial presentado el 25 de enero de 2012, cursante a fs. 6 y vta., la accionante, señaló lo
siguiente:
Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra su hijo y representado, por el
supuesto delito de robo, éste se encontraría detenido de manera ilegal, por cuanto el Juez -ahora
demandado- dispuso su detención preventiva el 29 de septiembre de 2009, sin emitir una
fundamentación legal, además que hasta la fecha de la presentación de esta acción, los
memoriales de solicitud de cesación formulados posteriormente no hubieran sido respondidos,
provocando con ello su detención más allá de lo previsto por ley.
Sin especificar los derechos lesionados, cita los arts. 22, 23 “Inc. 1.3 4”, 115, 179, 180 y 256
“Inc.3” de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
El Juez Tercero de Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz,
en audiencia señaló lo siguiente: a) En la fecha señalada por la parte accionante -septiembre de
2011-, se encontraba con Secretario suplente, siendo por ello que procuró ubicar en archivos la
copia del acta y del mandamiento relacionado con la detención del representado de la
accionante, desconociendo el memorial que habría sido presentado el mes de septiembre; y, en
caso de ser evidente su formulación, considera que era correcto pedir “una cesación a la
detención preventiva” y reponer el acta de audiencia que estaría extraviada; b) Los sujetos
procesales tienen la posibilidad de hacer uso de la cesación cuando ha “mejorado” su situación
jurídica o por el transcurso del tiempo; en el caso presente, habiendo cumplido más de dieciocho
meses, dicha situación puede ser denunciada por la parte afectada; y, c) El imputado no se
encontraba detenido ilegalmente, por cuanto la inexistencia física del cuaderno y del acta, no
implica que la restricción a la libertad sea ilícita, ya que la gobernación no recibe detenidos sin
ninguna orden del juez; en todo caso, debía demandarse al gobernador si no existía una orden de
detención preventiva.
I.2.3. Resolución
El Juez Quinto de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituido
en Juez de garantías, pronunció la Resolución 03/12 de 26 de enero de 2012, cursante de fs. 14 a
15, por la que concedió la tutela, disponiendo que el Juez ahora demandado considere y resuelva
la solicitud de cesación de la detención preventiva en el término de cuarenta y ocho horas;
llamando la atención a esta autoridad, por el descuido y negligencia en el manejo y tratamiento
de los casos sometidos a su conocimiento, ordenando además la remisión de los antecedentes al
órgano disciplinario del Consejo de la Magistratura para establecer las responsabilidades,
conforme se evidencia a fs. 15 y vta. El fundamento de esta Resolución, radica en que el
imputado representado por la accionante, mediante memorial presentado el 28 de septiembre de
2011, solicitó al Juez Tercero demandado, la cesación de su detención preventiva; pretensión
que, hasta “el día de hoy” -es decir, luego de tres meses y veintiocho días- no fue resuelta por la
autoridad demandada, por lo cual se habría incumplido el art. 132 del Código de Procedimiento
Penal (CPP) y vulnerado el derecho del imputado al debido proceso, al estar su solicitud de
cesación a la detención preventiva vinculada al derecho a la libertad, provocando con tal dejadez
una demora o dilación indebida en su detención.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. A fs. 4, cursa el certificado de permanencia y conducta, expedido por la Dirección del
Establecimiento Penitenciario de “Palmasola”, cuyo contenido refiere que Juan Ariel Sánchez
Durán, ingresó por tercera vez a ese penal el 1 de octubre de 2009, con mandamiento de
detención preventiva ordenado por el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, ahora demandado,
dentro del proceso penal seguido en su contra por el delito de robo agravado, permaneciendo
hasta el 17 de noviembre de 2011, por más de dos años, un mes y dieciséis días.
De acuerdo al nuevo orden constitucional, el art. 8.I de la CPE, dentro de los principios y valores
del nuevo Estado Plurinacional de Bolivia, asume y promueve como de carácter ético-morales
de la sociedad plural, el “ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni
seas ladrón)”; máximas milenarias que fueron constitucionalizadas y resumen de manera
extraordinaria la moral que toda persona, natural o jurídica debe practicar en todas sus
actividades. En ese sentido, se hace énfasis en el principio del ama qhilla, que establece una
conducta de vida diligente que debe observar todo individuo, con mayor razón un servidor
público como es el juez, del cual debe exigirse una actitud acuciosa en la administración de
justicia, sobre todo cuando afecta a un vivir bien, así como a una vida armoniosa.
Los principios ético morales constitucionalizados: “ama qhilla, ama llulla y ama suwa”,
vinculados entre sí, constituyen directrices de obligada observancia por los servidores de justicia
cuando resuelvan derechos y garantías constitucionales, están en el deber imperativo de
impulsar, ser director y promotor del proceso, velando su desarrollo, siendo responsables de
cualquier demora por su inactividad, impulsando la nueva justicia en el nuevo Estado
Plurinacional.
Con carácter previo al análisis del caso concreto, corresponde hacer una aclaración sobre la
importancia de rescatar la jurisprudencia emitida por el Tribunal Constitucional en los últimos
años, respecto a las solicitudes de cesación de la detención preventiva, considerando que el
entendimiento jurisprudencial y doctrinal asumido se mantuvo uniforme al establecer que el juez
encargado de tramitar este tipo de peticiones, debe obrar con la celeridad necesaria al
encontrarse involucrado el derecho a la libertad personal.
En ese sentido, cabe referir a la SC 0049/2010-R de 26 de abril, que respecto al tema, señaló:
“La detención preventiva, no tiene por finalidad la condena prematura, por cuanto la
presunción de inocencia, sólo es desvirtuada ante un fallo condenatorio con calidad de cosa
juzgada, y su imposición como medida precautoria está sujeta a reglas, como también su
cesación, lo cual implica el trámite a seguir; y si bien no existe una norma procesal legal que
expresamente disponga un plazo máximo en el cual deba realizarse la audiencia, corresponde
aplicar los valores y principios constitucionales, previstos en el art. 8.II de la CPE, referido al
valor libertad, complementado por el art. 180.I de la CPE, que establece que la jurisdicción
ordinaria se fundamenta en el principio procesal de celeridad entre otros; motivo por el cual
toda autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de un detenido o privado de libertad,
debe tramitar la misma con la mayor celeridad posible, y dentro de los plazos legales si están
fijados, y un plazo razonable si no está establecido por ley. De no ser así, tal actuación
procesal provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido y en consecuencia
repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola privación de
libertad en que se encuentra, sin que este razonamiento implique que necesariamente se deba
deferir a su petición, sino, se refiere a que sea escuchado oportunamente a fin de que obtenga
una respuesta positiva o negativa.
Mediante el principio de dirección judicial del proceso, se infiere que la autoridad judicial queda
compelida a impulsar de oficio -cuando corresponda- el trámite de la causa, adecuar la exigencia
de las formalidades a los fines del proceso, interpretar y aplicar a las leyes según los preceptos y
principios constitucionales -con el deber imperativo de tramitar con carácter preferencial los
procesos-, expedir sentencia cumpliendo los requisitos que la misma debe contener y, en el caso
de la expedición estimativa de medidas cautelares, exigir apariencia de buen derecho (bonus
fumus iures), evitando el peligro en la demora (periculum in mora).
las garantías judiciales, dispone: “1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella…” (negrillas añadidas).
Por otra parte, el art. 168 del CPP: señala: “…el juez o tribunal, de oficio o a petición de
parte, advertido el defecto, deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto,
rectificando el error o cumpliendo el acto omitido”; así, la autoridad judicial tiene una función
activa de acuerdo con el principio de dirección procesal, de tal suerte que de oficio puede dar
celeridad y adoptar las diligencias para mejor proveer, más aún cuando está de por medio la
libertad.
Al respecto, se afirma el deber del juez de impulsar de oficio los procesos, conforme a sus
facultades procesales de dirección, que guardan armonía con el principio de dirección judicial,
que se complementa con el de impulso procesal o impulso de oficio, que -a su vez- se manifiesta
en una serie de potestades que las normas confieren al juez operador, como intérprete de la
norma para conducir y hacer avanzar autónomamente el proceso, sin necesidad de petición de
parte y sin que ello signifique coartar el derecho de los sujetos procesales a dinamizar y ser los
propulsores naturales del proceso.
A este respecto, cabe indicar que la doctrina constitucional referida a la dirección judicial del
proceso, señala el deber imperativo de los jueces de tramitar con carácter preferencial las
solicitudes que tengan de por medio el derecho a la libertad; siguiendo esta línea, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) en su art. 8.1, establece
que toda persona tiene derecho a ser oída dentro de un plazo razonable y, en el mismo sentido, el
art. 115 de la CPE, garantiza el derecho al debido proceso, a una justicia pronta, oportuna y sin
dilaciones; aspectos que no fueron observados por el Juez demandado, quien no atendió en
tiempo razonable la solicitud de cesación de la detención preventiva, obviando la función activa
a la que está compelido y en virtud de la cual, le correspondía de oficio, dar celeridad y adoptar
las diligencias para mejor proveer, sobre todo al estar involucrado el derecho a la libertad; deber
omitido por la autoridad demandada, que amerita tutela a través de la acción de libertad, ante la
evidente lesión de sus derechos invocados.
de justicia atender los asuntos sometidos a su conocimiento de manera pronta y sin dilaciones
indebidas, pretensión que se hace apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad personal
y garantías constitucionales, no pudiendo ser justificativo alguno la existencia de supuestas
irregularidades y el extravío de documentación en el juzgado a su cargo -como el memorial de
solicitud de la cesación de la detención preventiva-; siendo que, dentro del ámbito de sus
funciones, los jueces tienen la obligación de dar respuesta a todas las solicitudes realizadas ante
ellos, sin que dicho razonamiento implique necesariamente que la respuesta deba ser favorable,
sino que toda persona tiene el derecho a ser escuchada oportunamente a fin de conseguir una
respuesta positiva o negativa.
En el caso concreto -se insiste- y en aplicación del principio de ama qhilla (no seas flojo), el
Juez demandado debió atender de manera diligente la solicitud de cesación a la detención
preventiva del representado de la accionante, no pudiendo justificar su descuido con situaciones
que son de su entera responsabilidad.
Conforme al principio de dirección procesal, el juez no puede conservar una actitud pasiva, por
el contrario, debe promover justicia para todos a efecto de que los trámites se realicen lo más
rápidamente posible; ya que, en el marco de sus funciones, resulta injustificable el
desconocimiento del memorial presentado, cuando es obligación de los operadores de justicia,
efectuar un seguimiento a la labor realizada por los funcionarios judiciales a su cargo, así como
de preservar la documentación existente en sus despachos; falta de previsión que prolongó la
detención preventiva del representado de la accionante, incurriendo en una dilación indebida que
atentó contra el derecho a la libertad, razón por la cual debe concederse la tutela solicitada.
Finalmente, cabe señalar que Misael Severiche Saravia, Juez Quinto de Sentencia, en su calidad
de Juez de garantías, al llamar la atención a la autoridad demandada por el descuido y
negligencia en el manejo y tratamiento de los casos sometidos a su conocimiento, ha obrado
correctamente; del mismo modo, al disponer la remisión al Consejo de la Magistratura, de las
fotocopias autenticadas de todos los antecedentes para establecer las responsabilidades sobre la
conducta de los subalternos del Juzgado Tercero de Instrucción en lo Penal, conforme se
evidencia a fs. 15 y vta.
POR TANTO
Por memorial presentado el 30 de enero de 2012, cursante de fs. 22 a 28 vta., el accionante por
su representado expresó los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
No obstante, que el demandado arguye que el 11 de noviembre de 2011, fue notificado con la
orden de citación del 7 del mismo mes y año, librada por el Fiscal, para que se presente al
siguiente día hábil de su citación, ante el investigador asignado al caso Cleomedes Canaviri para
prestar su entrevista informativa; empero, no precisó en qué calidad se le practicó la citación.
I.1.3. Petitorio
Solicita el cese inmediato de la persecución ilegal e indebida, dejando sin efecto la orden de
aprehensión de 14 de diciembre de 2011, con costas, daños y perjuicios.
El Fiscal de Materia demandado, Héctor Llave Poquechoque, presentó informe escrito cursante
de fs. 59 a fs. 60, puntualizando: a) El accionante no especifica o individualiza, en cual de los
presupuestos de la norma citada, basa su acción de libertad; no obstante de ello, se precisa y
establece que, no se esta poniendo en peligro la vida de nadie y menos del representado; que
ilegalmente este perseguido o este privado de su libertad; b) En relación a la orden fiscal de
aprehensión, la misma se emitió en cumplimiento de la ley, y ante el incumplimiento de esta por
parte del accionante; toda vez que, dentro de los fines y tareas investigativas que tiene un Fiscal,
no solo como director funcional de la investigación, sino como titular de la persecución penal
pública, tiene amplias facultades, para emitir ordenes de citación y requerimientos necesarios a
la investigación; c) Es por esta necesidad investigativa y ante el informe y solicitud del
investigador asignado al caso, de que se debe investigar a otras personas identificadas y que han
tenido participación en los hechos, primero a los fines de poder contar con mayores elementos
de convicción, se ha emitido la orden de citación, para que el representado del accionante preste
su entrevista informativa ante el investigador asignado al caso, conforme consta en la orden de
citación fiscal, debidamente diligenciado al respecto y que fue desobedecida; d) No obstante, al
concurrir elementos de convicción, de la existencia de ciertos ilícitos y la participación del
representado del accionante en los mismos; es mas, en mérito al informe y solicitud de
ampliación de investigación en contra de éste, se ha emitido una nueva orden de citación fiscal,
a éste para que preste declaración informativa ante el Fiscal asistido de su abogado defensor, la
cual fue desobedecida, conforme las diligencias que se adjuntan al presente; e) Se evidencia el
incumplimiento o desobediencia a la autoridad, hecho que ha dado lugar a que, se emita la orden
de aprehensión, al tenor del art. 224 y 226 del CPP; en caso de que el accionante crea que su
representado este indebidamente procesado, perseguido o privado de su libertad, debió recurrir
ante el Juez Cautelar
I.2.3. Resolución
impuestas por los arts. 232 y 235.1) del CPP, 5 y 8 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
(LOMP), en la emisión del mandamiento de aprehensión.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.2. El 17 de noviembre de 2011, se emite otra orden de citación, donde se indica que portando
su cédula de identidad y, acompañado de su abogado, deberá prestar su declaración informativa
y/o se proceda a acuerdos conclusivos (fs.5 y vta.), así como la citación personal efectuada el 12
de diciembre del mismo año (fs. 6 y vta.).
II.3 Cursa la orden de aprehensión de 14 de diciembre de 2011, librada por el Fiscal demandado,
contra el representado del accionante, dentro el proceso penal seguido por la presunta comisión
de los delitos de Falsedad ideológica y otros. (fs. 3).
II.4 El mismo día, el Fiscal de Materia demandado, emite la Resolución justificando la orden de
aprehensión, en sentido de que existe en su contra suficientes indicios de que es autor y participe
del delito de Falsedad Ideológica y otros (fs.71).
II.7 El 15 de diciembre del mismo año el accionante, presenta memorial al Juzgado Tercero de
Instrucción en lo Penal, donde solicita se resuelva el incidente planteado, respondiendo mediante
Decreto de 16 del mismo mes y año (fs. 12 a 13).
La acción de libertad, instituida por el art. 125 de la Ley Fundamental, como una acción de
defensa, tiene la finalidad de proteger la libertad personal frente a una persecución, detención,
procesamiento o prisión ilegal o indebida, ampliando su ámbito de protección al derecho a la
vida, cuando su riesgo o amenaza se vincula a la libertad, precisando que: “Toda persona que
considere que su vida esta en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de
manera oral o escrita, por si o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante
cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitara que se guarde tutela a su vida,
cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a
la libertad.”
La acción de libertad es un medio de defensa que debe utilizarse para impugnar los actos de las
autoridades o particulares que se consideren lesivos al derecho a la libertad o a la vida; empero,
cuando el accionante no agota las vías idóneas inmediatas ante la justicia ordinaria o bien activa
de manera simultanea otras formas de reclamación, este Órgano de justicia constitucional se ve
impedido de brindar la tutela impetrada; lo que significa que en aquellos casos en los que se
omita activar el control jurisdiccional con carácter previo a la acción de libertad o cuando se lo
hizo de manera simultánea, operara de manera automática la subsidiariedad excepcional de la
acción tutelar.
Para que proceda esta acción, el impetrante de tutela, deberá considerar que previamente a su
interposición, debe usar los medios de defensa eficaces y oportunos existentes para proteger su
derecho a la libertad supuestamente lesionado, dada la naturaleza subsidiaria excepcional que la
caracteriza, desarrollada por la jurisprudencia anterior en conocimiento de los recursos de
hábeas corpus y reafirmada en vigor del nuevo modelo constitucional y la naturaleza de la
acción de libertad, a través de la SC 0008/2010-R de 6 de abril, que establece: “I. El recurso de
hábeas corpus, ahora acción de libertad, es el medio idóneo y eficaz para conocer y restituir
cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al derecho a la vida, la libertad o
constituir una persecución o procesamiento indebido que atente o ponga en peligro el derecho a
la libertad, cuando de acuerdo a las circunstancias concretas, a pesar de existir mecanismos de
protección específicos y establecidos por la ley procesal vigente, éstos resulten ser
evidentemente inoportunos o inconducentes, de manera tal que esta acción de defensa, por la
urgencia de la situación, se configura como el medio más eficaz para restituir los derechos
afectados; empero, en caso de existir mecanismos procesales específicos de defensa que sean
idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la persecución o
procesamiento indebido, deben ser utilizados previamente por el o los afectados; en estos casos
por tanto, la acción de libertad operará solamente en caso de no haberse restituido los derechos
afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas”.
III.3. Sobre los actos del Ministerio Público y la posibilidad de reclamarlos ante el juez
cautelar
…sin que sea admisible acudir en forma directa a esta acción tutelar si con carácter previo los
hechos denunciados no fueron reclamados ante la autoridad encargada del control
jurisdiccional, que es la apta para restablecer las presuntas lesiones a derechos fundamentales
y -se reitera- sólo en caso de verificarse que existirá una dilación o que esa instancia no se
constituye en la eficaz y oportuna para restablecer esos derechos, es que se abre la posibilidad
de acudir a la presente acción tutelar en forma directa”.
estar identificada la autoridad jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en procura de la
reparación y/o protección a sus derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las
atribuciones y la finalidad que el soberano a través del legislador le ha dado al juez ordinario
que se desempeña como juez constitucional en el control de la investigación”.
En ese sentido, la parte accionante no puede asumir una conducta pasiva, sino reclamar los
hechos que considera ilegales en la jurisdicción ordinaria, en cumplimiento al principio de
subsidiariedad excepcional que caracteriza a esta acción de defensa. No debiendo recurrir en
forma directa a la vía constitucional, la que es viable únicamente en situaciones en las que,
impugnadas las supuestas ilegalidades, las mismas no sean reparadas por el juez ordinario.
Por lo que corresponde denegar la tutela solicitada a través de esta acción; por su naturaleza no
opera como un mecanismo subsidiario en la protección de los derechos invocados, situación que
impide realizar el análisis de fondo de la problemática planteada.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00034-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 20 de enero de 2012, cursante de fs. 2 y vta. de obrados, la accionante
María Irma Tórrez de Tapia manifestó que:
Su representado se encuentra recluido en el penal de “San Pedro” por más de un año, posterior a haber
atravesado un proceso de asistencia familiar que ya fue resuelto.
El proceso penal por el delito de estafa seguido contra su hijo y representado por “Norah Tórres
Vargas”, fue dirimido en el Tribunal Cuarto de Sentencia, en el que anulándose obrados y no
pudiéndose conformar tribunal con jueces ciudadanos, pasó al Tribunal Séptimo de Sentencia. Al
haberse aplicado a su hijo una medida cautelar económica por Bs25 000.- (veinticinco mil
bolivianos) y depositada dicha suma ante el Consejo de la Judicatura el 31 de diciembre de 2011,
se solicitó a este último Tribunal, se le extienda mandamiento de libertad, existiendo una inminente
retardación de justicia, ya que su hijo se encuentra injusta e ilegalmente detenido.
I.1.3 Petitorio
El abogado del accionante, en audiencia ratificó y amplió los términos expuestos en su demanda de
acción de libertad, indicando que en la audiencia de consideración de revocatoria y modificación
de medidas cautelares, el Presidente del Tribunal de Sentencia Cuarto, convocó al Juez Técnico del
Tribunal Quinto de Sentencia de la ciudad de La Paz, Carlos Blanco Quisbert, y a raíz de ello surge
una denuncia por prevaricato; así como también solicita recusación contra Nancy Bustillos de
Altuzarra Juez técnico del Tribunal Quinto de Sentencia, con el fin de evitar la firma del
mandamiento de libertad.
Cursa una verificación del domicilio de Marco Antonio Tapia Torrez, trámite para que se libre
mandamiento de libertad y por decreto de 18 de enero de 2012, se ordena se expida el mismo en
favor del acusado, cumplidas que fueron las formalidades.
Nancy Bustillos de Altuzarra, Jueza Técnica del Tribunal Quinto de Sentencia, en audiencia informó lo
siguiente: a) Aclaró previamente que es parte del Tribunal Quinto de Sentencia; b) Se dispuso se expida
el mandamiento de libertad y al no cumplirse las formalidades legales, hubo reconstitución de Tribunal;
c) La querellante volvió a presentar recusación “por la cual se le volvió a rechazar por causal
sobreviniente que habríamos expedido un Mandamiento de Libertad”; y, d) Al excusarse el “doctor
Blanco” Juez Técnico del Tribunal Quinto de Sentencia, el mandamiento de libertad únicamente fue
firmado por su persona y para evitar futuras impugnaciones u observaciones, ordenó se convoque a un
miembro del Tribunal Sexto de Sentencia, que no sabe si estará de acuerdo y firmará el mismo.
Por su parte, el codemandado, también en audiencia informó que conocida la revocatoria solicitada
por la querellante y rechazada ésta, cumplidas las formalidades su colega como Presidente ordena
expedirse mandamiento de libertad pasándose por Secretaría las notificaciones; además, indica que
no se dejó sin efecto el decreto de radicatoria y con el fin de no entorpecer el trámite se allanó para
que se convoque a uno de los jueces técnicos para conocer los actos preparatorios.
I.2.3. Resolución
En vigencia de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, se realizó el sorteo del presente
proceso el 15 de febrero de 2012, por lo que el pronunciamiento de la sentencia se encuentra dentro
de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y acusación particular de Nora
Tórrez Vargas contra Marco Antonio Tapia Tórrez y Daniela Tapia Vargas, por la supuesta
comisión de los delitos de estafa y estelionato, una vez realizada la audiencia de consideración de
medidas cautelares el 7 de enero de 2011 (fs. 28 a 33 vta.), el Tribunal Cuarto de Sentencia, dictó
II.3. Por Resolución 01/2011 de 7 de enero, se fija una fianza económica de Bs25 000.-
(veinticinco mil bolivianos), para cada uno de los imputados (fs. 33 vta. a 37) y de obrados se
evidencia la existencia del Certificado de Depósito Judicial 150645, por Bs25 000.-, realizado
por “Jose Luuis Tapia Tórrez” el 17 de enero de 2011 (fs. 47).
II.4. Por la excusa de Carlos Blanco Quisbert Juez Técnico del Tribunal Quinto de Sentencia, por
Auto de 16 de enero de 2012, se convocó a uno de los Jueces Técnicos del Tribunal Sexto de
Sentencia (fs. 49 a 50).
II.6. Por decreto de 19 de enero de 2012, la Presidenta del Tribunal Quinto de Sentencia, indicó
que en conocimiento del proceso se dio paso al trámite de cumplimiento de resolución de cesación
de detención preventiva y “no ha sido este Tribunal el que ha concedido el beneficio de la
Libertad”, correspondiendo dar cumplimiento a una resolución pronunciada por el Tribunal que en
su momento tenía el conocimiento de la causa (fs. 51 y vta.).
La representante sin mandato estima como vulnerados los derechos del accionante a la libertad y
“libre locomoción”, debido a que su hijo se encuentra injusta e ilegalmente detenido, a pesar de
haber solicitado, al Tribunal de Sentencia, la extensión del correspondiente mandamiento de
libertad, existiendo una inminente retardación de justicia. En consecuencia, corresponde en
revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de libertad es una de las acciones de defensa que contempla la Constitución Política del
Estado, instituida en el art. 125, que tiene por finalidad garantizar la protección de los derechos a la
vida y a la libertad, que podrá interponerse por toda persona que considere que su vida está en
peligro, que es ilegalmente perseguida o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal.
libertad física, o la protección de la vida misma, motivo por el cual se constituye en una acción
tutelar preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia que garantiza como su
nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22 y 23.I de la CPE”.
En ese entendido, la Constitución Política del Estado “es más amplia en cuanto a su ámbito de
protección, pues se extiende al derecho a la vida, la libertad física o personal, el debido proceso,
en lo que se refiere al procesamiento indebido y la libertad de locomoción, esta última dada la
íntima relación que existe con el derecho a la libertad física, según la interpretación extensiva
realizada por la SC 0023/2010-R de 13 de abril” (SC 1211/2011-R de 13 de septiembre).
Conforme la doctrina constitucional sentada por este Tribunal, por medio del hábeas corpus
traslativo o de pronto despacho, se busca acelerar los trámites judiciales o administrativos
cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se
encuentra privada de libertad” (las negrillas son nuestras).
La representante sin mandato, a través de la presente acción de libertad, denunció que se vulneró el
derecho del accionante a la libertad, debido a que las autoridades demandadas incurrieron en
retardación de justicia, ya que al haberse dictado un decreto por el cual se ordenó se expida el
mandamiento de libertad a favor de su hijo y habiéndose cumplido las formalidades de Ley, el
mismo no se libró, por lo cual se encuentra injusta e ilegalmente detenido.
De la revisión a los antecedentes que informan la presente acción de libertad, se tiene que el
accionante presentó la misma el 20 de enero de 2012 denunciando los hechos aludidos supra, ante
la evidente falta de celeridad demostrada por parte de Nancy Bustillos de Altuzarra, Presidenta del
Tribunal Quinto de Sentencia, en el diligenciamiento del correspondiente mandamiento de libertad,
argumentando ésta, que el Juez Técnico Carlos Blanco Quisbert, al haberse excusado del
conocimiento de la causa ya no puede firmar, por lo que el respectivo mandamiento está
únicamente suscrito por su persona y que esta circunstancia podría generar un defecto que daría
lugar a nuevas impugnaciones u observaciones, siendo ese el motivo por el que ordenó se
convoque a un miembro del Tribunal Sexto de Sentencia, sin embargo no se alcanzó a notificar al
correspondiente juez técnico; además, de alegar no saber si estará de acuerdo y firmará el
mandamiento.
preventiva al accionante por dos días más, hasta que éste no tuvo otro remedio que activar la vía
constitucional para poder obtener protección a su derecho vulnerado, situación agravada si se
considera que hasta la celebración de la audiencia de acción de libertad en fecha 24 de enero,
todavía no se efectivizó la libertad dispuesta.
1) El tratamiento que debe darse a las solicitudes en las que se encuentre de por medio el derecho a
la libertad, entre ellas, la cesación de la detención preventiva, debe tener un trámite acelerado y
oportuno, pues de no hacerlo podría provocarse una restricción indebida de este derecho, no
debiendo existir demora o dilación indebida en su tramitación que impidan que este beneficio sea
efectivo de forma inmediata;
2) En todo caso la autenticidad de un mandamiento de libertad debe verificarse por las autoridades
administrativas penitenciarias, así se tiene establecido en la SC 0323/2003-R de 17 de marzo, que
señaló:“…el deber jurídico que recae sobre la Gobernación de la Cárcel, de tomar las debidas
previsiones para evitar que alguien pueda ser puesto en libertad teniendo otros mandamientos
pendientes o que el mandamiento de libertad pueda contener alguna falsedad material o
ideológica, lo cual le impele a tener que verificar y solicitar la información pertinente y revisar
previamente los registros antes de dar curso al mandamiento”.
En el caso que nos ocupa, el Juez Técnico Carlos Blanco Quisbert, presentó excusa del
conocimiento de la causa, antes de la emisión del decreto que ordena la expedición del
mandamiento de libertad en favor del accionante, por esta razón no suscribió la orden de libertad,
ni omitió ejecutar la misma, por no estar ya en el conocimiento de la causa, por lo que respecto a
dicho demandado no se presenta la coincidencia que tiene que darse entre la autoridad que
presuntamente causó la violación a los derechos y aquella contra quien se dirige la acción, por lo
tanto no corresponde otorgar la tutela por carecer de legitimación pasiva para ser demandado en el
presente caso.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera, en virtud de las atribuciones que le confiere
la Constitución Política del Estado Plurinacional y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), en revisión, resuelve:
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00066-2012-01-AL
Departamento: Cochabamba
Por memorial presentado el 25 de enero de 2012, cursante de fs. 14 a 16, los accionantes
interponen acción de libertad, bajo los siguientes fundamentos de hecho y derecho:
Dentro el proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Eduardo Fernández Ramos y
Luis César Fernández Ramos, a denuncia del Banco BISA S.A., por la presunta comisión de los
delitos de manipulación informática y estafa, los accionantes manifiestan cumplir detención
preventiva por expresa orden de la Jueza Primera de Instrucción en lo Penal del entonces
Distrito Judicial de Cochabamba, en los recintos penitenciarios de El Abra y San Sebastián
Varones, respectivamente. La referida autoridad ejercitó el control de la investigación; sin
embargo, por Resolución 798/2011 de 25 de noviembre, el Juez Quinto de Instrucción en lo
Penal de El Alto (en suplencia legal del Juzgado Primero de Instrucción en lo Penal de La Paz),
dispuso la acumulación del proceso (radicado en el Distrito Judicial de Cochabamba) a este
juzgado, ordenando la inhibitoria y estableciendo la remisión del cuaderno procesal más los
imputados, al juzgado declarado competente por razón de territorio (Primero de Instrucción en
lo Penal de La Paz).
Ante la negativa de la Jueza cautelar, los accionantes acudieron al Juez Primero de Instrucción
en lo Penal de La Paz, quien ordenó se cumpla con el traslado de los imputados a es ciudad; sin
embargo, pese a tener conocimiento de dicha determinación, los funcionarios demandados
señalaron que “no pueden hacer caso a una orden de un juez de la ciudad de La Paz” (sic),
manifestando que debió ser la Jueza del Distrito Judicial de Cochabamba, quien emita esta orden
de traslado. De esta manera -según los accionantes- los demandados incumplieron una orden
judicial expresa, dilatando injustificadamente el traslado y ocasionando una severa lesión al
derecho a la libertad, citando al efecto la SC 1243/2011-R de 16 de septiembre.
Los accionantes, estiman vulnerado su derecho a la libertad, sin citar norma constitucional
alguna.
I.1.3. Petitorio
Gualberto Díaz Guzmán, Gobernador del Recinto Penitenciario de San Sebastián, en audiencia,
señaló: a) El accionante Luis Cesar Fernández Ramos fue detenido preventivamente el 22 de
julio de 2011, por orden de la Jueza Primera de Instrucción en lo Penal, Rosario Butrón Vildoso,
por la presunta comisión de los delitos de estafa y manipulación informática; b) El 20 de
diciembre de ese año, tomaron conocimiento de la orden que dispuso la inhibitoria y la
acumulación del proceso radicado en Cochabamba, al Juez Primero de Instrucción en lo Penal
de La Paz, disponiendo la remisión del legajo procesal. Ese mismo día, los padres de los
imputados y ahora accionantes, se apersonaron a ambos centros penitenciarios para efectuar el
traslado; empero, en esa ocasión explicaron que no era una orden de traslado, de lo contrario, se
trataba de una resolución que disponía la remisión del cuaderno procesal a la autoridad
competente de esa ciudad; c) El 16 de enero de 2012, recibieron una nueva notificación con una
orden instruida y un oficio dirigido a la Jueza Primera de Instrucción en lo Penal, por parte del
“Dr. Carlos Guerrero”, adjuntando un mandamiento de detención preventiva, cuya resolución en
su parte más importante, señala que de conformidad con lo dispuesto por los arts. 16 y 17 del
Código de Procedimiento Penal (CPP), se declara probada la excepción de incompetencia en
razón de territorio, disponiendo la inhibitoria del proceso y ordenándose la remisión del
cuaderno procesal más los detenidos a la ciudad de La Paz, exhortando la notificación mediante
orden instruida; sin embargo, -a decir de la autoridad que brinda el informe-, esta determinación
no resulta ser una orden expresa para efectuar el traslado de los detenidos, puesto que tenía la
finalidad de poner dicha Resolución a su conocimiento y de su similar Gobernador del Recinto
Penitenciario de El Abra, por lo que concertaron una reunión con los padres de los imputados,
puesto que la autoridad jurisdiccional declarada incompetente se negó a firmar la orden de
traslado. Ante la negativa del Presidente de la entonces Corte Superior de Justicia de conceder
audiencia, acudieron a la Jueza de Ejecución Penal, a fin que se pueda oficiar la orden de
traslado; empero la Jueza de Instrucción Cautelar se negó; d) Posteriormente, el 20 de enero del
presente año, pusieron en conocimiento de los funcionarios accionados un decreto y un oficio
firmado por el Juez Primero de Instrucción “Carlos Guerrero”, adjuntando una orden instruida y
el mandamiento de detención preventiva, indicando se libren las notificaciones correspondientes
para estas autoridades; sin embargo, tampoco resultó ser una determinación expresa para
trasladar al recinto penitenciario de La Paz; a cuya consecuencia, las autoridades demandadas
oficiaron a la Jueza de Instrucción Cautelar, solicitando el traslado de los accionantes, fundando
esta petición en los arts. 2, 4 y 18 de la Ley de Ejecución Penal y Supervisión (LEPS), así como
en los arts. 47 y 48 de su Reglamento; por lo que, según los funcionarios demandados, no
pusieron en peligro la vida de los accionantes, solo cumplen una disposición emanada de una
autoridad competente, señalando, que en todo caso la autoridad accionada debía ser la Jueza
cautelar, por negarse a firmar una orden de traslado.
José Mercado Morales, Gobernador del Recinto Penitenciario de El Abra, en audiencia reiteró
los mismos antecedentes que fueron referidos por el Gobernador del Recinto Penitenciario de
San Sebastián Varones, con la aclaración que las notificaciones efectuadas el 16 y 20 de enero
de 2012, sólo fueron con la parte resolutiva de las aludidas resoluciones, por lo que ambos
funcionarios enviaron una nota a la Autoridad Judicial de Cochabamba para que autorice el
traslado a la ciudad de La Paz, sin que en ningún momento se hubiera lesionado el derecho a la
libertad de los accionantes, al contrario, están prestando su colaboración, resultando necesario
que la Jueza cautelar se pronuncie respecto a la efectividad del traslado.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro el proceso penal seguido por el Ministerio Público, a querella del Banco BISA S.A.,
contra Eduardo Fernández Ramos y Luis César Fernández Ramos, por la comisión de los delitos
de manipulación informática y estafa, el Juez Quinto de Instrucción en lo Penal de El Alto, del
Distrito Judicial de La Paz, mediante Resolución 798/2011 de 25 de noviembre, dispuso la
inhibitoria de la Jueza Primera de Instrucción del Distrito Judicial de Cochabamba, declarándola
incompetente y ordenándole enviar el proceso con detenidos al Distrito Judicial de La Paz,
actuados que se insertan en la orden instruida de 14 de diciembre de 2011 (fs. 4 a 5 vta.)
II.3. Los accionantes, mediante memorial de 26 de diciembre de 2011, solicitaron dar estricto
cumplimiento a la Resolución 798/2011; a lo que la autoridad declarada incompetente, por
decreto de 27 de igual mes y año señaló que en dicha condición no podría modificar el lugar
donde deben cumplir la medida cautelar impuesta y que, en todo caso, los encausados deben
acudir a la que fuera competente, una vez radicado los antecedentes del proceso; fundando esta
determinación en el art. “230” del (CPP) (fs. 7 a 8).
II.4. A través del oficio Cite Of. 38/2012 de 17 de enero, el Juez Primero de Instrucción en lo
Penal de La Paz, remitió la orden instruida de 17 de enero de 2012 y el mandamiento de
detención preventiva de los encausados, a los Directores de los Recintos Penitenciario de El
Abra y San Sebastián (fs. 24 y 40).
II.5. Mediante orden instruida de 17 de enero del presente año, la referida autoridad, puso en
conocimiento de los Directores de los Recintos Penitenciarios de El Abra y San Sebastián, la
resolución de la misma fecha, disponiendo emitir el mandamiento de detención preventiva para
el recinto penitenciario de San Pedro de La Paz y ordenando se comisione a la Jueza Cautelar de
Cochabamba efectuar el trámite del traslado de los imputados (fs. 25 a 26 y 42 a 43).
Los accionantes alegan que, no obstante de existir una orden judicial que dispone su traslado al
recinto penitenciario de San Pedro de la ciudad de La Paz, los funcionarios demandados
injustificadamente dilatan que esto se haga efectivo; puesto que únicamente los antecedentes del
proceso fueron remitidos a la autoridad judicial de esa ciudad, por haber operado la acumulación
del proceso por conexitud; por lo que, el hecho de guardar detención preventiva en la ciudad de
Cochabamba, implica una vulneración de su derecho a la libertad, enfatizando que, los
demandados no dan curso a la orden de traslado, cuya autoridad judicial que la emitió es
competente para conocer el proceso por razón de territorio, considerando este accionar como
una severa infracción a la libertad, del cual emerge el impedimento para ejercer oportunamente
el derecho a la defensa material en esa ciudad. En consecuencia, corresponde dilucidar en
revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de libertad, ha sido instituida por la Constitución Política del Estado en sus arts. 125,
126 y 127, como una acción o mecanismo de defensa de los derechos y garantías a la libertad y a
la vida, derechos que son reconocidos por la misma Ley Fundamental, cuyos destinatarios
resultan ser todos los estantes y habitantes del Estado Plurinacional de Bolivia, que no pueden
ser vulnerados o infringidos sin una justa razón o previo juzgamiento.
En ese sentido, para la procedencia de la acción de libertad es imprescindible que esté dirigida
contra el sujeto que cometió el acto ilegal o la omisión indebida, o contra la autoridad que
impartió o ejecutó la orden que dio lugar a la persecución, aprehensión, detención,
procesamiento o apresamiento indebidos o ilegales; en concreto es la coincidencia que se da
entre la autoridad o persona particular que presuntamente causó la vulneración a los derechos
enunciados y aquélla contra quien se dirige la acción, ahora bien, la inconcurrencia de este
presupuesto neutraliza la acción tutelar e impide a este Tribunal ingresar al análisis de fondo de
los hechos denunciados.
Sin embargo y sólo de manera excepcional, es posible ingresar al análisis de esta acción tutelar,
cuando la misma es interpuesta por error en la identidad del sujeto; es decir, sin observar los
términos y parámetros enunciados precedentemente, dicho de otra forma, cuando el sujeto
agraviado -a consecuencia de un error- dirige la acción contra otra persona que no cometió el
acto lesivo; en este caso, se considerará la acción tutelar siempre y cuando la autoridad o
persona particular demandada sea de la misma institución, rango o jerarquía, con idénticas
atribuciones a la que incurrió en el acto ilegal y sólo cuando éste sea manifiestamente contrario a
la ley y existan suficientes presupuestos que lo acrediten; no siendo aplicable a otras situaciones
en las que no se aprecie tal error y se advierta la necesidad de contar con mayores datos
convictivos que acrediten la veracidad de los hechos denunciados. En virtud a este
entendimiento, es imprescindible señalar que el error debe ser evidente y suficiente el
condicionamiento factico para apreciar el acto lesivo denunciado; así, en estos casos este
Tribunal ingresará al análisis de la acción planteada, no obstante que se hubiera dirigido contra
otra persona que no sea el autor de la acción u omisión que se cuestiona. Con similar
razonamiento, las SSCC 0039/2011-R y 1192/2010-R.
Los extremos enunciados precedentemente, dan cuenta que la lesión alegada se produjo en el
seno de las instancias judiciales, como emergencia del incumplimiento de una orden expresa
pronunciada por un Juez, que de ninguna manera involucra a los funcionarios demandados,
extremo que permite concluir que no recibieron de autoridad alguna una orden expresa y
categórica que disponga la remisión inmediata de los imputados al centro penitenciario de San
Pedro de la ciudad de La Paz, infiriéndose que no provocaron el acto lesivo, en razón a que las
diferentes resoluciones y providencias puestas a su conocimiento, no expresan con meridiana
claridad una orden para efectuar el traslado de los imputados al referido recinto carcelario. En el
marco de este entendimiento, claramente se puede advertir que la acción fue interpuesta contra
funcionarios que carecían de legitimación pasiva, por cuanto no provocaron ni generaron el acto
lesivo denunciado, más al contrario, los mismos no tomaron conocimiento de un mandato claro
o inequívoco proveniente de la autoridad que debía efectuar este trámite.
III.3.1. Por otro lado, de conformidad con lo establecido por el art. 126.IV de la CPE,
concordante con el art. 64 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP),
efectuada la audiencia, la resolución debe ser remitida en consulta ante este Tribunal en el plazo
de veinte cuatro horas.
Sin embargo, de la revisión de los antecedentes del cuaderno procesal, se puede colegir que
efectuada la audiencia de consideración de la presente acción de libertad, el 26 de enero de
2012, el Tribunal de garantías remitió dicha Resolución a este Tribunal recién el 6 de febrero del
año en curso, posterior a diez días de emitida esta determinación; lo cual demuestra que estas
autoridades no observaron correctamente los plazos establecidos en las normas citadas
precedentemente.
POR TANTO
En revisión la Resolución 01 de 19 de enero del 2012, cursante de fs. 21 a 27, pronunciada por Juan
José Paniagua Cuellar, Juez Cuarto de Sentencia en lo Penal del Tribunal Departamental de
Justicia de Santa Cruz, dentro de la acción de libertad interpuesta por Otto Andrés Ritter
Méndez en representación de Carlos Antonio Escalier Chávez contra Edgar Carrasco Sequeiros
y Sigfrido Soleto Gualoa Vocales de la Sala Penal Primera y Segunda respectivamente del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz.
Por memorial presentado el 17 de enero de 2012, cursante de fs. 5 a 7 vta., el accionante expresa
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Continua señalando que, el Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal, en violación a los arts. 5, 6,
124, 232, 233, 234 y 235 del CPP y una interpretación errónea del art.13, 13 quater y 15 del CP,
ordenó la detención preventiva de su representado, con el argumento de que no acreditó tener
trabajo, además de que podría influir negativamente sobre terceros.
Asimismo, señala, que su representado interpuso recurso de apelación contra la resolución del
Juez mencionado, misma que radicó en la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de Santa Cruz; y que en audiencia de apelación, expuso los mismos argumentos y por
consiguiente la Sala Penal precitada, sin realizar una correcta valoración de los elementos de
convicción, confirmó el auto interlocutorio emitido por el Juez Cuarto de Instrucción en lo
Penal, bajo el fundamento de que en el presente caso deben aplicarse los arts. 270 y 274 del CP,
porque ambas normas son complementarias; que no podían ingresar a analizar el tipo penal
imputado, porque la imputación formal es provisional y que su representado tampoco había
acreditado tener trabajo, ni desvirtuado el peligro de obstaculización con relación al art. 235.2.
del CPP.
Por último refiere que Carlos Antonio Escalier Chávez, esta ilegal e indebidamente privado de
su libertad.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y se deje sin efecto la ilegal resolución dictada por los accionados,
asimismo, se disponga que en el plazo de veinticuatro horas lleven a cabo una nueva audiencia.
Celebrada la audiencia pública el 19 de enero del 2012, según consta en el acta cursante de fs.
18 a 27 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Edgar Carrasco Sequeiros y Sigfrido Soleto Gualoa, Vocales de la Sala Penal Primera y
Segunda respectivamente, brindaron informe escrito cursante a fs. 17 y vta., puntualizando: a)
Que la acción constitucional de libertad tiene mutación legal y además de equívoco
procedimental, en atención a que el accionante obvió formular su petición contra el Juez Cuarto
de Instrucción en lo Penal; b) Que ambas autoridades no fueron las que dispusieron su detención
preventiva; y c) Que la situación jurídica esta bajo el Control Jurisdiccional del Juez Instructor.
I.2.3. Resolución
El Juez Cuarto de Sentencia en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz,
pronunció la Resolución 01 de 19 de enero del 2012, cursante de fs. 21 a 27 “denegando” la
acción de libertad, bajo los siguientes argumentos: 1) La presente acción constitucional procede
en tres situaciones: a) Cuando una persona creyere que su vida está en peligro; b) Es ilegalmente
perseguida; y, c) Es indebidamente procesada; 2) En el presente caso no peligra la vida del
detenido, considerando además que su abogado no fundamentó este extremo; asimismo se puede
establecer que se han respetado las normas y las reglas referentes al debido proceso al haberse
cumplido las fases esenciales del mismo; 3) El Código de Procedimiento Penal, en ninguno de
sus articulados establece que el suscrito Juzgador es un Juez de tercera instancia y pueda
conocer o resolver apelaciones en tercer grado; 4) El art. 274 del CP, modificado por la Ley 054
de 8 de noviembre del 2010, estaría estableciendo una pena privativa de libertad cuando la
víctima sea un niño, niña o adolescente y que por su penalidad de 2 a 4 años procedería la
detención preventiva; 5) En cuanto a la valoración que hizo el Juez de revisión en primera
instancia, no corresponde observar si ha sido o no correcta la imposición de medidas cautelares,
por cuanto la imputación formulada por el Ministerio Publico es de carácter provisional; y 6) No
se ha comprobado la existencia de violación al debido proceso.
II. CONCLUSIONES
II.1. De fs. 2 a 4, cursa imputación formal contra Carlos Antonio Escalier Chávez por la
presunta comisión del delito de lesiones gravísimas sancionado en el art. 270 del CP y solicitud
de aplicación de medidas cautelares (detención preventiva) fundamentando la misma en la
concurrencia de lo establecido por los arts. 233.1 y 2, 234.2 y 235.1 y 2 del CPP.
II.2. De fs. 54 y 58, cursa Auto Interlocutorio de 30 de diciembre del 2011, por el cual, el Juez
Cuarto de Instrucción en lo Penal, dispone la detención preventiva del imputado Carlos Antonio
Escalier Chávez por concurrir lo establecido en los arts. 233.1 y 2 en relación al 234.1 y 235.2,
del CPP.
II.3. De fs. 68 a 77 vta., cursa acta de audiencia de apelación de medida cautelar y resolución
emitida por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, la
misma que confirma la Resolución emitida por el Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal.
El art. 23.I de la CPE, determina: “Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal.
La libertad personal solo podrá ser restringida en los límites señalados por ley, para asegurar el
descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales”; y, el art.
13.I del mismo cuerpo legal, dispone que: “Los derechos reconocidos por esta Constitución son
inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber
de promoverlos, protegerlos y respetarlos”.
La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), instrumento que forma parte del
bloque de constitucionalidad, en su art. 3 determina: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona”; y, el art. 8 de la misma DUDH establece: “Toda
persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o
por la ley”; criterio también recogido por el art. 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.
El art. 125 de la CPE, establece: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es
ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá
interponer Acción de Libertad y acudir de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su
nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan
las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”.
operará solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse
agotado estas vías específicas.
De lo expuesto precedentemente, debe establecerse que en caso de existir norma expresa que
prevea mecanismos intra-procesales efectivos y oportunos de defensa de estos derechos
fundamentales, deben ser utilizados previamente antes de activarse la tutela constitucional,
aspecto que se encuentra enmarcado en los mandatos insertos en los arts. 8 de la DUDH y 25 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
De lo referido, se establece que solo en el caso de cumplirse los presupuestos señalados, puede
operar el control de constitucionalidad para la restitución de los derechos vulnerados, entre
tanto, no concurran los mismos, el Tribunal no puede realizar una valoración probatoria. (SC
1926/2010-R de 25 de octubre).
Asimismo la SC 0779/ 2011-R de 20 de mayo a estableció: “La valoración de los elementos que
sustentan las decisiones de las autoridades judiciales de la jurisdicción ordinaria, es facultad
privativa de ellas, en virtud a los principios de legalidad e inmediación que hacen tanto a su
incorporación como a su ponderación tomando en cuenta el objeto a probar; es decir, su
pertinencia, así como su oportunidad. No es posible rehacer ese equilibrio a través de la lectura
de actas, incurriendo en meros subjetivismos, pues de así hacerlo, este Tribunal, se convertiría
en una instancia revisora de la actividad valorativa probatoria de otra jurisdicción, situación
que resultaría contradictoria con los fines específicos que esta instancia debe cumplir en su
calidad de contralor de la constitucionalidad (…)”.
En el presente caso, tal como se evidencia de las conclusiones y antecedentes, se tiene que el
Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal, ha sido la autoridad que ha dispuesto la detención
preventiva del accionante, por existir la probabilidad de que sea autor o participe del hecho,
además de concurrir riesgo de fuga y de obstaculización en la averiguación de la verdad,
aplicando los arts. 233. 1 y 2 con relación al art. 234.1 y el art. 235.2 todos del CPP, y que en
base a dicha apreciación emitió el Auto Interlocutorio de 30 de diciembre del 2011; el mismo
que ha sido apelado por el accionante y fue confirmado por la Sala Penal Segunda constituida
por los Vocales Sigfrido Soleto Gualoa y Edgar Carrasco Sequeiros mediante Resolución de 16
de enero de 2012, bajo el fundamento de que no podían ingresar analizar el tipo penal imputado,
ya que la imputación es provisional y que no se ha desvirtuado la concurrencia del peligro de
fuga, por cuanto, el accionante no acreditado tener trabajo, ni desvirtuado la concurrencia del
peligro de obstaculización con relación al art. 235.2.
Por lo que, en la valoración probatoria realizada por los Vocales demandados, no existe
apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad, ni se ha omitido
arbitrariamente valorar la prueba; no existiendo a criterio de este Tribunal los presupuestos
señalados precedentemente, los mismos establecidos por la SC 0965/2006-R de 2 de octubre y
reiterados por la SC 0222/2010 de 31 de mayo, resulta evidente, que no existe vulneración de
derechos del accionante.
Además, este Tribunal, no puede realizar una nueva valoración probatoria, porque incurriría
en meros subjetivismos y se convertiría en una instancia revisora (SC 0779/2011-R de 20 de
mayo), desnaturalizando su carácter de contralor de la Constitución, toda vez que el
accionante no presento ningún elemento probatorio con validez legal, mismo que pudiera ser
observado o valorado en el proceso penal.
POR TANTO
Su representado, está siendo procesado como supuesto cómplice dentro el proceso seguido por el
Ministerio Público contra Santos Ramírez y otros por delitos de contratos lesivos al Estado y otros; es
así que el 22 de diciembre de 2011, se llevó a cabo la audiencia de consideración de cesación de
detención preventiva, acto en el que se dispuso la cesación de detención preventiva, aplicando a su
representado como medidas sustitutivas las siguientes: “…1) detención domiciliaria con dos escoltas
policiales a tiempo completo sin derecho a salir de su domicilio, y que deberá ser verificado por el Sr.
Secretario Abogado (…), 2) la obligación de presentarse en este Tribunal a efectos de firmar el
cuaderno de control y asistencia todos los día lunes y viernes de cada semana, 3) El arraigo por ante
las Oficinas de la Dirección del Servicio Nacional de Migración. Cumplidas estas medidas
sustitutivas y previo informe del Sr. Secretario Abogado del Tribunal, se expediría el correspondiente
mandamiento de ley…” (sic); asimismo, mediante memorial de 24 del mismo mes y año, presentando
ante el Tribunal Primero de Sentencia, adjuntando documentación respaldatoria en cumplimiento a
las medidas dispuestas; sin embargo, el Presidente del mencionado Tribunal no emitió el
mandamiento de detención domiciliaria, seguidamente como consecuencia del receso judicial de fin
de año; el expediente paso a conocimiento del Tribunal Quinto de Sentencia, y radicada que fue la
causa, mediante memorial de 27 de diciembre del referido año, solicitó se expida el mandamiento de
detención domiciliaria, petición que fue rechazada con el argumento de que debía cumplirse a
cabalidad lo dispuesto por la Resolución 69/2011 (es decir, adjuntar certificación de arraigo); y una
vez cumplido lo observado, el 29 de ese mes y año, reiteró su pedido, siendo nuevamente rechazada,
esta vez bajo el argumento de que previamente la autoridad debía verificar si los custodios ya fueron
asignados.
Por su parte el Director de Régimen Penitenciario de San Pedro, mediante oficio de 29 de diciembre
de 2011, hizo conocer al Tribunal, que su personal no estaba en la posibilidad de cumplir ese mandato
porque sólo contaba con cincuenta y cuatro efectivos y que a diario los mismos concurren de ochenta
y cinco a noventa audiencias con los detenidos; este aspecto, señala el accionante, que le causa
perjuicio, por lo que, a causa del mismo aún se encuentra detenido en el penal de “San Pedro”, no
pudiendo cumplir su detención en su domicilio tal cual lo había establecido el Tribunal Primero de
Sentencia mediante Resolución 69/2011.
I.1.3. Petitorio
Solicita se ordene a las autoridades policiales le designen dos escoltas y sin perjuicio de la
misma, los jueces demandados expidan y presenten el mandamiento de detención domiciliaria al
panóptico de “San Pedro” para que se efectivice la Resolución 69/2011.
I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías
Celebrada la audiencia pública el 4 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 57 a
68, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
Por su parte, Carlos Blanco Quisbert, Juez codemandado complementó el informe de su colega
de Tribunal e informó que la parte accionante reconoce que no ha cumplido con las formalidades
cuando solicita que se le designe dos escoltas en el día.
Del mismo modo, Rubén Pastor Gemio Bustillos, Director del Recinto Penitenciario de San
Pedro, mediante informe oral puntualizó: 1) Es evidente que ha conocido el acta de
consideración de cesación a la detención preventiva; 2) Es falso que se haya negado el
mandamiento de detención domiciliaria; y, 3) Ha elevado informe al Juez poniendo en
conocimiento que no contaba con los escoltas respectivos porque a diario los funcionarios
policiales custodian a personas detenidas en ochenta o noventa audiencias por día, aclara que,
simplemente se ha remitido informe pero que en ningún momento se ha incumplido con el
mandato sobre detención domiciliaria, porque nunca han presentado tal mandamiento al recinto
penitenciario.
A su vez, Andrés Alvarado Cortez, Director Departamental del Régimen Penitenciario emitió
informe oral y puntualizó: i) En su momento elevó un informe al Juez de la causa, haciendo
conocer que la Dirección Departamental del Régimen Penitenciario es simplemente una
dirección administrativa, por lo que no cuenta directamente con un personal oficial lo que
imposibilitaba designar efectivos de seguridad para una detención domiciliaria.
Por su parte, Roberto Merida Viscarra, Secretario del Tribunal Primero de Sentencia, mediante
oficio de 4 de enero de 2011, corriente fs. 44 a 45, informó lo siguiente: a) A fin de lograr la
asignación de dos escoltas, libraron los oficios respectivos al Director del penal de “San Pedro”
y al Director Departamental del Régimen Penitenciario, presentando el 30 de diciembre de 2011
y 4 de enero de 2012, respectivamente, notas de respuestas, informando que no contaban con
recursos humanos para poder asignar como escoltas del accionante; y, b) No es cierto, que el
cuaderno de actuaciones no haya sido remitido a tiempo al Tribunal Quinto de Sentencia.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:
II.2. La parte querellante mediante su abogada, en la misma audiencia, de forma oral interpuso
recurso de apelación incidental contra la Resolución 69/2011 (fs. 57 a 68).
II.3. Pese al recurso de apelación formulada por la parte querellante, Luis Fernando Córdova
Santiváñez mediante memorial de 24 de diciembre de 2011 corriente a fs. 17 y 17 vta., solicitó
se expida mandamiento de detención domiciliaria, argumentando que había cumplido con todas
las medidas dispuestas; sin embargo, la solicitud no fue atendida por que el Secretario del
Tribunal Primero de Sentencia abrió las oficinas a horas 11:00.
II.4. Por receso judicial de fin de año, el expediente pasó a conocimiento del Tribunal de turno,
ante cuya autoridad el accionante refiere en acta de audiencia de fs. 57 a 68 que, mediante
memorial de 27 de diciembre de 2011, solicitó se libre el mandamiento de detención
domiciliaria, pero el mismo fue rechazado por no haberse adjuntado el certificado de arraigo.
II.6. Mediante oficio cursante a fs. 4, de 30 de diciembre de 2011, presentado al Tribunal Quinto
de Sentencia, Rubén Pastor Gemio Bustillos, Director del Recinto Penitenciario de San Pedro,
informa que el personal de seguridad externa (policías escoltas) no están en la posibilidad para
cumplir como escoltas con el arresto domiciliario por veinticuatro horas del privado de libertad
Luis Fernando Córdova Santiváñez, porque sólo cuenta con cincuenta y cuatro hombres, mismos
que tienen que acompañar a los privados de libertad de por lo menos ochenta y cinco a noventa
audiencias por día, sin contar con las salidas médicas, al “IDIF, SEGIP” y otros.
El accionante alega que los Jueces Técnicos del Tribunal Quinto de Sentencia, no expidieron el
mandamiento de detención domiciliaria a favor de su representado, con el argumento que el Director
del Recinto Penitenciario de San Pedro le había informado que no contaba con el personal policial
suficiente para asignar los dos policías custodios. En consecuencia, corresponde dilucidar en
revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.
Para que proceda esta acción, el impetrante de tutela, deberá considerar que previamente a su
interposición, se debe usar los medios de defensa eficaces y oportunos existentes para proteger
su derecho a la libertad supuestamente lesionado, dada la naturaleza subsidiaria excepcional que
la caracteriza, desarrollada por la jurisprudencia anterior en conocimiento de los recursos de
hábeas corpus y reafirmada en vigor del nuevo modelo constitucional y la naturaleza de la
acción de libertad, a través de la SC 0008/2010-R de 6 de abril, que establece: “I…El recurso de
hábeas corpus, ahora acción de libertad, es el medio idóneo y eficaz para conocer y restituir
cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al derecho a la vida, la libertad o
Ahora bien, de los antecedentes cursantes en obrados se constata que efectivamente, por
Resolución 69/2011 de 22 de diciembre, cursante de fs. 14 a 16, el Tribunal Primero de
Sentencia dispuso la cesación de la detención preventiva del acusado, quien, por memorial de 24
de diciembre del 2011, solicitó se expida el correspondiente mandamiento, argumentando que se
cumplieron con todas las medidas dispuestas; sin embargo, dicho pedido no fue atendido y, a
consecuencia del receso judicial de fin de año, el expediente pasó a conocimiento del Tribunal
Quinto de Sentencia, ante quien acudió el representado del accionante por memorial de 27 del
citado mes y año, solicitando la expedición del mandamiento de detención domiciliaria, que fue
rechazado por los Jueces ahora demandados por no haberse adjuntado el certificado de arraigo.
POR TANTO
Por memorial presentado el 10 de enero de 2012, cursante de fs. 2 a 3 vta., los accionantes a
través de su representante, expresan los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Agregan que, sin habérseles tomado la declaración informativa, permanecieron detenidos por
más de 24 horas, y el inicio de la investigación tampoco fue comunicado al Juez cautelar de
turno, por lo que los accionantes fueron injustamente perseguidos e indebidamente detenidos y
procesados.
Los accionantes a través de su representante, sin citar norma alguna, denuncian la vulneración
del derecho a la libertad.
I.1.3. Petitorio
Solicitan se fije día y hora de audiencia, y sea declarada procedente la acción de libertad
interpuesta.
La audiencia pública se realizó el 11 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 17
a 18 vta., produciéndose los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
Asimismo, la autoridad judicial cedió la palabra al accionante, quien manifestó que sus
representados fueron privados de su libertad, sufriendo vejámenes, torturas, transgrediéndose el
art. 15 de la Constitución Política del Estado (CPE); solicitando la libertad del ciudadano Lino
Salguero Yucra.
Las autoridades recurridas, Felipe Antonio Molina Flores y Ramiro Quisbet Chipana, Fiscal de
Materia de Yapacaní y Comandante de la Policía de la provincia Ichilo del departamento de
Santa Cruz, pese a su legal notificación no estuvieron presentes en la audiencia, la misma que se
llevó a cabo en su rebeldía como lo dispone el art. 126 de la CPE.
Sin embargo, ambas autoridades demandadas presentaron sus informes ante la autoridad
judicial, a los que se dio lectura conjuntamente con los documentos de descargo.
El Fiscal de Materia de Yapacaní, Felipe Antonio Molina Flores, mediante informe presentado
el 11 de enero de 2012, señaló que su autoridad no está a cargo de la dirección funcional de la
investigación del caso referido y afirmó que el mismo estaba a cargo de una comisión de fiscales
de la ciudad de Montero. En el mencionado informe la autoridad accionada señala la SC
080/2010-R de 3 de mayo, referente al principio de subsidiariedad, afirmando que en este caso,
tanto el accionante como los representados, no acudieron a la autoridad llamada por ley para
hacer valer los derechos conculcados, siendo así que debía acudirse al juez que conoció el inicio
de la investigación o en su ausencia al juez cautelar de turno. Finalmente solicita se deniegue la
tutela jurídica constitucional solicitada por el accionante.
principal con el objeto de obstaculizar la llegada de los funcionarios policiales, motivo por el
cual en conformidad con lo establecido en el art. 225 y 230 del CPP fueron arrestados en
flagrancia; siendo puestos bajo control del Dr. Felipe Molina, representante del Ministerio
Público de Yapacaní para después ser trasladados a la ciudad de Montero donde una comisión de
fiscales estaba a cargo de la dirección funcional de la investigación del proceso iniciado a
denuncia de la Comandante de la Policía de ese municipio; 3) Asimismo la autoridad accionada,
hizo referencia a la SC 080/2010- R de 3 de mayo, en relación al principio de subsidiariedad,
afirmando que el accionante o sus representados no acudieron a la autoridad llamada por ley
para hacer valer sus derechos vulnerados, solicitando se deniegue la tutela jurídica
constitucional.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Mediante oficio 02/2012 de 5 de enero, la Sala Penal Segunda, instruye al Comandante
Departamental de la Policía, preste el auxilio policial necesario para asegurar la efectividad de la
Sentencia Constitucional de 28 de diciembre de 2011, pronunciada dentro de la Acción de
Amparo Constitucional interpuesta por David Carvajal Villca, en su condición de Alcalde
Municipal de Yapacaní- provincia Ichilo, contra Federico Ortiz Valles, Narcisa Peñaranda,
Felipa Quiroga Paco y Lorenzo Vera Meneses. La misma que declaró procedente la tutela
constitucional del ciudadano David Carvajal Villca y dispuso: a) La nulidad e ilegalidad de las
Resoluciones 80/2011 y 81/2011 dictadas por el Concejo Municipal de Yapacaní, b) La
restitución de David Carvajal Villca a su cargo de Alcalde Municipal de Yapacaní, en el plazo
de 48 horas, c) Se ordene el desalojo y retiro inmediato de todas las pseudo autoridades y
personas ajenas a la institución apostadas en las oficinas de la sede del Gobierno Municipal
Autónomo de Yapacaní y el cierre temporal de las mismas y sea con resguardo policial (fs. 13).
El accionante alega la vulneración del derecho de sus representados a la libertad; por cuanto,
fueron privados de la misma, sin existir mandamiento alguno y estuvieron detenidos por más de
24 horas, sin ser puestos a disposición de la autoridad judicial. En consecuencia, corresponde
dilucidar en revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela
impetrada.
La Constitución Política del Estado instituye la acción de libertad en su art. 125, que señala:
“Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que
es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad
y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde
tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se
restituya su derecho a la libertad”; norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley 27
del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), que dispone: “Es una acción constitucional
extraordinaria de tramitación sumarísima que tiene por objeto la garantía, protección o tutela de
los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el restablecimiento inmediato y
efectivo de estos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o amenazados”.
Por su naturaleza tutelar, la acción de libertad, tiene la finalidad de proteger de forma inmediata
y efectiva los derechos a la vida y la libertad física en los casos en los que sean ilegal o
indebidamente restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión por parte de las
autoridades públicas o particulares.
Para que proceda esta acción, el impetrante, deberá considerar que previamente a su
interposición, debe usar los medios de defensa eficaces y oportunos existentes para proteger su
derecho a la libertad supuestamente lesionado, en este sentido la jurisprudencia constitucional, a
través de la SC 0008/2010-R de 6 de abril, establece: “…en caso de existir mecanismos
procesales específicos de defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el
derecho a la libertad y a la persecución o procesamiento indebido, deben ser utilizados
previamente por el o los afectados; en estos casos por tanto, la acción de libertad operará
solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse agotado
estas vías específicas”.
Por lo que, previamente a la interposición de la acción de libertad, el accionante debe utilizar los
mecanismos legales idóneos y eficientes vigentes en el ordenamiento jurídico ordinario, a fin de
que sean conocidos y restituidos por el juez ordinario, y solo acudir a la vía constitucional
cuando la vulneración del derecho no es restituido por el juez ordinario.
III.3. Sobre los actos del Ministerio Público, Policía Nacional y la posibilidad de
reclamarlos ante el juez cautelar
Conforme a los arts. 54 inc.1) y 279 del CPP, el Juez cautelar es la autoridad encargada del
control jurisdiccional de la investigación y específicamente, de los actos del Ministerio Público
y de los funcionarios policiales, desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa
preparatoria, determinando que toda persona que considere la existencia de una acción u
omisión que vulnere su derecho a la libertad dentro de la investigación, debe acudir ante el
mismo, para pronunciarse sobre la legalidad o ilegalidad de su arresto o aprehensión y ordene lo
que en derecho corresponda; por lo que, sólo en caso que la supuesta lesión no se repare, se
activará esta acción tutelar.
En este sentido, la parte accionante no puede asumir una conducta pasiva, sino reclamar los
hechos que considera ilegales en la jurisdicción ordinaria, en cumplimiento al principio de
subsidiariedad excepcional que caracteriza a esta acción de defensa. No debiendo recurrir en
forma directa a la vía constitucional, la que es viable únicamente en situaciones en las que,
impugnadas las supuestas ilegalidades, las mismas no sean reparadas por el juez ordinario.
En ese marco, la privación de libertad supuestamente ilegal de la que fueron objeto los
representados del accionante, fue denunciado directamente mediante la presente garantía
jurisdiccional; y no así ante el Juez cautelar, omitiendo de esta manera el rol, las atribuciones y
la finalidad que cumple el juez ordinario penal, obviando el medio legal, eficaz y oportuno que
tenía expedito, y que no utilizó.
Por lo que, corresponde denegar la tutela solicitada a través de esta acción; que por su naturaleza
no opera como un mecanismo subsidiario en la protección de los derechos invocados, situación
que impide realizar el análisis de fondo de la problemática planteada.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00005-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Por memorial presentado el 5 de enero de 2012, cursante de fs. 4 a 5 vta., el representante del
accionante en representación sin mandato de su representado expresa los siguientes fundamentos
de hecho y de derecho:
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 6 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 15 a
17 vta., se produjeron los siguientes actuados:
El Secretario del Juzgado de garantías, informó en audiencia sobre la ausencia del abogado
accionante y su representado, así como de la parte demandada, por lo que se dio lectura integra
del memorial de acción de libertad.
La Jueza Octava de Instrucción en lo Penal cautelar, Valeria Salas Hurtado, a través de informe
escrito cursante de fs. 13 a 14 vta., expresó lo siguiente: i) Dentro de la denuncia penal que sigue
el Ministerio Público y la Defensoría de la Niñez y de la Adolescencia contra el accionante, la
audiencia de medidas cautelares se llevó a cabo el 22 de noviembre de 2011, imponiéndole la
medida extrema de detención preventiva; ii) El hoy accionante planteó acción de libertad ante la
Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, remitiéndose el
cuaderno procesal para su valoración, donde los Vocales lo declararon improcedente y
denegaron la tutela; iii) La parte actora interpuso una recusación, sin los elementos probatorios y
sin cumplir con el mandato del art. 320 del Código de Procedimiento Penal (CPP), habiendo
I.2.3. Resolución
Saúl Saldaña Secos, Juez Séptimo de Partido de Sentencia y Penal - Liquidador del Tribunal
Departamental de Justicia de Santa Cruz, pronunció la Resolución 01/2012 de 6 de enero,
cursante de fs. 16 a 17 vta., concediendo la tutela solicitada por el accionante sin disponer su
libertad, determinando que la Jueza demandada señale nueva audiencia para considerar la
cesación de la detención preventiva con los siguientes fundamentos: a) Dentro de los postulados
constitucionales previstos en la Constitución Política del Estado, se encuentra el principio de
celeridad, lo que significa que el sujeto procesal debe tener una pronta respuesta a sus
planteamientos, donde se dilucidara positiva o negativamente su petitorio; b) En el caso
presente, el término para la audiencia de cesación a la detención preventiva es demasiado largo
no siendo óbice el hecho de tener muchas audiencias señaladas; c) La jurisprudencia determina
que tratándose de petitorios donde se encuentra en juego la libertad, el juez tiene la obligación
de señalar audiencia dentro del termino máximo de 72 horas; y, d) Todo lo referido, se equipara
a la acción de libertad, por lo que el juez o tribunal que conoce el asunto debe llevarla a cabo
dentro de las 24 horas, dejando de lado cualquier otra audiencia.
II. CONCLUSIONES
penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan
las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad” (art. 125).
El art. 178.I de la Constitución Política del Estado (CPE), establece que: “La potestad de
impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia,
imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo
jurídico,…”, o sea que el impartir justicia se encuentra regida por estos principios. En
concordancia con esta disposición, el art. 115.II de la CPE, establece que: “El Estado garantiza
el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones” (las negrillas son nuestras); de lo expuesto, la administración de
justicia, debe ser rápida y eficaz, tanto en la tramitación como en la resolución de las causas,
más aún cuando se encuentra comprometido el derecho a la libertad, donde los ciudadanos por la
naturaleza del mismo, esperan una pronta definición de su situación jurídica.…
En base a ello, estableció subreglas al indicar que: “En consecuencia, se considera acto
dilatorio en el trámite de la cesación de la detención preventiva, cuando:
a) En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se
dispongan traslados previos e innecesarios no previstos por ley.
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que
puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de cada
caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan que
ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y
esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la
excepción única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la
relevancia del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la
petición; situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial competente al momento
de señalar la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la razonabilidad (negrillas añadidas).
c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la
suspensión, ni son causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia del representante del
Ministerio Público o de la víctima y/o querellante, si es que han sido notificadas legalmente y
no comparecen a la audiencia. En el caso del Ministerio Público al estar regido por el principio
de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal, y en cuanto al querellante al ser
coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho acto, y por ende, su
inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No
obstante, en caso de que la suspensión se deba a la falta de notificación o a la inasistencia del
propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno, en cuyo caso
deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices expuestas”.…
.
No obstante, dada la problemática planteada y la necesidad procesal de dar respuesta a la misma,
cabe señalar que el principio de celeridad no comprende el conocimiento del trámite de cesación
de detención preventiva hasta llevar a cabo la audiencia; sino también en forma posterior, como
ser el dar curso con la debida celeridad procesal al trámite de apelación de la resolución
respectiva, en los casos que corresponda.
Por ello, resulta necesario complementar las subreglas establecidas en la SC 0384/2011-R,
citada precedentemente, en sentido de que: “…se considera acto dilatorio en el trámite de la
cesación de la detención preventiva:…” (las negrillas nos corresponden); también cuando:
Interpuesto el recurso de apelación contra la resolución que rechaza la solicitud de cesación de
detención preventiva, los antecedentes de la apelación no son remitidos por el juez a quo dentro
del plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art. 251 del CPP -salvo justificación
razonable y fundada- ante el tribunal de apelación, o se imprima un procedimiento o exigencias
al margen de la ley.
Del entendimiento esgrimido, se tiene que, en aquellos casos donde se verifique la existencia de
dilación o una retardación injustificada, corresponderá otorgar la tutela solicitada, por cuanto
ello repercute en el derecho a la libertad física del agraviado.
De la revisión de los antecedentes del cuaderno procesal, se tiene que el accionante por su
representado denuncia que su solicitud de audiencia para la consideración de cesación a la
detención preventiva fue señalada por la Jueza Octava de Instrucción en lo Penal, fuera de los
plazos determinados por la Norma Procesal Penal, verificándose que el memorial de solicitud
fue presentado el 28 de diciembre de 2011, y el decreto de 29 del mismo mes y año cursante a
fs. 3, señala como fecha de audiencia el día jueves 2 de febrero de 2012, es decir que el
representado del accionante tiene que esperar 35 días, para la realización de la audiencia
referida, en la que recién se definirá su situación jurídica.
Como se puede apreciar la autoridad judicial, con dicho señalamiento, ha vulnerado el principio
procesal de celeridad que caracteriza a la justicia ordinaria como determina el art. 180 de la
CPE, justificativo expuesto por la Jueza demandada en el sentido que la fecha de audiencia fue
establecida conforme al rol de audiencias del Juzgado, no eximiéndole de la responsabilidad que
tiene como directora funcional del proceso de velar por el correcto desarrollo del mismo, puesto
que dicha solicitud tiene relación directa con la libertad del representado del accionante,
debiendo actuar con preferencia en el caso presente, programando la audiencia dentro de los
plazos razonables que la jurisprudencia y la norma procesal establecen, es decir con un máximo
de setenta y dos horas de presentada la solicitud, determinando en la misma si la solicitud del
representado del accionante procede para la cesación de la detención preventiva.
Por los fundamentos anotados, el Juez de garantías al conceder la tutela impetrada a través de la
presente acción de defensa, obró correctamente.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de Libertad
Expediente: 00009-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Willson Roque Altamirano Ramos interpuso acción de libertad oral ingresado el 10 de enero de
2012 a horas 9:43 y recepcionado en el Juzgado Quinto de Sentencia, en la misma fecha a horas
10:30 consignándose únicamente “detención indebida” dando lugar a que la Jueza Quinta de
Sentencia Lucia Fuentes Nina señale audiencia para el día miércoles 11 de enero de 2012 a horas
16:00 (fs. 4 y vta.) en atención a la SC 0128/2011-R de 21 de febrero.
El accionante estima vulnerados sus derechos a la libre locomoción y a la libertad, sin citar norma
constitucional.
I.1.3. Petitorio
La audiencia pública fue celebrada el 11 de enero de 2012, según consta en el acta que cursa en
obrados de fs. 25 a 28, en la que se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante sostuvo que a raíz de un problema provocado por la ex-cónyuge de su
representado el mismo fue arrestado por funcionarios policiales del módulo policial de la zona de
San Pedro, siendo conducido a instalaciones de conciliación policial ubicado en la calle Pando,
para luego ser trasladado a la FELCC donde la Fiscal de Materia, Frida Choque de Claros
discrecionalmente modificó su estatus de arrestado por la de aprehensión, sin que haya emitido
resolución fundamentada alguna, alegando la existencia de flagrancia para después de
aproximadamente 18 horas presentar imputación formal ante el juez cautelar; por lo que, en su
criterio se vulneró la liberad y el debido proceso. Asimismo, indicó que su representado fue
aprehendido únicamente por la declaración de la supuesta víctima situación extraña por que
cualquier otro fiscal mínimamente ante la falta del médico forense o de otro testigo, habría
dispuesto que su representado se presente al día siguiente para que preste su declaración y la
victima presente su certificado médico correspondiente.
La Fiscal de Materia de la ciudad de La Paz, Frida Choque de Claros, sostuvo que en el caso
concreto en virtud a la acción directa existe flagrancia y suficientes elementos sobre su autoría en
los delitos de lesiones graves y leves.
I.2.3. Resolución
Lucia Fuentes Nina, Jueza Quinta de Sentencia constituida en Jueza de garantías, por Resolución
001/2012 de 11 de enero de 2012, cursante de fs. 29 a 30, denegó la tutela, con el fundamento de
que Willson Roque Altamirano Ramos luego de ser aprehendido fue puesto a disposición de
autoridad judicial competente por lo que antes de interponer la acción de libertad, debió agotar las
vías ordinarias expeditas, es decir reclamar ante la jueza contralora de garantías constitucionales
los hechos denunciados.
En vigencia de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, se realizó el sorteo del presente
proceso el 15 de febrero de 2012, por lo que el pronunciamiento de la sentencia se encuentra dentro
de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. El 9 de enero de 2012 el Sub Oficial Primero Wenceslido Limachi Ticona y el Cabo Javier
Quino Heredia, se hicieron presentes en el Callejón Canónigo Ayllón 799 por la denuncia de
Evelin Ralde García, quien refería haber sido agredida verbal y físicamente, procediéndose al
arresto de Altamirano Ramos “Wilson” Willson Roque, conforme se tiene del Informe de
Intervención Policial Preventiva - Acción Directa (fs. 8 y vta.), para luego disponerse por la Fiscal
de Materia. Frida Choque de Claros su aprehensión (fs. 8 y vta.) situación que puede evidenciarse
además del requerimiento de dicha Fiscal al Médico Forense de turno donde se pide la revisión
médica de Evelin Ralde García “…sea en gratuidad ya que el presunto agresor se encuentra
aprehendido”.
II.2. A horas 20:40 del 9 de enero de 2012, se procedió a tomar la declaración a Wilson “Willson”
Roque Altamirano Ramos en presencia de su abogado, el asignado al caso y la Fiscal de Materia a
cargo (fs. 12 y vta.), donde presenta copias de: Una demanda de asistencia familiar, denuncia de
abandono de familia (fs. 13 y vta.); amenazas y coacción interpuesto al Fiscal de Materia de turno
de la ciudad de La Paz (fs. 14 a15) y un certificado policial que refiere no tener antecedentes
penales (fs. 18) entre otros.
II.3. Certificado Médico Forense otorgado por Ana Rosario Peducasse Murillo que “…estima
incapacidad por seis días” de Ana Ralde García; e imputación formal de Frida Choque de Claros
como Fiscal de Materia en contra de Willson Roque Altamirano Ramos, por el supuesto delito de
Lesiones Graves y Leves con cargo de presentación de 10 de enero de 2012 a horas 15:42.
El accionante a través de su representante manifiesta que fue arrestado por policías a raíz de un
altercado con su ex-cónyuge y que la fiscal demandada indebidamente modificó su estatus de
arrestado por la de aprehendido sin emitir resolución fundamentada alguna para luego de
aproximadamente 18 horas recién presentar imputación formal al Juez cautelar. En consecuencia,
corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder o denegar la
tutela solicitada.
El secretario o actuario del juzgado o tribunal donde se sorteó la acción de libertad, deberá sentar
en acta la demanda verbal de la acción de libertad, haciendo una relación del lugar, hechos,
fechas, nombres, cargos, derechos lesionados, petitorio y demás datos que pudiere dar y/o
identificar en ese momento. No obstante, en caso de que el accionante no proporcione los datos
necesarios, debe labrarse el acta con los datos que se tengan, así sean mínimos.
A cuyo efecto anualmente, se abrirá un 'Libro de presentación oral de Acción de Libertad', y que
en cada acta constará el lugar, fecha y hora, como también el nombre y la firma del presentante,
si lo hace por sí, o por otro con o sin mandato.
Asimismo, a momento de la citación a la persona, autoridad o funcionario demandado, se le
entregará una copia del acta; o, en su defecto se le hará constar que la acción tutelar fue
presentada en forma oral, cuyo registro cursa en el respectivo Libro del juzgado o tribunal de
garantías” (las negrillas y subrayado es nuestro).
a) En provincias y en general en lugares en los cuales exista un sólo juzgado o tribunal competente
penal, la interposición verbal de una acción de libertad, deberá efectuarse directamente ante el
mismo debiendo el secretario inmediatamente, en el marco del principio de informalismo y en la
medida de lo posible, efectuar el registro en un acta de los datos esenciales y en su caso generales
de ley de la parte accionante y de la parte accionada además de los hechos relevantes a la acción de
libertad a efectos de efectuar la correspondiente notificación a la parte demandada con dicha acta.
d) Asimismo, a efectos del presente razonamiento debe dejarse establecido que la diferencia entre
acciones de libertad verbales y escritas es material más que formal; es decir, se encuentra en la
posibilidad de identificar: 1) La relación circunstanciada del o de los hechos denunciados; 2) La
identidad del o de la accionante; y, 3) La identidad de la parte demandada. En este contexto, a
efectos de la elaboración del acta de presentación, incluso cuando se presente un documento que
contenga la acción de libertad pero la o el funcionario que proceda a su registro denote la
imposibilidad de identificar alguno de esos elementos, seguirá considerando a la acción de libertad
como verbal por lo que dicho funcionario procederá a efectuar el sorteo para inmediatamente
después el secretario del juzgado o tribunal sorteado levante el acta respectiva que precise o
complemente en la medida de lo posible y en el marco del informalismo dichos elementos, esto
con el fin de notificación y en definitiva preservar el derecho a la defensa de la parte accionada.
e) Ante la interposición de una acción de libertad verbal conforme el procedimiento referido más
adelante, el secretario del juzgado o tribunal penal competente deberá levantar un acta en el “Libro
de presentación oral de Acción de Libertad“ en la cual consigne los datos o en su caso generales de
ley de la parte actora, en la medida de lo posible los datos o en su caso generales de ley de la parte
accionada y la relación circunstanciada de los hechos que no sólo busca facilitar la labor del juez o
tribunal sino preservar el derecho a la defensa de la parte accionada fundamentalmente en casos de
notoria complejidad por la cantidad de detenidos, de temas en debate, etc. En todo caso, de no ser
posible dejar constancia de los referidos datos y de los hechos circunstanciados, en el acta
levantada en el “Libro de presentación oral de Acción de Libertad“ deberá dejarse constancia de la
imposibilidad que impide dicho registro.
f) En todo caso la inobservancia a las reglas establecidas en la presente Sentencia determinará que
el Tribunal Constitucional Plurinacional corrija el procedimiento, salvo que no se hubiere
provocado la indefensión a la parte accionada o cuando este Tribunal, en el marco del
informalismo que rige a la acción de libertad, encuentre que de todas formas procederá la
denegación de la tutela, independientemente de la responsabilidad funcionaria que pueda generar la
inobservancia del entendimiento asumido.
En el presente caso ante la interposición verbal de la acción de libertad por parte del accionante, se
procedió a registrar únicamente la identidad de la parte actora, la parte demandada y en derechos
vulnerados “detención indebida - libre locomoción - libertad” con lo que se procedió a notificar a
la parte accionada sin efectuarse mayor precisión de los hechos que dieron lugar a dicho
planteamiento, cuando conforme a lo referido anteriormente, en lo posible y de poder efectuarse, es
menester dicha precisión, pese a ello en el caso concreto la autoridad demanda en audiencia
procedió a ejercer defensa sin afectarse por ello el debido proceso que rige a los procedimientos
constitucionales por lo que atendiendo a las características del caso, no corresponde corregir
procedimiento.
En vigencia ya de la Constitución Política del Estado del año 2009 dicho razonamiento fue acogido
por la SC 0008/2010-R de 6 de abril, que estableció que: “…en caso de existir mecanismos
procesales específicos de defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el
derecho a la libertad y a la persecución o procesamiento indebido, deben ser utilizados
previamente por el o los afectados; en estos casos por tanto, la acción de libertad operará
solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse agotado
estas vías específicas” y por la SC 0080/2010-R de 3 de mayo, donde el Tribunal Constitucional
para evitar la desnaturalización de la acción de libertad y guardar equilibrio, y complementariedad
entre jurisdicción constitucional y ordinaria entre los supuestos de improcedencia de la acción de
libertad estableció que: “Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía
cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y todavía
no existe aviso del inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez Cautelar
de turno. En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir, con el
aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es ante ella
donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a sus derechos. De no ser así, se
estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través del legislador
le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en el control de la
investigación”.
En el presente caso el accionante sostuvo que fue arrestado por policías a raíz de un altercado que
tuvo con su pareja, y la Fiscal demandada discrecionalmente modificó su estatus de arrestado por
el de aprehendido y que luego de aproximadamente 18 horas, se procedió a presentar imputación
formal en su contra; sin embargo, conforme el propio abogado de la parte accionante aseveró en la
audiencia de la acción de libertad, se tiene que la fiscal demandada: “…horas después del medio
día, a presentado una imputación formal en demandas nuevas del Tribunal Departamental de
Justicia, esta imputación ha sido sorteada al Juzgado Cuarto de Instrucción en lo Penal a cargo de
Margot Pérez Montaño, esta Autoridad por sus recargadas labores ha dispuesto audiencia para el
día de hoy a horas 11:30 de la mañana, en audiencia que se ha conocido la imputación, no se
estableció flagrancia y la Jueza ha determinado medidas sustitutivas para el señor Altamirano…”
lo que concuerda con el informe de la fiscal demandada; es decir, conforme la jurisprudencia
referida en el punto III.2 de la presente resolución el accionante impulsado por su propio interés
debió plantear sus reclamos ante la Jueza de Instrucción en lo Penal competente que se constituye
en la jueza natural para que en el ejercicio de su competencia conforme a los arts. 54 inc.1) y 279
del Código de Procedimiento Penal (CPP) proceda a resolver con la debida fundamentación las
observaciones y quejas formuladas por el accionante contra la fiscal demandada, subsidiariedad
exigible incluso cuando el fiscal omite comunicar el inicio de la investigación al juez cautelar en
cuyo caso el imputado privado de su libertad debe acudir al juez cautelar de turno previamente a
interponer la acción de libertad.
En consecuencia el Juez de garantías, al denegar la acción tutelar, aunque con otros fundamentos,
obró correctamente.
POR TANTO
2º Disponer, que por Secretaría General, se envié copia de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional a Tribunales Departamentales de Justicia de todo el país, a objeto de que tomen
conocimiento, de las complementaciones efectuadas a la SC 0128/2011-R de 21 de febrero, a
través de esta Resolución.
Por denuncia verbal presentada el 26 de enero de 2012, cursante a fs. 7, que si bien no cuenta con
una demanda; empero, en audiencia se expuso los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Instrucción, solicito cesación de su detención preventiva, acto procesal fijado para el 12 de julio de
2011, que no se llevó acabo debido a la existencia de vicios de nulidad. Reiteró su petición, que fue
respondió por decreto de 14 de igual mes y año, que ratifica que previamente debían subsanarse los
defectos procesales. Recalca, que los rechazos no fueron resueltos en audiencia sino por simples
decretos; d) Mediante providencia de 26 de agosto de ese año, se señaló audiencia para el 7 de
septiembre del mismo año, sin considerar el plazo razonable establecido por la “SC 078/2011”,
vulnerando los derechos de la accionante la celeridad y libertad; acto procesal que tampoco se
desarrolló; e) Planteó incidente de actividad procesal defectuosa y exclusión probatoria, solicitando
la nulidad de obrados, y al mismo tiempo pidió audiencia de cesación a su detención preventiva; f)
El 16 de noviembre de igual año, se fijó audiencia para el 25 de ese mes, diferida para el 13 de
diciembre, luego para el 21 del mismo mes, sin realizarse ninguna de ellas. Habiéndose ratificado
se resuelva el incidente planteado, fijándose audiencia para el 6 de enero de 2012; g) El Juez
demandado, condicionó su solicitud de cesación a su detención preventiva a que previamente se
subsanen defectos procesales; empero, dispuso la nulidad de los actos conclusivos erróneamente
presentados por el Ministerio Público; h) El 9 de enero del indicado año, reiteró su petición,
programándose para el 23 del mismo mes, que resultó ser feriado; por decreto de 26 de ese mes, sin
pronunciarse sobre la solicitud de cesación de la detención preventiva, señaló audiencia para el 2
de febrero, refiriendo que se encuentra sujeto al procedimiento inmediato por flagrancia; i) La
autoridad demandada no consideró que la audiencia para resolver la cesación a la detención debe
realizarse en el término de tres a cinco días, según estableció la “SC 038/2010”; j) Al Ministerio
Público, le corresponde disponer audiencia de procedimiento inmediato, dado que hasta la presente
fecha la accionante no fue notificada con la acusación, ni las pruebas, desconociendo el delito que
se le atribuye, la sanción y la pena requerida; k) Los actos en que incurrió el Juez demandado y el
Ministerio Público, vulneran los derechos de su cliente, a la “certidumbre jurídica” y a la celeridad;
l) Dada la dilación sin fundamento legal y la ausencia de señalamiento de audiencia, hasta el
momento, no cuenta con fecha cierta para considerar y resolver su solicitud de cesación a la
detención preventiva, conculcándose los principios de legalidad y certidumbre jurídica;
I.1.3. Petitorio
Con estos antecedentes, la accionante solicita se ordene al Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal,
se pronuncie sobre su petición de cesación a su detención preventiva.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Según imputación formal de 25 de junio de 2010, el Ministerio Público inició proceso penal
contra Nicolasa Benito Cuti, por la presunta comisión del delito de tráfico de sustancias
controladas, solicitando su detención preventiva (fs. 15 a 17). De la revisión del cuaderno de
control jurisdiccional, efectuada por el Juez de garantías, el Juez Primero de Instrucción en lo
Penal, dispuso la detención preventiva de la accionante el 26 de igual mes y año, en el Centro de
Orientación Femenina de Obrajes de la ciudad de La Paz (fs. 37 a 38 vta.).
II.3. Por memorial de 24 de enero de 2012, Nicolasa Benito Cuti, solicitó se fije fecha y hora de
audiencia de consideración de cesación a la detención preventiva; empero, por decreto de 26 de
igual mes y año, el Juez demandado, señaló audiencia pública para el 2 de ese mes y año a
horas 10:00, refiriendo que de acuerdo a los datos del proceso se encuentra sujeto al
procedimiento inmediato por flagrancia (fs. 32 y vta.). Sin pronunciarse sobre la solicitud de
cesación a la detención preventiva.
El art. 125 de la CPE, en forma precisa establece el alcance de este medio de defensa, al resguardar
los derechos a la vida, la libertad y locomoción, como bienes jurídicos de carácter primario de los
cuales deriva el ejercicio de otros derechos fundamentales, de ahí la celeridad e inmediatez que
debe imprimirse en su tratamiento o tramitación.
Así instituido el alcance de esta garantía jurisdiccional, su finalidad como acción oportuna y eficaz
es guardar la tutela a la vida, cuando a consecuencia de la restricción al derecho a la libertad sea
puesta en peligro; el cese de la persecución indebida, cuando la acción de un funcionario público,
autoridad jurisdiccional o judicial y el particular que busca, persigue y hostiga una persona, sin que
exista motivo legal alguno ni orden expresa de captura, emitida por autoridad competente; el cese
del procesamiento indebido; y el restablecimiento de las formalidades legales y la restitución del
derecho a la libertad.
La presente garantía jurisdiccional como medio de defensa idóneo frente a los actos ilegales u
omisiones indebidas de personas particulares o autoridades públicas, mantiene sus características
que la distinguen de otras acciones tutelares, así como el informalismo, por la ausencia de
requisitos formales en su presentación; la inmediatez, por la urgencia en la protección de los
derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite caracterizado por su celeridad; la generalidad
ya que no reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa y la inmediación, porque
se requiere que la autoridad judicial tenga contacto con la persona privada de libertad. En ese
sentido y ante el nuevo modelo constitucional implantado en nuestro país a partir de la entrada en
vigencia de la norma fundamental promulgada el 7 de febrero de 2009, la SC 0044/2010-R de 20
de abril, resaltó los cambios introducidos al afirmar: “1. El informalismo, pues actualmente se
amplía la posibilidad de presentación oral de la acción de libertad, que antes estaba reservada
sólo a los supuestos en que la persona fuera menor de edad o incapacitada, analfabeta o
notoriamente pobre y; 2. La inmediación, ya que; la CPE señala que la autoridad judicial, una
vez presentada la acción, debe disponer que el accionante sea conducido a su presencia o acudir
al lugar de la detención, última posibilidad que no estaba contemplada en la Constitución
abrogada y que es fundamental para comprobar las condiciones en que la persona se encuentra
privada de libertad, especialmente cuando existe denuncia de torturas, tratos crueles, inhumanos o
degradantes, o si se ha vulnerado el derecho a la integridad física o existe amenaza a su vida.
Sin embargo, las modificaciones más importantes, están referidas al ámbito de protección de la
acción de libertad, que alcanza ahora al derecho a la vida y a la posibilidad de presentar la
acción de libertad también contra particulares, conforme se desprende del art. 126 de la CPE” (lo
resaltado nos pertenece).
celeridad, pero sobre todo de justicia; pues debe tenerse en cuenta que el art. 115.II de la CPE,
establece que. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia
plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones, debido proceso que también es
aplicable al ámbito procesal constitucional
El secretario o actuario del juzgado o tribunal donde se sorteó la acción de libertad, deberá
sentar en acta la demanda verbal de la acción de libertad, haciendo una relación del lugar,
hechos, fechas, nombres, cargos, derechos lesionados, petitorio y demás datos que pudiere dar
y/o identificar en ese momento. No obstante, en caso de que el accionante no proporcione los
datos necesarios, debe labrarse el acta con los datos que se tengan, así sean mínimos.
A cuyo efecto anualmente, se abrirá un Libro de presentación oral de Acción de Libertad, y que en
cada acta constará el lugar, fecha y hora, como también el nombre y la firma del presentante, si lo
hace por sí, o por otro con o sin mandato.
Se deja expresa constancia, que el presente procedimiento, no tiene por finalidad entorpecer el
trámite o dilatar el mismo, al contrario, responde a la necesidad procesal de regular aspectos que
conlleven a una mejor compresión y solución de la problemática planteada que debe ser resuelta
en el sentido constitucional, dado que al ser la acción de libertad un medio de defensa de derechos
fundamentales, el juzgador constitucional debe materializar la acción de la justicia pero sin
vulnerar a su vez -en ese cometido- otros derechos también fundamentales” (lo resaltado nos
corresponde).
acta de los datos esenciales y en su caso generales de ley de la parte accionante y de la parte
accionada además de los hechos relevantes a la acción de libertad a efectos de efectuar la
correspondiente notificación a la parte accionada con dicha acta.
d) A efecto de la elaboración del acta, la diferencia entre una acción de libertad verbal y otra
escrita radica en la posibilidad de identificar claramente la relación circunstanciada del o de los
hechos denunciados resultando indiferente otras formalidades así por ejemplo un documento,
carta o papel que identifique con claridad a la parte actora y a la parte accionada pero no los
hechos circunstanciados que den lugar a la acción de libertad, continuará considerándose una
acción de libertad verbal; por tanto, deberá elaborarse el acta.
e) Ante la interposición de una acción de libertad verbal conforme el procedimiento referido más
adelante, el secretario del juzgado o tribunal penal competente deberá levantar un acta en el Libro
de presentación oral de Acción de Libertad en la cual consigne los datos o en su caso generales de
ley de la parte actora, en la medida de lo posible los datos o en su caso generales de ley de la
parte accionada y la relación circunstanciada de los hechos que no sólo busca facilitar la labor
del juez o tribunal sino preservar el derecho a la defensa de la parte accionada fundamentalmente
en casos de notoria complejidad por la cantidad de detenidos, de temas en debate, etc. En todo
caso, de no ser posible dejar constancia de los referidos datos y de los hechos circunstanciados, en
el acta levantada en el Libro de presentación oral de Acción de Libertad deberá dejarse
constancia de la imposibilidad que impide dicho registro.
En el presente caso ante la interposición verbal de la acción de libertad por parte del accionante,
se procedió a registrar únicamente la identidad de la parte actora, la parte demandada y en
derechos vulnerados “detención indebida - libre locomoción - libertad” con lo que se procedió a
notificar a la parte accionada sin efectuarse mayor precisión de los hechos que dieron lugar a
dicho planteamiento, cuando conforme a lo referido anteriormente, en lo posible y de poder
efectuarse, es menester dicha precisión, pese a ello en el caso concreto la autoridad demanda en
audiencia procedió a ejercer defensa sin afectarse por ello el debido proceso que rige a los
procedimientos constitucionales por lo que atendiendo a las características del caso, no
corresponde corregir procedimiento”.
La Constitución Política del Estado, prescribe que toda persona tiene derecho a la libertad personal
que sólo podrá ser restringido en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento
de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales; así también, dispone que
nadie será detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas
establecidas por la ley (art. 23.I y III). De donde se desprende que siendo la libertad un derecho
fundamental de carácter primario, su protección se tutela a través de la presente garantía
jurisdiccional, como medio idóneo de carácter sumario, extraordinario e inmediato.
El art. 178.I de la Ley Fundamental, establece como uno de los principios que rigen la
administración de justicia a la celeridad, como componente del debido proceso, entendido como la
prontitud debida en los actos procesales a objeto de brindar la tutela jurisdiccional efectiva y
acceso a la justicia (art. 115 de la CPE) y no colocar a las partes en incertidumbre jurídica durante
el desarrollo del proceso. Cuando la celeridad esté vinculada con el derecho a la libertad, el órgano
jurisdiccional tiene la obligación de tramitar la solicitud sin dilaciones indebidas, aún cuando no
hubiere un término establecido por la ley; al respecto, la SC 0900/2010-R de 10 de agosto,
recogiendo el razonamiento de la SC 0224/2004-R de 16 de febrero, indicó: “…toda autoridad
que conozca de una solicitud en la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física,
tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de los plazos
razonables, pues de no hacerlo podría provocar una restricción indebida del citado derecho, lo
que no significa, que siempre tendrá que otorgar o dar curso a la solicitud en forma positiva, pues
esto dependerá de las circunstancias y las pruebas que se aporten en cada caso, dado que se
reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en la demora o dilación indebida de una
solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo a una compulsa
conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la celeridad que exige la
solicitud” (las negrillas nos pertenecen).
En ese contexto, en los casos específicos de solicitudes de cesación a la detención preventiva, los
pronunciamientos de la jurisprudencia constitucional han sido uniformes al establecer que el juez a
cargo del control jurisdiccional deberá imprimir la mayor celeridad en su tramitación, por la
naturaleza del derecho que se encuentra de por medio, debiendo en consecuencia, en un plazo
razonable fijar audiencia pública para su consideración y resolución, que no implica declarar la
procedencia de la misma, sino la ponderación de los elementos que desvirtúen los motivos que la
fundaron.
b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que
puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de cada
caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan que
ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y
esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la
excepción única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la
relevancia del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la
petición; situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial competente a momento
de señalar la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la razonabilidad.
imputado y/o acusado presente para desvirtuar los motivos o peligros procesales que fundaron la
imposición de la medida de última ratio, según prevé el art. 239 del CPP, para finalmente
resolver sobre la procedencia o no de la misma.
Respecto al término en el cual debe fijarse audiencia para la consideración de las solicitudes
vinculadas con la libertad, en el caso en examen para la cesación a la detención preventiva, de la
revisión de los antecedentes y lo informado por el abogado de la accionante, se advierte que el
Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal, no imprimió la debida celeridad en su tramitación, dado
que, entre la fecha de formulada la petición y la señalada para su consideración se observa un
intervalo de más de cinco días, constituyendo ello un acto dilatorio por demás evidente. Si bien
es cierto, que el Código de Procedimiento Penal, no establece el plazo en el cual deban
tramitarse las solicitudes de cesación a la detención preventiva, ello no implica, que su
consideración y resolución se realice en lapsos de tiempo demasiado extensos; excepto, claro
está cuando exista complejidad por la naturaleza propia y la relevancia del proceso, como los
derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición; situación que deberá
justificarse por el órgano jurisdiccional competente a momento de señalar la fecha de audiencia,
teniendo en cuenta la razonabilidad -SC 0078/2010-R, segundo supuesto-, lo que no sucede en el
caso concreto, en el entendido que se trata de un proceso penal seguido por el Ministerio Público
contra Nicolasa Benito Cuti, por la presunta comisión del delito de tráfico de sustancias
controladas, por el cual se encuentra detenida desde el 26 de junio de 2010, no advirtiéndose
complejidad alguna, además de no haberse explicado dicho extremo por el Juez Cuarto de
Instrucción en lo Penal.
Finalmente, cabe hacer referencia a la injustificada suspensión de las audiencias en que incurrió
el Juez demandado, que conforme al tercer supuesto desarrollado en la SC 0078/2010-R,
constituye un acto dilatorio que lesionó los derechos fundamentales de la accionante, teniendo
presente que se encuentra limitada en el ejercicio de su derecho a la libertad. En ese sentido, el
órgano jurisdiccional debe procurar que las notificaciones a las partes del proceso, se realicen
con la debida antelación y diligencia debida a los efectos que el acto procesal no se suspenda
bajo dicho argumento, más aún cuando de por medio se encuentre el citado bien jurídico, como
en el caso presente; consecuentemente, efectuada la diligencia de comunicación y ante la
inconcurrencia de las partes, la audiencia de consideración de cesación a la detención preventiva
no puede suspenderse bajo ningún fundamento, según precisó la jurisprudencia desarrollada en
el presente fallo.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00069-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 2 de febrero de 2012, cursante de fs. 4 a 5, la accionante refiere que:
Había intentado plantear la presente acción en forma oral, sin embargo en el Juzgado no se quiso
elaborar el acta correspondiente, viéndose obligada a tener que presentarla por escrito. Agrega
que dentro del proceso penal que se sigue en su contra, formuló en la misma audiencia apelación
contra la medida cautelar que se le impuso, en presencia de todas las partes, quienes fueron
notificadas en dicho acto procesal, por ende en aplicación del art. 251 del Código de
Procedimiento Penal (CPP), solicitó se remitan obrados al superior en grado dentro del plazo de
veinticuatro horas; sin embargo, hasta la presentación de la presente acción de defensa no fue
remitida su apelación, encontrándose detenida preventivamente sólo por cuestiones burocráticas,
con el serio peligro que esa demora pueda significar en su salud, al encontrarse con riesgo de
ingresar en coma diabético que puede ocasionarle la muerte.
La dilación y retardación de justicia señalada, se subsume en lo establecido por los arts. 130 y
135 del CPP, puesto que su situación continúa incierta, lo cual es un presupuesto para la
procedencia de la acción de libertad, conforme estableció la jurisprudencia constitucional que en
casos similares concedió tutela.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la acción de libertad y se disponga la remisión inmediata de la apelación de
medida cautelar que formuló, con reparación de daños y perjuicios.
Celebrada la audiencia pública el 4 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 26
y vta., se produjeron los siguientes actuados:
La accionante a través de su abogado defensor ratificó y reiteró los extremos del memorial de la
acción de libertad, agregando que: a) El Tribunal Séptimo de Sentencia emitió una Resolución
negando la cesación de su detención preventiva, a pesar de haber acreditado mediante prueba
abundante su delicado estado de salud, el cual en ningún momento fue considerado por los
Jueces demandados, con el argumento de no ser un aspecto que sea determinante para establecer
la cesación; b) Contra dicha Resolución, en audiencia y presencia de todas las partes presentó
recurso de apelación oralmente, solicitando se remita la misma dentro de las veinticuatro horas;
sin embargo, la misma no fue enviada con el argumento de estar elaborándose el acta, además de
estar actuando en suplencia legal; y, c) No es evidente que la demora en la remisión del recurso
le sea atribuible, pues son dos días sin que se cumpla con ese actuado procesal.
Los Jueces demandados, por informe escrito cursante a fs. 22, señalaron que: 1) Les
correspondió resolver la solicitud de cesación a la detención preventiva planteada por la
accionante, consiguientemente después de la compulsa y valoración de antecedentes y elementos
de prueba, en base a los cuales dictaron la Resolución 03/2012, rechazándola; 2) La accionante
interpuso recuso de apelación contra la indicada Resolución, remitiéndose la misma a la oficina
de Demandas Nuevas Penales para el sorteo correspondiente y consiguiente remisión a la Sala
Penal de Turno, por lo que no corresponde que la accionante recurra a la acción de libertad en
forma paralela a los medios ordinarios con los que cuenta para lograr su objetivo; y, 3) La
demora es atribuible a la propia accionante porque recién se apersonó ante la Secretaría del
Juzgado para proveer las fotocopias señaladas en audiencia.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
Según informe presentado por las autoridades demandadas, por Auto 03/2012, rechazaron la
solicitud de cesación de detención preventiva interpuesta por la accionante, motivando la
presentación del recurso de apelación; el mismo que fue remitido a la oficina de Demandas
Nuevas Penales para el sorteo correspondiente y la demora no es atribuible al Tribunal, sino a la
propia accionante, puesto que recién se apersonó a Secretaría para sacar las fotocopias
solicitadas en la audiencia pública (fs. 22).
El art. 125 de la CPE, establece que: “Toda persona que considere que su vida está en peligro,
que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal,
podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a
su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier tribunal competente en materia
penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan
las formalidades legales o se restituya el derecho a la libertad”.
Conforme a las normas citadas, la tramitación sumaria constituye una de las principales
características de la acción de libertad, por cuyo motivo, el constituyente ha previsto que ésta
puede ser interpuesta inclusive de forma verbal y si bien el procedimiento al que debe sujetarse
la tramitación de la acción de libertad y que está contenida en los arts. 125 al 127 de la CPE y 65
al 72 de la LTCP, estas no han precisado cómo ha de efectivizarse la presentación de la acción
de libertad en forma oral; al efecto, resulta necesario establecer la forma en que se procederá en
ese caso, es así que cuando el accionante opte por la modalidad de presentación oral de la
acción, deberá acudir ante el juez o tribunal competente, donde el Secretario del juzgado o
tribunal de garantías de inmediato deberá levantar un acta circunstanciada de los hechos
denunciados, identificando a los demandados, de ser posible, haciendo constar su nombre
y domicilio a efectos de su citación, especificando los derechos lesionados. Labrada el acta,
El art. 251 del CPP, en cuanto a la apelación contra la resolución que resuelva la imposición,
modificación o rechazo de las medidas cautelares, establece:
“La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el
efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
De acuerdo con la norma transcrita, el trámite del recurso de apelación contra las resoluciones
que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, es de naturaleza sumaria, pues
una vez interpuesto este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte
Superior de Justicia en el término de veinticuatro horas, a efectos de que el tribunal de alzada,
sin más trámite, resuelva la apelación en audiencia dentro de los tres días siguientes de recibidas
las actuaciones; es decir, que el mencionado recurso de apelación, por su configuración procesal,
constituye un medio idóneo, eficaz e inmediato de defensa con el que cuentan las partes para
reclamar supuestas lesiones a sus derechos, posibilitando que el tribunal de alzada corrija los
errores del inferior denunciados en el recurso. El referido recurso de apelación, resulta idóneo
porque está expresamente establecido en el Código de Procedimiento Penal para impugnar las
medidas cautelares que vulneren el derecho a la libertad del imputado, como emergencia de la
aplicación de las medidas cautelares; e inmediato, porque debe ser resuelto sin demora, en un
plazo de sólo tres días.
En el caso que se examina, la accionante en primer término denuncia haber intentado presentar
su acción de libertad en forma oral, sin lograr ese propósito. Al respecto, conforme se tiene
Por otra parte, cabe aclarar que no es correcto que la accionante pretenda que las autoridades
demandadas le concedan su libertad por causas atribuibles a su salud, al no estar prevista esta
causal para la cesación de la detención preventiva, por lo que debió haber planteado, en caso de
ser evidente su delicado estado de salud, su internación en un centro hospitalario, conforme a las
previsiones contenidas en los arts. 35 de la CPE, 238 del CPP y 94 y ss. de la Ley de Ejecución
Penal y Supervisión (LEPS).
POR TANTO
Por memorial presentado el 11 de enero de 2012, cursante de fs. 30 a 32, el accionante expresa
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Habiendo sido imputado junto con Juan Gabriel Manuyama Gonzales, el 12 de agosto del 2011,
por el delito de robo agravado y detenidos preventivamente por concurrir los peligros procesales
establecidos en el art. 234. numerales 1, 2 y 6 y art. 235.1 y 2 del Código de Procedimiento
Penal (CPP).
Señala que, habiendo la imputación, los memoriales de cesación y apelación tenido el mismo
tenor, por qué para el coimputado Juan Gabriel Manuyama se dispuso su libertad y para él no;
agrega recalcando que en el presente proceso no existe antecedente, ni prueba documental que
acredite que exista imputación o condena en su contra, que este extremo no se menciona en la
imputación, ni en el fundamento del Auto Interlocutorio 149/2011, por el cual se dispuso su
detención.
Denuncia la vulneración de los derechos consagrados en los arts. 115 y 116 de la Constitución
Política del Estado (CPE), sin especificar de manera clara el derecho vulnerado.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 13 de enero del 2012, según consta en el acta cursante de fs.
39 a 40 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. De fs.2 a 3 vta., cursa imputación formal contra Juan Gabriel Manuyama Gonzales y Juan
Carlos Paredes Montenegro por la presunta comisión del delito de robo agravado, tipificado y
sancionado en el art. 332.2 del Código Penal (CP) y solicitud de aplicación de medidas
cautelares (detención preventiva), fundamenta dicha solicitud en la concurrencia de lo
establecido por el art. 233.1 y 2 en relación a los arts. 234 numerales 1, 2 y 10 y 235 numerales
1, 2 y 3 del mismo Código.
II.2. De fs. 5 a 6, cursa Auto Interlocutorio 149/2011, por el que, el Juez Primero de Instrucción
en lo Penal, dispone la aplicación de la detención preventiva de los imputados Juan Gabriel
Manuyama González y Juan Carlos Paredes Montenegro en aplicación de los arts. 52. 2, 221,
233.1 y 2 en relación al 234 numerales 1, 2, 6 y 235. 1 y 2 todos del CPP.
II.3. A fs. 18 y vta., cursa memorial de solicitud de cesación a la detención preventiva incoada
por el imputado Juan Carlos Paredes Montenegro; y de fs. 19 a 20 vta., acta de audiencia de
cesación a la detención preventiva y Auto Interlocutorio 290/2011, pronunciada por el Juez
Primero de Instrucción, por el que, rechaza la solicitud del ahora accionante, considerando la
concurrencia de los siguientes riesgos procesales: peligro de fuga conforme al art. 234.6 y
peligro de obstaculización conforme al art. 235.1 del CPP.
II.4. A fs. 21 vta., cursa memorial de apelación interpuesto por Juan Carlos Paredes Montenegro
contra el Auto Interlocutorio 290/2011, Resolución que rechaza la solicitud de cesación a la
detención preventiva y a fs. 23 y 24 se encuentra el Auto de 29 de diciembre de 2011, por el que
se confirma el fallo apelado, pronunciado por los ahora demandados.
El accionante, arguye que se encuentra ilegalmente detenido, cuando por el contrario procedía la
cesación de su detención preventiva, toda vez que, el otro coimputado por el mismo delito, con
idénticos antecedentes, dentro del proceso penal fue favorecido por el mismo Tribunal con
medidas sustitutivas a la detención preventiva.
En consecuencia, corresponde en revisión verificar si tales extremos son evidentes, a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
El art. 23.I de la CPE, determina:” Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal.
La libertad personal solo podrá ser restringida en los límites señalados por ley, para asegurar el
descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales”; y, el art.
13.I de la Ley Fundamental, dispone que: “Los derechos reconocidos por esta Constitución son
inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber
de promoverlos, protegerlos y respetarlos”.
Asimismo, la Declaración Universal de Derechos Humanos, instrumento que forma parte del
bloque de constitucionalidad, en su art. 3 determina: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona”.
De igual forma, el art. 8 de la misma Declaración establece: “Toda persona tiene derecho a un
recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”.
Por su parte, el art. 125 de la CPE, establece: “Toda persona que considere que su vida está en
peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir de manera oral o escrita, por sí o por
cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución
indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”.
activados previamente por el o los interesados o afectados; en éstos casos, la acción de libertad
operará solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse
agotado estas vías específicas.
De lo expuesto precedentemente, debe establecerse que en caso de existir norma expresa que
prevea mecanismos intraprocesales efectivos y oportunos de defensa de estos derechos
fundamentales, deben ser utilizados previamente antes de activarse la tutela constitucional,
aspecto que se encuentra enmarcado en los mandatos insertos en los arts. 8 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Previamente, antes de ingresar al análisis del caso, corresponde hacer referencia al alcance que
ha establecido el Tribunal Constitucional con respecto a la valoración de la prueba, en las
solicitudes de cesación a la detención preventiva; estableciendo que es una atribución privativa
del juez que ejerce el control jurisdiccional o del que conoce la causa en sus diferentes instancias
y siendo atribución exclusiva de la jurisdicción ordinaria, en una acción de libertad, no le
corresponde al juez de garantías, ni mucho menos al Tribunal Constitucional realizar una nueva
valoración de las prueba, empero, excepcionalmente la jurisdicción constitucional puede realizar
la valoración siempre y cuando se cumplan determinados presupuestos, siendo estos: “…cuando
en dicha valoración a) exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad
previsibles para decidir (SC 0873/2004-R y 0106/2005-R, entre otras), o b) cuando se haya
omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia de la lesión de derechos
fundamentales y garantías constitucionales (SC 0129/2004-R, de 28 de enero)…”, líneas
jurisprudenciales reiteradas por las SSCC 0965/2006-R y 0222/2010 de 31 de mayo, entre otras.
0Sentencias mencionadas precedentemente, sólo en el caso de cumplirse los presupuestos
señalados, puede operar el control de constitucionalidad para la restitución de los derechos
vulnerados, entre tanto, no concurran los mismos, el Tribunal no puede realizar una valoración
probatoria, de lo contrario, se convertiría en una instancia casacional o de revisión ordinaria
(entendimiento asumido en la SC 1926/2010-R de 25 de octubre).
Asimismo, siendo que la valoración de la prueba es una facultad privativa de las autoridades
judiciales de la jurisdicción ordinaria; en virtud a los principios de legalidad e inmediación, los
mismos que orientan tanto su incorporación como su ponderación, no se puede rehacer éste
equilibrio (en el caso de darse algunos de los presupuestos señalados) a través de la simple
lectura de actas, por cuanto llevarían a incurrir en subjetivismos, así la SC 0779/ 2011-R de 20
de mayo
En el presente caso, tal como se evidencia de las conclusiones y antecedentes, se tiene que el
Juez Primero de Instrucción cautelar, ha sido la autoridad que ha dispuesto la detención
preventiva del accionante en aplicación de los arts. 52.2, 221 y 233.1 y 2 del CPP en relación a
los arts. 234 numerales 1, 2, 6 y 235.1 y 2 del mismo cuerpo legal; así se evidencia del Auto
Interlocutorio 149/2011 de 13 de agosto.
Apelada esta Resolución, la Sala Penal Administrativa conformada por los ahora demandados,
confirmó el rechazo a la solicitud de cesación a la detención preventiva a través de la Resolución
de 29 de diciembre del 2011, bajo el argumento de que persiste el peligro de fuga, conforme lo
establecido por el art. 234.6 del CPP, así como el peligro de obstaculización por concurrir lo
establecido en el art. 235.1 del citado Código adjetivo.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00065-2012 -01-AL
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 02/2012 de 2 de febrero, cursante de fs. 190 a 195, pronunciada dentro
de la acción de libertad, interpuesta por Miguel Ángel Blancourt Aguirre en representación
sin mandato de José Andrade, Alex Ferreira Andrade, Marcio Silva Andrade y Marciel
Silva Andrade contra Jorge Castillo Muñoz Juez Noveno de Instrucción en lo Penal del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y, Betcy Padilla Rosado, Fiscal de Materia
de Sustancias Controladas.
Arguye que, a un año de su detención, de acuerdo a las actas de requisa personal señalan que
“no se encontraron elementos relacionados al tráfico de sustancias controladas, legitimación de
ganancias ilícitas y lavado de dinero” pese a ello, sin existir prueba alguna y sin conocer las
razones de su detención, fueron sometidos a un proceso penal indebido; donde no se cumplieron
las normas procesales señaladas en el Código de Procedimiento Penal, ya que habiendo
cumplido el plazo de la etapa preparatoria y al haber emitido la conminatoria para presentar el
requerimiento conclusivo, el Juez cautelar demandado, a solicitud extemporánea del Ministerio
Público, decidió ampliar el plazo de la etapa preparatoria, cuando éste ya se encontraba vencido
por más de nueve días.
También refiere que, ante esos vicios procesales, que atentan contra la garantía al debido
proceso y el derecho a la defensa, plantearon dos incidentes de defectos absolutos; sin embargo,
en la audiencia en que debieron considerar y resolver esos aspectos fueron suspendidas en cuatro
oportunidades debido a diferentes razones. En la primera oportunidad el Fiscal de Materia no
concurrió a la audiencia y se pretendió observar la acreditación del traductor que sus
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la acción de libertad y disponga a) Dejar sin efecto la Resolución 65/2011 de
21 de enero, que dispuso la detención preventiva de sus representados; b) Dejar sin efecto la
providencia de 30 de julio de 2011, mediante la cual el Juez demandado dispuso la ilegal
ampliación de la etapa preparatoria; y, c) Encontrándose abundantemente vencido el plazo de la
etapa preparatoria, sin que el Ministerio Público haya presentado su requerimiento conclusivo,
disponer que sus representados sean puestos en libertad de forma inmediata al término de la
audiencia de consideración de la presente demanda.
Celebrada la audiencia pública el 2 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
178 a 189 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
que fue aprobada violando el art. 134 del CPP, que señala que sólo se autoriza la ampliación
para la aplicación de los delitos de organización criminal.
Por su parte, Betcy Padilla Rosado, Fiscal de Materia en audiencia pública señaló que: a) El
Ministerio Público conforme corresponde a ley solicitó la aplicación de medidas cautelares de
carácter procesales contra los imputados hoy accionantes, donde el Juez Noveno de Instrucción
en lo Penal valoró todos los elementos de prueba que motivaron la detención preventiva de los
imputados y de los otros co-imputados que fueron puestos a conocimiento del Juez cautelar; b)
La defensa de los imputados manifestó que en la audiencia de medidas cautelares se vulneraron
sus derechos y garantías constitucionales, por no haberse designado un traductor e intérprete del
idioma portugués a favor de sus representados. Hecho que no es evidente, por cuanto la
Resolución 65/2011 de medidas cautelares a la cual hizo mención su abogado es la misma e
indica claramente la participación que tuvo Claudia María Martínez Villa, en su condición de
interprete y sobre el conocimiento del idioma portugués para servir a los imputados hoy
accionantes y transmitirles lo que acontecía en la presente actuación; por lo que, dentro de los
cuadernos de control jurisdiccional, están ampliamente transcritos, con lo que se desvirtúa la
aseveración en sentido de que no había un “intérprete” en esa audiencia; c) Al momento de
hacer las declaraciones informativas policiales en la FELCN, la Fiscal Yhilka Hinojosa, tomó la
precaución de cumplir con el art. 10 del CPP, toda vez que se designó como traductor interprete
a Zenón Urquiza Nina, quien después de informarles el motivo de su aprehensión, se acogieron
al derecho del silencio tal cual señala el art. 92 y ss. del CPP, pese a encontrarse con la presencia
de su intérprete traductor como de su abogado defensor, por lo que no se vulneró ningún derecho
y/ó garantía constitucional.
I.2.3. Resolución
finalizó con la orden de la detención preventiva de los accionantes, se señala que en ese actuado
procesal no se hubiera nombrado un intérprete, empero de la revisión del acta de audiencia de
medidas cautelares de 21 de enero de 2011, se tiene que el Juez Noveno de Instrucción en lo
penal designo como traductora o interprete a Claudia María Martínez Villa, asimismo de las
actuaciones procesales se establece claramente que la parte accionante no hizo uso del recurso
de apelación que se encuentra previsto en el art. 251 de la CPP, donde podía impugnar y objetar
la supuesta falta de designación de intérprete de los accionantes; 3) Al respecto y con relación a
la subsidiariedad que rige a la acción de libertad, la decantada jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, en lo específico las SSCC 0160/2005-R; 0080/2010-R; 2198/2010-R;
0692/2001-R entre otras, señala que cuando la norma procesal ordinaria de manera específica
prevea medios de defensa eficaces y oportunos para resguardar el derecho a la libertad
supuestamente lesionado, estos deben ser utilizados previamente. El recurso previsto en el art.
251 del CPP, dada su configuración procesal, es un recurso idóneo e inmediato de defensa
contra supuestas lesiones y restricciones al derecho a la libertad de los imputados, en el que el
Tribunal superior tiene oportunidad de corregir en su caso, los errores del inferior invocados en
el recurso, es idóneo porque es el recurso adecuado, apropiado, establecido expresamente en la
ley para impugnar las medidas cautelares que vulneren el derecho a la libertad del imputado, en
ocasión de la aplicación de las medidas cautelares. En ese sentido y en coherencia con la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional, se tiene que la parte accionante como se mencionó
anteriormente, no interpuso el recurso de apelación previsto en el art. 251 del CPP, que es el
mecanismo rápido e idóneo para precautelar la libertad de las personas, no siendo esta acción
tutelar extraordinaria sustitutiva de los recursos ordinarios que franquea la ley, no existiendo
lesión al debido proceso cuando es el imputado su defensa los que voluntariamente generan su
indefensión. Sobre este punto, también se observa que la autoridad que dispuso la detención
preventiva de los accionantes fue Rolando Sarmiento Tórrez, Juez Noveno de Instrucción en lo
Penal y no así Jorge Castillo Muñoz, quien no tiene legitimación pasiva para ser demandado; 4)
En relación al otro acto ilegal que acusa la parte accionante, es decir la supuesta ampliación
ilegal de la etapa preparatoria, de igual manera el Tribunal Constitucional a través de las SSCC
0478/2002-R; 0625/2005-R; 1351/2005-R; 2397/2010-R entre otras, ha establecido que ante
problemáticas en las que se denuncia procesamiento y detención indebidas por no haberse
declarado la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso o la extinción de la
acción penal por prescripción, su análisis no puede efectuarse a través de la acción de libertad, al
constituir una problemática que no se encuentra directamente vinculada con el derecho a la
libertad de locomoción, por no operar como causa de su restricción, y que al ser un extremo que
se encuentra vinculada con la garantía del debido proceso, la parte afectada puede acudir ante la
jurisdicción constitucional con la interpretación del recurso de amparo constitucional, ahora
acción de amparo, una vez agotados los medios y recursos reconocidos en la jurisdicción
ordinaria. Es decir, en el caso en análisis la ampliación de la etapa preparatoria no tiene ninguna
vinculación directa- conforme señala la jurisprudencia del Tribunal Constitucional- con la
libertad de los ahora accionantes, ya que fue la Resolución del Juzgado Noveno de Instrucción
cautelar de 21 de enero de 2011 la que tiene vinculación directa con el derecho a la libertad, que
se reitera no fue apelada en la eventualidad que establece el art. 251 del CPP; y, 5) Con relación
a los incidentes de actividad procesal defectuosa que habría interpuesto la parte accionante, estos
no pueden ser resueltos o dilucidados a través de la acción de libertad, puesto que como señalo
su abogado defensor, dichas solicitudes se encuentran pendientes de resolución, pues las
audiencia señaladas para resolverlas fueron suspendidas por diferentes circunstancias, entre las
que se encuentran las recusaciones presentadas por la Fiscal de Materia, por lo que la presente
acción de libertad no se ajusta a los alcances y al espíritu del art. 125 de la CPE.
II. CONCLUSIONES
II.1. Cursa Resolución de aprehensión de 17 de enero de 2011, emitida por la Fiscal de Materia
Yhilka Hinojosa Fernández, contra Osman Céspedes Torres, Gerthy Céspedes Torres, Marcio
Silva Andrade, Alex Ferreira Andrade y Marciel Silva Andrade, dentro de la investigación por el
delito de Legitimación de ganancias ilícitas (fs. 3 a 5).
II.2. Actas de requisa personal realizado por Adrian Soliz Villarroel Oficial Investigador de la
FELCN el 21 de enero de 2011, contra Marcio Silva Andrade, Alex Ferreira Andrade, y Marciel
Silva Andrade, (fs. 6 a 8).
II.4. En audiencia de medidas cautelares del 21 de enero de 2011, el Juez Noveno en lo Penal,
en suplencia legal del Juzgado Octavo de Instrucción en lo Penal, dentro del proceso penal
seguido por el Ministerio Público contra Roque Cardozo Oliveira y otros, por el delito de
legitimación de ganancias ilícitas, dispuso mediante Resolución 65/2011, la detención
preventiva en el penal de San Pedro contra Osman Céspedes Tórrez, Marcio Silva Andrade,
Alex Ferreira Andrade, Marciel Silva Andrade, José Andrade, Gerthy Céspedes Tórrez, Hena
Céspedes Torrez, Wanda Torrez de Céspedes y Guadalupe Ardaya Pereira de Shorts (fs. 39 a
59)
II.10. El 2 de febrero de 2012, Jorge Castillo Muñoz, Juez Noveno de Instrucción en lo Penal,
presentó informe escrito, donde señaló que el proceso caratulado como Ministerio Público
contra Roque Cardozo y otros, por el delito de legitimación de ganancias ilícitas, fue radicado en
el juzgado a su cargo el 25 de enero de 2012, emergente de una demanda de recusación
planteada por Betty Padilla Rosado, Fiscal de Materia, en contra del Juez Octavo de Instrucción
en lo Penal -Orlando Rojas-, “autoridad que rechazo la misma y dispuso la aplicación del art.
320 del CPP, ordenando que pasen obrados al juzgado siguiente en número” (fs. 177).
De otro lado, la misma sentencia constitucional citada supra, estableció aquellas circunstancias
en las que por el daño inminente e irreparable no es posible aplicar los supuestos anteriores, y
corresponde ingresar al análisis de fondo, ello en virtud a la naturaleza jurídica, finalidad y los
derechos tutelados por esta acción de defensa, los mismos son:
a) Cuando está en peligro el derecho a la vida a causa de la lesión al derecho a la libertad por
la persecución, procesamiento o detención indebidos.
b) Al haber privación de libertad y evidente negligencia o dilación por parte de las autoridades
que rigen la actividad procesal penal, -por ejemplo si fijan audiencias de consideración con
plazos no razonables, la injustificada suspensión, entre otras circunstancias
Del análisis de los datos procesales que cursan en obrados se establece que los imputados hoy
accionantes fueron objeto de detención preventiva ordenada por el Juez Noveno en lo Penal, en
suplencia legal del Juzgado Octavo de Instrucción en lo Penal, como resultado del proceso penal
seguido por el Ministerio Público por la presunta comisión del delito de legitimación de
ganancias ilícitas, en el que la Fiscal de Materia Yhilka Hinojosa Fernández, presentó
imputación formal y solicitud de aplicación de medidas cautelares; asimismo, se evidencia que a
fin de evitar la indefensión de los imputados de nacionalidad brasilera, de acuerdo al acta el Juez
Noveno de Instrucción en lo Penal, éste designo y tomó juramento como traductora a Claudia
María Martínez Villa; empero, los actos irregulares que se reclaman no fueron expuestos o
reclamados al Juez cautelar, como tampoco se recurrió de apelación conforme a lo previsto por
el primer párrafo del art. 251 del CPP, que a la letra dice: “La resolución que disponga,
modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el
término de setenta y dos horas”; donde podía impugnar y objetar la supuesta falta de traductor o
traductora.
Por otra parte, se tiene también que la ampliación de la etapa preparatoria y todo el trámite se
hizo bajo la conducción de Rolando Sarmiento, Juez Noveno de Instrucción en lo Penal con
suplencia legal, contra quien no se interpuso la presente demanda, por lo que no es procedente
dirigir la acción de libertad contra Jorge Castillo Muñoz, Juez Noveno de Instrucción en lo
Penal, quien asumió jurisdicción y competencia recién desde el 25 de enero de 2012, por lo que
se le exime de cualquier tipo de responsabilidad.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00021-2012-01-AL
Departamento: Cochabamba
En revisión la Resolución de 18 de enero de 2012, cursante de fs. 101 a 104, pronunciada dentro
de la acción de libertad, interpuesta por Julio Antonio Uzquiano Howard contra Javier Pérez
Colque, Juez Sexto de Instrucción en lo Penal; y Ever Richard Veizaga Ayala y Gina Luisa
Castellón Ugarte, Vocales de la Sala Penal Segunda, todos del Tribunal Departamental de
Justicia de Cochabamba.
Refiere que, el recurso de apelación incidental fue resuelto por la Sala Penal Primera, por Auto
de Vista de 19 de septiembre 2011, el cual confirmó el Auto de 25 de abril de ese año, en
relación a las medidas cautelares de carácter real, disponiendo que la Jueza Primera de
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 18 de enero de 2012, en presencia del accionante asistido por
su abogado patrocinante y del Juez demandado; ausentes los Vocales codemandados y el
representante del Ministerio Publico, según consta en el acta cursante de fs. 99 a 100 vta., se
produjeron los siguientes actuados:
Javier Pérez Colque, Juez Sexto de Instrucción en lo Penal, a través de informe escrito cursante
de fs. 97 a 98 y en audiencia, afirmó: a) El 15 de octubre de 2011, asumió como titular del
Juzgado Sexto de Instrucción Penal, tomando conocimiento del proceso que se le sigue al
accionante; b) Dicha causa, tiene pliego acusatorio formal por la presunta comisión de delito de
estafa y otros, mismo que fue saneado y posteriormente remitido al Tribunal Primero de
Sentencia, el 27 de julio de ese año; sin embargo, esta instancia dispuso la devolución de
actuados al Juzgado de origen, cuya autoridad -entonces en suplencia- nuevamente ordenó la
remisión de antecedentes ante el referido Tribunal, aclarando que hasta el 14 de octubre del
mismo año, el Juzgado del que es titular aún se encontraba en acefalia; c) Aclaró que, Julio
Antonio Uzquiano Howard fue detenido preventivamente por Resolución de 23 de septiembre
de 2010, emitida por la entonces Jueza Sexta de Instrucción en lo Penal. Posteriormente,
mediante proveído de 25 de abril del 2011, la Jueza Primera de Instrucción en lo Penal, en
suplencia del Juzgado Sexto, suspendió la audiencia de cesación de detención preventiva;
Resolución contra la cual, el accionante interpuso recursos de reposición y apelación, última que
fue resuelta por la Sala Penal Primera, anulando obrados y disponiendo la remisión de
antecedentes ante el Juzgado Sexto, que resolvió aceptando la reposición, a través de Resolución
de 12 de noviembre de ese mismo año y, en consecuencia, señaló audiencia para el 22 de igual
mes y año; d) Llevado a cabo dicho acto procesal, se dejó sin efecto la Resolución de 25 de abril
de 2011, sobre la cual la parte querellada sustentó el argumento de su solicitud de cesación; y, e)
La aplicación de medidas cautelares, se sustentó en “el tenor de los riesgos procesales”, con la
finalidad de resguardar la seguridad jurídica, por lo que no se vulneró derecho alguno.
Gina Luisa Castellón Ugarte y Ever Richard Veizaga Ayala, Vocales de la Sala Penal Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, mediante informe escrito cursante de fs.
62 a 63, indicaron lo siguiente: 1) A través del Auto de Vista de 12 de enero de 2012,
confirmaron la Resolución pronunciada por el Juez a quo, quien rechazó la solicitud de cesación,
con el fundamento que el imputado -ahora accionante- no desvirtuó los peligros procesales
concurrentes; 2) En ese orden, respecto al trabajo, no presentó prueba alguna que demuestre una
ocupación lícita y cuente con un domicilio; 3) Referente a peligro de obstaculización, la defensa
no acompañó elementos que desvirtúen dicho presupuesto; 4) Con relación al reclamo de
aprehensión ilegal, al no haber sido reclamado en su oportunidad, el Tribunal de alzada no pudo
considerar dicha circunstancia porque correspondía a la autoridad judicial inferior ejercitar el
control jurisdiccional de acuerdo art. 54.1 del CPP; y, 5) El accionante, no agotó mecanismos
ordinarios de impugnación al no denunciar oportunamente la presunta aprehensión ilegal, por lo
que solicitaron se deniegue la tutela y sea con costas.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. El 21 de mayo de 2010, la Fiscal de Materia imputó formalmente a Julio Antonio Uzquiano
Howard, por el presunto delito de estafa agravada, solicitando su detención preventiva conforme
a la previsión legal prevista por los arts. 233.1 y 2, 234.1.2 y 5 y 235.1.2 y 4 del CPP (fs. 70 a
72).
II.2. De fs. 6 a 13, cursa el acta de audiencia pública de aplicación de medidas cautelares de 23
de septiembre de 2010, celebrada ante la Jueza Sexta de Instrucción en lo Penal, que concluyó
en disponer la detención preventiva del imputado -Julio Antonio Uzquiano Howard- en el penal
de “San Sebastián” de Cochabamba.
II.3. Julio Antonio Uzquiano Howard, por memorial presentado el 14 de octubre de 2010,
solicitó la cesación de su detención preventiva, alegando la existencia de nuevos elementos de
juicio que demuestran que no concurren los motivos que dispusieron la restricción de su libertad
(fs. 80 a 82 vta.).
II.4. Del acta de audiencia pública de 25 de abril de 2011, destaca que la Jueza Primera de
Instrucción Penal, en suplencia legal de su similar Sexto, dispuso “sin lugar a considerar la
cesación” (sic) interpuesta por el imputado Julio Antonio Uzquiano Howard, señalando que de
la revisión de los antecedentes referidos al acta y Resolución de aplicación de medidas
cautelares de 23 de septiembre de 2010, en su redacción no se habría observado lo previsto en el
art 236.3 del CPP, por cuanto no constarían de manera expresa los fundamentos que dieron lugar
a la detención preventiva (fs. 14 y vta.).
II.5. Posteriormente, por memorial de 7 de mayo de 2011, Julio Antonio Uzquiano Howard
interpuso recurso de reposición contra el proveído de 25 de abril de 2011, haciendo constar que
no se podía suspender la audiencia, más aún, habiendo constatado que la Resolución que
determinó su detención preventiva carecía de fundamentación jurídica; por lo que solicitó a la
Jueza Sexta de Instrucción en lo Penal, revoque dicho proveído y señale nuevo día y hora de
audiencia (fs. 84 y vta.). Simultáneamente y a través de otro escrito, planteó apelación incidental
contra el acta y el indicado proveído (fs. 85); ante lo cual, la Jueza mediante decreto de 10 de
mayo de ese año, dispuso que el impetrante esté “a lo determinado mediante memorial de 7 de
abril del año en curso con referencia a la apelación incidental planteado por esta parte respecto
al proveído de fecha 25 de abril de 2011” (sic) (fs. 21).
II.6. Por Auto de Vista de 19 de septiembre de 2011, la Sala Penal Primera, confirmó la
Resolución de 25 de abril de ese año, en relación a la medida cautelar real impuesta a Julio
Antonio Uzquiano Howard; y respecto a la providencia de la misma fecha, anuló obrados,
disponiendo al Juez a quo resuelva el recurso de reposición planteado en función al art. 402 del
CPP (fs. 15 a 16 vta.).
II.8. Julio Antonio Uzquiano Howard, por memorial presentado el 25 de noviembre de 2011,
interpuso apelación incidental contra la Resolución de 22 de ese mes y año (fs. 36 a 38); recurso
que fue resuelto por la Sala Penal Segunda, mediante Auto de Vista de 12 de enero de 2012, por
el que se declaró improcedente el recurso planteado y confirmó la Resolución impugnada (fs. 59
a 61 vta.).
septiembre de 2011, referido a la nulidad del proveído 25 de abril de ese año, alegando
incompetencia y ordenando se lleve a efecto la audiencia de consideración de cesación de
detención preventiva, legalizando la Resolución ilegal de detención preventiva; aspecto que fue
igualmente convalidado por los Vocales codemandados, quienes señalaron que no se habría
aportado nuevos elementos para desvirtuar los riesgos procesales. En consecuencia, corresponde
determinar si los hechos demandados son evidentes, a fin de conceder o denegar la tutela
solicitada.
De acuerdo a los datos que informa el proceso, el accionante considera lesionado su derecho a la
libertad, por cuanto estando detenido preventivamente, desde el 23 de septiembre de 2010, a
consecuencia del proceso penal seguido en su contra por el Ministerio Público, por el supuesto
delito de estafa agravada, con la agravante del art. 346 BIS del CP, el 14 de octubre del mismo
año, solicitó la cesación de su detención preventiva a la Jueza Primera de Instrucción en lo
Penal, quien se encontraba en suplencia del titular ahora demandado, audiencia pública que si
bien fue instalada el 25 de abril de 2011; es decir, luego de casi seis meses, no fue llevada a
cabo, alegándose una supuesta dilación en la tramitación de la audiencia de cesación a la
detención preventiva, aspecto que no puede ser compulsado mediante la presente acción tutelar,
por cuanto la autoridad que conoció inicialmente dicha solicitud, no fue demandada a través de
esta acción.
Ahora bien, respecto a que instalada la audiencia en la fecha referida, la Jueza a cargo del
control jurisdiccional, en vez de tramitar y resolver la solicitud de cesación a la detención
preventiva, determinó en dicho acto procesal -mediante decreto de 25 de abril de 2011- que no
consideraría la cesación, afirmando que de la revisión del acta y Resolución de aplicación de
medidas cautelares de 23 de septiembre de 2010, no se habría observado lo previsto por el art.
236.3 del CPP, -es decir, que carecería de fundamentación-, ante lo cual el accionante por
memorial de 7 de mayo de 2011, interpuso recurso de reposición contra dicho proveído,
haciendo constar que no debía suspenderse la audiencia, más aún al advertirse que su detención
preventiva carecía de fundamentación jurídica; lo que suscitó que pida a esa autoridad, revoque
el decreto y señale nuevo día y hora de audiencia. De la misma manera, por memorial de la
referida fecha, planteó apelación incidental contra el mismo proveído; en respuesta a dicha
solicitud, la Jueza de Instrucción en lo Penal, mediante decreto de 10 de ese mes y año, dispuso
que se esté a lo determinado mediante memorial de 7 de abril del mismo año, con referencia a la
apelación incidental planteada respecto al proveído de 25 de abril de 2011.
Respecto a los supuestos actos ilegales cometidos por los Vocales de la Sala Penal Primera,
ahora demanda, dichas autoridades circunscribieron su actuar a resolver el recurso de apelación
de la Resolución que rechazó la solicitud de cesación a la detención preventiva, verificando el
cumplimiento de lo previsto por el art. 239 del CPP, por lo que igualmente dichas autoridades no
lesionaron los derechos del accionante.
POR TANTO
Por memorial presentado el 9 de enero de 2012, cursante de fs. 13 a 15, la accionante expone los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
La accionante, manifiesta que en el proceso penal seguido por Freddy Zambrana Espinoza
contra José Alfonso Antezana Cornacchia, ante el Tribunal Segundo de Sentencia, por los
delitos de falsedad material, ideológica y uso de instrumento falsificado, previsto en los arts.
198, 199 y 203 del Código Penal (CP), se dictó sentencia condenatoria, con la pena privativa de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 194
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Manifiesta que, debido a un descuido involuntario que incurrió, no tramitó el beneficio que la
ley penal le otorga, de conformidad al art. 105 inc. 2) del CP, por lo cual la pena impuesta a José
Alfonso Antezana Cornacchia ha prescrito el 1 de agosto de 2010, dado que fue notificado con
la sentencia condenatoria el 1 de agosto de 2003, descuido que corrigió al haber presentado el 23
de diciembre de 2011, la solicitud de prescripción de la pena ante el tribunal referido; el 27 de
diciembre del mismo año, dicho tribunal dispone se imprima el trámite de ley dispuesto por el
art. 314 del Código de Procedimiento Penal (CPP).
Refiere que, el 28 de diciembre de 2011, personas ajenas al fenecido proceso penal, solicitan al
tribunal señalado, se expida mandamiento de condena en su contra, el mismo día
sorprendentemente y con celeridad, se emite el auto que dispone la emisión de dicho
mandamiento de condena, lo cual sería violatorio de derechos y garantías constitucionales,
además “este caso tendría un solo nombre tráfico de influencias” (sic).
La accionante alega la vulneración de los derechos a la libertad y al efecto cita los arts. 23 de la
Constitución Política del Estado (CPE); 7.3 y 8.2 de la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos; y 14. 3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 10 de enero de 2012, según consta en el acta, cursante de fs. 25
a 26 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Heiddy Zapata Montaño, Jueza Segunda del Tribunal de Sentencia no presentó informe escrito y
en audiencia indicó: 1) No se puede pretender realizar actos que recaen en la duplicidad de las
resoluciones, siendo que existe el medio jurisdiccional idóneo para poder resolverlos, y no es la
acción de libertad la vía para restituir el derecho a la libertad; 2) El mandamiento de condena se
emite en mérito a una sentencia condenatoria ejecutoriada, de manera que no se puede alegar
violación del derecho a la libertad, ni lesión al debido proceso; 3) Refiere también, que se
confunde los términos de ilegal e indebido por la emisión del mandamiento de condena, este es
emitido de forma legal ya que responde a una sentencia con calidad de cosa juzgada; 4)
Respecto a la solicitud de la extinción o prescripción de la pena, está en trámite y pendiente de
resolución; y 5) Pide se deniegue la solicitud de acción de libertad y finalmente aclara que el
mandamiento de condena es emitido conforme al art. 122 del CPP estando debidamente
ejecutado el mismo.
En audiencia la representante del Ministerio Público manifestó: i) Conforme establece el art. 184
del CP, la Jueza tenía la obligación de hacer cumplir la condena al tener la sentencia
condenatoria ejecutoriada, por lo que su actuar es correcto, y ii) No se ha vulnerado ningún
derecho fundamental, menos aún el derecho a la libertad de José Alfonso Antezana Cornacchia.}
I.2.4. Resolución
Concluida la audiencia, José Pompilio Coca Sejas, Juez Cuarto de Sentencia del Tribunal
Departamental de Justicia de Cochabamba, constituido en Juez de garantías, pronunció
Resolución de 10 de enero de 2012, cursante de fs. 26 vta. a 29 vta., por la que denegó la tutela
en parte, dejando constancia de la existencia de resoluciones pendientes que tienen que ser
resueltas por la autoridad demandada, tomando en cuenta los plazos previstos en el art. 314 con
referencia al 315 del CPP, con los siguientes fundamentos: a) Las resoluciones pendientes en la
vía ordinaria deben ser agotadas porque conciernen en forma inmediata la libertad de las
personas; b) Existiendo sentencia condenatoria, la autoridad demandada está en la obligación
ineludible de hacer cumplir, sin perjuicio de que el representado de la accionante tiene ejercitado
el derecho que le asiste en resguardo a su libertad; c) Conforme refiere la accionante, la
prescripción de la pena se ha cumplido el 1 de agosto de 2010, sin embargo; este descuido o
negligencia no es atribuible a la administración de justicia, empero esta situación debe ser
resuelto por el juez ordinario que conoce la causa; y d) En el caso concreto la acción de libertad
no puede considerarse como un aspecto subsidiario, lo contrario como ya se fundamentó, sería
duplicidad de resoluciones en perjuicio de la unidad jurisdiccional como del accionante.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones,
que se señalan seguidamente:
II.1. Dentro del proceso penal seguido por Freddy Zambrana Espinoza contra José Alfonso
Antezana Cornacchia, por los delitos de falsedad material e ideológica y otro, el referido
condenado mediante memorial sin fecha, plantea prescripción de la pena, por haber transcurrido
8 años, 4 meses y 23 días, por lo que pide al Tribunal que conoce la causa, dictar resolución
correspondiente a su favor. fs. 3 a 4 vta.
II.2. A fs. 5, cursa decreto de 27 de diciembre de 2011, emitido por el referido Tribunal de
Sentencia, señalando que la solicitud de la prescripción de la pena, “se ponga a conocimiento de
las partes”, para su tramite conforme al art. 314 del CPP.
II.4. A fs. 11 cursa mandamiento de condena, emitido por la Jueza Segunda del Tribunal de
Sentencia, ahora demandada.
Conforme señala la Constitución Política del Estado, cuando toda persona considere que su vida
se encuentra en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o
privada de libertad personal, podrá interponer acción de libertad y acudir, de manera oral o
escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier
juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la
persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la
libertad (art. 125 CPE).
La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), instrumento que forma parte del
bloque de constitucionalidad, en su art. 3 determina: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona”; y, el art. 8 de la misma DUDH establece: “Toda
persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o
por la ley”; criterio también recogido por el art. 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.
Por lo señalado, la acción de libertad, procederá de forma directa, sólo si los medios legales
ordinarios no son los adecuados e idóneos para reparar de forma inmediata y eficaz el derecho a
la libertad ilegalmente restringido.
Bajo ese entendimiento, esta última Sentencia estableció sub reglas para determinar la existencia
de medios efectivos y oportunos de defensa de los derechos que se encuentran bajo la protección
del recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, conforme al siguiente sentido:
Bajo esa óptica, la SC 1668/2004-R, de 14 de octubre, expresó que a través del recurso de
habeas corpus, ahora acción de libertad, no se pueden examinar: “…actos o decisiones del
recurrido que no estén vinculados a los derechos a la libertad física como a la libertad de
locomoción, como tampoco supuestas irregularidades que impliquen procesamiento indebido
que no hubieran sido reclamadas oportunamente ante la autoridad judicial competente, pues si
bien este recurso no es subsidiario, no puede ser utilizado para salvar la negligencia de la parte
recurrente”.
proceso, a través de los medios y recursos que prevé la ley, y sólo agotados éstos, se podrá
acudir ante la jurisdicción constitucional a través del recurso de amparo constitucional, que,
como se ha señalado, es el recurso idóneo para precautelar las lesiones a la garantía del
debido proceso; a no ser que se constate que a consecuencia de las violaciones al debido
proceso invocadas, se colocó al recurrente en absoluto estado de indefensión, lo que no le
permitió impugnar los supuestos actos ilegales y que recién tuvo conocimiento del proceso al
momento de la persecución o la privación de la libertad” (las negrillas nos corresponden).
A la vez, conforme a lo señalado precedentemente, las lesiones al debido proceso están llamadas
a ser reparadas por los mismos órganos jurisdiccionales que conocen la causa, lo que implica
quien ha sido objeto de esa lesión, debe pedir la reparación a los jueces y tribunales ordinarios,
asumiendo activamente su rol dentro del proceso, a través de los medios y recursos que prevé la
ley, y sólo agotados éstos, se podrá acudir ante la jurisdicción constitucional a través del recurso
de amparo constitucional, que, como se ha señalado, es el recurso idóneo para precautelar las
lesiones a la garantía del debido proceso; a no ser que se constate que a consecuencia de las
violaciones al debido proceso invocadas, se colocó al accionante en absoluto estado de
indefensión, lo que no le permitió impugnar los supuestos actos ilegales y que recién tuvo
conocimiento del proceso al momento de la persecución o la privación de la libertad.
En el presente caso, no es posible ingresar al análisis de fondo, toda vez que existen medios
legales de defensa por la jurisdicción ordinaria respecto al planteamiento de la prescripción de la
pena, conforme al art. 106 del Código Penal (CP) modificado por la Ley 1970.
Consecuentemente, corresponde que previamente se agoten los mecanismos ordinarios para el
restablecimiento del derecho a la libertad presuntamente infringido, en el entendido que la
presente garantía jurisdiccional se rige excepcionalmente por el principio de subsidiaridad.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00035-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 11 de enero de 2012, a horas 17:45, cursante de fs. 3 a 4 vta., el
accionante expone los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Ambos medios legales pasaron a conocimiento de la Sala Penal Primera, que en lugar de fijar un
solo acto procesal para resolver las apelaciones, señaló dos audiencias para las “3:20 y 3:30 de la
tarde” (sic), conculcando el principio de concentración.
A más de esta transgresión al debido proceso, el accionante afirma que recusó a la autoridad
codemandada -Virginia Janeth Crespo Ibañez-, por tener íntima relación con la parte querellante
en el proceso penal e instó que en un solo acto se resuelva la impugnación interpuesta contra la
Resolución de 11 de abril de 2011; sin embargo, la referida Vocal optó por continuar la
audiencia de apelación de medidas cautelares, con el único fin de restringirle su libertad.
I.1.3. Petitorio
Por representación de la misma fecha (fs. 34), el Oficial de Diligencias de la Sala Penal Tercera,
indicó que la Presidenta de la Sala Civil Primera se negó a ser notificada con el decreto de
convocatoria, indicando que según el registro correspondiente de la auxiliatura de Salas Civiles,
no era su turno para conocer la causa; extremo que fue comprobado, siendo el turno de
notificación al Presidente de su similar Segunda, respecto a quien tampoco pudo efectivizarse la
diligencia, puesto que alegó tener impedimento constitucional para tomar conocimiento de la
presente acción de libertad.
Consecuencia de lo anterior, el referido Vocal de la Sala Penal Tercera, convocó a Félix Peralta
Peralta -Vocal de la Sala Civil Cuarta-, a efectos de conformar quórum y resolver las excusas
formuladas por los Presidentes de las Salas Penales Segunda y Tercera; en ese orden, por
Resolución 09/2012 de 16 de enero, en consideración de los antecedentes y normativa procesal
aplicable, la Sala Penal Tercera declaró legales las excusas planteadas por estas autoridades,
disponiendo su separación en la presente acción.
De la relación que antecede y advertido que el trámite respecto a las excusas planteadas fueron
llevadas conforme a derecho, la Sala Penal Tercera se constituyó en Tribunal de garantías de la
presente acción de libertad, con la intervención de Ángel Arias Morales -Vocal de dicha Sala- y
Félix Peralta Peralta -Vocal de la Sala Civil Cuarta-, celebrándose la audiencia pública de
consideración de la acción, el 17 de enero de 2012, en presencia del abogado patrocinante de
Hugo Paz Lavadenz, la parte demandada y del representante del Ministerio Público; ausente el
accionante, según consta en el acta cursante de fs. 64 a 69, produciéndose los siguientes
actuados:
Los miembros de la Sala Penal Primera, a través del informe escrito que cursa de fs. 61 a 63 y en
audiencia, manifestaron lo siguiente: 1) El procesado interpuso recusación contra la vocal
demandada, amparado en los incs. 5) y 11) de art. 316 del CPP, más -por no incurrir en estas
causales- la recusada no se allanó; al respecto, en virtud al art. 321 segunda parte del mismo
Código corresponde el rechazo in límine de esta solicitud, disposición legal modificada por la
Ley 007 de 18 de mayo de 2010, además, conforme a la SC 1384/2004-R, se establece la
oportunidad y forma de presentar la recusación; 2) En aplicación de la normativa procesal y de
la jurisprudencia constitucional, se corroboró que el Juez a quo, no vulneró ninguna garantía ni
derecho del procesado; 3) Se determinó la admisibilidad del recurso por haber sido interpuesto
dentro del término de ley, declarando su improcedencia y confirmando la Resolución 558/2010,
misma que no causa estado; 4) Al señalar horas diferentes en la misma fecha de audiencias para
la Resolución de las apelaciones presentadas por el accionante, no se vulnera el principio de
concentración; 5) En estricto cumplimiento a las normas que rigen la materia y lo estipulado en
los arts. 250 y 124 del CPP, no se dispuso la detención preventiva, ni la detención domiciliaria
del accionante, por lo que no existe una detención indebida; y, 6) En el caso de autos, no se
conculcaron ni limitaron garantías constitucionales, correspondiendo denegar la tutela solicitada
y sea con costas.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, fungiendo como
Tribunal de garantías, dictó la Resolución 10/2012 de 17 de enero, cursante de fs. 70 a 72 vta.,
por la que denegó la tutela solicitada, con los siguientes fundamentos: i) Respecto al
procesamiento indebido, conforme a la SC 0619/2005-R de 7 de junio, debían concurrir dos
requisitos indispensables; por un lado, que existan actos lesivos y por otro, absoluto estado de
indefensión. En el caso de autos, el accionante no acreditó estos extremos, ni que exista
detención ilegal o indebida de parte de las autoridades demandadas; ii) Los argumentos
expuestos en el memorial y en la audiencia de la acción de libertad, resultan confusos y
contradictorios, más aún cuando se solicitó la nulidad de las resoluciones emergentes de las
audiencias de apelaciones de 11 de enero de 2012, sin consignar números y a cuál de ellas
corresponden; iii) El art. 125 de la CPE, determina la viabilidad de la acción de libertad cuando
se vulnera el debido proceso, siempre y cuando este principio se halle en estricta relación y
vinculado al valor supremo de la libertad, circunstancia que el accionante no acreditó; iv) El
rechazo de la recusación planteada contra la autoridad codemandada, no la inhabilita para
conocer el fondo y resolver la apelación de medida la cautelar; y, v) La “SC 745/2010”,
establece que el alcance de la acción de libertad, no comprende todas las violaciones al debido
proceso, sino a aquellas que afecten exclusivamente a la libertad.
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y el Ministerio de Gobierno
contra Hugo Paz Lavadenz, por la supuesta comisión del delito de terrorismo y otros, instalada
la audiencia de 11 de enero de 2012, el ahora accionante, interpuso recusación contra Virginia
Janeth Crespo Ibáñez, Presidenta de la Sala Penal Primera, haciendo referencia en los incs. 5 y
11 del art. 316 del CPP, autoridad que manifestó no incurrir en los mismos y rechazó in límine
dicho planteamiento en base a la modificación de la Ley 007, prosiguiéndose con la audiencia
(memorial de fs. 53 a 57; informe de los autoridades demandas, fs. 61 a 63).
II.2. Conforme lo señalado en el informe de los miembros demandados de la Sala Penal Primera
y ratificado por el abogado del accionante en audiencia, Hugo Paz Lavadenz se encuentra con
detención domiciliaria en la ciudad de Santa Cruz (fs. 61 a 63; 64)
que correspondían resolverse en un solo acto procesal; sumándose que, a pesar de haber
presentado recusación contra la Presidenta de la Sala Penal Primera, en base a una causal
sobreviniente, la misma instaló la audiencia y continuó con los actos hasta pronunciar
Resolución sin la debida fundamentación, con el único fin de ratificar la aplicación de su
detención preventiva dispuesta por el Juez a quo. En consecuencia, corresponde en revisión,
verificar si tales extremos son evidentes, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
Bajo este entendimiento, queda claro que a consecuencia de la lesión invocada, corresponde -
a la parte accionante- demostrar que fue puesta en un evidente estado de indefensión
absoluto, privada de impugnar los actos lesivos dentro del proceso y que recién tuvo
conocimiento del mismo a momento de la persecución o privación de libertad; en razón que la
tutela otorgada por la jurisdicción constitucional a través de esta acción, requiere de certeza
al respecto, para abrir su competencia e ingresar al análisis de fondo de lo denunciado” (las
negrillas fueron añadidas).
De la revisión de la problemática planteada, se tiene que Hugo Paz Lavadenz denuncia a través
de esta acción, que las autoridades demandadas vulneraron sus derechos al juez natural,
imparcial e independiente y al debido proceso, por cuanto el 11 de enero de 2012, se señalaron
dos audiencias respecto a las apelaciones interpuestas por el accionante dentro del proceso penal
seguido en su contra, por el supuesto delito de terrorismo y otros, vulnerando de esta manera el
principio de concentración procesal.
De igual manera refiere que, en base a una causal sobreviniente formuló recusación de la
Presidenta de la Sala Penal Primera -quien era la autoridad que debía conocer junto a otro Vocal,
en apelación la Resolución que dispuso su detención preventiva-; sin embargo, la Juzgadora
rechazó in límine la recusación y en aplicación del art. 321 del CPP, modificado por la Ley 007
de 18 de mayo de 2010, celebró la audiencia y dictó Resolución.
Conforme lo relacionado precedentemente, lo aseverado tanto por las autoridades demandadas
así como por el mismo accionante; lo que se pretende a través de la presente acción, es que se
dejen sin efecto las Resoluciones emitidas por la Sala Penal Primera; por cuanto, a criterio del
accionante, se habría desconocido el principio de concentración procesal, al no haber tramitado
las dos apelaciones interpuestas en una misma audiencia. En ese orden, si bien no se cuenta con
los datos del proceso, se puede inferir de lo aseverado por los demandados, que solamente fue
tramitada una apelación, estando pendiente la segunda, por lo cual el accionante estaría todavía
gozando del beneficio de medida sustitutiva a la detención preventiva referida a la detención
domiciliaria en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Consiguientemente, se evidencia que los supuestos actos ilegales están relacionados a lesiones al
debido proceso, mismos que no pueden ser dilucidados a través de la presente acción, por cuanto
no se ha demostrado por una parte, que dichas lesiones estén relacionadas con el derecho a la
libertad personal o de locomoción, así como que exista absoluto estado de indefensión; criterios
exigidos a efecto de poder ingresar al análisis de la causa y que en el presente caso no ha
ocurrido, conforme a la jurisprudencia constitucional de referencia.
Por otro lado, respecto a la supuesta lesión a los derechos al juez natural, imparcial e
independiente, así como a la “seguridad jurídica” y a la igualdad de las partes, cabe referir que
dicho aspecto corresponde a supuestas lesiones al debido proceso que bien pudieron ser
corregidas mediante otra acción de defensa, al haberse igualmente establecido que no son la
causa directa de la presunta vulneración al derecho a la libertad del accionante. Conforme lo
relacionado y al no haberse demostrado lesión al derecho a la libertad individual, corresponde
denegar la tutela; más aún, si de acuerdo al art. 250 del CPP, la Resolución que dispuso una
medida cautelar es susceptible de modificación, debiendo para tal efecto la parte cumplir con las
exigencias previstas en el procedimiento penal, lo que en el caso presente no ocurrió, por lo que
los Vocales ahora demandados, cumplieron las normas que rigen la materia.
POR TANTO
Los accionantes, por memorial presentado el 6 de enero de 2012, cursante de fs. 51 a 53,
manifestaron que:
Dentro del proceso penal seguido en contra de Dionel Novoa, por la presunta comisión del delito
de robo agravado, en merito a una declaración de un delincuente reincidente, el 2 de septiembre
de 2011, sin cumplir los requisitos de forma y material como es la falta de fundamentación en la
imputación, el Fiscal demandado presentó ampliación de la imputación formal en su contra y de
Beimar Cuellar, requiriendo aplicar la medida cautelar de carácter personal de detención
preventiva, y sin valorar los defectos de la imputación ni la incrédula declaración de un testigo
adicto a las drogas y reincidente, el Juez Segundo de Instrucción en lo Penal, ahora demandado,
mediante Auto Interlocutorio 175/2011 de 3 de septiembre, dispuso su detención preventiva en
la cárcel pública de Villa Busch.
Se señaló como vulnerados los derechos a la libertad y al debido proceso, citando al efecto los
arts. 23 y 115.II de la Constitución Política del Estado (CPE)
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 12 de enero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 85 y
vta., se produjeron los siguientes actuados:
Diego Roca Saucedo, Juez Segundo de Instrucción en lo Penal, mediante informe emitido en
audiencia, indicó que cuando se dictó la resolución de primera instancia, y se aplicó la detención
preventiva, los imputados, no hicieron uso de su derecho a recurrir de apelación; por otro lado,
en esta instancia, no es posible revisar la prueba aportada, ya que no es una instancia de
casación.
Ponciano Ruiz Quispe, Vocal de la Sala Penal, mediante informe escrito de 12 de enero de 2012,
leído en audiencia, cursante a fs. 68, manifestó que, una vez llegó el recurso de apelación, tal
cual señala el art. 251 del Código de Procedimiento Penal (CPP), en audiencia pública se
procedió al análisis de los datos del proceso, los fundamentos expuestos por las partes, los
peligros procesales -que aún persisten-, y posteriormente se dictó Resolución confirmando el
Auto apelado y determinando la continuidad de la detención preventiva, con los debidos
fundamentos fácticos y jurídicos.
Asimismo señalo que, últimamente los litigantes al agotar los medios que la ley prevé sin
obtener resultados positivos, vienen planteando acciones de amparo constitucional y de libertad
de forma abusiva, desnaturalizando la verdadera esencia de las acciones.
I.2.3. Resolución
Por otro lado, si la solicitud de cesación de la detención preventiva fue denegada por el Juez
Primero de Instrucción en lo Penal, y la apelación confirmada por los Vocales demandados, la
presente acción debió ser planteada ineludiblemente contra el Juez antes señalado, ya que fue
esta la autoridad que rechazó su pedido, motivo por el que se impide ingresar al análisis de
fondo de los hechos denunciados.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes arrimados al expediente, se llega a las
siguientes conclusiones:
II.2. De fs. 32 a 33, cursa el memorial de 1 de octubre de 2011, mediante el cual los imputados,
Beimar Cuellar García y Joselito Sabene Justiniano, solicitaron la cesación de la detención
preventiva; del mismo modo, de fs. 35 a 36, cursa memorial de 20 de septiembre de 2011,
donde, el imputado Saúl Días Méndez, impetró la cesación de la detención preventiva; tomando
en cuenta ambas solicitudes, el Juez Primero de Instrucción en lo Penal, resolvió los mismos,
rechazándolos, mediante los autos 227/2011 y 228/2011 (fs. 38 a 41).
II.3. A fs. 42, cursa el recurso de apelación de 18 de octubre de 2011 presentado por los tres
imputados, que fue resuelto mediante Auto de 28 de octubre de 2011, dictado por la Sala Penal y
Administrativa, confirmando los autos apelados (fs.48 a 49).
Los accionantes manifestaron que las autoridades demandadas lesionaron sus derechos a la
libertad y al debido proceso, puesto que: a) Fueron detenidos preventivamente sin tomar en
cuenta los defectos de forma y contenido de la ampliación de la imputación, que fue sustentada
en la declaración testifical de un delincuente reincidente que goza de poca credibilidad: b) Ante
su detención preventiva, solicitaron en dos memoriales la cesación de la detención preventiva,
que fueron rechazados sin fundamentos legales convincentes, en el mismo formato tanto de
fondo como de forma, motivo por el que recurrieron de apelación contra ambos Autos
infundados, que una vez resueltos por el Tribunal de Alzada, confirmaron ambos Autos,
manteniendo la carencia de fundamentos jurídicos. Correspondiendo analizar en revisión, si tales
argumentos son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos al derecho a la libertad de los
accionantes, a fin de otorgar o denegar la tutela solicitada.
Política del Estado vigente también la contempla pero con la denominación de acción de
libertad arts. 125 al 127 de la (CPE); sin embargo, no se trata de un simple cambio de
nomenclatura, sino de una precisión conceptual, pues conforme a la teoría del Derecho
Procesal Constitucional, sustituir la denominación de “recurso”, por la de “acción” -además
de adecuar la legislación boliviana a la evolución de la doctrina de la materia- implica
reconocer a esta garantía como “la facultad de demandar la protección de un derecho ante los
órganos jurisdiccionales” o sea “poner en marcha el aparato del Estado para la protección de
un derecho conculcado”, en contraposición a la denominación de “recurso” que implicaba
considerarla como la simple impugnación o reclamación que, concedida por ley, efectúa quien
se considera perjudicado o agraviado por la providencia de un juez o tribunal para que el
superior la reforme o revoque y que por ello supone la existencia previa de un litigio (García
Belaunde, Domingo. “El hábeas corpus en el Perú”. Universidad Mayor de San Marcos, 1979,
p. 108).
Asimismo, la Constitución vigente mantiene las características esenciales del hábeas corpus: El
informalismo, por la ausencia de requisitos formales en su presentación; la inmediatez, por la
urgencia en la protección de los derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite
caracterizado por su celeridad; la generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio,
inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial tenga
contacto con la persona privada de libertad.
Es importante resaltar que la Constitución Política del Estado vigente, en el marco más amplio
que implica la concepción de “acción de libertad” y acorde al principio de progresividad,
acentúa algunas de las características anotadas; así por ejemplo, en el caso del informalismo,
contempla la posibilidad de presentación oral de la acción de libertad, antes reservada sólo a
los supuestos en que la persona fuera menor de edad, incapacitada, analfabeta o notoriamente
pobre; en el caso de la inmediación, además de establecer que la autoridad judicial dispondrá
que el accionante sea conducido a su presencia, prevé la posibilidad de que ésta acuda al lugar
de detención; asimismo, como ya se ha referido, amplía el ámbito de protección, pues la ahora
acción de libertad no se limita a la protección de ese derecho, sino que alcanza al derecho a la
vida, además de la posibilidad de presentarla también contra particulares (art. 126 CPE).
De este modo, la jurisprudencia desarrollada por este Tribunal para el hábeas corpus, en tanto
y en cuanto no se contraponga a la Constitución Política del Estado es plenamente aplicable a
la acción de libertad…”.
Bajo esa óptica, la SC 1668/2004-R, de 14 de octubre, expresó que a través del recurso de
habeas corpus, ahora acción de libertad, no se pueden examinar "…actos o decisiones del
recurrido que no estén vinculados a los derechos a la libertad física como a la libertad de
locomoción, como tampoco supuestas irregularidades que impliquen procesamiento indebido
que no hubieran sido reclamadas oportunamente ante la autoridad judicial competente, pues si
bien este recurso no es subsidiario, no puede ser utilizado para salvar la negligencia de la parte
recurrente".
Por otro lado, la SC 0619/2005-R de 7 de junio, en referencia a lesiones del debido proceso,
expresó que: “…a partir de la doctrina constitucional sentada en la SC 1865/2004-R de 1 de
diciembre, para que la garantía de la libertad personal o de locomoción pueda ejercerse
mediante el recurso de hábeas corpus cuando se denuncia procesamiento ilegal o indebido
deben presentarse, en forma concurrente, los siguientes presupuestos: a) el acto lesivo,
entendido como los actos ilegales, las omisiones indebidas o las amenazas de la autoridad
pública, denunciados, deben estar vinculados con la libertad por operar como causa directa
para su restricción o supresión; b) debe existir absoluto estado de indefensión, es decir, que el
recurrente no tuvo la oportunidad de impugnar los supuestos actos lesivos dentro del proceso
por otro lado, todas las lesiones a la mala valoración de la prueba, a la incorrecta aplicación legal
que originó su detención preventiva, debieron necesariamente ser denunciadas dentro del
recurso de apelación pues como manifestaron los propios accionantes, el inicio de las lesiones a
sus derechos y garantías constitucionales, se origina en el Auto que determinó su detención; en
tal sentido, no es posible a través de esta acción, realizar una nueva valoración de la prueba ni de
la interpretación de la legalidad ordinaria, pues estas constituyen parte de las autorestricciones
que la justicia constitucional ha establecido en la abundante jurisprudencia.
Sin embargo, por los antecedentes del caso de autos, los accionantes no invocaron ni
fundamentaron cuáles fueron las infracciones a las reglas de la interpretación admitidas
por el derecho; pues tampoco expresaron con precisión las razones que sustentan su
posición, ni identificaron con claridad qué criterios o principios interpretativos no fueron
empleados o fueron desconocidos por las autoridades judiciales demandadas; en ese
sentido, no cumplieron con los requisitos jurisprudenciales, que permiten verificar si en la
labor interpretativa y valorativa se han quebrantado los principios constitucionales
informadores del ordenamiento jurídico, pretendiendo en el caso concreto, que éste Tribunal
actué como una instancia más de la justicia ordinaria, realizando una nueva valoración de la
prueba y de la legalidad ordinaria de la Resolución que determinó su detención preventiva y de
las que denegaron la cesación de la detención preventiva que solicitaron.
POR TANTO
En revisión la Resolución 4 de 20 de enero de 2012, cursante de fs. 301 a fs. 303, pronunciada
dentro de la acción de libertad interpuesta por Gladis Cárdenas Azad contra Ponciano Ruiz
Quispe, Germán Apolinar Miranda Guerrero, Vocales Sala Penal y Administrativa; Lucas
René Zambrana, Juez Primero de Instrucción en lo Penal, todos del Tribunal
Departamental de Justicia de Pando y. Maria Jaqueline Bascope Gonzales Fiscal de
Sustancias Controladas.
En el proceso penal seguido en su contra por el Ministerio Público, por la presunta comisión del
delito de tráfico de sustancias controladas, la accionante prestó su declaración informativa e
inmediatamente fue aprehendida, por orden de la Fiscal demandada, quien realizó la imputación
formal solicitando su detención preventiva, basándose en un video documental emitido por el
canal “RED RECORD”, y medios de circulación local y nacional, de la República Federal, de
Brasil en idioma portugués. Desarrollada la audiencia de medidas cautelares, denunció la
ilegalidad de su aprehensión y que en el allanamiento a su domicilio, no se encontró sustancia
controlada alguna; empero, sin considerar su presentación voluntaria a prestar su declaración
informativa el Juez Primero de Instrucción en lo Penal declaró la legalidad de la aprehensión.
Refiere, que el video en idioma extranjero, no puede constituir un elemento de certeza de que la
sustancia manipulada era cocaína; por cuanto, no existen los suficientes elementos de convicción
No obstante, interpuso excepción de falta de acción, rechazada por Auto 20/2012; finalmente, el
17 de enero de igual año, solicitó la cesación a la detención preventiva, señalándose audiencia
para su consideración para el 25 de ese mes y año.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la acción y se anule todo el proceso hasta el vicio mas antiguo, restituyendo
su derecho a la libertad.
Celebrada la audiencia pública el 20 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
297 a 300, con la presencia de la accionante asistida por su abogado, los codemandados;
ausentes el Juez Primero de Instrucción en lo Penal y el representante del Ministerio Público, se
produjeron los siguientes actuados:
Ponciano Ruiz Quispe, Vocal de Sala Penal y Administrativa, no presentó informe escrito y en
la audiencia manifestó: a) En el recurso de apelación planteado se analizaron y resolvieron los
puntos cuestionados; b) Cumplidas las formalidades legales se estableció que la aprehensión fue
legal; c) El presente caso se trata de un delito de narcotráfico y no de bagatela; su detención
preventiva se dispuso en base a verificarse la existencia de suficientes elementos de prueba para
presumir su autoría y que no se someterá a la investigación; d) La accionante, no desvirtuó el
riesgo procesal de fuga con medios documentales que acredite su trabajo, dado que simplemente
se limitó a mencionar que era ama de casa; e) Respecto del peligro de obstaculización, el Juez de
la causa consideró que la accionante en libertad, podría influir en la investigación; y f)
Solicitando se deniegue la acción de libertad.
Germán Miranda Guerrero, Vocal Sala Penal y Administrativa, no presentó informe escrito y en
audiencia expresó: 1) La acción de libertad, emerge a consecuencia de que la accionante no se
está conforme con la decisión de la medida cautelar; 2) En grado de apelación, se resolvieron
todos los puntos apelados por la accionante; 3) A consecuencia de la difusión de un video donde
se identifica a Gladis Cardenas Azad, donde supuestamente estaría vendiendo o traficando
sustancias controladas, la fiscalía emitió mandamiento de aprehensión en su contra, por
considerar que existen suficientes elementos de convicción para sostener que es autora de los
hechos que se investigan; 4) En esta etapa no se puede determinar si la prueba fue legal o
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, Antonio Fagalde Revilla, René Rojas Bonilla y Juan U. Pereira Olmos
Vocales de la Sala Civil, Social, de Familia, de la Niñez y Adolescencia del Tribunal
Departamental de Justicia de Pando, constituido en Tribunal de Garantías, pronunció la
Resolución, denegando la acción de libertad, con los siguientes fundamentos: a) Gladis
Cárdenas Azad, planteó la acción de libertad con la única finalidad que se determine si es o no
autora del delito que se le imputa y no así para analizar los peligros procesales que dieron lugar
a su detención preventiva; b) La valoración efectuada por el Juez y confirmada por los Vocales
de la Sala Penal y Administrativa, codemandados, demuestran que se trata de una posible
participación en el hecho delictivo; c) Tanto el recurso de apelación incidental y la acción de
libertad, están dirigidas a probar que la imputada no tuvo participación en el hecho; d) El hecho
que no hubieran encontrado sustancias controladas, no constituye un elemento contundente que
demuestre que no sea con probabilidad autora del hecho, lo sustancial radica en su
comercialización; e) El Juez demandado, al haber considerado que existen suficientes los
elementos que la accionante sea con probabilidad autora del hecho y la concurrencia de los
peligros procesales, ordenó su detención preventiva, medida confirmada por la Sala Penal y
Administrativa. En ambas instancias actuaron de acuerdo a ley; y f) Para disponer la libertad de
la accionante, no se demostró la ilegalidad o no del video, ni la nulidad de obrados a través de
una Resolución judicial.
II. CONCLUSIONES
Efectuada la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. En proceso penal, seguido por el Ministerio Público contra la accionante por el presunto
delito de tráfico de sustancias controladas, el 15 de diciembre de 2011, se apersonó a la Fuerza
Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) a prestar su declaración informativa. En la
misma fecha y posterior a su declaración, la Fiscal codemandada ordenó su aprehensión,
emitiendo la respectiva Resolución y consiguiente mandamiento que se ejecutó inmediatamente
(fs. 98 a 104).
II.2. El 16 de diciembre de 2011, la fiscal realizó la imputación formal contra la accionante por
el delito de tráfico de sustancias controladas, ante el Juzgado Primero de Instrucción en lo Penal
(fs. 105 a 107). En audiencia de consideración de medida cautelar realizada el 17 de ese mes y
año, mediante Resolución 281/2011, se ordenó su detención preventiva, por considerar que
existen los suficientes elementos de convicción que es autora o participe del hecho atribuido en
su contra. Acto procesal en el que denunció la ilegalidad de su aprehensión de su contra (fs. 144
a 147 vta.).
II.5. Interpuesta la acción de libertad el 18 de enero de 2012, la Sala Penal y Administrativa del
Tribunal Departamental se inhibieron de conocer dicha acción por ser demandados, remitiendo
obrados a la Sala Civil, Social, de Familia, de la Niñez y Adolescencia (fs. 6 vta.).
II.6. Por decreto de 19 de enero de 2012, la Sala Civil, Social, de Familia, de la Niñez y
Adolescencia, remite obrados al Juez de Sentencia manifestando que no tiene competencia sobre
el mismo conforme al art. 125 de la Constitución Política del Estado (CPE). El Juez de
Sentencia devolvió obrados indicando que dicha Sala debe conocer la acción en suplencia legal
de la Sala Penal y Administrativa, quienes se encuentran legalmente impedidos por ser
accionados (fs. 7 vta. a 9).
La accionante alega que en el proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión del
delito de tráfico de sustancias controladas, la Fiscal a cargo de la investigación, ordenó su
aprehensión en base a un video y no así por haber sido encontrada en posesión de sustancias
controladas, el cual, no constituye elemento para el inicio del proceso en su contra. Actuación
que denunció en audiencia de consideración de medida cautelar ante el Juez Primero de
Instrucción en lo Penal, quien no consideró la inexistencia de suficientes elementos para dicha
investigación y ordenó su detención preventiva. En apelación, los Vocales de la Sala Penal y
Administrativa, confirmaron la decisión sin observar que no existen peligros procesales, la
inadmisibilidad de la imputación y la ilegalidad de la aprehensión. Por consiguiente corresponde
dilucidar en revisión, si los hechos denunciados son evidentes y si constituyen actos ilegales que
vulneraron los derechos de la accionante, con la finalidad de conceder o no la tutela solicitada.
La competencia, es entendida como la capacidad o aptitud que la ley reconoce a un juez, tribunal
u otra autoridad para ejercer sus funciones respecto a una categoría de asuntos o durante una
determinada etapa del proceso, permitiéndoles conocer, juzgar y resolver las causas civiles,
penales, administrativas o laborales que constituye la actividad que se realiza por el juzgador,
como un tercero imparcial, para los efectos de dirimir a través del proceso, el conflicto que las
partes han sometido a su decisión o a la administración de justicia. Emerge de disposiciones
legales expresas y su ejercicio incumbe al orden público.
Por otro lado, la Ley de Organización Judicial de 1993 (LOJ.1993) en su art. 26, precisa que la
“Competencia es la facultad que tiene un tribunal o juez para ejercer la jurisdicción en un
determinado asunto”; establecida, al tenor del art. 27 del mismo cuerpo legal, en razón del
territorio, de la naturaleza, materia o cuantía.
En ese entendido, el art. 49 del Código de Procedimiento Penal (CPP), establece, en cuanto a
territorio, que serán competentes:
1) El juez del lugar de la comisión del delito. El delito se considerará cometido en el lugar donde
se manifieste la conducta o se produzca el resultado;
2) El juez de la residencia del imputado o del lugar en que éste sea habido;
3) El juez del lugar donde se descubran las pruebas materiales del hecho;
4) Cuando el delito cometido en territorio extranjero haya producido sus efectos en territorio
boliviano, conocerá el Juez del lugar donde se hayan producido los efectos o el que hubiera
prevenido;
5) En caso de tentativa, será el del lugar donde se realizó el comienzo de la ejecución o donde
debía producirse el resultado; y,
6) Cuando concurran dos o más jueces igualmente competentes, conocerá el que primero haya
prevenido.
Al respecto, conviene precisar que del debido proceso en su faceta adjetiva, se desprende uno
de sus componentes esenciales, el del juez natural, que en síntesis constituye la legitimación de
una decisión proveniente de quien la ejerce por mandato legal, en el ámbito de la jurisdicción
constitucional, de la propia Ley Fundamental, por ello coincidimos en afirmar que la
competencia no puede ser prorrogable por la voluntad del juzgador, ni la tolerancia de las
partes, no puede delegarse por decisión personal, sólo es admisible excepcionalmente por
excusa o recusación, tampoco puede ser atribuida o apropiada indebidamente por un juez o
tribunal, de hacerlo, sus actos y decisiones son nulos de pleno derecho, no tienen ningún
efecto, ni causan consecuencia jurídica alguna” .
Al establecerse a la acción de libertad como una acción de defensa al interior de la CPE, el art.
125 establece como criterio de competencia a los órganos jurisdiccionales especializados en
materia penal al disponer: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es
ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal,
podrá interponer acción de libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera
a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en
materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se
restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad” (Las negrillas son
nuestras).
En síntesis, dado que por disposición constitucional la acción de libertad solo podrá ser
conocida por un juez o tribunal en materia penal, en el supuesto de darse una situación
anómala procesal en la que un órgano jurisdiccional (juez unipersonal o tribunal) no
competente conociera la presente acción de defensa, sin observar la norma fundamental, sus
actos y su decisión, como se tiene dicho, son nulos, en consecuencia, corresponde dejar sin
efecto la decisión asumida por el tribunal incompetente y corregir el procedimiento, sin
ingresar al análisis de fondo de la problemática planteada. Distinto fuere si se tratara de error
en la competencia territorial y no hubiere indefensión en la parte demandada, por economía
procesal no se anularían obrados conforme estableció la SC 0347/2010-R (Las negrillas son
nuestras).
Asimismo, del análisis a las normas y jurisprudencia citada, más las reformas introducidas por la
Ley 007 de 18 de mayo de 2010, promulgada bajo el actual orden constitucional, en su art. 54
inc. 10), establece las atribuciones de los Jueces de Instrucción indica: “Conocer y resolver la
Acción de Libertad, si no existieran jueces de sentencia en su asiento jurisdiccional, cuando sea
planteada ante ellos”.
En ese entendido, no existe duda alguna que la atribución del Juez de Instrucción en lo Penal,
para conocer y resolver una acción de libertad, sólo se da en provincias y de manera supletoria, y
no así en las capitales de Departamento. De tal manera que cuando se da esta situación de
anomalía procesal en el elemento competencia en el trámite de esta acción tutelar, al ser ello una
situación de trascendental importancia, no es posible ingresar al análisis de fondo, sino anular
obrados a objeto de que se corrija procedimiento.
El art. 178.I de la norma fundamental, establece como uno de los principios que rigen la
administración de justicia a la celeridad, como componente del debido proceso, entendido como la
prontitud debida en los actos procesales a objeto de brindar la tutela jurisdiccional efectiva,
oportuna y acceso a la justicia (art. 115 de la CPE) y no colocar a las partes en incertidumbre
jurídica en el desarrollo de proceso. Principio refrendado por la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, al reconocerla como uno de los principios sobre los que se rige la justicia
constitucional, al señalar que: “El ejercicio sin dilaciones indebidas en la administración de justicia
es el sustento de un fallo oportuno” -art. 3-. En correspondencia al citado principio constitucional,
la Ley del Órgano Judicial, refiere que la celeridad comprende el ejercicio oportuno y sin
dilaciones en la administración de justicia (art. 3.7).
Ante esta probable circunstancia, previendo los efectos de dicha decisión, cabe considerar que
si bien el Tribunal Constitucional ha ido corrigiendo la actuación de las partes, asegurando el
debido proceso y otros derechos fundamentales en los diferentes procesos constitucionales
sometidos a su conocimiento; sin embargo, debe tenerse en cuenta que este Tribunal se
encuentra resolviendo en liquidación causas que datan del año 2006 hasta el 6 de febrero de
2009; por lo que, el permitir que la causa que ha motivado la interposición de esta acción
tutelar vuelva a ser activada después de más de tres años de haberse resuelto el fondo de la
misma por parte del Tribunal de garantías, podría dar lugar a que innecesariamente se
interrumpa el normal desarrollo de los procesos judiciales y las consecuencias jurídicas que
oportunamente pudieron ser reparadas como emergencia de la decisión del Tribunal de
garantías, situación que no puede ser consentida por este Tribunal.
Un razonamiento contrario, implicaría permitir a las partes a que sin necesidad alguna vuelvan
a activar el aparato estatal, vía jurisdicción constitucional, cuando en los hechos no ha existido
lesión alguna a los derechos considerados lesionados; consecuencias que deberán ser
apreciadas en cada caso.
De los hechos que dieron lugar a la interposición de la presente acción se advierte la existencia
de dos problemáticas a resolver a continuación:
Al respecto, cabe recordar que los pronunciamientos de este Tribunal han sido uniformes al
establecer que no corresponde a esta jurisdicción, efectuar la labor de ponderación de los
elementos de convicción que motivaron la imposición de la medida cautelar de la detención
preventiva, dado que esa es una función privativa que corresponde únicamente a la jurisdicción
ordinaria. Así la SC 1284/2011-R de 26 de septiembre, reiterando el razonamiento asumido por
la SC 0539/2011-R de 29 de abril, afirmó: “Este Tribunal, ha establecido mediante su
jurisprudencia, en observancia de la competencia de la jurisdicción ordinaria, que bajo ningún
justificativo la jurisdicción constitucional puede interferir en el criterio que puedan emitir los
jueces para determinar la culpabilidad o no de un imputado; de igual manera, la existencia o
no del delito que se investigó, siendo que esta atribución le está asignada exclusivamente a la
jurisdicción ordinaria, no hallándose sujeta a control constitucional, pues ello significaría
suplantarla. Resultando aplicable también esta comprensión, a los actos investigativos que
son parte de la etapa preparatoria, al ser los fiscales en esta etapa, autónomos sobre la
compulsa de elementos probatorios respecto a la comisión del hecho denunciado.(…)
Por otra parte, es necesario incidir en que las medidas cautelares de carácter personal son
revisables y aún modificables de oficio (art. 250 del CPP); razón por la que el imputado, en
virtud al art. 239.1 del Código citado, puede impetrar las veces que vea conveniente, la
cesación de la medida de detención impuesta en su contra: 'Cuando nuevos elementos de juicio
demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea
sustituida por otra medida'. Teniendo a su alcance esta vía, para poder establecer que no
concurren las razones que motivaron su detención preventiva” ( las negrillas y el subrayado
añadidas son agregados).
En ese sentido, no puede ingresarse al examen de fondo de la primera problemática, dado que
corresponde a la jurisdicción ordinaria la ponderación de los suficientes indicios y presupuestos
para la imposición de medidas cautelares -personales o reales- y no a este Tribunal, cuya función
es resguardar el respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales a través de la
acción de libertad; por cuanto corresponde denegar la tutela solicitada al respecto.
La Constitución Política del Estado en su art. 125, al establecer el alcance y finalidad del
presente medio de defensa, mantiene su triple carácter de acción preventiva, correctiva y
reparadora, además de resaltar su carácter de ser oportuna, eficaz para restablecer o restituir los
derechos a la libertad -física y de locomoción- y resguardar la vida cuando sea puesta en peligro.
En ese sentido, resulta pertinente recordar que el art. 250 de la norma adjetiva penal, establece
que las medidas cautelares de carácter personal -detención preventiva-, son revisables o
modificables en cualquier momento del proceso, aún de oficio; es decir, no causan ejecutoria. En
consecuencia, la medida cautelar de última ratio, puede ser modificada cuando nuevos
elementos demuestren que no concurren los elementos que dieron lugar a su imposición o que
los mismos desaparecieron, conforme prevé el art. 239 del CPP.
POR TANTO
En revisión la Resolución 05/2012 de 19 de enero; cursante de fs. 131 a 133, pronunciada dentro de la
acción de libertad interpuesta por Ángel Remigio Gonzáles Saico contra Delfor Ríos Arrueta,
Juez Sexto de Sentencia; Ramiro López Guzmán y Elías Fernando Ganam Cortez, Vocales de
la Sala Penal Segunda y Tercera, respectivamente, todos del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz.
Por memorial presentado el 17 de enero de 2012, corriente de fs. 1 a 6 el accionante indicó, que
dentro de la acción penal seguida a querella de Mónica Viviana Frías Landa, se dictó la Resolución
390/2008 de 4 de noviembre, el Juez Sexto de Sentencia, Delfor Ríos Arrueta, otorgó medidas
sustitutivas a la detención preventiva a favor de éste.
Habiendo dicha Resolución sido apelada por la parte ahora accionante, la misma fué confirmada por
los Vocales de la Sala Penal Segunda y Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz,
mediante Resolución 636/2011 de 29 de julio.
El accionante alega la vulneración a su derecho a la libertad, consagrada en los arts. 125 y ss. de
la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 19 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
126 a 130 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante ratificó los términos de la demanda y añadiendo indicó que: a) Si
bien su defendido, tiene un proceso penal a querella de Mónica Viviana Frías Landa, quien
solicitó la medida cautelar de carácter personal (detención preventiva), refiere que en una
primera instancia, el Juez Sexto de Sentencia, dispuso la aplicación de medidas sustitutivas a la
detención preventiva a favor del accionante, consistente en arraigo, fianza personal y
prohibición de cambiar de domicilio, medidas que fueron cumplidas por el accionante; y b)
Asimismo, impetró se deje sin efecto las dos Resoluciones recurridas y se ordene al Juez Sexto
de Sentencia dictar nueva resolución, en mérito a los fundamentos referidos y se disponga la
inmediata libertad del accionante.
Mediante escrito cursante de fs. 10 a 11, los Vocales, Elías Fernando Ganam Cortez y Ramiro
López Guzmán, informaron lo siguiente: 1) El 29 de julio de 2011, circunstancia en la que se
encontraban en suplencia de la Sala Penal Primera, dictando el Auto de Vista 636/2011 de 29 de
julio; 2) Radicada la causa, se señaló audiencia de revocatoria de medidas cautelares dentro del
recurso de apelación interpuesto por el ahora accionante contra la Resolución 098/2011 de 12 de
mayo, refieren que la misma cumplía los requisitos previstos en el art. 124 del Código de
Procedimiento Penal (CPP), habiéndose realizado una valoración concreta, objetiva y
subsumible en relación a los hechos y a los elementos de convicción; 3) El Juez Sexto de
Sentencia procedió a revocar la medida cautelar que se le había impuesto al ahora accionante, en
consideración a que, modificó su domicilio, porque en un primer proceso señaló la calle 22 77
de la zona de Chasquipampa y en otro proceso penal que se le había iniciado por el delito de
injurias y calumnias, señaló como domicilio la calle 53 707 de la zona de Chasquipampa; 4) En
el caso presente, el imputado incurrió en las causales del art. 247incs. 1) y 3) del CPP, al haber
cambiado de domicilio y al advertir la existencia de otro proceso penal, iniciado en su contra,
por la comisión de otro delito; aspectos que constituyeron fundamentos para que el Juez a quo
modificara las medidas sustitutivas; y, 5) Por otra parte, es preciso señalar que las decisiones del
Auto que impuso una medida cautelar es modificable aún de oficio, tal como lo dispone el art.
250 del mencionado Código, al que podía acogerse el imputado.
Por su parte Delfor Ríos Arrueta, Juez Sexto de Sentencia, ahora codemandado presentó informe
cursaste de fs. 12 a 14, indicando: i) Previa valoración de antecedentes, pronunció la Resolución
098/2011 de 12 de mayo, por la que revocó las medidas sustitutivas y ordenó la detención
preventiva del ahora accionante, en aplicación de los arts. 247 incs. 1) y 3), 250, 234 incs. 4) 5)
6) y 8) y 235 inc. 5) del CPP, así como de las SSCC 0025/2010-R y 1200/2000-R; ii)
Posteriormente, la mencionada Resolución fue apelada y conocida por la Sala Penal Tercera,
misma que confirmó el fallo apelado a través del Auto de Vista 636/2011 de 29 de julio,
Resoluciones que ahora son impugnadas por medio de la acción de libertad, pretendiendo que el
Tribunal de garantías vuelva a valorar la prueba; iii) Respecto a la probabilidad de autoría, la SC
0025/2010-R de 13 de abril, que es de carácter vinculante, refiere que el juez puede revocar las
medidas sustitutivas, únicamente cuando el imputado incumpla alguna de las obligaciones
impuestas, debiendo la referida autoridad limitarse a verificar la concurrencia de las tres
causales establecidas en la norma iv) Por otro lado, el accionante antes de que se dispusiera la
revocatoria y estando en libertad con medidas sustitutivas a la detención preventiva, en vez de
someterse al proceso y esclarecer los hechos, haciendo abuso del derecho y con total falta de
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.3. Por Resolución 098/2011 de 12 de mayo, el Juez demandado revocó las medidas
sustitutivas y en su lugar dispone la detención preventiva del imputado, en el penal de “San
Pedro”, en aplicación de los arts. 247 incs. 1) y 3), 250, 234 incs. 4) 5) 6) y 8) y 235 inc. 5) del
CPP (fs. 104 a 107).
II.4. Resolución 636/2011 de 29 de julio, que declara improcedente la apelación interpuesta por
el accionante, y confirma la Resolución 098/2011 dicta por el Juez Sexto de Sentencia (fs. 94 a
96 vta.)
Debemos referirnos necesariamente al art. 23.I de la CPE, que señala: “Toda persona tiene
derecho a la libertad y seguridad personal. La libertad personal sólo podrá ser restringida en los
límites señalados por ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad histórica en la actuación
de las instancias jurisdiccionales”.
Al respecto, y de conformidad con el texto constitucional, el art. 240 del CPP, establece lo
siguiente: “Cuando sea improcedente la detención preventiva y exista peligro de fuga u
obstaculización del procedimiento, el juez o tribunal, mediante resolución fundamentada, podrá
disponer la aplicación de una o más de las siguientes medidas sustitutivas:(…) Al resolver la
aplicación de las medidas enumeradas anteriormente, el juez determinará las condiciones y
reglas que deberá cumplir el imputado, con la expresa advertencia de que la comisión de un
nuevo delito o el incumplimiento de las reglas impuestas, dará lugar a la revocatoria de la
medida y su sustitución por otra mas grave incluso la detención preventiva cuando ésta sea
procedente…”.
Estas medidas sustitutivas deben ser de cumplimiento obligatorio, toda vez que el carácter
imperativo de la norma citada, obliga al cautelado o procesado, para que las cumpla fielmente y
a cabalidad, bajo pena de revocarse estas e imponerse la detención preventiva, en casos de que la
misma sea procedente. Así lo comprendió la jurisprudencia constitucional en la SC 0578/2011-R
de 3 de mayo, entre otras.
El art. 247 del CPP, refiere las causales para la revocación de las medidas sustitutivas a la
detención preventiva, estableciendo: “Las medidas sustitutivas a la detención preventiva podrán
ser revocadas por las siguientes causales:1) Cuando el imputado incumpla cualesquiera de las
obligaciones impuestas;2) Cuando se compruebe que el imputado realiza actos preparatorios de
fuga o de obstaculización de la averiguación de la verdad;3) Cuando se inicie en contra del
imputado un nuevo proceso penal por la comisión de otro delito. La revocación dará lugar a la
detención preventiva en los casos en que esta medida cautelar sea procedente”.
La detención preventiva como medida cautelar de carácter personal, puede ser dispuesta por la
autoridad jurisdiccional, cuando existan elementos suficientes que determinen que el imputado
es con probabilidad autor del delito que se le atribuye, o que no se someterá a proceso u
obstaculizará la averiguación de la verdad; la misma que será dispuesta mediante resolución
debidamente fundamentada, conforme lo prevé el art. 236 del CPP.
Dentro del proceso penal seguido contra el ahora accionante, la parte querellante, solicitó ante el
Juez Sexto de Sentencia, se revoque las medidas sustitutivas a la detención preventiva, de las
cuales gozaba el querellado, bajo el fundamento de que éste, no habría cumplido con los
requisitos y las medidas impuestas, toda vez que en otro proceso penal que se le sigue, tendría
señalado otro domicilio, habiéndosele impuesto como condicionante a las medidas sustitutivas,
entre otros aspectos, la prohibición del cambio de domicilio, lo cual fue incumplido por el
accionante; así como la existencia de otro proceso penal en su contra.
En el presente caso, si bien es cierto que el accionante se benefició con la aplicación de medidas
sustitutivas a la detención preventiva consistentes en: 1) Arraigo; 2) Fianza personal; y 3)
Prohibición de cambiar de domicilio. Sin embargo; sin autorización de la autoridad judicial, el
accionante cambió de domicilio, hecho que fue puesto en conocimiento del Juez de la causa por
la parte querellante, y ante la constatación de este aspecto, dicha autoridad, mediante Resolución
fundada, revocó las medidas sustitutivas a la detención preventiva, imponiéndole al accionante,
la detención en el penal de “San Pedro”; debiendo señalarse que el Juez a quo, fundamentó su
Resolución conforme los arts. 247 inc. 3); 234 y 235 del CPP, toda vez que a fs. 55, hace un
razonamiento lógico del incumplimiento de las medidas cautelares impuestas y las causales de
revocación de las mismas, y los peligros de fuga y de obstaculización de la justicia al indicar
respecto al imputado: “…lejos de pedir un pronunciamiento sobre el fondo del proceso, y
contribuir a la averiguación de la verdad, se ha limitado a interponer cinco demandas de
recusación, que fueron rechazadas por el órgano jurisdiccional y también fueron rechazadas por
el Tribunal Superior” (sic); Asimismo, el Juez antes referido, hizo un análisis razonado de otros
extremos referentes al peligro de fuga y la obstaculización de la justicia, dentro del proceso
penal, así como la valoración de otros extremos en otro proceso penal seguido contra el
accionante, fundamentando así su decisión de revocación de las medidas sustitutivas a la
detención preventiva, imponiéndole la detención preventiva.
A pesar de haber apelado dicha determinación el accionante, el Tribunal ad quem haciendo una
apreciación de los elementos y de la prueba ofrecida, confirmó dicha Resolución, indicando que
el Juez Sexto de Sentencia, al revocar las medidas sustitutivas mediante Resolución 98/2011, lo
hizo de forma motivada y fundamentada.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de garantías al denegar la acción de libertad, obró
en forma correcta.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00011-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 11 de enero de 2012, cursante de fs. 8 a 9, el accionante expresa los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
La accionante manifiesta que el 10 de enero de 2012 a horas 6:00, fue detenida en la localidad
de El Palmar, por efectivos de la Policía de la localidad de Yucumo del departamento del Beni,
en virtud del mandamiento de aprehensión de 30 noviembre de 2011, librado por Ramiro Ariel
Julio Blanco Fuentes, Juez de Instrucción de Caranavi (en suplencia legal); quienes luego de
detenerla, la trasladaron hasta la localidad de Caranavi, encerrándola en las celdas policiales de
la mencionada capital de provincia.
Añade que, el mandamiento de aprehensión, emitido por Ramiro Ariel Julio Blanco Fuentes es
totalmente ilegal y arbitrario, violenta la Constitución Política del Estado, la Ley Procesal Penal,
los Tratados y Convenios Internacionales en la materia, toda vez que según los antecedentes
cotejados en el cuaderno de investigaciones del caso 107/2011, se tiene que el 28 de marzo de
2011, Virginia Flores Guizada presentó denuncia penal en contra de la accionante en la fiscalía
de Caranavi, por el supuesto delito de robo; por lo que el entonces Fiscal de Materia de dicha la
localidad, Ramiro Ariel Julio Blanco Fuentes, en la misma fecha informó el inicio de
investigaciones al Juez de Instrucción de Caranavi, Juvenal Flores Reyes. Añade que el
mencionado Fiscal de Materia, emitió varios requerimientos en el desarrollo de la investigación
preliminar del referido proceso penal, para luego renunciar al cargo y posteriormente ser
nombrado Juez de Instrucción de Coroico. Por su parte, el Juez de Instrucción de Caranavi se
jubiló a mediados de junio de 2011, razón por la que se nombró en suplencia legal del Juez de
Instrucción de Coroico a Ramiro Ariel Julio Blanco Fuentes, aspecto que lo obligaba a excusarse
de conformidad al art. 316 núm. 1 del Código de Procedimiento Penal (CPP).
Manifiesta que nunca fue notificada con la imputación formal, sin embargo el Juez suplente,
habría dictado varias resoluciones y proveídos, inclusive declarándola en rebeldía.
La accionante señala que se conculcaron sus derechos consagrados en los arts. 115, 116, 117,
119, 120 y 122 de la Constitución Política del Estado (CPE), sin especificar los mismos, en
razón a que se encuentra indebidamente procesada e ilegalmente detenida y privada de su
libertad.
I.1.3. Petitorio
La audiencia pública se realizó el 12 de enero de 2012 a horas 14:30, según consta en acta
cursante de fs. 20 a 21, produciéndose los siguientes actuados:
El abogado del accionante ratificó los fundamentos vertidos en su acción de libertad; alegando
persecución y detención indebida y que con ello se habría vulnerado el debido proceso, su
derecho a la defensa y a ser oída, por lo que solicita el cese de la persecución penal.
El Juez de Instrucción de Caranavi (en suplencia legal) del Tribunal Departamental de Justicia
de La Paz demandado, Ramiro Ariel Julio Blanco Fuentes, en la audiencia de consideración de
la acción de libertad de 12 de enero de 2012 (fs. 20 vta. a 21), manifestó lo siguiente: i) Que de
acuerdo a lo expresado por el accionante, el mandamiento de aprehensión sería arbitrario, ya que
se encontraría dentro de las causales de excusa y recusación; ii) Que cuando asumió el
conocimiento de la causa existía una orden instruida emitida por Juvenal Flores, que fue
devuelta por la Policía quien indica que la imputada se habría rehusado a firmar; iii) Devuelta la
diligencia y en el entendido de que la imputada fue notificada y ésta se rehusó a firmar la
diligencia de notificación, se instaló la audiencia en la que no se presentó la ahora accionante,
por lo que se hicieron conocer los edictos correspondientes mediante radiodifusión; iv) Señala
que el mismo día de la acción de libertad, 12 de enero de 2012, se llevó a cabo la audiencia de
medidas cautelares, determinándose que la aprehensión fue realizada en una hora inadecuada,
disponiéndose la libertad pura y simple de la imputada; v) Refiere que la jurisprudencia
constitucional exige que no exista subsidiaridad y que la imputada no se encuentra en plena
indefensión, ya que no acudió a la institución de la recusación y de manera maliciosa utilizó éste
recurso constitucional; y, vi) Que habiéndose restituido su libertad solicita se deniegue la tutela
solicitada.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Ramiro Ariel Julio Blanco Fuentes, desempeñó funciones como Fiscal de Materia de la
provincia de Caranavi, en el caso 107/2011 a instancias de Virginia Flores Guizada en contra de
Natividad Salinas y otro, conforme se evidencia del informe de inicio de investigaciones de 28
de marzo de 2011 (fs. 2); Informe del investigador asignado al caso, cabo Ismael Limachi
Choque de 28 de marzo de 2011 (fs. 4); resolución de secuestro de 25 de marzo de 2011 (fs. 5) y
mandamiento de secuestro de la misma fecha (fs. 6).
II.2. Que el mencionado, Juez de Instrucción de Coroico, ejerció suplencia legal por el Juzgado
de Instrucción cautelar de la provincia de Caranavi, dentro del proceso penal seguido por el
Ministerio Público contra Natividad Salinas por el delito de robo, conforme se desprende del
mandamiento de aprehensión de 30 de noviembre de 2011, expedido por la autoridad citada (fs.
7) y que fue ejecutado en fecha 10 de enero de 2012, como consta en el acta de representación y
acta de recepción cursante a fs. 7 vta.
La accionante denuncia que fue detenida ilegalmente el 10 de enero de 2012 por efectivos de la
Policía de la localidad de Yucumo del departamento del Beni, en virtud de un mandamiento de
aprehensión ilegal y arbitrario, toda vez que este habría sido emitido por una Autoridad
Jurisdiccional que anteriormente fungió como fiscal acusador dentro de la misma causa, razón
por la que debió excusarse de conformidad al art. 316.1 del CPP, pero no lo hizo; aspecto que
violenta la Constitución Política del Estado, la Ley Procesal Penal y los Tratados y Convenios
La SC 1079/2011-R de 16 de agosto, ha señalado que: "El art. 23.I de la CPE, establece que
toda persona tiene derecho a la libertad, la que podrá ser restringida en los límites señalados
por ley, para lograr el descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las instancias
jurisdiccionales, y el art. 13.I del mismo cuerpo legal, dispone que los derechos reconocidos por
la Ley Fundamental son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y progresivos,
siendo deber del Estado el promoverlos, protegerlos y respetarlos.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, instrumento que forma parte del bloque de
constitucionalidad, en su art. 8 establece el derecho de toda persona a contar con un recurso
efectivo ante los tribunales competentes para resguardar sus derechos, criterio también
recogido por el art. 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
El art. 125 de la CPE, establece: 'Toda persona que considere que su vida está en peligro, que
es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal,
podrá interponer Acción de Libertad y acudir de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera
a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en
materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se
restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad'.
De lo expuesto precedentemente, debe establecerse que en caso de existir norma expresa que
prevea mecanismos intra-procesales efectivos y oportunos de defensa de estos derechos
El art. 318 del CPP indica que: “El juez comprendido en alguna de las causales establecidas en
el art. 316 de este Código, está obligado a excusarse, mediante resolución fundamentada,
apartándose de inmediato del conocimiento del proceso”. De la norma citada se infiere que, si la
autoridad jurisdiccional incurre en algunas de las causales contempladas en el art. 316 del CPP,
está constituido, por la naturaleza del cargo, a apartarse del conocimiento de la causa, con la
finalidad de preservar la garantía del juez imparcial, entendida como tercero ajeno al conflicto y
a las partes, garantía que se encuentra consagrada en el art. 120.I de la CPE, que a su vez forma
parte integrante del derecho y garantía del debido proceso, plasmado en los arts. 115.II y 117.I
de la Ley Fundamental.
De los antecedentes que cursan en el expediente, se evidencia que en una primera instancia, Ramiro
Ariel Julio Blanco Fuentes, fungió como Fiscal de Materia dentro del proceso penal que motiva
la presente acción de libertad, quien posteriormente asumió el cargo de Juez de Instrucción de
Coroico y que ante la jubilación de Juvenal Flores Reyes, por entonces Juez de Instrucción de
Caranavi, ejerció suplencia legal del Juzgado de Instrucción cautelar de Caranavi, situación que
evidencia que Ramiro Ariel Julio Blanco Fuentes, reunió en su persona la calidad de acusador y
juez dentro del mismo proceso penal; figura que de conformidad al mandato legal previsto en los
art. 316.1 y 318 del CPP, lo obligaba a excusarse, independientemente si la imputada, ahora
accionante, promovía o no la recusación contra su persona.
Por otra parte, si bien es cierto que la jurisprudencia de este Tribunal ha definido que el
accionante debe agotar los mecanismos intra-procesales, idóneos y oportunos, para la protección
de su derecho a la libertad, la persecución o procesamiento indebido, que en la problemática en
cuestión, se traduce; el instituto de la recusación (arts. 316 y ss. del CPP) o; la actividad procesal
defectuosa (art. 167 CPP), no es menos evidente que exigir la utilización de estos mecanismos
previstos en el procedimiento ordinario, implica para la accionante una demora excesiva en el
tiempo dada la distancia existente entre la localidad de Caranavi y la ciudad de La Paz, y entre la
referida localidad y el asiento judicial más próximo, sin dejar de lado demora que conlleva su
tramitación procesal, situaciones de hecho que en consecuencia, convierten a los medios
previstos en el procedimiento ordinario, dentro de la problemática planteada, en
inoportunos e ineficaces en la tutela del derecho a la libertad de la accionante; ello con
mayor fundamento si se considera que el mismo se encontraba suprimido en base a
actuaciones emanadas por una autoridad cuya imparcialidad era cuestionada y, que
teniendo la obligación legal de excusarse, no lo hizo, conforme los fundamentos jurídicos
de la presente Sentencia Constitucional.
Por los fundamentos anotados, el Juez de garantías al conceder la tutela impetrada a través de la
presente acción de libertad, obró correctamente.
POR TANTO
En revisión la Resolución de 11 de enero de 2012, cursante de fs. 200 vta. a 204, pronunciada,
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Marcelo Javier Gareca Hervas
contra Sixto Velasco Vaca, Lucila Iporre Gonzales, Melania Torrico Pericón, José Luis
Morales Ruiz, Felicidad Mérida Ríos, Gladis Marcela Arce Peralta, Robert Evaristo Aban
Cruz y Manuel Alejandro Janco Morales, Concejales y ex Asesor Legal del Pleno
respectivamente del municipio de Bermejo.
En las elecciones del 4 de abril de 2010, su persona fue electo Concejal titular por el municipio de
Bermejo y Delfor Germán Burgos Aguirre, como Alcalde; empero el 20 de junio de 2011, este
último fue suspendido a consecuencia de una acusación formal en su contra, a cuya emergencia,
mediante Resolución Municipal 132/2010 de 3 de septiembre y de conformidad al art. 147 de la
Ley Marco de Autonomías y Descentralización (LMAD), el Concejo Municipal, designó al
accionante como Alcalde interino hasta la conclusión del juicio de la autoridad suspendida.
Frente a la ilegalidad de dejar sin efecto la Resolución Municipal 132/2010, el 27 de junio de 2011,
el accionante interpuso reconsideración; empero, mediante nota HCM OF. 708/2011 de 18 de julio,
se le hizo conocer que su solicitud fue tratada en la sesión ordinaria 27/2011 de 13 de julio y no se
resolvió ante la inexistencia de dos tercios para su consideración, teniéndose por rechazada.
A través de la Resolución Municipal 60/2011, se incurrió en un acto ilegal e indebido,
conculcándose parcialmente la disposición contenida en el art. 147 de la LMAD, dado que Delfor
Germán Burgos Aguirre, no cuenta con sentencia ejecutoriada. El Concejo Municipal no tenía ni
tiene competencia para removerlo de su cargo y designar una “Alcaldesa Titular Transitoria”, dado
que debió aceptar la renuncia y poner en conocimiento del Tribunal Electoral para que convoque a
elecciones y no elegir a otro interino en razón a que la Resolución Municipal 132/2010, se
encuentra vigente; dicho acto vulneró lo prescrito en el art. 286.II de la Constitución Política del
Estado (CPE). Agrega, si la renuncia del titular suspendido, tuvo lugar antes de la conclusión del
juicio, el interino debe permanecer en el cargo hasta la elección y posesión de la autoridad elegida
democráticamente y al no existir la misma, hasta la conclusión del juicio; armonizándose de esta
manera los arts. 147 de la LMAD y 286.II de la CPE. En ninguna parte de la Ley Marco de
Autonomías y Descentralización u otra ley, se autoriza al concejo municipal a designar dos o más
autoridades interinas y de admitirse se generaría un caos permanente.
Refiere haber interpuesto una acción de cumplimiento; empero, efectúo el retiro del Tribunal
Constitucional Plurinacional, sin que se hubiere ingresado al análisis de fondo.
I.1.3. Petitorio
Robert Evaristo Aban Cruz, Gladis Marcela Arce Peralta, Concejales Municipales, codemandados,
no presentaron informe escrito y en audiencia, por intermedio de su abogado manifestaron: I) De
los antecedentes se evidencia que antes de admitir la presente acción, mediante decreto de 6 de
enero de 2012, se concedió al accionante el plazo de setenta y dos horas para que aclare su
demanda; omitiendo considerar los AACC 0001/2010-CA y “1419/2003”, relativos a que el
término para subsanar la observación es de cuarenta y ocho horas, bajo alternativa de rechazar y
declarar su improcedencia, lo que no sucedió en el caso concreto; II) Los argumentos y petición de
esta acción de defensa fueron utilizados en la acción de cumplimiento interpuesta en Entre Ríos; y
Manuel Alejandro Janco Morales, ex Asesor Legal del Pleno del Concejo Municipal de Bermejo,
codemandado, no presentó informe escrito y en audiencia, informó: a) El plazo de seis meses, para
presentar la acción de amparo constitucional contra su persona ya feneció, dado que no hubo
ningún medio de impugnación contra el informe cuestionado; y, b) El informe que hace referencia
al recurso de reconsideración, no contiene fundamentación legal, ni petitorio alguno respecto de la
nulidad o anulabilidad de la Resolución Municipal 60/2011.
Sixto Velasco Vaca, Lucila Iporre González, Melania Torrico Pericón, José Luis Morales Ruiz,
Felicidad Mérida Ríos Concejales Municipales y Manuel Alejandro Janco Morales, ex Asesor
Legal, codemandados, no presentaron informe escrito pero en audiencia, a través de su abogado,
indicaron: 1) La presente acción, es viable, cuando no existe otro recurso, según establece el art.
129 de la CPE. En el caso concreto no se agotó la vía administrativa; 2) La acción debió ser
declarada improcedente, por no haber sido dirigida contra el Concejo Municipal, que dictó la
Resolución Municipal 060/2011, de conformidad con el art. 128 de la Ley Fundamental; 3) Lucila
Iporre Gonzales, fue demanda como Concejal y no como Alcaldesa y el “art. 77 de la LTC”,
establece que se deberá demandar al tercero interesado; 4) A la renuncia de Delfor Germán Burgos
Aguirre, se designaron a dos alcaldes interinos, no existiendo ningún impedimento legal para dicho
nombramiento; el primero como interino y la segunda titular transitoria; 5) El Concejo Municipal
no tenía competencia para designar otro alcalde interino, dado que el art. 122 de la CPE, establece
la nulidad de los actos ejercidos por personas que ejerzan funciones que no les competen y el “art.
157 de la LTC”, dispone que la nulidad procede contra todo acto o resolución de quien usurpe
funciones que no les competen; consecuentemente, debió plantear recurso directo de nulidad en el
plazo de seis meses, el cual ya caducó; 6) La presente acción, es una repetición de la acción de
cumplimiento interpuesta por el accionante en la localidad de Entre Ríos; 7) El 23 de junio de
2011, en el periódico “Bermejeño”, Marcelo Javier Gareca Hervas, manifestó que ante la renuncia
del Alcalde suspendido, el Concejo debió sesionar y designar una nueva autoridad de entre los
Concejales y que sería respetuoso de la decisión; 8) En la reconsideración, planteada por el
accionante nunca pidió la nulidad de las Resoluciones Municipales 60/2011 y 132/2010, por
cuanto, lo que no se puso como agravio en dicho “recurso”, no puede invocarse ahora, dado que
implica que consintió los actos que no impugnó oportunamente; 9) Manuel Alejandro Janco
Morales, no es concejal y no dictó resolución alguna, en el petitorio el accionante no solicita se
deje sin efecto el informe legal; 10) El art. 178 de la CPE, no reconoce a la seguridad jurídica como
un derecho, sino como un principio; el art. 3 inc. 4) de la “CPE”, establece que la seguridad
jurídica es la aplicación objetiva de la ley, en ese sentido se pronunció la SC “1385/2011”; 11) Para
exigir el cumplimiento del art. 147 de la LMAD, debió plantearse una acción de cumplimiento; 12)
La acción debió interponerse contra las autoridades que supuestamente vulneraron derechos y no
contra los Concejales que no votaron en la sesión; 13) Adjuntó como prueba, las cartas presentadas
por el arquitecto Marcelo Javier Gareca Hervas, que acreditan la existencia de actos libremente
consentidos, reconociendo a Lucila Iporre Gonzales como Alcaldesa; y, 14) Solicitó se deniegue la
acción con imposición de costas, multas y la extensión de fotocopias legalizadas de la sentencia.
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, el Juez Primero de Partido Mixto y Sentencia de Bermejo del Distrito
Judicial de Tarija, constituido en Juez de garantías, pronunció la Resolución de 11 de enero de
2012, cursante de fs. 200 vta. a 204, concedió parcialmente la acción, por lo que anuló la “RM
27/2011 de 13 de julio” (sic), en cuanto ratifica la Resolución Municipal 60/2011, disponiendo
que la Directiva del Concejo Municipal, en forma inmediata convoquen a sesión donde se trate la
solicitud de reconsideración presentada por el accionante y pronuncien resolución debidamente
fundamentada y motivada, sin costas ni multa; y, denegó la acción respecto de Manuel Alejandro
Janco Morales, con costas; con los siguientes fundamentos: a) La naturaleza jurídica y la finalidad
de la acción de amparo constitucional es la protección de los derechos consagrados en la carta
magna y su restablecimiento de manera inmediata y efectiva; b) En la sesión ordinaria 27/2011 de
13 de julio, se dio lectura a la petición de reconsideración y al informe del Asesor Legal del
Concejo Municipal; ante la inexistencia de los dos tercios para su tratamiento, se ratificó la
decisión tomada en la Resolución Municipal 60/2011; c) La reconsideración prevista por el art. 22
de la Ley de Municipalidades (LM), dispone que el Concejo, a instancia de parte o del alcalde, por
el voto de dos tercios del total de sus miembros, podrá reconsiderar las ordenanzas o resoluciones
municipales. Como mecanismo de impugnación de acuerdo a la SC “031 del año 2006” (sic), tiene
por finalidad disponer la modificación o anulación, siempre y cuando exista el voto de dos tercios
de los concejales que apoyen la decisión. Dicha disposición legal, debe entenderse como el quórum
necesario para modificar o dejar sin efecto la resolución del concejo; d) Quienes votaron por la no
reconsideración, también votaron a favor de la Resolución Municipal 60/2011, existiendo tres
abstenciones lo que implica que no hubo discusión o debate, en ese sentido se pronunció la SC
0723/2010-R de 26 de julio; e) Emergente de la errónea interpretación de los alcances del citado
mecanismo legal, el Concejo Municipal, no cumplió con el tratamiento de la reconsideración
planteada por el accionante. Por cuanto, la determinación a emitirse debe ser motivada y
fundamentada a objeto de dar certeza sobre lo que se decida; f) En el caso concreto, debió darse
curso a la reconsideración, a través de su tratamiento, el debate sobre la renuncia del Alcalde
titular, considerar el tiempo de funciones, la existencia de un interino y si corresponde o no el
nombramiento una nueva autoridad ejecutiva, basados en la Constitución Política del Estado y la
Ley Marco de Autonomías y Descentralización; g) Mediante la acción de amparo constitucional,
no puede tratarse el incumplimiento de funciones de las autoridades demandadas, quienes deberán
emitir una resolución debidamente fundamentada y motivada, que en definitiva dará certidumbre
jurídica a los interesados y paz social a la población; y, h) Respecto de la situación del ex Asesor
Legal del Concejo, su labor se limitó a emitir un informe legal en cumplimiento a sus funciones,
quienes toman la decisión son los Concejales, por lo que su participación no se justifica.
II. CONCLUSIONES
II.1. Según credencial de 7 de mayo de 2010, expedida por la “Corte Departamental Electoral” de
Tarija, acredita que Marcelo Javier Gareca Hervas, fue electo Concejal por el municipio de
II.2. Mediante Resolución Municipal 132/2010 de 3 de septiembre y al amparo de los arts. 144 y
145.I de la LMAD y 12.24 de la LM, el Concejo Municipal de Bermejo, nombró al accionante
Alcalde interino, temporalmente y hasta la conclusión del juicio seguido contra la autoridad
suspendida. En sesión extraordinaria 16/2010 de la misma fecha, fue posesionado en el indicado
cargo por el Presidente de dicho órgano deliberante (fs. 4 a 9).
II.3. Según oficio de 20 de junio de 2011, dirigido a Sixto Velasco Vaca, Presidente del Concejo
Municipal de Bermejo, Delfor Germán Burgos Aguirre, Alcalde suspendido, presentó su renuncia
al cargo (fs. 10 a 11).
II.4. Manuel Alejandro Janco Morales, ex Asesor Legal del Pleno del Concejo Municipal, emitió
el informe legal 23 de 24 de junio de 2011, recomendando, se acepte la renuncia de Delfor Germán
Burgos Aguirre, recomendado la elección del nuevo alcalde de entre los miembros electos por voto
popular del Concejo Municipal, hasta la elección de una nueva autoridad electa por voto popular a
convocatoria del órgano electoral; y se proceda a la elaboración de la resolución por parte de la
directiva de dicho ente (fs. 12 a 14).
II.5. En sesión extraordinaria 08/2011 de 24 de junio, con el quórum de siete Concejales, y con el
voto de Lucila Iporre Gonzales, Melania Torrico Pericón, Felicidad Mérida Ríos, José Luis
Morales Ruíz y la abstención de Gladis Marcela Arce Peralta y Robert Evaristo Aban Cruz, el
Concejo Municipal dictó la Resolución Municipal 60/2011, nombrando a Lucila Iporre Gonzales,
“Alcaldesa Titular Transitoria” hasta la posesión de la nueva autoridad elegida por voto popular a
convocatoria del órgano electoral plurinacional (fs. 15 a 18). En el primer considerando de la citada
Resolución, refiere que aceptada la renuncia de Delfor Germán Burgos Aguirre, así como que se
abrogó y derogó cualquier resolución o parte de ella que resulte contraria (fs. 19 a 20).
II.6. Por memorial presentado el 27 de junio de 2011, el accionante solicitó al Concejo Municipal
la reconsideración de la Resolución Municipal 60/2011 y que ésta se deje sin efecto. En memorial
de 29 de igual mes y año, pidió que la misma fuera tratada en sesión fijada para esa fecha, previa la
verificación de la existencia de dos tercios que establece el art. 22 de la LM, solicitud reiterada el 1
de julio de ese año (fs. 21 a 24).
En respuesta a las solicitudes del accionante, el Concejo Municipal, mediante oficio HCM Of.
664/2011 informó que previo a resolver su petición se realizaría un informe legal, el mismo que,
emitido el 12 de julio de 2011, se recomendó que se verifique la existencia de dos tercios de los
miembros del Concejo para la reconsideración y así como para modificar la Resolución (fs. 25 a
27).
II.8. Mediante nota de 16 de agosto de 2011, el accionante, solicitó al Presidente del Concejo
Municipal, licencia por quince días calendario. El 26 de octubre de igual año, ante la misma
autoridad, pidió licencia indefinida a su cargo de Concejal titular y comunicó que por motivos de
salud no asistiría, ni participaría de las sesiones de ese órgano (fs. 176 a 177).
En ese marco, el art. 128 establece: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra
actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley”; a su vez el art. 129.I de la CPE, determina que: “La Acción de
Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre
con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante
cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”.
En desarrollo de las normas constitucionales citadas, el art. 73 de la Ley Nº 027, del Tribunal
Constitucional Plurinacional, de 6 de Julio de 2010, al referirse al objeto de de la acción de
amparo constitucional, “(…)tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidas de los
servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos y garantías reconocidos por la Constitución Política del Estado
y la ley” y que, al referirse el art. 76 de la citada Ley, con referencia a la subsidiariedad e
inmediatez, “La Acción de Amparo no procederá cuando exista otro medio o recurso legal para
la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”.
siempre que el ordenamiento jurídico ordinario no prevea un medio idóneo y expedito para
reparar la lesión producida.
III.2. Sobre la interposición de una nueva acción de defensa cuando la primera no ingresó al
análisis de fondo de la problemática.
Por otra parte, resulta pertinente recordar que los pronunciamientos del Órgano de control de
constitucionalidad, han sido han sido uniformes al establecer que ante la interposición de una
garantía jurisdiccional en la que se advierta la existencia de defectos formales y/o de contenido
que dieren lugar a su rechazo o sucediere que con posterioridad a su admisión se observare la
existencia de una causal que impida su análisis de fondo y se denegare la tutela invocada, no
existe impedimento para que la acción pueda ser planteada nuevamente en razón a no haberse
efectuado un pronunciamiento de fondo sobre la misma.
De hecho, por otra parte, los derechos fundamentales son derechos subjetivos que corresponden
a las personas o a los pueblos y naciones indígena originario campesinos, los mismos que,
cuando son lesionados, implícitamente afectan la seguridad jurídica, vista como un todo, como
aquello que resulta ser inherente al sistema de justicia.
Dicho lo anterior, debe tenerse presente que la acción de amparo constitucional resguarda y
protege los derechos constitucionales.
En cuanto al ejercicio de la función pública el art. 144. II. de la CPE establece que “La
ciudadanía consiste: 1. En concurrir como elector o elegible a la formación y al ejercicio de
funciones en los órganos del poder público, y En el derecho a ejercer funciones públicas sin otro
requisito que la idoneidad, salvo las excepciones establecidas en la Ley”.
órganos del poder público, sin otro requisito que la idoneidad, salvo las excepciones
establecidas por ley”.
De la documentación que informa los antecedentes del expediente, se evidencia que ante la
renuncia del Alcalde Titular, el Concejo Municipal de Bermejo, previo informe del Asesor
Legal, aceptó la renuncia mencionada, y procedió a designar como Alcaldesa a Lucila Iporre
Gonzales, abrogando y derogando las resoluciones o parte de ellas que sean contrarias;
determinación que, conforme fue señalado en el punto precedente, no puede considerarse que
afecta al accionado por cuanto éste no ha perdido su calidad de de Concejal, cargo para el cual
fue electo democráticamente. Téngase presente, solo a mayor abundamiento, que el Concejo
Municipal al decidir aceptar la renuncia del Alcalde Titular y nombrar a quien le reemplace por
causa de su renuncia, plantea como hecho, que la última designación difiere en la causa que dio
origen a la designación de su predecesor; es decir, en el primer caso tratábase de una
designación por causa de una acusación penal contra el Alcalde titular, en cambio, la última
determinación presenta una realidad distinta al marco legal que regula los casos en los que hay
una acción penal, pues, en este caso, el titular del Ejecutivo Municipal renunció y en
consecuencia, el Concejo Municipal debía proceder a una nueva elección, puesto que, en caso
de renuncia o muerte, inhabilidad permanente o revocatoria de la máxima autoridad
ejecutiva de un gobierno autónomo, por mandato constitucional, debe proceder a una nueva
elección.
Por otra parte, igualmente a manera de aclaración, en cuanto al recurso de reconsideración por
parte del Concejo Municipal, corresponde señalar que para la tramitación de toda
reconsideración, se requiere, en primer lugar, que se apruebe la posibilidad de reexaminar,
modificar o no la resolución aprobada e impugnada; solo en caso de darse tal presupuesto
procede el examen de fondo de la solicitud impetrada. En todo caso, para que se lleve adelante
una sesión de Concejo solo se exige que tenga el quórum exigido por la norma; no obstante para
la aprobación o viabilidad de la reconsideración, necesariamente se exige que éste sea aprobada
por dos tercios de los presentes, exigencia que resulta independiente del requerimiento para la
conformación del quórum para instalar una sesión.
Por los fundamentos expuestos, el Juez de garantías, al haber concedido en forma parcial la
tutela invocada, obró incorrectamente, debiendo haber denegado la misma en todas sus partes.
POR TANTO
Por memorial presentado el 25 de enero de 2012, cursante de fs. 19 a 23., el accionante expone
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
No obstante que en tres oportunidades se apersonó ante dicha oficina, para recabar su cédula de
identidad, no obtuvo ninguna respuesta, lo que derivó para que el accionante el 11 de enero de
2012, presentara una queja formal ante la Defensoría del Pueblo de Riberalta, que a la fecha,
tampoco obtuvo una solución o negativa fundamentada.
I.1.3. Petitorio
No obstante su legal notificación conforme consta a fs. 24, el demandado no presentó informe ni
se apersonó a la audiencia programada.
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, Mario Guillermo Centella Leigue, Juez de Trabajo y Seguridad Social
de Riberalta del Tribunal Departamental de Justicia del Beni, constituido en Juez de garantías,
mediante la Resolución 02/12, declaró procedente la acción de cumplimiento, disponiendo que
el servidor público representante del SEGIP- Walter Vaca Méndez, en el termino de 48 horas de
una respuesta final y efectiva a la solicitud del ciudadano Germán Rivero Talamás, bajo
conminatoria en caso de incumplimiento, remitir antecedentes al Ministerio Público para su
procesamiento correspondiente, con los siguientes fundamentos: a) El accionante puede acudir
al órgano jurisdiccional cuando cree que sus derechos hayan sido conculcados; b) La
inasistencia a audiencia pública implica una aceptación tácita de todos los argumentos del
accionante; c) Que las autoridades jurisdiccionales en esta clase de procesos extraordinarios
tienen la potestad para obligar al funcionario administrativo negligente, indolente o renuente,
que cumplan y otorgue una eficaz respuesta a las solicitudes; d) Que el accionante se encuentra
en la imposibilidad de acudir a otra autoridad que solucione su problema de falta de cédula de
identidad o una respuesta final sobre el particular.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.2. A través de la nota de 11 de enero de 2012, el accionante formuló queja escrita ante la
Defensoría del Pueblo de esa localidad (fs. 17 a 18).
Antes de ingresar al análisis del presente caso, cabe hacer referencia a la SC 0258/2011-R de 16
de marzo, cuando en sus fundamentos jurídicos III.1.5 ha referido que:
Para establecer una diferenciación, debe partirse del ámbito de protección de la acción de
cumplimiento, cual es garantizar la materialización de un deber omitido; que tiene que estar de
manera expresa y en forma específica previsto en la norma constitucional o legal. En ese
entendido, el deber al que hace referencia la norma constitucional, no es genérico -como el
cumplimiento de la ley- sino un deber concreto, que pueda ser exigido de manera cierta e
indubitable a los servidores públicos; es decir, el deber tiene que derivar de un mandato
específico y determinado y debe predicarse de una entidad concreta competente; ese es el
sentido que, por otra parte, le ha otorgado al deber omitido la Corte Constitucional de
Colombia en la Sentencia C-651/03 y el Tribunal Constitucional peruano que ha establecido
determinados requisitos para que se ordene el cumplimiento del deber omitido: mandato
vigente, cierto y claro, no estar sujeto a controversia compleja ni a interpretaciones dispares,
deber ser ineludible, de obligatorio cumplimiento y ser incondicional.
Conforme a lo anotado, ante la omisión en el cumplimiento de un deber claro, expreso y
exigible, que puede estar directa o indirectamente vinculado a la lesión de derechos
fundamentales o garantías constitucionales, corresponde invocar la acción de cumplimiento; en
tanto que si el deber omitido no reúne las características anotadas, sino que se trata de un
deber genérico, pero vinculado a la lesión de derechos o garantías fundamentales -como por
ejemplo el deber de motivación de las resoluciones cuyo incumplimiento general lesiona al
Por otro lado, también forma parte del contenido del derecho de petición la respuesta material
a la solicitud, conforme lo estableció la SC 1159/2003-R de 19 de agosto, al señalar que: …el
derecho de petición se encuentra satisfecho no únicamente por una respuesta emitida por la
autoridad, sino una vez que dicha autoridad haya resuelto o proporcionado una solución
material y sustantiva al problema planteado en la petición, sin que se limite a una consecuencia
meramente formal y procedimental.
Por otra parte, en cuanto a los requisitos para que se otorgue la tutela por lesión al derecho de
petición, la SC 0310/2004-R de 10 de marzo, sistematizó los criterios señalados por la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional, conforme al siguiente texto: '…a fin de que se
otorgue la tutela en caso de alegarse la violación del derecho a formular peticiones,
corresponde que el recurrente, demuestre los siguientes hechos: a) la formulación de una
solicitud expresa en forma escrita; b) que la misma hubiera sido formulada ante una autoridad
pertinente o competente; c) que exista una falta de respuesta en un tiempo razonable y d) se
haya exigido la respuesta y agotado las vías o instancias idóneas de esa petición ante la
autoridad recurrida y no existan otras vías para lograr la pretensión.'
La jurisprudencia citada precedentemente fue modulada a partir del nuevo contenido del
derecho de petición, conforme a la SC 1995/2010-R de 26 de octubre, que establece que: …a la
luz de la Constitución vigente, y conforme a lo expresado, corresponde modular la
jurisprudencia citada precedentemente, pues actualmente, el primer requisito señalado por
dicha Sentencia, es decir, la formulación de una solicitud en forma escrita no es exigible, pues
la Constitución expresamente establece que la petición puede ser escrita u oral.
Con relación al segundo requisito que establece que la solicitud debe ser presentada ante
autoridad competente o pertinente, se debe precisar que ésta no es una exigencia del derecho de
petición, pues aún cuando la solicitud se presente ante una autoridad incompetente, ésta tiene la
obligación de responder formal y oportunamente sobre su incompetencia, señalando, en su
caso, a la autoridad ante quien debe dirigirse el peticionario; conclusión a la que se arriba por
el carácter informal del derecho a la petición contenido en la Constitución Política del Estado,
que exige como único requisito la identificación del peticionario, y en la necesidad que el
ciudadano, encuentre respuesta y orientación respecto a su solicitud, en un clara búsqueda por
acercar al administrado con el Estado, otorgándole a aquél un medio idóneo para obtener la
respuesta buscada o, en su caso, la información sobre las autoridades ante quienes debe acudir,
lo que indudablemente, fortalece el carácter democrático del Estado Boliviano.
En ese entendido, cuando la petición es dirigida a un servidor público, éste debe orientar su
actuación en los principios contemplados en el art. 232 de la CPE, entre otros, el principio de
compromiso e interés social, eficiencia, calidad, calidez y responsabilidad.
Finalmente, el cuarto requisito, referido a que el peticionante debe haber reclamado una
respuesta y agotado las vías o instancias idóneas de esa petición ante la autoridad recurrida,
corresponde señalar que dicho requisito es exigible cuando dichos medios de impugnación
estén previstos expresamente en el ordenamiento jurídico con dicho objetivo, es decir,
resguardar el derecho de petición; a contrario sensu, no será exigible cuando no existan esos
medios; pues, se entiende que este derecho -como se tiene señalado- busca acercar al
administrado al Estado, otorgando a la persona de un instrumento idóneo, expedito e inmediato
para acudir ante el servidor público con la finalidad de requerir su intervención en un asunto
concreto o de solicitar una determinada información o documentación que cursa en poder de
esa autoridad.
En la especie, si bien es cierto que el accionante manifiesta que el demandado no dio respuesta a
su petitorio, solicitando en consecuencia una respuesta formal y fundamentada. Empero, no
precisa el deber previsto en la norma, señalado o cuáles son las normas expresamente
incumplidas por el demandado y su exigibilidad en las mismas, que activen la jurisdicción
constitucional para brindar la tutela solicitada, limitándose señalar que no dieron respuesta a su
petitorio, asemejando dicha inacción en una omisión indebida, -que a través de una acción de
amparo constitucional debió ser reclamada, toda vez que la acción de amparo constitucional
como ya se tiene señalado, procederá contra actos u omisiones -como en el caso presente-
ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la
Constitución Política del Estado y la ley.
Por otro lado es necesario puntualizar que, si el accionante pretende incoar la acción de
cumplimiento, con carácter previo debe verificar la inexistencia de vías administrativas o
judiciales para su eficaz protección, conforme al art. 89. 5) de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), asimismo, con relación al principio de subsidiariedad, la naturaleza de la
acción de cumplimiento, determina que previamente a su presentación, es necesario que el actor
haya solicitado el cumplimiento de la ley o leyes expresamente determinadas a la autoridad
demandada, caso contrario no se activa la jurisdicción constitucional para la tutela demandada.
En la especie, ante la falta de respuesta del demandado, el actor debió expresamente observar y
solicitar el cumplimiento de la ley que se consideran incumplidas, agotado los medios recursivos
administrativos previstos por la norma; toda vez que, en la acción de cumplimiento, conforme
señala el art. 134.II de la CPE, esta se tramitará de la misma forma la acción de amparo
constitucional, lo que la naturaleza de la acción de cumplimiento, determina que previamente a
su presentación, es necesario solicitar su cumplimiento a la autoridad demandada, agotando los
medios jurisdiccionales o administrativos existentes, para recién activar la jurisdicción
constitucional.
Al haber resuelto en la forma dispuesta, esta se adecua perfectamente a los alcances del amparo
constitucional, por haberse tutelado el derecho a la petición, toda vez que el hecho de pedir una
respuesta final y efectiva a la solicitud, se halla protegido por el art. 24 con relación al art. 129
de la CPE.
Por consiguiente, no puede ser tutelado por la vía de la acción de cumplimiento, toda vez que,
conforme a la jurisprudencia glosada y al texto constitucional, tiene por objeto hacer cumplir a
la autoridad pública, un mandato imperativo del ordenamiento jurídico, en aquellos casos que de
manera injustificada incumple o se resiste en cumplirlo; además, no debe estar sujeta a
controversia compleja ni a interpretaciones dispares, pues de los antecedentes se deduce que el
servidor público advirtió cierta controversia en el certificado de nacimiento para la otorgación de
la cedula de identidad, por otro lado, se establece que el accionante no demostró con prueba
fehaciente la renuencia de la autoridad demandada debe estar ligada obligatoriamente a cumplir
el deber omitido, más allá del escrito de la presente acción, no cumple con el art. 91.6 de la
LTCP, toda vez de que no precisa la renuencia del deber omitido por la autoridad accionada.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00064-01-2012-AL
Departamento: Cochabamba
Refiere que, contra la citada Resolución, interpuso recurso de apelación incidental, que radicado
ante la Sala Penal Segunda, esta instancia emitió el Auto de Vista de 25 de enero de 2012,
mediante el cual, establecieron que el Juez a quo incurrió en la causal de nulidad prevista por los
arts. 169.3 con relación al 124 del CPP, que conlleva la nulidad del acto, por lo que resolvieron
anular la Resolución remitida en apelación por no observar el debido proceso en su elemento a
la debida fundamentación, y dispusieron que de inmediato el Juez cautelar considere y resuelva
la situación jurídica de los imputados.
El accionante considera lesionados sus derechos a la libertad física y de locomoción, así como la
garantía del debido proceso, citando al efecto los arts. 22, 23.I y 117.I de la Constitución Política
del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
En audiencia pública celebrada a horas 16:00 del 3 de febrero de 2012, conforme consta en el
acta cursante de fs. 32 a 33 vta., se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante ratificó los fundamentos de su memorial de demanda y los amplió,
señalando lo siguiente: a) Los Vocales codemandados, ampararon su resolución en la SC
0026/2010-R, estableciendo que no correspondía otorgar la libertad, porque este era un aspecto
que debía ser determinado por el Juez cautelar en la audiencia respectiva; y, b) Si se anularon
obrados, entonces, en los hechos, la Sentencia del a quo quedó inexistente; por ende, no podía
permanecer detenido hasta que la autoridad que en principio ordenó su detención, modifique,
cambie o anule su disposición anterior.
En uso de la réplica, añadió que, ciertamente la Sala Penal Segunda respaldó su Resolución en la
“SC 0027/2010”, sin embargo, la misma se refiere a un caso especifico sometido al Tribunal
Constitucional sobre temas de narcotráfico; entonces, no se puede solamente bajo el rótulo de
vinculante determinar la parte sustantiva o en su caso, aplicar la parte resolutiva de las
sentencias constitucionales en supuestos fácticos que no son análogos.
Gina Luisa Castellón Ugarte y Ever Richard Veizaga Ayala, Presidenta y Vocal de la Sala Penal
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, respectivamente, ahora
demandados, en informe escrito cursante a fs. 31, se remitieron a los fundamentos expuestos en
el Auto de Vista de 25 de enero de 2012, a los antecedentes procesales del caso y a la
jurisprudencia constitucional sentada en la SC 0026/2010-R, que por mandato del art. 203 de la
CPE, tiene carácter vinculante y es de cumplimiento obligatorio para todos los órganos del
Estado.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. Dentro el proceso penal por la presunta comisión de los delitos de incumplimiento de
deberes, de contrato, conducta antieconómica y falsedad ideológica, seguido por el Ministerio
Publico contra el ahora accionante y otros, ante el Juzgado de Instrucción Mixto, Liquidador y
Cautelar de Arque, se evidencia que mediante Auto de 21 de diciembre de 2011, en aplicación
del art. 54 inc. 2) del CPP, el Juez a cargo del proceso, dispuso la detención preventiva, entre
otros, de Iver Waldo Quilo Lozada, por concurrir los supuestos establecidos en los arts. 233.1,
234.1, 2 y 6; y, 235.2 de la Ley 007, a cumplirse en el recinto penitenciario de San Antonio,
ordenando se expidan los correspondientes mandamientos de detención preventiva (fs. 4 a 11).
II.2. Contra el Auto de 21 de diciembre de 2011, Iver Waldo Quilo Lozada y Omar Gonzalo
Flores Fulguera, mediante memorial presentado el 23 de diciembre de 2012, interpusieron
recurso de apelación incidental, considerando que el Juez Instructor Mixto, Liquidador y
Cautelar de Arque, determinó su detención preventiva sin realizar una valoración de la
documentación presentada y al margen de una interpretación sistemática y armónica, tanto de la
Constitución Política del Estado como de las normas del Código de Procedimiento Penal y la
Ley 007 de Modificaciones al Sistema Normativo Penal (fs. 13 a 14 vta.).
II.3. Mediante Auto de Vista de 25 de enero 2012, las autoridades ahora demandadas,
determinaron la nulidad de la Resolución de 21 de diciembre de 2011, disponiendo que el Juez a
quo, de inmediato, programe nuevo día y hora de audiencia a objeto de considerar y resolver la
situación jurídica de los imputados, por haber evidenciado que la referida autoridad incurrió en
la causal de nulidad prevista por el art. 169.3 del CPP con relación al art 124 del mismo cuerpo
legal, al no observar el “debido proceso, en su elemento de la debida fundamentación” (sic) (fs.
20 a 21).
El accionante alega que las autoridades demandadas lesionaron sus derechos a la libertad física y
libertad de locomoción, así como la garantía del debido proceso, habida cuenta que dentro del
proceso penal tramitado en su contra por la presunta comisión de los delitos de incumplimiento
de deberes, de contratos, conducta antieconómica y falsedad ideológica, emitieron en apelación,
el Auto de Vista de 25 de enero de 2012, mediante el cual, no obstante haber anulado la
Resolución del a quo por falta de fundamentación, en lugar de ordenar su inmediata libertad, a
su criterio de manera incongruente, lo pusieron a disposición del Juez cautelar, para que sea este
último quien resuelva sobre su situación jurídica. En consecuencia, en revisión de la Resolución
dictada por el Juez de garantías, corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si
constituyen persecución, aprehensión, procesamiento o apresamiento indebidos o ilegales, a fin
de otorgar o denegar la tutela solicitada.
Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario introducir el tema referido a la
naturaleza jurídica de la acción de libertad, puesto que de dicha esencia se podrá determinar la
viabilidad o no de la presente demanda, labor que será cumplida a continuación.
En tal sentido, debe señalarse que la ingeniería dogmática de la acción de libertad está diseñada
sobre la base de dos pilares esenciales, el primero referente a su naturaleza procesal y el
segundo, compuesto por los presupuestos de activación. En cuanto al primer aspecto que
configura el contenido esencial de esta garantía, es decir, su naturaleza procesal, se establece que
se encuentra revestida o estructurada con una tramitación especial y sumarísima, reforzada por
sus características de inmediatez en la protección, informalismo, generalidad e inmediación;
procede contra cualquier servidor público o persona particular, es decir, no reconoce fueros ni
privilegios. Postulados que pueden ser inferidos de la norma constitucional antes referida.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el contenido esencial de esta garantía, se encuentra
configurado por sus presupuestos de activación, que al amparo del art. 125 de la CPE, se
resumen en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la
libertad física como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya
procesamiento indebido; y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida.
Teniendo presente que los supuestos fácticos descritos planteados en la presente acción tutelar,
se refieren a un posible procesamiento indebido, corresponde a continuación abordar ese tema
en particular.
Con relación a este tema, la doctrina desarrollada por este Tribunal Constitucional, estableció que la
protección otorgada por la acción de libertad cuando se refiere al debido proceso, no abarca a todas
las formas que puede ser vulnerado, sino, queda reservada para aquellos entornos que conciernen
directamente al derecho a la libertad física y de locomoción; caso contrario, deberá ser tutelado
mediante la acción de amparo constitucional, dado que mediante ésta no es posible analizar actos o
decisiones demandados como ilegales que no guarden vinculación con los derechos citados. Además
de este requisito, debe tenerse presente que opera igualmente el principio de subsidiariedad, de modo
que previo a su interposición, deberán agotarse los medios idóneos dentro de la jurisdicción ordinaria
donde se tramita la causa, y no pretender su tutela en el ámbito constitucional, cuando los reclamos no
fueron activados oportunamente, habida cuenta que no puede utilizarse para salvar la negligencia de
la parte demandante. En similar sentido se pronunció este Tribunal en las SSCC 0200/2002-R,
0414/2002-R, 1865/2004-R, 0619/2005-R y 0057/2010-R, entre otras.
conocen la causa, lo que implica que quien ha sido objeto de esa lesión, debe pedir la
reparación a los jueces y tribunales ordinarios, asumiendo activamente su rol dentro del
proceso, a través de los medios y recursos que prevé la ley, y sólo agotados éstos, se podrá
acudir ante la jurisdicción constitucional a través del recurso de amparo constitucional, que,
como se ha señalado, es el recurso idóneo para precautelar las lesiones a la garantía del
debido proceso; a no ser que se constate que a consecuencia de las violaciones al debido
proceso invocadas, se colocó al recurrente en absoluto estado de indefensión, lo que no le
permitió impugnar los supuestos actos ilegales y que recién tuvo conocimiento del proceso al
momento de la persecución o la privación de la libertad.
“I. El recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, es el medio idóneo y eficaz para
conocer y restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al derecho a la
vida, la libertad o constituir una persecución o procesamiento indebido que atente o ponga en
peligro el derecho a la libertad, cuando de acuerdo a las circunstancias concretas, a pesar de
existir mecanismos de protección específicos y establecidos por la ley procesal vigente, éstos
resulten ser evidentemente inoportunos o inconducentes, de manera tal que esta acción de
defensa, por la urgencia de la situación, se configura como el medio más eficaz para restituir
Segundo Supuesto:
Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una resolución judicial de
medida cautelar que; por ende, afecta al derecho a la libertad física o de locomoción, con
carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar la misma, para que el
superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada. Puesto que el
orden legal penal ha previsto ese medio impugnativo, precisamente para que a través de un
recurso rápido, idóneo, efectivo y con la mayor celeridad se repare en el mismo órgano judicial,
las arbitrariedades y/o errores que se hubiesen cometido en dicha fase o etapa procesal. Lo
propio si está referido a cuestiones lesivas a derechos fundamentales relacionados a actividad
procesal defectuosa, o relacionado al debido proceso, casos en los cuales se debe acudir ante la
autoridad judicial que conoce la causa en ese momento procesal, puesto que el debido proceso
es impugnable a través de la acción de libertad, sólo en los casos de indefensión absoluta y
manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la privación, o restricción a la libertad
física.
Tercer supuesto:
sea mediante una solicitud de modificación, sustitución, cesación de detención preventiva, etc.,
y la misma está en trámite, en esos casos, ya no es posible acudir a la jurisdicción
constitucional impugnando la primera o anterior resolución judicial, donde se emitió el auto de
vista, inclusive; por cuanto las partes de un proceso están impelidas de actuar con lealtad
procesal, de no ser así, se provocaría una duplicidad de resoluciones en ambas jurisdicciones, e
incidiría negativamente en el proceso penal de donde emerge la acción tutelar”.
En ese orden, y a efectos de dejar claramente establecido cual es la mecánica que el actor debe
activar y agotar, previo a acudir a esta jurisdicción en busca de tutela, es preciso revisar el
sistema recursivo de impugnación comprendido en la normativa procesal penal de nuestro país,
en cuanto a la aplicación del régimen de medidas cautelares, ante su aplicación, modificación o
rechazo, el cual prevé el recurso de apelación incidental. En ese marco, el art. 251 del CPP,
modificado por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (LSNSC),
dispone que: “La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será
apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas. En ese mismo sentido
se desarrolló en las SSCC 0160/2005-R y 0181/2005-R.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
proceso, como son su vinculación directa con el derecho a la libertad o derecho de locomoción y
el agotamiento de los medios de impugnación intraprocesal, incluye la “indefensión absoluta y
manifiesta”, sosteniendo, de manera expresa, lo siguiente:
“…puesto que el debido proceso es impugnable a través de la acción de libertad, sólo en los
casos de indefensión absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la
privación, o restricción a la libertad física”.
Razonamiento que aclara la línea jurisprudencial, únicamente con relación a la última parte del
segundo supuesto, extractada y analizada de la SC 0080/2010-R, por los motivos antes
señalados; teniendo en cuenta además, que de manera implícita, el Tribunal Constitucional, en
los casos referidos a medidas cautelares de carácter personal que fueron sometidos a su
conocimiento, aplicó el razonamiento que expresamente se desarrolló en la presente Sentencia.
Establecida la línea jurisprudencial y teniendo en cuenta que el accionante agotó los medios
idóneos de impugnación referidos líneas arriba, a efectos de analizar el fondo de la causa,
corresponde referirse al principio de congruencia, bajo los siguientes aspectos.
La congruencia como elemento del debido proceso, debe ser comprendida desde dos ámbitos de
acción, de un lado, dentro de cualquier proceso como unidad, delimitando las actuaciones de las
partes procesales como del órgano jurisdiccional o administrativo; y de otro, en cuanto a la
estructura misma de las resoluciones, situación esta última que involucra la exigencia de que, en
dicho fallo, se absuelvan todos los aspectos puestos a consideración del juzgador de manera
coherente y que además de ello, se establezca una relación entre los argumentos expuestos por
las partes, los fundamentos argüidos por el juzgador donde se incluirá la base normativa, y la
parte resolutiva que deberá responder o ser el resultado del problema jurídico, analizado y
considerado por dicha autoridad.
juzgando, de manera que sobre esa acusación él pueda desvirtuar la misma, alegando,
proponiendo pruebas y participando en la práctica probatoria y en los debates, para lo que
resulta obvio, que necesariamente debía conocer con antelación suficiente los delitos que se le
acusaban, sin que la sentencia posteriormente pueda condenarle por algo de lo que antes no se
acusó y respecto de lo cual consiguientemente no pudo articular su estrategia exigida, como le
garantizaba la ley” .
“Tal razonamiento es perfectamente aplicable a todo órgano, sea público o privado, que tenga
a su cargo el decidir sobre procesos en el que las determinaciones que emanen de sus
resoluciones, sean lo suficientemente motivadas, y sobre todo congruentes, para evitar
confusiones a aquellos que se someten a tales procesos, dentro de instituciones tanto públicas
como privadas, dentro de procesos administrativos como judiciales, por lo que en mérito al
principio de favorabilidad establecido por la Constitución Política del Estado vigente en su art.
256, el derecho a la motivación y congruencia de las resoluciones, como un elemento del debido
proceso, debe tener una amplia aplicación en todo tipo de procesos, en los que los derechos
fundamentales de las personas estén controvertidos” (SC 1145/2010-R de 27 de agosto).
Por los fundamentos expuestos, se concluye que el Juez de garantías al haber denegado la
acción de libertad, evaluó correctamente los datos del proceso y las normas aplicables al mismo
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00013-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Mediante memorial de 3 de enero de 2012, cursante de fs. 22 a 26, el accionante expresa los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
El accionante refiere, que su representado fue detenido ilegalmente e imputado de manera injusta por
la presunta comisión del delito de tráfico de sustancias controladas, imponiéndosele medidas
sustitutivas a su detención preventiva, en virtud a la duda razonable y el principio de ubicuidad, dado
que no era posible que hubiere podido cometer el precitado delito, porque en ese entonces se
encontraba detenido.
I.1.3. Petitorio
Solicita que se conceda la tutela, pidiendo taxativamente lo siguiente: “se anule el auto de vista
donde se me revocan mis medidas sustitutivas y sea juzgado por autoridad imparcial” (sic).
En audiencia pública celebrada el 6 de enero de 2012, conforme consta en el acta cursante de fs.
94 a 95, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado representante del accionante ratificó los términos de su demanda, y los amplió
señalando lo siguiente: i) El Tribunal de apelación anuló la primera audiencia así como la
revocatoria de las medidas sustitutivas impuestas al representado del accionante, en cumplimiento
a un fallo emitido dentro de una acción de libertad, por falta de notificación al afectado; ii) El fallo
del Tribunal de alzada debió circunscribirse a lo preceptuado por el art. 398 del CPP; limitándose a
resolver únicamente los aspectos cuestionados en la apelación; iii) Los codemandados actuaron
ultra petita; es decir, más allá de lo pedido, porque revocaron la libertad del coimputado Eduardo
Tussel Vega, aplicando los arts. 234.6 y 235.1 y 2, todos del CPP, cuando el único aspecto apelado
por el Ministerio Público fue el primero de los citados; y, iv) Instalaron la audiencia y revocaron
las medidas sustitutivas impuestas, estableciendo detención preventiva al apelante, pese a estar
recusados.
Los demandados William Tórrez Tordoya y Edgar Carrasco Sequeiros, Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz no presentaron informe escrito y
tampoco asistieron a la audiencia señalada.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. Dentro del proceso penal seguido por Ministerio Público contra el representado del
accionante y otros, por la presunta comisión de los delitos de tráfico de sustancias controladas,
asociación delictuosa y confabulación, en atención a las apelaciones incidentales planteadas
tanto por la parte acusadora como por los imputados, mediante decreto de 12 de diciembre de
2011, la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, señaló
audiencia a efectos de la consideración del recurso de alzada para el 14 del indicado mes y año a
horas 15:30 (fs. 2).
II.2. El día y hora señalados se celebró la audiencia fijada, actuado en el cual, el Tribunal de
apelación, entre otras cosas, resolvió revocar la Resolución del Juez inferior, disponiendo la
aplicación de la detención preventiva para el representado del accionante, a ser cumplida en el
penal de Palmasola (fs. 4 a 10); emitiéndose el correspondiente mandamiento de detención en la
misma fecha (fs. 11).
II.3. Del informe de 16 de ese mismo mes y año emitido por el Secretario de Cámara de la Sala
Penal Primera, se evidencia que Eduardo Tussel Vega no fue notificado con el decreto de 12 de
diciembre de 2011 de señalamiento de audiencia (fs. 12). En virtud a lo cual, el Tribunal de
apelación, por Auto de 17 del mencionado mes y año, anuló las diligencias de notificación, así
como el acta de audiencia de apelación de medidas cautelares y el mandamiento de detención
preventiva, señalando nueva audiencia para el 19 de diciembre a horas 16:00 (fs. 12 a 13).
II.5. A horas 10:53 del 19 de diciembre de 2011, Eduardo Tussel Vega planteó recusación
contra el Tribunal de alzada, por “…interés manifiesto…” (sic), al haber expresado su opinión
sobre el proceso en la primera audiencia celebrada (fs. 20 a 21).
II.6. La Sala Penal Primera, constituida en Tribunal de apelación, en audiencia pública celebrada
el 19 de diciembre de 2011, rechazó in límine la recusación interpuesta en su contra en
aplicación del art. 321.2 del CPP, y a continuación, previo a escuchar a las partes procesales,
dispusieron la detención preventiva de Eduardo Tussel Vega por concurrir requisitos
establecidos en el art. 233.1 y 2 del CPP con relación a los arts. 235.1 y 2 y 234.6 del mismo
cuerpo legal (fs. 38 a 51).
En la presente petición de tutela, con carácter previo, es imperante establecer el objeto y la causa
de la presente acción de libertad, en ese orden, se tiene que el objeto de la petición es el
resguardo a los derechos a la libertad, seguridad jurídica, al debido proceso y a la defensa;
asimismo, la causa de la petición, versa sobre dos actos concretos denunciados como lesivos a
los derechos antes citados: a) La celebración de la audiencia de consideración de los recursos de
alzada interpuestos tanto por el Ministerio Público como por los imputados y la revocación de
medidas sustitutivas impuestas, sin previa notificación al ahora accionante; y b) La realización
de una segunda audiencia y la revocación de su libertad, a pesar de estar sancionada con nulidad
todos los actos efectuados después de la presentación de una recusación.
Prima facie, a la luz de la presente problemática, debe señalarse que el Estado Plurinacional de
Bolivia, a través de la Constitución Política del Estado aprobada por Referendo Constitucional el año
2009, adoptó un sistema plural de control de constitucionalidad, reconociendo un ámbito específico
de control tutelar destinado a la defensa pronta y oportuna de derechos fundamentales, en ese
contexto, la acción de libertad disciplinada en el artículo 125 de la CPE, es un mecanismo de defensa
eficaz e idóneo para la tutela de los derechos a la vida, a la libertad física o de locomoción; asimismo,
constituye un mecanismo de defensa frente a procesamientos indebidos y persecuciones ilegales
vinculados con el derecho a la libertad.
En el orden de ideas desarrollado, es menester señalar que las decisiones resueltas en revisión en
ejercicio del control tutelar de constitucionalidad, adquieren la calidad de cosa juzgada material.
La cosa juzgada en materia constitucional asegura que merced a la identidad de objeto, sujetos y
causa, la decisión no pueda ser modificada ni alterada de manera ulterior; en ese contexto, para
evitar duplicidad de fallos y por ende para prevenir el peligro de alteración de fallos con calidad
de cosa juzgada, en resguardo de una eficaz seguridad y certeza jurídica, existe una prohibición
de activación ulterior de mecanismos de tutela con identidad de objeto, sujeto y causa.
Ahora bien, en el marco del nuevo diseño constitucional y de acuerdo a la ingeniería propia de la
acción de libertad y a la naturaleza del control tutelar plural de constitucionalidad, debe
establecerse que el contenido de la línea jurisprudencial precedentemente citada es razonable y
compatible con el nuevo modelo constitucional por lo que debe ser asumida por este nuevo
Tribunal Constitucional Plurinacional.
inequívocamente debe establecerse que una vez interpuesta la acción de libertad, no puede
activarse ulteriormente este mismo mecanismo, porque de lo contrario se generaría una
disfunción procesal contraria a la seguridad y certeza jurídica.
III.1.1. Análisis del primer acto denunciado como lesivo a los derechos del accionante
Del contenido del memorial de acción de libertad, se establece que el primer acto
denunciado como lesivo a los derechos a la libertad, seguridad jurídica, al debido proceso y
a la defensa, versa sobre la celebración de la audiencia de consideración de los recursos de
alzada interpuestos tanto por el Ministerio Público como por los imputados y la revocación
de medidas sustitutivas impuestas, sin previa notificación al ahora accionante. En ese
contexto, de la compulsa de antecedentes, se establece que mediante memorial presentado
el mismo 16 de diciembre de 2011 a horas 17:31, se constata que Eduardo Tussel Vega,
interpuso una primera acción de libertad a través de la cual, textualmente denunci a lo
siguiente: “El M.P en audiencia apela, se remiten actuados a la Corte Superior de Distrito,
en su Sala Penal Primera y los vocales recurridos sin notificarme llevan a cabo la audiencia
de apelación y me revocan mis medidas sustitutivas sin siquiera permitirme defender” (sic)
(fs. 15 a 18 vta.).
III.2. Las reglas de la recusación en materia penal, a la luz del procesamiento indebido
Considerando que el segundo acto denunciado como lesivo se refiere a un supuesto vinculado
con las reglas de una recusación, en este estado de cosas, corresponde realizar el siguiente
análisis:
En primera instancia, no podría abordarse la presente problemática sin analizar con carácter
previo la naturaleza jurídica de la acción de libertad, en tal sentido, a la luz del sistema
interamericano de protección de derechos humanos, cuya normativa, decisiones, opiniones
consultivas u otros lineamientos son vinculantes para el Estado Plurinacional de Bolivia -tal
como lo entendió la SC 0110/2010-R de 10 de mayo-, debe establecerse que la piedra angular
que estructura este sistema interamericano de protección de derechos humanos, está constituida
por la Convención Americana de Derechos Humanos, instrumento que por su naturaleza y en el
marco del mandato inserto en el art. 410 de la CPE, forma parte del bloque de constitucionalidad
del Estado Plurinacional de Bolivia; bajo esta perspectiva, el art. 25.1 de esta normativa, señala
que “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución, la ley o la presente Convención, aún
cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales”, disposición que de acuerdo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),
constituye “…uno de los pilares básicos, no sólo de la Convención Americana, sino del propio
Estado de Derecho en una sociedad democrática en el sentido de la Convención”.
En ese contexto, el art. 125 de la CPE, disciplina la acción de libertad señalando lo siguiente:
“Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que
es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad
y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde
tutela a su vida, cesa la persecución indebida y se restablezcan las formalidades legales o se
restituya su derecho a la libertad”, diseño que es perfectamente compatible con la definición que
la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha desarrollado para este mecanismo, instancia
que ha catalogado a esta institución como una herramienta indispensable y de gran polivalencia
al ser “el medio idóneo tanto para garantizar la libertad, controlar el respeto a la vida e
integridad de la persona, e impedir su desaparición o la indeterminación de su lugar de
detención, así como para proteger al individuo contra la tortura u otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes”.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el “contenido esencial” de esta garantía, está
configurado por sus presupuestos de activación, que a la luz de la ingeniería del art. 125 de la
CPE, son cuatro: a) Los atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación del derecho a la
libertad; c) Cualquier acto u omisión que constituya procesamiento indebido; y, d)
Cualquier acto o omisión que implique persecución indebida. En mérito a lo expuesto,
ciñéndonos estrictamente al objeto y la causa de la presente problemática, es objetivo de la
presente sentencia, abordar con carácter previo, la temática del procesamiento indebido, tarea
que será desarrollada infra.
En efecto, para entender la dogmática del procesamiento indebido, es imperante determinar con
claridad la génesis constitucional del debido proceso como garantía constitucional, bajo este
aspecto, debe señalarse que la Convención Americana de Derechos Humanos, en su art. 8
disciplina las garantías judiciales propias de un procesamiento adjetivo enmarcado a derecho, en
ese contexto, los arts. 115, 116, 117, 119, 120 y 121 de la CPE, regula las reglas de un debido
proceso; bajo estos parámetros -en una interpretación acorde a la Constitución y los Tratados
internacionales referentes a Derechos Humanos-, debe señalarse que todo Estado Social y
Democrático de Derecho, como es el caso del Estado Plurinacional de Bolivia, a través del
órgano competente y como emergencia de la decisión fundada de un juez imparcial e
independiente, está facultado a establecer sanciones a toda persona previo cumplimiento de
presupuestos procesales o adjetivos establecidos por ley, en igualdad procesal, al amparo
de un amplio derecho a la defensa tanto técnica como material, en el marco de los
principios de contradicción y celeridad procesal; asimismo, en virtud a las reglas del debido
proceso, se debe garantizar el derecho a la impugnación, al desarrollo de todos los
presupuestos y las etapas procesales en estricta observancia de todas las garantías
reconocidas por la Ley Fundamental, Tratados Internacionales y leyes vigentes.
En este estado de cosas y una vez definido el debido proceso en materia penal, corresponde
ahora, establecer los mecanismos vigentes para su protección, conocidos en teoría de los
Derechos Humanos como garantías procesales eficaces para la tutela del debido proceso, en ese
contexto, cabe señalar que en la economía procesal-constitucional boliviana, se encuentra
reconocida expresamente disciplinada la acción de libertad como mecanismo idóneo para tutelar
el procesamiento indebido.
pública, denunciados, deben estar vinculados con la libertad por operar como causa directa
para su restricción o supresión; b) Debe existir absoluto estado de indefensión, es decir, que el
recurrente no tuvo la oportunidad de impugnar los supuestos actos lesivos dentro del proceso y
que recién tuvo conocimiento del mismo al momento de la persecución o la privación de la
libertad”. Dichos entendimientos, además, en el orden del nuevo régimen constitucional
vigente, fueron asumidos de manera uniforme por las SSCC 0012/2010-R, 0014/2010-R,
0015/2010-R y 0034/2010-R entre otras.
Ahora bien, en el marco de las reglas del debido proceso, corresponde determinar los
presupuestos para recusaciones establecidos en las normas adjetivas vigentes. En ese contexto,
es pertinente establecer que los presupuestos procesales de las recusaciones en procesos penales,
forman parte de las reglas de un debido proceso y su vulneración, deberá ser tutelada a través de
la acción de libertad, siempre y cuando el acto lesivo se hubiere cometido como emergencia de
la imposición de una medida cautelar de carácter personal que esté directamente vinculado con
la libertad y se hubieran agotado todos los mecanismos intraprocesales de defensa establecidos
en la normativa imperante.
En este orden, debe señalarse que el Código de Procedimiento Penal, en el marco de las reglas
de un debido proceso, disciplina el trámite de recusación, señalando taxativamente en su artículo
320 lo siguiente: “La recusación se presentará ante el juez o tribunal que conozca el proceso,
mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba y acompañando la documentación
correspondiente”.
separación del juez será definitiva aunque posteriormente desaparezcan las causales que las
determinaron”. Luego de este supuesto, de manera textual señala esta disposición: “Las excusas
y recusaciones deberán ser rechazadas in límine cuando: 1. No sea causal sobreviniente; 2.
Sea manifiestamente improcedente; 3. Se presente sin prueba en los casos que sea
necesario; o 4. Habiendo sido rechazada sea reiterada en los mismos términos” (resaltado
nos corresponde).
Ahora bien, para el establecimiento de las reglas de un debido proceso en relación al tópico de
recusaciones, es imperante interpretar a la luz de pautas exegéticas, teleológicas y sistémicas, la
disposición legal antes señalada, en ese orden, a diferencia del anterior régimen adjetivo
aplicable en materia de recusaciones, esta nueva disposición, de acuerdo al tenor literal,
introduce un aspecto adicional, es decir el rechazo in límine de recusaciones, disciplinando
específicamente los requisitos para este fin.
En ese orden, en una interpretación literal del art. 321 de la Ley 007, acorde con pautas
teleológicas y sistémicas, se tiene que la prohibición de conocimiento de ulteriores actos
procesales una vez promovida la recusación, es un presupuesto aplicable para las
recusaciones formuladas en el marco del art. 320 del CPP; empero, considerando que el
rechazo in límine no contempla las causales del art. 320 del CPP, sino por el contrario, sus
presupuestos son distintos, del tenor literal del art. 321, se establece que no existe una
regulación normativa expresa del procedimiento de rechazo in límine de recusaciones
formuladas en procesos penales, razón por la cual, de acuerdo a pautas objetivas de
interpretación, a la luz del debido proceso, deberán interpretarse los postulados a seguirse.
III.2.1. Análisis del segundo acto denunciado como lesivo a los derechos del accionante
Del contenido de la acción de libertad, se establece que el accionante, como segundo acto lesivo
a sus derechos, denuncia la realización de una segunda audiencia y la revocación de su libertad,
a pesar de estar sancionada con nulidad todos los actos efectuados después de la presentación de
una recusación.
Antes de ingresar al análisis de la problemática, es necesario establecer que los dos actos
denunciados como lesivos a través de la presente acción de libertad, tienen naturaleza
autónoma e independiente, razón por la cual, si bien en cuanto al primer acto denunciado
como lesivo no puede ingresarse al análisis de fondo de la problemática por existir identidad de
objeto, sujetos y causa; no es menos cierto que al ser el segundo acto denunciado como lesivo
diferente y autónomo al primero, su análisis merece un análisis particular que será desarrollado
infra.
Por los fundamentos expuestos, se concluye que el Juez de garantías al haber denegado la
acción de libertad, evaluó correctamente los datos del proceso y las normas aplicables al mismo
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00063-2012-01-AAC
Departamento: Beni
Por memorial presentado el 18 de enero de 2012, cursante de fs. 141 a 146 vta., la accionante
expone los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Los vocales demandados, pronunciaron el Auto 184/11 de 29 de noviembre de 2011, por el cual
declararon infundado el recurso de casación interpuesto contra el Auto de Vista 09/11 de 16 de
mayo de 2011 dictado por el Juez Segundo de Partido en lo Civil, recurso que se fundamentó en
los siguientes hechos: a) El Auto de apertura de término de prueba, solo fija los puntos a ser
probados por la demandante, no así los de la parte demandada, lo que vulnera los derechos a la
defensa y al debido proceso, por lo que correspondía disponer nulidad de obrados; b) El Auto de
Vista impugnado no se basó en los hechos expuestos en la Sentencia y que fueron objeto de
apelación, sino en otros que jamás fundaron la demanda, que no fueron objeto de prueba,
tampoco apelados, c) El ad quem violó el Estatuto del Funcionario Público, al afirmar en el Auto
de Vista que los demandantes al tener la calidad de 'servidores públicos de libre nombramiento o
provisorios', se encuentran protegidos por la estabilidad laboral, por lo que no podían ser
despedidos sin justificativo legal, y que al haberlo sido, correspondía el pago de daños y
perjuicios, cuando dicho Estatuto a esta clase de servidores no les reconoce el derecho a la
estabilidad laboral, menos el pago de daños y perjuicios por resolución del contrato antes del
vencimiento del plazo de vigencia; y, d) El ad-quem al confirmar la Sentencia porque la
demandada no probó que la Resolución del contrato fue justificada, violó el art. 375.1 del
Código de Procedimiento Civil (CPC), ya que los demandantes al no haber probado que su
contrato se regía por el Código Civil y que les asistía el derecho al pago de daños y perjuicios,
de su parte, no se encontraba obligada a probar el hecho impeditivo de los derechos de los
demandantes.
Afirma que los puntos antes expuestos están debidamente fundamentados en el recurso de
casación, pese a ello, los Vocales lejos de pronunciarse al respecto, deciden simplemente
declarar infundado el recurso, en base a lo siguiente: 1) Al no haber apelado el Auto de apertura
de término de prueba, la instancia de impugnación se encontraba precluida; 2) El
reconocimiento de daños y perjuicios deviene de la ruptura unilateral del contrato que hizo la
institución demandada, por lo que corresponde el pago de salarios por los meses
comprometidos; 3) El contrato se enmarca en los alcances del art. 5 del Estatuto del Funcionario
Público (EFP), por lo que los términos que regulan la relación contractual, son los establecidos
en el contrato; y, 4) El hecho de que el contrato no se encuentre en los alcances de la Ley
General del Trabajo o del Estatuto del Funcionario Público, no importa por sí, que al actor le
asista el derecho a la reparación de los daños sufridos por la resolución del contrato conforme a
la norma civil. En consecuencia, los Vocales demandados no se pronunciaron respecto a los
hechos descritos en los puntos 2, 3 y 4 de los fundamentos del recurso de casación, vale decir,
sobre la violación de los arts. 236 y 375.1 del CPC y 7 del EFP, vulnerando la garantía del
debido proceso.
Agrega que los Vocales demandados, al haber condenado a la Alcaldía de San Ramón al pago de
daños y perjuicios a favor de los demandantes, por haber resuelto un contrato de trabajo sin
justificación alguna, violaron los arts. 2, 3, 4, 5 y 7 del EFP, pues en el Auto de Vista
impugnado se llegó a la conclusión de que los contratos de trabajo de los demandantes están
enmarcados en el art. 5 inc. c) del EFP, cuando al haber sido funcionarios de libre
nombramiento, tenían la calidad de servidores públicos, lo que importaba que su relación laboral
se encontraba regida en el ámbito del Estatuto del Funcionario Público y no por los términos y
condiciones estipulados en el contrato, ya que estos funcionarios no se sujetan a las
disposiciones relativas a la carrera administrativa, al tratarse de personal de confianza y
asesoramiento técnico especializado, donde su contratación opera de manera directa y no se
encuentran garantizados por la estabilidad laboral, lo que permite puedan ser retirados sin previo
aviso y sin necesidad de justificativo legal alguno, por lo que al haber condenado al pago de
daños y perjuicios por resolución unilateral del contrato de trabajo siete meses antes de su
conclusión, obligando a cancelar la totalidad de los sueldos comprometidos, se vulneró el
“derecho” a la seguridad jurídica.
La accionante estima vulnerados los derechos al debido proceso y a la “seguridad jurídica”, sin
citar norma alguna.
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 26 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
155 a 161, se produjeron los siguientes actuados:
Marlene Vaca Arteaga y Percy Solares Chávez, Vocales de la Sala Civil del Tribunal
Departamental de Justicia del Beni, brindaron informe por escrito que cursa de fs. 153 a 154 y
vta., señalando: i) Respecto a que el Auto de relación procesal sólo fijó hechos a probar para el
demandante y no para el demandado, en el Auto impugnado señalaron expresamente que el
mismo pudo ser objeto de apelación conforme al art. 371 del CPC, que la accionante no hizo uso
oportuno, por lo que es aplicable el principio de preclusión y/o convalidación; ii) Sobre la
casación en el fondo, al haber sus autoridades confirmado los fallos de instancia, dichos jueces
como causantes del supuesto agravio, también tiene legitimación pasiva para esta acción; iii) Las
consideraciones legales respecto a que el pago de daños y perjuicios, fuera contrario al Estatuto
del Funcionario Público, así como la ausencia de prueba sobre la naturaleza civil de la acción y
la calidad de funcionarios públicos de los actores, corresponde a los jueces de instancia y a sus
autoridades como tribunal de casación, según establece la SC 1461/2011-R, cuando señala que
la interpretación de la legalidad es responsabilidad y atribución únicamente de los tribunales
ordinarios que conoce la causa, siendo que conforme a la misma Sentencia, para que el Tribunal
de garantías pueda cumplir la labor de revisión de la interpretación de la legalidad ordinaria, es
necesario que la parte procesal que se considere agraviada, exprese de manera adecuada y
precisa los fundamentos jurídicos, exponiendo con claridad y precisión los principios o criterios
de interpretación que no fueron cumplidos o desconocidos; iv) En este caso, la acción no cumple
en lo mínimo tales presupuestos, tampoco los accionantes en el curso del proceso opusieron
excepción alguna de incompetencia, ni presentaron pruebas, habiéndose apersonado luego de
purgar su rebeldía para deducir recurso de apelación de la Sentencia; v) No es pertinente
observar la competencia de los jueces que conocieron el proceso ordinario cuando en su
oportunidad no lo hicieron, más aún cuando la valoración de la prueba respecto a dicha
competencia u otros aspectos del proceso, corresponde a los jueces y tribunales ordinarios, como
señala la SC 1140/2011-R; y, vi) En el fondo de la litis se remitieron al contrato y a los
antecedentes del proceso, concluyendo que la ruptura unilateral del mismo, debe ser sancionada
con la reparación de daños y perjuicios establecidos en la Sentencia.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal del Tribunal Departamental de Justicia del Beni, constituido en Tribunal de
garantías, dictó la Resolución 001/2012 de 26 de enero, cursante de fs. 158 a 161, por la cual
denegó la tutela, “sin multas, daños y perjuicios” (sic) con los siguientes fundamentos: a) De la
valoración de los hechos se concluye que el contrato que motivo el proceso ordinario es de
naturaleza mixta, pues por un lado rige conforme a las reglas del Estatuto del Funcionario
Público y por otro tiene caracteres propios de los contratos civiles; b) En el presente amparo se
plantea la protección de dos derechos, el debido proceso y la seguridad jurídica, este último dejo
de ser derecho en el marco de la nueva Norma Fundamental, por lo que solo toca analizar el
tema relativo al debido proceso; c) No es desproporcionada, arbitraria ni con error evidente la
interpretación de la naturaleza mixta del contrato sobre la que versó el Juez de apelación, pues
en el fondo, los terceros interesados no piden reincorporación, tampoco beneficios sociales,
resultando razonable que por la resolución del contrato sin ninguna justificación se tenga que
II. CONCLUSIONES
II.1. En el proceso sumario sobre pago de daños y perjuicios por resolución unilateral de
contrato, instaurado por Petronila Zema Paz y Horacio Nilaca Huasico, representados
legalmente por Claudia Ortiz Villarroel, contra la Alcaldía Municipal de San Ramón,
representada por la Alcaldesa Margoth Arriaga Damm, ahora accionante; el Juez Primero de
Instrucción en lo Civil de la Capital, dictó la Sentencia 37/10 de 22 de noviembre de 2010, por
la que declaró probada la demanda, ordenando el pago a la institución demandada de Bs6 060.-
(seis mil sesenta bolivianos) y Bs16 160.- (dieciséis mil ciento sesenta bolivianos) en favor de
los demandantes, respectivamente (fs. 79 a 82 vta.).
II.2. Por memorial presentado el 18 de diciembre de 2010, Margoth Arriaga Damm, Alcaldesa
Municipal de San Ramón, purgando su rebeldía, se apersonó al proceso e interpuso recurso de
apelación de la Sentencia (fs. 100 a 105 vta.). Previa contestación de la parte demandante (fs.
108 a 109), por Auto de 12 de enero de 2011, se concedió el recurso por ante el superior en
grado (fs. 110).
II.3. Por Auto de Vista 09/2011 de 16 de mayo, el Juez Segundo de Partido en lo Civil,
confirmó la Sentencia apelada, en cuanto a la condenación del monto de Bs6 060.- a favor de
Petronila Zema Paz y Bs16 160.-, indicando como beneficiario a Horacio Nilaca Huasico (fs.
115 a 117).
II.5. La Sala Civil del Tribunal Departamental de Justicia del Beni, por “Auto de Vista” 184/11
de 29 de noviembre de 2011, declaró infundado el recurso de casación, con los siguientes
fundamentos: i) El Auto que traba la relación procesal y fija los puntos de hecho a probar, no fue
objeto de observación alguna; ii) El reconocimiento de daños y perjuicios deviene de la ruptura
unilateral del contrato realizado por la institución demandada, por cuya consecuencia
corresponde el pago de salarios por los meses comprometidos; iii) El contrato, tal cual señala el
Auto recurrido y lo precisa la demanda, se enmarca en el art. 5 del EFP, por lo que los términos
que regulan la relación contractual, son los establecidos en dicho contrato; y, iv) El hecho de que
no se encuentre dentro los alcances de la Ley General del Trabajo o del Estatuto del Funcionario
Público, no importa por sí, el derecho que asiste al actor para la reparación de los daños sufridos
por la decisión del Alcalde de resolución del contrato al amparo de la norma civil (fs. 135 a
136).
III.1. La acción de amparo constitucional no es una instancia procesal adicional que forme
parte de las vías legales ordinarias
La acción de amparo constitucional prevista por el art. 128 de la Constitución Política del Estado
(CPE), ha sido instituida contra los actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores
públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman, o amenacen restringir o
suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley; constituye un medio de tutela de
carácter extraordinario, regido por los principios de subsidiariedad e inmediatez.
De otro lado, cabe señalar que la jurisdicción constitucional, dada su naturaleza y fines, está
impedida de revisar o sustituir por otra la interpretación de la legalidad ordinaria realizada con
plenitud de jurisdicción y competencia por los jueces y tribunales de la jurisdicción común, en el
En ese orden, la citada Sentencia Constitucional, acotó que para que la jurisdicción
constitucional ingrese a revisar la interpretación de la legalidad ordinaria efectuada por el órgano
jurisdiccional, es imprescindible que el agraviado: “'…1. Explique por qué la labor
interpretativa impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda
o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación que fueron
omitidas por el órgano judicial o administrativo; y, 2. Precise los derechos o garantías
constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de causalidad
entre éstos y la interpretación impugnada; dado que sólo de esta manera la problemática
planteada por el recurrente, tendrá relevancia constitucional'”. Con similar razonamiento, la
SC 1758/2010-R de 25 de octubre, entre muchas otras.
Conforme se tiene establecido de los antecedentes que cursan en obrados, la acción de amparo
constitucional que ahora se revisa, emerge de un proceso de carácter sumario sobre pago de
daños y perjuicios por resolución unilateral de contrato, sustanciado entre la representante legal
de Petronila Zema Paz y Horacio Nilaca Huasico y la Alcaldía Municipal de San Ramón,
representada por la accionante en calidad de Alcaldesa; litigio en el cual se dictó Sentencia de
primera instancia declarando probada la demanda, etapa a la cual por lo demás, no se apersonó
la entidad demandada y por ende no asumió defensa alguna, ni opuso excepciones a través de las
cuales bien pudo revertir en su momento muchos de los aspectos ahora cuestionados,
incurriendo así en negligencia que ha derivado además en la aplicación del principio de
preclusión; asumiendo defensa recién a tiempo de interponer recurso de apelación y luego de
purgar su rebeldía, recurso que motivo el Auto de Vista correspondiente que confirmó la
Sentencia apelada en cuanto a los montos a cancelar a los demandantes por concepto de daños y
perjuicios por la rescisión; y que habiéndose recurrido de casación de dicha Resolución, los
vocales ahora demandados declararon infundado el recurso. Vale decir, que se trata de un
proceso concluido en todas sus fases posibles conforme a la normativa procesal civil, donde
cada una de las Resoluciones de instancia y de casación resultaron adversas a la entidad
representada por la accionante, quien al no contar ya más con ningún recurso o medio legal para
revertir esa situación ante la jurisdicción ordinaria, pretende utilizar el amparo constitucional
como una instancia procesal adicional o complementaria, lo que conforme se vio, no condice
con la naturaleza de esta acción tutelar, pretendiendo a la par que la jurisdicción constitucional,
ingrese a revisar la interpretación de la legalidad ordinaria realizada por los jueces y tribunales
de instancia, con relación a las normas legales a ser aplicadas en la litis, así como de las pruebas
aportadas en cuanto a la validez o no del contrato en cuestión y sus alcances, labor que según se
dijo, atañe a los jueces y tribunales ordinarios con plenitud de jurisdicción y competencia, sin
que la accionante haya cumplido con las sub reglas que de acuerdo a la jurisprudencia
constitucional permitirían ingresar a examinar dicha revisión, limitándose simplemente a
expresar su propia interpretación y valoración en cuanto a los alcances de la normativa inherente
a los servidores públicos y la inaplicabilidad de los términos y condiciones estipulados en los
contratos que fueron aportados como prueba por la parte demandante en el proceso.
POR TANTO
2º Se llama la atención al Tribunal de garantías por haber remitido los antecedentes para
revisión, fuera del plazo establecido en el art. 129.IV de la CPE.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00015-2012-01-AAC
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 15/2012 de 17 de enero, cursante de fs. 190 a 193 vta. pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Clemente Oña Quiroga contra
Esteban Urquizu Cuéllar y Emerson Mirko Martínez Tapia, Gobernador y Juez
Sumariante, respectivamente ambos del Gobierno Autónomo de Chuquisaca.
Por memorial presentado el 9 de enero de 2012, cursante de fs. 54 a 64 vta., el accionante manifestó que:
Por otra parte, señala que, mediante acta de verificación de notificación a Clemente Oña, la Notaria
de Fe Pública de Primera Clase, Mónica Caballero Asebey, el 5 de enero de 2012, pudo dar fe de
que el memorial del recurso jerárquico de 24 de mayo de 2011, no fue derivado para su resolución
ante la MAE del Gobierno Autónomo de Chuquisaca, sino, erróneamente se derivó a la Unidad
Jurídica.
El accionante refiere haber sido notificado con la apertura del proceso sumario administrativo -
Resolución 10/2011 de 18 de abril-, seguido en su contra por el Juez Sumariante, Germán Espada,
por la presunta contravención de los arts. 8 del Estatuto del Funcionario Público (EFP); 3 y 7 inc.
e) del Decreto Supremo (DS) 23318-A y 49 del Estatuto del Funcionario Prefectural (vigente en
ese entonces), el cual fue llevado a cabo con una serie de ilegalidades, como ser: a) La autoridad
Sumariante, Germán Espada, no tenia competencia para sustanciar y resolver el proceso
administrativo incoado contra su persona; b) La Resolución 010/2011 de 12 de mayo, dictada por
la anterior autoridad sumariante, carece de fundamentación y motivación, vulnerándose así la
garantía del debido proceso y este acto administrativo omisivo, impidió que asuma una adecuada
defensa; c) Demetrio Daza nunca remitió a la MAE, el recurso jerárquico interpuesto por el
accionante; y, d) No se advierte la valoración que el Sumariante otorgó a los elementos probatorios
respecto a las pruebas de descargo.
Por lo expuesto, señala que según el carnet presentado por el accionante, tiene una discapacidad
física-motora en un porcentaje de 32% y conforme al art. 5.I del DS 29608 de 14 de octubre de
2009, goza de estabilidad e inamovilidad laboral; por lo que busca la tutela efectiva también del
derecho al trabajo, puesto que no sólo afecta al bienestar de su persona sino también a su entorno
familiar.
Finalmente el accionante refiere, haber sido notificado con la última decisión administrativa el 8 de
julio de 2011 y encontrándose la presente acción interpuesta dentro del plazo de los seis meses,
establecidos por el art. 129.II de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 17 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 187 a
189 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Mediante informe de 17 de enero de 2012, cursante de fs. 179 a 183, Emerson Mirko Martínez
Tapia, Alfredo Martínez y Wilson Meneses Zelaya en representación legal de Esteban Urquizu
Cuéllar, Gobernador del departamento de Chuquisaca refieren lo siguiente: i) La presente acción
debe ser interpuesta en el plazo de los seis meses computables a partir de la comisión de la
vulneración alegada o de notificada la última resolución administrativa o judicial, conforme lo
establecen los arts. 129.II de la CPE y 59 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional
(LTCP); por tanto, el accionante fue notificado con la Resolución Administrativa (RA) 213/2011
de 1 de julio, emitida por el Gobernador del departamento de Chuquisaca, el 8 de julio de 2011 y la
acción de amparo constitucional fue presentada el 9 de enero de 2012; es decir, a los seis meses y
un día de la emisión de la última decisión administrativa; por lo que, se encuentra fuera de plazo;
ii) A través de la acción de amparo constitucional, el accionante ha impugnado la RA 010/2011, la
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se señalan
seguidamente:
II.1. Mediante Resolución Administrativa Gubernamental 213, emitida dentro del proceso sumario
administrativo instaurado contra Clemente Oña Quiroga, se confirmaron la Resolución Final de la
Autoridad Sumariante 010/2011 y la Resolución al recurso de revocatoria 015/2011 de 3 de junio,
ambas emitidas por el Sumariante del Gobierno Autónomo de Chuquisaca (fs. 150 a 156).
II.2. Por diligencia de 8 de julio de 2011, se ejecutó la notificación con intervención notarial, de la
Resolución Administrativa Gubernamental 213 (fs. 51 vta.).
El accionante alega que se han vulnerado los derechos a la vida, a la salud, al trabajo, al debido
proceso, a la presunción de inocencia y a la seguridad jurídica, siendo que al ser una persona
discapacitada goza de estabilidad e inamovilidad laboral; sin embargo, sostiene que mediante
actos administrativos ilegales fue destituido de su fuente laboral y pese a haber recurrido a la vía
administrativa, mediante Resolución Administrativa Gubernamental 213 confirmaron la
Resolución Final de la Autoridad Sumariante 10/2011 de 12 de mayo y consiguientemente la
Resolución del recurso de revocatoria 15/2011 de 3 de junio, mismas que dispusieron la
destitución de su fuente laboral.
La acción de amparo constitucional consagrada por el art. 128 de la CPE, se instituye por la Norma
Fundamental como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o indebidos de
los servidores públicos o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la misma Constitución Política del Estado y la
ley.
Asimismo, el art. 129.I de la CPE, establece que: “…se interpondrá por la persona que se crea
afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo
con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados”, entendido como el principio de subsidiariedad, interpretándose que si previamente
no se agoto la vía judicial o administrativa, no puede activarse la acción de amparo constitucional,
advirtiendo en el parágrafo II del citado art. 129 el principio de inmediatez; es decir, que esta
acción debe ser interpuesta en el plazo máximo de seis meses a computarse a partir del
conocimiento del hecho, o de emitida la última resolución administrativa o judicial que causó el
agravio.
Al efecto, la SC 1157/2003-R de 15 de agosto, que señala: “…por principio general del derecho
ningún acto procesal puede pretender que el órgano jurisdiccional esté a su disposición en
forma indefinida, sino que sólo podrá estarlo dentro de un tiempo razonable, pues también es
importante señalar que si en ese tiempo el agraviado no presenta ningún reclamo implica que no
tiene interés alguno en que sus derechos y garantías le sean restituidos” (las negrillas y el
subrayado son nuestras).
Por otra parte la referida SC 0792/2007-R, concluyó que: “…el principio de inmediatez está
basado en el principio de preclusión de los derechos para accionar, lo que significa que para
poder ingresar al análisis de fondo de la problemática que se plantea en este tipo de acciones
tutelares, quien recurre de amparo constitucional debe interponer su acción dentro del plazo de
seis meses de conocido el acto o hecho ilegal o de agotados los medios o recursos que la ley le
otorga para subsanar la supuesta lesión, caso contrario, se estaría incumpliendo con el citado
principio del recurso de amparo constitucional” ( las negrillas y subrayado nos pertenecen).
En síntesis, la interposición de la acción de amparo constitucional fuera del plazo de los seis meses,
previsto en el art. 129.II de la CPE, no implica una simple y llana exigencia, sino más bien
responde al tiempo prudente de tolerancia o aceptación del acto lesivo que se acusa, de lo contrario
da lugar al principio de preclusión del derecho de acudir a esta acción tutelar ante la jurisdicción
constitucional; por cuanto el ciudadano o afectado en sus derechos o garantias, por su propio
interés debe ser diligente y acudir sin ningún tipo de espera a la protección de los mismos, de no
ser así su actitud llega a ser negligente en causa propia llevándolo a una consecuencia jurídica, que
es la extemporaneidad de la presentación de la acción; lo que significa que no se puede ingresar al
análisis de fondo.
En el presente caso, el accionante manifiesta que al ser una persona discapacitada goza del derecho
a la inamovilidad laboral; empero, a raíz de ser sujeto de tres llamadas de atención se le inició un
proceso sumario administrativo, donde se dispuso la destitución de su fuente laboral, por el
incumplimiento del deber de acatar las determinaciones emitidas por el superior jerárquico; por lo
que, sostiene que se han vulnerado los derechos y garantías fundamentales.
posterior de la Sala Civil Primera de ese Tribunal refiere que fue a horas 11:40 del 9 de enero de
2012, evidenciando que existe un error en el que incurrió la Unidad de Plataforma; es decir, en el
año mencionado; sin embargo, se concluye que el memorial coincide con el año consignado en la
recepción de Sala; por tanto se puede corroborar que el año correcto de su recepción es 2012.
En ese entendido y con todas las aclaraciones realizadas, se evidencia que el cómputo del plazo de los
seis meses en el presente caso es realizado a partir de la ultima notificación con la última decisión
administrativa -Resolución Administrativa Gubernamental 213 de 1 de julio de 2011-, toda vez que el
accionante fue notificado el 8 de julio de 2011, con intervención notarial y en su memorial señaló que
no tuvo conocimiento efectivo de la misma; empero, después presentó su memorial el 9 de enero de
2012; por tanto, se puede afirmar que en antecedentes existe prueba de la constancia objetiva de
dicho actuado y da lugar a la aplicación del principio de inmediatez, ya que el accionante a
momento de presentar la acción se encontraba a los seis meses y un día de la última notificación,
por ende ha operado la caducidad o el principio de preclusión del derecho de acudir a esta acción
tutelar; situación que en el presente caso inviabiliza por extemporáneo, el ingreso al análisis de
fondo de la acción planteada.
Por otra parte, cabe señalar que a pesar de tratarse de una persona discapacitada o con capacidades
especiales y que a través del art. 72 de la CPE, el Estado garantizará a las personas con
discapacidad los beneficios que se encuentran en la ley, es pertinente hacer notar que no existe
ningún tipo de exclusión para el cumplimiento del requisito de inmediatez en la presente acción y
al respecto el art. 14.V de la CPE, indica que: “las Leyes Bolivianas se aplican a todas las personas,
naturales o jurídicas, bolivianas o extranjeras, en el territorio boliviano”; es decir, todas las
personas tenemos el deber de cumplir las leyes bolivianas y en el presente caso no existe norma
expresa que disponga la excepción del cumplimiento de este requisito; por lo que, con todos los
fundamentos esgrimidos se puede colegir que se hace inviable la consideración de la acción de
amparo constitucional por el incumplimiento al principio de inmediatez.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de Libertad
Expediente: 00055-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 20 de enero de 2012, cursante de fs. 10 a 12 vta., el accionante por
su representado, expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
verifique que la detención preventiva excede el mínimo legal del delito de mayor gravedad,
procederá la cesación, debiendo el juez o tribunal aplicar las medidas cautelares que
correspondan previstas en el art. 240 del mencionado Código; empero, la Resolución fue
confirmada, bajo el fundamento principal que no se habrían desvirtuado los riesgos procesales y
como tampoco se aportó prueba al efecto; de igual forma, la Sala indicó no ser suficiente el
transcurso del tiempo, toda vez que el peligro de obstaculización duraría todo el proceso según
la SC “225/2004” y que conforme la SC 1131/2011-R de 19 de agosto, para aplicar el art. 239
del CPP, no basta el transcurso del tiempo sino que deben desvirtuarse los riesgos procesales.
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 25 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 24
a 30 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Virginia Janeth Crespo Ibáñez y Ricardo Chumacero Tórrez, Vocales de la Sala Penal Primera,
en el informe escrito cursante de fs. 16 a 18, señalan: a) De la revisión de antecedentes se
establece que no se ha brindado ningún otro elemento de juicio a su Tribunal y tampoco al
inferior, por el que se desvirtúe el riesgo de obstaculización contenido en el art. 235.2 y 3 del
CPP; b) No es suficiente el transcurso del tiempo para otorgar la cesación a la detención
preventiva, sino que además es necesario desvirtuar los riesgos procesales, toda vez que las
resoluciones dictadas en medidas cautelares, por su naturaleza y características procesales
propias, no causan estado y son modificables o revocables aún de oficio, por determinación del
art. 250 del mismo Código; c) Si bien el art. 239 del CPP, permite la cesación de la detención
preventiva, conforme la SC 0832/2011-R de 3 de junio, también el Tribunal Constitucional en la
SC 1131/2011-R de 19 de agosto, estableció que en el caso del numeral 3 del indicado artículo,
además del transcurso del tiempo, se exige que el imputado demuestre con elementos de
convicción necesarios, que los motivos que fundaron su detención preventiva han sido
modificados o ya no existen; d) En autos, si bien se adjuntó certificado médico, de la revisión de
los antecedentes se tiene que el imputado no ha presentado elemento alguno que pueda
desvirtuar los riesgos procesales por los que fue detenido, previstos en los arts. 234.2 y 235.1 y 3
del CPP, por lo que de un análisis integral se concluye que no demostró con nuevos elementos
que los motivos han desaparecido; y, e) Vencidos los plazos previstos en los numerales 2 y 3 del
art. 239 del CPP, el juez o tribunal aplicará las medidas cautelares que correspondan, siempre
que la demora no sea atribuible al imputado. De igual forma, en audiencia añadieron que el
imputado no demostró con prueba, ya sea ante el Tribunal Quinto de Sentencia o al tribunal de
apelación, que los actos dilatorios en la demora del proceso no hubieran sido atribuibles a él, de
acuerdo a lo previsto en el ya mencionado art. 239.
Nancy Bustillos de Altuzarra y Carlos Blanco, Jueces Técnicos del Tribunal Quinto de
Sentencia, manifestaron: i) Por Resolución 44/2011 rechazaron la solicitud de cesación de
detención formulada por el imputado, porque de acuerdo a la línea jurisprudencial del Tribunal
Constitucional, para disponer la cesación o modificación de la detención preventiva, deben
considerarse los fundamentos que el juez cautelar tomó en cuenta para disponer la detención
preventiva del imputado, que en el caso fueron los riesgos procesales previstos en el art. 234
núm. 2) del CPP y en los numerales 1 y 2 del art. 235 del cuerpo mismo legal, que no fueron
desvirtuados por el accionante; ii) Es evidente que Jorge Melgar “Quette” se encuentra delicado
de salud, pero esta situación no ha sido contemplada por la autoridad que ordenó su detención;
sin embargo, fue atendido de manera oportuna; iii) Para el rechazo de la solicitud de cesación de
detención preventiva, el Tribunal consideró de manera integral los tres numerales del art. 239
del CPP, ya que el imputado solicitó su cesación invocando todos ellos, sin embargo, no
desvirtuó los numerales 1 y 3, por lo que se decidió su rechazo; y, iv) En la presente causa no se
ha agotado las vías recursivas, toda vez que las medidas cautelares no causan estado, son
revisables y modificables, pudiendo el accionante volver a solicitar la cesación de la detención
preventiva.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal
de garantías, pronunció la Resolución 13/2012 de 25 de enero, cursante de fs. 31 a 36 vta.,
denegando la tutela solicitada, con los siguientes fundamentos: 1) Se invoca procesamiento
indebido o privación indebida de libertad, respecto a lo primero, la SC619/2005-R de 7 de junio,
exige que existan actos lesivos y absoluto estado de indefensión, aspectos que el accionante no
acreditó bajo ningún elemento, pues cuenta con asistencia jurídica y tiene los medios y recursos
legales a su alcance; 2) La SC 1130/2011-R de 19 de agosto, estableció que existe detención
ilegal o indebida cuando no se cumplen las formalidades legales; en el caso, la detención
preventiva del accionante se produjo en base a los arts. 233, 234 y 235 del CPP, dentro de una
acción penal que cuenta con imputación formal y al presente con acusación; 3) El accionante
solicitó cesación a la detención preventiva con el argumento de que existen nuevos elementos
que tornaban conveniente sea sustituida por otras medidas, basado en su estado de salud, de
conformidad al numeral. 1 del art. 239 del CPP, extremo que, sin embargo, no fue considerado
como riesgo procesal en la Resolución 392/2008 de 15 de diciembre, que ordenó su detención,
en virtud de los riesgos procesales de los arts. 234. 2 y 235. 1 y 2 del CPP, razón por la cual los
tribunal de instancia actuaron correctamente al negar la cesación, ya que el accionante no
acreditó nuevos elementos que tornen conveniente la cesación; 4) Con relación a la procedencia
de los numerales 2 y 3 del art. 239 del CPP, invocados por el accionante, no es suficiente el
cómputo del tiempo transcurrido, sino que la disposición debe ser interpretada y aplicada en
armonía con otras normas, conforme el principio de concordancia práctica, por lo que se
evidencia que el accionante no cumplió la última parte del artículo citado, que dispone que se
aplicarán medidas sustitutivas siempre que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del
imputado; y, 5) Sobre la incorrecta aplicación de precedentes constitucionales, la SC 1131/2011-
R de 19 de agosto, dispone que corresponde otorgar cesación de la detención preventiva siempre
que se cumplan las formalidades procesales exigidas por las autoridades judiciales a fin de
garantizar la presencia del procesado, lo cual no aconteció en el presente caso, siendo obligación
del imputado demostrar que los motivos que fundaron su detención han sido modificados o ya
no existen.
II. CONCLUSIONES
II.1. No cursa en obrados la solicitud de cesación a la detención preventiva, así como tampoco la
Resolución del Tribunal de Sentencia que resolvió esa solicitud, ni el Auto de Vista que en
apelación aprobó la determinación asumida por el Tribunal de primera instancia.
II.3. Del informe presentado por los Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, ahora demandados, se tiene que dichas autoridades
fundamentan su actuación en los siguientes hechos: a) De la Resolución 44/2011, se advirtió en
forma clara que el Tribunal a quo consideró que respecto a la salud del imputado, éste gozaba de
toda la atención necesaria; b) No existía ninguna prueba que anule el riesgo de obstaculización
contenido en el art. 235.2 y 3 del CPP, motivo por el cual se podría hacer viable y en cierta
medida desvirtuar esa figura procesal; c) El transcurso del tiempo no es suficiente para hacer
desaparecer los riesgos procesales que motivaron la detención preventiva, sin que el imputado
hubiese demeritado los presupuestos por los que se le impuso la medida, concernientes a la
probabilidad de la autoría, las facilidades que tenía para abandonar el país, la posibilidad de que
pueda influir negativamente sobre los partícipes, así como tampoco el procesado presento el
certificado médico que demuestre su delicado estado de salud invocado; y, d) Finalmente los
demandados hacen hincapié en que no se demostró con nuevos elementos la modificación de los
motivos que fundaron la decisión del rechazo a la cesación, para poder efectuar una valoración
integral, así como tampoco que la demora no era atribuible al imputado (fs. 16 a 18); añadiendo
además en audiencia sobre este último punto, que no era evidente que no se hubiesen
pronunciado con referencia al numeral 2 del art. 239 del CPP, pues de la Resolución se
evidenciaba claramente que no sólo se tiene que considerar el transcurso del tiempo, sino que se
debe analizar de forma íntegra el art. 239 del citado Código, lo que conlleva a que el imputado
debió demostrar con prueba, que los actos dilatorios en la demora del proceso no eran atribuibles
a su persona.
De igual forma, del informe presentado en audiencia por los Jueces demandados, se tiene que
éstos basaron el rechazo de la cesación a la detención preventiva en los siguientes puntos: 1)
Correspondía a la defensa hacer conocer los nuevos elementos que desvirtúen o demuestren que
el imputado ya no tenía facilidades para fugarse; empero como nuevo elemento sólo se presentó
el estado de salud del procesado, constituyendo ello una situación que no fue contemplada en la
Resolución que determinó la medida cautelar; 2) El procesado fue atendido debidamente de los
problemas de salud que presentaba, permitiéndole todas las salidas que la ley le otorgaba para
ese cometido; y, 3) La defensa alega que no se consideró el art. 239.2, pero no toma en cuenta
que cuando se analiza la procedencia de una medida cautelar, el juzgador debe efectuar una
valoración integral de la prueba, y en base a ello se concluyó que no se desvirtuó el peligro de
fuga ni los otros riesgos procesales, por esa razón quedaba sólo el numeral 2, lo que conllevaba
que al existir otros dos puntos negativos, frente a uno positivo correspondía el rechazo de la
cesación, fundamentación que se hizo conocer al procesado indicándole incluso que nunca
demostró tener domicilio en La Paz.
La acción de libertad, está instituida por la Norma Fundamental como una acción de defensa que
tiene por objeto la protección de los derechos a la libertad física, libertad de locomoción y a la
vida, de toda persona que considere que su vida esté en peligro, que es ilegalmente perseguida o
que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, conforme lo establece el art. 125
de la CPE.
III.2. La cesación de la detención preventiva por el transcurso del tiempo y sus elementos
concurrentes
La norma prevista por el art. 239 del CPP, modificado por el art. 1 de la Ley 007 de 18 de mayo
de 2010, establece los presupuestos de cese de la detención preventiva, referidos a:
“1. Cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que la
fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave
que se juzga; y
3. Cuando su duración exceda de dieciocho (18) meses sin que se haya dictado acusación o de
treinta y seis (36) meses sin que se hubiera dictado sentencia.
Vencidos los plazos previstos en los numerales 2) y 3), el juez o tribunal aplicará las medidas
cautelares que correspondan previstas en el Artículo 240 de este Código, siempre que la demora
no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado”.
Al respecto, es evidente que el objeto de la citada norma procesal responde a fijar un lapso para
la detención preventiva, en términos de garantizar que el acusado sea juzgado dentro de un plazo
razonable y no mantener la restricción de su libertad en forma indefinida paralela a las
incidencias que dilaten el proceso en sí; sin embargo, no es menos cierto que ese límite temporal
fijado por la norma, tiene a su vez un mecanismo que posibilita a que el juzgador exija se
desvirtúe la existencia de riesgos procesales, traducidos en el cumplimiento de determinadas
formalidades, con el objeto de garantizar a su vez la presencia del imputado en el proceso,
materializando de esa forma un equilibrio procesal entre el ejercicio del ius puniendi del Estado,
reflejado en la eficacia del proceso penal y las garantías procesales que asisten a las partes
dentro de una acción penal.
medida provisional, revisable y modificable aún de oficio, carácter establecido por el art. 250 del
CPP, con el fin de evitar que la detención se convierta en una pena anticipada, siendo que el
proceso penal aún está siendo sustanciado y no existe sentencia ejecutoriada.
En efecto, del análisis de nuestras leyes adjetivas, se puede establecer que superando los citados
criterios, el procedimiento penal ha previsto la medida cautelar en estudio bajo el marco de los
criterios procesalistas desarrollados por Cafferata Nores, referidos a: 1) La tutela del
descubrimiento de la verdad, por cuanto “La posibilidad de que el imputado utilice su libertad
para obstaculizar la investigación, es causal de denegatoria de la eximición de prisión o de la
excarcelación en las leyes procesales, por lo cual, a contrario sensu, dicha posibilidad se
constituye en fundamento de encarcelamiento preventivo”; 2) La tutela de la realización del
proceso, dado que “partiendo de la base de que las leyes procesales reglamentarias del juicio
previo proscriben que éste se realice si el encartado no se halla presente, y muchas de ellas
contienen disposiciones que impiden el avance del proceso frente a la ausencia de aquél
(prohibición del juicio en rebeldía), se advierte claramente que la presencia del imputado
durante el juicio resulta una necesidad ineludible”; y, 3) Tutela del cumplimiento de la pena
futura, traducida en arrogar “al encarcelamiento preventivo la finalidad de asegurar el
cumplimiento de la posible condena de presión o reclusión, impidiendo que el imputado eluda,
mediante su fuga, la efectiva ejecución de la pena” (Cafferata Nores. “La Excarcelación”.
Ediciones Depalma. Buenos Aires, Argentina).
Ahora bien, lo criterios procesalistas desarrollados por la doctrina, deben ser siempre
ponderados con los derechos y garantías procesales que asisten al procesado a objeto de evitar -
como ya se dijo- que la detención preventiva se convierta en una pena anticipada. Precisamente
en el marco de esa ponderación, la normativa procesal ha establecido los tres presupuestos en los
que procede la cesación de la detención preventiva, pero al mismo tiempo, en un equilibrio con
los fines del proceso y su efectivización, es que se prevé también el cumplimiento de ciertas
formalidades, cuales son la no persistencia de los riesgos procesales que motivaron la detención
preventiva, y que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado, ello implica
que el juzgador, debe necesariamente efectuar una valoración integral de los presupuestos,
circunstancias y actuaciones suscitadas en el caso concreto y en base a ello determinar si
procede el cese de la detención preventiva y en su caso la aplicación de alguna medida
sustitutiva.
De esa forma, se procura evitar que la detención preventiva se convierta en una pena anticipada,
pero al mismo tiempo se dota a las autoridades jurisdiccionales de los mecanismos que permitan
garantizar la presencia del imputado o condenado en el proceso, evaluando si procede la
aplicación de medidas sustitutivas en el marco de la valoración integral de los presupuestos que
motivaron la detención y en la actuación del imputado o condenado en el proceso y que la
misma no hubiese sido evidentemente dilatoria, tendientes siempre estos dos últimos elementos
a efectivizar el ejercicio del ius puniendi del Estado y también a revalorizar a la víctima,
procurando un equilibrio entre ésta y el procesado tanto del acceso a la justicia cuanto de la
tutela judicial efectiva.
De la demanda de acción de libertad interpuesta por el accionante, así como de los informes
orales y escritos presentados por las autoridades demandadas, se tiene que ante la solicitud de
cesación a la detención preventiva del representado del accionante, los Jueces del Tribunal
Quinto de Sentencia, rechazaron la misma, básicamente porque la defensa no hizo conocer los
nuevos elementos que demostraban que el imputado ya no tenía facilidades para fugarse, al
contrario sólo se presentó un documento sobre el estado de salud del procesado, constituyendo
ello una situación que no fue contemplada en la Resolución que determinó la medida cautelar,
además de ello cuando se analiza la procedencia de una medida cautelar, el juzgador debe
efectuar una valoración integral de la prueba, y en base a ello se concluyó que no se desvirtuó el
peligro de fuga ni los otros riesgos procesales, correspondía en consecuencia el rechazo de la
cesación, fundamentación que se hizo conocer al procesado indicándole incluso que nunca
demostró tener domicilio en La Paz.
Por su parte, los Vocales ahora demandados habrían confirmado la Resolución del Tribunal a
quo, con los siguientes fundamentos: Respecto a la salud del imputado, de la Resolución
44/2011, se advirtió en forma clara que el Tribunal a quo evidenció que el procesado gozaba de
toda la atención necesaria; el transcurso del tiempo no era suficiente para desvirtuar los riesgos
procesales que motivaron la detención preventiva, sin que el imputado hubiese desvirtuado los
presupuestos por los que se le impuso la medida, concernientes a la probabilidad de la autoría,
las facilidades que tenía para abandonar el país, la posibilidad de que pueda influir
negativamente sobre los partícipes; además de que no se demostró con nuevos elementos la
modificación de los motivos que fundaron la decisión del rechazo a la cesación para poder
efectuar una valoración integral, tampoco se probó que la demora no era atribuible a los actos
dilatorios del imputado.
exime al juzgador de efectuar una valoración integral de los presupuestos que motivaron la
detención y en base a ello determinar si en efecto procede el cese de dicha medida, sumándose a
ello, el hecho de que la norma en forma expresa determina que vencidos los plazos previstos en
los numerales 2 y 3 del art. 239 citado Código, el juez o tribunal aplicará las medidas cautelares
que correspondan, siempre que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado.
Ahora bien, es importante precisar que por el alcance y fin que tiene, la carga de la prueba en
medidas cautelares le compete al imputado, pues es a éste a quien le corresponde demostrar
tanto el cese de los presupuestos que motivaron la detención, así como que los actos dilatorios
no le son atribuibles, dado que en base al principio de libertad probatoria es quien debe hacer
uso de todos los medios legales para probar su interés jurídico con la finalidad del cese de la su
detención, al no persistir los elementos que la motivaron y tampoco haber provocado dilación
injustificada (con similar razonamiento, la SC 1174/2011-R de 29 de agosto).
En consecuencia, por las razones expuestas, no corresponde otorgar la tutela en el presente caso,
al no advertirse acto ilegal ni omisión indebida por parte de las autoridades demandadas, quienes
al contrario, enmarcaron sus actuaciones a cumplimiento de la finalidad del art. 239 del CPP,
explicando además en forma motivada y fundamentada las razones por las que no procedía el
cese de la detención preventiva.
Al respecto, y -se reitera- sólo a manera de aclaración, se hace notar al accionante que la
interpretación que efectúa sobre la SC 0832/2011-R, es totalmente contraria a los criterios
asumidos en dicho fallo constitucional, en el que de manera expresa se concede la tutela a la
víctima, con el fundamento que los demandados fundaron su Resolución para otorgar la
cesación de la detención preventiva, únicamente en el transcurso del tiempo y no en elementos
de convicción que determinen su procedencia y que por ende vulneraron la garantía del debido
proceso del accionante que era el querellante dentro del proceso penal, aplicando para dicho
razonamiento los entendimientos asumidos por las Sentencias Constitucionales invocadas en el
presente caso, es decir, que al contrario de lo sostenido por el accionante, la SC 0832/2011-R es
totalmente coherente y concordante con los razonamientos expuestos en los Fundamentos
Jurídicos III.2 y III.3.
POR TANTO
Se hace constar que la Magistrada Dra. Mirtha Camacho Quiroga, primera relatora, es de voto
disidente.
VOTO DISIDENTE
Sucre, 27 de marzo de 2012
Las medidas cautelares personales, previstas en el Libro Quinto, Título Segundo, de la Ley
1970, son medidas de coerción procesal destinadas a asegurar la acción de la justicia y el
cumplimiento de la ley penal, al respecto la doctrina sostiene que:“La coerción procesal es
aplicación de la fuerza pública que coarta libertades reconocidas por el orden jurídico”, cuya
finalidad, sin embargo, no reside en la reacción del Derecho frente a la infracción de una norma
de deber, sino en el “resguardo de los fines que persigue el mismo procedimiento, averiguar la
verdad y actuar la ley sustantiva (…)”; Por ello, es verdad que, en el Derecho procesal penal, el
fundamento real de una medida de coerción sólo puede residir en el “peligro de fuga del
imputado” o en el “peligro de que se obstaculice la averiguación de la verdad (…)” Toda
medida de coerción, según ya se ha afirmado, representa una intervención del Estado -la más
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 293
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
rigurosa- en el ámbito de la libertad jurídica del hombre, fundamentalmente las que son
utilizadas durante el procedimiento, pues ellas son aplicables a un individuo a quien, por
imposición jurídica, se debe considerar inocente. (Maier, Julio J.B. op. cit., págs. 516-519).
Siguiendo este razonamiento, tenemos que tomar en cuenta que la detención preventiva es una
medida cautelar de carácter personal, que no tiene por finalidad el aislar a un individuo
peligroso, sino el de asegurar al imputado para el proceso, medida que debe ser aplicada de
manera excepcional, debido a que surge de la combinación entre el derecho general a la libertad
de locomoción, del que goza todo habitante del país, y la prohibición de aplicar una pena
anticipada que cercene ese derecho antes de que, con fundamento en un juicio previo, se dicte en
una sentencia de condena firme que imponga esa pena. Como ya se ha dicho, el trato de inocente
que debe recibir el imputado durante su persecución penal impide adelantarle una pena; por
consiguiente rige como principio, durante el transcurso del procedimiento, el derecho a la
libertad de locomoción, amparado por la misma Constitución.
En el caso particular de la detención preventiva, que es la medida cautelar personal más gravosa
reconocida en el ordenamiento jurídico vigente, ésta se rige por los siguientes principios
jurídicos: 1) Principio de Judicialidad, que dispone que la detención debe ser autorizada por
decisión judicial de la autoridad competente que fundamente sus presupuestos; 2) Principio de
Excepcionalidad, parte del principio de la libertad del imputado y por tanto, su encierro debe
ser autorizado únicamente en ocasiones excepcionales, cuando, fundada la probabilidad de estar
frente al autor o partícipe de un hecho punible, el peligro de fuga o de entorpecimiento de la
averiguación de la verdad, se verifique con un razonable grado de probabilidad; 3) Principio de
Proporcionalidad, aún en los casos donde se verifique la probabilidad de estar frente al autor o
partícipe de un hecho punible y la necesidad de cautela (peligro de fuga u obstaculización), la
detención preventiva no puede superar el monto de la pena del caso concreto, porque con ello el
proceso perdería todo sentido, ya que la eventual sanción habría sido resuelta de facto por
anticipado, razón por la que la detención debe cesar cuando ésta se torne desproporcional con
relación a la pena amenazada; 4) Principio de Subsidiaridad, se debe acudir a otros medios
menos gravosos que la privación de la libertad cuando éstos permitan resguardar eficientemente
los fines del procedimiento. Todos estos elementos tienen basamento constitucional, conforme
lo señalado en el fundamento jurídico III.1. de la presente Sentencia Constitucional y se
encuentran plasmados expresamente en los arts. 6, 7, 221, 222, 233, 234, 235, 237, 238, 239 y
240 de la Ley 1970.
Debe remarcarse que el derecho al plazo razonable o una justicia pronta, oportuna y sin
dilaciones, no es privativo del imputado, sino que cobra mayor relevancia para la víctima,
quien también tiene interés en la conclusión del proceso, mediante una decisión judicial
firme que defina la situación jurídica del procesado, pues de no ser así, se la victimiza por
doble partida; por una parte como resultado del hecho delictivo, y por otra, como víctima
del Estado al no otorgarle una tutela judicial efectiva.
El plazo razonable forma parte del bloque de constitucionalidad, toda vez que se halla previsto
expresamente en el art. 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y en el art.
14.3.c del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; asimismo el derecho a ser
juzgado sin dilaciones, abarca tanto la duración máxima del proceso (art. 133 CPP), límite
temporal al proceso penal, como a la duración máxima de la detención preventiva, prevista en el
art. 239 del CPP. Al respecto, debe traerse a colación nuevamente, la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, que en su art. 7.5 manifiesta: “Toda persona detenida o retenida debe
ser llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer
funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada en un plazo razonable o a ser puesta en
libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a
garantías que aseguren su comparecencia en juicio.” (las negrillas son añadidas). Por su
parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el art. 9.3 indica que: “La
prisión preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general,
pero su libertad podrá estar subordinada a garantías que aseguren la comparecencia del acusado
en el acto del juicio, o en cualquier momento de las diligencias procesales y, en su caso, para la
ejecución del fallo.” (las negrillas son añadidas).
Siguiendo este razonamiento, tenemos el art. 239 del CPP, modificado por la Ley 007 de 18
de mayo de 2010, regula tres causales distintas e independientes, que dan lugar a la
cesación de la detención preventiva; la primera no guarda relación con la limitación
temporal de la detención preventiva, mientras que las dos últimas hallan su fundamento en
aquella. El numeral 1) del art. 239 del CPP, refiere que la detención preventiva cesará
cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que la
fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida; la primera modalidad de
éste numeral se basa en el principio de excepcionalidad, pues parte de un supuesto evidente,
dado que si los motivos que fundaron la detención han desaparecido, es lógico que la autoridad
jurisdiccional resuelva su cesación, quien de acuerdo a las reglas de la sana crítica, advierte que
los riesgos procesales que la fundaron han desaparecido o que la probabilidad de autoría o
participación en el hecho punible ha quedado descartada. La segunda modalidad, es decir, que
los nuevos elementos de juicio tornen conveniente que sea sustituida por otra medida,
supone que a pesar de seguir vigentes los presupuestos que fundaron la detención, se
evidencia que existen en el caso concreto nuevos elementos de juicio que por aplicación del
principio de subsidiaridad, tornan en excesiva la detención preventiva, motivo por el que
se hace necesario sustituirla por otra(s) medida(s) que cumpla(n) la misma finalidad, sin
recurrir a una medida tan extrema como la detención preventiva.
3. La limitación temporal prevista en los numerales 2) y 3) del art. 239 de la Ley 1970
Conforme se advierte de la lectura del numeral 2) del art. 239 del CPP, modificado por la Ley
007 de 18 de mayo de 2010, la detención preventiva cesará cuando su duración exceda el
mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave que se juzga, causal que halla su
fundamento constitucional en el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, pues si el
imputado es detenido preventivamente a título de garantizar un procedimiento penal eficaz, y su
privación de libertad se llega a prolongar más allá del mínimo de la pena que le acarrearía una
condena por el delito que se le atribuye, el juicio y la sentencia pierden sentido, pasando a un
segundo plano, ya que la detención preventiva al ser un medio accesorio para garantizar el
proceso, adquiere preeminencia, convirtiéndose en un fin en sí mismo, situación que violenta el
debido proceso y el derecho a un juicio previo. En consecuencia, se evita que este instrumento
de coerción procesal sea tergiversado y se convierta en regla, donde primero se detiene y luego
se investiga, dejando en una situación jurídica de incertidumbre tanto a la víctima como al
imputado por un periodo de tiempo ilimitado, aspecto que también vulnera el principio de
seguridad jurídica, toda vez que es un contrasentido que, por una infracción penal hipotética, una
persona sufra un encierro que pueda superar la sanción que eventualmente le corresponderá.
Con relación al numeral 3) del art. 239 del CPP, modificado por la Ley 007 de 18 de mayo de
2010, se establece que la detención preventiva cesará cuando su duración exceda de dieciocho
meses sin que se haya dictado acusación o de treinta y seis meses sin que se hubiese dictado
sentencia; ésta constituye al igual que las anteriores, una causal independiente, que no obstante
comparte con la causal prevista en el numeral 2), el fundamento constitucional de limitación
temporal a la detención preventiva, basado en el principio de proporcionalidad; se trata en
definitiva de un límite absoluto relacionado con la duración del procedimiento penal, y no así
con la pena previsible en el caso en concreto. El hecho de que el procedimiento se pueda
prolongar en el tiempo indefinidamente, por dificultades propias de la administración de justicia
o de la organización que un Estado dedica a esa tarea, mientras el imputado permanece privado
de su libertad, a mero título de asegurar la eficacia del proceso penal, obliga a limitar la duración
4. Interpretación constitucional del último párrafo del art. 239 de la Ley 1970 y la carga de
la prueba en la cesación de la detención
El último párrafo del art. 239 señala que, vencidos los plazos previstos en los numerales 2) y 3),
el juez o tribunal aplicará las medidas cautelares que correspondan previstas en el art. 240 del
CPP, siempre que la demora no sea atribuible a los actos dilatorios del imputado. Esta última
condición, a la que está supeditada la cesación de la detención preventiva, en los casos de los
numerales 2) y 3), debe ser interpretada y analizada bajo la garantía de la presunción de
inocencia y el principio de la carga de la prueba en materia penal. Al efecto, el art. 6 del CPP, en
su tercer párrafo establece que: “La carga de la prueba corresponde a los acusadores, y se
prohíbe toda presunción de culpabilidad.”. El fundamento del principio, ha sido desarrollado
acertadamente en los siguientes términos: “…la obligación de investigar la verdad incumbe a los
órganos del Estado, sin que la actividad probatoria (que a ellos les corresponde, en primer lugar)
y el objeto de la prueba (indisponible) puedan encontrar límites derivados de la conducta de las
partes; pero si el proceso tutela la libertad personal, y el imputado es inocente hasta que no se
acredite y declare su culpabilidad, me parece indudable que el dogma constitucional excluye en
absoluto la carga probatoria del imputado; éste no tiene el deber de probar nada, aunque tenga el
derecho de hacerlo, pues goza de una situación jurídica que no requiere ser construida, sino
que debe ser destruida; si no se le prueba su culpabilidad seguirá siendo inocente, y por lo tanto,
deberá ser absuelto.” (Vélez Mariconde, Alfredo, op. cit., pg. 47). De lo anotado se establece
como principio general, que la carga de la prueba en materia penal corresponde al acusador
público y/o particular.
A diferencia del proceso civil, donde la teoría de la carga de la prueba (onus probandi) establece
como regla general que la actividad probatoria es responsabilidad de las partes, debiendo cada
una demostrar los hechos invocados, al actor los que fundan su demanda, y el demandado los
impeditivos que invoca en su defensa; se tiene que en el proceso penal no existe una estructura
similar, toda vez que la reconstrucción de la verdad, no queda librada a la voluntad de las partes,
al ser una actividad eminentemente estatal, motivo por el que si el juez o tribunal advierte una
duda razonable sobre la culpabilidad del imputado, debe absolverlo, en aplicación del principio
La línea jurisprudencial del anterior Tribunal citada supra, que solo contempla la causal del
numeral 1) del art. 239 del CPP, además de la observación anotada, fue objeto de confusión,
llegándose a distorsionar y extender sus alcances a todo el artículo en cuestión, incluidas las
modificaciones efectuada por la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, como consta en la SC
1174/2011-R de 29 de agosto, que señalaba los siguiente: “Ahora bien, bajo esos parámetros, es
necesario señalar que la carga de la prueba, que excepcionalmente se asigna al imputado en el
trámite de la cesación de la detención preventiva, será extensiva a todos los aspectos y
solicitudes vinculadas a ella, sea respecto al fondo de la solicitud o a aspectos de forma o
procedimiento relativos a ella, así por ejemplo, respecto a la solicitud de suspensión de la
audiencia de consideración de las mismas o de fundamentación de apelación, cuando negada la
solicitud en primera instancia se impugne esa determinación”.
Con las modificaciones introducidas en la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, la tesis errónea
amplió sus alcances, llegándose al extremo de interpretar, como en la presente acción de
libertad, que la carga de la prueba para demostrar que la demora no sea atribuible al imputado,
recae sobre el propio procesado, interpretación absurda y carente de todo fundamento jurídico.
Por lo expuesto, una interpretación acorde con la Constitución, orienta que en la cesación
de la detención preventiva solicitada por cualquiera de las causales previstas en los
numerales 2) y 3) del art. 239 del CPP, es el Ministerio Público y/o Querellante quienes
tienen la carga procesal de probar que la demora es atribuible a los actos dilatorios del
imputado, de manera precisa y fundamentada, que en caso de generar convicción en la
autoridad jurisdiccional, ésta deberá pronunciarse conforme el último párrafo del Artículo
citado. En tal sentido, se debería reconducir toda la línea jurisprudencial citada relativa a
la cesación de detención preventiva, conforme los razonamientos anteriormente expuestos.
Dentro del presente caso el accionante denunció que ni el Tribunal Quinto de Sentencia ni la
Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz dieron una correcta
aplicación de la ley, respecto a la previsión contenida en el art. 239.2 del CPP, que claramente
establece que únicamente tiene que considerarse el transcurso del tiempo, sin que deba tomarse
en cuenta otros aspectos ajenos a esta exigencia legal, debido a que en su causa la detención
preventiva impuesta a su persona a excedido la pena mínima del delito más grave por el que fue
acusado, que es de dos años, encontrándose detenido por más de tres años al momento de
interponer la presente acción de libertad.
Sobre la base de lo anteriormente expuesto, este despacho, para el presente caso asume el
criterio establecido en los puntos 2, 3 y 4 del presente Voto Disidente, por lo que el hecho de
exigir que sea el propio imputado el que deba demostrar con elementos de convicción que los
motivos de su detención han sido modificado o no existen, son argumentos que no efectúan un
correcto análisis de la normativa legal en cuestión y su vinculación con los preceptos
constitucionales que nos toca interpretar y materializar.
Por los argumentos expuestos es que considero que al haber denegado la tutela solicitada bajo
los citados argumentos, no se actuó correctamente por lo que debió haberse concedido la tutela
solicitada.
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00038-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Carrasco Sequeiros y William Torrez Tordoya, Vocales de la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz.
El 14 de enero de 2011, Mireya Velarde Menacho, formuló denuncia por el presunto delito de
estupro cometido contra su hija; por lo que presentada la imputación formal, la Jueza Quinta de
Instrucción en lo Penal en audiencia de medidas cautelares del 18 de febrero del mismo año,
determinó su detención preventiva. Posteriormente, ante reiteradas solicitudes de cesación de la
misma, el 2 de junio de 2011 el Juez de la causa, por Auto Interlocutorio 121/2011 dio curso a
su solicitud, imponiéndole como medidas sustitutivas: a) Obligación de presentarse al Ministerio
Público cada semana a objeto de colaborar con la investigación; b) Prohibición de ponerse en
contacto con la víctima y la denunciante; c) Prohibición de ausentarse del departamento y del
país; y, d) Arraigo y fianza económica de Bs15 000.- (quince mil bolivianos).
I.1.3. Petitorio
Solicita se “admita” la acción de libertad y se disponga dejar sin efecto legal el Auto de Vista
231 de 20 de diciembre de 2011 y la orden de aprehensión, ordenando se dicte nuevo auto de
vista debidamente fundamentado, confirmando el Auto de 18 de noviembre de 2011 de la Jueza
Quinta de Instrucción en lo Penal.
Celebrada la audiencia pública el 12 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 30
a 31 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Edgar Carrasco Sequeiros y William Torrez Tordoya, Vocales de la Sala Penal Primera, no
asistieron a la audiencia ni presentaron informe alguno pese a su legal citación.
I.2.3. Resolución
El Juez Segundo de Sentencia del Tribunal Departamental de Santa Cruz, constituido en Juez de
garantías, por Resolución 01/2012 de 12 de enero, declaró “procedente” la tutela solicitada y en
consecuencia anuló el Auto de Vista 231, dictado por la Sala Penal Primera, quedando sin efecto
el mandamiento de detención preventiva, debiendo dicho Tribunal dictar una nueva resolución,
en la que considere la concurrencia o no de los requisitos del art. 233 con relación a los arts. 234
y 235 del CPP, en base a los siguientes fundamentos: i) Existe abundante jurisprudencia sobre la
motivación como componente del debido proceso y específicamente cuando se revocan medidas
sustitutivas, habiendo el Tribunal Constitucional establecido que no basta con probar el
incumplimiento de las medidas sustitutivas, sino que debe razonarse sobre la existencia de los
requisitos establecidos por los artículos del Código de Procedimiento Penal antes mencionados,
así -entre otras- las SSCC 0390/2005-R; 0623/2007-R y 089/2010-R; y, ii) La Sala Penal
Primera, al dictar el Auto de Vista 231, revocando las medidas sustitutivas del accionante,
lesionó el debido proceso en su componente del derecho a una resolución motivada, al no
fundamentar los riesgos procesales y justificar la concurrencia de los requisitos del art. 233 del
CPP con relación al 234 y 235 del mismo Código, lesión que está vinculada al derecho a la
libertad, porque en virtud a dicha Resolución el accionante se encuentra perseguido.
II. CONCLUSIONES
La acción de libertad, está instituida por la Ley Fundamental como una acción de defensa que
tiene por objeto la protección de los derechos a la libertad física, libertad de locomoción y a la
vida, de toda persona, cuando considere que su vida esté en peligro, ilegalmente perseguida o
indebidamente procesada o privada de libertad personal, conforme lo establece el art. 125 de la
CPE.
La norma contenida en el art. 247 del CPP, establece las causales de revocación de las medidas
sustitutivas, disponiendo además que “La revocación dará lugar a la detención preventiva en los
casos en que esta medida cautelar sea procedente”.
Por su parte, el art. 233 del mismo Código, dispone que la detención preventiva procede cuando
el juzgador evidencia la concurrencia de los presupuestos contenidos en los arts. 234 y 235 del
CPP, referidos a la existencia de elementos de convicción suficientes para sostener la
probabilidad de autoría o participación en el hecho punible y además la existencia de peligro de
fuga o de obstaculización.
De las normas procesales citadas se infiere que ante el incumplimiento de una medida
sustitutiva, en efecto procede su revocatoria por el juzgador, quien para determinar la detención
preventiva, deberá evaluar si la misma procede en el marco de la valoración integral de los
presupuestos contenidos en el art. 233 del CPP, cuyos elementos constitutivos se encuentran
desarrollados en los arts. 234 y 235 del mismo cuerpo normativo.
Razonamiento que a su vez fue ampliado por la SC 0104/2010-R, de 10 de mayo que determina
la fundamentación y motivación de la resolución que imponga la medida cautelar, señalando:
“…la exigencia de que el juez o tribunal que conoce la causa, sea quien disponga la
revocatoria de las mismas, pero previa verificación de existencia de uno de los supuestos
establecidos en el mismo procedimiento y a través de una resolución expresa, motivada y
fundamentada; ello, en razón a que si bien la autoridad judicial, ante el incumplimiento de las
medidas sustitutivas impuestas, está facultada para revocarlas, no es menos evidente que su
decisión debe responder a una valoración objetiva sobre si concurren o no las causales para
ello, exigencia que se sustenta en el equilibrio que debe existir entre la búsqueda de la
eficiencia de la persecución penal y la salvaguarda de los derechos fundamentales protegidos
por la Ley Fundamental, garantía que se refrenda cuando la revocatoria emanada por
Resolución de autoridad competente, se encuentra además debidamente motivada; es decir, que
debe existir una resolución de revocatoria expresa que de forma concisa y razonable, desarrolle
las razones que llevaron al Juez o Tribunal a tomar la decisión, y de ese modo las partes
procesales tengan conocimiento claro de las razones en que se fundamentó la Resolución”.
Se concluye entonces, que la revocatoria de medidas sustitutivas no implica que en forma directa
y sin ninguna fundamentación y menos aún valoración de los riesgos procesales, se determine la
detención preventiva, sino que al contrario, conforme lo determina el mismo art. 247 del CPP,
sólo puede disponerse la detención preventiva cuando sea procedente, y para determinar su
Es necesario también precisar, que la evaluación de los riesgos procesales citados -que en su
caso determinarán la detención preventiva- tienen que reflejarse en una resolución debidamente
fundamentada, que de forma inequívoca manifieste la concurrencia de los presupuestos en base
a la valoración integral de los hechos y prueba presentada por las partes y que hubiesen dado la
suficiente convicción en el juzgador sobre la procedencia de la detención preventiva, máxime si
se considera que la fundamentación y evaluación integral, constituyen exigencias impuestas al
juez por los arts. 124, 234, 235 y 236 del CPP.
En el presente caso, el accionante refiere que dentro del proceso penal seguido en su contra, en
apelación, los Vocales demandados revocaron la Resolución que mantenía subsistentes las
medidas sustitutivas que le habían sido impuestas, revocando las mismas y disponiendo su
detención preventiva con el simple argumento de que la falta de firma de un día en el libro
correspondiente, no estaba debidamente justificada.
De la relación efectuada, se evidencia que existió en efecto una lesión al derecho a la libertad del
accionante y vulneración a la garantía del debido proceso, por cuanto conforme lo determina el
art. 247 inc. 1) del CPP, ante el incumplimiento de las medidas sustitutivas, es evidente que el
juzgador puede revocarlas, como ocurrió en el presente caso, en el que el certificado médico
daría cuenta que el impedimento legal para concurrir a la Fiscalía para la firma de libro, se
suscitó en agosto y no en septiembre, y por ende los dos días que faltó el accionante a la firma
del libro no estaban debidamente justificados; sin embargo, es imprescindible considerar que la
revocatoria de medidas sustitutivas debe estar debidamente fundamentada, es decir, que
necesariamente corresponde que emane de una resolución que en forma motivada exprese las
razones que llevaron al juzgador a determinar un evidente incumplimiento de las medidas
impuestas, lo que conlleva a su vez a que si la revocatoria generará la detención preventiva, ésta
no opera en forma automática, sino que se debe evaluar si concurren los presupuestos para dicha
detención.
desarrollados en los preceptos siguientes 234 y 235, situación que no se advierte se hubiese
cumplido en el presente caso.
En efecto, del contenido de la Resolución emitida por los Vocales demandados, se tiene que la
revocatoria de las medidas sustitutivas se produjo en razón de la inconcurrencia por dos días del
accionante a la Fiscalía para firmar el libro respectivo, circunstancia que motivó además su
detención preventiva, pero en forma directa y sin que las autoridades demandadas hubiesen
determinado su procedencia, efectuando para ello una valoración integral de los riesgos
procesales previstos por el procedimiento penal y su concurrencia y existencia en el caso
concreto, actuación que se constituye en ilegal e indebida, dado que la revocatoria de medidas
sustitutivas, no determina por sí sola la detención preventiva, como ocurrió en el caso en
estudio, al contrario para determinar dicha medida cautelar, los Vocales demandados tenían la
obligación de hacerlo mediante una resolución motivada y emitida conforme los requisitos
legales que sustentaban la imposición de la detención preventiva. Máxime si se considera que la
fundamentación y evaluación integral, constituyen exigencias impuestas al juzgador por los arts.
124, 234, 235 y 236 del CPP.
POR TANTO
Se hace constar que la Magistrada Dra. Mirtha Camacho Quiroga, primera relatora, es de voto
disidente.
VOTO DISIDENTE
Sucre, 27 de marzo de 2012
“El art. 124 del CPP, prescribe que: “Las sentencias y autos interlocutorios serán
fundamentados. Expresarán los motivos de hecho en que basan sus decisiones y el valor
otorgado a los medios de prueba. La fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple
relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes”. Dicha
disposición legal guarda armonía con la norma contenida en el art. 236 inc. 3) del mismo
cuerpo de leyes, referido a la forma y contenido de la decisión, señalando que se debe hacer
una fundamentación: “…expresa sobre los presupuestos que motivan la detención, con cita de
las normas legales aplicables”.
Al respecto el Tribunal Constitucional, en su jurisprudencia, ha señalado que las resoluciones
sobre medidas cautelares deben estar debidamente fundamentadas, conforme lo exigen los arts.
236 inc. 3) y 124 del CPP, última norma que determina que las sentencias y autos
interlocutorios deben expresar los motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones, y
el valor otorgado a los medios de prueba, no pudiendo ser reemplazada la fundamentación por
la simple relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes. Es decir,
que toda resolución que se emita, debe contener, ineludiblemente, la motivación suficiente y
necesaria, a través de la cual se explique el por qué o la razón por la que se llegó a tal decisión,
de manera breve, concisa y razonable”.
Al respecto cabe señalar que, de acuerdo a los antecedentes procesales cursantes en obrados, se
evidenció que los Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
Santa Cruz, hoy demandados, al pronunciar el Auto de Vista 231/2011 de 20 de diciembre,
ahora cuestionada, luego de un análisis valorativo, fáctico y jurídico de los elementos
Ternemos entonces, que por las pruebas aportadas por el propio accionante, su enfermedad fue
atendida en el mes de agosto, a finales de agosto para ser más exactos, y su inasistencia para
firmar el respectivo libro, fue en el mes de septiembre, en las fechas del 23 y el 30 de
septiembre, por lo que el mencionado certificado médico más bien confirma el argumento
utilizado por la autoridad demandada.
Este aspecto debió ser tomado en cuenta en la audiencia de la acción de libertad, sin embargo no
fue observado de manera adecuada en dicha audiencia, ya que el accionante claramente
incumplió una medida sustitutiva impuesta sin justificación alguna, por lo que corresponde
aplicar lo establecido por el art. 247. 1 del CPP que señala que las medidas sustitutivas a la
detención preventiva podrán ser revocadas por las siguientes causales: 1) Cuando el
imputado incumpla cualesquiera de las obligaciones impuestas; 2) Cuando se compruebe
que el imputado realiza actos preparatorios de fuga o de obstaculización en la averiguación de la
verdad; 3) Cuando se inicie en contra del imputado un nuevo proceso penal por la comisión de
otro delito; y, la revocación dará lugar a la detención preventiva en los casos en que esta medida
cautelar sea procedente.
En consecuencia las autoridades hoy demandadas, al revocar las medidas sustitutivas por la
detención preventiva, mediante Auto de Vista 231/2011, lo hicieron porque el imputado hoy
accionante incumplió una de las obligaciones impuestas por el Juez Octavo de Instrucción en lo
Penal mediante Auto de 2 de junio de 2011, consistente en presentarse ante el Ministerio Público
cada semana a objeto de colaborar con la investigación, lo que desvirtúa lo aseverado en la
presente acción de libertad de que dichas autoridades no hubieren realizado una debida
fundamentación fáctica jurídica, por cuanto explican los motivos e identifican los documentales
sobre las cuales, se basan para determinar la existencia de los presupuestos enunciados, sin
vulnerar los derechos fundamentales invocados por el accionante, razón por la cual, no se podía
otorgar la tutela solicitada.
Por los argumentos expuestos es que considero que al haber concedido la tutela solicitada bajo
los citados argumentos, no se actuó correctamente por lo que debió haberse denegado la tutela
solicitada.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00020-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Continúa señalando que los vocales de la Sala Penal Segunda, revocaron la Resolución
307/2011 de 6 de octubre y dispusieron la detención preventiva de Martha Huanca Troche,
afectando así su derecho a la libertad física, a la salud, a la vida y al debido proceso.
Así también, el accionante señala: “los Vocales de la Sala Penal Segunda de ninguna manera
valoran los severos problemas de salud que mi mandante presenta, conforme al Certificado
Médico de fecha 05 de Octubre de 2011…” (sic). Asimismo, indica que las autoridades
demandadas, tampoco consideraron el certificado médico de 10 de octubre de 2011, a pesar de
haber puesto en conocimiento del Juez cautelar, dichos antecedentes médicos a través del
memorial de 12 del referido mes y año.
Denuncia también el accionante que ambas apelaciones; es decir, la presentada por el Ministerio
Público y de su parte, debieron ser valoradas en igualdad de condiciones, aspecto que no sucedió
denunciando expresamente que: “ni siquiera la apelación interpuesta por mi mandante ha sido
expuesta ni fundamentada” (sic).
I.1.3. Petitorio
El abogado de la parte accionante ratificó los términos del memorial de demanda y los amplió
señalando lo siguiente: a) La Resolución 04/2012, emitida por los codemandados, carece de
fundamentación para haber determinar una medida más gravosa en una etapa de investigación;
b) No establece una relación adecuada entre la prueba y la norma, ni valora de manera integral
los elementos de convicción; c) Tampoco se pronunció sobre ninguno de los extremos contenidos en
la apelación incidental que presentó; d) Cuando plantearon complementación y enmienda,
reclamando la falta de motivación sobre los agravios deducidos en su impugnación, obtuvieron
como respuesta, el no ha lugar; e) No obstante que en reiteradas oportunidades, solicitaron
oportunamente y de manera fundamentada, la homologación de los certificados médicos
correspondientes a la imputada, el Fiscal les negó, señalando que se debería pedir conforme a
procedimiento, sin exponer los motivos de su rechazo, violentando su derecho de petición; y, f)
La imputada venía cumpliendo con todas y cada una de las disposiciones emitidas por el Juez
cautelar, se encuentra bajo detención domiciliaria y arraigada, prestó fianza económica y ofreció
garantes personales.
Los demandados Elías Fernando Ganam Cortez y Ramiro López Guzmán, no asistieron a la
audiencia señalada, empero, presentaron informe escrito que cursa a “fs. 70 y vta.”, en el que
mencionaron lo siguiente: 1) Producto de las apelaciones presentadas por el Ministerio Público y
por la parte imputada, radicó en su despacho el proceso penal seguido por el Ministerio Público
contra Martha Huanca Troche por la presunta comisión del delito de ganancias ilícitas,
celebrándose la audiencia para su consideración el 9 de enero de 2012; y, 2) En los fundamentos
de la Resolución 04/2012, se tiene que no son evidentes los extremos denunciados por el
accionante, puesto que se valoraron todos los elementos de convicción aportados.
I.2.3. Resolución
Resolución 001/2012 de 13 de enero, cursante de fs. 78 a 82, por la que concedió la tutela
impetrada, disponiendo que las autoridades jurisdiccionales demandadas en tiempo prudencial,
dicten nuevo fallo, únicamente en atención a las apelaciones formuladas de la Resolución
307/2011 de 6 de octubre; es decir, respecto a los puntos apelados, asimismo, estando la
imputada gozando de detención domiciliaria sin custodio, que ésta permanezca en ese estado,
debiendo el Juez de la causa emitir el correspondiente mandamiento de libertad; bajo los
siguientes argumentos de orden jurídico constitucional: i) La Resolución 004/2012, dictada por
la Sala Penal Segunda en grado de apelación incidental de la medida cautelar, contiene
fundamentación legal sobre el recurso formulado por el Ministerio Público dando lugar a la
revocación de medidas sustitutivas a la detención preventiva; y, ii) Respecto a la apelación
planteada por la parte accionante, a efectos de su inviabilidad, no se fundamenta el fallo,
limitándose sólo a referirse a su rechazo en tres líneas, contraviniendo el art. 124 del Código de
Procedimiento Penal (CPP).
Al no haber obtenido consenso en Sala el proyecto de la Magistrada Relatora, Dra. Ligia Mónica
Velásquez Castaños, de conformidad al art. 30.I.6. de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), se procedió a convocar al Presidente del Tribunal Constitucional
Plurinacional a fin de dirimir con su voto el caso de análisis.
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.3. Juan José Quispe Ulo, en su calidad de Fiscal de Materia asignado al caso, por memorial de
6 de octubre de 2011 -no figurando la fecha de su recepción-, presentó apelación contra la
Resolución 307/2011, cuestionando la valoración del Juez cautelar en relación al domicilio de la
imputada y los riesgos procesales, pidiendo de manera expresa se revoque la citada Resolución y
se determine la detención preventiva de la representada del accionante (fs. 24 y vta.).
II.4. Se evidencia también que Martha Huanca Troche, por memorial recepcionado el 8 de
octubre de 2011, interpuso recurso de apelación contra la Resolución 307/2011, alegando los
siguientes aspectos: i) Cuestiona determinación de la incautación de sus bienes; ii) Denuncia la
falta de motivación y congruencia del fallo impugnado; iii) Alega la vulneración al debido
proceso y al trabajo por haberse dispuesto su detención domiciliaria; asimismo, como prueba
ofrece de manera expresa todo el cuaderno de actuaciones procesales (fs. 25 a 26 vta.).
II.5. Por memorial de 10 de octubre de 2011, Martha Huanca Troche, puso en conocimiento del
Juez Séptimo de Instrucción en lo Penal, su estado de salud y pidió que se ordene su salida
inmediata de las celdas de la entonces Corte Superior de Distrito, para el cumplimiento de las
medidas sustitutivas dispuestas; se evidencia además que alegó encontrarse detenida por no
existir escoltas (fs. 22 y vta.). Al citado memorial, se adjuntaron dos certificados médicos, de 5 y
de 10 de octubre de 2011 (fs. 20 a 21).
II.6. Mediante memorial de 12 de octubre de 2011, Martha Huanca Troche, solicitó al Juez
Séptimo de Instrucción en lo Penal, la modificación de las medidas sustitutivas impuestas,
arguyendo que la Resolución 307/2011, dispuso su detención domiciliaria con custodia; sin
embargo, al no existir personal disponible para ese efecto, considerando su grave estado de salud
y que desde la determinación de su detención domiciliaria, se encuentra detenida en celdas de la
Corte Superior de Distrito, se disponga su inmediata libertad, pidiendo que cumpla su
determinación pero sin custodios (fs. 19 y vta.).
II.8. Se concluye que por Resolución 04/2012 de 9 de enero, Elías Fernando Ganam Cortez,
Presidente de la Sala Penal Segunda y Ramiro López Guzmán, en su calidad de Vocal
convocado, en mérito a la apelación presentada por ambas partes procesales contra la
Resolución 307/2011, declararon admisibles ambas apelaciones y revocaron el indicado fallo,
disponiendo la detención preventiva de la imputada Martha Huanca Troche. Se establece que
este fallo, contra el cual se activó la presente acción de libertad, se encuentra estructurado de la
siguiente manera: a) En el primer considerando, se hace referencia a la Resolución impugnada;
la interposición de las apelaciones por ambas partes; y, la convocatoria a otro Vocal; b) El
segundo considerando, resume la fundamentación del Ministerio Público; c) También en el
segundo considerando, se plasma la intervención y fundamentación del abogado defensor de la
ahora accionante, el cual, de acuerdo al contenido de la Resolución, se refiere a tópicos
referentes al domicilio de la imputada y los riesgos procesales; d) De la misma forma, en el
segundo considerando, consta la fundamentación del Vocal convocado; e) El tercer
considerando plasma las conclusiones, señalando de manera expresa: “Que, así vistos los
antecedentes para esta resolución este Tribunal compulsando los fundamentos expuestos por las
intervenciones orales como del Representante del Ministerio Público así como abogados de la
parte imputada, voto del vocal convocado, los certificados médicos presentados, y la revisión
del contenido de la resolución cuestionada. De esa compulsa y valoración de manera uniforme
se establece….” (sic) (resaltado nuestro) (fs. 44 a 47).
II.9. Se establece también que por memorial de 9 de enero de 2012, la representada del
accionante, interpuso recuso de complementación aclaración y enmienda contra la Resolución
de la misma fecha, a través de la cual, pidió que se aclare y complemente: a) La omisión de
valoración de su grave estado de salud y el no haberse pronunciado en relación a este aspecto; y,
b) El por qué únicamente se tramitó la apelación del Ministerio Público (fs. 60 y vta.).
II.10. Asimismo, se evidencia que por Auto de 10 de enero de 2012, se respondió a la solicitud
de complementación, aclaración y enmienda descrita supra, señalándose lo siguiente: a)
Con carácter previo, corresponde determinar el objeto y la causa de la petición, en ese sentido,
del contenido de la acción de libertad, se establece que el objeto de la petición de tutela a
través de la acción de libertad, es el resguardo a los derechos a la libertad, a la salud, a la vida
y a la defensa; así como la tutela de la garantía al debido proceso. También se establece que la
causa de la petición de tutela, es la Resolución 04/2012 de 9 de enero, la cual en mérito a la
denuncia de la accionante, contiene dos actos lesivos esenciales a los derechos antes referidos:
a) La revocación de la Resolución 307/2011 y la consecuente detención preventiva contra la
ahora accionante, sin responder ni fundamentar los argumentos desarrollados en la
apelación presentada por Martha Huanca Troche; y, b) La omisión en la valoración de los
certificados médicos presentados, los cuales, según el accionante, demostraban la patología
de la enfermedad de su representada.
Por los aspectos señalados, en revisión de la Resolución dictada por la Jueza de garantías,
corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si constituyen persecución, aprehensión,
procesamiento o apresamiento indebidos o ilegales, a fin de conceder o denegar la tutela
solicitada.
III.1. La acción de libertad. Su contenido esencial a la luz del Estado constitucional como
presupuesto de las bases estructurales del Estado Plurinacional de Bolivia
No podría abordarse la presente problemática sin analizar con carácter previo las bases
estructurales del nuevo modelo de Estado vigente a partir de la aprobación por referendo
constitucional de la Constitución de 2009; en ese contexto, el artículo primero de esta norma
suprema, plasma la llamada “clausula estructural”, en la cual, entre los muchos elementos
fundantes del nuevo diseño de Estado, se encuentra la característica en virtud de la cual, se
establece el carácter social y democrático del Estado Plurinacional de Bolivia.
En efecto, el Estado Social y Democrático de Derecho, como es el caso del Estado Plurinacional
de Bolivia, se encuentra estructurado sobre un postulado esencial: el respeto y eficacia máxima
de los derechos fundamentales, a cuyo efecto, la acción de libertad y las demás acciones de
defensa, son mecanismos idóneos para su resguardo.
En armonía con los postulados desarrollados, el art. 125 de la CPE, disciplina la acción de
libertad señalando lo siguiente: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es
ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá
interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su
nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida y se restablezcan
las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”, diseño que es perfectamente
compatible con la definición que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha desarrollado
para este mecanismo, instancia que ha catalogado a esta institución como una herramienta
indispensable y de gran polivalencia al ser “el medio idóneo tanto para garantizar la libertad,
controlar el respeto a la vida e integridad de la persona, e impedir su desaparición o la
indeterminación de su lugar de detención, así como para proteger al individuo contra la tortura
u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Asimismo, cabe resaltar también que el instituto jurídico conocido en derecho comparado como
“hábeas corpus”, encuentra fundamento también en instrumentos normativos de orden
internacional como ser la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la
Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, disposiciones normativas que inequívocamente forman parte del bloque de
constitucionalidad boliviano a la luz del art. 410 de la CPE.
General de las Naciones Unidas, por medio de la Resolución 2200 A (XXI) el 16 de diciembre
de 1966, en su art. 9.4 consagra lo siguiente: “Toda persona que sea privada de libertad en
virtud de detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que éste decida
a la brevedad posible sobre la legalidad de su prisión y ordene su libertad si la prisión fuera
ilegal..”.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el “contenido esencial” de esta garantía, está
configurado por sus presupuestos de activación, que de acuerdo a la ingeniería del art. 125 de la
CPE, son cuatro: a) los atentados contra el derecho a la vida; b) afectación del derecho a la
libertad; c) cualquier acto u omisión que constituya procesamiento indebido; y, d)
cualquier acto o omisión que implique persecución indebida. En mérito a lo expuesto, en el
caso de autos, será preciso abordar de manera específica el presupuesto referente al
procesamiento indebido a la luz del deber de motivación y valoración integral de los medios
probatorios en medidas cautelares, tarea que será desarrollada infra.
Los aspectos antes señalados, ya asumidos por la jurisprudencia precedente, deben ser aplicados
por la nueva jurisprudencia emanada del Tribunal Constitucional Plurinacional, por ser acordes
con el ejercicio pleno del control plural de constitucionalidad, en ese orden, y merced a este
entendimiento, se colige que los requisitos detallados supra, denotan la exigencia del
cumplimiento por parte de las autoridades jurisdiccionales de la motivación y constituyen
presupuestos esenciales de las reglas de un debido proceso, postulados, que en definitiva
asegurarán la vigencia del Estado Social y Democrático de Derecho y que en caso de ser
vulnerados, hacen viable la activación del control de constitucionalidad a través de la acción de
libertad en el marco del presupuesto del procesamiento indebido en causas procesales referentes
a medidas cautelares vinculadas con la libertad.
Asimismo, debe precisarse que la omisión valoratoria, en el marco de las reglas de un debido
proceso, implica la falta de consideración de alguno de los elementos probatorios producidos por
las partes en el decurso de la causa, aspecto que implica el incumplimiento del postulado en
virtud del cual, la autoridad jurisdiccional, debe considerar de manera integral todos los medios
de prueba aportados; por lo señalado, se concluye que el incumplimiento de este presupuesto, al
igual que el incumplimiento de la motivación de decisiones jurisdiccionales, activa el control
tutelar de constitucionalidad para la restitución del mismo en el marco del respeto al debido
proceso.
En la especie, tal como ya se señaló, existen dos aspectos expresamente denunciados por el
ahora accionante: 1) La ausencia de motivación de la Resolución 04/2012 de 9 de enero; y,
2) La supuesta omisión en la valoración de los certificados médicos presentados por la
ahora accionante.
En el orden de ideas señalado, debe establecerse que el primer requisito para que una
sentencia se encuentre motivada, es la determinación con claridad y precisión de los hechos
atribuidos a las partes procesales; en ese orden, del contenido de la Resolución sometida a
control tutelar de constitucionalidad, se evidencia que el primer considerando de la misma, hace
referencia a los antecedentes de la causa (fs. 44 y vta.), por cuanto este primer aspecto se tiene
por cumplido.
Asimismo, con relación el segundo y tercer requisitos referidos a la descripción precisa de los
supuestos fácticos pertinentes y de los contenidos en la disposición o disposiciones a ser
aplicadas; cabe señalar que del contenido de la Resolución 04/2012, se establece que en la
fundamentación se invocan y describen los supuestos fácticos de los arts. 234 numerales 1, 4 y
10 y 235 del CPP; y se describen los supuestos fácticos de los arts. 124 y 298 del mentado
adjetivo, razón por la cual, se colige que se cumplió estas exigencias.
Debe precisarse también, que el cuarto requisito para el cumplimiento del presupuesto de
motivación, es el referente a la individualización y precisión de todos los medios de prueba
aportados por las partes; en ese orden, la Resolución 04/2012, establece las siguientes
declaraciones expresas: i) “…es decir el Juez ha tenido elementos suficientes para determinar la
solicitud presentada por el Señor Representante del Ministerio Público…”. Del contenido del
razonamiento precedente a esta afirmación, se evidencia que la Resolución ahora analizada, no
realiza una identificación, precisión o individualización de esos “elementos suficientes”
referidos; y, ii) El tercer considerando, de manera expresa señala: “Que, así vistos los
antecedentes para esta resolución este Tribunal compulsando los fundamentos expuestos por las
intervenciones orales como del Representante del Ministerio Púbico así como abogados de la
parte imputada, voto del vocal convocado, los certificados médicos presentados, y la revisión
del contenido de la resolución cuestionada. De esa compulsa y valoración de manera uniforme
se establece…” (sic) (resaltado nuestro) (fs. 46); por el contenido de esta cita textual y por el
contenido adicional de este considerando que no hace mención alguna a los elementos
probatorios antes citados, se establece que las autoridades jurisdiccionales no precisaron,
tampoco individualizaron los certificados médicos presentados y menos le otorgaron un valor a
los mismos, tal como manda la ratio decidendi desarrollada en el Fundamento Jurídico III.2 de
la presente Sentencia.
Asimismo, debe señalarse que otro requisito establecido en la ratio decidendi de la presente
Sentencia para que se cumpla con la exigencia de la motivación, versa, como ya se dijo, en la
valoración individualizada de todos los medios probatorios aportados; ahora bien, en la especie,
en relación a los citados certificados médicos, se debe precisar que los mismos no fueron
especificados por el Tribunal de alzada, dado que del contenido de la Resolución 04/2012, se
puede evidenciar que éstos se señalaron de manera general en la parte considerativa del fallo, sin
identificar las características que permitan colegir su existencia y presentación; refiriéndose
únicamente a “los certificados médicos”, sin detallar expresamente a cuales se refieren, por
cuanto, la Resolución objeto de control de constitucionalidad, no cumplió este otro requisito.
Finalmente, se tiene que la precisión y explicación del nexo de causalidad entre las denuncias o
pretensiones de las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable, la
valoración de las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia jurídica pertinente y congruente
a la determinación del nexo de causalidad identificado, constituye otro requisito para que se
tenga por cumplida la exigencia de motivación. Este es un aspecto que refleja el principio de
congruencia en cualquier fallo emitido, y debe ser cumplido de manera disciplinada, a efectos de
que el procesado tenga el pleno convencimiento de que se falló en apego a la justicia, aplicando
las normas sustantivas y procesales vigentes y en respeto a los principios y valores supremos.
Consecuentemente, en el caso de análisis, pese a que, de manera general, en la citada
Resolución, se afirmó la existencia de los certificados médicos -lo que conlleva a suponer su
conocimiento por parte de las autoridades ahora demandadas-, sin embargo, en el cuerpo de la
propia Resolución, no se encuentra que se hubiera fundamentado sobre el valor que se otorgaron
a los mismos, ni explicado el motivo por el qué no eran relevantes o no incidieron en la
decisión; dicho de otro modo, las autoridades no explicaron el por qué, pese a la presentación de
los certificados médicos, determinaron revocar las medidas sustitutivas impuestas y disponer la
detención preventiva de la representada del accionante; por lo que este último requisito, tampoco
se tiene por cumplido.
Tal como se dijo, la omisión valoratoria, al constituir un presupuesto del debido proceso, hace
viable la activación de la acción de libertad, cuando esta estuviere vinculada a la libertad, en ese
orden, deben resaltarse dos aspectos esenciales:
En mérito a estos dos aspectos, se colige que en el caso de autos no existió omisión valoratoria,
puesto que los certificados médicos no fueron desconocidos por las autoridades ahora
demandadas, prueba de ello es que los mencionaron, aunque de manera general, tanto en la parte
considerativa de la Resolución impugnada, como en el Auto de 10 de enero de 2012; por lo
tanto, no podría afirmarse una omisión valoratoria, porque pese a que los conocieron; sin
embargo, no motivaron sobre el valor efectuado en los mismos.
Finalmente, debe señalarse que existe una estrecha vinculación entre la omisión valorativa de
prueba y la falta de motivación de resoluciones judiciales o administrativas, dado que la
valoración otorgada a los elementos probatorios se materializará a través de la fundamentación
del fallo; de modo tal, que la ausencia de uno, puede eventualmente arrastrar a la omisión del
otro, pero no en todos los casos, como en el presente, en el que de manera sutil se encuentra su
diferenciación, puesto que, de un lado, se los consideró previo a emitir el fallo; sin embargo, a
continuación no se argumentó sobre el valor asignado a éstos, lo que vulnera de manera directa
al derecho de motivación como elemento constitutivo del debido proceso.
Por los fundamentos expuestos, se concluye que la Jueza de garantías, al haber concedido la
acción de libertad en cuanto a los dos actos denunciados como lesivos, evaluó parcialmente los
datos del proceso y las normas aplicables al mismo
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag.: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Sentencia: 0049/2012
Acción de libertad
Expediente: 00020-2012-01-AL
Partes: Héctor Rogelio Gutiérrez Soliz en representación sin
mandato de Martha Huanca Troche contra Elías
Fernando Ganam Cortez y Ramiro López Guzmán,
Presidente de la Sala Penal Segunda y Presidente de la
Sala Penal Tercera, respectivamente, del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz
Departamento: La Paz
I. ANTECENDENTES
En este contexto, es menester explicar que básicamente una aclaración de voto constituye un
desacuerdo de un magistrado respecto a un obiter dictum u obiter dicta contenidos en los
fundamentados jurídicos del fallo de una resolución, en este caso la o el magistrado discrepante
suscribirá la resolución; en cambio, un voto disidente implica un desacuerdo que incide y se
traduce en el decisum o decisión, o en una ratio decidendi o rationes decidendis, es decir de
presentarse una aclaración de voto sobre una ratio decidendi en una sala compuesta de dos
magistrados o magistradas, tendría la virtualidad de quitar la vinculatoriedad a la misma
trastrocándola en obiter dicta y en el caso de votos disidentes, la o el magistrado disidente se verá
impedido de suscribir la resolución constitucional y surgirá la obligación de efectuar su
fundamentación de forma separada, es decir, mientras que en el voto disidente se presenta un
desacuerdo en el resultado de la decisión asumida, el voto aclaratorio corresponde a un descuerdo
en el camino utilizado para llegar a la decisión.
Jurídico III.3.2), se sostuvo que: “…en el caso de autos no existió omisión valoratoria, siendo que
los certificados médicos no fueron desconocidos por las autoridades ahora demandadas, prueba de
ello es que los mencionaron, aunque de manera general, no solo en la parte considerativa de la
Resolución impugnada, sino también en el Auto de 10 de enero de 2012; por lo tanto, no podía
afirmarse una omisión valoratoria, porque pese a que los conocieron; sin embargo, no motivaron
sobre el valor efectuado en los mismos” argumentos que condujeron a conceder la tutela respecto a
la falta de motivación denunciada y a denegar la tutela respecto a la omisión valorativa.
II.3. DE LA DISIDENCIA
a) Falta de pronunciamiento expreso al derecho a la vida invocado por la parte accionante, tratado
en el Fundamento Jurídico de la disidencia II.3.1 del presente voto disidente.
b) Argumento contradictorio y diferenciación artificial poco clara o sutil entre omisión valorativa y
motivación de resoluciones judiciales en el Fundamento Jurídico de la disidencia II.3.2 del
presente voto disidente.
En este punto es necesario aclarar que las acciones de libertad no se rigen por el principio de
congruencia, así la SC 0887/2004-R de 8 de junio, sostuvo: “…si de la revisión de las actuaciones
de las autoridades recurridas el Tribunal Constitucional advierte actos ilegales que no han sido
demandados, pero que suprimen y atentan el derecho a la libertad del procesado, tiene plena
facultad para pronunciarse de oficio sobre los mismos…”, de manera que, cuando la parte
accionante deje de hacer referencia al derecho a la vida el Tribunal Constitucional Plurinacional
puede eventualmente considerar su lesión o amenaza, es decir, que este análisis puede efectuarse
sin que la parte accionante siquiera lo haya invocado a fortiriori, debió existir un pronunciamiento
expreso respecto al mismo.
El enfoque extrañado respecto al derecho a la vida, cuenta con importantes repercusiones prácticas
respecto a la intensidad del control de constitucional, está sobradamente demostrado que cuando el
derecho a la vida se encuentra en riesgo la fundamentación y análisis de todo Tribunal debe ser
estricta y además tiene importantes consecuencias en la decisión, pues en el caso de mantener la
detención preventiva debe provocar que el juez o tribunal exhorte a las autoridades penitenciarias a
tomar las medidas sanitarias o médicas, para resguardar el derecho a la vida; sin embargo, debo
aclarar que el análisis extrañado no implica que necesariamente deba otorgarse tutela al derecho a
la vida, como en el presente caso, donde la condicionalidad y generalidad de los certificados
médicos impide otorgar la tutela jurídica respecto al derecho a la vida, en ese entendido dicho
análisis no debió obviarse.
III. CONCLUSIONES
Por las razones expuestas, la suscrita Magistrada considera que el iter lógico seguido en el análisis
de la problemática no fue el adecuado, por las siguientes razones:
inminente al derecho a la vida, sino al derecho a la salud por hacer referencia a un tratamiento
médico, que de acuerdo al análisis del caso concreto impele también a los jueces ordinarios a
adoptar las medidas pertinentes para su resguardo, aspectos que debieron tratarse.
2) Respecto a la falta de motivación, la concesión de la tutela debió justificarse en razón a que los
certificados médicos solo fueron mencionados en la resolución impugnada, pero no fueron
valorados, por ende existe omisión valoratoria, sin que pueda alegarse que el decreto de
complementación pueda subsanar en este caso la ausencia de valoración máxime; porque la
resolución principal está suscrita por dos vocales y la complementación solamente por uno de
ellos, desconociendo la conformación colegiada del tribunal de apelación, en este marco la
diferenciación entre omisión valorativa y la motivación de resoluciones judiciales en el contexto
de la SC 0049/2012 resulta contradictoria, por lo que únicamente correspondía conceder la tutela
respecto a la falta de motivación invocada, al encontrarse la omisión valorativa implícita en la
misma.
323
324
Autos de Enmienda, Complementación y Ampliación
(ECA)
325
326
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL ENMIENDA, COMPLEMENTACIÓN Y AMPLIACIÓN
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00049-2012-01-AL
00061-2012-01-AL (acumulado)
Departamento: Oruro
La aclaración de oficio dentro de la acción de libertad, presentada por Rosario Quispe Bustamante en
representación sin mandato de Erika Rodríguez Velázquez contra Máximo Rosendo Gutiérrez
Rojas, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, Beatriz Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle,
Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro; y dentro de la
acción de libertad, interpuesta por Rosario Quispe Bustamante en representación sin mandato de
Rossio Aquino Rodríguez contra Beatriz Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle, Vocales del
mismo Tribunal Departamental de Justicia.
I. DE LA ACLARACION
En ese entendido, se tiene los expedientes signados con los números 00049-2012-01-AL y 00061-2012-
01-AL, que fueron acumulados mediante AC 0015/2012-CA/S de 5 de marzo y habiéndose efectuado
posteriormente una nueva codificación, corresponde a este Tribunal aclarar que la Sentencia
Constitucional Plurinacional 0014/2012 de 16 de marzo, hace referencia a la actual codificación de los
mismos, es decir que el expediente 2012-25064-02- AL corresponde al número 00049-2012-01-AL y el
expediente 2012-25083-02-AL corresponde al número 00061-2012-01-AL.
POR TANTO
I. DE LA ENMIENDA
POR TANTO
329
330
CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD
TUTELAR
331
332
Sentencias Constitucionales Pronunciadas en Revisión de
Acciones de Defensa
333
334
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
Mediante memorial presentado el 9 de febrero de 2009, cursante de fs. 16 a 18, los accionantes
alegan lo siguiente:
Se encuentran detenidos preventivamente en el Penal de San Pedro, desde hace tres años y siete
meses, circunstancia que vulnera el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, considerando
que la prisión provisional tiene la finalidad de asegurar la presencia del encausado en las
actuaciones del proceso penal, pero no puede prolongarse más allá de los límites establecidos
por ley, caso contrario se trata de una condena anticipada que atenta contra la garantía de la
presunción de inocencia; sin embargo, su libertad se encuentra condicionada a una fianza de
imposible cumplimiento como es la suma de Bs100 000.- (cien mil bolivianos 00/100).
Asimismo, manifiestan que las autoridades demandadas desconocieron esa situación cuando
solicitaron la cesación de su detención preventiva, cumpliendo con la presentación de certificado
de trabajo, domicilio, familia y acreditaciones bancarias y de derechos reales, demostrando la
inexistencia de patrimonio, pues al ser habitantes del área rural no tienen dicha suma, siendo
ilegal su detención, dado que no se dio el impulso procesal para que el proceso se desarrolle
dentro de los plazos previstos por ley y se dicte sentencia.
Los accionantes consideran lesionados sus derechos a la libertad y a un proceso sin dilaciones
indebidas, citando al efecto los arts. 115 de la Constitución Política del Estado (CPE), 8 de la
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 335
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 30 de agosto de 2011, según consta en el acta cursante a fs. 87
y vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de
23 de diciembre de 2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la
Sala Liquidadora Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de
2012, a objeto de la Liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de
garantías hasta el 31 de diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998.
Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución
dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso penal seguido en contra de los accionantes y otros, por la presunta
comisión de los delitos de asesinato, secuestro, privación de libertad, torturas y otros, el Tribunal
Tercero de Sentencia que mediante Resolución 51 de 24 de mayo de 2007, dispuso la cesación
de su detención preventiva en aplicación de lo previsto en el art. 239.1) del CPP, bajo la
aplicación de las siguientes medidas sustitutivas: a) Arraigo de los imputados, b) Prohibición de
concurrir a lugares de expendio de bebidas y otros lugares que constituyan medios para cometer
actos delictivos; c) Fianza económica de Bs100 000 (cien mil bolivianos 00/100), para cada uno
de los imputados; y, d) Prohibición de comunicarse con personas que estuviesen implicadas en
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 336
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
la comisión del hecho (fs. 6 a 13); dicho fallo fue confirmado en apelación por Resolución
305/08 de 16 de abril de 2008, pronunciado por la Sala Penal Primera (fs. 41 a 42 vta.).
II.4. El 9 de febrero de 2009 a horas 17:05 los accionantes interpusieron la presente acción
de libertad (fs. 16 a 18), cuya audiencia de consideración se fijó para el 10 de febrero de
2009 a horas 15:30 (fs. 19), siendo notificadas las autoridades demandadas con dicho
señalamiento el 9 de febrero de 2009 a horas 17:45 (fs. 20).
Los accionantes alegan la vulneración de sus derechos a la libertad y a un proceso sin dilaciones
indebidas; por cuanto, las autoridades demandadas no modificaron de oficio la medida cautelar
de fianza económica impuesta, que a su criterio sería de imposible cumplimiento y tampoco
resolvieron la solicitud de modificación de la citada medida cautelar. En consecuencia,
corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a los fines de conceder o
denegar la tutela solicitada.
En ese sentido, de acuerdo al razonamiento expuesto, se colige que en el presente caso, las
autoridades demandadas, no podrían modificar de oficio la medida cautelar de fianza
económica; toda vez, que debía ser a solicitud del accionante y éste debe demostrar el estado de
pobreza que justifique la modificación de la medida sustitutiva de fianza de imposible
cumplimiento; en consecuencia no corresponde conceder la tutela solicitada en este punto.
Con referencia a la garantía del debido proceso sin dilaciones indebidas la Constitución, en su
art. 115 expresa que: “I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y
tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. II. El Estado garantiza el derecho
al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y
sin dilaciones” y complementando el art. 180.I, menciona los principios procesales en los que se
fundamenta la jurisdicción ordinaria, entre los cuales se encuentran la celeridad y la inmediatez.
detenido y en consecuencia repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por
la sola privación de libertad en que se encuentra, sin que este razonamiento implique que
necesariamente se deba deferir a su petición, sino, se refiere a que sea escuchado
oportunamente a fin de que obtenga una respuesta positiva o negativa”.
Además la mencionada Sentencia Constitucional, expresó se deba entender que un acto dilatorio
en el trámite de la cesación de la detención preventiva; cuando en el lugar de fijar directamente
la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se dispongan traslados previos e
innecesarios no previstos por ley; asimismo, se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá
de lo razonable o prudencial. Plazo que puede ser en un límite de tres o cinco días máximo,
dependiendo de la particularidad de cada caso; y, finalmente se le suspende la audiencia de
consideración, por causas o motivos que no justifican la suspensión, ni son causales de nulidad.
Tal el caso de la inasistencia del representante del Ministerio Público o de la víctima y/o
querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia.
En el presente caso, se evidencia, que dentro del proceso penal seguido en contra de los
accionantes, mediante Resolución de 24 de mayo de 2007, se dispuso la cesación de su
detención preventiva, bajo la aplicación de medidas sustitutivas; dicho fallo que fue confirmado
en apelación por Resolución 305/08 de 16 de abril de 2008; posteriormente, el 2 de febrero de
2009, los accionantes solicitaron la modificación de la medida cautelar, indicando haberse fijado
una fianza económica de imposible cumplimiento, respondiéndoseles, mediante providencia de
4 del mismo mes y año, por el Presidente del Tribunal Cuarto de Sentencia, quien dispuso
la consideración de la solicitud de los accionantes en la audiencia de juicio oral el 13 de
igual mes y año; ante esta providencia, los accionantes, presentaron recurso de reposición el
5 de ese mes y año y al no recibir respuesta alguna a su solicitud, el 9 de referido mes y
año, interpusieron la presente acción.
Por otra parte, es menester indicar que si bien consta en obrados el decreto de 9 de febrero
de 2009, mediante el cual, las autoridades demandadas, repusieron la providencia del 4 de
ese mes y año, fijando audiencia de consideración de la solicitud de modificación de la
medida cautelar para el 11 del mismo mes y año; empero, no existe constancia de que los
accionantes hubiesen sido notificados con el referido proveído; por lo que éstos presentaron
la acción tutelar en la misma fecha 9 de febrero y las autoridades demandadas fueron
notificadas con la presente acción de igual forma en la señalada fecha.
Por los motivos expresados, concierne otorgar la tutela pedida a través de la presente acción de
libertad; empero, la concesión de la misma no importa otorgar la libertad a los accionantes, sino
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 339
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
De igual forma se llama la atención al Tribunal de garantías, por no haber realizado una debida
fundamentación, en la Resolución que resuelve la acción de libertad, toda vez que su obligación
es fundamentar sus resoluciones.
POR TANTO
SALA LIQUIDADORA
Mag. Relatora: Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi
Acción de amparo constitucional
Expediente: 2009-20692-42-AAC
Distrito: Santa Cruz
Pasabaré Gómez, Jesús Rider Justiniano Zerda, Mariluz Vargas, Carlos Antelo Antelo,
Cristóbal Salazar Justiniano, Tania Sanguino Rodríguez, Mirka Padilla Michel.
Los accionantes por memorial presentado el 11 de septiembre de 2009, cursante de fs. 12 a 14,
señalan lo siguiente:
El 15 de marzo de 2009, los demandados junto a otras personas más invadieron de forma
violenta los terrenos de su propiedad que se encuentran ubicados en el “km 5 y medio de la
carretera norte” a Montero, unidad vecinal “ET 52” manzano 3, utilizando machetes, palos y
otros objetos cortantes, desalojando a todas las personas con las que habían suscrito contrato
preliminar de compra-venta, cumpliendo con todos los requisitos de forma.
Refieren que, enterados de los hechos delictivos se apersonaron a sus predios, donde pudieron
evidenciar que aprovechando la oscuridad de la noche hurtaron postes, machones y el
alambrado, que fueron utilizados para la división de otros lotes que también fueron invadidos;
momento en el que les habrían exhibido los títulos de propiedad, pidiéndoles se retiren del
predio; sin embargo, fueron agredidos física y verbalmente y recibiendo amenazas de muerte.
Los accionantes señalan la vulneración de sus derechos a la propiedad privada, sin citar norma
constitucional que lo contenga.
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 6 de octubre de 2009, según consta en el acta cursante de fs.
126 a 129 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
de sus defendidos y están fusionados físicamente, pretendiendo entrar a los terrenos de los ahora
accionantes, desalojando parcialmente, hasta que el 15 de marzo lograron consolidar el
avasallamiento y despojar a los propietarios con quienes se había firmado un contrato de
compra-venta preliminar; c) Cuando los avasalladores ingresaron a dichos terrenos, estos se
encontraban totalmente alambrados; sin embargo, los postes fueron retirados y quemados, los
propietarios, no podían ingresar al terreno porque los invasores se encontraban armados con
machetes; y, d) Ante esa situación y al evidenciarse la vulneración del derecho a la propiedad,
interponen la presente acción amparados en el art. 56 de la CPE, solicitando sean desalojadas del
terreno y que no hagan innovaciones.
Con el derecho a la replica, señaló que tiene que efectuarse un saneamiento, y además aclaró que
los terrenos se encuentran en jurisdicción municipal, por lo que no se requiere de titulo agrario.
En cuanto al interdicto de retener la posesión alegado por los demandados, señalaron que es otro
proceso mal planteado, toda vez que, ellos no estaban en posesión, y lo que hicieron fue atacar a
los propietarios a la fuerza, despojándolos del lugar, pese a que tenían toda la potestad para
cuidar del terreno.
Mediante informe escrito cursante de fs. 124 a 125 vta., los demandados señalaron: 1) Estar en
posesión quieta y pacifica desde hace un año atrás conforme el art. 602 del Código de
Procedimiento Civil (CPC); 2) Los accionantes indican ser propietarios de la unidad vecinal “ET
52”, manzano 3, y ellos no encontrarse en posesión de los mismos, por lo que todas las
citaciones para la presente acción tutelar son nulas de pleno derecho; 3) Adjuntaron plano con
proyecto de urbanización aprobado, donde se indica la ubicación exacta como ser “U.V.333-A
manzana 5 y 5-A” con una superficie de 9 215 m2, mientras que la “ET 52” se encuentra distante
a dos unidades a lado derecho; y, 4) Solicitan la improcedencia, por oscuridad, incompetencia y
falsos argumentos alejados de la verdad histórica de los hechos.
En audiencia el abogado de los demandados, aclaró representar solamente a Gladis Roca y Rosa
Flores, y ratificó el informe escrito leído en audiencia, además adjuntó una copia del proceso
interdicto de retener la posesión, proceso que es de conocimiento de los juzgados de instrucción
civil.
Con el derecho a la dúplica, señaló como prueba preconstituida los mismos títulos de propiedad
presentados por los accionantes; indicando que son títulos agrarios y no así de áreas urbanizadas.
I.2.3.Resolución
La Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial, -ahora Tribunal Departamental
de Justicia- de Santa Cruz, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución
45/2009, cursante de fs. 129 a 130, por la que concede la acción tutelar, sobre los predios que
ocupan, otorgándoles el plazo de cuarenta y ocho horas a partir de ese momento para que
devuelvan a sus propietarios los terrenos que ocupan bajo prevención de librarse mandamiento
de desapoderamiento y el uso de la fuerza pública. Con el siguiente argumento: i) Los
accionantes dieron cumplimiento a dos requisitos, acreditando el derecho de propiedad; y que en
el momento de la interposición de la presente acción tutelar no se encontraba en uso, goce de los
terrenos de propiedad; ii) Además del informe presentado por el Oficial de Diligencias, en el que
señaló que acompañado de otra persona, se constituyó en el domicilio de los demandados para
practicar las notificaciones, siendo agredidos, lo que demuestra que los terrenos avasallados se
encuentran dentro de la propiedad de los accionantes.
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Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011, la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Los accionantes alegan que el 15 de marzo de 2009, los demandados acompañados de un
grupo de personas, invadieron de forma violenta los terrenos de su propiedad que se encuentran
ubicados en el “Km 5 y medio de la carretera norte” utilizando machetes, palos y otros objetos
cortantes, desalojando a todas las personas que se encontraban en posesión de los mismos (fs. 12
vta.).
II.4. De fs. 38 a 89, cursa contrato preliminar de compraventa de lotes de terreno suscrito entre
los copropietarios y vendedores, ahora accionantes y los futuros compradores Mariana Carolina
Sánchez Salvatierra, Edgar Edson La Fuente Rodríguez, María Limbania La Fuente Rodríguez,
Almeida Matilde Campero Guzmán, por sí y en representación de José Torrico Garvizu, Luz
Mila Dorado Rodríguez, Franco Rivero Bacotich, Natalia Antelo Gonzales y Roberto Tito
Moya, con el respectivo reconocimiento de firmas.
II.5. A fs. 30, cursa demanda de interdicto de retener la posesión dirigida contra los ahora
accionantes, de 6 de marzo de 2009.
II.6. Mediante memorial de 22 de abril de 2009, los accionantes interponen querella contra los
avasalladores ahora demandados (fs. 109 a 110).
Los accionantes denuncian la vulneración del derecho de propiedad, por cuanto un grupo de
personas invadió sus terrenos ubicados en el “km 5 y medio de la carretera al norte”,
desalojando violentamente a los detentadores, con quienes se habría firmado un contrato de
compra-venta preliminar con condiciones, situación que les facultaba cuidar dichos terrenos. En
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consecuencia, corresponde analizar en revisión si tales extremos son evidentes a fin de conceder
o denegar la tutela impetrada.
La acción de amparo constitucional, ha sido instituida por el art. 128 de la CPE, y se rige por los
principios de inmediatez y subsidiariedad, de acuerdo a la configuración prevista en el art. 129.I
cuando establece que se podrá interponer esta acción tutelar: “…siempre que no exista otro
medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados…"; es decir, que la protección que brinda, esta vinculada siempre a la
inexistencia de otro recurso o vía legal para la tutela de los derechos que se estiman lesionados;
sin embargo, a través de la jurisprudencia constitucional, se ha establecido la procedencia
excepcional, prescindiéndose de su naturaleza subsidiaria, en los casos que se advierta la
existencia de una lesión evidente al derecho o se haya ocasionado daño irreparable, proveniente
de medidas de hecho cometidas por autoridades publicas o por personas particulares, situación
que merece una protección inmediata porque de lo contrario la misma resultaría ineficaz.
Sobre el particular, se establece que las acciones o medidas de hecho, constituyen: ”…'los actos
ilegales arbitrarios que desconocen y prescinden de las instancias legales y procedimientos que
el ordenamiento jurídico brinda, realizando justicia directa, con abuso del poder que detentan
frente al agraviado, actos que resultan ilegítimos por no tener respaldo legal alguno y que por
el daño ocasionado y la gravedad de los mismos, merecen la tutela inmediata que brinda el
amparo por vulnerar derechos fundamentales…' y en cuanto a los fundamentos de la
prescindencia de la subsidiariedad agregó que: 'La idea que inspira la protección no es otra
que el control al abuso del poder y el de velar por la observancia de la prohibición de hacerse
justicia por mano propia, control que se extiende tanto a las autoridades públicas como a los
particulares que lo ejercen de manera arbitraria por diferentes razones y en determinadas
circunstancias', (…). Bajo el razonamiento de que un Estado unitario, social de derecho, con
características propias, cuya población está conformada por los bolivianos y bolivianas, las
diversas naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, las comunidades interculturales
y afrobolivianas, tal cual establece los arts. 1 y 3 de la CPE, los actos al margen del pluralismo
jurídico y convivencia de las diversas jurisdicciones, que por su arbitrariedad e intolerancia se
constituyen en vías o medidas de hecho, o justicia incontrolada a mano propia, son situaciones
intolerables que deben ser controladas o evitadas, este tribunal a través de la SC 0148/2010-R
de 17 de mayo (…), señaló que: 'Tratándose de la acción de amparo constitucional como medio
reparador ante dichas situaciones excepcionales de medidas de hecho, se debe tener presente
que tanto en la configuración de la abrogada como de la vigente Constitución, ha tenido y tiene
una naturaleza subsidiaria, (…). No obstante, existen situaciones excepcionales en las que el
agotamiento de tales vías implicaría la consumación irreversible de la vulneración del derecho,
con el consiguiente daño irremediable, en cuyo caso la tutela resultaría ineficaz, en el que por
la existencia de acciones de hecho o justicia directa o a mano propia, que puede ser proveniente
de parte de autoridades o funcionarios públicos, o de particulares, se hace urgente la tutela
inmediata, prescindiendo de las vías legales que pudiesen existir, a efectos de que cesen las
ilegalidades y actos hostiles, con la consiguiente afectación inclusive de otros derechos
fundamentales, por tanto en esos casos corresponde ingresar al análisis de fondo de la
problemática planteada'” (entendimiento asumido por las SSCC 1450/2010-R y 0545/2011-R).
III.2. Requisitos que deben cumplir para considerar una determinada situación como
medida de hecho
“1) Debe existir una debida fundamentación y acreditación objetiva de que efectivamente se
está frente a una medida de hecho o justicia a mano propia, donde el agraviado o accionante se
encuentre ante una situación de desprotección o desventaja frente al demandado, o agresor, sea
autoridad, funcionario o particular o grupo de personas, por la desproporcionalidad de los
medios o acción; la presentación de la acción de amparo constitucional debe ser de manera
oportuna e inmediata, haciendo abstracción de la subsidiariedad. De lo contrario no justificaría
la premura ni gravedad y deberá agotar las instancias jurisdiccionales o administrativas
pertinentes según sea el caso, y agotadas las mismas, acudir a la jurisdicción constitucional.
3) El o los derechos cuya tutela se pide, deben estar acreditados en su titularidad; es decir, no
se puede invocar derechos controvertidos o que estén en disputa, atendiendo claro está, a la
naturaleza de los mismos.
4) En los casos en que a través de medios objetivos se ponga en evidencia que existió
consentimiento de los actos denunciados y acusados como medidas de hecho, no corresponde
ingresar al análisis de la problemática, por cuanto esta acción de defensa no puede estar a
merced del cambio o volatilidad de los intereses del accionante …” (las negrillas nos
corresponden).
Dentro de ese contexto jurisprudencial asumido por el Tribunal Constitucional, se advierte que
ninguna autoridad pública o persona particular, puede realizar acciones contrarias a la
Constitución Política del Estado, pues ello implica abandonar el ámbito de la legalidad y pasar a
formar parte de actuaciones de hecho contrarias al Estado de derecho, siendo aquellas las que
merecen la tutela excepcional de la acción de amparo constitucional.
En el presente caso, los accionantes, denuncian que los demandados avasallaron su propiedad,
con violencia y amenazas inclusive de muerte, despojando de sus terrenos a sus detentadores que
estaban plenamente facultados para ocupar los mismos, sin que medie motivo alguno.
De acuerdo a la jurisprudencia constitucional desarrollada precedentemente, resulta ser aplicable
a la problemática planteada por los accionantes, en el entendido que demostraron y acreditaron
objetivamente las medidas de hecho, como consta en las Conclusiones II.2 del presente fallo,
advirtiéndose el registro de propiedad del inmueble en DD.RR. inscripciones bajo las partidas
computarizadas 7.02.2.06.0078845, situado en la provincia Andrés Ibañez del departamento de
Santa Cruz a nombre de Ovidio Vaca Diez Jiménez y María Isabel Castedo Vaca Diez; de la
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Juez Quinto de Instrucción en lo Civil, a la primera de los nombrados, dispuso corra traslado a
los demandados a objeto de que prueben la posesión o tenencia actual, los actos materiales o
amenazas de perturbación y la fecha en que hubiese ocurrido; sin embargo, estos no continuaron
con el referido proceso, habiéndose quedado con el auto de admisión, lo que nos lleva a concluir
que es cierta y evidente la denuncia en la presente acción de amparo constitucional.
Asimismo, no desvirtuaron lo señalado por los accionantes, en sentido que hubieren ingresado a
sus terrenos con violencia y amenazas, al contrario presentaron un plano con proyecto de
urbanización, pero de otra propiedad, que nada tiene que ver con los terrenos avasallados, siendo
mas bien distantes a dos unidades a lado derecho; indicando que no invadieron ninguna
propiedad; empero, dicha documentación no resulta suficiente para contrarrestar la denuncia
efectuada, además que esta acusación de violencia se encuentra respaldada por el informe del
Oficial de Diligencias del Tribunal de garantías, que habiéndose constituido en el domicilio
señalado acompañado de Edgar Enzo La Fuente Rodríguez, a objeto de practicar la notificación
con la presente acción de amparo, fueron agredidos, lo que ocasionó tengan que huir del lugar.
Dentro de ese marco, y aplicando el razonamiento señalado en los Fundamentos Jurídicos III.1 y
III.2, del caso en análisis, se evidencia que efectivamente los demandados ingresaron a la
propiedad, ejerciendo acciones de violencia y amenazas hacia los propietarios, mas cuando estos
se presentaron en el lugar de los hechos a fin de demostrarles con documentación el derecho
propietario y posesorio, fueron amenazados inclusive de muerte, constituyéndose estos actos en
vías de hecho que no encuentran sustento legal alguno y que hacen viable la protección a través
de esta garantía jurisdiccional, prescindiendo incluso de las vías legales que pudieran existir ante
el daño inminente al que está expuesta toda persona cuya propiedad privada sea despojada o
avasallada por terceros ajenos con acciones de violencia, con la consiguiente vulneración de
derechos constitucionales.
POR TANTO
SALA LIQUIDADORA
Mag. Relatora: Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi
Acción de amparo constitucional
Expediente: 2009-20697-42-AAC
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 297/09 de 12 de octubre de “2008”, cursante de fs. 143 a 146 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Juan Carlos
Crespo Infante contra José Luis Baptista Morales y Ángel Irusta Pérez, Ministros de la
Sala Penal Segunda de la Corte Suprema de Justicia, -ahora Tribunal Supremo de
Justicia-.
Dentro del proceso penal seguido contra Gonzalo Ruiz Martínez y Cesar Cladera Cabrera, el
primero de los acusados solicitó la extinción de la acción penal, al Tribunal de apelación, siendo
la Sala Penal Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de Cochabamba, mediante Auto de Vista de 21 de abril de 2005, determinó la extinción
de la acción penal, decisión que fue recurrida por el querellante ahora accionante, a través de
una acción de amparo constitucional, que fue resuelta mediante Resolución de 7 de septiembre
de 2006, concediendo la tutela y por consiguiente se anuló el Auto de Vista señalado supra, y se
dispuso la emisión de nueva resolución en estricta observancia a la dictada; en revisión el
Tribunal Constitucional pronunció la SC 1211/2006-R de 30 de noviembre, aprobando la
resolución del Tribunal de amparo; en cumplimiento a dicha Sentencia, la Sala Penal Tercera,
dictó la Resolución de 26 de marzo de 2007, en la que dispuso el rechazo de la solicitud de
extinción de la acción penal incoada por el acusado.
Por otra parte, refiere que apeló la decisión de primera instancia, -Sentencia de 30 de mayo de
2003, que declaró extinguida la acción penal-, y la Sala Penal Tercera, mediante Auto de Vista
de 9 de junio de 2007, resolvió confirmar la Sentencia apelada, razón por la que interpuso
recurso de nulidad y casación, radicándose ante la Sala Penal Segunda de la entonces Corte
Suprema de Justicia.
Efectuadas dichas actuaciones, señaló que el acusado Gonzalo Ruiz Martínez, el 14 de junio de
2007, interpuso recurso de amparo constitucional contra los Vocales de la Sala Penal Tercera de
la Corte Superior, que pronunciaron el Auto de Vista de 26 de marzo de 2007, rechazando la
excepción de extinción de la acción penal, recurso que fue resuelto por la Sala Civil Segunda,
denegando la tutela, resolución que es remitida en revisión al Tribunal Constitucional.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, se anule y deje sin efecto el Auto Supremo 359, así como se ordene
a las autoridades demandadas, emitan una nueva resolución, indicando de manera fundamentada
la improcedencia de la solicitud de la extinción de la acción y resolviendo el fondo del recurso
de nulidad y casación interpuesto por su persona.
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Celebrada la audiencia pública el 12 de octubre de 2009, según consta en el acta cursante de fs.
141 a 142 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
José Luis Baptista Morales y Ángel Irusta Pérez, Ministros de la Sala Penal Segunda y Primera,
respectivamente de la entonces Corte Suprema de Justicia, remitieron informe escrito cursante
de fs. 139 a 140 y vta., manifestando lo siguiente: a) El querellante ahora accionante, el 27 de
agosto de 2007, interpuso recurso de nulidad y casación impugnando el Auto de Vista emitido
por la Sala Penal de la Corte Superior, que confirmó la Sentencia que en primera instancia
declaró la inocencia de Gonzalo Ruiz Martínez; b) Que estando la causa esperando turno para
resolución, el 6 de febrero de 2008, el co-imputado Gonzalo Ruíz Martínez, solicitó la extinción
penal por vencimiento del plazo máximo de duración del proceso y, que al ser de previo y
especial pronunciamiento fue resuelta mediante Auto Supremo 359, declarando extinguida la
acción penal y el archivo de obrados; c) El hecho de que la resolución de amparo que declaró
improcedente el recurso interpuesto por el co-procesado, impugnando el Auto de Vista de 26 de
marzo de 2007, emitido por la Sala Penal Tercera de la Corte Superior, que rechazó la solicitud
de extinción de la acción penal, este pendiente de revisión ante el Tribunal Constitucional, no es
un impedimento o prohibición para que el afectado vuelva a formular una nueva solicitud de
extinción de la acción penal; d) La declaratoria de improcedencia no constituye un cambio de la
situación fáctica anterior a la interposición del recurso de amparo; e) Respecto de la línea
jurisprudencial que señala el accionante y que hace referencia a la circunstancia de cuando el
amparo es declarado improcedente el recurrido deberá aguardar el fallo que emita el Tribunal
Constitucional, criterio que fue modificado por la SC 0301/2007-R; f) En ese sentido es erróneo
asumir que el Tribunal de Casación no pueda resolver la solicitud de extinción de la acción
penal; y g) No se ha vulnerado el derecho al debido proceso ni a la seguridad jurídica, sino sólo
se dio estricto cumplimiento a la ley.
Gonzalo Ruíz Martínez, tercero interesado presentó informe escrito cursante de fs. 137 a 138
vta., indicando que: 1) No existe vulneración del art. 102.I de la LTC, por parte de los Ministros
demandados, toda vez que entre el objeto del recurso de amparo de 14 de junio de 2007 y la
Resolución de 5 de septiembre de 2007, no existe ninguna conexión ni dependencia jurídica, con
la discusión del tema de fondo, que es la extinción de la acción penal, toda vez que no se
buscaba revertir la decisión del rechazo de la extinción, sino que se emita una nueva resolución
motivada y fundamentada, situación que tiene una sustancial diferencia con los objetivos y
naturaleza propia de una apelación o un recurso de casación; 2) Al no existir un medio de
impugnación sobre el fondo de la decisión de la solicitud de la extinción de la acción penal
cuando se la solicita ante el Tribunal de alzada, conforme acredita la jurisprudencia
constitucional (SSCC 1305/2005-R y 1211/2006-R), no existe prohibición de la ley, en sentido
de no solicitar la extinción de la acción penal ante la Corte Suprema de Justicia; 3) Por todo ello
se infiere que los Ministros demandados han motivado y fundamentado legalmente el Auto
Supremo 359, no existiendo vulneración alguna de la ley ni de derechos constitucionales.
I.2.4. Resolución
Mediante Resolución 297/09, cursante de fs. 143 a 146 vta., la Sala Penal de la Corte Superior
del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Chuquisaca, constituida en
Tribunal de garantías, concedió parcialmente la tutela solicitada, y determinó dejar sin efecto el
Auto Supremo 359 de 15 de abril de 2009, debiendo las autoridades demandadas emitir uno
nuevo en base a los fundamentos expuestos en la misma, no siendo atendible la solicitud
respecto la forma en que debe resolver en el fondo la excepción de la extinción. Fundando su
resolución en lo siguiente: i) Los Ministros demandados, al pronunciar el Auto Supremo 359,
por el que declara extinguida la acción penal, han vulnerado el debido proceso y seguridad
jurídica, que pese a tener conocimiento de la existencia de otro fallo emergente de un recurso
constitucional de amparo que se halla en revisión ante el Tribunal Constitucional, ingresan a
analizar la merituada excepción; ii) Independientemente de la forma en que fue resuelta, era
imperioso que el actual Tribunal Supremo de Justicia, considere el hecho de estar pendiente en
revisión el recurso de amparo constitucional.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011, la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. De fs. 1 a 3 cursa el Auto de Vista de 21 de abril de 2005, emitido por la Sala Penal Tercera
de la entonces Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, que declara extinguida la
acción penal, solicitada por Gonzalo Ruiz Martínez.
II.2. La Sala Civil Segunda de ese mismo Distrito Judicial, dentro del recurso de amparo
constitucional interpuesto por Juan Carlos Crespo Infante contra los Vocales de la Sala Penal
Tercera, pronunció la Resolución de 7 de septiembre de 2006, concediendo la tutela demandada
y en consecuencia anuló y dejó sin efecto el Auto de Vista de 21 de abril de 2005 (fs. 4 a 5).
II.4. La misma Sala Penal Tercera, mediante Resolución de 9 de junio de 2007, resolviendo el
fondo de la apelación incoada por el accionante, confirmó la Sentencia de primera instancia (fs.
16 a 26 vta.). Mediante memorial de 27 de agosto de 2007, el accionante interpuso recurso de
nulidad y casación contra la merituada Resolución (fs. 27 a 32).
Resolución de 26 de marzo de 2007 (fs. 33 a 39 vta.). Recurso que fue denegado por la Sala
Civil Segunda, mediante Auto de Vista de 5 de septiembre de 2007 (fs. 41 a 42 vta.).
II.6. Gonzalo Ruiz Martínez, co-imputado, por memorial de 6 de febrero de 2008, se dirigió a la
entonces Corte Suprema de Justicia, solicitando la extinción de la acción penal (fs. 45 a 49 vta.).
Mediante Auto Supremo 359 de 15 de abril de 2009, la Sala Penal Segunda de la referida Corte,
declaró extinguida la acción penal y dispuso el archivo de obrados (fs. 50 a 51).
Resulta importante agregar, que si bien, el Constituyente como el legislador, han previsto la
revisión de las resoluciones en las acciones de amparo constitucional, acción de libertad, acción
de cumplimiento, acción popular, acción de protección de privacidad, por el Tribunal
Constitucional Plurinacional, proceso constitucional que concluye cuando éste se pronuncia;
empero, dicha instancia no deja en statu quo la competencia del juzgador ordinario, conforme se
anotó precedentemente, este pude continuar dictando resoluciones o ejecutando los actos que el
ejercicio de sus funciones implique.
Sin embargo, conforme fue expresado en el Fundamento Jurídico anterior, la sola presentación
de una acción tutelar no suspende la actividad de los jueces en los procedimientos judiciales a su
cargo, y más aún como en el presente caso que atendiendo a la naturaleza de la excepción
planteada por mora procesal, es factible la presentación de la excepción más de una vez, con
supuestos fácticos de hecho distintos, tomando en cuenta además el tiempo transcurrido entre la
primera solicitud y una posterior que pudiera presentarse, de modo que los Ministros
demandados, podían continuar dictando las resoluciones y ejecutando los actos que el ejercicio
de su labor implica, sin que por ello se lesione los derechos del accionante; por cuanto la
existencia de un amparo constitucional que dilucidará una primera solicitud de extinción de la
acción no impide la presentación, sustanciación y resolución de una segunda solicitud de
excepción de la misma naturaleza, que tiene sus propios fundamentos y elementos, -se asume-
distintos a la primera.
Finalmente, resulta necesario aclarar que si bien este aspecto no fue cuestionado por el
accionante; empero, al estar vinculado el problema jurídico con la actuación y competencia de
los demandados, es importante dejar claramente establecido el razonamiento asumido por el
Tribunal Constitucional respecto de la competencia y el momento procesal para el planteamiento
de la excepción de la extinción de la acción penal; en ese sentido, se advierte que: “Corresponde
en forma exclusiva a los jueces y tribunales de primera instancia conocer la excepción de
extinción de la acción penal, que podrá formularse únicamente en la etapa preparatoria así
como en el transcurso del juicio oral hasta antes de dictarse sentencia. Ante el rechazo de la
excepción planteada en el juicio oral, el agraviado podrá reservarse el derecho de impugnarla
como agravio de apelación restringida” (SC 1716/2010-R de 25 de octubre, modulada por la SC
1529/2011-R de 11 de octubre).
POR TANTO
En revisión la Resolución de 25 de marzo de 2009, cursante de fs. 149 a 154 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Marco Antonio Baldivieso Jinés
en representación de Román Mancilla Rodríguez, Ausberto Cueto Flores, Lucio Segovia
Barriga y Pastor Mérida Soto, representantes del Pacto Intersindical de Trabajadores
Municipales de Sucre contra Oswaldo Fong Roca, Elena Lowenthal Claros, Teresa
Rosquellas Fernández, Lilian Paredes Gonzales, Alejandro Nava Achá, Cesar Suárez
Saavedra, Wilbur Daza Gutiérrez y Marcela Rita Ortiz Torricos, Vocales de Sala Plena;
Dhery Prieto Melgarejo, Conjuez; Eva Mendizábal Barrenechea, Jueza Quinta de Partido
en lo Civil y Comercial, todos de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Chuquisaca.
Mediante memorial presentado el 9 de marzo de 2009, cursante de fs. 70 a 80, el accionante, por
sus representados manifestó lo siguiente:
Ante la infracción de derechos laborales, los trabajadores del Gobierno Municipal de Sucre,
interpusieron un trámite laboral ante la Jefatura Departamental del Trabajo de Chuquisaca.
Habiendo fracasado el proceso de conciliación el Tribunal Arbitral pronunció el Laudo Arbitral
El Alcalde a.i Fidel Herrera Ressini, planteo un ilegal recurso de anulación ante la mencionada
Jefatura Departamental del Trabajo, el cual fue rechazado, lo que motivó que la Alcaldesa,
Aydée Nava Andrade, formule recurso de compulsa ante el Juez de Partido de turno en lo Civil
y Comercial del Distrito Judicial de Chuquisaca.
El recurso de compulsa formulado fue resuelto por la Juez Quinto de Partido en lo Civil y
Comercial, declarando legal la compulsa aplicando indebidamente el Código de Procedimiento
Civil y la Ley de Arbitraje y Conciliación, a un caso laboral, acto ilegal que vulnera el principio
de legalidad, la garantía al debido proceso el derecho a la seguridad jurídica, al extremo de
generar un nuevo procedimiento que no esta previsto en ninguna norma jurídica.
Refiere que, por la negativa de la Jueza Quinta de Partido en lo Civil y Comercial se compulsó
ante la Sala Civil Segunda de la Corte Superior, que en lugar de velar por el debido proceso
saneándolo obro contra el mandato de los arts. 16.IV de la Constitución Política del Estado
abrogada (CPEabrg), y 15 del Código de Procedimiento Civil (CPC), declarando ilegal la
compulsa y disponiendo que se radique la causa ante el Juzgado Quinto de Partido en lo Civil y
Comercial para que se tramite el recurso de anulación; empero, esta autoridad, pretendió
subsanar la ilegalidad remitiendo el proceso al juzgado laboral, expediente que fue devuelto por
el Juez Laboral al estar vigente el Auto de Vista emitido por la Sala Civil Segunda de la Corte
Superior, donde se ordenó se radique y tramite el recurso de anulación en el Juzgado Quinto de
Partido en lo Civil y Comercial esta autoridad suscitó conflicto de competencia mediante Auto
Interlocutorio de 6 de enero de 2009, generando que la Sala Plena de la Corte Superior emita el
Auto de 9 de febrero del mismo año, determinando que no existe conflicto de competencia,
disponiendo que la Jueza Quinta de Partido en lo Civil y Comercial conozca la causa e imprima
el tramite previsto por el art. 66 de la Ley de Abreviación Procesal Civil y de Asistencia
Familiar (LAPCAF).
Las Resoluciones pronunciadas tanto por la Jueza Quinta de Partido en lo Civil y Comercial,
consistentes en los Autos de 24 de septiembre, 6 de octubre, 19 de noviembre y 8 de diciembre,
todas de 2008, y las Resoluciones de la Sala Civil Segunda de la Corte Superior, expresada en el
Auto de Vista 317/2008 de 20 de octubre, Auto de Vista Complementario 330/2008 de 24 de
octubre, y finalmente la Resolución 4/2009 de 9 de febrero, pronunciada por la Sala Plena, son
ilegales y vulneran principios derechos y garantías constitucionales; además de incurrir en
omisiones de que el proceso se desarrolle sin vicios, conculcando el impulso procesal para la
efectivización de los derechos y el cumplimiento de las normas procesales de orden público
mediante procedimientos irregulares que han tratado inclusive de ser enmendados por la propia
Jueza .
jurídica, debido proceso en su elemento al juez natural, probidad, celeridad, economía procesal y
los derechos a “la seguridad jurídica” al trabajo y a percibir una remuneración justa, a la
defensa, al debido proceso de sus representados, citando al efecto los arts. 7 incs. a), b) y j) y
16.I, II y IV de la CPEabrg.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela provisional, dejando sin efecto el ilegal proceso iniciado por la
Jueza Quinta de Partido en lo Civil y Comercial, “evitando la retardación y posibles trabas a la
ejecución del justo Laudo Arbitral”, ordenando a las autoridades demandadas, dejen sin efecto:
i) Los Autos 4/2009 y su Complementario 6/2009; ii) Los Autos de Vista 317/2008 y el
Complementario 330/2008; y, iii) Los Autos de 24 de septiembre y de 6 de octubre, ambos de
2008. Asimismo, solicita medidas cautelares de suspensión de tramite de anulación y de
indemnidad a objeto de que no se tome medidas represivas contra sus poder conferentes.
Efectuada la audiencia pública el 25 de marzo de 2009, según consta en el acta cursante de fs.
146 a 148 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El accionante por sus representados ratificó íntegramente los términos de la acción planteada y
añadiendo señaló que en los informes presentados por las autoridades demandadas reconocen
que no es competencia de la vía ordinaria el conocimiento de la anulación de un laudo arbitral.
Lilian Paredes Gonzáles, autoridad demandada, presentó informe escrito cursante a fs. 118 vta.,
señalando: a) No participó en la emisión de ninguna resolución dentro del referido proceso
laboral; b) Si bien la Sala Plena emitió la Resolución 4/2009, pero ella fue disidente; y, c) De
ello se infiere que no incurrió en acciones y omisiones ilegales, solicitando se deniegue la
presente acción respecto de su autoridad.
Por su parte, Teresa Rosquellas Fernández, Vocal codemandada, hizo llegar informe escrito
cursante de fs. 119 a 122, en el que expresa: 1) La Sala Plena emitió el Auto de Vista 4/2009, al
no encontrar conflicto alguno de competencia en el marco de lo previsto por el art. 11 y ss. del
CPC, declaró que no tiene nada que dirimir conforme al art. 18 del mismo Código, razón por la
que no es evidente que el Tribunal colegiado hubiere vulnerado la garantía a la seguridad
jurídica, en todo caso fue en resguardo del principio de legalidad; 2) Mediante Auto
Interlocutorio de 24 de septiembre de 2008, la Jueza Quinta de Partido en lo Civil y Comercial
declaró legal la compulsa, por tanto “debió dar estricta aplicación a lo dispuesto por el art. 286
del CPC, e imprimir el trámite previsto por el art. 66 de la LAC y no ingresar en un largo,
tedioso, inusual e irregular trámite”; 3) No es evidente que se hubiere vulnerado el debido
proceso, porque la competencia del Tribunal Colegiado se abrió única y exclusivamente para
definir la existencia o inexistencia de conflicto entre dos jueces y no como alega el accionante
que se hubiese admitido la tramitación de un laudo arbitral en materia laboral ante un Juez en lo
Civil y Comercial.
A su vez, Marcela Rita Ortiz Torricos y Wilbur Daza Gutiérrez, mediante informe escrito,
cursante de fs. 139 a 145, señalaron: i) Existe falta de legitimación activa, por cuanto las
Resoluciones cuestionadas no han sido pronunciadas dentro de la tramitación de un recurso de
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compulsa, que haya presentado su parte, sino otra persona como en el presente, es el Jefe
Departamental del Trabajo de Chuquisaca; ii) Lo que pretende el accionante es utilizar de
manera maliciosa esta acción extraordinaria para terminar con la tramitación de un recurso de
anulación que se inició como emergencia o consecuencia de un Laudo Arbitral; iii) En los Autos
de Vista y Auto de Sala Plena cuestionados, se dispuso la radicatoria de la causa y la tramitación
del recurso de anulación en aplicación de los arts. 286 del CPC y 66 de la LAC, por las
actuaciones de la propia Jueza, quien al declarar legal la primera compulsa (correspondiente a la
negativa del recurso de anulación), tiene que asumir las consecuencias de su determinación hasta
el final o hasta resolver el recurso de anulación, no siendo evidente que se hubiera obligado a la
Jueza a tramitar el citado recurso; iv) En ningún momento, en los Autos de Vista como el de
Sala Plena, se ha realizado un análisis de fondo de la litis en sentido que corresponde o no
anularse el Laudo Arbitral, si la jueza civil tiene o no competencia para conocer cuestiones
laborales; y, v) La actuación de los Vocales tanto de la Sala Civil Segunda como de Sala Plena,
se ha enmarcado al limite de sus competencias o facultades, refiriéndose en un caso al objeto de
la competencia del recurso de compulsa y en el otro al conflicto de competencia inexistente, por
lo que al emitirse las Resoluciones cuestionadas no se vulneró derechos y garantías
constitucionales de los representados del accionante, solicitando se deniegue la tutela impetrada.
La tercera interesada Aydeé Nava Andrade, mediante su apoderado presentó informe escrito
cursante de fs. 127 a 129 vta., indicando lo siguiente: a) Los accionantes se olvidan que al haber
sido excluidos del ámbito de aplicación de la Ley General del Trabajo, los funcionarios
municipales por ser públicos, no le es aplicable el art. 6 de la LAC, es mas, taxativamente los
excluye, por lo que se abre la aplicación del art. 62 de la citada Ley, al haberse emitido un
Laudo Arbitral contrario al orden público en franca violación del art. 1 del Decreto
Reglamentario de la Ley General del Trabajo y porque no era materia arbitrable que contemple a
una institución pública -no empresa privada-; b) El Tribunal al dictar el Auto de Vista 317/2008,
dispuso que en el día se devuelva el expediente a la Jueza a quo a fin de que radique la causa y
prosiga hasta su conclusión, que de ninguna manera constituye un acto ilegal que la Jueza asuma
conocimiento del recurso de anulación; c) La determinación tomada en el Auto de Sala Plena, se
ajusta a los datos del proceso y a la normativa que se ha sujetado, por lo que las aseveraciones
de los accionantes no tiene ningún asidero legal; y, d) No es evidente que a los accionantes no se
le haya dado el derecho a la defensa y al debido proceso en lo que respecta al juez natural, que
en la causa que se ventila como es el recurso de anulación, la Jueza demandada al admitir la
compulsa adquirió la competencia, circunstancia ratificada por los Vocales de la Sala Civil
Segunda y Sala Plena de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, por lo que
solicita se declare “improcedente” la tutela solicitada.
I.2.4. Resolución
Mediante Resolución de 25 de marzo de 2009, cursante de fs. 149 a 154 vta., los Conjueces de la
Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, constituidos en Tribunal de garantías,
conceden la tutela solicitada, y en su mérito: 1) Deja sin efecto los Autos de 24 de septiembre y
6 de octubre, ambos del 2008, emitidos por la Jueza Quinta de Partido en lo Civil y Comercial,
disponiendo que dicte nueva resolución conforme a derecho; 2) Asimismo, los Autos de Vista
317/2008, 330/2008, emitidos por la Sala Civil Segunda de la misma Corte Superior, así como
los Autos 4/2009 y 6/2009, dictados por Sala Plena; y, 3) Con responsabilidad para la Jueza que
será ejecutada en caso de no haberse aplicado la sanción que dispuso “el Tribunal Departamental
de Justicia, mediante Auto 4/2009 de 9 febrero”, con relación a los Vocales tanto de la Sala Civil
Segunda y de Sala Plena, sin responsabilidad por ser excusable. Bajo los siguientes
fundamentos:
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1) Los conflictos de índole laboral se sustancian por la vía de conciliación y arbitraje conforme
lo previsto por los arts. 105 al 113 de la Ley General Trabajo (LGT), concordante con los arts.
149 al 158 de su Decreto Reglamentario;
2) El art. 6.II de la LAC, indica que “las cuestiones laborales quedan excluidas del campo de
aplicación de la presente ley por estar sometidas a disposiciones legales que le son propias”;
consecuentemente el Auto de 24 de septiembre de 2008, emitido por la Jueza Quinta de Partido
en lo Civil y Comercial hace una incorrecta aplicación de los arts. 64.I y 65 de la mencionada
Ley, al no considerar que el antecedente primigenio del objeto de la litis, es un laudo arbitral
laboral y que dicha norma no es aplicable en razón del art. 6.II de la LAC, lo que originó que sus
actuaciones se aparten del debido proceso y el marco de la legalidad.
3) Si bien obró en el marco de la ley al pronunciar el Auto de 6 de octubre de 2008, por el cual
rechaza in limine el recurso de apelación del Jefe Departamental de Trabajo, pero esta situación
no enerva la incorrecta aplicación de la Ley de Abreviación Procesal, Civil y Asistencia
Familiar.
4) La Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca al dictar el
Auto de Vista 317/2008 de 20 de octubre, actúo en el marco de la competencia que le permite el
recurso de compulsa en cumplimiento de los arts. 283 inc. 1) y 295 del CPC, precautelando la
seguridad jurídica consagrada en el art. 7 inc. a) de la CPEabrg, además haciendo uso de la
facultad prevista por el art. 15 de la Ley de Organización Judicial abrogada (LOJ.1993), observó
que la Jueza erróneamente dispuso la devolución del expediente al Tribunal Arbitral para que
sea remitido al Juez de Partido en lo Civil, sin tomar en cuenta el alcance del art. 65 de la LAC;
consecuentemente cuando declara ilegal la compulsa lo hace en correcta aplicación de los arts.
105.4 de LOJ.1993 y 287 del CPC.
5) En relación al Auto 330/2008 de 24 de octubre, dictado por la misma Sala Civil Segunda,
referido a la complementación y enmienda así como los Autos 4/2009 y Auto 6/2009, ambos
emitidos por la Sala Plena de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, fueron
emitidos de manera correcta en cumplimiento del marco jurídico aplicable.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011, la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.4. El Tribunal Arbitral luego de analizado el pliego de reclamaciones presentado por el Pacto
Intersindical de Trabajadores Municipales de Sucre, más todos los actuados procesales, con la
jurisdicción y competencia que le otorga la Ley General del Trabajo, dicta el Laudo Arbitral de
25 de agosto de 2008, disponiendo la “restitución del bono de antigüedad, debiendo tomarse la
escala prevista en el art. 60 del Decreto Supremo (DS) 21060, teniendo como base el salario
básico de cada trabajador que tendrá un pago retroactivo al mes de enero de la presente gestión”.
Asimismo, determina la “restitución del incentivo municipal, derecho a ser pagado anualmente a
partir del presente año 2008”.
II.5. Fidel Herrera Ressini, Alcalde Municipal a.i, mediante memorial de 9 de septiembre de
2008, dirigido al Jefe Departamental de Trabajo, interpone recurso de anulación, solicitando se
conceda el mismo y se disponga el envío del expediente a un Juez de Partido de turno en lo Civil
y Comercial para que esta autoridad anule el Laudo Arbitral pronunciado (fs. 29 a 34 vta.).
II.6. Ante la negativa de conceder el recurso de anulación, Aydée Nava Andrade, Alcaldesa
Municipal, mediante memorial de 18 de septiembre de 2008, dirigido al Juez de Partido de turno
en lo Civil y Comercial, plantea recurso de compulsa (fs. 35 a 36).
II.8. El Jefe Departamental de Trabajo, por memorial de 1 de octubre de 2008, formula recurso
de apelación, rechazando el Auto que declara legal la compulsa, además le aclara a la Jueza
Quinta de Partido en lo Civil y Comercial que no es competente por razón de materia para
conocer el caso, por lo que el contenido del presente memorial no constituirá el reconocimiento
expreso ni tácito de su competencia, pidiéndole sea concedido para que el Tribunal superior
resuelva el enredo procedimental y salir por los fueros de la legalidad (fs. 40 a 41 vta.).
Mediante Auto de 6 de octubre de 2008, la Jueza de la causa, rechazó in limine el recurso de
apelación de la compulsa, por no existir norma que admita dicho recurso (fs. 42).
II.9. La Sala Civil Segunda de la Corte Superior, emitió el Auto de Vista 317/2008 de 20 de
octubre, declarando ilegal la compulsa, disponiendo que en el día se devuelva el expediente a la
Juez a quo, para que radique la causa y tramite el recurso de anulación hasta su conclusión (fs.
17 a 19 vta.). Por Auto 330/2008, declaró no ha lugar a la complementación y enmienda
solicitada por el Jefe Departamental de Trabajo (fs. 20 a 21 vta.).
La acción de amparo constitucional, comprendida en el art. 128 de la CPE, está instituida por
mandato constitucional, como una acción de defensa contra actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos o de persona individual o colectiva, que restrinjan,
supriman o amenacen restringir o suprimir derechos fundamentales y garantías constitucionales.
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Se constituye entonces en una de las acciones de defensa más amplia en cuanto al alcance de su
ámbito de tutela y protección de derechos, rigiendo para su interposición, los principios de
inmediatez y subsidiariedad, conforme lo establece el art. 129 de la Ley Fundamental;
denotándose de la naturaleza de esta acción su objeto de protección y resguardo de derechos en
el marco de los valores y principios ético-morales establecidos en la Constitución Política del
Estado, contribuyendo desde la justicia constitucional a efectivizar y materializar esos valores y
principios para una vida armoniosa, con equidad, igualdad de oportunidades y dignidad, entre
otros valores, en los que se sustenta el Estado Plurinacional y que son parte de la sociedad
plural.
En ese entendido, primero se debe señalar que la competencia implica la capacidad legal de
asumir y ejecutar decisiones generadoras de consecuencias y efectos jurídico-administrativos, lo
que nos deriva al debido proceso y sus distintos elementos que se materializan a través de las
actuaciones procesales que se desarrollan en un juicio o en un proceso administrativo. Al
respecto, es pertinente señalar los razonamientos asumidos en la SC 0099/2010-R de 10 de
mayo, que refiriéndose al juez natural en su elemento competencia, establece la delimitación del
ámbito de protección de la acción de amparo constitucional y del recurso directo de nulidad,
señalando:
“El juez natural, constituye una garantía constitucional con incidencia en el campo tanto
jurisdiccional como administrativo, cuyo “núcleo duro” está compuesto por tres elementos a
saber: la competencia, la imparcialidad y la independencia.
(…)
(…)
protección del tercer componente del juez natural; el referente a la competencia en cuanto a
los supuestos de hecho antes descritos; es decir, usurpación de funciones que no estén
mencionadas por ley, ejercicio de potestad administrativa que no emane de la ley,
resoluciones judiciales emitidas en ejercicio de jurisdicción que no emane de la ley o
pronunciadas por autoridad jurisdiccional suspendida en el ejercicio de sus funciones o que
hubieren cesado en las mismas; se encuentran resguardados específicamente por el recurso
directo de nulidad” (las negrillas son agregadas).
Dentro de ese contexto legal, es evidente que el amparo constitucional no es la vía idónea para
restituir la garantía prevista en el art. 122 de la CPE, dado que vía control normativo existe un
recurso específico e idóneo para ello, que conforme a su naturaleza y alcance revisa todas las
actuaciones realizadas sin competencia, sin distinción del hecho generador de las mismas. Ello
implica, que no puede desnaturalizarse la actuación del juez natural en su elemento competencia,
interponiendo un amparo constitucional alegando vulneraciones al derecho al juez natural y la
garantía descrita, pues dicha situación hace que la presente acción sea manifiestamente
improcedente, -se reitera- porque no es el medio ni vía idónea para conocer y resolver las
cuestiones planteadas sobre competencia.
Por lo referido precedentemente, se infiere que el accionante impugna y pretende que mediante
esta acción tutelar de defensa, se revise y determine la competencia de las autoridades
demandadas respecto a la ejecución de un laudo arbitral laboral que fue favorable a sus
representados, confirmándose esa pretensión con el petitorio contenido en la demanda, en el que
se solicita la nulidad de todas las resoluciones asumidas por los demandados, invocando para
ello, entre otros derechos, el debido proceso en su elemento del juez natural, recalcando siempre
en el contenido de su memorial que los demandados actuaron sin competencia.
es el recurso directo de nulidad que tiene por objeto resguardar la garantía de la competencia en
cuanto a situaciones de usurpación de funciones, ejercicio de potestad administrativa que no
emane de la ley, resoluciones emitidas en ejercicio de jurisdicción que no emane de la ley, entre
otras.
No obstante lo expresado, analizando los casos concretos es posible modular los efectos de las
Sentencias, conforme lo dispone el art. 48.4 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), que al
referirse a la forma y contenido de la sentencia, alude que: “La parte resolutiva en la que se
pronunciará el fallo sobre el fondo del recurso o demanda, en la forma prevista para cada caso,
su dimensionamiento en el tiempo y los efectos sobre lo resuelto…”.
En ese entendido, si bien este Tribunal, por los argumentos expuestos, llega a la conclusión que
los representados del accionante, sufrieron la conculcación de sus derechos y garantías
constitucionales, al no ejecutarse el Laudo Arbitral laboral; no es menos evidente que este
Tribunal no puede desconocer todos aquellos actos que como emergencia de haberse concedido
la tutela solicitada se hubieren realizado, a efectos de la restitución del bono de antigüedad y el
incentivo municipal; tomando en cuenta, además, que a la fecha han transcurrido casi tres años
desde que el Tribunal de garantías, concedió la tutela.
presente caso, por las razones ya expuestas, y considerando además que el contenido esencial de
los derechos no varía y al contrario está ampliado y con más garantías para su materialización en
el nuevo orden constitucional.
Por lo expuesto precedentemente, la situación planteada no se encuentra dentro las previsiones y
alcances de la acción de amparo constitucional, por lo que el Tribunal de garantías al haber
concedido la tutela solicitada, no efectuó una correcta compulsa de los antecedentes procesales,
ni aplicó correctamente los alcances de esta acción tutelar.
POR TANTO
1º REVOCAR la Resolución de 25 de marzo de 2009, cursante a fs. 149 a 154 vta., dictada por
los Conjueces de la Corte Superior -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Chuquisaca, y
en consecuencia DENEGAR la tutela solicitada, con la aclaración de que no se ingresó al
análisis de fondo de la problemática planteada.
Por memorial presentado el 22 de junio de 2009, cursante de fs. 57 a 73, se tiene conocimiento
de los siguientes argumentos:
El accionante manifiesta que la empresa que representa, por promoción empresarial efectuó un
sorteo en enero de 2008, que conforme a sus lineamientos, estaba destinado únicamente a
clientes registrados en su base de datos y a personas que realizaron compras por un mínimo de
Bs200.- (doscientos bolivianos 00/100) desde el 4 de diciembre de 2007 al 20 de enero de 2008.
Señala que efectuado el sorteo ante Notaria de Fe Publica, resultó ganadora Cecilia Muñoz
Saldías, quien no se encontraba registrada como cliente -requisito indispensable-, ni efectuó
ninguna compra en el periodo indicado, comunicándole que no podía ser acreedora del premio
mayor; por lo que se apersonó Caster Gálvez Calle, arguyendo que en atención de su compra,
sea la Sra. Muñoz quien reciba el premio, y solicitó la entrega del mismo, lo que no fue posible
al no estar en las listas de ganadores; situación por la que dichas personas presentaron denuncia
a LONABOL, misma que nunca les fue notificada, en base a la cual se emitió la Resolución
Administrativa (RA) 072/2008 de 3 de julio, conminando la entrega del premio a Cecilia Muñoz
Saldías; ante lo cual presentaron recurso de revocatoria, resuelto por RA 006/08 de 28 de agosto,
que no sólo agravó la situación de la empresa que representa, sino impuso una doble sanción,
ordenando que se beneficie no sólo a Cecilia Muñoz, que no cumple con las condiciones, sino
además a Caster Gálvez Calle, quien no fue ganador de ningún premio; Resolución contra la que
interpuso recurso jerárquico, dictándose la Resolución Jerárquica 003/2009 de 3 de abril, fuera
del plazo previsto en los arts. 17 y 67 de la Ley 2341 de 23 de abril de 2002, contraviniendo el
art. 63 de la misma Ley, determinando la realización de un nuevo concurso donde se habilite a
Cecilia Muñoz, imponiendo el pago de una multa del 20 % a su favor.
Alega que en las Resoluciones mencionadas, se tiene una evidencia de una extraña
parcialización a favor de una persona que no cumplió con las bases del concurso y perjudicó la
entrega del premio mayor a los clientes de la empresa, por cuanto la RA 072/08 de LONABOL
fue dictada sin antes notificar la denuncia formulada contra “Zap Fashión Republic S.R.L.”, con
lo que la colocaron en estado de indefensión. Por otro lado, dichas autoridades carecen de
competencia, lo que da lugar a la nulidad del acto conforme a los arts. 35 incs. a), c) y d) de la
Ley 2341 y 122 de la Constitución Política del Estado (CPE), aspecto denunciado en el recurso
de revocatoria, sin merecer pronunciamiento, lesionando el debido proceso de la empresa,
particularmente el referido al juez natural independiente e imparcial, Resolución que se tornó
aún más ilegal cuando se basó en el reglamento para la otorgación de licencias a promociones
empresariales, situación que no se encuentra como una facultad otorgada a la Lotería en la Ley
583 de 23 de abril de 1928, ni del Decreto Supremo (DS) 24446 de 20 de diciembre de 1996,
que regula los juegos tradicionales de Lotería, no así los realizados como promoción
empresarial.
Indica que la RA 006/08, también fue suscrita por las mismas autoridades carentes de
competencia, omitiendo pronunciarse sobre los extremos denunciados en el recurso de
revocatoria, incurriendo en vulneración de los derechos a la defensa, al debido proceso y
“seguridad jurídica” e incumpliendo los principios de congruencia y pertinencia, ya que sus
conclusiones no guardan relación con la realidad de los hechos, llegando a establecer que Caster
Gálvez y Cecilia Muñoz eran pareja, a pesar de no existir prueba de ese extremo.
Señala también que, la Resolución Jerárquica 003/2009, pronunciada por el Ministro de Salud y
Deportes, fue emitida fuera de plazo, agravando la sanción impuesta por las dos anteriores,
imponiendo una no prevista en la normativa vigente, fundándose en informes que no fueron de
su conocimiento, lo que hace a la nulidad del indicado acto administrativo.
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El accionante, estima vulnerados los derechos de la empresa que representa al debido proceso,
defensa y “seguridad jurídica”, citando al efecto los arts. 14.IV, 115.II, 116.II, 117.II, 119.II, y
122 de la CPE.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la acción planteada y en consecuencia se anulen las RRAA 072/08 y 006/08,
ambas del 2008 dictadas por LONABOL; y la Resolución Jerárquica 003/2009 emitida por el
Ministro de Salud y Deportes, disponiendo la nulidad de obrados hasta la denuncia efectuada
por Cecilia Muñoz Saldías, para que la empresa que representa, asuma defensa, con
determinación de daños, perjuicios y costas.
Celebrada la audiencia pública el 7 de julio de 2009, según consta en el acta cursante de fs. 93 a
98 de obrados, se produjeron los siguientes actuados.
debiendo considerar a Cecilia Muñoz Saldías como habilitada para participar del mismo; iii)
Según el art. 123 del DS 29894 de 7 de febrero de 2009, el Director General de Asuntos
Jurídicos es el encargado de proyectar resoluciones de los recursos jerárquicos en el Ministerio y
emitir informe, en el caso del proyecto suscrito por el Ministro de Salud y Deportes, Ramiro
Tapia Sainz, fue proyectado por el ex Director General de Asuntos Jurídicos, que en el parágrafo
III.1. refiere sobre el incidente de nulidad por actividad procesal defectuosa; y, iv) La facultad
de valoración de la prueba, según la jurisprudencia constitucional, corresponde privativamente a
los órganos jurisdiccionales o las instancias administrativas, por lo que en uso de esa facultad, el
Director Jurídico emitió el proyecto de resolución, que establece actos acordes con el
procedimiento disciplinario y sancionador.
El abogado de los terceros interesados en audiencia manifestó que los sorteos están sujetos a
ciertos reglamentos, los cuales dejarían de tener valor jurídico y respeto a la opinión pública, si
es que estarían sujetos a que estos sean “antojadizos”.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Tercera de la Corte Superior del Distrito Judicial ahora -Tribunal Departamental
de Justicia de La Paz-, constituida en Tribunal de garantías, por Resolución 60/2009 de 7 de
julio, cursante de fs. 99 a 102, concedió la tutela solicitada, disponiendo la nulidad de la
Resolución Jerárquica 003/2009 de 3 de abril pronunciada por el Ministro de Salud y Deportes,
y las RRAA 006/08 y 072/08, hasta que se proceda a notificar con la denuncia o queja que
hubiera formulado Cecilia Muñoz contra la empresa “Zap Fashion Republic S.R.L.”, en base a
los siguientes fundamentos: a) La denuncia presentada ante Lotería Nacional por Cecilia Muñoz
y Caster Gálvez Calle, debió ser notificada expresamente a la empresa denunciada, a efecto de
que asuma su defensa conforme a derecho, en cuya omisión, Lotería Nacional pronunció la RA
072/08, disponiendo la entrega de dicho premio a Cecilia Muñoz Saldías, sin que hubiera
comprado ninguna prenda personal; b) Interpuesto el recurso de revocatoria, Lotería Nacional
emitió la RA 006/08, por la que de forma incongruente, falla disponiendo sean acreedores del
premio Cecilia Muñoz y Caster Gálvez Calle, cuando dichas personas no son pareja, no viven
juntos, además de que el Sr. Gálvez no ganó el premio; extremos que al interponer la denuncia
debían dilucidarse e investigarse lo que fue omitido por los demandados; c) Interpuesto el
recurso jerárquico, el Ministro de Salud y Deportes emitió la Resolución 003/2009, que revoca
la RA 006/08 y las Resoluciones emitidas por la LONABOL, disponiendo que Cecilia Muñoz,
entre a un nuevo sorteo y perciba la compensación del 20 % del valor del premio que iba a
ganar; al respecto el art. 36.II de la Ley de Procedimiento Administrativo (LPA), establece que
las resoluciones que emitan estas entidades se referirán a las pretensiones formuladas por el
recurrente, sin que en ningún caso pueda agravarse su situación inicial, de acuerdo al principio
de congruencia y la prohibición de la “reformatio in peius”, por cuanto las Resoluciones deberán
ser congruentes con las pretensiones formuladas por los interesados, sin que en ningún caso
pueda la administración agravar su situación inicial; d) La empresa que promocionó el sorteo,
tenía que hacer los descargos del por qué no procedió a la entrega del premio; e) No se cumplió
lo previsto en el art. 33.I de la LPA que señala que la administración pública notificará a los
interesados todas las resoluciones y actos administrativos que afecten a sus derechos subjetivos
o intereses legítimos, situación no considerada por ninguna de las autoridades demandadas
respecto al reclamo permanente a la falta de notificación con la denuncia; f) Respecto a la
presentación espontánea del interesado o de su representante, si bien Ricardo Adolfo Paz, hizo
conocer la legalización de la promoción empresarial y del sorteo del automóvil y otros premios
menores; sin embargo, ello no significa en ningún momento que se da por legalmente notificado
con la denuncia formulada, vulnerándose el derecho al debido proceso y la defensa; y, g) El art.
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124 inc. b) de la LPA, refiere que la resolución jerárquica debe declarar aceptando,
convalidando el acto viciado, si es competente para ello, o revocándolo total o parcialmente, si
no tiene competencia para corregir sus vicios; sin embargo, en dicha Resolución existe falta de
congruencia en cuanto al contenido de la misma y lo que señala la parte dispositiva, por cuanto
no se hace referencia de por qué Cecilia Muñoz Saldías se hace acreedora del 20 % del precio
del automóvil, los parámetros y en qué disposiciones se ampara, más aún si no se pueden
reformar las pretensiones contenidas tanto en el recurso de revocatoria como el recurso
jerárquico.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo
siguiente:
II.1. Por nota presentada el 30 de enero de 2008, el Gerente General de “Zap Fashión Republic
S.R.L.”, solicitó a la Directora Ejecutiva de LONABOL la legalización de la promoción
empresarial en la que sortearon un automóvil Fox “0 Km” y otros premios menores, haciendo
notar que tenían dos casos donde el beneficiario no figuraba en su base de datos, ni como
compradores de su tienda (fs. 12); mediante nota de 15 de febrero del mismo año, hace llegar el
listado de clientes registrados del 4 de diciembre de 2007 al 20 de enero de 2008, a efectos del
sorteo realizado el 21 de enero del mismo año (fs. 14).
II.2. Ante la denuncia interpuesta por Cecilia Muñoz Saldias y Caster Gálvez Calle, el 22 de
enero de 2008, mediante RA 072/08, suscrita por el Director Ejecutivo a.i. y el Director Jurídico,
ambos de la LONABOL, resolvieron que la empresa “Zap Fashion Republic S.R.L.”, proceda a
la entrega del premio mayor ofrecido en la promoción empresarial, en el sorteo efectuado el 21
de enero de 2008, a la acreedora de ticket “9669” correspondiente a Cecilia Muñoz Saldias, por
encontrarse habilitada conforme al acta de sorteo, mismo que fue realizado en presencia de
Notaria de Fe Pública (fs. 21 a 23); por lo que el representante legal de “Zap Fashión Republic
S.R.L.” el 1 de agosto de 2008, interpuso recurso de revocatoria contra la Resolución
Administrativa 072/08, alegando que no fueron notificados con la denuncia presentada por la
parte contraria, a efecto de presentar sus descargos, lo que lesiona sus derechos a la defensa, al
debido proceso y a la publicidad; así como también que el Director Jurídico y el Director
Ejecutivo a.i., quienes dictaron la Resolución impugnada 072/08, no tendrían facultad para
hacerlo, salvo que cuenten con resolución ministerial, conforme al art. 18 del DS 24446 (fs. 24 a
28 vta.).
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II.3. Mediante RA 006/08, el Director Ejecutivo a.i. de LONABOL, resuelve rechazar el recurso
de revocatoria y confirmar en todas sus partes el acto administrativo recurrido, con la
modificación de que los acreedores y poseedores del ticket 9669 son sus titulares Caster Gálvez
Calle y Cecilia Muñoz Saldias en forma mancomunada a efectos del premio mayor. (fs. 29 a 34).
II.4. A partir del Acta de entrega de premios de “Zap Fashión Republic S.R.L.”, suscrita por
Notaria de Fe Pública, se evidencia que el Gerente General de dicha empresa Ricardo Adolfo
Paz Birbuet, dio una explicación sobre el cupón ganador del Automóvil Fox “0 Km”, señalando
que el ticket “9669” correspondiente a Cecilia Muñoz Saldías, quién no estaría registrada en la
base de datos de la empresa como requisito principal para ser acreedora al premio mayor (fs. 47
vta.).
II.7. Mediante Resolución Jerárquica 003/2009 de 3 de abril, Ramiro Tapia Sainz, Ministro de
Salud y Deportes resuelve revocar la RA 006/08, emitida por el Director Ejecutivo de la Lotería
Nacional de Beneficencia y Salubridad; y determina que la empresa “Zap Fashion Republic
S.R.L.”, compense a Cecilia Muñoz Saldías con el 20% del precio del automóvil, así como que
dicha empresa realice un nuevo sorteo para entregar el automóvil ofrecido, debiendo habilitar a
Cecilia Muñoz Saldías para participar del mismo (fs. 41 a 45).
El art. 128 de la CPE ha previsto la acción de amparo constitucional, contra todos los actos u
omisiones ilegales o indebidos cometidos por servidores públicos o persona particular o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y las leyes, constituyendo una garantía jurisdiccional extraordinaria
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 368
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Po su parte el art. 129.I de la Ley Fundamental, prevé que esta acción de defensa se interpondrá
por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad
correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente,
siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados.
El art. 122 de la CPE estable: “Son nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no
les competen, así como los actos de las que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de la
ley”.
Del estudio de los antecedentes de la presente acción de amparo constitucional se tiene que,
interpuesta la denuncia por Cecilia Muñoz Saldías y Caster Gálvez Calle contra la empresa
accionante, por negativa de hacerles entrega del automóvil “O Km” como premio mayor dentro
del sorteo efectuado el 21 de enero de 2008, señalando que no cumplirían con las bases del
concurso; LONABOL emitió la RA 072/08, suscrita por el Director Ejecutivo a.i. y el Director
Jurídico, disponiendo que la empresa “Zap Fashion Republic S.R.L.”, a través de su
representante legal, proceda a la entrega del premio mayor ofrecido en la promoción
empresarial, a la acreedora de ticket “9669”; es decir, Cecilia Muñoz Saldias, por encontrarse
supuestamente habilitada conforme al acta del sorteo. Impugnada dicha Resolución, mediante
recurso de revocatoria, por RA 006/08, suscrita por el Director Ejecutivo a.i. y Director Jurídico
y Fiscalización de la LONABOL, el mismo fue rechazado confirmando en todas sus partes el
acto administrativo recurrido, ante lo cual el 15 de septiembre de 2008, el representante legal de
la empresa “Zap Fashión Republic S.R.L.”, Ricardo Adolfo Paz Birbuet, interpuso Recurso
Jerárquico contra la citada Resolución 006/08, ratificando in extenso el recurso de revocatoria;
Resoluciones Administrativas, que a decir del accionante, hubieran sido emitidas incumpliendo
el art. 28 incs. a), d) y f) de la LPA, por cuanto el Director Ejecutivo a.i. y el Director Jurídico,
conforme a derecho, no tendrían facultad alguna para emitir ninguna Resolución, conforme
establece el art. 18 del DS 24446, que señala que es el Presidente Ejecutivo quien goza de
facultades de representación de la Lotería Nacional, más aún si en dichas Resoluciones no se
acreditó su legitimación, ni se señaló la norma o instrumento legal que les otorgaría facultades
expresas de resolver el recurso de revocatoria, usurpando funciones, evidenciándose por ello
falta de competencia, extremos que, según el accionante, implicarían la nulidad del acto,
conforme los arts. 35 inc. a) de la LPA y 122 de la CPE.
De lo relacionado se evidencia que los actos lesivos denunciados por el ahora accionante están
circunscritos a supuestos actos emitidos por el Director Ejecutivo a.i. y el Director Jurídico de la
Lotería Nacional de Beneficencia y Salubridad, mediante Resoluciones que estuvieran
cuestionadas en su legalidad por falta de competencia, solicitando inclusive la nulidad de las
mismas a través de la acción de amparo constitucional; aspecto que no puede ser dilucidado
mediante la presente acción tutelar, sino a través del recurso directo de nulidad previsto en el art.
122 de la CPE, por cuanto la acción de amparo constitucional, no constituye un mecanismo
idóneo para revertir los supuestos actos ilegales cometidos por autoridades administrativas
o judiciales que actúen sin competencia dentro de cualquier proceso, cuando se encuentre
cuestionado su actuar ante una supuesta usurpación de funciones no prevista por ley o el
ejercicio de potestad administrativa que no emane de la misma; situación que en el caso
presente concurre, siendo aspectos que deben ser resguardados por el recurso directo de
nulidad, por lo que corresponde aplicable la jurisprudencia citada en el Fundamento Jurídico
III.2 de esta Sentencia.
POR TANTO
No interviene la Magistrada, Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi, por excusa declarada legal.
Por memorial presentado el 18 de abril de 2009, cursante de fs. 122 a 133 y vta. de obrados, los
accionantes exponen los siguientes fundamentos:
Señalan que el 11 de enero de 2008, el Inspector General del Ministerio Público, dictó
Resolución Conclusiva 005/2008 disponiendo el enjuiciamiento de su mandante por las faltas
señaladas y la remisión de antecedentes a la Fiscalía de Distrito de Cochabamba, a objeto de
iniciar las investigaciones en materia penal, Resolución que se notificó el 28 de enero de 2008.
El 22 de febrero del mismo año y luego de la excusa del Fiscal de Distrito de Cochabamba, se
derivó y admitió la causa en la Fiscalía de Distrito de Oruro, señalándose audiencia preliminar el
4 de marzo de 2008, en la que se planteó como incidente, que su representado no era funcionario
público y no ejercía como Fiscal desde antes de que se inicie el proceso y por tanto no debía ser
juzgado por ese Tribunal, pues no tenía competencia; solicitud que fue rechazada en base a una
interpretación errónea del art. 27 del Manual de Inspectoría, disponiendo la prosecución del
proceso, por lo que la defensa se reservó el derecho de apelación.
Ante esa situación, se interpuso apelación, que fue resuelta por el Tribunal Nacional de
Disciplina del Ministerio Público mediante Resolución de 26 de septiembre de 2008,
confirmando en todas sus partes la Resolución apelada, con el argumento de que efectuada la
fiscalización de oficio, no se encontró ninguna vulneración de normas procesales, que no existía
reclamo alguno de los abogados del apelante y tampoco apelación contra los incidentes y
excepciones.
Concluyen señalando que de los antecedentes expuestos, se evidencia que las autoridades
demandadas incurrieron en actuaciones ilegales, por cuanto: a) Respecto al Inspector General y
el Fiscal Investigador, ambos del Ministerio Público, se admitió la denuncia cuando su
representado ya no era Fiscal de Materia, lo que implica que no contaba con legitimación pasiva
para ser objeto de un proceso disciplinario, máxime si se considera que la fase preliminar no
forma parte del procedimiento disciplinario, siendo la primera fase del mismo la apertura de la
investigación, hasta que ello no acontezca no existe un proceso abierto en sí; por su parte el
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I.1.3. Petitorio
Solicitan se conceda la tutela y se disponga: 1) Se declaren nulas y sin valor legal siguientes
determinaciones: Resolución 145/2007 de 18 de octubre de 2007 y en consecuencia se disponga
no haber lugar a la sustanciación de la denuncia presentada contra su mandante cuando ya no era
Fiscal; la Resolución Conclusiva 005/2008, de 11 de enero, por haber sido dictada sin
competencia; la Resolución Conclusiva 003/2008 de 15 de mayo por no cumplir con la debida
fundamentación y el principio de proporcionalidad; y la Resolución de 26 de septiembre de 2008
dictada por el Tribunal Nacional de Disciplina; 2) Se ordene al Fiscal General la restitución de
Edson Almanza al cargo de Fiscal de materia III; 3) El pago de salarios devengados desde el 14
de octubre de 2008, sea con costas y calificación de daños y perjuicios, sin desmedro de las
acciones legales a que hubiere lugar.
Celebrada la audiencia pública el 10 de junio de 2011, según consta en el acta cursante de fs.
508 a 513 y vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Celín Saavedra Bejarano, abogado apoderado del demandado Mario Uribe Melendres, Fiscal
General de la República, presentó informe escrito (fs. 465 a 468), que fue ratificado en
audiencia, con los siguientes argumentos: i) El mismo procesado reconoce que fue denunciado
por faltas gravísimas y graves cuando se encontraba en plenas funciones de Fiscal de Materia de
Cochabamba, aspecto que mereció la investigación y proceso correspondientes, en
cumplimiento de lo dispuesto por el art. 3 de la LOMP, siendo aplicable además, lo dispuesto
por el art. 27 del Manual de Régimen Disciplinario del Ministerio Público que dispone que la
renuncia al cargo del Fiscal sometido a proceso Disciplinario, no implica la extinción de
responsabilidad disciplinaria del Fiscal que cesa, continuando el proceso disciplinario hasta su
finalización, situación que se dio en el caso en análisis, en el que el representado de los
accionantes ya se encontraba sujeto a proceso disciplinario antes de la cesación en el cargo,
máxime si se considera que la responsabilidad administrativa o disciplinaria de los servidores
públicos no se extingue con la renuncia, sino que persiste, conforme lo dispone el art. 15 del
Reglamento de la Responsabilidad por la Función Pública, aprobado por Decreto Supremo (DS)
23318-A; ii) El procedimiento disciplinario en el Ministerio Público está compuesto de cuatro
fases: de investigación, de enjuiciamiento, de impugnación y de ejecución, en consecuencia, el
procedimiento disciplinario como tal, es un todo integrado que inicia con la primera fase, la de
investigación, que en el caso en estudio estaba en curso cuando el procesado aún se
desempeñaba como Fiscal de Materia de Cochabamba; iii) El rechazo efectuado a las
excepciones e incidentes de incompetencia, extinción de la acción y denuncia y actividad
procesal defectuosa, emergen de un Auto definitivo debidamente fundamentado, en estricta
aplicación de los arts. 314 y 315 del Código de Procedimiento penal (CPP), conforme se
evidencia de la Resolución de 26 de septiembre de 2008, que en los puntos 3, 4 y 5 del sexto
considerando, efectúa una amplia fundamentación respecto a lo alegado por la parte accionante,
no siendo evidente la falta de motivación; y, iv) La citada Resolución fue notificada al
procesado, quien si consideraba que le causaba agravio o vulneraba sus derechos, debió haber
recurrido o impugnado el mismo, o por lo menos efectuar reserva de apelación, toda vez que se
trataba de un Auto definitivo; empero nunca lo hizo dejando precluir su derecho. En base a ello,
solicita se deniegue la acción interpuesta.
María Magda Gutiérrez Rojas de Fuentes, en representación legal del demandado Rodolfo
Fuentes Borda, ex Fiscal de Distrito de Oruro, presentó informe escrito (fs. 452 a 454) ratificado
en audiencia con los siguientes fundamentos: a) De la demanda presentada por la parte
accionante, se advierte que existen contradicciones, ya que primero denuncia que no se resolvió
la excepción de extinción de la causa por desistimiento, luego se contradice indicando que se
rechazaron las excepciones e incidentes de incompetencia, extinción de la acción y denuncia y
actividad procesal defectuosa, así también, el procesado admite que se resolvió la excepción de
extinción y denuncia indicando incluso el “Por Tanto” de la resolución que resuelve dicha
excepción; por otra parte, existe una confusión sobre si se planteó extinción de la causa por
desistimiento o extinción de la denuncia por desistimiento, ya que una cosa es causa y otra
distinta es denuncia; b) En conocimiento de la Resolución que rechazó el incidente respecto a
que el procesado ya no era funcionario público, la defensa efectuó reserva de apelación, “pero
no dice que apela de dicha resolución” (sic); c) El fundamento y explicación claro y concreto
para que se rechace la excepción de extinción de acción y denuncia, como la misma parte
accionante admite, es que se aceptó el desistimiento y se dispuso que el proceso prosiga a
instancia del Inspector General del Ministerio Público, es en mérito a ese antecedente que se
rechazó la excepción de extinción de acción y denuncia, toda vez que como el caso de autos se
tramitaba a instancias del Inspector General, el desistimiento del denunciante particular no
impedía la prosecución del proceso disciplinario; y d) En el caso en análisis, se ha cumplido con
la tercera parte del art. 118 de la LOMP, pues al momento de dictar la Resolución, se asignó el
valor correspondiente a cada uno de los elementos de prueba, aplicando las reglas de la sana
crítica, justificando y fundamentando adecuadamente las razones por las cuales se les otorgaba
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 374
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Julio César Sandoval Sandoval, Fiscal Investigador de la Inspectoría del Ministerio Público,
mediante informe escrito (fs. 469 a 471), alegó lo siguiente: 1) En cumplimiento a lo dispuesto
por los arts. 67 y 70 parte in fine del del Reglamento de Organización y Funcionamiento de la
Inspectoría General y Régimen Disciplinario del Ministerio Público, desarrolló el proceso
investigativo contra el representado de los accionantes, acordando al cabo de la investigación la
aplicación del art. 70.2 del Reglamento antes señalado y por ende la imposición de la sanción
del art. 109.3 de la LOMP, en ese sentido no conculcó derecho alguno del procesado, habiendo
estado al contrario sus actos, enmarcados a las disposiciones jurídicas citadas; 2) La parte
accionante, no establece los fundamentos y mucho menos precisa en que consiste la vulneración
de los principios alegados, al contrario se reconoce que su autoridad actuó conforme a
procedimiento; 3) Los arts. 101, 113, 114 y siguientes de la LOMP, advierten las
responsabilidades de distinta índole que demanda el ejercicio del cargo de Fiscal de Materia y
que el proceso disciplinario se inicia de oficio y por denuncia de cualquier particular, en el
presente caso, en razón a la denuncia de Pablo Larrazabal, el Inspector General del Ministerio
Público, dictó la Resolución 145/2007, sometiendo al Fiscal denunciado a proceso disciplinario,
sin que ello comporte que únicamente se debe someter a proceso cuando se ostenta el ejercicio
del cargo de Fiscal; y, 4) La falta de competencia demandada en forma reiterada por la parte
accionante, no puede ser analizada a través de la acción de amparo constitucional, en razón a
existir para ello el recurso directo de nulidad, para demandar por esa vía la protección inmediata,
máxime si la acción de amparo constitucional protege el derecho al debido proceso en su
componente al juez natural en los elementos de imparcialidad e independencia y no cuando se
trata del elemento competencia.
Héctor José Tapia Cortez, presentó informe escrito (fs. 401 a 403), refiriendo lo siguiente: i) En
el Acta respectiva consta que se rechazó las excepciones e incidentes de incompetencia,
extinción de la acción y denuncia, así como de la actividad procesal defectuosa; con la
Resolución de 15 de mayo de 2008 que resuelve dichas excepciones e incidentes, se notificó en
audiencia al haber sido dictada en forma oral, conforme lo establece el art. 160 del CPP, no
siendo requisito para la validez de la notificación, la entrega de cedulón o copia de la resolución,
además que dichas actuaciones no fueron reclamadas en apelación; ii) El desistimiento de parte
no extingue el proceso disciplinario, sólo genera la reparación de daños entre partes, pero de
ninguna manera desnaturaliza los elementos constitutivos de las faltas graves y muy graves; iii)
Todos y cada uno de los puntos de apelación, fueron resueltos en las conclusiones que contiene
el último considerando; y, iv) Finalmente sobre la falta de competencia, dicha situación no es
evidente, y en caso de considerarse así, el amparo constitucional no es la vía, sino que debió
reclamarse esa situación a través del recurso directo de nulidad, conforme lo determinan los arts.
79.I, 80 y 81 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC).
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental
de Justicia- de Chuquisaca, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución SCII-
213/2011, cursante de fs. 514 a 521, denegó la acción planteada, manteniendo incólumes las
resoluciones impugnadas, con costas; con los siguientes argumentos: a) De la revisión de los
antecedentes presentados, se tiene que el proceso disciplinario se inició cuando el representado
del accionante aún formaba parte del Ministerio Público, lo que desvirtúa su impugnación en
sentido de que no podía ser procesado en dicha sede, habida cuenta que por mandato del art. 27
del Manual de Régimen Disciplinario y lo previsto por el DS 26237, la renuncia o cesación de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MARZO 375
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Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones siguientes:
II.1. Por memorial presentado el 16 de julio de 2007, Pablo Alfredo Larrazabal Vallejos,
presentó denuncia contra Edson Almanza Mercado, por presuntamente haber incurrido en las
faltas muy graves y graves previstas y sancionadas por los arts. 107.4, 7 y 11; 108.4, 5, 6,7, 8, 14
y 15 de la LOMP (fs. 1 a 3 y vta.).
II.4. Por memorial presentado el 18 de marzo de 2008, el mandante de los accionantes planteó
incompetencia y extinción de denuncia (fs. 31 a 32 vta.). En Audiencia de Enjuiciamiento de 15
de mayo de 2008, el procesado solicitó se de por desistida y abandonada la denuncia en su
contra, solicitud que fue resuelta en la misma audiencia, aceptando el desistimiento “simple y
llanamente”, disponiéndose que el proceso continúe a instancias del Inspector General del
Ministerio Público; respecto al planteamiento de incompetencia, y extinción de acción y de
denuncia y actividad procesal defectuosa, el Fiscal de Distrito de Oruro las rechazó (fs. 43 a 49 y
vta.).
Precisado el problema jurídico planteado, corresponde verificar si existe una causal que impida
ingresar al fondo de la problemática planteada, caso contrario concierne determinar si existió
vulneración de los derechos fundamentales y garantías constitucionales invocadas.
La acción de amparo constitucional, comprendida en el art. 128 de la CPE, está instituida por
mandato constitucional, como una acción de defensa contra actos u omisiones ilegales o
En ese sentido, se debe partir por precisar que la competencia implica la capacidad legal de
asumir y ejecutar decisiones generadoras de consecuencias y efectos jurídico-administrativos, lo
que nos deriva al debido proceso y sus distintos elementos que se materializan a través las
actuaciones procesales que se desarrollan en un juicio o en un proceso administrativo. Al
respecto, es pertinente referirse a los razonamientos asumidos en la SC 099/2010-R de 10 de
mayo, que a partir del desarrollo del juez natural en su elemento competencia, establece la
delimitación del ámbito de protección de la acción de amparo constitucional y del recurso
directo de nulidad, señalando:
“El juez natural, constituye una garantía constitucional con incidencia en el campo tanto
jurisdiccional como administrativo, cuyo 'núcleo duro' está compuesto por tres elementos a
saber: la competencia, la imparcialidad y la independencia.
(…)
En mérito a lo señalado, se puede determinar que el antes recurso de amparo constitucional,
ahora acción de amparo, es un mecanismo de protección eficaz y pertinente para el resguardo
del derecho al debido proceso en todos sus elementos incluido el juez natural, pero, solamente
en sus elementos imparcialidad e independencia, en ese sentido, debe precisarse que la
protección del tercer componente del juez natural; el referente a la competencia en cuanto a los
supuestos de hecho antes descritos; es decir, usurpación de funciones que no estén mencionadas
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por ley, ejercicio de potestad administrativa que no emane de la ley, resoluciones judiciales
emitidas en ejercicio de jurisdicción que no emane de la ley o pronunciadas por autoridad
jurisdiccional suspendida en el ejercicio de sus funciones o que hubieren cesado en las mismas;
se encuentran resguardados específicamente por el recurso directo de nulidad.”
De los razonamientos doctrinales glosados, se concluye que el ámbito de protección del amparo
constitucional en cuanto al resguardo de derechos emergentes del juez natural, se centra en los
elementos de imparcialidad e independencia, sin que sea posible la valoración y consideración
del elemento competencia, toda vez que el mismo se encuentra en el ámbito de control de
constitucionalidad, que tiene al recurso directo de nulidad como medio de resguardo de la
garantía contenida en el art. 122 de la CPE, referida a que son nulos los actos de las personas
que usurpen funciones que no les competen, así como los actos de las que ejercen jurisdicción o
potestad que no emane de la ley, es decir, que la garantía citada se refiere a la nulidad de todas
las actuaciones realizadas sin competencia.
Dentro de ese marco, es evidente que el amparo constitucional no es la vía idónea para restituir
la garantía prevista en el art. 122 de la CPE, dado que vía control normativo existe un recurso
específico e idóneo para ello, que conforme a su naturaleza y alcance revisa todas las
actuaciones realizadas sin competencia, sin distinción del hecho generador de las mismas. Ello
implica, que no puede desnaturalizarse la actuación del juez natural en su elemento competencia,
interponiendo un amparo constitucional alegando vulneraciones al derecho al juez natural y la
garantía descrita, pues dicha situación hace que la presente acción sea manifiestamente
improcedente, -se reitera- porque no es el medio ni vía idónea para conocer y resolver las
cuestiones planteadas sobre competencia.
Efectuadas las precisiones precedentes, corresponde señalar que en el presente caso, si bien los
accionantes denuncian varias irregularidades en el proceso disciplinario seguido contra su
representado y que derivó en su destitución como Fiscal de Materia; empero, toda la
fundamentación de la demanda radica en que las autoridades demandadas, actuaron sin
competencia en los distintos niveles y funciones ejercidas en el proceso por cuanto -alegan en
forma reiterada los accionantes- se admitió una denuncia, sustanció un proceso y se emitió
resoluciones, sin considerar que su representado había cesado en sus funciones y ya no era parte
del Ministerio Público, por ende, sostienen que todas las autoridades demandadas sustanciaron y
fallaron en un proceso en el que no tenían competencia para actuar, porque su mandante ya no
era funcionario público.
POR TANTO
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384
RESOLUCIONES CONSTITUCIONALES EMITIDAS
POR LAS SALAS: PRIMERA ESPECIALIZADA,
SEGUNDA, TERCERA Y SALA PLENA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL
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CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD
TUTELAR
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Sentencias Constitucionales Pronunciadas en Revisión de
Acciones de Defensa
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SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00058-2012-01-AAC
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 01/2012 de 30 de enero, cursante de fs. 119 a 125 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Edwin Herrera Gonzales y
Mónica Aramayo Balderas contra Gustavo Ricardo Zárate López, Alcalde Municipal;
Carlos Guido Vallejos Villalba, Ivert Vallejos Delgado, Margoth Echalar Zurita, Justo
Arancibia Maldonado, Limberth Peñaranda Quispe, Juan Irala Ruíz, Raquel Velásquez
Cuéllar, Concejales Municipales; Enrique Montaño Boero, Asesor Legal; y, Carlos
Marcelo Palacios Flores, Responsable de Catastro Urbano, todos del Gobierno Municipal
de Monteagudo.
I.1.3. Petitorio
I.2.3. Resolución
A través de la Resolución 01/2012, cursante de fs. 119 a 125 vta., el Juez Segundo de Partido
Mixto, del Trabajo y de Seguridad Social de Monteagudo, provincia Hernando Siles del
Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca, constituido en Juez de garantías, declaró
“improcedente” la acción de amparo constitucional, con costas, sin responsabilidad civil ni
penal, con los siguientes fundamentos: 1) Los accionantes iniciaron y continúan realizando obras
de construcción en el inmueble de su propiedad a pesar de las observaciones y prohibiciones
hechas por el ente municipal, por lo que no acreditaron los supuestos de la excepción del
principio de subsidiariedad; y, 2) No agotaron la vía administrativa para hacer valer sus derechos
que creen vulnerados, pues debieron utilizar y agotar todos los recursos que la Ley de
Municipalidades prevé.
II. CONCLUSIONES
II.1. Los accionantes, por escritura pública suscrita el 4 de agosto de 2011, adquirieron el
inmueble ubicado en calle Sucre esquina Padilla de la ciudad de Monteagudo, registrando su
derecho propietario en Derechos Reales del Departamento de Chuquisaca el 8 de agosto del
indicado año (fs. 5 a 8).
II.3. A través de la nota 013 de 12 de enero de 2012, el Jefe de la Unidad de Catastro, hizo
conocer a los accionantes que su predio ubicado en calle Padilla esquina Sucre de la ciudad de
Monteagudo, será objeto de afectación con destino al proyecto de ensanchamiento de la vía para
mejoramiento de la estructura vial, por lo que solicitó suspender todo intento de construcción,
remodelación u otro trabajo (fs. 12).
II.4. Por autorización de 16 de enero de 2012, el Jefe de Catastro Urbano permitió a los
accionantes el retiro de escombros del inmueble de su propiedad (fs. 19).
II.5. Por nota 02/2012 de 13 de enero, el Asesor Legal de la Alcaldía Municipal de Monteagudo,
comunicó a los accionantes sobre la paralización oficial de trabajos de construcción en su
inmueble de calle Sucre esquina Padilla, mientras no presenten el plano de construcción
debidamente aprobado, con la advertencia de proceder a su demolición en caso de
incumplimiento. Asimismo, les hizo conocer sobre la afectación de su inmueble para el
ensanchamiento de vía (fs. 13).
II.6. El 16 de enero de 2012, el accionante Edwin Herrera Gonzales, presentó memorial ante el
Oficial Mayor Técnico de la Alcaldía Municipal de Monteagudo, solicitando la aprobación de
los planos de construcción de su inmueble, ubicado en calle Padilla esquina Sucre (fs. 22 y vta.).
Con carácter previo al análisis de la problemática planteada, resulta necesario establecer si los
accionantes observaron los requisitos de forma y contenido de la acción de amparo
constitucional que exige el art. 77 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP)
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 393
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para su admisión. Al efecto, cabe señalar que la citada norma legal establece los siguientes
requisitos y condiciones de admisión: “1. Acreditar la personería del accionante; 2. Indicar el
nombre y domicilio de la parte demandada, o de su representante legal y el de los terceros
interesados; 3. Exponer con claridad los hechos; 4. Identificar los derechos o garantías que se
consideren vulnerados; 5. Acompañar la prueba en que funda su acción o señalar el lugar en que
se encuentra; en este último caso la jueza, juez o tribunal, al momento de disponer la citación de
la persona o autoridad accionada, ordenará a quien corresponda presentar la prueba señalada,
bajo responsabilidad; y, 6. Fijar con precisión la tutela que se solicita para restablecer los
derechos o garantías restringidos, suprimidos, amenazados o vulnerados”.
De los requisitos enumerados se tienen los de forma y los de contenido, los cuales fueron objeto
de diferenciación por el Tribunal Constitucional cuando le correspondió analizar la derogada
Ley 1836. Siguiendo esa corriente, podemos señalar que los requisitos de forma están referidos a
la acreditación de la personería del accionante, nombre y domicilio de la parte demandada o de
su representante legal, así como de los terceros interesados, además de la exigencia de adjuntar
la prueba pertinente; condiciones o requisitos de admisibilidad que de ser inobservados, pueden
ser subsanados por el accionante, es decir que el tribunal o juez de garantías que extrañe el
cumplimiento de dichos requisitos, dispondrá su subsanación dentro de un plazo prudencial, que
para el caso, se establece cuarenta y ocho horas, pero en caso de no ser subsanados dará lugar al
rechazo in límine de la acción.
(…)
A esta altura del análisis, corresponde precisar, que los requisitos exigidos por la Ley del
Tribunal Constitucional en el precepto aludido (art. 97 de la LTC) están destinados a evitar el
inicio de un procedimiento que carezca de los elementos básicos necesarios para decidir sobre
la pretensión jurídica deducida; sea para estimarla o desestimarla. De ahí que resulta
conveniente puntualizar la relevancia procesal que tienen los tres requisitos de contenido, a que
se refiere el art. 97 de Ley del Tribunal Constitucional:
Se trata de una relación fáctica que debe hacer el recurrente; pues está referida a los hechos
que sirven de fundamento del recurso o de la razón o razones en la que el recurrente apoya la
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protección que solicita, que no siempre está referido a un solo hecho sino a varios hechos, que
de manera congruente se reconducen y sirven de fundamento del petitorio. Expuestos los
hechos, en el marco señalado, impide que la acción o el contenido del recurso pueda ser
variado o cambiado a lo largo del proceso del amparo; de lo contrario, se estaría frente a un
nuevo recurso.
(…)
Conforme a lo señalado, los hechos jurídicamente relevantes que sirven de fundamento fáctico
del recurso deben ser, como lo expresa la ley, expuestos con precisión y claridad, dado que los
mismos delimitan la causa de pedir y vinculan al Tribunal de amparo, es decir que éste, deberá
resolver la problemática planteada conforme en esa descripción de los hechos y su calificación
jurídica (derechos lesionados) y no otra.
Como quedó precisado en el punto anterior, la causa de pedir contiene dos elementos: 1) el
elemento fáctico que está referido a los hechos que sirven de fundamento al recurso; 2) el
elemento normativo, es decir, los derechos o garantías invocados como lesionados por esos
hechos, que deben ser precisados por el recurrente; sin embargo, como en los hechos debe
acreditarse el derecho vulnerado, es preciso que exista una relación de causalidad entre el
hecho que sirve de fundamento y la lesión causada al derecho o garantía. De ahí que el
cumplimiento de esta exigencia no se reduce a enumerar artículos, sino a explicar desde el
punto de vista causal, cómo esos hechos han lesionado el derecho en cuestión.
Por principio general, el Juez de tutela está obligado a conferir solamente lo que se le ha
pedido; esto muestra la enorme importancia que tiene el petitium de la causa, pues, el Juez está
vinculado a la misma; esto es, deberá conceder o negar el petitorio formulado; sólo
excepcionalmente, dada la naturaleza de los derechos protegidos es posible que el Juez
constitucional pueda conceder una tutela ultra petita, de cara a dar efectividad e inmediatez a
la protección del derecho o la garantía vulnerada, cuando advierta que existió error a tiempo
de formular el petitorio. Extremo que deberá ser ponderado en cada caso concreto, al tratarse
de una excepción”.
En el caso analizado, los accionantes no cumplieron con todos los requisitos previstos en el art.
77 de la LTCP, puesto que omitieron fijar con precisión la tutela que solicitan para restablecer
los derechos alegados como vulnerados, además de no existir la relación de causalidad que
necesariamente debe darse entre los hechos, el derecho vulnerado y la petición, pues en la acción
presentada, los accionantes refieren que el encargado de Catastro Urbano de la Alcaldía
Municipal, paralizó su obra y cuando se apersonaron a reclamar, les entregaron una nota
comunicándoles que su predio sería expropiado para el ensanchamiento de la calle; sin embargo,
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del texto del memorial de demanda no se advierte cuál fue la actuación de las autoridades
municipales (Alcalde y Concejales) que vulneró el derecho propietario de los accionantes o su
derecho “a la seguridad jurídica”, concluyendo con una confusa petición en sentido de que se
declare “procedente el presente recurso” (sic) y se ordene a las autoridades edilicias “se
abstengan de restringir y amenazar el libre ejercicio” (sic) de su derecho propietario;
consiguientemente no establecen el nexo de causalidad entre los hechos descritos y los derechos
denunciados como vulnerados, con la petición realizada, lo que impide a este Tribunal, ingresar
al análisis de fondo de la problemática planteada por lo que corresponde denegar la tutela
solicitada.
POR TANTO
En revisión la Resolución 028/2012 de 2 de febrero, cursante de fs. 158 a 161 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Pablo Hernando Ruiz Durán en
representación legal de Justo Javier Villavicencio Calderón contra Jorge Isaac von Borries
Méndez, (actual Magistrado), José Luis Baptista Morales, Hugo Suarez Calbimonte,
Teófilo Tarquino Mújica, Esteban Miranda Terán, Jorge Monasterio Franco, Ana María
Forest Cors y Ramiro José Guerrero Peñaranda; todos ellos ex Ministros que
conformaban Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia; Gonzalo Miguel Hurtado
Zamorano, Fidel Marcos Tordoya Rivas, Maritza Suntura Juaniquina, Pastor Segundo
Mamani Villca, Rómulo Calle Mamani, Rita Susana Nava Durán, Antonio Guido
Campero Segovia y Norka Natalia Mercado Guzmán; Magistrados del Tribunal Supremo
de Justicia.
Por memorial presentado el 9 de enero de 2012, cursante de fs. 27 a 32, el representante del
accionante manifiesta que:
La Sala Plena de la entonces Corte Suprema de Justicia, dentro del proceso penal por caso de
corte seguido a instancia del Ministerio Público y la Alcaldía Municipal de Potosí contra su
representado y otros, se emitió el Auto Supremo 103/2011 de 7 de abril, en el que se resolvieron
los recursos de casación planteados contra la Sentencia de primera instancia.
Agrega que, el 23 de enero de 2007, la antes mencionada Sala Plena, emitió un primer fallo: el
Auto Supremo 027/2007 de la misma fecha, en el que constaba la intervención de un segundo y
hasta de un tercer Relator, empero sin la existencia de un sorteo previo. En estas circunstancias
el coprocesado Juvenal “Pilipps” Bernal, promovió un recurso de amparo constitucional
solicitando se deje sin efecto el referido Auto Supremo, denunciando lesión a la garantía al juez
natural y el debido proceso, por cuanto la causa no fue debidamente sorteada emitiendo el
Tribunal Constitucional al respecto la SC 0862/2010-R de 10 de agosto, concediendo la tutela
solicitada y consiguientemente la nulidad del Auto Supremo 027/2007 y su Complementario
053/2007 de 13 de marzo.
I.1.3. Petitorio
Con dichos antecedentes, el acciónate solicita se conceda la tutela a su representado y se deje sin
efecto el Auto Supremo 103/2011.
De la revisión de obrados, se constatan los siguientes informes: a) José Luis Baptista Morales,
ex Ministro de la Corte Suprema de Justicia, señaló que no presentó objeción alguna acerca de
los fundamentos, ni sobre las sanciones a cada uno de los procesados respecto del proyecto de
resolución elaborado por el Ministro Relator; emitiendo criterio, únicamente en torno a la
estructura formal de dicho proyecto, como consta en acta, no habiendo por consiguiente la
necesidad de otro sorteo, encomendándosele a éste que presente el mismo proyecto con otra
redacción; por lo informado pide se deniegue la tutela (fs. 70 y vta.); b) Jorge Isaac von Borries
Méndez, ex Ministro de la mencionada Corte y actual Magistrado del Tribunal Supremo de
Justicia, indicó que, la jurisprudencia invocada en el presente caso, no es vinculante por no
existir analogía respecto del presente caso con los invocados, toda vez que, ha sido de total
conocimiento la conformación del Tribunal que emitió el fallo, no habiéndose producido
cambios o sustitución de sus integrantes; Respecto al juez natural y a la imparcialidad señala que
éstos no se vulneraron, habiendo tenido el accionante conocimiento de la conformación de todos
los miembros del Tribunal colegiado, es decir de la Sala Plena, y no realizó ninguna acción al
respecto en su momento dentro el proceso ordinario, por consiguiente, ha precluido dicho
derecho, no pudiendo revisar la jurisdicción constitucional aspectos concernientes únicamente a
la jurisdicción ordinaria, toda vez que, la asignación de un magistrado relator por sorteo es un
aspecto interno que corresponde a un tribunal, del cual ya se conocían a sus integrantes, y que, el
accionante no objetó; por lo que solicita se deniegue la tutela solicitada (fs. 134 a 138); y, c)
Teófilo Tarquino Mújica, ex Ministro de la mencionada Corte, apersonándose ante el Tribunal
de garantías constitucionales, hace conocer que a la fecha, cesó en su cargo (fs. 151).
Por otra parte, se evidencia el apersonamiento de Rita Susana Nava Durán, Magistrada del
Tribunal Supremo de Justicia, quien ante el Tribunal de garantías expresa que dará
cumplimiento a la Resolución que asuma dicho Tribunal (fs. 56 y vta.).
Por memorial cursante de fs. 57 a 58, Gonzalo Miguel Hurtado Zamorano, Fidel Marcos
Tordoya Rivas, Maritza Suntura Juaniquina, Pastor Segundo Mamani Villca, Rómulo Calle
Mamani, Antonio Guido Campero Segoviay y, Norka Natalia Mercado Guzmán, miembros del
Tribunal Supremo de Justicia, devuelven cédulas arguyendo que el Auto Supremo 103/2011,
pronunciada por la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, la misma que funcionó hasta el
31 de diciembre de 2011; en consecuencia, los actuales Magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia no pronunciaron la Resolución objeto de la acción; por consiguiente, carecen de
legitimación pasiva para ser accionados, porque no les corresponde informar sobre dicho asunto.
El Fiscal General del Estado, mediante sus apoderados, presentó informe cursante de fs. 145 a
150, arguyendo: 1) La protección a la seguridad jurídica que invoca el accionante no puede ser
atendida en virtud que la misma es un principio y ya no un derecho como se consagraba en la
anterior Constitución Política del Estado (CPE), existiendo amplia jurisprudencia al respecto; 2)
Señala que la carga argumentativa reside en el accionante, no pudiendo exponer una
fundamentación lógica respecto a la alegación de los derechos a la defensa y al debido proceso
invocados en la presente causa, pues no da razón ni explica cómo le afectó la no realización de
un segundo sorteo del cual no tuvo conocimiento y la designación de un segundo Relator en la
Resolución del caso concreto; y 3) El accionante debió haber planteado un recurso de nulidad de
conformidad con el art. 122 de la CPE y no así la presente acción, toda vez que ante la falta de
sorteo para un segundo Relator, existe una usurpación de funciones, solicitando se deniegue la
tutela.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Por Auto Supremo 103/2011 de 7 de abril (fs. 14 a 24 vta.), se declara improcedentes los
recursos de casación interpuestos por el ahora representado del accionante Justo Javier
Villavicencio Calderón y otros dentro de proceso penal seguido en su contra por los delitos
contra la función pública, la economía nacional, la seguridad común y la propiedad, declarando
al accionante y otro imputado, como autores de los delitos de malversación, resoluciones
contrarias a la Constitución y las leyes, nombramientos ilegales, suscripción de contratos lesivos
al Estado y conducta antieconómica, imponiéndoseles la pena de seis años de reclusión en cárcel
pública de Cantumarca de la ciudad de Potosí, entre otros.
El accionante denuncia la vulneración de sus derechos y garantías constitucionales, toda vez que
la Sala Plena de la entonces Corte Suprema de Justicia, emitió el Auto Supremo 103/2011,
mismo que fue elaborado por un segundo Ministro Relator sin que se realizara el
La acción de amparo constitucional, ha sido instituida por la Constitución Política del Estado en
sus arts. 128 y ss., como una medida de defensa de los actos u omisiones ilegales o indebidos de
los servidores públicos, derechos que son reconocidos por la misma Norma Fundamental y que
son inherentes a todos los habitantes del Estado Plurinacional de Bolivia.
Cabe señalar que la Constitución Política del Estado en su capítulo segundo acciones de defensa
contemplada la acción de amparo constitucional indicando en su art. 128: “La Acción de
Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los
servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”, por su parte, el art.
129 señala “La acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea
afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados”.
Respecto al debido proceso y sus alcances, se entiende como el derecho de toda persona a un
proceso justo y equitativo, en el que sus derechos se acomoden a lo establecido por
disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación
similar; es decir, comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias
procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de
acto emanado del Estado que pueda afectar esos derechos reconocidos por la Constitución
Política del Estado así como los Convenios y Tratados Internacionales. En cuanto a la
obligatoriedad de su respeto, la SC 0119/2003-R de 28 de enero, sostuvo que: "…el derecho al
debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas las autoridades judiciales o
administrativas y constituye una garantía de legalidad procesal que ha previsto el Constituyente
para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación o motivación de las
resoluciones judiciales…".
Por otra parte, cabe resaltar que, el debido proceso, como instrumento jurídico destinado a
materializar los valores jurídicos de la justicia e igualdad, está compuesto por elementos como el
derecho al juez natural, derecho a la igualdad procesal de las partes, derecho a no declarar contra
sí mismo, garantía de presunción de inocencia, derecho a la defensa material y técnica, derecho
a no ser juzgado sin dilaciones indebidas, etc.; la Norma Fundamental lo concibe en una triple
dimensión, como un principio, garantía y derecho fundamental a ser observado por los órganos
jurisdiccionales y administrativos a efecto de garantizar el respeto de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales a las partes del proceso o de los administrados. Lo
que significa que sólo a través del debido proceso los referidos valores jurídicos se materializan
en su verdadera dimensión, que la sentencia o resolución, sea el resultado de la correcta
aplicación del ordenamiento jurídico y la participación activa de las partes en el ejercicio de sus
derechos en condiciones de igualdad.
En el caso expuesto, se denuncia sobre supuestos errores procedimentales que podrían haber
cambiado el resultado final del fallo hoy cuestionado, es decir, del Auto Supremo 103/2011.
Por otro lado, se establece que el accionante, tuvo pleno conocimiento de los miembros que
conformaban la Sala Plena de la entonces Corte Suprema de Justicia, de entre los cuales,
emergería el Relator o proyectista del caso; sin embargo, en su momento no cuestionó a ninguno
de éstos pidiendo su respectiva excusa, no pudiendo pretender a través de la presente acción de
amparo constitucional, la nulidad de un Auto Supremo limitándose a invocar la “posibilidad de
impugnar” al segundo Relator, pues con esa “posibilidad” no demuestra de que manera podría
haber influido en el fallo final y su resultado; por otro lado, la SC 0862/2010-R, que invoca el
accionante como precedente constitucional, al indicar que existen hechos facticos similares con
la presente causa y en la cual concedieron la tutela; se debe precisar que dicha afirmación no es
correcta, toda vez que en el precedente expuesto, los Ministros que conocieron la causa, se
encontraban disconformes encontrándose posturas diferentes entre los proyectos, además de
ello, se cambiaron a las autoridades que conformaban dicha Sala Plena, conformándose una
nueva, motivo por el cual, necesariamente debió haberse realizado un nuevo sorteo, siendo estos
hechos fácticos, completamente distintos a los ocurridos en el precedente invocado.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00022-2012-01-AAC
Departamento: Cochabamba
Por memorial presentado el 12 de enero de 2012, cursante de fs. 12 a 17, la accionante manifestó que
junto a su esposo, José Luis Herbas Ferrufino, son propietarios de un inmueble ubicado en la
comunidad de Pampa Mamata de la provincia Esteban Arze del departamento de Cochabamba; lugar
donde constituyeron su hogar familiar y como miembros de la misma, cumplen con todas sus
obligaciones de afiliados, ingresando al sistema de agua potable como socios activos, cancelando por
el servicio de forma puntual, el consumo que emerge de la lectura del medidor de agua instalado en su
domicilio.
El dirigente Florentino Veizaga Hidalgo convocó a los habitantes de la comunidad a una reunión a
efectuarse el 3 de diciembre de 2011, en la que informó que los terrenos tenían que ser saneados por
el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA); entonces Ayda Claros miembro de la comunidad
indicó, que el título de propiedad que se otorga especifica “no transferible en letras pequeñas” y que
varios compañeros tienen documentos de propiedad y no necesitan de ese procedimiento, causando
descontento en la autoridad, quien salió de la reunión acompañado de varios comunarios
interrumpiendo el uso de la palabra; el hijo de la accionante Derwin Herbas Jimenez, textualmente
dijo: “Que clase de dirigente es, él siempre habla de respeto y el es quien no respeta cuando las
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personas hacen uso de la palabra y la gente como ignorantes se salen”, siendo desvirtuado por gente
de la Comunidad quienes señalaron que era una agresión verbal para el dirigente. Posteriormente,
sucedió otro incidente con la secretaria del dirigente, supuestamente insultando a este último.
En la reunión convocada para el 17 de diciembre de 2011, Florentino Veizaga Hidalgo expresó a los
compañeros “si le van a hacer respetar o no” por las supuestas críticas a su persona. Tito Ferrufino
Guillen y Gerardo Hinojosa Ayala, sentaron en acta la imposición de la sanción de corte de agua y
multa de Bs500.- (quinientos bolivianos), a causa de un terreno que la accionante cuidaba que estaba
en juicio con la suegra del referido dirigente; asimismo, le excluyeron de la lista de afiliados
argumentando ser enemiga de la comunidad. Sin escuchar su pedido de no proceder al corte del
servicio, se trasladaron los tres demandados a su propiedad y en actitud arbitraria e ilegal, se llevaron
su medidor, privándole del servicio de agua potable, hechos cometidos en presencia de varios
comunarios.
A pesar de sus súplicas de restitución de acceso irrestricto al agua potable, su pedido fue negado
rotundamente, utilizando como fundamento que esa sanción fue impuesta por insultar a un dirigente.
El 23 de diciembre del 2011, el dirigente autorizó la conexión de agua potable sólo por las fiestas de
fin de año -del 24 de diciembre de 2011 al 1 de enero de 2012-; sin embargo el “Presidente de Agua
Potable” se negó, alegando que la comunidad estaba enojada. Al día siguiente se le devolvió el
medidor que conectó por cuenta y costo suyo.
Florentino Veizaga Hidalgo, en calidad de autoridad arrastró en las ilegalidades cometidas a los
codemandados, olvidando su condición de autoridad y guía; los actos de represalia cometidos por su
persona, asumidos por los conflictos suscitados con su suegra, no tienen justificativo alguno por ser
arbitrarios e ilegales.
La accionante considera vulnerados sus derechos a la vida, a la salud y el acceso irrestricto al agua
potable, citando al efecto los arts. 15.I, 16.I y 18.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 18 de enero de 2012, ante el Juez Mixto y de Sentencia de Tarata
de la provincia Esteban Arze del Tribunal Departamental de Judicial de Cochabamba, según consta
en el acta cursante de fs. 23 a 24, se produjeron los siguientes actuados:
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Florentino Veizaga Hidalgo, en audiencia informó lo siguiente: “La comunidad en conjunto habría
actuado, los mismos que se encuentran presentes a fin de hacer respetar a sus autoridades, y que el juicio
sería contra toda la comunidad y no solo con su persona”.
Por su parte, el codemandado, Gerardo Hinojosa Ayala, refirió que no estaba presente en el corte
del grifo, los dirigentes solamente obedecen a lo que dice la comunidad, en su condición de Cajero
sólo cobra; además, señala que la accionante es problemática, mentirosa y que agredió verbalmente
a los dirigentes y a la comunidad, anteriormente -16 de octubre de 2011- le sancionaron con el
corte de agua por tres meses y que al constar en varias actas las agresiones de la accionante, fue la
razón por la cual se le cortó el servicio de agua potable.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. En el Libro de Actas 1 del Sindicato Agrario Pampa Mamata, se evidencia que cursa el acta de
posesión de 23 de octubre de 2010, haciendo referencia en el punto 4, a Elsa “Jimenes” de Herbas “los
comunarios fueron a cortar su pileta para 3 meses” y previa disculpa pagó una multa de Bs100.- (cien
bolivianos), faltando un reintegro de Bs50.- (cincuenta bolivianos) (p. 72 del Anexo).
II.2. Por acta de reunión de emergencia de 25 de marzo de 2011, consta que en la comunidad de
Pampa Mamata, se acostumbraba tomar la medida de “corte de pileta definitivo” (p. 103 del
Anexo).
II.3. En acta de reunión de fecha ilegible, por el contenido de la misma se deduce que el 17 de
enero de 2012, los comunarios siendo notificados con la audiencia por el Juzgado, en el caso de
Elsa Jimenez de Herbas, acordaron asistir en respaldo de sus representantes (p.160 del Anexo).
II.4. En obrados se encuentra el certificado de matrimonio de José Luis Herbas Ferrufino y Elsa
Jimenez Nina, de 23 de febrero de 1990 (fs. 1 del expediente), asimismo la existencia de minuta de
transferencia de 7 de noviembre de 2000, de un lote a favor de José Luis Herbas Ferrufino (fs. 4 y
vta. del expediente).
II.5. Recibos de pago de consumo de agua de los meses de octubre y noviembre, cancelados en
fechas 15 de diciembre y 15 de noviembre de 2011 respectivamente (fs. 2 a 3 del expediente).
II.6. Cursan fotografías en las que se observa el cierre de la llave de paso de agua, con la presencia
de varias personas (fs. 7 a 10 del expediente).
II.7. Del informe prestado en audiencia por los demandados se colige que se sancionó a la
accionante con el corte del servicio de agua potable por tres meses y que la comunidad en su
conjunto habría participado es este hecho (fs. 23 vta. a 24 del expediente).
La accionante alega que se han vulnerado sus derechos a la vida, a la salud y el acceso irrestricto al
agua potable, por parte de los demandados que procedieron ilegalmente a cortarle el servicio de
agua potable e imponerle una multa, por supuestas diferencias con el dirigente de la comunidad. En
consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder o
denegar la tutela solicitada.
La acción de amparo constitucional es una acción tutelar de carácter extraordinario, cuya finalidad
es la protección de los derechos fundamentales de las personas, establecida en el art. 128 de la
CPE, procede: “…contra actos u omisiones ilegales o indebidas de los servidores públicos, o de
persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.
(…)
“…existiendo el peligro de que los efectos de las decisiones impugnadas sean irremediables o
irreparables, este Tribunal considera aplicable la excepción a la regla de la subsidiaridad…”.
para la protección de sus derechos, resultando esa vía de reclamo ineficaz, es aplicable al caso el
principio de inmediatez del amparo constitucional.
Con relación al derecho al agua la Constitución Política del Estado lo ha instituido como un
derecho humano que tiene toda persona, de acceso universal y equitativo a los servicios básicos lo
que incluye el acceso al agua potable (arts. 16.I, 20.I de la CPE).
El derecho al agua tiene una doble dimensión constitucional, tanto como un derecho individual
fundamental como un derecho colectivo comunitario fundamentalísimo, que está reconocido en
el texto constitucional como en instrumentos internacionales, cuya tutela y protección no debe
responder a una visión antropocentrista y excluyente; en este sentido por la naturaleza de este
derecho en su ejercicio individual, no puede arbitrariamente ser restringido o suprimido
mediante vías o medidas de hecho en su uso racional como bien escaso por grupo social alguno -
sea una comunidad campesina o sea una colectividad diferente- ni tampoco por persona
particular.
El art. 15.I de la CPE, refiere que toda persona tiene derecho a la vida; entendido éste como un
derecho fundamental del cual emergen los demás derechos y como: “…el derecho de toda persona
al ser y a la existencia, siendo su característica esencial la base para el ejercicio de los demás
derechos. Es decir, la vida misma es el presupuesto indispensable para que haya titularidad de
derechos y obligaciones. Es un derecho inalienable de la persona que obliga al Estado en dos
sentidos: su respeto y su protección. La autoridad estatal está constitucionalmente impedida de
hacer cosa alguna que destruya o debilite el contenido esencial de esos derechos, debiendo crear
las condiciones indispensables para que tengan cabal observancia y pleno cumplimiento” (SC
0653/2010-R de 19 de julio, haciendo mención a la SC 1294/2004-R de 12 de agosto).
Por su parte el art. 18 de la CPE, señala el derecho a la salud como una garantía que otorga el Estado a
toda persona para que cuente con protección y cuidado, desarrollado a través de la ya citada SC
0653/2010-R cuando expresa: “…los arts. 35 al 44, de dicha norma Suprema Sección II 'La salud y a la
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seguridad social' del Capítulo Quinto sobre los 'Derechos Sociales y Económicos', Título Segundo
'Derechos Fundamentales y garantías', de la Primera Parte de la 'Bases Fundamentales del Estado,
Derechos, Deberes y Garantías'. Derecho, sobre cuyo entendimiento este Tribunal en la SC 0026/2003-
R de 8 de enero, estableció que: 'es el derecho en virtud del cual la persona humana y los grupos
sociales -especialmente la familia- como titulares del mismo, pueden exigir de los órganos del Estado,
en cuanto sujetos pasivos, que establezcan las condiciones adecuadas para que aquellos puedan
alcanzar un estado óptimo de bienestar físico, mental y social y garanticen el mantenimiento de esas
condiciones. El derecho a la salud no significa solamente el derecho a estar en contra de la enfermedad
sino el derecho a una existencia con calidad de vida'”.
“El derecho al acceso a los servicios básicos de agua potable y electricidad está reconocido y
consagrado como derecho fundamental por el art. 20.I de la CPE, dentro de los principios de
universalidad y equidad; es decir, que los servicios básicos como responsabilidad del Estado en
todos los niveles de gobierno de manera directa o mediante contratos con empresas privadas
como prevé el parágrafo II de la citada norma constitucional, no deben ser restringidos en el
acceso por motivos o causas más allá de las previstas por las normas o procedimientos para tal
efecto”; entendimiento asumido en la SC 0071/2010-R de 3 de mayo.
La accionante a través de su acción de amparo constitucional alega que los demandados cortaron el
suministro de agua potable en su domicilio como sanción impuesta arbitrariamente; además, de la
obligación del pago de una multa, y pese a la inexistencia del servicio, procedieron al cobro del
mismo y no obstante, a que el dirigente autorizó la conexión únicamente por las fiestas de fin de
año, se procedió nuevamente a su corte, alegando que tal situación se mantuvo hasta el momento
de la interposición de la acción de amparo constitucional.
Es decir, el corte del suministro del servicio de agua potable, mediante vías de hecho trajo en el
presente caso como lógica consecuencia, la vulneración del derecho fundamental al agua en su
dimensión individual, derecho que en el contexto del diseño constitucional es autónomo a los
derechos a la vida y a la salud por lo que per se puede tutelarse de manera independiente, lo que no
implica que de acuerdo al caso concreto también pueda vulnerarse de manera conjunta a los
derechos a la vida y a la salud, invocados en la presente acción.
En este marco, respecto al derecho a la vida y a la salud, es necesario aclarar que esta vía
constitucional podría otorgar en el caso concreto la tutela siempre y cuando la accionante hubiese
generado alguna duda en este Tribunal a través de algún medio de prueba que permita inferir que
su derecho a la vida o salud, fueron en su núcleo esencial efectivamente amenazados, restringidos
o suprimidos, aspecto que no sucede en el presente caso, máxime si se considera el trascurso del
tiempo en que se encontraba privado del derecho de acceso al servicio básico de agua potable,
aspecto que hace inferir a este Tribunal que la accionante tenía acceso al agua mediante otras vías
de provisión; es decir, que incumplió en este caso con la carga probatoria, tal como se estableció en
reiterada jurisprudencia constitucional, al señalar que: “...este Tribunal ha establecido que la
determinación del Tribunal de amparo debe obedecer a la certidumbre sobre si en efecto se ha
violado o amenazado un derecho fundamental y/o garantía constitucional, por lo que es preciso
que el recurrente o agraviado, por una parte, aporte los elementos de prueba suficientes en los que
se acredite y demuestre la existencia del acto y/u omisión denunciado de ilegal, y por otra, ese
agraviado también debe acreditar que en el supuesto acto y/u omisión es responsable la autoridad
o persona recurrida por haber tenido intervención y decisión” (SC 1651/2003-R de 17 de
noviembre); aspecto que sin embargo, no impide en este caso la tutela del derecho fundamental de
acceso al servicio de agua potable necesario además para el riego, el mantenimiento de animales,
entre otras actividades.
De manera que, con el corte del suministro de agua potable como una vía de hecho, se restringe el
derecho fundamental de acceso al servicio de agua potable, en su modalidad de derecho
fundamental individual, toda vez que, el agua es el líquido elemento esencial para el desarrollo y
supervivencia humana, por lo que su suministro no puede estar supeditado al conflicto que pudiera
haber entre particulares.
Al haberse privado a la accionante del derecho fundamental de acceso al servicio básico de agua
potable, se lesionó este derecho, en consecuencia la sanción impuesta provoca un daño irreparable,
ante la cual, la justicia constitucional a través de la acción de amparo constitucional se ve impelida
a otorgar tutela evitando así, se siga consumando la vulneración de los derechos invocados.
Finalmente, referir que en este caso corresponde la imposición de costas en el marco del art. 79.5
de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP) por el tiempo que se privó de agua a la
parte accionante, el manejo discrecional de este servicio público en la población en la cual se
originó la acción tutelar, la constancia de reiteración de vías de hecho en la referida población, la
falta de consideración a la dignidad de la parte accionante por el cobró de los meses que no se le
brindó el servicio, desconociéndose la dignidad que merece toda persona, incluso si en el caso
concreto existiese una condena o sanción, la misma no podría consistir en la privación del líquido
elemento, pese a ello debe aclararse que, si la parte accionante considera pertinente la reparación
de daños y perjuicios, que incluya el daño emergente y el lucro cesante, al requerir esta una etapa
probatoria amplia en su caso, deberá acudir ante la jurisdicción ordinaria civil.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera, en virtud de las atribuciones que le confiere
la Constitución Política del Estado Plurinacional y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, en revisión, resuelve:
2º Disponer la imposición de costas procesales a la parte demandada a ser calificadas por el Juez
de garantías, dejando sin efecto la multa impuesta por esta autoridad, conforme se preciso en el
ultimo párrafo del Fundamento Jurídico III.6.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00159-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 16 de febrero de 2012, cursante de fs. 2 a 4 y vta., la accionante señala
que:
Se solicitó la cesación de la detención preventiva, misma que fue rechazada sin argumento válido,
limitándose el juzgador a señalar que ha existido contradicción en el domicilio, sin verificar que en su
“cedula de identidad se inscribe con claridad su domicilio habitual” (sic), misma que guarda relación
con los actos investigativos.
De la lectura al Auto de Vista, se establece que los Vocales no han fundamentado adecuadamente su
Resolución por cuanto no cumple con lo previsto por el art. 124 del Código de Procedimiento Penal
(CPP), evidenciándose una completa contradicción en la redacción en los puntos uno y dos.
Por otra parte, se ha reiterado en varias oportunidades que no existe una individualización correcta
sobre los partícipes y cual la participación en la comisión de los supuestos delitos, más aún si en la
imputación formal se tipifica provisionalmente el delito de legitimación de ganancias ilícitas sin
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establecerse que tenga alguna propiedad registrada a su nombre por cuanto no posee patrimonio
alguno.
Finalmente, otro elemento que devela la falta de fundamentación del referido Auto de Vista, se
basa en el hecho de una errónea aplicación del principio de vinculiaridad entre el hecho sucedido
y la responsabilidad de los apelantes, los Vocales se limitan únicamente a indicar que se ha
cumplido con este principio sin indicar cuáles son los elementos de convicción que ha
considerado el Juez a quo al momento de determinar la concurrencia del requisito establecido en
el art. 233. 1, 234 y 235 del CPP.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 22 de febrero de 2012, conforme consta en el acta cursante de fs. 22
a 23 de obrados, se produjeron los siguientes actuados.
Carlos Guerrero Arraya, Juez Primero de Instrucción en lo Penal, en audiencia informó que: 1) Se
dispuso medidas sustitutivas a la detención preventiva y que en la presente acción no hará valoración
de lo que corresponde a una medida cautelar; y, 2) En la tramitación hubo recusación a nivel de la
Sala Penal Tercera, pero no es inexistente esa actuación como refiere el abogado accionante (sic.).
El representante del Ministerio Público indicó que, la Sala Penal Tercera si hubiese impuesto una
medida más gravosa, los Vocales debieron prestar informe, porque a criterio de la parte accionante, la
resolución no fue correctamente valorada y fundamentada, siendo que, fueron estas autoridades
quienes privaron de libertad a la imputada, por lo que requiere que se deniegue la tutela.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Dentro de la investigación por la presunta comisión de los delitos de tráfico de sustancias
controladas y legitimación de ganancias ilícitas, por Resolución 553/2011 de 12 de agosto, el Juez
Primero de Instrucción en lo Penal Cautelar, dispuso medidas cautelares para la ahora accionante y la
detención preventiva para otros imputados (fs. 9 a 16).
II.2. Mediante Resolución 492/2011 de 30 de diciembre, la Sala Penal Tercera, revocó en parte la
Resolución 553/2001, disponiendo la detención preventiva de la ahora accionante en el centro
Penitenciario Femenino de Miraflores (fs. 17 a 21 y vta.).
La accionante alega la vulneración de sus derechos, siendo que: i) La Sala Penal Tercera, mediante
Auto de Vista 492/2011, revocó la resolución que dispuso medidas sustitutivas, sin cumplir lo
previsto por el art. 124 del CPP; además de no señalar cuáles son los elementos de convicción que ha
considerado el Juez a quo al momento de determinar la concurrencia del requisito establecido en los
arts. 233. 1, 234 y 235 del CPP; ii) La cesación de la detención preventiva, fue rechazada sin
argumento válido, limitándose el juzgador a indicar que ha existido contradicción en el domicilio,
como también considera con mayor relevancia las apreciaciones de los Vocales, sin tomar en cuenta
los elementos probatorios que se presentaron; y, iii) No existe una individualización correcta sobre los
participes y la comisión de los supuestos delitos.
Está consagrada por el art. 125 de la CPE, cuando dispone que: “Toda persona que considere que su
vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de
libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por
cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente
en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se
restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”.
Norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional
(LTCP), la cual establece que el objeto de esta acción extraordinaria es la garantía, protección o tutela
de los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el restablecimiento inmediato y
efectivo de estos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o amenazados de
restricción o supresión.
Teniendo presente la importancia de los derechos primarios protegidos como son la vida y la libertad
física, de manera general no se encuentra regida por el principio de subsidiariedad; al contrario, se
activa sin el previo agotamiento de las vías legales ordinarias, es de tramitación especial y
sumarísima, reforzada por sus características de inmediatez en la protección, sumariedad,
informalismo, generalidad e inmediación; procede contra cualquier servidor público o persona
particular y tampoco reconoce fueros ni privilegios, correspondiendo conocer y resolver dicha acción
constitucional al juez en materia penal, debido al principio de especialidad reconocido en la Ley
Fundamental.
Con referencia a la legitimación pasiva, se tiene que la misma, es la capacidad jurídica otorgada
a la autoridad, funcionario público o particular para comparecer ante el juez o tribunal de
garantías constitucionales a efectos de que emita un informe sobre los actos o hechos que
presuntamente vulneran derechos fundamentales y los cuales se encuentran alegados en la
acción constitucional.
Si bien no está explícitamente prevista por la Constitución Política del Estado ni la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional (Ley 027), sin embargo, de un análisis objetivo a las
mismas en lo pertinente, se entiende que la acción de libertad se deberá plantear contra:
Bajo esta lupa, la jurisprudencia constitucional ahora aplicable, ha establecido para plantear la
acción de libertad, entre otras cosas que:
1) La acción sea dirigida contra la autoridad que impartió o ejecutó la orden que dio lugar a la
persecución, aprehensión, detención, procesamiento o apresamiento indebidos o ilegales (SC
1651/2004-R de 11 de octubre y reiterada por la jurisprudencia emitida por el Tribunal
Constitucional del 2010 y 2011).
Al margen de lo anotado esta acción se rige por su carácter de informalismo, que es inherente a
su naturaleza jurídica en función a los derechos que protege; en coherencia con ello, también se
estableció que cuando la acción se dirige, por error, contra una autoridad diferente a la que causó
la lesión, pero de la misma institución, rango o jerarquía e idénticas atribuciones, es posible
conceder la tutela, si se verificase lesión al derecho a la libertad personal. La aplicación del
referido razonamiento, no es viable cuando la presunta lesión de restricción de libertad o su
amenaza, hubiese sido dispuesta u ordenada, por una autoridad distinta a la demandada y que
además no pertenezca a la misma institución o fuera de rango, jerarquía o atribuciones distintas
que el demandado (Razonamiento asumido por las SSCC 0790/2010-R y 1094/2010-R).
Por lo que, “…en caso de existir norma expresa que prevea mecanismos intra-procesales efectivos y
oportunos de defensa de estos derechos fundamentales, deben ser utilizados previamente antes de
activarse la tutela constitucional, aspecto que se encuentra enmarcado en los mandatos insertos en
los arts. 8 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos”.
“I. El recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, es el medio idóneo y eficaz para conocer y
restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al derecho a la vida, la libertad o
constituir una persecución o procesamiento indebido que atente o ponga en peligro el derecho a la
libertad, cuando de acuerdo a las circunstancias concretas, a pesar de existir mecanismos de
protección específicos y establecidos por la ley procesal vigente, éstos resulten ser evidentemente
inoportunos o inconducentes, de manera tal que esta acción de defensa, por la urgencia de la
situación, se configura como el medio más eficaz para restituir los derechos afectados; empero, en
caso de existir mecanismos procesales específicos de defensa que sean idóneos, eficientes y
oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la persecución o procesamiento indebido, deben
ser utilizados previamente por el o los afectados; en estos casos por tanto, la acción de libertad
operará solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse
agotado estas vías específicas.
II. Asimismo, cuando exista privación efectiva de libertad, por ser esta una causal grave, se
entenderá que la vía procesal existente no es idónea, cuando se pruebe que una vez activados estos
mecanismos procesales, su resolución y efectiva protección serán dilatadas, por ejemplo, por ser
irrazonables los plazos de resolución; por existir excesiva carga procesal para una rápida decisión o
ejecución de la decisión o por no cumplirse con los plazos para emisión de resoluciones establecidos
por la ley.
III. En el caso de vulneración al derecho a la vida, protegido por la acción de libertad, procederá
esta acción de forma directa y sin necesidad de agotar otra vía”.
En sentido, no será posible acudir a esta acción constitucional, cuando el ordenamiento jurídico
prevea otros medios de impugnación específicos, idóneos y efectivos para restituir el derecho a la
libertad física o personal, en forma inmediata. Conforme a esto, solamente una vez agotado tal medio
de defensa previsto en la ley, y ante la persistencia de la lesión, se podrá activar la jurisdicción
constitucional, invocando la tutela que brinda la presente acción especial.
III.4.El recurso previsto en el art. 251 del CPP, como medio idóneo de defensa.
El recurso de apelación incidental, es un medio ordinario de carácter procesal que la ley confiere a los
intervinientes o interesados agraviados por una resolución judicial destinado a buscar una
determinación justa, con la pretensión de una revisión integral o parcial de lo determinado, al
considerarse la existencia de un agravio o lesión.
En el Código de Procedimiento Penal, dentro del sistema de recursos e impugnaciones que otorga a
las partes en el proceso penal, establece el de apelación incidental contra las resoluciones que
dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, que por su configuración procesal y su
propia naturaleza se refleja como un mecanismo sumarísimo y efectivo de protección contra
presuntas lesiones y restricciones al derecho a la libertad de los imputados y procesados, en el que el
Tribunal de alzada tiene la oportunidad de corregir, en su caso, los errores del inferior alegados; dado
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 415
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
que conforme prevé el art. 251 del CPP, (modificado por la Ley del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana de 4 de agosto de 2003), una vez interpuesto este recurso, las actuaciones pertinentes
deben ser remitidas ante el Tribunal Departamental de Justicia en el término de 24 horas, debiendo el
Tribunal de apelación referido, resolver dicho recurso, sin más trámite y en audiencia dentro de los
tres días siguientes de recibidas las actuaciones.
III.5.1. Sobre el Auto de Vista 492/2011 emitido por la Sala Penal Tercera
La accionante alega que, los Vocales de la Sala Penal Tercera, mediante Auto de Vista 492/2011,
revocaron la resolución que dispuso medidas sustitutivas, determinado por tanto, la detención
preventiva de la ahora accionante, sin cumplir lo previsto por el art. 124 del CPP; además de no
señalar cuáles son los elementos de convicción que ha considerado el Juez a quo al momento de
determinar la concurrencia del requisito establecido en los arts. 233. 1, 234 y 235 del CPP.
Ingresando al análisis del caso y según informan los datos del proceso, se tiene que, si bien la presente
acción planteada tiene como pretensión principal el señalamiento de una nueva audiencia de cesación
a la detención preventiva, sin embargo de ello, se constata que en el tenor del memorial de la acción
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
de libertad se alega la vulneración de los derechos a la libertad y al debido proceso por parte de la
Sala Penal Tercera quienes pronunciaron el Auto de Vista 492/2011; en este sentido, si la accionante
se sentía agraviada por la referida resolución, debió ampararse en la interpretación y jurisprudencia
señalada en el Fundamento Jurídico III. 2 de la presente Sentencia, la acción debió ser dirigida contra
las autoridades que emitieron dicha resolución y quienes en definitiva impartieron la detención
preventiva revocando justamente las medidas sustitutivas que fueron dispuestas por el Juez cautelar;
consiguientemente, es ésta la instancia la cual tenía que ser demandada para efectivizar el alcance de
la legitimación pasiva, la cual -como se dijo- se adquiere por la coincidencia que se da entre la
autoridad que causó la vulneración del derecho y aquella contra quien se dirige la acción
constitucional; además de no ser aplicable en el presente asunto, la excepción prevista por la
jurisprudencia respecto a la legitimación pasiva, razón por la cual, sin necesidad de otras
consideraciones, la tutela debe denegarse al respecto.
La accionante alega que la cesación de la detención preventiva, fue rechazada sin argumento válido,
tampoco considero los elementos probatorios que se presentaron; además de no existir una
individualización correcta sobre los participes y la comisión de los supuestos delitos.
Ahora bien, según informan los datos del proceso, se tiene que la accionante no apeló el rechazo de la
cesación a la detención preventiva interpuesta por la misma, pese de que nuestro sistema procesal
penal, otorga a las partes la posibilidad de activar la apelación incidental justamente contra las
resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas cautelares, en este caso la cesación a
la detención preventiva; medio de impugnación que por su configuración procesal y su propia
naturaleza se refleja como un mecanismo efectivo de defensa conforme se desprende del Fundamento
Jurídico III.4 de la presente Sentencia, razón por la cual, al existir un recurso de apelación específico
en el Código de Procedimiento Penal, las partes deben activar el mismo antes de acudir a la
jurisdicción constitucional, siendo que éste Tribunal, no puede ingresar al fondo de la problemática
planteada cuando existen vías especificas, igualmente satisfactorias para la protección del derecho
constitucional vulnerado o amenazado en la jurisdicción ordinaria, son estos mecanismos
intraprocesales que previamente deben ser suscitados para cualquier reclamo, y una vez se verifique
que no son subsanados o restablecidos los derechos, recién se podrá activar la acción de libertad.
En consecuencia, la acción de libertad no puede ser utilizada por la accionante para subsanar el hecho
de no haber apelado en su oportunidad la Resolución que rechaza la cesación a la detención
preventiva, por cuanto su negligencia no permite examinar actos vinculados a su pretensión jurídica;
es en este contexto que se ha determinado -como se dijo- que, al existir un medio idóneo y eficaz en
defensa contra las presuntas lesiones o restricciones al derecho a la libertad física, no corresponde
conceder la tutela que brinda esta acción por tener el accionante un medio de impugnación a su
alcance, como lo establece el art. 251 del CPP; lo contrario significaría desconocer una norma
específica para el efecto y a la autoridad llamada por ley, creando una vía procesal sustitutiva donde el
ciudadano se encontraría en la condición de elegir el camino de su preferencia, aspecto que no fue
valorado correctamente por la Jueza de garantías.
Asimismo, es importante aclarar que, si bien en los antecedentes no se encuentra la resolución que
rechaza la cesación a la detención preventiva, sin embargo, existe ausencia de relevancia
constitucional para examinar el fondo de la misma, al constatarse en todo caso el incumplimiento del
principio de subsidiaridad desarrollado por la jurisprudencia constitucional citada en los Fundamento
Jurídico III.3 y 4 de la presente Sentencia.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00141-2012-01-AL
Departamento: Pando
Su cliente está siendo procesado penalmente por un hecho ocurrido el 25 de diciembre de 2008,
encontrándose con detención preventiva desde el 19 de junio de 2010, más de dieciocho meses,
presentando un sin fin de incidentes de cesación a la detención preventiva, entre estos últimos ante
el Tribunal Segundo de Sentencia que mereció la Resolución de 13 de septiembre de 2011, en la
cual se rechazó la cesación a la detención preventiva, por no estar actualizado el certificado
domiciliario.
Por último, indica que el Auto de Vista recurrido de casación ya fue devuelto con el Auto Supremo
que declaró improcedente el recurso planteado por el querellante y por el Ministerio Público,
siendo favorable a su representado y que no fue considerado por las autoridades demandadas.
El representante sin mandato estima como vulnerados los derechos del accionante a la libertad y al
debido proceso, principio de inocencia, citando al efecto los arts. 22, 115.II y 117 de la
Constitución Política del Estado (CPE) y 6 del CPP.
I.1.3.Petitorio
Solicita se conceda la presente acción y se ordene a los accionados proceder a reparar los defectos
legales denunciados, dictar nueva resolución pronunciándose sólo sobre los puntos apelados y
establecer si los Jueces del Tribunal Segundo de Sentencia valoraron correctamente el Auto de
Vista de 10 de diciembre de 2011, restableciendo el debido proceso.
El abogado y representante del accionante, en audiencia ratificó in extenso los términos expuestos
en su demanda de acción de libertad.
I.2.3. Resolución
El Juez de Sentencia del Distrito Judicial de Pando, por Resolución 007/2012 de 11 de febrero,
cursante de fs. 79 vta. a 81, denegó la acción de libertad, con el fundamento que no se ingresó al
análisis de fondo puesto que la Resolución de 7 de febrero de 2012 no tiene vinculación directa con
la libertad y no opera como causa directa para la restricción o supresión de ésta.
II. CONCLUSIONES
II.5. El accionante, presentó apelación incidental contra la Resolución de “11 de enero de 2012”
(fs. 55 y vta.), la misma que es resuelta por las autoridades demandadas, mediante Resolución de
“7 de enero de 2012”, confirmando el Auto apelado de 16 de enero de 2012, pronunciado por el
Tribunal Segundo de Sentencia, por estar vigente el peligro procesal de fuga, conforme a la
siguiente fundamentación: i) El Tribunal a quo no ha valorado correctamente la certificación
domiciliaria, porque en dicho documento no indica con precisión la habitualidad del imputado ni a
qué título vive en ese domicilio rural (como propietario, anticresista, inquilino, precarista, simple
poseedor); además, de tratarse de un certificado contradictorio que acredita que tiene domicilio en
la comunidad Aduana y que a la fecha se encuentra privado de libertad; y, ii) Existe una Sentencia
condenatoria contra el accionante anulada por Auto de Vista, y se está a la espera de otro juicio
donde se dictará una nueva sentencia, por lo que el peligro procesal de fuga no ha desaparecido;
pues podría internarse en el monte o volver a su país de origen, existiendo inminente temor al no
garantizarse la presencia del imputado durante el nuevo juicio oral, estando latentes los peligros
procesales establecidos en el art. 234.1 y 6 del CPP (fs. 77 a 78 vta.).
II.6. La Sala Penal Segunda del Tribunal Supremo de Justicia, por Auto Supremo 006 de 27 de
enero de 2012, declaró inadmisibles los recursos de casación formulados (fs. 3 a 5).
El representante sin mandato estima como vulnerados los derechos de su representado a la libertad,
al debido proceso y al principio de inocencia, debido a que las autoridades demandadas no
consideraron los nuevos elementos para la cesación de la detención preventiva; además, de
pronunciarse sobre puntos no apelados. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales
extremos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de libertad es una de las acciones de defensa que contempla el nuevo orden
constitucional, instituida en su art. 125 de la CPE, que tiene por finalidad garantizar la protección
de los derechos a la vida y a la libertad, que podrá interponerse por toda persona que considere su
vida en peligro, que es ilegalmente perseguida o es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, y acudir a la justicia constitucional, de manera oral o escrita, por sí u otra persona a su
nombre sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal, con la finalidad de solicitar y obtener la tutela a su vida, cese la persecución indebida, se
restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad.
III.2. Obligación del juez o tribunal de garantías con referencia a la presencia del accionante
en la audiencia pública de acción de libertad
En este mismo sentido la Ley 027 de 6 de julio de 2010 -Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional-, con referencia al procedimiento en la tramitación de la acción de libertad, en su art.
68.5, indicó que: “ En caso de tratarse de una privación de libertad indebida, la jueza, juez o
tribunal dispondrá que la o el privado de libertad sea conducido a su presencia sin
observación ni excusa, tanto por la autoridad o persona denunciada, como por los encargados de
las cárceles o lugares de detención. En caso de peligro, resistencia de la autoridad u otra situación
que a criterio de la jueza, juez o tribunal, resulte importante, acudirá inmediatamente al lugar de la
detención e instalará la audiencia”. De una interpretación “desde la Constitución” de dicha
normativa se tienen los siguientes presupuestos: 1) El juez o tribunal de garantías, tendrá la
obligación de disponer que la o el privado de libertad sea conducido a su presencia; y, 2) El juez o
tribunal de garantías, acudirá inmediatamente al lugar de detención -sea éste público o privado- e
instalará la audiencia, ante la existencia de peligro, resistencia de la autoridad pública o persona
particular denunciadas u otra circunstancia que a criterio de la autoridad judicial resulte importante.
En el caso presente pese a estar debidamente notificado el Director de la cárcel Villa Busch
incumplió con su obligación de conducir al accionante a la audiencia pública de la presente acción
de defensa y tampoco justificó dicha ausencia, con lo que omitió dar cumplimiento no sólo a una
resolución judicial sino también a una norma constitucional y el Juez prescindió de la presencia del
accionante alegando de manera genérica e indeterminada la imposibilidad de trasladarse al penal
de Villa Busch al sostener que “no se tiene ningún tipo de comunicación con la cárcel, se continua
con la presente audiencia, en vista que esta presente el Dr. Jesús Mamani, quien presento la acción
de libertad en representación sin mandato de Luciano Alvez” inobservando en dicha actuación la
debida fundamentación, pese a ello en el presente caso independientemente a la responsabilidad
jurídica que podría originarse no corresponde anular obrados porque el representante manifestó en
la continuación de la audiencia de acción de libertad, se impugna una resolución objetiva
constatable por este tribunal, e incluso la autoridad jurisdiccional advertida de deficiencias en la
demanda de libertad, puede subsanar las mismas resolviendo de oficio a favor del accionante, en
razón a que en las acciones de libertad no rige el principio de congruencia y en todo caso existe la
posibilidad de interponer un nuevo planteamiento de acción de libertad si el accionante considera
que no pudo manifestar todos los actos que creyere atentatorios a su derecho.
El art. 239.1 del CPP determina que la detención preventiva cesará: “Cuando nuevos elementos de
juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea
sustituida por otra medida”.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 422
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Del entendimiento jurisprudencial desarrollado por esta misma Sala, perteneciente al Tribunal
Constitucional Plurinacional, en la SCP 0014/2012 de 16 de marzo, se estableció que: ”… el
tribunal de alzada que resuelve la apelación incidental de la solicitud de cesación de la detención
preventiva por el supuesto contemplado en el art. 239.1 del CPP, en su resolución debe realizar el
análisis ponderado de dos elementos: 1) ¿Cuáles fueron los elementos de convicción y supuestos
que determinaron la imposición de la detención preventiva? y, 2) ¿Los nuevos elementos de
convicción que aportó el imputado demuestran que ya no concurren los motivos que determinaron
la medida o la conveniencia de que la medida sea sustituida por otra?, análisis que debe
realizarse en el marco de lo establecido en el art. 398 del CPP, que dispone que `Los tribunales
de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución´(negrillas
agregadas), es decir, contrastando los dos primeros elementos, con estos otros dos: 1) ¿Cuáles
fueron los puntos expuestos como agravios por el apelante?; y 2) ¿Cuáles los fundamentos de la
resolución que resolvió la cesación de detención preventiva en primera instancia?”.
III.4. La valoración objetiva e integral de los elementos probatorios por parte del tribunal de
apelación en la cesación de detención preventiva (art. 239.1 del CPP)
Por su parte, la SC 1147/2006-R, respecto a qué debe entenderse por valoración objetiva e
integral de los elementos probatorios en la cesación de detención preventiva, señaló: '…que debe
valorar todos los elementos y finalmente decidir en la forma que sea menos gravosa para el
imputado (…) cuando se trata de la valoración objetiva e integral de los elementos probatorios en
la cesación de detención preventiva al amparo del art. 239.1 del CPP, es deber del juez y también
del tribunal de alzada tomar en cuenta en forma integral los nuevos elementos de juicio aportados
por el imputado que demuestran que no concurren los motivos que fundaron se disponga su
detención preventiva o existen otros que tornen conveniente sustituirla por otra medida; y los
aportados como prueba por la parte acusadora o víctima que acreditan que tales motivos
subsisten (…) para que una resolución judicial de detención preventiva o de rechazo de cesación a
la detención sea fundada en derecho, debe pronunciarse cuidadosamente evaluando todas las
circunstancias concurrentes en el caso, es decir, toda la prueba disponible en el momento en que
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 423
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
ha de adoptarse la decisión que hubiere sido aportada por las partes, por lo que no podrá
fundarse una resolución judicial basándose únicamente en una circunstancia existiendo otras que
puedan confirmar la inexistencia de los peligros de fuga y obstaculización” (negrillas agregadas).
'…puesto que el debido proceso es impugnable a través de la acción de libertad, sólo en los casos
de indefensión absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la privación, o
restricción a la libertad física'.
Razonamiento que aclara la línea jurisprudencial, únicamente con relación a la última parte del
segundo supuesto, extractada y analizada de la SC 0080/2010-R, por los motivos antes señalados;
teniendo en cuenta además, que de manera implícita, el Tribunal Constitucional, en los casos
referidos a medidas cautelares de carácter personal que fueron sometidos a su conocimiento,
aplicó el razonamiento que expresamente se desarrolló en la presente Sentencia” (SCP 0037/2012
de 26 de marzo).
El representante sin mandato, a través de la presente acción de libertad, denunció que se vulneró
los derechos de su representado a la libertad y al debido proceso, principio de inocencia, ante el
rechazo a la solicitud de cesación de detención preventiva presentada por el accionante, por cuanto
en apelación las autoridades demandadas -Vocales de la Sala Penal y Administrativa del Tribunal
Departamental de Justicia de Pando- confirmaron el Auto apelado pronunciado por el Tribunal
Segundo de Sentencia, por estar aún en vigencia el peligro de fuga, con el fundamento de que: i) El
Tribunal a quo no valoró correctamente la certificación domiciliaria; y, ii) El peligro de fuga
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 424
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
persiste por cuanto el detenido sabiendo que anteriormente se dictó una Sentencia condenatoria,
con mayor razón huiría de su domicilio, para internarse en el bosque o volver a su país de origen.
Estando a criterio de los Vocales demandados, latentes los peligros procesales señalados en el art.
234.1 y 6 del CPP, conforme a los datos del expediente venido en revisión y que consta
extensivamente en las Conclusiones de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
En consecuencia el Juez de garantías, al denegar la acción tutelar, aunque con otro fundamento ha
actuado correctamente.
POR TANTO
2º Disponer que con referencia al Director del recinto penitenciario Villa Busch se remitan
antecedentes ante la Dirección General de Régimen Penitenciario del Ministerio de Gobierno para
que considere si los motivos o razones por las cuales esta autoridad no condujo al accionante ante
la presencia del Juez de garantías son o no justificados.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00165-2012-01-AL
Departamento: Cochabamba
Por memorial presentado el 10 de febrero de 2012, cursante de fs. 44 a 46, las accionantes
manifiestan lo siguiente:
En fecha 10 de octubre del 2011 fueron aprehendidos sus hijos y otros adolescentes, por el
supuesto delito de robo, siendo trasladados a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen
(FELCC) de la ciudad de Cochabamba, donde estuvieron por dos días, para posteriormente ser
llevados a la Fiscalía y por último imponerles la detención preventiva en el Penal de “San Antonio”
de esa misma ciudad, estando recluidos en ese centro penitenciario por más de tres meses, sin
haberse realizado la correspondiente audiencia de medidas cautelares, porque la misma no consta
en el expediente.
Refieren que, en la imputación formal, la Fiscal asignada, solicita la detención preventiva haciendo
alusión al delito de violación siendo en realidad por el delito de robo, faltando de esta manera al
principio de uniformidad y congruencia en la imputación; acusan asimismo, falta de notificación a
sus personas, en su condición de tutores de los adolescentes y por lo mismo un estado de
indefensión y vulneración a sus derechos.
La parte accionante, alega de manera confusa la vulneración del derecho a la libertad de sus
representados, mencionando los arts. 3, 9 y 13 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (DUDH); 22, 23.II y IV, 60 y 115.II de la Constitución Política del Estado (CPE);
párrafo segundo del 221 y párrafo segundo del 226 del Código de Procedimiento Penal (CPP); 4 y
5 del Código Civil (CC); y, 225 y 233 del Código Niño, Niña y Adolescente (CNNA); citando por
último las SSCC 0685/2004-R; 0059/2006-R y 1874/2004-R.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 11 de febrero de 2012, conforme consta en el acta cursante a fs.
75 y vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados.
El abogado de la parte accionante, ratificó la integridad del memorial de acción de libertad, sin
argumentar hechos o fundamentos jurídicos nuevos.
Patricia Torrico Ortega, ex Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal, refiere que, no obstante a
partir del 13 de enero de 2012 desempeña otras funciones, presenta su informe al Tribunal de
garantías, puesto que dicha autoridad fue quien resolvió la situación jurídica de los imputados,
señalando: a) El 11 de octubre -entiéndase de la gestión 2011-, se informó sobre la comisión de un
ilícito investigado por el Ministerio Público, en contra de Jhonatan Guerra y Jhonatan García,
quienes fueron imputados por el delito de robo agravado; b) Se programó audiencia de medidas
cautelares para el día 12 de octubre del mismo mes y año, habiéndose notificado a las partes
mediante la resolución correspondiente; c) En ningún momento se ha restringido derecho alguno
de los imputados, siendo que para disponer la detención preventiva se verificó la existencia de los
presupuestos establecidos por el art. 233 del CPP, correspondiendo más bien a los representantes
de los imputados, apelar de esta Resolución; y, d) Existía un acuerdo de procedimiento abreviado
respecto a José Alfredo La Fuente, el mismo no ha sido sometido a control jurisdiccional ni a
competencia del Tribunal, por lo que solicitó se deniegue el recurso interpuesto.
del Distrito de Cochabamba; asimismo, informó que se encontraba de turno el 10 de febrero del
mismo año, en horas de la noche.
I.2.3. Resolución
Mediante Resolución 02/2012 de 11 de febrero, cursante de fs. 76 a 77 vta., la Sala Penal Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, denegó la tutela solicitada, argumentando
que: 1) Del legajo procesal presentado por la Jueza demandada, se evidencia un informe de
Intervención Policial Preventiva de 10 de octubre de 2011 a horas 17:44 del Sub Teniente Marcelo
Gutiérrez Bustamante, que informa sobre la flagrancia en que fueron aprehendidos Jhonatan García
Calizaya, Jhonatan Guerra Rosas y José “Luís” La Fuente Fernández, por la supuesta comisión de
robo agravado; 2) El 11 de octubre de 2011, a horas. 15:45, la Fiscal Patricia Zenteno Heredia,
presentó ante la Jueza demandada, el informe de inicio de investigaciones, remitió a los
aprehendidos y los imputó formalmente, por la presunta comisión del delito de robo agravado,
solicitando la aplicación de la medida cautelar de detención preventiva; 3) En la misma fecha, la
Jueza Patricia Torrico Ortega, en conocimiento de la causa fijó audiencia de consideración de
medidas cautelares para el 12 de octubre del referido año, a horas 14:00, donde se determinó la
detención preventiva de Jhonatan García Calizaya, Jhonatan Guerra Rosas y “José Luís Lafuentes
Fernández", aprehendidos en el Recinto Penitenciario de San Antonio de la ciudad de
Cochabamba.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Por informe de acción directa de 10 de octubre de 2011 de fs. 6 a 7, repetido a fs. 68 y vta.,
emitido por el funcionario policial Sub Teniente. Marcelo Gutiérrez Bustamante de la FELCC de
Cochabamba, se tiene que, en la mencionada fecha, cinco varones y dos mujeres de 16 a 18 años
de edad promedio, entre ellos José “Luís” La Fuente Fernández, Jhonatan Guerra Rosas y Jhonatan
García Calizaya, fueron aprehendidos en flagrancia atracando, lesionando físicamente e
intimidando con un arma de fuego a una joven de 18 años de edad; realizada la aprehensión, los
mismos fueron conducidos a dependencias de la FELCC de dicha ciudad.
II.2. Mediante memorial de 11 de octubre de 2011, cursante de fs. 50 a 51 vta., a horas 15:25, la
Fiscal de Materia imputa formalmente y remite a los aprehendidos ante el Juez Instructor de Turno
en lo Penal de Cochabamba a José “Luís” La Fuente Fernández, Jhonatan Guerra Rosas, Jhonatan
García Calizaya y otros, por la supuesta comisión del ilícito de robo agravado, previsto en el art.
332 incs. 1) y 2) del Código Penal (CP), solicitando la representante del Ministerio Público la
detención preventiva de los imputados por las razones expuestas en dicha imputación.
II.3. Por Resolución de 11 de octubre de 2011, cursante a fs. 52, la Jueza Tercera de Instrucción en
lo Penal, conoce la causa, asumiendo jurisdicción y competencia; y señala audiencia de aplicación
de medidas cautelares el 12 de octubre de 2011 a horas. 14:00, en la que luego se dispuso la
detención preventiva de “José Luís Lafuentes Fernández”, Jhonatan Guerra Rosas, Jhonatan García
Calizaya y otro, en el Centro Penitenciario “San Antonio” de esa ciudad (fs. 60 a 62 vta.).
La parte accionante, denuncia la vulneración del derecho a la libertad de sus representados, al estar
supuestamente detenidos preventivamente sin haberse realizado la audiencia de medidas
cautelares, asimismo se denuncia que la Fiscal solicitó la detención preventiva en función al delito
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 428
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Está consagrada por el art. 125 de la CPE, cuando dispone que: “Toda persona que considere que
su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada
de libertad personal, podrá interponer acción de libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o
por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución
indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”.
Norma constitucional que guarda relación con el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), el cual establece que el objeto de esta acción extraordinaria es la garantía,
protección o tutela de los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el
restablecimiento inmediato y efectivo de estos derechos, en los casos en que sean restringidos,
suprimidos o amenazados de restricción o supresión.
Por regla general, la tutela de los derechos como la vida, la libertad física y la libertad de
locomoción -que son resorte exclusivo de la Acción de libertad-, no se encuentra regida por el
principio de subsidiariedad; al contrario, se activa sin el previo agotamiento de las vías legales
ordinarias, y son sus características la inmediatez en la protección, sumariedad, informalismo,
generalidad e inmediación; procede contra cualquier servidor público o persona particular y
tampoco reconoce fueros ni privilegios, correspondiendo conocer y resolver dicha acción
constitucional, al juez en materia penal, debido al principio de especialidad reconocido en la Ley
Fundamental.
Con relación a la denuncia de que, en la imputación formal la Fiscal de Materia imputó a los
procesados por el delito de “violación”, tratándose del delito de robo anteriormente descrito,
además de no constituirse en la causa directa de la privación de libertad, se tiene que iniciado el
proceso penal con la intervención de la Policía, habiéndose hecho cargo del control jurisdiccional
la Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal -encargada de velar por el cumplimiento del debido
proceso y el ejercicio de los derechos fundamentales y garantías constitucionales-, si consideraban
los imputados o sus representantes a nombre de ellos, lesionados sus derechos o que, no se
observaron las formas y condiciones previstas en la Constitución Política del Estado,
Convenciones y Tratados Internacionales, ha sido a ella a quien debieron recurrir, pidiendo su
reparación y/o protección, y no directamente a través de la acción de libertad, conforme establece
el art. 54 del CPP.
Asimismo, respecto a la denuncia en razón, de que como padres no fueron notificados para
procurar defensa a favor de sus hijos, dicho extremo también debió previamente reclamarse
mediante los mecanismos intra-procesales previstos por el legislador ordinario, más
específicamente a través del incidente de actividad procesal defectuosa, establecido por el art. 167
y ss. del CPP. Al respecto, se ha pronunciado el Tribunal Constitucional a través de la SC
1141/2011-R de 19 de agosto, señalando: “En este sentido, el imputado tenía expedito para
proceder con cualquier reclamo que considera contrario a sus intereses, un mecanismo previsto
específicamente por el sistema procesal penal, como es el incidente de actividad procesal
defectuosa -así- según Clemente Espinoza Carballo, los incidentes 'constituyen medios de defensa
que permiten a las partes pedir saneamiento del proceso por la existencia de defectos relativos y
absolutos, para evitar que se vulneren los derechos y garantías del imputado'…”, aspecto que
impide ingresar a considerar el fondo de la problemática.
impugnados a través del incidente de nulidad por actividad procesal defectuosa, impugnación que
cuenta como vía recursiva con el recurso de apelación incidental o en su caso el recurso de
apelación restringida. En ese sentido, la SC 0636/2010-R de 19 de julio, indicó: 'El derecho a
recurrir se halla establecido en el art. 394 del CPP, adicionando las dos limitaciones que lo
caracteriza, una objetiva y otra subjetiva. Por la primera, no todas las resoluciones son
recurribles, sino aquellas' en los casos expresamente establecidos (…). Por la segunda el ´El
derecho a recurrir corresponderá a quien le sea expresamente permitido por Ley, incluida la
víctima aunque no se hubiera constituido en querellante'. No obstante lo anotado, en relación a la
primera cabe precisar que el art. 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, más
conocida como 'Pacto de San José de Costa Rica´, lo incluye como un derecho fundamental, que
ahora es recogido por la Constitución Política del Estado vigente en su art. 180.II que señala: ´Se
garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales´, de donde se deduce que la
limitación objetiva a su vez no es absoluta”.
POR TANTO
2º Se llama la atención al Tribunal de garantías, porque desde la emisión del fallo que resuelve la
acción de libertad, hasta la remisión del mismo en revisión a éste Tribunal transcurrieron 13 días,
incumpliéndose el plazo establecido por el art. 126.IV de la CPE, advirtiéndose que de reiterarse
esta situación se dispondrá la remisión de antecedentes al Consejo de la Magistratura o al
Ministerio Público, para los efectos consiguientes.
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00043-2012-01-AAC
Departamento: Santa Cruz
Agrega que, la demanda y sentencia de un proceso incumbe sólo a los sujetos procesales que
actúan en ella, no alcanzando a terceras personas que no actuaron en la sustanciación de la
causa, la demandante al ser hermana de Roque El Hage Mendoza sabía y tenía pleno
conocimiento de la vida en común que llevaba con su representada, lo que implicaba que la
demanda debió ser dirigida contra ambas personas porque tienen y gozan de los mismos
derechos sobre el inmueble y al no haberlo hecho dejó a Getrudes Tomicha Taceo en completo
estado de indefensión provocando la ilegalidad del proceso; porque en los hechos el Juez
Primero de Partido y Sentencia de Montero libró mandamiento de desapoderamiento el 30 de
septiembre de 2011, pretendiendo sacarla de su vivienda sin darle la oportunidad de defenderse
dentro de un juicio justo. Por otra parte aclara que el mandamiento de desapoderamiento fue
librado para su ejecución contra Roque El Hage Mendoza, quien hubiera fallecido el año 2005,
hace “6 años” y ahora que su representada se encuentra sola pretenden desapoderarle sin ella
saber porque, o será que no la demandaron puesto que no sabe leer ni escribir, lo que constituye
sin duda discriminación.
Finalmente afirma que, su acción se encuentra dentro del plazo de seis meses establecidos por la
Constitución Política del Estado y la jurisprudencia constitucional porque la Resolución
pronunciada por el Juez Primero de Partido y Sentencia de Montero con la que fue notificada su
mandante es de 30 de septiembre de 2011 y ante la inexistencia de recursos o medios de defensa
contra el tipo de Resoluciones que impugna, que le permitan paralizar de forma inmediata la
Sentencia del proceso civil y consecuente mandamiento de desapoderamiento; opone acción de
amparo constitucional contra los actos ilegales y atentatorios pronunciados con la pretensión de
desapoderar a su mandante del inmueble donde vive por más de 50 años, consistentes en: El
viciado e ilegal juicio de reivindicación y otros seguido por Asunta El Hage Mendoza contra
Roque El Hage Mendoza, con la que su mandante no fue demandada ni citada con resolución
alguna, excepto con el mandamiento de desapoderamiento de 30 de septiembre 2011,
actualizado el 27 de diciembre del mismo año, la Resolución de 4 de noviembre del citado año y
el decreto de 17 de enero de 2012.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública, el 25 de enero de 2012 según consta en el acta cursante de fs. 55
a 59, se produjeron los siguientes actuados:
Jesús Hurtado Daza, Juez Primero de Partido, Sentencia y Liquidador de Montero, en su informe
a fs. 54 y vta., refirió: 1) El proceso de reivindicación seguido por Asunta El Hage Mendoza
contra Roque El Hage Mendoza iniciado en Puerto Suárez provincia Germán Busch se viene
tramitado en su despacho emergente de la excusa del Juez de la causa; encontrándose en etapa
de ejecución de sentencia y por ello se libró mandamiento de desapoderamiento; 2) Decir que
una persona vive más de cincuenta años en un inmueble, supuestamente de su propiedad,
significa que cuenta con algún documento que avale dicha aseveración; lo contrario es obstruir
la acción de la justicia, evitando la ejecución de fallos ejecutoriados y con sello de cosa juzgada,
que desde el año 2006 no puede hacerse efectiva la entrega a su propietaria del inmueble objeto
de la litis; 3) Del expediente se evidencia que el 8 de mayo de 2006, la ex titular de ese Juzgado,
Consuelo Caballero, libró mandamiento de desapoderamiento, sin que hasta el presente se pueda
hacer efectivo; 4) Para aplicar el principio de subsidiariedad en una acción tutelar de manera
provisional como es el amparo constitucional, se requiere la posibilidad de ocasionar un daño
grave, sin el cual no es aplicable, así lo estableció el Tribunal Constitucional en su SC
1291/2010-R; es decir, que se requiere de una ponderación del derecho invocado como
lesionado y las circunstancias que rodean el caso excepcional, la existencia del daño a
ocasionarse con un acto u omisión indebida debe ser grave e irreparable, situación que no se
presenta en la invocación planteada; 5) El mandamiento de desapoderamiento ha sido librado
para que el inmueble sea entregado a su propietaria, sin hacer referencia a persona alguna menos
a la ahora accionante conforme lo dispuesto en la Sentencia de 7 de noviembre de 1997 y Auto
de Vista que la confirma; y, 6) La presente acción de amparo constitucional debe ser denegada
porque no se vulneró ningún derecho de la accionante, además que para anular un proceso tiene
expedita la vía ordinaria y no la jurisdicción constitucional que es exclusiva para brindar tutela
cuando los derechos y garantías constitucionales han sido vulnerados o amenazados.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Por memorial cursante de fs. 2 a 3 vta., se establece que el 17 de octubre de 1995, Asunta
El Hage Mendoza inicia demanda sobre acción negatoria y consiguiente reivindicación,
desocupación, entrega de inmueble, además del pago de daños y perjuicios contra Roque El
Hage Mendoza.
II.2. Cursa de fs. 4 a 6, Sentencia pronunciada dentro del citado proceso, cuya parte resolutiva
declara probada la demanda interpuesta por Asunta El Hage Mendoza y probada en parte la
demanda reconvencional interpuesta por el demandado; disponiéndose en su mérito que Roque
El Hage Mendoza desocupe y entregue el inmueble objeto de la litis a la demandante Asunta El
Hage, previo pago de las mejoras introducidas a establecerse y calificarse en ejecución de
sentencia, desocupación que deberá producirse a tercero día de hacerse efectivo el pago de las
mejoras calificadas. Sentencia que es confirmada en todas sus partes por Auto de Vista de 11 de
mayo de 1998 cursante de fs. 7 a 8.
II.4. Por proveído de 3 de mayo de 2006, cursante a fs. 12, se evidencia que ante el
incumplimiento del demandado respecto de la entrega del inmueble dispuesto por Auto de 3 de
septiembre de 2003, se dispone se libre mandamiento de desapoderamiento a cumplirse
mediante comisión instruida.
II.6. Por Auto 171 de 4 de noviembre de 2011, cursante a fs. 22 y vta., ante la solicitud de la
ahora parte accionante y la evidencia del fallecimiento del demandado Roque El Hage Mendoza,
el Juez de la causa dispone la suspensión temporal del mandamiento de desapoderamiento en
tanto se cite a los herederos del demandado Roque El Hage Mendoza mediante edictos en
aplicación al art. 55 del CPC.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 435
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.7. Según memorial de 23 de diciembre de 2011, cursante a fs. 25, Asunta El Hage Mendoza al
haberse cumplido con la citación a los herederos de Roque El Hage Mendoza y ante el hecho de
que ninguna persona se apersonó como tal en el proceso, solicita se libre mandamiento de
desapoderamiento.
II.8. Por decreto de 27 de diciembre de 2011, corriente a fs. 25 vta., se defiere lo solicitado
disponiéndose se libre nuevo mandamiento de desapoderamiento el que cursa a fs. 26.
En este antecedente, ante la eventualidad del fallecimiento de una de las partes como ocurrió en
el caso del demandado Roque El Hage Mendoza; de conformidad con el art. 55.I del CPC, el
proceso fue suspendido a objeto de viabilizar la citación de los herederos para que en el plazo de
treinta días asuman defensa, prosiguiendo el juicio en el estado en que se encontrare, en cuya
etapa quienes se considerasen herederos deberían de apersonarse a efecto de hacer valer sus
derechos sucesorios, ya sea en el mismo proceso o en otra instancia, lógicamente demostrando
con el instrumento jurídico pertinente ésta condición lo cual no aconteció en el caso presente.
Cuando la ahora accionante simple y llanamente refiere haber sido conviviente del demando
Roque El Hage Mendoza y que ocupó el inmueble objeto del proceso civil referido durante más
de cincuenta años, sin acreditar estos extremos con prueba alguna.
Por lo precedentemente desarrollado se tiene que, mediante la presente acción tutelar; la parte
accionante pretende que la jurisdicción constitucional al otorgarle la tutela demandada,
implícitamente le reconozca derecho propietario sobre el bien inmueble que supuestamente
ocupo durante 50 años, conjuntamente el señor Roque el Hage Mendoza ahora fallecido con
quién hubiera constituido un supuesto “matrimonio de hecho”; pretensión que no es viable
conforme se tiene expuesto en el Fundamento Jurídico III.1, por cuanto los alcances de la acción
de amparo constitucional se circunscriben a tutelar derechos y garantías plenamente
consolidados y debidamente acreditados, siendo atribución de la justicia ordinaria resolver
derechos controvertidos como son los alegados por la representada del accionante,
consecuentemente corresponde también denegar la tutela por esta causa.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00075-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Por memorial presentado el 24 de enero de 2012, cursante de fs. 4 a 6, el accionante señala que:
Dentro de la investigación por la presunta comisión del delito de abigeato, el 19 de enero de 2012, fue
a declarar ante la Fiscal de Materia de San Ignacio de Velasco y una vez concluida la misma, dispuso
su aprehensión a horas 18:00; posteriormente el 20 del mismo mes y año citado, por la mañana, fue
puesto a disposición del juez cautelar con la imputación formal respectiva, sin embargo, por su
avanzada edad “72 años” tuvo problemas de salud, solicitándole a la Fiscal de Materia, el traslado
inmediato a un centro médico, donde el médico forense dispuso la internación inmediata por padecer
de deshidratación moderada e hipertensión arterial, situación que conllevó que no sea trasladado y
que se suspenda la audiencia cautelar; sin embargo, indica que a la fecha, ya han transcurrido más de
72 horas de su detención ilegal y arbitraria, siendo que no existe ninguna orden de autoridad que haya
dispuesto su detención; agrega que el Ministerio Público quiere incriminarle de un delito que no ha
cometido, como si fuera un ladrón.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 25 de enero de 2012, conforme consta en el acta cursante de fs. 51 a 53 de
obrados, se produjeron los siguientes actuados.
El accionante ratificó la acción planteada y amplió la misma, señalando que: el Juez Cautelar
demandado, no celebro la audiencia de medidas cautelares desde el 20 de enero hasta la fecha de
presentación de la acción de libertad.
Con la réplica, el accionante manifestó que, recién se está enterando que la Fiscal de Materia
sabía de la existencia de una suplencia legal por parte de la Dra. Dalia Pedraza Ortiz, Juez de
Cotoca, en todo caso, conocían que el Juez de Instrucción de San Matías era el competente, por
lo que confirma su acción de libertad.
Con el derecho a la dúplica, refiere que existe un certificado médico que acredita que el
imputado se encuentra hospitalizado; además, cursa en el cuaderno de investigaciones a “fs. 40”,
un informe de la suscrita Fiscal a la Juez de Instrucción de Cotoca, donde se le hace conocer el
20 de enero de 2012 la imputación formal; autoridad que en la misma fecha señaló audiencia
para el 21 del mismo mes y año a horas 10:00, la cual fue suspendida posteriormente con
decreto de la fecha indicada entre tanto se restablezca la salud del imputado quien deberá
guardar internación en el Hospital hasta que se encuentre en condiciones de salud para llevarse a
cabo la audiencia cautelar.
I.2.3. Resolución
Mediante Resolución 01/2012 de 25 de enero, cursante de fs. 56 a 57, el Juez de Partido Mixto y
de Sentencia de San Ignacio de Velasco, concede la tutela con relación al Juez cautelar,
Humberto Téllez Alurralde y deniega contra la Fiscal de Materia y el Comandante de la Policía;
disponiendo que el Juez que se encuentra en conocimiento del caso, dentro de las 24 horas,
resuelva la situación jurídica del accionante; en base a los siguientes argumentos: 1) La Fiscal de
Materia luego de la declaración del imputado, al constatar la existencia de indicios sobre la
participación en el hecho, requirió su aprehensión; posteriormente dentro del término de ley,
puso a disposición del Juez cautelar al imputado, con la presentación de la imputación formal;
inclusive al conocer de la baja del Juez de San Ignacio de Velasco, comunicó a la Jueza de
Cotoca, por lo que dicha autoridad no ha quebrantado ninguna norma constitucional; 2) Con
relación al Comandante de la Policía, no se ha demostrado actuación ilegal alguna, máxime si
dicha autoridad no ejerce funciones que son de dependencia de la Fuerza Especial de Lucha
Contra el Crimen (FELCC); y, 3) Sobre el Juez cautelar demandado, se constata que su
despacho recibió la imputación formal dentro del término legal y cuando aún estaba en ejercicio
de sus funciones no resolvió la imputación, quien en todo caso, debió señalar audiencia a los
fines de definir la situación jurídica del imputado dentro del plazo previsto.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Dentro de la investigación por la presunta comisión del delito de abigeato, la Fiscal de
Materia, Amparo Canaviri Tapia, por Resolución de 19 de enero de 2012, dispuso la
aprehensión del imputado Pablo Sorioco Surubi (fs. 30) a tal efecto emite el mandamiento
correspondiente (fs. 31).
El accionante alega la vulneración de sus derechos; siendo que, el 19 de enero de 2012, fue a
declarar ante la Fiscal de Materia y una vez concluida la misma, dispuso su aprehensión;
posteriormente el 20 del mismo mes y año, en la mañana, fue puesto a disposición del Juez
Cautelar con la imputación formal respectiva, sin embargo, al estar delicado de salud y
hospitalizado, se suspendió la audiencia, encontrándose por más de 72 horas detenido
ilegalmente; agrega que el Ministerio Público quiere incriminarle de un delito que no ha
cometido. En consecuencia, corresponde analizar, si en el presente caso, se debe ingresar o no al
fondo de la problemática planteada.
La SCP 0003/2012 de 13 de marzo, entre otras señalo que: “…La acción de libertad, es un
mecanismo de defensa constitucional extraordinario de carácter preventivo, correctivo y
reparador, instituido para la protección inmediata y efectiva de los derechos fundamentales a la
libertad física como de locomoción en casos de detenciones, persecuciones, apresamientos o
procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores públicos o de personas
particulares; así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o amenazada por la
restricción o supresión de la libertad.
Está consagrada por el art. art. 125 de la CPE, cuando dispone que: ´Toda persona que
considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de
manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal
ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a
su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su
derecho a la libertad´.
Teniendo presente la importancia de los derechos primarios protegidos como son la vida y la
libertad física, de manera general no se encuentra regida por el principio de subsidiariedad; al
contrario, se activa sin el previo agotamiento de las vías legales ordinarias, es de tramitación
especial y sumarísima, reforzada por sus características de inmediatez en la protección,
sumariedad, informalismo, generalidad e inmediación; procede contra cualquier servidor
público o persona particular y tampoco reconoce fueros ni privilegios, correspondiendo
conocer y resolver dicha acción constitucional, al Juez en materia penal debido al principio de
especialidad reconocido en la Ley Fundamental.
Con referencia a la legitimación pasiva, la SCP 0055/2012 de 9 de abril, señaló que: “…se
entiende que la misma, es la capacidad jurídica otorgada a la autoridad, funcionario público o
particular para comparecer ante el Juez o Tribunal de garantías constitucionales a efectos de
que emita un informe sobre los actos o hechos que presuntamente vulneran derechos
fundamentales y los cuales se encuentran alegados en la acción constitucional.
Si bien no está explícitamente prevista por la Constitución Política del Estado ni la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional (Ley 027), sin embargo, de un análisis objetivo a las
mismas en lo pertinente, se entiende que la acción de libertad se deberá plantear contra:
En este sentido se entiende que la legitimación pasiva en la acción de libertad prevista por el
art. 125 de la CPE, está constituida por aquel o aquellos que hayan lesionado o afectado el
ejercicio de los derechos fundamentales bajo el alcance desarrollado en los Fundamento
Jurídico III.1 de la presente Sentencia, por lo que, se concluye que los actos lesivos contra los
derechos tutelados pueden emanar tanto de la autoridad pública -de cualquier clase- como de
los particulares
(…)”
La misma Sentencia, acogiendo la jurisprudencia existente, indicó que para plantear la acción de
libertad:
La acción deberá ser dirigida contra la autoridad que impartió o ejecutó la orden que dio lugar a
la persecución, aprehensión, detención, procesamiento o apresamiento indebidos o ilegales.
De manera general, estableció que legitimación pasiva se adquiere por la coincidencia que se
da entre la autoridad que presuntamente causó la violación a los derechos y aquélla contra
quien se dirige la acción (SSCC 0103/2010-R y 0691/2001-R).
Acogiendo esta interpretación, se tiene en el presente caso que, el accionante interpuso la acción
de libertad contra el Juez de Instrucción Mixto Cautelar de San Ignacio de Velasco, autoridad
quien según el informe de la Fiscal de Materia, renunció el mes de diciembre de 2011; sin
embargo de ello, según los datos del proceso, el que efectivamente tenía el control jurisdiccional
de la investigación era la Jueza de Instrucción de Cotoca, razón por la cual y considerando la
naturaleza de la problemática planteada y la igualdad de jerarquía de ambas autoridades, este
En este sentido, la Jueza de Cotoca, actuó dentro del marco legal y según procedimiento,
precautelando la vida del imputado, entonces sus actuaciones no lesionaron el derecho a la
libertad ni de locomoción del accionante, porque como se dijo, se encuentra hospitalizado y no
así en celdas de la policía como indica en el “petitium” de su demanda, por eso mismo, su
situación jurídica será resuelta ante autoridad competente en una audiencia de consideración de
medidas cautelares, claro está, una vez se encuentre en las condiciones de salud aptas para que
asuma inclusive su defensa material, de manera que, la Jueza no ha incurrido en acto ilegal
restrictivo de libertad, dado que se encuentra debidamente justificada su actuación, al no ser
resultado de una demora negligente ni es atribuible a una acción u omisión irrazonada de la
referida autoridad.
Ahora bien, antes de realizarse la audiencia de medidas cautelares, los hijos del ahora
accionante, solicitaron a la Fiscal de Materia, requiera para el traslado de su padre a un centro
médico asistencial, para poder tratarse los malestares que en esos momentos tenia; petitorio que
fue admitido por requerimiento de 20 de enero de 2012, requiriéndose al efecto, para que el
Comandante de Frontera Policial de San Ignacio de Velasco, proceda al traslado del imputado al
Hospital Municipal, para someterse a un examen médico forense.
Asimismo y según los datos del proceso, se tiene que esta autoridad codemandada, puso en
conocimiento del Juez Cautelar, la imputación y la solicitud de aplicación de medidas cautelares
dentro del plazo previsto por ley, para que de esta forma el juez que ejerce el control
jurisdiccional, defina su situación jurídica del imputado; aspecto que no implica la vulneración
alguna del derecho a la libertad o de locomoción del ahora accionante; en todo caso, se
evidencia que la actuación de la Fiscal fue activa y diligente, quien inclusive solicitó al
Presidente del Tribunal Departamental de Santa Cruz, el 20 de enero del 2012, la habilitación de
un juez de instrucción cautelar, justamente al existir un aprehendido y porque “los plazos en
materia penal son muy cortos” (sic), además, procede a informar respecto a renuncias, bajas
médicas y otras situaciones de los jueces que deberían conocer y definir la situación jurídica del
imputado.
Con referencia al Comandante de la Policía y según informan los antecedentes del proceso, se
tiene que el mismo, cumplió con el requerimiento fiscal para el traslado del imputado al centro
de salud, a solicitud de sus propios familiares; razón por la cual, al no existir ningún otro
antecedente que diga lo contrario y que demuestre que la vulneración del derecho alegado sea
consecuencia de su actuación, ésta autoridad codemandada no ha vulnerado ni restringido la
libertad de locomoción del accionante y en merito de ello, también se debe denegar la tutela.
III.3.3. Por otra parte, el accionante alega que el Ministerio Público quiere incriminarle de un
delito que no ha cometido, vulnerando de esta forma su dignidad y el debido proceso, como si
fuera un “ladrón” (sic).
Ahora bien, con referencia a este hecho, recordar que el Tribunal Constitucional Plurinacional,
por mandato de lo previsto por el art. 196 de la CPE, velará por la supremacía de la
Constitución, ejercerá el control de constitucionalidad y precautelará el respeto y la vigencia de
los derechos y las garantías constitucionales; en este sentido, ésta jurisdicción, tiene un estatus
de órgano constitucional independiente y distinto de los demás, cuyos actos, decisiones o
resoluciones controla, de manera que, en el ejercicio de su función jurisdiccional, no está
subordinado ni sometido sino a la Constitución y a las leyes; bajo esa configuración, se entiende
que el Tribunal Constitucional Plurinacional tiene limitaciones para conocer -en este caso-
aspectos inherentes al fondo, por una parte, de una investigación que se encuentra plasmada de
principios que rige el sistema procesal penal boliviano y por otra, la culpabilidad o no del
procesado; hechos que deben ser conocidos y resueltos por las autoridades competentes en el
ámbito de la jurisdicción ordinaria penal; en este sentido, el art. 42 del CPP, establece que,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 444
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corresponde a la jurisdicción penal, el conocimiento exclusivo de todos los delitos, así como la
ejecución de resoluciones; la misma norma aclara que la jurisdicción penal es irrenunciable e
indelegable, claro está con las excepciones establecidas en el Código de Procedimiento Penal.
De lo referido, se tiene definido un ámbito de limitaciones potestativas de cada jurisdicción y
por ende, éste Tribunal Constitucional Plurinacional, no puede ingresar al fondo de
controversias que deben ser dilucidadas en el -proceso penal- el cual se encuentra estructurado
en etapas y fases que están bien delimitadas, donde cada una cumple una importante y
fundamental función hasta llegar a establecer la culpabilidad o inculpabilidad y, en su caso, la
responsabilidad penal del imputado y procesado, por todo ello, debe quedar claro que la
jurisdicción constitucional se activa mediante la presente acción especial, cuando dentro del
desarrollo de una investigación o del proceso penal, se hayan vulnerado derechos y garantías
constitucionales que se encuentren conexos y vinculados con la vida, libertad y locomoción, y
que no hayan sido restablecidos internamente por las autoridades competentes de esa
jurisdicción, con excepción como se dijo, cuando el derecho a la vida se encuentra en peligro; en
coherencia con ello, la SCP 0005/2012, señaló que: “si se evidencia la existencia de
procedimientos -aptos- para la efectiva tutela del derecho que se dice vulnerado, bastara para
que el Juez o Tribunal de garantías y en su caso, el Tribunal Constitucional Plurinacional
deniegue la acción de libertad”; consiguientemente, éste Tribunal Plurinacional: i) No ejerce ni
promueve la acción penal pública, esta facultad corresponde al Ministerio Público (art. 225 de la
CPE y 70 del CPP); y, ii) No es Juez o tribunal de la justicia ordinaria; entonces, menos puede
atender la pretensión del ahora accionante; en el mismo sentido, el art. 43 del CPP, reconoce los
siguientes órganos jurisdiccionales penales: a) Los unipersonales, denominados Jueces de
instrucción, de sentencia y de ejecución penal; y otros de carácter colegiado como; y, b)
Tribunales de sentencia, compuestos por dos jueces técnicos y tres jueces ciudadanos, los
tribunales departamentales y el Tribunal Supremo de Justicia, en sus Salas penales; la
especificación de estos Tribunales, no es más que una manifestación de la -exclusividad- e
integridad de la jurisdicción penal y que no pueden ejercer otras funciones que las estrictamente
jurisdiccionales, las cuales están reconocidas en los arts. 179.1 de la CPE y 50 al 55 del CPP;
entonces, se tiene que el Juez o tribunal que sea competente para conocer un proceso penal, lo
será también para decidir todas las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su
tramitación, así como para determinar situaciones emergentes de cada etapa del proceso penal;
ahora bien, el art. 44 del CPP, prevé que la competencia penal de los jueces es improrrogables y
se rige por las reglas respectivas de la ley orgánica y del procedimiento respectivo, esta norma
alude a la competencia material que viene a ser según Roxin, la distribución de los asuntos
judiciales, según su clase o su gravedad, entre los distintos órganos de decisión judiciales
penales.
POR TANTO
Hace más de diez meses que se encuentra con detención preventiva por la presunta comisión del
delito de violación, sin embargo el Juez cautelar no ha cumplido con la obligación de ejercer el
control jurisdiccional de acuerdo con lo previsto con los arts. 54.1 y 134 del Código de
Procedimiento Penal (CPP).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 14 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 17
a 24 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
La autoridad en audiencia manifestó que la presente acción no tiene fundamento jurídico, puesto
que una vez que termina una investigación es el fiscal quien debe presentar requerimiento
conclusivo ante el Juez de Instrucción en lo Penal que conoce la causa, decretando de manera
fundamentada el sobreseimiento cuando resulte que el hecho no existió, no constituye delito o el
imputado no participó en el hecho ilícito y, en todo caso, debe exponerse los motivos por las
cuales está dando curso al sobreseimiento. En auto revisado el cuaderno de control
jurisdiccional, no existe ni ha sido presentada la Resolución de sobreseimiento del Fiscal como
acto conclusivo.
El abogado de la autoridad demandada ratificó los términos del informe presentado, refiriendo
que el Fiscal encargado de la investigación no presentó ningún informe conclusivo, y que la
autoridad fiscal, conforme a lo previsto por el art. 324 del CPP, debe poner en conocimiento de
las partes el sobreseimiento decretado, que puede ser impugnado dentro de los cinco días
siguientes a su notificación y recibida la impugnación si se la formulare o de oficio, en el caso
de no existir querellante, el fiscal debe remitir antecedentes al fiscal superior jerárquico dentro
las veinticuatro horas siguientes, para que se pronuncie en el plazo de cinco días. En el presente
caso -sostiene- no se presentó ningún requerimiento conclusivo, por consiguiente no se vulneró
norma alguna o derecho del accionante, por lo que pide se deniegue la acción de libertad, con
imposición de costas.
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, Raúl Zarate Condori, Juez Primero de Instrucción Mixto y cautelar de
Villazón, constituido en Juez de garantías, pronunció la Resolución de 14 de enero de 2012,
cursante de fs. 24 a 28, denegando la acción de libertad, conminando a la autoridad demandada
que, previa las formalidades de rigor, “en un plazo de 48 horas resuelva y conmine al señor
representante del Ministerio Público a presentar la respuesta al decreto de 13 de enero de 2012”,
llamándole la atención por no haber cumplido los plazos procesales.
Remitido el expediente ante este Tribunal y producido el respectivo sorteo, de conformidad a ley,
por AC 013-A/2012-CA/S de 28 de febrero, se dispuso requerir al Juez Segundo de Instrucción
Mixto de Villazón y al Fiscal de Distrito de Potosí, la remisión de documentación complementaria,
así como la suspensión del plazo para la emisión de la presente Resolución (fs. 31 y 32),
habiéndose reanudado éste, por decreto de 28 de marzo de 2012 (fs. 61).
Se aclara que el número 2012-24990-01-AL, con el que figuraba el presente expediente ha sido
reasignado con el número de expediente 00014-2012-01-AL, por haberse dispuesto por el Pleno
del Tribunal Constitucional Plurinacional, nueva numeración.
II. CONCLUSIONES
II.1. Por Resolución de 3 de marzo de 2011, el Juez Segundo de Instrucción en lo Penal dispuso
la detención preventiva de Joel Wenceslao Sarzuri Marca (fs. 49 a 51). El 7 de diciembre de
2011, el accionante solicitó cesación de su detención preventiva, habiendo el Juez demandado,
fijado audiencia para el 16 de diciembre del citado año (fs. 53 y vta.).
II.3. El 26 de diciembre de 2011, el Fiscal de Materia, Javier Alonzo Torrejón Tuco, dispuso el
sobreseimiento de la denuncia interpuesta e imputación contra Joel Wenceslao Sarzuri Marca,
ordenándose la notificación de las partes y la posterior remisión de dicha Resolución ante el
fiscal superior jerárquico y disponiendo luego: “devuélvase a despacho para su trámite legal”
(sic) ante el órgano jurisdiccional (fs. 38 a 40).
II.5. Por Resolución 013/2012 de 16 de enero, el Fiscal de Distrito de Potosí, Sandro Fuentes
Miranda ratificó el sobreseimiento emitido por el Fiscal de Materia (fs. 42 a 45).
Bolivia es un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que sustenta, entre
otros valores, la dignidad y libertad de las personas, tal como establece el art. 8 de la
Constitución Política del Estado (CPE); además que también, en su art. 22, expresamente
establece que “La dignidad y la libertad de la persona son inviolables” y “Respetarlas y
protegerlas es deber primordial del Estado”.
Si bien estos enunciados hacen referencia a la libertad, lo hace en su acepción más general,
como expresión normativa del valor libertad, lo cual supone, para cada individuo o colectividad,
la posibilidad de actuar de forma autónoma como partícipe en la sociedad, en todos sus ámbitos
posibles y, en general, exenta de todo tipo de restricciones, salvo las establecidas en el sistema
normativo constitucional.
Dentro del sin número de libertades o derechos -según se vea- que la teoría o doctrina podría
referir, o que la norma y la jurisprudencia constitucional han establecido, se encuentra la libertad
personal, la misma que conforme precisa en el art. 23.I de la Ley Fundamental, refiere que
“Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal” y que esta libertad personal
“sólo podrá ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de
la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales”, luego entonces, la libertad
de la persona es aquél derecho fundamental y constitucional que no sólo que debe ser respetado
sino debe ser protegido por el Estado.
Por cierto, con el salvamento del numeral IV del citado art. 23 de la CPE, en el sentido que toda
persona que sea encontrada en delito flagrante podrá ser aprehendida por cualquier otra persona,
aun sin mandamiento, con el único objeto de que sea conducido ante autoridad competente; de
conformidad al parágrafo III del señalado artículo: “Nadie podrá ser detenido, aprehendido o
privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley” y que “La
ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido
por escrito”.
En otro orden, el art. 15.I de la CPE, consagra que “Toda persona tiene derecho a la vida y a la
integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado, ni sufrirá tratos crueles, inhumanos,
degradantes o humillantes
(…)”.
Así, la Constitución Política del Estado, al tiempo de señalar en el art. 14.I, que los derechos
reconocidos por ella, entre otros caracteres, son inviolables, establece que el Estado tiene el
deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos.
Desde otra perspectiva, para la consideración y resolución de la acción de libertad, debe tenerse
en cuenta que los ámbitos de protección se diferencian por el derecho que protegen: 1) derecho a
la vida; 2) derecho de locomoción, en tanto esté amenazado el derecho a la libertad personal; 3)
derecho al debido proceso, en cuanto esté restringido el derecho a la libertad personal y 4)
derecho a la libertad personal, por haberse privado al margen de la Constitución Política del
Estado y la ley.
La acción de libertad tiene por objeto determinar si la vida de una persona está en peligro y, en
cuanto a la libertad personal se refiere, si la persona esta indebidamente privada de libertad o
está siendo ilegalmente perseguida o indebidamente procesada; en estos dos últimos casos,
cuando la persecución o procesamiento está vinculado a la restricción del derecho a la libertad
personal.
Según se presenten los hechos y dilucide el ámbito de protección cuya tutela se demanda, así
también, la resolución que emita el juez o tribunal llamado a conocer la acción de libertad,
determinará lo que corresponda. Así, el art. 125 de la CPE, nos señala que la persona que
considere que su vida está en peligro, solicitará que se guarde tutela a su vida; la que crea estar
ilegalmente perseguida, que cese la persecución indebida o la que cree estar indebidamente
procesada o privada de libertad personal, se restablezcan las formalidades legales o se restituya
su derecho a la libertad. Dicho de otro modo, en la acción de libertad, al margen de los casos en
los que se tutela el derecho a la vida o de locomoción (por persecución ilegal en la que esté en
riesgo el derecho a la libertad física de la persona), el juez competente, o puede disponer la
restitución de la libertad o mandar a que se restablezcan las formalidades, particularmente
cuando de las lesiones al debido proceso en tanto éstas estén relacionadas con el derecho a la
libertad física de las personas.
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En cuanto al procedimiento del sobreseimiento y los plazos en los cuales deben realizarse, la
misma Sentencia Constitucional citada precedentemente estableció que: “…para la correcta
aplicabilidad de los plazos precisados en el art. 324 del CPP, deben regirse de la siguiente
manera: 1) El fiscal inferior, una vez presentado el sobreseimiento al juez, sea con impugnación
o de oficio, deberá remitir dicho actuado, dentro del plazo máximo de veinticuatro horas ante el
Fiscal de Distrito a efectos de su revisión; 2) El Fiscal de Distrito, o superior jerárquico, una
vez recibido el sobreseimiento, emitirá resolución de ratificación o de revocatoria al
sobreseimiento, según sea el caso, indefectiblemente dentro de los cinco días siguientes; es
decir, que hasta ese momento, sólo pueden sumarse seis días; 3) Una vez transcurrido el lapso
señalado, computado desde de la presentación del sobreseimiento, sin que el Fiscal de Distrito
se haya pronunciado en cualquiera de sus formas, el juez a cargo del proceso, dispondrá la
libertad inmediata del imputado sobreseído, porque los motivos que fundaron su detención
preventiva, 'suficientes indicios para sostener con probabilidad que es autor o participe del
hecho punible', sostenidos inicialmente por el fiscal, al momento de la imputación y el
requerimiento de medidas de coerción personal, como efecto del sobreseimiento han
desaparecido, o sea, hacen insostenible mantenerlas; y, 4) No obstante, de ninguna manera
podría reputarse, que el sobreseimiento se hubiese ejecutoriado, dado que la ley así no lo prevé,
por ello; en caso de revocatoria al sobreseimiento, conforme se señaló anteriormente, el fiscal
inferior, queda compelido a presentar acusación ante el juez y o tribunal de sentencia, lo que
implica que las medidas cautelares impuestas anteriormente y que cesaron, de considerarse
necesarias, deberán ser reanalizadas, previa concurrencia de los requisitos para su
determinación en base a los nuevos presupuestos para su fundamentación, porque reiteramos,
en el momento de la presentación del sobreseimiento ante el juez de la causa, el elemento de
posible autoría o participación en el hecho sindicado, desapareció; y si bien el fiscal superior
puede revocar el mismo, no será posible mantener privado de su libertad al imputado si es que
previamente, no se volvió a establecer la existencia de los requisitos exigidos por el art. 233 del
CPP con relación al 234 y 235 del mismo cuerpo legal” (las negrillas y subrayado nos
corresponden).
III.4. De la necesaria modulación del entendimiento que se tiene sobre la potestad del juez
cautelar de disponer la libertad en los casos de sobreseimiento
La acción de libertad, procede -además de los casos en los que esté amenazado la vida o el
derecho de locomoción en tanto este amenazada el derecho a la libertad- cuando una persona
está indebidamente privada de libertad al margen de la Constitución Política del Estado y la ley
y, cuando la persona estando sometida a un proceso existe una lesión al derecho al debido
proceso y siempre que dicha lesión pueda relacionar con el derecho a la libertad. En este último
caso, en el que deberá partirse del presupuesto que la pretensión no es dilucidar sobre una
presunta indebida privación de libertad sino de una presunta vulneración al debido proceso, no
puede omitirse que tanto las autoridades judiciales como administrativa, así como los sujetos
procesales están sometidos al cumplimiento de la ley, y en ese contexto, al procedimiento penal.
El Código de Procedimiento Penal establece los pasos e instancias de un proceso así como
refiere con la claridad sobre el procedimiento en cuanto al sobreseimiento se refiere. Así,
establece que el Ministerio Público, que desarrolla en esencia una actividad administrativa y en
la que, la determinación del sobreseimiento por parte del fiscal de materia, tiene la calidad de
determinación conclusiva, sólo causa efectos cuando la misma no ha sido impugnada por las
partes; en cambio, cuando no sucede ello; es decir, cuando la resolución del fiscal de materia ha
sido impugnada o cuando no existe parte querellante, tal determinación -en el último caso, de
oficio- debe remitirse ante el Fiscal de Distrito para que se pronuncie, y si la resolución de este
último confirma el sobreseimiento, recién, la determinación del Fiscal de Materia, adquiere la
calidad de una resolución conclusiva, capaz de tener efectos.
La SC 1071/2011-R, modulando los citados precedentes, concluye que: “Una vez transcurrido
el lapso señalado, computado desde de la presentación del sobreseimiento, sin que el Fiscal de
Distrito se haya pronunciado en cualquiera de sus formas, el juez a cargo del proceso,
dispondrá la libertad inmediata del imputado sobreseído…” (Las negrillas nos corresponden).
De esta manera, esta Sala, concluye que es preciso dejar de lado el entendimiento que
sobre el tema fueron expuestos en las SSCC 1071/2011-R y 1230/2006-R y retomar el
entendimiento de la SC 1406/2005-R de 8 de noviembre, en el sentido que la resolución
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Desde otra perspectiva, partiendo del presupuesto de que no se dilucidaría una indebida
privación de libertad, así como el Ministerio es titular de la acción penal y por consiguiente
puede concluir por el sobreseimiento, el Juez por otra parte, es quien toma la determinación
legal de la detención preventiva que es una medida cautelar con el fin de asegurar la presencia
del imputado en la tramitación del proceso con el fin de que asuma su responsabilidad penal
sabiendo que tal medida extraordinaria sólo procede en los casos específicamente señalados por
ley y, entre ellos, fundamentalmente, que existan suficientes indicios racionales de la comisión
del delito por parte del imputado. En este último contexto, el Juez cautelar puede modificar o
determinar la cesación de las medidas cautelares cuando las causas que originaron la
determinación de una medida como la detención preventiva ya no existe; así también podrá
obrar, el Tribunal de alzada si acaso se hubiera apelado de la determinación del inferior.
En el presente caso, más allá que dentro del proceso penal instaurado contra el accionante por el
delito de violación, éste fuera detenido preventivamente desde el 3 de marzo de 2011 y
posteriormente solicitara la cesación de su detención preventiva cuya audiencia fue suspendida
en varias ocasiones; el accionante alega que el Fiscal de Materia dispuso el sobreseimiento
del proceso en la investigación iniciada en su contra y que el Juez demandado, a pesar de
habérsele anunciado sobre tal determinación, no dispuso su libertad inmediata, como
señala la jurisprudencia constitucional.
refiere que cuando el fiscal concluya la investigación, presentará ante el juez de instrucción la
acusación, requerirá la suspensión condicional del proceso o declarará de manera fundamentada
el sobreseimiento. En efecto el inciso 3) del citado artículo señala: “Decretará de manera
fundamentada el sobreseimiento, cuando resulte evidente que el hecho no existió, que no
constituye delito o que el imputado no participó en él, y cuando estime que los elementos de
prueba son insuficientes para fundamentar la acusación”. En los dos primeros casos, previstos en
los inciso 1) y 2), remitirá al juez o tribunal las actuaciones y evidencias.
Por su parte, el art. 324 de la citada norma, con relación a la impugnación del sobreseimiento,
determina que el fiscal pondrá en conocimiento de las partes el sobreseimiento decretado, el que
podrá ser impugnado dentro de los cinco días siguientes a su notificación y, entre otras
previsiones, que “recibida la impugnación, o de oficio en el caso de no existir querellante, el
fiscal remitirá los antecedentes dentro de las veinticuatro horas siguientes, al fiscal
superior jerárquico para que se pronuncie en el plazo de cinco días”.
En el caso de examen, es evidente que el Fiscal de Materia, Javier Alonzo Torrejón Tuco,
dispuso el sobreseimiento de la denuncia interpuesta e imputación contra el accionado, lo que
inicialmente da lugar a examinar la jurisprudencia constitucional, la misma que como se tiene
dicho en el Fundamento Jurídico III.4 no puede sino entenderse, a la luz de las normas citadas
precedentes y en resguardo del principio de legalidad, que la Resolución conclusiva de
sobreseimiento emitida por el Fiscal de Materia debe de manera imprescindible contar con el
pronunciamiento del Fiscal de Distrito en los casos que dicha Resolución haya sido impugnado
o, de oficio, cuando no exista parte querellante; sin que en esos casos le esté permitido al Juez
tomar la decisión de disponer la libertad del imputado.
No obstante, sea cual fuere el caso; si bien existe evidencia de que el Fiscal de Materia concluyó
sobreseyendo al accionado, corresponde determinar si dicho sobreseimiento ha sido de
conocimiento del Juez para que éste pudiera pronunciarse de una u otra manera. En ese marco,
de la revisión de la documentación que informan los antecedentes del caso, y sin considerar que
en forma posterior a la presentación de la acción de libertad fue librado el mandamiento de
libertad en virtud de lo ordenado por el Juez demandado, por Auto de 18 de enero de 2011,
corresponde puntualizar no existe evidencia que mediante memorial alguno o en acta de las
audiencias producidas, así sean éstas para determinar la suspensión de las mismas, se hubiera
dejado constancia que el accionante fue notificado con la Resolución de sobreseimiento, menos,
que el Ministerio Público hubiera puesto en conocimiento del Juez cautelar, sobre la medida de
sobreseimiento, de tal forma que, al no tener conocimiento el Juez, hasta antes de la acción de
libertad del sobreseimiento, mal podría haber dispuesto la cesación de la detención preventiva y
menos disponer la libertad del accionante.
En el caso de examen no sólo que no se acompañó prueba alguna; incluso, para mayor
ilustración, fue requerido algunos actuados del cuaderno procesal. Aún así, no se constató que
las afirmaciones del accionante fueran ciertas, particularmente sobre el hecho de que el Juez de
la causa hubiera conocido sobre el sobreseimiento resuelto por el Fiscal de Materia.
POR TANTO
El accionante señala que el 3 de febrero de 2012, a horas 9:50, en inmediaciones de la av. Juan
Pablo Segundo casi esquina av. Alfonso Ugarte de la zona 16 de julio de la ciudad de El Alto,
Richard Quispe Fernández quien conducía un camión, atropelló a Cipriano Castro Maquera.
Como consecuencia del referido accidente fue detenido ese día y remitido al día siguiente, en
horas de la mañana (sábado), ante el Juez Primero de Instrucción, el mismo que justificando su
recargada labor no llevó a cabo la audiencia. Celebrada la audiencia cautelar recién el 6 del
referido mes y año a horas 10:00, dispuso como medida sustitutiva su presentación ante el Fiscal
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 456
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dos veces al mes y una fianza económica de Bs2 000.- (dos mil bolivianos), y a pesar de haber
hecho efectivo el depósito el mismo día continúa detenido, sin expedirse el correspondiente
mandamiento de libertad.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 8 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 12
y vta., se produjeron los siguientes actuados:
El Juez Primero de Instrucción en lo Penal, mediante informe oral brindado en audiencia, señaló
que: a) En audiencia celebrada el 6 de febrero de 2012, se dispuso medidas sustitutivas a la
detención preventiva del imputado Richard Quispe Fernández, imponiéndole una fianza
económica de Bs2 000.-; b) En el mismo día a horas 17:50 el accionante presentó un memorial
adjuntando el certificado de depósito ya realizado “reclamando que quería ese rato mismo el
mandamiento de libertad” (sic), sin considerar que para providenciar el memorial el Juez tiene el
plazo de veinticuatro horas; y, c) El 7 de febrero de 2012, se providenció el memorial y se libró
el mandamiento de libertad.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. Por memorial de 4 de febrero de 2012 (fs. 2 a 4), el Fiscal de Materia informó al Juez ahora
demandado, el inicio de investigaciones y presentó la correspondiente imputación formal contra
Richard Quispe Fernández por ser con probabilidad, autor del delito de homicidio y lesiones
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 457
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.2. Mediante oficio 72/2012 de 6 de febrero, el Juez demandado solicitó se tenga en “calidad
de depósito” al imputado Richard Quispe Fernández hasta que cumpla con las medidas
impuestas en la audiencia de medidas cautelares (fs. 10).
II.5. El 7 de febrero de 2012 a horas 11:30, René Román Laura interpuso la presente acción a
nombre de Richard Quispe Fernández (fs. 5 y vta.).
Bolivia es un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que sustenta, entre
otros valores, la dignidad y libertad de las personas, tal como indica el art. 8 de la Constitución
Política del Estado (CPE), además, en el que también en su art. 22, expresamente establece que
“La dignidad y la libertad de la persona son inviolables” y “Respetarlas y protegerlas es deber
primordial del Estado”.
Si bien estos enunciados hacen referencia a la libertad, lo hace en su acepción más general,
como expresión normativa del valor de la misma libertad, lo cual supone, para cada individuo o
colectividad, la posibilidad de actuar de forma autónoma como partícipe en la sociedad, en todos
sus ámbitos posibles y, en general, exenta de todo tipo de restricciones, salvo las establecidas en
el sistema normativo constitucional.
Dentro del sin número de libertades o derechos -según se vea- que la teoría o doctrina podría
referir, o que la norma y la jurisprudencia constitucional han establecido, se encuentra la libertad
personal, la misma que conforme precisa art. 23.I de la Ley Fundamental del, refiere que “Toda
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 458
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persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal” y que esta libertad personal “sólo podrá
ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad
histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales”, luego entonces, la libertad de la
persona es aquél derecho fundamental y constitucional que no solo que debe ser respetado sino
debe ser protegido por el Estado.
Por cierto, con el salvamento del numeral IV del citado Artículo 23 de la CPE, en el sentido que
toda persona que sea encontrada en delito flagrante podrá ser aprehendida por cualquier otra
persona, aun sin mandamiento, con el único objeto de que sea conducido ante autoridad
competente; de conformidad al numeral III del señalado Artículo: “Nadie podrá ser detenido,
aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la
ley” y que “La ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y
que sea emitido por escrito”.
En otro orden, el art 15.I de la CPE, consagra que “Toda persona tiene derecho a la vida y a la
integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado, ni sufrirá tratos crueles, inhumanos,
degradantes o humillantes…”. Así, la Constitución Política del Estado, al tiempo de señalar en
el art 14.I, que los derechos reconocidos por ella, entre otros caracteres, son inviolables,
establece que el Estado tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos.
Desde otra perspectiva, para la consideración y resolución de la acción de libertad, debe tenerse
en cuenta que los ámbitos de protección se diferencian por el derecho que protegen: 1) derecho a
la vida; 2) derecho de locomoción, en tanto esté amenazado el derecho a la libertad personal; 3)
derecho al debido proceso, en cuanto esté restringido el derecho a la libertad personal y 4)
derecho a la libertad personal, por haberse privado al margen de la Constitución Política del
Estado y la ley.
La acción de libertad tiene por objeto determinar si la vida de una persona está en peligro y, en
cuanto a la libertad personal se refiere, si la persona esta indebidamente privada de libertad o,
está siendo ilegalmente perseguida o indebidamente procesada; en estos dos últimos casos,
cuando la persecución o procesamiento está vinculado a la restricción del derecho a la libertad
personal.
Según se presenten los hechos y dilucide el ámbito de protección cuya tutela se demanda, así
también, la resolución que emita el juez o tribunal llamado a conocer la acción de libertad,
determinará lo que corresponda. Así, el art 125 de la CPE, nos señala que la persona que
considere que su vida está en peligro, solicitará que se guarde tutela a su vida; la que crea estar
ilegalmente perseguida, que cese la persecución indebida o la que cree estar indebidamente
procesada o privada de libertad personal, se restablezcan las formalidades legales o se restituya
su derecho a la libertad. Dicho de otro modo, en la acción de libertad, al margen de los casos en
los que se tutela el derecho a la vida o de locomoción (por persecución ilegal en la que esté en
riesgo el derecho a la libertad física de la persona), el juez competente, o puede disponer la
restitución de la libertad o mandar a que se reestablezcan las formalidades, particularmente
cuando de las lesiones al debido proceso en tanto éstas estén relacionadas con el derecho a la
libertad física de las personas.
El art. 178.I de CPE, establece que: “La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano
y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad,
probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico…”
En el orden normativo, el art. 3.7 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), determina que la
celeridad “comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la administración de justicia”.
En el caso de autos se concluye que dentro del proceso penal instaurado contra Richard Quispe
Fernández por la presunta comisión del delito de homicidio y lesiones graves y leves en
accidente de tránsito donde el juez demandado, fue informado del inicio de las investigaciones el
sábado 4 de febrero de 2012, conforme consta en el cargo de recepción de la imputación fiscal
presentada por el Fiscal Edgar Alarcón Laural cursante de fs. 2 a 4 de obrados, así como del
memorial de la demanda (fs. 5). La autoridad demandada debiendo por ello dar cumplimiento a
lo establecido por el art. 226 del CPP, puesto que tenía el plazo máximo de veinticuatro horas
para resolver la aplicación de alguna medida cautelar más aún tenía el deber de tramitarla con la
debida celeridad.
En consecuencia, es evidente que el juez demandado, no cumplió con el plazo previsto por el art.
226 del CPP, puesto que si bien la autoridad demandada fijó audiencia para el domingo 5 de
febrero de 2012, la misma se suspendió alegando que “en ese momento se estaba realizando una
audiencia” (fs. 12 a 13 vta.). En tal sentido, celebró la audiencia de consideración de medidas
cautelares fuera del plazo de veinticuatro horas, no siendo válido ningún justificativo. Por otra
parte, no puede dejar de considerarse el hecho de que a pesar de llevarse a cabo la audiencia el
día lunes 6 de febrero y haberse señalado como medidas sustitutivas previstas en el art. 240.2 y
6 del CPP, consistentes en la presentación ante el Fiscal dos veces por mes y una fianza
económica de Bs2 000.-, depósito que fue realizado en el día. La autoridad demandada no
resolvió de manera inmediata la solicitud de mandamiento de libertad, en el entendido que bajo
su conocimiento estaba detenido el imputado desde el día viernes 3 de febrero de 2012, a la
espera de la resolución de las medidas cautelares y su cumplimiento.
Finalmente, es evidente que el juez demandado ocasionó dilación injusta o indebida, provocando
una detención ilegal al haber suspendido injustificadamente la audiencia del 5 de febrero,
omitiendo el deber de tramitarla con la debida celeridad o por lo menos dentro de los plazos,
ocasionando con ello la afectación al derecho a la libertad del representado del accionante, quien
como consecuencia de la conducta dilatoria de la autoridad demandada estuvo detenido desde el
viernes 3 de febrero hasta el día martes 7 de febrero de 2012, en la cual recién se libró el
mandamiento de libertad.
POR TANTO
En revisión la Resolución de 27 de enero de 2012, cursante de fs. 283 a fs. 287 vta.,
pronunciada, dentro de la acción de libertad, interpuesta por María Victoria Calderón
Gonzales, contra Marco Antonio Fajardo Montaño, Juez Tercero del Trabajo y Seguridad
Social del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba.
Por memorial presentado el 26 de enero de 2012, cursante de fs. 182 a 188 vta., la accionante
expone los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Refiere que el 19 de diciembre de 2011, fue detenida en la ciudad de La Paz y conducida hasta
el Penal de San Sebastián mujeres de la ciudad de Cochabamba, debido a un mandamiento de
apremio emitido por el Juez Tercero de Partido del Trabajo y Seguridad Social, quien conoció el
proceso interpuesto por Franz Grover de la Zerda Morales, por concepto de beneficios sociales,
salarios devengados y otros, contra Antonio Chiquie Dippo y Norma Deissy Flores Zabalaga, en
su condición de representantes legales del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) S.A., quienes
asumieron defensa hasta la ejecución de la sentencia. Estando ejecutoriado el proceso mediante
Auto Supremo 332 de 28 de julio de 2010, se elaboró la liquidación de beneficios sociales,
según Auto de 27 de octubre de ese año.
Manifiesta que, el Juez demandado por Auto de 27 de agosto de 2011, la conminó a cancelar en
ejecución de fallos pasados en autoridad de cosa juzgada, la suma de Bs 2'139.640,12.- (dos
millones, ciento treinta y nueve mil seiscientos cuarenta con 12/100 bolivianos), por concepto de
beneficios sociales a favor del demandante, resolución con la que fue notificada por cedula en
oficinas del LAB. S.A. Por otro lado, señala que los poderes conferidos le otorgan facultades de
representación; empero, no le delegan la representación legal de la empresa, calidad
erróneamente otorgada por el Juez demandado. El mandamiento de apremio se libró en base a
una certificación emitida por el Registro Obligatorio de Empleadores, expedida a solicitud del
mismo Juez.
Añade que en su calidad de Gerente General de la empresa LAB S.A. realizó oferta de pago y
sustitución de medida precautoria, ofreciendo en garantía para el cumplimiento de pago del
monto adeudado, un motor de una turbina de avión, negado mediante Resolución de 19 de enero
de 2012; determinación contraria a lo previsto por los arts. 105 y 106 del Código Procesal del
Trabajo (CPT).
Finalmente manifiesta que, canceló el monto de Bs100.000.- (cien mil con 00/100 bolivianos),
con el fin de sustituir el mandamiento de apremio ordenado en su contra y por encontrarse
detenida por más de cuarenta días; empero, no surtió efecto alguno, a cuya consecuencia su
salud está deteriorada.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, se deje sin efecto el Auto de 29 de septiembre de 2011, que dispuso
la emisión del mandamiento de apremio en su contra; se restituya su derecho a la libertad y la
libre locomoción.
Marco Antonio Fajardo Montaño, Juez Tercero del Trabajo y Seguridad Social, presentó
informe escrito cursante a fs. 211 y vta. y en audiencia lo amplió, indicando: 1) Dentro del
proceso laboral tramitado en su Juzgado, contra el LAB S.A., empresa representada por María
Victoria Calderón Gonzales, en el proceso de ejecución de Sentencia, por memorial de 20 de
diciembre del año 2011, la accionante, inicialmente planteo acción de libertad aduciendo ser
Gerente General del LAB S.A., habiendo radicado en el Juzgado Cuarto de Sentencia a cargo de
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José Pompilio Coca Sejas, en esta fase se emitió la Resolución de 23 de diciembre de 2011,
denegando la acción de libertad, elevada al Tribunal Constitucional para su revisión y
encontrándose pendiente de resolución, lo cual no permite ni siquiera ingresar al fondo del
asunto, por cuanto esta última se trata de una nueva acción constitucional con identidad de
sujeto, objeto y causa y contra los actos consentidos libre y expresamente por la demandada en
el proceso laboral; 2) Además, la accionante alegó no ser representante legal de la empresa
demandada, en plena contradicción con el formulario de registro de empleador, declaración
jurada prestada por la accionante donde figura como representante legal de LAB S.A., con este
motivo y bajo responsabilidad patronal la aludida representante consintió inclusive un pago de
Bs100.000.-, a favor del actor como anticipo de los beneficios sociales adeudados en el proceso
señalado. Asimismo, mediante certificación emitida por el Ministerio de Trabajo de 25 de julio
de 2011, resultó ser representante legal de dicha empresa, por estar consignado como tal en el
Registro Obligatorio de Empleadores y, 3) En ejecución de fallos pasados en autoridad de cosa
juzgada se conminó al pago de los beneficios sociales, y ante su incumplimiento se expidió
mandamiento de apremio conforme a los arts. 213 y 216 del CPT, amparado también en el 12 de
la Ley de Abolición de Prisión y Apremio Corporal (LAPACOP), como medida compulsiva en
resguardo del derecho a la eficacia de las resoluciones judiciales.
I.2.4. Resolución
Concluida la audiencia, Rosario Saiz Quiroga, Jueza Tercera de Sentencia Penal del Tribunal
Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en Jueza de garantías, mediante
Resolución de 27 de enero de 2012, cursante de fs. 284 a 287 vta., “denegó” la tutela, con los
siguientes fundamentos: a) Existe identidad de sujetos, objeto y causa en que se fundamentó la
demanda de una acción de libertad con relación a otra presentada en una anterior oportunidad.
Por cuanto, la jurisdicción constitucional está impedida de pronunciarse sobre el fondo de la
segunda acción, pues lo contrario significaría incurrir en duplicidad de fallos respecto a un
mismo asunto; y, b) Asimismo, señala que existe un recurso planteado por la accionante,
cuestionando actuaciones jurisdiccionales de la autoridad demandada, los mismos que deben ser
agotados previamente antes de acudir a la jurisdicción constitucional.
Remitido el expediente ante este Tribunal y producido el respectivo sorteo, de conformidad a ley,
por Auto Constitucional 013-A/2012-CA/S de 28 de febrero, se dispuso requerir al Juez Tercero de
Trabajo y Seguridad Social del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, la remisión de
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documentación complementaria, así como la suspensión del plazo para la emisión de la presente
resolución (fs. 31 y 32), habiéndose reanudado éste, por decreto de 28 de marzo de 2012 (fs. 61).
Se aclara que el número 2012-25047-02-AL con el que figuraba el presente expediente ha sido
reasignado con el número de expediente 0041-2012-01-AL, por haberse dispuesto por el Pleno del
Tribunal Constitucional Plurinacional, nueva numeración.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. En proceso laboral, seguido por Franz Grover de la Zerda Morales contra la empresa LAB
S.A., representada por Antonio Chiquie Dippo y Norma Deissy Flores Zabalaga, Presidente del
Directorio y Directora Secretaria, por pago de beneficios sociales y salarios devengados,
mediante Sentencia de 16 de julio de 2007, el Juez Tercero del Trabajo y Seguridad Social,
declaró probada la demanda (fs. 15 a 18). Confirmada en parte por Auto de Vista 238/2008 de 7
de agosto (fs. 19 a 20 vta.).
II.2. A fs. 48, cursa la certificación de 25 de julio de 2011, emitida por la Jefatura
Departamental de Trabajo de Cochabamba, donde en cumplimiento a la orden judicial del Juez
Tercero del Trabajo y Seguridad Social, se establece que María Victoria Calderón Gonzales con
CI. 104029 LP, figura como representante legal de la empresa LAB. S.A., conforme los archivos
y Registro Obligatorio de Empleador.
II.3. A fs. 49, cursa Auto de 27 de agosto de 2011, emitido por el Juez Tercero del Trabajo y
Seguridad Social, que se conmina a María Victoria Calderón Gonzales, en su calidad de
representante legal de la empresa LAB S.A., a cancelar la suma adeudada de Bs2.139.640,12.-,
por concepto de beneficios sociales al demandante. Resolución notificada a la accionante,
mediante cédula el 21 de septiembre de ese año (fs. 341).
II.4. En fs. 52, cursa el Auto de 29 de septiembre de 2011, pronunciado por el Juez demandado,
se dispuso la expedición del correspondiente mandamiento de apremio, contra la accionante,
hasta que cancele la suma adeudada, por concepto de beneficios sociales. El mandamiento se
expidió el 29 de octubre de 2011 (fs. 54).
II.5. Por memorial presentado el 11 de noviembre de 2011, la accionante solicitó al Juez Tercero
del Trabajo y Seguridad Social, la revocatoria del mandamiento de apremio (fs. 355 a 356 vta.)
No consta en obrados que dicha solicitud hubiere sido resuelta.
De fs. 79 a 81, cursa memorial de 27 de diciembre de 2011, presentado por María Victoria
Calderón Gonzales, solicitando en la vía incidental se la excluya del proceso, dado que no es
representante legal del LAB S.A. y se deje sin efecto la “detención preventiva” que cumple en el
Penal de San Sebastián mujeres de la ciudad de Cochabamba. Corrida en traslado según decreto
de 28 de ese mes y año (fs. 82). No consta en obrados la resolución del mismo.
II.6. Por memorial de 17 de enero de 2012, la accionante se apersonó ante el Juez Segundo de
Ejecución Penal, denunciando maltrato y vulneración a sus derechos humanos y solicitó la
aplicación de la detención domiciliaria a su favor; denegada por Auto de la misma fecha (fs. 124
a 126 vta.).
II.7. Según acuerdo de pago de beneficios sociales de 30 de diciembre de 2011, suscrito entre
María Victoria Calderón Gonzales, en representación de LAB S.A., Franz Grover de la Zerda
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Morales, Carlos Alberto Caballero Guzmán y Alfredo Romero Gómez, por el cual acordaron el
pago de los beneficios sociales adeudados por la indicada empresa, obligándose la accionante
como representante legal, a un plan de pagos. Documento reconocido en sus firmas el 31 de
enero de 2012, ante Notario de Fe Pública (fs. 410 a 412).
Bolivia es un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que sustenta, entre
otros valores, la dignidad y libertad de las personas, tal como establece el art.8 de la
Constitución Política del Estado (CPE); que, además, en el art.22, expresamente establece que
“La dignidad y la libertad de la persona son inviolables” y “Respetarlas y protegerlas es deber
primordial del Estado”.
Si bien estos enunciados hacen referencia a la “Libertad”, lo hace en su acepción más general,
como expresión normativa del valor libertad, lo cual supone, para cada individuo o colectividad,
la posibilidad de actuar de forma autónoma como partícipe en la sociedad, en todos sus ámbitos
posibles y, en general, exenta de todo tipo de restricciones, salvo las establecidas en el sistema
normativo constitucional.
Dentro del sin número de libertades o derechos -según se vea- que la teoría o doctrina podría
referir, o que la norma y la jurisprudencia constitucional han establecido, se encuentra la libertad
personal, la misma que conforme precisa en el art.23.I de la Ley suprema del ordenamiento
jurídico, refiere que “Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal” y que esta
libertad personal “sólo podrá ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el
descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales”, luego
entonces, la libertad de la persona es aquél derecho fundamental y constitucional que no solo
debe ser respetado sino debe ser protegido por el Estado.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 466
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Por cierto, con el salvamento del art. 23.IV de la CPE, en el sentido que toda persona que sea
encontrada en delito flagrante podrá ser aprehendida por cualquier otra persona, aun sin
mandamiento, con el único objeto de que sea conducido ante autoridad competente; de
conformidad al numeral III del señalado artículo: “Nadie podrá ser detenido, aprehendido o
privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley” y que “La
ejecución del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido
por escrito”.
En otro orden, el art.15.I de la CPE, consagra que “Toda persona tiene derecho a la vida y a la
integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado, ni sufrirá tratos crueles, inhumanos,
degradantes o humillantes (…)”. Así, el art.14.I de la CPE, al tiempo de señalar, que los
derechos reconocidos por ella, entre otros caracteres, son inviolables, establece que el Estado
tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos.
Desde otra perspectiva, para la consideración y resolución de la acción de libertad, debe tenerse
en cuenta que los ámbitos de protección se diferencian por el derecho que protegen: 1) Derecho
a la vida; 2) Derecho de locomoción, en tanto esté amenazado el derecho a la libertad personal;
3) Derecho al debido proceso, en cuanto esté restringido el derecho a la libertad personal y 4)
Derecho a la libertad personal, por haberse privado al margen de la Constitución y la Ley.
La acción de libertad tiene por objeto determinar si la vida de una persona está en peligro y, en
cuanto a la libertad personal se refiere, si la persona esta indebidamente privada de libertad o,
está siendo ilegalmente perseguida o indebidamente procesada; en estos dos últimos casos,
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Según se presenten los hechos y dilucide el ámbito de protección cuya tutela se demanda, así
también, la resolución que emita el Juez o Tribunal llamado a conocer la acción de libertad,
determinará lo que corresponda. Así, el art.125 de la CPE nos señala que la persona que
considere que su vida está en peligro, solicitará que se guarde tutela a su vida; la que crea estar
ilegalmente perseguida, que cese la persecución indebida o la que cree estar indebidamente
procesada o privada de libertad personal, se restablezcan las formalidades legales o se restituya
su derecho a la libertad. Dicho de otro modo, en la acción de libertad, al margen de los casos en
los que se tutela el derecho a la vida o de locomoción (por persecución ilegal en la que esté en
riesgo el derecho a la libertad física de la persona), el juez competente, o puede disponer la
restitución de la libertad o mandar a que se reestablezcan las formalidades, particularmente
cuando de las lesiones al debido proceso en tanto éstas estén relacionadas con el derecho a la
libertad física de las personas.
En ese contexto, con relación al procesamiento indebido, este Tribunal, estableció: “Las
vulneraciones al debido proceso y la tutela a través de esta garantía jurisdiccional, se precisó
en las SSCC 0451/2010-R de 28 de junio, reiterada por la 0033/2011-R de 7 de febrero: 'La
Constitución Política del Estado (arts. 115.II y 117.I), reconoce al debido proceso como un
instrumento de sujeción a las reglas del ordenamiento jurídico, en el cual se debe enmarcar la
actuación de las partes procesales, la finalidad de este derecho constitucional y garantía
jurisdiccional es proteger a los ciudadanos de posibles abusos de las autoridades, que se
originen en actuaciones u omisiones procesales o en decisiones que adopten y de las cuales
emerja la lesión a sus derechos y garantías, como elementos del debido proceso. Cuando se
denuncie su vulneración en cualquiera de sus componentes, corresponderá su impugnación a
través de la acción de libertad, cuando esté directamente relacionada con la restricción de la
libertad del accionante y se constate la existencia de absoluto estado de indefensión; caso
contrario, la denuncia por irregularidades cometidas en el proceso (entendidas como violación
al debido proceso), deberán ser reclamadas a través de los medios ordinarios que el
ordenamiento jurídico procesal penal prevé, agotada la jurisdicción ordinaria y en el supuesto
de persistir la lesión, se activa la tutela de la acción de amparo constitucional” (SC 0378/2011-
R de 7 de abril).
El art. 213 del CPT, establece que: “Las sentencias ejecutoriadas se harán cumplir por el Juez de
primera instancia, que concederá a la parte perdidosa un plazo de tres días para el efecto”; por su
parte el art. 216 del CPT, dispone: "Si transcurridos los tres días para la ejecución de la
sentencia, el litigante perdidoso no cumple su obligación, el Juez librará mandamiento de
apremio del ejecutado”. Es decir, que para que proceda el apremio corporal en materia laboral,
Este Tribunal, mediante su jurisprudencia se pronunció sobre a las condiciones previas que
necesariamente deberán cumplirse antes de procederse al apremio corporal en materia laboral,
indicando al respecto en la SC 1002/2011-R, entre otras, que: “…en ejecución de sentencia el
litigante perdidoso debe ser notificado con la conminatoria previamente al cumplimiento de la
obligación en el término que le fija, vencido el cual y al no hacer efectiva la misma se dispone
su apremio'; señalando: '(…) el art. 137.I inc. 5) y II del CPC que establece: 'cuando se trate de
resoluciones que contuvieren conminatorias, se harán por cédula en los domicilios señalados
por las partes para los efectos del proceso, a menos de que ellas hubieren sido notificadas
personalmente' (…)”.
Por otra parte, resulta absolutamente evidente que en el caso en análisis y del cual emerge el
mandamiento de apremio por obligaciones sociales, la accionante ha ejercido en todo momento
el derecho pleno e irrestricto a la defensa, en ese sentido se tiene también sentado que no ha
existido estado de indefensión en la accionante -Conclusiones II.5 y II.6 de este fallo-, en esos
presupuestos, es evidente que la accionante no cumplió con los presupuestos sentados por éste
Tribunal y que fueron ampliamente desarrollados en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente
Sentencia Constitucional, requisitos esenciales para abrir la competencia y conocimiento de la
acción de defensa intentada bajo el fundamento de que existiría una amenaza cierta a la libertad
y a la libre locomoción como emergencia de un ilegal procesamiento. Dicho de otro modo, no
concurriendo de forma simultánea los dos presupuestos para la activación de la protección que
brinda esta garantía jurisdiccional, cuando se alegue procesamiento indebido, no es posible
ingresar al análisis de fondo del problema jurídico planteado; dado que, aún cuando existiera la
relación directa entre la presunta lesión al debido proceso y el derecho a la libertad; empero, se
advierte que no existió absoluto estado de indefensión que hubiere impedido que el agraviado
(a) ejerza mecanismos ordinarios de defensa, constituye un impedimento para el examen de la
problemática, en el entendido que es requisito inexcusable la concurrencia simultánea y no
aislada de ambos presupuestos.
Bajo ese contexto, corresponde que las presuntas lesiones al debido proceso, alegadas en la
presente acción, deberán ser reclamadas a través de las vías ordinarias que correspondan,
agotadas las mismas y sólo ante la persistencia de la lesión, se activa la protección de la acción
de amparo constitucional, como acción o medio de defensa idóneo para impugnar lesiones al
debido proceso.
POR TANTO
Mediante memorial presentado el 4 de enero de 2012, cursante de fs. 115 a 121, y ampliación de 5
del mismo mes y año, cursante de fs. 126 a 127, la accionante expone los siguientes
fundamentos de hecho y derecho.
1.- Desde el 17 de mayo de 2004, trabajó en COMTECO LTDA, siendo designada en el cargo
de Responsable de Telemarketing en noviembre de 2007; empero, el 23 de mayo de 2011, se le
inició proceso interno, según instrucción de la Gerencia General, por la presunta existencia de
irregularidades según auditoria de pagos; por cuanto, fue suspendida de sus funciones sin goce
de haberes, sin considerar su condición de madre progenitora de un recién nacido menor de un
año, nacido el 8 de abril de igual año. Pese a contar con todas las pruebas para demostrar la
inexistencia de causal alguna que motive un proceso interno, menos un despido “justificado”, se
sometió al proceso, a pesar de conocer sus derechos como madre trabajadora.
Agrega, que el proceso se inició “a sus espaldas” mientras estaba gozando de su descanso como
madre de recién nacido; por cuanto, el procedimiento y la Resolución, son ilegales, nulos e
inconstitucionales.
2.- Al finalizar el proceso interno, por Resolución C.A. 03/2011 de 3 de agosto, fue despedida
por haberse enmarcado dentro de las causales de despido justificado según el art. 9 incs. a), e) y
g) del Reglamento de la Ley General del Trabajo determinándose el inicio de procesos penales
en su contra. En apelación, mediante Resolución C.A. de 17 de octubre de 2011, el Tribunal de
segunda instancia confirmó la determinación impugnada.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
I.1.3. Petitorio
A la pregunta del Presidente del Tribunal de garantías, respondió que se vulneraron los derechos
de su cliente a la inamovilidad laboral, al trabajo y los inherentes a los derechos del menor,
previstos en los arts. 46 y 48 de la CPE.
Oscar Gualberto Claure Villaroel, abogado y apoderado de Jaime de Ugarte Lazcano, Orlando
Stuardo Jordán Quiroga, José Ángel Valenzuela Solíz, Mauricio Antonio Torrico Saavedra,
Dalsy Montaño Rivera, Alexander Sassha Torrico Tumaev, Luis Fernando Murguía Rowe,
Nelva del Carmen Garnica Numbela y Álvaro Fernando Gamboa Afcha, según los Testimonios
P28/2012 y 029/2012 de 25 de enero; presentó informe escrito y lo amplió en audiencia,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 472
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Carlos Zenteno Heredia, Franz Gonzales Zurita, Rolando Ramos Gutiérrez, Carlos Salas Pinto y
José Luis Tapia Rojas, codemandados no presentaron informe escrito y tampoco asistieron a
audiencia.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Refiere la accionante, que desde el 17 de mayo de 2004, trabajó en COMTECO LTDA.,
siendo designada como Responsable de Telemarketing en noviembre de 2007 (fs. 115 a 121).
II.2. Según Acta de Constitución de Tribunal de 23 de mayo de 2011, Dalsy Montaño Rivera,
Sassha Torrico Tumaev, Luis Fernando Murguia Rowe y Nelva del Carmen Garnica Nunbela,
en aplicación de lo dispuesto por el art. 64 del Reglamento Interno de COMTECO LTDA y en
cumplimiento de la instrucción de inicio de proceso interno contra la accionante según Control
de Trámite GG Al-016 de 28 de abril de 2011, se constituyó el Tribunal de primera instancia (fs.
96).
Mediante Resolución de 23 de mayo de 2011, los miembros del Tribunal de proceso de primera
instancia, determinaron la apertura de proceso interno contra Cynthia Cayo Ríos,
supervisora de Telemarketing, por haber incurrido presuntamente en las causales establecidas
en los arts. 58-a, b y f; y 65 del Reglamento Interno y 9 incs. a), e), y g) del Reglamento Ley
General Trabajo. Se dispuso la suspensión de funciones de la accionante hasta que concluya
el proceso interno, fijándose para el efecto la fecha de su declaración informativa (fs. 95). La
determinación de suspensión de la accionante sin goce de haberes, se produjo a partir del 27 de
junio del indicado año, según informó el abogado de los demandados en audiencia de acción de
amparo constitucional; misma que no fue rebatida por Cynthia Cayo Ríos (fs. 482 a 483).
II.3. En obrados cursa documental, que evidencia que la accionante ejerció medios de defensa a
través de la producción de prueba (fs. 78 a 81 y 83 a 87). Por Resolución 03/2011 de 3 de
agosto, los miembros de la Comisión Mixta de Proceso Interno, emitieron “resolución
condenatoria” contra Cynthia Cayo Ríos e impusieron la sanción de despido sin derecho a
desahucio e indemnización por incumplimiento de su contrato de trabajo y abuso de confianza;
y existiendo otros ilícitos penales, COMTECO LTDA, efectúe las denuncias correspondientes y
demandar el resarcimiento de daños y perjuicios ocasionados (fs. 56 a 66).
Salas Pinto fue de voto disidente; empero, firmó la Resolución; y Rolando Ramos Gutiérrez se
abstuvo de votar.
II.5. Según certificado de nacimiento Joshua Anthony Castillo Cayo, nació el 8 de abril de 2011
(fs. 18).
II.6. De fs. 92 a 94 de obrados, cursa acta de declaración informativa de Cynthia Cayo Ríos,
realizada el 30 de junio de 2011; así también, memoriales de proposición y producción de
prueba (fs. 78 a 81, 83, 90 y vta.); y, recurso de apelación en el cual denuncia ante los miembros
del Tribunal de alzada, la existencia de vicios de nulidad y solicitó a su vez la realización de una
audiencia (fs. 54 a 55).
Alega que encontrándose gozando de su descanso como madre de un recién nacido, la Comisión
Mixta de Proceso Interno de COMTECO LTDA., inició proceso interno en su contra; a la
conclusión del mismo se emitió resolución de despido, sin derecho a desahucio e indemnización,
la misma que fue confirmada en apelación por el Consejo de Administración. La no
consideración de su condición de madre de un niño menor de un año, conculcó sus derechos a la
estabilidad laboral y al trabajo. Por consiguiente corresponde analizar en revisión, si tales
argumentos son evidentes y si constituyen actos lesivos a los derechos de la accionante con la
finalidad de conceder o no, la tutela reconocida por este medio de defensa.
Por disposición del art. 128 de la Norma Fundamental, esta acción se activa únicamente ante la
vulneración de derechos fundamentales contenidos en la Constitución Política del Estado y las
leyes, perpetrados por actos ilegales u omisiones indebidas de servidores públicos y/o particulares.
La Constitución Política del Estado, establece en el art. 45.V que: “Las mujeres tienen derecho a
la maternidad segura, con una visión y práctica intercultural; gozarán de especial asistencia y
protección del Estado durante el embarazo, parto y en los periodos prenatal y posnatal”,
disposición que se complementa con el contenido del art. 48.VI del mismo texto, que prescribe:
“Las mujeres no podrán ser discriminadas o despedidas por su estado civil, situación de
embarazo, edad, rasgos físicos o número de hijas o hijos. Se garantiza la inamovilidad laboral de
las mujeres en estado de embarazo, y de los progenitores, hasta que la hija o el hijo cumpla un
año de edad”; ambas disposiciones constitucionales reconocen a la maternidad segura como un
derecho fundamental, estado que no puede constituir un motivo de discriminación, lo que
implica su observancia y cumplimiento obligatorio en los periodos referidos, por parte del
Estado en sus distintas reparticiones públicas y entidades privadas.
Bajo ese marco normativo y los uniformes pronunciamientos del Tribunal Constitucional
Plurinacional al respecto, se concluye de manera general que la mujer en estado de gestación o
aquella que sea madre de un hijo o hija menor de un año, goza de inamovilidad laboral hasta que
el niño o niña cumpla un año de edad. Derecho que se hace directamente aplicable cuando fuere
arbitraria e ilegalmente despedida de sus funciones en franca inobservancia de su especial
condición.
III.4. Citación con el auto de apertura de proceso administrativo durante la baja prenatal y
posnatal
A partir de la puesta en vigencia del texto constitucional el 7 de febrero de 2009, rige en nuestro
país un nuevo modelo de organización jurídico-política o de Estado, orientado a la construcción
de un Estado Unitario, Social de Derecho Plurinacional Comunitario en busca del vivir bien
como uno de sus fines, para ello se sustenta en los principios y valores contenidos en el art. 8.II;
entre los cuales se encuentra la igualdad, reconocida por instrumentos internacionales como el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 (art. 26 que establece la prohibición
de discriminación, como de obligaciones positivas) la Declaración Universal de Derechos
Humanos (art. 7 estableciendo la igualdad ante la ley), la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (art. 24). Es así que el texto constitucional, reconoce a la igualdad como un
principio, valor y derecho fundamental, por su naturaleza social y moral para traducirse en
reglas normativas. En ese contexto, se está frente a un sistema constitucional, en el cual, la
técnica de la interpretación constitucional se sustenta en la ponderación de los valores,
principios y conceptos jurídicos indeterminados y que el Estado basa su paradigma en la
subordinación de la legalidad a la Constitución Política del Estado; es decir, la necesaria
compatibilidad que debe existir entre los contenidos de las leyes con los principios
constitucionales.
La igualdad a decir de Ignacio De Otto y Pardo, “…no puede ser entendido como el
mandamiento de que el derecho trate por igual a todos, como el mandamiento de que no se
confiere relevancia jurídica a los elementos diferenciadores. El principio de igualdad ha de tener
otra significación. Todo intento de considerar que el principio de igualdad tiene un contenido
material debe reducir este a un mandamiento relativo a la comparación, a un
mandamiento relativo a la clase de elemento comparativo que es posible utilizar para
distinguir lo igual de lo desigual, esto es, al criterio para conferir la relevancia a sus
elementos de coincidencias o a los de diferencias” (Obras Completas, Universidad de Oviedo,
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2010, pág. 1451). De donde se advierte que la
igualdad consiste en el equilibrio a existir en el trato a los iguales y a los desiguales en sus
elementos diferenciadores a través de la equidad (las negrillas y subrayado nos pertenecen).
Bajo ese contexto, la igualdad contenida en la Constitución Política del Estado y en el bloque de
constitucionalidad se constituye en formal, al reconocer a todos los miembros de la sociedad en
un plano de igualdad; empero, lo que se busca a través de su observancia en todos los ámbitos
jurídicos, es su efectiva materialización, como sería el caso de mujeres embarazadas o madres de
un niño o niña menor de un año, cuya situación respecto de los demás u otros sectores, por su
especial condición, se encuentra en un plano desigual, dado que durante la gestación, periodo
prenatal y posnatal, son etapas en los que se presenta un alto grado de vulnerabilidad,
colocándola en una situación de desventaja material, lo cual no puede concebirse teniendo en
cuenta que bajo el nuevo modelo constitucional, se pretende la eficacia máxima de los derechos.
En ese sentido, es preciso que dichas etapas se desarrollen en condiciones adecuadas de tal
forma que no afecten la salud física y emocional o psíquica de la madre y del recién nacido.
(…) el núcleo esencial del derecho reconocido como fundamental a la mujer embarazada y en
el estado de post parto con relación a su trabajo, estriba por una parte en la protección de esa
fuente de trabajo a través del reconocimiento de la inamovilidad funcionaria, y por otra, en el
tratamiento que se le de a ésta permitiéndole que desarrolle sus actividades en condiciones
adecuadas. El primer ámbito de aplicación de este derecho desde la perspectiva constitucional,
supone que el empleador no podrá determinar por causa alguna una solución de continuidad en
la relación de trabajo; en cambio, en el otro ámbito se da cuando existiendo la relación
laboral firme en el que de por medio no existe un despido o ruptura de la relación laboral, el
empleador no afecte las condiciones laborales de la mujer trabajadora embarazada, ya sea
por causa de reducción de sus haberes o manteniendo o agravando las tareas que
regularmente desempeñe la empleada o funcionaria en perjuicio evidente a su salud y
seguridad física, moral o psíquica” (las negrillas y subrayado nos corresponden).
De donde se concluye que, gozando la mujer de esa especial protección según dispone la norma
fundamental y la jurisprudencia citada, durante la baja médica prenatal y posnatal, no podrá ser
objeto o sujeto de despido o de circunstancias que tiendan de alguna manera a afectar el normal
desarrollo de su estado de gestación o posterior al parto, en perjuicio de su salud y seguridad
física, moral o psíquica, ello con la finalidad de efectivizar el mandato contenido en el art. 45.V
de la CPE, respecto a una maternidad segura y la inamovilidad laboral reconocida en el art.
48.VI del citado texto. Circunstancias, como sería el caso de un despido, suspensión de sus
funciones, la interrupción de los periodos prenatal y posnatal, o el inicio de proceso
administrativo interno que altere su situación laboral; en ese marco, cabe dejar
puntualizado que aún cuando el inicio de proceso administrativo interno se hubiere
realizado o dispuesto durante los referidos periodos, la prosecución del mismo, sólo podrá
tener lugar a partir de la citación con el auto de apertura y sus antecedentes, una vez
reincorporada la persona a su fuente laboral y en ningún caso durante el uso de los citados
beneficios.
Finalmente, cabe recalcar que las mujeres en estado de gestación o madres de un recién nacido
menor a un año de edad -según se expresó en el Fundamento Jurídico III.3 de este fallo-, sean
del sector público o privado, gozan de inamovilidad laboral; así también resulta importante,
recordar que dicha protección no implica crear un marco de impunidad, dado que sí es posible
iniciar en su contra un proceso administrativo que determine o defina su situación laboral,
siempre y cuando se observen los parámetros referidos líneas arriba. En ese caso, de presentarse
causales que den lugar a la conclusión de la relación laboral y resulte que la madre de un menor
de un año de edad, se encuentra apta para afrontar el proceso administrativo, no existe
impedimento alguno para su inicio y sustanciación; empero, -reiterando- sujeto a que se observe
estrictamente el debido proceso.
En ese sentido, disuelta la relación laboral en debido proceso, conforme se explicó, no puede
significar el desconocimiento de los derechos fundamentales del recién nacido o niño(a) menor
de un año, porque el Estado tiene el deber de garantizar el interés superior del niño, que
comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir protección y socorro en
cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios públicos y privados (art. 60
de la CPE). Teniendo presente que se trata de una persona -menor de edad- que de conformidad
al art. 58 de la Ley Fundamental, es titular de derechos reconocidos por la Constitución Política
del Estado; por cuanto, corresponde resguardar la efectiva protección de sus derechos a la vida,
salud y la seguridad social (arts. 15, 18 y 35 de la CPE), los cuales no pueden ser desconocidos
como emergencia de la disolución de la relación laboral; al respecto conviene recordar que el
art. 2 del Código Niño, Niña y Adolescente (CNNA), dispone que se considera niño o niña a
todo ser humano desde su concepción, a su vez el art. 1 del CC con relación al comienzo de la
personalidad, establece que el nacimiento señala el comienzo de la personalidad y que al que
está por nacer se lo considera nacido para todo lo que pudiera favorecerle y para ser tenido como
persona.
En ese contexto, la previsión constitucional contenida en la parte final del art. 48.VI de la CPE,
debe ser interpretada en función al criterio teleológico y al principio de eficacia máxima de los
derechos fundamentales. La finalidad del citado precepto constitucional, es de tutelar los
derechos al trabajo de la madre y del progenitor hasta que el niño(a) cumpla un año de edad y a
su vez los derechos del ser en gestación y del recién nacido como la vida y la salud; empero, si
por alguna razón quedara disuelto el vínculo laboral conforme se explicó, corresponde que los
derechos del niño o niña sean resguardados, en el entendido que se trata de derechos cuya tutela
no puede estar supeditada a formalismos como sería el caso, que ante la inexistencia de un
vínculo laboral no sea posible la otorgación de las prestaciones previstas en el régimen de
asistencia familiar.
Consecuentemente, disuelto el vínculo laboral y teniendo presente que el empleador del sector
público o privado se encuentra compelido u obligado a continuar con la prestación de subsidios
al ser en gestación o, al niño o niña hasta que cumpla un año de edad; lo que significa, la
atención obstétrica a la madre durante el embarazo, el parto y el puerperio hasta que el recién
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 479
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(…) sin embargo, es necesario considerar que si dentro de ese proceso interno, se determinó
responsabilidad administrativa y se impuso como sanción la destitución, puede ocurrir que,
como en el caso que se analiza, la servidora pública procesada y sancionada sea madre de un
hijo menor a un año de edad, situación que hace que esté protegida circunstancialmente, por
la Ley 975.
el entendido que se trata de un sector de atención diferente, que goza de especial protección. El
actual texto constitucional, prevé la inamovilidad laboral de las mujeres en estado de embarazo y
de los progenitores hasta que el hijo o hija cumpla un año de edad -art. 48.VI-, mandato
reglamentado por el art. 5 del DS 0012 de 19 de febrero de 2009, que prescribe en su primer
parágrafo los casos en los cuales no podrá aplicarse el beneficio de la estabilidad laboral, según
se explicó en el Fundamento Jurídico precedente.
Inicialmente, conviene recordar que el debido proceso, concebido en nuestro texto constitucional
en su triple dimensión de principio, garantía y derecho fundamental -arts. 115.II, 117, 137 y 180-,
es un instrumento de defensa de derechos fundamentales y garantías constitucionales durante la
tramitación del proceso judicial o administrativo, en el cual deberá observarse la estricta sujeción
de los actos al procedimiento establecido en la norma. Entonces, tiene por objeto garantizar un
proceso exento de posibles abusos originados en actuaciones u omisiones procesales o en
decisiones que diriman determinada situación jurídica o administrativa, siendo su fin último la
materialización de los valores jurídicos de justicia e igualdad, en el entendido que sólo a través de
ellos se logrará la eficacia máxima de los derechos contenidos en la Constitución Política del
Estado. De otra parte, la presunción de inocencia, concebida por la Ley Fundamental como una
garantía vinculada estrechamente con el derecho al debido proceso, implica el estado de inocencia
durante la realización de un proceso previo a la imposición de una sanción firme -judicial o
administrativa-.
En ese sentido, en materia administrativa cabe distinguir entre las medidas preventivas y las
sanciones propiamente dichas; las primeras, son aquellas que durante la sustanciación del proceso
se disponen de forma temporal, con la única finalidad de mantener una situación inalterable en
tanto se tramita el proceso y se demuestre la responsabilidad, como sería el caso de una suspensión
temporal del ejercicio de funciones; y, las segundas son aquellas que resultan de la sustanciación
de un debido proceso, según el ordenamiento jurídico de la materia, en cual se determinen
sanciones como la restricción de percibir un salario u otra medida. En síntesis, la suspensión
temporal como medida preventiva, no podrá darse sin goce de haberes, en el entendido que
privar de un medio de subsistencia, significaría una sanción anticipada sin que previamente
exista una determinación firme sobre la responsabilidad o inocencia de la persona y/o
funcionario.
resulta inaplicable, dado que ella sólo podrá darse cuando exista una resolución firme
emergente de un debido proceso que determine su sanción.
Así precisados los hechos que motivaron la interposición de la presente acción, corresponde
puntualizar que el nacimiento del hijo de la accionante se produjo el 8 de abril de 2011 y la
Resolución de inicio de proceso interno data de 23 de mayo de ese año; cuando los cuarenta y
cinco días de baja posnatal aún no concluyeron. Periodo en el cual, según se desarrolló en el
Fundamento Jurídico III.4 de este fallo, bajo ningún concepto podía afectarse la situación laboral
de la accionante, por encontrarse en uso de un beneficio, provocando con dicho acto su
desventaja o desigualdad material respecto del empleador, dado que el inicio del proceso interno
debió realizarse el 24 de mayo de igual año, en el entendido que el cómputo de los cuarenta y
cinco días se realiza a partir del día siguiente de producido el nacimiento de Joshua Antony
Castillo Cayo, o sea a partir del 9 de abril de ese año.
En ese marco y teniendo presente que el debido proceso tiene por objeto garantizar que el proceso
se desarrolle exento de posibles abusos originados en actos u omisiones tendientes a lesionar
derechos fundamentales, la decisión de suspender a la accionante sin goce de haberes antes de que
hubiere concluido el proceso en su contra, constituye un acto ilegal que vulnera el debido proceso
como garantía jurisdiccional y derecho fundamental, dado que implica una sanción anticipada, que
se agrava aún más, considerando que se trata de una mujer trabajadora madre de un niño menor de
un año de edad, que goza de la prestaciones de subsidios por asignaciones familiares. En otros
términos, la determinación de suspensión de funciones sin goce de haberes entre tanto se sustancie
el proceso administrativo interno, lesiona el debido proceso, en el entendido que no puede aplicarse
de manera anticipada, una sanción que no fuere producto de un debido proceso en sus diferentes
instancias.
De otra parte, no puede dejarse de lado que Cynthia Cayo Ríos, asumió defensa en debida forma
durante las distintas etapas del proceso seguido en su contra, comprobándose la comisión de las
causales que dieron lugar a la extinción de la relación laboral, contenidas en la Ley General del
Trabajo y su Decreto
Reglamentario.
Así resuelto el problema jurídico planteado, cabe referir, de la lectura del memorial de acción de
amparo y ampliación de 5 de enero de 2012, se observa que la demanda no se dirigió contra todos
los miembros del Consejo de Administración; empero, cursa a fs. 131 de obrados, que Jaime De
Ugarte Lazcano, Presidente del Consejo de Administración, fue citado por cédula e intervino en
audiencia de acción de amparo constitucional, a través de su abogado y apoderado, según se tiene
del acta cursante a fs. 482 a 483; por cuanto, asumió defensa en debida forma y convalidó que la
demanda no se hubiere dirigido en su contra. Finalmente, se advierte que la Resolución 03/2011 de
17 de octubre, que confirmó el despido de la accionante, no fue firmada por el codemandado
Rolando Ramos Gutiérrez, dado que se abstuvo de intervenir en la misma, por cuanto no incurrió
en acto ilegal alguno que lesionara los derechos de Cynthia Cayo Ríos; en ese sentido, los efectos
de la Resolución no alcanzan a su persona.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de garantías, al haber concedido en parte la tutela
invocada, aunque con otros fundamentos, obró correctamente.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00163-2012-01-AL
Departamento: Cochabamba
Dentro del proceso penal seguido en su contra por el delito de estupro, la Sala Penal
Primera conformada por las Vocales ahora demandadas, pronunciaron el Auto de Vista de
10 de enero de 2012, mediante el cual de manera ultra petita declararon procedente el
recurso de apelación incidental interpuesto por la parte contraria y revocaron la medida
cautelar dispuesta por el Juez a quo, ordenando su detención preventiva sin la debida
motivación, “frente a la abundante prueba literal” que presentó para sustentar su libertad.
De conformidad con lo previsto por el art. 398 del Código de Procedimiento Penal (CPP), los
tribunales de alzada deben circunscribir su resolución a los aspectos cuestionados y no fallar
al margen de lo pedido por el imputado o la víctima, menos dejar de resolver algunas
pretensiones deducidas por una de las partes, de darse esta situación ésta resulta incongruente,
carente de la debida motivación y fundamentación.
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 13 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 97
a 99, se produjeron los siguientes hechos.
El abogado del accionante, manifestó que: 1) Las autoridades demandadas revocaron las
medidas sustitutivas impuestas por el Juez cautelar, consistentes en la presentación cada siete
días ante el Fiscal asignado, las prohibiciones de salir del país y de acercarse a la víctima,
además de la presentación de dos garantes; por lo que cumpliendo con dicha Resolución,
presentó el arraigo y la documentación de los dos garantes, a cuyo efecto se señaló audiencia
para efectivizarlas para el 14 de febrero de 2012; 2) Ha demostrado que no existe peligro de
fuga, pues acreditó tener familia, domicilio y trabajo, así también, probó la inexistencia de
riesgo de obstaculización; empero, las Vocales demandadas no valoraron el certificado de
arraigo que presentó con antelación, ni los garantes que ofreció; 3) Al revocar la medida
cautelar, las demandadas debieron fundamentar los riesgos procesales, empero no lo hicieron
así; por el contrario, no argumentaron los riesgos procesales que motivaron la extrema medida;
y, 4) De conformidad con el art. 116 de la CPE, se presume la inocencia mientras no exista
sentencia condenatoria ejecutoriada.
Las Vocales demandadas, en el informe que cursa de fs. 95 a 96, sostuvieron lo siguiente: i)
Por Auto de Vista de 10 de enero de 2012, declararon procedentes los recursos de apelación
incidental formulados por el Ministerio Público y la víctima, dentro del proceso penal
seguido contra el ahora accionante por el supuesto delito de estupro, disponiendo su
detención preventiva en el penal de “San Pablo” de Quillacollo; ii) No es evidente que se
hubiere fallado en forma ultra petita, pues tanto el Ministerio Público como la víctima a
tiempo de formular sus recursos de apelación, solicitaron la revocatoria del Auto
impugnado y la aplicación de la detención preventiva, por tal razón, en sujeción de lo
previsto en el art. 398 del CPP y al constatarse la concurrencia de los presupuestos
previstos en el art. 233 del mismo Código, por existencia de riesgo procesal de
obstaculización sustentado en el art. 235.1 y 2 de la misma norma, dispusieron la detención
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 485
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I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. Dentro del proceso penal seguido contra Freddy Rivera Vargas, ahora accionante, por
la presunta comisión del delito de estupro, el 7 de diciembre de 2011, se celebró la
audiencia de medidas cautelares, en la que la Jueza de Instrucción Mixta, Liquidadora y
cautelar de Sipe Sipe por Auto de la misma fecha, impuso al accionante la aplicación de
medidas sustitutivas a la detención preventiva consistentes en: 1) Presentación cada siete
días ante el Fiscal asignado al caso y suscripción del libro correspondiente; 2) Arraigo; 3)
Prohibición de acercarse al domicilio de la víctima; 4) Prohibición de comunicase con la
víctima y los familiares de aquella, siempre que ello no afecte su derecho a la defensa; y, 5)
II.2. Contra dicha Resolución, el Ministerio Público presentó apelación incidental, solicitando la
aplicación de la detención preventiva del accionante (fs. 56 a 57). Por su parte, la víctima a
través de su abogado, presentó recurso de apelación en la audiencia de medidas cautelares,
protestando presentar prueba ante el Tribunal de apelación (fs. 6 vta.), pidiendo se ordene la
detención preventiva del accionante (fs. 45 a 46 vta.).
II.3. Por Auto de Vista de 10 de enero de 2012, las Vocales ahora demandadas, declararon
procedente las apelaciones presentadas y dispusieron la detención preventiva del accionante (fs.
47 a 50).
Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario referirse a la naturaleza jurídica de la
acción de libertad.
En ese orden, la SC 0037/2012 de 26 de marzo, estableció que: “La acción de libertad conocida
en el derecho comparado y en nuestra legislación abrogada como 'recurso de habeas corpus',
encuentra fundamento en innumerables instrumentos normativos de orden internacional como
en la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre, Declaración Universal de
Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, disposiciones
normativas que forman parte del bloque de constitucionalidad, de conformidad a lo dispuesto
por el art. 410 de la CPE. Se trata de un mecanismo de defensa constitucional extraordinario de
carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la protección inmediata y efectiva
de los derechos fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones,
persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores
públicos o de personas particulares; así como a la vida cuando esté en peligro.
En tal sentido, debe señalarse que la ingeniería dogmática de la acción de libertad está diseñada
sobre la base de dos pilares esenciales, el primero referente a su naturaleza procesal y el segundo,
compuesto por los presupuestos de activación. En cuanto al primer aspecto que configura el
contenido esencial de esta garantía; es decir, su naturaleza procesal, se establece que se encuentra
revestida o estructurada con una tramitación especial y sumarísima, reforzada por sus
características de inmediatez en la protección, informalismo, generalidad e inmediación; procede
contra cualquier servidor público o persona particular, es decir, no reconoce fueros ni privilegios.
Postulados que pueden ser inferidos de la norma constitucional antes referida.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el contenido esencial de esta garantía, se encuentra
configurado por sus presupuestos de activación, que al amparo del art. 125 de la CPE, se
resumen en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la
libertad física como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya
procesamiento indebido; y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida”.
A lo señalado cabe agregar que de manera excepcional opera el principio de subsidiariedad ante la
existencia de medios de impugnación específicos e idóneos para restituir de manera inmediata los
derechos objeto de su protección o bien cuando se activa de manera paralela un medio de defensa
previsto en el ordenamiento jurídico tanto en la vía constitucional como en la ordinaria, conforme se
ha establecido en las SSCC 0160/2005-R, 0181/2005-R, 0008/2010-R y 0080/2010-R, entre
otras.
existe riesgo de fuga y/u obstaculización de la averiguación de la verdad no sólo alcanza al juez
cautelar, sino también al tribunal que conozca en apelación la resolución que disponga, modifique
o rechace las medidas cautelares, toda vez que si bien de conformidad con el art. 251 del CPP, las
medidas cautelares dispuestas por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo,
modificadas, ello no significa que el tribunal de apelación cuando determine disponer la detención
preventiva, esté exento de pronunciar una resolución lo suficientemente motivada, en la que se
exprese la concurrencia de los dos requisitos que la ley impone para la procedencia de esa medida
cautelar.
En efecto, el deber de motivación de los fallos supone un elemento fundamental del debido proceso,
conforme ha expresado la SC 0012/2006-R de 4 de enero, al señalar que: “La motivación de los
fallos judiciales está vinculada al derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional eficaz, (…),
y se manifiesta como el derecho que tienen las partes de conocer las razones en que se funda la
decisión del órgano jurisdiccional, de tal manera que sea posible a través de su análisis, constatar si
la misma está fundada en derecho o por el contrario es fruto de una decisión arbitraria; sin
embargo, ello no supone que las decisiones jurisdiccionales tengan que ser exhaustivas y
ampulosas o regidas por una particular estructura; pues se tendrá por satisfecho este requisito aun
cuando de manera breve, pero concisa y razonable, permita conocer de forma indubitable las
razones que llevaron al Juez a tomar la decisión; de tal modo que las partes sepan las razones en
que se fundamentó la resolución; y así, dada esa comprensión, puedan también ser revisados esos
fundamentos a través de los medios impugnativos establecidos en el ordenamiento; resulta claro que
la fundamentación es exigible tanto para la imposición de la detención preventiva como para
rechazarla, modificarla, sustituirla o revocarla” (las negrillas son nuestras).
III.3. El alcance de lo previsto en el art. 398 del CPP y la exigencia de motivación en las
resoluciones que disponen la detención preventiva
En ese cometido, la norma contenida en el art. 398 del citado cuerpo legal, establece que “Los
tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución”.
De la norma legal precedente, de manera general es posible concluir que los tribunales de alzada sólo
pueden resolver y pronunciarse sobre los agravios expresados en la apelación, no pudiendo ir más allá
de lo que la parte apelante no hubiere cuestionado respecto de la resolución apelada, dado que el
ámbito en el que deben circunscribir su actuación es a resolver los aspectos impugnados de quien
tiene derecho de recurrir.
Sin embargo, tratándose de la aplicación de medidas cautelares, dicha normativa no debe ser
entendida en su literalidad sino interpretada en forma integral y sistemática, por lo que también cabe
referirse a lo establecido en el art. 233 del CPP, modificado por la Ley 007 de 18 de mayo de 2010,
cuando señala que: “Realizada la imputación formal, el juez podrá ordenar la detención preventiva del
imputado, a pedido fundamentado del fiscal o de la víctima aunque no se hubiera constituido en
querellante, cuando concurran los siguientes requisitos: 1. La existencia de elementos de convicción
suficientes para sostener que el imputado es, con probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible;
2. La existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al proceso
u obstaculizará la averiguación de la verdad”.
Finalmente, cabe remitirse a lo previsto en el 236 del CPP, entre cuyos requisitos del auto de
detención preventiva se encuentran: “3) La fundamentación expresa sobre los presupuestos que
motivan la detención, con cita de las normas legales aplicables”.
En el marco de las normas legales citadas, aplicables al caso que se examina, se establece que el
límite previsto por el art. 398 del CPP a los tribunales de alzada, de circunscribirse a los aspectos
cuestionados de la resolución, no implica que los tribunales de apelación se encuentren eximidos
de la obligación de motivar y fundamentar la resolución por la cual deciden imponer la medida
cautelar de detención preventiva, quedando igualmente obligados a expresar la concurrencia de
los dos presupuestos que la normativa legal prevé para la procedencia de la detención preventiva,
en el entendido que ésta última determinación únicamente es válida cuando se han fundamentado
los dos presupuestos de concurrencia, para cuya procedencia deberá existir: 1) El pedido
fundamentado del fiscal o de la víctima aunque no se hubiere constituido en querellante; 2) La
concurrencia de los requisitos referidos a la existencia de elementos de convicción suficientes para
sostener que el imputado es, con probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible y la existencia de
elementos de convicción suficiente de que el imputado no se someterá al proceso u obstaculizará la
averiguación de la verdad; circunstancias que deben ser verificadas y determinadas por el tribunal y
estar imprescindiblemente expuestas en el auto que la disponga, por lo mismo, la falta de motivación
por parte de los tribunales de alzada no podrá ser justificada con el argumento de haberse
circunscrito a los puntos cuestionados de la resolución impugnada o que uno o varios de los
presupuestos de concurrencia para la detención preventiva no fueron impugnados por la o las
partes apelantes.
De otro lado, corresponde remitirse a lo sustentado tanto por las autoridades demandadas, como
por el Juez de garantías en sentido que el accionante no hubiere cumplido con los requisitos para
que se revise la interpretación de la legalidad ordinaria.
absurda o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación
que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo, y 2. Precise los derechos o
garantías constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de
causalidad entre éstos y la interpretación impugnada; dado que sólo de esta manera la
problemática planteada por el recurrente, tendrá relevancia constitucional” (SC 0085/2006-R
de 25 de enero, entre otras); sin embargo, corresponde analizar si dicho entendimiento
jurisprudencial puede ser aplicado a la acción de libertad.
En esta perspectiva, resulta necesario recordar que la característica del informalismo constituye
un principio configurador de la naturaleza jurídica de la acción de libertad, entendido como la
ausencia de formalidades y rigorismos procesales que tiendan a enervar injustificadamente la
tramitación pronta y oportuna de esta acción tutelar, el mismo que guarda correspondencia con
las características de sumariedad e inmediatez propias de la acción de libertad, cuyas diversas
manifestaciones han sido desarrolladas por el constituyente, el legislador y la jurisprudencia
constitucional.
Es importante resaltar que la Constitución Política del Estado vigente, en el marco más
amplio que implica la concepción de 'acción de libertad' y acorde al principio de
progresividad, acentúa algunas de las características anotadas; así por ejemplo, en el caso del
informalismo, contempla la posibilidad de presentación oral de la acción de libertad, antes
reservada sólo a los supuestos en que la persona fuera menor de edad, incapacitada,
analfabeta o notoriamente pobre; en el caso de la inmediación, además de establecer que la
autoridad judicial dispondrá que el accionante sea conducido a su presencia, prevé la
posibilidad de que ésta acuda al lugar de detención” (las negrillas nos pertenecen).
En efecto, bajo el principio configurador del informalismo, la acción de libertad puede ser
presentada en forma verbal o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre sin necesidad de poder
de representación y sin ninguna formalidad procesal, quedando liberadas las exigencias de
argumentación jurídica en cuanto a los derechos considerados lesionados o respecto de la
identificación de las normas conculcadas por los actos u omisiones denunciados, todo ello con la
finalidad de otorgar una protección inmediata y oportuna a los derechos objeto de protección.
Las autoridades ahora demandadas, por Auto de Vista de 10 de enero de 2012, declararon
procedentes las apelaciones presentadas y dispusieron la detención preventiva del accionante,
bajo los siguientes fundamentos: a) Los puntos apelados se refieren únicamente a los riesgos
procesales, ya que ninguna de las partes ha observado como punto controvertido o
cuestionado la posible participación o autoría del accionante; b) Si bien se ha presentado
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 492
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documentación que acredita que el accionante tienen un grupo familiar y actividad laboral;
empero, no se ha demostrado el vínculo de parentesco entre el imputado y la propietaria del
inmueble donde el imputado vive a título gratuito, situación que no desmerece la concurrencia
del riesgo de fuga; c) Con relación a los riesgos de obstaculización, existen elementos evidentes
que prueban que el accionante influyó e influye negativamente sobre la víctima, no sólo por su
minoridad sino también por su vulnerabilidad y sobretodo por la conducta agresiva que el
imputado ha desplegado respecto de la víctima, esto “de acuerdo a la entrevista policial que la
menor en varias oportunidades ha sido víctima de agresiones que ha superado el orden verbal
ingresando a la agresión física; versión que ha sido corroborada por las entrevistas informativas
policiales, como da cuenta el Sr. Freddy Richard Tapia Céspedes que también sostiene que
Freddy Rivera Vargas es una persona agresiva, lo que implica que el imputado influye y es
probable que influya negativamente sobre la víctima” (sic); d) No se toman en cuenta algunos
acercamientos posteriores señalados por el Ministerio Público al no existir prueba sobre ello; y,
e) Habiéndose probado la concurrencia de los presupuestos previstos en el art. 233 del CPP, no
puede aplicarse el principio de favorabilidad al imputado en desmedro de la protección de la
víctima menor de edad, máxime si la Ley 2033, sobre delitos contra la libertad sexual, impone la
obligación de proteger a la víctima con la finalidad de no ser objeto de presiones,
intimidaciones, amenazas, ni los testigos, ni su familia.
Del análisis de los fundamentos del Auto de Vista que dispuso la detención preventiva del
accionante, se constata que las Vocales demandadas, si bien determinaron la detención
preventiva a raíz de la solicitud formulada en apelación tanto por la víctima como por el
Ministerio Público, aspecto que demuestra que no es evidente que hubieren pronunciado una
Resolución ultra petita al disponer la detención preventiva, conforme denuncia el accionante;
sin embargo, las autoridades demandadas no han cumplido con la exigencia de fundamentar su
decisión de aplicar la medida cautelar de detención preventiva, exponiendo de manera motivada
la concurrencia de los presupuestos exigidos por los arts. 233, 234 y 235 del CPP, modificados
por la Ley 007, concretamente en lo que se refiere al grado de autoría y participación en la
comisión del delito imputado al accionante, limitándose a señalar que al no haber sido
cuestionado este aspecto por las partes procesales no cabía pronunciamiento alguno sobre el
particular, por lo que decidieron referirse únicamente a los riesgos procesales para fundamentar
su resolución, olvidando que la detención preventiva sólo puede ser ordenada previa verificación
de los elementos de prueba que permitan concluir la concurrencia de los dos presupuestos
establecidos en las normas procesales citadas, esto es la fundamentación expresa sobre los
elementos de convicción suficientes que permiten sostener con probabilidad que el imputado es
autor o partícipe del hecho punible y la existencia de uno o varios de los riesgos procesales de
fuga o de obstaculización, que justifiquen la necesidad de aplicar la detención preventiva y no
otra medida cautelar.
POR TANTO
2º Disponer la nulidad del Auto de Vista de 10 de enero de 2012, pronunciado por las Vocales
demandadas, debiendo pronunciar nueva resolución conforme a los entendimientos asumidos en
esta Sentencia.
En revisión la Resolución 02/2012 de 7 de febrero, cursante de fs. 95 vta a 102 vta., pronunciada,
dentro de la acción de libertad, interpuesta por Ciriaco Guarayo Gabriel contra Olvis Egüez
Oliva, Fiscal de Materia de la localidad de La Guardia.
Por memorial presentado el 6 de febrero de 2012, cursante de fs. 14 a 17 vta., el accionante, expone
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Mediante contrato de compra venta suscrito el 31 de enero de 2012, adquirió un bien inmueble
rústico ubicado en el Cantón “El Carmen” y/o 16 de Julio, kilómetro 9-Doble Vía a La Guardia,
zona Sur Oeste, con una superficie de 8000. 00 m2, inscrito en Derechos Reales (DDRR) bajo la
matrícula computarizada Nº 7011060102784 de 7 de abril de 2011. El 2 de febrero de ese año, a
horas 08:00 a.m., juntamente con Ana Gloria Villa Mancilla, vendedora, se constituyeron en el
inmueble para que le hiciera entrega física de la posesión quieta y pacífica; inmediatamente
procedió a limpiar la maleza e inició la construcción de una habitación precaria para su vivienda y
una barda para evitar que terceras personas ingresen al inmueble. Empero, al promediar las 12:00
del mismo día, se presentó Daniel Alfonso Vidal Rosado y su hijo Ronny Vidal, supuestamente a
nombre de Mary Miranda de Rosado, presunta propietaria del mismo inmueble; producida una
discusión los condujeron a la Comisaría Policial del km. 9 de la Doble Vía a La Guardia-Barrio El
Carmen, no habiendo Ronny Vidal, acreditado derecho propietario alguno, agredió físicamente a
Ariel Camacho, acompañante de Ana Gloria Villa Mancilla.
Refiere que el 26 de enero de 2012, Ana Gloria Villa Mancilla, realizó una denuncia por
avasallamiento, asociación delictuosa y otros, contra Mario Vedia, Agustín Cancaviri, Inés
Murillo, Greta Vda. de Palacios, Eulogia Cuéllar, Manrique Fajardo Ilarion, Román Ayala y otros,
cuyo inicio de investigación penal se realizó el 27 de ese mes y año ante la Jueza de Instrucción en
lo Penal de la localidad de La Guardia; denuncia ratificada el 3 de febrero del mismo año. No
obstante, el 3 de febrero de igual año, Danny David Herbas Fernández, comprador de un lote de
terreno de los esposos Daniel Alfonso Vidal Rosado y Mary Miranda de Vidal, formalizó denuncia
contra su persona por el delito de allanamiento y asociación delictuosa ante la Fuerza Especial de
Lucha Contra el Crimen (FELCC) de esa localidad, aduciendo que juntamente a otros
“malvivientes” tomaron posesión de manera violenta de su inmueble rústico y agredieron
físicamente a sus hijos.
Agrega, que pese a encontrarse ambas investigaciones bajo conocimiento del fiscal demandado, el
3 de febrero de 2012, requirió al Comandante Departamental de Policía, asigne un contingente
policial para su aprehensión por flagrancia, dentro de la investigación iniciada a denuncia de
Danny David Herbas Fernández; mandamiento del que tomó conocimiento a través de sus vecinos
el 5 de ese mes y año. Constituyendo ello una persecución ilegal, dado que el 6 de igual mes y año,
a horas 09:00, un policía se constituyó en su lote de terreno a citarlo para que se presente en la
FELCC a prestar su declaración informativa.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 7 de febrero de 2012, en presencia del accionante asistido por su
abogado y el fiscal demandado, según consta en el acta cursante de fs. 93 a 95 vta., se produjeron
los siguientes actuados:
Olvis Egüez Oliva, fiscal de materia demandado, no presentó informe escrito y en la audiencia,
manifestó: i) En el requerimiento de 3 de febrero de 2012, solicitó colaboración a la Comandante
Departamental de Policía, para hacer efectiva una aprehensión, por tratarse de un delito
permanente y estar latente la flagrancia, por encontrarse el accionante en el interior del inmueble;
ii) Con relación a la flagrancia, la SC 1845/2004-R, precisó que debe existir la inmediatividad y la
evidencia física; en el caso concreto, al emitir el requerimiento fiscal, se observó la cuasi
flagrancia, dado que inmediatamente después de consumado el hecho delictivo, mientras sigue la
persecución se aprehende al supuesto autor y la evidencia física es sustituida por la simultaneidad y
razonabilidad; iii) Con la finalidad de dar cumplimiento al art. 227 inc. 1 y lo establecido por el art.
230 del CPP, teniendo conocimiento de un hecho flagrante y la amenaza latente contra la
integridad física y la vida de los propietarios, con la finalidad de evitar mayores hechos delictivos,
se emitió el oficio a la Comandante Departamental de Policía; iv) En base a los antecedentes de la
investigación, en el informe se indicó que el 1 de febrero del citado año, un grupo de personas no
identificadas que manejaban a dos docenas de malvivientes, cortando alambres de forma violenta
ingresó al predio ubicado en el Kilómetro 9 de la Doble Vía La Guardia, ingresando por la Av.
Gualberto Villarroel al inmueble que se encuentra en la UV. 210, de propiedad de los esposos
Daniel Alfonso Vidal Rosado y Mary Miranda de Vidal introduciendo material de construcción y
ladrillos; v) En cumplimiento a lo establecido por la SC 1855/2004 y los arts. 230 y 277 inc. 1) del
CPP, solicitó cooperación a la Comandante Departamental de Policía, para que intervengan y
evidencien la existencia o no de un hecho flagrante; vi) Previo a presentar la acción de libertad, el
accionante debió cumplir cierto requisitos de subsidiariedad excepcional conforme lo estableció la
SC 160/2005 de 23 de febrero, relativa a que el Juez encargado del control jurisdiccional es el
encargado del resguardo de los derechos vulnerados durante la investigación, razonamiento
reiterado por las SSCC 0008/2010-R y 0067/2010-R; vii) Los arts. 167 y 169 inc. 3) del CPP,
prevén la interposición del incidente de nulidad por defectos absolutos cuando se advierta la
vulneración de un derechos o garantías constitucionales; viii) El accionante dio por vulnerado su
derecho a la libertad de locomoción, sin que previamente se le hubiere privado del mismo; al
respecto la SC 451/2010-R de 28 de junio, refiere que la protección de la acción de libertad no se
activa cuando hubiere cesado la restricción; por cuanto, corresponde denegar la tutela solicitada;
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ix) La SC 1949/2011-R, citada por el accionante, se refiere a otro supuesto fáctico; y, x) Solicitó se
deniegue la tutela invocada, por carecer de fundamentos legales.
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, el Juez Octavo de Sentencia del Tribunal Departamental de Santa Cruz,
constituido en Juez de garantías, pronunció la Resolución 02/12 de 7 de febrero de 2012, cursante
de fs. 95 vta; a 102 vta., denegó la tutela solicitada, con los siguientes fundamentos: a) La acción
de libertad se constituye en el medio idóneo, eficaz e inmediato para restablecer los derechos
vulnerados, con la finalidad de restituir las formalidades legales, el derecho a la libertad y el cese
de la persecución o procesamiento ilegal o indebido; b) La SC 0080/2010-R, estableció subreglas
de subsidiariedad excepcional en materia penal por las que no es posible ingresar al análisis de
fondo de la problemática y circunstancias en las cuales es posible prescindir de dichos
presupuestos; c) Respecto del procesamiento indebido la SC 0895/2010-R de 10 de agosto,
estableció que la protección que brinda esta acción no abarca todas las formas en que el debido
proceso puede ser infringido, sino sólo los supuestos en los que está directamente vinculado con la
libertad o exista absoluto estado de indefensión; d) El accionante debió acudir ante el Juez
contralor de garantías constitucionales, denunciando las presuntas lesiones a sus derechos; al no
hacerlo, resulta aplicable el primer supuesto de subsidiariedad excepcional; e) Es necesario
remarcar que la primera condición que debe concurrir para activar esta acción, es que el acto lesivo
o las amenazas de la autoridad pública denunciados, deben estar vinculados con la libertad por
operar como causa directa para su restricción o supresión; f) De los datos del expediente se
evidencia que los actos relatados tienen relación con la restricción a la libertad, por concurrir el
primer requisito establecido por la jurisprudencia; por cuanto, no es posible que el fiscal requiera y
base su fundamento de aprehensión en flagrancia contra el accionante, aspecto que denota
procesamiento indebido, puesto que sólo la policía o una persona particular podrá aprehender a
otra sorprendida en la comisión de un delito en flagrancia según establecen los arts. 227 y 230 del
CPP y el art. 25 de la CPE; g) No existe absoluto estado de indefensión, debido a que el
accionante, indicó que interpuso denuncia ante la FELCC de La Guardia y que tiene conocimiento
de los actuados del proceso seguido en su contra; y, h) El problema planteado no se encuentra
dentro de las previsiones y alcances de la acción de libertad.
II. CONCLUSIONES
Realizada la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. El 27 de enero de 2012, el fiscal demandado, dio aviso de inicio de investigación ante la Jueza
Mixto de Instrucción de La Guardia, informando que el 26 de ese mes y año, Ana Gloria Villa
Mancilla denunció la presunta comisión de los delitos de allanamiento de domicilio, asociación
delictuosa y otros contra Mario Vedia, Agustín Cancaviri, Inés Murillo, Greta Vda. De Palacios,
Eulogia Cuellar, Manrique Fajardo Ilarion, Román Ayala y otros (fs. 78).
II.3. Dentro de la investigación instaurada; a denuncia de Danny David Herbas Fernández contra
Ciriaco Guarayo Gabriel y otros, por la presunta comisión de los delitos de allanamiento de
domicilio y asociación delictuosa, el 3 de febrero de 2012, al amparo de los arts. 137 y 218 del
CPP y 16 de la Ley 2175 “Ley Orgánica del Ministerio Público” (LOMP), el fiscal demandado
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El accionante denuncia encontrarse ilegalmente perseguido por orden del fiscal de materia de la
localidad de La Guardia, quien pese a conocer de la apertura de dos investigaciones por los delitos
de allanamiento de domicilio y asociación delictuosa sobre el mismo inmueble, el primero a
denuncia de su vendedora y el segundo instaurado en su contra y no habiéndolo citado
previamente, emitió mandamiento de aprehensión en su contra, refiriendo la existencia de un hecho
flagrante, medida que encomendó al Comando Departamental de Policía. Por consiguiente,
corresponde analizar, en revisión si tales extremos son evidentes y si constituyen actos lesivos a los
derechos a la libertad personal, a la locomoción, a la defensa, a la igualdad, a la presunción de
inocencia y a la “seguridad jurídica”, a efectos de conceder o no la tutela reconocida por la acción
de libertad.
El alcance de este medio de defensa, está en el art. 125 de la norma fundamental, al instituirlo
como medio idóneo, oportuno y eficaz que resguarda la protección de los derechos a la vida y la
libertad, cuando a través de actos ilegales u omisiones indebidas de autoridades públicas o
particulares se coloque en peligro la vida, se restrinja o amenace la libertad. Dada la naturaleza de
los referidos derechos, la finalidad de esta garantía constitucional de carácter jurisdiccional, es
resguardar la vida, restablecer las formalidades legales, el cese de la persecución ilegal o indebida
y la restitución del derecho a la libertad.
La protección que brinda este medio de defensa a diferencia de otras acciones, no se rige por el
principio de subsidiariedad, por ser una garantía idónea, oportuna e inmediata contra los actos
que lesionen el derecho a la libertad -física o de locomoción- a objeto de restablecerlo; sea, a
través de su restitución, el cese de la persecución ilegal o indebida y/o el restablecimiento de las
formalidades legales.
ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través
del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez constitucional en el
control de la investigación” (lo resaltado nos pertenece).
Bajo ese contexto y teniendo presente que la acción de libertad, como medio idóneo, oportuno y
eficaz para restablecer las lesiones al citado derecho, por disposición constitucional no tiene
naturaleza subsidiaria; empero, vía jurisprudencia constitucional, se estableció que ante la
existencia de medios ordinarios idóneos que cumplan la misma finalidad, los mismos deben ser
previamente agotados y sólo ante la persistencia de la lesión se podrá activar la protección que
brinda esta acción. En ese sentido, dada la existencia de una investigación contra el accionante
por la presunta comisión del delito de allanamiento de domicilio y asociación delictuosa, cuyo
aviso de inicio de investigación se realizó ante la Jueza Mixto de Instrucción en lo Penal, el 3 de
febrero de 2012, correspondía que el accionante, acuda ante esa autoridad, como contralora del
respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales de las partes durante la
investigación preliminar o fase preparatoria, para denunciar las presuntas arbitrariedades en que
incurrió el representante del Ministerio Público demandado, a objeto que repare la presunta
lesión a los derechos invocados en la presente acción.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00144-2012-01-AAC
Departamento: La Paz
Al inicio de la gestión escolar 2012, decidió inscribir a su hija A.A., en la Unidad Educativa
Pública de Convenio de la Fuerza Aérea Boliviana “Tcnl. Rafael Pabón Cuevas III” de la ciudad
de El Alto, esto a razón de la proximidad del citado establecimiento escolar a su domicilio, a
cuyo efecto a partir del 2 de enero del mencionado año, realizó largas filas de día y noche,
procurando garantizar una plaza para su hija en el referido centro educativo.
El 25 del mes y año señalados, personal de la mencionada Unidad Educativa, procedió a recoger
los fólderes que contenían toda la documentación exigida a los postulantes, dando así
cumplimiento con una de las etapas del proceso de inscripción, formalidad que derivó en que el
nombre de su hija fuera publicado dos días después, en la “Lista Oficial de Admitidos” (sic),
documento que fue firmado por el Director, Ismael Jonathan Ramírez Condori, llevando el sello
del establecimiento; sin embargo, “extrañamente”, a la media hora de su publicación, la referida
lista fue retirada y luego de dos horas se publicó una segunda lista, en la cual el nombre de su
hija no figuraba, exclusión que fue efectuada sin justificación alguna, además que ésta no se
hallaba firmada por el Director y no contaba con el sello de la Unidad Educativa, consignando
únicamente un otro sello correspondiente a la Junta Escolar.
Preocupada por la situación, acudió los siguientes días al establecimiento, sin que hasta la fecha de
iniciación de las clases se haya materializado la inscripción solicitada, con el grave perjuicio que el
hecho representa para la educación de su hija.
Agrega que, la justificación expresada por las autoridades ahora accionadas se halla relacionada
con el hecho que no existirían los “cupos” suficientes para inscribir a su hija, argumento que no
tiene sustento, por cuanto su persona realizó todas las acciones necesarias, conducentes a lograr
que la inscripción efectivamente se concrete.
Ayda Choque Orellana, alega la lesión del derecho de su hija a la educación y la “garantía de la
igualdad” citando al efecto el art. 17 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Ismael Jonathan Ramírez Condori en audiencia manifestó: 1) Al ser un centro educativo de convenio,
la Unidad Educativa “Tcnl. Rafael Pabón Cuevas III”, cuenta con un Director General de profesión
militar, que en el presente caso autorizó a la Presidenta de la Junta Escolar, ahora demandada, el
recojo de los fólderes que contienen la documentación de los alumnos postulantes, dirigente que llegó
a influir en la elaboración de las listas y en la toma de otras decisiones institucionales, derivando en
definitiva en el hecho que su persona haya sido desautorizada; 2) Evidentemente, existieron manejos
inadecuados de las listas de estudiantes admitidos, por parte de Mónica Castillo y de la Junta Escolar,
hechos anómalos en los cuales aparentemente inclusive hubieron cobros indebidos para viabilizar
inscripciones; y, 3) El centro educativo no cuenta con la infraestructura suficiente para albergar más
alumnado, llegándose inclusive al extremo de que los estudiantes pasen clases de pie, hecho que
impide la aceptación de un cupo mayor de escolares al de 70 alumnos por aula.
I.2.3. Resolución
El Juez Tercero de Partido y de Sentencia de El Alto del Distrito Judicial de La Paz, constituido
en Juez de garantías, pronunció la Resolución 37-A/2012 de 10 de febrero, por la cual concedió
la tutela disponiendo, la inscripción de la alumna A.A. en el nivel inicial de la Unidad Educativa
Rafael Pabón III, puesto que no existe una lista definitiva de alumnos admitidos; invocando a las
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 501
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. El 5 de febrero de 2012, Miguel Ángel Cordero Patón, Presidente del Comité Electoral de
la zona Ferropetrol, emitió certificación respecto a que la familia Guarachi Choque, son
“vecinos residentes” en la referida zona (fs. 4).
II.2. A fs. 7, 9 y 11, cursan declaraciones juradas ante Notario de Fe Pública de Primera Clase
15, de la ciudad de EL Alto, efectuadas por Ysmael Huanca Quenta, Eustaquio Flores Fernández
y Yolanda Arteaga de Céspedes, respecto a que el nombre de la hija de la accionante fue
excluido de la lista inicial de alumnos admitidos, no figurando en la segunda lista publicada
horas después.
II.3. A fs. 33 del expediente se encuentra fotocopia simple de la “Nómina Oficial de Estudiantes
aceptados del Nivel Inicial de la Unidad Educativa 'Tcnl. Av. Rafael Pabón Cueva III Gestión
2012'” (sic), en la cual se halla el nombre de la hija de la demandante en la ubicación signada
con el número 42, a fs. 35 existe una segunda lista en fotocopia simple, en la cuál el nombre de
la hija de la demandante no figura.
El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa, instituye en el art. 128 la
acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los
“actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
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colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley”.
Del contenido del texto constitucional de referencia puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de
protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de
protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías que no se
encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo
orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección, de
privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los
que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o
colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.
En este contexto, el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se encuentra
concebido como una acción que otorga a la persona la facultad de activar la justicia
constitucional en defensa de sus derechos fundamentales y garantías constitucionales, frente a
los actos u omisiones ilegales provenientes de los servidores públicos o particulares.
El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no
incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata,
oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías
fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso
constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del
proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y
diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales y con una causa distinta
a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos
fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales o indebidos y con un régimen jurídico
procesal propio.
Finalmente cabe señalar que dentro de los principios procesales configuradores del amparo
constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el art. 129.I
de la CPE que esta acción: “…se interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso legal
para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados”.
Lo señalado, implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías al constituirse en un mecanismo
constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y
respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no exista otro
medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han restablecido
el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede
analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela.
La Declaración de los Derechos Universales del Hombre proclama que: "Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros".
La Constitución Política del Estado, en cuanto al derecho a la educación en su art. 9.5 dispone
que es fin del Estado: “El garantizar el acceso de las personas a la educación, a la salud y al
trabajo” (negrillas agregadas), y los arts. 13.I de la Norma Fundamental, señala: “Los derechos
reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y
progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos” y el 14.III,
establece: “El Estado garantiza a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna,
el libre y eficaz ejercicio de los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los
tratados internacionales de derechos humanos”.
El art. 13.1 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
recogiendo el art. 26.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, señala que: “Los
Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educación.
Convienen en que la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad
humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las
libertades fundamentales. Convienen asimismo en que la educación debe capacitar a todas las
personas para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión, la
tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos raciales, étnicos o
religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro del mantenimiento de la
paz.”
El art. 12 de la Declaración Americana de Derechos del Hombre establece: “Toda persona tiene
derecho a la educación, la que debe estar inspirada en los principios de libertad, moralidad y
solidaridad humana”.
El art. 29.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, dispone que los Estados parte convienen:
“…en que la educación del niño deberá estar encaminada a: a) Desarrollar la personalidad, las
aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades; b) Inculcar al
niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios
consagrados en la Carta de las Naciones Unidas; c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su
propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive,
del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya; d) Preparar al niño para
asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia,
igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y
personas de origen indígena; y, e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural”.
El art. 5 del Código Niño, Niña y Adolescente (CNNA) señala: “Los niños, niñas o
adolescentes, como sujetos de derecho, gozan de todos los derechos fundamentales y garantías
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 505
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constitucionales inherentes a toda persona, sin perjuicio de la protección integral que instituye
este Código.
Además, es obligación del Estado asegurarles por Ley o por otros medios, todas las
oportunidades y facilidades tanto a mujeres como a varones, con el fin de garantizarles su
desarrollo integral en condiciones de igualdad y equidad”.
Por su parte, el art. 112 del CNNA: “El niño, niña y adolescente tienen derecho a una educación
que les permita el desarrollo integral de su persona, les prepare para el ejercicio de la ciudadanía
y cualifique para el trabajo, asegurándoles:
El derecho a la educación otorga a todo ser humano el acceso a un sistema educativo en todos
los niveles garantizando su formación como un alto fin del Estado. Este derecho se encuentra
íntimamente ligado con otros derechos fundamentales como el de igualdad, de libertad de
pensamiento, a participar en la toma de decisiones. El derecho a la educación no admite
distinciones de ninguna naturaleza menos aún limitante alguna, por tanto el Estado tiene la
obligación de asumir políticas efectivas que garanticen el acceso irrestricto de todos los
miembros de la comunidad a una formación constante y permanente.
En conclusión, el derecho a la educación, exige de los poderes públicos acciones reales que
garanticen en todos los casos su efectivo disfrute. El derecho a la educación es un derecho in
crecendo en su ejercicio, en la medida en que se accede a una mayor extensión formativa en los
distintos niveles del proceso de aprendizaje y formación, para lograr una digna subsistencia,
mejorando el nivel de vida y siendo útil a la sociedad, fines éstos encaminados al “vivir bien”.
III.4. La firmeza de los actos administrativos a la luz de la Constitución Política del Estado
En ese sentido el art. 13.I de la CPE, señala: “Los derechos reconocidos por esta Constitución
son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el
deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos”.
voluntad sobre los derechos, libertades o intereses de otros sujetos públicos o privados, bajo el
control de la jurisdicción contencioso-administrativa". Zanobini lo define como:"Toda
declaración de voluntad, de juicio, de conocimiento o de deseo realizada por una Administración
en el ejercicio de una potestad administrativa".
Los actos administrativos, son considerados favorables cuando amplían la esfera jurídica de los
ciudadanos, asistiendo a éste, otorgándole un derecho, una facultad o liberándole de una carga,
más aún si éstos son singulares y se dirigen a un administrado en concreto. Se presumen válidos
mientras no se demuestre lo contrario por autoridad competente (declaratoria de nulidad).
Según Acosta Romero, dentro de los medios anormales de extinción del acto administrativo se
halla la revocación, que es un instrumento legal del órgano administrativo para dejar sin efecto
en forma parcial o total un acto administrativo por razones técnicas, de interés público, o de
legalidad; sin embargo, ésta revocación de un acto administrativo que ya ha surtido efectos
favorables para un administrado, no puede ser revocado de oficio.
El art. 51 del Decreto Supremo (DS) 27113 de 23 de julio de 2003, Reglamento a la Ley de
Procedimiento Administrativo, dispone sobre la estabilidad e impugnación del acto
administrativo, expresando taxativamente lo siguiente:
“I. El acto administrativo individual que otorga o reconoce un derecho al administrado, una vez
notificado, no podrá ser revocado en sede administrativa, salvo que:
El art. 59.II del citado cuerpo legal, dispone que: “No procede la revocación de oficio de los
actos administrativos estables que adquieran esta calidad de conformidad a lo establecido en el
presente Reglamento. La contravención de esta restricción obligará a la autoridad emisora del
acto ilegal o a la superior jerárquica a revocarlo”.
La única condición para que el acto administrativo no pueda ser revocado es su notificación al
administrado, entendido este paso procedimental como el modo de comunicar, personal o
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Ahora bien, es imperante señalar también, que un acto administrativo, puede ser anulado
de acuerdo a las causales establecidas taxativamente en el art. 35 de la Ley de
Procedimiento Administrativo, en ese contexto, interpretando teleológica y sistémicamente
el parágrafo II de esta disposición, se tiene que la nulidad de actos administrativos es
procedente a través de los recursos administrativos disciplinados en la propia LPA,
empero, para el supuesto en el cual, la propia administración pública, pretenda anular un
acto administrativo estable en virtud del cual se generaron efectos jurídicos a favor del
administrado, ésta no puede alegar la nulidad de “oficio”, sino debe acudir al control
jurisdiccional ulterior de los actos administrativos, a través del proceso contencioso
administrativo”.
De todo lo expuesto anteriormente, se puede concluir que los actos administrativos, emitidos por
cualquier autoridad pública, incluidos aquellos que fueran pronunciados por directores de
centros educativos que generen beneficios o concedan derechos a favor de los administrados, no
pueden ser revocados por la mera voluntad de los eventuales detentadores de la “autoridad
pública”.
administrativos o cualquier otra vía idónea al efecto, o que la protección concedida podría
resultar ineficaz por tardía, por lo mismo, en caso de presentarse cualquiera de esas
circunstancias, quien recurre de amparo no debe limitarse sólo a invocarlas, sino debe
demostrarlas y probarlas para que la excepción proceda a su favor”.
Hecha la valoración de antecedentes y considerando que el art. 128 de la CPE, dispone que la
acción de amparo constitucional ha sido instituida como una acción tutelar de defensa contra
actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la misma Constitución Política del Estado y la ley, se concluye lo siguiente:
En el presente caso, la gestión escolar 2012 se hallaba en curso, sin que la situación respecto a la
inscripción de la hija de la accionante, se hubiese resuelto, o peor aún, en los hechos, la menor
fue eliminada de los listados definitivos de alumnos admitidos en el citado centro educacional,
hecho que indudablemente trae consigo una situación de incertidumbre, que resulta inadmisible,
motivo también más que suficiente para no exigir en el presente caso, el agotamiento de la fase
previa de impugnación en sede administrativa, en razón a que el menoscabo en la formación de
A.A. evidentemente podría tener efectos negativos en su enseñanza.
Este manejo discrecional e informal de las listas de alumnos admitidos, por parte de Ismael
Jonathan Ramírez Condori y Mónica Castillo, Director y Presidenta de la Junta Escolar ambos
de la Unidad Educativa “Tcnl. Rafael Pabón Cuevas III”, en los hechos derivó en un daño
evidente a la menor A.A., amenazando y restringiendo su derecho a la educación, perjuicio
demostrable por el sólo hecho de su no aceptación en el referido centro educativo, vulnerándose
de esta manera el art. 112.1 y 6 del CNNA.
este Tribunal encuentra violación del derecho a la igualdad, por cuanto, la menor no ha recibido
atención igual que sus pares, recibiendo más bien trato discriminatorio y excluyente al momento
de su eliminación sin justificación alguna de las listas de alumnos admitidos en el ya citado
centro educativo, para la gestión 2012.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00146-2012-01-AAC
Departamento: Cochabamba
El 27 de noviembre de 2011, aproximadamente a horas 9:00, su domicilio fue invadido por los
demandados, quienes en su condición de miembros de la directiva de la OTB “Irquircollo Norte
Central”, acompañados por un grupo de casi doscientas personas, invadieron su vivienda en
forma arbitraria, agrediendo físicamente a su madre, sin considerar que es una persona de la
tercera edad y padece de diabetes, ésta fue empujada cayendo al suelo, posteriormente
procedieron a sacar el medidor de agua que su familia adquirió con sus propios recursos, con el
pretexto de tener una deuda de más de cuatro meses por el consumo de agua potable y a pesar
que en ese momento su madre exhibió las facturas que demostraban estar al día en el pago del
servicio, mantuvieron su determinación de retirar el medidor, conminándole para que lo instale
fuera del domicilio y aunque solicitó que le dieran el plazo de dos días, el Presidente de la OTB
negó su pedido y como respuesta al reclamo que efectuó su esposo por haber ingresado en forma
arbitraria a su casa, fueron objeto de insultos que mellan la dignidad de toda su familia; además
tampoco respetaron a la autoridad policial, que fue objeto de maltrato.
No conformes con ese atropello, la desacreditaron mediante los medios de comunicación por
cuanto trabaja en la Brigada de Protección a la Familia; posteriormente, el 28 de noviembre de
2011, se querelló contra la Mesa Directiva de la OTB, por allanamiento de domicilio y
amenazas, quienes enterados de la denuncia formulada, en horas de la mañana del 4 de
diciembre del señalado año, procedieron en su ausencia, al corte de suministro de agua potable
retirando la cañería de conexión que da a la calle, además de realizar “grafittis” en el frontis de
su domicilio con dibujos obscenos y palabras soeces, dejándoles sin el líquido elemento por más
de dos meses, sin considerar la edad ni la salud de sus padres, ni de sus hijos menores.
Denuncia la lesión de su derecho al agua, citando al efecto los arts. 16.I, 373 y 374 de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 16 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante a fs.
109 y vta., se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. A través de los recibos emitidos el 6 de octubre de 2011 por la OTB “Iquircollo Norte
Central”, se establece la cancelación efectuada por la accionante por concepto de consumo de
agua potable, de los meses de junio, julio, agosto y septiembre de 2011(fs. 31).
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 512
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.4. Mediante certificación de 22 de diciembre de 2011, emitida por el Jefe del Departamento
Técnico de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Quillacollo (EMAPAQ),
se evidencia que existe una administración vecinal de agua potable y que el domicilio de la
accionante no cuenta con el mencionado servicio (fs. 27).
La accionante denuncia que los demandados vulneraron el derecho al agua, por cuanto después
de haber allanado su domicilio hecho que motivó la presentación de una querella en su contra,
en horas de la mañana del 4 de diciembre de 2011; procedieron en su ausencia, al corte de
suministro de agua potable, retirando la cañería de conexión que da a la calle, dejándoles sin el
líquido elemento por más de dos meses, sin considerar la edad ni la salud de sus padres, ni de
sus hijos menores. Corresponde dilucidar en revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de
conceder o denegar la tutela impetrada.
Con relación al derecho al agua, instituido por el art. 16.I de la CPE y reconocido como un
derecho fundamentalísimo para la vida por el art. 373.I de la Norma Fundamental y el rol que
corresponde al Estado en su protección y promoción prioritaria, la jurisprudencia constitucional
a través de la SC 0559/2010-R de 12 de julio, ha establecido que: “De los preceptos
constitucionales transcritos líneas supra, se puede concluir que no sólo se instituyó el derecho
al agua en la Constitución vigente, sino que la voluntad del constituyente fue más allá del
simple reconocimiento, pues se instituyó acciones positivas a cumplir por parte del Estado a los
fines de garantizar el acceso universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable por
constituirse el derecho al acceso al agua como un derecho humano. No es menos cierto además,
que la Constitución vigente, considera al derecho al agua como un derecho fundamentalísimo
para la vida en el marco de la soberanía del pueblo; de ello se puede deducir que la propia Ley
Fundamental vincula al derecho al agua con el derecho a la vida, instituyendo por lo tanto una
estricta conexitud entre el líquido elemento y la vida misma puesto que por disposición del ya
citado art. 374.I de la CPE, el Estado debe ineludiblemente proteger y garantizar el uso
prioritario del agua para la vida.
Del entendimiento arribado por la Corte Constitucional de Colombia, se puede deducir que el
derecho al agua está también íntimamente vinculado y relacionado con el derecho a la salud,
por lo que se constituye en un derecho básico y elemental que debe ser garantizado por el
Estado a efectos de lograr aquel fin máximo cual es, el vivir bien'”.
La acción de amparo constitucional, conforme lo previsto en los arts. 128 y 129.I de la CPE,
tendrá lugar: “…contra los actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o
de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman, o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley” y “…siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados"; disposiciones que expresamente establecen que las supuestas lesiones a los
derechos fundamentales y garantías constitucionales deben ser reparadas en la jurisdicción
ordinaria, y sólo en defecto de ésta, de ser evidente la lesión al derecho invocado e irreparable el
daño emergente de la acción u omisión o de la amenaza de restricción de los derechos, se
otorgue la jurisdicción constitucional.
De la revisión de obrados, se constata que el hecho denunciado fue ejecutado por los
demandados, sin un proceso previo y sin causal legal que justifique esa medida de hecho, que
según el propio informe que aquéllos presentaron, el corte de agua fue ejecutado de manera
violenta después de verificar el mal uso que se hacía del medidor de agua y por no haber
cumplido los propietarios con su traslado a la calle; Resolución que fue adoptada en una
asamblea de socios el 4 de diciembre del mismo año, donde se emitió un Voto Resolutivo,
disponiéndose el corte de agua hasta que cumpla con la instalación del medidor en la calle.
En virtud de lo expresado nos encontramos ante una medida de hecho cometida por particulares,
susceptible de ser tutelada mediante la acción de amparo constitucional de manera directa e
inmediata, prescindiendo inclusive de su carácter subsidiario, ante un acto que resulta ilegítimo
por no tener respaldo legal alguno; y además por el daño ocasionado y la gravedad del mismos,
ameritando la situación planteada la concesión que brinda el amparo constitucional, habiéndose
constatado la vulneración del derecho fundamental al agua, vinculado con los derechos a la vida,
a la salud y la dignidad humana.
Es importante señalar que el principio de subsidiariedad cae por su propio peso ante la
vulneración del derecho a la vida, dignidad y abuso de autoridad (así la mencionada SC
0832/2005-R).
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00002-2012-01-AAC
Departamento: Potosí
Refiere el accionante haber cumplido con todos los requisitos de admisión exigidos por los arts.
9 del Estatuto de la Cooperativa, concordante con el 66 de la Ley General de Sociedades
Cooperativas (LGSC), por lo que señala adquirió la calidad de socio de COTAP Ltda., razón por
la cual, en uso de los derechos que le asisten, el 18 de noviembre de 2011, fue elegido por la
magna asamblea de socios como precandidato a los Consejos de Administración y Vigilancia;
de la misma forma, precisa que en la misma asamblea, también fue designado el Comité
Electoral para llevar adelante el citado proceso eleccionario, instancia compuesta por los ahora
demandados.
Indica que, cinco de los candidatos presentaron una nota al Comité Electoral, arguyendo el
incumplimiento de lo establecido en el art. 49 inc. a) del Estatuto Orgánico de la citada
Cooperativa, disposición que señala como requisitos de habilitación para la candidatura, “Ser
socio de la Cooperativa con un mínimo de tres años de antigüedad y haber pagado la totalidad
del valor del certificado de aportación”; sin embargo, denuncia el accionante que a pesar de
haberse emitido el informe legal de 12 de diciembre de 2011, el Comité Electoral, sin
fundamento legal alguno emitió la Resolución 001/2011, disponiendo en su parte resolutiva
“Inhabilitar del proceso Eleccionario al socio Milton Valentín Valenzuela Raya (…) por no
cumplir con la antigüedad de tres años, hasta el día de la nominación de los candidatos (as)
realizado en Asamblea General de 18 de noviembre de 2011” (sic).
Manifiesta que, de acuerdo al referido art. 49 inc. a), para ser elegido miembro del Consejo de
Administración se requiere un mínimo de tres años de antigüedad, concluyendo que, en su caso,
su persona ha cumplido con este plazo el 19 de diciembre de 2011, máxime cuando la elección
se encontraba programada para el día sábado 21 de enero de 2012.
De acuerdo a lo señalado, precisa además el accionante que “del concepto de ciudadanía emerge
el derecho al sufragio que en realidad es un derecho político reconocido como derecho humano
en forma universal y comprende las dos calidades ya sea como elector o como elegible en un
proceso eleccionario (…) que por su propia naturaleza, de ninguna manera puede ser restringido
sino en casos especiales, fundamentalmente cuando se han restringido sino en casos especiales
fundamentalmente cuando se han restringido algunos de los derechos políticos que impidan la
participación o intervención del ciudadano 'sancionado' conforme a la normativa aplicable a
cada caso particular, lo que de ninguna manera ha sucedido en el caso presente” (sic).
Finalmente señala el peticionante de tutela que el acto ilegal antes señalado, vulnera también su
derecho constitucional a la petición.
El accionante en mérito a los aspectos desarrollados supra, denuncia la lesión de sus derechos al
sufragio y a la petición, citando al efecto el art. 26.1 y 2 de la CPE.
I.1.3. Petitorio
Los terceros interesados, Narda Maldonado Barrancos, Carlos Dávila Díaz, Juan Miguel
Sanabria Solís, Isabel Valda Salguero y Jorge Bruno Arequipa López, no hicieron uso de la
palabra durante el desarrollo de la audiencia.
I.2.5. Resolución
La Sala Civil, Comercial y Familiar del Tribunal Departamental de Justicia de Potosí, pronunció
la Resolución 01/2012 de 6 de enero, cursante de fs. 32 a 34 vta., por la cual concedió la tutela
solamente en cuanto al derecho al sufragio, ordenando la habilitación del accionante como
candidato en las elecciones a celebrarse en COTAP Ltda.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Se establece que, Milton Valentín Valenzuela Raya, es titular de una acción en COTAP
Ltda., tal como lo evidencia la copia legalizada del kardex de Control de Guía Telefónica (fs. 4).
II.6. A través de la nota C.E. 054/2011 de 20 de diciembre, el Comité Electoral, hace conocer al
ahora accionante, la decisión de ratificación de la Resolución impugnada. Se evidencia además
que dicha nota fue recepcionada por el peticionante de tutela el 21 de diciembre de 2011 (fs. 10).
En este estado de cosas, corresponde ahora precisar con claridad el objeto y la causa de la
petición de tutela; en ese orden, se tiene que el objeto de la presente acción de amparo
constitucional, es la petición de tutela constitucional para el resguardo de los derechos al
sufragio y a la petición denunciados como vulnerados por el accionante; asimismo, la causa, es
decir, el acto denunciado como lesivo, es la Resolución 001/2011 de 15 de diciembre, suscrita
por los miembros del Comité Electoral, decisión que inhabilita al accionante del proceso de
elección de miembros al Consejo de Administración y Vigilancia, por no cumplir con la
antigüedad de tres años exigida por la normativa interna. Así, este acto es considerado ilegal por
el peticionante de tutela, porque considerando que la elección se encontraba programada para el
día sábado 21 de enero de 2012; en su caso, el 19 de diciembre de 2011, se hubiera cumplido
con los tres años exigidos por la normativa.
Ahora bien, en mérito al objeto y causa de la presente acción de tutela, con la finalidad de
desarrollar una coherente argumentación jurídico-constitucional, este fallo se estructurará en dos
partes, la primera referente a la denuncia de vulneración del derecho al sufragio, en la cual se
desarrollarán dos problemas jurídicos esenciales: la eficacia horizontal de los derechos
fundamentales y el principio de razonabilidad; y, la segunda parte, analizará aspectos relativos a
la denuncia de afectación del derecho de petición.
Considerando que uno de los derechos denunciados como vulnerados por el accionante es el
derecho al sufragio, el cual tiene una naturaleza de derecho político tradicionalmente exigible
solamente al poder público, en el marco del constitucionalismo contemporáneo y en particular
del régimen constitucional imperante en el Estado Plurinacional de Bolivia, para efectos de
analizar el caso concreto, con carácter previo, deberá desarrollarse la dogmatica y concepción de
la eficacia horizontal de los derechos fundamentales, tarea que será desarrollada infra.
En principio, no podría desarrollarse una coherente argumentación jurídica sin analizar con
carácter previo y en contextos comparados y por supuesto en el ámbito interno, la evolución del
constitucionalismo, su incidencia en el modelo de Estado y en la eficacia de los derechos
fundamentales.
Ahora bien, desde una perspectiva sociológica, la realidad evidencia sociedades contemporáneas
heterogéneas y plurales, las cuales no pueden ser reducidas a un mismo orden conceptual,
formulaciones abstractas o concepciones verticales de derechos; en ese entendido, los nuevos
paradigmas del modelo de Estado Contemporáneo, basan su estructura en pilares axiomáticos
esenciales como ser la justicia e igualdad, aspectos a partir de los cuales, los otrora pilares del
Estado, tienen una connotación diferente, ya que en este contexto, por ejemplo la autonomía de
la voluntad o las esferas privadas de actuación, encuentran un límite en el respeto a los derechos
fundamentales, por eso, bajo estos nuevos postulados, puede sustentarse una eficacia no sólo
vertical sino también horizontal de los derechos fundamentales.
Para Pedro Vega García, a través de la teoría del Drittwirkung, se pretende abrir una vía
razonable para poder asentar el constitucionalismo de la igualdad, otorgando una traducción
efectiva al sistema de derechos reconocidos constitucionalmente en el Estado Social, y que
conforme a la arquitectura jurídica del Estado Liberal de Derecho resultan inoperantes. Por lo
expuesto, a partir de esta visión, se tiene que los derechos fundamentales, informan de contenido
no solamente la esfera pública, sino también todos los actos, cláusulas y contenidos de ámbitos
privados o corporativos, en cualquiera de sus formas o constitución jurídica, por lo tanto, en esta
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 520
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
En base a los criterios expuestos, cabe señalar que la doctrina antes citada, fue recogida también
por la Corte Constitucional Italiana, en particular en las Sentencias de 9 de julio de 1970 y 26 de
junio de 1979; de la misma forma, el Tribunal Constitucional Español, en su Sentencia 177/1988
de 10 de octubre, asumió la teoría alemana del Drittwirkung y de manera expresa, señaló lo
siguiente: “Ciertamente, el artículo 53.1 del Texto constitucional tan sólo establece de manera
expresa que los derechos fundamentales vinculan a los poderes públicos, pero ello no implica
una exclusión absoluta de otros posibles destinatarios, dado que, como señala la STC 18/1984
'en un Estado social de Derecho no puede sostenerse con carácter general que el titular de tales
derechos no lo sea en la vida social'” (el resaltado es nuestro).
Cabe destacar además, que el Tribunal Constitucional Español, desarrolló la dimensión objetiva
y subjetiva de los derechos fundamentales, expresando que las libertades y derechos
fundamentales actúan como límites materiales que la dignidad humana impone al poder público
y a la colectividad en general, razón por la cual, los actos, negocios o no, con repercusión para
terceros, no podrían desconocer nunca su contenido esencial, así lo establece entre otras las
SSTC 25/1981 de 14 de julio y 101/1983 de 18 de noviembre y 18/1984 de 7 de febrero.
Asimismo, en un contexto latinoamericano, esta concepción fue adoptada también por la
República de Argentina; en ese orden, su más alto Tribunal de Justicia, en el marco del sistema
difuso de control de constitucionalidad asumido por este país, en los casos Siri y Kot, consagró
también la eficacia horizontal de los derechos fundamentales.
Ahora bien, corresponde señalar que la validez real y material de la irradiación de los
derechos fundamentales y de los valores justicia e igualdad en la vida social, es decir, en
actos públicos y privados, está garantizada por el principio de razonabilidad, el cual a su
vez constituye un presupuesto esencial para el ejercicio del control de constitucionalidad.
En el orden de ideas expresado, debe señalarse que todos estos valores, inequívocamente
forman parte del contenido esencial de todos los derechos fundamentales; por tanto, será el
control de constitucionalidad a través del amparo constitucional y a la luz del principio de
razonabilidad, el encargado de la eficacia horizontal y vertical de los derechos y por ende
de la materialización del denominado fenómeno de irradiación antes explicado.
En el marco de lo señalado, cabe precisar que los valores de justicia e igualdad como estándar
axiomático y presupuesto para el ejercicio del control tutelar de constitucionalidad
destinado a asegurar la eficacia horizontal y vertical de los derechos fundamentales, tienen
génesis directa en el valor supremo del Estado, que es el “vivir bien”, valor inserto en el
preámbulo de la Constitución Política del Estado, a partir del cual deben ser entendidos los
valores ético-morales de la sociedad plural, plasmados en los dos parágrafos del art. 8 de la CPE.
El art. 410.II de la CPE, asume la teoría del bloque de constitucionalidad y consagra el principio
de supremacía constitucional, señalando que: “…El bloque de constitucionalidad está integrado
por los Tratados y Convenios Internacionales en materia de Derechos Humanos y las normas de
Derecho Comunitario, ratificados por el país…”.
En una interpretación a la luz del principio de “unidad constitucional”, considerando que tal
como ya se dijo, la Constitución Política del Estado se caracteriza por ser axiomática y
dogmático-garantista, para que se materialice el fenómeno de constitucionalización e irradiación
del orden constitucional en todos los actos públicos y privados de la vida social, debe señalarse
con precisión que el bloque de constitucionalidad que plasmará el orden constitucional
imperante y que se encontrará amparado por el principio de supremacía constitucional, estará
compuesto por los siguientes compartimentos: 1) La Constitución Política del Estado como texto
positivizado; 2) Los Tratados Internacionales referentes a Derechos Humanos; 3) Las normas de
derecho comunitarias; y, 4) Los principios y valores supremos. Compartimentos que deberán
irradiar de contenido a todos los actos tanto públicos como privados de la vida social.
En ese orden, a la luz de la teoría de los Derechos Humanos, este derecho está comprendido en
los llamados “Derechos Políticos”, por cuanto el art. 25 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, señala: “Todos los ciudadanos gozarán (…) de los siguientes derechos y
oportunidades: (…) b) Votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por
sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de
los electores”. Asimismo, el art. 23 en su numeral 1 inciso b) de la Convención Americana de
Derechos Humanos señala: “Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y
oportunidades: b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por
sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de
los electores”. De la misma forma, el art. 26.II de la CPE, en su numeral segundo, reconoce el
derecho al sufragio.
Precisamente los elementos señalados que forman parte del contenido esencial del derecho al
sufragio, caracterizan al Estado Constitucional y están directamente ligados con la vigencia de la
Cláusula Democrática.
Por lo expuesto y en estricta coherencia con el objeto y causa de la presente petición de tutela, es
pertinente “defragmentar” dos elementos del contenido esencial del derecho al sufragio, es decir,
el derecho al sufragio pasivo y los valores de justicia e igualdad.
En ese contexto, debe señalarse que el derecho al sufragio pasivo, es un derecho individual cuyo
elemento esencial es la “condición de elegibilidad” que asegurará el respeto a la voluntad
electora para su representación indirecta.
Por lo expresado, de acuerdo a la teoría del contenido esencial de los derechos fundamentales,
en virtud de la cual los alcances de los elementos que configuran el núcleo duro de estos
derechos no puede ser alterado, limitado ni restringido, se colige que establecer el presupuesto
de “elegibilidad”, para no atentar contra los valores de justicia e igualdad y por tanto para
no afectar el principio de razonabilidad, cualquier interpretación de requisitos o
condiciones impuestas para este efecto, debe ser siempre extensiva, favorable y de acuerdo
a los arts. 13.IV y 256 de la Constitución, concordantes con el 29 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, disposiciones del bloque de constitucionalidad que
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 524
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Con la finalidad de asegurar una estricta coherencia con el objeto y causa de la presente solicitud
de tutela, toda vez que el segundo derecho denunciado como vulnerado versa sobre el derecho
de petición, corresponde ahora desarrollar el “contenido esencial” de este derecho, a la luz de la
eficacia horizontal de los derechos fundamentales.
En este sentido, realizando una remembranza jurisprudencial, debe señalarse que el entonces
Tribunal Constitucional, a través de la SC 0820/2006-R de 22 de agosto, generó subreglas para
la tutela del derecho de petición en relación a particulares, disponiendo dos requisitos para la
activación de este mecanismo tutelar: a) La viabilidad de la tutela por vulneración al derecho de
petición cuando se trata de una institución privada encargada de prestar un servicio público a la
comunidad; y, b) Para los supuestos en los cuales la persona jurídica ejerza funciones de
autoridad y en mérito a esta calidad asuma decisiones que puedan vulnerar derechos.
obtención de respuesta formal y pronta. Para el ejercicio de este derecho no se exigirá más
requisito que la identificación del peticionario”.
A partir de esta perspectiva, se tiene que el “contenido esencial” del derecho de petición, para su
oponibilidad horizontal o vertical, estará integrado por los siguientes elementos: 1) La petición
de manera individual o colectiva, verbal o escrita; 2) La obtención de respuesta, sea esta
favorable o desfavorable; 3) La prontitud y oportunidad de la respuesta; y 4) La respuesta en el
fondo de la petición; elementos que ya fueron plasmados en las SSCC 1742/2004-R y
0684/2010-R, entre muchas otras.
Ahora bien, considerando que uno de los elementos del contenido esencial del derecho de
petición es la obtención de respuesta, en el ámbito de la eficacia horizontal del derecho de
petición, debe resaltarse que el fundamento de este elemento, precisamente es la certidumbre,
por tanto, en virtud a un análisis sociológico con relevancia jurídica, inequívocamente este
aspecto en una perspectiva horizontal y vertical, constituye el mecanismo de consolidación de la
tan ansiada paz social, que en el marco del art. 10 de la CPE, es un fin esencial del Estado
Plurinacional de Bolivia.
Una vez desarrollados los problemas jurídicos planteados, corresponde realizar el análisis del
acto denunciado como lesivo a los derechos al sufragio y a la petición del accionante, razón por
la cual, debe efectuarse las siguientes consideraciones:
En primer lugar, debe señalarse que COTAP LTDA., es una persona jurídica sujeta al régimen
organizacional cooperativista, cuyo objetivo es la prestación de un servicio público como es el
de telefonía; en ese orden, se encuentra sujeta a un bloque de legalidad, conformado entre otros
por su Estatuto Orgánico y su Reglamento de Elecciones, aprobados el año 2008 y en noviembre
de 2001, respectivamente.
Ahora bien, es menester señalar que el accionante, afirma que la Resolución 001/2011 de 15 de
diciembre, suscrita por los miembros del Comité Electoral, lo inhabilita del proceso de elección
de miembros al Consejo de Administración y Vigilancia, por no cumplir con la antigüedad de
tres años exigida por la normativa interna. En ese sentido, este acto es calificado como ilegal por
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 526
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
el accionante, porque considerando que la elección se encontraba programada para el día sábado
21 de enero de 2012, en su caso, el 19 de diciembre de 2011, se hubiera cumplido con los tres
años exigidos por la normativa imperante.
En ese contexto, en principio, debe señalarse que el art. 49 inc. a) del Estatuto Orgánico de la
Cooperativa, señala lo siguiente: “Para ser elegido miembro del Consejo de administración se
requiere: a) Ser socio de la Cooperativa con un mínimo de tres años de antigüedad y haber
pagado la totalidad del valor del certificado de aportación”. De la misma manera, se advierte que
el art. 20 inc. a) del Reglamento de Elecciones, desarrolla el mismo tenor literal del art. 49 del
Estatuto Orgánico.
c) Tal como se establece en el Fundamento Jurídico III.1.3, el derecho al sufragio pasivo, que es
parte del contenido esencial del derecho al sufragio, encuentra sentido en el elemento de
“elegibilidad”, que interpretándolo teleológicamente constituye el presupuesto que asegura la
formación de la voluntad cooperativa; en ese marco, a la luz de los principios de justicia e
igualdad, que configuran el elemento de razonabilidad, debe darse una interpretación extensiva y
favorable a los requisitos insertos en los arts. 49 del Estatuto Orgánico y 20 del Reglamento de
Elecciones, por lo que de acuerdo al principio de razonabilidad, los tres años de antigüedad,
deben ser computados hasta el momento de la elección y no con anterioridad, puesto que como
se dijo, la elegibilidad y el acto de elección propiamente tal, es el presupuesto para la formación
de la voluntad cooperativa.
d) De acuerdo al Fundamento Jurídico III.2.3, para no atentar contra los valores de justicia e
igualdad y por tanto no afectar el principio de razonabilidad, cualquier interpretación de
requisitos o condiciones de acceso a la formación de la voluntad cooperativa, debe ser siempre
extensiva, favorable y de acuerdo a los arts. 13.IV y 256 de la CPE, concordantes con el 29 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, disposiciones del bloque de constitucionalidad
que plasman el principio de favorabilidad para la interpretación de derechos fundamentales y
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 527
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
e) De conformidad con el Fundamento Jurídico III.2, el derecho de petición tiene no sólo una
eficacia vertical sino también horizontal; en ese contexto, dentro del contenido esencial de este
derecho, se encuentran los siguientes elementos: i) La petición expresa verbal o escrita ya sea de
manera individual o colectiva; ii) La obtención de respuesta, sea esta favorable o desfavorable;
iii) La oportunidad y prontitud de la respuesta; y, iv) La respuesta en el fondo de la petición. En
el caso de autos, se evidencia que por memorial de 19 de diciembre de 2011, el accionante
impugnó la Resolución 001/2011, solicitando su habilitación como candidato a los comicios
electorales (fs. 11), en mérito a esta petición, por nota C.E. 054/2011 de 20 de diciembre, el
Comité Electoral, hace conocer al ahora accionante, la ratificación de la Resolución impugnada,
decisión que fue recepcionada por el peticionante de tutela el 21 del citado mes y año (fs. 10).
POR TANTO
3º Se ordena a Secretaría General la difusión de la presente Sentencia en las diferentes Salas del
Tribunal Constitucional Plurinacional; y, juzgados y tribunales de garantías del Estado
Plurinacional de Bolivia.
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00037-2012-01-AAC
Departamento: Potosí
Por memorial presentado el 10 de enero de 2012, cursante de fs. 23 a 24, el accionante expone
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Mediante memorándum de 3 de enero de 2011, fue designado como Relacionador Público del
Gobierno Municipal de Santiago de Cotagaita, ejerciendo dicho cargo con normalidad,
dedicación y responsabilidad, incluso ad honórem y excediendo el horario de oficina; sin
embargo, bajo un supuesto abandono de sus funciones por más de seis días consecutivos,
además de endilgársele responsabilidad por daño económico al Estado y estafa al referido
Municipio, -incurriendo en las causales de destitución señaladas en el art. 41 inc. f) del Estatuto
del Funcionario Público (EFP)-, fue destituido “en fecha 06 de junio”, sin dársele oportunidad
de oponerse a la decisión asumida por la autoridad edil demandada, no obstante que su
inasistencia fue tan sólo por cuatro días, primero con autorización verbal y luego por motivos de
salud justificados.
A pesar de estos antecedentes, el Alcalde del referido Municipio, obvió la conminatoria referida,
como también se negó a dar respuesta formal y oportuna a las dos solicitudes ulteriores que el
accionante presentó; soslayando además que, en ese entonces, el accionante gozaba de
inamovilidad laboral, al ser progenitor de una menor de tan sólo dos meses de edad, conforme
prevé el Decreto Supremo (DS) 0012 de 19 de febrero de 2009.
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I.1.3. Petitorio
El demandado Alcalde Municipal de Santiago de Cotagaita, a través del memorial cursante a fs.
41 y vta. y en su intervención en audiencia, afirmó lo siguiente: a) Por memorándum de 9 de
junio de 2011, se comunicó a Alberto Daniel Vásquez Vásquez, el cese de sus funciones y
ruptura de la relación laboral con el referido Gobierno Municipal, por abandono de funciones
por más de seis días hábiles, -del 31 de mayo al 9 de junio de ese año-, en franca contravención
del Reglamento Interno, en sus arts. 18.4 incs. c) y d) y 26.5 inc. c), concordante con los arts.
72.6 de la Ley de Municipalidades (LM) y 41 inc. f) del EFP; b) No pudo atender los
justificativos formulados por el accionante, debido a su “apretada agenda” y porque tuvo
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En uso de la palabra, la autoridad fiscal destacó que no cursa en obrados “la carta de despido”,
como tampoco la baja médica que justifique la inasistencia del accionante a su fuente laboral;
estas circunstancias, sumadas a que el interesado no opuso contra el memorándum de despido el
recurso de revocatoria previsto en el Estatuto del Funcionario Público y acudió a instituciones
propias de materia laboral, permiten concluir que corresponde denegarse la tutela, resultando
evidente la extemporaneidad de interposición de la acción de amparo constitucional.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
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II.2. Por informe de 8 de junio de 2011, elevado por el Coordinador General y Responsable de
Recursos Humanos al Alcalde Municipal de Santiago de Cotagaita, se comunicó que Alberto
Daniel Vásquez Vásquez, hizo abandono de sus funciones laborales desde el 31 de mayo hasta
la indicada fecha, transgrediendo “el reglamento interno de la institución”, que concuerda con el
art. 72.6 de la LM (fs. 28).
II.3. Bajo el mismo tenor del memorial de amparo constitucional, además de enfatizar su calidad
de progenitor de una menor de dos meses de edad y añadir incluso que no se le pagó por otros
servicios que prestó al Municipio de Santiago de Cotagaita, como tampoco se le otorgó el
beneficio de lactancia, Alberto Daniel Vásquez Vásquez se dirigió a la autoridad demandada,
solicitando la reincorporación a su fuente de trabajo, a través de los escritos de 27 de junio, 6 de
julio y 1 de agosto de 2011, sin que conste respuesta alguna del requerido (fs. 7 a 9; 10 a 12; y
17 a 18 -respectivamente-).
Por supuestamente no haber acudido a su fuente de trabajo por más de tres días seguidos y con
ello, incurrido en las causales señaladas en el art. 41 inc. f) del EFP, el 6 de junio de 2011,
Alberto Daniel Vásquez Vásquez fue destituido de su cargo de Relacionador Público del
Gobierno Municipal de Santiago de Cotagaita, no obstante que su inasistencia fue tan sólo por
cuatro días, primero con autorización verbal y luego por motivos de salud plenamente
justificados, obviándose además la inamovilidad laboral de la que goza en su condición de
progenitor de una menor de dos meses de edad. Ante esta ilegalidad, el accionante acudió en
varias oportunidades ante la autoridad edil demandada, solicitando su restitución y posterior
cumplimiento de la conminatoria emitida por el Director General de Servicio Civil del
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 532
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Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, que exhortó la reincorporación del accionante
en las funciones que ejercía; sin embargo, el Alcalde demandado hizo caso omiso de dicha orden
y rehusó dar respuesta a sus constantes peticiones. En consecuencia, corresponde dilucidar en
revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de amparo constitucional, prevista por el art. 128 de la CPE, se instituye por la Ley
Fundamental vigente, como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan,
supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la misma Norma
Fundamental y la ley. Conforme esta precisión, se advierte el contenido del art. 73 de la LTCP.
Es así que, la Norma Fundamental enfatiza que esta acción tutelar puede presentarse por la
persona “…que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad
correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente,
siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados” (art. 129.I de la CPE).
En efecto, el art. 48.VI de la CPE, señala que: “Las mujeres no podrán ser discriminadas o
despedidas por su estado civil, situación de embarazo, edad, rasgos físicos o número de hijas o
hijos, se garantiza la inamovilidad laboral de las mujeres en estado de embarazo, y de los
progenitores, hasta que la hija o el hijo cumpla un año de edad” (negrillas añadidas).
Precepto constitucional que converge en una política constitucional positiva que, a
entendimiento de la jurisprudencia constitucional, resulta en las siguientes reglas: “a) La
prohibición de despido de toda mujer trabajadora en situación de embarazo; b) La
inamovilidad de la mujer trabajadora en gestación y por un lapso de un año de edad; y c) La
inamovilidad del progenitor varón por un lapso de un año, computable desde el nacimiento de
su hijo o hija” (las negrillas fueron agregadas) (SC 1650/2010-R de 25 de octubre). Bajo ese
criterio, se procura, por un lado, evitar la discriminación por la condición de embarazo y, por
otro, garantizar la estabilidad laboral de la mujer trabajadora en estado de gestación y lactancia,
como también del progenitor varón, independientemente de que se tratasen de empleadas (os)
del sector privado, como a funcionarias (os) o servidoras (o) públicas (os); todo esto, en
resguardo de la hija o hijo nacido y hasta su primer año de edad, desde el momento de su
concepción, como sujeto de derechos en todo lo que pudiera favorecerle.
Precisamente, con dicha finalidad y tomando en cuenta los aspectos antes referidos, además del
deber del Estado, la sociedad y la familia, de garantizar la prioridad del interés superior de la
niña, niño y adolescente, -que comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir
protección y socorro en cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios
públicos y privados-, es que a través del DS 0012 de 19 de febrero de 2009, complementado por
el DS 0496 de 1 de mayo de 2010, se estableció que:
En ese orden de ideas, resulta incuestionable que se faculta a la madre en estado de gestación y
lactancia, como al progenitor varón, -cuando la hija o hijo fueran menores al año de edad-, el
acudir directamente ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, en resguardo de
su derecho a la inamovilidad, en el caso que se hubiera incumplido la previsión constitucional de
resguardo a su estabilidad laboral. Inclusive, admitiéndose el interponer acciones de defensa de
este derecho ante esta jurisdicción y conforme a los términos descritos en el artículo de
referencia.
En remisión al art. 48.VI de la CPE, citado en el Fundamento Jurídico que precede, queda claro
que la mujer en estado de gestación o lactancia, no puede ser removida de su puesto de trabajo
hasta que su hijo o hija cumpla un año de edad; previsión constitucional que versa sobre la
protección de la maternidad por parte del Estado, que es extensible al progenitor varón a efectos
de precautelar el derecho a la vida, la salud y a la seguridad social, tanto de la madre como del
recién nacido desde el momento de su concepción.
Así, debe entenderse por el pronunciamiento del Tribunal Constitucional que, cuando en
aquellos casos en los que ambos -madre y progenitor- hubieran sido sometidos a proceso
administrativo, disciplinario y/o determinado su destitución -por incurrir en contravención al
ordenamiento jurídico administrativo y las normas que regulan la conducta funcionaria- dicha
sanción deberá postergarse en tanto su hijo o hija cumpla un año de edad (Con similar intelecto,
la SC 1330/2010-R de 20 de septiembre). De lo que se concluye que, la inamovilidad laboral de
la que gozan la mujer embarazada y en estado de lactancia, como el progenitor varón, implica
que cualquier sanción a imponérsele, la destitución u otra que afecte sus derechos fundamentales
y/o garantías constitucionales o los del nuevo ser, debe posponerse a efectos de garantizar y
precautelar los derechos de carácter primario (salud, vida, seguridad social) que pudieran ser
vulnerados de forma irreparable e irremediable.
hasta un año del nacimiento del hijo o hija, al estar este aspecto íntimamente relacionado con un
derecho fundamental primario y sobre el cual se sustentan todos los demás, como es el derecho a
la vida de la mujer y del nuevo ser en gestación (por ejemplificar, las SSCC 1043/2010-R,
1076/2010-R, 2095/2010-R y 1200/2010-R, entre otras).
Lo anterior, se sustenta además en el art. 410 de la CPE, que establece la jerarquía normativa al
señalar que la Constitución Política del Estado es la norma suprema del ordenamiento jurídico
boliviano y goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa. En ese entendido, la
previsión del art. 48.VI, es de aplicación preferente frente a cualquier otro criterio, dado que de
manera enfática precisa: “…Se garantiza la inamovilidad laboral de las mujeres en estado de
embarazo, y de los progenitores, hasta que la hija o el hijo cumpla un año de edad”; es decir, la
nueva Ley Fundamental contempla como un derecho constitucional la inamovilidad de la fuente
laboral en los casos de mujeres en estado de gestación y lactancia hasta que su hijo o hija
cumpla un año de edad; circunstancia que se entiende, se hace extensible al progenitor varón
en similar condición que la resaltada.
Es decir que, por un lado, consta que el accionante, al acudir directamente ante el referido
Ministerio, agotó los medios de impugnación a su alcance para hacer valer sus derechos que
invoca lesionados, conforme faculta el DS 0496; y, por otro, interrumpió el cómputo del plazo
de caducidad de seis meses para presentar la acción de amparo.
Por todo lo anteriormente expuesto y los antecedentes del caso concreto, corresponde conceder
la tutela solicitada sobre el derecho a la inamovilidad laboral que le asiste al accionante en su
condición de progenitor de una niña cuya edad es menor a un año y la protección conferida por
la Constitución Política del Estado -en su art. 48.VI- y el DS 0496 -que complementa al DS
0012-, sin perjuicio de las sanciones administrativas de las que pudiera ser pasible y que deberán
concretarse luego de cumplido el año de edad de la hija del accionante, siguiendo el
razonamiento expuesto en los Fundamentos Jurídicos III.2 y III.2.1 de esta Sentencia.
Finalmente, invocado como también conculcado su derecho a “la obtención de respuesta formal
y pronta”, citando al efecto el art. 24 de la CPE, que contiene el derecho a la petición, que se
asume por la jurisprudencia constitucional como la facultad, potestad o capacidad de toda
persona, para acudir ante autoridades o representantes y pedir -de forma individual o colectiva-
la atención de sus necesidades y requerimientos; es decir, se trata de un derecho fundamental de
contenido formal, para cuyo ejercicio basta plasmarlo en forma oral o escrita y su cumplimiento,
comprende una respuesta pronta, oportuna, motivada y fundamentada y no así, necesariamente
favorable al peticionante (razonamiento similar en la SC 0535/2010-R de 12 de julio).
Es así que, verificado que el accionante acudió ante la autoridad demandada en reiteradas
oportunidades solicitando la reincorporación a su fuente laboral en el Gobierno Municipal de
Santiago de Cotagaita, a través de los escritos de 27 de junio, 6 de julio y 1 de agosto de 2011, -
conforme detalla la Conclusión II.3- y posteriormente, adjuntando la comunicación 007/2011 de
17 de octubre, emitida por el Director General de Servicio Civil del Ministerio de Trabajo,
Empleo y Previsión Social (descrita en la Conclusión II.4), mediante cartas de 25 de octubre, 9 y
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18 de noviembre del mismo año; destaca que, todas estas interpelaciones formuladas ante el
Alcalde del referido Municipio, no obtuvieron respuesta alguna, más al contrario, esta autoridad
-en audiencia de consideración de la acción de amparo que se revisa- confirmó que no pudo
atender los justificativos formulados por el accionante debido a su “apretada agenda” y porque
tuvo conocimiento de la causal de la destitución según informe elevado por el responsable de
Recursos Humanos del Municipio. Relación fáctica de la que se infiere la vulneración al derecho
a la petición del accionante, quien no obtuvo respuesta pronta, oportuna, motivada y
fundamentada, independientemente que le fuera favorable o no; así, siguiendo el tenor de la
jurisprudencia constitucional cuya cita precede, corresponde concedérsele la tutela también
respecto a este derecho.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00039-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Dentro del sumario investigativo seguido por el Ministerio Público contra Aníbal Martínez Nuñez,
-por la presunta comisión del delito de contrabando-, su representado se encontraba recluido en el
Centro de Rehabilitación Santa Cruz (Palmasola); por lo que, en audiencia solicitó la cesación de
su detención preventiva y al no existir pronunciamiento alguno, el 5 de enero 2012, pidió se fije
nueva audiencia; sin embargo, sostiene que hasta la fecha de presentación de esta acción no fue
respondida su petición.
Argumenta que, el Juez demandado, no señaló la audiencia dentro de las veinticuatro horas y tampoco
fijó la fecha de celebración en el plazo de las setenta y dos horas, y al no existir fundamento para la
negativa de ello, indica que su memorial se encuentra en su despacho por más de ciento sesenta y ocho
horas; vale decir, que no ha resuelto el memorial de mero trámite para indicar el día de audiencia de
cesación, por tanto carece de celeridad procesal, vulnerándose de esta manera los derechos a la libertad y
a la seguridad jurídica de su representado, quien se encuentra detenido en forma ilegal ocasionándole
perjuicios, no sólo en su fuente laboral, sino también en el ámbito familiar, siendo que no cometió dicho
delito, y aún así se le está suministrando un anticipo de cumplimiento de condena sin existir
requerimiento conclusivo.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 13 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 11 a
12 y vta., se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante se ratificó in extenso en los mismos términos de la presente acción; sin
embargo, manifestó su extrañeza toda vez que su asistente se apersonó por secretaria del juzgado
correspondiente con el propósito de verificar si salió la respuesta a su memorial y posteriormente
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
en forma personal acudió a esa misma instancia, donde la auxiliar de dicho juzgado le comunicó
que el memorial referido todavía no había sido resuelto e inclusive revisó el libro diario; empero,
mediante decreto de 6 de enero de 2012, afirma que supuestamente se hubiere despachado tal
solicitud, programando la audiencia de cesación a la detención preventiva para el 20 de enero del
mismo año. En ese sentido, indica que el Tribunal Constitucional en su abundante jurisprudencia,
establece que la justicia debe ser pronta y efectiva en el tema de fijar audiencia específicamente de
la detención preventiva. Por otra parte, refiere que se declare la procedencia de la presente acción y sea
sin costas, ya que se habría subsanado el acto lesivo con el señalamiento de audiencia.
La autoridad demandada Erwin Jiménez Paredes, Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal del
departamento de Santa Cruz, mediante informe escrito, cursante a fs. 10, manifestó que todo lo
indicado dentro del proceso es falso, puesto que: a) Existen otros tres coimputados que hubieren
presentado sus solicitudes todos los días y si bien el accionante tiene conocimiento que no ha
salido providencia alguna de despacho, esto no se debe a su solicitud, sino a las otras solicitudes
que presentaron los coimputados; b) El memorial que presentó el accionante ha sido decretado en
su oportunidad y de acuerdo al rol de audiencias de ese despacho, la misma se señaló para el 20 de
enero de 2012; y, c) Finalmente, solicita se declare improcedente la presente acción y más al
contrario se le establezca una multa al abogado presentante de la acción por falta a la verdad.
I.2.3. Resolución
El Juez Primero de Sentencia del departamento de Santa Cruz, por Resolución 01 de 13 de enero
de 2012, cursante de fs. 13 a 16, concedió la acción de libertad, condenando a la autoridad
demandada a la reparación de daños y perjuicios; en base a los siguientes fundamentos: 1) Con
relación a la providencia de señalamiento de audiencia que realiza el Juez demandado, indica que
fue resuelta conforme a derecho porque fue pronunciada al día siguiente de la presentación de su
memorial; encontrándose dentro de las veinticuatro horas, conforme a los plazos establecidos en el
art. 130 del Código Procedimiento Penal (CPP); 2) En cuanto a las aseveraciones que realiza el
abogado del accionante, -que no hubiera existido esa providencia-, no se tiene certidumbre de ello
por no haber aportado las pruebas necesarias; 3) En su abundante jurisprudencia el Tribunal
Constitucional, ha establecido en cuanto a las solicitudes de cesación a la detención preventiva, que
deben tener un trámite acelerado y oportuno, en este caso si bien la providencia ha sido emitida en
el plazo que la ley le otorga, la audiencia ha sido fijada quince días después de la solicitud, término
que el Juez de garantías lo encuentra demasiado dilatorio, en razón de que se va a considerar el
derecho a la libertad; 4) Si el Código de Procedimiento Penal y la jurisprudencia constitucional no
establecen un plazo para realizar la audiencia de cesación a la detención preventiva, refiere que se
puede entender que el debido proceso, exige que se efectivice dentro de un plazo razonable; y al
existir varios imputados en el presente caso, refiere que se puede evidenciar que el Juez no otorga
los mismos plazos a todos, vulnerándose así el derecho a la igualdad, establecido en el art. 12 del
CPP; y, 5) Finalmente, indica que se encuentra responsabilidad en la autoridad demandada, por
existir dilación y retraso indebido en la tramitación de cesación a la detención preventiva.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece que el Juez de
garantías, remitió a este Tribunal como prueba, únicamente el memorial de 5 de enero de 2012, por
el cual Aníbal Martínez Núñez -ahora accionante- solicitó al Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal
del departamento de Santa Cruz -demandado en esta acción-, nueva fecha de audiencia de cesación
a su detención preventiva, por haber mejorado su situación jurídica, conforme lo establece el art.
239.1 del CPP (fs. 2).
II.1. Dentro del proceso penal por el presunto delito de contrabando seguido por el Ministerio
Público contra Aníbal Martínez Núñez, conforme a lo aseverado por el accionante en audiencia y
no desvirtuado, más al contrario afirmado por el Juez demandado en su informe, la solicitud de
cesación de detención preventiva de 5 de enero de 2012, mereció el Decreto de 6 de enero del
citado año, por el cual se fijó audiencia para el 20 de enero de 2012. (fs. 11 a 12 vta. y 10).
II.2. Por memorial de 12 de enero de 2012, Roberto Rojas Ríos, dentro del proceso penal que le
sigue el Ministerio Público, por la presunta comisión del delito de contrabando, pidió audiencia de
cesación a la detención preventiva; por lo que, mediante providencia de 13 de enero del mismo
año, el Juez demandando, programó audiencia de cesación para el día jueves 19 de enero de 2012
(fs. 33 y vta.).
El accionante considera que el Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal del Distrito Judicial de Santa
Cruz, lesionó los derechos a la libertad, a la locomoción y a la seguridad jurídica de su
representado, por cuanto ante las solicitudes de cesación, realizadas primero en la audiencia de
detención preventiva y luego el 5 de enero de 2012, el Juez demandado no señaló audiencia dentro
del plazo de las veinticuatro horas establecidas por ley a través de una resolución expresa,
conforme indicó en su oportunidad la auxiliar de dicho juzgado, quien le comunicó esa situación en
el momento en que se apersonó al mismo; y, no obstante ello, posteriormente, mediante decreto de
6 de enero de 2012 “apareció” fijada la audiencia de consideración de la cesación de detención
preventiva para el 20 de enero del citado año; fecha que fue considerada sin tomar en cuenta el
principio de celeridad. En consecuencia corresponde en revisión, verificar si tales extremos son
evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de libertad es una de las acciones de defensa que contempla la Constitución Política del
Estado, instituida en el art. 125, que tiene por finalidad garantizar la protección de los derechos a la
vida y a la libertad, que podrá interponerse por toda persona que considere que su vida está en
peligro, que es ilegalmente perseguida o que es indebidamente procesada o privada de su libertad
personal.
En ese sentido la nueva Constitución Política del Estado “…es más amplia en cuanto a su ámbito
de protección, pues se extiende al derecho a la vida, la libertad física o personal, el debido
proceso, en lo que se refiere al procesamiento indebido y la libertad de locomoción, ésta última
dada la íntima relación que existe con el derecho a la libertad física, según la interpretación
extensiva realizada por la SC 0023/2010-R de 13 de abril” (SC 1211/2011-R de 13 de
septiembre).
Ahora bien, con relación a los alcances de protección que brinda la actual acción de libertad la SC
0199/2010-R de 24 de mayo, señaló que: “No obstante, la naturaleza de esta acción tutelar, al
constituirse en un mecanismo de protección contra las lesiones al derecho a la libertad, y medio
eficaz e inmediato reparador de ese derecho; empero la existencia de esta garantía
constitucional, no implica que todas las lesiones al derecho a la libertad tengan que ser
necesariamente reparadas de manera exclusiva y excluyente a través del hábeas corpus,
actualmente acción de libertad; pues no se trata de una garantía que tenga la vocación de
reparar, en exclusiva, todas las formas de lesión a la libertad que pudieran invocarse, sino la de
dotar a la persona de un medio de defensa sencillo, eficaz y oportuno, para restablecer la lesión
sufrida” (negrillas añadidas).
Conforme la doctrina constitucional sentada por este Tribunal, por medio del hábeas corpus
traslativo o de pronto despacho, se busca acelerar los trámites judiciales o administrativos
cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se
encuentra privada de libertad” (las negrillas son agregadas).
En este mismo Fundamento Jurídico agregó a la tipología, el hábeas corpus -ahora acción de
libertad- traslativo o de pronto despacho: “…el cual se constituye en el mecanismo procesal idóneo
para operar en caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la libertad y
devenga de dilaciones indebidas, que retardan o evitan resolver la situación jurídica de la persona
que se encuentra privada de libertad”.
hábeas corpus traslativo o de pronto despacho; empero se deja claramente establecido, que no
existirá lesión si la demora o dilación es promovida por el propio imputado” (las negrillas nos
corresponden).
Por la jurisprudencia citada anteriormente se puede colegir que, toda solicitud o trámite en el que
se encuentre involucrado el derecho a la libertad física o personal, debe tramitarse con la mayor
celeridad posible o dentro de un plazo razonable y sin causar dilaciones indebidas, más aún
tratándose de las solicitudes de cesación de la detención preventiva, puesto que se encuentra de por
medio el derecho a la libertad, deben tener un trámite rápido y oportuno, de lo contrario se estaría
incurriendo en situaciones que en vez de apresurar, más bien dilaten indebidamente el proceso,
pues necesariamente para ello se debe considerar de forma paralela la celeridad y el plazo
razonable.
Por otro lado, el art. 126.IV de la referida norma, establece: “el fallo judicial se elevará en
revisión, de oficio, ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, en el plazo de las veinticuatro
horas siguientes de la emisión de dicho fallo”, concordante con el art. 64 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional (LTCP), que establece: “En las acciones de Libertad… las
resoluciones serán elevadas en revisión de oficio, ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, en
el plazo de las veinticuatro horas siguientes a la emisión del fallo sin que por ello se suspenda su
ejecución” (las negrillas nos corresponden).
Por su parte, el art. 68.2 de la LTCP, refiriéndose al trámite de la acción de libertad señala que la
jueza, juez o tribunal de garantías después de admitir la demanda “…dispondrá la citación personal
o por cédula a la autoridad o persona denunciada… con el objeto de que presente informe sobre los
hechos denunciados, si corresponde la prueba que tuviera en su poder u ordenará a quien
tenga en su poder la remisión de actuados concernientes al hecho denunciado”. De ahí que,
conforme reza el art. 69.I de la LTC “La resolución se pronunciará de manera fundamentada en la
misma audiencia pública inmediatamente recibida la información de la autoridad o persona
demandada y, a falta de ésta, se lo hará sobre la base de la prueba que ofrezca la persona
accionante” (las negrillas nos pertenecen).
Del contenido de las normas constitucionales y legales citadas, respecto al manejo de la prueba en
un proceso constitucional, como es la acción de libertad, se tiene que en base al principio de
informalismo y el principio de verdad material que rige también en la justicia constitucional,
traducido en la prevalencia del derecho sustancial sobre el derecho procesal, debe diferenciarse
“…entre la labor revisora del Tribunal Constitucional y la labor de los jueces y tribunales de
garantías, cuya decisión debe regirse por el principio de inmediación -contacto directo entre el
juez, las pruebas y las partes-…(que exige)… al juez o tribunal de garantías…” (Arias López,
Boris Wilson. El informalismo en la acción de libertad); es decir, que por el principio de
inmediación y la posibilidad de los jueces y tribunales de garantía de acudir a los centros de
detención, el deber de diligencia que deben tener en la recolección de elementos probatorios resulta
mucho más intenso que la del Tribunal Constitucional Plurinacional, que por el transcurso del
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 543
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tiempo únicamente puede requerir prueba indispensable para la resolución de un caso en el marco
de la facultad conferida por el art. 41 de la LTCP, pese a ello, corresponde aclarar que el deber de
diligencia de los jueces y tribunales de acciones de libertad debe desarrollarse en el marco de su
naturaleza, es decir, que al no constituirse la esta acción en un proceso de conocimiento carece de
etapa probatoria y debe regirse necesariamente por la celeridad.
Asimismo, la diligencia del juez o tribunal de garantías tampoco excluye la posibilidad de que la
parte accionante aporte elementos de convicción que le permitan obtener una resolución favorable
a sus pretensiones máxime, cuando en ciertas circunstancias es la única que conoce y puede
presentar dicha prueba.
Finalmente, la parte demandada se encuentra impelida por su propio interés en presentar prueba
para la desestimación de la acción de libertad cuya negligencia puede incluso dar lugar a
responsabilidad constitucional, más aún cuando la acción este dirigida contra un servidor público
en cuyo caso ya no se trata de una carga procesal sino un deber procesal emergente del art. 235.2
de la CPE que establece que las y los servidores públicos deben “cumplir con sus
responsabilidades, de acuerdo con los principios de la función pública” y el art. 113.II que refiere:
“En caso de que el Estado sea condenado a la reparación patrimonial de daños y perjuicios, deberá
interponer la acción de repetición contra la autoridad o servidor público responsable de la
acción u omisión que provocó el daño”. Es decir, en estos últimos casos en el ámbito de sus
competencias y bajo responsabilidad todo servidor público no sólo cuenta con la obligación de
presentarse a la audiencia, sino presentar conjuntamente a su informe la prueba pertinente a la
acción de libertad, de forma que no provoque que el juez o tribunal de garantías e incluso este
propio Tribunal emitan fallos sobre prueba incierta o basados únicamente en presunciones.
De lo anteriormente explicado se establece que todo juez o tribunal de garantías, cuenta con la
obligación de remitir al Tribunal Constitucional Plurinacional:
b. La prueba que de oficio pudo producir máxime cuando la misma haya servido para resolver
inicialmente la problemática.
En este sentido, la inobservancia en la remisión de los elementos de convicción por parte de jueces
y tribunales de garantías, provocaría a este Tribunal la necesidad de su solicitud, que no sólo
implicaría un costo adicional a la administración de justicia constitucional sino también, provocaría
una dilación en la misma.
fija audiencia para el día jueves 19 de enero del mismo año, siete días después, en consecuencia se
constata y evidencia que el juez, no otorga los mismos plazos a personas que están siendo juzgados
dentro del mismo proceso, vulnerándose así también lo que establece el art. 12 de la Ley 1970, cual
es el principio de igualdad“; situación de la cual puede deducirse que el Juez de garantías, tuvo
acceso a las pruebas, porque fundamentó su Resolución en ellas pero no las remitió, obligando a
esta Sala del Tribunal Constitucional Plurinacional a requerir mayor información; motivo por el
cual a través del AC 007/2012-CA/S de 27 de febrero, se tuvo que suspender el cómputo del plazo
por solicitud de documentación, provocando dilación involuntaria de diez días, puesto que el plazo
fue reanudado el 13 de marzo de 2012; razón por la cual, corresponde llamar la atención al Juez de
garantías que conoció la presente acción.
III.5.2. En el presente caso dentro del proceso penal que le sigue el Ministerio Público en su
contra, solicitó ante el Juez demandado el 5 de enero de 2012 audiencia de cesación a su detención
preventiva habiéndose fijado por decreto de 6 de enero audiencia para el 20 de enero del mismo
año, decreto con el que la parte accionante alega no haber sido notificado, aspecto que no fue
desmentido por la parte demandada interponiéndose la presente acción el 13 de enero de 2012.
Por otra parte, cuando se pide en reiteradas oportunidades la cesación de una medida cautelar de
carácter personal y no se resuelve dentro de un plazo razonable, nos encontramos frente a un
proceso en dilación; por lo que, se puede advertir que en el presente caso el accionante refiere en su
memorial de interposición de la acción, que primeramente “…solicitó audiencia de cesación a la
detención preventiva dentro del sumario investigativo…” (fs. 3 y 4) -situación que no es
desvirtuada por el demandado-, para luego por segunda vez verse obligado a reiterar su petición a
través del memorial de 5 de enero de 2012 (fs. 2).
III.5.3. De las afirmaciones de ambas partes, se puede advertir que a través de la providencia de 6
de enero de 2012, se fija audiencia de cesación a la detención preventiva, para el día 20 de enero
del mismo año; es decir, luego de quince días, plazo que evidentemente no es razonable siendo que
toda solicitud en la que esté vinculada la libertad debe caracterizarse por el principio de celeridad
máxime como destaca el juez de garantías en su Resolución, respecto al otro procesado: “por otra
parte el coimputado Roberto Rojas Ríos, también solicita audiencia de cesación a la detención
preventiva, en fecha 12 de enero de 2012 y extrañamente se le da audiencia para el jueves 19 de
enero del mismo año; siete días después”; es decir, que la autoridad demandada no otorgó los
mismos plazos a los coimputados que están siendo procesados dentro del mismo proceso.
Lo anterior, concuerda además con la SC 0078/2010-R, de 3 de mayo, que consideró como acto
dilatorio: “b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial.
Plazo que puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad
de cada caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan
que ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y
esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la
excepción única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la
relevancia del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición;
situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial competente a momento de señalar la
fecha de audiencia, teniendo en cuenta la razonabilidad”.
Desde el inicio de labores del Tribunal Constitucional se sostuvo la necesidad de tratar de forma
preferente y con la debida celeridad las peticiones en las cuales se encuentre de por medio la
libertad, así por ejemplo en la SC 1036/01-R se reprochó la demora en la celebración de una
audiencia de cesación a la detención preventiva que: “…debió ser resuelta de manera inmediata,
más aún cuando se trata de una solicitud que está vinculada al restablecimiento de un derecho
fundamental…” como es la libertad personal entendimiento reiterado entre otras por las SSCC
0982/2004-R, 1109/2004-R, entre otras que evidencian una línea jurisprudencial uniforme y de
larga tradición en el órgano de control de constitucionalidad.
En este contexto, este Tribunal observa con preocupación, cómo después de haberse sentado una
línea jurisprudencial clara respecto al tratamiento con la debida celeridad ante solicitudes que
comprometen la libertad después de más de 10 años, todavía siguen reiterándose regularmente este
tipo de acciones en trámites de solicitudes del restablecimiento del derecho a la libertad situación
que evidencia la existencia de jueces que todavía resisten con diversas excusas la jurisprudencia
constitucional, sin considerar el carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio que tienen las
sentencias constitucionales.
POR TANTO
1º APROBAR la Resolución 01 de 13 de enero de 2012 cursante a fs. 13 a 16, dictada por el Juez
Primero de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz; y en consecuencia
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conceder la tutela solicitada, ratificar las costas a cargo del juez demandado, conforme al
Fundamento Jurídico III.6 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
2º Llamar la atención al Juez de garantías, por la omisión de remisión de pruebas ante éste
Tribunal.
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00121-01-2012-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 7 de febrero de 2012, cursante de fs. 2 a 3, los accionantes expresan
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Los accionantes sostienen que se encuentran detenidos en celdas de la Policía Judicial del
Tribunal de Justicia de El Alto, desde el 2 de febrero de 2012, a raíz de una Resolución de
imputación emitida por el Fiscal asignado al caso, quien no les proporcionó el cuaderno de
investigaciones para que puedan asumir su defensa, siendo remitidos con dicha imputación ante
el Juez Noveno de Instrucción en lo Penal, donde se suscitaron irregularidades, tales como no
haber sido notificados con la imputación formal ni el señalamiento de día y hora de audiencia
quedando en estado de indefensión absoluta.
Continúan señalando que recién fueron notificados con la imputación el 3 del señalado mes y
año, a horas 19:00, minutos antes de que el Juez instale la audiencia, razón por la cual
plantearon recusación contra la mencionada autoridad, remitiéndose los antecedentes al Juzgado
Cuarto de Instrucción en lo Penal el 4 del mismo mes y año; sin embargo, debido a otra
recusación planteada contra la Jueza Margot Pérez, para la consideración de aplicación de
medidas cautelares, los antecedentes y sus personas fueron remitidos al Juzgado de turno de El
Alto, el 5 de ese mes y año a horas 10:20., donde prosiguieron las irregularidades, ya que la
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Secretaria del Juzgado, tenía la intención de recepcionar los mismos a horas 09:00, siendo esta
aseveración una falsedad por parte de la funcionaria, ante el reclamo de ambos accionantes, el
Auxiliar del mismo Juzgado, puso una nota de aclaración debajo del sello de recepción
indicando que sus personas juntamente a los antecedentes fueron presentados a horas 10:20.
Finalmente relatan que, el 5 de febrero de 2012, a horas 13:25, presentaron un memorial,
recusando al Juez de turno de El Alto, donde dicha autoridad tenía veinticuatro horas para
resolver la recusación y remitirlos al juez llamado por ley, situación que recién se produjo
después de horas 16:45, encontrándose ilegalmente detenidos por más de veintisiete horas.
Los accionantes denuncian la vulneración de sus derechos a la libertad y al debido proceso, sin
citar los artículos de la norma que los contiene.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 8 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 8 y
vta., se produjeron los siguientes actuados:
Enrique Morales Díaz, Juez Primero de Instrucción en lo Penal de El Alto, en audiencia informó
lo siguiente: a) El proceso fue remitido a su Juzgado, que se encontraba de turno el sábado en
horas de la tarde, simplemente con el cuaderno procesal y sin los detenidos, los cuales recién
llegaron al día siguiente a horas 10:30, por lo que instalada la audiencia a las 11:30; y, b) Fue
recusado por las partes en audiencia de consideración de medidas cautelares, por lo que fue
diferida, habiéndose resuelto la misma con el rechazo, allanándose y remitiéndola al Juzgado
Quinto de Instrucción el día lunes 6 ese mismo mes y año.
I.2.3. Resolución
conforme a los arts. 54 y 279 del Código de Procedimiento Penal (CPP), por lo que no se ha
demostrado que la parte accionante hubiese planteado las observaciones señaladas, para poder
activar la jurisdicción constitucional.
II. CONCLUSIONES
Los accionantes denuncian que se encuentran detenidos en las celdas de la Policía Judicial del
Tribunal de Justicia de El Alto, a raíz de una imputación formal realizada ante el Juzgado
Noveno de Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz por el
Fiscal asignado al caso, sin que éste les hubiera proporcionado el cuaderno de investigaciones
para asumir su defensa, provocándoles estado de indefensión, recién en dicho Juzgado minutos
antes de realizarse la audiencia fueron notificados con la imputación referida, por lo que
recusaron a la autoridad del referido despacho judicial, siendo remitidos al Juzgado Cuarto de
Instrucción en lo Penal de la misma ciudad; sin embargo, debido a otra recusación planteada
contra la referida Jueza, fueron derivados al Juzgado Primero de Instrucción en lo Penal de El
Alto, que se encontraba de turno, en dicho Juzgado según los accionantes prosiguieron la
irregularidades, como el hecho de que la Secretaria tenía la intención de recepcionar los
antecedentes con una hora distinta a la real, ante esa situación presentaron un memorial
recusando al Juez de ese Despacho, mismo que después de resolver la recusación los remitió al
Juzgado siguiente en número, por lo que se encuentran ilegalmente detenidos.
Conforme a lo previsto por el art. 320 del CPP, “La recusación se presentará ante el juez o
tribunal que conozca el proceso, mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba y
acompañando la documentación correspondiente. Si el juez recusado admite la recusación
promovida, se seguirá el trámite establecido para la excusa. En caso de rechazo se aplicará el
siguiente procedimiento: 1) Cuando se trate de un juez unipersonal, elevará antecedentes al
tribunal superior dentro de las veinticuatro horas de promovida la recusación, acompañando el
escrito de interposición junto con su decisión fundamentada de rechazo. El tribunal superior,
previa audiencia en la que se recibirá la prueba e informe de las partes, se pronunciará dentro de
las cuarenta y ocho horas siguientes sobre la aceptación o rechazo de la recusación, sin recurso
ulterior. Si acepta la recusación, reemplazará al juez recusado conforme a lo previsto en las
disposiciones orgánicas; si la rechaza ordenará al juez que continúe con la sustanciación del
proceso, el que ya no podrá ser recusado por las mismas causales…”. El art. 321 del mismo
Código, agrega que una vez producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá
realizar en el proceso ningún acto bajo sanción de nulidad.
De acuerdo a lo determinado por los arts. 54 inc. 1) y 279 del CPP, los jueces de instrucción
ejercen el control jurisdiccional durante el desarrollo de la investigación respecto a la Fiscalía y
a la Policía Nacional, normativa legal que en sus arts. 289 y 298 in fine, constriñe al fiscal a dar
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aviso al juez cautelar sobre el inicio de la investigación dentro de las veinticuatro horas de
iniciada la misma, en el entendido de que es esta última la encargada de velar que la fase de la
investigación se desarrolle dentro del marco establecido por la Constitución Política del Estado,
las Convenciones y Tratados Internacionales vigentes y las normas del Código de Procedimiento
Penal que forman parte del llamado bloque de constitucionalidad; en tal sentido, toda persona
involucrada en una investigación que considere la existencia de una acción u omisión que
vulnera sus derechos y garantías, entre las cuales se encuentra el derecho a la libertad debe
acudir ante esa autoridad, así lo ha señalado el Tribunal, Constitucional cuando en la SC
0097/2010-R de 10 de mayo dispuso: “… En el caso de la etapa preparatoria, los arts. 54 inc.
1) y 279 del Código de Procedimiento Penal (CPP), atribuyen al Juez de Instrucción en lo
Penal, la función de ejercer control jurisdiccional respecto a las actuaciones de la Fiscalía y la
Policía Nacional, es por eso que la misma norma legal en sus arts. 289 y en la parte in fine del
art. 298 obliga al Fiscal a dar aviso de la investigación dentro de las veinticuatro horas de
iniciada la misma, pues es el Juez el encargado de precautelar que la fase de la investigación se
desarrolle en correspondencia con el sistema de garantías reconocido por la Constitución
Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales vigentes y las normas del
Código de Procedimiento Penal pudiendo asumir las medidas que el caso aconseje; de manera
que el Juez cautelar tiene plena facultad para disponer por ejemplo la libertad del imputado e
incluso la nulidad de obrados cuando existen defectos absolutos (art. 169 del CPP); en
coherencia con esa disposición el art. 5 del mismo cuerpo legal dispone que: 'El imputado
desde el primer momento de su detención podrá ejercer todos los derechos y garantías que la
Constitución, las Convenciones y los Tratados Internacionales vigentes le reconozcan, desde el
primer acto del proceso hasta su finalización'.
De lo anterior se extrae que todo imputado que considere que en el curso del proceso
investigativo ha sufrido una lesión de un derecho fundamental, entre ellos, el derecho a la
libertad en cualquiera de las formas en que pueda sufrir menoscabo, debe impugnar tal
conducta ante el juez instructor, que es el órgano jurisdiccional que tiene a su cargo el control
de la investigación, desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa preparatoria. Así,
el Código de Procedimiento Penal al prever la existencia de un órgano jurisdiccional
competente para conocer y resolver de manera directa y expedita, las supuestas vulneraciones a
los derechos y garantías que pudieran tener origen en los órganos encargados de la
persecución penal; no resulta compatible con el sistema de garantías previsto en el
ordenamiento aludido, acudir directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional,
intentando activar la garantía establecida por el art. 18 de la CPE, ignorando los canales
normales establecidos.
Consiguientemente, el recurso de hábeas corpus sólo se activa en los casos en que la supuesta
lesión no sea reparada por los órganos competentes de la jurisdicción ordinaria aludidos".
De este modo, la presente acción es una vía inmediata y eficaz para reparar la lesión al derecho a
la libertad e inclusive el derecho a la vida, cuya vulneración latente estuviera condicionada a la
restricción de la libertad; sin embargo, ante la existencia de otros medios legales idóneos para
asegurar la protección de los referidos derechos, de un modo oportuno, eficaz e inmediato, éstos
necesariamente deben agotarse antes de solicitar la tutela constitucional. Criterio similar se
advierte en el art. 25.I de la Convención Americana de Derechos Humanos, que complementa
sobre este razonamiento afirmando que aquel medio legal ordinario, debe caracterizarse por ser
sencillo y rápido; es decir, resguarde el derecho a la libertad, según las características referidas;
configurándose, de este modo, el carácter subsidiario de la acción de libertad (con el mismo
intelecto, las SSCC 2120/2010-R, 2242/2010-R, 2245/2010-R, 2268/2010-R, 2269/2010-R,
entre otras).
Así, cuando se alega la comisión de actos lesivos a la libertad durante la etapa preparatoria del
proceso penal, corresponde al imputado, en ejercicio de la facultad conferida por los arts. 5, 8 y
9 del CPP y a través de los medios de defensa establecidos por este Código al efecto,
denunciarlos ante el juez de instrucción, quien tiene a su cargo el control de la investigación
(arts. 54 inc. 1) y 279 del CPP).
“De lo anterior se extrae que todo imputado que considere que en el curso del proceso
investigativo ha sufrido una lesión de un derecho fundamental, entre ellos, el derecho a la
libertad en cualquiera de las formas en que pueda sufrir menoscabo, debe impugnar tal
conducta ante el juez instructor, que es el órgano jurisdiccional que tiene a su cargo el control
de la investigación, desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa preparatoria” (SC
0054/2010-R de 27 de abril). Asumido este razonamiento y reiterado en los fundamentos de
recientes Sentencias Constitucionales Plurinacionales, entre ellas la ya citada, se precisó que:
“…ante denuncia de irregularidades, actos ilegales u omisiones presuntamente cometidas por
los fiscales o policías en la etapa preparatoria del proceso, que impliquen lesión a los derechos
fundamentales de todo denunciado o sindicado, la misma debe presentarse ante el juez cautelar
como el encargado de ejercer el control jurisdiccional de la investigación, en aplicación de lo
dispuesto por las normas previstas en los arts. 54.inc 1) y 279 del CPP, sin que sea admisible
acudir en forma directa a esta acción tutelar si con carácter previo los hechos denunciados no
fueron reclamados ante la autoridad encargada del control jurisdiccional, que es la apta para
restablecer las presuntas lesiones a derechos fundamentales y -se reitera- sólo en caso de
verificarse que existirá una dilación o que esa instancia no se constituye en la eficaz y oportuna
para restablecer esos derechos, es que se abre la posibilidad de acudir a la presente acción
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tutelar en forma directa” (además, las SSCC 0047/2010-R, 0068/2010-R, 0290/2010-R, entre
otras).
De la revisión de los antecedentes que cursan en obrados, se tiene que los accionantes se
encuentran detenidos en las celdas judiciales del Tribunal de Justicia de El Alto desde el 2 de
febrero de 2012, a raíz de una imputación formal que el Fiscal asignado al caso formalizó ante el
Juez Noveno de Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, sin
haber sido notificados con dicha imputación, la cual recién se produjo el 3 del mismo mes y año,
minutos antes de que se instale la audiencia de medidas cautelares (19:00), razón por la cual
recusan a la autoridad de ese Juzgado, el cual remite los antecedentes y los detenidos el 4 de ese
mes y año al Juzgado de turno, recayendo el proceso en el Juzgado Cuarto de Instrucción en lo
Penal; sin embargo, dicha autoridad también habría sido recusada por los accionantes, por lo que
la Jueza remitió el proceso al Juzgado de turno de El Alto, el día 5 del referido mes y año en
horas de la mañana, donde según los accionantes se siguieron una serie de irregularidades por
parte de la Secretaria del Juzgado, como no colocar la hora verdadera de recepción de los
antecedentes, por este motivo los accionantes también recusaron el mismo día a esta autoridad
jurisdiccional, la cual mediante Resolución 031/2012, rechazó la referida recusa, ya que la
misma carecía de fundamentos por no ser ciertos y evidentes en aplicación del artículo 320 del
Código de Procedimiento Penal (CPP), disponiendo la remisión de antecedentes al juzgado
siguiente en número según lo dispuesto por el art. 321 de la misma norma.
Es más el art. 5 del CPP, señala que el imputado desde el primer acto del proceso (detención)
podrá ejercer sus derechos. Haciendo uso de los medios de legales específicos e idóneos,
oportunos y eficientes de defensa, para la restitución de su derecho a la libertad inmediata.
Con relación a que los accionantes se encuentren ilegalmente detenidos, se puede apreciar una
serie de constantes recusaciones que los mismos han promovido contra varios Jueces, actuados
que han provocado su situación actual, ya que como se tiene establecido el Fundamento Jurídico
III.2, existe un trámite procesal que establece el art. 320 del CPP, el cual se tiene que cumplir en
el caso de que una autoridad jurisdiccional sea recusada, y tal como indica el art. 321 de la
misma norma, una vez producida la excusa o promovida la recusación, el juez no podrá
realizar en el proceso ningún acto bajo sanción de nulidad, lo que impide se pueda definir su
situación jurídica.
garantías al haber denegado la tutela impetrada, a través de la presente acción de defensa, obró
correctamente.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00142-2012-01-AL
Departamento: Pando
El accionante mediante memorial de 6 de febrero de 2012, cursante a fs. 4 y vta., refiere que:
En la misma fecha, su abogado le comunicó que mediante Auto de 19 de enero de 2012, se ordenó
su aprehensión, razón por la cual se encuentra ilegalmente perseguido y en peligro de perder su
libertad.
En ese entendido, argumenta que las autoridades demandadas, el mes de octubre de 2011 mediante
resolución, ordenaron se modifiquen las medidas que le fueron impuestas, siendo que éste cumplía
con las mismas a cabalidad; y que dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público en su
contra, es una arbitrariedad que: a) Se le declare rebelde, a pesar de haberse apersonado al proceso
antes de la devolución del edicto; y, b) Se ordene su aprehensión, sin antes haber señalado
audiencia, menos aún si se llevó adelante la misma, modificándose las medidas cautelares
impuestas.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, dejando sin efecto el Auto de 19 de enero de 2012, debiendo dichas
autoridades emitir una nueva resolución considerando los antecedentes del caso.
Celebrada la audiencia pública el 7 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 87 a
88 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante, indica que se llevó a cabo una audiencia conclusiva en la localidad de
Puerto Rico del departamento de Pando; posteriormente, se remitieron obrados a la ciudad de
Cobija, donde a través del sorteo respectivo se radicó la causa en el Tribunal Segundo de
Sentencia, que ordenó notificar a su defendido mediante edictos; razón por la que se apersonaron
oportunamente y pidieron la modificación de medidas cautelares, en tal sentido el Tribunal fijó la
fecha de audiencia y en la misma, en presencia de la víctima, se dispuso que el imputado se
presente una vez al mes en el Ministerio Público a firmar, medidas que sostiene, se fueron
cumpliendo.
Sorprendido por la declaratoria de rebeldía, sobre todo porque junto a su defendido se presentaron
a momento de solicitar las medidas cautelares referidas, considera que no pudo declararse la
misma, menos aún haberse emitido la orden de aprehensión, ya que no concurren los requisitos
para su activación (fs. 87 y vta.).
Los demandados, Víctor Hugo Rivero Toledo y Francisco Romero, Jueces Técnicos del Tribunal
Segundo de Sentencia, -en audiencia- manifestaron lo siguiente: 1) Una vez radicada la causa en el
Tribunal, se otorgó diez días de plazo para que el acusado -ahora accionante- presente sus pruebas
de descargo, por lo que emitió la orden instruida con el fin de que pueda asumir defensa; sin
embargo, el oficial de diligencias de la localidad de Puerto Rico, el 30 de agosto de 2011, informó
que no se pudo notificar al imputado porque no se conocía su paradero; 2) Ante la petición de
modificación de las medidas cautelares, el Tribunal resolvió la misma el 21 de octubre de 2011; 3)
Posteriormente, observaron el domicilio del imputado, quien no subsanó esta observación, por lo
que pusieron en conocimiento del Ministerio Público y al Fiscal asignado al caso, quienes
I.2.3. Resolución
El Juez Primero de Partido en lo Civil en suplencia legal del Juez de Sentencia del departamento de
Pando, por Resolución 6/2012 de 7 de febrero, concedió la tutela solicitada, ordenando a las
autoridades demandadas dejar sin efecto la Resolución de 19 de enero de 2012 y se dicte una
nueva, tomando en cuenta el apersonamiento de 7 de octubre de 2011, sea en el plazo de cuarenta y
ocho horas; todo lo mencionado se basa en los siguientes fundamentos: i) El art. 87 del Código de
Procedimiento Penal (CPP), establece los casos en los que el imputado puede ser declarado
rebelde, pero ninguno de ellos hace referencia a la rebeldía en caso de que el imputado no pueda
ser notificado en su domicilio o por haber comparecido dándose por notificado; es así que el inciso
1) del citado artículo, refiere que: “ el imputado será declarado rebelde cuando no comparezca sin
causa justificada a una citación de conformidad a lo previsto en este Código”; es decir, que
respecto a este supuesto la declaratoria de rebeldía se adopta a raíz de la desobediencia al
llamamiento judicial o citación de quien se encuentra sometido a un proceso; por lo que, en el
presente caso se le quería comunicar la radicatoria de la causa, para que en el plazo de diez días
presente su prueba de descargo, a cuyo efecto podía ser notificado en domicilio procesal, conforme
al art. 161 del Código de Procedimiento Civil (CPC), refiere que el imputado, ahora accionante,
aceptó su notificación en la localidad de Puerto Rico -lugar de su residencia- y éste debería ser el
domicilio donde se lo notifique, puesto que no cambió expresamente su domicilio; ii) Si se lo
quería notificar personalmente, el Tribunal no debió aceptar la representación del oficial de
diligencias, sino ordenarle que se le notifique conforme al último párrafo del art. 163 del CPP; iii)
La resolución de rebeldía no menciona la causa por la cual el imputado, ahora accionante, es
declarado rebelde; iv) El accionante ha comparecido, dándose por notificado, por tanto no
correspondía su declaratoria de rebeldía y tampoco debió librarse el mandamiento de aprehensión;
y, v) Considera que el accionante es indebidamente perseguido.
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Willian Fernández
Fernández -ahora accionante-, por el delito de robo agravado, mediante Auto de 8 de agosto de
2011, se radicó la causa en el Tribunal Segundo de Sentencia de Pando; a cuyo efecto el oficial de
diligencias de dicho Tribunal, el 15 de agosto del citado año, elevó su representación indicando
que, con la orden instruida emitida por sus autoridades y con el decreto de 23 de agosto de 2011,
no fue notificado el imputado - ahora accionante-, y no siendo habido en el domicilio señalado, los
vecinos le informaron que el mismo no se encuentra en esa localidad (fs. 31 y 32).
II.3. Por memorial de 12 de octubre de 2011, Willian Fernández Fernández, ahora accionante,
solicitó la nulidad de la notificación por edictos, se le tenga por notificado y se deje sin efecto
cualquier medida u orden de aprehensión. Asimismo, ofrece pruebas y pide la modificación de
medidas cautelares, con el fin de cambiar los días en que debe firmar el libro de asistencia, y el
cambio de domicilio en la ciudad de Cobija; lo que mereció que el Tribunal de garantías,
mediante providencia de 14 de octubre de 2011, determinó que con carácter previo a proveer la
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En lo referente a las notificaciones en materia penal, de manera general el art. 160 del CPP, señala
que las mismas tienen por objeto hacer conocer a las partes o terceros las resoluciones judiciales,
pues éstas deben ser notificadas obligatoriamente al día siguiente de dictadas, excepto en el caso de
que la ley o el juez disponga un plazo menor; y en el caso de dictarse durante las audiencias orales,
deberán notificarse en el mismo acto por su lectura.
Por otra parte el art. 162 del CPP., describe sobre el lugar de las notificaciones, que: “los fiscales y
defensores estatales serán notificados en sus oficinas y las partes en el domicilio que hayan
constituido en su primera actuación o en su defecto, en estrados judiciales; salvo de
notificaciones personales” (las negrillas son añadidas).
Al respecto, el art. 163.1 del referido código, indica que se debe notificar personalmente la
primera resolución que se dicte respecto de las partes, en ese sentido de manera general todas
las notificaciones se efectuarán mediante la entrega de una copia de la resolución al interesado y
una advertencia por escrito acerca de los recursos posibles y el plazo para interponerlos, dejando
constancia de la recepción. Asimismo en su último párrafo indica que si el interesado no fuera
encontrado, la notificación personal se la practicará en su domicilio real, dejando copia de la
resolución y de la advertencia en presencia de un testigo idóneo que firmará la diligencia.
Asimismo, el mismo Código de Procedimiento Penal en su art. 166, ha establecido los parámetros
para que las notificaciones sean nulas; sin embargo, en su parte final dice: “la notificación será
válida cuando a pesar de los defectos enunciados haya cumplido su finalidad” (negrillas
agregadas).
El legislador ha previsto en algunos casos la vía de la notificación por edictos; así el Tribunal
Constitucional, en su SC 0398/2003-R de 31 de marzo, respecto al art. 165 del CPP, ha señalado
que: “…el mismo Código en su art. 165 prevé la notificación por edicto en dos casos, a saber: a)
cuando no se tenga conocimiento del domicilio y b) cuando se ignore su paradero. En este
último caso, el presupuesto se materializa cuando teniéndose conocimiento del domicilio se ignora
el paradero de las personas a quienes se debe citar”.
Cabe aclarar que la finalidad principal de la notificación por edictos es que el proceso no se
paralice y prosiga su curso de manera rápida, sin interrupciones de ninguna naturaleza, al existir un
plazo límite de duración del mismo, (art. 133 del CPP).
Por otra parte, la SC 0535/2007-R de 28 de junio, indica que: '…la declaratoria de rebeldía tiene
como consecuencia la expedición del mandamiento de aprehensión, el arraigo y la publicación
de los datos y señales personales del imputado en los medios de comunicación, para su búsqueda
y aprehensión, esto con la finalidad de lograr que el declarado rebelde acuda a la citación o
llamamiento judicial y la investigación o el proceso penal continúen'.
Bajo ese entendimiento jurisprudencial, se tiene que la autoridad judicial puede determinar las medidas
cautelares que considere convenientes sobre los bienes del imputado para asegurar la eventual
responsabilidad civil emergente del hecho imputado; la ejecución de la fianza que haya sido prestada,
entre otras medidas (art. 89 del CPP). Es así que la misma SC 0535/2007-R, indicó que: '…el art. 91 del
CPP determina que cuando el rebelde comparezca o sea puesto a disposición de la autoridad que lo
requiera, el proceso continuará su trámite, dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos de su
comparecencia, manteniendo las medidas cautelares de carácter real; añadiendo que si el imputado
justifica que no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no
habrá lugar a la ejecución de la fianza'".
Al respecto, cabe referir que la rebeldía es la situación procesal en que se encuentra quien,
existiendo o mediando proceso en su contra, evita o rehuye someterse al mismo, ya sea no
compareciendo, evadiéndose, incumpliendo un llamado judicial o ausentándose sin justa
causa del lugar asignado para residir; es decir, que asume una actitud pasiva e indiferente en el
proceso, con estos antecedentes el Juez mediante resolución expresa y fundamentada puede
declarar la rebeldía, dando lugar a medidas cautelares personales y reales de carácter precautorio,
como ser: expedirse mandamiento de aprehensión, arraigo y otros; entonces se puede decir que el
objetivo principal de la declaratoria rebeldía es lograr la comparecencia del imputado para la
continuación del proceso penal, y en caso de comparecencia voluntaria del rebelde, o que sea
aprehendido y puesto a disposición de la autoridad, el proceso continúa dejándose sin efectos las
órdenes e instrucciones dispuestas salvo las medidas cautelares de carácter real.
Si bien el art. 125 de la CPE, ha determinado la competencia del juez o tribunal para conocer la
acción de libertad, a los órganos especializados en materia penal; asimismo la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional Plurinacional modulando la SC 0756/2011-R de 20 de mayo, ha
establecido a través de la SC 0032/2012-R de 16 de marzo, que las únicas autoridades facultadas
para conocer las acciones de libertad, son los jueces en materia penal; por lo que, ningún otro juez
estaría habilitado para ejercer dicha competencia, ni siguiera en suplencia legal.
Pese a ello debe advertirse que la SC 0032/2012-R que en su apartado III.2.1. refiere a la
aplicación prospectiva de dicho entendimiento, así sostiene que: “La eficacia prospectiva de la
jurisprudencia o conocida también como prospective overruling , referida al cambio de un
precedente vinculante o la sustitución por otro que a partir de la introducción de un nuevo
razonamiento adquiere carácter vinculante en casos posteriores” (subrayado y negrilla son
agregadas), es decir en el presente caso es preciso hacer notar que si bien las sentencias del
Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante, la sentencia referida ha sido
publicada el 16 de marzo y la fecha de interposición de la presente acción ha sido el 6 de febrero de
2012; razón por la cual se puede evidenciar que la presente acción de libertad ha sido interpuesta
antes de la publicación de dicha Sentencia, por cuanto no corresponde en este caso aplicar el
entendimiento jurisprudencial contenido en dicho fallo.
De la revisión de antecedentes que cursan en obrados, se puede colegir que el Tribunal Segundo de
Sentencia de Pando, ante la representación del notificador, ordenó la notificación para el imputado -
ahora accionante-, a cuyo efecto el oficial de diligencias habiéndose constituido en varias oportunidades
en el domicilio señalado por el imputado Willian Fernández Fernández, realizó su representación
indicando que el mismo no fue encontrado y que los vecinos le indicaron que no se encuentra en esa
localidad; a raíz de ello, el Tribunal Segundo de Sentencia de Pando mediante providencia de 5 de
septiembre de 2011, ordenó que se proceda a la notificación con la acusación formal, mediante edictos
de prensa, tal como determina el art. 165 del CPP, puesto que el imputado no tiene domicilio conocido y
se desconoce su paradero. El imputado ahora accionante, al enterarse de la publicación de dichos edictos,
presentó el memorial de 12 de octubre del mismo año, solicitando en la suma lo siguiente: a) Nulidad de
la notificación, pidiendo que se le tenga por notificado, se deje sin efecto cualquier medida u orden de
aprehensión; b) ofrece prueba; y, c) modificación de medidas cautelares; referente a los días en que debe
firmar el libro de asistencia y en la parte final del memorial refiere el cambio de domicilio en la ciudad
de Cobija; sin embargo, no indicó de manera específica el mismo; es así que dicho Tribunal, tomando en
cuenta el memorial, mediante Auto de 26 de octubre de 2011, únicamente señaló audiencia y
posteriormente en otros actuados, resolvió la modificación de medidas cautelares; y en cuanto a las
demás solicitudes, a través de la providencia de 14 de octubre, refirió que con el objeto de proveer la
solicitud de nulidad de notificación, el impetrante indique con exactitud su nuevo domicilio procesal y
real en la ciudad de Cobija; en consecuencia el 17 de enero de 2012, el imputado ahora accionante,
solicitó el desglose de los documentos presentados en audiencia de cesación a la detención preventiva;
mediante providencia de 19 de enero de 2012, el Tribunal Segundo de Sentencia ordeno que con
carácter previo, el impetrante señale su domicilio real y procesal, y se proveerá lo que fuera de Ley, por
todo lo referido se puede evidenciar que las autoridades demandadas en ningún momento se
pronunciaron a cerca de la prueba presentada y tampoco sobre la nulidad de la notificación por edictos,
siendo que antes de considerar los memoriales requiere que el imputado ahora accionante, indique con
exactitud su domicilio procesal.
Por otra parte, el 11 de noviembre de 2011 la Fiscal de Materia de Pando, Blanca Elena Ardaya
Vannucci, devolvió las publicaciones de los edictos solicitando la entrega de mandamientos de
aprehensión; a raíz de ello el Tribunal Segundo de Sentencia, conformado por las autoridades
ahora demandadas, emitió el Auto de 19 de enero de 2012, fundamentando que al tener constancia
de la publicación de los edictos, pudo verificar su difusión; empero, el imputado ahora accionante,
“no se presentó ante ese Tribunal y tampoco justificó su incomparecencia al proceso para que
pueda asumir su defensa”, motivo por el cual, lo declaró rebelde a la ley y dispuso el mandamiento
de aprehensión y otros.
En ese entendido -en el presente caso-, con relación a la supuesta ilegalidad de la declaración de rebeldía
-Auto de 19 de enero de 2012- conforme a la normativa prevista en los fundamentos jurídicos referidos
en la presente Sentencia, el imputado puede ser declarado rebelde cuando no comparezca ante el proceso
sin justa causa a una citación de conformidad a lo previsto en el Código de Procedimiento Penal. Ahora
bien, conforme se tiene que las notificaciones de 4 y 10 de octubre de 2011, efectuadas por edictos, -
solicitada por la fiscal y dispuesta por las autoridades demandadas-, fueron legales, ya que se desconocía
el paradero del imputado; sin embargo, después de haberse publicado los mismos, el imputado ahora
accionante se apersonó ante el proceso mediante memorial de 12 de octubre del citado año; de lo que se
puede colegir que las notificaciones publicadas mediante edictos cumplieron su finalidad, ya que el
accionante tuvo conocimiento de la radicatoria de la causa y cuando se apersonó solicitó la nulidad de las
notificaciones y adjuntó prueba; es decir, asumió defensa pero con celo funcionario e ignorándose el
propósito de los edictos no fue aceptado su apersonamiento bajo el pretexto de que previamente indique
domicilio procesal y personal, cuando en todo caso correspondía aplicar el art. 162 del CPP; vale decir,
tener por señalado el domicilio procesal en estrados judiciales con la advertencia de que toda ausencia
provocará una nueva declaratoria de rebeldía.
Por otro lado, en el memorial de 12 de octubre de 2011 presentado por el imputado, luego de las
publicaciones de los edictos, también pidió la modificación de medidas cautelares, las mismas que
a través de tres audiencias fueron suspendidas en reiteradas oportunidades y notificadas al
imputado o a su abogado patrocinante, en la última se procedió a modificar las medidas cautelares
solicitadas, situación por la que se puede evidenciar que el imputado ahora accionante, tenía
conocimiento de todas las actuaciones dentro del proceso, razón por la que no procedía la
declaración de rebeldía ya que no fue dispuesta de acuerdo a las normas previstas por los arts. 87.1
y 89 del CPP, de considerarse que la falta de señalamiento de domicilio procesal y personal, y
antecedentes a la notificación por edictos, debió analizarse en el ámbito y contexto de las medidas
cautelares referidas.
Es decir que la prueba que ofreció el accionante y su solicitud de nulidad no podían estar
supeditadas al señalamiento de domicilio y al haberse cumplido el propósito de la notificación por
edictos no correspondía la declaratoria de rebeldía del accionante, menos aún si el imputado fue
notificado en reiteradas ocasiones para que se lleve a cabo la audiencia de modificación de
medidas cautelares, así como se explicó en el párrafo anterior y dicha circunstancia no fue valorada
en la misma.
Con referencia al mandamiento de aprehensión dispuesto que se expida por las autoridades
demandadas, cabe mencionar que dicha decisión, puede ser calificada de ilegal, siendo que es una
consecuencia de la declaratoria de rebeldía y ésta en aplicación al presente caso se constituye una
medida excesiva por parte de las autoridades demandadas, puesto que a momento de que el
imputado se apersonó mediante memorial, ya no procedía la declaratoria de rebeldía y solamente
en el caso de que el imputado no hubiera comparecido ante el proceso, se podía adoptar las
medidas correspondientes, toda vez que la publicación de los edictos y la declaratoria de rebeldía
tienen su propia finalidad cumplida en caso de autos.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00085-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 27 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 46
a 50, se produjeron los siguientes actuados:
William Tórrez Tordoya y Edgar Carrasco Sequeiros, Vocales de la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, presentaron informe escrito, cursante a fs. 45
y vta., en el cual expresaron que: a) Se llevó a cabo en su Tribunal audiencia de apelación de
medida cautelar, donde luego de escuchar a la parte apelante decidieron revocar la cesación a la
detención preventiva que se le impuso a la representada del accionante; b) Su actuación ha sido
legal, ya que como tribunal de apelación revocaron la Resolución puesta en su conocimiento en
ejercicio pleno de su jurisdicción y competencia, resolviendo dicha medida que por su
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naturaleza y características son modificables o revocables aun de oficio, como determina el art.
250 del CPP; por lo que, la resolución de las mismas no causan estado, lo que hace inviable
modificar una medida cautelar por la vía constitucional; c) Para la interposición de un recurso
constitucional se deben agotar todos los medios de impugnación ordinarios, previamente a
invocar la protección de la acción de libertad; d) En el caso presente como se puede acudir a la
vía constitucional, si no se acudió a la vía de la reconsideración de la medida cautelar impuesta y
a la apelación incidental en su caso; y, e) Como Tribunal de apelación han resuelto todas las
peticiones y puntos apelados, detallando uno por uno los riesgos procesales, haciendo una
correcta valoración integral e interpretación legal.
I.2.3. Resolución
El Juez Tercero de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, Walter
Pérez Lora, constituido en Juez de garantías, pronunció la Resolución 03/2012 de 27 de enero,
cursante de fs. 48 a 50, denegando la tutela solicitada con los siguientes fundamentos: 1) Que
en la presente acción son dos puntos los que se cuestionan, el derecho a la salud y la violación al
debido proceso por la falta de fundamentación en la Resolución emitida por los Vocales del Sala
Penal Primera; 2) Con relación al derecho a la vida, se tiene que la acción de libertad está
consagrada en el art. 125 de la CPE, cuya esencia es la protección de la libertad, siendo
extensiva según la nueva configuración de la Constitución Política del Estado al derecho de la
vida y la libertad de locomoción; 3) Al establecer que la supuesta revocatoria de las medidas
sustitutivas a la detención preventiva violan el derecho a la vida de la imputada Esperanza Flores
Gonzáles; sin embargo, los argumentos expuestos por la parte accionante no han sido
debidamente acreditados, a pesar de que cursen en el expediente certificados médico forenses
que indican que la imputada se encontraría en grave estado de salud; y 4) La revocatoria de las
medidas sustitutivas es un acto jurisdiccional del Tribunal Departamental de Justicia a través de
sus Salas Penales; sin embargo, no existe documentación en la cual conste que los Vocales
demandados hubiesen ordenado o prohibido que la imputada, reciba un tratamiento debido y
adecuado; 5) En el presente caso, los supuestos actos ilegales no están vinculados con el derecho
a la libertad sino que son cuestiones que forman parte del desenvolvimiento procesal dentro del
actuar de la Sala Penal, la cual mediante el recurso de apelación tomó conocimiento y dictó una
resolución dentro del marco establecido por el art. 33 y ss. del CPP; y, 6) En el presente caso, el
Ministerio Público recurrió en apelación contra una Resolución del Juez Séptimo de Instrucción
en lo Penal, que otorgó la cesación de la detención preventiva de la imputada, Resolución que en
audiencia y en cumplimiento de los requisitos legales fue revocada por la Sala Penal Primera.
II. CONCLUSIONES
Penitenciario del Penal de Palmasola, que indica que la paciente Esperanza Flores Gonzáles,
requiere una valoración por ginecología y oncología, realización de exámenes de laboratorio en
el Hospital Oncológico, y si fuese necesario internación de forma urgente (fs. 2).
el Juez Séptimo
de Instrucción en lo Penal, Arturo Vargas Cruz, ordenando la realización de examen médico
forense a la imputada Esperanza Flores Gonzáles (fs. 4).
Certificado médico forense de 10 de noviembre del mencionado año, expedido por Hugo Cuellar
Villagra, que certifica que en base al examen físico realizado a la detenida, concluye que la
misma se encuentra con post tratamiento quirúrgico, de radioterapia y quimioterapia de cáncer
de cuello uterino, presentando nódulos dolorosos en diferentes partes del cuerpo, por lo que el
médico forense recomienda una valoración actualizada en el Instituto Oncológico del Oriente
Boliviano (fs. 5 a 6).
Cursan certificado médico extendido por Juan Romero Singo y exámenes de laboratorio de la
Clínica Médica SIRANI, los cuales certifican que la paciente Esperanza Flores Gonzáles, se
encuentra hospitalizada en dicho nosocomio, por presentar síntomas de dengue hemorrágico (fs.
8 a 12).
II.4. Mediante Auto de Vista de 5 de diciembre de 2011, el Juez cautelar dispuso la remisión de
la apelación ante el Tribunal Departamental de Justicia (fs. 23 vta.).
Cabe aclarar, no obstante, que no se puede exigir como fundamentación una argumentación
retórica intrascendente, sino más bien la adecuación de los hechos a la norma jurídica…”.
Ahora bien, por regla general, las resoluciones pronunciadas en apelación, en virtud a lo
establecido por el art. 398 del CPP, deben circunscribirse a los aspectos cuestionados en la
resolución. Sin embargo, esta limitación no significa que las autoridades judiciales, en
apelación, deban abstenerse de realizar el análisis sobre los supuestos previstos en el art. 233
del CPP, pues esa obligación les es exigible cuando tengan que revocar la resolución del
inferior que impuso medidas sustitutivas; es decir, los Vocales deben precisar los elementos de
convicción que les permitan concluir en la necesidad de revocar las medidas sustitutivas y
aplicar la detención preventiva, debiendo justificar la concurrencia de los presupuestos
jurídicos exigidos en el art. 233 del CPP” (las negrillas son nuestras).
En el caso presente el accionante por su representada, expresa que la misma fue beneficiada con
la Resolución de 5 de diciembre de 2011, que le imponía medidas sustitutivas a la detención
preventiva, luego de presentar certificados, tanto médico forenses como particulares, que
certifican que su representada padece de cáncer de cuello uterino, ante esta Resolución, el
Ministerio Público presentó recurso de apelación, mismo que fue elevado en conocimiento de
los Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz,
quienes después de realizar una nueva valoración de la prueba, revocaron la referida Resolución,
imponiéndole nuevamente la detención preventiva en el Penal de Palmasola, con estos motivos
el accionante plantea acción de libertad solicitando la anulación del “Auto de Vista de 26 de
enero de 2011”, que dispuso la revocatoria de la Resolución que otorgó las medidas sustitutivas
a su defendida, con el argumento de que el referido Auto, carece de fundamentación, vulnerando
el debido proceso, y se señale nueva audiencia en la que se resuelva la apelación conforme a ley,
resguardando el derecho a la vida y la salud de su representada.
De todo lo expuesto, y en base al Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo, es necesario
hacer alusión a la actuación de los Vocales demandados, los mismos que al haber revocado al
Auto de 5 de diciembre de 2011, han actuado dentro de las facultades que la ley les otorga, ya
que el art. 173 del CPP, les faculta a los jueces o tribunales a asignar el valor correspondiente a
los elementos de prueba presentados con aplicación a las reglas de la sana crítica, es decir que
los certificados médicos presentados como elementos de prueba, para los Vocales demandados
no son suficientes para desvirtuar los motivos que fundaron la detención preventiva dentro de las
medidas cautelares, esto no implica que dichos Vocales se hayan apartado del criterio de la
razonabilidad y de la equidad al valorar los elementos aportados por la parte accionante; a su
vez, es necesario hacer notar que al haberse revocado las medidas sustitutivas de la representada
del accionante, no significa que la misma no pueda volver a solicitar la cesación de la detención
preventiva, ya que como reza el art. 250 del CPP, “El Auto que imponga una medida cautelar o
la rechace es modificable, aún de oficio”; es decir, que no causan estado, reiterando que la parte
demandante en su momento puede volver a solicitar la referida cesación, aportando nuevos
elementos que desvirtúen los riesgos procesales.
Por los fundamentos anotados precedentemente se confirma que el presente caso no se encuentra
dentro de las previsiones y alcances de la acción de libertad, por lo que el Juez de garantías al
haber denegado la tutela impetrada, a través de la presente acción de defensa, obró
correctamente.
POR TANTO
Por memorial presentado el 3 de febrero de 2012, cursante de fs. 2 a 4 vta., el accionante expone
los siguientes fundamentos:
El accionante manifiesta que en el mes de agosto de 2011, fue injustamente imputado por la
presunta comisión del delito de robo agravado de un vehículo, a instancia del Ministerio Público
proceso que se encuentra en conocimiento de Karina Barea Márquez, Jueza Tercera de
Instrucción en lo Penal de El Alto, en suplencia de su similar Segundo. Explica que en audiencia
de medida cautelar efectuada el 29 del mismo mes y año, se dispuso su detención preventiva,
por lo que en uso de sus derechos, solicitó en reiteradas oportunidades la cesación de la misma.
Señala que en la última audiencia efectuada el 12 de enero de este año, la autoridad demandada
rechazó su petitorio de cesación su detención preventiva, por lo que en la misma audiencia
interpuso recurso de apelación contra dicha Resolución. Sin embargo, pese a que ha transcurrido
más de veintidós días de haberse concedido la apelación y no obstante que anunció una acción
constitucional, los plazos procesales fueron incumplidos con relación a la remisión de obrados
ante el Tribunal de alzada. Este extremo vulnera sus derechos y los principios constitucionales,
lo que a su vez, implica retardación de justicia, mas aún cuando se encuentra detenido
preventivamente.
Aclara que su señor padre dejó los recaudos de ley para el sacado de fotocopias y “otras
diligencias” solicitadas por los funcionarios asistentes.
El accionante alega la lesión de sus derechos a la libertad y al debido proceso, sin citar la norma
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 6 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 30
a 31 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Karina Estela Barea Márquez, Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal, ausente en la audiencia,
presentó informe escrito, cursante a fs. 16, señalando: a) Mediante Resolución 228/2011 de 29
de agosto, se dispuso la detención de Edwin Murga Chambi y otros, por cumplir los
presupuestos de los arts. 233.1 y 2, 234numerales 1, 2, 4 y 235 numerales 1, 2; y 4 del CPP; b)
El accionante solicitó la cesación de su detención preventiva, solicitud que fue rechazada en
audiencia del 12 de enero del mencionado año, por no cumplir con lo previsto por el art. 239. del
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 570
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Código de Procedimiento Penal (CPP). Dicha Resolución fue apelada en audiencia, conforme al
art. 251 de la misma norma disponiéndose su remisión al Tribunal de alzada, previa notificación
a las partes, diligencias que fueron remitidas a la central de notificaciones, las que a su vez,
fueron devueltas el 31 de enero de 2012; y, c) Por informe de Secretaría del Juzgado Segundo de
Instrucción en lo Penal, el 3 de febrero de igual año, a horas 8:30, la parte apelante pretendió
sacar fotocopias respectivas del proceso, pero no lo hizo y que, al ser más de cien fojas, el
Juzgado no pudo correr con los gastos necesarios, toda vez que personalmente en horas de la
tarde del día señalado se procedió a la remisión del recurso de apelación ante el Tribunal de
alzada.
Beymar Cartagena Catari, Secretario del Juzgado de Instrucción Segundo en lo Penal, informó
lo siguiente: 1) En audiencia de cesación a la detención preventiva realizada el 12 de enero del
mismo año a horas 17:30, se rechazó la solicitud del imputado, por no haber desvirtuado lo
establecido en los arts. 234.5 y 235.1 y 2 del CPP; 2) En la misma audiencia el accionante
planteó el recurso de apelación contra la Resolución 13/2012, solicitando se remita dentro de
veinticuatro horas al Tribunal de alzada para su revisión; y, 3) Se remitió a la Central de
Notificaciones las correspondientes piezas para las diligencias de notificaciones a las partes, las
cuales fueron devueltas el 31 de enero del mismo año, a horas 10:30, además que el 3 de febrero
de igual año a horas 08:30, se constituyó el padre del imputado Edwin Murga Chambi para sacar
fotocopias de ley para la remisión de la correspondiente apelación.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones
que se señala:
II.2. Por memorial de 17 de enero de 2012, Edwin Murguía Chambi, repone papeleta de pago de
recurso de apelación y pide se ordene la remisión de obrados a la Corte Superior de Distrito (fs.
27 y vta.).
II.4. Mediante oficio 61/12 de 3 de febrero de 2012, la Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal
remite al Presidente y Vocales de la Sala Penal de turno de la “Corte Superior del Distrito” de
La Paz, antecedentes en copias legalizadas para su consideración y resolución en grado de
apelación de la Resolución 13/12 de (fs. 29).
El accionante, denuncia que se vulneraron sus derechos a la libertad y al debido proceso, toda
vez que por Resolución se le rechazó la solicitud de cesación de su detención preventiva, los
actuados pertinentes fueron remitidos ante el Tribunal Departamental de Justicia de La Paz,
luego de más de veintidós días y no en el plazo previsto por el art. 251 del CPP; por
consiguiente, corresponde analizar en revisión, si los hechos denunciados son evidentes y si en
el caso concreto las autoridades demandadas, vulneraron los derechos del accionante.
Bolivia es un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que sustenta, entre
otros valores, la dignidad y libertad de las personas, tal como establece el art. 8 de la CPE; la
misma que, además, en el art 22, expresamente establece que “La dignidad y la libertad de la
persona son inviolables” y “Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado”.
Si bien estos enunciados hacen referencia a la “libertad”, hace en su acepción más general, como
sobre el valor de Libertad. Empero supone, para cada individuo o colectividad, la posibilidad de
actuar de forma autónoma como partícipe en la sociedad, en todos sus ámbitos posibles y, en
general, exenta de todo tipo de restricciones, salvo las establecidas en el sistema normativo
constitucional.
Dentro del sin número de libertades o derechos -según se vea- que la teoría o doctrina podría
referir, o que la norma y la jurisprudencia constitucional han establecido, se encuentra la libertad
personal, la misma que conforme precisa en el art. 23.I de la Ley Suprema del ordenamiento
jurídico, refiere que “Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal” y que esta
libertad personal “sólo podrá ser restringida en los límites señalados por la ley, para asegurar el
descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales”.
Entonces, la libertad de la persona es aquél derecho fundamental y constitucional que no sólo
debe ser respetado sino debe ser protegido por el Estado.
Por cierto, con el salvamento del art. 23, IV de la CPE, en el sentido que toda persona que sea
encontrada en delito flagrante, podrá ser aprehendida por cualquier otra persona, aun sin
mandamiento, con el único objeto de que sea conducido ante autoridad competente; de
conformidad parágrafo III del señalado art. “Nadie podrá ser detenido, aprehendido o privado de
su libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por la ley” y que “La ejecución
del mandamiento requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido por
escrito”.
En otro orden, el art. 15.I de la CPE, consagra que “Toda persona tiene derecho a la vida y a la
integridad física, psicológica y sexual. Nadie será torturado, ni sufrirá tratos crueles, inhumanos,
degradantes o humillantes (…)”. Así, la Constitución, al tiempo de señalar en el art. 13.I, que los
derechos reconocidos por ella, entre otros caracteres, son inviolables, establece que el Estado
tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos.
Desde otra perspectiva, para la consideración y resolución de la acción de libertad, debe tenerse
en cuenta que los ámbitos de protección se diferencian por el derecho que protegen: a) Derecho
a la vida; b) Derecho de locomoción, en tanto esté amenazado el derecho a la libertad personal;
c) Derecho al debido proceso, en cuanto esté restringido el derecho a la libertad personal; y, d)
derecho a la libertad personal, por haberse privado al margen de la Constitución y la Ley.
La acción de libertad tiene por objeto determinar si la vida de una persona está en peligro y, en
cuanto a la libertad personal se refiere, si la persona está indebidamente privada de libertad o,
queda siendo ilegalmente perseguida o indebidamente procesada; en estos dos últimos casos,
Según se presenten los hechos y se dilucide en el ámbito de protección cuya tutela se demanda,
así también, la resolución que emita el juez o tribunal llamado a conocer la acción de libertad,
determinará lo que corresponda. En este entendido, el art.125 de la CPE, nos señala la persona
que considere que su vida está en peligro, solicitará que se guarde tutela a su vida; la que crea
estar ilegalmente perseguida, que cese la persecución indebida o la que cree estar indebidamente
procesada o privada de libertad personal, se restablezcan las formalidades legales o se restituya
su derecho a la libertad. Dicho de otro modo, en la acción de libertad, al margen de los casos en
los que se tutela el derecho a la vida o de locomoción (por persecución ilegal en la que esté en
riesgo el derecho a la libertad física de la persona), el juez competente, o puede disponer la
restitución de la libertad, o mandar a que se restablezcan las formalidades, particularmente
cuando de las lesiones al debido proceso, en tanto éstas estén relacionadas con el derecho a la
libertad física de las personas.
El art. 178.I de CPE, establece que: “La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano
y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad,
probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico…” (las negrillas son agregadas).
En concordancia con la citada norma constitucional, el art. 115.II de la citada Ley suprema del
ordenamiento jurídico nacional que determina: “El Estado garantiza el derecho al debido
proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones” (las negrillas nos pertenecen). De la que se establece que la administración de
justicia debe ser rápida y eficaz tanto en la tramitación como en la resolución de las causas, ya
que las personas que intervienen en el proceso esperan una definición oportuna de su situación
jurídica, máxime si está comprometido un derecho fundamental de primer orden como es el de
la libertad.
En el orden normativo, el art. 3.7 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), determina que la
“celeridad comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la administración de justicia”.
Por otra parte, el principio de gratuidad, aludido en los arts. 115.II y 178.I de la CPE, es un
medio de acceso efectivo y gratuito a la justicia. Es decir, plantea que la justicia esté al alcance
de todos, sin que la situación económica de las partes pueda dar lugar a situaciones de privilegio
de unas respecto de otras, sabiendo que al administrado no le corresponde pagar ninguna suma
de dinero o retribución a los operadores de justicia. En ese orden la jurisprudencia constitucional
ha establecido que: “…La gratuidad es, en esencia, la condición para hacer realidad el acceso
a la justicia en condiciones de igualdad, pues la situación económica de las partes no puede
colocar a una de ellas en situación de privilegio frente a la otra ni propiciar, consiguientemente
la discriminación”. SC 0024/2005 de 11 de abril.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 574
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
“La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el
efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
Como está señalado, el art. 251 del CPP, vigente por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de
Seguridad Ciudadana (LSNSC), dispone que la resolución que disponga, modifique o rechace
las medidas cautelares será apelable en el efecto no suspensivo en el término de setenta y dos
horas, y que una vez formulado el recurso, las actuaciones pertinentes serán enviadas ante la
“Corte Superior de Justicia”, en el término de veinticuatro horas. El tribunal de apelación
resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días siguientes de recibidas las
actuaciones, sin recurso ulterior.
Si bien es el propio accionante el que recién el 17 de igual año, repone la papeleta de pago de
apelación, solicitando que se ordene la remisión de obrados ante la Corte Superior de Distrito, lo
cierto es que a la Jueza accionada, como titular del despacho, le correspondía velar por la
diligencia y celeridad que deben primar en las funciones del personal de su despacho, o como en
el caso de examen, de aquél personal del despacho en el que en suplencia ejerce su potestad, que
dicho sea de paso, evidentemente obró con displicencia, sin considerar que es su deber cumplir
con la orden judicial y hacer que la alzada se cumpla en los casos señalados por ley, mas aún
cuando en el caso concreto está de por medio la libertad del accionante.
El hecho es que la autoridad judicial demandada no cumplió con la obligación de respetar los
plazos establecidos por ley, teniendo en cuenta que los mismos son improrrogables y perentorios
conforme establece el art. 130 del CPP. Si bien, la jurisprudencia constitucional plantea la
posibilidad de alguna demora por causa justificada fundada y razonable; asimismo, refiere que
esta demora en ningún caso puede ser mayor a tres días. En consecuencia al haber transcurrido
al menos veintidós días desde la concesión de la apelación hasta la remisión de los antecedentes
ante el Tribunal de alzada, tanto la Jueza demandada, titular del despacho que actuó en
suplencia, como el funcionario del Juzgado donde radicó la causa, han dado lugar a que la
demora se constituya en un acto dilatorio contrario a los principios de celeridad y gratuidad
procesal consagrados por los arts. 178. I y 180.I de la CPE. Les impone a quienes administran
justicia el deber jurídico de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones
indebidas; exigencia con carácter imperioso ante aquellos casos vinculados a la libertad, por
cuanto las peticiones efectuadas deben ser atendidas y cumplidas estrictamente.
III.5. Sobre algunos aspectos con relación a la provisión de recaudos y remisión de obrados
al Tribunal de alzada.
Si bien, los antecedentes fueron remitidos ante el Tribunal de alzada en la misma fecha en la que
se interpuso la presente acción, y según el Secretario Abogado accionado, los recaudos le fueron
provistos ese mismo día, tal afirmación contradice lo dicho por la parte accionante que afirma
que fue provisto el mismo día en que se le concedió la alzada; lo cierto es que no existe
evidencia de tales afirmaciones y resulta pertinente señalar, a manera de llamada de atención,
que el funcionario debe hacer constar, así sea en nota marginal, la fecha y hora, cantidad y
referencia específica de la provisión de recaudos, si así se hubiera obrado. Por otra parte, el
hecho que se hubiera cumplido con la remisión de antecedentes ante el Tribunal de alzada, no
impide que el juez o tribunal llamado a conocer y resolver la acción de libertad se pronuncie
sobre el fondo de la petición formulada.
POR TANTO
pronunciado por el Juez Primero de Partido y Sentencia de El Alto del Distrito Judicial de La
Paz; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela, sin disponer la libertad.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00102-2012-01-AAC
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 05/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 689 a 693, pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Gonzalo Antonio Zambrana Dorado
contra Modesto Palacios Cruz, Presidente; Luís Fernando Remontt Apahaza, Edmundo
Rivero Cors, Wilma Teodora Condori Chávez, Hugo Mamani Mamani, Vocales titular y
suplentes respectivamente; y, Marilin Gutiérrez Gironda, Secretaria General; todos
miembros del Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Boliviana.
Previamente a desarrollar los antecedentes del presente caso, es menester aclarar que, por memorial de
14 de diciembre de 2011 (fs. 234 a 240 vta.), el demandante interpone acción de amparo constitucional
contra los miembros del Tribunal Disciplinario Departamental Permanente de La Paz y contra los
miembros del Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Boliviana, acción que fue rechazada in limine
por los Vocales de la Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante la
Resolución 048/2011 de 22 de diciembre con el argumento de que el petitorio era impreciso, oscuro e
incompleto; asimismo, el 24 del mismo mes y año solicita desglose de la documentación arrimada junto
a la acción de amparo constitucional, pedido que es aceptado por la mencionada Sala, mediante
Resolución de 3 de enero de 2012. Por último, por el 20 del citado mes y año, vuelve a presentar acción
de amparo constitucional aclarando su petitorio y dirigiendo esta vez su acción sólo en contra de los
miembros del Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Boliviana, disponiendo la Sala de turno por
Resolución de 20 de enero de 2012, que tratándose de una acción constitucional en la cual existe
identidad de sujeto, objeto y causa, se remita la presente acción nuevamente ante la Sala Civil Tercera
del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.
De lo que se tiene que, el accionante mediante memorial de fs. 234 a 240 vta., corregido a fs. 453 a
459, asevera lo siguiente:
El accionante afirma que es capitán de la Policía Boliviana, con funciones de Jefe de Seguridad de
la Estación Policial Integral Cotahuma de la ciudad de La Paz; y que, el 30 de abril de 2011 en
horas de la mañana, es detenido por un vehículo policial, endilgándole un supuesto escándalo en
vía pública vistiendo uniforme policial. En ese ínterin, el Teniente Coronel Manuel Coritza Zuñiga,
emite informe de acción directa, en base al cual se dicta Auto de inicio de procesamiento de 18 de
agosto de 2011, que dispone el inicio del juzgamiento en su contra, por la supuesta infracción al
art. 12.20 de la Ley del Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana (LRDPB), que a la letra
dice: “Circular en vía pública vistiendo uniforme en estado de ebriedad” (sic), iniciando una férrea
defensa, en sentido de no haber incurrido en falta alguna, por no haber estado vistiendo uniforme
policial el día de los hechos. Manifiesta que todas las actas, informes y fotografías de lo sucedido,
establecen que su persona se encontraba vistiendo una chompa color azul a rayas, que no
representa uniforme policial, y que ninguna de las autoridades -se entiende que resolvieron el caso-
hizo mención razonable al respecto.
Señala la severa contradicción en las fechas de lo sucedido, pero las autoridades demandadas solo
responden que se tiene establecida la fecha de la comisión de la falta; asimismo hizo referencia a
que no existió requerimiento fiscal para la prueba del alcosensor, manifestando los demandados
que el fiscal estuvo presente -se entiende en dicho actuado-; finalmente declaro que las diligencias
de notificación no cumplieron su objetivo, porque no tuvo conocimiento oportuno del proceso, a lo
que las autoridades demandadas se pronunciaron indicando que fue notificado conforme al art. 54
de la LRDPB. Observaciones efectuadas en su escrito de apelación, que fueron omitidas por
quienes debían resolver dicho recurso, siendo su respuesta general e imprecisa, concluyendo
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El accionante mediante su memorial de fs. 234 a 240 vta., corregido por el memorial de fs. 453 a
459, alega la vulneración al Debido Proceso “en su vertiente de correcta fundamentación de las
resoluciones”, sin mencionar el artículo de la Constitución que contiene a este instituto jurídico;
asimismo, acusa infracción a su Derecho a la Defensa, prescrito por el art. 115 de la Constitución
Política del Estado (CPE), sin tampoco precisar en que parágrafo se encuentra.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 10 de febrero de 2012, según consta en el acta de fs. 685 a 688
vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados.
El abogado del accionante, ratificó los extremos de su demanda, además de puntualizar su petitorio de
una mejor explicación de las decisiones adoptadas por el Tribunal demandado, e insistir en la omisión
en que incurrieron éstos, así como el tribunal de primer grado, en pronunciarse respecto de los
siguientes aspectos: 1) La chompa azul que usaba el día de los hechos, añadiendo que por esta
circunstancia existiría “falta de tipicidad del hecho con respecto a la norma”; 2) El reclamo, también
efectuado en su recurso de apelación, respecto de la contradicción en la fecha que ocurrió el hecho,
siendo que por la investigación efectuada por la Dirección General de Investigación Policial Interna,
se establece el 31 de abril -del 2011-, que revisando el calendario nunca existió; 3) La inexistencia de
un requerimiento fiscal para la prueba del alcosensor; y, 4) Indica que “no ha habido una adecuada
notificación con el inicio y el conocimiento oportuno del proceso disciplinario” (sic.).
Indicó que, los funcionarios policiales dejaron al capitán Zambrana a las diez de la mañana en el
Batallón de Seguridad Física; sin embargo éste a las 12:10 del mismo día, aprovechando un
descuido del personal, nuevamente procede a salir de su unidad con rumbo desconocido.
Después de hacer el resumen de lo ocurrido, el abogado de las autoridades demandadas manifestó
los siguientes extremos: a) El ahora accionante nunca se presentó a prestar su declaración
informativa ante la Dirección General de Investigación Policial Interna, por lo que fue notificado
mediante cedulón, de acuerdo a lo establecido por el art. 54 de la LRDPB; b) El Fiscal Policial en
conocimiento del caso, emite requerimiento de acusación, en base a los informes y pruebas
recolectados en la etapa investigativa, con el cual es legalmente notificado; c) Radicada la causa
ante el Tribunal Disciplinario Departamental de La Paz, es el mismo capitán Zambrana quien se
apersona, mediante un memorial impugnando el requerimiento acusatorio del Fiscal Policial,
solicitando a su vez se devuelva el caso a la Dirección General de Investigación Policial Interna,
siendo que la impugnación planteada, no se encuentra prevista en la Ley del Régimen Disciplinario
de la Policía Boliviana; d) El Tribunal Disciplinario Departamental de La Paz, conforme establece
el art. 74 de la norma anteriormente citada, emite el Auto de inicio de procesamiento, donde se
llega a establecer que el capitán Zambrana infringió las previsiones del art. 12.20 de dicha norma;
e) En el proceso disciplinario el acusado tuvo la defensa de su abogado y la posibilidad de
presentar sus pruebas, de la misma forma la Fiscalía Policial, con lo que el mencionado Tribunal
emite la Resolución Administrativa (RA) 035/2011 de 29 de agosto, de acuerdo a lo dispuesto por
el art. 91 de la LRDPB; y, f) Existe un considerando en la Resolución de primer grado que expresa
que, en las unidades policiales operativas y en los institutos de formación académica, se utiliza el
uniforme que consta de pantalón verde olivo, botas negras de combate y la polera sea negra o
blanca para realizar actividades físicas o deportivas, y al ser un oficial de la Policía Boliviana, que
ha sido formado cuatro años en la Academia Nacional de Policías, además de tener quince años de
trabajo en la institución, conoce perfectamente cuales son los uniformes; y en el caso es el
uniforme 1, consistente en el pantalón, botas de combate y polera negra, el que se utiliza para
acondicionamiento físico, infiriéndose que el 30 de abril -de 2011- el oficial se encontraba
vistiendo uniforme de acondicionamiento físico.
cuanto a la fecha del hecho, consta de manera clara en el formulario respectivo, la fecha en que fue
cometida la falta; v) El procesado se encontraba vistiendo “chompa negra”, polera negra, pantalón
verde de uniforme y botas de combate, es decir, si se encontraba vistiendo prendas policiales en vía
pública y en estado de ebriedad; vi) Respecto de la boleta de pago del mes de agosto a que se hace
referencia en la apelación, no guarda relación con el presente caso, correspondiendo a otro proceso
disciplinario; y, vii) El procesado vestía pantalón de uniforme 1 y botas de combate, que son
características principales de la Policía Boliviana en su color verde olivo, forma y modelo, toda vez
que así está descrito en el Reglamento de Uniformes de la Policía Boliviana, aprobado mediante
Resolución Administrativa 0334/10 de 9 de abril de 2010, y no así como sostiene el ahora
accionante que no estaba vestido de uniforme. Por lo que, señala se ha dado respuesta a la
apelación interpuesta, llevándose acabo el proceso disciplinario conforme la Ley del Régimen
Disciplinario de la Policía Boliviana, con lo que no se ha vulnerado el debido proceso, ni el
derecho a la defensa del ahora accionante, solicitando denegar el presente “recurso”.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de
garantías, mediante Resolución 05/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 689 a 693, denegó la
tutela solicitada bajo los siguientes argumentos: 1) La Resolución 058/2011, en su ratio decidendi
se pronuncia sobre todos los aspectos apelados y cuestionados; b) Asimismo, en sus puntos 5), 6) y
7) hace referencia a la chompa negra, polera negra, pantalón verde de uniforme y botas de
combate, por lo que sí se encontraba vistiendo prendas policiales; c) Con referencia a la prueba del
alcosensor y la presencia del Fiscal Policial y el investigador asignado, así como las diligencias de
notificación, son especificados, analizados y fundamentados en los puntos 1), 2), 3), 4), 8) y 9) del
considerando valorativo y del fundamento legal; d) La motivación de la resolución 058/2011 es
concisa, clara y satisfactoria a los puntos apelados, expresa convicciones determinativas que
justifican razonablemente la decisión pronunciada, no lesionando el debido proceso y menos el
derecho a la defensa; y, e) Las Resoluciones 053/11 y 058/2011, han sido pronunciadas en
previsión de los arts. 91 y 99 de LRDPB, entendiéndose como finalidad de esta norma, precisada
por su art. 2, la de precautelar, proteger y resguardar la ética, disciplina, servicio público policial, y
los intereses e imagen institucional de la policía Boliviana.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Según consta en el formulario de apertura de caso, cursante a fs. 246, el 30 de abril de 2011 a
horas 9:30 aproximadamente, se hizo presente en la Dirección Departamental de Investigación
Interna Policial, Manuel Coritza Zuñiga, Subcomandante de Radio Patrullas 110 de la ciudad de La
Paz, remitiendo y conduciendo a un oficial de la Policía Boliviana, mismo que es identificado
como Gonzalo Antonio Zambrana Dorado, quien vistiendo uniforme y en presumible estado de
ebriedad, con aliento alcohólico, habría observado un comportamiento escandaloso en plena vía
pública, entre las calles Winner y Velasco, cerca del Hospital San Gabriel, zona Villa Copacabana
de la ciudad de La Paz; asimismo al ser conducido en la patrulla, el mencionado oficial de policía
habría faltado al respeto y vertido amenazas en contra de los funcionarios policiales que lo
custodiaban. Antecedente refrendado por el informe de acción directa, cursante a fs. 247 y vta.,
firmado por el oficial policial superior interviniente, además del investigador asignado al caso.
II.2. Cursa en el expediente a fs. 248, el acta de prueba de campo para detección de alcohol,
realizado el 30 de abril de 2011 a horas 10:15 por personal del Organismo Operativo de Tránsito
de la ciudad de La Paz, en presencia del investigador y el Fiscal Policial, donde resulta que el
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servidor público policial Gonzalo Antonio Zambrana Dorado, no dio su consentimiento para dicho
examen, por estar presumiblemente bajo influencia alcohólica, siendo que mostraba falta de
coordinación motora, dificultad en la articulación de palabras y halitosis alcohólica,
especificándose en dicha acta que el oficial renuente vestía pantalón de uniforme 1 y botas de
combate.
II.3. El Fiscal Policial, mediante requerimiento de fs. 249, en aplicación de lo dispuesto por el art.
42.1 de la LRDPB, requiere el inicio de investigaciones, por supuestas transgresiones al art. 12.20
de la misma norma y la consiguiente notificación de las partes, ante la inconcurrencia del
investigado a comparecer ante el Fiscal Policial, habiéndose negado a recibir y firmar el acta de
entrega de requerimiento de inicio de investigaciones y el acta de citación (fs. 266, 267 y 268), es
que en previsión del art. 54 de la citada ley, se dispone su citación mediante cédula (fs. 270, 271,
272 y 273), por el que tampoco comparece ante la autoridad requirente.
II.4. Concluyendo la autoridad fiscal que, en virtud de las pruebas colectadas en la etapa
investigativa, el Fiscal Policial emite Requerimiento de Acusación cursante de fs. 282 a 283,
solicitando al Tribunal Disciplinario Departamental Permanente de La Paz señale día y hora de
audiencia oral, pública, contradictoria y continúa; requerimiento que es impugnado por el acusado
ante este Tribunal, mediante memorial de 10 de mayo de 2011, cursante de fs. 287 a 288 vta., por
el que solicita se devuelvan obrados a la Dirección Departamental de Investigación Policial
Interna, por existir errores según el acusado insubsanables, sin embargo dicha impugnación no
ameritó mayor consideración por el Tribunal policial de primer grado.
II.6. Instalada la audiencia de proceso oral público en la fecha indicada, y ante la ausencia del
abogado defensor del procesado, el Tribunal tuvo que nombrarle uno de oficio; siendo la prueba
testifical de cargo la primera en producirse, con las atestaciones de los siguientes funcionarios:
Teniente Coronel Manuel Coritza Zuñiga, Capitán Einar Ayala Winkelmann, Teniente Álvaro Lea
Plaza y Teniente Reynaldo Rodrigo Aguilar Solares, quienes corroboraron las circunstancias
alegadas por el Fiscal Policial, concluyendo las atestaciones de cargo con el contrainterrogatorio
formulado por la defensa, misma que a su turno, no presentó prueba testifical, por lo cual, el
Tribunal dispuso la presentación de prueba documental.
II.7. El Tribunal Disciplinario Departamental Permanente de La Paz, en virtud de todo lo visto y oído
en la audiencia de proceso disciplinario oral, público, continuo y contradictorio, emite la Resolución
Administrativa 035/11 de 29 de agosto de 2011, cursante de fs. 342 a 346 vta., considerando que las
pruebas testificales y literales introducidas por el Fiscal Policial son creíbles, especialmente,
consideran contundente la acción directa y atestación realizada por un Jefe Policial -se infiere la
participación del Teniente Coronel Manuel Coritza Zuñiga-, para llegar a la conclusión de que el
Capitán Gonzalo Antonio Zambrana Dorado, ha circulado en vía pública en estado de ebriedad,
vistiendo uniforme policial (pantalón verde olivo de combate, botas negras de combate y polera
negra), por lo que dicta la Resolución Sancionatoria, en virtud al art. 93 de la LRDPB, con el retiro
temporal de un año de la institución policial con pérdida de antigüedad y sin goce de haberes, por la
comisión de la falta disciplinaria prevista en el art. 12.20 del mismo cuerpo legal.
II.8. Mediante memorial de 23 de septiembre de 2011, cursante de fs. 348 a 352, el demandante
interpone recurso de apelación contra la mencionada RA 035/11, alegando violación al debido
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proceso contenido en los arts. 115 de la CPE, 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 8 del Pacto de San José de Costa Rica, mencionando además indefensión absoluta.
II.9. En conocimiento del caso, el Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Boliviana, en virtud
al art. 98 de la LRDPB emite la RA 058/2011 de 4 de noviembre, cursante de fs. 362 a 368, por la
cual declara improbada la apelación presentada, confirmando la RA 035/11, que sanciona al
Capitán Gonzalo Antonio Zambrana Dorado, estableciendo que: 1) El caso fue aperturado de
oficio, de conformidad al art. 64.1 de la LRDPB, no existiendo por tanto denunciante; 2) La prueba
del alcosensor fue realizada con la presencia del Fiscal Policial y el Investigador asignado al caso;
3) El ahora demandante no se hizo presente para asumir defensa en la Dirección General de
Investigación Policial Interna, por lo que se procedió a su legal citación en conformidad a lo
prescrito por el art. 54 de la citada Ley; 4) De acuerdo al formulario de apertura de caso, se tiene
claramente establecida la fecha de la comisión de la falta; 5) El procesado se encontraba vistiendo
“chompa negra”, polera negra, pantalón verde de uniforme y botas de combate, por lo que, sí se
encontraba con prendas policiales en vía pública y en estado de ebriedad; 6) El pantalón de
uniforme 1 y las botas de combate, son características principales de la Policía Boliviana en su
color verde olivo, forma y modelo; y, 7) En la etapa investigativa y en el Tribunal Disciplinario
Departamental, se ha dado estricto cumplimiento a la Ley del Régimen Disciplinario de la Policía
Boliviana, no advirtiéndose por lo mismo violación al debido proceso, ni indefensión.
En el orden constitucional vigente, se regula a la Policía Boliviana dentro del marco de lo prescrito
por el art. 251.I de la CPE, que señala: “La Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene la misión
específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de
las leyes en todo el territorio boliviano. Ejercerá la función policial de manera integral, indivisible
y bajo mando único, en conformidad con la Ley Orgánica de la Policía Boliviana y las demás leyes
del Estado”.
Con relación a su misión y finalidad, el art. 6 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional (LOPN),
establece que: “La Policía Nacional tiene por misión fundamental, conservar el orden público, la
defensa de la sociedad y la garantía del cumplimiento de las leyes, con la finalidad de hacer posible
que los habitantes y la sociedad se desarrollen a plenitud, en un clima de paz y tranquilidad”.
Por último, el art. 3 de la LRDPB, acoge diversos principios rectores de la función pública policial
adecuados a la misión y finalidad constitucional referida, entre ellos, tenemos a: La ética, como la
cualidad moral del funcionario policial que condiciona su comportamiento a la práctica de valores
humanos y sociales; la disciplina, principio que compele al funcionario policial en el marco de las
leyes y sus reglamentos, además de su estructura institucional, a que cumpla con las reglas de
orden jerárquico y de subordinación; responsabilidad, por el que el funcionario policial, debe
responder por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones o en el cumplimiento del deber.
Estos Principios, son de cumplimiento obligatorio por los miembros de la entidad policial, más
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aún, si se tiene en cuenta que, el perfil policial diseñado por nuestro ordenamiento jurídico,
promueve a que el funcionario policial deba ser una persona íntegra, que ejercite y defienda los
valores democráticos y en general constitucionales, sometida a la disciplina, a la jerarquía y al
orden de la institución, con la suficiencia moral y profesional para generar en la sociedad confianza
y respeto a tiempo de cumplir con su misión fundamental establecida por la Constitución Política
del Estado, cual es, la defensa de la sociedad y el cumplimiento de las leyes; concluyéndose que,
ante la eventual inconducta de algún funcionario policial, éste puede ser sometido a un proceso
disciplinario, y si es hallado responsable de alguna falta, ameritará una sanción, conforme prevén
las normas especializadas de la entidad policial.
El debido proceso, ha sido concebido por nuestra Norma Fundamental en sus arts. 115.II y 117.I,
“…como un principio, un derecho y una garantía, es decir, la naturaleza del debido proceso está
reconocida por la misma Constitución en su triple dimensión: como derecho fundamental de los
justiciables, un principio procesal y una garantía de la administración de justicia…”, (SC
0473/2011-R de 18 de abril); teleológicamente, el valor Justicia, es la máxima aspiración que
pretende lograr este instituto jurídico, cuando es aplicado en los distintos procedimientos previstos
en nuestra legislación, en ese sentido se pronuncia la SC 0999/2003-R de 16 de julio, que refiere:
“La importancia del debido proceso esta ligada a la búsqueda del orden justo. No es solamente
poner en movimiento mecánico las reglas de procedimiento sino buscar un proceso justo, para lo
cual hay que respetar los principios procesales de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la
prueba; los derechos fundamentales como el derecho a la defensa, a la igualdad, etc. ...”.
La denuncia del demandante, se resume en el reiterativo cuestionamiento que hace, respecto a que
no se hubiera considerado en las resoluciones de grado, parte de su vestimenta del día del hecho y
que tampoco habrían sido absueltos los puntos de su apelación, resumidos en los siguientes: i)
Duda en cuanto a la intervención de los testigos de cargo en sus declaraciones; ii) Inexistencia de
requerimiento fiscal para la prueba del alcotest; iii) Falta de citación con el requerimiento de inicio
de investigaciones; iv) Indeterminación de la fecha en que ocurrió el hecho; v) Contradicción en
cuanto a la forma del inicio de las investigaciones (a denuncia o de oficio), vi) Falta de tipicidad
del hecho atribuido, por cuanto la vestimenta del procesado el día de los hechos, no está
contemplada como uniforme policial en la Resolución Suprema 225497 de 5 de septiembre de
2008, tampoco dentro de la Resolución Administrativa 0334/10 de 9 de abril de 2010; vii) Omisión
de valorar la prueba documental de descargo consistente en el memorándum 0355/11, por parte del
Tribunal Disciplinario Departamental Permanente de La Paz; y, viii) La imposición anticipada de
la sanción, sin antes ejecutoriarse la Resolución de grado, cuando en su papeleta de pago advirtió
que no tenía líquido pagable.
En principio, se debe entender de que, definir la composición y uso de los uniformes de las unidades
castrenses y policiales, es competencia de sus propios estamentos y no del Tribunal Constitucional
Plurinacional; tampoco éste Tribunal puede pronunciarse respecto a reglamentos propios de las
instituciones a menos que en su contenido o desarrollo contradigan a los principios y valores contenidos
en la Constitución Política del Estado y ello sea acreditado.
Sin entrar en discusión del fondo de este acápite, es imperioso también entender que, la
jurisdicción constitucional, no puede interferir en la labor interpretativa y valorativa de los órganos
que administran justicia, sean estos ordinarios o especializados como en el presente caso, a no ser,
que se hayan afectado o vulnerado derechos o garantías constitucionales; este es el criterio del
Tribunal Constitucional, que en la SC 1390/2011-R de 30 de septiembre, refiere: “La Jurisprudencia
Constitucional, además de establecer los límites para la procedencia de la acción de amparo contra
decisiones judiciales, construyó la doctrina de las auto restricciones (self restraint), para la jurisdicción
constitucional, con el objeto de delimitar los ámbitos entre ésta y la jurisdicción ordinaria; en ese
marco, una de ellas es precisamente la no interpretación de la legalidad ordinaria; al respecto, la SC
1846/2004-R de 30 de noviembre, señaló: 'Si bien la interpretación de la legalidad ordinaria debe ser
labor de la jurisdicción común, corresponde a la justicia constitucional verificar si en esa labor
interpretativa no se han quebrantado los principios constitucionales informadores del ordenamiento
jurídico, entre ellos, los de legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía
normativa y debido proceso; principios a los que se hallan vinculados todos los operadores jurídicos de
la nación; dado que compete a la jurisdicción constitucional otorgar la protección requerida, a través
de las acciones de tutela establecidas en los arts. 18 y 19 de la Constitución, ante violaciones a los
derechos y garantías constitucionales, ocasionadas por una interpretación que tenga su origen en la
jurisdicción ordinaria, que vulnere principios y valores constitucionales…'”; en virtud de la misma auto
restricción, tampoco es posible que la jurisdicción constitucional ingrese en la revisión de la valoración
de la prueba efectuada por los tribunales de grado, siendo que para este extremo, el demandante debió
fundamentar en su acción la concurrencia de los siguientes requisitos: “…1) Que la valoración se aparte
de los marcos legales de razonabilidad y equidad (SC 0873/2004-R y 0106/2005-R, entre otras); o 2)
Cuando la Resolución que determine una sanción haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y su
lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales…” (SC
2764/2010-R de 10 de diciembre); por último, la jurisdicción constitucional no constituye última
instancia, para volver a revisar las decisiones de los órganos de administración de justicia ordinaria, ni
especializada, como en el presente caso.
De un análisis de la RA 035/2011 (fs. 342 a 346), se advierte que hace expresa mención a la forma de
vestir del uniforme policial del demandante el día del hecho, inclusive absolviendo el cuestionamiento
de la defensa, de que no era uniforme por existir una chompa azul de lana que usaba el procesado
encima de su atuendo policial, uniforme policial del demandante que en sus componentes pantalón
verde olivo, botas negras de combate y polera -negra en este caso- son los que utilizan las unidades
policiales operativas y los institutos de formación académica, para realizar actividades físicas y/o
deportivas. De la misma manera, la RA 058/2011 (fs. 362 a 368), que resuelve la impugnación a la
RA 035/11 se pronuncia respecto de las prendas que llevaba el ahora demandante en fecha 30 de
abril de 2011, y establece que si se encontraba vistiendo prendas policiales, en vía pública y en
estado de ebriedad; fundamentación y valoración que para el Tribunal Constitucional Plurinacional
son puntuales pero razonables.
Por otra parte, si el accionante pretendía un expreso pronunciamiento de este Tribunal, respecto a la
labor interpretativa y valorativa de los tribunales de grado respecto de la naturaleza de cuestionadas
prendas de vestir, no se ha explicado por qué esta labor resulta insuficientemente motivada, arbitraria,
incongruente, absurda, ilógica o con error evidente, identificando en su caso los requisitos para que el
Tribunal Constitucional Plurinacional efectúe la revisión de la interpretación de legalidad ordinaria, es
decir, los mencionados por la SC 0718/2005-R de 28 de junio, a saber: “…exprese de manera
adecuada y precisa los fundamentos jurídicos que sustenten su posición, fundamentos en los que
deberá exponer con claridad y precisión los principios o criterios interpretativos que no fueron
cumplidos o fueron desconocidos por el juez o tribunal que realizó la interpretación y consiguiente
aplicación de la norma interpretada; asimismo, exponer qué principios fundamentales o valores
supremos no fueron tomados en cuenta o fueron desconocidos por el intérprete al momento de
desarrollar la labor interpretativa y asumir la decisión impugnada…”; asimismo si bien se ha hecho
mención a los derechos supuestamente lesionados por el intérprete, sin embargo, el demandante no ha
estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y la interpretación impugnada; por último, no ha
precisado las reglas de interpretación inaplicadas por los intérpretes a momento de resolver el caso
(SC 2274/2010-R de 19 de noviembre), considerando en consecuencia este Tribunal, inviable
pronunciarse sobre la pretensión del demandante.
la apelación; 2) Dicho Tribunal estableció que, la prueba del alcosensor habría sido elaborada con la
presencia del Fiscal Policial y del investigador asignado al caso, respondiendo al cuestionamiento 2 de la
apelación; 3) Se establece también que, el procesado, por su incomparecencia en oficinas de la
Dirección General de Investigación Policial Interna para ejercer su defensa, habría sido notificado por
cédula, de conformidad al art. 54 de la mencionada norma, absolviendo el punto 3; 4) El tribunal a quo
entiende que, se tendría claramente establecida la fecha 30 de abril de 2011 como la fecha de la comisión
de la falta, absolviendo el punto 4; 5) Entendió el Tribunal que, el procesado se encontraba vistiendo
prendas policiales en vía pública y en estado de ebriedad, respondiendo a la apelación en su punto
6 de la impugnación; 6) Que, el procesado habría estado vistiendo pantalón de uniforme 1 y botas
de combate, que son característica principal de la Policía Boliviana, otra vez refiriéndose al punto
6; 7) El uso de uniformes en la Policía Boliviana, conforme entiende el mencionado Tribunal, está
regulado por el Reglamento de Uniformes de la Policía Boliviana, aprobada mediante Resolución
Administrativa del Comando General de la Policía Boliviana 0334/10 de 9 de abril de 2010, por lo que
la sociedad civil no está autorizada a utilizar ninguna prenda policial, haciendo nuevamente referencia al
punto 6; 8) El mencionado tribunal entiende que en la etapa investigativa, como ante el Tribunal
Disciplinario Departamental, se ha dado cumplimiento a lo establecido por la Ley del Régimen
Disciplinario de la Policía Boliviana, no advirtiéndose vulneración al debido proceso,
respondiendo así a las cuestionantes 1, 2, 3, 4 y 8; y, 9) El procesado habría tenido conocimiento
de que era investigado en Dirección General de Investigación Policial Interna, sin embargo no se
apersonó para asumir defensa, por lo que habría sido citado conforme prevé la norma antes
mencionada; asimismo, fue legalmente notificado con el Auto de inicio de procesamiento, asistido
por un abogado durante la audiencia de proceso oral, apeló la resolución de primera instancia,
aludiendo nuevamente al punto 3. Por lo que, se ha dado una respuesta motivada a todos los
cuestionamientos del justiciable; en tal sentido, no se puede acusar vulneración alguna a la garantía
del debido proceso en su elemento de la motivación de las resoluciones.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
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Expediente: 00219-2012-01-AL
Departamento: Cochabamba
Por memorial presentado el 8 de febrero de 2012, cursante de fs. 11 a 13, la accionante por su
representado, manifiesta los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
La accionante por su representado, alega que está siendo perseguido indebidamente, atentando
contra su derecho a la libre locomoción y circulación; a la garantía de protección oportuna,
efectiva por parte de jueces y tribunales, así como al debido proceso.
I.1.3. Petitorio
Solicita se disponga la nulidad del Auto que ordena el correspondiente mandamiento de apremio
contra su representado, por consiguiente el cese de la persecución indebida por parte de la
autoridad demandada. Asimismo, solicita se condene a la autoridad demandada en
responsabilidad penal, a daños y perjuicios, costas y multa.
La audiencia pública se realizó el 9 de febrero de 2012 a horas 14:30, según consta en acta
cursante a fs. 19, produciéndose los siguientes actuados:
Por informe de Secretaría del Tribunal de garantías, en audiencia pública, se establece que la
parte accionante no se hizo presente pese a estar legalmente notificada; motivo por el que no
existe ratificación ni ampliación de la acción.
También por informe de Secretaría del Tribunal de garantías en audiencia pública (fs. 13), se
tiene que, la autoridad demandada no concurrió a la audiencia, sin embargo presentó informe
escrito cursante de fs. 17 a 18, por el que la Jueza Tercera de Instrucción de Familia, manifestó
lo siguiente: a) Dentro del proceso de asistencia familiar, seguido por Ivana Beatriz Mendieta
contra el ahora accionante, que se tramita en su Juzgado, se tiene que en ejecución de sentencia,
por decreto de 12 de noviembre de 2011, se conminó al accionante a cancelar la suma de Bs5
103.- (cinco mil ciento tres 00/100 bolivianos), por concepto de asistencia familiar devengada,
en tercero día, bajo conminatoria de expedirse mandamiento apremio; b) El Oficial de
Diligencias del Juzgado se apersonó en el domicilio real del demandado, ubicado en av.
Hernando Siles 2674 de la zona Temporal, a efectos de notificar el referido decreto, que según la
representación correspondiente, la dueña del inmueble manifestó que el demandado habitaba la
vivienda en calidad de inquilino y que éste no se encontraba, razón por la que mediante Auto de
5 de enero de 2012, se dispone la citación mediante cédula, con la liquidación y conminatoria de
pago de 12 de noviembre de 2011, efectuándose la respectiva notificación el 19 de enero de
2012 en el domicilio real de referencia, al mismo tiempo, se realizó la notificación con la
conminatoria en el domicilio procesal del abogado; c) Ante el incumplimiento en el pago
exigido, por Auto de 31 de enero de 2012, se dispone expedir el mandamiento de apremio contra
el demandado, por lo que se concluye que se cumplió a cabalidad con lo dispuesto en la SC
0448/2006, que dispone la notificación al demandado en forma personal y en caso de no ser
habido, mediante cédula, observando las formalidades previstas en el art. 121 del Código de
Procedimiento Civil (CPC); d) Es evidente que, Juana Montero Rojas, por escritos de 22 de
diciembre de 2011 y 19 de enero de 2012, devolvió las copias de notificación con la liquidación,
bajo el argumento de que el demandado, ya no vive en ese domicilio, los referidos memoriales
merecieron proveídos de 27 de diciembre de 2011 y 24 de enero de 2012, respectivamente, que
fueron rechazados por no ser parte del proceso, esto en aplicación del art. 50 del CPC, que
establece que son partes esenciales en el proceso sólo el demandante, el demandado y el juez; e)
Según el memorial de acción de libertad, la accionante indica que su representado estaría
viviendo y trabajando en la localidad de Yacuiba, desde el mes de diciembre de 2011, aspectos
que no son evidentes toda vez que el Oficial de Diligencias, ha constatado que el demandado
vive en el domicilio de referencia, según consta en la representación respectiva, en la que la
propietaria del inmueble manifestó que el demandado es inquilino de la vivienda, por lo que la
representación tiene todo el valor probatorio para dar credibilidad a lo afirmado; f) Se debe
añadir que la conminatoria para el pago de asistencia familiar fue notificado al abogado del
obligado en su morada procesal, en razón de ello, el profesional patrocinante podía haber
impugnado la notificación con la conminatoria contenida en el proveído de 12 de noviembre de
2011, sin embargo hasta la fecha no se presentó memorial alguno observando la referida
diligencia; g) El abogado de la parte demandante presentó una copia de memorial con la firma
del demandado, dirigido al Juez Segundo de Instrucción de Familia, dentro de otro proceso de
asistencia familiar, donde en el otrosí primero, en forma expresa manifiesta que su domicilio
real está ubicado en la av. Hernando Siles 2674, zona Temporal de la ciudad de Cochabamba,
expresiones que constituyen una confesión espontánea al tenor del art. 404.II del CPC, dirección
donde fue notificado con Auto de conminatoria de pago, por lo que en base a ésta prueba no
existe duda que el obligado, mantiene como domicilio la dirección señalada; h) Con todos estos
antecedentes no existe duda alguna que el domicilio del demandado es donde se han practicado
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 590
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las notificaciones mediante cédula, motivo por el que la notificación con la conminatoria se ha
regido estrictamente a la normativa procesal; y, i) En mérito a lo expuesto solicita se deniegue la
acción de libertad, con las condenaciones de ley.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. La accionante no acredita en ninguna parte de la acción de libertad (fs. 11 a 13), que
hubiese utilizado algún medio impugnatorio ordinario contra las diligencias de notificación de
las Resoluciones judiciales cuestionadas, por las que se conmina a su representado a cancelar la
asistencia familiar devengada, disponiendo su citación mediante cédula y por la que se expide su
mandamiento de apremio; tampoco cursa en obrados elemento probatorio que permita establecer
que su representado previamente utilizó los mecanismos procesales previstos en el ordenamiento
procesal vigente para impugnar las referidas resoluciones.
II.2. No cursa en obrados, elemento probatorio alguno en que su representado, hubiere cumplido
con el pago de la liquidación de la asistencia familiar, y el mandamiento de apremio fuera ilegal.
De lo expuesto precedentemente, debe establecerse que en caso de existir norma expresa que
prevea mecanismos intra-procesales efectivos y oportunos de defensa de estos derechos
fundamentales, deben ser utilizados previamente antes de activarse la tutela constitucional,
aspecto que se encuentra enmarcado en los mandatos insertos en los arts. 8 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos" (las negrillas son añadidas).
De la revisión de los antecedentes que cursan en obrados, se concluye que la accionante por su
representado no ha demostrado que hubiese utilizado mecanismos intra-procesales previstos en
los arts. 436 y 149 del Código de Familia (CF) que son más idóneos y efectivos para impugnar
las resoluciones emitidas por la autoridad demandada, alegadas como lesivas a sus derechos,
tampoco interpuso recurso de reposición (art. 215 del CPC) o incidente de nulidad de la
notificación (art. 149 del CPC). Por lo que se concluye que la parte accionante activó la
jurisdicción constitucional sin haber agotado la vía ordinaria, medio más eficaz y efectivo para
el resguardo de sus derechos y garantías constitucionales.
Por los fundamentos anotados, el Tribunal de garantías al denegar la tutela impetrada a través
de la presente acción de libertad, obró correctamente.
POR TANTO
Los accionantes manifiestan que el 11 y 14 de enero de 2012, Omar Peñaranda Domínguez junto
a otras personas, en un número aproximado de veinte, trataron de acabar con sus vidas,
incurriendo en el delito de “intento de asesinato”; efectuada la denuncia ante el Ministerio
Público, en previsión del art. 226 del Código de Procedimiento Penal (CPP), fue aprehendido y
puesto a disposición del Juez cautelar que ordenó su detención preventiva. En el mismo acto
recurrieron de apelación en forma oral, admitida bajo el argumento que no es necesario que se
formalice; siendo remitida a la Sala Penal y Administrativa. Empero, dicha Sala rechazó el
recurso y devolvió el expediente al Juzgado de origen, indicando que no se apeló legalmente y
que debía hacerse por escrito.
Los accionantes denuncian como vulnerados sus derechos al debido proceso y a la “seguridad
jurídica”, citando al efecto el art. 115.II de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicitan se conceda el amparo constitucional y se ordene a los Vocales de la Sala Penal señalar
audiencia para considerar la apelación.
Germán Miranda Guerrero, Vocal de la Sala Penal y Administrativa del Tribunal Departamental
de Justicia de Pando, el codemandado en audiencia, manifestó: i) De la revisión del cuaderno
procesal, se observa que a “fs. 34”, el Juez cautelar remitió el cuaderno procesal en original,
debido a que Omar Peñaranda Domínguez, apeló del Auto 18/2012, que dispuso su detención
preventiva; ii) El Vocal Ponciano Ruiz Quispe, señaló audiencia para considerar el recurso de
apelación y de la lectura de la indicada Resolución, en dos líneas la defensa manifestó haber
hecho uso del recurso de apelación conforme consta a “fs. 62”; y, iii) Fremier Pérez Moreno,
formalizó apelación el 27 de enero de 2012, que no fue enviada a Sala para su consideración, lo
que motivó la suspensión del acto, dado que el Tribunal desconocía los fundamentos del mismo
y su formalización.
Ponciano Ruiz Quispe, Vocal de la Sala Penal y Administrativa del Tribunal Departamental de
Justicia, el codemandado refirió: a) En audiencia para la consideración del recurso de apelación,
se constató que no se presentó por escrito la fundamentación. En el cuaderno procesal tampoco
existe dicho medio de impugnación, constando sólo el anuncio de su interposición, dando a
entender que lo hará en setenta y dos horas; b) La norma indica que el Tribunal de alzada
resolverá en función a los puntos apelados, de acuerdo a lo resuelto por el Juez a que, no
existiendo los mismos, el Tribunal estaba impedido de realizar el análisis respectivo; c)
Recientemente cursa en el expediente un memorial que indica la formalización de la apelación,
el cual no cursaba cuando se remitió a Sala Penal y Administrativa, lo que evidencia la
negligencia del abogado; d) Tratándose de la libertad de una persona, la presente acción debió
ser de libertad y no de amparo constitucional; y, e) Solicitó se deniegue la tutela, imponiéndose
costas procesales.
En uso de la réplica, manifestó, que si bien es cierto que el abogado de los accionantes apeló,
dicho acto debe encontrarse transcrito en el acta, dado que no es suficiente manifestar que apeló.
I.2.4. Resolución
Concluida la audiencia, la Sala Civil, Social, de Familia, Niño, Niña y Adolescente del Tribunal
Departamental de Justicia de Cochabamba, constituido en Tribunal de garantías, mediante
Resolución 5 de 13 de febrero de 2012, cursante de fs. 29 a 30 vta., concedió el amparo con
relación a los Vocales de la Sala Penal y Administrativa y denegó respecto del Juez Segundo de
Instrucción en lo Penal asimismo ordenó que los Vocales codemandados resuelvan el recurso de
apelación en audiencia pública a señalarse lo “antes posible”; con los siguientes fundamentos: 1)
El sistema recursivo del procedimiento penal está contemplado en los arts. 394 a 427 y 251.
Entre las reglas generales de los arts. 396 a 400 del citado cuerpo legal, no está previsto que los
recursos deban ser presentados por escrito; 2) En la apelación prevista por el art. 251 del CPP,
regulada para el caso de aplicación de medidas cautelares de carácter personal, no indica que
deberá interponerse por escrito; por ello, la SC 1703/2004-R, estableció que puede ser planteada
en forma oral y en audiencia para su consideración se podrá fundamentar y exhibir los elementos
probatorios, en base a los principios de oralidad e inmediación que caracterizan al actual sistema
procesal penal, razonamiento reiterado por la SC 1698/2005-R. Jurisprudencia ratificada por la
SC 0959/2011-R; 3) Los Vocales codemandados, debieron resolver el recurso de apelación
conforme a la fundamentación que hubiere realizado la parte recurrente en la misma audiencia.
Por cuanto, no resulta válido el argumento que la apelación se realizó en dos líneas, que no
consta en acta y que la Resolución versa sobre los puntos apelados, dado que ellos pudieron
extraerse de la fundamentación oral en audiencia; 4) Al haberse rechazado el recurso de
apelación, constituye un defecto formal que afecta el derecho al debido proceso consagrado en
art. 115 de la CPE; 5) Por consiguiente, el amparo constitucional, es el medio de defensa idóneo
ante la supresión de este derecho por no haberse resuelto el recurso de apelación; y, 6) Respecto
de la vulneración al derecho de petición por la no entrega de la resolución de rechazo del recurso
de apelación, no es necesario ordenar la entrega debido a que los Vocales no negaron el rechazo,
por el contrario, lo justificaron.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. En proceso penal seguido por el Ministerio Público a instancia de los accionantes contra
Omar Peñaranda Domínguez, por la presunta comisión del delito de “asesinato en grado de
tentativa” (sic); en audiencia de consideración de medida cautelar, el Juez Segundo de Instrucción
en lo Penal, dispuso su detención preventiva. Acto procesal, en el cual el abogado de los
accionantes hizo uso del recurso de apelación incidental previsto en el art. 251 del CPP, concedido
por el Juez de la causa, disponiendo la remisión de actuados ante la Sala Penal, según se advierte
del Auto Interlocutorio 18/2012 de 26 de enero (fs. 8 a 10).
II.2. En audiencia de acción de amparo, los Vocales demandados, informaron que no resolvieron el
recurso de apelación planteado por los accionantes, debido a que no lo interpusieron de manera
escrita, por cuanto no existían puntos a resolver (fs. 25 a 28).
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 596
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A efectos de establecer la naturaleza jurídica de la presente acción, conviene recordar que ella
deviene de la esencia o el conjunto de propiedades que hacen a su definición como tal. En ese
sentido, podemos decir, que el amparo constitucional es una acción de defensa de todos los
derechos fundamentales y garantías constitucionales establecidos o reconocidos en la Norma
Fundamental y en Tratados y Convenios Internacionales sobre Derechos Humanos y las normas de
Derecho Comunitario, ratificados por el país (art. 410.II); de donde se advierte, que a través del
amparo constitucional se tutelan derechos civiles y políticos, incluyéndose a los denominados
económicos, sociales y culturales, de ahí la amplitud en la tutela de derechos de esta acción.
Empero, ese ámbito de protección no alcanza a los derechos a la libertad y la vida que son
resguardados por la acción de libertad; los derechos a la intimidad, privacidad personal o familiar,
a la imagen, honra y reputación, tutelados a través de la acción de privacidad; y finalmente, los
derechos colectivos que son resguardados por la acción popular.
De ahí que la Constitución Política del Estado dedica el Título IV a las garantías jurisdiccionales y
acciones de defensa, entre la cuales se encuentra el presente medio de defensa como una garantía
constitucional de carácter jurisdiccional, dado que tiene por finalidad proteger y restablecer
derechos fundamentales y garantías constitucionales vulnerados por actos ilegales u omisiones
indebidas de servidores públicos y personas particulares. Otra de sus finalidades es que ante la
amenaza de la lesión a un derecho, se evite la consumación del acto ilegal u omisión indebida.
La amplitud en la protección que brinda esta garantía, se rige esencialmente, por los principios de
subsidiariedad e inmediatez, el primero entendido como el agotamiento previo o la constatación de
la inexistencia de otras vías o recursos legales para la protección inmediata de los derechos
denunciados como conculcados; por cuanto, no sustituye o reemplaza a los recursos o instancias
ordinarias preestablecidas en el ordenamiento jurídico. Respecto del segundo, su interposición
debe hacerse en el plazo de seis meses, computables a partir del conocimiento del hecho o
notificación con el acto ilegal u omisión indebida.
Finalmente, corresponde referir que esta medio de defensa tiene como características principales, el
constituirse en una acción extraordinaria, cuya tramitación es sumaria y especial según prevén los
arts. 129 de la CPE y 68 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP); inmediatez
en la protección en el entendido que una tutela tardía carecería de efecto jurídico alguno, y la
generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa.
Las medidas cautelares, como instrumentos procesales tienen por objeto restringir o limitar el
ejercicio de los derechos personales o patrimoniales del imputado o de terceras personas. De
acuerdo a nuestro sistema procesal penal, pueden ser de carácter personal o real, la primera tiene
por finalidad asegurar la presencia del imputado en el juicio y evitar que se obstaculice la
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 597
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
averiguación de la verdad; en cambio, la segunda está destinada a garantizar la reparación del daño
y el pago de costas y multas.
Ahora bien, la imposición de una medida cautelar de carácter personal dentro de un proceso penal,
como es la detención preventiva, responde a la ponderación que haga el Juez que tiene a su cargo
el control jurisdiccional de la investigación, de los requisitos o suficientes elementos establecidos
por la norma adjetiva penal, que den lugar a su procedencia. Determinación que puede ser
impugnada a través del recurso de apelación incidental como instrumento idóneo y efectivo a
través del cual la parte afectada recurre ante el superior jerárquico para que corrija el error o
arbitrariedad en que hubiere incurrido el inferior en grado. Teniendo presente que la aplicación de
la medida cautelar de última ratio afecta uno de los bienes jurídicos de más alto valor para una
sociedad, como es la libertad, el Código de Procedimiento Penal, prevé un medio efectivo, sumario
e inmediato como es el recurso de apelación incidental.
Es así que el art. 251 del CPP, modificado por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de
Seguridad Ciudadana (LSNSC) dispone:
“La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el
efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia, en el término de veinticuatro horas.
El Tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior” ( las negrillas son nuestra).
Texto del cual, se advierte que el recurso de apelación incidental se constituye en el medio idóneo
e inmediato de defensa contra supuestas lesiones o restricciones al derecho a la libertad, para
impugnar la imposición de medidas cautelares en un plazo breve para su interposición y resolución
sin demora alguna. Lo que supone, que formulado el recurso, el Juez o Tribunal, debe remitir los
actuados ante el Tribunal superior en el plazo de veinticuatro horas, debiendo el superior resolver
en tres días; al respecto, cabe recordar que la jurisprudencia de este Tribunal, estableció que la
demora en la Resolución por causas justificadas, razonables y fundadas, como sería el caso de
recargadas labores, suplencias, pluralidad de imputados, etc., se otorga tres días adicionales para la
resolución, el cual no puede exceder, de darse se tornaría en dilatorio y lesivo al derecho a la
libertad del agraviado -SC 1739/2011-R de 7 de noviembre-.
Si bien es cierto que el art. 404 del CPP, prevé que el recurso de apelación incidental, se
interpondrá por escrito debidamente fundamentado, ante el mismo tribunal que dictó la resolución,
dentro de los tres días de notificada la determinación que le causa agravio; empero, para el caso de
recurrir de la decisión que disponga, modifique o sustituya una medida cautelar -art. 403.3 del
CPP- los pronunciamientos de este Tribunal, han sido uniformes al sostener: “De la interpretación
de todas las normas transcritas, se extrae que los recursos, deben ser interpuestos por escrito y
ante el juzgado que atiende el asunto, cumpliendo con las formalidades debidas; quedando claro
que no toda falta de formalidad provoca el rechazo o inadmisión del recurso, sino sólo las que
sean esenciales para dar constancia de su presentación en el lugar determinado por ley y tiempo
oportuno. Sin embargo existe una excepción a la interpretación aludida, pues el recurso de
apelación en el régimen de medidas cautelares, vale decir el referido a impugnar las
resoluciones que imponen medidas cautelares, establecido en las normas del art. 251 del CPP
del Libro Cuarto de la primera parte del mismo Código, es un recurso que por su naturaleza
(buscar la restitución de derechos fundamentales como la libertad física y la libertad de
locomoción) prescinde de ciertas formalidades, tales como la exigencia de ser interpuesto por
escrito, pues puede ser interpuesto en forma oral en la audiencia que se dicta la resolución de
medidas cautelares, resultando como lógica consecuencia que la fundamentación podrá
realizarse ante el Tribunal ad quem donde sea radicado el recurso, ya que será éste quien
precise de escuchar la fundamentación no sólo de la parte apelante sino también del Ministerio
Público o de la parte querellante, para acopiar los elementos de convicción suficientes a fin de
revocar o confirmar la resolución apelada. Este entendimiento ya fue asumido por este Tribunal
en la SC 1703/2004-R de 22 de octubre que señala lo siguiente:
(…)
En coherencia con el razonamiento anterior, también debe entenderse que el Tribunal ad quem,
sólo podrá rechazar el recurso cuando luego de señalar la audiencia, el apelante no acuda a este
acto, o lo que es lo mismo no podrá rechazar in límine el recurso por no haber sido presentado
por escrito luego de dictada la resolución que imponga, rechace o modifique medidas
cautelares” (SC 1698/2005-R de 19 de diciembre, razonamiento reiterado por la SC 1500/2011-R
de 11 de octubre) (las negrillas son nuestras).
De donde se concluye, que el recurso de apelación incidental interpuesto contra la decisión que
imponga, modifique o sustituya una medida cautelar, podrá plantearse de forma oral en el mismo
acto que dio lugar a su aplicación, sin necesidad que en audiencia para su consideración por el
Tribunal superior, se exija su previa presentación o fundamentación escrita por el agraviado, en el
entendido que no existe impedimento alguno para que la fundamentación también sea oral. Ello se
justifica en dos razones; la primera, por la naturaleza del derecho o bien jurídico protegido -la
libertad- y segundo, porque los actos procesales, de acuerdo a la Ley 1970, se rigen esencialmente
por los principios de oralidad e inmediación.
Instituto jurídico, reconocido como una garantía jurisdiccional, principio constitucional y derecho
fundamental arts. 115.II, 117, 137 y 180-, que a través de los uniformes pronunciamientos
emanados por el Tribunal Constitucional, se precisó que es un instrumento de defensa de derechos
fundamentales y garantías constitucionales durante la tramitación del proceso judicial o
administrativo, en el cual los actos procesales deberán desarrollarse conforme al procedimiento
previsto en la norma. En ese sentido, el debido proceso tiene por objeto la materialización de los
valores jurídicos de justicia e igualdad, dado que sólo a través de ellos, se logrará la eficacia
máxima de los derechos fundamentales contenidos en la Norma Fundamental.
En el Fundamento Jurídico III.1 del presente fallo y en función al contenido del art. 128 de la CPE,
se precisó que este medio de defensa tutela derechos fundamentales y garantías constitucionales
reconocidos en el texto constitucional y en las leyes; pero además, en Tratados y Convenios
Internacionales sobre Derechos Humanos y las normas de Derecho Comunitario, ratificados por el
país (art. 410.II). Delimitación que de manera taxativa, restringe la protección de ese medio de
defensa de forma directa o aislada a principios constitucionales, en el entendido que contiene
características sustancialmente distintas con relación a los derechos fundamentales.
Ahora bien, el art. 178 de la Norma Fundamental, reconoce a la seguridad jurídica como un
principio constitucional, sobre el cual se sustenta la potestad de impartir justicia, así lo entendió la
SC 0070/2010-R de 3 de mayo, al afirmar: “'…la seguridad jurídica como principio emergente y
dentro de un Estado de Derecho, implica la protección constitucional de la actuación arbitraria
estatal; por lo tanto, la relación Estado-ciudadano (a) debe sujetarse a reglas claras, precisas y
determinadas, en especial a las leyes, que deben desarrollar los mandatos de la Constitución
Política del Estado, buscando en su contenido la materialización de los derechos y garantías
fundamentales previstos en la Ley Fundamental, es decir, que sea previsible para la sociedad la
actuación estatal; este entendimiento está acorde con el nuevo texto constitucional, que en su
art. 178 dispone que la potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta,
entre otros, en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, probidad y
celeridad" (las negrillas son nuestras).
Razonamiento que nos lleva a concluir que a través de los principios y valores contenidos en la
norma fundamental, se busca la eficacia máxima de los derechos fundamentales y garantías
constitucionales; por cuanto, su resguardo sólo podrá hacerse efectiva cuando se advierta su
vinculación con un derecho fundamental objeto de tutela constitucional.
Peñaranda Domínguez, por la presunta comisión del delito de tentativa de asesinato, el Juez
Segundo de Instrucción en lo Penal, ordenó la detención preventiva del imputado; medida
recurrida en apelación incidental en el mismo acto procesal por el abogado de los accionantes,
según se advierte de la parte in fine de la Resolución 18/2012 de la indicada fecha, concedida
inmediatamente, el Juez ordenó su remisión ante la Sala Penal y Administrativa del Tribunal
Departamental de Justicia de Pando. Empero, en audiencia pública para su consideración y
resolución -cuya fecha no consta en antecedentes y tampoco informaron las partes-, los Vocales
codemandados, rechazaron el indicado medio de impugnación bajo el argumento que los
accionantes, no formalizaron ni fundamentaron por escrito y no existiendo puntos a considerar
para resolución, suspendieron el acto y devolvieron actuados al Juzgado de origen.
La seguridad jurídica, como uno de los principios que sustentan el modelo constitucional, sobre
el que fundamenta la potestad de impartir justicia, no es susceptible de tutela directa a través de
este medio de defensa; empero, cuando se advierta la lesión a un derecho fundamental o garantía
constitucional vinculado con este principio, podrá activarse la protección que brinda la acción de
amparo constitucional y no así de manera aislada, según se explicó en el Fundamento Jurídico
III.4.2 de este fallo.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de libertad
Expediente: 00155-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Añade que, tanto la Policía y la Fiscalía cumplieron los plazos previstos en los arts. 226 y 227
del CPP, en el primer caso para poner al accionante a disposición de la Fiscalía y en el segundo,
para ponerlo a disposición del Juez cautelar; no obstante después de 36 horas de estar detenido
ilegalmente en celdas judiciales, el Juez cautelar de turno habiendo tomado conocimiento que el
accionante tenía antecedentes de otro caso, no dispuso su libertad, ordenando y conminando al
Fiscal del caso para que pronuncie imputación en su contra y asimismo aplicación de medidas
cautelares, desconociendo que la autoridad jurisdiccional no tiene atribuciones investigativas y
si el Fiscal consideró que no existía elemento indiciario suficiente éste no puede imputar, caso
contrario estaría violando la ley. Manifiesta que al momento de la presentación de la acción de
libertad, 14 de febrero de 2012, se encuentra privado de su libertad por más de 80 horas
continuas, de manera ilegal por el Juez Quinto de Instrucción en lo Penal, quien vulnerando los
derechos constitucionales no definió su situación procesal en el plazo debido, encontrándose
detenido sin fundamento legal.
El accionante señala que está detenido de manera ilegal por más de 80 horas, sin citar derecho o
norma constitucional alguna.
I.1.3. Petitorio
La audiencia pública se realizó el 15 de febrero de 2012, según consta en acta cursante de fs. 13
a 15, produciéndose los siguientes actuados:
incurrido en aprehensión ilegal, puesto que en aplicación del art. 115 de la Constitución Política
del Estado (CPE), las autoridades jurisdiccionales deben ejercer la tutela judicial efectiva para la
víctima, la sociedad y las instituciones, de tal forma que la oportunidad que se le da con la
suspensión condicional de la pena no se convierta en una burla, toda vez que las medidas
impuestas para la referida suspensión han sido incumplidas por el imputado; se debe velar
porque la reincidencia no sea una costumbre en el sistema procesal penal; e) No se ha vulnerado
derechos con la solicitud de nuevo análisis efectuado al Fiscal, ya que se notificó el lunes 13 de
febrero a horas 15:45, y éste recién el 15 de febrero en horas de la mañana devuelve la solicitud
que se le efectuó, respondiendo que en el presente caso no existen mayores indicios de
responsabilidad penal, ya que no hay testigos ni otros elementos, asimismo la víctima manifiesta
que no quiere continuar con ninguna acción y que se da por resarcido el daño en razón del
acuerdo arribado entre partes, y, que el Ministerio Público ha buscado la solución del conflicto
de conformidad a los arts. 7 y 65 de la Ley 2175 de 13 de febrero de 2001, motivo por el que las
investigaciones continuarán y con su resultado se pronunciará de acuerdo a ley; f) Ante ésta
situación, la autoridad demandada libró el correspondiente mandamiento de libertad a favor del
ahora accionante; g) La autoridad demandada deslinda toda responsabilidad respecto del
accionante, toda vez que tiene habitualidad y reincidencia en delitos de robo y robo agravado,
por lo que si éste continúa con este comportamiento será nuevamente aprehendido por un caso
grave y la autoridad demandada va a ser procesada, así como el juez de garantías, si éste último
dispone la libertad inmediata del accionante, puesto que es un peligro efectivo para la sociedad;
y, h) Habiendo agotado esfuerzos para que el Fiscal Roger Joaquín Velásquez Alcázar presente
imputación formal, la autoridad demandada señala textualmente que: “(…) prefiero ser
procesado por no liberar a delincuentes reincidentes a que me procesen por liberarlos…” (sic).
I.2.3. Resolución
15 de febrero, mismo día de la audiencia de acción de libertad, con los fundamentos expuestos
anteriormente, señalando que las investigaciones continuarán; y, 4) “(…) que la autoridad
jurisdiccional cumplió con sus deberes y facultades, pronunciándose en los plazos establecidos
por ley, si bien existiría incumplimiento de plazos, en este caso no es atribuible al órgano
jurisdiccional, sino al Ministerio Público que no es parte accionada, sin lugar a la tutela
planteada.” (sic).
II. CONCLUSIONES
II.1. Por Auto Interlocutorio de 15 de febrero de 2012 (fs. 8), dictado por la autoridad
demandada, Juez Quinto de Instrucción en lo Penal, así como por su informe en audiencia de
consideración de acción de libertad (fs. 13 a 15), se establece que el 11 de febrero de 2012, a
horas 4:10 aproximadamente, Nery Franklin Choque Rivero y Ricardo Canaza Siñani, fueron
aprehendidos por agentes de la FELCC de la ciudad de La Paz, por el supuesto robo de una
mochila y un billetera a Germán Henry Silva Soto, siendo remitidos al Fiscal Roger Joaquín
Velásquez Alcázar, quien en la misma fecha mediante requerimiento solicitó al Juez cautelar de
turno resuelva la situación legal de los aprehendidos en virtud del art. 228 del CPP, toda vez que
las partes habrían suscrito un acuerdo reparatorio y que no encontraba indicios suficientes para
determinar la responsabilidad de los aprehendidos; sin embargo, la autoridad demanda mediante
providencia de 12 de febrero de 2012, devuelve el mencionado requerimiento al Fiscal para que
éste haga un nuevo análisis del caso y presente imputación formal en el plazo de veinticuatro
horas, en el entendido de que la autoridad jurisdiccional se habría percatado que el ahora
accionante tendría una Sentencia condenatoria ejecutoriada por el delito de robo y que estaría
beneficiándose de la suspensión condicional de la pena; la referida providencia fue notificada al
Fiscal el 13 de febrero de 2012, que habría sido respondida el 15 de febrero, ratificándose en su
requerimiento, razón por la que la autoridad demandada, mediante Auto Interlocutorio de 15 de
febrero de 2012 (fs. 8), de conformidad al art. 228 del CPP, dispone la libertad pura y simple de
los sindicados Franklin Choque Rivero y Ricardo Canaza Siñani, emitiendo el correspondiente
mandamiento de libertad en la misma fecha (fs. 9). De lo expuesto se concluye que el accionante
estuvo aprehendido desde su remisión al Juez cautelar (11 de febrero) hasta el 15 de febrero de
2012, por más de 86 horas, momento en el que la autoridad demandada definió su situación
procesal.
Dentro de la clasificación doctrinal del habeas corpus -ahora acción de libertad- se encuentra la
acción de libertad traslativa o de pronto despacho, consagrada implícitamente en el art. 125 de la
CPE, que fue definida por la SC 0044/2010-R de 20 de abril, en los siguiente términos: “(…) se
debe hacer referencia al hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, a través del cual lo que
se busca es acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen dilaciones
indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de
libertad.”.
Siguiendo éste razonamiento, la SC 080/2010-R de 3 de mayo, al tratar los supuestos en los que
no opera la subsidiaridad excepcional y corresponde ingresar al análisis de fondo, refiere que:
“b) Al haber privación de libertad y evidente negligencia o dilación por parte de las
autoridades que rigen la actividad procesal penal, -por ejemplo si fijan audiencias de
consideración con plazos no razonables, la injustificada suspensión, entre otras circunstancias-
”. De lo anotado, se extrae claramente que la acción de libertad traslativa o de pronto despacho
tiene por objetivo precautelar aquellos supuestos en los que exista una demora o dilación
injustificada por parte de la autoridad judicial o administrativa que está llamada a definir la
situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad.
III.2. Plazo para resolver la situación procesal del aprehendido por la Fiscalía arts. 226,
228 y 303 del CPP
En términos generales, toda medida cautelar de carácter personal está limitada temporalmente
por disposición constitucional, dada su naturaleza coercitiva y limitativa de la libertad del ser
humano. Por ende, si la Fiscalía dispone la aprehensión del sindicado, debe ponerlo a
disposición del juez en el plazo de veinticuatro horas, si ha presentado imputación formal en su
contra y considera que deba continuar privado de su libertad (art. 226 CPP). Si la Fiscalía una
vez analizados y evaluados los resultados de las investigaciones preliminares, concluye que no
existen elementos de convicción para formalizar imputación, no puede disponer la libertad del
aprehendido, sino que debe remitir al detenido a conocimiento del juez cautelar, quien definirá
su situación procesal (art. 228 CPP). De lo esgrimido, se concluye que la exigencia de
inmediatez para la definición de la situación procesal del detenido por parte de la autoridad
jurisdiccional, se sustenta en la garantía constitucional que tiene toda persona de ser juzgada sin
dilaciones indebidas, consagrada en el art. 115.II de la Constitución Política del Estado y en
instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados por el Estado boliviano y que
forman parte del bloque de constitucionalidad, por mandato expreso del art. 410.II de la Ley
Fundamental, aplicable a la problemática en cuestión.
Por otra parte, se tiene establecido que, si la Fiscalía por cualquier circunstancia no requiere en
el plazo de veinticuatro horas ante el juez cautelar, éste dispondrá de oficio o a petición de parte,
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la inmediata libertad del detenido, salvo que el querellante haya solicitado la detención
preventiva y el juez la considere procedente (art. 303 CPP); motivo por el cual el juez está
constreñido a pronunciarse en dicho plazo sobre la situación del aprehendido por la Fiscalía, por
las mismas razones expuestas en el párrafo anterior, añadiendo que, debe respetarse la división
de roles y funciones que son propios de todo sistema procesal penal de raigambre acusatorio,
donde se diferencian claramente las funciones capitales de acusar, juzgar y defender, donde
ninguno puede interferir o suplir el rol del otro, por tanto el juzgador no está facultado para
direccionar, sugerir o conminar al Ministerio Público para que éste se pronuncie en uno u otro
sentido, como la exigencia de la presentación de una imputación formal; un entendimiento
contrario significaría una vulneración de las competencias y atribuciones de los sujetos
procesales definidos por la Constitución y la ley. Este criterio fue expresado en la SC 227/2004-
R de 16 de febrero, que señaló: “...en el sistema penal actual rige el principio acusatorio, según
el cual se tiene que diferenciar la función que tiene el Juez de juzgar y no realizar actos
investigativos y la función que tiene el Fiscal de investigar, imputar, solicitar la aplicación de
medidas cautelares y acusar, es decir que los últimos no realizan acto jurisdiccional alguno,
todo en el marco establecido en la previsión del art. 279 CPP…”.
De los antecedentes cursantes en obrados, se evidencia que el accionante, fue puesto a conocimiento
de la autoridad demanda el 11 de de febrero del año en curso, a horas 18:00 aproximadamente, sin
que el Fiscal asignado al caso, Roger Joaquín Velásquez Alcázar, haya presentado imputación
formal en contra del accionante, tampoco solicitud alguna de aplicación de medida cautelar,
solicitando mediante requerimiento que se defina su situación procesal, al no haber encontrado
indicios suficiente para determinar la responsabilidad del aprehendido. No obstante, el Juez Quinto de
Instrucción en lo Penal, habiendo tomando conocimiento que el accionante tendría antecedentes
penales por otro hecho delictivo, mediante providencia de 12 de febrero de 2012, devuelve el
mencionado requerimiento al Fiscal mencionado para que éste realice un nuevo análisis del caso
y presente imputación formal en el plazo de veinticuatro horas; sin embargo esta autoridad fiscal
recién el 15 de febrero responde a la providencia referida, ratificándose en el contenido de su
requerimiento, motivo por el que el Juez cautelar mediante Auto Interlocutorio de 15 de febrero
de 2012, dispone la libertad del aprehendido, determinación ilegal conforme lo expresado en el
Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, ya que la
autoridad denunciada estaba constreñida a resolver la situación jurídica del accionante en el
plazo de veinticuatro horas, señalando día y hora de audiencia al efecto, en aplicación de los
principios procesales constitucionales de oralidad, celeridad e inmediación, previstos en el art.
180 de la Ley Fundamental; sin embargo, la autoridad demandada excediéndose en sus
funciones y contraviniendo el art. 279 del CPP, posterga su pronunciamiento arrogándose
funciones de investigador y acusador que no le corresponden por ley; en consecuencia se
evidencia que la autoridad demandada incurrió en una detención indebida por más de ochenta y
seis horas, conforme lo expresado precedentemente. De otra parte, si la autoridad demandada
consideraba que el Representante del Ministerio Público se estaba apartando considerablemente
de los preceptos legales vigentes en la materia, o si constataba la vulneración de los principios
de legalidad y oficiosidad que rigen al Ministerio Público, debió remitir antecedentes a la
Fiscalía de Distrito, de conformidad a los principios de unidad y jerarquía (arts. 3 y 4 Ley 2175),
a efectos que ésta instancia determine las responsabilidades respectivas, si correspondiere.
Por su parte, se tiene que el Juez de garantías, tampoco obró correctamente al denegar la tutela
invocada por el accionante, limitándose a reproducir los ilegales fundamentos expresados por la
autoridad demandada y señalar que si bien se advierte un incumplimiento de plazos, éste no
sería atribuible al órgano jurisdiccional sino al Ministerio Público, motivo por el que la
autoridad demandada habría cumplido sus deberes y facultades, situación que no condice con la
verdad, conforme lo manifestado en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia. De
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 607
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igual forma, se advierte que si bien la autoridad demandada dispuso la libertad pura y simple del
accionante, éste lo hizo cuando se encontraba privado de la misma, por lo que el Juez de
garantías no observó la SC 0451/2010-R de 28 de junio, que expresa que en los casos en que se
denuncie detención indebida a través de la acción de libertad, corresponde la tutela si se ha
interpuesto la acción estando en tal situación, señalando textualmente que: ”Cuando se alega
privación de libertad personal, la norma constitucional (art. 125 de la CPE), señala que toda
persona que esté indebida o ilegalmente privada de su libertad personal, podrá interponer la
acción de libertad y solicitar al juez o tribunal competente" 'se restituya su derecho a la
libertad'.
Lo cual significa que en estos casos, la acción de libertad debe ser interpuesta cuando la lesión
al derecho a la libertad existe; de no ser así, se desnaturalizaría la esencia de la presente
acción de defensa, dado que el petitorio de que 'se restituya su derecho a la libertad', ya no
tendría sentido si está en libertad.
En consecuencia, desde el orden constitucional, se debe tener en cuenta los siguientes aspectos
procesales:
Primero.- Cuando el acto ilegal o indebido denunciado sea la detención o privación de libertad
física del agraviado o accionante, la acción de libertad debe ser interpuesta mientras exista la
lesión, no cuando haya cesado.
Segundo.- En los casos, en que presentada la acción de libertad conforme a esta exigencia,
luego de la notificación a la autoridad, funcionario o persona denunciada o accionada, con la
admisión de la misma, ésta libera al accionante o agraviado, ello no impide la prosecución del
trámite y la otorgación de la tutela si es que corresponde, a los efectos de la reparación de los
daños causados por la privación de libertad y en su caso los efectos que corresponda”.
Por los fundamentos anotados, el Juez de garantías al denegar la tutela impetrada a través de la
presente acción de libertad, obró incorrectamente.
POR TANTO
1º. REVOCAR Resolución 03/2012 de 15 de febrero, cursante de fs. 16 a 18, pronunciada por
el Juzgado Tercero de Sentencia en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y
en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada.
El accionante por su representada afirma, que el 6 de febrero del año en curso, la funcionaria antes
señalada procedió a detenerla indebidamente por cuarenta y ocho horas, imponiendo el pago de Bs5
000.- (cinco mil bolivianos), supuestamente en cumplimiento a un acta firmada por la Brigada de
Protección a la Familia.
Agrega que, cuando se hizo presente en oficinas de la Brigada de Protección a la Familia a objeto de
interceder por la detención indebida de su representada, afirmó que no existía orden del Juez ni del
Fiscal para proceder a la detención, únicamente hacía cumplir el acta firmada por Lourdes Dionicia
Tórrez y María Ugarte de Hopper.
El accionante, sin citar ninguna norma legal, denuncia la vulneración de su derecho a la libertad.
I.1.3. Petitorio
Asimismo, señaló que dicha funcionaria, una vez que tuvo conocimiento de la interposición de
la acción de libertad en su contra, llamó al accionante para solicitarle que pase a firmar el acta de
su libertad, tratando de esa forma dar legalidad a la detención indebida.
Por otra parte, el accionante, haciendo uso de la palabra, afirmó que permaneció arrestada desde
las 10:45 hasta las 13:00 horas aproximadamente; y que la funcionaria manifestó que se iba a
dar cumplimiento al acta donde se establecía que permanecería arrestada por cuarenta y ocho
horas y el pago de Bs5 000.- (cinco mil bolivianos).
En audiencia, Heydi Jarro Salvatierra, haciendo uso de la palabra, negó haber leído un acta en el
que decía que Lourdes Dionicia Tórrez, estaba arrestada por cuarenta y ocho horas y debía pagar
una multa de Bs5 000.- Asimismo, señaló que la ahora representada, Jorge Hopper y su madre
María Ugarte de Hopper, se hicieron presentes en la Brigada de Protección a la Familia, donde
María Ugarte de Hopper manifestó que su hijo es casado y que cometía un acto de infidelidad,
razón por la que pidió se los arreste y se haga cumplir un acta que se había suscrito
anteriormente.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. Acta de denuncia de acción de libertad, interpuesta por Freddy Flores en representación de
Lourdes Dionicia Tórrez contra Heydi Jarro Salvatierra, funcionaria de la Brigada de Protección
a la Familia, denunciando que su representada se encuentra detenida indebidamente, sin ningún
mandamiento emitido por autoridad competente. (fs. 1).
II.2. Cursa acta de audiencia de acción de libertad en el Juzgado de Partido Mixto, Liquidador y
de Sentencia, en la que se estableció que la accionante permaneció detenida en dependencias de
la Brigada de Protección a la Familia aproximadamente por 3 horas. (fs. 8 a 13 vta.).
El accionante por su representada, afirma que fue vulnerado su derecho a la libertad, toda vez
que permaneció detenida por una funcionaria de la Brigada de Protección a la Familia,
supuestamente en cumplimiento a un acta que disponía su arresto por cuarenta y ocho horas y el
pago de Bs5 000.- Por lo que, en consecuencia, corresponde dilucidar en revisión, si tales
argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.
La Constitución Política del Estado instituye la acción de libertad en su art. 125, que señala:
“Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que
es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad
y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde
tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se
restituya su derecho a la libertad”; norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), que dispone: “Es una acción constitucional
extraordinaria de tramitación sumarísima que tiene por objeto la garantía, protección o tutela de
los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el restablecimiento inmediato y
efectivo de estos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o amenazados”.
Por su naturaleza tutelar, la acción de libertad, tiene la finalidad de proteger de forma inmediata
y efectiva los derechos a la vida y la libertad física en los casos en los que sean ilegal o
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La Constitución Política del Estado, acentúa algunas de las características anotadas; así por
ejemplo, en el caso del informalismo, contempla la posibilidad de presentación oral de la acción
de libertad, antes reservada sólo para menores de edad, incapacitadas o analfabetas; en el caso de
la inmediación, la norma constitucional prevé que la autoridad judicial, dispondrá que el
accionante sea conducido a su presencia; asimismo, amplía el ámbito de protección, pues la
ahora acción de libertad no se limita a la protección de ese derecho, sino que alcanza al derecho
a la vida, además de la posibilidad de presentarla también contra particulares.
Por lo que, para que una restricción al derecho a la libertad sea constitucional y legalmente
válida, se deben cumplir con determinados requisitos materiales y formales. “SC 2558/2010-R
de 19 de noviembre, respecto a los primeros, sólo se puede restringir el derecho a la libertad en
los casos previstos por ley, que de acuerdo a la Opinión Consultiva (OC) 6/86 de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos debe tratarse de una Ley formal, es decir de aquella que
emana del órgano legislativo. Con relación a los requisitos formales, la restricción al derecho a
la libertad sólo será válida si se respetan las formas establecidas por ley, si el mandamiento
emana de autoridad competente y es emitido por escrito, salvo el caso de flagrancia, de
conformidad a lo establecido por el art. 23. IV de la CPE.
Estas condiciones de validez, también han sido desarrolladas por la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Así en la Sentencia de 21 de enero de 1994, caso
Gangaram Panday, la Corte señaló: '…Nadie puede ser privado de la libertad personal sino por
las causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley (aspecto material) pero,
además, con estricta sujeción a los procedimientos objetivamente definidos por la misma
(aspecto formal)´.
(…)
En materia penal, los casos en los que una persona puede ser privada de su libertad están
expresamente previstos en el Código Penal, tratándose de sanciones penales, y en el Código de
Procedimiento Penal, tratándose medidas cautelares, entre ellas la detención preventiva”. En
cuanto a las formalidades que deben observarse para la privación de libertad de una persona, las
mismas también se encuentran establecidas en el Código de Procedimiento Penal.
La Ley contra la Violencia en la Familia o Doméstica, establece que se entiende por violencia en
la familia o doméstica, la agresión física, psicológica o sexual cometida, por el conviviente,
ascendientes, descendientes, hermanos, parientes civiles o afines en línea directa y colateral,
tutores, curadores o encargados de la custodia.
En su art. 7 determina que los hechos de violencia en la familia o doméstica que no constituyan
delitos tipificados en el Código Penal, serán sancionados con las penas de multa o arresto; y en
su art. 9 dispone que la pena de arresto consiste en la privación de libertad por un plazo que será
fijado por el Juez y que no podrá exceder de cuatro días; disposición concordante con el art. 8
del Decreto Supremo (DS) 25087 que reglamenta la Ley antes señalada, que faculta a las
Brigadas de Protección a la Mujer y la Familia, a socorrer a las personas agredidas aún cuando
se encuentren dentro de un domicilio, sin necesidad de mandamiento ni limitación de hora y día,
con la finalidad de proteger a la víctima y evitar mayores agresiones, además de aprehender a los
agresores y ponerlos a disposición de la autoridad judicial.
art. 227 referido, y en contra de su voluntad, pues fuera de esos presupuestos toda persona
luego de ser denunciada por la comisión de un delito debe ser citada legalmente conforme a las
normas aplicables al caso…”; así también la misma Sentencia Constitucional señala “…en
casos como el constatado, resulta irrelevante si la detención fue por minutos o pocas horas, de
igual forma implica una detención indebida o ilegal, dado que ninguna autoridad tiene la
facultad para aprehender a una persona sin guardar las formalidades previstas por la
Constitución y las Leyes…” (el subrayado nos corresponde).
POR TANTO
Por memorial presentado el 20 de enero de 2012, cursante de fs. 15 a 16, la accionante expresa
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Refiere que, desde el 11 de enero de 2010 hasta el mes de octubre de 2011, desempeñó el cargo de
Técnico Administrativo de la Dirección de Turismo, dependiente del Gobierno Autónomo de Pando;
asimismo que desde un comienzo hizo conocer su estado de embarazo a la entidad empleadora;
refiere que sus controles ante la Caja Nacional de Salud (CNS) los realizó desde el octavo mes;
posteriormente, el 1 de mayo de 2010 nació su hija, hecho que también fue de conocimiento de la
oficina de Recursos Humanos de la mencionada Gobernación, consecutivamente, en previsión del art.
45. II y V de la Constitución Política del Estado (CPE), mediante notas escritas dirigidas en tres
oportunidades al Director de Recursos Humanos y una cuarta al Gobernador, Luis Adolfo Flores
Roberts, solicitó el pago del subsidio prenatal, subsidio de natalidad y lactancia, pero vanos fueron sus
reclamos, y al contrario, sólo recibió una respuesta que deniega el pago de los beneficios solicitados.
I.1.3. Petitorio
Solicita se ordene el pago del subsidio como asignaciones familiares, prenatal, natalidad y
lactancia.
La audiencia pública se realizó el 26 de enero de 2012, a horas 10:00, según consta en el acta
cursante de fs. 21 a 22, produciéndose los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Por memorándum D.RR.HH. 581/2011 de 10 de enero, emitido por el Gobierno Autónomo
de Pando cursante a fs. 3, se comunica a Noelia Del Carmen Berrios Acuña, que ha sido
designada cono Técnico de Turismo dependiente de la Unidad Departamental de Turismo de
acuerdo a lo establecido en contrato.
II.2. A fs. 4, cursa papeleta de pago emitido por el Gobierno Autónomo de Pando a nombre de
Noelia Del Carmen Berrios Acuña, correspondiente al mes de octubre de 2011.
II.3. A fs. 5, cursa certificado de atención prenatal de 12 de abril de 2010, emitido por Edwin
Vaca Guzmán, Ginecólogo Obstetra de la CNS de Pando, certificando a la “Prefectura”, que la
asegurada Noelia del Carmen Berrios Acuña recibe atención médica prenatal desde el octavo
mes de embarazo, otorgándole la habilitación para el subsidio prenatal.
II.4. A fs. 6, cursa certificado de incapacidad temporal de maternidad extendida por la CNS,
donde se da a la accionante baja médica desde 12 de abril al 15 de mayo de 2010.
II.5. A fs. 7, cursa formulario de nacido vivo, emitido por la CNS, certificando que Noelia del
Carmen Berrios Acuña, dio a luz a una niña el 1 de mayo de 2010 en la localidad de Cobija del
departamento de Pando.
II.6. De fs. 9 a 11, cursan tres memoriales dirigidos al Director de Recursos Humanos del
Gobierno Autónomo de Pando, solicitando el pago de los beneficios de natalidad, lactancia y
nacido vivo, presentados el 23 de febrero, 29 de abril y 19 de agosto de 2011, respectivamente.
II.7. A fs.12, cursa oficio D.RR.HH. 108/2011 de 1 de marzo, de respuesta a solicitud de pago
de subsidio de natalidad, lactancia donde el demandado Franz Velez Marubay, Director de
Recursos Humanos del referido Gobierno Autónomo, hace conocer a la accionante que “de
acuerdo a Certificación Presupuestaria U.P. Nº 053/2010, la Gobernación de Pando no tiene
contemplado en el presupuesto de 2011 recursos económicos para el pago de subsidios
familiares para el personal eventual, el mismo será considerado en la Reformulación
Presupuestaria en el mes de junio de 2011”.
II.8. A fs.13 cursa memorial dirigido a Luis Adolfo Flores Roberts, Gobernador del
departamento de Pando presentado el 16 de enero de 2012, solicitando el pago de beneficios de
lactancia.
La accionante sostiene que las autoridades demandadas, vulneraron su derecho a percibir el subsidio
como asignación familiar de prenatal, natalidad y lactancia; a la igualdad de oportunidades; a la vida,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 616
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a la salud a la petición y a la seguridad social protegidos por la Constitución Política del Estado
(CPE), toda vez que hasta la fecha no le fueron cancelados ni otorgados dichos beneficios. En
consecuencia, corresponde analizar, en revisión, si los argumentos son evidentes a fin de conceder
o denegar la tutela solicitada.
Esta acción se encuentra establecida en el art. 128 de la CPE, se la instituye como una acción
tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o indebidas de los servidores públicos, o de
persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución Política del Estado y la ley.
El art. 45. I de la CPE, prevé que “…todas las bolivianas y los bolivianos tienen derecho a
acceder a la seguridad social”, en este fin el parágrafo III del mismo artículo establece que: “El
régimen de seguridad social cubre atención por enfermedad, epidemias y enfermedades
catastróficas; maternidad y paternidad; riesgos profesionales, laborales y riesgos por labores de
campo; discapacidad y necesidades especiales; desempleo y pérdida de empleo; orfandad,
invalidez, viudez, vejez y muerte; vivienda, asignaciones familiares y otras previsiones
sociales…” (el subrayado es nuestro).
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 617
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Por otro lado el art. 48.VI de la CPE, establece: “Las mujeres no podrán ser discriminadas o
despedidas por su estado civil, situación de embarazo, edad, rasgos físicos o número de hijas o
hijos. Se garantiza la inamovilidad laboral de la mujer en estado de embarazo y de los
progenitores, hasta que la hija o el hijo cumplan un año de edad”.
Debemos partir primero, hablando de los derechos fundamentales, al respecto el art. 15.I de la
CPE que: “Toda persona tiene derecho a la vida”, a su vez en su art. 16.I indica “Toda persona
tiene derecho (…) a la alimentación”.
Por otra, el art. 60 de la misma Norma Fundamental, también establece que; “Es deber del
Estado, la sociedad y la familia garantizar la prioridad del interés superior de la niña, niño y
adolescente, que comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir protección y
socorro en cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios públicos y
privados, y el acceso a una administración de justicia pronta, oportuna y con asistencia de
personal especializado”.
Por su parte el art. 13 del Código del Niño, Niña y Adolescente (CNNA), establece que: “Todo
niño, niña y adolescente tiene derecho a la vida y a la salud. El Estado tiene la obligación de
garantizar y proteger estos derechos, implementando políticas sociales, que aseguren
condiciones dignas para su gestación, nacimiento y desarrollo integral “.
De todo lo anotado, se establece que los derechos del ser en gestación y de los niños, están
protegidos por el Estado, toda vez que a través de las normas señaladas, se protegen el interés
superior del niño, niña en su calidad de grupo más vulnerable.
En el caso concreto, la accionante ante la falta de pago de la asignación familiar por parte del
empleador, en este caso el Gobierno Autónomo de Pando, solicitó el pago de las asignación
familiar, mediante memoriales dirigidos en tres oportunidades al codemandado Franz Velez
Marubay, Director de Recursos Humanos de la mencionada Gobernación; sin embargo éste,
mediante oficio D.RR.HH. 108/2011, respondió a la ahora accionante refiriendo que la
Gobernación de Pando no tenía contemplado en el presupuesto de la gestión 2011, recursos para
el pago de subsidios familiares para el personal eventual y que el mismo sería considerado en la
reformulación presupuestaria en el mes de junio de 2011; ante tal respuesta, la accionante
mediante memorial solicitó a Luis Adolfo Flores Roberts, Gobernador del departamento de
Pando, el pago de la asignación familiar, misma que fue presentada cuatro días antes de la
presentación de la presente acción, de la que no se sabe si recibió respuesta alguna.
Con relación al codemandado Luis Adolfo Flores Roberts, Gobernador del departamento de
Pando, no es posible establecer si causo alguna violación de los derechos de la accionante y de
su hija menor de edad; toda vez que la accionante, mediante memorial de 16 de enero de 2012,
solicitó ante dicha autoridad el pago de la asignación familiar, cuatro días antes de la
presentación de la presente acción sin otorgar el tiempo suficiente para emitir su respuesta, por
lo que con relación a la misma se considera que rige el principio de subsidiariedad por no haber
esperado la accionante la respuesta correspondiente.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00078-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 27 de enero de 2012, cursante de fs. 21 a 23, el accionante manifiesta
lo siguiente:
Dentro del proceso penal que se le sigue a instancia del Ministerio Público, el Instituto Nacional de
Reforma Agraria (INRA) y Ana Carina Moscoso Valda contra Nicolás Rafael Torrico Mallea -
ahora accionante-, por la presunta comisión de los delitos de cohecho pasivo y otros, la audiencia
pública de juicio oral instalada el 15 de diciembre de 2011, ante el Tribunal de Sentencia Tercero
de El Alto, fue suspendida por la inasistencia del Fiscal, la acusadora particular y uno de los Jueces
Ciudadanos, con advertencia del Tribunal, que ante una nueva inasistencia se declararía el
abandono de la querella, y respecto a la Fiscal se oficiaría al superior jerárquico con fines
disciplinarios.
Por otra parte alega que interpuso un incidente de recusación el 17 de enero de 2012, contra el
Tribunal Tercero de Sentencia en pleno que fue rechazado in límine.
El accionante, alega procesamiento indebido e ilegal persecución, citando al efecto el art. 119.II de
la Constitución Política del estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 28 de enero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 32, se
produjeron los siguientes actuados:
Por informe escrito cursante a fs. 29 y vta., Octavio Apaza Elías, Juez Técnico del Tribunal
Tercero de Sentencia de El Alto, manifestó lo siguiente: a) En el proceso penal seguido por el
Ministerio Público, el INRA y querella de Ana Carina Moscoso contra Nicolás Rafael Torrico
Mallea, por la presunta comisión de los delitos de estafa, cohecho pasivo propio y beneficio en
razón del cargo, por Resolución 110/2011 de 23 de diciembre, se declaró su rebeldía, a causa de la
constante inasistencia del acusado a las audiencias que fueron señaladas por ese Tribunal en 7, 17
de noviembre y 15, 22 y 23 de diciembre de 2011; b) El Tribunal consideró que el certificado
médico otorgado por el médico particular presentado no era confiable, toda vez que debía presentar
un certificado médico forense; c) Se le rechazó in limine la recusación planteada por el hoy
accionante mediante Resolución 11/2012, por falta de prueba; d) Con relación a la revocatoria de
medidas sustitutivas, no existe determinación alguna, debiendo resolverse esta situación en las
próximas audiencias; e) La acción de libertad por persecución ilegal o procesamiento indebido
procede únicamente cuando está relacionado directamente con la vulneración del derecho a la
libertad y en el caso concreto no existe persecución ilegal “porque no hay mandamiento de
aprehensión vigente, con la purga de la rebeldía se dejó sin efecto” (el subrayado y las negrillas
son añadidas); f) Tampoco existe procesamiento indebido porque tanto la declaratoria de rebeldía
como el rechazo in límine de recusación se encuentra dentro del debido proceso con argumentos de
hecho y derecho.
I.2.3. Resolución
El Juez Tercero de Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, por
Resolución 60-A/2012 de 28 de enero, cursante de fs. 33 a 34, denegó la tutela solicitada, en base a
los siguientes fundamentos: 1) Por informe del Juez codemandado los actos llevados a cabo en la
etapa del juicio se encuentran enmarcados dentro del debido proceso; 2) El mandamiento de
aprehensión que fue expedida por la declaratoria de rebeldía que motivó esta acción de libertad, fue
dejada sin efecto por haberse purgado la rebeldía; 3) La revocatoria de medidas cautelares
solicitada por la representante del Ministerio Público se encuentra pendiente de resolución, por
ende la competencia constitucional no puede interferir en la competencia ordinaria cuando los
actos jurisdiccionales están pendientes; y, 4) El rechazo de recusación in limine y la solicitud de
revocatoria de medidas cautelares se encuentra dentro del marco del debido proceso y la legalidad,
por lo que no existiría indebido procesamiento, menos persecución ilegal.
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público, el INRA y Ana Carina Moscoso
Valda contra Nicolás Rafael Torrico Mallea -ahora accionante-, por la presunta comisión de los
delitos de estafa, cohecho pasivo propio y beneficio en razón del cargo, en la audiencia pública de
juicio oral instalada el 15 de diciembre de 2011, ante el Tribunal Tercero de Sentencia de El Alto,
no asistieron la parte acusadora, Fiscal y uno de los Jueces Ciudadanos, motivo por el cual el
Presidente del Tribunal conminó a las partes a asistir a las audiencias señaladas bajo prevenciones
de ley (fs. 2 a 3).
II.2. Según acta de audiencia de juicio oral celebrada por el Tribunal Tercero de Sentencia de 22 de
diciembre de 2011, no asistieron los sujetos procesales con excepción del abogado del INRA (fs. 5
y vta).
II.3. Conforme el acta de audiencia de juicio oral de 23 de diciembre de 2011 (fs. 6 a 7 vta.), el
acusado mediante memorial de 22 del mismo mes y año (un día antes de celebrada dicha
audiencia) presentó certificado médico, el que después de haber sido observado en su validez legal
por la fiscal y las partes al no ser refrendado por un médico forense del Instituto de Investigaciones
Forenses (IDIF), la autoridad fiscal solicitó se declare rebelde al accionante; por lo que mediante
Resolución 110/2011 de 23 de diciembre, el Tribunal Tercero de Sentencia declaró su rebeldía,
debido a las reiteradas e injustificadas inasistencias.
II.4. Por memorial presentado el 9 de enero de 2012, el accionante purgó rebeldía ante el Tribunal
Tercero de Sentencia de El Alto (fs. 15 - 16), adjuntando al efecto certificado médico forense de 6
del citado mes y año que acreditaba cuatro días de incapacidad (fs. 19).
II.5 El Juez Técnico del Tribunal Tercero de Sentencia ahora demandado, en su informe de 27 de
enero de 2012, - dentro de la presente acción de libertad-, aseveró que en el caso de examen no
existe persecución ilegal “porque no hay mandamiento de aprehensión vigente, con la purga de
la rebeldía se dejó sin efecto”. (fs. 29 y vta.). Del mismo modo, el accionante, en su demanda
afirmó que en la “audiencia de 9 de enero de 2012, en la que purgó su rebeldía, el Tribunal de
Sentencia “…se ha obligado ha dejar sin efecto la declaratoria de rebeldía y las demás
medidas que ilegalmente se me dispuso…” (fs. 22) (las negrillas y el subrayado son nuestros)
El accionante alega que, dentro del proceso penal seguido en su contra se e encuentra: i)
Indebidamente perseguido, toda vez que en audiencia de juicio oral, el Tribunal Tercero de
Sentencia dispuso su declaratoria de rebeldía y, a consecuencia de ello, se emitió un mandamiento
de aprehensión en su contra, sin haberle otorgado la oportunidad de adjuntar un certificado médico;
ii) Indebidamente procesado en razón a las reiteradas suspensiones de las audiencias de juicio oral
y el incumplimiento del Tribunal Tercero de Sentencia asumidas en audiencias anteriores y que en
la audiencia suspendida se analizará la revocatoria de las medidas cautelares. En consecuencia,
corresponde determinar en revisión, si se debe conceder o no la tutela solicitada.
El art. 125 de la CPE, establece: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es
ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá
interponer Acción de Libertad y acudir de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su
nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”.
En principio, corresponde recordar la jurisprudencia del Tribunal Constitucional desde el año 2000,
respecto a qué debe entenderse por persecución indebida y los presupuestos que deben cumplirse
para que una conducta se acomode a ella.
hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo legal o por orden de
una autoridad no competente, y 2) la emisión de una orden de detención, captura o aprehensión al
margen de lo previsto por ley'”.
“En efecto, bajo el primer cauce configurativo de este presupuesto de activación de la acción de
libertad, se establece que la persecución ilegal o indebida, debe ser entendida como toda acción
ilegal cometida por un funcionario público o un particular, conducta que implica una manifiesta y
evidente persecución, acoso, búsqueda u hostigamiento, sin que exista una justa causa fundada en
derecho, destinada a suprimir, restringir, perturbar o limitar el derecho a la libertad física, la vida
o algún otro derecho estrictamente vinculado a éstos dos últimos; afectaciones que por su
naturaleza, inequívocamente deben ser tuteladas a través de la acción de libertad, aspecto que a la
luz de la tipología de la acción de libertad ya desarrollada por la SC 0044/2010-R de 20 de abril,
se enmarca dentro de lo que en doctrina se conoce como 'Habeas Corpus restringido'. Asimismo,
debe precisarse que el segundo cauce configurativo de la persecución ilegal tutelable a través de
la acción de libertad, está constituido por todo acto que merced a una orden de detención, captura
o aprehensión, que no cumpla con los presupuestos procesales establecidos para su legal emisión,
esté destinada a suprimir, restringir o limitar el derecho a la libertad física o incluso a la vida,
supuestos fácticos que deben ser protegidos a través de la acción de libertad bajo la figura
conocida en doctrina como 'Habeas Corpus preventivo' y desarrollada por la SC 0044/2010-R de
20 de abril entre otras”.
libertad personal o de locomoción, por operar como causa directa para su restricción o supresión,
quedando los demás supuestos bajo la protección de la acción de amparo constitucional.
Dicho entendimiento jurisprudencial, fue asumido de manera uniforme por las SSCC 0012/2010-
R, 0014/2010-R, 0015/2010-R y 0034/2010-R, 00247/2010-R y 1485/2011-R, entre muchas otras,
a partir de su contrastación con el nuevo texto constitucional.
En efecto, mirando las subreglas jurisprudenciales sobre el tema se tienen las siguientes:
Conforme las normas constitucionales que disciplinan la acción de libertad (art. 125 y ss.
de la CPE), la única oportunidad procesal para desistir o retirar la acción de libertad, es
hasta antes de señalado el día y hora de la audiencia pública, es decir, cualesquiera de estas
actuaciones (retiro o desistimiento) serán inadmisibles después de esta actuación procesal
(señalamiento de día y hora de audiencia pública) por las siguientes razones:
audiencia pública) no puede suspenderse en ningún caso (art. 126.II de la CPE), por lo
mismo, tiene la obligación de dictar sentencia en el fondo, incluso bajo responsabilidad (art.
126.III de la CPE), último aspecto que el legislador constituyente ha decidido incidir -a
diferencia de la Constitución abrogada-.
De otro lado, corresponde aclarar que dada la configuración del proceso constitucional de la
acción de libertad, a diferencia del resto de acciones de defensa, por los bienes constitucionales
protegidos y tutelados, no existe una etapa de admisibilidad, por cuanto el juez o tribunal de
garantías, precisamente en razón al principio de informalidad acentuado en el texto constitucional
(art. 125 de la CPE), no está obligado a examinar requisitos de forma y fondo como ocurre con el
resto de las acciones de defensa. De ahí que está compelido a indicar directamente día y hora de la
audiencia (art. 126.I de la CPE). Por lo que, en un uso correcto de la denominación de los actos
procesales en la acción de libertad, no es adecuado sostener que existe una etapa de admisión.
El razonamiento jurídico de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, contenido en el
Fundamento Jurídico III.2.2 constituye la línea jurisprudencial que debe seguirse respecto a la
oportunidad procesal para considerar el retiro o desistimiento de la acción de libertad.
En la problemática planteada, se evidencia que dentro del proceso penal seguido por el Ministerio
Público y el INRA a querella de Ana Carina Moscoso contra Nicolás Rafael Torrico Mallea -ahora
accionante- por la presunta comisión de los delitos de estafa, cohecho pasivo propio y beneficio en
razón del cargo, el Tribunal Tercero de Sentencia en la audiencia de juicio oral de 23 de diciembre
de 2011, mediante Resolución 110/2011 de la misma fecha, previa solicitud de la Fiscal declaró la
rebeldía del acusado debido a las reiteradas e injustificadas inasistencias; empero, en razón a que el
9 de enero de 2012, el accionante purgó su rebeldía adjuntando al efecto certificado médico forense
de 6 de enero de 2012, que acreditaba cuatro días de incapacidad (Conclusión II.4) se dejó sin
efecto el mandamiento de aprehensión librado a consecuencia de la aplicación de la norma
contenida en el art. 91 del CPP que señala: “Cuando el rebelde comparece o sea, puesto a
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disposición de la autoridad que lo requiera, el proceso continuará su trámite dejándose sin efecto
las órdenes dispuestas a efectos de su comparecencia…”.
En efecto, así lo aseveró el Juez Técnico del Tribunal Tercero de Sentencia -ahora demandado- en su
informe de 27 de enero de 2012, dentro de la presente acción de libertad, declarando expresamente:
“…no hay mandamiento de aprehensión vigente, con la purga de la rebeldía se dejó sin efecto”. (fs.
29 y vta.) y lo afirmó de igual forma el accionante, en su demanda, indicando que en la audiencia de 9 de
enero de 2012, en la que purgó su rebeldía, el Tribunal de Sentencia “…se ha obligado ha dejar sin
efecto la declaratoria de rebeldía y las demás medidas que ilegalmente se me dispuso…” (fs. 22)
(Conclusión II.5).
Esta situación significa que al haberse dejado sin efecto el mandamiento de aprehensión contra el
acusado, como emergencia de que éste purgó su rebeldía justificando su inasistencia a la audiencia
de juicio oral con el certificado médico forense que acreditó cuadro días de impedimento en razón
a su salud y que éste continuaba asumiendo defensa en libertad en el proceso señalado, no existe
ningún acto que implique persecución indebida, por cuanto, conforme la línea jurisprudencial
constitucional uniforme glosada en el Fundamento Jurídico III.1.1 entre otras por la SC 0021/2011-
R de 7 de febrero, reiterada por las SSCC 0942/2011-R y 0238/2011-R, para que se active el
ámbito de protección de la acción de libertad por persecución indebida “debe verse materializada
en actos o acciones que permitan concluir la existencia de una amenaza a este derecho, en
consecuencia, si no se advierte la orden o emisión de ningún mandamiento que disponga la
privación de libertad personal o de locomoción del actor, no es posible admitir que éste estuviera
indebida o ilegalmente perseguido, por cuanto, es irracional suponer que podría ejecutarse una
disposición que no existe ni existió jamás, y en los hechos, el accionante nunca pudo ni podrá ser
objeto de persecución ni hostigamiento”.
El accionante, también alega estar indebidamente procesado en razón a las reiteradas suspensiones
de las audiencias de juicio oral y el incumplimiento del Tribunal Tercero de Sentencia de sus
propias determinaciones asumidas en audiencias anteriores respecto a la inconcurrencia de la Fiscal
asignada a la audiencia de juicio con fines disciplinarios, al no haber dispuesto el abandono de
querella, ordenar audiencias de manera continuada al existir una recusación que fue rechazada in
limine, y al hecho de que en la audiencia suspendida se analizaría la revocatoria de las medidas
cautelares; sin embargo, de lo mencionado se tiene que la acción de libertad y el supuesto
procesamiento indebido sólo se puede tutelar cuando el acto lesivo sea la causa directa para la
restricción o privación del derecho a la libertad y exista estado absoluto de indefensión y que debe
presentarse de manera concurrente, es decir, que supuestas lesiones vinculadas al debido proceso
deben ser reparadas por los jueces y tribunales ordinarios que conocen la causa a través de los
medios o recursos que le franquea la ley, y que agotados estos, deberán acudir a la jurisdicción
constitucional a través de la acción de amparo constitucional.
En consecuencia el Juez de garantías, al denegar la acción tutelar respecto del Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal de El Alto, ha actuado correctamente.
POR TANTO
En revisión la Resolución de 9 de febrero de 2012, cursante de fs. 787 a 790 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Henry Gonzalo García Canelas
en representación de Rubén Aldo Saavedra Soto, Ministro de Defensa Nacional contra
Víctor Hugo Rojas Sánchez, Juez Segundo de Partido y de Sentencia de Montero del
Distrito Judicial de Santa Cruz.
Por memorial presentado el 4 de enero de 2012, cursante de fs. 729 a 742 vta., el accionante
expuso los siguientes fundamentos:
Interpuestos los recursos de apelación contra la referida Sentencia por Edwin Tupa Tupa y
Humberto Ignacio Céspedes, el 14 y 26 de mayo de 2009, respectivamente, estos fueron
concedidos en efecto devolutivo, remitiéndose por ello el 3 de julio del mismo año, el
expediente original ante la Jueza de Partido de las provincias Obispo Santiestevan y Warnes,
Consuelo Caballero Leytón, autoridad que se excusó de conocer los mismos, enviando el
proceso al Juez Segundo de Partido y de Sentencia de Montero, Víctor Hugo Rojas Sánchez,
quien mediante Auto de 21 de julio de ese año, con la finalidad de conservar la imparcialidad, de
oficio también se excusó. Lo propio sucedió con el Juez Tercero de Partido y de Sentencia de
Montero, remitiendo por tal razón el expediente su similar del Juzgado de Portachuelo, José
Gambarte Pizarro, el cual, por Auto de Vista de 7 de septiembre de 2009, anuló obrados hasta
“fs. 41” inclusive (del expediente original).
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Por todo ello, el accionante acude a la vía de la acción del amparo constitucional, al estar el tema
de las excusas íntimamente relacionado con la independencia e imparcialidad como elementos
integrantes del juez natural y por ende del debido proceso
El accionante estima que se lesionaron los derechos del Ministerio que representa al debido
proceso, al juez natural en sus elementos del juez independiente e imparcial, a la justicia pronta,
oportuna, transparente y sin dilaciones y a la “seguridad jurídica”, citando al efecto los arts. 115.
I y II, 120.I y 178.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Recibida la acción el 4 de enero de 2012, por la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental
de Justicia de Santa Cruz, mediante Auto de 6 del citado mes y año declinó competencia en
razón de que el lugar donde se dictó la Resolución considerada ilegal es la ciudad de Montero
(fs. 743 y vta.), remitiendo por ello la acción al Juez de Partido Mixto de Montero (fs. 745).
Admitida la acción el 16 de enero de 2012, conforme al informe brindado por el Secretario del
Juzgado Tercero de Partido y de Sentencia de Montero, Renán Ribera Arancibia, se señaló
audiencia para el jueves 2 de febrero de 2012, la cual no se llevó a cabo por los hechos
generados por una multitud que amedrentaba la realización de la misma. Por tal razón, y con
anuencia de las partes se señaló como nueva fecha para la audiencia el 3 de febrero del señalado
año a horas 8:00, pero nuevamente fue interrumpida, puesto que la multitud tomó el acceso al
inmueble judicial, dándose enfrentamientos con funcionarios policiales (fs. 756 y vta.).
Celebrada la audiencia pública el 9 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
779 a 786, en presencia del accionante, del abogado del tercero interesado Edwin Tupa Tupa;
Germán Cardona, abogado del Ministerio de Defensa, ratificó la demanda, señalando además
que: a) Mediante Auto de 6 de enero de 2012, la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de Santa Cruz, declinó competencia, ocasionando retardación de justicia; b) Si bien el Juez
ahora demandado dictó el Auto de Vista de 23 de noviembre de 2011, en suplencia legal, cabe aclarar
que los actos son personalísimos; por tanto, la función jurisdiccional es indelegable, conllevando a la
debida responsabilidad; y, c) La acción no se interpone contra el cargo sino contra el Juez.
Por su parte, el accionante Henry Gonzalo García Canelas, en audiencia indicó que el Juez
demandado se excusó por su propia voluntad, puesto que ponía en riesgo el principio de
imparcialidad en sus decisiones; por ello, resulta una interpretación errada el creer que por
haberse anulado obrados está habilitado para retomar el proceso resolviendo los incidentes de
nulidad, vulnerando los principios de independencia e imparcialidad, solicitando en
consecuencia se conceda la tutela de la acción.
Sergio Pedraza Domínguez, abogado de Edwin Tupa Tupa, presentó memorial de incidente
de vicios procesales que afectan a la competencia del Juez Tercero de Partido Mixto y de
Sentencia de Montero como juez de garantías (fs. 772 a 775 vta.) y en audiencia al respecto
manifestó: i) La actuación del Juez demandado, no fue como Juez Segundo de Partido Mixto de
Montero donde es titular, sino en calidad de suplente legal del Juez Tercero de Partido Mixto; ii)
Debió haberse demandado también al actual Juez Tercero de Partido Mixto y de Sentencia,
quien esta fungiendo como Juez de garantías creando con ello un conflicto de competencia, ya
que vendría a ser juez y parte pues en caso de concederse la tutela tendría que ser quien dicte el
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nuevo auto de vista; iii) Corresponde corregir procedimiento anulando obrados y declinando
competencia al juzgado siguiente para que conozca la presente acción; y, iv) Por todo ello,
habiendo demostrado el error judicial, el conflicto jurídico relacionado a la competencia y los
efectos que podría provocar, en la vía incidental solicita la corrección de procedimiento ante la
advertencia de un error procesal en la tramitación de la presente acción tutelar, debiendo
anularse obrados hasta la admisión de la demanda, declinar competencia el actual Juez de
garantías. Asimismo, en audiencia se dio lectura al memorial que presentó el 2 de febrero de
2012, cursante de fs. 762 a 770, por el cual señalaba: a) Si la parte accionante consideraba que el
Juez demandado estaba comprendido en una de las causales de excusa previstas en el art. 3 de la
LAPCAF, tenía la facultad recusarlo, situación que ahora no es subsanable mediante la acción
de amparo constitucional; b) El accionante pudo presentar incidente de nulidad de obrados si
consideraba que se lesionó su derecho al debido proceso; c) Por el hecho de no haber interpuesto
recusación ni incidente de nulidad, existió acto consentido de conformidad a lo señalado por el
art. 74.2 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), demostrando una
aceptación tácita de los mismos; d) La inexistencia de legitimación activa al no existir agravio
directo como también de legitimación pasiva por no haberse demandado al actual titular del
Juzgado donde se pronunció el Auto impugnado; e) El petitorio de la demanda es ambiguo
puesto que si bien pide la nulidad del Auto de Vista impugnado por incompetencia, también pide
que el Juez demandado dicte un nuevo auto, con lo que no se estaría cumpliendo con lo previsto
por el art. 77.6 de la LTCP; f) No existe acto ilegal, puesto que la excusa ya no tiene validez, en
razón a que se anularon obrados hasta fs. 41 inclusive, además que la misma no fue a instancia
de parte sino de oficio por una situación particular del juzgador que después de la nulidad de
obrados despareció; g) La acción de amparo constitucional tiene por finalidad proteger derechos
fundamentales, no principios constitucionales no ameritando la tutela solicitada
equivocadamente; y, h) Por todo lo señalado pide se declare la improcedencia de la acción
puesto que existen cantidad de argumentos por demás para ello; no obstante, solicitó se deniegue
la tutela solicitada y sea con costas.
I.2.3. Resolución
El Juez Tercero de Partido y de Sentencia de Montero, Carlos Barrientos Castro, por Resolución
de 9 de febrero de 2012, cursante de fs. 787 a 790 vta., concedió la tutela, dejando sin efecto
jurídico el Auto de Vista de 23 de noviembre de 2011, pronunciado por el Juez demandado,
ordenándose que todos los actuados del proceso del interdicto de recobrar la posesión pasen al
Juez competente llamado por ley que no se hubiera excusado o que no haya tenido alguna
relación jurídica con el mencionado proceso, es decir, al Juez Primero de Partido y de Sentencia
de Montero, sin calificarse las costas procesales por ser excusable la posición del Juzgador
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II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. En ejecución de sentencia dentro del interdicto de recobrar la posesión del terreno
denominado “Guabirá”, fueron presentados recursos de apelación que fueron concedidos en
efecto devolutivo (fs. 115), remitiéndose el proceso al Juez Segundo de Partido y de Sentencia
de Montero, Víctor Hugo Rojas Sánchez, quien por Auto de Vista 76 de 21 de julio de 2009,
considerando que el abogado de la parte demandada Eduardo Castro Mendoza con anterioridad
ya planteó recusación en su contra y al existir la causal de excusa establecida por el art. 3 inc. 5)
de la LAPCAF, se excusó del conocimiento de la misma (fs. 138). Resolviendo las excusas el
Juez de Partido y de Sentencia de Portachuelo, José Gambarte Pizarro, mediante Auto de Vista
04 de 7 de septiembre de 2009 (fs. 151 a 153 vta.), anuló obrados hasta fs. “41 inclusive” (del
expediente original).
II.4. Contra el rechazo de los incidentes Sergio Andrés Pedraza Domínguez en representación de
Edwin Tupa Tupa (fs. 645 a 647 vta.) y Alexander Quiñón Fernández (fs. 665 a 667 vta.),
interpusieron recursos de apelación, lo cuales fueron concedidos en el efecto devolutivo (fs.
685). Siendo resueltos mediante Auto de 23 de noviembre de 2011, pronunciado por el Juez
Segundo de Partido y de Sentencia de Montero, Víctor Hugo Rojas Sánchez, en suplencia legal
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del juzgado Tercero de Partido y de Sentencia, anulando obrados hasta fs. “40 inclusive” del
expediente original (fs. 719 a 721).
En ese marco, el art. 128 establece: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra
actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley”; a su vez el art. 129.I de la CPE, determina que: “La Acción de
Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre
con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante
cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”.
En materia procesal civil, el régimen de las recusaciones y excusas se encuentra regulado por la
Ley de Abreviación Procesal Civil y de Asistencia Familiar, cuyo art 2 reforma los Capítulos
IV, V y VI del Título I del Libro Primero del Código de Procedimiento Civil.
En ese orden, la excusa, en general, constituye el medio legal establecido para que una autoridad
jurisdiccional por decisión propia se separe en la primera actuación del conocimiento de un
proceso debido a distintas causas que pudieran afectar la imparcialidad del juzgador. Al
respecto, el art. 3 de la LAPCAF, establece entre las causales de recusación: “5) Tener el juez
enemistad, odio o resentimiento con alguna de las partes, que se manifestaren por hechos
conocidos” ( las negrillas nos corresponde), así como, por su parte, el art. 4 de la citada Ley,
establece la obligación de excusa, determinando que el juez o magistrado comprendido en
cualquiera de las causas de recusación, deberá excusarse de oficio en su primera actuación,
aclarando que la excusa no procede a pedido de parte. Una vez decretada la excusa, el juez o
magistrado quedará inhibido definitivamente de conocer la causa y la remitirá de inmediato al
llamado por ley, aun cuando desaparecieren las causas que la originaron. Por lo que será nulo
todo acto o resolución pronunciada después de la excusa.
En este contexto, la recusación dará lugar a ser presentada cuando la autoridad jurisdiccional no
se excusa a pesar de hallarse comprendido en alguna de las causas señaladas expresamente en la
ley, por lo que, la recusación procederá a pedido de cualquiera de las partes, en la primera
actuación que realicen en el proceso. Si la causal fuere sobreviniente, deberá ser deducida dentro
de los tres días de tenerse conocimiento de su existencia y hasta antes de quedar la causa en
estado de sentencia.
En consecuencia, para que el titular del cargo pueda eximirse de los deberes que le son
inherentes, deberá concurrir alguna de las causas de excusa legalmente previstas, y según
procedimiento previsto al efecto. (Diccionario de Derecho Civil de Miguel Ángel del Arco
Torres y Manuel Pons González).
En efecto, tal como informan los antecedentes que cursan en el presente caso, el Juez
demandado se excusó de oficio, de conocer la causa en grado de apelación, mediante Auto de 21
de julio de 2009, basándose en al art. 3 inc. 5) de la LAPCAF, puesto que en ese entonces el
Juez arguyó que el abogado patrocinante de Edwin Tupa Tupa (parte demandada dentro del
interdicto de recobrar la posesión), era Eduardo Castro Mendoza, quien en una anterior
oportunidad ya había planteado recusación en su contra; sin embargo, es preciso tomar en cuenta
que por Auto de Vista de 7 de septiembre de 2009, el Juez que resolvió los recursos de apelación
de la Resolución final pronunciada en el interdicto de recobrar la posesión, anuló obrados
hasta fs. 41 inclusive; es decir, hasta el estado de citarse con la demanda.
pronunció el Auto de Vista ahora impugnado, actuación ésta en la que el Juez no observó
causal de excusa alguna. En dicha actuación, el Juez no incurre en ilegalidad alguna, toda vez
que, por una parte, el inciso 5 de las causales de recusación referido a “Tener el juez enemistad,
odio o resentimiento con alguna de las partes” no tiene aplicación cuando se trata de los
abogados o patrocinantes de las partes, sino, específicamente con relación a las partes, y por
otra, porque al haberse anulado obrados con anterioridad hasta fs. “41” del proceso, la excusa a
la que se refiere el accionante, al estar inserta dentro de los actuados anulados también quedó
anulada.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00192-2012-01-AAC
Departamento: Tarija
En revisión la Resolución 02/2012 de 13 de febrero, cursante de fs. 193 a 203 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Mónica Patricia Mealla
Guardia contra Justino Zambrana Cachari y María Lily Morales, Presidente y Oficial
Mayor de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija.
Desde octubre del 2010, ingresó a trabajar al Gobierno Municipal de Tarija como Asesora del
despacho del Alcalde; mientras desempeñaba sus funciones de manera continua, en junio del
2011, recibió varias invitaciones y propuestas de trabajo por parte del Presidente de la Asamblea
Legislativa Departamental, con el propósito de formar parte del staff de Asesores Legales de
dicho ente deliberante.
Agrega que, ante la insistencia de éste, así como la oportunidad de poder percibir un salario
mayor, el 26 de julio de 2011, sostuvo una reunión con la autoridad hoy demandada y después
de hacerle conocer de manera verbal y ocular sobre su estado de gravidez aceptó la propuesta,
quién posteriormente le solicitó que en el día debía hacer llegar su carta de renuncia al cargo que
venía desempeñando en la mencionada institución. Bajo estas circunstancias presentó su
renuncia, por lo que el 27 de julio del mismo año, a horas 8:00, se incorporó a trabajar en las
instalaciones de la Asamblea Legislativa Departamental, donde luego de una hora se le hizo la
entrega del memorándum de designación en calidad de Asesora del área jurídica II, firmado por
la Oficial Mayor de la referida Asamblea.
Refiere también, que luego de pedir el espacio e implementos necesarios para la realización de
su trabajo, la Oficial Mayor, María Lily Morales, codemandada, de manera despectiva y
discriminatoria le indicó que la institución no contaba con lo solicitado y que si quería trabajar
debía proporcionarse personalmente; luego, el Presidente de la mencionada Asamblea le solicitó
de muy mala forma que realizará un informe jurídico sobre las solicitudes de permiso del
asambleísta Marcelo Poma, trabajo que a pesar de no contar con los medios necesarios fue
cumplido. Posteriormente la Oficial Mayor, en claro desconocimiento de las funciones de un
abogado, le ordenó de manera verbal la emisión del informe “técnico” que avale la contratación
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 637
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Manifiesta que al finalizar la tarde del 29 de julio de 2011, le hicieron llegar un memorándum,
cuya finalidad era el de anular o dejar sin efecto su nombramiento y pese haber manifestado que
se encontraba protegida por la inamovilidad laboral en razón de su estado de gravidez, la Oficial
Mayor codemandada, le respondió que el despido era atribución de quien la contrato. Ante esta
situación que tuvo incidencia negativa en su salud (colapso nervioso con diagnóstico placenta
baja), presentó un memorial incoando su reincorporación, la misma que fue respondida de
manera negativa, con el fundamento de que la decisión fue en base a un informe legal de
Oficialía, siendo así notificada el 9 de agosto del mencionado año. Agobiada y sumida en la
incertidumbre sobre el bienestar de su familia presentó una serie de impugnaciones y reclamos
que llegaron incluso a la Directiva de la Asamblea Legislativa Departamental, sin que hasta la
fecha se haya emitido resolución o respuesta alguna sobre su situación.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 13 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
189 a 193, de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
que la nulidad no opera de oficio y no puede ser arrogada a una autoridad administrativa, sino
que el acto se presume válido hasta que la nulidad haya sido declarada vía judicial; es decir, que
si bien tenía facultad de prescindir de sus servicios, más no puede hacer de cuenta que esta
relación no existió, porque trabajó tres días realizando informes. Por lo que la intensión “insana”
y arbitraria de fondo es negar la existencia de una relación laboral cuyo efecto es la protección
del derecho de inamovilidad laboral; c) La norma contenida en el art. 48 de la CPE, trae
aparejado un mandato negativo consistente en la no discriminación en razón del embarazo y un
mandato positivo consistente en la inamovilidad funcionaria hasta un año de vida del niño o
niña, mandato constitucional que es de aplicación directa por imperio del art. 109 dada su
jerarquía constitucional; d) Fue llamada por las autoridades demandadas a una reunión para
escucharla y ver si respetaban o no sus derechos, lo cual no tuvo sentido, porque las autoridades
no tienen atribuciones para ello, porque al momento de la contratación se notaba visualmente su
embarazo y por el exceso del trabajo no le dieron tiempo para cumplir con los requisitos previos
ya que su estadía en la fuente laboral fue breve; y, e) El preaviso carece de valor frente a la
necesidad de protección del embarazo y en tres días no puede un funcionario asegurarse, por lo
que hicieron interpretación restrictiva de las normas, correspondiendo tener presente los
principios de proporcionalidad y razonabilidad sobre los requisitos no presentados, así como de
la declaración jurada que son subsanables, habiendo pasado por alto también los principios de
favorabilidad, legalidad, buena fe y seguridad jurídica.
Los demandados, Justino Zambrana Cachari y María Lily Morales, Presidente y Oficial Mayor
de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija, presentaron informe escrito a través de sus
representantes cursante de fs. 175 a 180 vta., señalando: 1) Es evidente que el 26 de junio de
2011, se le hizo la propuesta a la accionante para que asuma el cargo de Asesora Jurídica en la
Directiva de la mencionada institución, otorgándole el tiempo suficiente y necesario (un mes)
para que proceda a tramitar tanto su desvinculación laboral de la Alcaldía de Tarija, como el
trámite de su declaración jurada de bienes y rentas ante la Contraloría General de la República,
para tomar posesión e ingresar a trabajar a la Asamblea Legislativa Departamental; 2) Mediante
memorándum 0141 de 27 de julio de 2011, fue designada en el cargo de Asesora Jurídica de
Directiva, un mes después de la reunión de propuesta de trabajo, la cual a decir de la accionante,
se llevó a cabo el 26 de junio del mencionado año, a partir de ese momento tuvo el tiempo
necesario para dar cumplimiento a lo dispuesto en los arts. 8, 53 y 54 del Estatuto del
Funcionario Público (EFP), que establece como deber de todo funcionario público el presentar
su declaración de bienes y rentas; 3) Los extremos arriba vertidos son corroborrables a partir de
la certificación 01/2011, otorgada por la Directora de Recursos Humanos de la Asamblea
Legislativa Departamental de Tarija, Zulema Irahola Soruco, quien mediante hoja de ruta
0003403, certificó que la accionante no presentó al momento de asumir el cargo la declaración
jurada de bienes y rentas, incumpliendo la normativa citada e incurriendo en el art. 149 del
Código Penal (CP), como el art. 235 de la CPE, en ese sentido a fin de evitar responsabilidades
mayores y perjuicios a la institución como a la accionante, se tomó la certera decisión de
desvincularla, máxime, si de la documentación presentada por la accionante no se observa que
haya cumplido con esta obligación; 4) De acuerdo a la certificación RRHH/ALDT 02/2011,
emitida también por la referida Directora de Recursos Humanos, se demuestra que la accionante
no adjuntó ni presentó certificado médico de embarazo, en tal sentido la institución no tuvo
conocimiento de su estado de gravidez o que acredite dicho extremo, por lo que no se puede
argumentar discriminación por estado de gestación; siendo así, que la accionante una vez que
fue desvinculada de la institución recién hizo saber sobre su estado de gestación, presentando
mediante memorial de 1 de agosto de ese año ante la Asamblea Legislativa Departamental de
Tarija y adjuntando una ecografía de embarazo en fotocopia simple, es decir, fuera de la relación
laboral y cuatro días después de haberse cumplido la misma; y, 5) Ella es personal de libre
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 639
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nombramiento y por tanto de libre remoción y la demanda de amparo constitucional contiene los
siguientes defectos: No cumple con el principio de inmediatez que indica que esta vía se activa
inmediatamente de haberse producido la lesión, si no hubiera otras vías o de haber agotado las
vías legales ordinarias e idóneas y efectivas; por otro lado, en cuanto al principio de
subsidiariedad, la accionante no tomo en cuenta que dentro del campo administrativo, existen
recursos que necesariamente deben ser agotados antes de pretender acceder a la vía
constitucional. En el caso concreto, la parte accionante no ha agotado la vía administrativa,
puesto que al habérsela negado la reincorporación debió aplicar lo establecido en la Ley de
Procedimiento Administrativo, en tal sentido al no acudir conforme lo establecido la norma
vigente, debe declararse la improcedencia de la acción, señalando al efecto las SSCC
0022/2007-R; 0744/2007-R; 0054/2007-R y 0379/2007-R.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, constituida en Tribunal
de garantías, por Resolución 02/2012 de 13 de febrero, cursante de fs. 193 a 203 vta., concedió
la acción de amparo constitucional, sin costas por ser demandado el Estado a través de la
Asamblea Legislativa Departamental, ordenando a los demandados procedan a la
reincorporación de su fuente laboral en el plazo de veinticuatro horas, dispongan y hagan el
seguimiento para el pago inmediato de los salarios devengados, aguinaldo, subsidio pre y post
natal, de lactancia y todos los beneficios que le correspondan a la acción como funcionaria
pública desde el momento de su contratación, fundando su Resolución en los siguientes puntos:
i) Los demandados han argumentado que no tuvieron conocimiento del estado de gravidez de la
accionante al momento de la contratación y que ésta no dio aviso formal ni presentó los
requisitos para hacer efectiva la inamovilidad laboral constitucionalmente protegida, al respecto
se debe tomar en cuenta que, la jerarquía normativa de que gozan las normas constitucionales
entre ellas las ya analizadas y que protegen el derecho a la no discriminación, al trabajo y la
inamovilidad laboral de la mujer embarazada que a su vez están relacionados con el derecho a la
vida, la salud, a la familia, a la seguridad social, no pueden subyacer ante la existencia de
normas ordinarias ni administrativas de índole formal, pues éstas están por debajo de aquellas,
siendo los derechos constitucionales de aplicación inmediata conforme lo señala el art. 109 de la
CPE, y que gozan de jerarquía normativa por imperio del art. 410.II de la Ley Fundamental, lo
anotado surge la evidencia de que los derechos constitucionales no pueden ceder ante la
existencia de formalismos legales, por lo que el pre aviso del embarazo referido por los
demandados no tiene relievancia para la jurisdicción constitucional. Al respecto existe
jurisprudencia constitucional de última data como es la SC 1362/2011-R de 30 de septiembre de
2011; ii) Evidentemente no consta en obrados que la accionante hubiera puesto en conocimiento
de la entidad contratante su estado de gravidez y en cuanto a los requisitos previos de
contratación y declaración jurada extrañados, es evidente que no se realizaron, así lo ha
manifestado la propia accionante y se desprende de la revisión del cuerpo de autos; sin embargo,
ni la falta de aviso del estado de gestación, ni el incumplimiento en la presentación de requisitos
formales como los extrañados pueden servir de fundamento para negarle la inamovilidad
funcionaria y la consiguiente reincorporación, pues a momento de hacer sus reclamos la entidad
tomó conocimiento del estado de gravidez de la funcionaria y esta circunstancia es suficiente
para darle un trato especial en razón a que la carta magna así lo dispone en protección de la
mujer embarazada, y aun si en el momento de la contratación no se conocía el estado de
gestación en oportunidad de la representación realizada por la interesada; por ello so pretexto de
desconocimiento de la situación, no puede negarse la reincorporación, toda vez, que la mujer
embarazada está especialmente protegida en el art. 48 de la CPE, cuando establece en sus
parágrafos I y VI, la protección de la estabilidad laboral y la no discriminación ni despido de las
mujeres por situación de embarazo, garantizando a su vez la inamovilidad laboral de las mujeres
en estado de embarazo, normativa que guarda conexitud con lo dispuesto en el art. 25.2 de la
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Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), que proclama los derechos de la
maternidad y los infantes a cuidados y asistencia especiales; estando además el trabajo como un
derecho protegido por el art. 46 de la misma CPE; iii) Asimismo, la protección a la mujer
embarazada y lactante en cuanto al goce de inamovilidad laboral tiene conexión con el derecho a
la vida, a la salud que están también constitucionalmente protegidos y son inherentes a la
función del Estado de resguardar la vida de sus estantes y habitantes, en especial de la mujer
gestante o en la etapa de lactancia, mediante la inamovilidad laboral que a la vez le permite
cubrir sus propias necesidades básicas del lactante y su familia para una vida digna, tener un
estado de salud física y psicológica ausente de sufrimientos por la preocupación que le ocasione
el estado de inestabilidad económica que podría afectar el desarrollo embrionario y la vida del
niño. Por ello es que al haberse provocado la ruptura del vínculo contractual laboral mediante el
despido se violentó el derecho establecido en el art. 48.I y VI de la CPE, se ha violentado el
derecho a la vida establecido en el art. 15 parágrafo I y dentro de ella al sufrimiento físico y
psicológico garantizados por el parágrafo III, derechos que fueron vulnerados por los
demandados; iv) Asimismo, al haber ordenado el despido y la no reincorporación peticionada
por la accionante, realizaron un acto de discriminación por razón de embarazo, vulnerando el
derecho a la no discriminación por razón de embarazo establecido en el art. 14.II de la Norma
Fundamental; v) En relación al derecho a la seguridad social que alega la accionante, la
contratación laboral trae aparejada como beneficio a favor del trabajador la asistencia médica y
la seguridad social que en el caso de la mujer embarazada reviste especial importancia, pues le
permite tener acceso a los sistemas de atención médica, a los sistemas de seguridad social y a los
subsidios y bonos que el Estado boliviano tiene vigencia para asegurar un óptimo estado de
salud tanto de la madre en gestación o en etapa de lactancia cuanto para el niño o niña en tal
sentido el despido y la no reincorporación le privó de tener acceso a beneficios como funcionaria
pública, por lo que estos actos también configuran vulneraciones al derecho a la salud y
seguridad social previstos por el art. 45.V de la CPE; y, vi) Respecto a los derechos a la no
discriminación y a la inamovilidad laboral y los derechos vinculados descritos anteriormente, la
jurisprudencia constitucional se ha pronunciado de manera vasta, así como la excepción al
carácter subsidiaro del amparo constitucional cuando se trata de trabajadoras embarazadas
(SSCC 0785/2003-R y 0530/2010-R).
II. CONCLUSIONES
II.1. El 26 de julio de 2011, a horas 15:20, Mónica Patricia Mealla Guardia hoy accionante,
mediante nota dirigida al Alcalde Municipal de Tarija, Oscar Gerardo Montes Barzón, presentó
renuncia irrevocable al cargo de asesora Legal del despacho Municipal (fs. 2).
II.2. A horas 09:00 del 27 de julio de 2011, mediante Memorandum 141, la Oficial Mayor de la
Asamblea Departamental Autónoma de Tarija, María Lily Morales, designó a Mónica Patricia
Mealla Guardia, como Asesora Jurídica (Asesor II) (fs. 3).
II.3. El 27 de julio de 2011, por notas dirigidas a la Oficial Mayor de la Asamblea Legislativa
Departamental María Lily Morales, la hoy accionante solicitó la elaboración de un sello para el
staff de la Directiva, la certificación presupuestaria 2011 para concluir el informe que le fue
solicitado acerca de la procedencia de contrataciones directas y pedido de materiales (fs. 4 a 9
vta.).
II.4. El 28 de julio de 2011, por informe AJD/01/2001, dirigida al Presidente Justino Zambrana
y miembros de la Directiva de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija, la accionante
Mónica Patricia Mealla Guardia, presentó informe legal sobre la procedencia de solicitudes de
licencia y alternancia presentada por el Concejal, Marcelo Poma (fs. 10 a 11).
II.5. El 29 de julio de 2011, la Oficial Mayor, María Lily Morales, en mérito a la nota
DESP.PRSDCIA.A.L.D.T.0340/2011-2012, por memorándum 0148, dirigida a la hoy
accionante, resolvió dejar sin efecto el memorándum 0141 de 27 de julio de 2011, por no lograr
adecuarse a la estructura de la institución y a los requerimientos solicitados por sus superiores, el
mismo que se rehusó a recibir en presencia de testigo Freddy Sánchez, con cédula de identidad
1807480 (fs. 12).
II.10. Anexa pruebas como certificados médicos, ecografías y facturas por consulta médica, que
avalan su situación de gravidez y el estado de salud riesgoso emergente de la situación a la que
se sujeto (fs. 28 a 89).
II.11. Cursa certificado de atención prenatal 2765 de 7 de julio de 2011, otorgado por Ximena
Vladislavic Aguirre Gineco-Obstetra y Patricia Belmonte Herrera, Jefe Médico Regional de la
Caja Nacional de Seguridad Social de Tarija a favor de la accionante que recibió atención
médica desde el cuarto mes de embarazo (fs. 47).
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 642
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.12. Cursa certificado de nacimiento emitido por la oficial de Registro Civil, Consuelo
Peñaranda, Libro 2 Partida 096 Folio 095, de 3 de febrero de 2012, por el que evidencia el
nacimiento del niño de la accionante el 15 de diciembre de 2011 (fs. 181).
La accionante considera que las autoridades demandas han vulnerado sus derechos a la vida
propia y a la de su hijo, a la salud, a la familia, a la seguridad social, a la inamovilidad laboral y
a la no discriminación; toda vez que: a) Habiendo manifestado que se encontraba protegida por
la inamovilidad laboral en razón de su estado de gravidez, fue despedida; y, b) Tuvo que
interponer una serie de impugnaciones y reclamos que llegaron incluso ante la Directiva de la
Asamblea Legislativa Departamental, donde solicitó su reincorporación por despido ilegal,
como el hecho de haber sido discriminada por su estado de embarazo, los mismos no fueron
respondidos. En consecuencia corresponde analizar si el problema jurídico planteado puede ser
analizado vía acción de amparo.
Es el primero de los derechos fundamentales y que da inicio al catálogo desarrollado por el art.
15.I de la CPE; derecho primigenio cuyos alcances ya han sido establecidos por este Tribunal,
que en el entendido de que es el bien jurídico más importante, señaló que: "Es el derecho de
toda persona al ser y a la existencia, siendo su característica esencial la base para el ejercicio
de los demás derechos. Es decir, la vida misma es el presupuesto indispensable para que haya
titularidad de derechos y obligaciones. Es un derecho inalienable de la persona que obliga al
Estado en dos sentidos: su respeto y su protección. La autoridad estatal está
constitucionalmente impedida de hacer cosa alguna que destruya o debilite el contenido
esencial de esos derechos, debiendo crear las condiciones indispensables para que tengan cabal
observancia y pleno cumplimiento" (SC 1580/2011-R de 11 de octubre).
También previsto como derecho fundamental en el art. 18.I de la CPE, desarrollado por los arts.
35 al 44, de dicha Ley Suprema Sección II "La salud y a la seguridad Social" del Capítulo
Quinto sobre los "Derechos Sociales y Económicos", Título Segundo "Derechos Fundamentales
y garantías", de la Primera Parte de la "Bases Fundamentales del Estado, Derechos, Deberes y
Garantías". Derecho, sobre cuyo entendimiento este Tribunal en un problema similar mediante
la SC 1580/2011-R de 11 de octubre, estableció que: '… es el derecho en virtud del cual la
persona humana y los grupos sociales -especialmente la familia- como titulares del mismo,
pueden exigir de los órganos del Estado, en cuanto sujetos pasivos, que establezcan las
condiciones adecuadas para que aquellos puedan alcanzar un estado óptimo de bienestar físico,
mental y social y garanticen el mantenimiento de esas condiciones. El derecho a la salud no
significa solamente el derecho a estar en contra de la enfermedad sino el derecho a una
existencia con calidad de vida'. Entendimiento que en el actual orden constitucional encuentra
mayor eficacia puesto que la salud es un valor y fin del Estado Plurinacional, un valor en
cuanto el bienestar común respetando o resguardando la salud, conlleva al vivir bien, como
previene el art. 8.II de la CPE; pero también es un fin del Estado, tal cual lo establece el art. 9
num. 5) de la CPE, al señalar que son fines y funciones esenciales del Estado, además de los
que establece la Constitución y la Ley "Garantizar el acceso de las personas a la educación, a
la salud y al trabajo".
podrán ser discriminadas o despedidas por su estado civil, situación de embarazo, edad, rasgos
físicos o número de hijas o hijos. Se garantiza la inamovilidad laboral de las mujeres en estado
de embarazo, y de los progenitores, hasta que la hija o el hijo cumpla un año de edad".
'(…) el núcleo esencial del derecho reconocido como fundamental a la mujer embarazada y
en el estado de post parto con relación a su trabajo, estriba por una parte en la protección de
esa fuente de trabajo a través del reconocimiento de la inamovilidad funcionaria, y por otra,
en el tratamiento que se le dé a ésta permitiéndole que desarrolle sus actividades en
condiciones adecuadas. El primer ámbito de aplicación de este derecho desde la perspectiva
constitucional, supone que el empleador no podrá determinar, por causa alguna, una solución
de continuidad en la relación de trabajo; en cambio, en el otro ámbito se da cuando existiendo
la relación laboral firme en el que de por medio no existe un despido o ruptura de la relación
laboral, el empleador no afecte las condiciones laborales de la mujer trabajadora embarazada,
ya sea por causa de reducción de sus haberes o manteniendo o agravando las tareas que
regularmente desempeñe la empleada o funcionaria, en perjuicio evidente a su salud y
seguridad física, moral o psíquica'.
'(…) que, recientemente esta protección de inamovilidad funcionaria -que abarcaba solo a la
mujer gestante- ha sido extendida hacia el padre del menor hasta que su hija o hijo cumpla un
año, medida progresiva que como no podía ser de otra manera amplía el campo de protección
al futuro capital humano del Estado Plurinacional, que fue positivizado con la promulgación
del DS 0012 de 19 de febrero, en su art. 2 que señala «(INAMOVILIDAD LABORAL). La
madre y/o padre progenitores, sea cual fuere su estado civil, gozarán de inamovilidad laboral
desde la gestación hasta que su hijo o hija cumpla un (1) año de edad, no pudiendo ser
despedidos, afectarse su nivel salarial ni su ubicación en su puesto de trabajo»'" (las negrillas
son nuestras).
establecido por la Constitución Política del Estado (CPE) vigente, por lo que estas
interpretaciones son aplicables para la resolución del caso actualmente analizado.
Ahora bien, de la revisión de los antecedentes y pruebas que cursan en obrados, se evidencia que
la accionante, luego de presentar renuncia irrevocable al cargo de Asesora Legal del despacho
municipal de Tarija, al día siguiente, mediante memorándum 141 de 27 de julio de 2011, fue
designada como Asesor II del Área Jurídica de la Asamblea Legislativa Departamental de
Tarija; siendo así, que durante los tres primeros días de su actividad laboral mediante notas
dirigidas a la Oficial Mayor de dicho órgano legislativo, solicitó material y documentación para
concluir el informe que le fue encargado, acerca de la procedencia de contrataciones directas, y a
pesar de no contar con los medios necesarios, presentó informe legal al Presidente del órgano
legislativo, sobre la procedencia de las solicitudes de licencia y alternancia que fue presentada
por el Concejal, Marcelo Poma. Posteriormente a ello por memorándum 0148 de 29 de julio de
2011, la Oficial Mayor, hoy codemandada, resolvió dejar sin efecto el memorándum 141, por no
haberse adecuado a la estructura de la institución y a los requerimientos solicitados por sus
superiores; siendo así, que mediante memorial dirigido al Presidente de la Asamblea Legislativa
Departamental, Justino Zambrana, también hoy demandado, solicitó su reincorporación por
despido ilegal, como el hecho de haber sido discriminada por su estado de embarazo, recibiendo
posteriormente una simple nota por parte de la Oficial Mayor, donde se le hizo conocer que de
acuerdo al informe evaluado por Asesoría, en ningún momento se tomó conocimiento de su
estado por lo que el despido no fue ilegal, y que su designación por ser de libre nombramiento,
su remoción del cargo obedece a una atribución propia de quien la designó.
Ante esta situación, la accionante, mediante memoriales dirigidas a las autoridades hoy
demandas, como a la Directiva de la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija, solicitó
analizar su caso y se ordene la reincorporación inmediata a su fuente laboral como el pago de
sus salarios devengados, el pago retroactivo de subsidio prenatal en efectivo, para cuyo
cometido, anexó pruebas como: certificados médicos, ecografías y facturas por las consultas
médicas que recibió y que avalan su situación de gravidez y el estado de salud riesgoso
emergente de la situación a la que fue sujeto, los mismos que no fueron respondidas.
Finalmente, conforme al certificado emitido por el Oficial de Registro Civil, Consuelo
Peñaranda, se evidencia el nacimiento del niño de la accionante de 15 de diciembre de 2011.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00086-2012-01-AL
Departamento La Paz
Por memorial presentado el 31 de enero de 2012, cursante de fs. 16 a 19, el accionante, por su
representado, expone los siguientes fundamentos de hecho y derecho:
El Ministerio Público, a denuncia y querella particular de personeros del “Banco Bisa”, sigue un
proceso penal contra su representado, por presunta complicidad en la comisión de los delitos de
estafa, manipulación informática y otros, al haber retirado supuestamente del domicilio de
Eduardo Fernández Ramos, documentos y equipos de computación que serían parte de la
investigación. En ese sentido, fue aprehendido por orden de la Fiscal; posteriormente, como
medida cautelar se dispuso su detención preventiva, por orden de la Jueza Primera de
Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Cochabamba, por Resolución de 22 de
julio de 2011.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 647
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Denuncia que se incurrieron en vicios de nulidad absoluta, que pese al reclamo oportuno y
vehemente de sus abogados, fueron validados y ratificados por la Jueza de control jurisdiccional,
donde promovió incidente de nulidad de la aprehensión, ya que la participación criminal que se
atribuye a su representado, es solamente en condición de cómplice y cuyo mínimo legal en la
escala de reclusión sería apenas de un mes y de un año en caso de presidio, lo que haría
imposible la detención preventiva. Por consiguiente, la aprehensión ejecutada por el Ministerio
Público, como la detención preventiva dispuesta por la autoridad judicial, son totalmente
defectuosas, citando al efecto la SC 0490/2010-R de 5 de julio.
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública de 2 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
23 a 24, se produjeron los siguientes actuados:
Carlos Guerrero Arraya, Juez Primero de Instrucción en lo Penal de La Paz, en su informe oral
señaló: a) El ahora representado, fue imputado en Cochabamba, mientras que el Juzgado a su
cargo solamente emitió una resolución, disponiendo que por inhibitoria sean remitidos los
antecedentes a la ciudad de La Paz; b) El representado del accionante guarda detención
preventiva por orden emitida por la Jueza cautelar de dicha ciudad; y, c) La acción se halla
dirigida contra actos procesales que no fueron diligenciados por su autoridad, especialmente
sobre la detención preventiva, donde el representado del accionante considera que se hubiera
lesionado su derecho a la libertad.
judicial, contando con recursos ordinarios que puede utilizar como medio de defensa inmediato,
previo a acudir a la jurisdicción constitucional, por lo que requirió se deniegue la tutela
solicitada.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal
de garantías, dictó la Resolución 17/2012 de 2 de febrero, cursante de fs. 25 a 27, por la que
denegó la acción de libertad, con los siguientes fundamentos: 1) Esta acción se rige por el
principio de subsidiariedad excepcional, por lo que sólo puede ser activada luego de agotados
los mecanismos de defensa idóneos en la vía ordinaria, a fin de que la autoridad judicial que
conoce la causa, repare las supuestas lesiones a la libertad física o de locomoción del imputado,
debido a que la vía constitucional no tiene la vocación de reparar en exclusiva todas las formas
de lesión a la libertad, peor cuando se tenga abierto un proceso penal; 2) El accionante debió
denunciar los actos restrictivos de la libertad al juez cautelar que ejerce control jurisdiccional del
proceso. De la revisión del cuaderno procesal, se advierte que el imputado en ningún momento
reclamó sobre su aprehensión por la Fiscalía; evidentemente, cuestionó otras circunstancias
como la ejecución del mandamiento en horas de la noche y el pedido de control jurisdiccional
que fueron rechazados, por lo que no agotó los recursos ordinarios antes de acudir a la
jurisdicción constitucional; 3) La Jueza Primera de Instrucción en lo Penal de Cochabamba, a
tiempo de rechazar el único pedido de la defensa sobre control jurisdiccional, determinó la
legalidad de la aprehensión, por considerar que era el mecanismo adecuado para asegurar la
presencia del imputado, razón por la que ordenó su detención preventiva, medida en la que ya
debe consignarse los delitos que se atribuyen al imputado en su grado máximo, siendo que los
ilícitos que se le atribuyen se enmarcan en esa exigencia, aún sea en grado de complicidad; y, 4)
La SC 1130/2011-R de 19 de agosto, estableció que existe detención ilegal o indebida de una
persona cuando no se cumplen con las formalidades legales, en el caso presente, la aprehensión
y consiguiente detención preventiva se hizo en base de los arts. 226, 233,234 y 235 del Código
de Procedimiento Penal (CPP), dentro de una acción penal con imputación formal.
II. CONCLUSIONES
II.1. El 22 de julio de 2011, se realizó audiencia de medidas cautelares ante la Jueza Primera de
Instrucción en lo Penal de Cochabamba, en la que el representante del Ministerio Público amplió
la imputación formal contra Luis César Fernández Ramos (representado del accionante),
aduciendo que habría participado como cómplice en la comisión de los delitos de estafa,
manipulación informática y otros. Asimismo, solicitó la aplicación de la medida cautelar de
detención preventiva, al concurrir los presupuestos establecidos en los arts. 234.1 y 2; 235.1, 2 y
4 del CPP (fs. 1 a 5 vta.).
II.2. En la misma audiencia, la defensa solicitó control jurisdiccional sobre los actos realizados
por el Ministerio Público, específicamente de la ejecución del mandamiento de aprehensión, por
cuanto se habría practicado en hora inhábil, planteándose incidente de nulidad, peticionando al
mismo tiempo medidas sustitutivas a la detención preventiva, en razón de que el imputado
colaboró en la investigación al presentarse voluntariamente en dos oportunidades (fs. 1 vta. a 2).
II.3. La Jueza cautelar rechazó la solicitud descrita anteriormente, considerando que la ejecución
de la orden de aprehensión cumplió con la debida fundamentación y motivación conforme al art.
226 CPP, por existir suficientes elementos de convicción sobre la participación del imputado
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 649
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.4. De fs. 7 a 12, cursa orden instruida expedida por Carlos Guerrero Arraya, Juez Primero de
Instrucción en lo Penal de La Paz, ahora demandado, en cuyo texto se transcribe el Auto de 25
de noviembre de 2011, por el cual dicha autoridad declaró probada la excepción de
incompetencia en razón de territorio planteada por José Luis Rivera Mejía y dispuso la
inhibitoria de la Jueza Primero de Instrucción en lo Penal de Cochabamba, ordenando el envió
del proceso con detenidos -entre ellos el representado del accionante- al entonces Distrito
Judicial de La Paz. El mandamiento de detención preventiva, librado por el Juez demandado, en
contra del representado del accionante, de 9 de enero de 2012, cursa a fs. 14.
Por consiguiente, no sería correcto sostener que la reparación de los actos lesivos denunciados
por el accionante, sean reclamados ante una autoridad judicial que perdió competencia por
inhibitoria; más aún cuando existe una autoridad judicial que ejerce plena competencia actual
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 650
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
sobre la causa y con suficiente legitimación pasiva para conocer, sustanciar y resolver los
recursos ordinarios que correspondan en derecho. En este sentido, no es posible sustentar la falta
de legitimación pasiva de la autoridad accionada como causa para neutralizar la presente acción
tutelar.
El art. 125 de la CPE establece que la acción de libertad tiene por objeto garantizar la tutela de
los derechos fundamentales a la vida y a la libertad personal o de locomoción, cuando sean
restringidos o suprimidos ilegalmente o amenazados de serlo, por actos u omisiones indebidas
de autoridades o particulares; permitiendo en tales casos a los afectados, acudir inmediatamente
ante el juez o tribunal competente en materia penal, con la finalidad de que se guarde tutela a la
vida y a la libertad en los casos de persecución indebida, procesamiento ilegal y detención
indebida.
Del mismo modo, los convenios y tratados internacionales en materia de derechos humanos que
conforman el bloque de constitucionalidad, promueven que esta acción se constituya en un
mecanismo breve y sumario destinado a resguardar el derecho a la libertad física o de
locomoción en los supuestos anotados anteriormente. Sin embargo, para que prospere la acción
de libertad en la vía constitucional, previamente debe haberse agotado por el accionante todos
los mecanismos de defensa que franquea el ordenamiento procesal ordinario, haciendo uso
adecuado de los medios y recursos legales que sean idóneos, eficientes y oportunos para el
efectivo restablecimiento de este derecho fundamental, de donde se concluye que la vía
constitucional opera solamente en aquellos casos en que, a pesar de haberse impugnado y
agotado los mencionados medios o recursos ordinarios, no se haya reparado efectivamente la
vulneración denunciada.
“Primer supuesto: Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía
cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y
todavía no existe aviso del inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas ante el
Juez Cautelar de turno. En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad procesal,
es decir, con el aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad
jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación y/o protección a
sus derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la finalidad que
el soberano a través del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como juez
constitucional en el control de la investigación.
Segundo Supuesto: Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una
resolución judicial de medida cautelar que; por ende, afecta al derecho a la libertad física o
de locomoción, con carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar la
misma, para que el superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad
denunciada. Puesto que el orden legal penal ha previsto ese medio impugnativo, precisamente
para que a través de un recurso rápido, idóneo, efectivo y con la mayor celeridad se repare en
el mismo órgano judicial, las arbitrariedades y/o errores que se hubiesen cometido en dicha
fase o etapa procesal. Lo propio si está referido a cuestiones lesivas a derechos fundamentales
relacionados a actividad procesal defectuosa, o relacionado al debido proceso, casos en los
cuales se debe acudir ante la autoridad judicial que conoce la causa en ese momento procesal,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 651
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puesto que el debido proceso es impugnable a través de la acción de libertad, sólo en los casos
de indefensión absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la privación, o
restricción a la libertad física.
…En consecuencia, ese es el recurso que debe utilizarse para impugnar los actos del juez que se
consideren lesivos al derecho aludido, y no acudir directamente o de manera simultánea a la
justicia constitucional a través del recurso de hábeas corpus, garantía que podrá ser utilizada
sólo cuando el tribunal superior en grado no haya reparado las lesiones denunciadas”.
De la revisión de obrados se constata también que los miembros de la Sala Penal Tercera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, no actuaron conforme a la sumariedad y con
celeridad en la tramitación de la presente acción de libertad, habiendo incurrido en dilación
indebida en la remisión de oficio de la Resolución ante este Tribunal Constitucional
Plurinacional, por cuanto el fallo fue emitido el 2 de febrero de 2012, habiéndose remitido recién
el 9 del mismo mes y año, fuera del plazo establecido por el art. 126.IV de la CPE concordante
con el art. 64 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), lo que constituye falta
gravísima al tenor del art. 68.3 de esta última Ley.
Cabe recordar que de acuerdo al nuevo orden constitucional, el art. 8.I de la CPE, dentro de los
principios y valores del nuevo Estado Plurinacional de Bolivia, asume y promueve como
principios ético-morales de la sociedad plural, el ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo,
no seas mentiroso ni seas ladrón); máximas milenarias que fueron constitucionalizadas y
resumen de manera extraordinaria la moral que toda persona, natural o jurídica debe practicar en
todas sus actividades. En ese sentido, se hace énfasis en el principio del ama qhilla, que
establece una conducta de vida diligente que debe observar todo individuo, con mayor razón un
servidor público como es el juez, de quien debe exigirse una actitud acuciosa en la
administración de justicia, sobre todo cuando afecta al suma qamaña (vivir bien) y al ñandereko
(vida armoniosa); principios ético morales que constituyen directrices de obligada observancia
por los servidores de justicia cuando resuelvan sobre derechos y garantías constitucionales,
teniendo el deber imperativo de impulsar el desarrollo del proceso, siendo responsables de
cualquier demora resultante de su inactividad, en la construcción de la nueva justicia en el
Estado Plurinacional.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00210-2012-01-AAC
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 62/012 de 15 de febrero de 2012, cursante de fs. 212 a 214 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Dionicio Cataldi
Alanoca, Gerente de Grandes Contribuyentes (GRACO) Santa Cruz del Servicio de
Impuestos Nacionales (SIN) contra Hugo Suárez Calbimonte y Julio Ortiz Linares, ex
Ministros; y Norka Mercado Guzmán y Antonio Campero Segovia, Magistrados, todos de
la Corte Suprema -ahora Tribunal Supremo- de Justicia.
Explica que el art. 7 de la Ley 2626 de 22 de diciembre de 2003, que sustituyó el primer párrafo
de la Disposición Transitoria Tercera del Código Tributario Boliviano, dispuso que en caso de
impuestos cuyas recaudaciones correspondan al SIN, el Programa Transitorio, Voluntario y
Excepcional, alcanza a adeudos tributarios en mora al 30 de junio de 2003, cuyo vencimiento de
la obligación tributaria es el mes siguiente, “julio/2003” y que no se encuentra alcanzado por el
Programa antes señalado; por lo que una vez realizada la verificación, la Administración
Tributaria emitió la Resolución Determinativa GGSC-DJC 431/2007 de 20 de diciembre,
estableciendo un adeudo tributario de Bs10 653 028.- (diez millones seiscientos cincuenta y tres
mil veintiocho bolivianos) por concepto de ingresos no declarados del contribuyente SOAGSA;
ante lo cual, éste interpuso demanda contenciosa tributaria, resuelta en primera instancia a través
de la Resolución 54 de 30 de octubre de 2009, declarando probada la demanda. Posteriormente,
la Administración Tributaria interpuso recurso de apelación, resuelto por Auto de Vista 550 de
23 de diciembre del mismo año, confirmando en todas sus partes la Resolución impugnada o
recurrida, ante esa situación se interpuso recurso de casación en la forma y en el fondo, que fue
resuelto con una “agilidad” sorprendente, mediante Auto Supremo 239 de 12 de agosto de 2011,
notificado el 25 del mismo mes y año por la Sala Social y Administrativa Primera de la entonces
Corte Suprema de Justicia, quienes declararon infundado el recurso de casación, alegando por
una parte que el Auto de Vista recurrido fue emitido conforme exige la norma procesal,
resolviendo los puntos apelados de la sentencia con la debida motivación, pertinencia y
exhaustividad; y por otro, respecto al fondo, que la empresa SOAGSA se acogió al Programa
Transitorio Voluntario y Excepcional bajo la modalidad de Pago Único Definitivo, prevista en la
Disposición Transitoria Tercera del Código Tributario Boliviano, por lo que no era correcto que
el ente tributario pretenda cobrar tributos adeudados en doble partida cuando voluntariamente se
pagó los indicados impuestos acogiéndose al “perdonazo”, argumentos con los cuales la Sala
Social y Administrativa Primera desconoció de manera ilegal la calidad de sujeto pasivo del
contribuyente SOAGSA, eliminó el hecho imponible, modificó el contenido del Programa
señalado y amplió su aplicación a periodos de gestiones 2003 y 2004, contraviniendo las leyes
vigentes al efecto, consumándose con ese actuar la violación del derecho constitucional al
debido proceso de la institución ahora accionante.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y en consecuencia se disponga la nulidad del Auto Supremo 239 de
12 de agosto de 2011 y, a ese efecto, se ordene al Tribunal Supremo de Justicia emita una nueva
resolución, restableciendo el derecho al debido proceso respecto a la aplicación objetiva de la
ley.
Por su parte, Julio Ortiz Linares, ex Ministro de la Corte Suprema de Justicia, por informe
cursante de fs. 69 a 70; señaló: 1) Emitida la Resolución Determinativa GGSC-DJCC 431/2007,
SOAGSA interpuso demanda contenciosa tributaria contra GRACO Santa Cruz del SIN.
Radicada la causa en el Juzgado Primero Administrativo, Coactivo Fiscal y Tributario del ahora
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, se emitió la Sentencia 54, declarando probada
la demanda, disponiendo dejar sin efecto la Resolución Determinativa antes señalada, dicha
Resolución fue confirmada por el Auto de Vista 550, emitido por la Sala Social y
Administrativa, motivando recurso de casación en la forma y el fondo planteado por GRACO
Santa Cruz del SIN, que fue declarado infundado por Auto Supremo 239; 2) Se evidencia que el
2 de abril de 2004, mediante formulario 6042, la empresa demandada se acogió al Programa
Transitorio, Voluntario y Excepcional, bajo la modalidad de Pago Único Definitivo en
cumplimiento de la Disposición Transitoria Tercera del Código Tributario Boliviano, que se
efectuó a los noventa días siguientes a la publicación del Reglamento de este Programa, lo que
limita a la administración tributaria pueda ejercer de forma posterior cualquier fiscalización,
determinación y recaudación sobre impuesto y periodos comprendidos en el programa y,
habiendo admitido dicho pago, no puede cobrar de forma doble; 3) En cuanto al plazo para
acogerse al Programa Transitorio, Voluntario y Excepcional, éste fue ampliado por Ley 2647,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 656
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
desde el 2 de abril hasta el 14 de mayo de 2004, por lo que los adeudos tributarios se
extinguieron, ya que la empresa demandada los pagó en tiempo oportuno y en vigencia de la
norma precitada; y, 4) El Auto Supremo 239 contiene la suficiente motivación en cuento a su
estructura, respondiendo de forma precisa y clara al recurso de casación, tomando en cuenta un
análisis pormenorizado de los antecedentes del proceso y la normativa tributaria vigente.
Antonio Campero Segovia y Norka Mercado Guzmán, actuales Magistrados de la Sala Social y
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, mediante informe cursante de fs. 71 a 74,
alegaron: i) La acción de amparo constitucional, debe ser dirigida contra la autoridad que se
encuentre desempeñando la función, independientemente de que sea ella quien ejecutó el acto
lesivo; sin embargo, corresponde señalar que el art. 8.II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011, señala que todas las causas pendientes de resolución que se encuentren en la Corte
Suprema de Justicia al 31 de diciembre de 2011, serán resueltas por los Magistrados suplentes
hasta su liquidación final, norma que fija la competencia tanto para los Magistrados titulares
como de los Magistrados liquidadores, por lo que carecerían de legitimación pasiva para el caso
eventual de que el Tribunal de garantías emitiera una resolución favorable, por lo que dicha
resolución corresponde a los Magistrados liquidadores del Tribunal Supremo de Justicia al
tratarse de una causa ingresada antes del 31 de diciembre de 2011, ya que la contingente nulidad
del Auto Supremo 293 haría inexistente dicha Resolución, retrotrayendo el trámite hasta el
estado de estar pendiente de resolverse; ii) No se han cumplido los numerales 3, 4 y 6 del art. 77
de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), por cuanto el accionante expuso de
manera desordenada los antecedentes del proceso, no identificó con precisión la vulneración
expresa y concreta de un derecho o garantía para poder asumir defensa; por otro lado, solicita al
Tribunal de garantías que ingrese a la valoración de la legalidad ordinaria; iii) Los actuales
Magistrados titulares, no fueron los que pronunciaron la Resolución objeto de la acción de
amparo constitucional, lo que dificulta informar sobre el fondo de las pretensiones deducidas por
el accionante, porque desconocen los fundamentos fácticos y jurídicos que dieron lugar a la
Resolución emitida en casación; iv) En caso que hubiera usurpado funciones, la acción de
amparo constitucional no es la vía idónea para su impugnación, al encontrarse previsto a ese
efecto el recurso directo de nulidad al que la parte accionante no ha recurrido; v) No es evidente
la vulneración del derecho al debido proceso en su vertiente de la debida fundamentación,
porque la resolución pronunciada está debidamente motivada, permitiendo su comprensión con
claridad, lo que determinó declarar infundado el recurso de casación y nulidad presentado por el
SIN al no haber encontrado error in procedendo o in judicando en la actuación de los jueces de
grado; y, vi) La acción de amparo constitucional no es un medio de impugnación por el que sea
factible revisar la valoración de la prueba o la aplicación de la norma, al corresponder ello a la
justicia ordinaria, siendo que la entidad accionante solicita el Tribunal de garantías efectué dicha
labor, sosteniendo que en las dos primeras instancias y en casación se efectuó una interpretación
diferente a su criterio.
“Impuestos Internos” incurrido en negligencia, por cuanto en conocimiento del Auto Supremo
podía plantear el recurso directo de nulidad y no lo hizo; y, d) No es evidente la falta de
motivación del Auto Supremo que resolvió el recurso de casación, pues se utilizó como razón de
la decisión tanto el análisis en la forma como en el fondo.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.3. Apelado el fallo por el Gerente a.i. de GRACO Santa Cruz del SIN, fue confirmada por la
Sala Social y Administrativa, mediante Auto de Vista 550 de 23 de diciembre de 2009 (fs. 20 a
21 y vta.).
II.4. Recurrido de casación en la forma y fondo el Auto de Vista 550, la Sala Social y
Administrativa Primera, mediante AS 239 de 12 de agosto de 2011, declaró infundado el
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 658
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
El accionante, denuncia la vulneración del derecho al debido proceso, aduciendo que las
autoridades demandadas usurparon funciones con la emisión del Auto Supremo impugnado, ya
que a través de él ampliaron el contenido del Programa Transitorio, Voluntario y Excepcional,
que supuestamente sólo estaba previsto para la regulación de cierto periodo; y sin la debida
motivación, declararon infundado su recurso de casación, legislando e interpretando el contenido
de leyes y decretos supremos previstos al efecto. En consecuencia, corresponde dilucidar en
revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de amparo constitucional, prevista en el art. 128 de la CPE, se instituye dentro del
nuevo orden constitucional, como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones
ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir derechos reconocidos por la misma
Constitución Política del Estado y la ley. Conforme a esta precisión, el contenido del art. 73 de
la LTCP.
La Norma Fundamental, enfatiza que esta acción tutelar puede presentarse por la persona
“…que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad
correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente,
siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados” (art. 129.I de la CPE).
Al efecto, corresponde expresar que la legitimación pasiva es la coincidencia que existe con la
calidad adquirida por un servidor público o persona individual o colectiva que presuntamente
con actos u omisiones ilegales o indebidas, ha provocado la restricción, supresión o la amenaza
de restringir o suprimir derechos y garantías constitucionales y contra quien se dirige la acción.
Así, la jurisprudencia y doctrina emitida por el Tribunal Constitucional anterior, que no es
contraria al nuevo orden constitucional, señaló que la legitimación pasiva es: “…la calidad que
(…) se adquiere por la coincidencia que se da entre la autoridad que presuntamente causó la
violación a los derechos y aquella contra quien se dirige la acción…” (SC 1349/2001-R de 20
de diciembre).
III.3. La legitimación pasiva de los actuales Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia
en la acción de amparo constitucional
Dada la transformación sufrida por los entes que eran parte del Poder Judicial, con el fin de
adecuarse al nuevo orden constitucional asumido en Bolivia; el 16 octubre de 2011 se procedió a
la elección por voto directo de nuevas autoridades judiciales, tanto para el Tribunal Supremo de
Justicia, como para el Consejo de la Magistratura, Tribunal Agroambiental y Tribunal
Constitucional Plurinacional, proceso que de ninguna manera puede desconocer causas
existentes con anterioridad a la fecha de posesión de estas nuevas autoridades, el 3 de enero de
2012; habiendo el legislador, mediante la Ley 212, establecido un periodo de transición en el
cual todos los entes mencionados deberán concluir sus causas a través de sus Salas
Liquidadoras.
Con relación al Tribunal Supremo de Justicia, la referida Ley en su art. 8.II, señala que “Todas
las causas pendientes de resolución que se encuentren en la Corte Suprema de Justicia al 31 de
diciembre de 2011, serán resueltas por las Magistradas y Magistrados suplentes, hasta su
liquidación final en el plazo de treinta y seis meses, pudiendo la Sala Plena del Tribunal
Supremo de Justicia, de manera excepcional, ampliar este plazo hasta un máximo de doce meses
adicionales”; indicando de la misma manera, en su art. 9, respecto a las causas nuevas que: “Las
causas ingresadas al Tribunal Supremo de Justicia a partir del 3 de enero de 2012, serán
conocidas y resueltas por las Magistradas y los Magistrados titulares”.
De las normas antes referidas, resulta imperioso establecer dos situaciones: una relacionada con
un periodo de transición a efecto de liquidar las causas pendientes de resolución que ya no
pueden ser resueltas por las nuevas autoridades del Órgano Judicial de acuerdo a Ley; y otra, la
expresa delegación de la liquidación de causas a las magistradas y los magistrados suplentes de
todas las causas ingresas hasta el 31 de diciembre de 2011. En ese marco, de acuerdo con una
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 660
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
En consecuencia, los Magistrados de la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia, carecen de
legitimación pasiva para ser demandados en la presente acción de amparo constitucional; toda
vez que por imperio de la ley, no pueden sustanciar causas anteriores a la fecha de su posesión,
siendo así que la legitimación pasiva, no sólo consiste en la relación que debe existir entre la
autoridad que supuestamente ocasionó la lesión a los derechos y garantías y aquella contra quien
se dirige la acción, sino reside también en que debe estar dirigida, además, contra la autoridad
que pueda subsanar o enmendar el supuesto acto ilegal.
POR TANTO
interponer nuevamente su acción, dirigiéndola contra las autoridades que conforme a los
Fundamentos Jurídicos de este fallo, ostentan legitimación pasiva.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00073-2012-01-AAC
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 08/2012 de 30 de enero, cursante de fs. 546 a 552, pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Oscar Rea Condarco y Elizabeth
Jannone de Saucedo contra Miryam Aguilar Rodríguez y Juan Carlos Berrios Albizu,
Presidentes de las Salas Social y Administrativa Primera y Civil Segunda,
respectivamente, del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.
Mediante memorial presentado el 13 de enero de 2012, cursante de fs. 482 a 497 vta., los
accionantes señalaron lo siguiente:
Refieren que Jorge Federico Céspedes Toro les inició dos procesos ordinarios, el primero de
Resolución de contratos de compraventa de acciones de la empresa inmobiliaria “Casa de
Campo” S.A., suscritos el 15 de diciembre de 2005 y el 31 de julio de 2007; y, el segundo de
nulidad de los mismos; procesos que se acumularon en el Juzgado Noveno de Partido en lo Civil
y Comercial del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.
Por lo expuesto, el 2 de junio de 2010, el demandante Jorge Federico Céspedes Toro pidió
complementación del Auto de 24 de mayo del mismo año, el cual fue rechazado por providencia
de 5 de junio de 2010, motivo por el cual, contra el citado Auto, María del Rosario Santa Cruz
por Jorge Céspedes Toro, planteó recurso de reposición bajo alternativa de apelación,
demandando una vez más que se otorgue la representación legal provisional al abogado de su
defendido. Por su parte, los demandados, ahora accionantes, interpusieron el mismo recurso
contra el citado Auto de 24 de mayo, requiriendo que se deje sin efecto el mismo y por ende, la
medida precautoria adoptada; recursos que se resolvieron mediante Resolución 250/2010 de 17
de noviembre, pronunciada por el Juez Noveno de Partido en lo Civil y Comercial, autoridad
que dispuso haber lugar parcialmente a la reposición formulada por la parte demandante,
dejando sin efecto legal la providencia de 5 de junio y complementando el Auto de 24 de mayo,
ambos de 2010, determinando restringir y limitar los derechos reconocidos por el art. 269 del
Código de Comercio (Ccom), respecto a Oscar Rea Condarco, en su condición de accionista de
la mencionada empresa, no pudiendo el mismo, dentro de ella, efectuar ningún acto que conlleve
modificar, cambiar, sustituir, gravar y efectuar actos de disposición u otro semejante con
respecto a las cuatro mil seiscientas ochenta y seis acciones; asimismo, declaró no haber lugar al
recurso de reposición formulado por el apoderado del demandado respecto al Auto de 24 de
mayo de 2010, manteniéndose el mismo; y, concediendo en consecuencia, la apelación
alternativamente planteada.
Una vez sorteados los recursos de apelación planteados por ambas partes, la Sala Civil Segunda,
conformada por las autoridades jurisdiccionales ahora demandadas, pronunció la Resolución I-
371/11 de 25 de julio de 2011, por la que, acumulando los dos recursos, resolvió confirmar el
Auto de 24 de mayo de 2010 y la Resolución 250/2010 “…complementando a su vez, en
sentido de que se otorga provisionalmente la representación legal de las 4686 acciones de la
Empresa Inmobiliaria Casa de Campo S.A., registradas actualmente a nombre de Oscar Rea
Condarco, a favor de Javier Camacho Pinto, representante de Jorge Federico Céspedes Toro, no
pudiendo estos últimos ejercitar acto alguno de disposición sobre las acciones señaladas…”
(sic), bajo el sustento que el accionista tiene el derecho de intervenir en las juntas generales con
derecho a voz y voto, derecho que “…en caso de no limitarse puede poner en Grave riesgo el
cumplimiento de una eventual sentencia a ser pronunciada en la presente causa…” (sic), toda
vez que dicha instancia es el órgano máximo de decisión de una Sociedad Anónima y tiene
facultades para tomar determinaciones “…no solamente relacionadas con la disposición de
activos o bienes de la sociedad sino incluso con su existencia misma, puesto que compete a estas
juntas adoptar determinaciones sobre elección de directores, distribución de utilidades,
tratamiento de pérdidas, modificación de estatutos y además la disolución anticipada de la
sociedad; por lo que, en consideración a la naturaleza del presente proceso, resulta necesario
atender la solicitud contenida en el recurso planteado por la parte demandante” (sic).
Complementación que denuncian como acto ilegal que motiva el presente amparo
constitucional, porque a su criterio, les quitaron la representación legal de las acciones de la
empresa inmobiliaria “Casa de Campo S.A.”, asignando la misma, por derecho propio, a un
tercero que no es parte del proceso y sin que concluya el juicio de nulidad en todas sus etapas
procesales y exista cosa juzgada sobre el mismo, provocando que una medida que debía ser
producto de una sentencia ejecutoriada, sea adoptada al comienzo del proceso, sin considerar
además que el monto cancelado hasta el momento por las acciones, consolida el derecho
propietario a favor del comprador de acuerdo a la adenda de 31 de julio de 2007; confiriendo de
esta manera al apoderado del demandante, una representación que ni el mismo actor le
encomendó en su poder 22/2010, instrumento en el que no se le concedió facultad para solicitar
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 663
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
una medida precautoria de esa naturaleza, porque se trata de un simple apoderado procesal,
convirtiendo dicha medida en una confiscación o una expropiación del derecho de titularidad
sobre las citadas acciones.
Los accionantes en mérito a los aspectos desarrollados supra, denuncian la vulneración de sus
derechos al debido proceso, a la defensa, a la garantía del juicio previo, a la “seguridad jurídica”,
a la propiedad privada, a dedicarse al comercio, a la industria o a cualquier actividad económica
lícita y de asociación; citando al efecto los arts. 9.2; 21.4; 23.I; 47.I; 56.I y II; 115.I; 116.I; 117.I
y 119.I y II de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Auto que resolvió el recurso de apelación, desconoció lo establecido por los arts. 268, 269, 274,
275, 278 y 288 del Ccom y 169 del CPC.
Miryam Aguilar Rodríguez y Juan Carlos Berrios Albizu, Presidentes de las Salas Social y
Administrativa Primera y Civil Segunda, respectivamente, del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz, ahora demandados, en su informe escrito, cursante de fs. 502 a 503,
sostuvieron lo siguiente: 1) El 25 de julio de 2011, pronunciaron el Auto de Vista I-371/11, por
el que confirmaron el Auto de 24 de mayo de 2010 y la Resolución 250/2010,
“…complementando a su vez, en sentido de que se otorga provisionalmente la representación
legal de las 4686 acciones de la Empresa Inmobiliaria Casa de Campo S.A. registradas a nombre
de Oscar Rea Condarco, a favor de Javier Camacho Pinto representante de Jorge Federico
Céspedes Toro, determinándose que estos últimos no pueden ejercitar actos de disposición sobre
las acciones señaladas…” (sic); 2) La decisión fue asumida considerando que el apoderado del
demandante solicitó la representación legal provisional de todas las acciones de la empresa
inmobiliaria “Casa de Campo” S.A., arguyendo el inminente peligro que sufrirían de ser
enajenadas o afectadas si no se diere curso a su solicitud; 3) Asimismo, se tomó en cuenta lo
establecido en el art. 269 inc. 1) del Ccom referida a los derechos del accionista; 4) Con relación
a los agravios esgrimidos por los demandados, se estableció que, si bien el departamento
ofrecido en calidad de contracautela es de propiedad de Javier Camacho Pinto, el mismo resulta
ser apoderado de Jorge Federico Céspedes Toro, quien basado en la autonomía de su voluntad y
las facultades que le otorga el poder 22/10, puede ejercitar todos los actos procesales necesarios
e inherentes como disponen las normas sustantivas y adjetivas sin limitación, determinándose
que previamente se proceda al registro de la contracautela en Derechos Reales; y, 5) Por Autos
de 8 y 12 de agosto de 2011, se estableció no haber lugar a la aclaración, complementación y
explicación solicitadas por Javier Fernando Camacho Pinto, Oscar Rea Condarco y Elizabeth
Jannone de Saucedo, respectivamente.
El tercero interesado, Jorge Federico Céspedes Toro, mediante su abogado, en audiencia, refirió:
i) Los documentos objeto del proceso, no son de transferencia de acciones, sino simplemente se
trata de contratos de compromiso de compraventa; ii) De la lectura de la clausula 6.1, se
establece que la transferencia de las cuatro mil seiscientos ochenta y seis acciones se
perfeccionará en el momento del pago del precio acordado mediante el endoso de las acciones al
portador; sin embargo, nunca se produjo el pago total de los $us620 000.- (seiscientos veinte mil
dólares estadounidenses) adeudados; por lo tanto, la citada transferencia nunca se consolidó; iii)
En tanto no se perfeccione la transferencia de las cuatro mil seiscientas ochenta y seis acciones,
Jorge Federico Céspedes Toro, es el único propietario real, absoluto y perfecto de las mismas,
por ende, puede otorgar un poder limitado que faculte en nombre de las acciones que están
siendo transferidas, tanto en las actividades societarias como en defensa de los intereses de la
sociedad; iv) El testimonio de poder en base al cual se inició la acción de nulidad, expresamente
determina entre sus facultades, la de solicitar medidas precautorias de todo tipo, además de
ofrecer contracautela, por lo que no se puede alegar que su persona hubiera excedido las
facultades conferidas por el titular; v) Elizabeth Jannone de Saucedo y Oscar Rea Condarco, en
forma ilegal, registraron su título accionario como si ellos fueran accionistas, solamente para
utilizarlo como garantía de un préstamo ante el Banco Mercantil; vi) El carácter fundamental de
las medidas precautorias es su provisionalidad; en consecuencia, no causan estado, es más,
pueden ser revisadas, modificadas o dejadas sin efecto en cualquier estado del proceso;
consiguientemente, no se puede alegar lesión a ningún derecho constitucional cuando son
medidas que solamente tienden a proteger provisionalmente un derecho reclamado; vii) El
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Tribunal de alzada se limitó a aplicar el art. 169 del CPC, que en forma no taxativa ni limitativa
establece la posibilidad de asumir las medidas precautorias que a criterio del Juez sean
pertinentes para asegurar o proteger derechos modificados, en ningún momento excedió sus
facultades al otorgar la representación provisional; viii) Conforme al Código de Comercio, las
juntas extraordinarias de accionistas pueden tomar cualquier tipo de determinación referente a la
venta de activos de una sociedad anónima o la obtención de préstamos o de alguna manera
afectar o gravar los bienes de la misma; en el presente caso, si los accionantes registraron
ilegalmente las acciones a su nombre, es justo y lógico prever que puedan asumir cualquier acto
de disposición que pueda afectar sus derechos; y, ix) La medida precautoria no llegó en ningún
momento a modificar o establecer alguna limitación a los Estatutos de la Sociedad Anónima,
siendo argumento inadmisible, pues, cuando se trata de acciones dadas en prenda o usufructo, es
el propietario quien debe presentar las acciones en junta de accionistas, son acciones que Jorge
Federico Céspedes Toro pretende representarlas en la junta de accionistas porque ese es el
mandato.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.3. Mediante memorial presentado el 18 de marzo de 2010 ante el Juzgado de Partido de turno
en lo Civil y Comercial del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, Javier Fernando
Camacho Pinto, en representación legal de Jorge Federico Céspedes Toro, conforme al poder
especial y suficiente 22/2010 de 28 de enero, interpuso demanda ordinaria de nulidad de
documento contra Oscar Rea Condarco y Elizaberth Jannone de Saucedo (fs. 19 a 21), causa que
debido a una recusación formulada contra el Juez de la causa, se remitieron obrados al Juzgado
Octavo de Partido en lo Civil y Comercial (fs. 28), radicada el 12 de mayo del mismo año (fs.
51).
II.5. El 4 de junio de 2010, Javier Fernando Camacho Pinto, abogado y apoderado de Jorge
Federico Céspedes Toro, solicitó complementación del Auto de 24 de mayo del citado año,
pidiendo que adicionalmente a lo determinado por el Juez de la causa, se conceda a su persona
en forma provisional, la representación legal del total de las acciones, ante los órganos internos
de la empresa inmobiliaria Casa de Campo S.A. y ante terceros (fs. 75 y vta.), escrito que
mereció decreto de 5 de junio, mediante el cual, se le señaló que se esté a lo dispuesto en el Auto
de 24 de mayo (fs. 76).
II.6. Por recusación planteada contra la Jueza Octava de Partido en lo Civil y Comercial, el 7 de
septiembre de 2010, se remitieron obrados originales ante el Juzgado similar Noveno (fs. 99).
Instancia ante la cual, mediante memorial de 9 de junio de 2010, María del Rosario Santa Cruz
en representación de Jorge Federico Céspedes Toro, planteó recurso de reposición contra el
Auto de 24 de mayo de 2010, solicitando una vez más que se otorgue la representación legal
provisional de las acciones objeto del proceso a Javier Fernando Camacho Pinto en calidad de
abogado apoderado del actor (fs. 83 a 85 vta.).
II.7. Carlos Pinilla en representación legal de Oscar Rea Condarco y Elizabeth Jannone de
Saucedo, por memorial de 21 de septiembre de 2010, interpuso recurso de reposición con
alternativa de apelación contra el Auto de 24 de mayo de 2010, solicitando dejar sin efecto el
mismo y; en consecuencia, la medida precautoria de prohibición de innovar sobre las cuatro mil
seiscientos ochenta y seis acciones de la empresa inmobiliaria “Casa de Campo” S.A. (fs. 104 a
105).
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II.8. Mediante Resolución 250/2010, el Juez Noveno de Partido en lo Civil y Comercial, declaró
haber lugar parcialmente a la reposición formulada por María del Rosario Santa Cruz, apoderada
de Jorge Federico Céspedes Toro, dejando sin efecto legal la providencia de 5 de junio de 2010
y complementó el Auto de 24 de mayo de ese mismo año, determinando restringir y limitar los
derechos reconocidos por el art. 268 del Ccom, con respecto a Oscar Rea Condarco en su
condición de accionista de la empresa inmobiliaria “Casa de Campo” S.A., no pudiendo el
mismo dentro de ella, efectuar ningún acto que conlleve a modificar, cambiar, sustituir, gravar y
efectuar actos de disposición u otro semejante con respecto a las acciones dentro la referida
sociedad. Por los razonamientos expuestos se declaró haber lugar al recurso de reposición
formulado Carlos Pinilla en representación de Oscar Rea Condarco y Elizabeth Jannone de
Saucedo (fs. 118 a 120 vta.).
II.10.Contra la Resolución I-371/11, Carlos Pinilla por Oscar Rea Condarco y Elizabeth
Jannone de Saucedo, el 11 de agosto de 2011 solicitó explicación y complementación sobre los
siguientes puntos: 1) Por qué se suprimieron los derechos esenciales de un accionista; 2) Por qué
en la vía precautoria se desconocieron todos los atributos del derecho de propiedad de un
accionista sobre sus acciones; 3) Por qué va más allá de ese derecho, cuando se produce una
especie de secuestro de acciones de Oscar Rea Condarco, suprimiendo su representación en las
juntas generales de accionistas con derecho a vos y voto, por qué se está anticipando la
ejecución de una sentencia inexistente cediendo la totalidad de los derechos de su mandante, ya
que no se probó todavía la verosimilitud de su demanda; y, 4) Se expliquen los criterios que se
han tenido para decretar la medida precautoria, al no responder a su finalidad (fs. 283 a 285),
resuelta por Auto de 12 del mismo mes y año citados, por el que, el Tribunal de alzada resolvió,
no haber lugar a la petición formulada (fs. 286).
Corresponde ahora precisar, el problema jurídico planteado; en ese orden, se tiene que el objeto
de la presente acción de amparo, es la petición de tutela constitucional para el resguardo de los
derechos al debido proceso legal, a la defensa, a la garantía del juicio previo, a la “seguridad
jurídica” a la propiedad privada, a dedicarse al comercio a la industria o cualquier actividad
económica lícita y a la asociación; la causa o actos denunciados como lesivos, son la
Resolución I-371/11 y el Auto complementario de 12 de agosto de 2011, emitidos por la Sala
Civil Segunda a tiempo de resolver las apelaciones planteadas por las partes del proceso,
mediante las que se complementó la Resolución del Juez de primera instancia, adicionando la
otorgación de la representación legal del total de las acciones objeto de litigio, al abogado
apoderado de la parte demandante, lo cual consideran irrazonable, porque a su criterio, se estaría
otorgando a dicho sujeto procesal todos los derechos que hacen al titular de una acción sin que
venza en el proceso. En consecuencia, en base a los aspectos antes señalados, se analizará si en
el presente caso, corresponde la concesión o no de la tutela solicitada.
El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa, instituye en su art. 128 la
acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los
“actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley”.
Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de
protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito se
circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías que no se encuentran
resguardados por los otros mecanismos de protección que el mismo orden constitucional brinda
a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de privacidad, popular, de
cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que procede, esta acción se
dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los
servidores públicos, sino también de las personas individuales o colectivas que restrinjan o
amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.
El término de acción no debe ser entendida como un simple cambio de nomenclatura, que no
incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata,
oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías
fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso
constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del
proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y
diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales y con una causa distinta
a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos
fundamentales a raíz actos y omisiones ilegales o indebidos y con un régimen jurídico procesal
propio.
Finalmente, cabe señalar que dentro de los principios procesales configuradores del amparo
constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el art. 129.I
de la CPE que esta acción “…se interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso legal
para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados”.
Lo señalado implica que esta acción forma parte del control reforzado de constitucionalidad o
control tutelar de los derechos y garantías al constituirse en un mecanismo constitucional
inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y respeto de los
derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no exista otro medio de
protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas, no han restablecido el
derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede analizar
el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela (SCP 0002/2012 de 13
de marzo).
En efecto, de la interpretación literal del citado Título, en su art. 178, se instituyen los principios
que sustentan la potestad de administrar justicia: independencia, imparcialidad, seguridad
jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad,
equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía social y respeto de los
derechos.
Por su parte, el art. 179 de la Ley Fundamental, determina que la función judicial es única y
especifica a las diferentes jurisdicciones: ordinaria, agroambiental, indígena originaria
campesina y jurisdicciones especializadas. El parágrafo III, sostiene que: “La justicia
constitucional se ejerce por el Tribunal constitucional Plurinacional”; empero, no establece que
éste forme parte del órgano judicial, que por el contrario el parágrafo IV, expresamente dispone
que el Consejo de la Magistratura es parte del Órgano Judicial; concluyéndose que el Tribunal
Constitucional Plurinacional está concebido como un órgano jurisdiccional especializado,
reservado únicamente a impartir justicia constitucional e independiente, que tiene como
objetivos: velar por la supremacía de la Constitución Política del Estado, ejercer el control de
constitucionalidad y precautelar el respeto y la vigencia de los derechos y garantías
constitucionales, tal cual lo establece el art. 169.I de la CPE; consecuentemente, en mérito a lo
citado precedentemente, el Tribunal Constitucional Plurinacional, es el encargado de ejercer el
control de constitucionalidad en los diferentes ámbitos normativo, tutelar y competencial; y por
lo mismo, ningún órgano está exento del control, el cual, sin embargo, con la finalidad de no
invadir competencias exclusivas de otros órganos, debe estar debidamente limitado.
En ese contexto, la jurisdicción constitucional dentro del marco de la Constitución Política del
Estado, tiene competencia para conocer, dentro de las acciones de amparo constitucional, las
resoluciones pronunciadas por los jueces y tribunales de la jurisdicción ordinaria, agroambiental,
indígena originaria campesina, cuando se lesionan derechos fundamentales y garantías
constitucionales; empero, ese control debe estar limitado por ciertos parámetros con la finalidad
de no invadir las competencias de la jurisdicción ordinaria.
Dicho de otro modo, la interpretación de la legalidad ordinaria o de las normas legales infra
constitucionales, es atribución exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios; no siendo posible
que esta interpretación sea conocida por la jurisdicción constitucional como una instancia de
casación; siendo únicamente objeto de análisis cuando efectivamente el caso concreto alcanza
relevancia constitucional, por evidente afectación a algún derecho fundamental o garantía
constitucional. Consideraciones expuestas que condicen con lo establecido por el Tribunal
Constitucional de España, cuando estableció que la interpretación de la legalidad ordinaria no
puede ser analizada por la jurisdicción constitucional, salvo que la misma se funde en una
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En el caso analizado, los accionantes señalan que dentro del proceso ordinario de nulidad de
documentos iniciado por Jorge Federico Céspedes Toro en su contra, éste, mediante su
apoderado legal, posterior a la respuesta negativa a la demanda y a la reconvención de la acción
presentadas por su parte, solicitó la aplicación de medidas precautorias consistentes en que se
ordene al demandado Oscar Rea Condarco que se abstenga de realizar actos de disposición y/o
representación sobre las cuatro mil seiscientas ochenta y seis acciones de su propiedad y al
mismo tiempo, para evitar que esas acciones pierdan su representación al interior de la sociedad,
conceda a favor del mandatario, la representación legal ante la sociedad y ante terceros de las
citadas acciones, debiendo notificarse con dicha disposición a la codemandada, ahora
coaccionante, Elizabeth Jannone de Saucedo. Petición que, mediante Auto de 24 de mayo de
2010, se le concedió de manera parcial, sólo en cuanto a la abstención solicitada, rechazando la
representación legal pretendida; Resolución de la que, el demandante pidió complementación en
cuanto a la representación legal provisional, rechazada por el Juez de la causa mediante decreto
de 5 de junio de 2010.
Contra el Auto de 24 de mayo, ambas partes del proceso, presentaron recurso de reposición bajo
alternativa de apelación; de un lado, Jorge Federico Céspedes al no haberse atendido
favorablemente su pedido de otorgación de representación legal provisional de las acciones; y de
otro, Oscar Rea Condarco y Elizabeth Jannone de Saucedo, solicitando que se deje sin efecto la
medida impuesta con relación a que debe abstenerse de realizar ningún acto de disposición de
las acciones. Recursos resueltos en primera instancia mediante Resolución 250/2010; por la que,
el Juez Noveno de Partido en lo Civil y Comercial, declaró haber lugar parcialmente a la
reposición interpuesta por la parte demandante, dejando sin efecto legal la providencia de 5 de
junio de 2010 y complementando el Auto de 24 de mayo del citado año, determinando restringir
y limitar los derechos reconocidos por el art. 268 del Ccom, con respecto a Oscar Rea Condarco,
en su condición de accionista de la empresa inmobiliaria “Casa de Campo” S.A., no pudiendo el
mismo, dentro de ella, efectuar ningún acto que conlleve a modificar, cambiar, sustituir, gravar y
efectuar actos de disposición u otro semejante con respecto a las cuatro mil seiscientos ochenta y
seis acciones dentro de la referida Sociedad; declarando no ha lugar al recurso de reposición
formulado por los demandados, concediéndose en consecuencia, los recursos de apelación
planteados alternativamente.
Una vez remitidas las apelaciones interpuestas, ambas recayeron en la Sala Civil Segunda,
conformada por las autoridades jurisdiccionales ahora demandadas, instancia que resolvió los
recursos por Resolución I-371/11, mediante la cual, confirmaron el Auto de 24 de mayo de
2010, así como la Resolución 250/2010, “…complementando a su vez, en sentido de que se
otorga provisionalmente la representación legal de las 4686 acciones de la Empresa
Inmobiliaria Casa de Campo S.A., registradas actualmente a nombre de Oscar Rea
Condarco, a favor de Javier Camacho Pinto representante de Jorge Federico Céspedes
Toro, no pudiendo éstos últimos ejercitar acto alguno de disposición sobre las acciones
señaladas…”(sic), fallo del cual, los demandados solicitaron explicación y complementación,
rechazado mediante decreto de 12 de julio de 2011.
En ese orden, denuncian que tanto la Resolución I-371/11 como el Auto de 12 de agosto de
2011, que complementaron el fallo venido en apelación, otorgando adicionalmente la
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Sin embargo de lo señalado, de la revisión del memorial de la presente acción, se constata que,
si bien los accionantes efectuaron una relación extensa y detallada de los hechos así como
especificaron varios derechos lesionados, no obstante ello, no explicaron de qué manera la labor
interpretativa impugnada resulta arbitraria, incongruente, absurda, ilógica o con error evidente,
identificando en forma clara y precisa si los demandados omitieron cumplir con las reglas de
interpretación admitidas por el derecho y en qué forma esa interpretación y aplicación lesionó
sus derechos y garantías, motivos por los que, no es posible ingresar a la dilucidación de la
problemática de fondo, habida cuenta que, conforme a la línea jurisprudencial antes anotada, los
accionantes no deben limitarse a realizar una mera relación de hechos y actuados procesales e
invocar los derechos que estiman vulnerados, sino que adicionalmente, deben explicar la razón
por la que consideran que la interpretación y aplicación de una norma no es razonable, y además
explicitar de qué manera esa labor vulneró cada uno de los derechos y garantías señalados,
remarcando el nexo de causalidad entre aquella y estos, lo que no ocurrió en la especie.
Por lo tanto, el hecho de que la interpretación a tiempo de la aplicación de una determinada
normativa no hubiere sido favorable a las pretensiones de los demandados, ahora accionantes, no
puede ni debe servir de fundamento para que se impugne a través de la presente acción, la
determinación adoptada por las autoridades demandadas y menos, que se pretenda que este
Tribunal ingrese a valorar si dicha interpretación se sujetó al sistema de valores y principios que
sustentan la Constitución Política del Estado; por lo mismo, ante la inexistencia de los
presupuestos para que la jurisdicción constitucional, a través de la presente acción, ingrese a
revisar si las autoridades jurisdiccionales aplicaron en forma correcta o incorrecta la normativa
legal vigente, el amparo constitucional interpuesto debe ser denegado, en aplicación de la
jurisprudencia constitucional glosada en los Fundamentos Jurídicos precedentes, al no constituir
la presente, una vía adicional de impugnación ordinaria.
de junio de 2010, resuelta por los ahora demandados, convalidando un plazo vencido, lo que a
su decir, acarrearía la nulidad de todos los actuados posteriores del proceso civil.
Con relación a ello, en primer término se debe dejar claramente establecido que la acumulación
de causas con posterioridad o con anterioridad a su sorteo, no constituye lesión alguna a ningún
derecho, al contrario, tiene la finalidad de evitar duplicidad de fallos o contradicciones en los
mismos, en todo caso, el aspecto que indudablemente debe estar garantizado tanto por las
autoridades jurisdiccionales como administrativas, es el juez independiente como elemento del
juez natural y a su vez del debido proceso, derecho y garantía que se efectivizará a tiempo de
realizar el sorteo de la causa a la instancia, juzgado o sala que corresponda; dado que la
radicatoria de una demanda o impugnación debe merecer necesariamente un sorteo previo, lo
que en el presente caso se cumplió, y el hecho de que posterior a dicho sorteo se acumulen dos
impugnaciones dentro de un mismo proceso, no es causal de nulidad, de ninguna manera.
En ese orden, la supuesta lesión denunciada sobre la presentación extemporánea de una solicitud
de complementación, más allá de las veinticuatro horas que otorga de manera taxativa el art. 196
inc. 2) del CPC, no puede ser considerado mediante la presente acción, porque el memorial de 2
de junio de 2010, recibido en el Juzgado a cargo del proceso el 4 del mismo mes y año citados,
data de hace 1 año, 7 meses y 9 días anteriores a la interposición de la presente acción tutelar, en
tal razón, dicha denuncia se encuentra fuera del plazo de los seis meses establecidos para el
efecto.
POR TANTO
El 19 de enero de 2012, se hizo presente en las oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el
Crimen (FELCC), a efecto de cumplir con la declaración informativa que iba a prestar a
solicitud de la Fiscal de Materia Amparo Canaviri Tapia, dentro de la denuncia presentada en su
contra por Celso Antonio Mejía Justiniano, por la supuesta comisión del delito de abigeato.
Una vez llevada a cabo la audiencia en la que prestó su declaración informativa y respondiendo
a todas las preguntas, grande fue su sorpresa cuando al concluir el acto la Fiscal no le permitió
salir, ya que su situación jurídica debía decidirla el juez cautelar. En ese entendido, fue
aprehendido y puesto a disposición del juez cautelar de turno, para que dentro de las veinticuatro
horas que establece el Código de Procedimiento Penal, la Fiscal presente imputación formal y dé
lugar al señalamiento de audiencia de medidas cautelares; sin embargo, una vez aprehendido y
conducido a la celda policial, debido a su avanzada edad -72 años-, y el pernoctar en las celdas,
produjo que se descompusiera su estado de salud, llegando al punto que su presión arterial se
alteró y casi perdió la vida. Por tal motivo, fue trasladado a un centro médico, donde el médico
forense le diagnosticó deshidratación moderada e hipertensión arterial, recomendando
internación inmediata.
No obstante lo sucedido, la audiencia de medidas cautelares no fue llevada a cabo hasta la fecha
de presentación de la presente acción es decir, que transcurrieron más de cinco días
consecutivos, que constituyen más de ciento veinte horas prolongadas de su detención ilegal,
toda vez que no existe ninguna orden emitida por autoridad competente que haya dispuesto su
detención y aprovechando su situación de detenido, pretenden incriminarlo en la comisión de un
delito en el que no participó, pues si bien en su declaración manifestó haber sacado tres cabezas
de ganado, pero estas fueron obtenidas de un potrero común y no del hernista del denunciante,
quien no sabe dónde se encuentra su ganado; es más, los últimos días, le solicitaron entregue las
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cabezas de ganado, pese a no tenerlas, y corra con los gastos de honorarios de la abogada del
denunciante, en la suma de $us300.- (trescientos dólares estadounidenses) y Bs1000.- (mil
bolivianos) por concepto de daños y perjuicios.
En ese contexto, la Juez de Instrucción cautelar de Cotoca, en suplencia legal del de San Ignacio
de Velazco, señaló audiencia de medidas cautelares para el 21 de enero del presente año, que fue
suspendida debido su estado de salud, motivo por lo que argumentó se mantuvo sin resolución
su acción extraordinaria invocada.
Se señaló como vulnerado su derecho a la libertad, citando al efecto los arts. 109, 110, 115, 116
y 119 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 31 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 51
a 52 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Humberto Téllez Alurralde, Juez de Instrucción Mixto y cautelar de San Matias en suplencia
legal de su similar de San Ignacio de Velazco, no presentó informe escrito ni se hizo presente en
audiencia, pese a su legal citación por lo que se continuó en su rebeldía.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Efectuada la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. A fs. 11, cursa formulario de denuncias de 20 de diciembre de 2011, mediante el cual se
denunció al accionante por la supuesta comisión del delito de abigeato, dándose inicio a la
investigación, el 20 del citado mes y año, de acuerdo al informe de inicio de investigación de la
misma fecha (fs. 13), dirigido por la Fiscal ante el Juez Mixto de Instrucción de San Ignacio de
Velasco.
II.2. De fs. 29 a 32, cursa la declaración informativa de 19 de enero de 2012, prestada por el
accionante, que una vez realizada, mediante requerimiento fiscal de la misma fecha, se dispuso
su aprehensión y se puso a conocimiento del Juez cautelar de turno, a objeto de resolver su
situación jurídica dentro de las veinticuatro horas.
II.3. De fs. 34 a 36, cursa el memorial de 20 de enero de 2012, presentado por los hijos del
accionante, para que mediante requerimiento fiscal, se disponga el traslado del imputado a un
centro médico asistencial debido a su delicado estado de salud, que por requerimiento de la
misma fecha fue atendido su pedido.
II.4. A fs. 37, cursa certificado médico forense de 20 de enero de 2012, que acredito la
internación hospitalaria debido al delicado estado de salud del accionante.
II.6. De fs. 4 a 6, cursa una primera acción de libertad de 24 de enero de 2012, el Auto de
Admisión y señalamiento de audiencia para el 25 de ese mes y año; asimismo, ante esa acción,
la Fiscal demandada presentó su informe de 25 del mismo mes y año (fs.10).
reforme o revoque y que por ello supone la existencia previa de un litigio (García Belaunde,
Domingo. 'El hábeas corpus en el Perú'. Universidad Mayor de San Marcos, 1979, p. 108).
Asimismo, la Constitución vigente mantiene las características esenciales del hábeas corpus: El
informalismo, por la ausencia de requisitos formales en su presentación; la inmediatez, por la
urgencia en la protección de los derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite
caracterizado por su celeridad; la generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio,
inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial tenga
contacto con la persona privada de libertad.
Es importante resaltar que la Constitución Política del Estado vigente, en el marco más amplio
que implica la concepción de “acción de libertad” y acorde al principio de progresividad,
acentúa algunas de las características anotadas; así por ejemplo, en el caso del informalismo,
contempla la posibilidad de presentación oral de la acción de libertad, antes reservada sólo a
los supuestos en que la persona fuera menor de edad, incapacitada, analfabeta o notoriamente
pobre; en el caso de la inmediación, además de establecer que la autoridad judicial dispondrá
que el accionante sea conducido a su presencia, prevé la posibilidad de que ésta acuda al lugar
de detención; asimismo, como ya se ha referido, amplía el ámbito de protección, pues la ahora
acción de libertad no se limita a la protección de ese derecho, sino que alcanza al derecho a la
vida, además de la posibilidad de presentarla también contra particulares (art. 126 CPE).
De este modo, la jurisprudencia desarrollada por este Tribunal para el hábeas corpus, en tanto
y en cuanto no se contraponga a la Constitución Política del Estado es plenamente aplicable a
la acción de libertad…” (las negrillas son nuestras).
(…) De la doctrina constitucional glosada, se concluye que cuando este Tribunal conoce en
revisión una acción tutelar y evidencia que el recurrente acudió en una segunda oportunidad
a la jurisdicción constitucional, a través del recurso de hábeas corpus, estableciéndose con tal
actuación la existencia de identidad absoluta de sujetos (partes: recurrente y recurrido),
objeto (pretensiones del actor) y causa (hechos o supuestos fácticos en que se fundó la
demanda), o que el actor hubiese incoado antes la misma acción, con idéntico propósito y por
iguales motivos, aunque contra distintas autoridades, -en este último supuesto constatándose
sólo la identidad parcial de los sujetos procesales-, este Tribunal, en ambos supuestos, está
impedido de ingresar al fondo de uno de los recursos; entendimiento jurisprudencial que se
sustenta en el hecho de que el recurrente no puede pretender que este Tribunal que ya emitió
un pronunciamiento expreso sobre el mismo problema jurídico planteado -en ambos
recursos- vuelva a considerar el fondo de lo que ya ha sido demandado y resuelto, porque de
así hacerlo, incurriría en una innecesaria e irregular duplicidad de fallos respecto a un
mismo asunto; sólo por el uso abusivo y temerario de este recurso constitucional'" (las
negrillas fueron añadidas).
Respecto al caso en análisis, el accionante presentó una anterior acción de libertad contra el
mismo Juez ahora demandado, así mismo a la Fiscal asignada al caso investigado también a un
efectivo policial, proceso que una vez resuelto, por el Juez de garantías, quien determinó
“conceder” la tutela sólo respecto al Juez demandado, y denegarla contra los otros dos
demandados.
No obstante dicha decisión, y bajo los mismos argumentos presentados en la acción de libertad
registrada bajo el número 00075-2012-01-AL el accionante, activó nuevamente la vía
constitucional presentando la acción ahora revisada, que contiene exactamente la misma
redacción que el memorial de la anterior acción de libertad, existiendo identidad de objeto sujeto
y causa, dado que en ambas solicitó cese la custodia a la que se encuentra sometido en el centro
de salud donde está hospitalizado, librándose el respectivo mandamiento de libertad, debido a
una orden de aprehensión emanada por la Fiscal asignada al caso que una vez puesto bajo el
control de la autoridad jurisdiccional demandada, este no llevó a cabo la audiencia de medidas
cautelares dentro de las veinticuatro horas, transcurriendo más de cinco días sin determinar su
situación jurídica; en ese contexto, se hace inviable ingresar al análisis de fondo de la presente
acción tutelar, pues se hizo un uso desmedido de dicha acción en busca del mismo fin bajo los
mismos argumentos esgrimidos en una anterior acción de libertad.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00202-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Por memorial presentado el 7 de febrero de 2012, cursante de fs. 19 a 20 vta., el accionante, por
su representado, expone los siguientes fundamentos de hecho y derecho:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Por todo ello, interpuso nueva solicitud de cesación a la detención preventiva el 20 de enero de
2012, al Juez ahora demandado, quien no señaló oportunamente audiencia, por lo que el 2 de
febrero del mismo año, pidió se pronuncie al efecto; sin embargo, el expediente recién salió de
despacho el 6 de igual mes y año, oportunidad en la que constató con sorpresa, que el
verificativo de la audiencia recién sería para el 29 de ese mes y año, actitud con la cual el Juez
incurrió en actos de denegación de justicia pronta y oportuna con demoras y dilaciones
injustificadas, manteniéndose de esa manera su detención indebida.
El accionante estima lesionado el derecho a la libertad de su representado; así como las garantías
al debido proceso y a una justicia pronta y oportuna; y los principios constitucionales de
presunción de inocencia y de aplicación de la ley más favorable, citando al efecto los arts. 21.7,
22 y 23 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Con esos antecedentes, solicita se conceda tutela a favor de su representado y se ordene al Juez
demandado el señalamiento de audiencia de cesación de su detención preventiva, debiendo la
misma ser llevada a cabo dentro de los “siguientes cinco días” (sic).
Erwin Jiménez Paredes, Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal, no asistió a la audiencia, sin
embargo presentó informe escrito cursante a fs. 24 donde señala: a) La falta de señalamiento de
audiencia en forma oportuna obedece al hecho de que el cuaderno procesal se encontraba en
“Sala” para resolver el recurso de apelación interpuesto por el mismo imputado contra la
Resolución de medidas cautelares; b) Devuelto el cuaderno procesal el 26 de enero del año en
curso, fue radicado mediante providencia del día siguiente, ingresando a despacho en forma
inmediata, señalándose el 30 de ese mes y año audiencia para el 29 de febrero de 2012; c) Lo
anterior, a consecuencia de la recargada agenda procesal que tiene en su juzgado, que sumada a
los feriados de carnaval, imposibilitaron señalarla de manera antelada; y, d) El señalar de forma
inmediata la realización del actuado requerido iría contra los intereses de otros litigantes,
vulnerando el principio de igualdad de las partes.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituido en
Tribunal de garantías, mediante Resolución 1 de 8 de febrero de 2012, cursante de fs. 26 vta. a
28 vta., concedió la tutela solicitada, disponiendo que la autoridad accionada señale audiencia
en un plazo menor al fijado, readecuando a tal efecto su agenda sin afectar los intereses de otros
procesados. La Resolución fue emitida con el fundamento que si bien, de acuerdo al art. 125 de
la CPE, en el caso de autos no se cumpliría con ninguno de los requisitos para demandar la
acción, por cuanto el accionante “no está ilegalmente perseguido, procesado o privado de su
libertad personal” (sic); sin embargo, estaría sujeto a control jurisdiccional relacionado con el
principio de celeridad procesal, pues de acuerdo a la jurisprudencia constitucional, la
celebración de la audiencia de cesación de la detención preventiva debe fijarse dentro de un
plazo razonable, situación que no sucedió en el presente caso, no por un actitud dolosa del Juez
ahora demandado, sino de forma involuntaria.
II. CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Carlos Antonio Escalier
Chávez, éste solicitó al Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal la cesación de su detención
preventiva, mediante memorial presentado el 20 de enero de 2012, pidiendo se señale día y hora
de audiencia (fs. 2 y vta.).
II.2. El Juez demandado por proveído de 30 de enero de 2012, señaló audiencia de cesación a la
detención preventiva del imputado, ahora accionante, para el miércoles 29 de febrero de 2012, a
horas 9:30 (fs. 3).
El accionante denuncia la vulneración del derecho a la libertad de su representado, así como las
garantías constitucionales al debido proceso, justicia pronta y oportuna, además de los principios
de presunción de inocencia y aplicación de la ley más favorable aduciendo que al encontrarse
detenido preventivamente dentro del proceso penal que se le sigue por el delito de lesiones
gravísimas, el 20 de enero de 2012 solicitó la cesación de la medida cautelar, a lo que el Juez
demandado señaló audiencia recién para el 29 de febrero de 2012; es decir, a más de un mes de
impetrada su solicitud, incurriendo con ello en denegación de justicia pronta y oportuna. En
consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes, a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
De acuerdo al nuevo orden constitucional, el art. 125 de la CPE, ha previsto la acción de libertad
como una garantía constitucional de carácter jurisdiccional que tiene por finalidad la protección
a la libertad personal, frente a una persecución, detención, procesamiento o prisión ilegal o
indebida, ampliando su carácter protectivo al derecho a la vida cuando ésta se encuentra
vinculada con el derecho a la libertad. En este sentido, dicha norma constitucional ha previsto
que: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o
que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de
Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna
formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que
se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales
o se restituya su derecho a la libertad”.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos en el art. 8.1, determina que toda persona
tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial. Asimismo, el art. 14.3.c del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, consagra el derecho de toda persona acusada de un delito a ser
juzgada sin dilaciones indebidas.
En este entendido, se advierte que estos Tratados integrantes del bloque de constitucionalidad
(art. 410.II de la CPE), regulan dentro del debido proceso el derecho del imputado a ser juzgado
en un plazo razonable que no exceda límites temporales muy notorios que puedan ser
considerados injustificables; pues el juzgador tiene el “deber” de resolver los casos sometidos a
su consideración de manera diligente, mucho más cuando está de por medio la libertad de las
personas; por lo que el juez, aparte de considerar la seguridad personal del imputado y la
presunción de inocencia, debe tener presente que la libertad es la regla y la detención es la
excepción; de ahí la necesidad de atender con la debida prontitud el beneficio de cesación de la
detención preventiva en los procesos en los que el imputado se encuentra detenido.
En materia procesal, el art. 133 del Código de Procedimiento Penal (CPP) señala que todo
proceso tendrá una duración máxima de tres años, contados desde el primer acto del
procedimiento, salvo el caso de rebeldía; determinando, por otro lado, en el art. 135 del mismo
Código, la responsabilidad disciplinaria por retardación de justicia, por lo que a fin de evitar
dicha dilación señala en la mayor parte de los casos y en forma expresa, los plazos en que debe
desarrollarse los diferentes actuados procesales, tales, por ejemplo, el de dictar las providencias
de mero trámite dentro de las veinticuatro horas de la presentación de los actos que las motivan,
de donde se advierte que en caso de no dictarse dentro de dicho plazo se incurre en una dilación
indebida, que puede provocar la restricción a la libertad personal.
En el entendido que el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas constituye una garantía, el
Tribunal Constitucional Plurinacional considera que una demora injustificada e irrazonable en la
tramitación del proceso penal, implica el desconocimiento de la garantía del debido proceso y la
violación del principio de celeridad procesal, que puede dar lugar incluso, a la conclusión del
proceso cuando los jueces y tribunales de justicia no dirigen e impulsan su tramitación hacia su
conclusión dentro de un plazo razonable; toda vez que ellos tienen la obligación de dirigir el
proceso y concluir el mismo en tiempo oportuno y conforme a ley, pues obrar en forma tardía o
lenta en contra de las normas estatuidas no es administrar justicia; por lo que el impulso
procesal, entendido como la acción de llevar adelante el proceso hacia la sentencia definitiva, no
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 683
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
El art. 178.I de la CPE., señala que la potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y
se sustenta, entre otros, en el principio de celeridad; por lo que, ante la ausencia de una
disposición legal que fije un plazo en el que debe realizarse la audiencia de cesación de la
detención preventiva, se debe aplicar los arts. 22, 23.I y 180.I de la CPE, relativas a la libertad y
celeridad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez
señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es
necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado
indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el
art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite. En este entendido, habrá
lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse el
decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo, bajo
sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento.
Lo anterior, constituye una modulación de la sub regla establecida en el inc. b) del Fundamento
Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en cuanto al plazo para fijar audiencia, el que
queda determinado en según lo señalado supra; vale decir, tres días hábiles.
Cabe señalar además, que el Estado Plurinacional de Bolivia, al tenor del art. 1 de la CPE, se
funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, lingüístico y ante todo
cultural, respetando y reafirmando los valores ético-morales de nuestra cultura ancestral, tal
como el “ama qhilla”, palabra quechua que traducida al español significa “no seas flojo” y, es
por ello que nuestra Norma Fundamental en su art. 8, la constitucionaliza como principio, al
igual que el “Ama llulla” (no seas mentiroso) y “Ama Suwa” (no seas ladrón), con la
intencionalidad de que la población encuentre en el trabajo y en el cumplimiento del deber una
grata y satisfactoria labor, tal como lo conceptuaron nuestros antepasados y las actuales culturas
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 684
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
que sancionan con severas medidas su infracción, en tanto que nuestra Ley del Órgano Judicial,
en su art. 128, determina que el juez es pasible de enjuiciamiento disciplinario por incurrir en
demora culpable cuando éste dicta resoluciones en los procesos fuera de los plazos fijados por la
ley, tal como acontece en el caso presente, más aún cuando la solicitud corriente a fs. 2, está
vinculada al restablecimiento de un derecho fundamental cual es la libertad del detenido.
Por lo señalado precedentemente, la exigencia de señalar audiencia dentro del plazo de tres
días, se hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad personal, toda vez que
tales peticiones deben ser atendidas y resueltas de forma inmediata, puesto que si bien no existe
una norma que establezca un plazo, se ha establecido que éste debe ser “razonable”, no obstante
a ello, éste no es cumplido por los operadores de justicia, dilatando indebidamente la tramitación
de la solicitudes a la cesación de la detención preventiva, lesionado con ello el derecho a la
libertad personal del detenido.
POR TANTO
3º Dado que la actitud negligente del Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal demandado, es
reiterativa en cuanto a los actos denunciados como ilegales, puesto que por los mismos motivos
ya fue demandado anteriormente en el caso correspondiente al expediente 00039-2012-01-AL,
se le llama nuevamente la atención, advirtiéndosele que de reiterarse una vez más su inadecuado
proceder, se remitirán antecedentes al Concejo de la Magistratura, para su consideración y
tratamiento respectivo.
En revisión la Resolución 01/2012 de 18 de febrero, cursante de fs. 149 vta. a 155, pronunciada
dentro de la acción de libertad interpuesta por Ramiro Ordóñez Reyes contra María Candelaria
Peñarrieta Vargas, Jueza Tercera de Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de
Justicia de Tarija.
Dentro del proceso penal seguido en su contra, por la presunta comisión del delito de homicidio en
grado de tentativa, la ahora autoridad demandada dispuso su detención preventiva el 23 de enero de
2012; a cuya consecuencia el 13 de febrero del mismo año, solicitó la cesación a su detención
preventiva, audiencia que fue señalada para el día 17 del referido mes y año.
Sin embargo, agrega el accionante, que dicha audiencia fue suspendida para el 22 de febrero de ese
año, por la autoridad demandada, puesto que no se contaba con el acta de audiencia cautelar de 23 de
enero, en la que se dispuso su detención preventiva, extremo que conforme lo señala el accionante,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 686
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
causa una detención indebida, ya que la cesación a su detención preventiva debió haberse tramitado
de forma inmediata.
El accionante, sin citar norma legal alguna, denuncia la vulneración de su derecho a la libertad.
I.1.3. Petitorio
Mediante informe de 18 de febrero de 2012, María Candelaria Peñarrieta Vargas, Juez Tercera
de Instrucción en lo Penal, señaló que no existe demora en la solicitud de tramitación de la
cesación a la detención preventiva del accionante, toda vez que la misma fue solicitada el 13 del
citado mes y año y la audiencia se señaló para cuatro días después, lo que es un plazo razonable
conforme lo determina la SC 0078/2010-R de 3 de mayo.
Indicó también que, la audiencia del 17 de febrero, fue suspendida por razones no imputables a
la demandada, toda vez que el funcionario encargado de faccionar el acta de audiencia de
medidas cautelares es del Secretario que se encuentra en suplencia, José Delgado, quien informó
que debido a la sobrecarga laboral existente fue imposible elaborarla.
Por otra parte, la jueza demandada hizo conocer la sobrecarga laboral que atraviesa el juzgado a
su cargo, afirmando que no cuenta con secretario desde el 7 de diciembre del 2011; y que
durante el mes de diciembre tampoco se contaba con auxiliar.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. Mediante imputación formal de 22 de enero de 2012, la Fiscal de Materia, Mirtza Medina
Hoyos, atribuye la comisión del delito de homicidio en grado de tentativa, a Ramiro Ordóñez
Reyes (fs. 62 a 63).
II.3. Mediante memorial de 13 de febrero de 2012, el imputado Ramiro Ordóñez Reyes, solicita
la cesación a su detención preventiva (fs. 143 y vta.).
El accionante manifiesta estar indebidamente detenido, toda vez que su audiencia de cesación a
su detención preventiva señalada por la autoridad judicial demandada para el 17 de febrero de
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
2012, fue suspendida para el 22 del mismo mes y año, debido a la inexistencia del acta de
audiencia de aplicación de medidas cautelares que se llevó a cabo el 23 de enero del mismo año.
Por lo que corresponde dilucidar en revisión si tal extremo es evidente, a fin de otorgar o no la
tutela solicitada.
La Constitución Política del Estado instituye la acción de libertad en su art. 125, que señala:
“Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que
es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad
y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde
tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se
restituya su derecho a la libertad”; norma constitucional concordante con el art. 65 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP) que dispone: “Es una acción constitucional
extraordinaria de tramitación sumarísima que tiene por objeto la garantía, protección o tutela de
los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el restablecimiento inmediato y
efectivo de estos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o amenazados”.
Por su naturaleza tutelar, la acción de libertad, tiene la finalidad de proteger de forma inmediata
y efectiva los derechos a la vida y la libertad física en los casos en los que sean ilegal o
indebidamente restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión por parte de las
autoridades públicas o particulares.
El debido proceso es una institución del derecho procesal constitucional que abarca los
presupuestos procesales mínimos a los que debe regirse todo proceso judicial o administrativo.
En la acción de libertad, podrá alegarse procesamiento ilegal indebido, cuando dicha lesión
afecte a alguno de sus elementos constitutivos y se encuentre directamente relacionada con la
amenaza, restricción o supresión de la libertad física o de locomoción del actor; toda vez que
otras formas de procesamiento indebido o ilegal que no encuentren vinculación directa con el
Según lo previsto en el art. 14.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el
derecho a la garantía judicial del debido proceso, en el ámbito penal, tiene como contenido un
conjunto de garantías mínimas como ser: el derecho a ser informado de la acusación, el derecho
a la defensa, el derecho a ser asistido por un intérprete, el derecho a un proceso público por un
juez natural, el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, el derecho a utilizar los medios de
prueba pertinentes para su defensa, derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse
culpable. Entendiéndose un proceso sin dilaciones aquel que se desenvuelve en condiciones de
normalidad dentro del tiempo requerido y en el que los intereses litigiosos pueden recibir pronta
satisfacción.
Si bien no existe una norma que expresamente disponga el plazo máximo en el que deba
realizarse la audiencia de consideración de cesación a la detención preventiva, es acertado
aplicar los valores constitucionales declarados en el art. 180 de la CPE, que señala: “La
jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de gratuidad, publicidad,
transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia , eficiencia,
accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las partes ante el juez”.
De lo que se puede establecer que la administración de la justicia, tiene como principio el debido
proceso; debiendo la autoridad judicial, atender todas las solicitudes de cesación a la detención
preventiva con la debida celeridad tomando en cuenta todos los elementos constitutivos del
debido proceso (como ser el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas).
Se tiene presente, que el responsable de la elaboración del acta de audiencia era el secretario que
fungía funciones en suplencia; sin embargo, no es menos cierto que la autoridad judicial
accionada es la responsable de todo el despacho, quien tiene la obligación de verificar que se
hayan cumplido con todas las actuaciones previas, a fin de evitar suspensión de las audiencias
por causas no establecidas en la ley y sean atribuibles a negligencias de los funcionarios
judiciales.
La Ley del Órgano Judicial, en su art. 30, establece como uno de los principios generales y
esenciales de éste Órgano, la celeridad, entendiéndose como la agilidad de los procesos
judiciales tramitados, procurando que su desarrollo garantice el ejercicio oportuno y rápido de la
administración de justicia. Por lo que, no se puede concebir que la sobrecarga laboral en los
despachos judiciales, sean causales validas para dejar de cumplir obligaciones que determina la
ley y que son imprescindibles para llevar a cabo la audiencia de cesación a la detención
preventiva, en la que se dilucidará la libertad del imputado.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00198-2012-01-AL
Departamento: Oruro
Dentro del proceso penal seguido en su contra por el presunto delito de transporte de sustancias
controladas, se encuentra detenido preventivamente en el Recinto Penitenciario de “San Pedro”
por orden del Juez Tercero de Instrucción en lo Penal desde hace más de cuatro meses y que una
vez realizada la audiencia conclusiva, el proceso fue remitido al Juzgado Primero de Sentencia
para la realización de juicio oral, oportunidad en la que pidió el 8 de diciembre de 2011,
cesación a su detención preventiva amparado en el art. 239.1 del Código de Procedimiento Penal
(CPP).
petitorio, de cesación al estar vinculado a la libertad, sin importar el resultado del mismo, debe
ser atendido por el órgano jurisdiccional con celeridad.
El accionante estima como vulnerados sus derechos al debido proceso y a la libertad, sin citar
norma constitucional alguna.
I.1.3. Petitorio
Solicita se declare “procedente” la acción de libertad y, por ende, se disponga que la jueza
demandada en el plazo de veinticuatro horas instale audiencia de cesación de detención
preventiva, con costas. Asimismo, en la audiencia, a tiempo de ratificar su demanda, pide que
establezca la responsabilidad correspondiente por no haberse fijado las audiencias de cesación a
su detención preventiva, ni haberse elaborado las actas correspondientes conforme dispone el
art. 120 del CPP.
Celebrada la audiencia pública el 24 de febrero de 2012, según consta el acta cursante de fs. 64 a
66 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El accionante ratificó su demanda y ampliando los fundamentos de la misma señaló que después
de reiteradas solicitudes de cesación a su detención preventiva, el 1 de febrero de 2012 volvió a
pedir este beneficio manifestando “señora Juez por favor señale otra audiencia de cesación yo
también soy persona al igual que otros detenidos en la cárcel, también ciudadano boliviano”, sin
embargo, la Jueza demandada fijó audiencia recién para el 8 de febrero del mismo año a horas
17:30, postergándola nuevamente para el 14 de febrero a horas 16:00, expresando “…habiendo
señalado audiencia de consideración de medidas cautelares se señala que la misma se realizará a
la conclusión del juicio oral”, oportunidad en que no instaló la audiencia de cesación a su
detención preventiva, indicando que “cuando acabemos este juicio recién este ciudadano va a
tener derecho a ser escuchado mediante cesación”.
Una vez concluido el juicio oral la Jueza demandada, en lugar de considerar su solicitud de
cesación a su detención preventiva sostuvo que “no habiendo más que tratar se suspende”, en
cuya situación le declaró “Señora Juez ya se ha hecho el juicio oral ¿y la cesación?”, que fue
respondida en sentido de que “se va a constituir en ambientes del juzgado” y, luego que fueron
al juzgado, tampoco se llevó a cabo.
Rosario Rodríguez Sánchez, Jueza Primera de Sentencia, en su informe escrito cursante a fs. 51,
solicitó se rechace “el recurso” acción de libertad, “declarándolo sin lugar a” y denegando la
acción, con costas, manifestando que: a) Radicada la causa seguida contra el acusado, por el
delito de transporte de sustancias controladas -ahora accionante- el 1 de diciembre de 2011,
señaló audiencia de juicio oral para el 5 de diciembre del mismo año, que fue suspendida por
inconcurrencia de partes; b) El acusado pidió audiencia de cesación a su detención preventiva el
9 del mismo mes y año antes señalado, empero, por las audiencias señaladas para atención de
juicio oral en varias otras causas se fijó este actuado procesal para el 19 del mismo mes y año, la
que fue suspendida por inconcurrencia del acusado, habiendo ocurrido similar situación el 16 de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 693
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
diciembre a la que no asistieron las partes; c) Las audiencias de juicio oral que en total suman
doce fueron suspendidas, unas veces por inasistencia del Fiscal y otras por el acusado o su
abogado, situación que llama la atención en razón a que tenían conocimiento de la realización de
dicho actuado judicial, en la que debería formularse conclusiones y dictarse la correspondiente
sentencia, constituyendo una burla a la administración de justicia; d) A la audiencia de medidas
cautelares de 8 de febrero de 2012, no asistió el acusado ni su abogado, suspendiéndose la
misma precisamente por inconcurrencia del peticionante, desde cuya fecha hasta la presentación
de la acción de libertad no existe petitorio de audiencia para consideración de medidas
cautelares; y, e) El accionante, con todo lo mencionado, no ha demostrado su voluntad de
someterse a juicio, por cuanto en reiteradas oportunidades no asistió a las tantas audiencias
señaladas, por lo que sus actos no se apartaron en ningún momento de las normas contenidas en
el procedimiento penal, además los fundamentos de la acción de libertad presentada no se
enmarcan a ninguno de los supuestos del art. 125 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.2.3. Resolución
Esta resolución, citando las SSCC 0244/2005-R, 1177/2004-R y 0128/2011-R, esgrimió los
siguientes fundamentos: 1) El señalamiento de audiencia ante la solicitud de cesación a su
detención preventiva de 9 de diciembre de 2011, se realizó dentro de nueves días, es decir, más
allá del plazo razonable y prudencial, la que además no se llegó a materializar. Se programó otra
para el 10 de enero de 2012, dentro de 12 días, que tampoco se llegó a realizar. Se volvió a fijar
audiencia de cesación para el 27 del mismo mes y año dentro de 17 días, actuación procesal que
fue suspendida, para llevarse el 31 de enero de 2012, oportunidad en la que de la misma forma,
ni siquiera se instaló porque el mismo día el órgano jurisdiccional tenía señalado audiencia de
continuación de juicio oral, concluyendo la misma a horas 18:00, produciéndose nuevamente
una suspensión sin que exista razón debidamente fundamentada. Asimismo, el 1 de febrero del
referido año reiteró dicho pedido, habiendo sido fijada para el 8 del indicado mes y año a horas
17:30, dentro de 7 días, que también fue suspendida, con el argumento que, al haberse señalado
audiencia para la consideración de medidas cautelares, esta se realizará a la conclusión del juicio
oral, condicionando su tratamiento a los actos del juicio oral; 2) La autoridad demandada,
prolongó el tratamiento de este actuado procesal en desmedro del derecho a la libertad del
“imputado” acusado, porque se señaló audiencia más allá de los plazos razonables. No
corresponde referirse a los motivos de suspensión que pueden o no ser atribuibles al imputado,
porque al margen de ello lo que importa es que la audiencia de cesación a la detención
preventiva, por estar vinculada a la libertad, debe realizarse a la brevedad posible, sin interesar
el resultado, por lo que la autoridad demandada ha restringido el derecho a la libertad del
accionante al prolongar indebidamente la consideración de la cesación de la detención
preventiva; y, 3) No tiene facultades para establecer responsabilidades ni imponer costas,
respecto a la falta de actas que estaba a cargo de la secretaria del juzgado de la autoridad
demandada, así como con relación al “gravísimo error” de la Jueza demandada, al no convocar a
la audiencia correspondiente de cesación.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes arrimados al expediente, se llega a las
conclusiones siguientes:
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Roberto Hilasaca López,
-ahora accionante- por la presunta comisión del delito de transporte de sustancias controladas, el
acusado solicitó el 9 de diciembre de 2011 audiencia de cesación de detención preventiva al
amparo de lo previsto en el art. 239.1 del CPP (fs. 1), la que fue señalada para el 19 de
diciembre del mismo año a horas 15:00 (fs.1 vta.). Esta fue suspendida para el 10 de enero de
2012 (fs. 6 y vta.) porque no asistió el acusado, debido a que no se expidió oportunamente orden
de salida del Penal en su favor, conforme consta de la diligencia que demuestra que recién se
notificó al Centro Penitenciario “San Pedro”, el 20 de diciembre de 2011, es decir un día
después del programado para la realización de la audiencia (fs. 7).
II.2. La audiencia de 10 de enero de 2012, también fue suspendida porque -a decir del acusado-
no pudo llegar debido a que el policía escolta tardó en tramitar su salida, fijándose día y hora
para el 27 del citado mes y año a solicitud del abogado defensor (fs. 15 vta.), fecha en la que
nuevamente se suspendió la audiencia (fs. 21) por inasistencia del acusado, señalándose para el
31 de enero del mismo año a horas 17:30 a solicitud del abogado defensor de oficio, ocasión en
la que tampoco se consideró la cesación de su detención preventiva, pese a la asistencia del
acusado a la audiencia de juicio oral, conforme se advierte del Acta de audiencia pública de
juicio oral (fs. 25 a 34).
II.4 Contra la determinación asumida por la Jueza demanda en sentido de que se consideraría la
cesación a su detención preventiva a la conclusión del juicio oral, el accionante interpuso
recurso de reposición conforme lo previsto en el art. 401 del CPP, con el argumento que dicha
solicitud era independiente a la realización del juicio oral y que el hecho de que se hubiera
suspendido la misma era una situación diferente. Que los funcionarios se olvidaron enviar la
orden de salida del acusado, solicitando, por ende, que dentro de las veinticuatro horas se
convoque a una nueva audiencia de cesación a su detención preventiva (fs. 41).
El accionante, sostiene que la Jueza Primera de Sentencia lesionó sus derechos al debido proceso
y a la libertad, por cuanto incurrió en evidente dilación y negligencia en la consideración de su
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 695
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
La Constitución es una norma jurídica directamente aplicable y justiciable por su órgano final de
aplicación, salvaguarda y garantía, de naturaleza judicial y de composición plurinacional
(Tribunal Constitucional Plurinacional) así como -atendiendo sus específicas atribuciones- por
los jueces y tribunales de garantías que ejercen justicia constitucional; sin exclusión de los
jueces o autoridades originarias de la pluralidad de jurisdicciones reconocidos en el texto
constitucional (Jurisdicción ordinaria, agroambiental, indígena originario campesina y las
jurisdicciones especializadas reguladas por la ley, conforme disponen los arts. 179 y 410 de la
CPE), últimos operadores jurídicos, que se constituyen en los garantes primarios de la
Constitución.
Ello, en razón a que la Constitución de 2009, supone un tránsito del Estado legal de Derecho al
Estado Constitucional de Derecho, o lo que es lo mismo, del Positivismo jurídico (legalismo) al
neoconstitucionalismo o constitucionalismo fuerte.
Como anota el Profesor Pedro Talavera, “la lógica del principio de legalidad (sumisión del juez
a la ley) tradicionalmente sostenida por el positivismo europeo, de acuerdo con la teoría
garantista se transmuta en el principio de constitucionalidad (vinculación del juez a los valores,
principios y derechos consagrados en la constitución, más allá de la ley)”.
Por ello, con la expresión “Estado Constitucional de Derecho”, se alude a aquel modelo de
Estado que se caracteriza por la sujeción de los poderes públicos al ordenamiento jurídico, a
partir de la norma base (La Constitución), en la que se fundamenta todo el sistema (…) la
Constitución es el instrumento jurídico fundamental del País (parámetro normativo superior que
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decide la validez de las demás normas jurídicas). De ahí que sus normas, valores y principios,
constituyen el marco general básico del que se deriva y fundamenta el resto del ordenamiento
jurídico”.
“…la Constitución como un documento normativo que presenta características específicas que
lo distinguen de los otros documentos normativos y, particularmente, de la ley. Así: a) La
Constitución se sitúa en el vértice de la jerarquía de las fuentes y, además, modifica
cualitativamente esa jerarquía. El “leycentrismo”, del modelo estatal francés es sustituido por la
omnipresencia de la Constitución, que informa por sí misma a todo el sistema: por ejemplo, toda
la legislación es entendida como actuación de la Constitución y se interpreta a la luz de la
Constitución. Ya no resulta posible concebir los sistemas jurídicos como sistemas
exclusivamente dinámicos: se entienden más bien como sistemas estáticos; b) La Constitución
es un conjunto de normas (como en el tercer modelo) [referido al modelo descriptivo de
Constitución como norma]. Sin embargo, no sólo contiene reglas, sino también principios, que
son los que la caracterizan. Estos principios no son formulados necesariamente de modo
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expreso, y pueden ser reconstruidos tanto a partir del texto como prescindiendo de él; c) La
Constitución tiene una relación especial con la democracia, en un doble sentido: c.1) Hay una
conexión necesaria entre (una concepción de la) democracia –la democracia como isonomía- y
(el cuarto modelo de) Constitución (no puede haber Constitución sin democracia, ni democracia
sin Constitución); y, c.2) La Constitución funciona necesariamente como límite de la
democracia entendida como regla de mayoría; d) La Constitución funciona como puente entre el
derecho y la moral (o la política), ya que abre el sistema jurídico a consideraciones de tipo
moral, en un doble sentido: d.1) Los principios constitucionales son principios morales
positivizados; y, d.2) La justificación en el ámbito jurídico (sobre todo la justificación de la
interpretación) no puede dejar de recurrir a principios morales; y, e) La aplicación de la
Constitución, a diferencia de la ley, no puede hacerse por el método de la subsunción sino que,
precisamente por la presencia de los principios, debe realizarse generalmente por medio del
método de la ponderación o del balance“.
De ahí que la Constitución de 2009, si bien es norma jurídica, no puede ser comprendida
únicamente sólo de manera formal. Esto significa que no puede ser concebida sólo como un
conjunto de normas (modelo descriptivo de Constitución como norma), a partir de un “concepto
de Constitución (como norma) simplemente documental”, con las denominaciones de
“constitución formal” o incluso de “constitución en sentido formal”, cuya primacía simplemente
se sustente y esté distinguida de las otras leyes por alguna característica formal (por ejemplo, los
procedimientos más complicados de producción, revisión y derogación). Por cuanto, lo que
esencialmente diferencia a las normas constitucionales de las otras leyes, es que las primeras son
prevalentemente normas constitucionales-principios (entiéndase por ello a la pluralidad de
valores supremos, principios constitucionales, derechos fundamentales y garantías
constitucionales) y supletoriamente normas constitucionales-reglas.
Constitución, no son más que leyes reforzadas por su forma especial. Las reglas, en efecto, se
agotan en sí mismas, es decir, no tienen ninguna fuerza constitutiva fuera de lo que ellas mismas
significan”.
Si esto es así, en la construcción judicial del nuevo derecho boliviano antes de mirarse a las
normas constitucionales-reglas o las normas legales-reglas (contenidas en las leyes, códigos
sustantivos y procesales) no debe perderse de vista a las normas constitucionales-principios.
Estas últimas con ojos de constructor jurídico, por cuanto si bien están formuladas de modo
expreso en la Constitución, verbigracia el caso de los principios ético-morales de la sociedad
plural (art. 8.I de la CPE), los valores del Estado plurinacional (art. 8.II de la misma norma),
etc., tarea que ya la hizo el legislador constituyente de composición plurinacional, ello no quita
que pueden ser desarrollados, judicialmente a partir de su texto, como labor que ahora le
compete a los jueces en sus diferentes roles. Al Tribunal Constitucional Plurinacional como
órgano final de aplicación, salvaguarda y garantía, a los jueces y tribunales de garantías, como
jueces constitucionales y a los jueces y tribunales de la pluralidad de jurisdicciones como
garantes primarios de la Constitución.
El Estado boliviano, además de ser un Estado Constitucional de Derecho, también tiene carácter
Plurinacional, Comunitario e Intercultural, traspasado por la Unidad del Estado y la
Constitución, conforme refiere la Constitución desde su Preámbulo y se enfatiza en el art. 1 de la
CPE, que establece:
Del art. 1 de la CPE, resulta que el Estado Unitario asumido, no puede concebirse sin lo social,
sin lo plurinacional, comunitario e intercultural ni la característica de Estado Constitucional de
Derecho. Lo anterior supone, entonces, que las formas clásicas para designar al Estado como
“Estado de Derecho”, “Estado Social y Democrático de Derecho”, resultan insuficientes para
caracterizar al nuevo modelo y clasificarlo, pues se nutre de diferentes principios y valores que
vienen de la tradición del constitucionalismo liberal (Estado de Derecho), del constitucionalismo
social (Estado Social y Democrático de Derecho) y del Estado Constitucional de Derecho
(neoconstitucionalismo), pero además, con una particularidad esencial que distingue y que
marca el horizonte de este nuevo Estado: el carácter plurinacional e intercultural (Estado
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Una mirada a la transformación del constitucionalismo boliviano en su historia, esto es, los hitos
y características de los modelos de Estado de Derecho imperantes en cada periodo, demuestran
la transfiguración del “constitucionalismo monocultural” al “constitucionalismo plurinacional e
intercultural”, este último, traspasado por la “Unidad del Estado y de la Constitución”.
En ese orden, siguiendo a Raquel Irigoyen Fajardo y su clasificación de los horizontes del
constitucionalismo en Latinoamérica, es posible afirmar que la Constitución de 2009, se inscribe
en el tercer horizonte de constitucionalismo pluralista que inicia desde finales del siglo XX a la
fecha, en su tercer ciclo de constitucionalismo plurinacional, que se da en el contexto de la
aprobación de la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas
aprobado el 13 de septiembre de 2007.
En ese entendido, como anota el profesor Alberto del Real Alcalá, la Constitución boliviana
quiebra el modelo de Estado propio del “liberalismo homogeneizador decimonónico” y, por
consiguiente, quiebra la nación jacobina, abstracta, uninacional, centralista y unicultural que ha
sido altamente ineficaz desde todos los puntos de vista a la hora de gestionar una sociedad plural
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“Además de ser un Estado constitucional de Derecho, el Estado boliviano también tiene carácter
Plurinacional (art. 1 de la CPE), por el cual se quiebran los fundamentos del Estado nación
caracterizado por el monoculturalismo y el monismo jurídico y se reconoce a los pueblos
indígena originario campesinos como naciones, con capacidad política para definir sus destinos
(IRIGOYEN FAJARDO, Raquel, El horizonte del constitucionalismo pluralista: del
multiculturalismo a la descolonización), aunque en el marco de la unidad del Estado, conforme
lo determina el art. 2 de la CPE. En ese entendido, y siguiendo a Alberto del Real Alcalá, la
Constitución boliviana quiebra el modelo de Estado propio del „liberalismo homogeneizador
decimonónico y, por consiguiente, quiebra la nación jacobina, abstracta, uninacional, centralista
y unicultural que ha sido altamente ineficaz desde todos los puntos de vista a la hora de
gestionar una sociedad plural como la de Bolivia; y que en la práctica ha fulminado e
invisibilizado cualquier diferencia étnica, cultural o nacional. E instaura, en su lugar, un Estado
Constitucional de Derecho de carácter Plurinacional‟ (DEL REAL ALCALÁ, Alberto, „La
construcción de la Plurinacionalidad desde las resoluciones del nuevo Tribunal Constitucional
Plurinacional de Bolivia: Desafíos y resistencias, en Hacia la construcción del Tribunal
Constitucional Plurinacional, Memoria Conferencia Internacional, CONCED, GTZ, Bolivia,
2010)‟”.
Concepción
El tema fue analizado, entre otros, por Jaime Araujo, quien luego de preguntarse: ¿Qué sucede si
una norma de la Constitución choca con otra norma constitucional que consagra un principio
fundamental?, respondía de manera categórica que debe primar el último de los nombrados.
Tan evidente es la realidad normativa de los principios, que autores como Allier Campuzano,
hablan de la “Inconstitucionalidad de normas constitucionales”, es decir, la posibilidad de que
un artículo cualesquiera (norma constitucional-regla), se oponga a los valores, principios,
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Esta cuestión también fue abordada por el Tribunal Federal Alemán y el Tribunal Supremo de
Estados Unidos en uno de sus fallos, en los que se alude a “…posibles normas “constitucionales
inconstitucionales”, concepto con el que se pretende subrayar, sobre todo, la primacía
interpretativa absoluta de los principios sobre las demás normas de la Constitución y el límite…
que suponen a la reforma constitucional”.
Entonces, lejos de ingresar a la clásica tesis entre el positivismo y el iusnaturalismo, para ser
coherentes con la característica del nuevo modelo de Estado que se configura como “Estado
Constitucional de Derecho”, afirmamos que no obstante la diversidad de denominaciones en la
doctrina y en la jurisprudencia para referirse a los principios de la Constitución (“principios del
régimen político”, “principios institucionales fundamentales”, “principios fundamentales”,
“principios del derecho constitucional”, “principios supremos de la constitución” o “principios
constitucionales”), con igual significado en todo contexto, cuando se habla de los principios de
la Constitución, de manera general se alude inequívocamente a las “decisiones que fundamentan
todo el sistema constitucional en su conjunto: la decisión por la democracia, la decisión por el
Estado de Derecho y por el Estado social de Derecho, la decisión por la libertad y por la
igualdad, la decisión por las autonomías territoriales, etc.”.
De ahí que, englobando unívocamente a los principios en distinción con las reglas preferimos
llamarlos normas constitucionales-principios. Estas no son otra cosa que los valores, principios,
derechos fundamentales y garantías constitucionales, es decir, la “moral objetivada-positivada”,
“meta-normas” que informan, orientan al poder público y a la convivencia social, las relaciones
entre el ciudadano y el Estado y entre particulares, que si bien se agotan en su positivización
constitucional, empero encuentran una construcción judicial constante, siempre y cuando se
salvaguarde la unidad del ordenamiento, es decir, su coherencia.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el profesor Eduardo García de Enterría anota que “La
unidad del ordenamiento es, sobre todo, una unidad material de sentido, expresada en unos
“principios generales del Derecho” [principios constitucionales], que o al intérprete le toca
investigar y descubrir (sobre todo, naturalmente, al intérprete judicial, a la jurisprudencia), o la
Constitución los ha declarado de manera formal, destacando entre todos, por la decisión suprema
de la comunidad que la ha hecho, unos valores sociales determinados que se proclaman en el
solemne momento constituyente como primordiales y básicos de toda la vida colectiva”, por
cuanto “son las normas más fundamentales y generales del sistema constitucional, tienen por
objeto la determinación de los rasgos esenciales o definitorios del sistema político (núcleo de la
Constitución), determinan en tal sentido, el titular del poder, la modalidad de su ejercicio, los
fines a él asignados, así como la máxima jerarquía de la Constitución, en conjunto vienen a
configurar antológicamente la identidad de la Constitución”.
Prieto Sanchís, afirma que “Los principios constitucionales han sido muchas veces criticados o,
simplemente se les ha negado valor normativo por su carácter ambiguo, vago, elástico,
incompleto, etc., que representaría una invitación al desbordamiento del activismo judicial”.
Esto deviene, según Gustavo Zagrebelsky del “persistente prejuicio de pensar que, en realidad,
las verdaderas normas son las reglas, mientras que los principios son un plus, algo que sólo es
necesario como „válvula de seguridad‟ del ordenamiento”.
entre todos con principios de…”. Normas que señalan: “El Estado se sustenta en los valores
de…” (art. 8.II), “las normas laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios…”(art.
48.II) y preceptos similares como: “la potestad de impartir justicia … se sustenta en los
principios…”(art. 178.I), etc. Esas mismas locuciones “se sustenta”, “se basa”, “se regirán”, “se
interpretarán”, se repiten como letanía en todo el texto constitucional (el subrayado es añadido)
Estos mandatos jurídicos son para todo el poder público y para la convivencia social de los
ciudadanos. A los legisladores (del nivel central-Asamblea Legislativa Plurinacional, las
entidades territoriales autónomas) y a las naciones y pueblos indígena originario campesinos), al
momento de realizar desarrollo legislativo o en la interpretación y aplicación del Derecho
Indígena “en sentido de que en el proceso de creación de las normas no ignore los principios,
toda vez que al ser estos la base en la que se inspira el modelo de sociedad que la Constitución
propugna, debe existir coherencia y armonía entre la ley a crearse y los principios de la
Constitución”. Al Órgano Ejecutivo, en el ejercicio de su potestad reglamentaria (emisión de
decretos supremos, resoluciones supremas, etc.), a las autoridades judiciales o administrativas en
la interpretación y aplicación de la Constitución y la Ley y principalmente al Tribunal
Constitucional Plurinacional, como defensor y garante de la Constitución axiológica y
normativa, en su labor decisoria cotidiana.
En la labor hermenéutica de los jueces -que bien puede aplicarse en todos los poderes públicos-
el Profesor Willman Durán Ribera, citando las SSCC 1110/2002-R y 136/2003-R, propone un
control de constitucionalidad (en sus ámbitos de control normativo, competencial y de
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III.2. Las normas constitucionales-principios, que sustentan que las decisiones judiciales
vinculadas al derecho a la libertad personal sean: 1) tramitadas, 2) resueltas y 3)
efectivizadas con la mayor celeridad
1) El derecho fundamental a la libertad personal, ahora consagrado en los arts. 23.I de la CPE,
9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP),y 7.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (CADH).
A efectos del problema jurídico de análisis nos referimos a dignidad humana de la persona como
individuo. Esto debido a que conforme reflexiona el profesor Alberto del Real Alcalá, la
Constitución, declara en el art. 22 de la CPE, como principio inviolable la dignidad de la
persona y en virtud de la plurinacionalidad consagrada en el texto Constitucional, la dignidad
colectiva (de las naciones y pueblos indígenas originario campesinos, de las comunidades
interculturales y afrobolivianas) como titulares del ejercicio de este derecho, cuyo respeto y
protección es “deber primordial” del Estado.
El art. 8.I de la CPE, refiere que: “El Estado asume y promueve como principios ético-morales
de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas
ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi
marei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble)”
Conforme anota el Profesor Alberto del Real Alcalá, “La base moral de la dignidad humana que
está en la plurinacionalidad incluye a todos los „principios ético-morales de la sociedad plural‟
reconocidos por la CPE, y que „asume‟ el Estado como propios y se compromete a „promover‟
(art. 8.I de la CPE): “ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas
ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi
maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble)”.
“De acuerdo al nuevo orden constitucional, el art. 8.I de la CPE, dentro de los principios y
valores del nuevo Estado Plurinacional de Bolivia, asume y promueve como de carácter ético
morales de la sociedad plural, el „ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas
mentiroso ni seas ladrón)‟; máximas milenarias que fueron constitucionalizadas y resumen de
manera extraordinaria la moral de toda persona, natural o jurídica debe practicar en todas sus
actividades. En ese sentido, se hace énfasis en el principio del ama qhilla, que establece una
conducta de la vida diligente que debe observar todo individuo, con mayor razón un servidor
público como es el juez, del cual debe exigirse una actitud acuciosa en la administración de
justicia, sobre todo cuanto afecta a un vivir bien, así como a una vida armoniosa.
Los principios ético morales constitucionalizados: „ama qhilla, ama llulla y ama suwa‟,
vinculados entre sí, constituyen directrices de obligada observancia por los servidores de justicia
cuando resuelven derechos y garantías constitucionales, están en el deber imperativo de
impulsar, ser director y promotor del proceso, velando su desarrollo, siendo responsables de
cualquier demora por su inactividad, impulsando la nueva justicia en el nuevo Estado
Plurinacional”.
Los principios procesales de celeridad y de respeto a los derechos, previstos en el art. 178.I de la
CPE.
4.1. El principio de celeridad procesal, previsto en el art. 178.I concordante con el art. 180.I,
ambos de la CPE, que según el desarrollo legal (art. 3.7, Ley 025 de 24 de junio de 2010),
comprende el ejercicio oportuno y sin dilaciones en la administración de justicia.
4.2. El principio de respeto a los derechos, que según el desarrollo legal (art. 3. 12 de la Ley 025,
de 24 de junio), es la base de la administración de justicia, que se concreta en el respeto al
ejercicio de derechos del pueblo boliviano, basados en principios ético–morales propios de la
sociedad plural que promueve el Estado Plurinacional y los valores que sustenta éste.
En el Código de Procedimiento Penal no existe una norma procesal que expresamente disponga
un plazo máximo en el cual debe fijarse y realizarse la audiencia de consideración de la cesación
a la detención preventiva. Esta situación ha determinado que la justicia constitucional, a través
de su labor hermenéutica haya desarrollado entendimientos jurisprudenciales al respecto, a partir
de la observancia de la base principista aplicable de la Constitución.
Toda petición de cesación de la detención preventiva debe ser resuelta de manera inmediata por
estar vinculada al derecho fundamental a la libertad personal, caso contrario se incurre en
detención y procesamientos indebidos, en vulneración de los arts. 6, 16 y 116-X de la de la
Constitución Política del Estado y 8-1 del Pacto de San José de Costa Rica.
“…el art. 16 de la Constitución Política del Estado, entre otros, resguarda el derecho a ser
juzgado sin dilaciones indebidas, derecho que guarda concordancia con el principio de celeridad
procesal que debe regir en todo proceso por disposición del art. 116-X de la misma Constitución
y el art. 8-1 del Pacto de San José de Costa Rica.
Que la petición de RSC (…) solicitando la cesación de la detención preventiva debió ser resuelta
de manera inmediata, más aún cuando se trata de una solicitud que está vinculada al
restablecimiento de un derecho fundamental que no puede ser restringido ni suprimido y que al
prolongar la detención sin pronunciarse oportunamente se incurre en una detención y
procesamientos indebidos, lo que se traduce en una flagrante violación de los arts. 6, 16 y 116-X
de la de la Constitución Política del Estado y 8-1 del Pacto de San José de Costa Rica.
Que RSC (…) al demandar de las autoridades competentes la consideración de su solicitud y una
pronta resolución lo hace dentro del marco legal, por lo que dicha petición no puede estar
supeditada a las inoportunas actuaciones del personal en el despacho y actuaciones del Tribunal
constituido, cuyos miembros deben cumplir las responsabilidades propias de su competencia
más aún cuando se encuentra de por medio la libertad de las personas”.
Las peticiones vinculadas a la libertad personal, deben ser atendidas de forma inmediata si no
existe una norma que establezca un plazo, y si existe, debe ser cumplido estrictamente. En cuyo
caso, no puede suspenderse la audiencia de cesación a la detención preventiva por la
inconcurrencia del fiscal, al no ser imprescindible su presencia.
“…las Sentencias Constitucionales 758/00-R y 1070/01-R entre otras establecen que el principio
de celeridad procesal consagrado por el art. 116-X de la CPE., impone a quien administra
justicia el deber jurídico de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones
indebidas; exigencia que se hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad
personal, toda vez que tales peticiones deben ser atendidas de forma inmediata si no existe una
norma que establezca un plazo, y si existe, debe ser cumplido estrictamente. Que esta línea
jurisprudencial es aplicable al caso de autos por cuanto la autoridad judicial recurrida ha
suspendido sin motivo alguno las audiencias señaladas para tratar y resolver la cesación de
detención preventiva solicitada por los recurrentes hace seis meses atrás, aduciendo entre otros
motivos la ausencia de la autoridad fiscal, cuya concurrencia no es imprescindible para estas
actuaciones. Que el Juez recurrido al no haber tramitado en forma inmediata y oportuna la
referida cesación de detención preventiva de conformidad con los arts. 239 y 240 del nuevo
CPP, es evidente que ha demorado el trámite de manera inadmisible, atentando contra la
normativa citada así como contra el art. 116-X de la C.P.E. y el derecho a la libertad de los
recurrentes”. Que el Fiscal recurrido no concurrió a la audiencia de cesación de detención
preventiva con la que fue legalmente notificado, sin embargo, esta inconcurrencia no vicia de
nulidad dicho actuado judicial y tampoco incide en su falta de resolución, extremo que es
imputable únicamente al Juez de la causa”. (el subrayado es añadido)
Las solicitudes vinculadas a la libertad personal, deben ser tramitadas y resueltas con la mayor
celeridad posible. Empero, no se podrá alegar dilación indebida de la autoridad judicial cuando
la demora sea atribuible y provocada a la parte imputada.
“…debe entenderse que toda autoridad que conozca de una solicitud en la que se encuentre
involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la mayor celeridad
posible, o cuando menos dentro de los plazos razonables, pues de no hacerlo podría provocar
una restricción indebida del citado derecho, lo que no significa, que siempre tendrá que otorgar o
dar curso a la solicitud en forma positiva, pues esto dependerá de las circunstancias y las pruebas
que se aporten en cada caso, dado que se reitera la lesión del derecho a la libertad física, está en
la demora o dilación indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es
negada de acuerdo a una compulsa conforme a Ley no es ilegal siempre que esa negativa se la
resuelva con la celeridad que exige la solicitud.
(…)
Sin embargo, de lo expuesto cabe establecer que ese plazo razonable puede verse alterado no
sólo por la autoridad quien conozca de la cesación, sino por la misma parte imputada, en cuyo
caso, no se podrá alegar una dilación y menos indebida de la que sea responsable el Juez
Cautelar; así, por ejemplo, cuando la parte imputada solicite suspensiones de las audiencias no
podrá después pretender presentar un reclamo posterior y menos ante esta jurisdicción porque el
juez no la tramitó dentro del plazo razonable, sino que deberá asumir la demora que ella misma
provocó.
De igual manera, no podrá alegarse dilación indebida sobre una solicitud, cuando partiendo de la
primera la parte imputada, presente otras que se hubieren ido resolviendo, pues la demora en
esos casos se analizará a partir de la última solicitud, dado que resultaría un desacierto jurídico
computar una demora a partir de la primera, cuando ésta ha sido resuelta y posterior a ella otras,
en cuyo caso, no se puede en un razonamiento acertado, imputar una dilación al juzgador, sino
que la dilación podrá ser atribuida únicamente al juzgador cuando sin que hubieren existido
factores ajenos a sus decisiones, postergue la celebración de la audiencia y la emisión de la
resolución correspondiente”. (el subrayado es añadido).
“…el tratamiento que debe darse a las solicitudes en la que se encuentre de por medio el derecho
a la libertad, entre ellas, la cesación de la detención preventiva, debe tener un trámite acelerado y
oportuno, pues de no hacerlo podría provocarse una restricción indebida de este derecho,
cuando, por un lado, exista una demora o dilación indebida en su tramitación y consideración, o
en su caso, cuando existan acciones dilatorias que entorpezcan o impidan que el beneficio
concedido pueda efectivizarse de inmediato, dando lugar a que la restricción de la libertad se
prolongue o mantenga más de lo debido. Esto en los casos, en los que por razones ajenas al
beneficiario, la cesación de la detención preventiva u otro beneficio, no puede concretarse
debido a los actos de obstaculización o dilación innecesaria, que originan que el solicitante, no
obstante de haber sido favorecido por un beneficio que le permite obtener su libertad, se ve
impedido de accederla, permaneciendo indebidamente detenido, situación por la cual se abre la
protección que brinda el hábeas corpus ante la ausencia de celeridad en efectivizarse el beneficio
otorgado.
“…la Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal, en suplencia legal, por Resolución 004/2005,
dispuso la cesación de la detención preventiva de los recurrentes, bajo las siguientes medidas
sustitutivas: 1.- presentación del croquis de sus domicilios, el cual necesariamente debía ser
verificado por el Investigador asignado al caso; quien debía hacer llegar esa verificación al
despacho judicial (…).
De lo anterior se advierte, que los recurrentes no obstante de haber sido favorecidos con la
cesación de la detención preventiva, dispuesta por Resolución de 7 de enero de 2005, bajo
medidas sustitutivas, hasta la fecha de interposición del presente hábeas corpus, de 1 de febrero
de 2005, no pudieron hacer efectiva su libertad, debido a los actos dilatorios y de
obstaculización de la Fiscal recurrida, quien se rehusó a remitir el Informe de 16 de enero de
2005, presentado por el Investigador asignado al caso -de verificación de domicilio-, Informe del
que dependía el cumplimiento total de las medidas sustitutivas ordenadas por la Jueza cautelar,
con cuya actuación, la Fiscal demandada ha impedido que los recurrentes obtengan su libertad,
originando de manera indebida la prolongación de su detención, toda vez que cualquier demora
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 710
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
o dilación indebida de una solicitud que esté relacionada con el derecho a la libertad supone una
vulneración al derecho a la libertad, actuación en la que ha incurrido injustificadamente la Fiscal
recurrida al haber dilatado innecesaria e ilegalmente la concreción de la cesación de la detención
preventiva concedida a los recurrentes; por lo que, el caso demandado amerita la protección que
brinda el recurso de hábeas corpus”(las negrillas nos corresponden).
“…la decisión que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable en el
efecto no suspensivo, lo que implica que la determinación adoptada debe ser ejecutada
inmediatamente, sin perjuicio de la interposición del recurso de apelación incidental previsto en
el art. 251 del CPP, que no determina la suspensión de la competencia de la autoridad judicial,
así lo estableció la SC 0660/2006-R, de 10 de julio…”.
(…)
“Los antecedentes fácticos que motivan la presente acción tutelar, permiten concluir que la
autoridad judicial recurrida si bien se pronunció negativamente respecto al pedido de audiencia
por parte de la representada de la recurrente, al hacerlo bajo el argumento de que el Ministerio
Público recién había sido notificado con el Auto de modificación de fianza, incurrió en un acto
ilegal que vulnera el derecho a la libertad de la representada de la recurrente; por cuanto, al
haber sido beneficiada con la aplicación de medidas sustitutivas como la fianza juratoria, debió
señalar inmediatamente audiencia a efectos de cumplir con las formalidades dispuestas por los
arts. 242 y 246 del CPP, teniendo en cuenta que el art. 245 del mismo cuerpo legal, establece
que la libertad sólo se hará efectiva luego de haberse otorgado la fianza; sin soslayar, que si bien
el representante del Ministerio Público recién fue notificado el 9 de enero de 2007, una eventual
apelación incidental, no tenía el mérito de suspender su competencia, por lo que debió ejecutar
inmediatamente el beneficio concedido a la imputada; advirtiéndose con dichos actos ilegales
una dilación injustificada de parte de la autoridad judicial recurrida, que no consideró que ante
una solicitud de cesación de la detención preventiva, no sólo debe imprimirse celeridad en su
trámite y consideración, sino también en su efectivización, pues de no hacerlo podría provocarse
una restricción indebida al derecho a la libertad, como ocurrió en el presente caso, que al no
haberse señalado oportunamente audiencia para el cumplimiento de las formalidades previstas
para la fianza juratoria, se incurrió en demora o dilación indebida en la efectivización de la
libertad de la imputada; situación que entorpeció e impidió que el beneficio concedido en
diciembre de 2006, se pueda materializar de inmediato, dando lugar a que la restricción de la
libertad de la representada de la recurrente se prolongue o mantenga más de lo debido; siendo
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 711
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necesario hacer constar que si bien la imputada fue puesta en libertad en mérito a la audiencia y
mandamiento de 18 de enero de 2007 -después de la presentación del recurso y antes de su
resolución-, es un aspecto que no legaliza la lesión del derecho a la libertad que ya fue
consumada, conforme se colige del art. 91.VI de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), por
lo que corresponde declarar la procedencia de la tutela prevista por el art. 18 de la CPE, a
efectos de establecerse los daños y perjuicios ocasionados”.
Del mismo modo, el Tribunal Constitucional Transitorio, contrastó este problema jurídico con la
Constitución vigente, en algunas sentencias constitucionales, siendo la más relevante la
siguiente:
“Bajo la égida que el derecho a la libertad ocupa un lugar importante, junto a la dignidad
humana en el catálogo de derechos civiles como parte integrante a su vez de los derechos
fundamentales, tal cual lo establece el art. 22 de la CPE al señalar que: ‟La dignidad y la libertad
de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber primordial del Estado‟, norma
que debe ser interpretada en base a los valores de la misma Constitución, la cual en el art. 8.II
establece que el Estado se sustenta en los valores de dignidad y libertad, entre muchos otros; se
debe tener en cuenta que la restricción o límite al derecho a la libertad física en materia penal,
con carácter provisional o cautelar, conforme a los requisitos constitucionales y legales, tienen
naturaleza instrumental y por ende modificable.
En ese sentido, es preciso puntualizar que la detención preventiva, no tiene por finalidad la
condena prematura, por cuanto la presunción de inocencia, sólo es desvirtuada ante un fallo
condenatorio con calidad de cosa juzgada, por ello su imposición como medida precautoria está
sujeta a reglas, como también su cesación, lo cual implica el trámite a seguir; y si bien no existe
una norma procesal legal que expresamente disponga un plazo máximo en el cual debe
realizarse la audiencia de consideración, corresponde aplicar los valores y principios
constitucionales, previstos en el ya citado art. 8.II de la CPE, referido al valor libertad
complementado por el art. 180.I de la misma norma constitucional, que establece que la
jurisdicción ordinaria se fundamenta en el principio procesal de celeridad entre otros; motivo por
el cual toda autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de un detenido o privado de
libertad, debe tramitar la misma, con la mayor celeridad posible, y dentro de los plazos legales si
están fijados, y en un plazo razonable, si no está establecido por ley. De no ser así, tal actuación
procesal provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido y en consecuencia
repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola privación de libertad
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 712
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
en que se encuentra, sin que este razonamiento implique que necesariamente se deba deferir a su
petición, sino, se refiere a que sea escuchado oportunamente a fin de que obtenga una respuesta
positiva o negativa.
Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que puede
ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de cada caso,
cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan que ser
notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y esencial –
como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la excepción
única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la relevancia del
proceso, como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición; situación
que deberá ser justificada por la autoridad judicial competente a momento de señalar la fecha de
audiencia, teniendo en cuenta la razonabilidad.
Las interpretaciones glosadas en las sentencias arriba señaladas, no contravienen el nuevo orden
constitucional, por el contrario, refrendan su contenido, en razón a que toman como parámetros
de racionalidad jurídica normas constitucionales-principios que han sido reproducidos en el
nuevo texto constitucional, como son: el derecho fundamental a la libertad personal, la dignidad
de la persona en su doble dimensión (derecho fundamental y valor supremo), los principios
procesales de celeridad procesal y respeto a los derechos fundamentales.
En cuyo mérito, las reglas procesales penales construidas jurisprudencialmente son y continúan
siendo aplicables en el razonamiento jurídico de los jueces, configurándose como novedad y
complemento de parámetro de racionalidad y razonabilidad jurídica en su labor decisoria
cotidiana otros principios que hacen al nuevo modelo de Estado Constitucional de Derecho
Plurinacional e Intercultural, como son: Los principios ético morales (art. 8.I de la CPE) y el
principio procesal de respeto a los derechos (art. 178.I de la CPE), que deben ser observados,
desarrollados y aplicados, por los jueces conforme se analizó precedentemente.
De otro lado, corresponde subrayar que las reglas procesales penales, construidas
jurisprudencialmente, glosadas anteriormente, pueden variar en alguna medida cuando se
presenten otras situaciones fácticas, empero, el razonamiento judicial, en la medida en que se
apegue a los principios constitucionales glosados, que son los que en esencia sustentan la
jurisprudencia obligatoria y vinculante de la justicia constitucional, serán válidos.
La comprensión de este tipo de acción de libertad, está recogido por esta misma Sala Tercera del
Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP 0017/2012 de 16 de marzo, la que después de
reflexionar sobre el objeto y finalidad de la acción de libertad diseñada en el art. 125 de la CPE,
refrendó la jurisprudencia desarrollada por el Tribunal Constitucional anterior contenida en las
SSCC 1579/2004-R y 0465/2010-R, respecto a la acción de libertad traslativa o de pronto
despacho.
Conforme la doctrina constitucional sentada por este Tribunal, por medio del hábeas corpus
traslativo o de pronto despacho, se busca acelerar los trámites judiciales o administrativos
cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se
encuentra privada de libertad” (las negrillas son añadidas).
En la problemática planteada, dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra
el accionante, por la presunta comisión del delito de transporte de sustancias controladas, se
evidencia que la demora en fijar la audiencia y tramitar las dos solicitudes de cesación a su
detención preventiva (de 9 de diciembre de 2011 y de 1 de febrero de 2012), por las razones que
se expondrán a continuación, son atribuibles directa e indirectamente a la Jueza Primera de
Sentencia.
En efecto, como se puede advertir de la Conclusión II.1, el accionante solicitó por primera vez el
9 de diciembre de 2011 cesación a su detención preventiva al amparo de lo previsto en el art.
239.1 del CPP, habiendo sido señalada la audiencia recién para el día 19 de diciembre de 2011,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 714
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
es decir, después de 10 días. A ello se suma que la indicada audiencia fue suspendida debido a
que el acusado - ahora accionante- no asistió a la misma, en razón a que la Jueza demandada,
omitiendo su deber, no controló que la orden de salida dirigida al Centro Penitenciario de “San
Pedro”, para esa fecha fuera diligenciada oportunamente, debido a que recién se notificó a dicho
penal el 20 de diciembre de 2011, es decir, un día después del día indicado para la realización de
la audiencia. La suspensión de dicho acto procesal, motivó que se fije nuevo día para el 10 enero
de 2012, también de demorada, esto es, después de 22 días.
Desde del 10 de enero de 2012 hasta el 31 del mismo mes y año, conforme consta en la
Conclusión II.2, se fijaron las audiencias también de manera demorada, suspendiéndose las
mismas por inasistencia del acusado por causas, algunas veces atribuibles a las autoridades
policiales del recinto penitenciario. El 31 de enero de 2012, tampoco se consideró la solicitud de
cesación a la detención preventiva, pese a la asistencia del acusado a la audiencia de juicio oral
fijada en la misma fecha, en la que también se tenía que considerar el mencionado beneficio
(fs.21 y 25 a 34).
La existencia de carga procesal traducida en audiencias fijadas para la sustanciación del juicio
oral. Este extremo no fue justificado ni demostrado en su momento al accionante en el proceso
penal, ni ahora en la presente acción de libertad, lo que deja deducir claramente que sólo es una
excusa. De otro lado, así hubiera ocurrido tal situación, existe uniforme jurisprudencia
constitucional que en forma reiterada y profusa ha manifestado que las decisiones judiciales
vinculadas a la libertada personal deben ser tramitas, resueltas y efectivizadas con la mayor
celeridad. En razón a ello, se advierte sobre este punto la inobservancia de las siguientes normas
constitucionales principios: el derecho fundamental a la libertad personal, consagrado en los
arts. 23.I de la CPE, el art. 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos y el art.
7.1 de la Convencion Americana sobre Derechos Humanos, la dignidad de la persona, el
principio ético-moral de la sociedad plural, “ama qhilla”, previsto en el art. 8.I de la CPE y los
principios procesales de celeridad y respeto a los derechos consagrados en el art. 178.I y 180.I
de la CPE;
2) Que las suspensiones fueron atribuibles al ahora accionante, constituyendo una burla a la
administración de justicia. Esta situación carece de veracidad, conforme se evidenció de las
pruebas arrimadas a este expediente (Conclusión II.1), que demuestran que, la primera
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
suspensión fue debido a que la jueza demandada, omitiendo su deber, no controló que la orden
de salida dirigida al Centro Penitenciario, para esa fecha fuera diligenciada oportunamente,
debido a que recién se notificó a dicho penal el 20 de diciembre de 2011, es decir, un día
después del día programado para la realización de la audiencia; extremo que también evidencia
la inobservancia de las normas constitucionales principios señalados en el punto anterior, a los
que se añade, el principio ético-moral de la sociedad plural, “ama llula”, previsto en el art. 8.I de
la CPE.
De otro lado, es posible claramente advertir que la Jueza demanda, consideró que la audiencia de
cesación de detención preventiva debía considerarse a la conclusión del juicio oral, prueba de
ello el Acta de audiencia pública de juicio oral en la que afirmó que dicha audiencia se realizaría
“…a la conclusión del juicio oral…” (fs. 40 y vta.) “…y pese al recurso de reposición
interpuesto por el accionante mantuvo su decisión…”.
POR TANTO
En revisión la Resolución 03/12 de 8 de febrero de 2012 cursante de fs. 193 a 195, pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Nancy Larico Magnani contra Eleo
Jhonny Mamani Trujillo, Francisco Reynaga Berrios, Alejandro Poma Achillo, Pedro Flores
Baltazar y Hernán Trujillo Supa, Gerente General y miembros de la Central Regional
Agropecuaria de Cooperativas “EL CEIBO” Ltda. de la ciudad de El Alto.
Por memorial presentado el 1 de febrero de 2012, cursante de fs. 72 a 77, aclarado y adecuado el
6 del mismo mes y año a fs. 115 vta., la accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho
y de derecho:
Asimismo, indica que estando vigente la Resolución de Amparo Constitucional 018/2009 del
Juzgado Cuarto de Partido y de Sentencia de El Alto que ordenó a los locadores regirse a los
procedimientos legales en caso de incumplimiento del contrato de locación, e inicien las
acciones legales que correspondan; empero, luego de una serie de abusos, la cooperativa
compuesta por los demandados, citaron a la accionante a una reunión donde le hicieron firmar el
documento.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 8 de febrero del año en curso, según consta en el acta cursante
de fs. 186 a 191 vta., se produjeron los siguientes actuados:
El 27 de enero de 2012 la empresa “EL CEIBO” Ltda. a través de sus mandatarios, empleados y
otros, tomaron medidas de hecho contra la accionante, sacando sus instrumentos de trabajo a la
acera de la Av. Juan Pablo Segundo, arbitrariamente, desde esa fecha vivió un “vía crucis”
porque era el único sostén de su familia, así como de sus nueve trabajadores dependientes de su
pensión.
Además, manifiesta que el art. 1282 del Código Civil (CC) prohíbe la justicia por mano propia y
según el art. 710 del mismo compilado su contrato de locación se renovó tácitamente.
Reiterando su solicitud de concederle la tutela y se disponga en el fallo tres puntos: 1) Se le
restituya la tienda 18 en la cooperativa “EL CEIBO” Ltda. en el día, por constituir su fuente de
trabajo; 2) La devolución de sus instrumentos de trabajo; y, 3) Finalmente, se condene a la
cooperativa al pago de los daños y perjuicios por la suma de Bs60 000.- (Sensenta Mil
Bolivianos), además las costas procesales, con la protesta de hacer llegar la iguala profesional.
En uso del derecho a la réplica, el abogado de la accionante manifestó que el informe de los
demandados debería ser respecto a la existencia del mandamiento de lanzamiento emitido por el
Juez.
Asimismo, respecto a la subsidiariedad, indicó que la accionante interpuso un interdicto de
recobrar la posesión, pero dicha demanda fue retirada.
El demandado Eleo Jhonny Mamani Trujillo, Gerente General del centro comercial “EL
CEIBO” Ltda. a través de su abogado, manifestó en audiencia: i) Que la accionante ejercitó el
proceso de interdicto de recuperar la posesión; ii) Se evidenció en el cuaderno de garantías
constitucionales que no existe el registro de comercio de la actividad de la accionante; iii) No
existen facturas que demuestren sus ganancias de Bs3 000 (tres mil bolivianos); iv) Tampoco se
hallan contratos de trabajo de las personas que supuestamente serían sus trabajadores; y, v) Que
la accionante trata de subsanar con la presente acción, el trámite que inicialmente realizo, es
decir la presentación del interdicto de recobrar la posesión, ofreciendo como prueba las fechas
Por su parte, Hernán Trujillo Supa, administrador del centro comercial “EL CEIBO” Ltda.,
ahora demandado, a través de su abogado, indicó en audiencia: a) La accionante es arrendataria
desde el 2004 y tiene varios contratos, el último fue firmado, con fecha de inicio y conclusión
hasta el 31 de marzo de 2011; b) Conforme las cartas notariadas de años atrás, se estableció que
la accionante adeudaba varias sumas de dinero, así como del extracto del sistema administrativo
de la empresa donde también se evidenció que era deudora morosa; c) De la misma forma,
manifestó que en la fábrica “EL CEIBO” se producen alimentos, chocolates que constantemente
pasan por inspecciones de salubridad, aspectos que indujeron, a través de asambleas de
directorio, tomar la determinación que en el centro comercial dejen de alquilar los ambientes
para el expendio de comidas, extremo que fue comunicado a la accionante mediante cartas
notariadas; y, d) Por otro lado, indica que se planteó varias alternativas a la accionante, firmando
un acta de conciliación donde se comprometió a devolver los ambientes el 20 de diciembre (no
cita el año) impostergablemente, documento que fue reconocido en sus firmas por autoridad
competente, solicitando el rechazo de la acción planteada (fs. 189 a 190).
Haciendo uso de su derecho a la dúplica, expresó que el art. 607 (no cita norma legal) indica
cuál es el proceso que deben seguir; además, que los bienes fueron entregados a la accionante y
su esposo, siendo decisión de ellos no haberlos recogido (fs. 190 vta.).
Por otra parte, los demandados Francisco Reynaga Berrios, Presidente; Alejandro Poma Achilo,
Vicepresidente y Pedro Flores Baltazar, Tesorero; todos, del Consejo de Administración, en
calidad de representantes legales de la Central Regional Agropecuaria Industrial de Cooperativas
“EL CEIBO” Ltda., no asistieron y tampoco presentaron informe escrito.
I.2.3. Resolución
La Jueza Cuarta de Partido Liquidador y de Sentencia de El Alto del Distrito Judicial del
departamento de La Paz, constituida en Juez de garantías, pronunció Resolución 03/12 de 8 de
febrero de 2012, cursante de fs. 193 a 195, concediendo la tutela interpuesta por la accionante,
disponiendo la restitución de la tienda 18 del centro comercial “EL CEIBO” Ltda. ubicada en la
av. Juan Pablo Segundo, concediendo el término de tres días a partir de su notificación, sin
costas por ser excusable.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. La accionante tiene suscrito tres contratos de arrendamiento con el administrador del centro
comercial “EL CEIBO” Ltda. de la tienda 18 ubicada en la av. Juan Pablo Segundo 2560 de la
ciudad de El Alto (fs. 19 a 24 y de 125 a 127).
II.2. Asimismo, cursa en obrados, Formulario Único de Recaudaciones del Gobierno Municipal
de El Alto, sobre la actividad y razón social de pensión familiar, comprobantes de pago y
recibos de alquiler a nombre de la accionante; el primero por el mes de enero del año en curso, y
el segundo y tercero por los meses de noviembre y diciembre, ambos de 2011 por concepto de
pago de alquiler y servicios (fs. 2 y de fs. 113 a 114).
II.3. Mediante duplicado de copia del acta de verificación de desocupación de la tienda 18 del
edificio “EL CEIBO” ubicado en la av. Juan Pablo Segundo de 27 de enero de 2012, a cargo de
Omar Ramiro Monasterios Alarcón, Notario de Fe Pública de Primera Clase, se constata que los
muebles del local estaban en vía pública (fs. 29).
La accionante alega que se vulneraron sus derechos a la inviolabilidad del domicilio, derecho al
trabajo, derecho al comercio, al debido proceso a la defensa, por cuanto los demandados
ejercieron acciones de hecho al ingresar a su tienda e incluso a su depósito, sustraendo sus
pertenencias y sacarlas a la vía pública, desalojándole con violencia de la tienda 18 del centro
comercial “EL CEIBO” sin ninguna orden judicial; además que, a raíz de la sustracción de sus
enseres, no pudo ejercer su derecho al trabajo, como tampoco pueden hacerlo sus trabajadores,
paralizando su negocio y estando impedida de comercializar su mercadería, ocasionándole
grandes perjuicios económicos.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 720
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Para el caso de que la accionante hubiera incumplido con las cláusulas del contrato, los
demandados debieron acudir al órgano jurisdiccional y no proceder con medidas de hecho
pretendiendo el desalojo, extremo que dentro nuestro ordenamiento jurídico no esta permitido al
arrendador o propietario.
Regla que tiene su excepción, en los casos de vías o medidas de hecho, en los que por la
inminencia del daño irreparable e irrevocable que amenace o lesione derechos fundamentales o
garantías constitucionales, se activa directamente la protección mediante la acción de amparo
constitucional.
La SC 0864/2003-R de 25 de junio, señala que se: “…ha instituido una excepción a la regla de
la subsidiariedad, estableciendo la procedencia del amparo para evitar un daño o perjuicio
irremediable, lo que supone que de no otorgarse la tutela al derecho o garantía constitucional
vulnerados hay inminencia de un mal irreversible, injustificado y grave, que coloque al
recurrente en un estado de necesidad, que justifica la urgencia de la acción jurisdiccional, ya
que de continuar las circunstancias de hecho en que se encuentra el recurrente, es inminente e
inevitable la destrucción de un bien jurídicamente protegido, lo que exige una acción urgente
para otorgar inmediata e impostergable por parte del Estado en forma directa”.
III.3. Respecto a las costas procesales, del daño emergente y el lucro cesante
Se entiende que una lesión denunciada y demostrada, siempre ocasionará una pérdida
patrimonial y otros gastos, los cuales deben ser demandados expresamente por la parte
accionante. En este entendido, sólo deberá someter la demanda de calificación de daños y
perjuicios a los siguientes criterios: i) la pérdida o disminución patrimonial que haya sufrido la
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 722
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
parte damnificada como consecuencia del acto ilegal cometido en su contra, y ii) los gastos que
la parte recurrente ha tenido que efectuar para lograr la reposición del derecho conculcado, pues
así lo ha asumido el Tribunal Constitucional en firme y uniforme línea jurisprudencial, que fue
desarrollada en el AC 011/2004-CDP de 2 abril al señalar: “a) La pérdida o disminución
patrimonial que haya sufrido la parte damnificada a consecuencia del acto ilegal cometido en
su contra; y, b) Los gastos que los recurrentes han tenido que efectuar para lograr la reposición
del derecho conculcado”.
El primer criterio responde al efecto inmediato que podría emerger de la lesión constatada del
derecho fundamental o garantía constitucional, es decir, aquel efecto material directo que se
constata y percibe sin necesidad de un proceso controversial; ello significa que en la
sustanciación de la acción amparo constitucional, el daño civil no puede ser determinado o
calificado sobre la base de los parámetros previstos por el art. 994 del CC, es decir, el daño
emergente y el lucro cesante, pues la determinación de un resarcimiento de daños y perjuicios
con dichos criterios requiere de un proceso controversial en el que las partes, en igualdad de
condiciones, puedan hacer valer sus pretensiones; hecho que no es posible realizar con la acción
de amparo constitucional, primero, porque su finalidad es la de otorgar una tutela inmediata,
efectiva e idónea, restableciendo o restituyendo el derecho restringido o suprimido, y no el
resarcimiento de los daños civiles; y, segundo, porque dado su carácter sumarísimo no es
posible desarrollar un verdadero proceso contencioso o controversial.
En consecuencia, el accionante que considere haber sufrido daños y perjuicios que requieren ser
reparados, previa calificación sobre la base de los criterios del daño emergente y lucro cesante,
tendrá la vía “civil ordinaria", razonamiento que también fue referido en el AC 0042/2004-CDP
de 29 de octubre de 2004.
Por tanto, y conforme a la jurisprudencia emitida, tanto el daño emergente, como el lucro
cesante, deben ser dilucidados en la vía ordinaria. Corresponderá pues, por lo expuesto, dilucidar
cuál es el significado de daño emergente y lucro cesante: a) Daño emergente (pág. 6 Tom. III,
D-E), según señala Cabanellas (1994), es la pérdida sobrevenida al acreedor por culpa u obra del
deudor, al no cumplir la obligación, se traduce en la disminución del patrimonio; y b) Lucro
cesante es (pág. 232 Tom. V, J-O), la ganancia o beneficio que se ha dejado de obtener por obra
de otro, perjudicial para los propios intereses”.
En tal sentido, los accionantes dentro de las acciones tutelares, efectúan gastos para llevar
adelante las mismas; debiendo ser estos resarcidos, empero únicamente respecto a lo que
corresponde dentro de los gastos admisibles, conforme a la doctrina y jurisprudencia
constitucional.
En el presente caso, si la accionante cree haber sido afectada en mayores daños y perjuicios,
puede recurrir a la vía legal correspondiente, pues no es función de este Tribunal Constitucional
Plurinacional, el hacer valer pretensiones que tergiversen el espíritu de la acción de amparo
constitucional, tal cual es el de restablecer el o los derechos y garantías vulnerados.
Respecto a los honorarios profesionales, en acciones constitucionales, los mismos deben ser
considerados, conforme al arancel mínimo del Colegio de Abogados del departamento o ciudad
en el que se encuentra suscrito el abogado patrocinante, o en su caso, tomar dicho arancel como
base. “No” pudiendo pretenderse que dentro las acciones tutelares, la parte perdidosa pague
supuestas igualas profesionales, cuyo monto sea superior al arancel señalado, toda vez que dicho
aspecto desvirtuaría la naturaleza de la acción de amparo constitucional.
Por otra parte, el art. 79.5 de la LTCP, señala que dentro el contenido y forma de la resolución,
ésta contendrá entre otros: “La imposición de costas y multa si corresponde”. Y toda vez que en
la presente acción fue solicitada la misma de manera expresa y reiterada, es pertinente atender
dicha solicitud.
De manera reiterada, se señala respecto a las costas procesales; que las mismas deben
comprender: a) Honorarios profesionales conforme arancel del Colegio de Abogados o tomando
como base esta; y b) Gastos efectuados en el trámite de la acción de amparo constitucional, es
decir timbres, valorados, etc.; aspectos que deberán ser evaluados en ejecución de Sentencia por
la Jueza de garantías constitucionales.
POR TANTO
(ECA)
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_____________ ENMIENDA, COMPLEMENTACION Y AMPLIACION
I. DE LA COMPLEMENTACIÓN
Una vez que el accionante fue notificado con la SCP 0016/2012 de 16 de marzo, el 30 de marzo
de 2012 a horas 17:00; éste presentó el memorial de solicitud de enmienda y complementación
el 2 de abril del mismo año a horas 16:55, por lo que la solicitud fue interpuesta dentro de plazo
legal.
El art. 45 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, establece que este Tribunal: “…de
oficio o a petición de parte, dentro de las veinticuatro horas siguientes a la notificación de la
resolución, podrá aclarar, enmendar o complementar algún concepto obscuro, corregir un error
material o subsanar alguna omisión sin afectar el fondo de la resolución. La resolución será
emitida mediante Auto Constitucional en el plazo de veinticuatro horas desde que asuma
conocimiento”. Es decir, es posible que la parte pueda solicitar la complementación y enmienda
de ciertos aspectos que a su criterio fueron omitidos, solicitando que se complemente o subsane
esa situación no advertida por el Tribunal Constitucional Plurinacional al momento de emitir la
respectiva Sentencia Constitucional Plurinacional.
constitucional, la que es viable únicamente en situaciones en las que, impugnadas las supuestas
ilegalidades, las mismas no sean reparadas por el juez ordinario”.
Hecho el cual se encuentra completamente claro, más aún, habiéndose desarrollado en las líneas
jurisprudenciales y de análisis pertinentes para la conclusión del fallo en el punto III de la
referida Sentencia; por lo que no corresponde la enmienda ni complementación. Siendo la Juez
Tercero de Instrucción en lo Penal, la encargada de ejercer el control jurisdiccional; quien debe
pronunciarse sobre los incidentes del proceso, y en su caso, hacer cumplir sus resoluciones; no
pudiendo acudir el accionante ante la jurisdicción constitucional de manera directa.
POR TANTO
-
El Tribunal Constitucional Plurinacional en virtud de la jurisdicción y competencia que le
confieren los arts. 127 de la Constitución Política del Estado y 45 de la LTCP; resuelve: NO
HABER LUGAR a la complementación y enmienda solicitada.
Regístrese y notifíquese.
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CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD
TUTELAR
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Sentencias Constitucionales Pronunciadas en Revisión de
Acciones de Defensa
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
A través del memorial presentado el 10 de julio de 2009, cursante de fs. 156 a 168 y el
modificatorio de 18 de agosto de 2011, corriente de fs. 188 a 189 vta., la accionante refirió que:
Señaló además que, fue declarada heredera mediante Resolución 681/2002, dictada por el Juez
Octavo de Instrucción en lo Civil y que en ejercicio de sus derechos sucesorios se enteró de la
irregular inscripción realizada en COSSMIL, ante lo cual el 2 de septiembre de 2008, presentó al
Juzgado de turno, solicitud de orden judicial para que COSSMIL extienda copias legalizadas e
informe sobre el ilegal registro de la menor después del fallecimiento de su esposo, por lo que el
Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Civil, procedió a emitir el 3 de septiembre de ese año,
orden judicial que dispuso se franquee la certificación solicitada y las fotocopias legalizadas;
empero, la institución no cumplió con la misma, razón que motivó solicite al Juzgado que emitió
la referida orden, se conmine a COSSMIL; petición que no fue resuelta por dicho Juzgado, sino
en apelación mediante Auto de Vista 382/08 de 21 de noviembre, disponiendo que el Juzgado de
origen emita la correspondiente conminatoria de ley de 2008.
Agrega que la referida Corporación fue notificada con la conminatoria el 28 de enero de 2009,
teniendo setenta y dos horas para cumplir con la orden judicial, pero, ante un nuevo
incumplimiento de las autoridades de dicha institución, la accionante el 4 de febrero de ese año,
presentó memorial solicitando a la Jueza, imposición de sanción pecuniaria, conforme lo
dispuesto en el Auto de Vista de 23 de diciembre de 2008; en ese sentido, la Jueza dispuso que
el Gerente de COSSMIL, informe sobre el cumplimiento de dicha orden judicial, bajo
conminatoria de aplicarse la multa progresiva prevista en el art. 184 del Código de
Procedimiento Civil (CPC); ante lo cual COSSMIL, el 9 del mismo mes y año, presentó un
memorial de "supuesto informe de cumplimiento de orden judicial" (sic)., respecto al cual, la
Jueza ahora demandada, de manera ilegal e indebida resolvió dar por concluida la solicitud de
orden judicial, así como la competencia del Juzgado respecto a la misma, aludiendo la
tramitación de otras órdenes judiciales que habría realizado, vulnerando sus derechos, pues no se
consideró que la solicitud se trataba de una distinta a las anteriores, motivo por el cual, el 10 del
indicado mes y año, presentó recurso de reposición con alternativa de apelación, que fue resuelto
mediante Resolución 0195/09 de 29 de abril, por la Jueza Tercera de Partido en lo Civil y
Comercial, confirmando el ilegal Auto de Vista de 23 de marzo de 2009, vulnerando sus
derechos, tratando el trámite como orden instruida y no como orden judicial, dejando en
incertidumbre los agravios que fueron expuestos en el recurso de alzada, circunstancia por la que
presenta esta acción tutelar, modificándola posteriormente contra Javier Loayza Antelo, Juez
Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial en suplencia legal de su similar Tercero, y contra
Waldo Leonel Calla, Gerente General de COSSMIL, debido a que las anteriores autoridades
cesaron en sus funciones.
La accionante estima como vulnerados sus derechos a "la seguridad jurídica", a la petición y al
debido proceso, citando al efecto los arts. 24, 115, 117.I y 120.I de la Constitución Política del
Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 25 de agosto de 2011, según consta en el acta cursante de fs.
262 a 265 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Javier Loayza Antelo, Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, mediante informe escrito
cursante a fs. 218 y vta. de obrados, leído en audiencia, expresó que: 1) Posterior a todo el
trámite de la orden judicial, donde se emitieron, entre otros, el Auto de Vista 382/2008 y el
decreto de 3 de octubre del mismo año, la accionante solicitó la extensión de nuevas fotocopias
al Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Civil, Juzgado que dispuso se acuda ante el juzgado de
turno, argumentando que la primera orden ya fue cumplida, decisión confirmada por Auto de
Vista emitido por la Jueza Tercero de Partido en lo Civil; y 2) Hace notar que desde siete meses
antes de emitir el informe indicado, viene supliendo a la Jueza Tercera de Partido en lo Civil,
Consuelo Chacón Shmilt de Méndez, lo cual evidencia que no ha tenido participación en los
actos procesales objeto del "recurso", por lo que solicita se le declare excusable por ser Juez
suplente.
Waldo Leonel Calla, Gerente General de COSSMIL, mediante memorial de informe escrito
cursante de fs. 224 a 225 de obrados, leído y ratificado en audiencia, expresó lo siguiente: a)
COSSMIL cumplió la orden judicial que se reclama, motivo por el cual, los Jueces de primera y
segunda instancia dispusieron "HABER DADO POR FINALIZADA LA ORDEN JUDICIAL
IMPETRADA", toda vez que la; institución entregó la documentación solicitada. Asimismo, la
accionante sustanció un proceso penal contra COSSMIL, caso penal 10721/2008, por el
supuesto delito de desobediencia a la autoridad, que cuenta con Resolución de rechazo 47/2008
emitida por el Fiscal Leopoldo Ramos Errada, que fue confirmada por Resolución 99/08 de 24
de octubre emitida, por el Fiscal de Distrito de La Paz, Jorge Gutiérrez Roque, antecedentes
acreditados con prueba documental adjunta, por ende no existe vulneración al derecho
constitucional; b) En virtud a las Resoluciones del trámite de orden judicial reclamada, es
inaplicable la multa señalada por el art. 184 del CPC, porque COSSMIL cumplió con la entrega
de la documentación solicitada.
La accionante señaló como terceros interesados a sus hijos Irma Fabiola, Luis Ernesto, Sara
Vanesa y Diego Rodrigo Montaño Ralde, así como a Wilma Rosario Urquizu Blazques en su
calidad de madre de Camile Vanessa Montaño Urquizu, aspecto advertido en el AC 030/2011 -
RCA de 7 de febrero, cursante de fs. 177 a 182, que ordena al Tribunal de garantías admita la
acción tutelar; sin embargo, en las diligencias de notificación por cédula con la Resolución
660/2011, emitida por el Tribunal de garantías, donde se señala el día y hora de audiencia de
amparo constitucional, no se tiene consignadas las firmas de los terceros mencionados ni del
notificador, evidenciándose del acta de audiencia pública que los terceros citados tampoco
participaron en la misma, aspecto no observado oportunamente por el Tribunal de garantías.
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial ahora Tribunal de Justicia de La
Paz, constituida en Tribunal de garantías, emitió la Resolución 668/2011 de 25 de abril, cursante
de fs. 266 a 269 de obrados, denegando la tutela solicitada, salvando los derechos de la
accionante, en cuanto a la seguridad social de las instancias que prevé el seguro social militar y
ante otras instancias, de acuerdo a los siguientes fundamentos: 1) La acción de amparo
constitucional prevista en el art. 128 de la CPE, se halla dirigida a precautelar derechos
fundamentales de la persona, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección
inmediata de los derechos constitucionales conculcados; 2) El derecho al debido proceso
previsto en el art. 115 de la CPE, comprende entre uno de sus elementos, la exigencia a toda
autoridad de motivar la resolución que dicte de acuerdo a procedimiento; 3) Que conforme al
art. 178 de la CPE, ésta se refiere a la seguridad jurídica ya no como un derecho, sino como un
principio emergente que dentro de un Estado de derecho, significa la protección constitucional
de una actuación arbitraria estatal, además que el derecho a petición en el contexto del art. 24 de
la Norma Fundamental. se refiere al derecho de toda persona y la obligación de las instituciones
públicas o privadas de responder con celeridad las peticiones, que por su naturaleza puedan ser
respondidas con negación o afirmación; y, 4) En el caso de autos, se demuestra por la
documentación acompañada por los demandados, que se habría cumplido con la entrega de
fotocopias y certificaciones pertinentes, por lo que el objeto de la acción queda inconsistente en
virtud al art. 24 de la CPE; sin embargo se observa que COSSMIL debe cumplir y viabilizar los
recursos que prevé la Ley del Seguro Social Militar a objeto de la acreditación negatoria o del
derecho pretendido, situación ajena a la presente acción.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.1 y II de la ley 212 de 23 diciembre de 2011;
la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionado a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la
liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que se
señalan a continuación:
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
II.1. La ahora accionante, Irma Bernalda Ralde Vda. de Montaño, el 2 de septiembre de 2008,
solicitó al Juez de Instrucción de turno en lo Civil del Distrito Judicial de La Paz, orden judicial
para que COSSMIL extienda lo siguiente: i) Copias legalizadas de la Resolución 1458 de 24 de
abril de 2007, de la Junta Superior de Decisiones; ii) Resolución 261/06 de 16 de agosto de
2006, de prestaciones, que dispone el levantamiento de fondos en custodia a favor de la menor
Camile Vanessa Montaño Urquizu, como beneficiaria de seguro social y todos los documentos
cursantes en el registro de la citada menor, antecedentes del proceso interno administrativo
contra Samuel Pomier Rocha, seguido por el registro irregular de la mencionada menor; iii)
Certificación sobre lo siguiente: si cursan o no en el archivo personal de Ernesto Montaño
Araoz, cursan o no las Resoluciones 1458 y 261/06 antes mencionadas, a cuánto asciende y que
sumas de dinero han sido pagadas efectivamente a favor de la menor Camile Vanessa Montaño
Urquizu, antes y después del levantamiento de fondos en custodia, quien solicitó el
levantamiento de los fondos en custodia referidos, porque no se observó que la accionante ya se
hallaba registrada como esposa de Ernesto Montaño Araoz mencionado, porque no existe
documentos relativos a la reunión de Comisión de Prestaciones correspondiente oficio GSg
620/02 de 6 de septiembre de 2002, identifique a la persona responsable de la inexistencia de
documentación correspondiente a la reunión antes indicada y las acciones administrativas
seguidas contra la misma; y, iv) Detalle de la documentación cursante en la Dirección Nacional
de Asuntos Jurídicos de COSSMIL sobre la denuncia y sanción de responsabilidad
administrativa presentada contra Samuel Pomier Rocha y se identifique a la persona que detenta
los archivos de ese proceso administrativo (fs. 8 a 10 vta.).
Es así que COSSMIL pidió a la Jueza Séptima de Instrucción en lo Civil, que por decreto
expreso dé por cumplida la orden judicial emitida y se dé por concluida la competencia de esa
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
II.6. La Jueza Séptima de Instrucción en lo Civil del Distrito Judicial de La Paz, emitió el Auto
definitivo de 23 de marzo de 2009, por el cual declara "por concluida la orden judicial en
consecuencia por concluida la competencia del juzgado respecto a la misma", Auto que apelado
por la ahora accionante, fue confirmado por Auto de Vista contenido en la Resolución 195/09 de
29 de abril de 2009, emitido por la Jueza Tercera de Partido en lo Civil y Consuelo Chacón
Smilt. de Méndez (111 y vta.; y 236 y vta).
El art. 128 de la CPE, ha previsto la acción de amparo constitucional contra todos los actos u
omisiones ilegales o indebidas de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva,
que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la
Norma Fundamental y la ley. Por otra parte, el art. 129 de la CPE, prevé que la acción de
amparo constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre
con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución Política
del Estado, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados.
La Constitución Política del Estado, reconoce el derecho aludido en su art. 24, estableciendo
que: "Toda persona tiene derecho a la petición de manera individual o colectiva, sea oral o
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 742
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
En el nuevo orden constitucional, la seguridad jurídica no está instituida como derecho, sino
como principio rector de los actos de la jurisdicción judicial o administrativa, tal es así, que el
art. 178 de la CPE promulgada el 7 de febrero de 2009, lo establece como un principio que
sustenta la potestad de impartir justicia emanada del pueblo, principio general del ordenamiento
jurídico y mandato dirigido a los poderes públicos, que no configura derecho fundamental
alguno a favor de los ciudadanos que pueda ser tutelado por la acción de amparo constitucional,
que por su naturaleza tiene la finalidad de proteger derechos fundamentales y no principios
reconocidos en la Norma Fundamental.
Sobre los elementos que componen al debido proceso, toda vez que no es contrario al orden
constitucional vigente, este Tribunal asume el entendimiento expresado en la SC 0531/2011-R
de 25 de abril, que de forma enunciativa establece como elementos esenciales de este derecho,
entre otros, al … "derecho a un proceso público; derecho al juez natural; derecho a la igualdad
procesal de las partes; derecho a no declarar contra si mismo; garantía de presunción de
inocencia; derecho a la comunicación previa de la acusación; derecho a la defensa material y
técnica; concesión al inculpado del tiempo y los medios para su defensa; derecho a ser juzgado
sin dilaciones indebidas; derecho a la congruencia entre acusación y condena; el principio del
non bis in idem; derecho a la valoración razonable de la prueba; derecho a la motivación y
congruencia de las decisiones".
La base principista de la Constitución Política del Estado vigente se halla precisada en el art.
178.I de la CPE, donde se establece que: "La potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica,
El principio de celeridad procesal que impone a los administradores de justicia el deber jurídico
de despachar los asuntos sometidos a su conocimiento, sin dilaciones indebidas, se vincula a su
vez al principio de economía procesal, que a decir de Rodolfo Espinoza Zevallos "obliga al Juez
como director del proceso a tratar de reducir actos procesales por inútiles o reiterativos, sin
afectar el imperativo que las actuaciones requieran, (…) consiste en el ahorro de tiempo,
esfuerzo y, consecuentemente, dinero o gastos durante el proceso" (El derecho procesal
Constitucional Peruano, Tomo I. Primera edición. Lima-Perú 2005, p. 382-383).
Con relación a la posible vulneración al debido proceso, de los antecedentes del caso, se
evidencia que la ahora accionante tuvo plena participación en el trámite voluntario de solicitud
de orden judicial, que tramitó ante el Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Civil del Distrito
Judicial de La Paz, donde la misma conoció todas las actuaciones del trámite e incluso interpuso
recursos de reposición y apelación, además de solicitar y lograr fotocopias de los antecedentes
del trámite de orden judicial, aspectos que denotan que no se vulneró por las autoridades
demandadas el derecho al debido proceso que denuncia como afectado la accionante.
En consecuencia, la situación planteada no se encuentra dentro de las previsiones del art. 128 de
la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al denegar la acción de amparo constitucional
efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales y dio correcta aplicación al
citado precepto constitucional.
POR TANTO
A raíz de una temeraria y falsa denuncia realizada por Wilma Muñoz Zeballos, se inició en su
contra un proceso penal por el delito de robo agravado, en base al Código de Procedimiento
Penal de 1972; donde luego de cinco años y de producirse la nulidad de la resolución que le
impuso una pena privativa de libertad de tres años, se dictó una nueva el 5 de octubre de 2001, la
cual sin fundamento le impuso una pena privativa de libertad de seis años, apoyada simplemente
en las declaraciones de un menor que en el momento de los hechos tenía once años de edad y de
otra persona que no estuvo en los supuestos hechos; razón por la que interpuso recurso de
apelación, que mereció el Auto de Vista 75/2002 de 4 de junio, el cual, revocando la resolución
de primer grado, le declaró autor del delito de robo simple, previsto en el art. 331 del Código
Penal (CP), sin considerar atenuantes ni agravantes le impuso una pena privativa de libertad de
cuatro años; última decisión, que fue objeto del recurso de casación en la forma y el fondo,
mismo que fue declarado infundado mediante Auto Supremo de 19 de marzo de 2003,
pronunciado por los Ministros ahora demandados, sin que se encuentre debidamente
fundamentada y/o motivada, pues solo contiene una ligera relación de los hechos.
I.1.3. Petitorio
Solicita se declare "procedente" la acción de libertad, disponiendo la nulidad del Auto Supremo
de 19 de marzo de 2003, ordenando se emita uno nuevo con la debida fundamentación y
circunscribiéndose a las infracciones denunciadas en el recurso de casación; asimismo, se
aplique retroactivamente la pena de tres años, impuesta en la Resolución anulada de 2 de octubre
de 1998; y, consecuentemente se decrete su inmediata libertad.
Previo a conceder la palabra a los abogados del accionante, por Secretaría se informó haber
citado mediante exhorto a los demandados quienes cesaron en sus funciones como Ministros de
la Sala Penal de Corte Suprema, ahora Tribunal Supremo de Justicia a cuyo efecto se notificó a
sus sustitutos, Ministros Ramiro Guerrero y José Luís Baptista.
Luego de la aclaración precedente, los abogados del accionante ratificaron in extenso los
términos de la acción presentada, y agregaron que luego de interpuesta la presente acción de
libertad el 27 de noviembre de 2009, fue conocida y resuelta por el Juez Primero de Instrucción
en lo Penal del Distrito Judicial de Chuquisaca, ahora Tribunal Departamental que declaró
procedente la ahora acción de libertad; sin embargo, fue anulada por el Tribunal Constitucional,
al considerar que esa autoridad jurisdiccional no tenía competencia por ser los demandados
Ministros de la Corte Suprema de Justicia, correspondiendo por ello su conocimiento a la Sala
Penal de turno, por lo cual expresan su sorpresa, observando al mismo tiempo que en sala y
Los Ministros José Luís Baptista Morales y Ramiro José Guerrero Peñaranda, en su informe
escrito de fs. 164 a 165 de obrados y leído en la audiencia pública, señalaron: a) Dentro del
proceso penal seguido por Wilma Muñoz Zeballos, contra el ahora accionante Manuel Gonzalo
López Castro, por el delito de robo, en apelación fue condenado a 10 de años de reclusión, fallo
que recurrido en casación mereció el Auto Supremo 147 de 19 de marzo de 2003, que declaró
infundado el recurso, motivando esa decisión a que se ejecutorie la sentencia; b) El accionante
solicitó la revisión extraordinaria de sentencia, misma rechazada por Auto Supremo 428 de 20
de octubre de 2006; c) El 11 de agosto de 2010, el accionante solicitó la extinción de la acción
penal, que fue declarado improcedente por Auto Supremo emitido por los ahora Ministros
informantes y que, también rechazaron la complementación y enmienda peticionada; d) Con
posterioridad al Auto Supremo emitido, se recibió la Resolución del Juez de garantías Primero
de Instrucción en lo Penal, que dejó sin efecto el Auto Supremo 147, el cual para entonces se
encontraba ejecutoriado; sin embargo en cumplimiento a ese fallo constitucional, se emitió
nuevo Auto Supremo 116 de 6 de abril de 2011, suscrito por los Ministros que suscriben el
presente informe, declarando válido el Auto de Vista 75/2002; e) El Auto Supremo que fue
objeto de la acción de libertad ya se encontraba ejecutoriado, siendo innecesario dejarlo sin
efecto por el Juez de garantías, así como también la solicitud de extinción de la acción penal; por
consiguiente, no tiene razón alguna la presentación de la acción de libertad motivo de autos;
solicitando por ello, se declare improbada la pretensión del accionante, con costas.
I.2.3. Resolución
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.1 y II de la ley 212 de 23 diciembre de 2011;
la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionado a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la
liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II.CONCLUSIONES
II.1. Dentro del proceso penal seguido por Wilma Muñoz Zeballos contra Manuel Gonzalo
López Castro (accionante), por el delito de robo agravado, el Juez Segundo de Partido en lo
Penal, dictó la Sentencia de 2 de octubre de 1998, por la que se declaró al accionante, autor del
delito denunciado, condenándolo a la pena de tres años de reclusión (fs. 3 a 7); en grado de
apelación, mediante Auto de Vista 84/99 de 10 de marzo de 1999, emitido por la Sala Penal, se
anuló obrados hasta "fs. 306 inclusive" (fs. 8 a 9).
II.4. Por Auto Supremo 147, las autoridades denunciadas, declararon infundado el recurso de
nulidad y casación, con el fundamento de que "el mismo recurrente se encarga de justificar que
el Juez Ramiro Quiroga, fue quien se encargó de subsanar posteriormente, salvando las
supuestas omisiones y, en igual forma el Tribunal de alzada se ha ceñido a los agravios del
apelante", más adelante se señala que en caso de autos, "se han cumplido plenamente los
elementos del tipo penal, la fuerza utilizada y el ataque al derecho a la propiedad, lo que supone
no solamente la agresión personal a la libertad individual, sino también a la integridad del sujeto
pasivo, que en su condición de mujer las fuerzas no son equiparables a la potencia física
violatoria del autor; quien para ocultar su culpabilidad pretendió cambiar su apellido; pero sin
llegar a desvirtuar su autoría y evitar que su acción reprochable se subsuma en la descripción del
art. 331 del Código Punitivo" (sic.) (fs. 29 a 30).
II.5. A fs. 31, cursa mandamiento de condena 03/07 de 6 de marzo de 2007, emitido por el Juez
Primero de Partido Mixto, Liquidador y de Sentencia; por el que se ordenó a cualquier autoridad
policial del país no impedida por ley, a la aprehensión y detención de Manuel Gonzalo López
Castro (fs. 31); asimismo, de la certificación emitida el 1 de junio de 2009, por el Secretario
General del Establecimiento Penitenciario de San Roque, se tiene que el accionante fue recluido
el 16 de mayo de ese año, en cumplimiento al mandamiento de condena arriba señalado,
registrándose por otra parte el mandamiento de detención preventiva 24/2009 de 16 de mayo,
expedido por el Juez Primero de Instrucción en lo Penal, por la presunta comisión del delito de
hurto (fs. 32).
II.6. La presente acción de libertad fue presentada el 27 de noviembre de 2009, y resuelta por el
Juez Primero de Instrucción en lo Penal, mediante Resolución de 28 de noviembre del mismo
año, declarándola procedente y en consecuencia, dejó sin efecto el Auto Supremo 147,
disponiendo que las autoridades judiciales demandadas emitan uno nuevo, tomando en cuenta
las observaciones de la resolución, así como también dejó sin efecto los actuados procesales
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 748
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
posteriores al del Auto Supremo impugnado, ordenando la inmediata libertad del accionante,
librando el respectivo mandamiento (fs. 72 a 74; 76).
II.7. En cumplimiento al fallo constitucional, se dictó un nuevo Auto Supremo 116, declarando
infundado el recurso de casación y su Auto Supremo complementario 119 de 13 de abril del
mismo año (fs. 155 a 157).
II.8. El fallo pronunciado por el Juez de garantías, en revisión, fue anulado por SC 0691/2011-R
de 16 de mayo, con el fundamento que el Juez de Instrucción en las capitales de departamento
no tiene competencia para conocer y resolver las acciones de libertad (fs. 95 a 103), en cuyo
cumplimiento fue devuelto el expediente y redistribuido a la Sala Penal, que emitió la
Resolución 318/2011, que se revisa (fs. 170 a 174).
La acción de libertad es una acción tutelar de carácter extraordinario, que fue instituida en la
Constitución Política del Estado abrogada en su art. 18, y ahora como acción de libertad en el
orden constitucional vigente en el art. 125, manteniendo el mismo carácter y finalidad de
protección a la libertad física o personal, o de locomoción y al debido proceso vinculado con la
libertad, además de haber ampliado su ámbito de aplicación y protección haciéndola extensible
al derecho a la vida, por lo que se constituye en una garantía constitucional por el bien jurídico
primario (vida) y fuente de los demás derechos del ser humano, al señalar: "Toda persona que
considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de
manera oral o escrita por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante
cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida,
cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a
la libertad".
El texto constitucional contenido en el citado art. 125, establece la naturaleza jurídica de esta
acción tutelar, y la jurisprudencia constitucional señala las característica esenciales como son:
"El informalismo, por la ausencia de requisitos formales en su presentación; la inmediatez, por
la urgencia en la protección de los derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite
caracterizado por su celeridad; la generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio,
inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial tenga
contacto con la persona privada de libertad". (SC 0044/2010-R de 20 de abril).(Las negrillas
nos corresponden)
Con relación a los alcances de la tutela de la acción de libertad frente a presuntas lesiones al
debido proceso, se asume el entendimiento contenido en la SC 1520/2011-R de 11 de octubre,
que señaló:
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 749
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
En el caso examinado, el accionante sostiene que fue indebidamente procesado, por cuanto fue
sometido a proceso penal en el que se le dictó sentencia condenatoria imponiéndole la pena de
seis años de reclusión, por ser supuestamente autor del delito de robo agravado, fallo que en
apelación fue revocado, así como la pena impuesta a cuatro años de privación de libertad, por el
delito de robo, resolución confirmada en casación al haberse declarado infundado el recurso.
Alega asimismo, que fue condenado sin motivación ni fundamento alguno.
En el caso de autos, de los antecedentes procesales se constata, que el accionante impugnó -
mediante esta acción de libertad - el Auto Supremo 147, el que fue dejado sin efecto por el Juez
Primero de Instrucción en lo Penal, así como los posteriores actuados procesales al Auto
Supremo impugnado, disponiendo también su inmediata libertad. Ahora bien, en cumplimiento
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 750
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
del fallo constitucional se emitió un nuevo Auto Supremo 116 y Auto Supremo complementario
119, a cuya consecuencia se libró el respectivo mandamiento de condena contra el accionante.
Al respecto, los aspectos denunciados por el accionante están vinculados al debido proceso, el
que es tutelado cuando concurren los supuestos que lo hacen viable, es decir que: a) El acto
lesivo, entendido como los actos ilegales, las omisiones indebidas o las amenazas de la autoridad
pública, denunciados, deben estar vinculados con la libertad por operar como causa directa para
su restricción o supresión; b) Debe existir absoluto estado de indefensión; es decir, que el
accionante no tuvo la oportunidad de impugnar los supuestos actos lesivos dentro del proceso y
que recién tuvo conocimiento del mismo a momento de la persecución o la privación de la
libertad; presupuestos que en el caso de autos no se presentan; toda vez que, se ha evidenciado
que la supuesta falta de motivación y fundamentación invocada no está vinculada directamente
con su libertad, cuya restricción responde a la ejecución de una sentencia condenatoria dictada
dentro del fenecido proceso penal seguido en su contra, no siendo evidente la indefensión
absoluta, toda vez que ha usado de los recursos y medios legales previstos por ley en ejercicio de
su derecho a la defensa; circunstancia que determina, se deniegue la tutela, sin considerar el
fondo de la acción, de acuerdo a los entendimientos jurisprudenciales asumidos en los
Fundamentos Jurídicos III.2 y III.2.1., del presente fallo.
En consecuencia, la situación planteada no se encuentra dentro de las previsiones del art. 125 de
la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al denegar la acción de libertad efectuó una
adecuada compulsa de los antecedentes procesales y dio correcta aplicación al citado precepto
constitucional.
POR TANTO
En revisión la Resolución 289/09 de 2 de octubre de 2009, cursante de fs. 171 a 176 y vta.,
pronunciada, dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Victor Kattán
Salame, en representación de KATTAN y CIA LTDA., contra Beatríz Sandóval de
Capobianco y Jaime Ampuero García, Ministros de la Sala Social y Administrativa
Primera de la Corte Suprema de Justicia ahora Tribunal Supremo de Justicia.
debido proceso en su elemento del derecho a la motivación de las decisiones, consagrados por la
Constitución Política del Estado.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 2 de octubre de 2009, según consta en acta cursante de fs. 168
a 170 y vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Los abogados de la accionante ratificaron in extenso los términos de la acción presentada, y los
ampliaron señalando que: 1) El rechazo in límine solicitado por la parte demandada no
corresponde, porque el Tribunal de garantías al admitir la acción verificó los requisitos de forma
como de contenido, en consecuencia no puede alegar el incumplimiento del principio de
inmediatez. Por otra parte, conforme a la jurisprudencia constitucional no existe cosa juzgada
cuando se violan derechos y garantías fundamentales; 2) Las autoridades demandadas pretenden
que se aplique erróneamente la Ley de Administración y Control Gubernamental 1178, cuando
debe ser el Código Tributario la norma especial. En este caso, la Corte Suprema, ha convalidado
la confusión en que incurrió el Juez de grado respecto a la prescripción, toda vez, que el Auto
Supremo señala que en la etapa coactiva no se puede plantear la prescripción, lo que no es
evidente como lo ha establecido la jurisprudencia constitucional que en fase de cobranza se
puede interponer la misma; y 3) El régimen legal de la prescripción de adeudos busca que los
derechos prescriban, por inacción del titular, cuando transcurren más de cinco años;
consiguientemente, las autoridades demandas no pueden soslayar este régimen y contrariar la
abundante jurisprudencia constitucional, correspondiendo por ello, conceder la tutela solicitada
y dejar sin efecto el referido Auto Supremo.
autoridad de cosa juzgada, siendo aplicable el art. 305 del mismo Código, es decir que la
ejecución coactiva no puede suspenderse por ningún recurso ordinario o extraordinario, ni por
ninguna solicitud que pretenda dilatarla o impedirla, salvo las excepciones del pago
documentado o nulidad del título; ii) La prescripción es posible sea aplicada no solo a la
potestad del Estado para determinar tributos sino también para ejecutar vía coactiva los tributos
debidamente determinados y que causaron ejecutoria. Es así, que en el primer caso para
determinar tributos corre desde el 1 de enero del año siguiente al que se produjo el hecho
generador, produciéndose su interrupción con la determinación del tributo y en el segundo caso,
la prescripción para ejecutar coactivamente los adeudos tributarios firmes, corre desde la
ejecutoria de la Resolución Determinativa por otro tiempo similar al del plazo para la
determinación tributaria. Consiguientemente, como en el caso presente, que se alega
prescripción en ejecución de fallos (etapa de cobro coactivo), debe entenderse que se trata de la
prescripción de la potestad del Estado a ejecutar coactivamente sus adeudos firmes, más no su
potestad de determinar esos adeudos tributarios como contrariamente entiende el accionante; y,
iii) Por lo expuesto el Tribunal de garantías debe rechazar in límine la presente acción y en caso
de considerar el fondo, en mérito a los argumentos precedentes, deniegue el recurso
constitucional pretendido, con multa y costas.
La apoderada legal del tercero interesado, Remy Orlando Delgadillo Rojas, Gerente Distrital
Interno del SIN, en su memorial cursante de fs. 164 a 167, manifestó: a) Dentro de los procesos
de fiscalización realizados a la empresa que representa el accionante, previa emisión de las
Resoluciones Determinativas, se emitieron tres Pliegos de Cargo: 1517/92, 58 y 730 de 1994,
encontrándose ejecutoriados los dos últimos, toda vez que el 1517/93 fue declarado nulo y sin
efecto legal, mediante sentencia de 30 de marzo de 2004, fallo que a la vez rechazó la
prescripción solicitada de los otros Pliegos de Cargo, y que fue confirmada en todas las
instancias culminando con el Auto Supremo 74 de 2 de marzo de 2009, ahora impugnado,
habiendo adquirido la calidad de cosa juzgada en proceso de cobro coactivo de adeudos
tributarios, y cuya ejecución no puede suspenderse al ser aplicable el art. 307 del CTB y no
como pretende el accionante el art. 52 del mismo cuerpo de leyes; b) La presente acción debe
ser rechazada in límine, al haber sido presentada extemporáneamente, fuera de los seis meses
establecidos al efecto, por cuanto el Auto Supremo cuestionado fue emitido y notificado el 2 de
marzo de 2009 y esta acción la interpuso el accionante el 22 de septiembre del mismo año, vale
decir 6 meses y 20 días después, además de no cumplir con los requisitos que establece la
jurisprudencia constitucional para admitir recursos de amparo constitucional a más del plazo
señalado, al no existir lesión a los derechos fundamentales que se invocan en la demanda; y c)
En el presente caso, los Pliegos de Cargo han emergido de un proceso de determinación sea por
la administración tributaria o por autodeterminación realizada por el contribuyente, concluyendo
todos en una relación que reviste calidad de cosa juzgada por mandato del art. 305 del CTB,
adquiriendo por ello, el carácter de inmutabilidad, ejecutabilidad y coercibilidad. Por otra parte,
la Administración Tributaria ha ejercitado su derecho de determinar adeudos tributarios, aplicar
sanciones, e imponer multas, en suma determinar la obligación impositiva, además de exigir y
buscar el pago de estos tributos, sus intereses y recargos; solicitando por lo manifestado, se
declare la improcedencia de la presente acción constitucional.
I.2.4. Resolución
incurrió en error, toda vez que el tercer considerando, establece que el recurso de casación no
cumplió con los requisitos previstos en el art. 258.2 del Código de Procedimiento Civil (CPC),
lo que constituye causal de improcedencia; sin embargo lo declaró infundado; 2) En el mismo
considerando en forma posterior contradictoriamente, ingresa al análisis de fondo de manera
genérica, señalando que los jueces de instancia obraron correctamente; y 3) El Tribunal
Supremo, no resolvió de manera clara ni concreta ninguno de los motivos expuestos por el
recurrente, careciendo el Auto Supremo de la ineludible y debida fundamentación y motivación.
Por mandato de las normas previstas por el art.20.I y II de la ley de 212 de 23 de diciembre de
2011; la sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformo la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los magistrados de la misma, el15 de febrero de 2012, a objeto de la
liquidación de las acciones tutelares ingresadas al os Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre del 2011, en el marco de la ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro el plazo.
II.CONCLUSIONES
II.3. El Auto Supremo 074, fue notificado al ahora accionante, mediante cédula en el tablero de
la Secretaría de Cámara de la Sala Social y Administrativa, el 10 de marzo de 2009 (fs. 46).
El accionante denuncia que de la empresa que representa se han vulnerado los derechos a la
seguridad jurídica y al debido proceso en su elemento del derecho a la motivación de las
decisiones, por cuanto dentro del proceso contencioso tributario que sigue contra el SIN, sobre
prescripción de pliegos de cargo, los demandados, Ministros de la Sala Social y Administrativa
de la Corte Suprema, declararon infundado el recurso de casación, aplicando erróneamente la
Ley de administración y Control Gubernamentales 1178 (SAFCO), siendo que en el caso de
autos es aplicable el Código Tributario Boliviano, y esencialmente al carecer el Auto Supremo
impugnado de la debida motivación y fundamentación que debe contener ineludiblemente toda
resolución judicial o administrativa. En consecuencia, corresponde determinar, en revisión, si los
extremos demandados son evidentes para conceder o denegar la tutela solicitada.
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A su vez, el art. 129 de la misma CPE establece que: 'I. La Acción de Amparo Constitucional se
interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por
la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal
competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los
derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados. II. La Acción de Amparo
Constitucional podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses, computable a partir
de la comisión de la vulneración alegada o de notificada la última decisión administrativa o
judicial" (las negrillas son nuestras).
Es así, que como exigencia ineludible de la persona física o jurídica que considera haberse
vulnerado o restringido sus derechos o garantías fundamentales y que pretende la protección o
restablecimiento de los mismos, debe cumplir con el principio y ahora requisito legal de la
inmediatez, es decir buscar esa tutela en forma pronta, oportuna e inmediata, al haber agotado -
previamente - los recursos o medios legales que la ley le franquea. Por ello, el Art. 129.II de la
CPE estableció esta acción tutelar debe ser interpuesta dentro de los seis meses, plazo que se
computa a partir de la comisión de la vulneración o restricción que se denuncia o de notificada la
última determinación judicial o administrativa. El entendimiento expresado sigue el asumido por
la SC 1461/2011-R de 10 de octubre., toda vez que la misma no contraviene el orden
Constitucional vigente y es concordante con los razonamientos expresados en el párrafo
precedente.
Dentro del contexto señalado, la exigencia procesal de la inmediatez, tiene justificación en que
la jurisdicción constitucional no puede aguardar de manera indefinida que el titular del derecho
solicite su protección, pues en su propio interés debe ser diligente en cuanto al respeto y
vigencia de sus derechos, además de hallarse directamente vinculada a los principios de
preclusión y celeridad, los mismos que no sólo dependen de los actos de la autoridad sino
también del peticionante, quien debe estar compelido por su propio interés a realizar el
seguimiento que corresponda a su solicitud, de modo que cuando no ha sido diligente en propia
causa no puede pretender que esta jurisdicción esté supeditada en forma indefinida para
otorgarle protección, entendimiento jurisprudencial contenido en las SSCC 0770/2003-R y
1809/2011-R, entre otras.
A lo que se añade, que en el caso de autos, la notificación con el Auto Supremo 074 en sede de
la Corte Suprema de Justicia, y con el decreto de cúmplase en el Tribunal de apelación, fueron
notificados mediante cédula (fs. 46 y 109), en consecuencia, no se puede restar validez a una
notificación y dársela a la otra, cuando las dos tienen la misma formalidad y efectos. En ese
entendido siendo evidente que la presente acción de amparo constitucional fue presentada el 22
de septiembre de 2009, se concluye que la misma fue interpuesta de manera extemporánea, fuera
de los seis meses; y por tanto, no es posible ingresar al análisis de fondo de la problemática
planteada y denunciada como ilegal, entendimiento que sigue el asumido por la SC 0347/2010-R
de 15 de junio, toda vez que la misma no contraviene el orden Constitucional vigente y es
concordante con los razonamientos expresados precedentemente; circunstancia que inviabiliza
se conceda la tutela solicitada.
En consecuencia, la situación planteada no se encuentra dentro de las previsiones del art. 128 de
la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la acción de amparo constitucional no
efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales ni dio correcta aplicación al
citado precepto constitucional.
POR TANTO
Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial ahora Tribunal Departamental
de Justicia de Chuquisaca; y en consecuencia DENEGAR la tutela solicitada.
No interviene la Magistrada, Carmen Silvana Sandoval Landívar, por excusa declarada legal.
El accionante alega la vulneración de los derechos de sus representados al trabajo y a ejercer una
función pública, citando al efecto los arts. 26.I y II.5; y, 46 de la Constitución Política del Estado
(CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 14 de mayo de 2009, conforme consta en el acta cursante a fs.
53 y vta., se produjeron los siguientes actuados:
En audiencia el accionante aclaró que día anterior sus mandantes Hernán Aguilera Viveros y
Leila Tudela Ávila fueron posesionados en sus cargos; empero, sus dietas de todas maneras se
afectaron con la violación de sus derechos al trabajo y a ejercer la función pública. En cuanto a
los agraviados Miguel Rocha Justiniano, Hugo Limpias López y Armando Cortez Cortez,
ratificó los argumentos de su demanda.
Con el derecho a la réplica, el accionante afirmó que si bien existe una resolución que pretende
dar posesión a Hugo Limpias López, ello no significa posesión, ya que ni siquiera se le notificó.
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Con relación a Miguel Rocha Justiniano, en antecedentes existe una nota de 1 de abril de 2009,
donde todos sus representados solicitaron la respectiva posesión, en similar sentido se redactó la
nota de 9 de enero del citado año.
En relación a Miguel Rocha Justiniano y Armando Cortez Cortez, recién solicitaron su posesión
el 6 de mayo de 2009; sin embargo, la solicitud fue observada porque no presentaron el Acta de
la Resolución del Concejo donde se los designaba, más otros requisitos de rigor, habiendo
argüido Armando Cortez Cortez, que se estaba trasladando a la localidad de Porvenir para
recabar los documentos extrañados.
Con el derecho a la réplica, el apoderado del demandado afirmó que el DS 29690 derogó los
arts. "10 al 16" (sic) de su similar 27431; en consecuencia, el prefecto no tiene facultad de
posesionar a los consejeros; aún así, en mérito a una acción de amparo constitucional posesionó
a "Miashiro".
I.2.3. Resolución
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se señalan
seguidamente:
II.1. De acuerdo al Acta 09/2008 de 8 de diciembre, Leila Tudela Ávila y Ana María Miyashiro
Mercado, fueron elegidas como Consejeras Departamentales por población del municipio
Nicolás Suárez; el Acta 59/2008 de 8 de diciembre, demuestra la elección de Hugo Limpias
López en el cargo de Consejero departamental por población; el Acta 61/2008 de 15 de
diciembre, evidencia la elección de Hernán Aguilera Vivero como Consejero Departamental por
territorio, ambos por el municipio Madre de Dios; el Acta de 30 de enero de 2009, demuestra
que Armando Cortez Cortez fue elegido como Consejero Departamental por territorio del
Municipio de Manuripi; en el Acta 43 de 29 de diciembre de 2008 consta que Miguel Rocha
Justiniano, fue elegido como Consejero Departamental por territorio del municipio de Nicolás
Suárez (fs. 19 a 30).
II.2. Como respuesta a la solicitud de posesión efectuada por los representados del accionante,
con excepción de Armando Cortez Cortez, para su correspondiente posesión por el Prefecto y
Comandante General del departamento de Pando en su calidad de Consejeros Departamentales
(fs. 32), el Secretario de Asuntos Jurídicos de la Prefectura del departamento de Pando, mediante
nota SAJ CITE 299/09 de 15 de abril de 2009, determinó que a consecuencia de una acción de
amparo constitucional planteada por Ana María Miyashiro Mercado, se procedería a su posesión
el 16 de abril de la citada gestión; empero, con relación a los demás solicitantes, no se les
posesionaría sosteniendo que la ley no se lo permitía, de conformidad a lo establecido por el DS
29690 de 28 de agosto de 2008 (fs. 33).
Otro tema que constituye de sustancial importancia establecer, es el del ámbito de protección de
esta acción tutelar, por cuanto si bien de manera general, la Constitución determinó que se
activará contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley, debe tomarse en cuenta que existen otros
mecanismos constitucionales destinados a la protección de determinados derechos
fundamentales y garantías constitucionales, en ese entendido, el derecho a la libertad está
tutelado por la acción de libertad, el derecho a la autodeterminación informativa, por la acción
de protección de privacidad; y, los derechos colectivos por la acción popular, correspondiendo a
continuación determinar cuál es el ámbito de protección de la acción de cumplimiento, por ser
atinente a la problemática planteada.
De los argumentos planteados por el accionante se tiene que una vez elegidos sus mandantes
Consejeros Departamentales de Pando, como resultado de una votación realizada por los
Concejales Municipales de los Municipios de Madre de Dios, Nicolás Suárez y Manuripi, se
vieron impedidos a ejercer los cargos para los que fueron electos y por ende asistir a las sesiones
ordinarias y extraordinarias del Consejo Departamental ante la negativa de la autoridad
demandada de ministrarles posesión, en total inobservancia del art. 12 del DS 27431.
POR TANTO
El accionante por su representado manifiesta que, a partir del 13 de abril de 2004 ejerció las
funciones de Fiscal de Materia primero en Chapare-Cochabamba y luego en Villazón-Potosí; y,
de manera posterior, debido a un concurso de meritos y examen de oposición al cual se sometió,
fue designado como Fiscal de Materia III del Distrito de Potosí el 23 de noviembre de 2005,
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cargo institucionalizado, por lo que se le asignó como asiento laboral la ciudad capital señalada;
sin embargo, el Fiscal General, hoy demandado, a solicitud del Fiscal de Distrito de Potosí,
mediante Memorando 149/2009 de 9 de marzo, dispuso su desplazamiento temporal al asiento
Fiscal de Llallagua, por el plazo de seis meses, asignándole la tarea específica de sanear toda la
carga procesal existente, al amparo del art. 36.11 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
(LOMP).
Refiere también que, si bien el Fiscal General del Estado, tiene ciertas atribuciones al respecto,
señala que no aplicó correctamente el art. 36.11 de la LOMP en el cual basa dicha decisión,
puesto que no observó los tres presupuestos que dicha norma exige de manera expresa y
simultánea, incurriendo en flagrante violación de sus derechos fundamentales, por lo que
presentó recurso de objeción para lograr la revocatoria del Memorando en cuestión, ante lo cual
mediante Resolución 023/2009 de 13 de marzo, la autoridad demandada ratificó el Memorando
de desplazamiento.
Concluye sosteniendo que, no existía razón para desarraigarlo de su lugar de trabajo y que al
consignarse genéricamente en el Memorando referido que debía atender toda la carga procesal
existente, no se cumplió con lo previsto por la normativa indicada, en lo referente a "tareas
especificas", como tampoco se dio una declaratoria en comisión, convirtiendo su desplazamiento
en indefinido y dejando de lado el derecho de los Fiscales a la estabilidad laboral.
El accionante por su representado, denuncia como vulnerados sus derechos al debido proceso, a
la "seguridad jurídica" y al trabajo en su vertiente de estabilidad laboral, citando al efecto los
arts. 46.1 y 2; 109 y 115 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 9 de abril de 2009, según consta en el acta cursante de fs. 57 a
62 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El apoderado de la autoridad demandada Mario Uribe Melendres, Fiscal General del Estado, dio
lectura al informe escrito cursante de fs. 52 a 56, refiriendo en lo principal que: a) La decisión
del Fiscal General, para el desplazamiento temporal del accionante esta enmarcada en el art.
36.11 de la LOMP; b) El traslado temporal no es una sanción sino una decisión ejecutiva
administrativa, por tanto la decisión de desplazar al "accionante", de la ciudad de Potosí a la
localidad de Llallagua por seis meses para realizar un trabajo especifico -sanear toda la carga
procesal existente- no vulnera el debido proceso que, como ha establecido el Tribunal
Constitucional, rige en toda actividad sancionadora; y, c) El accionante continua ostentando el
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cargo de Fiscal de Materia, recibiendo una remuneración por ello, lo que demuestra que la
decisión de desplazamiento no afectó de ninguna manera su derecho al trabajo.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental
de Justicia- de Chuquisaca, constituida en Tribunal de garantías, por Resolución 112/2009 de 9
de abril, cursante de fs. 63 a 66, denegó la tutela solicitada, con costas y multa al accionante,
con los siguientes fundamentos: 1) El Fiscal General, asignó al representado del accionante una
tarea especifica, la cual era "sanear toda la carga procesal" (sic); 2) Respecto a la temporalidad,
ésta también fue cumplida, al haberse fijado el límite de seis meses para el desplazamiento
dispuesto, lo que impide entender que se trate de un traslado, por lo que el art. 29. 4 de la
LOMP, fue respetado; 3) En cuanto a la falta de declaratoria en comisión, si bien no fue
declarado en tal condición, entendiéndose que se debe al tiempo del desplazamiento que impide
una declaratoria en comisión tan prolongada, pues supondría para el Ministerio Público erogar
viáticos por todo ese tiempo; 4) El derecho al debido proceso como el de defensa, deben ser
reclamados dentro de un proceso ya sea judicial o administrativo, lo que en autos no existe, pues
el representado del accionante no fue sometido a proceso alguno en el que se hubieren vulnerado
sus derechos fundamentales, tratándose en el presente caso solamente de una decisión ejecutiva;
5) El representado del accionante objetó el 10 de marzo de 2009, el Memorando 0149/2009, al
amparo del art. 55 de la LOMP, dando origen a la Resolución DGF 023/2009 en la que el
Memorando mencionado se mantiene incólume, por lo que no se puede alegar violación al
derecho a la defensa; y, 6) Se constató que el representando del accionante se encuentra en pleno
ejercicio de la función fiscal, gozando de un trabajo remunerado, por lo que tampoco se puede
alegar la afectación al derecho al trabajo.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. Hugo Carrasco Callejas, el 23 de noviembre de 2005, fue nombrado Fiscal de Materia III
del Distrito de Potosí, por el Fiscal General del Estado
(fs. 4).
II.2. Mediante Cite FDP-099/2009 de 9 de marzo, Gustavo Calvo Ugarte, Fiscal de Distrito de
Potosí, solicitó a Mario Uribe Melendres, Fiscal General del Estado, se sirva ordenar el
desplazamiento del "Fiscal de Materia II Hugo Carrasco Sequeiros, al asiento fiscal de
Llallagua, por un periodo de seis meses y, con la tarea específica de sanear toda la carga
procesal allí existente" (sic) (fs. 42).
II.3. Por Memorando 149/2009 de 9 de marzo, el Fiscal General Mario Uribe Melendres, hizo
conocer a Hugo Carrasco Callejas, "Fiscal de Materia II", al amparo del art. 36.11 de la LOMP,
su desplazamiento temporal al asiento de Llallagua, por el periodo de seis meses, con la tarea
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específica de sanear toda la carga procesal existente, para lo que debía presentarse ante el Fiscal
de Distrito, quien le asignará las funciones a desempeñar (fs. 43).
II.4. El 11 de marzo de 2009, Hugo Carrasco Callejas, al amparo del art. 56 de la LOMP, objetó
el instructivo contenido en el Memorando 149/2009 (fs. 44 a 47); mereciendo la Resolución
DGF 023/2009 de 13 de marzo, dictada por el Fiscal General, ratificando y manteniendo
incólume el citado memorando (fs. 48 a 49).
II.5. A través del Instructivo 022/2009 de 10 de marzo, Gustavo Calvo Ugarte, Fiscal de Distrito
de Potosí, en cumplimiento del Memorando "140/2009", le instruye a Hugo Carrasco
Callejas, Fiscal de Materia, que debe constituirse en el asiento fiscal de Llallagua hasta el 31 del
citado mes y año, para proseguir todos los procesos investigativos a cargo del Fiscal de
Materia, Trifón Romero Arratía (fs. 9).
El accionante por su representado sostiene que la autoridad demandada lesionó sus derechos
fundamentales al debido proceso, a la "seguridad jurídica" y al trabajo en su vertiente de
estabilidad laboral, al emitir el memorando 149/2009 y la Resolución 023/2009, que lo ratifica,
los cuales disponen su desplazamiento del asiento fiscal de Potosí al asiento de Llallagua, puesto
que no observó los tres presupuestos establecidos por el art. 36.11 de la LOMP. En
consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
Al respecto, el art. 46.I.1 de la CPE, establece que: "Toda persona tiene derecho: Al trabajo
digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin discriminación, y con
remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una
existencia digna".
Entendiéndose en consecuencia, que toda persona tiene derecho a un trabajo, con condiciones
equitativas y satisfactorias, con el cual tenga seguro para sí y su familia una existencia humana
digna, debiendo ejercerlo de manera que no se afecte el bien común ni el interés colectivo.
De la revisión de los antecedentes del caso, a partir del Memorando 149/2009, suscrito por el
Fiscal General, mediante el cual dispone el desplazamiento temporal del representado del
accionante, se tiene conocimiento de que: "Por razones de servicio y con la facultad otorgada
por la ley 1517 Ley Orgánica del Ministerio Público Art. 36 Inc. 11) y ante solicitud del señor
fiscal de Distrito de Potosí, con la tarea específica de sanear toda la carga procesal existente,
se ha dispuesto su desplazamiento temporal al asiento fiscal de Llallagua, por un periodo
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 768
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de 6 meses, para tal efecto deberá presentarse ante el señor Fiscal de Distrito, autoridad
que le asignara las funciones a desempeñar" (sic) (fs. 43); ahora bien, el art. 36.11 de la
LOMP, faculta a la autoridad demandada a "disponer el desplazamiento de fiscales por
razones de servicio, para la atención de asuntos específicos, declarándoselos en comisión,
sin que esto implique el traslado del lugar de sus funciones"; por tanto, el Memorando en
cuestión y la Resolución 023/2009, no contravienen lo previsto por el art. 36.11 de la LOMP,
toda vez que el desplazamiento fue por un periodo de seis meses, es decir de carácter
excepcional y temporal, lo cual supone entender que no se trata de un traslado, lo cual
guarda relación con la falta de declaratoria en comisión extrañada por el accionante, toda
vez que dicha ausencia se debe al tiempo del desplazamiento (6 meses), lo que impide una
declaratoria en comisión prolongada, ya que supondría erogar viáticos por todo ese
tiempo, por lo que dichos presupuestos fueron cumplidos. Sobre el presupuesto referente a la
asignación de asuntos específicos, éste también fue cumplido, ya que no solo se le indicó que
debía sanear toda la carga procesal existente en el asiento fiscal de Llallagua, sino también
cuando el Fiscal de Distrito de Potosí, mediante el Instructivo 022/2009, le instruye
proseguir todos los procesos investigativos a cargo de Trifón Romero Arratia, Fiscal de
Materia (fs. 9).
Tal como se tiene establecido en el Fundamento Jurídico III.2 de esta Sentencia, haciendo el
análisis correspondiente, respecto al debido proceso, cabe hacer mención que, contra el
representado del accionante no se activó ningún proceso judicial o administrativo, dentro
del cual se haya producido una acción u omisión por parte de la autoridad a cargo del
mismo, por lo que tomando en cuenta la jurisprudencia citada precedentemente, no se puede
conceder tutela sobre el mismo.
Por todos los argumentos señalados, consecuentemente, se colige que el Memorando 149/2009 y
la Resolución 023/2009, emitidos por la autoridad demandada, no vulneraron derecho alguno del
representado del accionante, toda vez que se hallan enmarcados dentro de la normativa
establecida al efecto.
POR TANTO
Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de Chuquisaca; y, en consecuencia, DENEGAR la tutela solicitada.
Continua argumentando que: “…una de las atribuciones del señor Alcalde municipal es
precisamente 'designar, retirar a los oficiales mayores y personal administrativo' vale decir que
esta es una atribución enteramente privativa del alcalde y no así del oficial mayor
administrativo, conforme emerge el memorando de fecha 16 de febrero de 2009 (…) se tiene
que la misma emerge del oficial mayor administrativo y no así del alcalde en consecuencia se
establece claramente que existió un injustificado e ilegal despido de mi persona máxime si esta
autoridad al lograr mi despido usurpa funciones que no emane de la ley” (sic).
Finalmente, resalta el hecho que el memorando cuestionado se sustenta en el “Art. 8 Inc. a)” de
la Constitución Política del Estado (CPE), cuya fecha de emisión es de ocho días después que
entró en vigencia la Ley Fundamental; empero, el artículo citado, no se refiere a ningún aspecto
de despido o atribuciones municipales; en consecuencia, no esta basado en normas aplicables y
vigentes, aspecto que resta legalidad a dicho documento.
I.1.3. Petitorio
Fundamental en su art. “102, inciso 12” (sic), referente al recurso directo de nulidad; iii) El
agraviado al haber planteado la revocatoria del memorando de 16 de febrero del 2009, equivocó
el procedimiento ya que lo hizo ante el Alcalde Municipal, cuando debió impugnarlo ante la
misma autoridad que la emitió que es el Oficial Mayor Administrativo, como autoridad emisora,
conforme dispone el art. 44 de la Ley de Procedimientos Administrativos (LPA); para luego,
advertido de su error pueda tener la posibilidad de modificarlo o definitivamente anularlo; y si
no respondía dentro del plazo establecido en la norma, se operaba el silencio administrativo, lo
que le hubiera permitido interponer tanto el recurso de revocatoria como el jerárquico, pudiendo
haberse aperturado, a partir de ese momento, su “competencia” para interponer el recurso directo
de nulidad y no la acción de amparo constitucional; iv) La Constitución Política del Estado nos
esta señalando que son nulos los actos de los que usurpen funciones, entonces -se pregunta- será
que la nulidad se cuestionará mediante una acción de amparo constitucional que tiene otra
connotación jurídica; y, v) Los arts. 79, 80 y 81 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC),
determina que procede el recurso directo de nulidad contra todo acto o resolución de quien
usurpe funciones que no le competen así como también contra los actos de quien ejerza
funciones o potestad que no emane de la ley, también establecido en el art. 122 de la CPE.
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, el Juez de Partido de Sentencia, del Trabajo, Seguridad Social y Niñez y
Adolescencia del Distrito Judicial de Oruro, constituido en Juez de garantías, pronunció la
Resolución de 21 de agosto de 2009, cursante de fs. 25 a 27 vta., por la que concedió la tutela
constitucional impetrada, disponiendo en su mérito: a) Dejar sin efecto y nulo de pleno derecho
el memorando 0214/2009, firmado por José Llanque Llanque, ahora ex Oficial Mayor
Administrativo del municipio de Challapata; y, b) La restitución inmediata del accionante en el
cargo de Jefe de Finanzas del referido Municipio, debiendo reconocer los sueldos, vacación y
otros derechos que reconocen las normas laborales, bajo los siguientes argumentos: 1) Se
evidencia que Elías Choque Ayca, Alcalde Municipal de Challapata, designó al accionante como
Jefe de Finanzas de dicha entidad y por memorando 0214/2009 de 16 de febrero, el Oficial
Mayor Administrativo, agradeció sus servicios prestados. Al respecto el art. 44.6 de la LM,
dispone que designar y retirar a los oficiales mayores y personal administrativo es atribución del
alcalde municipal; y, 2) Del despido referido es que nace la acción de amparo constitucional ya
que el accionante ha sido retirado por una autoridad que no tenía competencia para ello, siendo
de responsabilidad exclusiva del Alcalde Municipal, codemandado; consiguientemente,
corresponde reparar esos derechos en este caso suprimidos y restringidos.
Por mandato de la normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de la acciones tutelares ingresadas a los Tribunal de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presenta causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se señalan
seguidamente:
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 772
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II.1. Del memorando HAMCH 62/08 de 18 de febrero del 2008, se establece que Carlos Zepita
Arevillca, fue designado por Elías Choque Ayca, Alcalde Municipal, como Jefe de Finanzas del
Gobierno Municipal de Challapata (fs. 1), evidenciándose que por disposición de José Llanque
Llanque, Oficial Mayor Administrativo, por memorando 0214/2009 de 16 de febrero, se
agradeció los servicios prestados en la institución (fs. 2).
II.2. Por notas exhibidas, de 16 de febrero del 2009, ante el Alcalde y la Presidenta del Concejo,
se tiene que el accionante presentó sus reclamos ante la decisión asumida por el Oficial Mayor
(fs. 3 y 4); presentando el 18 del mencionado mes y año, memorial dirigido al Alcalde con copia
al Concejo Municipal formalizando su solicitud de revocatoria (fs. 5 a 6) .
II.3. El 20 de febrero del 2009, el agraviado acudió a la Dirección Departamental del Trabajo de
departamento de Oruro, denunciando la vulneración de sus derechos, además la retención de
sueldos, cuya autoridad se excusó de atender el caso alegando que la denuncia se encontraba
bajo el ámbito de protección del Estatuto del Funcionario Público y Ley de Municipalidades,
recomendándole seguir el procedimiento administrativo ante el Gobierno Municipal (fs. 7 y
vta.).
El accionante alega que las autoridades demandadas vulneraron sus derechos a la “seguridad
jurídica” y al trabajo, por cuanto el Oficial Mayor Administrativo del municipio de Challapata,
usurpó funciones y actuó sin competencia al emitir el memorando 0214/2009, dado que debía
ser emitido y firmado por el Alcalde Municipal, autoridad que tiene plena competencia para ello
conforme al art. 44.6 de la LM. En consecuencia, corresponde dilucidar en revisión, si tales
argumentos son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos de los derechos fundamentales
del accionante, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
De acuerdo a lo dispuesto por la Constitución Política del Estado “La Acción de Amparo
Constitucional tendrá lugar contra los actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores
públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley” (art. 128), debiendo interponerse
por la persona que se crea afectada o en su caso, por otra a su nombre con poder suficiente o por
la autoridad correspondiente, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados (art. 129 de la CPE).
Esta acción es de naturaleza subsidiaria y extraordinaria; es decir, no forma parte de los recursos
o medios de impugnación ordinarios previstos por la legislación procesal, pudiendo activarse
sólo en caso de haberse agotado los recursos y mecanismo de defensa judicial previstos en la
jurisdicción ordinaria, cuya finalidad primordial es evitar la consumación de una amenaza
latente o la restitución de los derechos fundamentales y garantías constitucionales vulnerados
por persona particular o servidor público.
El art. 79 de la LTC, determina: “Procede el recurso directo de nulidad contra todo acto o
resolución de quien usurpe funciones que no le competen así como contra los actos de quien
ejerza jurisdicción o potestad que no emane de la ley”.
Este mecanismo de defensa, previsto por la Ley Fundamental en su art. 122, determina: “Son
nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no les competen, así como los actos
de las que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de la ley”, siendo un camino de
protección al Estado de Derecho y de los principios de seguridad jurídica y de legalidad.
“La norma constitucional glosada prevé dos presupuestos jurídicos para que se opere la nulidad
de los actos o resoluciones de las personas: 1) La usurpación de funciones que no le competen,
debiendo entenderse por tal, el ejercicio de una función sin tener titulo o causa legítima; es decir,
el ejercicio ilegítimo por parte de un funcionario o autoridad, de una función que le está
reconocida a otra autoridad o funcionario; o estándole reconocida a él, ya expiró su periodo de
funciones o está suspendido del ejercicio de sus funciones por algún motivo legal; 2) El ejercicio
de jurisdicción o potestad que no le fue designada por la constitución o la ley; debiendo
entenderse, por tal, el que una persona o funcionario asuma una jurisdicción o ejerza una
competencia que no le ha sido asignada por el ordenamiento jurídico; es decir ejerce una función
inexistente” (Rivera Santiváñez, José Antonio, Jurisdicción Constitucional, Procesos
Constitucionales en Bolivia, Ed. Kipus. 2011 Bolivia, p. 303).
Con relación a la protección del elemento del juez natural, componente del derecho y garantía
del debido proceso y el medio eficaz para su protección, la jurisprudencia constitucional
determinó el siguiente entendimiento, que es asumido por este Tribunal: “…el antes recurso de
amparo constitucional, ahora acción de amparo, es un mecanismo de protección eficaz y
pertinente para el resguardo del derecho al debido proceso en todos sus elementos incluido el
juez natural, pero, solamente en sus elementos imparcialidad e independencia, en ese sentido,
debe precisarse que la protección del tercer componente del juez natural; el referente a la
competencia en cuanto a los supuestos de hecho antes descritos; es decir, usurpación de
funciones que no estén mencionadas por ley, ejercicio de potestad administrativa que no emane
de la ley, resoluciones judiciales emitidas en ejercicio de jurisdicción que no emane de la ley o
pronunciadas por autoridad jurisdiccional suspendida en el ejercicio de sus funciones o que
hubieren cesado en las mismas; se encuentran resguardados específicamente por el recurso
directo de nulidad.
Ahora bien, en el ámbito administrativo y municipal concretamente, que son aspectos que
interesan al caso de autos, considerando que el acto administrativo por su naturaleza jurídica
tiene las características de ejecutividad y presunción de legalidad tal como se explicó en el
Fundamento Jurídico, punto III.3 y considerando además que todo acto administrativo tiene
una teleología propia cual es cumplir con los fines del Estado, el constituyente fue sabio al
determinar un mecanismo inmediato e idóneo para proteger efectivamente actos que puedan ser
nulos, pudiendo incluso suspenderse los efectos de los mismos para evitar 'nulidades
consecuentes' que en un Estado Social y Democrático de Derecho serían completamente
adversas y contrarias al interés público; por esta razón y por la importancia del resguardo a la
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
De acuerdo a los argumentos expuestos por el accionante se infiere que considera la vulneración
de sus derechos a la “seguridad jurídica” y al trabajo, debido a la emisión del memorando
0214/2009, por el que le agradecieron la prestación de sus servicios como Jefe de Finanzas del
municipio de Challapata, presuntamente expedido sin que el suscribiente, José Llanque Llanque,
Oficial Mayor Administrativo, ostente facultades para asumir dicha determinación, siendo ello
de competencia exclusiva del Alcalde Municipal.
Al respecto, a pesar que el accionante no invocó la protección del derecho al debido proceso, en
su elemento del juez natural competente, restringiéndose sólo a la mención de sus derechos al
trabajo y a la “seguridad jurídica”, habiendo consignado en su petitorio la nulidad del
memorando 0214/2009, entre otras peticiones, mas no que el motivo de la nulidad sea su
expedición por falta de competencia o usurpando funciones, imprecisiones que podrían resultar
confusas; es necesario resaltar que, en el memorial de demanda el claro argumento del actor
estriba en la emisión del memorando cuestionado, a decir suyo, sin competencia; razón por la
cual, concluimos que al estar cuestionada la competencia de José Llanque Llanque, en su
condición de Oficial Mayor, ingresar al análisis de fondo de la problemática planteada
significaría dilucidar la competencia de un servidor público, a través de la presente acción
tutelar, instrumento de defensa extraordinario ineficaz para dilucidar la usurpación de funciones
no establecidas en la ley; y, el ejercicio de potestad administrativa que no emane de ella.
POR TANTO
En revisión la Resolución 14/09 de "13 de mayo", cursante de fs. 471 a 474 y vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Jorge Vidal Claros y Néstor
Lamas Montan en representación de la Asociación Mixta de Transportes de la Línea "Ñ"
contra Tatiana Rojas Fernández, Edwin Mallon Avalos, Paulina Pinto Gonzales, Johnny
Antezana Martínez, Mónica Gamarra Giese, Vivian Cardona de Tomicic, Roberto
Requena Urioste, Javier Cremer Torrico, Gonzalo Lema Vargas, Clemencia Orellana Vela
y Víctor Calderón Cruz, miembros del Concejo Municipal de la Provincia Cercado; Carlos
Martínez Gutiérrez, Rubén Copa Morató, José Luis Flores Colquillo, miembros de la
federación del transporte libre; Oscar Zelada Carvajal, Gilma Solís, Samuel Méndez
Rivera, miembros del Federación de Juntas Vecinales; Ramiro Terrazas A., Ramiro Cuba
Díaz, oficiales de la Policía; Isacc Maldonado, Carlos Valdivieso, Mauricio Camacho, Juan
Carlos Guzmán, David Rivera Rivas y Pedro Meruvia Cabrera, funcionarios de la
Alcaldía Municipal; Alberto Orozco, Daniel Torres, Emilio Peña, Gumercindo Fuentes y
Javier Santibáñez, miembros del Comité de Transportes.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
Los accionantes por memorial de fs. 126 a 134 y vta., de 21 de febrero y adecuación de fs. 156 a
157 de 21 de marzo, ambos de 2009, manifiestan que:
La Ordenanza Municipal (OM) 3825 de 26 de agosto del 2008 emitida por el Concejo Municipal
de la provincia Cercado del departamento de Cochabamba, en aplicación del art. 107 y 108 del
Reglamento Municipal para el Servicio de Transporte Público de Pasajeros, aprobado por la OM
2998/03 de 10 de abril de 2003 (fs. 96-122), dispuso "la sanción de caducidad para la línea Ñ",
que resulta lesiva, por ser inconstitucional, porque desconoce normas procedimentales de orden
constitucional y administrativo, pese a que la personería de la Asociación Mixta de Transportes
de la línea "Ñ" se halla reconocida por la Resolución Prefectural 03/01 de 9 de enero de 2001,
contando asimismo con estatutos y reglamentos debidamente aprobados y testimoniados bajo
escritura pública 837/01 de 2 de julio de 2001, cursante de fs. 5 a 14. Asimismo, afirma que en
fecha 25 de octubre del 2002, suscribieron un primer convenio entre el Sindicato Mixto de
Transportistas Línea 7 "Nuestra Señora de Urkupiña" y miembros de la Línea "Ñ" mediante
Acta de asamblea extraordinaria de 22 de septiembre del 2005 (fs.24), que determina la
afiliación de esta última Línea con la primera; a raíz de ello, los accionantes en el mes de marzo
del 2007, en cumplimiento del art. 8.V.6 de la Ley de Municipalidades (LM) amparados en la
OM 3302/04 de 26 de noviembre de 2004 que autorizaba el recorrido de la línea "Ñ", iniciaron
el trámite de autorización por ante la Superintendencia de Transporte; empero, el Comité de
Transportes mediante Resolución 03/2008 de 10 de abril, pidió se inicie el procedimiento de
revocatoria para la Línea "Ñ", por infracción, caducidad y abandono del servicio, motivando que
los accionantes presenten el primer recurso indirecto incidental de inconstitucionalidad en contra
de la OM 2998/03, respondido por oficio de 24 de julio de 2008 "Ref: Devuelve memorial de;
17 de julio de 2008" (sic) con el argumento de que el Comité de Transportes no tiene calidad de
autoridad administrativa, y que solo emite sugerencias y la Resolución 03/08 es una simple
sugerencia ante el Concejo Municipal de Cercado, que no es de cumplimiento obligatorio,
sugiriendo finalmente que el recurso se presente ante la autoridad administrativa competente, lo
que constituye un desconocimiento del art. 93 de la OM 2998/2003.
Es así, que con el propósito de hacer entender su petitorio presentaron (ante el Concejo del
Gobierno Municipal de Cochabamba) un segundo recurso indirecto incidental de
inconstitucionalidad contra la OM 2998/2003, que fue respondido de la siguiente manera
"…devolver el recurso indirecto o incidental de inconstitucionalidad (…) por cual uno de los
requisitos esenciales para la admisión del recurso (…), es la acreditación de la legitimación…"
(sic).
Señalan que no obstante lo referido, por memorial de 11 de septiembre del 2008, solicitaron la
RECONSIDERACION de la OM 3825, antes de la ejecutoria de la Ordenanza Municipal cuya
providencia de respuesta se hizo conocer en noviembre del 2008.
Los accionantes, sostienen que se les han vulnerado sus derechos al trabajo, a la "seguridad
jurídica", a la libre asociación, a la defensa, al debido proceso, a la petición y a la igualdad,
conforme los arts. 46, 52.I, 115.II y 24 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 8 de junio de 2009, según consta en acta cursante de fs. 302 a
307, los demandados mediante sus representantes legales, antes de ingresar a las cuestiones de
fondo, solicitaron se resuelva el memorial de excusa contra el Presidente del Tribunal de
garantías (fs. 235-237), formulada por el Concejo Municipal de Cochabamba, representado por
Walter Rocha Anna y Carlos Alberto Burgos Gutiérrez, el mismo que fue aceptado por el propio
Tribunal; empero en revisión, la Sala Penal Tercera mediante Resolución de 22 de abril de 2009
(fs. 243 y vta.), declaró ilegal la excusa, devolviendo obrados a la Sala de origen. En
consecuencia, el Tribunal de garantías en fecha 13 de mayo de 2009 (fs. 272-277), volvió a
instalar audiencia de acción de amparo en la que se observó la legitimación pasiva y activa,
disponiéndose que antes de ingresar al fondo de la acción, se subsanen estos extremos;
consiguientemente, subsanado lo observado con la presentación de los poderes respectivos, en
fecha 8 de junio del 2009 (fs. 302-307) se prosiguió con la audiencia de acción de amparo
constitucional, en la que se produjeron los siguientes actuados:
Los demandados Tatiana Rojas Fernández, Presidenta del Concejo Municipal de Cochabamba,
Edwin Mallon Avalos, Clemencia Orellana Vega, Paulina Ana Pinto Gonzales, Rita Vivian
Cardona Sossi de Tomicic, Roberto Carlos Walter Requena Urioste, Víctor Calderón Cruz,
Mónica Gamarra Giese; Gonzalo Eberto Lema Vargas y Jhonny Sergio Antezana Martínez,
mediante sus representantes legales Walter Rocha Anna y Carlos Alberto Burgos Gutiérrez,
presentaron informe escrito, cursante de fs. 317 a 323 vta., manifestando que: 1) Los accionantes
interpusieron con anterioridad otro amparo constitucional, con las mismas características, por lo
que ésta, debió ser rechazada in límine, observando que se aclare también la existencia de
terceros interesados en la acción deducida, para luego entrar en el fondo del informe, haciendo
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
Los demandados miembros del Comité de Transportes de la Alcaldía Municipal de Cercado, por
memorial de fs. 441 a 444, Juan Carlos Guzmán, Mauricio Camacho Rocha, David Rivera
Rivas, Daniel Torres Rojas, Gumercindo Fuentes Morales, Emilio Peña Salazar, Isaac
Maldonado Sanabria, Javier Santibáñez Camacho, Rubén Copa Morató y Gilma Soliz,
informaron que en merito al documento público de fusión, acta de reunión de 11 de abril,
memorial de 21 de abril, carta de 18 de junio, todos del 2008, certificado emitido por la
Federación Especial de Transporte Libre de Cochabamba, certificado emitido de la Central de
Transportistas de Quillacollo y certificado de la Federación Sindical del Auto Transporte
Cochabamba, los accionantes son representantes del Sindicato Mixto de Transportistas Línea 7
"Nuestra Señora de Urkupiña" y no así de la Asociación Mixta de Auto Transporte Línea "Ñ",
por consiguiente, concluyen que el accionante no acreditó la personería, solicitando en
consecuencia se declare improcedente la acción presentada.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Segunda constituida en Tribunal de garantías, por Resolución 14/09 de "13 de
mayo de 2009" cursante de fs. 471 a 474, denegó la tutela demandada y declaró
"improcedente" el amparo constitucional, ordenando a la Unidad Operativa de Transito y la
Municipalidad de Cercado, evitar obstaculizar el libre desempeño del Servicio de Transporte de
la Línea "Ñ" (medida cautelar que fue dispuesta en el Auto de admisión de la acción de fs. 158),
todo esto, de acuerdo a los siguientes fundamentos: i) El recurso indirecto o incidental de
inconstitucionalidad, se encuentra regido por el art. 59 y ss. de la LTC, como vía de control
constitucional y procederá en procesos judiciales o administrativos, cuya decisión dependa de la
Constitucionalidad o Inconstitucionalidad de una Ley, tratándose de una vía que resguarda el
Estado de Derecho y el principio de Supremacía Constitucional, además de proteger los
derechos fundamentales de la personas, contra las disposiciones legales que en su contenido o en
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 779
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
su aplicación concreta podrían ser vulnerados; ii) Los accionantes al plantear el incidente por
tercera vez contra la OM 2998/2003, otorgaron consentimiento a las observaciones de los
anteriores incidentes, viabilizando el tramite de este último, que fue rechazado por la autoridad
"recurrida" mediante Resolución Municipal 5108/2008, ordenando la remisión en el efecto
suspensivo ante el Tribunal Constitucional, cumpliendo con el art. 62 de la LTC; iii) La solicitud
de reconsideración presentada por el accionante el 12 de septiembre de 2008 amparándose en el
art. 22 de la LM, se encontraría en suspenso, mismo que en el fondo versa sobre la ilegalidad de
las Ordenanzas Municipales sustentadas en la OM 2998/2003. Por consiguiente, la jurisdicción
constitucional, no puede operar como mecanismo de protección paralelo a los medios de
impugnación judicial o administrativo.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. La Asociación Mixta de Transportes Línea "Ñ" mediante Resolución Municipal 3302/04
obtuvo la aprobación del tramo vial del Micro Línea "Ñ", con un recorrido de ida de Capacachi
hasta el barrio Fabril y recorrido de retorno Plaza Dr. Fernando Siles Parada hasta barrio Fabril
(Capacachi-Parada) (fs. 23).
II.2. Dicha Resolución Municipal fue revocada y con ello el tramo vial de la Línea "Ñ",
mediante OM 3825/2008 del Concejo Municipal de Cercado (fs. 50-55), que en aplicación de la
OM 2998/2003, dispuso la sanción de caducidad de la Línea "Ñ", por incumplimiento del
Reglamento Municipal para el Servicio de Transporte Público de Pasajeros contenido en la
Resolución 03/2008 (fs.30-32).
a) El primero fue presentado el 18 de julio de 2008, por Jorge Vidal Claros, Secretario General y
Néstor Lamas Montaño, Secretario de Relaciones, ambos del Sindicato de Transportistas Línea
7 "Nuestra Señora de Urkupíña", ante el Comité de Transportes del Municipio de Cercado,
solicitando se promueva recurso indirecto o incidental de inconstitucionalidad de la OM
2998/2003, que aprobó el Reglamento Municipal para el Servicio de Transporte Público de
Pasajeros, aprobada el 10 de abril del 2003, mismo que fue devuelto por el citado Comité (fs.33-
36).
c) Después, ante el Pleno del Concejo Municipal, fue presentada la solicitud de reconsideración
(fs.56-58) de 11 de septiembre de 2008, por Marlon Freddy Zambrana Torrico, en
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
representación legal de los Operadores, Fundadores y Socios de la Línea "Ñ", actual Asociación
Mixta de Transportes Línea "Ñ", contra la OM 3825/2008, solicitando su revocatoria y pidiendo
que en consecuencia, se mantenga vigente la autorización de la Línea "Ñ". Mediante nota PRE
1761/08 de 16 de octubre, la Presidenta del Concejo Municipal, Tatiana Rojas Fernández, puso a
conocimiento de la Asociación Mixta de Transporte Línea "Ñ", la comunicación interna 540/08
de 16 de octubre de 2008 y 553/2008 de 9 de octubre; en esta última, el Director Jurídico a.i. del
Consejo Municipal Walter Rocha Anna, recomienda seguir con el trámite de reconsideración
planteado.
A su vez, el art. 129 de la Ley Fundamental, establece que: "I. La Acción de Amparo
Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con
poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante
cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados. II. La
Acción de Amparo Constitucional podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses,
computable a partir de la comisión de la vulneración alegada o de notificada la última decisión
administrativa o judicial".
En el caso de autos, con carácter previo a su análisis, es menester, referirse a los efectos del
trámite del recurso indirecto o incidental de inconstitucionalidad que se encuentra previsto en
el art. 59 al 67 de la LTC. Es así, que el art. 63 señala: "La admisión del recurso indirecto o
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
Por tanto, las autoridades tanto jurisdiccionales como administrativas, ante el rechazo de
esta acción incidental, deben continuar y proseguir con el normal desarrollo de los procesos,
entre tanto el Tribunal Constitucional no se pronuncie como se tiene explicado
precedentemente."
Al haber actuado de esa manera, el Concejo Municipal, vulneró el derecho a la petición de los
accionantes, quienes se vieron perjudicados por la omisión en la que incurrió el ente municipal,
único aspecto por el que se concede la tutela solicitada, aclarando que no se ha ingresado al
fondo de la problemática planteada, al constatar la omisión señalada, por lo cual este Tribunal
tampoco se pronunciará respecto a la petición de los accionantes de que se disponga la
tramitación del RII, por corresponder ese reclamo dentro del mismo recurso constitucional
citado, y sobre los otros aspectos denunciados y derechos invocados como vulnerados,
circunstancia por la que tampoco se ha analizado la actuación de los codemandados,
correspondiendo, denegar la acción respecto a ellos, reiterando que la tutela se la otorga solo por
la omisión en el pronunciamiento de la reconsideración solicitada en la que incurrió el Concejo
Municipal.
En consecuencia, la problemática planteada se encuentra dentro de las previsiones del art. 128
de la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al haber declarado "improcedente" el recurso de
amparo constitucional -ahora acción de amparo constitucional-, aunque en uso de la
terminología correcta debió denegarla, ha efectuado una compulsa parcial de los antecedentes
procesales.
POR TANTO
1° REVOCAR en parte la Resolución 14/09 de 13 de Mayo, cursante 471 a 474, dictada por la
Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial-ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de Cochabamba; y en consecuencia CONCEDER la tutela solicitada, únicamente
respecto a la actuación omisiva del Concejo Municipal
2º Disponer, que el ente deliberante se pronuncie sobre la reconsideración presentada; salvo que
por el tiempo transcurrido entre la presentación de la acción de amparo constitucional y su
resolución, ya se hubiere definido la situación de los accionantes, así como la medida cautelar
dispuesta en el Auto de Admisión de la presente acción tutelar.
3º DENEGAR la tutela con relación a los otros codemandados miembros de la Federación del
Transporte Libre; miembros del Federación de Juntas Vecinales, funcionarios de la Alcaldía
Municipal y miembros del Comité de Transportes.
En revisión la Resolución de 26 de agosto de 2009, cursante de fs. 260 a 263 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Pablo Gutiérrez Gutiérrez
contra Juvenal Huari Udaeta, Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial de
Quillacollo; y, Silvia Balderrama Siles, Jueza de Instrucción de Sipe Sipe, ambos del
Distrito Judicial de Cochabamba.
El accionante, mediante memorial presentado el 29 de mayo de 2008, cursante de fs. 170 a 172
vta. y subsanado por escrito de 2 de junio de igual año, corriente a fs. 179, alegó lo siguiente:
Dentro del proceso interdicto de adquirir la posesión incoado por Mercedes, Juana, Gladis y
Humberto Vargas Román, respecto a un lote de terreno, adquirido mediante compra de sus
anteriores propietarios, Ángel Castro Dávila y Sonia Cordero de Castro, según registro de
Derechos Reales (DD.RR.) "a Fs. y Ptda No. 1242", del Libro Primero de Propiedad de la
provincia de Quillacollo, de 4 de mayo de 1989; es así que, la Jueza de Instrucción de Sipe Sipe,
mediante Sentencia de 20 de marzo de 2007, declaró probada la demanda e improbada la
oposición planteada por su parte, fundando su Resolución en el art. 596 del Código de
Procedimiento Civil (CPC), argumentando además que los demandantes, habrían cumplido con
el pago de impuestos e inscripción catastral de la propiedad inmueble, suscribiendo un
documento de cesión de una fracción del terreno a favor de Guillermina Guzmán Zubieta, en
reconocimiento a sus labores de cuidado, además, que aquellos, efectuaron el pago de cuotas
mensuales desde 1989, "por la inscripción del pozo de Collpapampa a la respectiva OTB de la
zona" (sic), actuaciones que demuestran su derecho propietario.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
El accionante, señala como vulneradas las garantías al debido proceso, "la seguridad jurídica", al
juez natural y a la fundamentación de las resoluciones judiciales, citando al efecto los arts. 16.IV
y 116.II de la Constitución Política del Estado abrogada (CPEabrg), y 115.II de la Constitución
Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se admita "el recurso", declarándose nulo e ilegal el Auto de Vista de 28 de marzo de
2008, disponiéndose que el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial de Quillacollo dicte
nueva resolución en observancia de la jurisprudencia constitucional y la emanada de la Corte
Suprema de Justicia, en base a normas jurídicas positivas.
Efectuada la audiencia pública el 26 de agosto de 2009, según consta del acta cursante de fs. 258
a 259, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado de la parte accionante, ratificó los términos de la acción planteada en todos sus
términos y en uso de su derecho a la réplica, manifestó: a) El Juez de garantías mediante
providencia de 30 de junio de 2009, había dispuesto se aclaren los domicilios de los
demandados, Resolución que habilita al juez de amparo conocer el recurso; y, b) Por disposición
de los arts. 30 y 39 de la LSNRA, son los jueces agrarios quienes están facultados para conocer
asuntos de ésa materia.
acreditó su legitimación activa conforme dispone el art. 97.I de la Ley del Tribunal
Constitucional (LTC), y que tampoco, observó la jurisprudencia contenida en la SC 0444/2006-
R de 10 de mayo, referida al carácter de inmediatez de la acción incoada, toda vez que la acción
de amparo constitucional fue interpuesta el 29 de mayo de 2008, habiendo transcurrido hasta la
fecha de audiencia más de un año y dos meses, lapso de tiempo que el accionante, por
negligencia y poco interés, ha demorado en citar a los demandados, correspondiendo en
consecuencia, declarar la improcedencia de la acción.
En uso del derecho a la dúplica, la autoridad demandada, hizo hincapié en los argumentos
expuestos, señalando que el accionante no planteó excepción de incompetencia dentro del
proceso interdictal, emitiéndose la Resolución correspondiente, debidamente respaldada en
normas legales y jurisprudencia constitucional, habiendo ceñido su accionar a lo dispuesto por el
art. 236 CPC, que determina que en apelación, los jueces deben ajustar su accionar a los puntos
reclamados por el apelante y que el ahora accionante, no apeló la Resolución que ahora
impugna, sino más bien solicitó nulidad de obrados; por otra parte, citando la SC 0378/2006-R
de 18 de abril, manifestó que los jueces se encuentran facultados para constituirse en el lugar
con la finalidad de determinar "si el inmueble cuenta con servicios básicos, si se hala poblado y
otros, a fin de establecer su competencia" (sic).
Mediante memorial corriente de fs. 238 a 239, Juana, Gladys, Mercedes y Humberto Vargas
Román, indicaron lo siguiente: 1) En su condición de legítimos propietarios, se encuentran en
posesión continua, pacifica e ininterrumpida por más de dieciocho años, del lote de terreno
ubicado en Huarapuma, jurisdicción de Sipe Sipe, Segunda Sección de la provincia de
Quillacollo, conforme acreditan el título de propiedad legalmente registrado, los hechos
expuestos y reconocidos por parte del opositor; 2) La Resolución dictada en primera instancia,
como el fallo pronunciado por el ad quem se adecua a todas las pruebas acompañadas; 3) De la
revisión de obrados se evidencia claramente que la fecha de interposición del recurso de amparo
constitucional data del 29 de de mayo de 2008, considerando su apersonamiento conforme a ley,
transcurrió más de un año, provocando la irresponsabilidad del accionante; y, 4) Tomando en
cuenta el principio de inmediatez, no se cumplió con lo ordenado.
I.2.4. Resolución
Mediante Resolución de 26 de agosto de 2009, cursante de fs. 260 a 263 vta., el Juez Segundo
de Partido en lo Civil y Comercial de Quillacollo, constituido en Juez de garantías, declaró
"improcedente" la acción, con el siguiente fundamento: i) De la admisión del "recurso" a la
citación de los "recurridos", transcurrió cerca de quince meses, hecho no admitido por ley; ii) La
línea jurisprudencial desarrollada (AC "51-07-RCA" de 14 de febrero) señala que el amparo
constitucional debe presentarse dentro de los seis meses, menos aún se puede esperar que se
tarde cerca de quince meses en citar a los demandados; y, iii) En mérito al análisis realizado en
sujeción a la SC 1191/2005-R de 29 de septiembre, encontrándose el proceso dentro las causales
de improcedencia, no se ingresó al análisis de fondo del "recurso".
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
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II. CONCLUSIONES
II.1. Por memorial de 21 de abril de 2006, Mercedes, Juana, Gladys y Humberto Vargas Román,
solicitaron posesión judicial de un bien inmueble -lote de terreno- situado en la zona
denominada "Huarapuma en la avenida Simón Bolivar comprensión de Sipe Sipe, segunda
sección de la provincia de Quillacollo" (sic) (fs. 15 a 16).
II.2. Mediante Auto de 6 de junio de 2006 la Jueza de Instrucción de Sipe Sipe, admitió la
demanda de interdicto de adquirir la posesión, disponiendo "la notificación de vecinos,
circunvecinos y actuales poseedores si los hubiera" (sic) (fs. 19 vta.).
II.3. Pablo Gutiérrez Gutiérrez, ahora accionante, mediante memorial de 16 de junio de 2006,
suscitó oposición a la solicitud planteada por Mercedes, Juana, Gladys y Humberto Vargas
Román, manifestando que éstos, en todo momento tuvieron conocimiento de que su persona "es
legítima propietaria y actual poseedor del lote de terreno" (sic), en definitiva solicitando la
suspensión de la audiencia señalada al efecto (fs. 30 y vta.), petitorio al cual el Juez de la causa,
mediante Auto de 17 de ese mes y año, dispuso la apertura de término probatorio de ocho días
conforme establece el Código de Procedimiento Civil (fs. 31).
II.4. La Jueza de Instrucción de Sipe Sipe, por Sentencia de 20 de marzo de 2007, declaró
probada la demanda e improbada la oposición formulada, manteniendo la posesión solicitada (fs.
109 a 111).
II.5. Mediante memorial presentado por Pablo Gutiérrez Gutiérrez, el 24 de marzo de 2007, se
formuló recurso de apelación contra la Sentencia de 20 del citado mes y año; y, acusó nulidad
por falta de jurisdicción por razón de materia (fs. 117 a 119 vta.); por lo que el Juez Primero de
Partido en lo Civil y Comercial de Quillacollo, mediante Auto de Vista de 28 de marzo de 2008,
confirmó la misma, con costas en ambas instancias (fs. 148 a 149 vta.).
El art. 128 de la CPE, ha previsto la acción de amparo constitucional, contra todos los actos u
omisiones ilegales o indebidos cometidos por servidores públicos o persona particular o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Norma Fundamental y las leyes, constituyendo una garantía jurisdiccional extraordinaria
mediante la cual el accionante hace posible la restitución de sus derechos y garantías
fundamentales restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión, obteniendo la
tutela y la reposición en el ejercicio de los mismos; así mismo, el art. 129.I de la Ley
Fundamental, prevé que esta acción de defensa se interpondrá por la persona que se crea
afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución Política del Estao, ante cualquier juez o tribunal competente,
siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados.
El art. 122 de la CPE, establece: "Son nulos los actos de las personas que usurpen funciones que
no les competen, así como los actos de las que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de
la ley".
De los antecedentes que informan el proceso, se constata que dentro la demanda de interdicto de
adquirir la posesión solicitada por Mercedes, Juana, Gladis y Humberto Vargas Román, respecto
a un lote de terreno sito en la localidad Huarapuma de la jurisdicción de Sipe Sipe, provincia
Quillacollo del departamento de Cochabamba, el ahora accionante, mediante memorial de 16 de
junio de 2006, se apersonó y suscitó oposición a la demanda planteada, mismo que fue
rechazado y declarada probada la demanda mediante Sentencia de 20 de marzo de 2007, ante lo
cual planteó recurso de apelación, solicitando la nulidad por falta de competencia en razón
de materia, toda vez que los conflictos emergentes de la posesión de derecho propietario en
materia agraria, se encuentran sometidos a la jurisdicción agraria en virtud del principio de
especialidad; sin embargo, el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial de Quillacollo,
mediante Auto de Vista de 28 de marzo de 2008, consideró que al haber suscitado oposición a
la demanda en lugar de plantear excepción de incompetencia por razón de materia, habría
aceptado la competencia de los tribunales ordinarios.
Ahora bien, del petitorio de la presente acción constitucional se tiene que el accionante solicita
se declare nulo e ilegal el Auto de Vista de 28 de marzo de 2008 y por consiguiente se disponga
que el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial de Quillacollo, dicte nueva resolución,
puesto que el 23 de marzo de 2007, interpuso el recurso de apelación respecto a la Sentencia
emitida el 20 del citado mes y año, solicitando su nulidad por falta de competencia en razón de
materia, toda vez que la propiedad objeto del litigio se encontraba fuera del radio urbano,
debiendo ser sometidos a la jurisdicción agraria, aspecto que denota que la problemática jurídica
planteada por el accionante mediante esta acción de defensa es justamente que este Tribunal
ingrese a analizar la competencia dentro del cual se desarrollo dicho proceso, pretensión que no
puede dilucidarse mediante la acción que nos ocupa, no constituyendo un mecanismo idóneo
para revertir el supuesto acto ilegal denunciado, siendo aspectos que deben ser resguardados
por el recurso directo de nulidad, conforme a la jurisprudencia citada en el Fundamento
Jurídico III.2 de este fallo.
POR TANTO
Indica que, el Sumariante fue designado extemporáneamente, razón por la cual no era el Juez
natural para su procesamiento, vulnerándose la abundante jurisprudencia constitucional existente
al respecto, con el agravante que los hechos que supuestamente constituyen violatorios de la
normativa edil, ocurrieron en vigencia de la anterior Constitución Política del Estado, razón por
la cuál no se puede invocar la actual Constitución Política del Estado.
Expresa por otro lado que "lo grave del caso y que motivan que tenga que plantear este recurso
extraordinario de amparo constitucional, es que vengo siendo sometido a una autoridad no
competente, es decir no vengo siendo juzgado por el juez natural ya que esta autoridad
sumariante ha sido designado fuera de la normativa legal vigente aplicable al sector público"
(sic).
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública, el 14 de agosto de 2009, cuya acta cursa a fs. 150 y vta., se
produjeron los siguientes actuados.
El demandado, presentó informe escrito, cursante de fs. 141 a 145, expresando lo siguiente: a)
El proceso administrativo fue sustanciado en cumplimiento de la normativa administrativa
aplicable al caso, dentro del cual el accionante tuvo la oportunidad de asumir defensa irrestricta
a través de todos los memoriales presentados, llegando a concluir con la sanción que se le
impuso en virtud de que ya fue destituido en un anterior y diferente proceso administrativo; y, b)
En lo referido a la supuesta falta de competencia del sumariante por no haber sido designado de
acuerdo a lo dispuesto al Decreto Supremo (DS) 23318-A de 3 de noviembre de 1992, éste
extremo es inaceptable en razón a que la Ley de Procedimiento Administrativo, dispone que la
sustitución de autoridades por otras competentes, es posible en ciertos casos, como se dio en
autos; ya que el sumariante inicialmente designado renunció a su cargo, dejando por tanto sus
funciones, hecho que dio lugar a que el accionante confunda el órgano jurisdiccional
administrativo con la persona propiamente dicha.
I.2.4. Resolución
La Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial, -ahora Tribunal Departamental
de Justicia- de Cochabamba, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 25 de 14
de agosto de 2009, cursante de fs. 151 a 152 y vta., denegó la tutela, en base a los siguientes
fundamentos: 1) El accionante, durante la sustanciación del proceso administrativo seguido en
su contra, debió interponer la excepción de incompetencia; y, 2) El recurso jerárquico planteado
por el accionante, fue efectuado sin la previa interposición del recurso de revocatoria, con el
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añadido que el citado recurso, fue interpuesto erróneamente contra una providencia de 25 de
junio de 2009 que fue dejada sin efecto.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Mediante el memorando 0704 de 1 de junio de 2009, Rimer Ángel Céspedez Hinojosa fue
designado como Autoridad Sumariante del Gobierno Municipal de Cochabamba (fs. 2).
II.2. A través del Auto inicial de proceso administrativo 002/09 de 22 de junio de 2009, se inició
el proceso administrativo interno contra Wilmar Guery Zurita Mercado, por probable infracción
e incumplimiento del art. 88 incs. b), c), g) e i) del Reglamento Interno de Personal (fs. 3).
II.3. Por memorial de 24 de junio de 2009, el accionante solicitó fotocopias legalizadas del
memorando de designación del demandado, cuestionando su competencia como Autoridad
Sumariante del Gobierno Municipal de Cochabamba (fs. 10).
II.5. El Auto de 1 de julio de 2009, fue emitido por la Autoridad Sumariante, Rimer Ángel
Céspedez Hinojosa, dando respuesta al recurso de revocatoria planteado por el accionante, abrió
nuevo periodo de prueba y se dejo sin efecto el proveído de 25 de junio de 2009 (fs. 13); y, el
mismo día Wilmar Guery Zurita Mercado, interpuso recurso jerárquico contra el proveído de 25
de junio del mismo año, por el cual fue rechazado el recurso de revocatoria planteado contra la
negativa de la otorgación de fotocopias legalizadas (fs. 14 y vta.), el mismo que es rechazado
mediante proveído de 3 de julio de 2009 (fs. 16).
Prosigue la referida Sentencia Constitucional al señalar que: "…el constituyente fue sabio al
determinar un mecanismo inmediato e idóneo para proteger efectivamente actos que puedan ser
nulos, pudiendo incluso suspenderse los efectos de los mismos para evitar 'nulidades
consecuentes' que en un Estado Social y Democrático de Derecho serían completamente
adversas y contrarias al interés público; por esta razón y por la importancia del resguardo a la
competencia, se establece un mecanismo reforzado y específico para protegerla frente a los
supuestos de hecho antes descritos.
En consecuencia, se establece que la denuncia efectuada por Wilmar Guery Zurita Mercado, gira
en torno a la supuesta falta de competencia de Rimer Ángel Céspedez Hinojosa, toda vez que la
designación del mismo como Tribunal Sumariante, fue de manera extemporánea, es decir, el 1
de junio de 2009 y no como manda el art. 12 del DS 23318-A, la primera semana hábil del año,
y esta supuesta ilegalidad, vincula al juez natural; por lo que es de aplicación la jurisprudencia
precedentemente citada, toda vez que la lesión del juez natural en su elemento competencia que
ahora impugna el accionante, debió haberse impugnado a través del recurso directo de nulidad y
no así mediante la acción de amparo constitucional, al ser el medio idóneo para conocer y
resolver los actos de las personas que usurpen funciones que no les competen, así como los actos
de las que ejercen jurisdicción y o potestad que no emane de la ley, razón por la cual no se puede
ingresar a analizar el fondo de la presente acción.
En consecuencia el Tribunal de garantías, al haber denegado con otro fundamento, ha actuado
correctamente.
POR TANTO
En revisión la Resolución 204/09 de 29 de junio de 2009, cursante de fs. 384 a 389 y vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Franz Mario Reyes
Cabrera en representación de María Yamile Hayes Michel, Mirtha Janeth Loayza Viera, Juan
Pablo Ayala, Hugo Canllagua Cataño, Martha Ollisco Caballero, Alex Jadue Calvo, Willy
Antezana Silva, Weimar Durán Quiroga, Nadia Rossío Echarla Franco, Marina Durán
Salgueiro, Laura Jimena Torres Salvador, Evelyn Fátima Rejas Heredia, Janeth Marañon
Menduiña de Mendoza, María Alejandra Navarro Verdecio, Ana María Morales Nuñez de
Taboada, Jaime Daniel Mena Soruco, Roberto Arturo Corrales Dorado, Nelson Rodrigo
Miranda Vargas, María Esther Deuer Deuer, Sdenka Rocío Vega Mendoza, Rosa Mercedes
Cortes Michel, Zulema Antonieta Gonzales Coronado de Morales, Tania Elena Claure Rojas,
Hugo Armando Taboada Jiménez, Cecilia Mariel Beltrán Romay, Alex Gustavo Rengel Patzi,
Claudia Marcela Amusquivar Gutiérrez, Raúl Jonny Camacho Aparicio, Amanda Giovanna
Pereira Poppe y Roberto René Oscar Rivera Cors contra Eddy Walter Fernández Gutiérrez,
Presidente de la Corte Suprema de Justicia -ahora Tribunal Supremo de Justicia- y del
Consejo de la Judicatura- ahora Consejo de la Magistratura-, Rodolfo Mérida Rendón,
Consejero de la Judicatura-ahora Consejero de la Magistratura-; y, Silvia Salame Farjat,
Magistrada Responsable del Tribunal Constitucional, -ahora Tribunal Constitucional
Plurinacional-.
Mediante memorial presentado el 22 de junio de 2009, cursante de fs. 179 a 191 y vta., la parte
accionante expresa lo siguiente:
Indica que, por nota de 5 de mayo de 2009, todo el personal del Tribunal Constitucional
representó la citada circular, en el entendido que inicialmente, correspondía a la Magistrada
Responsable, adoptar las determinaciones y/o acciones que el caso aconseje y les dé a conocer
su decisión; en respuesta, a través de la nota de 6 del mismo mes y año, aseveró que cumplió con
su deber de poner en conocimiento de todo el personal de la institución, la RA 140/2009, que
afecta sus intereses; de los funcionarios que prestan sus servicios en ese Tribunal; ante esta
situación nuevamente los mandantes manifestaron a la Magistrada Responsable, que de inicio
correspondía a esa autoridad, asumir alguna acción para impugnar la referida Resolución.
Agrega que por nota TC-PRES 231/09 de 7 de mayo de 2009, la Magistrada, les hizo conocer la
nota de 6 del mismo mes y año, mediante la cual dicha autoridad manifestó al Presidente de la
Corte Suprema y del Consejo de la Judicatura, que del estudio de la RA 140/09, se deduce que
las decisiones allí asumidas, no surgen de un análisis de la situación institucional del Tribunal y
que no tiene fundamentos legales, ni técnico administrativos que les obliguen a cumplir tales
determinaciones; ante esta situación, los funcionarios del Tribunal Constitucional, plantearon
recurso de revocatoria contra la citada Resolución Administrativa, pidiendo a los demandados,
revoquen el Fallo impugnado, la dejen nula y sin efecto ni valor legal alguno; sin embargo, el
Secretario General a.i. del Plenario del Consejo de la Judicatura, mediante nota de 10 del
referido mes y año, les hizo conocer que no tenían legitimación activa, para interponer el recurso
de revocatoria, cuando la rebaja del presupuesto de servicios personales del Tribunal
Constitucional afecta directamente a los funcionarios.
Manifiesta además, que por nota de 21 de mayo de 2009, el Gerente de Recursos Humanos del
Consejo de la Judicatura a.i., devolvió a la Directora Administrativa y Financiera del Tribunal
Constitucional, la planilla de haberes y de alcance de nivel correspondiente al mes de mayo, a
efectos de que se adecue a lo establecido en la RA 140/2009, reiterándose a partir de ese
momento varias notas tanto de parte del Tribunal Constitucional, que insistió en el
procesamiento de dichas planillas, como del Consejo de la Judicatura, que las devolvía pidiendo
se adecuen a la citada Resolución.
Alega que el 25 de mayo de 2009, sus mandantes tomaron conocimiento que la Magistrada
Responsable del Tribunal Constitucional, presentó renuncia irrevocable a su cargo, a hacerse
efectiva en el término de un mes a partir de esa fecha; ante esa situación en forma coherente al
rechazo a la ilegal RA 140/2009, remitieron carta suscrita por todos los funcionarios al Consejo
de la Judicatura, solicitando que con sus mismos ítems consignados en el presupuesto del
Tribunal, se les pueda reasignar funciones en otros entes del Poder Judicial, en forma temporal,
hasta que se designen las nuevas autoridades de la institución; asimismo, a través de la circular
de 1 de junio de 2009, la mencionada Magistrada, hizo conocer a todo el personal del Tribunal
Constitucional a efectos de que asuman las medidas que consideren pertinentes, y que las
planillas de haberes y alcances de nivel correspondiente a mayo, fueron remitidas al Consejo de
la Judicatura en tiempo oportuno, que fueron devueltas por funcionarios sin competencia; en
respuesta, los funcionarios señalaron que en principio le correspondía a dicha autoridad efectuar
las gestiones necesarias para lograr el cumplimiento del pago de sus haberes; el mismo día fue
respondida por la Magistrada, manifestando que ella cumplió con todas las obligaciones
emergentes del cargo; frente a esa respuesta, el personal dirigió la nota de 2 de junio de 2009, al
demandado Consejero de la Judicatura, expresando que todo el personal del Tribunal
Constitucional, estuvo prestando sus servicios con toda normalidad y cumplido las obligaciones
inherentes a cada cargo, lo que motiva el derecho a cobrar sus haberes; paralelamente el mismo
día, presentaron un memorial ante el Presidente de la Corte Suprema y al Consejero de la
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Judicatura, reiterando su solicitud formulada en el otrosí del recurso de revocatoria, para que se
deje en suspenso la RA 140/2009, al estar impugnada y el recurso pendiente de resolución,
además que reiteró la legitimación del ordenamiento jurídico les reconoce como personas
afectadas directamente con esa decisión.
Asimismo, el 12 de junio de 2009, feneció el plazo para emitir resolución final en el recurso de
revocatoria, sin que se haya pronunciado resolución alguna, produciéndose así el silencio
administrativo negativo y por nota de 15 del mismo mes y año, solicitaron nuevamente a la
Magistrada Responsable, el pago de los sueldos de mayo, quien les respondió por nota de 16 de
ese mes y año, que no era atribuible a su autoridad, la falta de cancelación de los sueldos de
mayo, puesto que las planillas de haberes fueron enviadas ante la instancia administrativa de
manera oportuna; sin embargo, el Consejo de la Judicatura las rechazó.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela contra: a) Las autoridades demandadas del Consejo de la Judicatura,
declarando la nulidad de la RA 140/2009 y disponiendo que dichas autoridades ordenen a las
instancias correspondientes, la aprobación de las planillas de haberes para viabilizar el pago de
los sueldos del mes de mayo y del tiempo de trabajo, que sus representados continúen
desarrollando posteriormente y, contra la Magistrada Responsable del Tribunal Constitucional
para que operativice el pago de sus sueldos por las instancias correspondientes de la institución;
b) Disponga en forma clara y expresa el pago de sus haberes, tanto de mayo pasado, así como de
todo el tiempo posterior que sus mandantes continúen trabajando; c) Se disponga el respeto y
resguardo de las fuentes de trabajo de todos los funcionarios y funcionaras del Tribunal
Constitucional precautelando su estabilidad laboral; y, d) Ordene el pago de costas.
Celebrada la audiencia pública el 27 de junio de 2009, según consta en el acta cursante de fs.
370 a 383 y vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
aprobación del presupuesto del Tribunal Constitucional, ya fue aprobado y no podía ser reducido
a un 15% por una Resolución Administrativa.
Silvia Salame Farjat, presentó informe de fs. 251 a 253 y vta., expresando lo siguiente: i)
Cumplió con su obligación de remitir las planillas de pago al personal del Tribunal
Constitucional por los meses de mayo y junio de 2009, al Consejo de la Judicatura, tal y como
aceptan los accionantes; sin embargo, mediante nota de 20 de mayo de 2009, el Director de
Carrera y Escalafón Judicial del Consejo de la Judicatura, procedió a la devolución de las
planillas de haberes del mes de mayo, argumentado que deberían ser adecuadas a lo establecido
por la RA 140/2009 y que a partir de ello el Consejo de la Judicatura, se constituye en el único
responsable de la falta de pago de sueldos a los funcionarios del Tribunal Constitucional; no
obstante ello, insistió reenviando una y otra vez dichas planillas, recibiendo la misma respuesta
negativa; ii) El Consejo de la Judicatura, justifica sus actos en la RA 140/2009 que es totalmente
ilegal, por no cumplir con los requisitos de forma y contenido de ese acto administrativo, la falta
de competencia de las dos personas que la firmaron y más aún existiendo expresas normas
legales como el art. 26 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), que determina su
autonomía en la ejecución y administración presupuestaria; iii) La RA 140/2009, en ningún caso
puede ser aplicada cuando existen normas legales en plena vigencia, una de ellas es el
presupuesto del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional que tiene categoría de ley; en ese
entendido al existir la Ley del Presupuesto General de la Nación, que asigna al Tribunal
Constitucional un presupuesto, estaba obligada a su acatamiento y ejecución, no obstante que
una resolución pretendiera reducir ese presupuesto al 15%, debió tramitarse una ley que
modifique el presupuesto, caso contrario estaba su persona y los codemandados en la obligación
de dar cumplimiento a la ley y no de la RA 140/2009; iv) Respecto a su segunda obligación para
efectivizar el pago de sueldos, era la de firmar el cheque que posibilite la transferencia de los
fondos a sus cuentas individuales, explicó que al no haberse devuelto las planillas, el Consejo de
la Judicatura rechazó el pago de las mismas, y por tanto no efectuó el desembolso de recursos
económicos, de acuerdo a la certificación emitida por el Banco Unión, en tales circunstancias y
sin la existencia de fondos en sus cuentas, no podía firmar el cheque de pago de sueldos a los
funcionarios; y, v) Finalizó indicando que en un nuevo acto ilegal el Consejo de la Judicatura,
negó la recepción de las planillas de pago de sueldos del mes de junio que fueron remitidas el 25
de junio.
Los representantes del Consejero Rodolfo Mérida Rendón, presentaron informe de fs. 256 a 279,
expresaron, lo siguiente: a) Los mandantes en la demanda reiteran que se está impugnando la
RA 140/2009; sin embargo, la vía elegida no es el amparo constitucional, sino lo que se persigue
es anular una resolución, que a criterio de los representado del accionante es regla, porque atenta
al art. 46 de la CPE, entonces lo que corresponde es accionar la inconstitucionalidad de esa
resolución judicial, para que en estricto apego a lo que manda el art. 133 de la Ley Fundamental
esa resolución impugnada sea inaplicable; b) Los representantes alegan, que para restablecer sus
derechos iniciaron sus reclamos, planteando el recurso de revocatoria, sin haber recurrido al
recurso jerárquico como correspondía, por lo que no agotaron la vía administrativa; por otra
parte, en el supuesto no consentido de que se entendiera que son las mismas autoridades las que
deberían resolver el recurso jerárquico o que la instancia llamada a resolver este efecto, no
estuviera vigente temporalmente, quedaba la vía del procedimiento administrativo que eligieron
anticipadamente los accionantes, que establece la Ley de Procedimiento Administrativo, que es
el proceso contencioso administrativo; c) En cuanto a la propuesta que el Consejero demandado,
les reasignara funciones en otros órganos del poder judicial, se debe señalar que es una
propuesta que induce a cometer ilegalidades puesto que el referido Consejero, inclusive ya ha
sufrido denuncia penal por supuestas designaciones ilegales en la Corte Superior por casos
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
En la dúplica, uno de los representantes del Consejero de la Judicatura, alegó que se tomó la
decisión de emitir la RA 140/2009, para evitar el gasto innecesario en resguardo del patrimonio
del Estado, por eso se asignó el 15% para evitar responsabilidades posteriores, pues no se puede
dar recursos a un órgano que no cumple funciones, hacerlo implicaría egresos y estos implican
responsabilidades, deslindando si acaso se incurre en estos hechos.
Asimismo la demandada, Silvia Salame Farjat, alegó en audiencia que reclamó en varias
ocasiones, ante el Ministerio de Hacienda, en donde se le informó que el presupuesto de una
entidad es responsabilidad de la Máxima Autoridad Ejecutiva (MAE), en consecuencia, al ser
ella la Magistrada Responsable del Tribunal, tenía esa responsabilidad y que en base a esa
información, acudió a reuniones con el Consejo de la Judicatura, donde les explicó todo aquello
que le fuera informado en el Ministerio de Hacienda y que un presupuesto que ya estaba
aprobado no podía ser modificada por nadie y que la RA 140/2009, no nació al mundo del
derecho, y que por eso no la impugnó; porque hacerlo sería validarla.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial, -ahora Tribunal Departamental
de Justicia- de Chuquisaca, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 204/09 de
29 de junio, cursante de fs. 384 a 389 y vta., concedió en parte la tutela solicitada, solo en
relación a los demandados y en relación a los derechos al salario, al trabajo y al ejercicio de la
función pública y deniega la tutela en relación a la estabilidad laboral y a la codemandada, Silvia
Salame Farjat y en consecuencia dispone: 1) Dejar sin efecto la RA 140/2009; 2) Rodolfo
Mérida Rendón, Consejero de la Judicatura, ordene de inmediato a las instancias
correspondientes del Consejo de la Judicatura, procedan a la tramitación y aprobación de las dos
planillas pendientes de pago de salarios de los funcionarios del Tribunal, para que la Dirección
Administrativa de dicho órgano proceda a la emisión de cheque y pago efectivo de salarios a los
funcionarios de dicha entidad; con el siguiente fundamento: i) La RA 140/2009, emitida por las
autoridades demandadas, es ilegal, pues no existe norma legal alguna que permita a dichas
autoridades, disponer modificaciones presupuestarias en relación al presupuesto del Tribunal
Constitucional, estando inscrito en el Presupuesto General de la Nación, como parte del
presupuesto del Poder Judicial y aprobado mediante Ley Financial, que no puede ser modificada
por ninguna instancia administrativa; ii) De acuerdo a la Ley del Consejo de la Judicatura y la
Ley del Tribunal Constitucional, el Tribunal tiene la atribución de programar y ejecutar su
Programa Operativo Anual (POA), en coordinación con el Consejo de la Judicatura, no
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existiendo norma alguna que permita al Consejo ajustar o reajustar el presupuesto de la entidad
desconcentrada de manera unilateral; iii) No existe motivación en cuanto al por qué del 15% y
no otro porcentaje; iv) Las autoridades demandadas, emitieron la Resolución impugnada, sin el
quórum suficiente; v) El no pago de salarios a los accionantes, es un efecto de la Resolución
impugnada, siendo por ello, la que ocasiona la vulneración al derecho fundamental a percibir
salarios, no sólo de los representados sino de todo el personal del Tribunal Constitucional, que
cumplió con normalidad sus funciones; vi) En cuanto al resguardo de las fuentes de trabajo,
vinculado al derecho a la estabilidad laboral que reclaman los accionantes, consideran que no
solo esa institución sino en cualquier entidad está reatado a realidades propias y específicas de
dichas entidades y en base a las cuales las autoridades competentes en el marco de sus
atribuciones y dentro del marco de la ley deberán asumir las decisiones que correspondan, por lo
que no incumbe otorgar la tutela al derecho de estabilidad; vii) Con referencia a la demandada
Silvia Salame, se evidencia que para el pago de sueldos de los funcionarios del Tribunal
Constitucional, ha realizado todos los actos necesarios hasta la remisión de planillas al Consejo
de la Judicatura y respecto a que la demandada, no agotó mecanismos para evitar la vulneración
de los derechos emergentes de la resolución impugnada, se tiene elementos probatorias que a la
recepción de la citada Resolución, dicha autoridad respondió de manera inmediata alegando su
ilegalidad y decisión de no acatamiento; y si bien formalmente no consta de su parte, acto formal
administrativo de impugnación, tal omisión no es consecuencia directa de la vulneración de los
derechos de sus representados, razón por la que este tribunal considera que tampoco corresponde
otorgar la tutela solicitada.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.3. Por nota de 7 de mayo de 2009, nuevamente los representados de la mandante manifestaron
a la Magistrada que le correspondía, asumir alguna acción para impugnar la referida Resolución,
por cuanto, la misma era gravosa a sus intereses y derechos; y, dado que ponía en inminente
riesgo sus puestos de trabajo y remuneraciones, el mismo día mediante oficio, les hizo conocer
la nota de 6 de mayo del mismo mes y año, mediante la cual dicha autoridad, manifestó al
Presidente de la Corte Suprema y del Consejo de la Judicatura, que del análisis de la RA 140/09,
se deduce que las decisiones allí asumidas, no surgen de un análisis de la situación institucional
del Tribunal Constitucional y que no tiene fundamentos legales, ni técnico administrativos que
les obliguen a cumplir tales determinaciones (fs. 10 a 13).
II.6. A través del oficio de 29 de mayo de 2009, dirigido a Rodolfo Mérida Rendón, Consejero
de la Judicatura, los funcionarios del Tribunal Constitucional, expresaron que al ser de
conocimiento público la renuncia de la única Magistrada del Tribunal Constitucional, a hacerse
efectiva el 26 de junio de ese año, solicitaron que con sus mismos ítems consignados en el
presupuesto del Tribunal, se les pueda reasignar funciones en otros entes del Poder Judicial, en
forma temporal, hasta que se designen las nuevas autoridades de la institución (fs. 41 a 44).
II.7. El 2 de junio de 2009, los funcionarios del Tribunal Constitucional, se dirigieron mediante
oficio al Consejero de la Judicatura, expresando que todo el personal de esa institución, estuvo
prestando sus servicios con toda normalidad y cumplido las obligaciones inherentes a cada
cargo, motivo por el cual corresponde sean pagados sus haberes (fs. 50 a 61); en la misma fecha
los citados funcionarios, presentaron un memorial ante el Presidente de la Corte Suprema y al
Consejero de la Judicatura, reiterando su solicitud que fue formulada en el recurso de
revocatoria, para que se deje en suspenso la RA 140/2009 y aclararon su legitimación (fs. 62 a
66).
II.8. Por nota de 15 de junio de 2009, los funcionarios del Tribunal Constitucional, solicitaron
nuevamente a la Magistrada Responsable, el pago de los sueldos de mayo, quien les respondió
por nota de 16 de ese mes y año, alegando que no era atribuible a su autoridad la falta de
cancelación de los sueldos de mayo, puesto que las planillas de haberes fueron enviadas ante la
instancia administrativa de manera oportuna; empero, el Consejo de la Judicatura las rechazó; de
igual forma fue rechazada la planilla de haberes del mes de junio, de acuerdo a la nota enviada el
23 del citado mes y año, enviada por la Directora Administrativa y Financiera del Tribunal
Constitucional a la Magistrada Responsable de la citada Institución (fs. 72 a 74 y 242).
Otro aspecto que impugnaron los representantes de Rodolfo Mérida, fue que los representados
no habrían agotado los recursos previstos en la Ley de Procedimiento Administrativo, pues si
bien plantearon el recurso de revocatoria; pero no el recurso jerárquico como correspondía;
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En el caso de autos, se impugna la validez de la RA 140/2009, emitida por los demandados, por
lo que analizando la misma se evidencia lo siguiente: i) La Resolución impugnada, no cuenta
con normativa expresa que permita a los demandados, tomar decisiones modificatorias sobre el
presupuesto aprobado en la Ley Financial para el Tribunal Constitucional; ii) Asimismo, la
reducción del presupuesto del 15% de servicios personales, no fue debidamente fundamentado,
es decir, que no explicó el por qué la reducción de 15% y no del 20% u otro porcentaje, menos
aún fue sustentado jurídicamente; además que el presupuesto no fue objeto de observación por el
Consejo de la Judicatura, formando parte del presupuesto general y el desarrollo, de esa
institución, sus actividades con total normalidad; y, iii) Finalmente la mencionada Resolución
fue emitida sin el quórum correspondiente; porque de acuerdo art. 16 de la Ley del Consejo de la
Judicatura (LCJ), que en ese momento estaba vigente, el pleno del citado Consejo estaba
conformado por cuatro Consejeros más su Presidente que era también Presidente de la Corte
Suprema de Justicia; y, el quórum mínimo que se requería era de al menos tres de sus cinco
miembros, es decir, que la resolución impugnada debió ser suscrita con tres votos, y solo fue con
dos, los mismos que eran insuficientes para emitir la Resolución
En cuanto a la Magistrada Responsable, los mandantes de los accionantes alegan que la misma,
no hubiese gestionado los mecanismos correspondientes para impugnar el acto ilegal que
ocasionó la vulneración de sus derechos y garantías constitucionales y la cancelación de haberes
del mes de mayo; sin embargo, en obrados consta la nota de 6 de mayo de 2009, mediante la
cual dicha autoridad, manifestó al Presidente de la Corte Suprema y del Consejo de la
Judicatura, que del análisis de la RA 140/09, se deduce que las decisiones allí asumidas, no
surgen de un análisis de la situación institucional del Tribunal Constitucional y que no tiene
fundamentos legales, ni técnico administrativos que les obliguen a cumplir tales
determinaciones; asimismo, consta en obrados notas enviadas al Consejo de la Judicatura por la
Magistrada, solicitando se procese con las planillas de haberes de los meses de mayo y junio, las
mismas que fueron rechazadas pidiendo se adecue a la citada Resolución impugnada; en
consecuencia se evidencia que la codemandada, tramitó los mecanismos necesarios para
impugnar la RA 140/2009 y los sueldos de los funcionarios del Tribunal Constitucional.
Finalmente, en relación a la estabilidad laboral, no es posible tutelar este derecho, por cuanto no
es posible incursionar a pretender garantizar hacia futuro los derechos que se invocan,
respondiendo a cuestiones de orden administrativo que deben ser abordados por funcionarios
competentes y de acuerdo a ley.
POR TANTO
1º APROBAR la Resolución 204/09 de 29 de junio de 2009, cursante de fs. 384 a 389 vta.,
pronunciada por la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial, -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Chuquisaca, en consecuencia:
En revisión la Resolución 11/2011 de 17 de agosto, cursante de fs. 164 a 171 pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Simón Alfredo Zambrana Bernal
contra Luis Alberto Aguilar, ex Prefecto y Comandante General; Santos Javier Tito Véliz,
Gobernador; Tomas López Vallarte, Secretario General; y, Omar Caviades Medina,
Encargado Provisión y Dotación de Bienes, respectivamente, todos del Gobierno Autónomo
Departamental de Oruro.
Refirió, que pese a existir dos procesos en trámite, en ninguno de los mismos existe
mandamiento de desapoderamiento o de desalojo; por ende, las autoridades y funcionarios
demandadas, acompañadas por un grupo aproximadamente de treinta personas, ejercieron
derecho por mano propia, pues el 16 de febrero de 2009, a horas 11:45, ingresaron de forma
arbitraria en los ambientes "Cine Paláis Concert"; sin ninguna orden judicial de "desalojo";
expulsando a los trabajadores de los ambientes y procedieron a soldar algunas puertas exteriores,
colocando sus propios candados, con el fin de no permitirles el ingreso a estos ambientes.
Por último, añadió que, ante dicho accionar de las autoridades demandadas, elevó carta
notariada ante el Prefecto, solicitando la entrega de los ambientes y que dejaran de enviarle
notas que en el fondo contienen amenazas, que fue pronunciado por el Encargado de Provisión y
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Dotación de Bienes, al haber sido emitió P.D.B. S 106/2009, rechazando la entrega de los
ambientes.
I.1.3. Petitorio
Solicita que se le conceda la acción de amparo y se disponga: a) Dejar sin efecto la posesión
arbitraria de los ambientes del "Cine Paláis Concert"; b) Que las autoridades demandadas,
efectúen la entrega de todos los ambientes, así como maquinarias, equipos y materiales; y, c)
Que el ilegal desalojo del inmueble, quede sin efecto y se restituyan los derechos que tiene sobre
el mismo como inquilino o arrendatario.
Celebrada la audiencia pública el 17 de agosto de 2011, según consta en el acta cursante de fs.
148 a 163 y vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante, amplió los siguientes términos: 1) El inmueble actualmente sigue
siendo ocupado y utilizado por los personeros de la actual Gobernación indebidamente, sin
considerar que él era el inquilino junto con el personal que tiene a su cargo; y, 2) Las
autoridades demandadas ordenaron que su defendido deje los ambientes que tomó en alquiler, y
por ende, debieron haber aperturado proceso de desalojo.
Los representantes de Santos Javier Tito Véliz, actual Gobernador del Gobierno Autónomo de
Oruro, mediante informe escrito cursante de fs. 137 a 139, señalaron lo siguiente; i) Una vez,
que asumió el cargo de Gobernador, en el inmueble denominado "Cine Paláis Concert" no había
ningún inquilino" (sic), sólo tuvo conocimiento de dos notas el 26 de junio de 2011, la que fue
reiterada el 4 de agosto del referido año, que fueron presentadas por el accionante, solicitando
"la devolución del inmueble en su calidad de inquilino comprometiéndose a cancelar los
cánones con quien fuera propietario"; y, ii) Mediante nota G.A.D.OR./S.A.D.A.J.- 786/2011, se
le comunicó que no existía documentación contractual de arrendamiento; por ello, se remitió
antecedentes a la Secretaría del Gobierno Autónomo de Oruro.
Con relación a Luis Alberto Aguilar Calle, ex -Prefecto; Tomas López Vallarte, Secretario
General; Omar Caviades Medina, Encargado Provisión y Dotación de Bienes, no se hicieron
presentes en audiencia ni presentaron el informe escrito ni justificativo alguno de su inasistencia,
no obstante haber sido citados conforme cursa en fs. 82 y vta.
I.2.3. Resolución
Los Vocales de la Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
constituido en Tribunal de garantías, pronunciaron la Resolución 11/2011 de 17 de agosto,
cursante de fs. 164 a 171 de obrados, por la que se "denegó" la acción de amparo
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 806
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Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. Por documento privado de contrato de alquiler, de 21 de junio del 2001, suscrito entre
Maximiliano Vargas Zaconeta y el ahora accionante, en la cláusula segunda, se acordó alquiler
de los ambientes del "Cine Pálais Concert", a partir del 28 de noviembre de 2003 hasta el 28 de
noviembre del 2006 (fs. 3 y vta.).
II.3. Por memorial de oferta de pago, presentado por el representante del accionante, el 30 de
noviembre de 2007, ante el Juez de Instrucción Primero en lo Civil y Comercial del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, se oferto el pagó de alquileres del inmueble ocupado;
propuesta que fue rechazada por las autoridades demandadas (fs. 6 a 8 y vta.).
II.5. Por nota SDJ 123/2009 de 11 de febrero, Omar Cavidades, Encargado Provisión y
Dotación de Bienes y Servicios del Gobierno Departamental Autónomo de Oruro, solicitó al
accionante que en el plazo de setenta y dos horas a objeto de recoger "TODOS LOS BIENES
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
II.6. Por certificación de 27 de febrero de 2009, la Actuaria del Juzgado Primero de Instrucción
del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, informó que; 1) El proceso de interdicto de
adquirir la posesión se encuentra en trámite; 2) Se señaló audiencia para posesionar a
Venancio Zenteno Atanacio y Federico Rodolfo Montoya Aguilar en representación de Luis
Alberto Aguilar, del entonces Prefecto y Comandante del departamento de Oruro; 3) No existe
ninguna resolución que ordene el desalojo de ninguna persona o dependencia del "Cine Paláis
Concert", ni orden de allanamiento o colocado de candados a los ambientes del referido Cine,
que tampoco se ordenó a funcionarios de la Gobernación para que efectúen el allanamiento (fs.
17).
II.7. El accionante mediante nota de 4 de marzo de 2009, solicitó a Alberto Luis Aguilar, ex-
Prefecto del departamental de Oruro, la devolución de los ambientes del "Cine Paláis Concert" y
que instruya a sus funcionarios, que dejen de enviar notas que contienen amenazas. Dicha
solicitud mereció informe P.D.B.S. 106/2009 de 19 de marzo (fs. 18 a 21).
II.8. El accionante, por nota de 4 de marzo de 2009, pidió al Gobernador de Oruro, dejara de
emitir amenazas y conminatorias contra su persona (fs. 22).
El accionante considera que las autoridades demandadas vulneraron sus derechos a la "seguridad
jurídica", a la igualdad de partes ante la ley, al trabajo, a la industria o comercio, de la propiedad
privada y al debido proceso, toda vez, que al ser inquilino del inmueble en el cual funcionaba el
"Cine Paláis Concert", le hicieron conocer a través de una carta notariada que el referido
inmueble fue trasferido al Gobierno Autónomo Departamental de Oruro; por ello, instauró
proceso de orden de pago a efectos de regularizar las respectivas cancelaciones con el nuevo
propietario; sin embargo, la Gobernación, por su parte interpuso proceso de interdicto de
adquirir la posesión, que se encuentra en trámite; posteriormente, el 16 de febrero de 2009,
personeros de esa institución gobernación y un grupo de treinta personas, procedieron al
cambiado de chapas y a desalojar a sus trabajadores, sin ninguna orden de desalojo. En
consecuencia corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder
o denegar la tutela solicitada.
La acción de amparo constitucional, ha sido instituida como una acción de defensa que otorga
protección contra los actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos o de
persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos y garantías fundamentales de la persona reconocidos por la Constitución Política del
Estado y la ley, y puede ser activada siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados, así se
tiene en virtud a lo dispuesto por los arts. 128 y 129.I de la CPE.
jurídico brinda, realizando justicia directa, con abuso del poder que detentan frente al
agraviado, actos que resultan ilegítimos por no tener respaldo legal alguno y que por el daño
ocasionado y la gravedad de los mismos, merecen la tutela inmediata que brinda el amparo por
vulnerar derechos fundamentales…"; y en cuanto a los fundamentos de la prescindencia de la
subsidiariedad agregó que: "La idea que inspira la protección no es otra que el control al
abuso del poder y el de velar por la observancia de la prohibición de hacerse justicia por mano
propia, control que se extiende tanto a las autoridades públicas como a los particulares que lo
ejercen de manera arbitraria por diferentes razones y en determinadas circunstancias…".
III.3. Requisitos que se deben considerar para determinar una medida de hecho
La citada SC 0148/2010-R, dejó presente que existen requisitos para considerar la situación
como medida de hecho y hacer abstracción de las exigencias procesales, como ser:
"1) Debe existir una debida fundamentación y acreditación objetiva de que efectivamente se
está frente a una medida de hecho o justicia a mano propia, donde el agraviado o accionante se
encuentre ante una situación de desprotección o desventaja frente al demandado, o agresor, sea
autoridad, funcionario o particular o grupo de personas, por la desproporcionalidad de los
medios o acción; la presentación de la acción de amparo constitucional debe ser de manera
oportuna e inmediata, haciendo abstracción de la subsidiariedad. De lo contrario no justificaría
la premura ni gravedad y deberá agotar las instancias jurisdiccionales o administrativas
pertinentes según sea el caso, y agotadas las mismas, acudir a la jurisdicción constitucional.
3) El o los derechos cuya tutela se pide, deben estar acreditados en su titularidad; es decir, no
se puede invocar derechos controvertidos o que estén en disputa, atendiendo claro está, a la
naturaleza de los mismos.
4) En los casos en que a través de medios objetivos se ponga en evidencia que existió
consentimiento de los actos denunciados y acusados como medidas de hecho, no corresponde
ingresar al análisis de la problemática, por cuanto esta acción de defensa no puede estar a
merced del cambio o volatilidad de los intereses del accionante. Sin embargo, cuando el
agraviado o accionante señale que existen actos de aparente aceptación, pero que son producto
de la presión o violencia que vició su voluntad, ésta situación debe ser fundamentada y
acreditada de manera objetiva, en ese caso, será considerada una prueba de la presión o
medida de hecho, inclusive".
Con relación al primer requisito, el accionante en la demanda, alega de manera clara y precisa
las medidas de hecho realizada por las autoridades demandadas; ahora si bien, las autoridades
demandadas pese a su legal notificación, no se presentaron en audiencia, ni emitieron informe
alguno, para desvirtuar lo relatado por el accionante, se debe entender que si sucedieron los
hechos descritos por el accionante; asimismo, corroborando esta situación, en obrados se adjunta
la nota enviada por la Gobernación de 11 de febrero de 2009, conminando al accionante para
que en el plazo de setenta y dos horas desocupe los ambientes y las notas enviadas por el
accionante al Gobernador de 4 y 19 de marzo de 2009, solicitando "la entrega de los ambientes
que fueran abusivamente ocupados por sus dependientes y que se deje de enviar notas que
contienen amenazas" (sic); en cuanto al segundo requisito, el accionar de los funcionarios de la
Gobernación, provocó un daño irreversible e irreparable al accionante, pues al haberse cerrado el
lugar en el cual funcionaba el "Cine Paláis Concert" e impedido el ingreso de los trabajadores,
vulnerando sus derechos fundamentales alegados; con referencia al tercer requisito, no existe
derechos controvertidos en el presente caso, ya que se tiene claramente establecido el derecho
propietario que tiene la gobernación; y, finalmente, en cuanto al último requisito no existe
consentimiento de los actos denunciados y acusados como medidas de hecho.
POR TANTO
pesar de haber vencido los plazos establecidos en el art. 31.III del Reglamento de Recursos de
Revocatoria y Jerárquicos para la Carrera Administrativa, aprobado por Decreto Supremo (DS)
26319 de 15 de septiembre de 2011.
Al no tener respuesta alguna, consideró que el recurso de revocatoria fue denegado, por ello el 22
de julio de 2009, al amparo de los arts. 31.III y 33 del citado Reglamento, planteó recurso
jerárquico del que tuvo conocimiento el Director Departamental como superior jerárquico; sin
embargo, al no haber elevado antecedentes en el plazo de dos días el Director Distrital de
Educación, se le denegó también ese recurso, con lo cual fueron agraviados sus derechos
constitucionales.
I.1.3. Petitorio
Solicita se le conceda tutela y se ordene a las autoridades demandadas que en el día le restituyan al
cargo de docente en las asignaturas de mecanografía computarizada y relaciones humanas, en las
mismas condiciones en las que venía desempeñando esa función antes de su ilegal destitución,
debiendo condenárseles a la reparación de daños y perjuicios, traslúcidos en el pago de sus salarios
correspondientes a los meses de marzo, abril, mayo, junio, julio y agosto de 2009, además de
imponerles responsabilidad administrativa, civil e incluso penal por los actos ilegales en que
incurrieron, así como al pago de costas.
de la interesada por lo que se remitió con una nota de atención a la Ventanilla Única de trámites
del SEDUCA, sin que "hasta la fecha" la accionante hubiera recogido la respuesta; similar
situación ocurrió con el memorial de solicitud de respuesta, a nota de 22 de junio de 2009, que
mereció el informe 154/09 de 29 del referido mes y año, emitido por el Director Distrital de
Educación de Cercado, que también fue derivado a Ventanilla Única de trámites sin que hubiera
sido recogido por la accionante; 2) El 21 de julio del indicado año, la accionante presentó
recurso jerárquico, que mereció respuesta mediante oficio SEDUCA-UAJ-CITE- 04/2009 de 10
de agosto, en el cual se le indicó que debía acompañar la Resolución Administrativa del recurso
de Revocatoria que fue dictada por el Director Distrital de Educación de Cercado, con cuya
respuesta, se tramitaría el recurso jerárquico y se le haría conocer en los plazos
correspondientes, habiendo sido notificada con la mencionada nota el 13 de agosto de 2009; sin
embargo, hasta la fecha la accionante no acompañó la Resolución señalada, lo que impide el
pronunciamiento dentro del plazo establecido por el art. 67 de la Ley de Procedimiento
Administrativo (LPA); 3) El trámite del recurso jerárquico aún se encuentra pendiente, por lo
que en aplicación del principio de subsidiariedad del amparo constitucional, no corresponde
otorgar la tutela pretendida; y, 4) El DS 26319 de 15 de septiembre de 2001, citado por la
accionante, no es aplicable por cuanto desde la vigencia de la Ley de Procedimiento
Administrativo de 23 de abril de 2002 y de su Reglamento aprobado por DS 27113 de 23 de
julio de 2003, los recursos de revocatoria y jerárquico se rigen por dichas normas y el plazo de
noventa días establecido para resolver el recurso jerárquico, aún está vigente.
Por su parte, el abogado y apoderado del Director Distrital de Educación de Cercado, mediante
informe escrito, cursante de fs. 93 a 97, señaló lo siguiente: i) El SEDUCA, emitió convocatoria,
a la cual se presentó la accionante, para el cargo de catedrática del INCOS SECCIÓN
NOCTURNA (gestión 2005); sin embargo, al presente se verificó la documentación, observando
que la accionante no cumplió con los requisitos exigidos en la referida convocatoria, pues al
momento de realizarse la compulsa, no contaba con experiencia de tres años en el área de
docente, que se desempeñaba como Secretaria del Instituto Superior de Comercio "Federico
Álvarez Plata", lo que no le permitía habilitarse como postulante al cargo, por lo que sólo ocupó
la función de catedrática como invitada y no como institucionalizada, mientras se convoque
nuevamente para que se postulen docentes que cumplan con los requisitos; motivo por el cual se
realizó un reordenamiento para reubicar a la accionante como Secretaria en un Centro Educativo
nocturno; y, ii) No es evidente que se hubiera agraviado la dignidad de la accionante porque en
ningún momento fue tratada mal o se menoscabó su dignidad, tampoco es cierto que no se
hubiese pronunciado sobre los recursos que planteó, mas al contrario no se apersonó a recoger,
puesto que se le cursó respuesta en sentido de que debía adjuntar la Resolución Administrativa
del recurso de revocatoria dictada por el SEDUCA; iii) Los recursos planteados por la
accionante no se ajustan a derecho, además que la acción de amparo constitucional no puede ser
planteada si no se agotaron los recursos que franquea la ley, máxime si en el caso presente aún
no se dictó la Resolución del recurso jerárquico planteado por la accionante, teniendo en cuenta
que según el art. 64 de la LPA, el recurso de revocatoria se plantea en el plazo de diez días y la
autoridad tendrá veinte días para resolverlo y que conforme dispone el art. 66 de la citada
norma, el recurso jerárquico debe ser planteado ante la misma autoridad que resolvió el recurso
de revocatoria y no directamente ante la autoridad superior como lo hizo la accionante, debiendo
la autoridad superior resolver en el plazo de noventa días, lo que significa que aún está vigente
dicho plazo; consiguientemente, la accionante no agotó todos los medios y recursos ordinarios;
y, iv) La accionante al margen de no recoger la respuesta a su recurso de revocatoria, nunca
presentó recurso jerárquico ante el SEDUCA de Cercado, además que no tomó en cuenta que la
carrera del Magisterio se regula por su propia legislación especial y no por el Estatuto del
Funcionario Público.
I.2.3.Resolución
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 813
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
La Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial, -ahora Tribunal Departamental
de Justicia- de Cochabamba, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución de 16
de septiembre de 2009, cursante de fs. 100 a 102, declarando "procedente" en parte el
"recurso" de amparo constitucional y dispuso: 1) La inmediata restitución de la accionante al
cargo de catedrática en las asignaciones: mecanografía computarizada, ingles técnico y
relaciones humanas, en el Instituto Superior de Comercio 2 "Federico Álvarez Plata", con el
reconocimiento de los haberes dejados de percibir desde el momento de la intempestiva
interrupción de sus funciones; y, 2) La nulidad de obrados, debiendo las autoridades
administrativas "recurridas", en caso de proceder a la revisión de la designación, sujetarse a las
normas administrativas que rigen para la destitución de los servidores públicos, el fallo se basó
en los siguientes argumentos: a) Existen normas administrativas que regulan el inicio,
desempeño y cesación de las funciones de los servidores públicos y con respectiva claridad
establecen su procedimiento; b) A través de la certificación expedida por el Instituto Superior de
Comercio 2 "Federico Álvarez Plata", se verificó que la accionante desempeñó sus funciones, a
partir de 2005 hasta el 2008, siendo destituida de sus funciones el 12 de marzo de 2009, por
comunicación efectuada vía teléfono bajo el argumento que "había sido cesada de sus funciones
y que otra persona ocuparía partir de mencionada fecha su cargo" (sic), sin importar que dicha
actitud es contraria a lo dispuesto en el Estatuto del Funcionario Público, que prohíbe despidos
discrecionales, sin dar una justificación adecuada sobre los motivos por los que se le destituía de
su funciones; y, c) La nota SDECEI-OFI-305/09 y la respuesta SDECEI-OFI- 326/09, no
constituyen "Resoluciones Administrativas" por ello, no se pueden considerar acto
administrativo de cesación de funciones y menos de resolución de un recurso de revocatoria, de
tal forma, se aperturó un proceso confuso, induciendo a la accionante a incurrir en error
debiendo existir un ambiente de confianza y cordialidad entre los actos, las decisiones del
Estado y el servidor público, como también las actuaciones de los particulares con las
autoridades públicas, con el fin de que exista mutua confianza y exista respeto en las decisiones
o resoluciones obtenidas de las autoridades públicas.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resoluciones dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.3. Por memorando de 1 de abril de 2005, expedido por la Directora del SEDUCA de Cercado,
la accionante fue designada catedrática del Instituto Nacional de Comercio Sección Nocturna, de
acuerdo al memorando ítem es 1072 (fs. 11).
II.5. Por memorial presentado el 14 de abril de 2009, la accionante reclamó al Director del
SEDUCA de Cercado, por la determinación de apartarla del cargo de catedrática en el Instituto
Superior de Comercio "Federico Álvarez Plata", solicitando que se reconozca la legalidad de su
designación mediante memorando de 1 de abril de 2005 y se disponga la inmediata restitución a
su cargo; petición que fue reiterada por memorial de 16 de junio del indicado año (fs. 30 a 33 y
vta. y 34).
II.6. El 23 de junio de 2009, el Director del Servicio Distrital de Educación emitió la nota
305/09, dirigida a la accionante, señalando que al momento de la convocatoria al cargo, no
contaba con el requisito de tres años de experiencia en el área docente, concluyendo que en su
calidad de Secretaria del Instituto Superior de Comercio 2 "Federico Álvarez Plata", no
pertenece a ninguna categoría del escalafón docente, toda vez que no es maestra, por lo que no
puede ejercer el cargo sin contar con un título que acredite ser docente (fs. 37 a 38).
II.7. El 25 de junio de 2009, la accionante interpuso recurso de revocatoria, ante el Director del
Servicio Distrital de Educación, indicando que se sometió a una convocatoria pública para optar
el cargo de catedrática de las asignaciones de mecanografía computarizada, inglés técnico y
relaciones humanas, siendo designada en el mismo, el 1 de abril de 2005; habiendo ejercido
dicha función hasta que de manera sorpresiva fue destituida de su cargo, por ello, solicitó que se
remitan antecedentes al superior jerárquico para que revoque la ilegal determinación (fs. 39 a
40).
planteado ante el Director Distrital de Educación, y solicita que se eleven obrados ante la
autoridad superior en el término de ley (fs. 41).
La acción de amparo constitucional, está prevista en el art. 129.I de la CPE, refiere que: "…se
interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por
la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal
competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los
derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados", de donde se establece que dicha
exigencia no puede ser soslayada por las partes; asimismo, la SC 1372/2011-R de 30 de
septiembre, indicó que el amparo constitucional es: "…subsidiario porque no puede ser
utilizado si previamente no se agotaron la vías ordinarias de defensa, y supletorio porque viene
a reparar y reponer las deficiencias de esa vía ordinaria. En consecuencia, para que los
fundamentos de una demanda de amparo constitucional puedan ser analizados en el fondo, la
parte recurrente debe haber utilizado hasta agotar todos los medios y recursos legales idóneos
para la tutela de sus derechos sea en la vía jurisdiccional o administrativa…".
del Poder Ejecutivo, entre las cuales se encuentran las Prefecturas de Departamentos, todas sus
Direcciones y Servicios, y por ende el Servicio Departamental de Educación y sus niveles
inferiores, son el recurso de revocatoria ante la propia autoridad que emitió un acto ilegal, y
luego el recurso jerárquico ante la autoridad superior, con lo que concluye la vía
administrativa, pudiendo luego recién acudir ante la jurisdicción constitucional".
Respecto a este entendimiento, cabe aclarar que para considerar agotada la vía administrativa, no
sólo será suficiente haber presentado el recurso jerárquico, sino que haya sido resuelto, o en su
caso, que haya transcurrido el plazo que la ley establece para resolver el mismo.
En el caso que se analiza, la accionante denuncia haber sido ilegalmente destituida de su cargo
de catedrática en las asignaturas de mecanografía computarizada, inglés técnico y relaciones
humanas, en el que fue designada, luego de ser la ganadora de una convocatoria pública emitida
para dicho cargo por el Instituto Superior de Comercio "Federico Álvarez Plata" y que no obstante
haber interpuesto recurso de revocatoria ante el Director Distrital de Cercado, dicha autoridad no
resolvió el mismo, ante cuyo silencio administrativo, planteó el recurso jerárquico presentado ante
el Director Departamental de Educación de Cochabamba, quien tampoco emitió pronunciamiento
alguno.
Ahora bien, conforme establecen los arts. 64 y ss. de la LPA, modificada por Ley 3076 de 20 de
junio de 2005, el recurso de revocatoria deberá ser interpuesto por el interesado ante la autoridad
administrativa que pronunció la resolución impugnada, dentro del plazo de diez días siguientes a
su notificación, debiendo ser resuelto en el término de veinte días, y vencido el plazo no se
dictare resolución, el recurso se tendrá por denegado pudiendo el interesado interponer el
recurso jerárquico ante la misma autoridad administrativa competente para resolver el recurso de
revocatoria, dentro del plazo de diez días siguientes a su notificación, o al día en que se venció
el plazo para resolver el recurso de revocatoria, quien en el plazo de tres días deberá remitir a la
autoridad competente el recurso y sus antecedentes para su conocimiento y resolución, a ser
pronunciada en el plazo de noventa días, computable a partir de la interposición del recurso. Si
vencido dicho plazo no se dicta resolución, el recurso se tendrá por aceptado y en consecuencia
revocado el acto recurrido, bajo responsabilidad de la autoridad pertinente.
Educación, de donde se concluye que aún se encuentra pendiente la resolución de dicho recurso,
pues desde la fecha de interposición del recurso jerárquico (21 de julio de 2009), hasta la
interposición de la presente acción de amparo constitucional (17 de agosto de 2009), no
transcurrió el plazo de noventa días que el art. 67.I de la LPA, establece para que la autoridad
jerárquica resuelva el recurso; consiguientemente en aplicación del principio de subsidiariedad
establecido en los fundamentos que preceden, así como del entendimiento expresado respecto al
agotamiento de la vía administrativa de reclamo, no es posible analizar el fondo de la
problemática planteada en esta acción tutelar, puesto que la accionante utilizó un medio de
defensa útil y procedente para la defensa de sus derechos, pero que en su trámite el mismo no se
agotó.
POR TANTO
Ante el Juzgado Noveno de Instrucción en lo Civil del Distrito Judicial de La Paz, se tramitó una
demanda preliminar de reconocimiento de firmas y rubricas, habiéndose dictado la Resolución
32/2002 de 10 de enero, dándose por reconocidas su firma y rubrica, posteriormente el 22 de
junio del mismo año, se formalizó en su contra juicio civil ejecutivo, cuya base y fundamento
consiste en un cheque del Banco Unión 00095, girado el 29 de febrero de 2000, por la suma de
$us. 4.500 (cuatro mil quinientos dólares estadunidenses); el que al ser un documento mercantil,
como lo señala el art. 487 inc. 3) del Código de Procedimiento Civil (CPC), constituye un título
ejecutivo, respecto a éstos el art. 607. 1) y 616 del Código de Comercio (Ccom), dispone que se
debe presentar el cheque al Banco dentro de los 30 días, de lo contrario prescribiría a los seis
meses la acción ejecutiva, citando el art. 618 del Ccom.
Refiere que el informe 196/2008, emitido por el Banco Unión, establece que el cheque señalado,
fue rechazado en 11 de febrero del 2000, y "...a partir de esa fecha la tenedora ahora ejecutante
en ese juicio (Sra. Rivero), TENIA SEIS MESES CALENDARIO, para presentar su demanda
ejecutiva, que CADUCÓ El 20 DE AGOSTO DE 2000 (sic.)". Por otra parte, la demanda
preliminar recién fue presentada al juzgado el 13 de noviembre de 2001, y peor aún la demanda
ejecutiva data del 22 de julio de 2002, es decir, fue presentada después de dos años de rechazado
el cheque, demanda ejecutiva que se encontraría en ejecución y en este estadio procesal.
Señala además, que con los fundamentos vertidos habría opuesto excepción de prescripción, la
misma que fue resuelta por el Juez Noveno de Instrucción en lo Civil, mediante Resolución
437/2008 de 14 de junio, que declaró probada la misma, disponiendo prescrita la acción
ejecutiva, con el fundamento del art. 1497 del Código Civil (CC).
Manifiesta que la parte contraria en el proceso ejecutivo apeló la Resolución antes mencionada,
habiéndose radicado la causa ante el Juzgado Tercero de Partido en lo Civil y Comercial, a cargo
de la Jueza ahora demandada, instancia que dictó - en su concepto - la agraviante Resolución
515/08 de 22 de diciembre de 2008, revocando el Auto Definitivo 437/2008 de 14 de julio, por
ende declarando improbada la excepción de prescripción que interpuso, la misma que es objeto
de la presente acción de amparo constitucional, por la cual se pretende se verifique si en la labor
interpretativa la Jueza que dictó el mencionado Auto de Vista no quebrantó los principios
constitucionales como son la jerarquía normativa, legalidad, seguridad jurídica y los derechos a
la propiedad privada, a la defensa y a la justicia.
Por encontrarse el proceso ejecutivo en estado de remate que afecta directamente sus derechos a
la propiedad, a la defensa y al debido proceso reconocidos por los arts. 56, 119.II y 117.I de la
Constitución Política del Estado (CPE), puesto que al haberse sustentado el Auto de Vista de
manera unilateral en el Código adjetivo, se le habría privado asumir defensa.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 11 de mayo de 2011, según consta en el acta cursante de fs. 97
a 98 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.4. Resolución
La Sala Civil Primera de la Corte Superior de Justicia del Distrito Judicial de La Paz, constituida
en Tribunal de garantías, por Resolución 018/2011 de 11 de mayo, cursante de fs. 99 a 102 de
obrados, concedió el amparo constitucional interpuesto, anulando en su merito la Resolución
515/08 pronunciada por la Jueza Tercera de Partido en lo Civil y Comercial del mismo Distrito
Judicial, disponiendo se dicte un nuevo Auto de Vista, con el siguiente fundamento:
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformo la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la
liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro del plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. En el proceso ejecutivo interpuesto por Adela Rivero España contra Julia Marcela Sumi de
Ayala, por el cobro de cheque de $us 4.500.-, el Juez Noveno de Instrucción en lo Civil del
Distrito Judicial de La Paz, declaró probada la excepción de prescripción mediante Auto
Definitivo 437/2008 de 14 de junio, que fue planteada en ejecución de sentencia (fs. 27 y vta.).
II.2. Contra esa Sentencia de primer grado, la demandante Adela Rivero España planteó
apelación, primordialmente porque de acuerdo a los arts. 507 y 509 del CPC, las excepciones
previas se deben presentar dentro los cinco días y las perentorias hasta antes de dictar sentencia,
por lo que resulta ilógico que el Juez resuelva una excepción después de dictada una sentencia
que se halla en ejecución (fs. 30 a 31 y vta.).
II.3. En apelación, el Auto Definitivo 437/2008, fue revocado por la Jueza Tercera de Partido en
lo Civil y Comercial, María Consuelo Chacón Schmidt de Méndez (hoy demandada), mediante
Auto de Vista 515/08, declarando improbada la excepción de prescripción, mencionando la
descripción de la Resolución apelada y la obligación de los jueces de alzada que señalan los arts.
15 de la Ley de Organización Judicial (LOJ) de 1993 y 236 del CPC, para señalar que la parte
ejecutada no consideró lo dispuesto por los arts. 507 y 509 del CPC., de cuyo contenido deduce
que en ejecución de sentencia no procede interponer excepción perentoria alguna (fs. 43 y vta.).
A su vez, el art. 129 de la misma Norma Fundamental establece que: 'I. La Acción de Amparo
Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con
poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante
cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados. II. La
Acción de Amparo Constitucional podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses,
computable a partir de la comisión de la vulneración alegada o de notificada la última decisión
administrativa o judicial".
En la presente acción tutelar, conforme a los antecedentes que cursan en obrados y la pretensión
de la ahora accionante, es imperioso referirse a la interpretación de la legalidad ordinaria,
respecto a la cual la jurisdicción constitucional se ha pronunciado, señalando que:"Si bien la
interpretación de la legalidad ordinaria debe ser labor de la jurisdicción común, corresponde a
la justicia constitucional verificar si en esa labor interpretativa no se han quebrantado los
principios constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, entre ellos, los de
legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido
proceso; principios a los que se hallan vinculados todos los operadores jurídicos de la nación;
dado que compete a la jurisdicción constitucional otorgar la protección requerida, a través de
las acciones de tutela establecidas antes en los arts. 18 y 19 de la CPE abrg, ahora en los arts.
125 y 128 de la CPE, ante violaciones a los derechos y garantías constitucionales, ocasionadas
por una interpretación que tenga su origen en la jurisdicción ordinaria, que vulnere principios
y valores constitucionales. (SC 1846/2004 - R de 30 de noviembre).
Para que la jurisdicción constitucional realice la interpretación de la legalidad ordinaria, ante una
supuesta lesión de derechos constitucionales en la interpretación efectuada por la jurisdicción
ordinaria, se asume el entendimiento contenido en las SSCC 0085/2006-R y 2045/2010-R, entre
otras, al ser imprescindible que quien la solicite cumpla con los requisitos de: "i) Expresar en
forma precisa los fundamentos jurídicos en los que sustenta su posición, fundamentos en los que
deberá exponer con claridad y precisión los principios o criterios interpretativos que no fueron
cumplidos o fueron desconocidos por el juez o tribunal que realizó la interpretación y
consiguiente aplicación de la norma interpretada; y, ii) Exponer qué principios fundamentales o
valores supremos no fueron tomados en cuenta o fueron desconocidos por el intérprete al
momento de desarrollar la labor interpretativa y asumir la decisión impugnada; pues resulta
insuficiente la mera relación de hechos o la sola enumeración de las normas legales
supuestamente infringidas, porque sólo en la medida en que el recurrente expresa adecuada y
suficientemente sus fundamentos jurídicos la jurisdicción constitucional podrá realizar la labor
de contrastación entre la interpretación legal realizada por la jurisdicción ordinaria y los
fundamentos que sustentan la interpretación y las conclusiones a las que arribó, con los
fundamentos y pretensiones expuestos por el recurrente, ahora accionante".
De los antecedentes procesales se constata que la accionante denuncia que dentro del proceso
ejecutivo que se le siguió por cobro de cheque, una vez pronunciada la Sentencia 939/2002 de 1
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 824
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
de octubre de 2002, que declaró probada la demanda, la misma se ejecutorió al no haber sido
apelada por las partes; circunstancia por la que en ejecución de fallos, planteó la excepción de
prescripción, que fue declarada probada por el Juez Noveno de Instrucción en lo Civil,
Resolución que en apelación fue resuelta por la Jueza Tercera de Partido en lo Civil y
Comercial, quien -según su criterio- realizó una interpretación parcial y equivocada, sólo en base
a los arts. 507 y 509 del CPC, en la emisión del Auto de Vista 515/08, que revocó el Auto
Definitivo apelado y declaró improbada la excepción de prescripción que le beneficiaba,
omitiendo una interpretación sistemática e integral del art. 1497 del CC.
Al respecto, cabe señalar, que conforme se ha referido precedentemente, para que la jurisdicción
constitucional realice la interpretación de la legalidad ordinaria, el accionante debe cumplir con
los requisitos señalados en el Fundamento Jurídico III.2.1 del presente fallo, los que en este caso
no han sido cumplidos, toda vez que la ahora accionante en el memorial de acción de amparo
constitucional, señala: "que el contenido de los arts. 334, 337, 344 y 509 del CPC, en
interpretación sistemática integral reconocen la admisibilidad de las excepciones en ejecución de
sentencia en juicio ejecutivo, aspecto absolutamente desconocido por la Juez Tercero de Partido
en lo Civil y Comercial, que no ha realizado una interpretación correcta de la norma sustantiva,
constitucional y adjetiva, sobreponiendo de manera unilateral una norma de inferior rango como
el Código de Procedimiento Civil, a la norma superior como es el Código Civil", sin expresar
adecuadamente ni precisar los fundamentos jurídicos por los cuales considera se lesionaron sus
derechos o garantías fundamentales, omitiendo exponer con claridad y precisión los principios o
criterios interpretativos que no fueron cumplidos o desconocidos por la Jueza de alzada o cuáles
fueron los principios fundamentales o valores supremos que no tomó el cuenta, limitándose a
citar las disposiciones legales que reconocen la admisibilidad de la excepciones en ejecución de
sentencia y que la autoridad jurisdiccional no realizó una interpretación correcta de la norma
sustantiva, constitucional y adjetiva, sobreponiendo de manera unilateral una norma de inferior
rango; omisiones que no hacen viable que se realice la interpretación de la legalidad ordinaria
por la jurisdicción constitucional, al no haberse cumplido -como se dijo- con los requisitos que
se exigen para proceder a ello.
En consecuencia, la situación planteada no se encuentra dentro de las previsiones del art. 128 de
la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la acción de amparo constitucional no
efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales ni dio correcta aplicación al
citado precepto constitucional.
POR TANTO
2° En virtud a lo dispuesto por el art. 48.IV de la LTC, en mérito al tiempo transcurrido y por
economía procesal, se mantienen los efectos de la Resolución del Tribunal de garantías,
disponiendo que subsistan los actos procesales desarrollados como emergencia de la concesión
de la tutela.
Por memorial presentado el 19 de junio de 2009, cursante de fs. 165 a 166., la accionante por su
representado alega que:
Existe una investigación penal seguida por el Servicio Nacional de Caminos (SNC) en
liquidación en su contra, en base a informes emitidos por la Contraloría General del Estado, los
cuales merecieron el recurso de impugnación al tenor del art. 43 inc. b) de la Ley de
Administración y Control Gubernamentales (L1178), razón por la cual, en mérito a dicho
recurso, dentro del proceso penal mencionado interpuso excepción de prejudicialidad ante el
Juez Décimo de Instrucción en lo Penal, con el argumento de la existencia de un "trámite" extra
penal en la Contraloría General de la Republica -ahora Contraloría General del Estado- y que la
resolución que emerja del mismo, determinará los elementos constitutivos de los tipos penales
que le imputaron, por lo que correspondería la paralización de la investigación. En ese sentido,
el Juez de la causa dispuso la suspensión de la acción penal hasta que el procedimiento
administrativo dicte la resolución respectiva; sin embargo, las autoridades hoy demandadas, en
razón a la apelación planteada por el representante del SNC en liquidación, revocó el fallo
apelado, disponiendo "la continuación de la acción penal sin analizar correctamente la
documentación" (sic), como también realizaron una errónea interpretación de la SC
0830/2007-R "al indicar que solo se presenta esta excepción de prejudicialidad cuando
existe otro proceso, en otros órganos jurisdiccionales como ser civil, laboral" (sic).
I.1.3. Petitorio
El representante legal del SNC en liquidación en calidad tercero interesado indicó que: 1) El
imputado es investigado por la presunta comisión de los delitos de falsedad material, falsedad
ideológica y uso de instrumento falsificado, por haber participado en un proceso de contratación
como representante de empresas supuestamente ficticias, solo con el propósito de adjudicarse
dicho contrato; en este sentido, ningún proceso de aclaración en la Contraloría General del
Estado, podría determinar la falsedad de los documentos cuestionados que deben ser
determinados por la justicia ordinaria en sede penal y no en la administrativa; 2) La acción de
amparo constitucional, no demuestra sustento legal válido ni objetivo de cualquier acto u
omisión indebida ilegal de parte de los "recurridos" que haya generado lesión a derechos
fundamentales, extremo que debió ser observado con el rechazo in limine; y, 3) El accionante
tiene la oportunidad de presentar sus descargos en sede penal vía actos de investigación dentro
del desarrollo de la etapa preparatoria y de esta manera buscar un acto conclusivo de
sobreseimiento.
I.2.4. Resolución
Mediante Resolución 161/2009, cursante de fs. 165 a 166, la Sala Civil Segunda, denegó la
acción de amparo constitucional en base al siguiente argumento: La Sala Penal Primera emitió el
Auto de Vista 44 de 20 de abril de 2009, debidamente fundamentado y conforme a ley, toda vez
que, el informe de la Contraloría General de la República se constituye en un simple indicio; sin
embargo, quien tiene que determinar si existe o no responsabilidad penal en cuanto a los delitos
que se le atribuyen al accionante, corresponde al órgano jurisdiccional penal.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose Resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a denuncia del SNC en
liquidación, el Fiscal de Materia Anticorrupción, imputó formalmente a Jean Daher Jarjoui por
la presunta comisión de los delitos de falsedad material, falsedad ideológica y uso de
instrumento falsificado (fs. 80 a 81).
II.2. Mediante memorial presentado el 30 de octubre de 2007, Jean Daher Jarjoui, formuló
excepción de fs. 82 a 84); misma que fue resuelta por Auto 319/07 de 23 de noviembre de 2007,
a través del cual el Juez Décimo de Instrucción en lo Penal, admitió la referida excepción,
disponiendo la suspensión de la acción penal hasta que el "procedimiento extrapenal", dicte la
resolución respectiva (fs. 69 a 70).
II.3. Jaime Aguirre Arauz, en representación del SNC en liquidación, interpuso recurso de
apelación incidental contra el Auto 319/07 (fs. 105 a 107 vta.); por Auto de Vista 44, dictado por
la Sala Penal Primera, se declaró admisible y procedente la apelación planteada y por
consiguiente se revocó el Auto 319/07 emitido por el Juez Décimo de Instrucción en lo Penal,
disponiendo la continuación de la acción penal iniciada contra Jean Daher Jarjoui (fs. 118 a
120).
La accionante por su representado alega que las autoridades demandadas vulneraron sus
derechos a la defensa, al debido proceso, a la igualdad, a la presunción de inocencia y al
principio de seguridad jurídica, toda vez que, interpuso recurso de impugnación en sede
administrativa contra los informes emitidos por la Contraloría General del Estado y por ello,
planteo ante el Juez Décimo de Instrucción en lo Penal, excepción de prejudicialidad, quien
dispuso la suspensión de la acción penal hasta que el procedimiento administrativo dicte la
resolución respectiva; fallo que fue revocado por las autoridades hoy demandadas, previa
solicitud del Servicio Nacional de Caminos en liquidación, disponiendo la continuación de la
acción penal sin analizar correctamente la documentación presentada y bajo una errónea
interpretación de la SC 0830/2007-R. Corresponde analizar, si en el presente caso se debe
conceder o denegar la tutela solicitada.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 828
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
El art. 196.I de la CPE, establece que: "El Tribunal Constitucional vela por la supremacía de la
Constitución, ejerce el control de constitucionalidad y precautela el respeto y vigencia de los
derechos y las garantías constitucionales", por la su parte la ley de desarrollo, Ley del Tribunal
Constitucional, en su art. 1.II señala que: "Son fines del Tribunal Constitucional ejercer el
control de constitucionalidad y garantizar la primacía de la Constitución, el respeto y vigencia de
los derechos y garantías fundamentales de las personas, así como la constitucionalidad de las
convenciones y tratados" (sic). Finalidad que no debe ser desnaturalizada o confundida, a través
de pretensiones que van contra sus atribuciones.
Por ello, si bien es cierto que la labor jurisdiccional es transversal, es decir en el desarrollo de
sus atribuciones aborda diversas temáticas desde la vertiente constitucional cuando se activa una
acción, recurso o consulta constitucional; no es menos evidente que también tiene ciertos
límites, siendo uno de ellos la interpretación de las leyes al caso concreto dentro de los procesos
ordinarios, y otro, la valoración de la prueba en torno a la definición de la situación jurídica de
fondo en el proceso ordinario en cuestión.
ordinaria y los fundamentos que sustentan la interpretación y las conclusiones a las que arribó,
con los fundamentos y pretensiones expuestos por el recurrente del amparo constitucional'.
Sin embargo, excepcionalmente este Tribunal puede revisar dicha labor, claro está, sin que ello
signifique sustituir la función exclusiva y privativa del órgano jurisdiccional o administrativo,
cuando: "…a) Exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles
para decidir (…) o b) Cuando se haya adoptado una conducta omisiva expresada, entre otras,
en no recibir, producir o compulsar cierta prueba inherente al caso y, su lógica consecuencia
sea la lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales…" (SC 1758/2010-R de 25
de octubre).
De la revisión de la acción de amparo constitucional que nos ocupa y su petitorio, se tiene que la
accionante por su representado pretende: i) La interpretación de la SC 0830/2007-R de 10 de
diciembre, toda vez que dentro de la excepción de prejudicialidad interpuesta por su parte,
sostiene que la citada Resolución no fue aplicada de manera correcta por las autoridades
demandadas al emitir el Auto de Vista 44, por el cual revocaron el Auto 319/07 emitido por el
Juez Décimo de Instrucción en lo Penal, disponiendo la continuación de la acción penal iniciada
en su contra, solicitando la "revocatoria" del mismo; y, ii) Se analice la documentación
presentada con dicha excepción, puesto que las autoridades demandadas no lo hicieron
correctamente.
Ahora bien, según informan los datos del proceso, se tiene que las autoridades demandadas,
revocaron el Auto que suspendió la acción penal, pero según la accionante, "sin analizar
correctamente la documentación" (sic) presentada como prueba adjunta a la excepción de
prejudicialidad interpuesta; en este sentido, se tiene que la pretensión directa de la accionante
es la revisión de las atribuciones de la vía ordinaria ligada al análisis de la valoración de la
prueba dilucidada en la tramitación de la citada excepción, por ello es que precisamente
pretende retrotraer el proceso judicial de donde emerge la presente acción tutelar; cometido que
este Tribunal no puede realizar, tal cual se tiene mencionado en el Fundamento Jurídico III.3 de
esta Resolución, puesto que la valoración de la prueba le corresponde a las instancias ordinarias,
caso contrario se ocasionaría una disfunción procesal entre ambas jurisdicciones; sin embargo,
efectivamente la jurisdicción constitucional puede intervenir en la revisión de dicho análisis
solamente cuando se cumplan con los presupuestos citados en la jurisprudencia señalada en el
Fundamento Jurídico referido; empero, tampoco ha cumplido con los mismos, dado que no ha
fundamentado ni acreditado la omisión valorativa de la indicada prueba, ni irrazonabilidad en
dicha labor. Situación que ratifica la imposibilidad de compulsar la prueba referida en la acción
tutelar.
POR TANTO
Mediante memorial presentado el 1 de octubre de 2009, cursante de fs. 134 a 138 vta., y escrito
de aclaración de 5 de agosto de 2011 (fs. 164 a 165), la accionante expresa los siguientes
fundamentos:
Por méritos propios y cumpliendo con todas las exigencias legales, asumió funciones como
Docente en la Carrera de Artes Plásticas del Instituto Normal Superior "Simón Bolívar";
empero, el 7 de octubre de 2008 apareció en dependencias del Coordinador del Área de Ciencias
Artísticas Musicales y Deportivas, una carta anónima -de denuncia en su contra- a la que se
adhirieron cuatro hojas -de firmas- que circularon para control de asistencia y no para presentar
ninguna solicitud de retiro con relación a ella; sin embargo, se remitió ante el Tribunal
Disciplinario de la entidad aludida que el 14 de noviembre de la misma gestión dictó el Auto
Inicial de Proceso Disciplinario, dentro del cual prestó su declaración informativa aclarando
todos los extremos atribuidos.
resaltando que según la última parte del art. 6 del Reglamento de Procesos a Docentes y
Administrativos, correspondía su sobreseimiento al no haberse dictado el Auto Final dentro de
los veinte días hábiles; cuestionando, de igual manera, la falta de decretos sobre la presentación
de pruebas de descargo y el hecho de no haberlos tomado en cuenta.
El 3 de abril de 2009, pidió se dicte resolución adjuntando mayor prueba de descargo; empero,
extrañamente la Resolución -de segunda instancia- emitida por el Concejo Directivo del Instituto
Normal Superior "Simón Bolívar", se dictó el 12 de enero de 2009, incluso un mes antes a la
presentación de la apelación -2 de febrero-; a cuya consecuencia, presentó recurso de
explicación el 6 de abril del citado año, documento que hasta la fecha de presentación de esta
acción de amparo constitucional, no tiene respuesta pese a sus insistencias verbales y escritas.
Sin resolver la explicación, ni haberse dispuesto su sobreseimiento el 6 de abril de 2009 se
dispuso la ejecución del Auto Final emitiendo Memorando de suspensión de actividades
laborales sin goce de haberes en su contra, el mismo que devolvió a través de nota de 7 del
citado mes y año, y que a la fecha no tiene respuesta ni fue dejado sin efecto, empero ante varias
violaciones y amenazas, gracias a sus protestas e insistencias verbales y escritas es que el propio
Director General de la Institución le convocó a su despacho, proponiéndole una solución
alternativa con la finalidad de no presentar ningún recurso de amparo, ofreciéndole dejar sin
efecto la sanción si aceptaba los hechos, propuesta que no tuvo una contraoferta de su parte por
cuanto no reconoce los hechos, encontrándose a la fecha con la amenaza latente de la ejecución
de su suspensión.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, ordenándose la nulidad de las actuaciones "al haber sido dictada la
resolución de auto final fuera de término…habiendo sido dictada la resolución de auto de
vista…antes de la presentación de la apelación" (sic); y, dejándose sin efecto el Memorando de
suspensión de actividades laborales, más la imposición de costas procesales y honorarios
profesionales.
José Antonio Villalba, en audiencia afirmó que recién asumió el cargo de Director General de la
Escuela de Formación de Maestros "Simón Bolívar", el 1 de septiembre de 2009; en
consecuencia, tiene conocimiento superficial de los hechos relatados en la acción de amparo
constitucional, razón por la cual cedió la palabra al Asesor Jurídico de dicha Institución, quien
alegó: a) La agraviada pudo haber pedido la revisión de la Resolución de apelación ante el
Ministerio de Educación, al no haberlo hecho no agotó la vía administrativa; b) No fue
sancionada, tampoco se ejecutó el fallo del Tribunal Disciplinario, omisión que impide
compulsar la problemática planteada; c) Existe falta de legitimación pasiva dado que si bien el
Tribunal Disciplinario, conformado en aquel entonces, solamente tenia vigencia por un año,
actualmente el Tribunal ya no está conformado por Rodolfo Benavides sino por Néstor Benito
Huanca y por María Elena Martínez, situación que conforme establece la SC "711/2005" para
que sea viable la acción tutelar, todos los miembros que asumieron la decisión tendrían que
figurar como demandados, resultando que el Auto Final, como el Fallo Inicial del proceso
disciplinario están firmando por tres autoridades y lamentablemente el amparo constitucional
sólo se dirigió contra dos autoridades; d) Tampoco se cumplió con los establecido en la SC
"1351", que establece quienes son terceros interesados, en el caso presente tal calidad
corresponde a los estudiantes de la Carrera de Artes Plásticas, quienes denunciaron a la actual
actora, razón por la cual debe declararse la improcedencia de la demanda tutelar; e) Rechaza los
argumentos de la acción de amparo, dado que mediante Resolución 01/2008 de 14 de
noviembre, a causa de denuncias presentadas por los estudiantes de la Carrera de Artes Plásticas
y por instrucción de las autoridades del Instituto Superior "Simón Bolívar", se instauró el
proceso disciplinario contra la accionante, por faltas establecidas y tipificadas en el art. 5 del
Reglamento de Procesos a Docentes y Administrativos; f) El "19 de noviembre" se notificó a la
procesada con el Auto Inicial de Proceso; el 28 de noviembre de 2008, prestó su declaración
informativa, notificándole en la misma audiencia con el Auto de Apertura del término de
pruebas de veinte días hábiles, transcurrido el cual se cerró dicha etapa el 26 de diciembre de
2008; g) Mediante Resolución 02/2008 de 29 de diciembre, al existir suficientes indicios de
prueba de responsabilidad contra la procesada, el Tribunal decidió sancionarla en aplicación del
art. 8 inc. c) del citado Reglamento, suspendiéndola temporalmente de sus funciones durante
quince días, sin goce de haber; h) El 2 de febrero de 2009, dentro del término de ley, la
accionante interpuso recurso de apelación contra la Resolución "02/2009" de 29 de diciembre de
2008, remitida al Directorio del Instituto Normal Superior "Simón Bolívar", instancia en la que
la accionante no presentó sus pruebas en su oportunidad; i) Las autoridades demandadas no
tuvieron receso, sino que continuaron con sus funciones atendiendo no solamente el caso de la
accionante, también otros procesos, por lo que en grado de apelación el Consejo Directivo
determinó confirmar el Auto recurrido y ordenar su ejecutoria, no siendo evidente la lesión de
derechos aseverado por la agraviada; j) Desde la declaración informativa hasta el Auto Final del
proceso, la procesada fue atendida por un profesional abogado, así como en la presentación de
pruebas de descargo; por ende, no existe ninguna violación de derecho ni fundamento legal para
interponer la acción de amparo constitucional.
I.2.3. Resolución
opera ante la falta de pronunciamiento a los recursos interpuestos contra resoluciones finales, en
el presente caso la ausencia de pronunciamiento es una solicitud de explicación y enmienda,
determinando la jurisprudencia constitucional al respecto, SC 0962/2011-R de 22 de junio, lo
siguiente: "La pretensión de la parte, respecto al fondo de la resolución que dirima un derecho
o la imposición de una sanción, es susceptible de impugnarse a través del recurso de apelación
y consiguientes medios de impugnaciones previstos en la ley; no así, con una solicitud de
explicación, complementación y enmienda, como se tiene dicho su repercusión es totalmente
limitada en relación a la decisión de fondo, al extremo que si se la niega, no tiene ninguna
incidencia en la resolución manteniéndose incólume, no se incluye lo reclamado, no forma
parte de lo resuelto. Es mas aún, de incluirse o modificarse los datos invocados, no alteran la
trascendencia de la decisión; por ello el juez o tribunal la resuelve sin sustanciación"; 2) Por lo
expresado, concluye que en el caso de análisis no existe la concurrencia del silencio
administrativo, como señala el AC 77/2011-RCA de 28 de febrero, por cuanto ya existe el
pronunciamiento de fondo por parte del Consejo Directivo del Instituto Normal Superior "Simón
Bolívar", quienes mediante Resolución 001/2009 de 12 de enero, confirmaron en todas sus
partes la Resolución 02/2008, rechazando la apelación formulada, a cuyo efecto el fondo se
encuentra resuelto y simplemente pendiente la respuesta a la solicitud de explicación, la cual de
ninguna forma alteraría el fondo de los resuelto; 3) Siendo que en la acción de amparo
constitucional se denunció la vulneración al debido proceso, derecho a la defensa, derecho a la
presunción de inocencia, a la "seguridad jurídica", y no así al derecho a la petición, el Tribunal
advierte que ninguno de estos derechos fueron vulnerados por las autoridades de la referida
Institución; y, 4) Concluye afirmando que la protección que brinda la acción tutelar "no se activa
cuando los efectos de la resolución o acto impugnado hubieren sido correctamente reclamados"
(sic), en el caso analizado se denunció la falta de respuesta a la solicitud de explicación, el
pronunciamiento del Auto de Vista antes que se presente el recurso de apelación y otros
aspectos, sin considerar en lo mínimo que la acción de amparo constitucional, no puede ser
utilizada como mecanismo alternativo o sustitutivo de protección, dado que ello desnaturalizaría
su esencia.
Por mandato de la normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de la acciones tutelares ingresadas a los Tribunal de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presenta causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se señalan
seguidamente:
223), así como un Auto de la misma fecha por la que el Fiscal Promotor declaró abierto el
término probatorio de veinte días hábiles a contar desde su pronunciamiento (fs. 220).
II.2. Por Auto de "26" de diciembre de 2008 -fecha sobrescrita- el Presidente y Fiscal Promotor
del Tribunal Disciplinario, declararon el cierre del término de pruebas (fs. 176).
II.4. Mediante Resolución 001/2009 de 12 de enero, el Concejo Directivo del Instituto Normal
Superior "Simón Bolívar", conformado por Walter Amézaga Antequera, Ana María Irusta
Vásquez y Jesús Flores Condarco, Director Administrativo Financiero, Directora Académica y
Director General, respectivamente, en aplicación del art. 8 del Reglamento de Procesos a
Docentes y Administrativos, confirmó en todas sus partes la Resolución "02/2008 de fecha 29 de
diciembre de 2008" (sic) -haciendo referencia al Auto Final y sancionatorio descrito en el punto
anterior-, rechazando la apelación formulada, ordenando el cumplimiento de la sanción impuesta
por el Tribunal Disciplinario a partir de su notificación (fs. 106 a 107 vta.).
Sobre este requisito de forma; es decir, la coincidencia que debe existir entre la persona o
autoridad que presuntamente cometió la trasgresión de derechos fundamentales y garantías
constitucionales y aquella contra quien se dirige la acción, la jurisprudencia constitucional
definió diferentes situaciones que deben ser observadas por los agraviados con la finalidad de
identificarse plenamente a la persona o autoridad llamada a responder por las violaciones a
derechos y garantías; y, su correspondiente reparación, asumiendo en cuanto a la legitimación
pasiva de tribunales u órganos colegiados, la siguiente línea: "…para que sea viable el recurso
de amparo, cuando es planteado contra decisiones judiciales o administrativas pronunciadas
por tribunales y órganos colegiados públicos o particulares, sea como emergencia de procesos,
o de cualesquier tipo de decisiones o actos, es de inexcusable cumplimiento que esta acción
tutelar esté dirigida contra todos los miembros que asumieron dichas decisiones y, por lo
mismo, se constituyan en agraviantes de los supuestos actos lesivos denunciados…" (SC
0711/2005-R de 28 de junio, entendimiento acorde al ordenamiento constitucional vigente,
asumido y reiterado por las SSCC 0829/2010-R, 0937/2010-R, 1921/2010-R y 0229/2011-R);
sin embargo, este razonamiento general admite entre una de sus excepciones el caso de los
tribunales u órganos colegiados conformados por numerosas autoridades o representantes,
situación que se presenta en los consejos universitarios, asambleas de sociedades cooperativas,
sociedades anónimas, sociedades de responsabilidad limitada, sindicatos, asociaciones, entre
otras, cuya citación a todos y cada uno de los intervinientes, resultaría difícil, si no imposible,
provocando un inoportuno acceso a la justicia (SSCC 0447/2010-R y 0509/2010-R).
La accionante, Docente de la Carrera de Artes Plásticas del entonces Instituto Normal Superior
"Simón Bolívar", considera que durante la tramitación del proceso disciplinario iniciado en su
contra, tanto el Tribunal Disciplinario, como primera instancia; y, el Consejo Directivo, como
instancia de apelación de dicha entidad, vulneraron sus derechos fundamentales.
Conforme consta en Conclusiones II.1 y II.3 de este Fallo, la Resolución de Inicio de Proceso
Disciplinario 001/2008 de 14 de noviembre y el Auto Final "02/2009" de 29 de diciembre de
2008 fueron suscritas por Rodolfo Benavides Choque, Néstor Benito Huanca y María Elena
Martínez Pardo, Presidente, Fiscal Promotor y Secretaria Actuaria, respectivamente, del
Tribunal Disciplinario; es decir, esa instancia administrativa interna se encontraba conformada
por tres miembros, conforme dispone el último párrafo del art. 7 del Reglamento de Procesos a
Docentes y Administrativos que la referida entidad aplica para el procesamiento interno, al
disponer que requiere como mínimo a tres de sus cinco componentes para tener quórum; sin
embargo, la accionante sólo demandó a dos de los integrantes, Rodolfo Benavides Choque y
Néstor Benito Huanca, siendo evidente que omitió demandar también a María Elena Martínez
Pardo, tercera componente de dicho ente colegiado.
Similar situación ocurrió en el caso del Consejo Directivo, el que conforme Conclusiones II.4.
de esta Sentencia, estaba conformado por Walter Amézaga Antequera, Ana María Irusta
Vásquez y Jesús Flores Condarco, Director Administrativo Financiero, Directora Académica y
Director General, correspondientemente, quienes como Tribunal de segunda instancia
pronunciaron la Resolución 001/2009, que también es considerada agraviante por la accionante;
empero, en la demanda tutelar sólo demandó contra José Villalba Choque, nuevo Director
General de la Escuela de Formación de Maestros "Simón Bolívar", sin tomar en cuenta a todos
los miembros del Consejo Directivo que asumieron la decisión de mantener la sanción impuesta
por el Tribunal Disciplinario.
POR TANTO
No interviene la Magistrada, Dra. Edith Vilma Oroz Carrasco, por excusa declarada legal.
En revisión la Resolución 203/2011 de 7 de junio, cursante a fs. 191 y 193, pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Sonia Sara Inchausti Torricos de
Paredes, Santiago Serapio Emanuel Paredes Inchausti, José Gabriel Paredes Inchausti,
Zoraida Isabel Paredes Inchausti por sí y en representación del menor A.A.; y, Enrique
Paredes Inchausti por sí, y en representación de la menor B.B. contra Eva Mendizábal
Barrenechea, Jueza Quinta de Partido en lo Civil y Comercial del Distrito Judicial -ahora
Tribunal Departamental de Justicia- de Chuquisaca.
Mediante memorial presentado el 17 de septiembre de 2009, cursante de fs. 132 a 140, los
accionantes expresan los siguientes fundamentos:
ellos -los actuales actores- sin considerar que con esa actitud los pusieron en serios conflictos
respecto a sus necesidades fisiológicas, obligándolos a habilitar precariamente otro baño, de
donde devino la Sentencia que declaró improbada la demanda.
I.1.3. Petitorio
Con estos argumentos los accionantes solicitan se conceda la tutela, disponiendo: 1) Anular el
Auto de Vista de 20 de abril de 2009; 2) Se dicte nueva resolución conforme a derecho con la
debida fundamentación, en apego a las normas procesales y constitucionales; y, 3) El pago de
costas, daños y perjuicios.
La ahora autoridad demandada, presentó informe reiterando los fundamentos del Auto de Vista
impugnado, aclarando que: i) En su condición de ex Jueza Quinta de Partido en lo Civil y
Comercial, conoció la causa interdicta de obra nueva perjudicial en grado de apelación de
conformidad al art. 595 del Código de Procedimiento Civil (CPC), ii) La única actora o
demandante en el proceso de interdicto es Sonia Sara Inchausti Torricos de Paredes y no los
demás accionantes como consta en la redacción de la acción de amparo constitucional
interpuesta, iii) El Auto de Vista de 20 de abril de 2009, se basó en la prueba presentada a la
jueza a quo, conforme se evidencia en los datos del proceso; iv) La mejora introducida en el
inmueble por los propietarios, entonces demandados, se hizo en su fundo, no en un fundo ajeno;
v) El daño temido se da cuando un vecino contiguo hace trabajos afectando a su colindante y en
el caso de autos las construcciones se realizaron en predios propios de los demandados; y, vi) La
Resolución de segunda instancia que emitió tiene contenido de objetividad, sindéresis jurídica y
no se vulneró derecho alguno; los accionantes sólo quieren confundir al Tribunal de garantías.
El abogado de los terceros interesados, María Mercedes Núñez Pinto de Moscoso, Claudio
Rodolfo Moscoso Barrero y Juan Carlos Moscoso Barrero, en audiencia indicó: a) Los
demandados en el interdicto alegan que el Auto de Vista emitido por la Jueza demandada, no
lleva número de Auto; empero, está consignado con el "7/2009", b) Dicha Resolución,
contempla los arts. 214 y 226 del CPC; sin embargo, al momento de incoar la demanda
interdicta de obra nueva perjudicial, no se ajusta al art. 1463 del CC (CC), bajo el razonamiento
que no constituyen dos fundos distintos, c) Claudio Rodolfo Moscoso Barrero y Juan Carlos
Moscoso Barrero, en su calidad de propietarios del bien inmueble, procedieron a derrumbar el
baño, d) El poseedor es la persona que tiene el ánimus y el corpus y la demandante en el
interdicto solo tiene el corpus, e) Desde que los propietarios adquirieron el bien inmueble, no se
les dejó ingresar al mismo ni se les reconoció como legítimos propietarios, e incluso los actuales
accionantes trabaron la puerta de calle con un candado, razón por la cual interpusieron un
interdicto de recobrar la posesión y, f) La única persona que podía haber interpuesto la acción de
amparo constitucional, era Sonia Sara Inchausti Torricos de Paredes y no así los otros
coaccionantes porque la demanda de interdicto de obra nueva perjudicial fue planteada
solamente por ella.
I.2.4. Resolución
Por Resolución 203/2011 de 7 de junio, cursante de fs. 191 a 193 y vta., el Tribunal de garantías
denegó la tutela, y declaró no ha lugar a la nulidad del Auto de Vista de 20 de abril de 2009, con
los siguientes fundamentos: 1) Emergente del proceso de interdicto de obra nueva perjudicial o
daño temido, planteado por Sonia Sara Inchausti Torricos de Paredes, en contra de Juan Carlos
Moscoso Barrero, María Mercedes Núñez Pinto de Moscoso y Claudio Rodolfo Moscoso
Barrero, se dictó Sentencia en primera instancia que declaró improbada la demanda; 2) La actual
accionante Sonia Sara Inchausti, planteó recurso de apelación, que fue resuelto por la ex Jueza
Eva Mendizabal Barrenechea; sin embargo, los accionantes no demandaron en la acción tutelar a
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 841
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
la Jueza de Instrucción que tramitó y conoció la causa, por cuanto el Auto de Vista de 20 de
abril de 2009 es emergente de la primera instancia; y, 3) Los agraviados no llegaron a establecer
cuáles fueron específicamente las transgresiones ni cuál la omisión en la valoración de la prueba
documental o testifical, de hecho o derecho, en la que incurrió la Jueza de Instrucción en lo
Civil.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de la acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presenta causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Por Sentencia 007/2009 de 29 de enero de 2009, la Jueza Quinta de Instrucción en lo Civil,
declaró improbada la demanda interdicta de obra nueva perjudicial, interpuesta por Sonia Sara
Inchausti Torricos de Paredes, con costas a la parte actora (fs. 82 y vta.) misma que impugnó,
mediante memorial de 6 de febrero del citado año, con los siguientes argumentos: i) Trasgresión
y consiguiente violación de los arts. 1283, 1312 y 1320 del CC y 375 y 397 del CPC, que son de
orden público; ii) La autoridad demandada confunde el motivo del interdicto al señalar el
derecho propietario de los demandados, siendo que está demandando sobre una obra perjudicial
y no sobre la propiedad del inmueble; iii) Contradicción al citar el art. 1463.I del CC, señalando:
"…que al verse privada tanto la demandante como su familia del baño por la demolición del
mismo no puede de modo alguno constituir obra nueva perjudicial…" (sic), existiendo por ende
incoherencia en la Resolución apelada, más aún si no mencionó lo que manifiestan los testigos,
que todos y cada uno de ellos afirman en cuanto a la existencia de un gran perjuicio, tampoco
dice nada sobre las fotos que son prueba contundente; iv) El informe pericial esta
completamente parcializado puesto que ni siquiera presenta fotografía del baño que adoptó en
forma precaria, limitándose a describirlo; y, v) Por último, pide se revoque totalmente la
Sentencia, "por mala apreciación y valoración de la prueba" (fs. 85 a 86 vta.).
dispuesto por el art. 1463.I del CC; d) El informe pericial no es parcializado porque se limitó a
decir que el plano del inmueble está aprobado por la Oficina Técnica de la Alcaldía, para
refuncionalizar los trabajos realizados en el inmueble de los demandados, adjuntando fotografías
de los mismos; e) Las pruebas testificales en forma uniforme señalan haber conocido el anterior
y el actual baño precario, pero desconocen que la actora es sólo detentadora del inmueble,
declaración testifical que no enerva el art. 1463.I del Código citado; y, f) No es coherente que la
detentadora de parte del inmueble, quiera prohibir a los propietarios demandados la refacción,
o/y refuncionalización del inmueble de su propiedad (fs. 109 y vta.).
Los accionantes alegan que la autoridad demandada lesionó sus derechos al debido proceso, a la
defensa, la "seguridad jurídica", el acceso a la justicia, a la dignidad, a gozar de una vivienda
adecuada, a la vida, a la salud, al agua, a los servicios básicos, a la niñez y juventud, acceso a la
administración de justicia pronta y oportuna, a la familia y a tener un desarrollo integral, por
cuanto el Auto de Vista de 20 de abril de 2009, no se encuentra debidamente fundamentado, y
no existe pertinencia en la valoración de las pruebas al momento de resolver el recurso de
apelación formulado por su parte. En consecuencia, corresponde analizar, en revisión, si tales
aseveraciones son ciertas, y sin dan lugar o no a conceder la tutela invocada.
Esta acción de defensa, es considerada como un instituto fundamental, cuya función principal es
el resguardo o protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales a través de
un mecanismo de defensa rápido, expedito y eficaz por cuanto otorga al individuo una
protección inmediata.
Esta herramienta jurídica que responde a las más urgentes necesidades legales del ciudadano,
denominada acción de amparo constitucional, no es subsidiaria de otros medios de impugnación
ordinarios y está contemplada para proteger derechos y principios fundamentales consagrados en
la Norma Fundamental, cuando éstos son amenazados, restringidos o suprimidos; y procede
contra los actos ilegales y omisiones indebidas de los servidores públicos o particulares que
atenten contra los derechos y garantías reconocidos por la Norma Fundamental, los Convenios,
Tratados Internacionales y las leyes, conforme establecen los arts. 128 y 129 de la CPE,
concordante con el art. 94 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC).
En cuanto a la persona con legitimación activa para poner en marcha una demanda tutelar, la
Constitución Política del Estado, refiriéndose a la acción de amparo constitucional, dispuso: "…
se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o
por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución…" (art. 129.I), infiriéndose de
lo dispuesto en los arts. 128 de la Norma Fundamental y 94 de la LTC, que quien considere sus
derechos restringidos, suprimidos o amenazadas, podrá interponer la acción de amparo; por
ende: "...quien se considere afectado en su interés personal, legítimo y directo que afecte sus
derechos fundamentales o garantías constitucionales, por algún acto o hecho emanado de
persona o autoridad, podrá interponer la acción de amparo constitucional en defensa de sus
derechos o garantías conculcadas…" (SC 0276/2010-R de 7 de junio); en efecto: "…tendrá
legitimación activa quien sea titular de uno de los derechos fundamentales o garantías
constitucionales establecidas en la Constitución Política del Estado" (SC 0995/2010-R de 23 de
agosto).
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 843
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
En ese ámbito, se tiene que ostenta legitimación activa quien es titular del derecho o garantía
supuestamente restringido, suprimido o amenazado, extremo que debe estar claramente
identificado en los antecedentes de la demanda tutelar.
III.2.1.La demanda tutelar planteada el 17 de septiembre de 2009, por Sonia Sara Inchausti
Torricos de Paredes, Santiago Serapio Emanuel, José Gabriel y Zoraida Isabel Paredes Inchausti
por sí y en representación de su hijo menor de edad Wilfredo Mateo Ríos Paredes; Enrique
Paredes Inchausti por sí, y en representación de su hija Ailen Paredes Espada, cuestiona la
emisión del Auto de Vista de 20 de abril del citado año, emitido por la Jueza demandada,
pronunciada dentro del proceso de interdicto que interpuso Sonia Sara Inchauti Torricos de
Paredes, de manera individual, denunciando la construcción de una obra nueva perjudicial en el
inmueble que habitaba; empero, en ningún momento demostró que dicho proceso ordinario lo
haya seguido también en representación de otras personas, las que hoy cursan como accionantes
en la demanda tutelar, extremo que también se evidencia en el recurso de apelación también
interpuesto sólo por la referida accionante y sin presentar documento alguno que le confiera
mandato para actuar en representación de otras personas, a través de memorial de 6 de febrero
de 2009.
Por consiguiente, se comprueba que Santiago Serapio Emanuel, José Gabriel y Zoraida Isabel
Paredes Inchausti por sí y en representación de su hijo menor de edad Wilfredo Mateo Ríos
Paredes; Enrique Paredes Inchausti por sí, y en representación de su hija Ailen Paredes Espada,
no ostentan legitimación activa para interponer esta acción de defensa, dado que no participaron
en la tramitación del proceso interdicto -origen de la problemática planteada-; en consecuencia,
no pueden alegar que sus derechos y garantías fueron restringidos, suprimidos o amenazados, al
no tener fundamento para ello.
Por lo expuesto, al ser Sara Sonia Inchauti Torricos de Paredes, única interviniente en el proceso
ordinario de interdicto y suscribiente del recurso de apelación de 6 de abril de 2009, se tiene
reconocida sólo su legitimación activa y no así la de los otros firmantes de la acción de amparo
constitucional, por lo que corresponde resolver la acción tutelar en cuanto a dicha accionante,
denegándose la misma con relación a los demás actores por falta de legitimación activa.
La SC 1110/2010-R de 27 de agosto, definió los requisitos que el accionante debe cumplir para
que excepcionalmente la jurisdicción constitucional analice la facultad de la interpretación de la
legalidad ordinaria, así:
3) Qué derechos fundamentales han sido lesionados con dicha interpretación que considera
arbitraria y a los resultados que hubiese arribado con la interpretación que indica es la
correcta, 'estableciendo el nexo de causalidad entre estos y la interpretación impugnada; dado
que sólo de esta manera la problemática planteada por el recurrente, tendrá relevancia
constitucional".
III.3.1. Es necesario aclarar que sin bien la accionante Sonia Sara Inchausti Torricos de Paredes,
cuestiona reiterada y expresamente, tanto en el memorial de demanda de amparo constitucional
como en el petitorio, la falta de fundamentación y valoración de la prueba en el Auto de Vista de
20 de abril de 2009, mas no, de manera específica, la interpretación a la que arribó la autoridad
jurisdiccional hoy demandada, del contenido del memorial de la demanda tutelar, así como del
recurso de apelación planteado a través de memorial de 6 de abril de 2009, contra la Sentencia
07/2009, se deduce el cuestionamiento de la interpretación a la que arribó la autoridad a quo
como la Jueza ad quem, actual demandada, del art. 1463.I del CC, que expresa: "El poseedor
puede también denunciar la obra perjudicial emprendida por su vecino mientras ella no esté
concluida y no haya transcurrido un año desde que se inició.", dado que alega que la Jueza
Quinta de Partido en lo Civil y Comercial, equivocadamente concluyó que al encontrarse la obra
nueva en el mismo inmueble que habitaba la entonces demandante de interdicto, al haber sido
realizada por los propietarios del mismo, la demanda no se acomodaría a los alcances de la
norma citada.
En ese entendido, '…toda autoridad que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una
resolución resolviendo una situación jurídica debe ineludiblemente exponer los motivos
que sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos
establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento de
conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una
resolución, tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las partes
de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables
al caso sino que también la decisión está normada por los principios y valores supremos
rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al
administrado el pleno convencimiento de que no había otra manera de resolver los hechos
juzgados, sino de la forma en que se decidió.
(…)
III.4.1. En la Conclusión II.1 del presente fallo se evidencian los argumentos expuestos por la
accionante en el memorial de apelación de 6 de abril de 2007. Por otro lado, en Conclusiones
II.2, también se corroboran los fundamentos por los que la Jueza demandada determinó
confirmar la Sentencia 07/2009, a través de Auto de Vista de 20 de abril del citado año.
Ahora bien, analizar si la interpretación de la que fueron objeto las normas jurídicas aplicadas al
caso concreto, se encuadraron en los criterios de razonabilidad o reglas de interpretación, está
fuera del alcance de esta jurisdicción al no haber la accionante fundamentado debidamente su
pretensión, de acuerdo a lo analizado en el Fundamento Jurídico anterior.
III.5.1. Del memorial de demanda tutelar, se evidencia que la accionante omitió su obligación
de precisar de qué manera considera afectados los principios de razonabilidad y equidad en
la valoración de la prueba efectuada por la Jueza demandada o demostrar en qué medida se
apartó de las normas que regulan dicha valoración, limitándose a señalar que el Auto de Vista
de 20 de abril de 2009, se emitió en ausencia de una "apreciación íntegra de los elementos del
proceso" (sic), insuficiente argumentación que imposibilita a este Tribunal, a analizar
excepcionalmente la labor de valoración de la prueba correspondiente privativamente a las
autoridades ordinarias; por ende, no es posible analizar el cuestionamiento expuesto.
POR TANTO
En revisión la Resolución 003/2007 de 14 de mayo, cursante de fs. 311 a 315 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Jorge Alberto Durán Menacho,
Carlos Eduardo Gómez Rojas y José Armando Urioste Viera, Jueces del departamento de
Beni contra Otto Riess Carvalho, Director Departamental y Marysabel Hurtado Cortez,
Jefe de Recursos Humanos, ambos del Consejo de la Judicatura -ahora Consejo de la
Magistratura- del mismo Departamento.
Mediante memorial presentado el 9 de mayo de 2007, cursante de fs. 129 a 139, los accionantes
expresan los siguientes fundamentos:
A partir del mes de noviembre del año 2006, los demandados fueron atropellando sus derechos
fundamentales, en su condición de autoridades jurisdiccionales, controlando el ingreso y salida
de su fuente laboral, en una suerte de persecución ejercitada sin ningún sustento legal. Producto
de ello se les descontó montos de dinero en relación desproporcionada con los minutos de
atraso, sin proceso previo, siendo sancionados sin que puedan ofrecer sus descargos
correspondientes que la ley les impone, trabajan día y noche, feriados o no, llegando a enterarse
de estos hechos cuando se les abonó el sueldo, a este respecto cursa la nota cite RH-269-07 de
17 de enero de 2007 emitida por la Gerencia de Recursos Humanos del Consejo de la Judicatura,
circular que en correlación al Instructivo CG-CJ-001/02 de 27 de agosto de 2002, determinó la
responsabilidad del Director Distrital del Consejo de la Judicatura, para controlar la asistencia
del personal jurisdiccional, sin tomar en cuenta que ellos son autoridades jurisdiccionales y no
personal administrativo.
Continúan argumentando que la Ley del Consejo de la Judicatura establece con meridiana
claridad que las atribuciones del Consejo se encuentran diferenciadas tanto para los jueces
(funcionarios jurisdiccionales) como para la administración del personal administrativo, no
existiendo base legal alguna que pueda agrupar a dos tipos de servidores públicos que
desempeñan funciones y responsabilidades enteramente diferenciadas, hechos que el propio
"Reglamento Específico de Administración de Personal", reconoce cuando dispone, en el art.
"2", segundo párrafo que: "se excluye de la aplicación del presente Reglamento a los señores:
Presidente y Ministros de la Corte Suprema, Presidente y Magistrados del Tribunal
Constitucional, Consejeros, Presidente y Vocales del Tribunal Agrario y Presidente y Vocales de
En consecuencia, consideran que el Acuerdo 023/2006 carece de fuerza legal dado que la norma
jurídica que le da vigencia, art. 257 de la Ley de Organización Judicial (LOJ), ha sido
"derogada" mediante la Ley de 18 de enero de 2006 -Ley 2234 de Reformas Orgánicas y
Procesales Reformas a la Ley de Organización Judicial-, facultando a la Corte Suprema de
Justicia de la Nación para que ésta determine el horario judicial, así como los turnos que
cumplirán los juzgados de instrucción en materia penal, para garantizar un servicio
ininterrumpido, mas no la atribución de controlar la asistencia de los jueces; careciendo el
Reglamento anteriormente citado, de fuerza para su aplicación, al ser un instrumento destinado
al control del personal administrativo del Poder Judicial.
I.1.3. Petitorio
Solicitan se otorgue la tutela a sus derechos vulnerados, y se disponga dejar sin efecto los
descuentos realizados, ordenando la aplicación del art. 65 inc. 3) de la Ley "1760" y la medida
precautoria de no descontar ningún sueldo o salario en tanto no se resuelva la acción,
imponiendo las sanciones a las autoridades demandadas.
Celebrada la audiencia pública el 14 de mayo de 2007, según consta en el acta cursante de fs.
301 a 310 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Otto Riess Carvalho y Marysabel Hurtado Cortez, Director Distrital y Jefa de Recursos
Humanos del Consejo de la Judicatura del departamento de Beni, respectivamente, a través de
informe escrito cursante de fs. 162 a 171, argumentaron: a) Los agraviados sostienen que el
control que realiza el Consejo de la Judicatura a los jueces no tiene sustento legal, punto que ya
fue decidido por el Tribunal Constitucional, mediante SC 0094/2003 de 22 de septiembre, a
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través de un recurso directo de nulidad, donde sostuvieron "…el Tribunal Constitucional sólo
podrá establecer si las autoridades del Consejo de la Judicatura recurridas tenían competencia
para dictar el Acuerdo 108/2003 de 29 de abril…" concluyendo que "…al haberse emitido el
Acuerdo impugnado con las firmas del Presidente de la Corte Suprema de Justicia y Consejo de
la Judicatura y más dos Consejeros en ejercicio, el Pleno del Consejo de la Judicatura estuvo
conformado de acuerdo a lo previsto por ley"; b) Juez no es aquel que se encuentra por encima
de las normas jurídicas, sino el primero sometido a ella, debe ser el ejemplo, el espejo en que
todo litigante debe ver personificada la sencillez, la humildad y el acatamiento a la ley misma; c)
En cuanto al argumento que el Acuerdo 023/06 carece de fuerza jurídica por cuanto el art. 257
de la Ley de Organización Judicial (LOJ) que le da vigencia fue "derogado" mediante Ley de 18
de enero de 2006 -Ley 2234 de Reforma Orgánicas y Procesales Reformas a la Ley de
Organización Judicial- y que dicha ley le faculta a la Corte Suprema de Justicia a determinar el
horario judicial, aspecto este que no puede ser refutado; sin embargo, hasta la fecha dicha
instancia no modificó el horario del poder judicial, no dictó ningún acuerdo en ese sentido, lo
que hace que el horario señalado en la referida Ley se encuentre vigente, si no fuese así muchas
actuaciones dictadas por los jueces dentro del horario conocido podrían ser demandadas de
nulidad; d) El nuevo Reglamento de 14 de septiembre de 2006, dispone en el art. "2" lo
siguiente: "Están sujetas al presente reglamento específico todas las personas que presten sus
servicios en las áreas jurisdiccional o administrativa, dependientes de la Corte Suprema de
Justicia, Tribunal Constitucional, Consejo de la Judicatura, Tribunal Agrario, Cortes Superiores
de Distrito e Instituto de la Judicatura, salvo que para su contratación se hayan establecido
cláusulas contractuales especiales" (sic); en consecuencia, no es verdad que el Reglamento
aplicado para el descuento a los jueces y demás funcionarios sea exclusivamente aplicable al
personal administrativo del Poder Judicial, sino que lo es para todas las categorías de
funcionarios, sean jurisdiccionales o administrativos, con ciertas excepciones como muy bien lo
hicieron notar los agraviados; e) Respecto a la afirmación que el "Reglamento de
Procedimientos Disciplinarios del Poder Judicial" sanciona la inasistencia como falta
disciplinaria grave, art. 22.II y como falta leve, parágrafo III.1, demuestra una manifiesta
confusión acerca de lo que es una falta disciplinaria y una falta administrativa; f) No ostentan
legitimación pasiva dentro de la demanda tutelar interpuesta, por cuanto la autoridad que emitió
los Reglamentos aplicados para los descuentos es el Plenario del Consejo de la Judicatura y no
así el Director Distrital del Consejo de la Judicatura de Beni, Otto Riess Carvalho, como
tampoco Marysabel Hurtado Cortez, en su condición de Jefa de Recursos Humanos de la
Dirección Distrital de ese departamento; g) Los accionantes argumentan que no podría aplicarse
la subsidiaridad por la evidente falta de un procedimiento para hacer valer los derechos
invocados, lo que de ser cierto, dejaría abierta a aplicación del principio de inmediatez; es decir,
que al no existir un procedimiento para hacer valer sus derechos, los accionantes debieron haber
interpuesto la acción tutelar en el plazo de los seis meses, principio determinado por el Tribunal
Constitucional, dado que el pago del mes de octubre se realizó el 3 de noviembre de 2006 y por
lo tanto esa es la fecha en que los actores fueron notificados con sus descuentos, habiéndose
presentado la acción tutelar el 9 de mayo de 2007, lo cual comprueba que transcurrieron seis
meses y seis días. Respecto a no existir otro medio, la última instancia siempre será el Pleno del
Consejo de la Judicatura que es el órgano del Poder Judicial facultado para ejercer el poder
disciplinario y control sobre Vocales, jueces y funcionarios judiciales; h) La Corte Suprema de
Justicia, emitió la Circular de Sala Plena 06/2005 de 14 de septiembre, instruyendo a los
Vocales de las Cortes Superiores del Distrito y Jueces de la República, la obligación que tienen
de cumplir sus labores judiciales en los horarios establecidos en el art. 257 de la LOJ, medida
con la cual el Plenario del Consejo de la Judicatura expresó su plena conformidad por
encuadrarse a las directrices ya emitidas con anterioridad por esta instancia, ratificado mediante
Acuerdo 315/2005 de 8 de noviembre; y, i) José Armando Urioste Viera, Juez Tercero de
Partido en lo Civil, en su condición de Presidente de ADEMABE, el 30 de agosto de 2006,
envió un oficio al Director Distrital del Consejo de la Judicatura, en el que expresó:
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En audiencia, Otto Riess Carvalho, arguyó: Armando no fue multado en el mes de octubre, mas
si en el mes de febrero, quien además no presentó alguna queja contra nadie; es decir, los
accionantes no concluyeron la vía.
I.2.3. Resolución
Concluida la audiencia, la Sala Penal de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Beni, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la
Resolución 003/2007 de 14 de mayo, cursante de fs. 311 a 315 vta., por la que concedió la
tutela, disponiendo dejar sin efecto los descuentos efectuados, entre tanto las sanciones
dispuestas, sean probadas en proceso disciplinario en el que se resguarden las garantías y
derechos de los accionantes, en base a los siguientes argumentos: i) La legitimación activa de los
accionantes esta abundantemente probada en la documentación adjuntada al expediente; en
cuanto a los demandados, su legitimación pasiva está demostrada por cuanto ellos fueron lo que
procedieron a los descuentos hoy cuestionados por los actores, independientemente que sean
órdenes superiores o no; ii) Se tiene que la última nota con relación al descuento de sueldos es
de 17 de enero de 2007; por ende, la acción tutelar no se presentó extemporáneamente; iii) Con
relación a la vulneración del derecho al debido proceso y a la presunción de inocencia, al
haberse procedido a descontar haberes sin conocimiento previo de las personas perjudicadas, en
aplicación del Reglamento de Administración de Personal del Consejo de la Judicatura, que no
prevé mecanismos de descargos previos, la SC 0042/2004 de 22 de abril, entre otras determinó
que toda actividad sancionadora del Estado, sea en el ámbito jurisdiccional o administrativo,
debe ser impuesta previo proceso, en el que se respeten todos los derechos inherentes a la
garantía del debido proceso, en el caso en estudio, se evidencia, por las propias certificaciones
del Consejo de la Judicatura, que no existe un proceso o acción previa donde el ciudadano que
solicita la tutela de amparo pueda ejercer su derecho a la defensa y acredite o descargue el
porqué de sus atrasos; existiendo una evidente sanción, debe aplicarse el criterio de imponerse
previo proceso en el que se respeten todos los derechos inherentes a la garantías del debido
proceso, entre los cuales se encuentra el derecho a la defensa; iv) En cuanto al "derecho a la
seguridad jurídica", si bien el acto normativo puede ser considerado de aplicación exclusiva al
funcionario administrativo, este entendimiento implica que quien determinó la aplicación del
Reglamento con carácter general es el Consejo de la Judicatura en Pleno, instancia que en el
presente amparo no ha sido demandada; sin embargo, la tutela planteada contra el Director
Departamental del Consejo de la Judicatura, la solicitud de revocatoria ante dicha autoridad y la
resolución del Gerente de Recursos Humanos que constan como prueba, evidencia que se está
aplicando una normativa que debe ser aplicada a funcionarios administrativos, no atacando la
validez normativa de dicho acto, sino mas bien la aplicación de la norma a quien no tiene ámbito
de aplicación lo que implica inseguridad jurídica, pues el individuo debe conocer
anticipadamente cuáles son sus derechos y obligaciones abstractamente establecidas en la
norma; en el caso concreto no hay norma aplicable a los jueces, pues se habla de un reglamento
de personal administrativo y jurisdiccional dependiente; y, v) En cuanto al derecho a una justa
remuneración, vinculado al hecho de la escala de descuentos, se puede evidenciar que hay una
desproporción tal que genera una violación a tal derecho, extremo que implica el análisis de una
normativa en abstracto, que debe ser controlada por los mecanismos de tutela constitucional de
control posterior de la constitucionalidad de normas, a los que los accionantes podrán acudir en
cualquier momento.
Por mandato de la normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de la acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presenta causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Realizada la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. Mediante nota Cite Of 182-DD-CJ/06 de 24 de octubre de 2006, el Director Distrital del
Consejo de la Judicatura de Beni, Douglas Añez Vargas, puso a conocimiento de María Teresa
Rivero de Cusicanqui, Consejera de la Judicatura, la determinación adoptada por ADEMABE,
dada a conocer al Delegado Distrital del Consejo de la Judicatura del Departamento aludido,
mediante nota de 24 de octubre de 2006, de "NO ACATAR ninguna disposición administrativa
del Consejo de la Judicatura emitida en base al acuerdo 'No. 233/06'" (sic), la que mereció el
proveído de dicha autoridad, en la misma fecha, por la que ratificó la medida adoptada por el
Plenario del Consejo de la Judicatura en coordinación con el "Tribunal Supremo de Justicia"
(sic), hasta tanto no sea el Plenario quien determine lo contrario (fs. 16 y 27).
II.2. Con respecto a dicha determinación, se evidencia que por intermedio de varias notas, el
accionante José Armando Urioste Viera, en su condición de Presidente de ADEMABE,
cuestionó el control de asistencia que ejercía el Consejo de la Judicatura mediante el Director
Distrital; y, los descuentos que se impartían por concepto de atrasos y faltas (fs. 17, 28 a 30 y
38).
II.3. Por Informe 012/2007 de 26 de marzo, elevado por Marysabel Hurtado Cortez, Jefa de
Recursos Humanos a Otto Riess Carvalho, Director Distrital del Consejo de la Judicatura de
Beni, acreditó los siguientes extremos: a) A José Armando Urioste Viera, en febrero no se le
gravó ningún descuento "ilegal", sino un descuento "legal" de medio día de haber por atrasos
incurridos en el mes de enero de dicha gestión; b) No se realizó notificación por cuanto
mediante Circular de la Dirección Distrital se hizo conocer los mecanismos en la otorgación de
tolerancias, licencias y otros beneficios a los administradores de justicia, en el que no se
especificaba en ningún punto la notificación posterior para descargo; c) Los parámetros de
descuentos se establecieron en la Circular GRH-CJ-009, instruidos en el Acuerdo 108/2003 y
corroborados en la SC 0094/2003 de 22 de septiembre; d) No se presentó ningún descargo; y, e)
Los atrasos son verificados en la planilla de control de jueces, número que encuadra en los
"parámetros establecidos" (sic), tomando en cuenta previamente los avisos por demoras, faltas y
otros imprevistos que tuvieron los administradores de justicia y que fueron comunicados
oportunamente a la encargada de control y registro (fs. 20).
II.6. No consta que los actores, en su condición de Jueces del departamento de Beni, de manera
individual, hayan cuestionado el descuento que se efectuó a su sueldo del mes de octubre de
2006 y de enero y febrero de 2007.
POR TANTO
En revisión la Resolución 027/2011 de 19 de julio, cursante de fs. 158 a 160, pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Reynaldo Gualberto Guzmán
Amurrio, Gerente Jurídico Nacional; Ángel Raúl Sandy Méndez, Jefe del Departamento
de Gestión Legal; y, Javier Otto Roger Alba Braun, Abogado de la Gerencia Nacional
Jurídica, todos de la Aduana Nacional de Bolivia; y, José Miguel Santalla Sandoval, Jefe
de la Unidad de la Gerencia Regional de la Aduana La Paz en representación legal de
Wilfredo Vargas Valdez, Presidente Ejecutivo a.i. de la Aduana Nacional de Bolivia contra
Teresa Vera Loza, Fiscal de Distrito a.i., Jorge Gutiérrez Roque, ex Fiscal del Distrito y
Edward Omar Mollinedo Pinedo, Fiscal de Materia todos de La Paz.
egreso y de esta manera no calificaba en la convocatoria pública, a cuyo efecto habría incurrido
en ejercicio ilegal de la profesión, por cuanto en los actos que realizó y los documentos que
emitió y suscribió como Supervisora, anteponía a su nombre la abreviatura "Lic.", en cuya
consecuencia transgredió los arts. 12, 15 y 16 del D.L. 12042 de 6 de diciembre de 1974. Ley
del Economista.
Por otra parte, Verónica Mallea Rada, como Jefa de Recursos Humanos de la Aduana Nacional,
al omitir comprobar, verificar y avalar los documentos correspondientes conforme correspondía
en cumplimiento de las Normas Básicas de Administración de Personal, incumplió los deberes
inherentes al ejercicio de su cargo, como ser la verificación de antecedentes profesionales,
permitiendo en suma el indebido ejercicio de la profesión por parte de la funcionaria Patricia
Gumucio Guachalla.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública, el 19 de julio de 2011, según consta en el acta cursante de fs.
147 a 157 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante Javier Otto Roger Alba Braun, único actor presente en audiencia,
ratificó los términos de su memorial de demanda.
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Los representantes del Ministerio Público demandados, no asistieron a dicho actuado procesal,
pese de su legal citación (fs. 108 y 109).
Verónica Mallea Rada, no asistió a la audiencia de amparo constitucional, en tanto Patricia del
Carmen Gumucio Guachalla, alegó a través de su abogado lo siguiente: a) En el momento de la
convocatoria no era necesario tener el título profesional; b) El año 2002 la Aduana Nacional
recién emitió una Resolución que aprueba el manual de puestos de la institución; y, c) La
empresa encargada de emitir la convocatoria, Price Waterhouse Coopers, de preseleccionar a los
candidatos y determinar el mayor puntaje obtenido, señala que tratándose de la segunda
convocatoria, no requirió el título en provisión nacional para el cargo de Supervisor de Servicio
de Operadores, esto en conformidad a la aprobación de la Aduana Nacional.
I.2.4. Resolución
Concluida la audiencia, la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de La
Paz, ahora Tribunal Departamental de Justicia, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la
Resolución 027/2011 de 19 de julio, cursante de fs. 158 a 160, por la que concedió en parte la
tutela solicitada, disponiendo la nulidad de la Resolución 673/08 de 8 de septiembre de 2008,
dictada por la entonces Fiscal de Distrito a.i. de La Paz, Teresa Vera Loza; y, consecuentemente
se pronuncie una nueva resolución fundamentada y motivada de acuerdo a los antecedentes de la
investigación penal efectuada, conforme al siguiente fundamento: i) A momento de presentarse
la procesada, Patricia del Carmen Gumucio Guachalla, a la convocatoria pública elaborada por
Price Waterhouse Cooper, para optar el cargo de Supervisor de Servicios a Operadores, para la
oficina central de la Aduana Nacional , se requería el título de profesional en ciencias
económico financieras o comercio exterior, aspecto sobre el que el Ministerio Público no se
pronunció; ii) Tampoco se pronuncio sobre la existencia del Manual de Funciones de 2001,
vigente a tiempo de lanzar la Convocatoria de provisión de cargos; y, iii) no se especificó qué
autoridad suscribió el memorando de designación de la denunciada, aspectos sobre los cuales el
Ministerio Público, a través de sus dos instancias, Fiscales Anticorrupción y Fiscalía del
Distrito, no se refirieron en las Resoluciones 003/2008 y la 673/08.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011 la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012 a objeto de la
liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Por Resolución 003/2008 de 4 de agosto, se tiene que Edward Omar Mollinedo Pinedo,
Fiscal de Materia, decidió requerir el sobreseimiento de Patricia del Carmen Gumucio
Guachalla, por la presunta comisión del delito de ejercicio indebido de la profesión, y de
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Verónica Mallea Rada, por la probable comisión del delito de incumplimiento de deberes,
conductas antijurídicas que se atribuyeron en la Resolución de imputación formal 09/2007,
pronunciada por Tania Alfaro, Fiscal de Materia, cuyo fundamento es que al momento de
convocarse para la preselección del cargo de referencia no era requisito tener el título de
licenciatura, aspecto consentido por la Aduana Nacional como por la empresa seleccionadora de
personal, por lo que no existiría suficientes elementos probatorios como para fundar una
acusación (fs. 69 a 71vta).
II.2. Mediante Resolución 673/08 de 8 de septiembre de 2008, Teresa Vera Loza, Fiscal de
Distrito a.i. de La Paz, resolvió ratificar la Resolución de sobreseimiento 03/2008, disponiendo
la conclusión del proceso con relación a las imputadas Patricia del Carmen Gumucio Guachalla
y Verónica Mallea Rada, la cesación de las medidas cautelares impuestas en su contra y la
cancelación de sus antecedentes penales, con el fundamento contradictorio de que " existirían
actos investigativos encontrados como pendientes por realizar, estos no se practicaron" (
Fundamento 5to de la Resolución jerárquica (fs. 67 vta ); y, que, del análisis realizado por el
fiscal Mollinedo en la Resolución de sobreseimiento ha generado en el mismo la convicción de
que, con referencia a los hechos incriminados no se adecúan típicamente a los delitos
denunciados, conclusión a la que se arriba además, el no haberse cumplido con los análisis
documentales sugeridos y que el haber utilizado la abreviatura "lic" no acredita ejercicio ilegal
de la profesión ( fs. 66 a 68 )
II.4. A fs. 38 se tiene el título de economista de Patricia del Carmen Gumucio Guachalla,
expedido por la Universidad Mayor de San Andrés, el 16 de noviembre de 2005 y la designación
en el cargo de Supervisor de Servicios a Operadores según la literal de fs. 35 es de 4 de junio de
2001.
II.5. A fs. 5 cursa el oficio de 5 de junio de 2008, por lo que el Comité Ejecutivo de la
Universidad Boliviana hace conocer a Patricia del Carmen Gumucio Guachalla, los conceptos de
licenciatura, profesional, profesional universitario y egresado; en el punto cuatro del
mencionado certificado al referirse al último concepto expresa "egresado". No existe la
condición académica de egresado de la universidad. La simple conclusión de estudios en una
facultad carrera o instituto no habilita el ejercicio profesional alguno, por cuanto la aprobación
de una modalidad de graduación, es requisito esencial de titulación.
En ese orden de razonamiento para que este Tribunal pueda cumplir con esta tarea, es
necesario que la parte procesal, que se considera agraviada con los resultados de la valoración
efectuada dentro de un proceso judicial o administrativo, invocando la lesión a sus derechos
fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa en los fundamentos jurídicos que
sustenten su posición (recurso de amparo), lo siguiente: Por una parte, qué pruebas (señalando
concretamente) fueron valoradas apartándose de los marcos legales de razonabilidad y equidad
previsibles para decidir (…) Asimismo, es imprescindible también, que el recurrente señale en
qué medida, en lo conducente, dicha valoración cuestionada de irrazonable de inequitativa o
que no llegó a practicarse, no obstante haber sido oportunamente solicitada, tiene incidencia en
la Resolución final; por cuanto, no toda irregularidad u omisión procesal en materia de prueba
(referida a su admisión, a su práctica, a su valoración, etc.) causa por sí misma indefensión
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En su reiterada jurisprudencia este Tribunal ha señalado que el debido proceso consiste en: "…el
derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se acomoden a
lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en
una situación similar (…) comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las
instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante
cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos" (SSCC 0418/2000-
R, 1276/2001-R y 0119/2003-R, entre otras).
La fundamental trascendencia jurídica del debido proceso se encuentra en su íntima relación con
la realización del valor justicia en cualquier clase de procedimiento, así lo ha entendido el
Tribunal Constitucional en la SC 0999/2003-R de 16 de julio, al señalar que: "La importancia
del debido proceso está ligada a la búsqueda del orden justo. No es solamente poner en
movimiento mecánico las reglas de procedimiento sino buscar un proceso justo, para lo cual
hay que respetar los principios procesales de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la
prueba; los derechos fundamentales como el derecho a la defensa, a la igualdad, etc., derechos
que por su carácter fundamental no pueden ser ignorados ni obviados bajo ningún justificativo
o excusa por autoridad alguna, pues dichos mandatos constitucionales son la base de las
normas adjetivas procesales en nuestro ordenamiento jurídico, por ello los tribunales y jueces
que administran justicia, entre sus obligaciones, tienen el deber de cuidar que los juicios se
lleven sin vicios de nulidad, como también el de tomar medidas que aseguren la igualdad
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efectiva de las partes" . En el mismo sentido la SC 0305/2010-R de 7 de junio, anotó que: "…el
debido proceso, es entendido como el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo,
en el que entre otros aspectos, se garantice al justiciable el conocimiento o notificación
oportuna de la sindicación para que pueda estructurar eficazmente su defensa, el derecho a ser
escuchado, presentar pruebas, impugnar, el derecho a la doble instancia; en suma, se le dé la
posibilidad de defenderse adecuadamente de cualquier tipo de acto emanado del Estado, donde
se encuentren en riesgo sus derechos; por cuanto, la garantía del debido proceso no sólo es
aplicable en el ámbito judicial, sino también en el administrativo", (Entendimiento que también
se ha plasmado, entre otras, en las SSCC 0281/2010-R, 0327/2010-R, 0460/2010-R y
0461/2010-R y 2536/2010-R).
o hacer alusión de que el Juez de instancia obró conforme a derecho, (…); con mayor razón, si
se tiene en cuenta que el contar con una Resolución debidamente fundamentada y motivada es
un derecho fundamental de la persona y forma parte del debido proceso".
Es preciso señalar que el debido proceso, del que es elemento componente la motivación y
congruencia de las resoluciones, se encuentra garantizado por el Estado en virtud al art. 115.II
de la CPE y de manera específica para el ámbito penal por el art. 117.I de la misma Norma
Fundamental.
De los antecedentes del expediente se evidencia que la Aduana Nacional de Bolivia presentó
denuncia formal contra dos funcionarias por la supuesta comisión de los delitos de
incumplimiento de deberes y ejercicio indebido de la profesión; a consecuencia de ello:, 1) El 4
de agosto de 2008, el Fiscal de Materia demandado, emitió Resolución de sobreseimiento sin la
debida fundamentación, sin una compulsa correcta y responsable de los antecedentes y sin
considerar los contundentes documentos aportados; y, 2) Habiendo impugnado dicha
Resolución, la Fiscal de Distrito demandada convalidó la irresponsable Resolución de
Sobreseimiento y fundamento la ratificación en su propia falta e inobservancia de la prueba
encontrada como pendiente, vulnerando el debido proceso.
POR TANTO
En revisión la Resolución 106/2005 de 21 de junio, cursante a fs. 195 a 197 vta., pronunciada
dentro del recurso de amparo constitucional -ahora acción de amparo constitucional-,
interpuesta por Marco Antonio Baldivieso Jinés en representación de la Asociación de
Magistrados y Jueces de Bolivia (AMABOL) contra Eduardo Rodríguez Veltzé, Presidente
de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura; y, María Teresa Rivero de
Cusicanqui, Guido Chávez Méndez, Rodolfo Mérida Rendón y José Luis Dabdoub López,
Consejeros de la Judicatura.
Por memorial presentado el 18 de mayo de 2005, cursante de fs. 74 a 79, se tiene conocimiento
de los siguientes argumentos:
El accionante por sus representados manifiesta que, pese a que por once años consecutivos
percibieron anualmente dos bonos completos denominados "Bono I y II", esto en razón a una
compensación pecuniaria obedeciendo a una justa restitución de sus derechos sociales, puesto
que llevan bajo su investidura la enorme responsabilidad de impartir justicia, además de una
dedicación constante en el trabajo cotidiano en el despacho de causas, sin dejar de lado la
obligación de actualizarse constantemente y acudir a capacitarse a diferentes eventos
académicos para cualificar sus conocimientos y mejorar su tarea jurisdiccional, constituyendo un
merecido y justo reconocimiento a su esfuerzo y la dedicación exclusiva, aspecto previsto por
los arts. 116 de la Constitución Política del Estado abrogada (CPEabrg); y, 3, 6 al 12 de la Ley
de Organización Judicial (LOJ.1993), debiendo tomarse en cuenta además las prohibiciones e
incompatibilidades a las cuales están sujetos, viéndose en la obligación de dedicarse
exclusivamente a sus tareas jurisdiccionales, encontrándose apartados de toda actividad pública
y privada que pueda permitirles obtener ingresos suplementarios; sin embargo, las autoridades
demandadas no cancelaron en su totalidad el Bono II correspondiente a la gestión 2004; es
decir, el 100% del mismo.
Refiere que, las autoridades demandadas no tomaron en cuenta los extremos mencionados en el
párrafo precedente, pese a que realizaron constantes reclamos, haciéndoles notar la ilegal
restricción del derecho adquirido a la remuneración justa y al pago equitativo por trabajo igual,
mereciendo como respuesta desfavorable de su Secretario General, aduciendo razones de orden
presupuestario.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 21 de junio de 2005, según consta en el acta cursante de fs.
190 a 194 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El accionante por sus representados reiteró el contenido del memorial de la acción de amparo
constitucional y ampliándolo señaló que, el Bono II de la gestión 2004 a principio de año, luego
de la respectiva planificación del presupuesto, ya se encontraba previsto y dispuesto su pago
total; sin embargo, una decisión unilateral del Pleno del Consejo de la Judicatura decidió pagar
únicamente el 50% de dicho bono.
Los abogados y apoderados de las autoridades demandadas, mediante informe escrito cursante
de fs. 152 a 155 vta., así como en audiencia manifestaron: 1) Se debe dejar claramente
establecido que los denominados bonos constituyen incentivos funcionales, tal como lo prevé el
art. 57 del Reglamento Específico de Administración en concordancia con lo dispuesto por las
Normas Básicas del Sistema de Administración Personal, cuyas características son anuales y su
dependencia de la existencia de recursos, lo que en el Poder Judicial está reatado a los ingresos
que se tenga por recursos propios constituidos por multas procesales, costas, valores judiciales,
aranceles notariales y registro de Derechos Reales (DD.RR.), por lo que de acuerdo con las
disposiciones contenidas en las directrices de ejecución presupuestaria deben hallarse inscritas
en el presupuesto de la entidad, en una partida totalmente diferente a la de sueldos y salarios; 2)
Las asignaciones presupuestarias de gasto aprobadas cada año, tal como lo establece el art. 4 de
la Ley de Administración Presupuestaria, constituyen límites máximos de gasto y su ejecución
estará sujeta a los procedimientos legales que en cada partida sean aplicables, por lo que la
asignación presupuestaria inscrita en cualquiera de las partidas del presupuesto presentada para
su aprobación ante el Congreso Nacional, no significa la existencia real y física de ese monto de
dinero para ser ejecutado, pudiendo dicho monto asignado ser modificado y su ejecución sea de
acuerdo a la disponibilidad financiera; 3) Los ingresos del Poder Judicial son provenientes del
Tesoro General de la Nación (TGN) y de recursos propios, asignándose los primeros a cubrir
una parte de los sueldos y salarios, en tanto que los segundos a gastos de funcionamiento, de
inversión y para cubrir la parte faltante de los haberes, teniéndose la partida 11330 para el pago
de bonificaciones a los funcionarios del mismo, bonos que son emolumentos extraordinarios
concedidos en función de la proyección y captación de los recursos propios, por lo que los
bonos no son derechos adquiridos, ya que constituyen meras expectativas, ejecutables
cuando se hallan consignados en el presupuesto y cuentan con el efectivo necesario; 4) El
Plenario del Consejo de la Judicatura mediante Acuerdo 299/2004 de 26 de octubre, autorizó el
pago del Bono Complementario II en la proporción del 50%, fundamentando que el presupuesto
General de la Nación para la gestión 2004, si bien se encontraba prevista en el partida 11330 del
grupo 10000 de "Servicios Personales" del presupuesto del Poder Judicial, dicha previsión sería
con cargo a recursos propios, señalando además que, se debía ejecutar el presupuesto atendiendo
las limitaciones financieras que en ese caso no les permitían pagar el referido Bono en su
totalidad, puesto que el presupuesto asignado a la partida mencionada era de Bs28 000 000.- (
veintiocho millones de bolivianos), que por motivos de austeridad y de acuerdo con lo dispuesto
por el Gobierno Central y teniendo en cuenta las necesidades del propio Poder Judicial, fue
modificado asignándose un monto de Bs25 248 166.- (veinticinco millones doscientos cuarenta
y ocho mil ciento sesenta y seis bolivianos), monto del cual se utilizaron Bs16 717 127,10.- (
dieciséis millones setecientos diecisiete mil ciento veintisiete 10/100 bolivianos) para la
cancelación del Bono I denominado "Pantaleón Dalence" y por el 50% del Bono II se pagó la
suma de Bs8 330 124,03.- (ocho millones trescientos treinta mil ciento veinticuatro 03/100
bolivianos), haciendo una suma total de ejecución presupuestaria de Bs25 047 251,13.-
(veinticinco millones cuarenta y siete mil doscientos cincuenta y uno 13/100 bolivianos), por lo
que el presupuesto asignado para la partida 11330 denominado "otras bonificaciones" fue
ejecutado casi en su totalidad, pues no existía posibilidad legal ni financiera para cancelar
el total del Bono II; 5) Existe una total falta de coherencia entre lo reclamado y lo que piden
como tutela jurídica en el memorial del presente "recurso", puesto que reclaman la supresión del
Bono II en la gestión 2005 y contradictoriamente piden el pago del 50% del Bono II de la
gestión 2004; 6) Se debe tomar en cuenta que José Luis Dabdoub López y Rodolfo Mérida
Rendón no participaron ni firmaron el Acuerdo 299/2004, debido a que asumieron sus funciones
el 3 de enero de 2005, por lo que existe falta de legitimación pasiva, pues no existe coincidencia
entre la autoridad que presuntamente causó la violación de derechos y aquellas contra quien se
dirige la acción; 7) La cancelación de los Bonos I y II, ha estado delimitado por una norma
interna cual es un Acuerdo del Pleno del Consejo de la Judicatura y antes por un Acuerdo del
Consejo de Administración de la Corte Suprema de Justicia, disposiciones internas que son
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I.2.3. Resolución
Los Conjueces convocados por la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial
de Chuquisaca -ahora Tribunal Departamental de Justicia- constituida en Tribunal de garantías,
por Resolución 106/2005 de 21 de junio, cursante de fs. 195 a 197 vta., declaro "procedente" el
"recurso" interpuesto, disponiendo en merito al art. 102.I de la Ley del Tribunal Constitucional
(LTC), el pago inmediato de dicho Bono, conforme se tenía presupuestado en el Presupuesto
Operativo Anual (POA) de la gestión 2004, en base a los siguientes fundamentos: a) Al
constatar la aprobación del presupuesto para el Poder Judicial de la gestión 2004, los derechos
emergentes referidos al pago de salarios y bonos, son derechos adquiridos por los trabajadores
que gozan de la protección del art. 162.II de la CPE; b) No se puede justificar el no pago del
50% del Bono II de la gestión 2004, por una reducción presupuestaria a mitad de gestión, lo que
llevó a tomar la decisión al Pleno del Consejo de la Judicatura mediante el Acuerdo 299/2004, lo
que implica contravenir lo dispuesto por el art. 162.II de la Norma Fundamental; c) Se evidenció
que la AMABOL en diferentes oportunidades reclamó ante la instancia pertinente el pago del
50% del Bono II de la gestión 2004 y que incluso se mantuvieron reuniones con el Pleno del
Consejo de la Judicatura, sin tener respuesta favorable alguna, solamente negativas suscrita por
el Secretario del Plenario; d) De la revisión de la prueba aportada, se evidenció que José Luis
Dabdoub y Rodolfo Mérida Rendón, Consejeros de la Judicatura, participaron de la reunión del
Plenario con representantes de la AMABOL, el 1 de febrero de 2005, a los que hicieron conocer
la decisión de no poder cumplir el pago restante del 50% del Bono II, debido a la falta de
recursos económicos y a la necesidad de equilibrar el presupuesto de la gestión 2005 en función
de los ingresos disponibles, convalidando con su presencia y suscripción de firmas el
incumplimiento de la ejecución presupuestaria aprobada para la gestión 2004, por lo que no
existe falta de legitimación pasiva; e) Respecto a la subsidiariedad se tiene que la AMABOL ha
demostrado los constantes reclamos realizados ante el Consejo de la Judicatura, no existiendo
respuesta favorable a los mismos; y, f) En cuanto a la inmediatez del "recurso" resulta que la
última actuación es de 20 de abril de 2005, lo que determina encontrarse dentro del plazo
establecido por ley.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo
siguiente:
II.1. Por Acuerdo 299/2004, suscrito por Eduardo Rodríguez Veltzé, Presidente de la Corte
Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura; y, María Teresa Rivero de Cusicanqui,
Guido Chávez Méndez, Germán Gutiérrez Gantier, Ricardo Pol Achá, Consejeros de la
Judicatura, autorizaron a la "Gerencia Administrativa y Financiera del Consejo de la Judicatura,
ejecutar la Partida 11330 del grupo 10000 del Presupuesto aprobado del Poder Judicial,
procediendo al pago del Bono Complementario II, en la proporción del 50% del total ganado
mensual a todos los funcionario judiciales…" (sic) (fs. 156 y 157).
II.2. Mediante nota presentada el 6 de enero de 2005, dirigida a Eduardo Rodríguez Veltzé,
Presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura; y, "María Teresa
Cusicanqui de Rivero", Guido Chávez Méndez, Rodolfo Mérida Rendón y José Luis Dabdoub
López, Consejeros de la Judicatura, AMABOL entre otros solicito la "cancelación del restante
50 por ciento del bono II" (sic); señalando además que: "…si bien hemos aceptado este pago
en fracciones, fue precisamente debido a la falta de disponibilidad en el momento…" (las
negrillas fueron añadidas) (fs. 38 y 39).
II.3. Los representantes de la AMABOL, por nota presentada el 11 de marzo de 2005, dirigida a
Eduardo Rodríguez Veltzé, Presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la
Judicatura; y, María Teresa Rivero de Cusicanqui, Guido Chávez Méndez, Rodolfo Mérida
Rendón y José Luis Dabdoub, Consejeros de la Judicatura, reiteraron la solicitud de la
cancelación del Bono II correspondiente a la gestión 2004, a favor de todos los funcionarios que
comprende el Poder Judicial (fs. 64 y vta.).
II.4. José Hurtado Poveda, Secretario General del Pleno del Consejo de la Judicatura, mediante
notas SP-CJ 0115/05 de 19 de enero de 2005 y 0582/2005 SP/CJ de 6 de abril, informó al
Presidente de la AMABOL, René Fernández Ordóñez, que en función a informes técnicos sobre
la cancelación del 50% del Bono II correspondiente a la gestión 2004, el Plenario tomó la
determinación de no hacer efectiva la cancelación del saldo reclamado, por razones
estrictamente presupuestarias y financieras (fs. 63 y 165).
II.5. El 1 de febrero de 2005, el Plenario del Consejo de la Judicatura se reunió entre otros con
los representantes de la AMABOL para tratar el pago del 50% del Bono II de la gestión 2004, al
respecto los Consejeros explicaron que no se podía honrar dicha cancelación restante del Bono
II, debido a falta de recursos económicos y la necesidad de equilibrar el presupuesto de la
gestión 2005, esto en función a los ingresos disponibles y los requerimientos de diversa índole
(fs. 171 a 177 vta.).
II.6. El 25 de octubre de 2005, en reunión ampliada entre las autoridades administrativas del
Poder Judicial y los representantes de la AMABOL, mediante consenso llegaron al "Convenio
de Entendimiento" respecto a la cancelación total del Bono Complementario II de las gestiones
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2004 y 2005 (fs. 234); por lo que el Plenario del Consejo de la Judicatura, mediante Acuerdo
310/2005 de 22 de noviembre, autoriza a la Gerencia General de dicha institución, para que
remita al Tribunal Constitucional el Convenio de Entendimiento referido, documento que hizo
viable el pago del Bono Complementario II de la gestión 2004, a los funcionarios del Poder
Judicial, para efectos legales posteriores (fs. 235 y 236); sin embargo, Marco Antonio
Baldivieso Jinés, en representación de AMABOL, señaló que el citado "Convenio de
Entendimiento", si bien se encontraba suscrito por su Presidente y Secretario, éstos no se
encontraban facultados para proceder y representar a AMABOL, debiéndose tomar en cuenta
que dicho documento no se encontraba aprobado por la mayoría de los miembros de AMABOL,
no contando con el desistimiento de todos sus poderconferentes (fs. 245 y 246 vta.).
Así también debe tomarse en cuenta que, esta acción tutelar prosperará siempre y cuando no
existan otros medios y/o mecanismos de protección a esos derechos y garantías, lo que hace a su
naturaleza subsidiaria, puesto que no es un instrumento alternativo o sustitutivo de las acciones
ordinarias que la Constitución Política del Estado y las leyes asignan a las distintas
jurisdicciones, debiendo observarse para su presentación, que ésta debe efectivizarse dentro del
plazo de seis meses computables a partir de la vulneración alegada o de la notificación con la
última resolución administrativa o judicial, aspectos previstos por el art. 129 de la CPE.
III.2.Los actos consentidos no son objeto de tutela dentro de una acción de amparo
constitucional
Sobre este tema, la Ley del Tribunal Constitucional en su art. 96.2, estableció como causal de
improcedencia de la acción de amparo constitucional los actos consentidos, al señalar: "Cuando
se hubiere interpuesto anteriormente un recurso constitucional con identidad de sujeto, objeto y
causa y contra los actos consentidos libre y expresamente o cuando hubieren cesado los
efectos del acto reclamado" (las negrillas añadidas). En ese sentido, este Tribunal asume el
razonamiento expresado en la SC 0231/2010-R de 31 de mayo, por no ser contraria al orden
constitucional vigente, misma que a su vez cita la SC 1667/2004-R de 14 de octubre, al respecto
estableció: "…debe entenderse objetivamente como cualquier acto o acción que el titular del
derecho fundamental realice ante la autoridad o particular que supuestamente lesionó el
mismo, como también ante otra instancia, dejando advertir o establecer claramente que acepta
o consiente de manera voluntaria y expresa la amenaza, restricción o supresión a sus derechos
y garantías fundamentales, de modo que no siempre podrá exigirse un acto en el que el titular
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 870
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manifieste textualmente y por escrito que acepta libre y expresamente el acto ilegal u omisión
indebida, sino que ello podrá deducirse con los elementos de juicio suficientes del accionar que
el titular hubiera tenido a partir de la supuesta lesión de la que hubiesen sido objeto sus
derechos y garantías constitucionales" (las negrillas son nuestras).
Así también al respecto, la SC 0906/2010-R de 10 de agosto, señaló: "En otras palabras, más
allá de formalismos, son los hechos y la actitud de la persona supuestamente agraviada la que
en definitiva conducen a determinar si hubo acto consentido o no, en ese caso aunque no
haya una expresión expresa en ese sentido, tiene el mismo efecto del consentimiento tácito,
pero reflejado en actos expresos y libres de sometimiento a los efectos del acto, decisión o
resolución que se impugna de ilegal; lo cual resulta un contrasentido, dado que si hay
sometimiento voluntario palpable o demostrable, no puede posteriormente tachar de
ilegalidad a lo que se ha sometido, puesto que la jurisdicción constitucional no está sujeta a la
desidia de las partes, quienes pese a tener en su momento el derecho y la posibilidad de
interponer la acción de amparo constitucional de manera inmediata con un procedimiento y
tutela también inmediata y efectiva, no lo hicieron, y es más, lo cumplieron; o luego de haber
activado la acción de amparo constitucional, de manera paralela se sometieron a los efectos de
la Resolución impugnada, pese a estar en trámite la acción de amparo constitucional" (las
negrillas nos pertenecen).
Consecuentemente, para que produzcan las consecuencias jurídicas expresadas en el art. 96.2
de la LTC, los actos deben provocar en el Tribunal la convicción plena de que el accionante
está de acuerdo con el acto reclamado; dado que la simple presunción del consentimiento por
acciones que no están directamente relacionadas con el supuesto acto ilegal, lesionaría la
garantía de la tutela jurisdiccional eficaz…" (SC 0537/2011-R de 29 de abril) (las negrillas nos
corresponden).
El accionante por sus representados interpone la presente acción tutelar, alegando vulneración a
sus derechos constitucionales, señalando que las autoridades demandadas omitieron la
cancelación total del Bono Complementario II correspondiente a la gestión 2004, mismo que se
encontraba presupuestado, llegando a constituirse como un derecho adquirido a su favor, el cual
se pagaba desde hace once años, por lo que solicita la cancelación del saldo correspondiente.
otra actuación de parte de los representantes del accionante en la cual plasmaron su aceptación
demostrada acerca del porcentaje cancelado del Bono que nos ocupa, puesto que efectuaron el
cobro del mismo, sin manifestarse sobre el acto ilegal que hoy denuncian a través de esta acción
tutelar, sino hasta el 6 de enero de 2005, meses después y en otra gestión, mediante la nota
enviada a los hoy demandados, la misma que fue ya mencionada (fs. 38 y 39), actos a partir de
los cuales se tiene constancia que se exteriorizó de manera libre su consentimiento sobre la
omisión indebida denunciada mediante la acción tutelar que nos ocupa, convalidando con
ello el Acuerdo citado precedentemente, instrumento con el que se dio origen al supuesto acto
ilegal manifestado, aspectos que se enmarcan dentro de lo establecido por la jurisprudencia
constitucional citada en el Fundamento Jurídico III.2 de esta Sentencia, por lo que no es posible
ingresar al análisis de fondo de la problemática planteada correspondiendo la denegatoria de la
tutela pretendida.
Tal cual lo establece el art. 48.4 de la LTC, las sentencias constitucionales emitidas por este
Tribunal Constitucional Plurinacional pueden ser moduladas en sus efectos, señalando en: "La
parte resolutiva en la que se pronunciará el fallo sobre el fondo del recurso o demanda, en la
forma prevista para cada caso, su dimensionamiento en el tiempo y los efectos sobre lo
resuelto…", en ese sentido, se ha llegado a establecer que la acción de amparo constitucional fue
presentada pese a haberse manifestado de manera expresa el consentimiento de los
representantes del accionante, toda vez que aceptaron la cancelación del Bono Complementario
II correspondiente a la gestión 2004, tal cual se evidencia en obrados (fs. 38 y 39); empero, este
Tribunal no puede desconocer todos aquellos actos que como emergencia de haberse concedido
la tutela solicitada se hubieran realizado, mas aún tomándose en cuenta que a partir de la
interposición de la presente acción constitucional transcurrieron más de seis años.
POR TANTO
1º REVOCAR la Resolución 106/2005 de 21 de junio, cursante de fs. 195 a 197 vta., dictada
por Conjueces de la Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora
Tribunal Departamental de Justicia- de Chuquisaca; y, en consecuencia, DENEGAR la tutela
solicitada, con la aclaración de que no se ingresó al análisis de fondo de la problemática
planteada.
2º Al amparo del art. 48.4 de la LTC, debido al tiempo transcurrido desde la interposición de la
acción tutelar hasta la presente revisión, conforme a lo referido en el Fundamento Jurídico III.4
de esta Sentencia, se dimensionan los efectos de la misma, dejando subsistentes los actos
cumplidos como resultado de la concesión de tutela por el Tribunal de garantías.
No interviene la Magistrada, Dra. Blanca Isabel Alarcón Yampasi, por excusa declarada legal.
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Por memoriales presentados el 26 de febrero de 2009, cursante de fs. 353 a 361 vta.; de
subsanación de 6 de marzo del año citado (fs. 371 a 375) y ampliatorio del mismo mes y año
precitados (fs. 685 y vta.); el accionante manifestó que:
El 17 de diciembre de 2004, de oficio y previo reporte del Grupo Especial de Seguridad (GES),
se le inició un proceso de investigación por la supuesta comisión de la falta de deserción,
tipificada en el art. 6, inc. "D", numeral 25 del Reglamento de Faltas Disciplinarias y Sanciones
de la Policía Nacional, con el argumento que hubiese faltado al servicio el 2, 3, 4 y 5 de
diciembre del referido año. Es así que el 11 de febrero de 2005, el Fiscal Policial de la Dirección
Nacional de Responsabilidad Profesional, emitió requerimiento para que se acumule a las
investigaciones, otro proceso investigativo que se abrió de oficio también en su contra, por las
supuestas faltas a su servicio del 2 al 9 de enero de 2005.
Concluida la investigación por los dos casos, el 17 de diciembre de "2004", el Fiscal Policial
presentó acusación en su contra por la supuesta comisión de la falta grave de deserción,
señalando que habría faltado sin justificación alguna a su fuente de trabajo, en base a la cual, el
8 de mayo de 2006, el Tribunal Departamental de la Policía Nacional, dictó el Auto Inicial del
proceso, sometiéndolo a proceso disciplinario, oral, público y contradictorio el 6 de septiembre
del indicado año, que concluyó con la emisión de la Resolución 84/2007 de 21 de septiembre,
sancionándolo con baja definitiva de la institución policial, sin derecho a reincorporación;
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 873
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Resolución contra la cual, interpuso recurso de apelación y nulidad absoluta por defectos
insubsanables que fue resuelto por el Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Nacional,
mediante Resolución 23/2008 de 7 de marzo, declarando probada la apelación y anulando
obrados.
Agrega que, una vez que el Tribunal Disciplinario Departamental, señaló día y hora de sorteo de
Vocales y audiencia de juicio oral, público y contradictorio, el 12 de mayo de 2008, planteó la
excepción de prescripción, solicitando se declare extinguida la acción disciplinaria. Asimismo,
el "13" del mismo mes y año, interpuso incidente de nulidad por actividad procesal defectuosa,
que fue declarado improbado, con el argumento que la prescripción no opera porque la
notificación con el Auto Inicial del proceso, interrumpe la prescripción y que si bien existe un
vicio de nulidad absoluto, según la SC 0225/2005-R de 14 de marzo, su derecho precluyó,
puesto que debió interponer a través de una impugnación del requerimiento acusatorio, por lo
que se reservó el derecho de apelación.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 23 de marzo de 2009, según consta en acta cursante de fs. 770
a 773 vta., de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
La abogada del accionante ratificó in extenso los términos de la acción presentada, y reiteró los
fundamentos expuestos en él.
El abogado y apoderado de las autoridades demandadas, por informe escrito cursante de fs. 765
a 769 vta., leído en audiencia señaló: a) En el proceso interno seguido contra el accionante, se
respetaron sus derechos y garantías constitucionales, siendo evidente que en la etapa
investigativa el Fiscal Policial acumuló el caso 067/05 por conexitud con el caso 952/04 por
identidad, al tratarse del mismo sujeto procesal y de la misma falta grave disciplinaria de
deserción, medida que fue adoptada con las facultades conferidas por los arts. 52 del
Reglamento Disciplinario, 10 y 11 del manual de Funciones de la Dirección Nacional de
Responsabilidad Profesional y en conocimiento del accionante, quien fue legalmente notificado
para prestar su declaración informativa y en dicho acto estuvo asistido de su abogado,
oportunidad en la que no efectuó reclamo alguno, aceptando y dando por bien hecha la
acumulación de los dos procesos, hasta que dentro del juicio planteó excepción por actividad
procesal defectuosa con argumentos basados en normas penales y no así de acuerdo al
procedimiento disciplinario policial, por lo que el Tribunal Disciplinario Departamental de La
Paz, dentro del marco legal declaró improbado el incidente; b) Respecto a la prescripción del
proceso que solicitó el accionante, el Tribunal a quo emitió el Auto inicial el 8 de mayo de 2006,
notificándose con ese actuado al accionante el 16 de junio de 2006, con lo cual se interrumpió la
prescripción; c) Las bajas médicas que presentó el accionante, de acuerdo al certificado emitido
por el Director del Policlínico Central de la Caja Nacional de Salud, no registra ni tiene historial
clínico, además recién se aseguró el 23 de febrero de 2007; consiguientemente, el Tribunal
Disciplinario Superior de la Policía Nacional, con plena jurisdicción y competencia confirmó la
Resolución de primera instancia, resolviendo cada uno de los puntos apelados; y, d) La presente
acción tutelar fue presentada en forma extemporánea, puesto que con la Resolución 405/2008,
emitida por el Tribunal Disciplinario Superior, el accionante se dio por notificado el 27 de
agosto de 2008, consiguientemente no cumplió el plazo de la inmediatez.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Cuarta de la Corte Superior del Distrito Judicial, ahora Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 014/2009 de 23
de marzo, cursante de fs. 774 a 779, por la que concedió la tutela solicitada, sin costas ni
responsabilidad, disponiendo: 1) La nulidad de la Resolución 768/08; 2) La nulidad de la
Resolución del Tribunal Disciplinario Superior Permanente de la Policía Nacional 405/2008; y,
3) En el plazo de diez días a partir de la legal notificación, se dicte nueva Resolución
considerando el incidente sobre actividad procesal defectuosa, referente a la actuación del
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 875
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
Por mandato de las normas previstas por el art.20.I y II de la ley de 212 de 23 de diciembre de
2011; la sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformo la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los magistrados de la misma, el15 de febrero de 2012, a objeto de la
liquidación de las acciones tutelares ingresadas al os Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre del 2011, en el marco de la ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro el plazo.
II. CONCLUSIONES
numeral 25 del Reglamento de Faltas Disciplinarias y sus sanciones de la Policía Nacional (fs.
300 a 301).
El accionante, alega que las autoridades policiales demandadas, vulneraron la garantía al debido
proceso, toda vez que dentro del proceso disciplinario seguido en su contra por deserción, se
dispuso su baja definitiva de la entidad policial sin derecho a reincorporación, habiendo
incurrido en las siguientes ilegalidades; a) El Fiscal Policial, sin tener facultad mediante
requerimiento y sin que corresponda acumuló dos procesos diferentes que se sustanciaron en su
contra, argumentando existir conexitud; b) Las supuestas ausencias injustificadas por las que se
adoptó dicha sanción fueron desvirtuadas con las bajas médicas respectivas emitidas por la Caja
Nacional de Salud (CNS), que no fueron debidamente valoradas; c) De conformidad con el art.
133 del Reglamento de Faltas Disciplinarias y sus Sanciones de la Policía Nacional, precluyó la
facultad para procesarlo, por cuanto la falta por la que fue sometido a proceso se encuentra
prevista dentro del art. 6 inc."D" numerales 1 al 29 de la citada norma, que prescribe a los
veinticuatro meses de haberla cometido y no obstante de haber solicitado la prescripción le fue
rechazada. En consecuencia, corresponde determinar, en revisión, si los extremos demandados
son evidentes para conceder o denegar la tutela solicitada.
A su vez, el art. 129 de la CPE establece que: "I. La Acción de Amparo Constitucional se
interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por
la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal
competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los
derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados. II. La Acción de Amparo
Constitucional podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses, computable a partir de la
comisión de la vulneración alegada o de notificada la última decisión administrativa o judicial".
Con carácter previo a efectuar el análisis de la problemática planteada por el accionante a través
de la presente acción, cabe señalar que la acción de amparo constitucional, conforme establecen
los arts. 128 y 129.I de la CPE, tendrá lugar "…contra los actos u omisiones ilegales o indebidos
de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman, o
amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley" y "siempre
que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías
restringidos, suprimidos o amenazados"; disposiciones que expresamente establecen que las
supuestas lesiones a los derechos fundamentales y garantías constitucionales deben ser reparadas
en la jurisdicción ordinaria, y sólo en defecto de ésta, de ser evidente la lesión al derecho
invocado e irreparable el daño emergente de la acción u omisión o de la amenaza de restricción
de los derechos, otorgue tutela la jurisdicción constitucional.
Es así, que como exigencia ineludible de la persona física o jurídica que considera haberse
vulnerado o restringido sus derechos o garantías fundamentales y que pretende la protección o
restablecimiento de los mismos, debe cumplir con el principio y ahora requisito legal de la
subsidiaridad, es decir buscar esa tutela al haber agotado los recursos o mecanismos legales o
administrativos con carácter previo a acceder a la justicia constitucional. Por ello, art. 129.I, de
la CPE establece, que esta acción tutelar debe ser interpuesta siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringida, suprimidos o
amenazados. El entendimiento expresado sigue el asumido por la SC 0622/2010-R de 19 de
junio, toda vez que la misma no contraviene el orden Constitucional vigente y es concordante
con los razonamientos expresados en el párrafo precedente.
Respecto a la valoración o compulsa de los elementos probatorios presentados por las partes
dentro de las acciones tutelares, invocando mala, inadecuada o falta de valoración de los
mismos, por parte de las autoridades jurisdiccionales ordinarias o administrativas, cabe
mencionar que esta facultad valorativa corresponde a dichas autoridades, no siendo competencia
de la jurisdicción constitucional efectuar una nueva valoración de la prueba que en sus instancias
pertinentes fueron compulsadas por las autoridades judiciales o administrativas investidas de esa
potestad emanada de la ley, puesto que lo contrario significaría desconocer esa atribución
privativa y generar un desequilibrio entre jurisdicciones; aspecto que no ha sido comprendido y
que en muchas ocasiones ha generado confusión en el foro jurídico. Empero, en el caso que se
hubieran vulnerados derechos o garantías fundamentales en esa labor valorativa, se abre el
ámbito de protección de la jurisdicción constitucional, no para revalorizar esa prueba sino para
restablecer el derecho conculcado haciendo que la autoridad que ocasionó la lesión, la repare, a
través de la acción de amparo constitucional cuya finalidad es la protección de los derechos y
garantías fundamentales de la persona, consagrados por la CPE.
En la presente acción tutelar, conforme a los antecedentes que cursan en obrados y la pretensión
de la ahora accionante, es imperioso referirse a la interpretación de la legalidad ordinaria,
respecto a la cual la jurisdicción constitucional se ha pronunciado, señalando que: "Si bien la
interpretación de la legalidad ordinaria debe ser labor de la jurisdicción común, corresponde a
la justicia constitucional verificar si en esa labor interpretativa no se han quebrantado los
principios constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, entre ellos, los de
legalidad, seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido
proceso; principios a los que se hallan vinculados todos los operadores jurídicos de la nación;
dado que compete a la jurisdicción constitucional otorgar la protección requerida, a través de
las acciones de tutela establecidas antes en los arts. 18 y 19 de la CPEabrg, ahora en los arts.
125 y 128 de la CPE, ante violaciones a los derechos y garantías constitucionales, ocasionadas
por una interpretación que tenga su origen en la jurisdicción ordinaria, que vulnere principios
y valores constitucionales".
Para que la jurisdicción constitucional realice la interpretación de la legalidad ordinaria, ante una
supuesta lesión de derechos constitucionales en la interpretación efectuada por la jurisdicción
ordinaria, se asume el entendimiento contenido en las SSCC 0085/2006-R y 2045/2010-R, entre
otras, al ser imprescindible que quien la solicite cumpla con los requisitos de: 1) Expresar en
forma precisa los fundamentos jurídicos en los que sustenta su posición, fundamentos en los que
deberá exponer con claridad y precisión los principios o criterios interpretativos que no fueron
cumplidos o fueron desconocidos por el juez o tribunal que realizó la interpretación y
consiguiente aplicación de la norma interpretada; y, 2) Exponer qué principios fundamentales o
valores supremos no fueron tomados en cuenta o fueron desconocidos por el intérprete al
momento de desarrollar la labor interpretativa y asumir la decisión impugnada; pues resulta
insuficiente la mera relación de hechos o la sola enumeración de las normas legales
supuestamente infringidas, porque sólo en la medida en que el recurrente expresa adecuada y
suficientemente sus fundamentos jurídicos la jurisdicción constitucional podrá realizar la labor
de contrastación entre la interpretación legal realizada por la jurisdicción ordinaria y los
fundamentos que sustentan la interpretación y las conclusiones a las que arribó, con los
fundamentos y pretensiones expuestos por el accionante.
III.5.1. Sobre la acumulación de dos procesos por requerimiento del Fiscal Policial
Con relación a la denuncia efectuada sobre la acumulación de dos procesos diferentes que
fueron acumulados por el Fiscal Policial mediante un simple requerimiento, sin tener facultad
para ello, de la revisión de los antecedentes que cursan en obrados se evidencia que el 17 de
diciembre de 2004, la Dirección Nacional de Responsabilidad Profesional de la Policía, inició
investigación contra el accionante, aduciendo inasistencia injustificada al servicio los días 2, 3,
4, y 5 de noviembre de 2004, asignándose al caso, el número 952/04, a cuyo efecto adjuntaron
los informes correspondientes, emitiendo el investigador asignado al caso, la citación para que
preste su declaración informativa acompañado de su abogado. Posteriormente, el 18 de enero de
2005, se le inició otra investigación por no haber asistida sus funciones desde el 2 hasta el 9 de
enero de ese año, en mérito a lo cual, por Requerimiento de 11 de febrero de 2005, el Fiscal
Policial de la Dirección Nacional de Responsabilidad Profesional, requirió para que el caso
067/05, correspondiente a la segunda investigación, sea arrimado al caso 952/04, con el
argumento de tratarse del mismo autor y de las mismas faltas.
Con relación a la omisión del Tribunal Disciplinario Superior denunciado por el accionante, de
no valorar la prueba que presentó, consistente en las bajas médicas que según refiere desvirtúan
la falta por la cual se sustanció el proceso, así como el informe expedido por la Trabajadora
Social quien constató su estado de salud; conforme se tiene señalado en el Fundamento III.3 de
la presente resolución, la jurisdicción constitucional no puede ingresar a revisar la valoración de
la prueba efectuada por las autoridades jurisdiccionales a cargo de administrar justicia ordinaria,
ni de las administrativas en la aplicación de las reglas disciplinarias en sede administrativa, pues
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 881
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
De los antecedentes procesales se constata que el accionante denuncia que dentro del proceso
disciplinario policial que se le siguió por supuesta deserción, opuso excepción de prescripción y
extinción de la acción, la primera de las cuales fue declarada improbada mediante Auto
Motivado 26/08 de 14 de mayo del mismo año, emitido por el Tribunal Disciplinario
Departamental Permanente de La Paz, argumentando que el auto inicial del proceso fue dictado
el 8 de mayo de 2006 y fue notificado el 14 de junio del mismo año, por lo que fue promovida la
acción dentro del término de ley.
Al respecto, cabe señalar, que conforme se ha referido precedentemente, para que la jurisdicción
constitucional realice la interpretación de la legalidad ordinaria, el accionante debe cumplir con
los requisitos señalados en el Fundamento Jurídico III.4.1. del presente fallo, los que en este
caso no han sido cumplidos, toda vez que la ahora accionante en el memorial de acción de
amparo constitucional, señala: "…porque se prosiguió el juicio a pesar de haber demostrado que
se acumularon dos procesos diferentes en uno mismo, con un simple requerimiento de
conexitud, además que las faltas que se le atribuyeron fueron justificadas en su oportunidad y
que la facultad para procesarlo había precluído, conforme establece el art. 133 del Reglamento
de Faltas Disciplinarias y sus Sanciones de la Policía Nacional, las faltas contempladas en el art.
6 inc. "D" numerales 1 al 29, prescriben a los veinticuatro meses de cometida; sin embargo,
dicho Tribunal mediante Resolución 405/2008 de 19 de agosto, declaró improbada la apelación,
sancionándolo con baja definitiva de la institución, sin derecho a reincorporación, argumentando
que el proceso comienza con el Auto Inicial del Proceso y por tanto no opera la prescripción",
sin expresar adecuadamente ni precisar los fundamentos jurídicos por los cuales considera se
lesionaron sus derechos o garantías fundamentales, omitiendo exponer con claridad y precisión
los principios o criterios interpretativos que no fueron cumplidos o desconocidos por el Tribunal
Disciplinario Departamental Permanente de la Paz, limitándose a citar el art. 133 del
Reglamento de Faltas Disciplinarias y sus Sanciones de la Policía Nacional, las faltas
contempladas en el art. 6 inc. "D" numerales 1 al 29, que prescriben a los veinticuatro meses de
cometidas; omisiones que no hacen viable que se realice la interpretación de la legalidad
ordinaria por la jurisdicción constitucional, al no haberse cumplido -como se dijo- con los
requisitos que se exigen para proceder a ello.
En consecuencia, la situación planteada no se encuentra dentro de las previsiones del art. 128 de
la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al conceder la acción de amparo constitucional no
efectuó una debida compulsa de los antecedentes procesales ni dio correcta aplicación al citado
precepto constitucional.
POR TANTO
En revisión la Resolución de 23 de abril de 2011, cursante de fs. 250 a 253, pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Manuel Alejandro Córdova Olivares
en representación de Beatriz Camacho Balderrama contra Juan Taquichiri Jiménez, Alcalde
y Katia Karem Herrera Terán, Autoridad Sumariante, ambos del Gobierno Municipal de
Llallagua.
El accionante, mediante memorial presentado el 8 de abril de 2008, cursante de fs. 158 a 173,
señala que:
Con los actos anteriormente mencionados, según refiere el accionante, se lesionó la garantía al
debido proceso de su mandante, pues si bien un proceso administrativo se inicia con el auto de
apertura, conforme el art. 21 inc. a) del Decreto Supremo (DS) 23318 - modificado por el DS
26237; sin embargo, al no haber identificado la causal en la cual incurrió su representada y sólo
referirse a la contravención de apropiación arbitraria de bienes patrimoniales del Estado, sin
identificar el proceso y su grado de participación, vulneró el debido proceso. Asimismo, alega
que al haberse dispuesto en la mencionada Resolución la destitución sin derecho a beneficios
sociales de su representada, dañó su dignidad como persona y funcionaria, además que las
Resoluciones dictadas carecen de fundamentación que explique el motivo por el que se coarta el
derecho a sus beneficios sociales.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 27 de abril de 2011, según consta en el acta cursante de fs. 217
a 222 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El accionante, ratificó los fundamentos de su demanda y amplió los mismos en los siguientes
términos: 1) La Jueza Sumariante debió haber consignado en el Auto inicial de apertura de
proceso administrativo, los arts. 1 inc. c) y 27 inc. c) de la Ley de Administración y Control
Gubernamental (LACG), debiendo tipificar el hecho, conforme a las exigencias del debido
proceso; y, 2) La ausencia de los motivos o fundamentos de una resolución no puede ser
subsanable, por ello, se considera carente de validez las Resoluciones impugnadas.
El representante de los demandados, mediante informe escrito cursante a fs. 214 y vta. de
obrados, expresó que: i) El 30 de julio de 2007, su defendida Katia Karem Herrera Terán, Jueza
Sumariante, emitió el Auto de apertura de proceso y puso en conocimiento de la representada de
Beatriz Camacho Balderrama, quien no efectuó la respectiva objeción en esa oportunidad; ii)
Por Resolución 03/2007, conforme lo previsto en el Reglamento de la Responsabilidad por la
Función Pública, se estableció responsabilidad civil contra la representada del accionante, por
existir indicios de responsabilidad; ante tal situación, interpuso recurso de revocatoria, y luego
de la confirmación de la primera Resolución planteo el recurso jerárquico que fue pronunciado
el 15 de octubre de ese año, confirmando lo dispuesto por la Jueza Sumariante; y iii) La
representada del accionante al no haber desvirtuado los extremos que se le atribuyeron por el
cobro de un monto de dinero, la omisión y el arqueo respectivo, incumplió en sus funciones,
incurriendo en la comisión de apropiación indebida de los recursos del Estado.
Por otra parte el abogado externo del municipio de Llallagua; en audiencia señaló que: a) Se
instalo proceso administrativo contra su defendido y la representada del accionante, quien
asumió conocimiento de todas las actuaciones del proceso; y, b) En ninguna etapa del proceso
desvirtuó el hecho, sólo acredito como prueba algunos certificados referentes a su conducta, sin
demostrar los extremos acusados en el proceso administrativo.
I.2.4. Resolución
El Juez de Partido Mixto, Liquidador y de Sentencia de Uncía del Distrito Judicial Potosí, en
suplencia legal de su similar del juzgado de Llallagua, constituido en Juez de garantías,
pronunció la Resolución de 27 de abril, cursante de fs. 250 a 253 de obrados, por la que
concedió la acción de amparo constitucional "que la autoridad sumariante proceda a dictar
nuevo Auto de Apertura de proceso sumario contra Beatriz Camacho Balderrama y Juan
Calizaya Dorado y se proceda a la investigación de la Responsabilidad que pudiera emerger de
esa investigación, dejando sin efecto el proceso administrativo en contra de la representada del
accionante", bajo los siguientes fundamentos resuelto: i) La Autoridad Sumariante, al haber
emitido el Auto de iniciación del proceso no existe ninguna cuantificación, calificación, ni se
estableció la infracción a ninguna norma interna que hubiera sido infringida por la representada;
ii) La Autoridad Sumariante no se pronuncio a las observaciones efectuadas a la Resolución
3/2007; ni existió un debido pronunciamiento al recurso de revocatoria por parte de la autoridad
referida; iii) El recurso jerárquico que fue resuelto por el Alcalde Municipal de Llallagua, no se
encuentra debidamente fundamentado, toda vez que dicha autoridad se limitó a efectuar una
relación de los hechos.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 885
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II. 3. El 30 de julio de 2007, Katia Karem Herrera Terán, Jueza Sumariante de la Alcaldía de
Llallagua, aperturó de oficio, proceso administrativo contra la defendida del accionante, "…por
haber recibido dineros por pago de impuestos de un bien inmueble y estos no fueron registrados
como ingresos dentro de la Institución Municipal, ya que de acuerdo al informe del jefe de
recursos humanos se colige que estos funcionarios hubieran cobrado de forma irregular" (sic);
por ello, se dispuso la apertura del proceso interno "…por la contravención al art. 77 inc. h) de la
Ley de Sistema Control Fiscal, por apropiación arbitraria de bienes patrimoniales del Estado, así
como al reglamento interno por la violación a las normas que regulan la conducta del
funcionario" (sic) (fs. 10 a 11).
II.6. Katia Karem Herrera Terán, Jueza Sumariante de la Alcaldía de Llallagua, rechazó el
recurso de revocatoria que fue planteado por la representada del accionante, bajo los siguientes
fundamentos: i) Simples certificados no acreditan y no son suficientes para desvirtuar la
responsabilidad en la cual incurrió la accionante; y, ii) Un proceso administrativo se inicia a
través de la contravención a la norma legal vigente, no sólo por el daño causado, sujeción a los
arts. 28 inc. a) y 29 de LACG, concordante con el art. 18 del DS 23318-A (fs. 114 a 116).
debida fundamentación, en sentido de "no haberse pronunciado con relación sobre todas las
cuestiones planteadas en el recurso de revocatoria; por ello, considera un atentado al debido
proceso" (sic). (118 a 121).
(…)
Precisados los alcances del derecho al debido proceso y sus elementos constitutivos entre los
cuales está el derecho a una resolución fundamentada y motivada, corresponde ingresar al
análisis de la problemática planteada emergente de la interposición de la acción de amparo
constitucional.
Así, en el caso que nos ocupa, se tiene que el accionante manifiesta que se lesionaron los
derechos a la "seguridad jurídica", al trabajo, al ejercicio de la función pública y a la garantía del
debido proceso de su representada, por haberla destituido de sus funciones de manera ilegal y
sin goce de beneficios sociales; determinación que fue tomada por la Jueza Sumariante de la
Alcaldía Municipal de Llallagua, a través de la Resolución 3/2007, misma que fue impugnada
mediante el recurso de revocatoria por no haberse precisado sobre los puntos de su destitución
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 888
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
sin goce de beneficios sociales; sin embargo, fue ratificada la misma, siendo impugnada por el
recurso jerárquico que de igual forma se pronunció sin una debida fundamentación y motivada.
De lo anteriormente referido, se deduce que el Auto de apertura que fue emitido por la Jueza
Sumariante, ahora impugnada, se evidencia que se encuentra debidamente fundamentada
conforme a lo previsto en el art. 21 inc. b) del DS 23318-A; por ello, no corresponde dejar sin
efecto el referido Auto; sin embargo, con relación a la Resolución 03/2007, se advierte que la
misma en su parte considerativa señaló que "al omitir sellar los comprobantes entregados al
contribuyente Olga Dueñas y sellarlos después de varios días, no realizar arqueos diarios de
ingreso a Caja Central para la verificación de faltas y sobrantes de dinero, así mismo haber
omitido en el formulario detalle de recaudaciones en el rubro de inmuebles el ingreso de ese
monto de Bs. 382 por pago de impuesto de inmueble" (sic); sin embargo, no se explica en
ninguna parte los motivos por lo cuales se dispuso su destitución sin goce de beneficios sociales,
de lo cual se colige que la Jueza Sumariante no se pronunció con relación a los motivos por los
cuales se le destituyó sin goce de sus beneficios sociales en el cargo que ejercía en la Alcaldía
Municipal de Llallagua.
Por otra parte, en cuanto a la Resolución que resolvió el recurso jerárquico de 15 de octubre de
2007, el Alcalde Municipal de Llallagua, fundamento de la siguiente manera: "que la accionante
no adjunto prueba alguna limitándose a señalar que no se causo ningún daño a la institución pero
no desvirtúa la responsabilidad administrativa" (sic); de lo mencionado, se deduce que de igual
forma la referida autoridad no se pronunció con relación a los motivos de su destitución sin los
beneficios sociales; por ende, se asevera que no se encuentra debidamente fundamentada.
Por lo que resulta evidente que la falta de motivación y fundamentación en las Resoluciones
impugnadas no es clara ni objetiva, aspecto que amerita se otorgue la tutela que brinda la acción
de amparo constitucional, pues es evidente que dichas Resoluciones impugnadas no cumplen
con las condiciones y exigencias en cuanto al debido proceso que se encuentran establecidas en
la jurisprudencia constitucional y desarrollada en el Fundamentación Jurídica III.2 de la presente
Sentencia Constitucional. En consecuencia la vulneración antes referida amerita ser tutelada.
POR TANTO
Refiere, que planteado el recurso incidental de inconstitucionalidad, donde se precisó las normas
cuya constitucionalidad son cuestionadas, así como preceptos constitucionales y legales que se
habrían infringido, el Gerente General de la BBV S.A., de la misma forma y mediante nota
BBV-JAL 942/2009 de 17 de julio cursante a fs. 15, comunicó a BOLSER Ltda., lo resuelto por
el Comité de Vigilancia, transcribiendo partes del acta de reunión 007/2009 de 14 de julio (fs.
201), señalando que el Comité decidió por unanimidad no considerar el recurso indirecto de
inconstitucionalidad interpuesto por BOLSER Ltda., por tratarse de un asunto ajeno a su
competencia y haber sido interpuesto contra la RA SPVS/IV/924 emitida por la
Superintendencia de Pensiones Valores y Seguros.
Ante dicha medida, BOLSER Ltda., por memorial presentado el 27 de julio de 2009 (fs. 16 y
vta.), solicitó al Comité de Vigilancia emita una decisión expresa y motivada obteniendo como
respuesta la nota BBV-GG 898/2009 de 28 de julio (fs. 17), que remite el contenido del anterior
oficio BBV-JAL 942.
En consecuencia, los hechos que fundan la acción son los siguientes: a) El Comité de Vigilancia
de la BBV S.A. negó considerar el recurso indirecto de inconstitucionalidad presentado dentro
del procedimiento administrativo antes descrito, omitiendo su deber de sustanciar este recurso de
conformidad a los arts. 59 y 62 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC); b) La negativa de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 891
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
I.1.3. Petitorio
Se solicita se conceda la tutela y disponga que: 1) El Comité de Vigilancia de la BBV S.A. como
encargado de la sustanciación del proceso administrativo sobre imposición de sanciones, emita
resolución expresa y fundamentada jurídicamente respecto al Recurso Indirecto de
Inconstitucionalidad presentado el 8 de julio de 2009; y 2) El Comité de Vigilancia de la BBV
S.A., notifique a BOLSER Ltda., la Resolución expresa correspondiente, observando la
identificación de sus miembros.
Pese a su legal notificación con el Auto 5 de octubre de 2009, cursante a fs. 152 y vta., el titular
de la ASFI, como tercero interesado del proceso, no se hizo presente a la audiencia de amparo
constitucional, ni presentó documentación o escrito alguno.
I.2.4. Resolución
La Sala Civil Tercera de la Corte Superior de Distrito de Judicial ahora Tribunal de Justicia de
La Paz, constituida en Tribunal de garantías por Resolución 048/2009 de 8 de octubre, cursante
de fs. 239 vta. a 241, concedió la acción de amparo constitucional, disponiendo que el Comité
de Vigilancia de la BBV S.A., pronuncie resolución expresa y fundamentada con relación al
recurso indirecto de inconstitucionalidad formulado el 8 de julio de 2009, dando cumplimiento
al art. 62 de la LTC, con los siguientes fundamentos: i) La nota 942/2009, que fue comunicada a
la empresa accionante, sin adjuntar mayores antecedentes y sin argumento alguno, se constituye
en una transcripción de una decisión asumida por el Comité de Vigilancia de la BBV S.A., sin
sustento fáctico ni jurídico, decisión que impide conocer con certeza los motivos fácticos y de
derecho que impulsaron al Comité de Vigilancia para no considerar el recurso indirecto de
inconstitucionalidad, aspecto que la torna en irrazonable y arbitraria; y, ii) El acta de la reunión
del Comité de Vigilancia 007/2009, en el numeral “6 Varios”, sólo trata del informe emitido por
el asesor legal del ente sobre el recurso incidental de inconstitucionalidad, sin exposición de los
hechos, subsunción de normas, ni razones, asumiendo esa Comisión el no considerar el recurso
planteado, decisión que suprime no sólo una parte estructural de la Resolución cuyo
pronunciamiento es exigido por el art. 62 de la LTC, sea rechazando o admitiendo el recurso
incidental de inconstitucionalidad, sino también toma una decisión de hecho y no de derecho,
negando al accionante conocer cuáles son las razones para que se declare en uno u otro sentido.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la ley de 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la
liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre del 2011, en el marco de la Ley de 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose Resolución dentro el plazo.
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones
que se señalan seguidamente:
II.2. La parte accionante interpuso apelación, que fue declarada improbada mediante Resolución
02/2009 del 13 de abril de igual año, lo que fue objeto de reclamo posterior ante la ASFI,
institución que señaló: “No existiendo proceso administrativo sometido a su consideración se
devuelven los antecedentes presentados”. Ante esta situación interpone el 8 de julio, recurso
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 894
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
II.3. El Gerente General de la BBV S.A, mediante nota BBV-JAL 942/2009 del 17 de julio,
comunicó a la empresa accionante la posición del Comité de Vigilancia, transcribiendo partes
del acta de reunión 007/2009 realizada el 14 de julio de 2009, donde se decidió por unanimidad
no considerar el recurso indirecto de inconstitucionalidad interpuesto por BOLSER Ltda., por
tratarse de un asunto ajeno a su competencia y por haber sido interpuesto contra la RA
SPVS/IV/ 924, emitida por la Superintendencia de Pensiones, Valores y Seguros (fs. 15).
II.4. Ante esta decisión, la representante de BOLSER Ltda., por memorial de 27 de julio de
2009, solicitó a la BBV S.A. emitir una decisión expresa sobre el recurso incidental planteado;
en respuesta a la cual, la BBV S.A. mediante nota de 28 de julio del mismo mes y año, ratificó
su decisión de no considerar el recurso de inconstitucionalidad presentado (fs. 16 a 17).
El art. 128 de la CPE, ha previsto la acción de amparo constitucional, contra todos los actos y
omisiones ilegales o indebidos cometidos por servidores públicos o persona particular o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir los derechos reconocidos por esta
Norma Fundamental y las leyes, constituyendo una garantía jurisdiccional extraordinaria,
mediante la cual, el accionante hace posible la restitución de sus derechos y garantías
fundamentales restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión, obteniendo la
tutela y la reposición en el ejercicio de los mismos.
El art. 129.I de la CPE, prevé la subsidiariedad de la acción al precisar que la acción de amparo
constitucional se interpondrá “…ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no
exista otro medio o recurso legal, para la protección inmediata de los derechos y garantías,
restringidos, suprimidos o amenazados”.
“…la SC 0552/2003-R de 29 de abril, que: '…el amparo constitucional instituido como una
garantía constitucional para otorgar protección a derechos fundamentales, por mandato
constitucional está regido por el principio de subsidiariedad, lo que significa que no podrá ser
interpuesto mientras no se hubiera hecho uso de los recursos ordinarios o administrativos, o en
su caso cualquier otro medio de reclamación ante el particular, autoridad o tribunal que se
considere hubiese causado o esté causando el agravio, y para el caso de haberlos utilizado, los
mismos deberán ser agotados, entendiéndose por esto que se debe tener el resultado en sentido
negativo de las instancias idóneas para conocer y resolver el recurso o reclamo presentados
por el recurrente'.
Al respecto, se halla definido por los arts. 128 y 132 de la CPE, que la acción de amparo
constitucional, por su naturaleza y alcance es una acción tutelar que tiene por finalidad proteger
los derechos constitucionales, por lo cual en autos, no correspondía que a través de la presente
acción de amparo constitucional, se reclame el trámite del Recurso Incidental de
Inconstitucionalidad mencionado, que tiene otra naturaleza y objeto, que es el de excluir del
ordenamiento legal vigente la norma impugnada de inconstitucional, como se ha señalado en los
Fundamentos Jurídicos III.2 y III.3, por cuanto, el acceder a tutelar lo solicitado por la
accionante, desnaturalizaría el objeto de la acción de amparo constitucional, cuya naturaleza
jurídica es la protección de derechos y garantías y no así, el regularizar y corregir procedimiento
de otra acción constitucional.
Es así, que conforme a los antecedentes y fundamentos expuestos, una vez que el Comité de
Vigilancia de la BBV S.A. omitió pronunciarse sobre la acción de inconstitucionalidad referida,
pese a la insistencia de la ahora accionante, correspondía que la misma en consecuencia, acuda
en queja ante la Comisión de Admisión de este Tribunal haciendo notar tal omisión, para que
esta instancia pida informe y/o conmine a ese Comité el cumplimiento del procedimiento legal e
inexcusable prescrito por el art. 62 de la LTC, sin embargo no obró de esa forma, pretendiendo
erróneamente a través de la presente acción de amparo constitucional, que se regularice el
trámite de la acción de inconstitucionalidad antes planteada, lo que determina que no se conceda
la tutela que solicita.
POR TANTO
Por memorial presentado el 10 de septiembre de 2009, cursante de fs. 257 a 270 vta., Freddy
Luis Heinrich Balcázar, expresa los siguientes fundamentos:
Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y la Empresa Nacional de
Ferrocarriles (ENFE), por la presunta comisión de los delitos de contratos lesivos al Estado,
conducta antieconómica y otros, mediante Auto de Vista 110/2004 de 9 de marzo, se revocó la
Sentencia condenatoria dictada en su contra como miembro del Directorio de ENFE,
absolviéndolo, en aplicación del art. 244 inc. 1) del Decreto Ley (DL) 10426 de 23 de agosto de
1972, sin costas, por falta de fundamentos jurídicos.
Contra el citado Auto de Vista, ENFE planteó recurso de casación, el cual radicó ante la Sala
Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia a cargo de los Ministros ahora demandados,
instancia que dictó el Auto Supremo 339 de 8 de junio de 2009, omitiendo pronunciarse sobre
los puntos demandados en su memorial de 25 de noviembre de 2005, entre ellos, que la abogada
Mary Elizabeth Carrasco Condarco no contaba con poder notarial, especial y suficiente que le
faculte a presentar el recurso de alzada en representación de la citada Empresa, el que podía ser
ratificado únicamente por el nuevo Presidente del Directorio de ENFE Residual, Guillermo
Wálter Rengel Machicado, quien no lo hizo; y que pese a que la apelante tampoco citó los
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 898
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
I.1.1.3. Petitorio
Solicita que se conceda la tutela en su favor y en consecuencia: a) Se deje sin efecto ni valor
legal alguno el Auto Supremo 339 de 8 de junio de 2009, dictado por los demandados; b) Se
ordene a los Ministros de la Sala Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia que dicten
nuevo auto supremo debidamente fundamentado y motivado; y, c) Sea con costas, daños y
perjuicios.
El abogado y representante legal de Freddy Luis Heinrich Balcázar ratificó los términos de su
memorial de demanda.
Los demandados Teófilo Tarquino Mújica, Ángel Irusta Pérez y José Luis Baptista Morales,
presentaron informe escrito que cursa de fs. 317 a 320, en el que argumentaron lo siguiente: 1)
El proceso penal se originó por la transferencia de varios bienes inmuebles de propiedad de
ENFE, sustanciado contra personas que en su condición de funcionarios y empleados de esa
Empresa, junto con ciudadanos particulares, fueron autores de esas enajenaciones; 2) La
Sentencia de primera instancia declaró al ahora accionante autor del delito de contratos lesivos
al Estado y le impuso la pena de tres años de reclusión, más el pago del daño civil y costas al
Estado; en apelación, el Auto de Vista 110, revocó el fallo de primera instancia y dictó
Sentencia absolutoria; 3) En cuanto a la falta de personería de la abogada Mary Elizabeth
Carrasco Condarco, indican que en tanto no exista revocación expresa que conste en el
expediente, la personería es legal; 4) Respecto a la responsabilidad del actor en los hechos
juzgados, éste pretende que a través de esta acción se realice una nueva valoración de la prueba,
sin embargo, no precisó que medio de prueba hubiera sido indebidamente valorado u omitido
por el Tribunal de Casación; 5) En el Auto Supremo emitido, respecto a la valoración de la
prueba, se señaló que fue desarrollado con mejor criterio por la Juez a quo, calificando
correctamente la conducta del actor al tipo penal previsto en el art. 221 del Código sustantivo, en
relación a la parte in fine del párrafo primero del art. 20 del Código Penal (CP), por tanto no es
evidente que se encuentre exento de responsabilidad; 6) En relación a la supuesta omisión de
pronunciamiento de la extinción de la acción penal por duración máxima del proceso y a la
aparente falta de notificación con la Resolución de rechazo a dicha excepción, se emitió el Auto
Supremo 459, declarando no haber lugar a la extinción de la acción penal; y, 7) Respecto a la
falta de fundamentación del Auto Supremo impugnado, no es evidente, porque Resolución se
encuentra debidamente motivada y es congruente con los puntos recurridos en casación, y al
considerar que no cometieron acto ilegal que restringió o vulneró los derechos reclamados,
solicitan denegar la tutela impetrada.
I.1.2.3. Resolución
Por memorial presentado el 8 de octubre de 2009, cursante de fs. 648 a 664, René Navajas
Mogro manifestó lo siguiente:
Como consecuencia de un proceso penal que le siguió el Ministerio Público y ENFE por la
presunta comisión de los delitos de contratos lesivos al Estado, conducta antieconómica y otros,
la Jueza Cuarta de Partido en lo Penal y Liquidadora, dictó la Sentencia 40/2002, declarando a
los miembros del Directorio del cual formaba parte su persona, autores del delito de contratos
lesivos al Estado, imponiéndoles a cada uno la pena de tres años de reclusión, pago de daño civil
y costas al Estado, absolviéndolos de pena y culpa por el delito de conducta antieconómica por
existir prueba semiplena.
Refiere que apelaron de dicha Sentencia, y la Sala Penal Tercera de la Corte Superior del
Distrito Judicial de La Paz, pronunció el Auto de Vista 110/2004 de 9 de marzo, que revocó la
Sentencia condenatoria, dictándose en su favor Sentencia absolutoria para todos los miembros
del Directorio, Resolución que fue recurrida de casación tanto por ENFE como por los
procesados Germán Esteban Medrano Kreidler, Raúl Enrique Condarco Zenteno, Julio Porras
Calderón, Edwin Carvallo Zambrana y Zulema Yáñez Rodríguez, recurso que radicó en la Sala
Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia, resolviendo el mismo a través del Auto Supremo
339, que declaró infundados los recursos de casación interpuesto por los procesados y casó el
Auto de Vista, declarando subsistente la Sentencia de primera instancia sin ninguna
fundamentación ni motivación, y en cuanto a los miembros del Directorio de ENFE, dispuso se
les incremente la pena a cinco años de privación de libertad.
Alega que, el Auto Supremo 339, lo responsabiliza penalmente de la comisión del delito de
contratos lesivos al Estado, pese a la inexistencia de fundamento legal que demuestre que su
conducta se adecuó al tipo penal que se le atribuye, máxime si no se puede sustentar una
conducta en un aspecto solidario que nada tiene que ver con la acción punible que cometa otra
persona, de modo que no se pudo establecer acto alguno que demuestre la descripción de los
elementos esenciales de los tipos penales por los que fue juzgado; sin embargo, los Ministros
demandados, incrementaron el quantum de la pena, omitiendo señalar, las razones por las cuales
la pena impuesta en primera instancia era inadecuada o insuficiente, así como los motivos por
los cuales la pena a aplicarse a su persona es de cinco años, constituyéndose dicho Auto
Supremo en un acto ilegal y atentatorio a sus derechos y garantías constitucionales,
incumpliendo el deber flagrante de motivación de las resoluciones judiciales.
I.2.1.3. Petitorio
Solicita que se conceda la tutela en su favor y en consecuencia: a) Se deje sin efecto ni valor
legal alguno el Auto Supremo 339 de 8 de junio de 2009, dictado por los demandados; b) Se
ordene a los Ministros de la Sala Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia que dicten
nuevo auto supremo debidamente fundamentado y motivado; y, c) Sea con costas, daños y
perjuicios.
El abogado y representante legal de René Navajas Mogro ratificó los términos de su memorial
de demanda, y concluyó reiterando se conceda la acción de amparo y se deje sin efecto el Auto
Supremo 339.
Los Ministros demandados, presentaron informe escrito cursante de fs. 350 a 355, en el que
manifestaron lo siguiente: a) El proceso penal se originó por la transferencia de varios bienes
inmuebles de propiedad de ENFE, sustanciado contra personas que en su condición de
funcionarios y empleados de esa Empresa, junto con ciudadanos particulares, fueron autores de
esas enajenaciones; b) La Sentencia de primera instancia declaró al ahora accionante autor del
delito de contratos lesivos al Estado y le impuso la pena de tres años de reclusión, más el pago
del daño civil y costas al Estado; en apelación, el Auto de Vista 110, revocó el fallo de primera
instancia y dictó Sentencia absolutoria; c) Respecto a la falta de fundamentación del Auto
Supremo impugnado, resulta innecesario efectuar mayores consideraciones, debido al carácter
vinculante de las resoluciones emitidas en acciones de amparo constitucional y debido a que un
pronunciamiento distinto haría inaplicable e ineficaz el emitido con anterioridad por el Tribunal
de amparo, dentro de la acción tutelar interpuesta por Freddy Heinrich Balcázar; d) En el Auto
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Supremo emitido, respecto a la valoración de la prueba, se señalo que fue desarrollado con
mejor criterio por la Juez a quo, calificando correctamente la conducta del actor al tipo penal
previsto en el art. 221, en relación con la última parte del párrafo primero del art. 20 del CP, por
tanto no es evidente que se encuentre exento de responsabilidad penal.
I.2.2.3. Resolución
La Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, constituida en
Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 319/2009 de 20 de octubre, cursante de fs. 364 a
368 vta., por la que concedió la tutela solicitada, dejando sin efecto el Auto Supremo 339 de 8
de junio de 2009, sólo con relación a René Navajas Mogro, disponiendo pronunciar nuevo auto
supremo que contenga las razones legales del incremento de la sanción impuesta al accionante.
Señala como fundamento lo siguiente: a) Si en casación se decidió sancionar injustamente a una
persona porque supuestamente hubiere incurrido en la comisión del delito sancionado por el art.
221 del CP, lo mínimo que debían hacer los Ministros demandados, era fundamentar y explicar,
si se incurrió en ese ilícito por dolo o por culpa; sin embargo, el Auto Supremo 339, viola el
principio de legalidad en cuanto a la tipicidad de la conducta; b) No demuestran ni fundamentan
en qué consiste la contravención al art. 221 del CP, no basta señalar, que se ha infringido, sino
que deben explicar y fundamentar como se ha violado dicha norma legal; y, c) Incrementaron la
pena sin motivar ni fundamentar las razones para tal decisión, rompiendo la armonía que debe
existir entre la parte considerativa y resolutiva, extremo que ya fue evidenciado y corroborado
en la acción de amparo interpuesta por Freddy Heinrich Balcazar.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011, la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en los expedientes se establecen
las siguientes conclusiones:
II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y ENFE contra varias personas
por los delitos de contratos lesivos al estado, conducta antieconómica y asociación delictuosa, la
Juez Cuarto de Partido en lo Penal y Liquidador del Distrito Judicial de La Paz, pronunció la
Sentencia 40/2002 de 19 de abril, declarando a los miembros del Directorio: René Navajas
Mogro, Luis Ramiro Arce Salcedo, Roberto Gisbert Bermúdez, Ricardo Arcil Menacho Ríos y
Freddy Luis Heinrich Bálcazar, autores del delito de contratos lesivos al Estado,
imponiéndoles a cada uno la pena de tres años de reclusión, más el pago de daño civil y costas al
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Estado (expediente 20558-AAC fs. 141 y expediente 20742-AAC fs. 519), al mismo tiempo los
absuelve de pena y culpa por el delito de conducta antieconómica por existir sólo prueba
semiplena (expediente 20558-AAC fs. 5 a 144) y (expediente 20742-AAC fs. 383 a 522).
II.2. Mediante Auto de Vista 110/2004 de 9 de marzo, la Sala Penal Tercera de la Corte
Superior del Distrito Judicial de La Paz, revoca la Sentencia condenatoria dictada contra los
miembros del Directorio, decretándose en su favor Sentencia absolutoria (expediente 20558-
AAC fs. 145 a 159 vta.) y (expediente 20742-AAC 148 a 162 vta.).
II.3. El 18 de mayo de 2005, Edith Romero de González, Fiscal Adjunto de la Fiscalía General,
requiere para que los Ministros de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, como
consecuencia de los recursos de nulidad y casación interpuestos tanto por la representante de
ENFE como por los acusados contra el Auto de Vista 110/2004, proseguir con la tramitación de
la presente causa hasta su conclusión, declarando de oficio no haber lugar a la extinción de la
acción penal para todos lo procesados y casar en parte el Auto de Vista recurrido, declarándolos
autores y culpables del delito de contratos lesivos al estado y a los miembros del Directorio en
grado de complicidad (expediente 20558-AAC fs. 160 a 174) y (expediente 20742-AAC fs. 549
a 563).
II.4. Freddy Luis Heinrich Balcázar, por memorial de 25 de noviembre de 2005, se apersonó
ante la Sala Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia, impugnando el requerimiento
solicitado por la Fiscal Adjunto de la Fiscalía General y pide se dicte resolución apartándose del
mismo y confirmando el Auto de Vista impugnado (expediente 20558-AAC fs. 175 a 180) y
(expediente 20742-AAC fs. 564 a 569).
II.5. Por Auto Supremo 459 de 16 de diciembre de 2008, la Sala Penal Primera de la Corte
Suprema de Justicia, de oficio declara no haber lugar a la extinción de la acción penal instaurada
contra los procesados, Resolución notificada a “Freddy Einrich Álcazar” el 19 del mismo mes y
año, mediante cedulon fijado en el tablero de la Secretaría de Cámara de la Sala Penal Primera
de la Corte Suprema (expediente 20558-AAC fs. 233 a 239) y (expediente 20742-AAC fs. 583 a
587).
II.6. Por memorial de 12 de marzo de 2009, dirigido a la Sala Penal de la Corte Suprema de
Justicia, Raúl Enrique Condarco Zenteno, solicita se declare la prescripción de la acción penal
(expediente 20558-AAC fs. 192 a 195) y (expediente 20742-AAC fs. 598 a 601).
II.8. Mediante Auto Supremo 269 de 27 de abril de 2009, la Sala Penal Primera de la Corte
Suprema de Justicia, de acuerdo con el requerimiento fiscal, rechaza la excepción de
prescripción formulada por el imputado Raúl Enrique Condarco Zenteno (expediente 20558-
AAC fs. 212 a 214 vta.) y (expediente 20742-AAC fs. 618 a 620 vta.).
II.9. La Sala Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia, mediante Auto Supremo 339 de 8
de junio de 2009, declararon infundados los recursos de casación interpuesto por los procesados
Germán Esteban Medrano Kreidler, Raúl Enrique Condarco Zenteno y Zulema Yáñez
Rodríguez y en mérito a los recursos de casación formulados por ENFE, Julio Porras Calderón y
Edwin Carballo Zambrana, casaron el Auto de Vista impugnado y declararon subsistentes la
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Sentencia de primera instancia, y en lo que respecta a la condena de los miembros del Directorio
en el que se encuentran los accionantes Freddy Luis Heinrich Balcázar y René Navajas Mogro,
se incrementó la pena a cinco años de privación de libertad (expediente 20558-AAC fs. 240 a
252) y (expediente 20742-AAC fs. 628 a 640).
Los accionantes alegan que las autoridades judiciales demandadas, vulneraron sus derechos,
dado que dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y ENFE, en apelación se
dictó Sentencia absolutoria a su favor; sin embargo, en casación los Ministros demandados
emitieron el Auto Supremo 339 con los siguientes vicios: 1) No constataron la falta de
personería de la recurrente de casación, actuando ultra petita al resolver el recurso planteado; 2)
El Auto Supremo impugnado carece de fundamentación y motivación, omitió pronunciarse
sobre la extinción de la acción solicitada y su ilegal notificación, -con el advertido de que estos
dos puntos corresponden al expediente 20558-AAC-; 3) Prescindieron exigir la especificación
de los motivos, con cita de la ley o leyes cuya inobservancia se impugnaba, o de las leyes
sustantivas cuya violación se acusaba; y 4) La determinación asumida carece de congruencia,
por cuanto en relación a los accionantes se evidencia ausencia total de relación fáctica, así como
de fundamentación legal, careciendo de elementos jurídicos que justifiquen el incremento de la
pena impuesta.
La acción de amparo constitucional, comprendida en el art. 128 de la CPE, está instituida por
mandato constitucional, como una acción de defensa contra actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos o de persona individual o colectiva, que restrinjan,
supriman o amenacen restringir o suprimir derechos fundamentales y garantías constitucionales.
Se constituye entonces en una de las acciones de defensa más amplia en cuanto al alcance de su
ámbito de tutela y protección de derechos, rigiendo para su interposición, los principios de
inmediatez y subsidiariedad, conforme lo establece el art. 129 de la Ley Fundamental;
denotándose de la naturaleza de esta acción su objeto de protección y resguardo de derechos en
el marco de los valores y principios ético-morales establecidos en la Constitución Política del
Estado, contribuyendo desde la justicia constitucional a efectivizar y materializar esos valores y
principios para una vida armoniosa, con equidad, igualdad de oportunidades y dignidad, entre
otros valores, en los que se sustenta el Estado Plurinacional y que son parte de la sociedad
plural.
III.2.2. El accionante Freddy Luis Heinrich Balcázar alega, como parte de su acción de amparo,
que los demandados omitieron considerar que el recurso de casación, fue interpuesto por Mary
Elizabeth Carrasco Condarco sin contar con el poder notarial especial y suficiente, por cuanto la
única persona facultada que podía ratificar el poder notarial otorgado por el anterior Presidente
del Directorio de ENFE Residual, era el nuevo Presidente, Guillermo Wálter Rengel Machicado
“y él no lo hizo”, por tanto -sostiene el accionante- el poder notarial invocado por la recurrente
de casación, carecía de mandato. De otro lado, sostiene que la referida recurrente de casación, no
citó los supuestos casos de violación a la ley sustantiva, por lo que los Ministros demandados
pronunciaron el Auto Supremo 339, sin advertir que el recurso de casación no era una
controversia entre partes, siendo la cuestión de responsabilidad entre la ley y sus infractores, por
ende -concluye el accionante- la responsabilidad no era atribuible a su persona, como tampoco al
Directorio de esa época, ya que actuaron en base a informes técnicos, jurídicos y económicos,
siendo los emisores de dichos informes los responsables en aplicación de los arts. 38 de la Ley
de Administración y Control gubernamental (LACG) y 65 del DS 23318-A, por ello mismo se
dictó Sentencia absolutoria a su favor en aplicación “del numeral 1) del art. 244 del D.L. 10426”
por cuanto en materia penal no existe la figura de responsabilidad solidaria y mancomunada,
dado que los delitos son intuito personae, no pudiendo aplicarse la responsabilidad solidaria a su
caso.
de ENFE Residual, y de otro lado cuestiona la normativa que correspondía al caso sobre su
responsabilidad penal como procesado; empero, del contenido de su demanda de amparo
constitucional, no se advierte que hubiese expresado de forma precisa y adecuada los
fundamentos que sustenten su pretensión, habida cuenta que se limita a impugnar la
interpretación efectuada y consecuente aplicación de normas, sin identificar ni los principios, ni
los criterios interpretativos que hubiesen sido omitidos por los Ministros demandados al admitir
el recurso de casación interpuesto por la apoderada de ENFE.
De otro lado, tampoco identifica ni desarrolla cuáles fueron los elementos de los valores
supremos y principios fundamentales que hubiesen sido desconocidos y por consiguiente la
vulneración de derechos fundamentales y garantías constitucionales en la que hubiese derivado
la interpretación y aplicación de normas efectuada por los demandados, circunstancias éstas que
imposibilitan la tutela solicitada sobre estos dos puntos, correspondiendo en consecuencia
denegarla.
El accionante Freddy Luis Heinrich Bálcazar demanda también que el Auto Supremo ahora
impugnado, atenta contra sus derechos al omitir pronunciarse sobre la extinción de la acción
penal por duración máxima del proceso, máxime si nunca fue notificado con resolución alguna
al respecto.
De otro lado, se constata también que el citado Auto Supremo 459, se notificó a “Freddy Enrich
Alcázar”, el 19 de diciembre de 2008, mediante cedulón fijado en el tablero de la Secretaría de
Cámara de la Sala Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia (expediente 20558-AAC fs.
239 vta.). Al respecto, del contenido de la demanda de amparo, se evidencia que el accionante
reconoce la existencia y conocimiento de esa notificación, pero como el mismo aduce, no la da
por válida al estar dirigida a “Freddy Enrich Alcázar” y no a su persona Freddy Heinrich
Balcázar; sin embargo, el procesado no toma en cuenta que si la notificación cumple su
finalidad, cual es la de poner en conocimiento de la parte determinado actuado procesal, la
misma se considera como válida, situación que se presentaría en el caso concreto, ya que
conforme las propias afirmaciones de la parte accionante, tuvo conocimiento del Auto Supremo
459, pero no asumió la notificación como “legal” al estar -a su criterio- dirigida a otra persona,
apreciación incorrecta, dado que la notificación no tiene por objeto cumplir una simple
formalidad procesal, sino que su fin es asegurar que la decisión, resolución o actuado que se
notifica, sea efectivamente conocida por la parte con los consiguientes efectos que pueda
generar. Por consiguiente, en cuanto a la problemática planteada en el presente fundamento,
tampoco corresponde otorgar la tutela solicitada
Resuelto como se encuentra el punto cuestionado, -que dicho sea de paso no constituye un
elemento de relevancia en el tema de fondo-; sin embargo, sólo a manera de aclaración, es
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
La triple dimensión del debido proceso, se encuentra reconocida en la Constitución Política del
Estado, que lo consagra como un principio, un derecho fundamental y una garantía
jurisdiccional.
caso, sino que al contrario debe desarrollar, pero con precisión y claridad, las razones que
motivaron al juzgador a asumir una determinada resolución, claro está con la justificación legal
que respalda además esa situación.
La congruencia por su parte, responde a la estructura misma de una resolución, por cuanto
expuestas las pretensiones de las partes traducidas en los puntos en los que centra una acción o
recurso, la autoridad competente para resolver el mismo está impelida de contestar y absolver
cada una de las alegaciones expuestas y además de ello, debe existir una armonía lógico-jurídica
entre la fundamentación y valoración efectuadas por el juzgador y el decisum que asume.
En ese marco, la congruencia abarca dos ámbitos, el primero referido a la unidad del proceso; es
decir, la coherencia y vínculo que debe existir entre una resolución y otra dentro de un mismo
proceso, y el segundo en cuanto a la consideración y resolución de todos los puntos puestos a
consideración del juzgador, lo que significa que también debe existir coherencia y unidad de
criterio dentro de una misma resolución, dado que la misma debe guardar correspondencia con
todo lo expuesto a lo largo de su contenido, caso contrario carecería de consecuencia, siendo
inviable que luego de analizar determinados hechos se llegue a resultados distintos, vulnerando
la construcción jurídica que toda resolución debe tener en aplicación y resguardo del debido
proceso (en ese sentido se expone el criterio mencionado las SSCC 1009/2003-R y 0639/2011-R
entre otras).
Los accionantes fundan su demanda, en el hecho de que el Auto Supremo impugnado carece de
motivación y congruencia, por cuanto no contiene fundamentos jurídicos que justifiquen el
incremento de la pena impuesta, además que se evidenciaba ausencia total de relación fáctica así
como de fundamentación legal.
Sentencia de primera instancia, además de los motivos por los cuales se estableció que
correspondía el incremento del quantum de la pena impuesta en primera instancia, tarea en la
que no se advierte irrazonabilidad ni tampoco la existencia de omisión valorativa que hubiesen
derivado en vulneración de derechos, por ende no corresponde tampoco ingresar al fondo de la
valoración de prueba efectuada por los Ministros demandados, al no darse los presupuestos y
condiciones que posibiliten dicha revisión, siendo, -como se estableció en el fundamento
jurídico precedente- que ello constituye una facultad privativa de la jurisdicción ordinaria y sólo
corresponde su revisión cuando se evidencie la lesión de derechos o garantías, situación que no
se presenta en el caso en análisis.
Finalmente, respecto a la falta de congruencia alegada por los accionantes, corresponde indicar
que del contenido del fallo impugnado, se evidencia que el mismo contiene una armonía en la
relación fáctica efectuada, los fundamentos jurídicos y las normas aplicables al caso que fueron
considerados a objeto de establecer la responsabilidad penal de cada uno de los procesados, y en
base a ello asumir el decisum en coherencia con el grado de participación establecido de cada
imputado en las transferencias que originaron los ilícitos penales objeto de la acción penal;
evidenciándose un nexo de causalidad entre las pretensiones y alegatos de las partes, las pruebas
consideradas y valoradas y la consecuencia jurídica emergente de esa relación.
Por consiguiente, al constatarse que las autoridades judiciales demandadas asumieron sus
determinaciones en base a una Resolución suficiente y debidamente fundamentada, sin que se
evidencie irrazonabilidad ni omisión valorativa, además de contener la congruencia obligatoria
en todo su contenido, se advierte que actuaron conforme a derecho, por lo que no corresponde
otorgar la tutela solicitada.
Por los fundamentos expuestos se concluye que los Tribunales de garantías al haber concedido
las acciones de amparo constitucional, no evaluaron correctamente los datos del proceso ni las
normas aplicables al mismo.
POR TANTO
Agrega que, “sin considerar que su decisión anterior era ilegal, por contraria a las normas
expresas del Consejo de la Judicatura” (sic), un segundo Tribunal Disciplinario, esta vez
conformado por Javier Ledezma Miranda y David Baptista Velásquez, nuevamente con la
participación activa de Vladimir Uriona Guzmán, emitieron un segundo Auto de apertura de
proceso disciplinario de 4 de mayo de 2009, en el que determinaron como medida precautoria la
suspensión de funciones por el plazo máximo que la norma prevé, también con retención de
haberes.
Indica que, la Ley del Consejo de la Judicatura, en su art. 46, determina el contenido del Auto de
apertura, sin que éste otorgue facultad alguna al Tribunal Disciplinario de disponer otras
medidas adicionales a las expresamente señaladas.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 912
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
Refiere que, la señalada facultad de suspender a funcionarios del Órgano Judicial con retención
de haberes, únicamente se halla determinada en el art. 52 de la Ley del Consejo de la Judicatura
(LCJ); sin embargo, dicha atribución es exclusiva del Pleno del Consejo de la Judicatura, pero
no extensible a un Tribunal Sumariante, motivo por el que en los hechos existe incumplimiento
de los arts. 46 y 52 de la citada Ley, que a su vez deriva en la vulneración del art. 410.II.2 de la
Constitución Política del Estado (CPE).
Arguye que la Sala Civil Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Chuquisaca, saliendo por los fueros de la ley y la Constitución
Política del Estado, en el fallo de 9 de mayo de 2009, determinó que la norma reglamentaria de
los procesos disciplinarios, en cuanto a la medida de suspensión, está excediendo los límites
impuestos en la Ley del Consejo de la Judicatura y el principio de jerarquía normativa
determinado por la propia Ley Fundamental.
Finalmente en el memorial de ampliación agrega que el 21 de agosto de 2009, fue notificado con
un tercer Auto de apertura de proceso disciplinario, sin que en el mismo se consigne de manera
concreta contra quienes es instaurado.
El accionante alega que las autoridades demandadas no cumplieron con las normas contenidas
en los arts. 46 y 52 de la LCJ, en clara vulneración del art. 410 de la CPE, con relación a los arts.
115 y 117 también de la CPE.
I.1.3. Petitorio
El accionante solicita, se dejen sin efecto los Autos de apertura de proceso disciplinario de 5 de
marzo y de 4 de mayo, ambos de 2009, a objeto de que los demandados den estricto
cumplimiento a las normas acusadas de quebrantadas.
I.2.Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Mediante informe escrito cursante de fs. 167 a 185, los demandados señalaron que: a) El
Tribunal de garantías es incompetente para conocer la demanda, por cuanto será una ley de
desarrollo la que determine la autoridad competente para resolver las acciones de cumplimiento,
aspecto que no fue aclarado en la Constitución Política del Estado; b) Según los argumentos del
propio accionante, el demandado debería ser el propio Presidente del Tribunal Agrario Nacional,
autoridad que en los hechos ejecutó la medida de suspensión con retención de haberes; c) Es el
Plenario del Consejo de la Judicatura, la instancia institucional que generó la norma ahora
cuestionada, siendo por tanto dicho cuerpo colegido, que a su criterio contaba con legitimación
pasiva dentro de la presente acción de cumplimiento; d) El accionante no agotó las instancias
administrativas regulares de impugnación correspondientes a los trámites disciplinarios
18/2009/SRE, 72/2009/SRE y 132/2009/SRE, tratando únicamente de entrabar los procesos
sumarios iniciados en su contra, acudiendo a la jurisdicción constitucional; e) La presente acción
de cumplimiento no procede en razón de existir cosa juzgada constitucional, puesto que el
accionante el 13 de abril de 2009, interpuso un recurso de carácter constitucional, con identidad
de sujeto, objeto y causa, ante la Sala Civil Segunda. En ese mismo sentido planteó acción de
amparo constitucional dentro del trámite 18/2009/SRE y en el trámite 72/2009/SRE interpuso
acción de inconstitucionalidad; f) El accionante ha consentido los supuestos actos de violación,
ya que reconoció plenamente la competencia del Tribunal Disciplinario al presentar las acciones
constitucionales señaladas precedentemente; g) En el proceso disciplinario ahora cuestionado, se
observó el respeto al debido proceso, toda vez que la aplicación de las medidas preventivas no
significa que ya se haya impuesto sanción; h) No hubo incumplimiento de los arts. 46 y 52 de la
LCJ, en razón a que el Consejo de la Judicatura en uso de las atribuciones conferidas por el art.
13.VI.2 de la citada Ley, puede emitir acuerdos y dictar resoluciones, disposición que guarda
relación con el art. 195.2 de la CPE; así también, pueden ser iniciados procesos administrativos
sin necesidad de investigación previa; i) No existió violación de la garantía del juez natural, toda
vez que el Tribunal Disciplinario, fue designado con anterioridad al hecho procesado, tampoco
se ha transgredido el derecho a la defensa, en razón a que el accionante ha podido acceder a la
misma de manera irrestricta, interponiendo excepciones e incidentes; asimismo, se han respetado
los plazos procesales; j) El trámite 132/2009/SRE se encuentra en periodo de prueba, aún no se
ha dictado resolución, sin que se haya establecido todavía la responsabilidad o no del
accionante; y, k) Se dio cumplimiento al art. 46 de la LCJ, por cuanto los Autos de apertura
cuestionados, contienen los requisitos comprendidos en el citado artículo y en lo que se refiere al
art. 52 de la citada Ley, el Tribunal Sumariante actúa por delegación del propio Consejo de la
Judicatura, conforme lo establece el art. 91.3 en concordancia con el art. 90, ambos del RPDPJ,
aprobado por el Plenario del Consejo de la Judicatura mediante el Acuerdo 329/2006, tantas
veces citado.
Por memorial cursante de fs. 141 a 147, Julia Ramos Sánchez en su condición de Ministra de
Desarrollo Rural y Tierras, manifestó: 1) Iván Gantier Lemoine debió interponer los recursos de
revocatoria y jerárquico correspondientes, con carácter previo a activar la jurisdicción
constitucional, por lo cual su pretensión se halla alcanzada por el principio de subsidiaridad; y,
2) La acción de cumplimiento no es el medio eficaz para impugnar actuaciones realizadas con
falta de competencia y facultad, siendo la vía idónea de reclamación el recurso directo de
nulidad.
A través del memorial cursante de fs. 148 a 154, Iván Castellón Quiroga, Viceministro de
Gestión y Desarrollo Forestal, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, a
tiempo de ratificar la denuncia de prevaricato presentada contra Iván Gantier Lemoine, señaló lo
siguiente: i) Los argumentos planteados por el accionante ya fueron ampliamente analizados y
resueltos en una acción de amparo constitucional previamente sometida a las instancias
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/ABRIL 914
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL____________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR-SL
De acuerdo al memorial cursante de fs. 222 a 226, María del Lourdes Burgoa Gonzáles en
representación del Viceministerio de Tierras, refirió: a) La acción de cumplimiento no procede
contra resoluciones judiciales que por cualquier otro recurso puedan ser modificadas, aún
cuando no se haya hecho uso oportuno de dicho recurso; b) A través de la acción de
cumplimiento no se puede analizar si determinada autoridad “recurrida” actuó con competencia
o no, siendo la vía idónea el recurso directo de nulidad; c) Todos los funcionarios judiciales se
hallan regidos por la Ley del Consejo de la Judicatura y se encuentran en la obligación de
conocer in extenso sus atribuciones y limitaciones; y, d) El Reglamento de Procesos
Disciplinarios del Poder Judicial no fue impugnado al momento de ser aprobado y puesto en
vigencia, razón por la cuál ahora es impertinente su cuestionamiento.
I.2.4. Resolución
Mediante Resolución 339/2009 de 9 de septiembre, cursante de fs. 234 a 238, la Sala Social,
Administrativa y Tributaria de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, constituida
en Tribunal de garantías, declaró “procedente” la acción, disponiendo dejar sin efecto los Autos
de apertura de proceso de “4 de marzo, 5 de mayo” y 21 de agosto, todos de 2009, ordenando el
cumplimiento de los arts. 46 y 52 de la LCJ, 39 y 89.II del RPDPJ, en base a los siguientes
argumentos de orden legal: i) La acción de cumplimiento no es alcanzada por el principio de
subsidiaridad “en la forma establecida para la acción de Amparo Constitucional” (sic), en razón
a que se trata más bien de un procedimiento ágil y expedito para corregir trámites por
incumplimiento de norma expresa; ii) Del análisis de los arts. 46 y 52 de la LCJ se puede
establecer que los autos de apertura deben contener el nombre del inculpado, el hecho atribuido
y su calificación legal y la apertura del término de prueba; iii) Si bien el Consejo de la Judicatura
se encuentra facultado para suspender del ejercicio de sus funciones a funcionarios contra
quienes se hubiera abierto proceso penal o cuando se les haya iniciado proceso disciplinario por
faltas graves y muy graves, no significa en modo alguno, que el Tribunal Disciplinario haya
podido determinar la retención de haberes; iv) La facultad de delegación por parte del Consejo
de la Judicatura de sus funciones disciplinarias, está circunscrita únicamente a lo establecido por
ley, es decir que sus competencias se limitan exclusivamente a reglamentar las normas que
pueden ser delegables; v) La disposición precautoria prevista por los Tribunales Sumariantes
“accionados”, referida a la suspensión con retención de haberes, exceden sus competencias en
razón a que la norma aludida precedentemente prevé únicamente la suspensión y no así la
retención de haberes, determinación que no tiene sustento legal; vi) Los Autos de apertura de
proceso de 5 de marzo y 4 de mayo de 2009, fueron dictados sin que medie investigación previa.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de
2011; la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora
Transitoria, posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de
la liquidación de las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías hasta el 31 de
diciembre de 2011, en el marco de la Ley 1836 de 1 de abril de 1998. Con la referida
competencia, se procedió al sorteo de la presente causa, dictándose resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.3. De fs. 27 a 33, cursa el informe acusatorio emitido por Carmen Auza Paz, Investigadora
Nacional -Coronela de Régimen Disciplinario- del Consejo de la Judicatura, dirigida al Tribunal
Sumariante, dentro del trámite disciplinario 132/2009 de 20 de agosto, por el que se acusa a Iván
Gantier Lemoine, Vocal del Tribunal Agrario Nacional y otro, por haber adecuado su conducta a
las faltas disciplinarias muy graves estipuladas en los arts. 39.14 de la LCJ; 179 Ter del Código
Penal (CP) con relación a la figura de prevaricato establecida en el art. 173 del citado Código,
solicitando se aplique la medida preventiva de suspensión de sus actividades laborales con
retención de haberes por el máximo previsto, todo en previsión del art. 92 del RPDPJ y en la
parte in fine del art. 52 de la LCJ.
II.4. Los miembros del Tribunal Sumariante, mediante nota CITE/CONSEJO/GRD/PJ 409/2009
de 6 de marzo, dirigida a Luis Alberto Arratia Jiménez, Presidente del Tribunal Agrario
Nacional, comunican que dentro del trámite disciplinario 18/2009/SRE, se resolvió la
suspensión preventiva de Iván Gantier Lemoine, con retención de haberes (fs. 3).
II.5. José Vladimir Uriona Guzmán, Gerente del Régimen Disciplinario, por el
CITE/CONSEJO/GRD/PJ 646/2009 de 11 de mayo, comunica a Luis Alberto Arratia Jiménez,
Presidente del Tribunal Agrario Nacional, que dentro del Trámite 72/2009/SRE, se determinó la
suspensión de funciones de Iván Gantier Lemoine, con retención de haberes (fs. 9).
El accionante considera que fueron incumplidos los arts. 46 y 52 de la LCJ en clara vulneración
del art. 410, con relación a los arts. 115 y 117, todos de la CPE, toda vez que los Tribunales
Disciplinarios del Consejo de la Judicatura, dictaron dos Autos de apertura en procesos
sancionatorios iniciados en su contra y sin tener competencia para ello, dispusieron la
suspensión preventiva de sus funciones como Vocal del Tribunal Agrario Nacional, con
retención de haberes, decisiones asumidas en base al art. 92 inc. 2) del RPDPJ. En consecuencia,
corresponde analizar, si en el presente caso, se debe conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de cumplimiento está integrada por una serie de actos de procedimiento como la
demanda, el informe, la audiencia, la resolución y posterior revisión por el Tribunal
Constitucional, que configuran un proceso constitucional autónomo, de carácter extraordinario,
tramitación especial y sumaria, en el que se reclama la materialización de un deber
-constitucional o legal- omitido, existe en tal sentido una pretensión, partes discrepantes, un
procedimiento específico conforme al cual se desarrolla la acción, y un juez o tribunal que
resuelve otorgar o denegar la tutela.
Cabe resaltar que esta garantía constitucional jurisdiccional está prevista en nuestra
Constitución como una acción de defensa, entendiéndola como la potestad que tiene toda
persona -individual o colectiva- de activar la justicia constitucional en defensa de la
Constitución Política del Estado y de las normas jurídicas, ante el incumplimiento de deberes
concretos contenidos en ellas. Es una acción sumaria, ágil y expedita a favor del ciudadano,
cuyo conocimiento compete a la jurisdicción constitucional, que tiene por finalidad garantizar
el cumplimiento de las normas constitucionales y legales, otorgando seguridad jurídica y
materializando el principio de legalidad y supremacía constitucional; de ahí que también se
configure como componente esencial del subsistema garantista, ampliamente mejorado
debiendo invocarse ante el incumplimiento de deberes específicos previstos en la Constitución y
en la Ley”.
encontrar cierta y efectiva la demanda, debe ordenar el cumplimiento del deber omitido” (las
negrillas nos corresponden).
Al respecto, es necesario remitirnos al art. 122 de la CPE, que establece la naturaleza de este
recurso señalando a la letra: “Son nulos los actos de las personas que usurpen funciones que no
les competen, así como los actos de las que ejercen jurisdicción o potestad que no emane de la
ley”; norma constitucional a partir de la cual se instituye este recurso como otro mecanismo de
defensa del derecho al debido proceso, respecto al elemento del juez natural.
Cabe señalar que, la Ley del Tribunal Constitucional a partir de su art. 79 y ss., determina su
procedencia y tramitación, determinando que:
“I. Procede el recurso directo de nulidad contra todo acto o resolución de quien usurpe
funciones que no le competen, así como contra los actos de quien ejerza jurisdicción o
potestad que no emane de la ley.
II. También procede contra las resoluciones dictadas o actos realizados por autoridad judicial
que esté suspendida de sus funciones o hubiere cesado” (las negrillas nos pertenecen).
En ese entendido, se tiene al recurso directo de nulidad como una acción jurisdiccional de
control de legalidad sobre los actos o resoluciones de las autoridades públicas, cuya
finalidad es declarar expresamente la nulidad de los actos invasivos o usurpadores de las
competencias delimitadas por la Constitución Política del Estado y las leyes, resguardando
así la institucionalidad y el equilibrio entre las acciones de defensa previstas por nuestra Norma
Fundamental.
A partir de la revisión de la acción de cumplimiento que nos ocupa, se tiene que la problemática
planteada por el accionante radica en la determinación de las autoridades demandadas respecto a
la suspensión de sus funciones como Vocal del Tribunal Agrario Nacional, pues sostiene que
dicha determinación fue emitida sin que se cuente con la facultad pertinente, toda vez que refiere
que ésta atribución solamente le correspondería al Pleno del Consejo de la Judicatura, dando
lugar a la supuesta vulneración de su derecho al debido proceso previsto por los arts. 115 y 117
de la CPE, ya que las autoridades demandadas incumplieron con lo establecido por los arts. 46 y
52 de la LCJ.
competen, así como contra los actos de quien ejerza jurisdicción o potestad que no emane
de la ley, y contra las resoluciones dictadas o actos realizados por autoridad judicial que esté
suspendida de sus funciones o, en su caso, hubiere cesado. Por dicha previsión este aspecto, en
el caso concreto formulado, no puede ser dilucidado mediante una acción de cumplimiento, por
lo que este Tribunal no puede conceder la tutela solicitada al respecto.
POR TANTO
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RESOLUCIONES CONSTITUCIONALES EMITIDAS
POR LAS SALAS: PRIMERA ESPECIALIZADA,
SEGUNDA, TERCERA Y SALA PLENA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL
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CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD
TUTELAR
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Sentencias Constitucionales
Promunciadas en Revisión de
Acciones de Defensa
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Por memorial presentado el 3 de febrero de 2012, cursante de fs. 7 a 8 vta. de obrados, los
accionantes expresan los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Debido a una denuncia formulada por Carlos Augusto Cardona Ayoroa y otros por los delitos de
estafa, falsedad material y uso de instrumento falsificado, el 2 de febrero del 2012, se
constituyeron en oficinas de la Unidad de Solución Temprana, dependiente de la Fiscalía
Departamental de La Paz, a objeto de prestar sus respectivas declaraciones informativas; sin
embargo, luego de prestar las mismas, fueron sorprendidos con la Resolución y orden de
aprehensión emitida por el Fiscal ahora demandado.
Refieren, que se encuentran ilegalmente aprehendidos, por cuanto el Fiscal del caso, actuó sin
facultades, porque dirigió una investigación atribuida a un fiscal de división.
Señalan también que, para su aprehensión, no concurrieron los presupuestos establecidos por el
art. 226 del Código de Procedimiento Penal (CPP), ya que la penalidad de los delitos
denunciados en su contra no superan el mínimo exigido de dos años; y por otra parte, tampoco
se fundamentó en la existencia de riesgos procesales de fuga u obstaculización, por lo que la
Resolución emitida por el Fiscal, carecería de motivación.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 4 de febrero del 2012, según consta del acta cursante de fs. 27
a 28 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.2. Cursa orden de aprehensión emitido por el fiscal Roberto Marcos Villa Pareja, de 2 de
febrero del 2012, por el que se procedió a la aprehensión de Nicollete Paola Viscarra Irusta (fs.
6).
II.3. Los ahora accionantes, interponen la presente acción, ante el Juez de Sentencia de turno, la
misma que radica ante el Juez Segundo de Sentencia, quien señala audiencia para el día sábado 4
de febrero del 2012 (fs. 7 a 9).
II.4. La audiencia se desarrolla bajo la dirección del Juez de Instrucción en lo Penal de turno,
quien pronuncia la Resolución 072/2012 de 4 de febrero (fs. 27 a 29 vta.).
El art. 23.I de la Constitución Política del Estado (CPE), determina:” Toda persona tiene derecho
a la libertad y seguridad personal. La libertad personal solo podrá ser restringida en los límites
señalados por ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las
instancias jurisdiccionales”; y, el art. 13.I del texto constitucional, dispone que: “Los derechos
reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y
progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos”.
Asimismo, la Declaración Universal de Derechos Humanos, instrumento que forma parte del
bloque de constitucionalidad, en su art. 3 determina: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona”.
De igual forma, el art. 8 de la misma Declaración establece: “Toda persona tiene derecho a un
recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”.
Por su parte, el art. 125 de la CPE, establece: “Toda persona que considere que su vida está en
peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir de manera oral o escrita, por sí o por
cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución
indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 931
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Esta acción puede ser interpuesta ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal
solicitando que se guarde tutela a la vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya el derecho a la libertad.
Al respecto, conviene precisar que del debido proceso en su faceta adjetiva, se desprende uno
de sus componentes esenciales, el del juez natural, que en síntesis constituye la legitimación de
una decisión proveniente de quien la ejerce por mandato legal, en el ámbito de la jurisdicción
constitucional, de la propia Ley Fundamental, por ello coincidimos en afirmar que la
competencia no puede ser prorrogable por la voluntad del juzgador, ni la tolerancia de las
partes, no puede delegarse por decisión personal, sólo es admisible excepcionalmente por
excusa o recusación, tampoco puede ser atribuida o apropiada indebidamente por un juez o
tribunal, de hacerlo sus actos y decisiones son nulos de pleno derecho, no tienen ningún efecto,
ni causan consecuencia jurídica alguna”.
Asimismo, del análisis a las normas y jurisprudencia citada, mas las reformas introducidas por
la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, promulgada bajo el actual orden constitucional, en su art,
54 inc. 10), establece las atribuciones de los Jueces de Instrucción indica: 'Conocer y resolver
la Acción de Libertad, si no existieran jueces de sentencia en su asiento jurisdiccional, cuando
sea planteada ante ellos`.
En ese sentido, no existe duda alguna que la atribución del Juez de Instrucción en lo Penal,
para conocer y resolver una acción de libertad, sólo se da en provincias y de manera supletoria,
y no así en capitales de Departamento…”.
Por otra parte, siendo que la acción de libertad, se encuentra destinada a la protección y defensa
de los derechos a la vida y a la libertad personal; constituye una acción de carácter
extraordinaria, de tramitación especial y sumarísima. Consecuentemente, a través de dicha
acción, se evita una detención ilegal, o se repara la ilegal restricción de la libertad o el
procesamiento indebido, manteniendo las características de inmediatez de la protección, el
informalismo, la generalidad y la inmediación; procediendo contra cualquier autoridad pública,
pues no reconoce fueros ni privilegios.
En ese entendido, la acción de libertad, se configura como el medio más eficaz para restituir los
derechos afectados; sin embargo, en caso de existir mecanismos procesales específicos de
defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la
persecución o procesamiento indebido, deben ser activados previamente por el o los interesados
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 933
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
“Primer supuesto:
Segundo Supuesto:
Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una resolución judicial de
medida cautelar que; por ende, afecta al derecho a la libertad física o de locomoción, con
carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar la misma, para que el
superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada. Puesto que el
orden legal penal ha previsto ese medio impugnativo, precisamente para que a través de un
recurso rápido, idóneo, efectivo y con la mayor celeridad se repare en el mismo órgano judicial,
las arbitrariedades y/o errores que se hubiesen cometido en dicha fase o etapa procesal. Lo
propio si está referido a cuestiones lesivas a derechos fundamentales relacionados a actividad
procesal defectuosa, o relacionado al debido proceso, casos en los cuales se debe acudir ante la
autoridad judicial que conoce la causa en ese momento procesal, puesto que el debido proceso
es impugnable a través de la acción de libertad, sólo en los casos de indefensión absoluta y
manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la privación, o restricción a la libertad
física.
Tercer supuesto:
En el presente caso, tal como se evidencia de las conclusiones y antecedentes, se tiene que el
Fiscal de Materia de la Unidad de Solución Temprana de la Fiscalía del Departamento de La
Paz, ha sido la autoridad que ha emitido la orden de aprehensión contra los accionantes en
aplicación del art. 226 del CPP; así se evidencia de las Resoluciones y orden de aprehensión de
2 de febrero del 2012.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00084-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
representación de Gustavo Celso Velarde Carrillo contra Iris Justiniano, Jueza Segunda de
Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz.
Por memorial presentado el 7 de febrero de 2012, cursante de fs. 11 a 13, el accionante, expone
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
El 5 de noviembre de 2010, dentro del proceso penal que sigue el Ministerio Público a su
representado, por el supuesto delito de estelionato, la Jueza demandada ordenó su detención
preventiva, encontrándose recluido de manera ilegal por más de un año en el penal de
“Palmasola”, sin que a la fecha de presentación de esta acción, exista requerimiento conclusivo,
ni avance en las investigaciones; por lo que amparado en el presupuesto del art. 239 inc. 2) del
Código de Procedimiento Penal (CPP), solicitó la cesación de su medida cautelar impuesta, en
razón a que el tiempo de su detención excedió el mínimo legal de la pena establecida para el tipo
penal que se le juzga, señalándose audiencia para el 27 de enero de este año; sin embargo, ésta
fue suspendida a solicitud del Fiscal, quien alegó falta de notificación con setenta y dos horas de
anticipación para la realización del acto, pese a que la diligencia se realizó respecto a todas las
partes con antelación, a más que este aspecto no está previsto en la norma adjetiva penal; pedido
que fue deferido por la Jueza demandada, quien fijó nueva audiencia para el 6 de febrero del año
en curso, dilatando ilegalmente su detención.
Finalmente alega que, el 2 de febrero de 2012; es decir, a escasos cuatro días de que se lleve a
cabo la audiencia de cesación, la querellante presentó un memorial anunciando copatrocinio, lo
que suscitó que la Jueza demandada, alegando amistad con la abogada, se excusara a través de la
Resolución de 3 del citado mes y año, y suspendiera una vez más, mediante maniobras
dilatorias, la mencionada audiencia fijada para el 6 del indicado mes y año.
I.1.3. Petitorio
Con esos antecedentes solicita se le conceda tutela, ordenando su inmediata libertad personal, así
como se declare ilegal la excusa formulada por la Jueza demandada.
Efectuada la audiencia pública el 8 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 21
a 22 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Los abogados del accionante, ratificaron el tenor de la demanda, agregando a su pretensión que
se señale audiencia de cesación de detención preventiva lo más rápido posible.
Iris Justiniano, Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal, mediante informe escrito cursante a fs.
20, señaló: a) El representado del accionante se encuentra detenido desde el 5 de noviembre de
2010, apersonándose recién en diciembre de 2011 para solicitar audiencia de cesación de
detención; b) Se señaló audiencia en tiempo rápido y oportuno, suspendiéndose la primera vez a
petición del agraviado, y luego, a solicitud del Fiscal, toda vez que no habría sido notificado
dentro del plazo prudencial de setenta y dos horas para hacer la revisión de las pruebas,
programándose nueva fecha; y, c) El 2 de febrero de 2012, se apersonó como abogada de la
parte civil, María del Rosario Espada Herbas, quien fuera su amiga íntima y, para que no exista
nulidad, se excusó del conocimiento de la causa.
I.2.3. Resolución
El Juez Tercero de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituido
en Juez de garantías, dictó la Resolución 03 de 8 de febrero de 2012, cursante de fs. 23 a 25 vta.,
por la cual concedió la acción de libertad, ordenando que el “Juez de la causa”, remita
inmediatamente los actuados al que corresponda reemplazarla -tomando en cuenta la excusa de
la Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal-; debiendo señalarse audiencia dentro de las
veinticuatro horas de notificada esta Resolución. Esta decisión, se asumió bajo los siguientes
fundamentos: i) El imputado, solicitó audiencia de cesación a su detención preventiva, la que fue
suspendida de manera ilegal incurriendo en dilación injustificada, no obstante que debió ser
llevada a cabo con la mayor celeridad y prontitud debida; ii) La autoridad demandada, incumplió
su deber jurídico de realizar esta audiencia en el día y hora “señalada”, desconociendo que en
este trámite rige el principio de celeridad procesal, por el cual los jueces están en la obligación
de otorgar pronta y especial atención; iii) No es válida la excusa de que el Fiscal debió ser
notificado con setenta y dos horas de anticipación a la celebración de la audiencia, situación que
no está prevista en la ley, prolongando la consideración de la solicitud de cesación a la detención
preventiva del agraviado, incurriendo en dilación indebida que atenta contra su derecho a la
libertad; y, iv) Con relación al petitorio de declarar ilegal la excusa formulada por la autoridad
demandada, no corresponde su consideración al Juez de garantías, por cuanto el trámite y
resolución está regulada por el art. 318 del CPP.
II. CONCLUSIONES
II.1. El 19 de diciembre de 2011, Celso Gustavo Velarde Carrillo, dentro del proceso penal que
le sigue el Ministerio Público, por el presunto delito de estelionato, solicitó audiencia para la
aplicación de procedimiento abreviado y alternativamente, la cesación de su detención
preventiva, por haber excedido más del mínimo legal previsto por el delito que se le procesa (fs.
1 a 5 vta.).
II.3. Por memorial presentado el 2 de febrero de 2012, la parte querellante hizo conocer a la
Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal, el copatrocinio de la abogada María del Rosario
Espada Herbas (fs. 9).
II.4. A través del Auto de 3 de febrero de 2012, la Jueza demandada se excusó del conocimiento
de la causa penal, en base a la causal establecida en el art. 316 inc. 11) del CPP, por tener
amistad íntima con la abogada copatrocinante de la parte denunciante (fs. 10).
El art. 125 de la Norma Fundamental, establece que la acción de libertad tiene por objeto tutelar
los derechos a la vida, a la libertad física y de locomoción, en los casos en que aquélla se
encuentre en peligro y cuando ésta sea objeto de persecución ilegal, indebido procesamiento u
objeto de privación en cualquiera de sus formas, pudiendo toda persona que considere
encontrarse en tales situaciones, acudir ante el juez o tribunal competente en materia penal y
solicitar se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad.
“a. El acto ilegal provoca la restricción del derecho a la libertad física (hábeas corpus
reparador);
b. El acto ilegal amenaza o perturba al derecho a la libertad física personal (hábeas corpus
restringido y preventivo);
Este último supuesto, es decir, el hábeas corpus -ahora acción de libertad- traslativo o de pronto
despacho, queda implícito en el art. 125 de la CPE y fue reconocido por la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, a tiempo de tutelar los supuestos de demora en la celebración de las
audiencias de medidas cautelares (SSCC 1109/2004-R, 1921/2004-R); en los casos en que
existieron notificaciones ilegales con las resoluciones de medidas cautelares que lesionan el
derecho a la defensa, concretamente a recurrir, impidiendo que el tribunal superior revise la
resolución del inferior (SC 0826/2004-R de 26 de mayo); o cuando se incurrió en demora en la
efectividad de la libertad, pese a que el imputado cumplió con las medidas sustitutivas impuestas
(SSCC 1477/2004-R, 0046/2007-R, entre otras).
Como primer supuesto acto ilegal, el accionante, por su representado, denuncia la suspensión de
la audiencia de cesación a la detención preventiva por más de una vez. Al respecto, corresponde
señalar que la norma prevista por el art. 178 de la CPE, determina que: “La potestad de impartir
justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia,
imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo
jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía
social y respeto a los derechos” (las negrillas son nuestras). De igual manera, el art. 180.I de la
Norma Fundamental, dispone: “La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios
procesales de gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad,
legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e
igualdad de las partes ante el juez” (negrillas agregadas).
En ese sentido, la solicitud de cesación de detención preventiva prevista por el art. 239 del CPP,
está regida por el principio de celeridad procesal. Así, la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, ha
dejado establecido que: “Bajo la égida que el derecho a la libertad ocupa un lugar importante,
junto a la dignidad humana en el catálogo de derechos civiles como parte integrante a su vez de
los derechos fundamentales, tal cual lo establece el art. 22 de la CPE al señalar que: 'La
dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas es deber
primordial del Estado', norma que debe ser interpretada en base a los valores de la misma
Constitución, la cual en el art. 8.II establece que el Estado se sustenta en los valores de
dignidad y libertad, entre muchos otros; se debe tener en cuenta que la restricción o límite al
derecho a la libertad física en materia penal, con carácter provisional o cautelar, conforme a
los requisitos constitucionales y legales, tienen naturaleza instrumental y por ende modificable.
En ese sentido, es preciso puntualizar que la detención preventiva, no tiene por finalidad la
condena prematura, por cuanto la presunción de inocencia, sólo es desvirtuada ante un fallo
condenatorio con calidad de cosa juzgada, por ello su imposición como medida precautoria
está sujeta a reglas, como también su cesación, lo cual implica el trámite a seguir; y si bien no
existe una norma procesal legal que expresamente disponga un plazo máximo en el cual debe
realizarse la audiencia de consideración, corresponde aplicar los valores y principios
constitucionales, previstos en el ya citado art. 8.II de la CPE, referido al valor libertad
complementado por el art. 180.I de la misma norma constitucional, que establece que la
jurisdicción ordinaria se fundamenta en el principio procesal de celeridad entre otros; motivo
por el cual toda autoridad jurisdiccional que conozca una solicitud de un detenido o privado de
libertad, debe tramitar la misma, con la mayor celeridad posible, y dentro de los plazos legales
si están fijados, y en un plazo razonable, si no está establecido por ley. De no ser así, tal
actuación procesal provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido y en
consecuencia repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola
privación de libertad en que se encuentra, sin que este razonamiento implique que
necesariamente se deba deferir a su petición, sino, se refiere a que sea escuchado
oportunamente a fin de que obtenga una respuesta positiva o negativa”.
La SC 0056/2010-R de 27 de abril, ha dejado establecido que: “…el tratamiento que debe darse
a las solicitudes en las que se encuentre de por medio el derecho a la libertad, entre ellas, la
cesación de la detención preventiva, debe tener un trámite acelerado y oportuno, pues de no
hacerlo podría provocarse una restricción indebida de este derecho, cuando, por un lado, exista
una demora o dilación indebida en su tramitación y consideración, o en su caso, cuando existan
acciones dilatorias que entorpezcan o impidan que el beneficio concedido pueda efectivizarse
de inmediato, dando lugar a que la restricción de la libertad se prolongue o mantenga más de lo
debido. Esto en los casos, en los que por razones ajenas al beneficiario, la cesación de la
detención preventiva u otro beneficio, no puede concretarse debido a los actos de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 941
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Asimismo, cabe tener presente que el Estado Plurinacional de Bolivia, a tenor del art. 1 de la
CPE, se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y
lingüístico, respetando y reafirmando los valores de nuestra cultura ancestral, tal como el “ama
qhilla”, palabra quechua que traducida al español significa “no seas flojo” y, es por ello que
nuestra Norma Fundamental en su art. 8.I la constitucionaliza como principio ético-moral de la
sociedad plural, al igual que el “ama llulla” y “ama suwa”, con el objeto de que la población
encuentre en el trabajo y en el cumplimiento de sus deberes una labor grata, tal como lo
conceptuaron nuestros antepasados y las culturas todavía vigentes que sancionan drásticamente a
los infractores, lo que denota que los operadores de justicia tienen la obligación de respetar y
cumplir la precitada norma constitucional, conforme a la línea jurisprudencial trazada en la SC
0015/2012 de 16 de marzo. Por otra parte, respecto al principio de dirección judicial del proceso
afirmó: “…el deber del juez de impulsar de oficio los procesos, conforme a sus facultades
procesales de dirección, que guardan armonía con el principio de dirección judicial, que se
complementa con el de impulso procesal o impulso de oficio, que -a su vez- se manifiesta en una
serie de potestades que las normas confieren al juez operador, como intérprete de la norma
para conducir y hacer avanzar autónomamente el proceso, sin necesidad de petición de parte y
sin que ello signifique coartar el derecho de los sujetos procesales a dinamizar y ser los
propulsores naturales del proceso”.
Por último, en cuanto al petitorio de declarar ilegal la excusa planteada por la Jueza demandada,
no corresponde su consideración, por cuanto el trámite y resolución de la excusa está regulado
por el art. 318 del CPP, correspondiendo al juez que deba reemplazarla establecer si esta es legal
o ilegal.
POR TANTO
2º Se llama la atención a la Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal por no haber dado estricto
cumplimiento a la celeridad con la que debe ejercer sus funciones conforme a la Constitución
Política del Estado, Tratados Internacionales y la norma procesal penal vigente.
Por memorial presentado el 16 de febrero de 2012, cursante de fs. 4 a 5 vta. de obrados, el accionante
por su representada señaló que se encuentra con detención preventiva desde los primeros días de
mayo de 2011, en el Centro de Rehabilitación Santa Cruz “Palmasola”, y habiendo presentado
memorial de solicitud de cesación a la detención preventiva, éste no fue resuelto, además señala que
el 11 del mismo mes y año, nuevamente solicitó audiencia de cesación a la detención preventiva.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, con costas, daños y perjuicios; sin especificar la tutela solicitada.
Celebrada la audiencia pública el 17 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
11 a 12 de obrados, en presencia de las partes, se produjeron los siguientes actuados:
Erwin Jiménez Paredes, Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal y cautelar, presento informe
escrito cursante a fs. 9 y vta., señalando lo siguiente: a) La representada del accionante se
encuentra completamente “equivocada al indicar que mi autoridad no hubiera señalado
audiencia de cesación y audiencia conclusiva”, indicando que con dicha situación se estaría
vulnerando el debido proceso y la presunción de inocencia, por otro lado indica que todos los
memoriales presentados por los sujetos procesales han sido oportunamente resueltos; b) Así
también, “sin ningún fundamento jurídico solicita se declare la nulidad del acto motivadamente
de la privación de libertad, desconociendo por completo el fin u objetivo de la presente acción”,
como si fuera el juez o tribunal de garantías, un tribunal de alzada, lo que es peor pide que se
disponga su libertad; y, c) Al no ajustarse la presente acción tanto al objeto como las causas de
procedencia establecidos en los arts. 65 y 66 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional
(LTCP) y 125 de la Constitución Política del Estado (CPE), se rechace la acción de libertad.
I.2.3. Resolución
Asimismo, el Juez de garantías dispuso: i) Que el Juez demandado haga notificar de forma
inmediata con el decreto de señalamiento de audiencia de la detención preventiva; y, ii) Se de
cumplimiento a las previsiones contenidas en los arts. 130 y 160 del Código de Procedimiento
Penal (CPP).
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. Por memorial de 31 de enero de 2012, cursante a fs. 3 la representada del accionante
solicitó al Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal en suplencia de su similar Segundo, audiencia
de cesación a la detención preventiva y celeridad al debido proceso.
II.2. Por oficio 100/2012 de 17 de febrero, el Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal, remite
expediente en original al Juez de garantías, del cual no se hizo conocer, ni se anexo a la presente
acción ningún actuado en revisión ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (fs. 10).
La acción de libertad, ha sido instituida por la Constitución Política del Estado en sus arts. 125 y
ss., como una medida de defensa de los derechos y garantías a la libertad y a la vida, derechos
que son reconocidos por la misma Ley Fundamental y que son inherentes a todos los estantes y
habitantes del Estado Plurinacional de Bolivia, mismos que no pueden ser vulnerados o
infringidos sin una justa razón o previo juzgamiento.
Sin embargo, a la jurisprudencia antes citada, se debe considerar que, en casos como en el
presente la representada del accionante solicitó que se remita el expediente del proceso penal
ante el Juez de garantías, valorando éste el legajo procesal y las pruebas existentes empero,
dicha prueba no fue puesta en conocimiento de este Tribunal Constitucional Plurinacional a
pesar de haber solicitado el accionante dicho extremo (fs. 14). Hecho que llama la atención, toda
vez que del acta de audiencia se establece la existencia de irregularidades del expediente y la
falta de notificación con la Resolución de señalamiento de audiencia de medidas cautelares por
parte del Juez demandado. Por consiguiente, se establece y modula el entendimiento respecto a
la presentación de la prueba en la acción de libertad, señalado que se puede y debe remitir ante
este Tribunal Constitucional Plurinacional, en fotocopia simple el proceso o partes del proceso
principal, los mismos que deberán ser refrendadas por el juez o tribunal de garantías
constitucional. Debiendo para ello como requisito solicitar de manera expresa el accionante
dicho extremo en su caso señalar las partes más importantes del proceso. Debiendo el
accionante correr con los gastos ocasionados por las fotocopias.
De no ser así, tal actuación procesal provocaría efectos dilatorios sobre los derechos del detenido
y en consecuencia repercute o afecta a su libertad que de hecho ya está disminuida por la sola
privación de libertad en que se encuentra, sin que este razonamiento implique que
necesariamente se deba deferir a su petición, sino, se refiere a que sea escuchado oportunamente
a fin de que obtenga una respuesta positiva o negativa. Así, en la SCP 0110/2012 se indica que
“Tratándose de señalamiento de día y hora de audiencia para considerar este beneficio, debe
ser conceptuada como un termino brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el
imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la
realización de la audiencia de análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación
de la detención preventiva, será el término máximo antes señalado, incluidas las
notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración del derecho a la libertad, en el
entendido en que los jueces no pueden obrar contra los derechos fundamentales de las personas
privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el argumento de existencia de sobrecarga
procesal, para justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la
sociedad.
Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo especifico determinado por ley para que el juez
señale día y hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es
necesario establecer que el memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente
dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del
CPP, al tratarse de una providencia de mero tramite. En este entendido, habrá lesión del
derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no emitirse el decreto
pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo, bajo sanción
disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento.
Lo anterior, constituye una modulación de la sub regla establecida en el inc. b) del Fundamento
Jurídico III.3 de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, en cuanto al plazo para fijar audiencia, el
que queda determinado según lo señalado supra; vale decir tres días hábiles” (las negrillas son
nuestras).
Se establece que el propio Juez de garantías ordenó que se notifique a la accionante sobre la
Resolución de señalamiento de audiencia a la detención preventiva de 2 de febrero de 2012,
siendo interpuesta la acción el 16 del mismo mes y año, y toda vez que debe ser providenciado
el memorial de solicitud dentro de las veinticuatro horas, no ha obrado el Juez conforme a
derecho; asimismo, al haberse emitido la Resolución de 2 del citado mes y año por el que se fija
la fecha de la audiencia correspondiente para el día 28 de febrero de 2012 a horas 11:00, es
decir, a más de veinte días de interpuesta la solicitud de audiencia de cesación a la detención
preventiva, se ha vulnerado los derechos de la representada del accionante conforme se
desarrollo en el punto III.3 de la presente Sentencia.
POR TANTO
En revisión la Resolución 02/2012 de 14 de febrero cursante a fs. 101 a 103 vta., pronunciada dentro
de la acción de libertad interpuesto por el menor NN contra Norka Fuentes Aspiazu, Jueza
Segunda de Partido Mixto, Niño, Niña y Adolescente de la localidad de Guayaramerín del
departamento de Beni.
Por memorial presentado el 13 de febrero de 2012, cursante a fs. 9 y vta., el accionante expresa
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Refiere, que el 6 de diciembre de 2011 fue aprehendido por funcionarios del Ministerio Público y
posteriormente detenido preventivamente por orden de Norka Fuentes Aspiazu, Jueza Segunda de
Partido Mixto, Niño, Niña y Adolescente de Guayaramerín; en esa situación, estando detenido por
más de 45 días, en aplicación de la última parte del art. 233 del Código Niño, Niña y Adolescente
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 949
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I.1.3. Petitorio
La audiencia pública se realizó el 14 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
98 a 100, produciéndose los siguientes actuados:
A través de informe escrito cursante a fs. 97 y vta.; Mirtha Norka Fuentes Aspiazu, Jueza
Segunda de Partido Mixto Niño, Niña y Adolescente de Guayaramerín, argumentó lo siguiente:
a) Tome conocimiento del proceso infraccional instaurado en contra del ahora accionante, por el
delito de violación agravada de una niña, previsto en el art. 308 Bis en relación al 310 ambos del
Código Penal (CP), siendo la víctima de violación su hermana menor de 10 años de edad,
seguido por el Ministerio Público a denuncia de Judith Rojas Orellana, no habiendo vulnerado el
derecho a la libertad del accionante; b) El adolescente, infractor, cuenta con 15 años de edad,
por lo que estuviera gozando de la protección de sus derechos y garantías a través del Código
Niño, Niña y Adolescente, ley especial creada con el fin de regular la protección de los menores
que no han llegado a la edad de la imputabilidad; c) El accionante, en su memorial de demanda,
no hace una relación exacta y real de los hechos, se limita a mencionar una supuesta vulneración
sin acompañar prueba alguna, que hace inviable lo pretendido; y, d) En el caso presente, existe
la subsidiariedad ya que no se ha hecho uso de los medios ordinarios de defensa que resultan
idóneos para la tutela del derecho a la libertad, tal cual establece la SC 0007/2010-R de 6 de
abril que se remite a la SC 0160/2005-R de 23 de febrero.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Mediante memorial de 30 de enero de 2012 (fs. 78), el menor NN, solicita cesación de su
detención preventiva, pidiendo se le conceda el arresto domiciliario.
El accionante sostiene que la autoridad judicial demandada, vulneró su derecho a la libertad, porque al
ser menor de edad no observó lo dispuesto en la última parte del art. 233 del CNNA, por el que no
puede estar detenido por más de 45 días. En consecuencia, corresponde analizar, en revisión, si los
argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
acudir en forma previa y solamente agotados tales medios de defensa y ante la persistencia de
la lesión, se podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocando la tutela que brinda la
acción de libertad, no es aplicable a los supuestos en los que menores de 16 años, considerados
menores infractores, se vean involucrados en la presunta comisión de delitos, por cuanto en
correspondencia con el régimen especial de protección y atención que el Estado y la sociedad
deben garantizar a todo niño, niña y adolescente, éstos se hallan bajo la protección y
regulación de las disposiciones del Código Niño, Niña y Adolescencia, cuyas normas son de
orden público y de aplicación preferente; que a diferencia de las normas previstas por el
Código de Procedimiento Penal, no existe un medio de impugnación expedito e inmediato
contra las resoluciones que restrinjan la libertad del menor detenido; en cuyo mérito,
corresponde ingresar al análisis de fondo de la problemática planteada y determinar si la
autoridad recurrida incurrió en los actos y omisiones denunciados de ilegales que afectan el
derecho a la libertad del representado del actor, menor de edad, quien se encontraría en
detención preventiva…”; en consecuencia, conforme a la sentencia constitucional citada, no
corresponde hacer consideración respecto a la subsidiariedad que hubiere advertido la autoridad
accionada, cuando señala “…que en el presente caso existe la subsidiariedad, porque no se ha
hecho uso de los medios ordinarios de defensa que resultan idóneos para la tutela del derecho a
la libertad…”, sino por el contrario ingresar al análisis del fondo de la presente acción y
determinar si se vulneró el derecho a la libertad del menor ahora accionante.
El art. 58 de la CPE, considera niña, niño o adolescente a toda persona menor de edad, asimismo
refiere que, las niñas, niños y adolescentes son titulares de los derechos reconocidos en la
Constitución Política del Estado, con los límites que se han establecidos en ella.
Por su parte el art. 60 de la CPE, refiere: “Es deber del Estado, la sociedad y la familia
garantizar la prioridad del interés superior de la niña, niño y adolescente, que comprende la
preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir protección y socorro en cualquier
circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios públicos y privados, y el acceso a una
administración de justicia pronta, oportuna y con asistencia de personal especializado”.
La Convención de Naciones Unidas Sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989,
en su art. 37 incs. b) y d), dispone que los niños no podrán ser privados de su libertad de manera
arbitraria e ilegal, y que en caso de procederse a su detención, encarcelamiento o
aprisionamiento como último recurso y por el menor tiempo posible, deberá obrarse conforme a
ley, prestándole toda la asistencia jurídica o de otra índole que sea necesaria, asegurándole un
acceso pronto a la justicia que le permita impugnar ante autoridad competente su privación de
libertad en busca de una decisión rápida, eficaz e imparcial.
Por su parte, el art. 221 del CNNA, considera infracción a la conducta tipificada como delito en
la ley penal, en la que incurre como autor o participe un adolescente y de la cual emerge una
responsabilidad social. El juez de la niñez y adolescencia es el único competente para conocer
estos casos en los términos previstos por el mencionado Código, dicha previsión será aplicada,
conforme la disposición contenida en el art. 222 de la misma norma, a los adolescentes
comprendidos entre los doce a dieciséis años al momento de la comisión del ilícito, siendo
pasibles a las medidas socio-educativas señaladas en el art. 237 del CNNA.
El art. 232 del CNNA, establece: "Se considerarán medidas cautelares: 1. Órdenes de
orientación y supervisión en los términos previstos por éste Código; 2. Citación bajo
apercibimiento de ley; y, 3. Detención preventiva", por su parte el art. 233 del CNNA, señala
que la detención preventiva constituye una regla extraordinaria “…que puede ser determinada
por el Juez de la Niñez y Adolescencia como medida cautelar, a partir del momento en que
recibe la acusación y cuando se presenten cualesquiera de las siguientes circunstancias: 1. Que el
delito tenga prevista pena privativa de libertad, cuyo máximo legal sea de cinco años o más; 2.
Exista el riesgo razonable de que el adolescente evada la acción de la justicia; 3. Exista peligro
de destrucción u obstaculización de la prueba; y, 4. Exista peligro para terceros, en ningún caso
se podrá imponer esta medida por un tiempo mayor a los cuarenta y cinco días, en todo caso el
Juez deberá analizar la posibilidad de remplazar la detención preventiva por otra medida más
favorable al inculpado…”.
En el caso concreto, el accionante fue objeto de detención por el supuesto delito de violación de
una niña, sancionado por el art. 308 Bis con relación al 310.2 y 3 del CP, supuestamente
cometido contra su hermana menor de 10 años, habiéndose impuesto la medida cautelar de
detención preventiva. Ante tales hechos, el ahora accionante en apoyo del art. 233 del CNNA
última parte, solicitó la cesación a su detención preventiva, pidiendo se le imponga detención
domiciliaria; solicitud que fue denegada por la autoridad demandada, con el argumento, que el
accionante no justificó el tiempo de su detención preventiva, así como tampoco acreditó un
domicilio donde pueda cumplir la detención domiciliaria solicitada.
En primer término, debemos partir indicando que, el art. 60 de la CPE ha establecido que “es
deber del Estado, la sociedad y la familia garantizar la prioridad del interés superior de la niña
niño y adolescente, que comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir
protección y socorro en cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios
públicos y privados; y el acceso a una administración de justicia pronta , oportuna y con
asistencia de personal especializado”.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 953
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Del texto citado, se entiende que el Estado, la sociedad y la familia, son los que protegen en
cualquier circunstancia los derechos de la niña y niño; pero también hace énfasis en que debe
recibir protección y socorro de parte de los mismos; en este entendido, se debe deducir que
cuando se trata de una menor que ha sufrido un ataque de otro menor, esta (menor victima) debe
recibir un trato preferente al del otro, toda vez que se debe velar primero por la integridad de la
menor victima que habría sufrido una violación por parte de su hermano que también viene a ser
un menor; sin embargo, esto no ha sido entendido así por su madre, toda vez que con el fin de
coadyuvar con el menor infractor, dado que se ha enviado a la menor victima a otro domicilio en
otra ciudad y al cuidado de otro hogar, sin considerar que la menor por ser víctima requiere el
cuidado y la protección de su familia tal cual establece el art. 60 de la CPE, por lo que se ha
agravado la situación de la menor victima al separarla del seno familiar.
Por otro lado, con relación al menor infractor, se observa lo siguiente: si bien hubo advertido la
autoridad demandada, que la parte ahora accionante, no acreditó con prueba el tiempo de su
detención preventiva; sin embargo, la autoridad jurisdiccional en su labor de controlador de
garantías constitucionales, podía haber efectuado una valoración de la prueba cursante en
obrados; es decir, establecer el tiempo de detención preventiva del menor infractor, a partir de la
compulsa de la fecha del mandamiento de detención preventiva que cursa en obrados con
relación a la fecha de la celebración de la audiencia de cesación a la detención preventiva y,
observar si evidentemente el menor infractor se encontraba detenido preventivamente por más
de 45 días y así establecer si su petitorio se encontraba dentro lo previsto por el art. 233 del
CNNA.
Con relación al domicilio, de conformidad con la previsión del art. 233 del CNNA, se puede
establecer que, si bien el accionante no acreditó domicilio para el cumplimiento de la detención
domiciliaria, esta autoridad pudo haber dispuesto que el accionante, señale otro domicilio
distinto al de la víctima de alguna otra persona que se haga responsable del menor infractor, toda
vez que no se puede concebir que la víctima menor de edad y el menor infractor, permanezcan
bajo el mismo techo, debiéndose al respecto proteger a la víctima de posibles reincidencias,
además el deber de precautelar su integridad física y psicológica, o en su defecto, tomar otra
medida distinta que asegure la presencia del menor infractor a los actos procesales, pero
logrando un equilibrio entre los derechos y protección tanto de la víctima cuanto del imputado.
Por los fundamentos expuestos, el Juez de garantías al denegar la acción de libertad, no obró en
forma correcta.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00462-2012-01 AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 14 de marzo de 2012, cursante a fs. 2 y vta., el accionante señala:
En mérito a la Resolución emitida por el “Fiscal” asignado al caso, fue detenido el “11 de 2012”,
siendo remitido “con la correspondiente imputación formal ante en juez cautelar quinto” (sic).
Agrega que en audiencia de medidas cautelares, pese a que se presentó la víctima y aclaró que
“se le robó nada” (sic) y sólo era una confusión, el Juez ahora demandado, dispuso su detención,
por lo que solicitó se le aplique medidas sustitutivas en esa oportunidad.
I.1.3. Petitorio
No especifica de manera clara su petitorio; sin embargo se colige que pretende, ser remitido ante
autoridad competente a efecto de que atienda su pedido respecto a la aplicación de medidas
cautelares o se disponga su libertad.
Efectuada la audiencia pública el 15 de marzo de 2012, según consta de fs. 9 a 10, se produjeron
los siguientes hechos:
Ricardo Maldonado Aliaga, Juez Quinto de Instrucción en lo Penal del departamento de La Paz,
a través del informe escrito, de 15 de marzo de 2012, cursante de fs. 7 a 8, señaló: a) Dentro del
proceso penal seguido contra Hitler Egidio Escalante Medrano, por la supuesta comisión del
delito de robo, el Fiscal de Materia, Víctor Caba Tapia, presentó imputación formal el 12 del
mismo mes y año, solicitando la detención preventiva del encausado por concurrir los
presupuestos contenidos en el art. 233 del CPP; b) En audiencia de medidas cautelares, mediante
Resolución 173/2012 de 13 de marzo, debidamente fundamentada, en aplicación de los arts. 235
ter del CPP modificado por Ley 007 de 18 de mayo de 2010 y 115 del referido Código, el
demandado en calidad de Juez de la causa, dispuso la detención preventiva del procesado, por
considerar, que los peligros alegados por el Ministerio Público se encontraban acreditados;
notificándose en el mismo acto a todas las partes; c) No se vulneraron los derechos o garantías
del ahora accionante, que se acusan como lesionados; y, d) El accionante, no activó el recurso de
apelación contra la Resolución que le impuso las medidas cautelares; en consecuencia, conforme
determina la jurisprudencia constitucional, “no puede aplicarse la excepción a la subsidiariedad
de la acción de libertad” (sic).
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. El 11 de marzo de 2012, el ahora accionante, fue detenido en mérito a una Resolución
emitida por el “Fiscal asignado al caso” (sic) (fs. 2 vta.).
II.2. El 12 de marzo de 2012, el Fiscal de Materia, Víctor Caba Tapia, presentó imputación
formal contra Hitler Egidio Escalante Medrano, por la supuesta comisión del delito de robo,
solicitando se imponga la medida cautelar de detención preventiva por concurrir los elementos
descritos en el art. 233 del CPP (fs. 7).
II.4. Por memorial presentado el 14 de marzo de 2012, Hitler Egidio Escalante Medrano,
interpuso acción de libertad, alegando encontrarse ilegalmente detenido, al no “ser remitidos
ante autoridad jurisdiccional competente a efectos de establecer nuestra situación procesal” (sic)
(fs. 2 )
Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario introducir el tema referido a la
naturaleza jurídica de la acción de libertad, puesto que de dicha esencia se podrá determinar la
viabilidad o no de la presente acción.
Mediante la SCP 0037/2012 de 26 de marzo, este Tribunal sostuvo que: “La acción de libertad
conocida en el derecho comparado y en nuestra legislación abrogada como 'recurso de habeas
corpus', encuentra fundamento en innumerables instrumentos normativos de orden
internacional como en la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre,
Declaración Universal de Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, disposiciones normativas que forman parte del bloque de constitucionalidad, de
conformidad a lo dispuesto por el art. 410 de la CPE. Se trata de un mecanismo de defensa
constitucional extraordinario de carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la
protección inmediata y efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de
locomoción en casos de detenciones, persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o
indebidos por parte de servidores públicos o de personas particulares; así como a la vida,
cuando esté en peligro.
(LTCP), la cual establece que su objeto es la garantía, protección o tutela de los derechos a la
vida, a la libertad física y a la libertad de locomoción, para el restablecimiento inmediato y
efectivo de esos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o amenazados de
restricción o supresión.
En tal sentido, debe señalarse que la ingeniería dogmática de la acción de libertad está
diseñada sobre la base de dos pilares esenciales, el primero referente a su naturaleza procesal y
el segundo, compuesto por los presupuestos de activación. En cuanto al primer aspecto que
configura el contenido esencial de esta garantía, es decir, su naturaleza procesal, se establece
que se encuentra revestida o estructurada con una tramitación especial y sumarísima, reforzada
por sus características de inmediatez en la protección, informalismo, generalidad e
inmediación; procede contra cualquier servidor público o persona particular, es decir, no
reconoce fueros ni privilegios. Postulados que pueden ser inferidos de la norma constitucional
antes referida.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el contenido esencial de esta garantía, se encuentra
configurada por sus presupuestos de activación, que al amparo del art. 125 de la CPE, se
resumen en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la
libertad física como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya
procesamiento indebido; y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida”.
Bajo la premisa expuesta, los medios de defensa, y en este caso la acción de libertad, no puede
ser desnaturalizada en su esencia y finalidad, debiendo evitarse que se convierta en un medio
alternativo o paralelo que provoque confrontación jurídica con la jurisdicción ordinaria; por
ello, y sin que implique una restricción a sus alcances, ni desconocimiento al principio de
favorabilidad, sino para que no pierda su esencia misma de ser un recurso heroico, se ha
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 958
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establecido que en los casos, que en materia penal se impugnen actuaciones no judiciales -antes
de la imputación formal- y judiciales -posteriores a la imputación-, a través de la acción de
libertad, hay aspectos que se deben tener en cuenta, en los cuales de manera excepcional, no es
posible ingresar al fondo de la acción de libertad, a objeto de guardar el equilibrio y
complementariedad entre ambas jurisdicciones, en los siguientes supuestos:
(…)
Segundo Supuesto:
Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una resolución judicial de
medida cautelar que; por ende, afecta al derecho a la libertad física o de locomoción, con
carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar la misma, para que el
superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada. Puesto que el
orden legal penal ha previsto ese medio impugnativo, precisamente para que a través de un
recurso rápido, idóneo, efectivo y con la mayor celeridad se repare en el mismo órgano judicial,
las arbitrariedades y/o errores que se hubiesen cometido en dicha fase o etapa procesal” (las
negrillas son añadidas).
Dicha Resolución, que impuso al imputado la medida cautelar de detención preventiva, era
susceptible de impugnación a través del recurso de apelación, conforme se señaló en el
Fundamento Jurídico III.2, recurso idóneo, inmediato y eficaz, de conformidad a lo prescrito por
el art. 251 en concordancia con el art. 403 inc. 3) del CPP, normativa que determina que, las
resoluciones que dispongan modifiquen o rechacen las medidas cautelares, son apelables; es
decir, son susceptibles de revisión por parte de un tribunal o autoridad superior en grado que
efectúe un análisis respecto a la razonabilidad de los términos expuestos en la resolución
cuestionada con referencia a los hechos, pruebas y circunstancias del proceso con la finalidad de
precautelar o en su caso reparar las lesiones a derechos y garantías que pudieran haberse
ocasionado por el a quo al disponer la imposición de una determinada medida cautelar.
Por otra parte, respecto a la aseveración del accionante, en sentido de que el ahora demandado,
debió remitir antecedentes ante la “autoridad jurisdiccional competente a efectos de establecer
nuestra situación procesal” (sic); omite considerar que, de acuerdo a lo dispuesto por el art. 54
del CPP, los jueces de instrucción en materia penal, son competentes para ejercer el control
jurisdiccional y la dirección funcional del proceso, así como para emitir las resoluciones que
correspondan durante la etapa preparatoria, competencia que se abre, con el aviso de inicio de
investigaciones, imputación formal y/o solicitud de señalamiento de medidas cautelares; en
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 959
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
En este estado de cosas, se tiene finalmente que, mediante imputación formal presentada por el
Fiscal de Materia, Víctor Caba Tapia, formulada contra Hitler Egidio Escalante Medrano, se
abrió la competencia del Juez Quinto de Instrucción en lo Penal, para ejercer las funciones de
control jurisdiccional del proceso, autoridad que en pleno ejercicio de dicha competencia, en
audiencia de medidas cautelares, dispuso mediante Resolución 173/2012 de 13 de marzo, la
imposición de la detención preventiva del encausado, decisión que, habiendo sido notificada a
las partes, no mereció impugnación alguna por parte de quien ahora pretende activar la tutela
que brinda la acción de libertad para suplir su negligencia en causa propia; es decir, si el ahora
accionante consideró que la sanción impuesta resultaba lesiva a sus derechos y garantías, pudo,
en la misma audiencia o en el plazo de setenta y dos horas, de conocida la decisión del Juez de la
causa, conforme dispone la norma contenida en el art. 251 del CPP, tantas veces nombrado,
interponer recurso de apelación, impugnando la medida cautelar aplicada en su contra; sin
embargo, haciendo abstracción de los mecanismos intraprocesales establecidos en la normativa
procedimental penal, sin agotar los medios de defensa otorgados por el ordenamiento jurídico,
activó directamente la acción de libertad, acto que, impide a este Tribunal, en atención al
principio de subsidiariedad desarrollado ampliamente en el Fundamento Jurídico III.2, ingresar
al análisis de fondo de la problemática planteada.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00154-2012-01-AAC
Departamento: La Paz
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 960
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En revisión la Resolución 03/2012 de 16 de febrero, cursante de fs. 358 a 359 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Daniel Marcial Echeverría
Hurtado, contra Modesto Palacios Cruz, Julio César Reinaga Rojas, María Elena Escobar
Mejía, Rosario Irene Chávez Alurralde, Rommel Cesar Raña Pommier y José Heberth
Peña Fuentes, Presidente y Vocales -respectivamente- del Tribunal Disciplinario Superior;
Jaime Paz Morales Poveda, Director Nacional de Personal a.i.; Marco Antonio
Calvimontes Forest, Jefe del Departamento Nacional de Movimiento de Personal; y Tomas
Huanca Luque, Asesor Legal de la Dirección General, todos del Comando General de la
Policía Boliviana.
Por memorial presentado el 7 de febrero de 2012, cursante de fs. 104 a 110 vta., el accionante
expone los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
ser la última instancia legal para velar por la correcta aplicación del indicado Reglamento; así
también, este Tribunal, al emitir la Resolución 640/2011 únicamente enunció los hechos sin la
fundamentación legal respectiva; mientras que el defensor de oficio que le fue designado, sólo se
limitó a presentarse a la audiencia, mas, no ejerció su defensa, avalando las irregularidades
cometidas.
Finalmente, señala que el Director Nacional de Personal a.i. del Comando General de la Policía
Boliviana emitió la Resolución Administrativa (RA) 0136/11 de 28 de diciembre de 2011, que
dispuso su baja definitiva de la Institución, sin derecho a reincorporación; lo que contraviene el
art. 21 del Rdspn, concordante con el art. 12 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional (LOPN),
que disponen: “el Comandante General de la Policía Nacional, en ejecución de la Resolución
expresa del Tribunal Disciplinario Superior, dispondrá la baja de la institución sin derecho a
reincorporación”; competencia que fue arbitrariamente asumida por el Director Nacional a.i. así
como por el Jefe del Departamento Nacional de Movimiento de Personal y el Asesor Legal de la
Dirección Nacional.
I.1.3. Petitorio
Con esos antecedentes, solicita se dejen sin efecto: 1) Las Resoluciones Administrativas
640/2011 pronunciada por el Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Boliviana y
“0136/2011” emitida por el Director Nacional de Personal del Comando General de la misma
Institución y; 2) Se disponga su reincorporación a la Policía Boliviana, con rehabilitación de
todos sus derechos institucionales y laborales y el pago de sus haberes devengados y retenidos
ilegalmente.
Realizada la audiencia pública el 16 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
350 a 357 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Los miembros del Tribunal Disciplinario Superior, en el informe cursante de fs. 346 a 348,
afirmaron lo siguiente: i) La Dirección Departamental de Responsabilidad Profesional, inició
investigación disciplinaria al accionante por la falta injustificada a sus funciones en el Batallón
de Seguridad Física Privada de Santa Cruz; por lo que, el Fiscal Policial le acusó por infringir el
art. 6 inc. “D” numeral 25 del Rdspn; ii) Remitidos los obrados el Tribunal Disciplinario
Departamental, se emitió el Auto inicial del proceso contra el accionante. Desarrollado el
proceso oral, público continuo y contradictorio, el referido Tribunal emitió la Resolución
011/2011, por la que le sancionó con la baja definitiva de la Institución Policial sin derecho a
reincorporación, conforme dispone el art. 20 inc. d) del indicado Reglamento; iii) El Tribunal
Disciplinario Departamental remitió el caso a conocimiento del Tribunal Disciplinario Superior
de la Policía Boliviana, que previamente puso a conocimiento del Fiscal General, quién verificó
la legalidad del proceso, requiriendo se apruebe la Resolución 011/2011, emitida por el a quo;
iv) El Tribunal Disciplinario Superior, conforme al indicado requerimiento emitió la Resolución
640/2011, aprobando la Resolución del Tribunal inferior; y, v) En la tramitación del proceso
disciplinario, se dio estricto cumplimiento a lo establecido en el Reglamento de Disciplina y
Sanciones de la Policía Nacional, respecto a la legal notificación al accionante, citación
mediante edictos y a la normativa vigente, se le declaró rebelde y contumaz, designándosele un
abogado de oficio.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.2. El Oficial de Diligencias del referido Tribunal, en cumplimiento del art. 84 del Rdspn, el 6
de diciembre de 2010, representó que conforme a lo indicado por el encargado de Sección de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 963
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Movimiento de Personal del Batallón de Seguridad Física de la Policía Boliviana de Santa Cruz,
el accionante no se presentó a cumplir sus funciones desde el 18 de mayo de ese año y que se
desconoce su domicilio y paradero actual, por lo que no fue habido para su legal notificación
con el Auto inicial de proceso de 8 de noviembre de igual año (fs. 28).
II.5. El Oficial de Diligencias del Tribunal, el 26 de enero de 2011, notificó y citó a las partes
procesales, así como al abogado de oficio del accionante, con el Auto inicial del proceso de 8 de
noviembre de 2010, para la audiencia de sorteo de vocales, señalada para el día 31 de enero de
igual año (fs. 34).
En la fecha prevista se realizó la audiencia y se informó por secretaría sobre la ausencia en sala
del accionante; luego, la Presidenta del Tribunal instaló la audiencia y en cumplimiento de los
arts. 46, 47 y 48.1 del Rdspn, se procedió al sorteo y designación de vocales de audiencia en el
proceso disciplinario contra el accionante. El 3 de febrero de 2011, el Oficial de Diligencias del
Tribunal notificó a las partes con este actuado y con el señalamiento de audiencia para el 8 del
mismo mes y año (fs. 36).
II.6. Cursa acta de audiencia de 8 de febrero de 2011, de proceso disciplinario oral y público en
el Caso 241/10 seguido contra el accionante, por la comisión de la falta grave prevista en el art.
6 inc. “D” numeral 25 del Rdspn, donde ante su ausencia, el Tribunal Disciplinario
Departamental, por unanimidad, resolvió declararlo rebelde y contumaz a solicitud del Fiscal de
responsabilidad profesional. Se estableció también que el proceso disciplinario debía continuar
en ausencia del accionante, señalándose audiencia para el 11 del mes y año precitados (fs. 38 a
40).
II.7. En la fecha prevista se realizó la audiencia de proceso disciplinario oral, público, continuo
y contradictorio en el caso de autos, en rebeldía del accionante, donde el Tribunal Disciplinario
Departamental Permanente de Santa Cruz, por unanimidad, mediante Resolución 011/2011 de
11 de febrero, resolvió sancionar con baja definitiva de la Policía Boliviana y sin derecho a
reincorporación al accionante, por la comisión de la falta tipificada en el art. 6 inc. “D” numeral
25 del RDSPN, conforme a lo establecido en el art. 20 inc. d) concordante con los arts. 135 y
136 del precitado Reglamento (fs. 42 a 48).
El accionante denuncia que las autoridades demandadas, vulneraron sus derechos al debido
proceso, a la “seguridad jurídica” y a la defensa, así como el principio de legalidad, por cuanto
el proceso disciplinario que se le instauró ante el Tribunal Disciplinario Permanente de Santa
Cruz de la Policía Nacional, se llevó adelante sin considerar su falta de notificación personal con
los actuados procesales desde el inicio de la investigación, emitiéndose la Resolución 011/2011
que le impuso la sanción de baja definitiva sin derecho a reincorporación; mientras que el
Tribunal Disciplinario Superior, mediante Resolución 640/2011 sin fundamentación alguna
confirmó la sanción. De otro lado, por RA 0136/11, emitida de manera ilegal por el Director
Nacional Personal a.i. del Comando General de la Policía Boliviana, se dispuso su baja
definitiva de la institución, sin derecho a reincorporación; sin embargo, conforme a los arts. 21
del Rdspn y 12 de la LOPN, es competencia del Comandante General, atribución que fue
asumida arbitrariamente por dicho Director, el Jefe del Departamento Nacional de Movimiento
de Personal y el Asesor Legal codemandados. Consiguientemente, corresponde dilucidar en
revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela.
La acción de amparo constitucional, prevista por el art. 128 de la CPE, se instituye dentro del
nuevo orden constitucional, como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones
ilegales o indebidas de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir derechos reconocidos por la misma
Constitución y la ley. Conforme a esta precisión, el contenido del art. 73 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional (LTCP).
La Ley Fundamental, enfatiza que esta acción tutelar puede presentarse por la persona “…que se
crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías
restringidos, suprimidos o amenazados” (art. 129.I de la CPE).
(…) entonces, se tiene que para la esfera administrativa; es decir, para actos administrativos
existen dos supuestos claros para la procedencia del recurso directo de nulidad y la protección
por tanto de la competencia: 1) La usurpación de funciones que no estén establecidas por ley; y,
2) El ejercicio de potestad, se entiende administrativa, que no emane de la ley.
En la esfera jurisdiccional, existen también tres supuestos claros que forman el 'núcleo
esencial' de esta garantía, siendo por tanto nulas las decisiones emitidas por autoridades
judiciales en los siguientes supuestos: i) Resoluciones emitidas en ejercicio de jurisdicción o
potestad que no emane de la Ley; ii) Las resoluciones o actos pronunciados por autoridad que
usurpe funciones que no le compete; iii) Resoluciones pronunciadas por autoridad
jurisdiccional que hubiere cesado en sus funciones.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 966
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Sobre dicha pretensión, corresponde establecer que una de las sub reglas establecidas en la
jurisprudencia glosada en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia, es aplicable a la
problemática que se revisa, puesto que el accionante al solicitar fotocopias legalizadas de todo el
expediente en su memorial de 30 de agosto de 2011, demostró que a partir de ese momento
conocía de la existencia del proceso disciplinario en su contra, y bien tuvo la oportunidad de
reclamar todos los supuestos actos ilegales que ahora denuncia al Presidente y Vocales del
Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Boliviana, interponiendo un incidente de nulidad
de obrados, para que dicho Tribunal, como última instancia en la vía administrativa, pueda
rectificar, revocar o anular las decisiones lesivas a sus derechos y en su caso, disponer la nulidad
del proceso, dándole así la posibilidad de pronunciarse sobre el asunto y sólo en su defecto,
interponer recién la acción de amparo constitucional; empero, el accionante no procedió de esa
manera, sino que esperó el transcurso de los seis meses para interponer de manera directa la
presente acción, sin formular reclamo alguno ante las autoridades que presuntamente vulneraron
sus derechos, haciendo así abstracción del carácter subsidiario del amparo constitucional,
evitando que previamente las autoridades demandadas tengan la posibilidad de pronunciarse al
respecto y reparar los supuestos derechos que se acusan como vulnerados. En consecuencia, el
Tribunal Disciplinario Superior de la Policía Boliviana no tuvo la posibilidad de subsanar los
supuestos vicios procedimentales en la vía administrativa disciplinaria; aspecto que
determina la aplicación del principio de subsidiariedad en el presente caso y por ende se deba
denegar la tutela solicitada.
Movimiento de Personal y el asesor legal quienes habrían usurpado funciones del Comandante
General de la Policía Nacional; en mérito a los aspectos fijados en el Fundamento Jurídico III.2
de la presente Sentencia, específicamente en relación a los actos administrativos disciplinarios,
se colige que la acción de amparo constitucional no es la vía idónea para restituir supuestos de
hecho descritos en el art. 122 de la CPE, toda vez que existe un mecanismo específico para su
resguardo cual es el recurso directo de nulidad.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00092-2012-01-AAC
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 37/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 97 a 101 vta., pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Gilka Mayda Guerrero Copa en
representación legal del Servicio Departamental de Salud (SEDES) Chuquisaca contra José
Antonio Revilla Martínez y Delma Miranda Arancibia, Vocales de la Sala Civil Segunda y de
Familia, Niñez y Adolescencia; y, Javier Salinas, Juez Segundo de Partido en lo Civil y
Comercial, todos del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca.
Por memorial presentado el 25 de febrero de 2012, cursante de fs. 49 a 55, la accionante, señala que:
En virtud al proceso ordinario sobre mejor derecho propietario seguido por SEDES Chuquisaca
contra Matilde Candelaria Micaela y Ricarda Vera Gonzales, sobre un inmueble de “5 has, sito en av.
Japón, barrio Aranjuez", zona San Cristóbal de la ciudad de Sucre, mediante Resolución 77/2000 de 1
de abril, pronunciada por el Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial, se declaró probada la
demanda principal e improbada la excepción de falta de acción y derecho, la reconvencional de
acción negatoria y usucapión opuestas por las demandadas, Resolución que se confirmó en todas las
instancias jurisdiccionales.
Por los antecedentes menionados, refiere la accionante que SEDES Chuquisaca tiene reconocido el
mejor derecho propietario sobre el citado bien inmueble, razón por la cual y frente a medidas de
hecho realizadas por la parte contraria, solicita ante el Juez Segundo de Partido en lo Civil y
Comercial, que en ejecución de sentencia ordene el desapoderamiento del inmueble; empero, por
Auto 344/2011 de 9 de noviembre, esta autoridad jurisdiccional desestima el pedido de
desapoderamiento por no estar este aspecto contemplado en la Resolución 77/2000, decisión contra la
cual, interpuso recurso de apelación, el cual es confirmado por el Auto de Vista SC II-449/2011 de 21
de diciembre, fallo suscrito por los Vocales de la Sala Civil Segunda. Contra esta decisión, el SEDES
Chuquisaca, solicitó explicación sobre la complementación y enmienda, pedido que se rechazó.
Denuncia la parte accionante que las autoridades demandadas al pronunciar el Auto 344/2011 y el
Auto de Vista SCII 449/2011 desestimaron sin un fundamento valedero el pedido de
desapoderamiento que la institución accionante solicitó en ejecución de sentencia, decisión que
implica desconocer la eficacia jurídica de los fallos pasados en autoridad de cosa juzgada, siendo que
“si la cosa juzgada ha reconocido el mejor derecho propietario a favor de la Institución accionante con
ello ha reconocido el derecho a usar, gozar y disponer del inmueble de su propiedad…” (sic).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y en consecuencia: a) Se dejen sin efecto, el Auto 344/2011, respecto a la
negativa del pedido de desapoderamiento y el “Auto de Vista SCII-449/2011 de 21 de diciembre”,
emitido en apelación; y, b) Disponga que el Juez de primera instancia, dicte nueva resolución
ordenando el desapoderamiento del inmueble de propiedad del SEDES Chuquisaca.
José Antonio Revilla Martínez y Delma Miranda Arancibia, Vocales de la Sala Civil Segunda y de
Familia, Niñez y Adolescencia del Tribunal Departamental, respectivamente, mediante informe
escrito presentado el 9 de febrero de 2012, cursante a fs. 74 y vta., manifestaron que: 1) La entidad
representada por la accionante, dedujo acción de declaratoria de mejor derecho propietario sin
acumular acción de entrega de inmueble para el caso de ser estimada la demanda, cuando solicitó el
desapoderamiento del inmueble ante el Juez de la causa, este lo denegó, determinación que fue
confirmada en apelación; 2) De conformidad a los principios de imperatividad e inmutabilidad,
establecidos en el art. 514 del Código de Procedimiento Civil (CPC), la sentencia debe ser ejecutada
de acuerdo a los términos en ella dispuestos; y, 3) La cosa juzgada en procesos de declaratoria de
mejor derecho propietario, alcanza a establecer a quien corresponde el dominio del inmueble, al ser
este tipo de resoluciones de naturaleza declarativa, no imponen la obligación de entregar el bien,
máxime si no ha mediado acumulación de acción de restitución de la cosa; por lo que, atender la
solicitud de desapoderamiento efectuada por la ahora accionante, se contrapone al art. 514 del CPC;
en consecuencia, no se puede alegar vulneración al debido proceso, al haberse circunscrito todos los
actos ejecutados por los demandados, a la normativa que rige este tipo de procesos.
Por su parte, el Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial, mediante informe escrito presentado
en audiencia, cursante de fs. 76 a 78, señaló que: i) El Director Departamental del SEDES
Chuquisaca, instauró proceso ordinario de reconocimiento de mejor derecho propietario contra
Matilde Candelaria Micaela y Ricarda Vera Gonzales, el cual fue declarado probado e improbadas la
excepción y reconvencional interpuestas por las demandadas; ii) Dicha Resolución, ante apelación de
la parte perdidosa fue confirmada totalmente mediante Auto de Vista 131/2000 de 23 de agosto,
mismo que habiendo sido recurrido en casación fue declarado infundado por Auto Supremo 240 de 3
de septiembre de 2001; iii) Posteriormente, la accionante, pidió cancelación de inscripciones en el
registro de Derechos Reales (DD.RR.) de Chuquisaca respecto al inmueble objeto de la litis, así como
también el desapoderamiento del bien, habiéndose deferido el petitorio por Auto de 9 de noviembre
de 2011, disponiéndose la cancelación de las partidas de inscripción en DD.RR., sin lugar al
desapoderamiento por no estar este extremo ordenado en la Resolución pronunciada en proceso
ordinario, debido a que el desapoderamiento, no formaba parte de la demanda principal; y que, de
conformidad al art. 514 del CPC, y siendo que la sentencia pone fin al proceso, dicha Resolución no
puede ser modificada ni alterada en su contenido; iv) Ante tal determinación, la parte accionante,
interpuso recurso de apelación, mereciendo Auto de Vista SCII 449/2011 de 21 de diciembre, que
confirmó el Fallo impugnado; sin embargo, la accionante pretende desconocer resoluciones con
autoridad de cosa juzgada; y, v) La acción de amparo constitucional no es sustitutiva de los recursos
ordinarios que franquea la ley.
Por memorial presentado el 10 de febrero de 2010, cursante de fs. 90 a 91 vta., Lucio Valda Martínez,
Director Desconcentrado Departamental de Chuquisaca de la Procuraduría General del Estado,
manifestó que de conformidad a los arts. 4 de la Ley de la Procuraduría General del Estado (LPGE); 2
y 9 del Decreto Supremo (DS) 0788 de 5 de febrero de 2011, la sede principal de la Procuraduría
General del Estado se encuentra en El Alto y que todas las actuaciones y citaciones procesales en las
que deba intervenir el Procurador General del Estado, como máximo representante de la dicha entidad
y a quien se nombró como tercero interesado en la presente acción, deberán efectuarse en aquel
domicilio; en consecuencia, la citación efectuada a su persona no surte efectos jurídicos, motivo por el
cual solicita se rectifique y enmiende tal actuación.
I.2.4. Resolución
Mediante Resolución 37/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 97 a 101 vta., dictada por la Sala Civil
Primera, se denegó la acción de amparo constitucional, argumentando que el desapoderamiento
solicitado por la parte ahora accionante, “no ha sido objeto de consideración ni de la relación
procesal” (sic), por lo que dicha solicitud no puede entenderse como una consecuencia lógica, jurídica
o automática de la decisión emitida por el Juez de primera instancia; más aún cuando existe otra vía
judicial en materia civil para lograr el desapoderamiento, no siendo la vía constitucional alternativa o
sustitutiva a su pretensión, al no haber agotado la subsidiariedad, debe denegarse la tutela demandada.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. Por Resolución 77/2000, pronunciada por el Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial, se
declaró probada la demanda de reconocimiento de mejor derecho propietario interpuesta por el
SEDES Chuquisaca contra Matilde Candelaria Micaela y Ricarda Vera González, respecto a un lote
de terreno de “5 has de extensión, sito en av. Japón, barrio Aranjuez”, zona San Cristóbal de esta
ciudad. Asimismo, en este fallo se declararon improbadas la excepción de falta de acción y derecho y
la demanda reconvencional de acción negatoria y usucapión opuestas por la parte contraria (fs. 2 a 3
vta.).
II.2. Se evidencia también que la Resolución antes referida, fue confirmada por Auto 131 de 23 de
agosto de 2000, dictado por la Sala Civil Primera, (fs. 4 a 5 vta.). Asimismo, se colige que mediante
Auto Supremo 240 de 3 de septiembre de 2001, se declaró infundado el recurso de casación
interpuesto por la parte contraria a la ahora accionante, adquiriendo por tanto firmeza la Resolución
77/2000 (fs. 6 a 8).
II.3. Mediante memorial de 27 de septiembre de 2011, Gilka Guerrero Copa, en representación del
SEDES Chuquisaca, solicitó la cancelación de inscripción de partidas y mandamiento de
desapoderamiento en cuanto al bien objeto de litigio (fs. 11 a 14).
II.4. Se colige que el Oficial de Diligencias del Juzgado Segundo de Partido en lo Civil y Comercial,
mediante informe de 7 de noviembre de 2011, establece de manera expresa que el inmueble objeto
del litigio, estaba habitado por Elizabeth Aníbarro Vera, sus hijas y algunos parientes (fs.19).
II.5. Por Auto 344/2011, pronunciado por el Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial, se
dispuso la cancelación de las partidas sin lugar al desapoderamiento “al no estar ello ordenado y
menos dispuesto en ninguna parte de la sentencia del 1º de Abril de 2.000” (fs. 21 vta.).
II.6. Mediante Auto de Vista SCII-449/2011 de 21 de diciembre, José Antonio Revilla Martínez y
Delma Miranda Arancibia, en su calidad de Vocales de la Sala Civil Segunda, confirman en su
totalidad el Auto 344/2011 (fs. 33 y vta.).
En este estado de cosas, corresponde ahora precisar con claridad el objeto y la causa de la petición de
tutela; en ese orden, se tiene que el objeto de la presente acción de amparo, es la petición de tutela
constitucional para el resguardo de los derechos al debido proceso y a la eficacia jurídica de los fallos
ejecutoriados; asimismo, la causa, es decir los actos denunciados como lesivos a los derechos de la
parte accionante, versan sobre el Auto 344/2011 y el Auto de Vista SCII-449/2011, que de acuerdo a
la accionante, desestimaron sin un fundamento valedero el pedido de desapoderamiento del bien
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 971
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Ahora bien, en mérito al objeto y causa de la presente acción de tutela, con la finalidad de desarrollar
una coherente argumentación jurídico-constitucional, este fallo desarrollará las siguientes
problemáticas: a) La vigencia de los derechos fundamentales en el nuevo modelo de Estado; b) El
desarrollo dogmático del principio de aplicación directa y eficaz de los derechos fundamentales; c) El
principio de razonabilidad y su vinculación con la aplicación directa y eficaz de los derechos
fundamentales; d) El contenido esencial del derecho fundamental de propiedad; c) La justiciabilidad
del derecho de propiedad a la luz del principio de razonabilidad y los alcances de las sentencias
estimatorias en procesos referentes a mejor derecho propietario; y, f) El control de constitucionalidad
a la luz del principio de razonabilidad frente a una ineficaz justiciabilidad del derecho de propiedad.
En consecuencia, en base a los aspectos antes señalados, se analizará si en el presente caso,
corresponde conceder o no de la tutela solicitada.
En principio, no podría desarrollarse una coherente argumentación jurídica sin analizar con carácter
previo y en contextos comparados y por supuesto en el ámbito interno, la evolución del
constitucionalismo, su incidencia en el modelo de Estado imperante y en la eficacia de los derechos
fundamentales.
En efecto, la teoría constitucional, precisa los orígenes del constitucionalismo en el llamado periodo
clásico o demo-liberal, en el cual, como influjo directo de los procesos histórico-políticos inglés,
norteamericano y francés, se diseñaron las bases de un constitucionalismo acorde con un modelo de
Estado Liberal, cuyos postulados tienen la finalidad de poner límites al ejercicio del poder público
como ideal máximo del constitucionalismo propio de este periodo.
Precisamente, la premisa en virtud de la cual se debe asegurar la eficacia máxima de los derechos
fundamentales, exige en términos de teoría del derecho, la superación de una concepción ius-
positivista y formalista del sistema jurídico, e implica la adopción de postulados jurídicos enmarcados
en cánones constitucionales no solamente destinados a limitar el poder, sino fundamentalmente
direccionados a consagrar y consolidar la vigencia material de los derechos fundamentales.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 972
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Por los fundamentos expuestos, no puede el presente fallo soslayar los alcances de este principio en el
nuevo orden constitucional y en la estructura del nuevo modelo de Estado, razón por la cual, a
continuación, se desarrollará el mismo desde el mandato constitucional imperante en el Estado
Plurinacional de Bolivia.
El régimen constitucional vigente a partir del referendo constitucional de 2009, diseña un nuevo
modelo de Estado, cuyo sustento estructural, encuentra razón de ser en el respeto a los derechos
fundamentales insertos en el bloque de constitucionalidad, reconocido por el art. 410 de la CPE, en
ese contexto, este pilar esencial del Estado Plurinacional de Bolivia encuentra validez material en el
reconocimiento expreso del principio de aplicación directa de derechos fundamentales el cual se
encuentra taxativamente reconocido por el art. 109.I de la CPE, cuyo tenor señala: “Todos los
derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan de iguales garantías
para su protección” (resaltado nuestro).
El principio de aplicación directa de la Ley Fundamental, que además por antonomasia comprende a
la aplicación eficaz de derechos, está íntimamente ligado con el valor axiomático de la
Constitución, postulado a partir del cual, el fenómeno de constitucionalización o de irradiación del
contenido de la Constitución en el orden jurídico y social, no se realizará solamente en cuanto a las
normas positivas de rango constitucional, sino también en relación a las directrices axiomáticas
rectoras del orden jurídico e institucional del Estado Plurinacional de Bolivia, como ser los valores
justicia e igualdad, razón por la cual, solamente a partir de esta concepción puede sustentarse la
eficacia del valor normativo de la Constitución.
estándar axiomático, destinado a materializar por parte de las autoridades jurisdiccionales los
valores de igualdad y justicia, es el principio de razonabilidad.
Cabe precisar que los valores de justicia e igualdad constituyen el estándar axiomático y
presupuesto para el ejercicio de los roles jurisdiccionales con la misión específica de asegurar la
eficacia de los derechos fundamentales.
III.4. El contenido esencial del derecho de propiedad a la luz del principio de razonabilidad
como estándar axiomático para su aplicación directa.
directa justiciabilidad del derecho de propiedad, en ese orden, se establece que las decisiones
jurisdiccionales que incurran en privación o limitación arbitraria de la propiedad, implican
una directa afectación al principio de razonabilidad y como consecuencia directa afectan
también el contenido esencial del derecho de propiedad en sus tres elementos esenciales: uso,
goce y disfrute.
III.5. La justiciabilidad del derecho de propiedad a la luz del principio de razonabilidad. Los
alcances de las sentencias estimatorias en procesos referentes a mejor derecho propietario
En todo Estado Constitucional de Derecho, los derechos fundamentales deben tener una garantía
jurisdiccional para su tutela y directa justiciabilidad, en ese orden, el Estado Plurinacional de Bolivia,
sustenta su estructura orgánica en el principio de separación orgánica, a partir del cual, el poder
público se ejerce a través de los órganos ejecutivo, legislativo, judicial y electoral. En ese contexto, el
órgano judicial, merced al principio de unidad jurisdiccional, es el mecanismo orgánico destinado a la
administración de justicia a través de sus jurisdicciones: la jurisdicción ordinaria; la jurisdicción
indígena originaria y campesina; y la jurisdicción agroambiental; así como las jurisdicciones
especializadas.
En resguardo de una coherente técnica de argumentación jurídica, es pertinente indicar que el órgano
judicial en el marco de la justicia ordinaria, es la instancia jurisdiccional a la cual por voluntad
constituyente se le encomienda el conocimiento de controversias vinculadas a derechos propietarios,
así la teleología de los procesos ordinarios conocidos también por la teoría procesal general como
procesos de conocimiento, disciplinan reglas de orden procesal destinadas a garantizar la directa
justiciabilidad del contenido esencial del derecho fundamental de propiedad, consagrando por tanto a
través de este mecanismo institucional, el principio de aplicación directa y efectiva de los derechos
fundamentales. Así, las acciones de mejor derecho propietario -entre otras-, se configuran como
verdaderas garantías jurisdiccionales destinadas a activar el aparato orgánico-jurisdiccional
imperante y lograr por ende la emisión de una decisión jurisdiccional definitiva y de carácter
declaratorio, que en caso de ser estimatoria a los derechos de propiedad invocados por el
justiciable, asegure la eficaz y real aplicación del contenido esencial de este derecho
fundamental.
Respecto a las ideas expuestas, se debe indicar que el principio de razonabilidad debe irradiar de
manera directa, el contenido de sentencias judiciales para evitar así supresiones y limitaciones
arbitrarias al derecho fundamental de propiedad, por lo que la eficacia de los fallos, está
condicionada a una aplicación directa y real del contenido esencial del derecho de propiedad
con sus tres componentes esenciales: uso, goce y disfrute.
Ahora bien, a la luz de los principios de razonabilidad y aplicación directa y efectiva del contenido
esencial del derecho de propiedad, debe señalarse que interpretando los presupuestos procesales
sustanciales del orden adjetivo civil imperante bajo un criterio hermenéutico denominado “de y
conforme a la Constitución”, se tiene que este asegura el cumplimiento de este estándar axiomático
como es el principio de razonabilidad, por tal razón, considerando que el proceso de mejor derecho
propietario, destinado a la consecución de una declaración judicial vinculada al derecho propietario,
genera como efectos de una decisión estimatoria tanto para los jueces como particulares, las
prohibiciones negativas propias de la eficacia del contenido esencial del derecho propietario, es
decir, la prohibición de limitación o supresión arbitraria de este derecho.
menciona en su segundo parágrafo lo siguiente: “Tratándose de obligaciones de dar alguna cosa que
se halle en el patrimonio del deudor, se librará mandamiento para desapoderar de ella al obligado y
entregarla al actor, con el auxilio en su caso de la fuerza pública”.
En efecto, el tenor literal de la citada disposición, se encuentra en armonía con el art. 56 de la CPE y
demás disposiciones del bloque de constitucionalidad que consagran el derecho de propiedad, por
tanto, la facultad de las autoridades jurisdiccionales de ordenar el desapoderamiento en
ejecución de fallos, para el caso de procesos en los cuales exista una sentencia estimatoria que
declare el derecho propietario en relación a la parte actora, responde al principio de aplicación
directa y efectiva del contenido esencial del derecho de propiedad, es decir, a la aplicación
efectiva y real de sus tres elementos el uso, goce y disposición, por tanto, la omisión de ejercicio
de esta atribución frente a un pedido expreso de parte, implica una limitación arbitraria al
derecho de propiedad, aspecto que en esencia afecta de manera directa al principio de
razonabilidad de las decisiones jurisdiccionales.
En el orden de ideas expuesto, es pertinente señalar que en los procesos de conocimiento vinculados
con derechos particulares, como podría ser aquellos referidos a mejor derecho propietario, rige el
principio dispositivo, en virtud del cual, las partes procesales inician y conducen sus pretensiones en
el marco del principio de autonomía de la voluntad, siendo este postulado el límite objetivo para la
actuación del juez, quien no puede apartarse de dichas directrices establecidas en el decurso de la
causa por las partes procesales, en ese orden, en un contexto demo-liberal en el cual se genera el
desarrollo teórico de este principio, por las características del modelo de Estado, expresamente
explicadas en el Fundamento Jurídico
III.1 de la presente Resolución, dicho principio tiene una connotación diferente a la validez de
este postulado en el marco del Estado Constitucional de Derecho, en el cual, la eficacia de los
derechos fundamentales constituye el límite y medida de validez del principio dispositivo, por lo
que los jueces, al ser auténticos garantes de los derechos fundamentales, deben asegurar la
máxima eficacia de los derechos fundamentales contenidos en una sentencia declarativa.
En estricta coherencia a la afirmación realizada, cabe señalar que en las sentencias declarativas de
derechos propietarios, la eficacia del contenido esencial de este derecho, es decir, el uso, goce y
disfrute del bien, en relación del cual se declara judicialmente la titularidad, debe ser resguardada y
garantizada por la autoridad jurisdiccional, entendiendo que el art. 190 del CPC, interpretándolo
armoniosamente con la tutela que se da al derecho de propiedad en el bloque de constitucionalidad,
establece que “La sentencia (…) contendrá decisiones expresas, positivas y precisas; recaerá sobre las
cosas litigiosas, en la manera en que hubieren sido demandadas (…), en ese orden, definitivamente al
ser demandado el mejor derecho propietario y en caso de estimarse dicha pretensión, el
desapoderamiento del bien en litigio, aunque no hubiese sido expresamente pedido en la
demanda, es un aspecto que asegura la aplicación eficaz del contenido esencial del derecho
fundamental de propiedad, por lo que sus alcances inequívocamente recaen sobre la cosa
litigiosa, cumpliendo así con el mandato del art. 190 del CPC, razón por la cual, el ejercicio de
esta facultad, de ninguna manera implica alteración de los efectos de la cosa juzgada de
decisiones jurisdiccionales, por el contrario, asegura la efectividad de fallos judiciales como
presupuesto esencial de la justiciabilidad del derecho fundamental de propiedad en un Estado
Constitucional de Derecho.
La eficacia máxima de derechos fundamentales como presupuesto esencial del Estado Constitucional
de Derecho y por ende del Estado Plurinacional de Bolivia, obliga al último y máximo contralor de
constitucionalidad como es el Tribunal Constitucional Plurinacional, a materializar el fenómeno de
irradiación de esta Constitución axiomática y dogmático-garantísta en todos los actos de la vida social
incluidas las resoluciones judiciales; por tanto, el ejercicio del control de constitucionalidad, podrá
efectuarse a la luz del principio de razonabilidad, como mecanismos efectivo y oportuno para la
vigencia de derechos fundamentales, por esta razón, el orden supremo, contempla en el ámbito de
control tutelar de derechos fundamentales, las acciones de defensa, las cuales constituyen garantías
adjetivas eficaces y oportunas para la defensa de los derechos de las personas.
De acuerdo al postulado precedentemente citado, debe precisarse además que el Estado Plurinacional
de Bolivia, en su diseño y postulados, responde a la ingeniería propia del sistema interamericano de
protección de derechos humanos, cuya construcción dogmática e institucional, fue realizada en el
marco de los alcances y preceptos contenidos en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en ese orden, este instrumento supranacional inserto en el bloque de constitucionalidad
boliviano, en su art. 25.1, indica que: “Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos
que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención…”.
A partir de este mandato, se establece que la acción de amparo constitucional, disciplinada de manera
específica en los arts. 128 y 129 de la CPE, en su diseño constitucional, responde de manera directa al
mandato del art. 25 de la Convención América Derechos Humanos, siendo que su contenido esencial
está estructurado sobre la base de los principios de sumatoriedad e inmediantez, a partir de los cuales
se consagra la vigencia en este nuevo modelo de Estado, de un mecanismo de tutela pronto y
oportuno, para el resguardo de derechos fundamentales frente a actos u omisiones lesivos a estos
provocadas por servidores públicos, incluidos autoridades jurisdiccionales, cuando en sede de la
justicia ordinaria, a pesar de agotarse los mecanismos internos para el cuestionamiento de dichas
decisiones, las lesiones a derechos fundamentales no hubieran sido reparadas.
totalidad la decisión de primera instancia (fs. 33 vta.). En este contexto y sobre la base de estos
aspectos, se establece lo siguiente:
ii) Asimismo, en el Fundamento Jurídico III.4, se indicó que los elementos del contenido esencial del
derecho fundamental de propiedad, generan dos prohibiciones específicas: a) La prohibición de
privación arbitraria de propiedad; y, b) La prohibición de limitación arbitraria de propiedad. En base a
estos aspectos, en la especie, se tiene que la negativa por parte de las autoridades jurisdiccionales de
ordenar el desapoderamiento del bien inmueble declarado judicialmente de propiedad de la parte
accionante, implica una flagrante vulneración a la segunda prohibición referida, es decir, constituye
una limitación arbitraria de propiedad, aspecto absolutamente contrario al principio de razonabilidad y
manifiestamente vulneratorio al contenido esencial del derecho de propiedad y por ende a los
postulados del Estado Constitucional de Derecho.
iii) En el Fundamento Jurídico III.5, se señaló también que las acciones de mejor derecho propietario
se configuran como verdaderas garantías jurisdiccionales destinadas a activar el aparato orgánico-
jurisdiccional imperante y lograr por ende la emisión de una decisión jurisdiccional definitiva y de
carácter declaratorio, que en caso de ser estimatoria a los derechos de propiedad invocados por el
justiciable, asegure la eficaz y real aplicación del contenido esencial de este derecho fundamental, en
ese contexto, en la especie, se evidencia que las autoridades demandadas, a través tanto del Auto
344/2011 como del Auto de Vista SCII-449/2011, al rechazar la solicitud de desapoderamiento y al
confirmar esta decisión, desconocen la naturaleza jurídica de las sentencias declarativas de derechos
propietarios y afectan flagrantemente el principio de aplicación eficaz y real de este derecho
fundamental.
iv) Se indicó en el citado Fundamento Jurídico III.5, que la figura jurídica del desapoderamiento
disciplinada en el art. 33 de la LAPCAF, aunque este aspecto no hubiese sido expresamente pedido en
la demanda, es un elemento que asegura la aplicación eficaz del contenido esencial del derecho
fundamental de propiedad, por lo que sus alcances inequívocamente recaen sobre la cosa litigiosa,
cumpliendo así con el mandato del art. 190 del CPC, razón por la cual, el ejercicio de esta facultad, de
ninguna manera implica alteración de los efectos de la cosa juzgada de decisiones jurisdiccionales,
por el contrario, asegura la efectividad de fallos judiciales como presupuesto esencial de la
justiciabilidad del derecho fundamental de propiedad en un Estado Constitucional de Derecho, por
tanto, merced a estos argumentos se evidencia que, en la especie, la denegación al desapoderamiento,
afecta inequívocamente la garantía de efectividad de los fallos judiciales como presupuesto de las
reglas de un debido proceso.
v) Asimismo, tal como se dijo en el Fundamento Jurídico III.2, el estándar axiomático destinado a
materializar por parte de las autoridades jurisdiccionales los valores de igualdad y justicia, está dado
por el principio de razonabilidad, constituyendo estos valores de rango supremo elementos esenciales
de este principio, el cual constituye un presupuesto fundamental para el ejercicio de los roles
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 978
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
vi) También, en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia, se puntualizó que el valor
justicia e igualdad, como pautas axiomáticas consustanciales al valor vivir bien, forman parte del
contenido esencial de todos los derechos fundamentales, por lo que las autoridades jurisdiccionales en
el ejercicio de sus competencias, deben emitir decisiones razonables y acordes con estos principios,
asegurando así una verdadera y real materialización del principio de aplicación directa de los
derechos fundamentales, sin embargo, en la especie, se evidencia que las autoridades demandadas, a
través tanto del Auto 344/2011 como del Auto de Vista SCII-449/2011, al rechazar la solicitud de
desapoderamiento y al confirmar esta decisión, desconocieron el valor de la Constitución normativa y
axiomática, decisiones que por tanto, constituyen la antítesis a los pilares del Estado Constitucional de
Derecho.
En mérito a todos los fundamentos expuestos en el caso concreto, es evidente que la afectación por
parte de las autoridades demandadas al contenido esencial del derecho de propiedad, al principio de
razonabilidad y al principio de directa y eficaz aplicación de derechos fundamentales, constituye
también una manifiesta vulneración al derecho fundamental al debido proceso, puesto que uno de los
elementos constitutivos de este derecho fundamental, inequívocamente versa sobre la eficacia de las
decisiones judiciales definitivas emitidas en sede jurisdiccional.
POR TANTO
1º REVOCAR la Resolución 37/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 97 a 101 vta., dictada por la
Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca; y en consecuencia,
CONCEDER la tutela solicitada.
2º DISPONER, la nulidad del Auto de Vista SCII-449/2011 emitido por la Sala Civil Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca, debiendo las autoridades ahora demandados dictar
nueva resolución conforme a los fundamentos de la presente Sentencia Constitucional.
3º Ordenar a Secretaría General del Tribunal Constitucional Plurinacional, la difusión del presente
fallo en todas las Salas de este órgano de control de constitucionalidad y en los distintos Distritos
Judiciales establecidos en el Estado Plurinacional de Bolivia.
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00135-2012-01-AAC
Departamento: Cochabamba
Por memorial presentado el 12 de enero de 2012, cursante de fs. 55 a 58, los accionantes
exponen los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Señala que el expediente del proceso contencioso tributario se encuentra en trámite, radicado en
la Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba,
esperando sorteo en virtud a la apelación interpuesta contra el Auto de 4 de enero de 2011; por
ello, se acredita que la Resolución Determinativa 35/2008 al haber sido impugnada en juicio
contencioso tributario, no se encuentra ejecutoriada, por lo que, al haber la administración
tributaria entregado a EMCOGAS S.A.M. en Liquidación, cédula mediante la cual hace conocer
el “proveído de Inicio de Ejecución Tributaria 24-00495-12” para el cobro de lo dispuesto en la
Resolución Determinativa 35/2008, alegando que se encontraría firme y constituida en título de
ejecución tributaria por la suma líquida y exigible de UFV´s 26 807 856 (veintiséis millones
ochocientos siete mil ochocientos cincuenta y seis Unidades de Fomento a la Vivienda), ha
cometido un acto ilegal, puesto que estando pendiente en estrados judiciales el proceso, no
puede ejecutarse ninguna resolución.
Finalmente, manifiesta que dicho proveído fue devuelto con el memorial de 31 de octubre de
2011, aclarando que la Resolución Determinativa 35/2008, no se encuentra ejecutoriada y la
demanda ordinaria interpuesta contra la misma estaría en trámite, así como que la representación
legal de EMCOGAS S.A.M. corresponde a la comisión liquidadora y cualquier notificación
debió hacerse a esa instancia; no obstante, la Gerente Distrital a.i. de GRACO del SIN, ahora
demandada, mediante proveído 24-00511-11 de 10 de noviembre de 2011, notificado el 1 de
diciembre del mismo año, dispuso la prosecución de la ejecución tributaria conforme al art.
108.1 del Código Tributario Boliviano (CTB), aplicando medidas coactivas previstas en su art.
110, solicitando a la Dirección Ejecutiva de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero
(ASFI), ordene la retención de fondos de EMCOGAS S.A.M., encontrándose a esa fecha
retenidos por el Banco Nacional de Bolivia.
Los accionantes, alegan la vulneración del derecho al debido proceso, citando al efecto el art.
117.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicitan se “declare procedente” la tutela y en consecuencia, sin efecto y valor legal alguno: a)
El Proveído de Ejecución Tributaria 24-00485-11 de 11 de octubre de 2011, por infringir el art.
231 del CTb.1992 y el Auto de 15 de diciembre de 2008; y, b) Las medidas precautorias
dispuestas, debiendo ordenarse la devolución de los “dineros” ilegal y arbitrariamente retenidos,
más daños y perjuicios.
Administración Tributaria carece de facultad para exigir que la Resolución Determinativa esté
firme.
Raúl Javier Lazcano Murillo, actual Gerente Distrital a.i. de GRACO del SIN, en el informe escrito
cursante de fs. 85 a 90 y en audiencia, afirmó: i) Del “lacónico” memorial de la acción, se advierte
la omisión de hechos jurídicos relevantes, por cuanto está dirigida contra el proveído de inicio de
ejecución tributaria 24-00485-11 y las consecuentes acciones de cobro, respecto a la deuda
tributaria declarada mediante Resolución Determinativa 35/2008, que según los accionantes, su
ejecución estaría suspendida en virtud a la demanda contencioso tributaria iniciada contra dicha
Resolución Determinativa; si bien es evidente que mediante Auto de 15 de diciembre de 2008, el
Juez a quo admitió la demanda y dispuso la suspensión de la ejecución del acto demandado, ello
fue cumplido por la Administración Tributaria, en tanto el proceso estuvo vigente; ii) Dentro la
referida causa, se interpuso excepción dilatoria de falta de personería en el demandante, prevista
en el art. 237 inc. 2) del CTb.1992, por cuanto el Poder 0910/2008 de 3 de diciembre, utilizado
por Raúl Artero Arcaya y Juan Carlos Orsini Puente, para representar a EMCOGAS S.A.M., no
fue inscrito en el registro de comercio en la Fundación para el Desarrollo Empresarial
(FUNDEMPRESA), no siendo oponible frente a terceros de acuerdo al art. 29.5 del Código de
Comercio (Ccom); iii) Por Auto de 5 de enero de 2009, el Juez a quo rechazó la excepción
opuesta por el fisco declarando improbada la demanda, interponiendo recurso de apelación,
resuelto por la Sala Social y Administrativa, mediante Auto de Vista 106/2010 de 10 de
septiembre, revocando el Auto de 5 de enero de 2009 y declarando probada la excepción de falta
de personería en el demandante; y debido a que el contribuyente no hizo uso del recurso de
casación contra el referido Auto de Vista, mediante Resolución de 16 de noviembre de 2010, fue
declarado formalmente ejecutoriado, concluyendo de esa manera la demanda contencioso
tributaria intentada por EMCOGAS S.A.M. en liquidación, contra la Resolución Determinativa
35/2008; iv) El Juez a quo, mediante proveído de 30 de noviembre de 2010, inexplicablemente y
en flagrante incumplimiento y contradicción a lo resuelto por Auto de Vista 106/2010 y el Auto
Ejecutoriado de 16 de noviembre de 2010, ilegalmente corrió en traslado la demanda
contencioso tributaria interpuesta por EMCOGAS S.A.M. en Liquidación, justificando su ilegal
accionar en virtud del memorial de 29 de noviembre de 2010, mediante el cual se acreditaba
personería para una acción concluida con fallo ejecutoriado y cosa juzgada; v) Dicha conducción
procesal deficiente del juzgador, forzó a la Administración Tributaria plantear nulidad contra el
proveído de 30 de noviembre de 2010, emitiéndose el Auto de 4 de enero de 2011, por el cual el
Juez reconoció su supuesto error y dejó sin efecto el proveído de 30 de noviembre de 2010,
disponiendo recién y como era correcto el archivo de obrados, por no existir nada más que
tramitar; dilación procesal que fue bien aprovechada por la parte demandante, quien interpuso
recurso de apelación contra el Auto de 4 de enero de 2011, argumentando subsanación de su
representación, cuando la naturaleza del proceso no se lo permitía y que además fue
oportunamente excepcionada por el fisco con fallo ejecutoriado; y, vi) Ese es el origen de la
apelación aludida de contrario y el motivo por el cual el trámite actualmente radica en la Sala
Social y Administrativa y a la que hace referencia la certificación de 15 de diciembre de 2011,
presentada por el contrario, cuya tramitación es completamente intrascendental a los efectos del
Auto de Vista 106/2010, ejecutoriado y con valor de cosa juzgada formal, que puso fin al
proceso contencioso tributario y por ende, sin efecto legal el Auto de Admisión de 15 de
diciembre de 2008, devolviendo la competencia absoluta del Servicio de Impuestos Nacionales
sobre la Resolución Determinativa 35/2008 firme y constituida en título de ejecución tributaria,
facultando la aplicación de medidas coactivas previstas por el art. 110 del CTB, por lo que al
haber el Servicio de Impuestos Nacionales dispuesto el inicio del trámite de ejecución tributaria
conforme la Resolución Determinativa después de la ejecutoria del Auto de Vista 106/2010, que
puso fin a la demanda contencioso tributaria, no ha incurrido en acto ilegal alguno.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Raúl Artero Arcaya y Juan Carlos Orsini Puente, en representación de EMCOGAS S.A.M.
en Liquidación, el 4 de diciembre de 2008, interpusieron demanda contencioso tributaria,
impugnando la Resolución Determinativa 35/2008 de 17 de noviembre, alegando que fue
emitida sin competencia y usurpando ajena jurisdicción (fs. 10 a 17).
II.3. Veimar Mario Cazón Morales, Gerente Distrital a.i. de GRACO del SIN, opuso excepción
dilatoria de falta de personería dentro de la demanda contencioso tributaria interpuesta por
EMCOGAS S.A.M. en Liquidación, contra la Resolución Determinativa 35/2008 (fs. 21 a 22
vta.).
II.4. Mediante Resolución de 5 de enero de 2009, el Juez arriba señalado, rechazó la excepción
dilatoria de falta de personería de los representantes del actor opuesta por GRACO y declaró
improbada la misma, con el fundamento que el contribuyente EMCOGAS S.A.M. en
Liquidación cumplió todos los requisitos exigidos por el art. 228 del CTb.1992, por lo que al
presentar su demanda no existiría falta de personería (fs. 25 a 27).
II.5. Por Auto de Vista 106/2010 de 10 de septiembre, la Sala Social y Administrativa del
Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, revocó el Auto de 5 de enero de 2009 y
declaró probada la excepción prevista por el art. 237.2 del CTb.1992, opuesta por la
Administración Tributaria (fs. 28 a 29 vta.). Fallo notificado al Presidente del Directorio y
Gerente General de EMCOGAS S.A.M., el 6 de octubre de 2010 (fs. 29 vta.).
II.6. El 29 de noviembre de 2010, Raúl Artero Ardaya y Juan Carlos Orsini Puente, por
EMCOGAS S.A.M. en Liquidación, acompañando poder inscrito en FUNDEMPRESA,
solicitaron al Juez Primero de Partido Administrativo, Coactivo Fiscal y Tributario, que ordene a
GRACO Cochabamba del SIN, responder a la demanda contencioso tributaria bajo conminatoria
de ley (fs. 30). Mediante proveído de 30 de noviembre del mismo año, esta autoridad, dando por
apersonados a los representantes de la empresa, ordenó la notificación expresa del titular de
GRACO, para que dé cumplimiento a lo determinado en el art. 232 del CTb.1992 y “sea con el
Auto de Vista Nº 106/2010” (fs. 31).
II.7. A fs. 32 y vta., cursa la Resolución de 4 de enero de 2011, que resuelve la solicitud de
nulidad de “Auto de Admisión” y archivo de obrados presentada por la Gerencia Distrital de
GRACO del SIN, el 23 de diciembre de 2010, por la cual el Juez Primero de Partido
Administrativo, Coactivo Fiscal y Tributario, estableció que en el proveído de 30 de noviembre
del mismo año, existiría error involuntario de hecho, disponiendo que éste quede nulo y sin
valor legal, así como el archivo de obrados en cumplimiento al Auto de Vista 106/2010,
haciendo constar que el testimonio de poder 326/2010 habría sido inscrito en FUNDEMPRESA
en forma extemporánea por la empresa impetrante.
II.8. La Resolución antes descrita, fue apelada por EMCOGAS S.A.M. en Liquidación (fs. 34 a
36 vta.); recurso que fue rechazado por Auto de 11 de febrero de 2011, por extemporáneo (fs.
39). Posteriormente, el 18 del mismo mes y año, la empresa recurrente planteó recurso de
compulsa ante la negativa de concesión de la apelación contra el Auto de 4 de enero de 2011 (fs.
40 a 42); mismo que fue declarado legal a través del Auto de Vista 003/2011 de 11 de marzo,
pronunciado por la Sala Social Administrativa, disponiendo la radicatoria del proceso en ese
tribunal para su sorteo y resolución (fs. 43 a 44).
Los accionantes, alegan la vulneración del derecho al debido proceso de EMCOGAS S.A.M. en
Liquidación, por cuanto la autoridad demandada bajo el supuesto que no existiría orden judicial
expresa que disponga la suspensión de la ejecución de la Resolución Determinativa 35/2008,
prosiguió con la misma, pidiendo inclusive la retención de fondos pertenecientes a esta empresa,
cuando conforme lo previsto por el art. 231 del CTb.1992, interpuesta la demanda contencioso
tributaria, debe suspenderse la ejecución del acto, resolución o procedimiento impugnado. En
consecuencia, corresponde dilucidar en revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de amparo constitucional, prevista por el art. 128 de la CPE, se instituye dentro del
nuevo orden constitucional, como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones
ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 984
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la misma
Constitución Política del Estado y la ley; previsión constitucional conexa con el art. 73 de la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP).
En ese contexto, la Norma Fundamental enfatiza que esta acción tutelar puede presentarse por la
persona “…que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad
correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente,
siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados” (art. 129.I de la CPE).
La legitimación pasiva, es la coincidencia que existe con la calidad adquirida por un servidor
público o persona individual o colectiva que presuntamente -con actos u omisiones ilegales o
indebidas- ha provocado la restricción, supresión o la amenaza de restringir o suprimir derechos
y garantías constitucionales y consecuentemente, contra quien se dirige la acción; así, la
jurisprudencia y doctrina emitida por el Tribunal Constitucional anterior, que no resulta
contraria al nuevo orden constitucional, señaló sobre la legitimación pasiva en la acción de
amparo constitucional como: “…la calidad que se adquiere por la coincidencia que se da entre
la autoridad que presuntamente causó la violación a los derechos y aquella contra quien se
dirige la acción…” (SC 1745/2011-R de 7 de noviembre, haciendo cita de la SC 0264/2004-R
de 27 de febrero).
De donde resulta que, ante la vulneración de derechos y garantías debe interponerse la acción
tanto contra el servidor público, persona individual o colectiva que cometió la vulneración que
se alega, así como contra la que tiene facultad para revisarla, modificarla o en su caso dejarla sin
efecto; en ese entendido, la SC 0639/2010-R de 19 de julio, que hizo referencia a su vez a la SC
1445/2004-R de 7 de septiembre, manifestó que la acción de amparo constitucional debe
dirigirse: “...no sólo en contra de la autoridad que ejecutó el acto ilegal, sino también de
aquella que revisó esa actuación y no la corrigió”.
De esa manera, la legitimación pasiva no sólo la adquiere la persona que cometió el acto ilegal y
contra quien debe dirigirse la acción, a efecto que pueda responder por los supuestos actos
ilegales atribuidos en su contra, sino que también en los casos en que los actos denunciados de
lesivos a los derechos y garantías fundamentales devengan de un proceso judicial o
administrativo, la legitimación pasiva recae también sobre el Juez, Tribunal u órgano que
asumió la decisión y es quien además podrá modificar la supuesta vulneración; así, la SC
1761/2010-R de 25 de octubre, que se sustenta en el entendimiento asumido mediante la SC
1740/2004-R de 29 de octubre, señaló que: “…se establece que en aquellos casos en los que el
acto denunciado como ilegal es ejecutado por una autoridad y es otra la competente para
revisar esa actuación a efecto de modificar, confirmar o revocar el acto puesto en su
conocimiento, el recurso debe ser interpuesto contra ambas autoridades al tener legitimación
pasiva, la primera por ejecutar el acto ilegal y la segunda por no corregirlo, de modo que al ser
ambas responsables, deben asumir las consecuencias de sus actos”.
el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y sus Derivados (IEHD), de los periodos fiscales enero
a diciembre de 2004; demanda que si bien fue admitida mediante Auto de 15 de diciembre de
2008, por el Juez Primero de Partido Administrativo, Coactivo, Fiscal y Tributario, disponiendo
la suspensión de la ejecución de la referida Resolución Determinativa; a continuación, la
Administración Tributaria opuso dentro del proceso contencioso tributario, excepción dilatoria
de falta de personería, que fue resuelta por el Juez a quo, quien declaró improbada dicha
excepción y en apelación, fue revocada por la Sala Social y Administrativa, acto procesal con el
cual GRACO Cochabamba del SIN, supuestamente y a decir de los accionantes, de manera
ilegal y arbitraria, suponiendo que la vía judicial habría concluido al declararse improbada la
excepción planteada por la Administración Tributaria, notificaron a EMCOGAS S.A.M. en
Liquidación, con el proveído de inicio de ejecución tributaria 24-00485-11, resultando
supuestamente dicho actuar ilegal, por cuanto la interposición de la demanda contencioso
tributaria impedía la ejecución del acto o Resolución emitida por la Administración Tributaria.
No obstante a ello, los supuestos actos ilegales no pueden ser compulsados en sede
Constitucional, por cuanto de los datos del proceso y las pruebas arrimadas al mismo, se puede
evidenciar que si bien lo que se impugna como lesivo a los derechos de los accionantes es la
supuesta ilegal ejecución de la Resolución Determinativa por parte del Servicio de Impuestos
Nacionales, habiendo por ello accionado el amparo constitucional contra la Gerente Distrital a.i.
de GRACO del SIN; sin embargo, es preciso señalar que la determinación asumida por el
Servicio de Impuestos Nacionales, emerge de una decisión judicial pronunciada por el Juez
Primero de Partido Administrativo, Coactivo Fiscal y Tributario, quien no fue demandado en
esta acción, por cuanto, una vez que retornó el proceso a su Juzgado, los accionantes por
EMCOGAS S.A.M. en Liquidación, acompañando poder inscrito en FUNDEMPRESA, pidieron
al referido Juez ordene a GRACO Cochabamba del SIN, responda a la demanda contencioso
tributaria bajo conminatoria de ley; ante lo cual, mediante proveído de 30 de noviembre de 2010,
esta autoridad, dando por apersonados a los representantes de la empresa, ordenó la notificación
expresa del titular de GRACO del SIN, para que dé cumplimiento a lo determinado por el art.
232 del CTb.1992, así como lo resuelto por el Auto de Vista 106/2010; ante lo cual la
Administración Tributaria, solicitó al Juez de la causa la nulidad del supuesto “auto de
admisión” y el consiguiente archivo de obrados; pedido que fue resuelto por Auto de 4 de enero
de 2011, por el Juez referido, quien señaló que en el proveído de 30 de noviembre de 2010,
existiría un “error involuntario de hecho”, disponiendo por ello quede nulo y sin valor legal, así
como dispuso el archivo de obrados en cumplimiento al vigente y ejecutoriado Auto de Vista
106/2010, haciendo constar que el testimonio de poder 326/2010, habría sido inscrito en
FUNDEMPRESA extemporáneamente; aspectos éstos que hicieron deducir que la
Administración Tributaria procedió a la ejecución de la Resolución Determinativa ante la
determinación asumida por el Juez a quo a través de la Resolución de 4 de enero de 2011, por
cuanto dispuso el archivo de obrados del proceso contencioso tributario; consecuentemente, el
Juez que emitió esa resolución, igualmente tiene legitimación pasiva para ser demandado en la
presente acción, máxime si la acción de amparo constitucional no sólo debe estar dirigida contra
la autoridad que ejecutó el acto ilegal, sino igualmente contra aquella que pudo haberla
corregido.
Por consiguiente, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela impetrada, efectuó una
adecuada compulsa de los antecedentes del caso.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00359-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
En revisión la Resolución 03/12 de 9 de marzo de 2012 cursante de fs. 19 a 24, pronunciada dentro de
la acción de libertad, interpuesta por Abraham Quiroga Bonilla en representación sin mandato de
Juan Carlos Pérez Justiniano contra Erwin Jiménez Paredes, Juez Cuarto de Instrucción en lo
Penal en suplencia legal de su similar Décimo, ambos del departamento de Santa Cruz.
ilícitos y estar a derecho, petitorio que lo efectuó el 2 de marzo de 2012 y hasta el día de
interposición de la presente acción de libertad, no se respondió, lo que le origina un estado de
indefensión, ocasiona retardación de justicia y no precautela su libertad física y de locomoción.
Alega como lesionados los derechos de su representado a la libertad física y de locomoción sin
citar al efecto ningún artículo de la Constitución Política del Estado.
I.1.3. Petitorio
El abogado y representante del actor, ratificó los fundamentos de su memorial de demanda y los
amplió indicando que: a) Un día antes a la audiencia de la presente acción, el Juez ahora
demandado, resolvió su memorial, pero sin dar cumplimiento al art. 123 del CPP, dado que
solamente decretó traslado al Ministerio Público, para que en plazo de cuarenta y ocho horas,
dicha instancia, presente informe de ley, omitiendo una vez más, fijar audiencia para que su
defendido preste su declaración informativa; y, b) Existe una persecución ilegal, habida cuenta
que su representado, se presentó de manera voluntaria, en dos oportunidades ante el Ministerio
Público y hasta la fecha no atendieron su solicitud.
El Juez Cuarto de Instrucción en lo Penal en suplencia legal de su similar Décimo, en informe escrito
cursante a fs. 13 vta. refirió lo que sigue: 1) Debido a los cargos en acefalia, se encuentra actuando en
suplencia legal desde el 24 de febrero de 2012; 2) De la lectura del memorial, presentado por el
accionante, se puede advertir que éste pretende que su autoridad ordene al Ministerio Público que
señale audiencia para su presentación espontánea, situación que al amparo de los arts. 54.2 y 279 del
CPP no corresponde; y, 3) Si bien acompaña a su memorial, sendas solicitudes presentadas al
Ministerio Público, no es menos cierto que no se conoce la respuesta de parte de dicha instancia, por
lo tanto, no se puede adelantar criterio, porque no se demostró con elementos probatorios que sus
solicitudes fueron negadas.
I.2.3. Resolución
informe sobre lo denunciado, lo que demuestra que se tramitó dentro de plazos razonables
establecidos por ley; ii) El accionante activó la vía ordinaria previo a acudir ante la jurisdicción
constitucional, por tanto, deberá seguir dicho trámite hasta su finalización; luego recién
procederá la acción de libertad de pronto despacho; y, iii) Al no haberse agotado la vía ordinaria
y estar pendiente al momento de la interposición de la presente acción, no corresponde otorgar la
tutela solicitada.
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. Por memorial presentado el 21 de marzo de 2011 ante el Fiscal de Materia adscrito a la
Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), Juan Carlos Pérez Justiniano,
representado del ahora accionante, solicitó fecha, día y hora para prestar su declaración
informativa, así como el careo con alguno de los coimputados, indicando que tuvo conocimiento
extraoficial a través de los medios de comunicación y amigos que se lo estaría pretendiendo
vincular con la investigación del proceso investigativo seguido por el Ministerio Público contra
Julio René Navia y otros, por la presunta comisión del delito de legitimación de ganancias
ilícitas y otros, (fs. 2 vta.). Escrito del que no consta respuesta alguna.
II.2. Mediante escrito presentado el 21 de noviembre del 2011, ante la misma instancia, el
representado del accionante se apersonó y reiteró su solicitud de señalamiento de audiencia para
prestar su declaración informativa policial, afirmando que se puede evidenciar que toda su
actividad es lícita; y el hecho de comprar y mejorar un terreno para luego venderlo al mejor
postor y la relación netamente comercial que tuvo con la esposa y madre de los coimputados, no
implica que su persona hubiere tenido una conducta reprochable penalmente, prueba de ello es
que en el allanamiento de su domicilio y precintado de sus movilidades no encontraron
sustancias controladas y el test salió negativo; en consecuencia, solicitó que si existiera en su
contra un mandamiento de aprehensión, requiera que se deje sin efecto, en virtud a su
presentación voluntaria (fs. 4).Tampoco consta respuesta a esa solicitud.
II.3. El memorial de 2 de marzo de 2012, el precitado Juan Carlos Pérez Justiniano, pidió al
Juez Décimo de Instrucción en lo Penal del departamento de Santa Cruz, la tutela constitucional
ante la negativa por parte de la Fiscalía y que se sirva “señalar fecha, día y hora de audiencia”
para que se reciba su declaración informativa policial (fs. 5 a 7).
Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario referirnos a la naturaleza jurídica de
la acción de libertad. En ese orden y conforme al nuevo orden constitucional, la SCP 0037/2012
de 26 de marzo, señaló que: “Se trata de un mecanismo de defensa constitucional
extraordinario de carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la protección
inmediata y efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de locomoción en
casos de detenciones, persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por
parte de servidores públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando esté en
peligro.
En tal sentido, debe señalarse que la ingeniería dogmática de la acción de libertad está
diseñada sobre la base de dos pilares esenciales, el primero referente a su naturaleza procesal y
el segundo, compuesto por los presupuestos de activación. En cuanto al primer aspecto que
configura el contenido esencial de esta garantía, es decir, su naturaleza procesal, se establece
que se encuentra revestida o estructurada con una tramitación especial y sumarísima, reforzada
por sus características de inmediatez en la protección, informalismo, generalidad e
inmediación; procede contra cualquier servidor público o persona particular, es decir, no
reconoce fueros ni privilegios. Postulados que pueden ser inferidos de la norma constitucional
antes referida.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el contenido esencial de esta garantía, se encuentra
configurado por sus presupuestos de activación, que al amparo del art. 125 de la CPE, se
resumen en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la
libertad física como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya
procesamiento indebido; y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida”.
En segundo término, corresponde analizar si los hechos denunciados configuran hostigamiento por
parte de la autoridad jurisdiccional ahora demandada, a efectos de configurar la forma restringida de
protección de la acción de libertad; en ese cometido, se deberá comprobar si en el caso, se ejecutaron
conductas destinadas a restringir el ejercicio del derecho a la libertad del representado del accionante,
sin que medie una causa justa, caso que de verificarse, sin duda ingresaría dentro del ámbito de
protección de la presente acción. Aspecto que en definitiva tampoco figura, porque no se constata
ninguna conducta por parte de la precitada autoridad que implique afectación, amenaza y menos
hostigamiento que moleste, obstaculice, incomode, interrumpa o perturbe el mencionado derecho, por
lo tanto, no se cumple con el presupuesto de activación, dado que no consta persecución indebida ni
ilegal, por cuanto, la falta de respuesta a su solicitud de señalamiento de audiencia para prestar su
declaración informativa policial, no conlleva la presunción de una persecución, lo que sin duda no
excluye la obligación legal de toda autoridad pública de dar respuesta pronta y oportuna a las
peticiones presentadas por los interesados o afectados.
Si bien el accionante indica que su representado, se presentó de manera espontánea ante la autoridad
demandada, demostrando su actitud de colaboración, y como señala, para estar a derecho y evitar de
esa forma, que se emita en su contra, un probable mandamiento de aprehensión; sin embargo, la
posibilidad de su emisión, es un hecho incierto y se consolidará únicamente si es que el actor fuera
citado legalmente dentro del proceso a declarar y éste no concurriera ante dicho llamado, actuaciones
jurisdiccionales que entran dentro de la esfera de la incertidumbre, porque podrían llegar a suscitarse
o de lo contrario, no ocurrir jamás, por lo tanto, no es posible tutelar, vía acción de libertad, un temor
situado únicamente en el fuero interno de quien se cree perseguido indebida o ilegalmente, porque
como se demostró, no existe amenaza positiva ni material alguna a su libertad, y su estado de
supuesta zozobra no es causal suficiente que permita activar este medio de defensa.
En consecuencia, las presuntas irregularidades que impliquen persecución ilegal o indebida que no
incidan directamente en la lesión a la libertad física o de locomoción, deben ser impugnados por
medio de los recursos ordinarios previstos por ley ante las autoridades judiciales competentes, y en
caso de considerar que las supuestas lesiones no fueron reparadas, una vez agotadas éstas, queda
abierta la vía de la acción de amparo constitucional. En ese sentido, al no existir evidencia de que se
hubiese hostigado, perturbado o amenazado la libertad ambulatoria del representado del accionante, la
persecución acusada de ilegal determina la denegatoria de la presente acción, conforme se dejó
establecido por las líneas jurisprudenciales glosadas.
Por los fundamentos expuestos, se concluye que el Juez de garantías al haber denegado la
acción de libertad, evaluó correctamente los datos del proceso y las normas aplicables al mismo
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Acción de libertad
Expediente: 00161-2012-01-AL
Departamento: Santa Cruz
Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público por el supuesto delito de robo, se
encuentra detenido injustamente hasta la fecha de presentación de la acción; por cuanto el Juez
ahora demandado dispuso su detención preventiva el 21 de septiembre de 2010, sin que exista
acta de audiencia cautelar ni fundamentación legal que la respalde. Asimismo, su memorial de
16 de noviembre de 2011 no ha tenido respuesta.
Sin especificar los derechos vulnerados, cita los arts. 22, 23 “Inc. 1.3 4”, 115, 179, 180 y 256
“Inc.3” de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 18 de enero de 2012, según consta en acta cursante de fs. 18 a
24, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
El Juez Octavo de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, constituido
en Juez de garantías, dictó la Resolución de 18 de enero de 2012, cursante de fs. 18 vta. a 24, por
la cual denegó la acción de libertad, sin responsabilidad civil ni costas, con los siguientes
fundamentos: 1) La privación de libertad fue por decisión de la autoridad judicial y no así por
falta de acta de audiencia de medida cautelar; 2) La protección que brinda la acción de libertad
alcanza al debido proceso cuando está vinculado directamente al derecho a la libertad personal o
locomoción, en otros casos, debe ser reparada por los mismos órganos jurisdiccionales que
conocen la causa, sólo una vez agotados, se podrá acudir a la vía jurisdiccional constitucional; 3)
En el presente caso, no cursa ninguna solicitud de cesación de la detención preventiva vinculada
con la libertad personal del accionante que ponga en evidencia una posible dilación indebida; y,
4) Existen mecanismos procesales específicos de defensa para restituir el derecho a la libertad y
la persecución o procesamiento indebido, que deben ser utilizados previamente por el afectado.
II. CONCLUSIONES
II.2. De fs. 6 a 7 Certificado de Permanencia y Conducta, expedido por el Director del Centro de
Rehabilitación de Palmasola, refiere que Yasmany Terra Banegas, ingresó por quinta vez el 1 de
marzo de 2010, con mandamiento de detención preventiva ordenado por el Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal, ahora demandado, dentro del proceso penal seguido en su contra por el
delito de robo agravado y asociación delictuosa, permaneciendo hasta el momento de la emisión
del informe un año, un mes y seis días.
La accionante denuncia que su representado se encuentra detenido injustamente, sin que exista
acta de audiencia cautelar, habiéndose ordenado su detención preventiva sin fundamentación
que la respalde y sin que sus memoriales, como el de 21 de septiembre de 2010, hayan tenido
respuesta hasta la fecha. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos
son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
El art. 125 de la CPE, establece que la acción de libertad tiene por objeto tutelar los derechos a
la vida, a la libertad física y de locomoción, en los casos en que aquélla se encuentre en peligro y
cuando ésta sea objeto de persecución ilegal, indebido procesamiento u objeto de privación en
cualquiera de sus formas, pudiendo toda persona que considere encontrarse en tales situaciones,
acudir ante el juez o tribunal competente en materia penal y solicitar se guarde tutela a su vida,
cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a
la libertad. Así, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en la SC 0011/2010-R de 6 de
abril, estableció: “La acción de libertad, es una acción jurisdiccional de defensa que tiene por
finalidad proteger y/o restablecer el derecho a la libertad física o humana, y también el derecho
a la vida, si es que se halla en peligro a raíz de la supresión o restricción a la libertad personal,
sea disponiendo el cese de la persecución indebida, el restablecimiento de las formalidades
legales y/o la remisión del caso al juez competente, la restitución del derecho a la libertad
física, o la protección de la vida misma, motivo por el cual se constituye en una acción tutelar
preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia que garantiza como su
nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22 y 23.I de la CPE”.
0008/2010-R de 6 de abril, se concluyó que: “La acción de libertad es el medio idóneo y eficaz
para conocer y restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al derecho a
la vida, la libertad o constituir una persecución o procesamiento indebido que atente o ponga
en peligro el derecho a la libertad, cuando de acuerdo a las circunstancias concretas, a pesar
de existir mecanismos de protección específicos y establecidos por la ley procesal vigente, éstos
resulten ser evidentemente inoportunos o inconducentes, de manera tal que esta acción de
defensa, por la urgencia de la situación, se configura como el medio más eficaz para restituir
los derechos afectados; empero, en caso de existir mecanismos procesales específicos de
defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la libertad y a la
persecución o procesamiento indebido, deben ser utilizados previamente por el o los afectados;
en estos casos, por tanto, la acción de libertad operará solamente en caso de no haberse
restituido los derechos afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas”.
Precisando aún más esta línea jurisprudencial, SC 0888/2010-R de 10 de agosto, señaló: “…la
existencia de la garantía constitucional en análisis, no implica que todas las lesiones al derecho
a la libertad tengan que ser necesariamente reparadas de manera exclusiva y excluyente a
través de la acción de libertad; pues no se trata de una garantía destinada a reparar, en
exclusiva todas las formas de lesión a la libertad que pudieran invocarse, sino la de dotar a la
persona de un medio de defensa sencillo, eficaz y oportuno, para restablecer la lesión sufrida
(…) En consecuencia, en los supuestos en que la norma procesal ordinaria de manera
específica prevea medios de defensa eficaces y oportunos para resguardar el derecho a la
libertad supuestamente lesionado, estos deben ser utilizados, previamente, circunstancia en la
que excepcionalmente el recurso de acción de libertad operará de manera subsidiaria (…)".
Por consiguiente, de acuerdo a la jurisprudencia glosada líneas arriba, se tiene que ante una
presunta vulneración del derecho fundamental a la libertad, antes de acudir a la jurisdicción
constitucional, se debe en principio denunciar todos los actos procesales defectuosos a través de
los mecanismos citados precedentemente, debiéndose agotar los mismos en la vía jurisdiccional
correspondiente
De la revisión a los antecedentes procesales, se evidencia que Yasmany Terra Banegas, fue
cautelado el 23 de septiembre de 2010, habiéndose dispuesto su detención preventiva por orden
del Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, dentro del proceso penal que se le sigue a instancias
del Ministerio Publico, por la presunta comisión de los delitos de robo agravado y asociación
delictuosa, sin que se hubiese demostrado que respecto de la medida cautelar aplicada en su
contra, hubiese interpuesto el correspondiente recurso de apelación incidental, como medio
idóneo, eficiente y oportuno para restituir su derecho a la libertad o la persecución y
procesamiento indebido de la que aduce ser víctima, instancia en la que bien podía alegar la falta
de fundamentación legal de la Resolución correspondiente y la ausencia del acta de la audiencia
cautelar.
III.4. Por último, en relación a lo informado por el Juez demandado, en cuanto al manejo de las
actas y demás piezas procesales relacionadas con el proceso que motiva la presente acción de
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Acción de libertad
Expediente: 00126-2012-01-AL
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Por memorial presentado el 14 de febrero de 2012, cursante de fs. 323 a 327, el accionante
expone los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
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El 6 de agosto de 2010, se inició una investigación contra su hermano por la supuesta comisión
del ilícito de lesiones en accidente de tránsito; que luego fue atribuido a su persona y en cuyo
curso, el 14 de noviembre de 2011, pidió a la Jueza de Instrucción Mixta de Cabezas, que el
representante del Ministerio Público se pronuncie sobre la causa, sea por un rechazo de las
actuaciones policiales o por la imputación formal; a lo que el 25 de ese mes y año, el Fiscal
demandado, faltando al principio de objetividad, requirió imputación por varios delitos, como
ser “concurso ideal”, encubrimiento, homicidio, lesiones graves y gravísimas en accidente de
tránsito en grado de tentativa y omisión de socorro, demostrando parcialidad. En mérito a la
imputación, por Resolución de 23 de diciembre de igual año, se dispuso su detención preventiva.
Finaliza afirmando que la cesación a la detención preventiva es viable, por contar con “arraigo
natural plenamente demostrado y demostrable”, cuya valoración de pruebas corresponderá
únicamente a la Jueza de Instrucción Mixta de Cabezas; empero, el accionar negligente del
Fiscal y las peticiones injustificadas y dilatorias de la denunciante, han tornado la detención en
ilegal.
El accionante estima lesionado su derecho a la libertad, citando al efecto los arts. 22 y 23.I de la
CPE.
I.1.3. Petitorio
Con esos antecedentes solicita se declare “procedente” la acción con costas, y la aplicación de
medidas sustitutivas a la detención preventiva a su favor.
El abogado del accionante hizo referencia al retiro de la demanda de acción de libertad cursante
a fs. 330, señalando que fue interpuesta por los anteriores patrocinantes de su defendido;
solicitando la inmediata remisión del cuaderno procesal al Juzgado de Instrucción en lo Penal de
Camiri, a efecto de evitar actos de nulidad, considerando que al día siguiente se celebraría la
audiencia de consideración de la cesación a la detención preventiva.
El Fiscal demandado, Freddy Durán Montero, pese a su legal citación (fs. 392), no asistió a la
audiencia ni presentó informe escrito.
Zulema Javier López, Jueza de Instrucción Mixta de Cabezas, no fue citada con la acción de
libertad, según la distancia de 150 km entre el Juzgado y el domicilio de la autoridad demandada
y que el accionante no demostró interés para efectuar la citación. En consecuencia, la autoridad
judicial demandada no asistió a la audiencia ni presentó informe escrito.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Por memorial de 27 de diciembre de 2011, Jorge Gemy Sánchez, solicitó la cesación a la
detención preventiva. La autoridad judicial, por decreto de 28 del mismo mes y año, señaló
audiencia de consideración para el 19 de enero de 2012 (fs. 237 a 238).
II.2. A fs. 286 y vta. de obrados, cursa acta de audiencia de consideración de la solicitud de
cesación a la detención preventiva, en la cual, la autoridad judicial, ante la inasistencia del
representante del Ministerio Público, suspendió el acto, señalando nueva audiencia para el 24 de
enero de 2012.
II.3. A fs. 328 de obrados, cursa auto de admisión de la acción de libertad, por el cual, el Juez de
garantías fijó audiencia para el 15 de febrero de 2012.
II.4. Cursa formulario de notificación, por el cual se “notificó” a la autoridad demandada (Fiscal
de Materia de Camiri) con el señalamiento de audiencia de consideración de la acción de
libertad (fs. 329).
II.5. Amparado en el art. 24 de la CPE, a través del memorial que cursa a fs. 330, el accionante,
posterior a la citación al representante del Ministerio Público y antes de la realización de la
audiencia, solicitó el retiro de la demanda, formuló desistimiento y pidió el archivo de la acción
de libertad.
III.1. Sobre las citaciones con la demanda de acción de libertad a los demandados
El art. 125 de la CPE, establece que la acción de libertad tiene por objeto tutelar los derechos a
la vida, a la libertad física y de locomoción, en los casos en que aquélla se encuentre en peligro y
cuando ésta sea objeto de persecución ilegal, indebido procesamiento o de privación en
cualquiera de sus formas, pudiendo toda persona que considere encontrarse en tales situaciones,
acudir ante el juez o tribunal competente en materia penal y solicitar se guarde tutela a su vida,
cese la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a
la libertad.
dentro de las veinticuatro horas. Con dicha determinación, la autoridad o persona demanda
deberá ser citada personalmente o mediante cédula, no pudiendo suspenderse la audiencia bajo
ninguna circunstancia, debiendo continuar hasta su conclusión con la emisión de la sentencia.
Nótese que la normativa vigente, respecto a la citación con la acción de libertad, no reconoce
otra modalidad que no sea la personal o mediante cédula.
La citación debe entenderse como el acto procesal, mediante el cual se emplaza al demandado
para contestar a la demanda; constituye una formalidad de suma importancia para otorgar la
plena validez del proceso y es además, una garantía esencial del principio de contradicción, al
considerarse que, por un lado, la parte queda a derecho y por el otro, cumple con la función
comunicacional de poner en conocimiento al demandado sobre la iniciación de una acción en su
contra y del contenido íntegro de la misma. La citación es entonces, la expresión esencial de la
garantía del derecho a la defensa y elemento básico del debido proceso, puesto que ante su
incumplimiento, de acuerdo a las formas establecidas en la Constitución Política del Estado, se
pondría al demandado en absoluto estado de indefensión, cuando en su art. 115.II, reconoce
expresamente que el Estado garantiza el derecho a la defensa y en la primera parte del art.
119.II, consagra la inviolabilidad de este derecho. Bajo ese criterio, el anterior Tribunal
Constitucional de Bolivia, a través de la SC 1156/2010-R de 27 de agosto, ha emitido el
siguiente entendimiento: “Dentro de ese contexto, surge a su vez como un presupuesto para la
operativización del derecho a la defensa dentro de cualquier proceso, que la persona contra la
que se dirija una demanda sea debida y legalmente informada de su existencia, pues de
desconocerla no podrá desvirtuar los extremos contenidos en ella, objetivo que se consigue
precisamente a través del instituto procesal de la citación. Este entendimiento ya se ha
plasmado en la jurisprudencia de este Tribunal, que de manera específica abordó este aspecto
en materia de hábeas corpus, determinando que la falta de citación a los demandados conlleva
la indefensión de éstos; y en consecuencia, corresponde anular obrados hasta el estado en que
puedan tomar conocimiento de la existencia de una acción tutelar formulada en su contra…”;
de cuyo entendimiento se concluye que, ante el incumplimiento de efectuar la citación en la
forma como establece la Constitución Política del Estado y la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, es inminente la conculcación al derecho a la defensa, caso en que corresponde
anular obrados hasta reponer el acto ilegal cuestionado.
(…) del precepto referido, se entiende que la citación es inexcusable y debe realizarse
indefectiblemente por el juzgador o tribunal que le corresponda conocer y resolver la acción
tutelar planteada, pues al ser un trámite sumarísimo y oral, la citación y asistencia de la parte
recurrida es vital para asumir criterio y resolver la tutela, salvo los casos en que la parte
recurrida renuncia a su derecho a asumir defensa, pues en éstos el juzgador deberá resolver en
base a las pruebas que aporte la parte recurrente, pero bajo ningún motivo se puede instalar
audiencia, celebrarla y resolver cuando la parte recurrida desconoce la presentación de la
acción tutelar en su contra.
(…) en la especie, no se ha cumplido con lo dispuesto por el artículo anterior, por cuanto dos de
los co-recurridos no fueron citados legalmente con el recurso y el auto de admisión como lo
ordenó el propio Tribunal del recurso, es más, existe un reconocimiento expreso de dicha
omisión por parte del oficial de diligencias de la Sala Penal Tercera de la Corte Superior que
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fue puesta en conocimiento del Tribunal del recurso en audiencia, empero dicho Tribunal, en
lugar de resguardar el derecho a la defensa que implica el citado mandato fundamental,
prosiguió el trámite del recurso hasta dictar resolución resolviendo el recurso en el fondo,
cuando no podía hacerlo, pues los recurridos, no tuvieron oportunidad de desvirtuar la
denuncia del recurrente, ya que al haberse omitido su notificación se les impidió conocer la
demanda en su contra, situación que no puede ser tolerada y menos en un recurso como el
planteado”. La esencia en lo atinente a la citación con la acción de libertad no difiere; es decir,
la Constitución Política del Estado, al establecer la forma de citación en su forma personal o
mediante cédula, hace plenamente aplicable la jurisprudencia citada en líneas precedentes,
puesto que existe similitud en la Norma Fundamental vigente con la Constitución abrogada
respecto a la tramitación de esta acción.
Respecto a las citaciones con la acción o demanda de esta naturaleza, no es suficiente la simple
comunicación por cualquier otro medio, razón por la cual, el constituyente ha establecido
únicamente dos formas de citación como es personal o por cédula, cuya razón radica en que la
autoridad o persona demandada debe tomar conocimiento íntegro de la acción que se dirige
contra ella, a fin que tenga la oportunidad de informar o asumir su defensa en la medida de los
términos de la demanda; es decir, para desvirtuar con precisión las alegaciones de la acción en
su misma medida; por lo tanto, no son válidas las comunicaciones a la autoridad demandada que
no sean conforme o acorde con lo estipulado en la Norma Fundamental, debiendo las
autoridades conocedoras de la acción, sea juez o tribunal de garantías, velar por el estricto
cumplimiento en cuanto a las citaciones, sujetándose estrictamente a lo establecido en la
normativa vigente.
En el presente caso, ante la ausencia de una citación conforme establece la Constitución y la ley,
es necesario anular obrados hasta que se efectúe la misma a la Jueza de Instrucción Mixta de
Cabezas, sea personal o mediante cédula, puesto que no puede desconocerse el derecho a la
defensa que le asiste a la prenombrada autoridad como a cualquier otro ciudadano.
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Acción de libertad
Expediente: 00057-2012-01-AL
Departamento: Pando
Por memorial presentado el 9 de enero de 2012, cursante de fs. 1 a 3 vta., la accionante expone
los siguientes fundamentos de hecho y derecho:
Sus representados fueron “objeto de transgresión” por parte del Ministerio Público, al estar
aprehendidos e indebidamente detenidos desde el 5 de enero de 2012. Así también, la
imputación formal contra Ricky Beyuma Rojas, fue notificada a la abogada defensora (hoy
accionante) el 9 del mismo mes y año a horas 10:30, situación que vulnera los derechos a la
libertad y al debido proceso, incumpliendo el Ministerio Público lo establecido en los arts. 97 y
226 del Código de Procedimiento Penal (CPP).
Aclara que a denuncia de sustracción de objetos, que luego fueron recuperados, sus
representados fueron privados de libertad, sin tramitar el mandamiento de aprehensión como
corresponde y, desde el 5 de enero de 2012, se mantuvo a los adolescentes “en qué calidad, no se
sabe” (sic), incumpliendo las disposiciones del Código del Niño, Niña y Adolescente y las
garantías de la Norma Fundamental, al estar aprehendidos más de cuarenta y ocho horas en
forma arbitraria.
I.1.3. Petitorio
La accionante por sus representados, no hace una petición precisa respecto a la tutela
demandada.
Efectuada la audiencia pública el 12 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 14
a 16, se produjeron los siguientes actuados:
En uso de la réplica, refirió que el Código del Niño, Niña y Adolescente no contempla el arresto,
tampoco establece: “dar en custodia a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia”.
A su turno, el representado JJ, manifestó que fueron privados de libertad a las 12:00 del medio
día, circunstancia en que los efectivos policiales les apuntaron con armas, forzándoles a subir a
la patrulla para luego obligarles a que les llevaran al lugar donde se encontraban las “cosas”; una
vez que entregaron los objetos los llevaron a dependencias de la Fuerza Especial de Lucha
Contra el Crimen (FELCC).
Delmy Guzmán Roda, Fiscal de Materia, invocando el principio de unidad del Ministerio
Público, manifestó: a) Los padres de los representados deberían concurrir a la audiencia, al no
haber perdido la autoridad paterna sobre ellos; b) A denuncia de la comisión del delito de robo,
hecho de connotación social, se efectuó la investigación contra los representados de la
accionante, cuyo resultado derivó en su arresto, con la aclaración de que en ningún momento
fueron aprehendidos, sólo arrestados, en estricta observancia del art. 4 del CNNA, presumiendo
en todo momento su minoridad, brindando todas las garantías, pues las actuaciones se realizaron
en presencia de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, incluso se creía que Ricky Beyuma
Rojas era menor de edad, constatándose luego que tenía diecisiete años; y, c) En ningún
momento fueron internados en celdas comunes, sino entregados a la Defensoría de la Niñez y
Adolescencia, pese a que los adolescentes son reincidentes, empero no es permisible registrar
sus antecedentes, al ser el Servicio Departamental de Gestión Social (SEDEGES) la única
institución que podía internarlos.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.2. A fs. 57 cursa acta de entrega de menores, por el que se acredita que Ricky Beyuma Rojas,
FF y JJ, fueron remitidos a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia a horas 00:00 del 6 de
enero de 2012.
II.4. De fs. 70 a 71, cursa imputación formal contra JJ y FF por el presunto delito de robo,
presentada al Juez de la Niñez y Adolescencia el 7 de enero a horas 12:00, conforme consta en el
cargo de presentación.
II.5. De fs. 72 a 73 vta., consta la imputación formal contra Ricky Beyuma Rojas y otros, por el
presunto delito de robo, puesto en conocimiento del Juez de Instrucción en lo Penal de turno, el
7 de enero de 2012, conforme consta en el cargo de presentación cursante a fs. 72.
II.6. A fs. 149 y vta., cursa acta de audiencia de medidas cautelares de 9 de enero de 2012, de
los infractores JJ y FF, en el Juzgado de la Niñez y la Adolescencia, en la cual el Juez
demandado dispone su detención preventiva.
La Constitución Política del Estado, incorpora en su texto la acción de libertad como una
garantía jurisdiccional de orden procesal, en resguardo y protección de los derechos a la vida, la
libertad física y de locomoción, instituto que en el derecho comparado es conocido como
“hábeas corpus”, cuyas bases están establecidas en los diferentes instrumentos normativos de
orden internacional como la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre,
Declaración Universal de Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, otros cuerpos normativos que conforman el bloque de constitucionalidad, conforme a
lo establecido por el art. 410 de la CPE. Como garantía jurisdiccional constituye un mecanismo
de defensa constitucional extraordinario que se caracteriza por ser preventivo, correctivo y
reparador de los derechos enunciados, cuando los mismos son afectados por detenciones,
persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores
públicos o de personas particulares. Así, el art. 125 de la CPE, establece: “Toda persona que
considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente
procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de
manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante
cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y, solicitará que se guarde tutela a su
De persistir la lesión, no obstante haberse agotado las vías ordinarias, recién se activa la
jurisdicción constitucional a través de la acción de libertad. No obstante lo expresado, en los
casos cuya investigación involucre a menores infractores, la subsidiariedad excepcional de la
acción de libertad no es aplicable. En ese sentido, la SC 0018/2011-R de 7 de febrero,
recogiendo el entendimiento asumido por la SC 0818/2006-R de 21 de agosto, estableció: “…la
subsidiariedad con carácter excepcional del recurso de hábeas corpus, instituida en la SC
0160/2005-R, de 23 de febrero, cuando existen medios de defensa eficaces y oportunos para
resguardar el derecho a la libertad supuestamente lesionado, a los cuales el afectado deberá
acudir en forma previa y solamente agotados tales medios de defensa y ante la persistencia de
la lesión, se podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocando la tutela que brinda el
hábeas corpus, no es aplicable a los supuestos en los que menores de 16 años, considerados
menores infractores, se vean involucrados en la presunta comisión de delitos, por cuanto en
correspondencia con el régimen especial de protección y atención que el Estado y la sociedad
deben garantizar a todo niño, niña y adolescente, éstos se hallan bajo la protección y
regulación de las disposiciones del Código Niño, Niña y Adolescencia, cuyas normas son de
orden público y de aplicación preferente; que a diferencia de las normas previstas por el
Código de Procedimiento Penal, no existe un medio de impugnación expedito e inmediato
contra las resoluciones que restrinjan la libertad del menor detenido…”. Línea jurisprudencial
plenamente aplicable al caso en análisis, por cuanto la investigación efectuada por los órganos
encargados de la persecución penal involucra a adolescentes, cuya protección y tratamiento
están normados por el citado cuerpo normativo.
Aunque no resulte ser un tema de estudio inherente a la problemática planteada; empero, con la
finalidad de tener mayor ilustración en el análisis del caso, es oportuno establecer los
lineamientos referentes al arresto y aprehensión dentro del ordenamiento jurídico procesal penal.
En ese marco, es de advertir que la norma adjetiva penal, dentro del acápite de las medidas
cautelares contempla ambos institutos (arresto y aprehensión), cuyas características comunes
consisten en una medida cautelar momentánea de privación de libertad en el desarrollo de la
investigación, ante la comisión de hechos ilícitos; sin embargo, ambas figuras procesales
difieren entre sí y tienen sus propias características y finalidades, que se desarrollan a
continuación:
El arresto, es una medida cautelar extrajudicial de carácter personal, consistente en la privación
de libertad del investigado por un tiempo breve y con un propósito específico, aplicable por el
fiscal o funcionarios policiales, conforme establece la aludida norma penal adjetiva. Así, el art.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1008
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
225 del CPP, señala: “Cuando en el primer momento de la investigación sea imposible
individualizar a los autores, participes y testigos y se deba proceder con urgencia para no
perjudicar la investigación, el fiscal o la policía podrán disponer que los presentes no se alejen
del lugar, no se comuniquen entre si antes de informar, ni se modifique el estado de las cosas y
de los lugares y, de ser necesario ordenaran el arresto de todos por un plazo no mayor de ocho
horas”. De la norma citada, se colige que la característica esencial del arresto radica en que es
provisional, con una duración máxima de ocho horas, con una finalidad esencialmente
investigativa, en ese sentido tiene un estrecho vínculo con los presupuestos materiales de
activación para la adopción de esta medida, a cuyo propósito el Tribunal Constitucional en la SC
0326/2003-R de 19 de marzo, señaló: “… el 'arresto' al no ser una medida judicial, es una
atribución del fiscal o la policía, pero a fin de evitar decisiones arbitrarias o no justificadas, es
que el art. 225 CPP, ha establecido los presupuestos materiales para la adopción de esa medida
que son, por una parte, la imposibilidad de individualización de los autores, partícipes y
testigos y, por otra parte, el riesgo de que puedan perjudicar la investigación; además la
privación de la libertad como consecuencia de un arresto, debe quedar condicionada a un
tiempo corto no mayor de ocho horas, es decir, que el máximo es precisamente las 8 horas”.
La aprehensión por su parte, igual que el arresto, es también una medida cautelar extrajudicial de
carácter personal, que puede ser impuesta por el funcionario policial, fiscal e inclusive por
particulares, conforme establecen los arts. 226, 227 y 229 del CPP. Para la aprehensión, la
autoridad o persona particular debe tener cierto grado de certeza y seguridad de la participación
del encausado en el ilícito investigado; cuya finalidad es, por una parte, asegurar su presencia
mientras dure la investigación y, por otra, ser remitido dentro las veinte cuatro horas ante el Juez
de Instrucción en lo Penal, autoridad llamada por ley para pronunciarse sobre la legalidad o
ilegalidad de la aprehensión en caso de cuestionarse la misma, quien además determinará la
situación jurídica del aprehendido. Para la procedencia de la aprehensión deben concurrir
necesariamente requisitos formales y materiales, aspecto desarrollado la jurisprudencia
constitucional en la SC 0957/2004-R de 17 de junio.
Los fundamentos expuestos precedentemente, son propios del procedimiento ordinario y común
que norma el compilado procesal penal, mismo que es inaplicable en procesos cuya
investigación involucre a adolescentes infractores, cuyo trámite debe ser regido por el Código
del Niño, Niña y Adolescente.
El art. 231 de la citada norma, señala: “La libertad del adolescente y todos los derechos y
garantías que le son reconocidos por la Constitución Política del Estado, por ese Código y otros
instrumentos internacionales, sólo podrán ser restringidos con carácter excepcional, cuando sean
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1009
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Las medidas cautelares deberán ser dispuestas con carácter restrictivo, mediante resolución
judicial fundada y sólo durarán mientras subsista la necesidad de su aplicación, debiendo ser
ejecutadas de modo que perjudique lo menos posible a la persona y dignidad del adolescente”.
Por otra parte, el art. 234 del CNNA, establece: “El fiscal deberá tramitar ante el Juez de la
niñez y adolescencia la aprehensión del adolescente, al que se le imputa la comisión de un
delito cuando existan suficientes indicios de autoría o participación en un delito de acción
pública” (negrillas agregadas).
Respecto a la aprehensión policial, el art. 235 del CNNA, determina: “La Policía Nacional podrá
aprehender a un adolescente sólo en los siguientes casos:
Nótese que el Código del Niño, Niña y Adolescente, estatuye únicamente el instituto de la
aprehensión y no así el arresto, al ser este ultimo un mecanismo de investigación propio del
procedimiento común ordinario, regido por el Código de Procedimiento Penal, que no regula la
conducta de los menores y/o adolescentes infractores.
De la revisión de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen los siguientes extremos:
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1010
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Dicha autoridad ingresó al inmueble donde se encontraban los menores JJ y FF, quienes -de
acuerdo a la versión de JJ- fueron privados de su libertad desde horas 12:00 del día 5 de enero de
2012, versión no desvirtuada ni rebatida por la autoridad demandada en audiencia de
consideración de la acción de libertad, por lo que se asume la veracidad de las afirmaciones de la
parte accionante.
Respecto a las actas manuscritas de arresto, no obstante de no estar firmadas por la autoridad
Fiscal, es incuestionable que ésta presenció y consintió dicho actuado. En todo momento, la
aludida autoridad alega que no dispuso la aprehensión de los menores, de lo contrario, admite
haber consentido o dispuesto el arresto de los adolescentes representados; sin embargo, al
remitirnos a las normas del Código del Niño, Niña y Adolescente, es indudable la inexistencia
de base legal alguna para disponer el arresto de menores infractores involucrados en una
investigación; máxime, si el arresto es un mecanismo propio del Código de Procedimiento
Penal. La Fiscal, al constatar que en el desarrollo de la investigación se encontraban
involucrados adolescentes infractores e imputables, cuya presencia o privación de libertad sea
indispensable, tenía el deber ineludible de cumplir las normas del citado cuerpo normativo; es
decir, tramitar la aprehensión ante el Juez de la Niñez y Adolescencia, cosa que no hizo.
Presentada la imputación formal ante dicha autoridad contra JJ y FF, la accionante en audiencia
pública cuestionó y denunció el accionar del Ministerio Publico; sin embargo, el Juez
demandado con fundamentos que se desconocen, convalidó los actos tachados de ilegales,
cuando conforme a las atribuciones del Juez de la Niñez y Adolescencia, normadas por el art.
269 del CNNA, compelen a dicha autoridad judicial velar por la plena vigencia de los derechos
individuales, del niño, niña o adolescente; por lo que, en su condición de Juez contralor de
derechos y garantías de los menores, debió hacer un análisis exhaustivo de los antecedentes del
proceso, en la medida en que dicha investigación no comprometa derechos cuya titularidad
descansa en los niños, niñas y adolescentes y de advertir vulneración de derechos en las
actuaciones policiales y del Ministerio Público, en ejercicio de su rol principal de velar por la
plena vigencia de los derechos fundamentales de los menores, debió declarar la ineficacia de
cuantas actuaciones sean violatorias de los derechos inherentes a los adolescentes, en busca de
una pronta restitución de esos derechos.
Se establece igualmente con meridiana claridad, que la investigación efectuada por el Ministerio
Publico en el presente caso se encuentra bajo el control del Juez Segundo de Instrucción en lo
Penal, autoridad que se constituye en contralor de los derechos y garantías constitucionales. En
ese sentido, corresponde traer a colación, la línea jurisprudencial sentada en la SC 0080/2010-R
de 3 de mayo, donde se estableció que: “…la acción de libertad, no puede ser desnaturalizada
en su esencia y finalidad, debiendo evitarse que se convierta en un medio alternativo o paralelo
que provoque confrontación jurídica con la jurisdicción ordinaria; por ello, y sin que implique
una restricción a sus alcances, ni desconocimiento al principio de favorabilidad, sino para que
no pierda su esencia misma de ser un recurso heroico, se ha establecido que en los casos, que
en materia penal se impugnen actuaciones no judiciales -antes de la imputación formal- y
judiciales -posteriores a la imputación-, a través de la acción de libertad, hay aspectos que se
deben tener en cuenta, en los cuales de manera excepcional, no es posible ingresar al fondo de
la acción de libertad, a objeto de guardar el equilibrio y complementariedad entre ambas
jurisdicciones, en los siguientes supuestos:
Primer supuesto:
De la revisión de los antecedentes del cuaderno procesal se tiene que la acción de libertad fue
presentada al Tribunal de garantías el 9 de enero de 2012 a horas 18:15. En el curso de su
tramitación, el Auto de admisión fue dictado recién el 11 del mismo mes y año y sin argumento
legal alguno el Tribunal de garantías señaló audiencia para el 12 del señalado mes y año, a horas
10:00, cuando dicha audiencia debió tener lugar dentro de las veinticuatro horas de interpuesta la
acción.
Efectuada la audiencia en la fecha señalada, la Resolución del Tribunal de garantías fue remitida
a este Tribunal el 31 de enero de 2012; es decir, pasados diecinueve días de efectuada la
audiencia.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente: 00137-2012-01-AL
Departamento: Cochabamba
Por memorial presentado el 13 de enero de 2012, cursante de fs. 33 a 37, el accionante expone
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Dentro del proceso de divorcio que instauró contra María Cecilia Prada Rosas, la Jueza Primera
de Partido de Familia, a través de la Resolución de 16 de abril de 2009 -en su inc. b)- le
concedió la guarda de sus hijos AA y BB; fecha a partir de la cual, ejerció su cuidado
responsable y sin problema alguno, cumpliendo además la posterior Resolución de 28 de abril
de 2011, que modificó un anterior régimen de visitas de la demandada, estableciéndose que
recogería a los niños los sábados -a horas 9:00- del domicilio de Luis Orlando Camacho Siles,
debiendo devolverlos a dicha residencia a las 19:00 del mismo día, bajo términos de respeto
mutuo y “conminatoria de ley”.
El pasado 7 de enero de 2012, preocupado porque hasta las 19:45 horas de ese día sus hijos no
retornaban a su hogar, intentó comunicarse con María Cecilia Prada Rosas, quien atendió su
celular por única vez, luego de mucha insistencia, indicando que no le entregaría a los menores;
del mismo modo, uno de ellos contestó su teléfono móvil manifestando que su madre no quería
devolverlos a casa y que se encontrarían en “la Tadeo Ahenke” (sic), dirección a la que se
constituyó inmediatamente, sin encontrar a nadie. Debido a que tanto la nombrada como sus
hijos tenían apagados sus celulares, acudió a la Brigada de Protección a la Familia para formular
la denuncia respectiva, cuyos funcionarios constataron la imposibilidad de comunicarse con los
indicados, recurriendo a llamar a la madre de la denunciada quien dijo desconocer el tema y que
pese a no haber tenido contacto con su hija, sabía que se iría de viaje. Luego, constituidos en el
domicilio de la “Tadeo Ahenke”, constataron por una vecina que nadie vivía allí, registrándose
estas actuaciones en el formulario 1 de la Brigada y 3 de informe de acción directa policial. Al
permanecer inmutables estas circunstancias hasta el día siguiente, a través de una funcionaria
policial se comunicaron “al Paso” (sic) con el hermano de María Cecilia Prada Rosas, quien
indicó no saber nada y que la requerida no vivía allí hace tres meses.
Aclara que, si bien dentro del proceso de divorcio se declaró improbada la demanda y sin efecto
las medidas provisionales, esta Resolución no hace referencia a la guarda de sus hijos, que se
mantendría subsistente a su favor mientras no cobre ejecutoria; a más que fue objeto de
apelación, precisamente sobre la ratificación de lo decidido a través de la Resolución de “28 de
abril de 2011”. Así, corresponde tomar en cuenta además que AA y BB, forman junto a su padre
un entorno familiar con el que ya están emocionalmente acostumbrados y corre el riesgo de
privárseles, por cuanto tomó conocimiento que la hermana de María Cecilia Prada Rosas, intentó
obtener autorización de viaje para los menores en la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la
Terminal de Buses, estando latente la posibilidad que sean sacados del país hacia la República
del Brasil, donde la demandada tiene tíos y primos establecidos; razón por la que, solicita al
Tribunal de garantías se haga conocer de esta acción de defensa al asistente legal “ARIEL” (sic)
de la referida Defensoría, como también a su similar de la Comuna Molle, con la finalidad que
ambas instituciones a través de sus abogados informen respecto al paradero de los menores y
sobre la intención de procurar su viaje fuera del departamento de Cochabamba; asimismo, se
participe a la Jueza Segunda de Partido de Familia, para que brinde declaración respecto a las
acciones que asumió luego que se denunciara la desaparición de AA y BB, remitiendo el
expediente original a objeto de verificar los antecedentes expuestos.
I.1.3. Petitorio
Con esos antecedentes, solicita se restituya la libertad de los dos menores, sean conducidos ante
el Tribunal de garantías y que la Defensoría de la Niñez y Adolescencia elabore las evaluaciones
e investigaciones correspondientes.
Efectuada la audiencia pública de 14 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 51
a 54 vta., se produjeron los siguientes actuados:
y BB, se sustentó legalmente en los arts. 389 y 145 del Código de Familia (CF), por lo que toda
retención de los hijos de su defendido, más allá del tiempo establecido para el horario de visitas,
comprende una indebida privación del derecho a la libertad de los menores; b) No obstante que
Luis Orlando Camacho Siles puso a conocimiento la desaparición de sus hijos ante la Jueza de la
causa, esta autoridad no asumió las medidas necesarias para restituir a los menores a la guarda
de su padre, quienes llevan una semana de desaparecidos, obviándose con ello el mandato
constitucional contenido en el art. 60 de la CPE, que exhorta al Estado a velar por el interés
superior del niño y adolescente, además de la primacía para recibir socorro y protección bajo
cualquier circunstancia, accediendo a una justicia pronta y oportuna; aspectos que condicen con
los arts. 108 y 158 del Código del Niño, Niña y Adolescente (CNNA); y, c) La particular
demandada incurrió en la comisión del delito tipificado en el art. 246 del Código Penal (CP) y
en la figura prevista en el art. “392 del CP” (sic), por lo que corresponde al Tribunal de
garantías, remitir antecedentes al Ministerio Público, a objeto que se investigue lo denunciado.
En ejercicio de su derecho a la réplica, el abogado del accionante agregó que si bien a través de
la Sentencia “de 22 de diciembre de 2011”, se dejaron sin efecto las medidas provisionales
adoptadas en el proceso de divorcio, esta situación todavía no se consolidó al estar pendiente el
recurso de apelación interpuesto contra el fallo de primera instancia, manteniéndose subsistente
la guarda provisional otorgada a favor de su defendido.
María Cecilia Prada Rosas, no asistió a la audiencia de acción de libertad y tampoco prestó
informe escrito, a pesar de su citación cedularia practicada en su domicilio real, según cursa a fs.
41 vta. Sin embargo, luego de concluido el acto procesal y antes que se pronunciara Resolución,
se hizo presente su abogada patrocinante en el proceso de divorcio, quien manifestó que su
defendida no secuestró a los menores; más bien, puso a conocimiento de la Jueza Segunda de
Partido de Familia, un memorial en el que afirma la negativa de los niños para regresar junto a
su padre, mismo que se ordenó correr en traslado al ahora accionante, quien aún no fue
notificado con el decreto. Aclaró que la Sentencia de primera instancia dictada en el proceso de
divorcio, se pronunció dejando sin efecto las medidas provisionales dispuestas y por otro lado,
se nombró tutora de los menores a su abuela materna, a consecuencia del comportamiento de
ambos progenitores.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. A través de la Resolución de 16 de abril de 2009, cursante a fs. 7 vta., la Jueza Primera de
Partido de Familia, admitió la demanda de divorcio interpuesta por Luis Orlando Camacho Siles
contra María Cecilia Prada Rosas (fs. 5 a 7 vta.), determinando como medidas provisionales la
separación de cuerpos y concediendo la guarda de los menores AA y BB a favor del
demandante.
Régimen a cumplirse bajo conminatoria de ley y dentro del marco del respeto mutuo entre
padres, priorizando el interés superior de sus hijos, con la aclaración que cualquier impedimento
en su cumplimiento debe comunicarse con antelación, como también, el cambio de lo
establecido previo acuerdo y coordinación de ambos progenitores (fs. 9).
II.3. De fs. 18 a 21 vta., cursa la Sentencia 128/2011 de 22 de diciembre, por la que se declaró
improbada la demanda de divorcio (Conclusión II.1), manteniéndose el vínculo conyugal entre
Luis Orlando Camacho Siles y María Cecilia Prada Rosas, en consecuencia “sin efecto las
medidas provisionales adoptadas en el presente proceso. 2) en relación a la demanda incidental
de guarda de los menores, planteada por la demandada, habiéndose declarado improbada la
demanda principal y (…) sin efecto todas las medidas provisionales (…) siendo la situación de
los hijos parte accesoria al proceso de divorcio, resulta innecesario entrar a considerar en el
fondo, por lo que no se toma ninguna determinación” (sic).
II.5. De los formularios 1 -Denuncia- (fs. 12 a 13), 2 -Declaraciones- (fs. 14) y 3 -Informe de
Acción Directa- (fs. 15), todos de 7 de enero de 2012 y dentro del caso signado 0052/12, se
constata que el accionante acudió a dependencias de la Brigada de Protección a la Familia, a
objeto de poner a conocimiento de esta institución, la desaparición de sus hijos AA y BB,
conforme a los antecedentes que condicen con el memorial de interposición de la presente
acción de defensa.
II.6. Según certificación que cursa a fs. 16, el abogado de la Defensoría de la Niñez y
Adolescencia de la Comuna Molle, ratifica que el 9 de enero de 2012, Luis Orlando Camacho
Siles formuló denuncia contra María Cecilia Prada Rosas, por guarda indebida, tenencia ilegal y
utilización de menores en conflictos familiares, extendiéndose citación para la denunciada. Sin
embargo, apersonados en el domicilio ubicado en la av. Tadeo “Ahenke No.- 2465” (sic), se
constató -por información del inquilino- que la requerida ya no vivía allí (fs. 17); situación que
se reiteró en otra residencia de la demandada, en la zona de “Temporal”. Concluye la
certificación, en informar que la “señora Prada” junto a sus dos hijos, se encuentra con domicilio
desconocido.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1018
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.8. Ante este Tribunal, María Cecilia Prada Rosas, el 16 de marzo de 2012, presentó el
memorial que cursa de fs. 107 a 111 vta., apersonándose y pidiendo que se considere que los
menores AA y BB se rehúsan a volver con su padre, que el proceso de divorcio se encuentra en
casación y que hubiera una “sentencia” dictada por un “juez de la niñez y adolescencia” por la
que se hubiera conferido la guarda de sus hijos a favor de su abuela materna; por lo que solicitó
se deniegue la tutela impetrada por el accionante.
La acción de libertad constituye una acción de defensa, cuyo objetivo consiste en proteger el
derecho a la libertad personal física y de locomoción, ampliando su ámbito de tutela inclusive a
la vida, conforme se extrae del art. 125 de la CPE, que dispone: “Toda persona que considere
que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o
privada de libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o
escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal ante cualquier
juez o tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la
persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la
libertad”.
En derivación del artículo citado, se infiere el triple carácter tutelar de esta garantía
constitucional: preventivo, correctivo y reparador, reforzando su calidad de acción de defensa
oportuna y eficaz, que tiene por finalidad el resguardo y protección de los derechos a la vida y la
libertad -tanto física como de locomoción-. En ese marco, su carácter preventivo responde a
impedir una lesión ante la amenaza de una eventual vulneración del derecho a la vida y/o a la
libertad física o de locomoción; el carácter correctivo, tiene por objeto evitar se agraven las
condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o en cumplimiento
de una pena impuesta en su contra; finalmente, el carácter reparador, procura subsanar una
lesión ya consumada, es decir, opera ante la verificación de una detención ilegal o indebida,
debido a que no se observaron las formalidades legales.
En ese orden, la jurisprudencia constitucional precisó las condiciones en las que es viable
acceder a la tutela otorgada a través de esta garantía, bajo las circunstancias siguientes: “…a)
Cuando considere que su vida está en peligro; b) Que es ilegalmente perseguida; c) Que es
indebidamente procesada; y, d) o 'privada de libertad personal” (SSCC 0451/2010-R,
1243/2011-R, 1297/2011-R, 1740/2011-R, entre muchas otras). Supuestos que guardan
coherencia con el aludido precepto constitucional, respecto a la solicitud de restitución de la
libertad restringida, que supone -necesariamente- una limitación vigente de este derecho;
afirmación que se sujeta en la finalidad de este medio extraordinario de resguardo y protección
inmediata de la vida, de la libertad física y de locomoción, como también contra una efectiva
lesión de estos derechos a causa de una persecución ilegal o a consecuencia de un indebido
procesamiento o restricción de libertad.
III.2. El principio general de interés superior del niño o niña y el principio ético-moral de
suma qamaña
A través de la Ley 1152 de 14 de mayo de 1990, Bolivia ratificó la Convención Sobre los
Derechos del Niño, promulgada por la Organización de las Naciones Unidas en noviembre de
1989, instrumento jurídico internacional de radical importancia en lo que respecta a la
protección integral de los derechos de la niñez a la subsistencia, que implica un reconocimiento
de niveles de vida adecuados y acceso a los servicios básicos; al desarrollo, por el que los niños
deben desarrollarse de manera armoniosa, con respeto, afecto y dignidad, desenvolviéndose
en todos los ámbitos como la educación, el juego, actividades culturales, la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión; a la protección, que comprende la tutela contra las
formas de explotación y crueldad y la separación arbitraria de la familia; y, por último, el
derecho a la participación, que promueve la libertad de expresar opiniones y manifestarse
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1020
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
respecto a cuestiones que afectan su propia vida, lo que significa que ningún proceso pueda
desarrollarse sin escuchar la opinión del niño (Sandra de Kolle, Carlos Tiffer, Justicia Juvenil en
Bolivia).
A más de lo anterior, la Convención sobre los Derechos del Niño, asume varios principios a
observarse en la protección de los derechos de la niñez, entre ellos, el de interés superior (art. 3),
como eje transversal de todas las decisiones a adoptarse por instituciones públicas o privadas, en
sentido que sus derechos prevalecen sobre los demás, favoreciendo su desarrollo físico,
psicológico, moral y social; el de unidad familiar, por el que se reconoce a la familia como el
medio ideal para el desarrollo del niño y la niña, de donde surge la obligación del Estado de
prestar la asistencia a los padres para que éstos cumplan sus responsabilidades en la educación
integral del menor; y, el de autonomía progresiva en el ejercicio de todos sus derechos,
consiguiendo superar el criterio dominante referido a que los padres tienen poder sobre sus hijos
al carecer éstos de autonomía, para entender que los progenitores sólo tienen la función de
orientarlos y dirigirlos en forma apropiada para que ejerzan sus derechos, según indica el art. 5
de la referida Convención (en ese sentido, la SC 0735/2010-R de 26 de julio).
Con la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, los Estados parte iniciaron un
proceso de adecuación de su legislación a la luz de la doctrina de la protección integral de los
niños, considerándolos como sujetos plenos de derechos y dejando atrás la concepción de sujeto
pasivo de medidas de protección. En ese marco normativo internacional, la Constitución Política
del Estado vigente incluyó en su primera parte, Titulo II -relativo a los derechos fundamentales
y garantías-, Capítulo Quinto, Sección V, el reconocimiento específico de los derechos de la
niñez, adolescencia y juventud, cuyos arts. 58 y 60, respectivamente, identifican a los titulares
de su ejercicio, señalando que: "Se considera niña, niño o adolescente a toda persona menor de
edad. Las niñas, niños y adolescentes son titulares de los derechos reconocidos en la
Constitución, con los límites establecidos en ésta, y de los derechos específicos inherentes a su
proceso de desarrollo; a su identidad étnica, sociocultural, de género y generacional; y a la
satisfacción de sus necesidades, intereses y aspiraciones"; para consagrar posteriormente, el
principio de interés superior del derecho del menor, al disponer: "Es deber del Estado, la
sociedad y la familia garantizar la prioridad del interés superior de la niña, niño y adolescente,
que comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir protección y socorro en
cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios públicos y privados, y el
acceso a una administración de justicia pronta, oportuna y con asistencia de personal
especializado".
De ese modo, la Norma Fundamental recoge el criterio de protección integral de la niñez, que
asumió el Código Niño, Niña y Adolescente -Ley 2026 de 27 de octubre de 1999-, con la
ratificación de la ya referida Convención, considerando a los niños y adolescentes como titulares
de todos los derechos que pueden ser ejercidos directamente de acuerdo a su edad y desarrollo.
El Código aludido, a su vez, informa su contenido en el reconocimiento de los principios de no
discriminación (art. 3), de interés superior (arts. 6 y 7), de unidad familiar (art. 27 y ss.) y de
autonomía progresiva, entre otros.
Así es que el interés superior del niño cumple un papel regulador de la normativa de los
derechos del niño y se funda básicamente en la dignidad del ser humano, las características de
los niños y la necesidad de procurar su desarrollo integral. En ese orden, el artículo 2 de la
Declaración de los Derechos del Niño, reconoce que: “El niño gozará de una protección especial
y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios,
para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y
normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la
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consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño”; para luego
enfatizar este principio en el artículo posterior, indicando que “1. En todas las medidas
concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los
tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración
primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”.
“En el mismo sentido, conviene observar que para asegurar, en la mayor medida posible, la
prevalencia del interés superior del niño, el preámbulo de la Convención sobre los Derechos
del Niño establece que éste requiere 'cuidados especiales', y el artículo 19 de la Convención
Americana señala que debe recibir 'medidas especiales de protección'. En ambos casos, la
necesidad de adoptar esas medidas o cuidados proviene de la situación específica en la que se
encuentran los niños, tomando en cuenta su debilidad, inmadurez o inexperiencia” (Opinión
Consultiva OC-17/2001 de 28 de agosto, Corte Interamericana de Derechos Humanos).
En evidente concordancia con lo ya referido, desde la visión de los pueblos ancestrales indígena
originarios, irradia el paradigma comunitario de la cultura de la vida para “vivir bien”, que
plasma la práctica cotidiana del respeto, de la relación armónica y el equilibrio con todo lo que
existe, bajo el concepto que todo en la vida está interconectado, es interdependiente y está
interrelacionado. Así, el principio de suma qamaña (vivir bien), se constituye en un imperativo
categórico para toda la sociedad plurinacional, con mayor razón en los administradores de
justicia, servidoras y servidores públicos, cuyo discurrir debe desarrollarse conforme a los fines
y funciones del nuevo Estado, enunciados en el art. 9 de la CPE; en ese orden, la dimensión
espiritual, afectiva y social del "buen vivir", en el contexto indígena, está basado en el compartir
integral de todo lo que compone la vida.
Previamente, corresponde indicar que el art. 42 del CNNA, establece que el instituto de la
guarda: "…tiene por objeto el cuidado, protección, atención y asistencia integral a un niño, niña
o adolescente con carácter provisional y es otorgada mediante resolución judicial a uno de los
progenitores; en casos de divorcio y separación de las uniones conyugales libres y en otros casos
a terceras personas carentes de autoridad parental o tuición legal"; así, en el articulado posterior,
indica las clases de guarda, señalando:
"1. La Guarda en desvinculación familiar, sujeta a lo previsto por el Código de Familia y que es
conferida por el Juez de Familia; y,
2. La Guarda Legal que es conferida por el Juez de la Niñez y Adolescencia a la persona que no
tiene tuición legal sobre un niño, niña o adolescente y sujeta a lo dispuesto por este Código".
Es decir, la guarda es una institución destinada a cuidar, proteger, atender y asistir integralmente
al menor, regida por los principios de interés superior, de autonomía progresiva, de unidad
familiar y de respeto a las opiniones del niño; tiene carácter provisional y se otorga mediante
resolución judicial, pronunciada ya sea por el juez de familia o por el juez de la niñez y
adolescencia, dependiendo de la clase de guarda que se trate; de ello, se infiere que la resolución
que dispuso la guarda de los hijos puede ser modificada cuando el interés superior del niño así lo
requiera, entendiéndose que dicha revisión deberá ser realizada necesariamente por la autoridad
judicial pertinente, a través de los mecanismos que tanto el Código del Niño Niña y Adolescente
como el Código de Familia establecen, sin que pueda asumirse acciones de hecho invocando el
principio de interés superior del niño y la supuesta voluntad de los menores, pues estos aspectos
deben ser analizados por el juzgador para determinarla (SC 0165/2010-R de 17 de mayo).
Hecha esa aclaración y dados los antecedentes procesales de la problemática en análisis, cabe
reflexionar en que admitida la demanda de divorcio y concedida la guarda de los menores AA y
BB a favor de Luis Orlando Camacho Siles (Conclusión II.1), no obstante que a través de la
Sentencia 218/2011, se declaró improbada la demanda de divorcio y sin efecto las medidas
provisionales dispuestas, esta Resolución fue objeto de apelación por el accionante, por cuanto a
momento de suscitarse los hechos que denuncia a través de esta acción, la Resolución no cobró
ejecutoria y por lo tanto, al haberse concedido el indicado recurso en el efecto suspensivo, la
guarda y el consecuente régimen de visitas se mantenían subsistentes y, como corresponde, de
obligatorio cumplimiento por ambas partes intervinientes en el proceso de divorcio en cuestión.
De la relación anterior, resulta evidente la ilegalidad y las acciones de hecho cometidas por la
demandada, bajo el alegato de la supuesta voluntad de sus hijos, obviando el régimen de visitas
establecido en la Resolución de 28 de abril de 2011, que no fue modificado ni eximido de
cumplimiento, considerándose el recurso de apelación opuesto contra la Sentencia 128/2011 y su
consecuente concesión en el efecto suspensivo, que supone que este fallo no cobró ejecutoria.
Sin embargo, esta situación no configura una privación de la libertad de los menores como
tal, sino únicamente se traduce en el incumplimiento de una resolución judicial
pronunciada dentro de un proceso de desvinculación familiar, lo que impele a la autoridad
que conoce la causa ordenar su estricto acatamiento o bien, como es el caso, resolver con
celeridad las peticiones que formularon tanto el accionante como la demandada respecto a la
situación de sus hijos, a través de los memoriales de 9 de enero de 2011; es decir que, al no
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
configurar un acto lesivo del derecho a la libertad de los menores, se encuentra fuera de los
alcances de la tutela de esta garantía constitucional, cuyo detalle se expuso en el Fundamento
Jurídico III.1 que antecede.
Además de ello, no pueden soslayarse los memoriales presentados por ambas partes ante el
Tribunal de garantías, luego de dictarse la Resolución de 14 de enero de 2012, a través de los
cuales se denuncia, por un lado, el incumplimiento de la restitución de los menores -dispuesta en
la acción de libertad- y sobre la base de ello, el inicio de procesos penales contra María Cecilia
Prada Rosas; mientras que por otro, la demandada -reconociendo que aún tiene bajo su cuidado
a sus hijos- pide se considere que es voluntad de los menores el no volver con su padre,
enfatizando que por una “sentencia” dictada por el “juez de la niñez y adolescencia”, se
concedió la guarda a la abuela materna de AA y BB, alegando además que en el proceso de
divorcio se encuentra pendiente de resolver el recurso de casación que opuso el demandante
contra lo dispuesto por el Tribunal de alzada que confirmó la Sentencia 128/11; sin embargo, a
pesar que no consta en el expediente la referida Resolución, ni se precisa a la autoridad judicial
de la niñez y adolescencia aludida, -persistiendo la incertidumbre sobre la situación jurídica de
los menores-, es menester insistir que no es objeto de la acción de libertad el resolver
conflictos que corresponden atenderse en la jurisdicción ordinaria, al no ser la vía para
disponer la restitución de los niños a quien estuviera designado como su guardador, por
cuanto su sola retención por su progenitora no configura privación de libertad ni se
encuentra dentro de los alcances de tutela de esta garantía constitucional, siendo que esta
instancia no tiene competencia alguna para decidir a quién le corresponde la guarda, sino
que -como se dijo en párrafos introductorios a este Fundamento- será el juez de familia o
el juez de la niñez y adolescencia quien defina esta situación, puesto que -se reitera- no
constituye vulneración de los derechos a la libertad o a la vida de los menores, el solo hecho
que se encuentre en controversia su guarda y se hubiera incumplido un régimen de visitas.
Sin embargo, a este respecto cabe insistir que conforme se expuso en el párrafo final del
Fundamento Jurídico que antecede, el hecho que la demandada retuviera a sus hijos menores de
edad, configura una ilegalidad y no así la restricción de la libertad de los representados del
accionante, ni la vulneración de su derecho a la vida, quedando lo denunciado fuera de los
alcances de la tutela que brinda la acción de libertad, en razón a que se trata del incumplimiento
de una resolución judicial respecto al régimen de visitas vinculado a la guarda concedida a favor
del progenitor; es decir que, era la Jueza de la causa a quien compelía velar por el acatamiento
de lo dispuesto y en su caso, resolver -en virtud al principio de interés superior del niño- la
situación de ambos menores; o bien, -no obstante que no se tiene certeza-, por el “juez de la
niñez y adolescencia”, que ya habría dispuesto conceder la guarda de AA y BB a favor de su
abuela materna (Conclusión II.8); circunstancia última que colisionaría con lo decidido por el
Tribunal de garantías, que resolvió conceder parcialmente la tutela y disponer la restitución de
los menores a favor del accionante, razón por la que a este respecto, es menester enfatizar que
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
esta situación se supera por cuanto los hechos denunciados en esta acción están fuera del alcance
de su protección, pues no implican restricción de los derechos a la libertad y a la vida y, en ese
orden, corresponde denegarse la tutela.
No obstante lo anterior, cabe indicar que era de competencia exclusiva de la Jueza de Familia
definir la situación de los hijos, según refrenda el art. 43 del CNNA, al determinar que la guarda
en desvinculación familiar está sujeta a lo previsto por el Código de Familia y es conferida por
dicha autoridad; o bien, por el juez de la niñez y adolescencia en el proceso de guarda que se
hubiera promovido fuera del proceso de divorcio. Así, se infiere que la Jueza directora del
proceso debió encaminar y orientar a las partes, como disponer sin dilaciones el retorno de los
niños con el padre que tenía la guarda, mucho más si estaba en conflicto la modificación de esa
situación jurídica a consecuencia del accionar de la progenitora. En consecuencia, correspondía -
por esta autoridad- la restitución en su momento de los hijos al seno paterno, hecho que permite
concluir que hubo demora por parte de la Jueza, causando incertidumbre que afectó a los
menores.
Por lo expuesto, precisamente en ese sentido es que este Tribunal, en observancia del principio
del suma qamaña y de interés superior del niño, no puede ser ajeno a esta problemática que
involucra a menores de edad; por lo que, no obstante de no circunscribirse el contenido fáctico
de esta acción de libertad dentro del ámbito de su tutela, es preciso recalcar que el principio
ético moral de suma qamaña sobre el que se sustenta el Estado, no sólo rige sobre éste y
sus instituciones, sino sobre el accionar de cada uno de sus habitantes -incluidos como es el
caso, a los progenitores de los menores AA y BB-, respecto a quienes, en dicha calidad,
exhorta un comportamiento que vele por el desarrollo integral de sus hijos, priorice su
interés superior y procure un entorno armónico de convivencia; como también, por las
autoridades judiciales en conocimiento de procesos que involucren a menores de edad,
mismas que deben promover un actuar acucioso, diligente y oportuno, a través de
cuidados y medidas especiales, a efecto de prever eventuales transgresiones a los derechos
de la niñez.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00089-2012-01- AAC
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 02/12 SSA-III de 6 de febrero de 2012, cursante de fs. 571 a 574,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por José Luis Acebedo
Aliaga contra Roberto Iván Aguilar Gómez, Ministro de Educación; Daniel Santalla
Tórrez, Ministro del Trabajo, Empleo y Previsión Social; Armando Terrazas,
Viceministro de Educación Superior; Rigoberto de los Ríos, Autoridad Sumariante del
Ministerio de Educación y Nataly Rojas Mendoza, Profesional I de Recursos Humanos del
Ministerio de Educación.
Por memoriales presentados el 19 y 30 de enero de 2012, cursantes de fs. 301 a 317 y 364 a 367,
respectivamente, el accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
A raíz de una denuncia telefónica de “las autoridades sociales” y del Director de la Escuela
Superior de Maestros de Villa Aroma, efectuada el 26 de febrero de 2011 ante el Ministerio de
Educación, acusándole de haberse presentado supuestamente en estado de ebriedad a cumplir las
tareas asignadas como Supervisor de dicho Ministerio para la recepción de exámenes de ingreso
al nombrado establecimiento educativo de la comunidad de Huachaca, se constituyeron en el
lugar, el Viceministro de Educación Superior y la Profesional I de Recursos Humanos del
Ministerio de Educación, procediendo a tomar los exámenes en su lugar, instruyéndole que
retorne a la ciudad de La Paz y que el Director de la Escuela Superior acumule toda la
información escrita de los otros involucrados, en contravención de lo dispuesto por los arts. 16,
inc. d), 40.II, 42, 80 y 81 de la Ley de Procedimiento Administrativo (LPA), con relación al art.
32 del Decreto Supremo (DS) 27113 de 23 de julio de 2003, permitiendo que el proceso se lleve
a cabo sin las diligencias previas e imprescindibles por la naturaleza de los hechos denunciados,
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Agrega que la Resolución del recurso jerárquico se basa en la declaración de un solo testigo,
prueba aislada que no genera suficientes elementos de convicción para sostener su condena,
máxime si en el desarrollo del proceso no se estableció su presunto grado de intoxicación
alcohólica, prueba que además no valora la declaración de otros testigos prestadas el 18 de julio
de 2011, tampoco dicha Resolución se pronunció sobre la contravención del art. 61.II inc. g) del
Reglamento Interno de Personal del Ministerio de Educación 426/10, aunque confirmó en su
totalidad la Resolución del recurso de revocatoria, omitiendo en la fundamentación probatoria,
tomar en cuenta las pruebas de cargo aportadas para que en virtud a ellas tome en cuenta sus
antecedentes como causas atenuantes de responsabilidad, para que conforme al principio de
proporcionalidad se le imponga una sentencia más justa.
Por otra parte, se le impuso una sanción que no está prevista en el Reglamento Interno de
Personal, puesto que las contravenciones de los arts. 11 y 12 de la citada norma legal,
consideradas como infracciones graves, les corresponden la amonestación formal por el
inmediato superior, mediante memorando y de ninguna manera la destitución y si bien es cierto
que conforme al art. 61.II inc. a) es causal para el inicio de proceso administrativo el incurrir en
alguna de las prohibiciones establecidas en el art. 11 de éste Reglamento, conforme a Auto
inicial y final del sumario, nunca fue sometido a proceso sancionador con destitución por
contravenir dicho artículo.
Denuncia la vulneración de sus derechos, garantías del debido proceso, presunción de inocencia,
defensa, motivación de las resoluciones, tipicidad y legalidad, a la honra, reputación, propia
imagen, dignidad, estabilidad laboral y justa remuneración, citando al efecto los arts. 21, 22,
115, 116.I, 117.I y 119.II de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita que se conceda la tutela y se disponga: a) La nulidad de obrados hasta que las
autoridades comisionadas cumplan los actos de investigación preliminar, según las normas del
Procedimiento Administrativo y su Reglamento; b) La restitución inmediata a sus funciones en
el cargo de Encargado de Registro y Kardex del Ministerio de Educación; y, c) El pago de sus
honorarios profesionales desde el día de su destitución, efectuada el 25 de marzo de 2011 a la
fecha, así como de aguinaldo, bonos y otros beneficios que le corresponden, debiendo ser
calificado el pago de daños y perjuicios en ejecución de sentencia.
Celebrada la audiencia pública el 6 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 564
a 570, se produjeron los siguientes actuados:
Luis Alberto del Carpio Gonzales y José Albaro Eguino Medina, en representación del
Ministerio de Educación, a través del informe escrito cursante de fs. 538 a 543 vta. y la
Especialista en Registro y Control de ésta institución, por informe de fs. 562 vta., señalaron que:
i) El Ministerio de Educación aprobó la convocatoria 01/2011 mediante Resolución Ministerial
016/2011 de 17 de enero, dirigida a postulantes a las Escuelas Superiores de Formación de
Maestras y Maestros del Estado Plurinacional de Bolivia, además del respectivo Reglamento,
estableciendo que el Viceministerio de Educación Superior de Formación Profesional, a través
de la Dirección General de Formación de Maestros ejecute su cumplimiento, designándose al
accionante, a la Escuela Superior de Formación de Maestros de Villa Aroma para que reciba la
prueba el 26 de febrero de 2011; ii) Como emergencia de las reiteradas denuncias efectuadas por
el Director de la referida Escuela Superior de Formación, al Ministerio de Educación, en sentido
de estar el accionante en estado de ebriedad, se determinó que el Viceministro de Educación
Superior lleve a cabo el evento de evaluación, motivando esa conducta a que la Profesional I de
Recursos Humanos, emita el informe 0150/2011 de 28 de febrero, detallando los hechos
acaecidos ese día, concluyendo que dichos actos constituyen contravención flagrante de los incs.
b), t) y u) del art. 10 del Reglamento Interno de Personal del Ministerio de Educación 426/10 de
22 de julio, además de considerarse como una infracción grave que afecta a la imagen
institucional, por lo que la Dirección General de Asuntos Jurídicos remitió antecedentes a la
autoridad sumariante para que inicie el proceso en el marco del DS 23318-A, de 3 de noviembre
del 1992, en base a lo cual, al encontrarse indicios de responsabilidad se dictó el Auto Inicial de
Sumario Administrativo Interno 003/2011 de 3 de marzo contra el accionante, disponiendo que
se presente para prestar su declaración informativa acompañado de su abogado defensor,
abriendo el término probatorio de diez días hábiles, el que una vez concluido, se dictó el Auto de
clausura de término probatorio y luego se emitió la RA 003/2011, concluyendo que existe
responsabilidad administrativa contra el accionante y por tanto se lo sancionó con la destitución;
resolución que fue apelada y confirmada mediante Resolución 001/2011 de 12 de abril; iii) El
accionante interpuso recurso jerárquico el 20 de abril de 2011 impugnando la Resolución del
recurso de apelación; mismo que fue remitido a la ex Superintendencia del Servicio Civil actual
Dirección General del Servicio Civil, tomando en cuenta la calidad de funcionario público de
carrera; y, iv) El proceso sumario administrativo fue seguido cumpliendo todas las normas
previstas en el DS 23318-A, recibiéndose todas las pruebas dentro del período probatorio que
generaron suficientes elementos de convicción respecto de la conducta del procesado, en base a
la cual se dictó la resolución sancionándolo con destitución en el ejercicio de sus funciones.
Por su parte los representantes del Ministro y del Viceministro de Trabajo y Previsión Social,
luego de detallar los antecedentes del proceso administrativo seguido contra el accionante,
agregaron que: a) En mérito a las disposiciones contenidas en los DDSS 29894 de 7 de febrero
de 2009 y 0071 de 9 de abril del mismo año, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión
Social, a través del Viceministerio de Empleo, Servicio Civil y Cooperativas, asumió las
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. A través del Informe 0150/2011, la Profesional I de Recursos Humanos del Ministerio de
Educación, hizo conocer que el funcionario designado como Supervisor de ese Ministerio, para
la recepción de exámenes de ingreso a la Escuela de Formación de Maestros Villa Aroma, ahora
accionante, el día del examen se encontraba en estado de ebriedad y por tanto no se encontraba
en condiciones de cumplir con esa actividad encomendada, por lo que al haberse constatado ese
hecho que contraviene el art. 10 incs. b), t) y u) del Reglamento Interno de Personal del
Ministerio de Educación 426/10 de y al tratarse de una conducta que afecta la imagen
institucional, de acuerdo a lo previsto en el art. 61.II, inc. g) del citado Reglamento, sugiere la
remisión de antecedentes a la Dirección General de Asuntos Jurídicos para el análisis
correspondiente, y en su caso, el inicio de un proceso disciplinario (fs. 6 a 8).
II.2. Mediante Auto Inicial del Sumario Administrativo Interno 003/2011, el sumariante del
Ministerio de Educación, dispuso la instauración de un proceso sumario administrativo interno
contra el ahora accionante, por el presunto incumplimiento y vulneración de los arts. 10 inc. b),
t) y u), 11 inc. n) y 61.II del Reglamento Interno citado, ordenando su notificación a efectos de
prestar su declaración informativa, abriendo el término de prueba de diez días a partir de su legal
notificación para la recepción de pruebas (fs. 20 a 22).
II.5. Por memorial presentado el 20 de abril de 2011, el accionante interpuso recurso jerárquico
contra la Resolución 01/2011, alegando que dentro del proceso administrativo interno que se
siguió en su contra no fueron valoradas las declaraciones prestadas en su oportunidad por los
choferes que se encontraban en el lugar, radicándose dicho recurso en el Viceministerio de
Empleo, Servicio Civil y Cooperativas, mediante decreto de 31 de mayo de 2011 y por
Resolución 019/2011 de misma fecha, admitiéndose el mencionado recurso jerárquico, fijando
un término de prueba de seis días hábiles común a las partes, computables desde la última
notificación (fs. 135 a 138).
II.6. Producida la prueba literal y testifical ofrecida por el accionante, a través de la Resolución
Ministerial 474/11 de 22 de julio de 2011, el Ministro de Trabajo, Empleo y Previsión Social,
determinó confirmar la Resolución del recurso de revocatoria 01/2011 y en consecuencia la
destitución dispuesta en la RA 003/2011 (fs. 156 a 217).
El accionante considera vulnerados sus derechos, principios y garantías del debido proceso,
presunción de inocencia, defensa, motivación de las resoluciones, tipicidad y legalidad, a la
honra, reputación, propia imagen, dignidad, estabilidad laboral y justa remuneración, por cuanto
a raíz de una denuncia telefónica en sentido de haberse presentado en estado de ebriedad para
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La jurisprudencia constitucional estableció como regla general que: “la facultad de valoración
de la prueba corresponde privativamente a los órganos jurisdiccionales ordinarios o a las
instancias ante las que se tramitaron esos procesos, no siendo pertinente que el Tribunal
Constitucional Plurinacional se pronuncie sobre cuestiones que son de exclusiva competencia
de dichas instancias y menos aún atribuirse la facultad de revisar la valoración de la prueba
efectuada por las autoridades judiciales o administrativas competentes, toda vez que el recurso
de amparo constitucional tiene como única finalidad el restablecer los derechos fundamentales
que fueron conculcados por autoridades o particulares” (SC 1461/2003-R de 6 de octubre). Sin
embargo, existen supuestos en que la jurisdicción constitucional puede revisar la valoración de
la prueba por las autoridades jurisdiccionales ordinarias o administrativas, conforme estableció
la SC 0285/2010-R de 7 de junio, al señalar que: “…el Tribunal Constitucional precautelando
los derechos y garantías constitucionales de los ciudadanos, en cumplimiento de una de las
finalidades por las que ha sido creado este órgano, como es el respeto y vigencia de los
derechos y garantías fundamentales de las personas, ha establecido los únicos supuestos para
que la jurisdicción constitucional ingrese a revisar la valoración realizada por dichas
autoridades: 1) Cuando en dicha valoración exista apartamiento de los marcos legales de
razonabilidad y equidad previsibles para decidir y 2) Cuando se haya omitido arbitrariamente
valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías
constitucionales, es decir en el primer supuesto cuando en la labor valorativa se apartan del
procedimiento establecido valorando arbitraria e irrazonablemente y en el segundo, que
actuando arbitrariamente no se haya procedido a la valoración de la prueba, por cuya omisión
se vulneren derechos y garantías fundamentales”.
En ese orden de razonamiento para que este Tribunal pueda cumplir con esta tarea, es
necesario que la parte procesal, que se considera agraviada con los resultados de la valoración
efectuada dentro de un proceso judicial o administrativo, invocando la lesión a sus derechos
fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa en los fundamentos jurídicos que
sustenten su posición (recurso de amparo), lo siguiente:
Por una parte, qué pruebas (señalando concretamente) fueron valoradas apartándose de los
marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o, cuáles no fueron
recibidas, o habiéndolo sido, no fueron producidas o compulsadas; para ello, será preciso, que
la prueba no admitida o no practicada, se haya solicitado en la forma y momento legalmente
establecidos, solicitud, que en todo caso, no faculta para exigir la admisión de todas las
pruebas que puedan proponer las partes en el proceso, sino que atribuye únicamente el derecho
a la recepción y práctica de aquellas que sean pertinentes, correspondiendo a los órganos
judiciales ordinarios, el examen sobre la legalidad y pertinencia de las pruebas solicitadas,
debiendo motivar razonablemente la denegación de las pruebas propuestas. Por supuesto, una
vez admitidas y practicadas las pruebas propuestas declaradas pertinentes, a los órganos
judiciales, les compete también su valoración conforme a las reglas de la lógica y de la sana
crítica, según lo alegado y probado.
En el caso motivo de análisis, el accionante manifiesta que como emergencia de una denuncia
telefónica, en sentido de haberse presentado en estado de ebriedad para supervisar la recepción
de exámenes de ingreso de maestros a la Escuela Superior de Villa Aroma, se le instauró un
proceso disciplinario interno, sin que existan suficientes indicios de responsabilidad
administrativa, atribuyéndole la contravención de los arts. 10 incs. b), t) y u) y 61.II inc. g) del
Reglamento Interno de Personal, que concluyó con la RA 003/2011, disponiendo su destitución
del cargo que desempeñaba y no obstante que impugnó dicha determinación mediante recurso de
apelación y jerárquico, tanto la autoridad sumariante como el Ministro de Trabajo, Empleo y
Previsión Social, ratificaron y confirmaron en su totalidad la Resolución impugnada, sin tomar
en cuenta ninguna de las pruebas de descargo aportadas; basándose en simples informes y
valorando la declaración de un solo testigo.
POR TANTO
Por memorial presentado el 30 de enero de 2012, cursante de fs. 76 a 79, el accionante expone
los siguientes fundamentos:
Frente a tales circunstancia, solicitó audiencia al Juez de la causa, quien le pidió un poder
distinto para cada proceso ejecutivo indicando específicamente el nombre de la persona a ser
demandada y tras considerar que quien demanda es una persona jurídica que para efectos de su
representación otorga un poder único a su Gerente que es elegido por cinco años, le señaló que
presente un memorial exponiendo esos hechos.
El 22 de agosto de 2011, presentó memorial señalando lo expresado en forma verbal con el Juez;
no obstante, por decreto de 23 de agosto de 2011, la autoridad judicial mencionada ordenó
cumplir en el plazo de cinco días con los decretos de 10 y 19 del mismo mes y año, bajo
apercibimiento de tenerse por no presentada la demanda; habiendo sido notificado con la
mencionada providencia mediante cédula en el tablero del Juzgado el 13 de septiembre de 2011,
y no así en su domicilio procesal señalado en su primer memorial, puesto que toda disposición
que determina una conminatoria debe ser notificada personalmente o por cédula en el domicilio
señalado.
Por Auto de 29 de septiembre de 2011, se declaró por no presentada la demanda, por lo que -
añade- interpuso “la nulidad de obrados hasta la notificación por cédula” (sic), incidente que fue
rechazado por Auto de 31 de octubre del mismo año, así como dispuesto, por Auto de 16 de
noviembre del mismo año, “no ha lugar” al recurso de reposición del rechazo del incidente,
imponiéndole además una multa de Bs100.- (cien bolivianos).
El accionante alega la vulneración de sus derechos al debido proceso y el de acceso a la justicia, sin citar
la norma que los contiene.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 1 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 88
y vta., con la presencia de la parte accionante; ausente el Juez demandado y el representante del
Ministerio Público, pese a su legal citación.
No obstante su legal citación conforme consta a fs. 87 vta., por orden instruida, el demandado no
presentó informe ni se apersonó a la audiencia programada.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Efectuada la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.4. El 23 de agosto de 2011, el Juez demandado dispone que el impetrante cumpla en el plazo
de cinco días con lo dispuesto por decretos de 10 y 19 del mismo mes y año, bajo
apercibimiento de tenerse por no presentada la demanda (fs. 51), decreto con el que Valentín
Gutiérrez Quispe fue notificado el 13 de septiembre de ese año (fs. 52).
II.5. Por Auto de 29 de septiembre de 2011, el Juez Agrario de Cochabamba, previo informe del
Secretario del Juzgado de Ivirgarzama, declaró por no presentada la demanda (fs. 54).
II.7. Por Auto de 31 de octubre de 2011, el Juez Agrario de Cochabamba, dispuso “no ha lugar a
la nulidad de la diligencia de fecha 13 de septiembre de 2011”. Interpuesto recurso de reposición
contra la providencia de rechazo (fs. 56 y vta.), el Juez, por Auto de 16 de noviembre del citado
año, declara “no ha lugar a la reposición del Auto de fecha 31 de octubre de 2011” (fs. 59 a 60).
El accionante alega que la autoridad demandada lesionó sus derechos al debido proceso y de
acceso a la justicia, puesto que la autoridad demandada además de no admitir las acciones
ejecutivas que planteó a nombre de la AFPAC, por Auto de 29 de septiembre de 2011,
determinó que se tiene por no presentada la demanda, determinación con la que fue notificado
en el tablero del Juzgado y pese a que pidió nulidad de dicha diligencia puesto que debía
notificársele personalmente o por cédula en su domicilio señalado, su petición de nulidad fue
rechazada, así como la reposición planteada. Por consiguiente, corresponde dilucidar en
revisión, si los hechos denunciados son evidentes y si constituyen actos ilegales que vulneraron
los derechos y garantías constitucionales.
La Constitución Política del Estado, en la Sección II, del Capítulo Segundo (Acciones de
Defensa) del Título IV (Garantías Jurisdiccionales y Acciones de Defensa) de la Primera Parte
(Bases fundamentales del Estado - derechos, deberes y garantías) ha instituido la acción de
amparo constitucional. En ese marco, el art. 128 establece: “La Acción de Amparo
Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores
públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”. A su vez el art. 129.I de la CPE,
resalta que: “La Acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea
afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados”.
La Constitución Política del Estado, como norma suprema del ordenamiento Jurídico, señala que
Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, y
define como uno de los fines esenciales del Estado, el garantizar el cumplimiento de los
principios, valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados por ella. La voluntad del
constituyente en este sentido, hizo que la Norma Fundamental configure la protección de los
derechos fundamentales y garantías constitucionales de las personas y de las naciones y pueblos
indígenas originario campesinos como uno de los ejes más importantes del Estado.
Para hacer efectivos estos derechos y no queden los mismos como simples enunciados, se ha
instituido la acción de amparo constitucional (antes instituida como “recurso de amparo
constitucional”), así como, por otra parte, el Tribunal Constitucional Plurinacional, como el
órgano llamado a precautelar el respeto y vigencia de los derechos y garantías constitucionales.
Igualmente, es necesario señalar que la Constitución Política del Estado, además de establecer
que ella goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa, de acuerdo con lo
previsto por el art. 410.II de la CPE, determina que el bloque de constitucionalidad está
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Con relación al debido proceso, la Constitución Política del Estado en el Capítulo Primero de las
Garantías Jurisdiccionales, del Título IV de la Primera Parte, en el art. 115.II señala que: “El
Estado garantizará el derecho al debido proceso…” así como en el art. 117.I prevé que: “ninguna
persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido
proceso...”.
En el mismo sentido, la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José
de Costa Rica, de 22 de noviembre de 1969, ratificada por Bolivia mediante Ley 1430 de 11 de
febrero de 1993, en su art. 8, sobre las garantías judiciales indica entre otros puntos, el que: “1.
Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la
ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter …”.
Del mismo modo, el art. 14.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, señala
que: “Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá
derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de
carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones de
carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios
por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática,
o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente
necesaria en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad
pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o
contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo
contrario, o en las acusaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores”.
Sin perjuicio del señalamiento de otras garantías mínimas que deben tenerse en cuenta en la
sustanciación de un proceso; lo transcrito, de un modo general, trata precisamente del derecho
de las personas a ser sometido a un proceso antes de ser sancionado, el mismo que debe
estar revestido de una serie de garantías jurisdiccionales, entre las cuales está la de ser
juzgado por un Juez competente, independiente e imparcial.
La documentación que informa los antecedentes del expediente, evidencian que el accionante a
nombre de la AFPAC., presentó demanda ejecutiva contra Gualberto Siancas Montaño, la
misma que, antes de ser admitida motivó a que el Juez Agrario de Cochabamba, en suplencia
legal del Juez de Ivirgarzama, requiera se acompañe el acta de nombramiento de Gerente de la
Asociación actualizado y acredite su personería con un poder especial y expreso; no obstante si
bien figura entre los antecedentes un memorial que dice cumplir lo dispuesto; sin embargo, el
decreto por el que se apercibe cumplir con lo específicamente extrañado, corresponde a otro
proceso ejecutivo (contra Eduardo Sánchez Villarroel). Si bien el accionante refiere en el
memorial de la acción de amparo constitucional que presentó cuatro demandas ejecutivas, la
documentación se limita a acompañar sólo algunos actuados del proceso contra Gualberto
Siancas Montaño y ya sea por equívoco o por otras circunstancias que no corresponde analizar,
además del decreto antes citado dentro del proceso ejecutivo contra Eduardo Sánchez Villarroel,
también presenta un memorial que es del proceso ejecutivo seguido contra Justino Reyes
Durano, lo cual evidencia que el accionante no acompaña los antecedentes correlativos ni
siquiera de un determinado proceso.
La Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en los numerales 3, 4 y 5 del art. 77, refiere
que la acción de amparo constitucional debe ser presentada por escrito y cumplir con los
requisitos de exponer con claridad los hechos, identificar los derechos o garantías que se
consideren vulnerados y acompañar la prueba en que se funda la acción; pues el Órgano
llamado a precautelar el respeto y vigencia de los derechos constitucionales para emitir un fallo
no sólo que debe conocer las afirmaciones o fundamentos que motivan la acción, si no que los
hechos en los que se basa ella deben estar respaldada por prueba que den la certeza sobre la
presunta vulneración de los derechos.
Tal entendimiento fue reflejado en la jurisprudencia constitucional que estableció: “... este
Tribunal ha establecido que la determinación del Tribunal de amparo debe obedecer a la
certidumbre sobre si en efecto se ha violado o amenazado un derecho fundamental y/o garantía
constitucional, por lo que es preciso que el recurrente o agraviado, por una parte, aporte los
elementos de prueba suficientes en los que se acredite y demuestre la existencia del acto y/u
omisión denunciado de ilegal, y por otra, ese agraviado también debe acreditar que en el
supuesto acto y/u omisión es responsable la autoridad o persona recurrida por haber tenido
intervención y decisión” (así las SSCC 0354/2002-R, 1110/2003-R, 0140/2004-R y 1651/2003-
R, entre otras).
Por lo que, este Tribunal no puede ingresar al análisis de fondo porque el accionante, lejos de
presentar la documentación en forma, de manera ordenada y correlativa con relación a las
afirmaciones que hace, por el contrario, pretendiendo o no burlarse de la justicia constitucional,
armó una especie de legajo de un proceso, reuniendo copias de distintos procesos, lo cual
resuelta irrazonable, más aún cuando éste tiene la obligación de probar los hechos que afirma y
documentar correctamente sus afirmaciones.
POR TANTO
Señala el accionante que es propietario del vehículo con placa 2750 NFY de la línea “E” del
Sindicato de Transportes “Perla del Acre” y que el 22 de febrero de 2012, “Enrique” Carmona
Enriquez (demandado), Secretario General de dicho Sindicato, puso de manera verbal la
suspensión de servicio del vehículo sin razón alguna.
Añade que mediante oficio de 23 del mismo mes y año, solicitó al demandado le haga conocer
los motivos de dicha suspensión; sin embrago, en lugar de obtener una respuesta, una vez más,
el citado Secretario General del Sindicato de Transportes, en forma verbal dispuso también la
suspensión del servicio de su otro vehículo de la línea de trufis del Grupo “Los intocables”,
quedando hasta la fecha sin poder trabajar.
El accionante alega la vulneración de sus derechos de petición y al trabajo, citando al efecto los
arts. 24 y 47.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
El abogado del accionante ratificó el contenido de la acción interpuesta señalando que la actitud
del demandado es contraria al Estatuto y que al haber presentado una nota el “22 de marzo” (sic)
de 2012 no se le dio ninguna respuesta, vulnerando así su derecho de petición.
Henry Carmona Enriquez, de acuerdo con el informe de fs. 17 y vta., leído en audiencia, señala
que el 23 de febrero 2012, mediante carta se le invitó a solucionar el problema suscitado por la
vía de conciliación y especialmente para recomendarle que no incurra en actos como aquél en el
que incurrió; es decir, haberse presentado a trabajar en estado de ebriedad con el vehículo 2750
NFY, para hacer el recorrido de la línea “C”. Por otra parte, aclara que pese a la advertencia del
Jefe de Grupo el día en el que se presentó en estado de ebriedad, el accionante salió a trabajar
tras insultar al referido, lo que fue informado al Directorio que tomó la decisión de llamarle
severamente la atención. El accionado -añade- fue convocado en más de una ocasión y como no
se presentó, se determinó que mientras no firme un compromiso no se le permitiría ingresar a la
línea respectiva.
La determinación fue tomada forzados por la responsabilidad que se tiene de prestar un servicio
a la sociedad; que la entidad cuenta con Estatuto y Reglamentos y el accionante sabe que
conforme a dichas normas debe guardar respeto a su compañeros. Tras el suceso del 18 de
marzo de 2012 descrito en el informe, se convocó a una asamblea tras una reunión
extraordinaria de los jefes de grupo y se invitó al accionante con la finalidad de reflexionarle;
además, inmediatamente que se le llamó la atención verbalmente hizo llegar una nota
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cuestionando la suspensión que en realidad no era tal sino que él tenía que concurrir a la reunión
convocada y asumir el compromiso que se tenía redactado, cambiando su conducta y cumplir
con el Reglamento.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
En ese marco, el art. 128 de la CPE, establece: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá
lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la Constitución y la ley”; a su vez el art. 129.I de la CPE, determina que: “La
Acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a
su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la
Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados”.
De la documentación que cursan en los antecedentes del expediente se tiene que el accionante
acudió ante el demandado, Secretario General del Sindicato “Perla del Acre”, a objeto de
solicitar que se le otorgue certificación sobre cual es el motivo de la suspensión de su vehículo y
si la causal de suspensión está prevista en el Estatuto o Reglamento, sin que el demandado
hubiera prestado certificación alguna y por el contrario, le habrían convocado a sostener una
reunión para que firme un compromiso -según expresa el demandado en el informe prestado-
evidenciándose que no hubo una respuesta formal como tampoco oportuna, más aún cuando de
lo que se trataba la petición estaba en torno a conocer las causas que le impedían prestar
servicios con su vehículo, en una de las líneas del Sindicato al que pertenece.
El art. 24 de la CPE, establece, que: “toda persona tiene el derecho a la petición de manera
individual o colectiva, sea oral o escrita, y a la obtención de respuesta formal y pronta”, y que,
“Para el ejercicio de este derecho no se exigirá más requisito que la identificación del
peticionario”; tal enunciado, coloca a la persona natural o jurídica, pública o privada, en la
obligación de responder de manera motivada al requerimiento o pretensión del peticionante,
positiva o negativamente, de modo que la misma pueda, en base a dicha respuesta, ejercer los
derechos subjetivos que crea le corresponde. Dicha respuesta, además, debe hacerse en un
tiempo oportuno o en aquél que establece la ley.
Por otra parte, y de acuerdo con lo manifestado por el demandado, efectivamente se suspendió el
servicio del vehículo de propiedad del accionante hasta que éste no suscriba un documento,
determinación que de hecho resultaría arbitraria en tanto y cuanto no existe evidencia que se
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hubiera tramitado proceso administrativo alguno para tomar esa determinación o que exista una
norma que respalde la toma de dicha determinación, pues en el caso de examen, además, no se
acompañó los instrumentos normativos que regulan estos extremos; sin embargo, lo evidente es
que hubo la suspensión del servicio, extremo admitido por el demandante y que en todo caso
corresponde disponer sean restituidos los derechos del accionante.
El art. 46.II de la CPE, determina que: “El Estado protegerá el ejercicio del trabajo en todas sus
formas” así como el art. 47, que “Toda persona tiene derecho a dedicarse al comercio, la industria
o a cualquier actividad económica lícita, en condiciones que no perjudiquen al bien colectivo”. Así
sea cual fuere la forma de organización, en este caso gremial, de asociación de propietarios de
vehículos de servicio público, nadie, por propia voluntad y sin ningún sustento legal o normativo,
puede tomar decisiones a su arbitrio e impedir el ejercicio del trabajo de una persona; por lo mismo
cuando el demandado dispone la suspensión sin sujetarse a una norma que respalde su
determinación, al suspender que otra deje de ejercer un derecho, en este caso a prestar servicio de
transporte público, está lesionando su derecho al trabajo.
Con relación a que el accionado hubiera dado origen a la suspensión por haberse presentado al
trabajo en estado de ebriedad e incluso así salido a prestar un servicio público, constituye un deber
de todo ciudadano y más de los responsables dar parte a las autoridades competentes y en lugar de
“solucionar internamente tales denuncias” perseguir las sanciones que el orden normativo impone.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de garantías, al haber concedido la tutela invocada,
obró correctamente.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
00357-2012-01-AL
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Departamento: La Paz
Dentro del proceso instaurado en su contra por la presunta comisión del delito de abuso
deshonesto previsto y sancionado en el art. 312 del Código Penal (CP), el 7 de noviembre de
2010, el entonces Fiscal de turno, presentó ante el Juez Quinto de Instrucción en lo Penal,
imputación formal en su contra, solicitando de manera por demás infundada, la aplicación de
medidas cautelares, sin tomar en cuenta aspectos tales como que su persona jamás fue notificada
con denuncia o querella alguna, menos aún que haya sido encontrado en flagrancia, tal cual
señala el art. 230 del Código de Procedimiento Penal (CPP), concordante con el art. 23.IV de la
Constitución Política del Estado (CPE), desconociendo lo previsto por el art. 227 de la norma
procesal penal antes señalada, siendo en consecuencia indebidamente detenido por “personas
civiles”, sin que exista mandamiento librado por autoridad competente y sin considerar su
condición de persona de la tercera edad, extremos que fueron “comandados” (sic) por la abogada
Elizabeth Viscarra, como si esta fuera miembro del Ministerio Público o funcionario policial,
vulnerando sus garantías constitucionales contenidas en la “norma mater” (sic).
Refiere que, una vez detenido, en reiteradas oportunidades solicitó audiencia para la
consideración de la cesación a su detención preventiva, mismas que fueron suspendidas por
diversas causas; así, el 4 de julio de 2011, el Juez de la causa, conminó al Ministerio Publico a
presentar acusación o en defecto, alguna salida alternativa, sin embargo, dicha conminatoria no
fue respondida ni tomada en cuenta por más de siete meses, ocasionando notoria retardación de
justicia. En conclusión, asevera que se encuentra privado de su libertad por más de un año y tres
meses, sin tener acusación o salida alternativa en su caso.
El accionante alega la lesión de “sus derechos constitucionales previstos en los arts. 115.I. II,
116.I y 117.I” (sic) de la CPE.
I.1.3. Petitorio
No expone un petitorio preciso y cabal; empero solicita, “señalar día y hora de Audiencia en la
que se fundamentará a detalle la acción interpuesta” (sic).
En audiencia pública celebrada a horas 16:00 del 2 de marzo de 2012, conforme consta en el
acta cursante a fs. 8, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituido en Tribunal
de garantías, pronunció la Resolución 26/2012 de 2 de marzo, cursante de fs. 9 a 11, por la que
concedió la tutela solicitada, disponiendo que dentro de las setenta y dos horas, la autoridad
demandada, verifique la audiencia pública de cesación a la detención preventiva del accionante,
advirtiendo que la admisión o el rechazo del pedido es exclusiva atribución de la misma; bajo
los siguientes argumentos de orden jurídico constitucional: 1) La autoridad demandada no sólo
está obligada a cumplir con el art. 54 del CPP, sino también, con el principio de celeridad
consagrado por los arts. 178 y 180 de la CPE, con relación al 3.7 de la Ley de Organización
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II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. Del informe emitido por el Juez Quinto de Instrucción en lo Penal, ahora demandado, se
estableció que: i) Isabelino Gómez Cervero, Fiscal de Materia, ahora demandado, dentro el
proceso penal iniciado a instancia del Ministerio Público contra Edgar Andrés Barriga Valda,
presentó imputación formal el 7 de noviembre de 2011, por la presunta comisión del delito de
abuso deshonesto y tentativa de violación, solicitando la detención preventiva del imputado;
disponiéndose, mediante Resolución 385/2010 de 7 de noviembre, la detención preventiva de
éste en el penal de San Pedro de La Paz; ii) Que, el 7 enero del mismo año, el imputado solicitó
audiencia de consideración de cesación a su detención preventiva, señalándose la misma para el
11 de febrero de ese año, suspendida a solicitud de los abogados del imputado; iii) El 14 de
octubre del referido año, el imputado volvió a pedir audiencia de cesación a su detención
preventiva, la que se dispuso para el 9 de noviembre del año arriba señalado, siendo nuevamente
suspendida en mérito a que, el Juez ahora demandado, se encontraría desarrollando un curso,
fijándose una nueva para el 16 de diciembre del mismo año, que también fue suspendida debido
a la falta de notificación de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia y a la inasistencia del
represente del Ministerio Público, disponiéndose esta vez, para el 29 de diciembre de 2011 a
horas 10:30, circunstancias en las que se remitió actuados al juzgado de turno por fin de año,
señalando que no cursa en el expediente el acta correspondiente; iv) Finalmente, concluyó
señalando que por memorial de 6 de enero de 2012, el imputado, reiteró señalamiento de
audiencia pública para la consideración de la cesación a su detención preventiva, siendo fijada la
misma para el 16 de enero de ese año, suspendida por la inasistencia del representante del
Ministerio Público y abogado del imputado (fs. 6 a 7).
El accionante alega que las autoridades demandadas vulneraron los derechos y garantías
contenidos en los arts. 115. I y II, 116.I y 117.I de la CPE, por cuanto dentro del proceso penal
tramitado en su contra por la presunta comisión del delito tipificado por el art. 312 del CP, se
encuentra detenido por más de un año y tres meses; en esta situación, solicitó en reiteradas
oportunidades, audiencia de consideración de cesación a su detención preventiva, mismas que
fueron suspendidas de manera injustificada.
Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario introducir el tema referido a la
naturaleza jurídica de la acción de libertad, puesto que de dicha esencia se podrá determinar la
viabilidad o no de la presente demanda, labor que será cumplida a continuación.
orden internacional como en la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre,
Declaración Universal de Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, disposiciones normativas que forman parte del bloque de constitucionalidad, de
conformidad a lo dispuesto por el art. 410 de la CPE. Se trata de un mecanismo de defensa
constitucional extraordinario de carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la
protección inmediata y efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de
locomoción en casos de detenciones, persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o
indebidos por parte de servidores públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando
esté en peligro.
En tal sentido, debe señalarse que la ingeniería dogmática de la acción de libertad está diseñada
sobre la base de dos pilares esenciales; el primero referente a su naturaleza procesal y el
segundo, compuesto por los presupuestos de activación. En cuanto al primer aspecto que
configura el contenido esencial de esta garantía, es decir, su naturaleza procesal, se establece que
se encuentra revestida o estructurada con una tramitación especial y sumarísima, reforzada por
sus características de inmediatez en la protección, informalismo, generalidad e inmediación;
procede contra cualquier servidor público o persona particular, es decir, no reconoce fueros ni
privilegios. Postulados que pueden ser inferidos de la norma constitucional antes referida.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el contenido esencial de esta garantía, se encuentra
configurado por sus presupuestos de activación, que al amparo del art. 125 de la CPE, se resumen
en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la libertad
física como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya procesamiento indebido;
y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida.
Teniendo presente que los supuestos fácticos descritos, planteados en la presente acción tutelar,
se refieren a la afectación del derecho a la libertad, corresponde a continuación abordar ese tema
en particular.
las leyes que regulen su ejercicio ni necesitan de reglamentación previa para su cumplimiento, -
debido a que no existe un precepto constitucional explícitamente- su fundamento contundente
hay que encontrarlo en el carácter normativo-axiológico de la propia Constitución.
III.3. La acción de libertad como medio de defensa idóneo ante la dilación indebida en
solicitudes de cesación a la detención preventiva
(…)
Bajo el entendimiento constitucional referido debemos partir señalando que, si bien no existe
una norma procesal legal que expresamente disponga un plazo máximo en el cual debe
realizarse la audiencia de cesación de detención preventiva; sin embargo, corresponde aplicar
los valores y principios constitucionales, previstos en el art. 8.II de la CPE, referido al valor
libertad complementado por el art.180.I de la misma norma constitucional, que establece que la
jurisdicción ordinaria se fundamenta en el principio procesal de celeridad, entre otros.
Bajo esa línea constitucional, debe entenderse que toda autoridad que conozca de una solicitud en
la que se encuentre involucrado el derecho a la libertad física, tiene el deber de tramitarla con la
mayor celeridad posible o dentro de los plazos razonables a la luz de los principios citados, pues
de no hacerlo podría provocar e incidir en una restricción indebida del referido derecho.
En este sentido, habrá lesión del derecho a la libertad física, cuando exista demora o dilación
indebida de una solicitud de tal naturaleza, vale decir, que si la solicitud es negada de acuerdo
a una compulsa conforme a ley no es ilegal siempre que esa negativa se la resuelva con la
celeridad que exige la solicitud” (SC 0161/2011-R de 21 de febrero).
Por otro lado, la SC 0579/2002 de 20 de mayo, citando las SSCC 0758/2000-R y 1070/2001-R,
entre otras, señaló: “…que el principio de celeridad procesal consagrado por el art. 116-X de la
Constitución Política del Estado, impone a quien administra justicia el deber jurídico de
despachar los asuntos sometidos a su conocimiento sin dilaciones indebidas; exigencia que se
hace más apremiante en aquellos casos vinculados a la libertad personal, toda vez que tales
peticiones deben ser atendidas de forma inmediata si no existe una norma que establezca un
plazo, y si existe, debe ser cumplido estrictamente.
Que esta línea jurisprudencial es aplicable al caso de autos por cuanto la autoridad judicial
recurrida ha suspendido sin motivo alguno las audiencias señaladas para tratar y resolver la
cesación de detención preventiva solicitada por los recurrentes hace seis meses atrás, aduciendo
entre otros motivos la ausencia de la autoridad fiscal, cuya concurrencia no es imprescindible
para estas actuaciones. Que el Juez recurrido al no haber tramitado en forma inmediata y
oportuna la referida cesación de detención preventiva de conformidad con los arts. 239 y 240 del
nuevo Código de Procedimiento Penal, es evidente que ha demorado el trámite de manera
inadmisible, atentando contra la normativa citada así como contra el art. 116-X de la Constitución
Política del Estado y el derecho a la libertad de los recurrentes…”.
“a) En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se
dispongan traslados previos e innecesarios no previstos por ley.
b)Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que
puede ser en un límite de tres o cinco días máximo, dependiendo de la particularidad de cada
caso, cuando por ejemplo existan varias partes imputadas o víctimas múltiples que tengan que
ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un determinado acto previo y esencial
-como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de turno, etc. Con la excepción
única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y la relevancia
del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición;
situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial competente a momento de señalar
la fecha de audiencia, teniendo en cuenta la razonabilidad.
En ese contexto, del contenido de las sentencias glosadas, queda establecido que la dilación
ante una solicitud de audiencia para la consideración de la cesación a la detención
preventiva, debe ser resuelta dentro el marco del principio de celeridad que exige la misma,
máxime si esta se encuentra vinculada directamente con el derecho de carácter primario
como es la libertad, que para su preservación requiere del Estado, la obligación de
viabilizar con la mayor efectividad su protección.
“En el marco procesal previsto por el Código de procedimiento penal, luego de la detención
preventiva impuesta como medida cautelar, se otorga la facultad al imputado de solicitar la
cesación de dicha medida con el requisito único de desvirtuar que: a) 'no concurren los motivos
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que la fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida', b) 'Cuando su
duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito que se juzga'; y c)
'Cuando su duración exceda de dieciocho meses sin que se haya dictado sentencia o de
veinticuatro meses sin que hubiera adquirido la calidad de cosa juzgada'.
En este sentido, queda establecido que en caso de la inasistencia del Fiscal a la audiencia fijada
para considerar la cesación de la detención preventiva, esta deberá ser desarrollada
indefectiblemente; pues, en observancia al principio de unidad que le caracteriza al Ministerio
Público, en ausencia del Fiscal asignado al caso, podrá concurrir otro en su representación,
situación por la cual el juzgador no podrá atribuir la suspensión de la audiencia por falta o
inasistencia del mismo.
El accionante, refiere que se encuentra privado de su libertad por más de un año y tres meses,
por lo que, pidió al Juez de la causa ahora demandado, audiencia para la consideración de la
cesación a su detención preventiva, actuado procesal que a consecuencia de múltiples
suspensiones no fue instalada, constatando tanto de lo expuesto en la presente acción, como del
informe de la autoridad jurisdiccional, que la misma se fue dilatando por un lapso de tiempo por
demás considerable; en ese sentido, tomando en cuenta que la primera solicitud se la efectuó el 7
enero de 2011, no se la considera atentatoria a los derechos del accionante, pues, la suspensión
de la misma es estrictamente atribuible a la parte imputada; es así que a partir de la solicitud de
14 de octubre de ese año, se señaló audiencia para la consideración de la cesación a su detención
preventiva para el 9 de noviembre del mismo año, suspendida en atención a que la autoridad
jurisdiccional se encontraría desarrollando un curso, por disposición de la Corte Superior
del Distrito Judicial de La Paz, circunstancias en las que dispuso el señalamiento de una nueva
para el 16 de diciembre del indicado año, que reiteradamente fue suspendida debido a la falta de
notificación de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia y la inasistencia del representante
del Ministerio Público; no obstante el tiempo transcurrido, dispuso otra para el 29 de diciembre
del citado año. Reiterando lo expuesto por la autoridad demandada, luego de haber remitido el
expediente al juzgado de turno, ante un nuevo pedido de 6 de enero de 2012, fijó audiencia para
el 16 del mismo mes y año, que también fue suspendida por inasistencia del representante del
Ministerio Público y abogado del imputado. Con los antecedentes expuestos, se debe considerar
que las suspensiones a la solicitud de audiencia para la consideración de la cesación a su
detención preventiva, a partir del 14 de octubre de 2011, no fueron atribuibles a la parte que las
solicitó, siendo estos actos, considerados como atentatorios al principio de celeridad como
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componente esencial del debido proceso; en ese contexto, el Juez Quinto de Instrucción en lo
Penal, a cargo del control jurisdiccional, fue postergando injustificada e indebidamente la
solicitud del imputado-ahora accionante-, por causas o motivos que no justifican la suspensión,
ya que al no señalar de manera inmediata y oportuna la audiencia para considerar la cesación de
su detención preventiva, atentó contra su derecho a la libertad; teniendo esta autoridad la
obligación de atender dicha pretensión con prontitud y con la mayor celeridad, resguardando un
derecho fundamental, tal cual lo expresa la amplia línea jurisprudencial desarrollada al respecto,
y más propiamente la citada en el Fundamento Jurídico III.3. de la presente Sentencia; por lo
que siendo evidente la dilación del trámite de manera inadmisible, vulnerando directamente el
derecho a la libertad del accionante, la autoridad jurisdiccional demandada, no procedió a la luz
de los principios reconocidos por la Constitución Política del Estado, siendo pertinente exhortar
que los jueces de instancia, al señalar una audiencia de cesación a la detención preventiva, deben
tomar las medidas oportunas a objeto de que estas no sean suspendidas sin causa justificada
alguna, y evitar perjuicios innecesarios a las partes y por ende al propio órgano jurisdiccional en
la labor de impartir justicia pronta y oportuna, correspondiendo en consecuencia, conceder la
tutela y aplicar la jurisprudencia citada en la presente Sentencia Constitucional.
Por otra parte, no obstante que el accionante denunció que el Juez de la causa, conminó al
representante del Ministerio Público a presentar acusación o en defecto alguna salida alternativa,
situación que no habría sido respondida ni mucho menos tomada en cuenta, ocasionando
retardación de justicia; argumentos que expuestos de esta manera, muestran que el caso no se
encuentra dentro de las previsiones y alcances de la acción de libertad, pues la protección que
brinda el art. 125 de la CPE, en cuanto al debido proceso se refiere, no abarca a todas las formas
en que el mismo puede ser infringido, sino únicamente en aquellos supuestos en los que está
directamente vinculado al derecho a la libertad, por operar como causa para su restricción o
supresión, quedando por tanto las demás, bajo la tutela que brinda el art. 128 de la CPE.
Finalmente, del informe prestado por la autoridad demandada, se constató que el ahora
accionante, se encontraría recluido en el recinto penitenciario de San Pedro de La Paz, por lo
que en estricta observancia del art. 68.5 de la LTCP, la Jueza, Juez o Tribunal de garantías deben
disponer que “…la o el privado de libertad sea conducido a su presencia sin observancia ni
excusa, tanto por la autoridad o persona denunciada como por los encargados de las cárceles o
lugares de detención”; sin embargo, en una errónea aplicación de la citada norma, el Tribunal de
garantías, mediante Resolución 26/2012, dispuso que “el Juzgado Quinto de Instrucción en lo
Penal de la ciudad de La Paz”, sea quien conduzca al privado de libertad a la audiencia, no
siendo pertinente, tal determinación.
Por los fundamentos expuestos, se concluye que el Tribunal de garantías al haber concedido la
acción de libertad, evaluó correctamente los datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00209-2012-01-AAC
Departamento: Cochabamba
En revisión el Auto 67/12 de 13 de febrero de 2012, cursante de fs. 115 a 117 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Johan Echevarría Céspedes en
representación por mandato de Oscar Guillermo Mattaz Vásquez quien ejerce la
representación legal de la Organización no Gubernamental (ONG) Comunidad de Desarrollo
Integral Sostenible (CODIS) contra Margot Flores Lizarazu, Jueza Primera de Partido del
Trabajo, Seguridad Social y Administrativa, Coactivo Fiscal y Tributaria; y, Carlos Bernal
Tupa, Cesar Suárez Saavedra y Rodrigo Erick Miranda Flores, Vocales de la Sala Social y
Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca.
Por memorial presentado el 26 de enero de 2012, cursante de fs. 15 a 19, el abogado apoderado por
la ONG accionante manifestó que dentro del proceso social seguido por Viviana Zeballos Saavedra
y otros, “la cosa juzgada dispuso” que la entidad demandada pague la suma total de Bs63 342,18.-
(sesenta y tres mil trescientos cuarenta y dos con 18/100 bolivianos), por concepto de beneficios
sociales debidos a todos los trabajadores demandantes; sin embargo, en ejecución de sentencia la
Jueza demandada dispuso se elabore nueva planilla de re cálculo de actualización de pago de
beneficios sociales en base a la variación de la Unidad de Fomento de Vivienda (UFV's) más el
pago de la multa del 30%, conforme lo dispuesto por el art. 9.II del Decreto Supremo (DS) 28699
de 1 de mayo de 2006, realizándose la misma cuyo cálculo irracional ascendería a la suma de
Bs107 152,05.- (ciento siete mil ciento cincuenta y dos con 05/100 bolivianos), error de cálculo
que contendría la planilla por haberse calculado el doble de multa por retraso.
Por lo indicado la ONG CODIS, observó dicha planilla advirtiendo a la Jueza el error, por haberse
calculado el doble de multa por retraso, pese a ello la autoridad judicial, por Auto de 11 de febrero
de 2011, aprobó el monto de la nueva planilla de re cálculo y actualización de beneficios sociales,
por lo que la entidad accionante interpuso recurso de apelación.
Los Vocales demandados, por Auto de Vista 276/2011 de 29 de agosto, confirmaron en todas sus
partes el Auto de 11 de febrero de 2011 y a consecuencia de ello la Jueza de primera instancia
mediante Auto de 1 de octubre de 2011, conminó a los representantes de la ONG CODIS, hacer el
pago de los beneficios sociales en la suma de Bs107 152,05.-, bajo conminatoria de librar
mandamiento de apremio.
El abogado apoderado por la ONG accionante, considera vulnerado el derecho al debido proceso,
citando al efecto los arts. 115.II y 117.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita conceder la acción planteada, disponiendo en Resolución dejar sin efecto el Auto de 11 de
febrero de 2011, el Auto de Vista 276/2011 de 29 de agosto y el Auto de conminatoria de pago de
1 de octubre de 2011 y se ordene a la Jueza de primera instancia instruya que por Secretaría de su
Juzgado, se elabore una nueva planilla atendiendo los fundamentos expuestos.
Celebrada la audiencia pública el 24 de febrero de 2012, ante la Sala Penal Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Chuquisaca, según consta en el acta cursante de fs. 112-BIS a 114, se
produjeron los siguientes actuados:
El abogado apoderado por la ONG accionante, se ratificó in extenso en los términos expuestos en
su memorial de interposición de la acción.
Margot Flores Lizarazu, Jueza Primera de Partido del Trabajo, Seguridad Social y Administrativa,
Coactivo Fiscal y Tributaria, informó que en el proceso social por pago de derechos y beneficios
sociales seguido contra la ONG CODIS, iniciado el 10 de agosto de 2006, tuvo como efecto la
Sentencia 040/2006 de 5 de octubre, Auto Definitivo de 12 de octubre de 2006, que calificó a favor
de los demandantes el pago de beneficios sociales en la suma de Bs64 302,18.- (sesenta y cuatro
mil trescientos dos con 18/100 bolivianos).
Carlos Bernal Tupa, Vocal de la Sala Social y Administrativa, refirió que luego de la revisión de la
planilla ya aprobada y que fue objeto de apelación, el Tribunal de alzada enmarcó su decisión
conforme al art. 9 del DS 28699. Además, el cálculo de la multa y la actualización, así como los
parámetros utilizados no hacen a la fundamentación no siendo un elemento del debido proceso.
Asimismo, la motivación exige una estructura de forma y fondo, que el Tribunal de apelación
cumplió en la Resolución que ahora se impugna; además, la parte accionante, no observó el monto
de la planilla ahora cuestionada.
Rodrigo Erick Miranda Flores, Vocal de la Sala Social y Administrativa, señaló que en mérito a la
reorganización de las Salas especializadas de ese Tribunal y no obstante al no intervenir en la Resolución
que propició la interposición de la presente acción, cumple con informar que esta acción de defensa no
constituye una instancia ordinaria más de revisión o de control de legalidad, como erradamente se
pretende al solicitar se proceda a realizar un nuevo cálculo respecto de los beneficios sociales.
Luis Domingo Saavedra Macías, Bruno Huarita Llanos y Viviana Zeballos, en su calidad de
terceros interesados, apersonándose alegaron que: a) Existe la debida motivación y
fundamentación de las Resoluciones impugnadas; b) El accionante no cumplió con la carga
argumentativa de vincular el hecho lesivo con los derechos vulnerados, no habiendo pedido la
excepción a la regla de la no interpretación de la legalidad ordinaria, solicitando se deniegue la
tutela con costas en su favor.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Apelada la Sentencia y Auto complementario por la entidad demandada -actualmente accionante-,
la Sala Social y Administrativa, mediante Auto de Vista 591/2006 de 9 de diciembre, confirmó
parcialmente la Sentencia apelada y Auto Definitivo 163 de 12 de octubre del mismo año (fs. 2 a 3 vta.).
II.2. Cursa Auto Supremo 516 de 6 de octubre de 2010, por el cual se declaró infundado el recurso
de casación interpuesto (fs. 4 a 5 vta.).
II.4. Por Auto de 11 de febrero de 2011, la Jueza demandada aprobó dicha planilla, aclarando que
se omitió sumar la multa del 30%, por lo que la suma total es Bs45 899,17.- (cuarenta y cinco mil
ochocientos noventa y nueve con 17/100 bolivianos) (fs. 8 y vta.).
II.6. Por Auto 276/2011 de 29 de agosto, los Vocales de la Sala Social y Administrativa, confirmaron
totalmente el Auto de 11 de febrero de 2011 (fs. 11 a 12).
II.7. Por Auto de 1 de octubre de 2011, se conminó a la institución demandada cumplir con la Sentencia
040/2006, Auto de Vista 591/2006, la planilla y aprobación de la misma que asciende a la suma de
Bs107 152, 05.- (ciento siete mil ciento cincuenta y dos con 05/100 bolivianos), bajo conminatoria de
proseguirse en ejecución de autos y emitirse mandamiento de apremio (fs. 14 vta.).
El abogado apoderado por la ONG accionante, considera vulnerado el derecho al debido proceso,
por cuanto las autoridades demandadas dictaron Resoluciones sin motivación alguna, aprobando y
confirmando la planilla de re cálculo de actualización de pago de beneficios sociales; pero,
calculando el doble de la multa con retraso. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si
tales extremos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de amparo constitucional es una acción tutelar de carácter extraordinario, cuya finalidad
es la protección de los derechos fundamentales de las personas, establecida en el art. 128 de la
CPE, procede: “…contra actos u omisiones ilegales o indebidas de los servidores públicos, o de
persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.
A su vez, el art. 129.I de la CPE, enfatiza que esta acción tutelar puede presentarse por la persona:
“…que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad
correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre
que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías
restringidos, suprimidos o amenazados”.
Pese a ello la acción de amparo constitucional se activa, previo cumplimiento por parte del
accionante de los requisitos de forma y de contenido, establecidos para la presentación de la
demanda en esta acción de defensa, ello para que el Tribunal Constitucional Plurinacional pueda
efectuar un pronunciamiento de fondo.
III.2. Legitimación pasiva de autoridades y servidores públicos que dejaron la titularidad del
cargo
derechos y aquélla contra quien se dirige la acción…”, en este sentido el sujeto con legitimación
pasiva en un amparo constitucional es de suma importancia, debe estar previamente identificado
por el accionante en el memorial de demanda, ya que se constituye en un requisito de forma en la
etapa de admisibilidad (art. 77.2 de la Ley del Tribunal constitucional Plurinacional [LTCP]), para
así activar la jurisdicción constitucional, “...sin que el señalamiento del sujeto pasivo de la tutela
resulte de la libre elección del actor...” (SC 0711/2005-R de 28 de junio).
Ahora bien, a consecuencia del resultado que pudiera devenir de esta acción tutelar, se podría
determinar la responsabilidad civil e inclusive penal de la autoridad demandada, que no podría
imponerse si ésta no tuvo la posibilidad de ejercer ampliamente su derecho a la defensa,
comenzando con el primer acto procesal de su notificación y cumplir así la finalidad de poner en su
conocimiento las pretensiones del accionante.
De lo anterior:
En el caso concreto, el accionante presentó la acción de amparo constitucional contra los Vocales
de la Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca,
autoridades judiciales que al momento de dictar la Resolución impugnada -Auto 276/2011 de 29 de
agosto-, desempeñaban esas funciones, particularmente contra el vocal César Suárez Saavedra y
que por el informe presentado por el vocal Rodrigo Erick Miranda Flores, se evidencia que en
mérito a una reorganización de las Salas especializadas de ese Tribunal y pese a no intervenir en el
fallo ahora cuestionado, ostenta la legitimación pasiva, conforme a la jurisprudencia desarrollada,
quien no asumirá las consecuencias que pudieran devenir en una responsabilidad constitucional,
porque en realidad lo que se busca a través de esta acción de amparo constitucional no es
determinar la responsabilidad sino la protección contra las lesiones y amenazas a los derechos
fundamentales y garantías constitucionales.
Ahora bien, si la regla señala que, cuando el funcionario o autoridad ya no ocupa el cargo en el que
se encontraba cuando ocasionó la lesión al derecho o garantía, el accionante debe dirigir su
demanda contra la persona que actualmente ostente el cargo. Excepcionalmente, al no ser conocido
por parte del accionante el cambio de autoridad, no le es imputable ese hecho, por lo que al dirigir
la acción de amparo constitucional únicamente contra la autoridad anterior, no incumplió con uno
de los requisitos exigidos para la activación de esta acción de defensa, teniendo legitimación pasiva
la autoridad que actualmente ostenta el cargo del cual devino el cuestionado acto ilegal u omisión
indebida.
En consecuencia, se tendrá por cumplido el requisito exigido en el art. 77.2 de la LTCP, que refiere
que la acción de amparo constitucional será presentada por escrito indicando el nombre y domicilio
de la parte demandada, ya que el demandante dirigió su acción contra la autoridad que firmó y
dictó el Auto que ahora es objeto de la presente acción de defensa y la nueva organización interna
realizada, respetando el principio de la seguridad jurídica que debe existir en la administración de
justicia, no tendría por qué perjudicar el derecho de acceso a la justicia que tiene el accionante.
su inobservancia en la etapa de admisión, así como en revisión ante este Tribunal, por cuanto, para
solicitar la protección de los derechos y garantías constitucionales a través de la presente acción
tutelar conforme estableció la SC 0365/2005-R de 13 de abril, con referencia a éstos,
estableció:“… del cumplimiento de los mismos depende que tanto el Tribunal de amparo como
este Tribunal, en revisión, puedan compulsar sobre la base de criterios objetivos, la legitimación
de las partes, así como la veracidad de los hechos reclamados y los derechos vulnerados, para en
definitiva otorgar o negar el amparo solicitado, a su vez tiende a garantizar también que con tales
precisiones puedan estar a derecho para asumir defensa en debida forma”; siendo que, ante el
cumplimiento de los mismos se activa la justicia constitucional a través de esta acción tutelar,
evitando de esta forma el inicio de un procedimiento constitucional que carezca de los elementos
de juicio básicos necesarios para decidir sobre la problemática jurídica planteada.
En el caso concreto, dentro del proceso social seguido contra la ONG accionante, por Auto de 1 de
octubre de 2011, se conminó a la institución demandada cumplir con la Sentencia 040/2006 de 5 de
El abogado apoderado por la ONG accionante a través de su acción de amparo constitucional alega
que las autoridades demandadas, primeramente la Jueza de primera instancia, al haber dispuesto se
elabore planilla de re cálculo de actualización de pago de beneficios sociales, en base a la variación
de las UFV's más el pago de la multa del 30% sobre el total de los beneficios sociales conforme
dispone el art. 9.II del DS 28699, razón por la cual se elaboró una nueva en base a la actualización
en UFV's y la multa por retraso, ascendiendo a la suma exorbitante de Bs107 152,05.- como monto
total por beneficios sociales a ser pagados por la entidad demandada en el proceso social seguido
en su contra, alegando que dicho cálculo sería irracional, con un manifiesto error de cálculo en la
planilla, habiéndose calculado en su criterio el doble de la multa por retraso, por lo que se observó
ésta, advirtiendo a la Jueza que aún así fue confirmada por los Vocales de la Sala Social y
Administrativa, que de esa forma cohonestaron el pago de lo indebido, violentando el debido
proceso en su vertiente motivación del fallo.
De un análisis del expediente, respecto al requisito de contenido referido a exponer con precisión
los hechos contenidos en el art. 77.3 de la LTCP se establece que el abogado apoderado de la
entidad accionante, en su demanda únicamente se limitó hacer una relación de los supuestos
hechos ilegales, indicando que las autoridades demandadas actuaron contrariamente a la norma
legal y que existía error matemático de la planilla de re cálculo (se efectúo el doble de la multa del
30%) y actualización de beneficios sociales; pero, a la vez hace referencia a un error en el método
o procedimiento del cálculo sosteniendo que sobre el monto determinado por la entonces Corte
Suprema de Justicia debió sacarse el 30% y luego la actualización de UFV's y no como lo hicieron;
es decir, primero las UFV's y luego la multa, aspecto que no implicaría un error matemático sino
de método pero a la vez alega una incorrecta interpretación del DS 28699, la misma fue aprobada
por la Jueza de primera instancia y confirmada por el Tribunal de alzada; pero, no explicó en que
consistía el error de cálculo, ni tampoco justificó cómo afectaría la supuesta multa doble, que es
una operación de carácter estrictamente matemática, a la debida fundamentación del fallo, tampoco
el supuesto error en el procedimiento de cálculo aplicado para obtener el monto total; también,
concluyen que la interpretación del Decreto Supremo debió ser en forma diferente a las autoridades
demandadas evidenciándose la poca claridad en la demanda de la acción de amparo constitucional.
Asimismo, respecto al requisito de precisar con claridad el petitorio en el marco del punto anterior,
dicha indeterminación en la exposición de motivos se traduce en el petitorio de la demanda de amparo
en razón a que el art. 77.3 y 6 de la LTCP, referentes a exponer los hechos y fijar con exactitud la tutela
que se pide para restablecer los derechos o garantías restringidos, suprimidos, amenazados o vulnerados;
se pide dejar sin efecto el Auto de 11 de febrero de 2011, Auto de Vista 276/2011 de 29 de agosto y
Auto de conminatoria de pago de 1 de octubre del mismo año y que se ordene a la Jueza de primera
instancia instruya que por Secretaría de su Juzgado se elabore una nueva planilla, no guarda relación con
el derecho acusado de vulnerado y por ende se pida se corrija el error y el procedimiento de cálculo o la
interpretación de la norma, incumpliendo así la exigencia de señalar con precisión la tutela que se solicita
en razón a que el Tribunal Constitucional Plurinacional no puede otorgar más de lo pedido. Por lo
manifestado previamente, debió haberse rechazado in limine la presente acción de defensa y no haberse
admitido la misma, activando innecesariamente la justicia constitucional.
Aplicando la línea jurisprudencial vigente, en el caso concreto ante la admisión de la presente acción
de amparo constitucional, por parte del Tribunal de garantías, pese a la inobservancia en el memorial
de demanda, de los requisitos de contenido, corresponde al Tribunal Constitucional Plurinacional en
revisión denegar la tutela solicitada, ante la imposibilidad de un análisis de fondo de la problemática
jurídica constitucional planteada, pudiendo la entidad accionante volver a interponer esta acción de
defensa, cumpliendo lo extrañado en la presente.
POR TANTO
1º APROBAR el auto 67/12 de 13 de febrero de 2012, cursante de fs. 115 a 117 vta., pronunciada
por la Sala Penal Primera, del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca; y en
consecuencia DENEGAR la tutela solicitada.
2º Llamar la atención al Tribunal de garantías, por no realizar un correcto análisis de los requisitos de
admisibilidad y no haber rechazado in limine la presente acción, por inobservancia de requisitos de
contenido, activando innecesariamente esta jurisdicción constitucional.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
En revisión la Resolución de 24 de febrero de 2012 cursante de fs. 177 a 180 vta., pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Edgar Hinojosa Bustillos en representación
con mandato de Laura Bustillos Montaño contra José Mario Gandarillas Angulo, Juez Cuarto
de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Cochabamba.
Por memorial presentado el 14 de febrero de 2012, a horas 8:24, cursante de fs. 163 a 168 vta.,
el accionante por su representada expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1062
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Se inició una demanda sumaria persiguiendo el cobro de Bs 22 202.- (veintidós mil, doscientos dos
bolivianos), contra Javier Orellana Goytia, adjuntando como base de la demanda un documento
privado transaccional de 11 de marzo de 2011, la Jueza Primera de Instrucción en lo Civil del
departamento de Cochabamba, señaló audiencia de conciliación, en la que se llegó a un acuerdo
voluntario entre partes; pronunciando el Auto de 17 de agosto de 2011, que a la letra dice: “Los
puntos conciliados por las partes, se aceptan los mismos, otorgándole a la presente acta de
conciliación el valor de una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada conforme a mandato de
Ley” (sic), firmando como signo de aceptación y en constancia de lo acordado, el demandante Edgar
Hinojosa Bustillos en representación sin mandato de Laura Bustillos Montaño, Javier Orellana Goytia
y la Jueza y Actuaria del Juzgado correspondiente.
En esa misma fecha después de celebrada la audiencia, la Jueza de la causa, dictó Resolución
disponiendo que la actuaría de su despacho se constituya en el domicilio de Laura Bustillos Montaño
(quien se encontraba postrada en cama debido al accidente de tránsito que ocasionó el demandado),
para que suscriba el acta de conciliación. Dicha determinación, fue cumplida el 25 de agosto de 2011.
Los representantes de Javier Orellana Goytia, interpusieron recurso de apelación mediante memorial
de 3 de octubre de 2011 contra el Auto Interlocutorio de 22 de septiembre de 2011, recurso que fue
resuelto por el Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial mediante Auto de Vista de 27 de enero
de 2012, revocando la Resolución recurrida y declarando probado el incidente de nulidad del acta de
conciliación.
El accionante por su representada señaló que, el Juez de Partido Cuarto en lo Civil y Comercial ahora
demandado, mediante Auto de Vista de 27 de enero de 2012, revocó ilegalmente el Auto
Interlocutorio de 22 de septiembre de 2011, en virtud de los arts. 59. II y 90 del Código de
Procedimiento Civil (CPC), vulnerando las garantías constitucionales del debido proceso y la tutela
judicial efectiva.
Asimismo, señaló que el Auto Interlocutorio anulado, tenía el valor de sentencia pasada en autoridad
de cosa juzgada conforme al mandato de ley, y el Juez demandado contravino lo dispuesto por los
arts. 514 y 517 del CPC. Señalando los principios de nulidad del proceso: de legalidad, de
convalidación, de finalidad; y, tampoco se respetó la autonomía de las partes para celebrar el acuerdo
conciliatorio.
Indica, que si existió alguna duda sobre el consentimiento de la afectada y víctima Laura Bustillos
Montaño, ésta fue subsanada por la Jueza Primero de Instrucción en lo Civil, al disponer que la
afectada suscriba el acta de conciliación, sin objeción de la parte demandada.
Finaliza indicando que se vulneraron las garantías constitucionales del debido proceso y la tutela
judicial efectiva, vinculadas a la seguridad jurídica.
I.1.3. Petitorio
Solicita la nulidad del Auto de Vista de 27 de enero de 2012, dictado por el Juez Cuarto de
Partido en lo Civil y Comercial, y se disponga que la autoridad demandada pronuncie nueva
resolución en forma inmediata.
La audiencia pública se realizó el 24 de febrero de 2012, a horas 9:00, según consta en el acta
cursante a fs. 176 y vta., produciéndose los siguientes actuados:
José Mario Gandarillas Angulo, Juez Cuarto de Partido en lo Civil y Comercial, presentó
informe cursante de fs. 174 a 175 vta., manifestando lo siguiente: a) Habiendo conocido su
autoridad el recurso de apelación contra el Auto Interlocutorio de 22 de septiembre de 2011,
pronunciado por la Jueza Primera de Instrucción en lo Civil, dictó el Auto de Vista el 27 de
enero de 2012 revocando el Auto de 22 de septiembre de 2011, declarando la nulidad del acta de
conciliación; y, b) Asimismo sostuvo que el Auto de Vista se circunscribió a los puntos
resueltos por la Jueza a-quo conforme el art. 236 del CPC, señalando que el hecho de que luego
del acta de conciliación se hubiera dictado el Auto definitivo en el que se aceptaron los puntos
conciliados y se otorgó al acta de conciliación el valor de sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada. Lesionándose lo dispuesto por el art. 59. II del CPC que indica: “Si el principal no se
hiciere presente hasta antes de la sentencia, se tendrá por inexistente lo actuado, condenándose al
representante al pago de costas y en su caso al de daños y perjuicios“, además se lesionó el art. 90
del mismo cuerpo legal que consagra el cumplimiento obligatorio de las normas procesales que
tiene carácter público. Solicitando se deniegue la acción impetrada.
El abogado de Javier Orellana Goytia señaló: 1) Que plantearon incidente de nulidad al acta de
audiencia de conciliación de 17 de agosto de 2011, por irregularidades cometidas en el proceso,
el mismo fue rechazado dando lugar a la apelación, tomando conocimiento el Juez Cuarto de
Partido en lo Civil y Comercial, quien revocó la Resolución apelada y declaró nulo el acta de
conciliación; y, 2) Advertimos que el accionante, tenía conocimiento de la representación sin
mandato, y al llegar al estado de conciliación que es una forma extraordinaria de conclusión del
proceso y la resolución que salga, tiene la calidad de sentencia con autoridad de cosa juzgada.
Consecuentemente, la aplicación de lo dispuesto por el art. 59.II del CPC, resulta imperativo
para su validez, solicitando se deniegue la tutela demandada declarando improcedente la
presente acción.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes, se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:
II.1. Por memorial de 6 de mayo de 2011, cursante de fs. 24 a 26, se inició la demanda sumaria
persiguiendo el cobro de la suma de Bs. 22. 202.-, seguida por Edgar Hinojosa Bustillos en
representación sin mandato de Laura Bustillos Montaño contra Javier Orellana Goytia, radicado en el
Juzgado Primero de Instrucción en lo Civil, adjuntando como base de la demanda un documento
privado transaccional de 11 de marzo del mismo año.
II.2. De fs. 66 a 67 vta., cursa acta de audiencia de conciliación de 17 de agosto de 2011, llegando a
acuerdos entre partes, la Jueza Primera de Instrucción en lo Civil, pronunció el Auto de 17 de agosto
de 2011, otorgando a la antes señalada el valor de sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.
Posteriormente, la Jueza dictó otro Auto el 17 del mismo mes y año cursante a fs. 68, disponiendo que
la actuaria del Juzgado se constituya en el domicilio de la afectada, Laura Bustillos Montaño, y
suscriba el correspondiente acta de conciliación, acto que no se realizó hasta el 25 de agosto de ese
año.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1065
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.3. De fs. 78 a 82, cursa memorial de 12 de septiembre de 2011, por el cual, Esperanza del Carmen
Sanjines Nogueira y Teresa León Chambi en representación de Javier Orellana Goytia, interponen
incidente de nulidad del acta de conciliación por la presunta infracción a normas procesales, dictando
la Jueza, el Auto de 22 de septiembre de 2011 cursante de fs.87 a 88, declarándola improbada.
II.4. De fs. 91 a 96 vta., cursa memorial de 3 de octubre de 2011, por el cual las representantes de
Javier Orellana Goytia, interponen recurso de apelación al Auto de 22 de septiembre de 2011.
II.5. De fs. 158 a 159, cursa Auto de Vista de 27 de enero de 2012, dictado por el Juez Cuarto de
Partido en lo Civil y Comercial, manifestando que la Jueza a quo realizó errónea interpretación de la
norma vigente, refiriéndose a los artículos 59.II y 90 del CPC, dictando se revoque el Auto de 22 de
septiembre de 2011, declarando probada la nulidad del acta de audiencia de conciliación, interpuesta
por las representantes de Javier Orellana Goytia.
El accionante sostiene que la autoridad judicial demandada, al dictar el Auto de Vista de 27 de enero
de 2012, vulneró los derechos y garantías constitucionales del debido proceso y a la tutela judicial
efectiva vinculados al principio de seguridad jurídica, por cuanto revocó y dispuso la nulidad del
acta de conciliación de 17 de agosto de 2011; ya que mediante Resolución de 22 de septiembre de
2011, la Jueza Primera de Instrucción en lo Civil declaró improcedente el incidente de nulidad del
acta de conciliación mencionada, a pesar de que la misma adquirió calidad de cosa juzgada. En
consecuencia, corresponde analizar en revisión, si tales argumentos son evidentes a fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.
La acción de amparo constitucional, ha sido instituida por la Constitución Política del Estado en
sus arts. 128 y ss., como una medida de defensa de los actos u omisiones ilegales o indebidos de
los servidores públicos, derechos que son reconocidos por la misma Ley Fundamental y que son
inherentes a todos los estantes y habitantes del Estado Plurinacional de Bolivia.
Cabe señalar que la Constitución Política del Estado en su Capítulo Segundo, acciones de
defensa, contempla la acción de amparo constitucional en su art. 128 que indica: “La Acción de
Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los
servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley” (sic), el art. 129
señala que: “La acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea
afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados” (sic).
El principio de legalidad es fundamental para el Derecho Público, pues mediante éste principio,
es que el ejercicio del poder público, se somete a la Constitución Política del Estado y a las
leyes. Solo un verdadero Estado de Derecho, es respetuoso de la Constitución y las leyes,
encontrando en ellas su límite. Ningún poder público, puede estar excluido del respeto y
sometimiento a la Norma Suprema y las leyes. Este principio, es cimiento de la seguridad
jurídica, por ello su importancia. Asimismo, su asidero constitucional se encuentra en el art. 410
de la CPE refrendando la supremacía constitucional como la cúspide del ordenamiento jurídico
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boliviano y la jerarquía normativa correspondiente, a la cual todos los Órganos o Poderes del
Estado deben someterse. En tal sentido, el principio de legalidad, es la aplicación objetiva de la
ley, propiamente dicha, a los casos en que deba aplicarse. Evitando así una libre interpretación o
aplicación caprichosa de la norma.
En tal caso, deberá valorarse si efectivamente, el Juez ahora demandado, actuó conforme el
principio de legalidad para determinar si se vulneró el derecho de la accionante.
Con carácter previo al análisis de fondo de la problemática planteada, es necesario reiterar que la
jurisprudencia constitucional, con referencia al alcance de la acción de amparo constitucional, en
similares casos en los que se exigía a la jurisdicción constitucional examinar la interpretación
realizada por la ordinaria -de normas jurídicas-, estableció que la labor interpretativa de las
normas legales ordinarias le corresponde a los jueces y tribunales ordinarios; sin embargo, se
estableció el canon de constitucionalidad en esa interpretación, manifestando la siguiente
doctrina jurisprudencial conforme la SC 1846/2004-R que señala "Si bien la interpretación de la
legalidad ordinaria debe ser labor de la jurisdicción común, corresponde a la justicia
constitucional verificar si en esa labor interpretativa no se han quebrantado los principios
constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, entre ellos, los de legalidad,
seguridad jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido proceso;
principios a los que se hallan vinculados todos los operadores jurídicos de la nación; dado que
compete a la jurisdicción constitucional otorgar la protección requerida, a través de las
acciones de tutela establecidas…”.
Esto significa, que los órganos de la jurisdicción ordinaria deben sujetar su tarea interpretativa a
las reglas admitidas por el derecho, que exige que tal labor se realice partiendo de una
“interpretación al tenor de la norma (interpretación gramatical), con base en el contexto
(interpretación sistemática), con base en su finalidad (interpretación teleológica) y, los estudios
preparatorios de la ley y la historia de formación de la ley (Interpretación histórica)” (Cfr.
Cincuenta años de jurisprudencia del Tribunal Constitucional Alemán, pág. 19); reglas o
métodos de interpretación que en algunas legislaciones, han sido incorporados al ordenamiento
jurídico positivo (así, art. 3.1 del Código Civil Español).
En el presente caso, se debe señalar que a pesar de existir autorestricciones para que la justicia
constitucional pueda ingresar al análisis de la interpretación ordinaria, se evidencia que el
accionante cumplió con dichos requisitos; empero, no sólo basta reunir estos requisitos para que
se declare procedente una acción, sino que ello, permite que este Tribunal pueda ingresar a
valorar dicha interpretación y concluir si la misma fue correcta o incorrecta.
dicho Auto y posterioridad a la suscripción del acta de conciliación, dispuso que la actuaria de
su despacho se constituya en el domicilio de la ahora representada para que suscriba el acta de
audiencia y se de cumplimiento a lo prescrito por el art. 59.II del CPC.
De lo que se colige, que no se aplicó correctamente las normas establecidas por nuestro
ordenamiento jurídico, al emitirse el Auto conciliatorio. De esta manera, se debe indicar que
cuando no se cumplen las normas procesales, se lesionan las reglas del debido proceso y se vicia
de nulidad el acto procesal que no nace a la vida jurídica, lo que obliga a reparar y declarar la
nulidad de las actuaciones conforme el art. 90 del CPC.
De lo analizado, se concluye que los Vocales de la Sala Civil Segunda, resolvieron en forma
fundamentada la apelación emergente presentada por el accionante, que a criterio de este
Tribunal, no ha existido un apartamiento de los marcos legales; en consecuencia, no se ha
derivado en la vulneración de los derechos de la parte accionante, ni conculcado el debido
proceso y mucho menos la seguridad jurídica; motivo por el cual, no puede concederse la tutela
solicitada mediante la presente acción de amparo constitucional.
Toda vez que, se evidencian aspectos de índole penal, como lesiones gravísimas, y ante el
conocimiento de cualquier Órgano del Estado, las mismas pueden ser denunciadas ante el
Ministerio Público, el Tribunal Constitucional Plurinacional, puede en su caso instruir se
remitan los antecedentes para la correspondiente averiguación de los hechos.
POR TANTO
3º Póngase en conocimiento del Ministerio Público el presente caso, toda vez que se constató la
existencia de lesiones gravísimas provocadas por Javier Orellana Goytia contra la víctima Laura
Bustillos Montaño, debiendo para el efecto el Tribunal de garantías realizar los actuados
necesarios para dicho fin.
Por memorial presentado el 2 de febrero de 2012, cursante de fs. 7 a 9, el accionante expresa los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
El accionante, manifiesta que habiendo cambiado de domicilio hace más de seis meses, de la
calle Mirlos (antes alcoleria) a la vivienda ubicada en la calle Sucre, final Colcapirhua;
asimismo, teniendo conocimiento de la aplicación de una multa de Bs 2000.- (dos mil
bolivianos), solicitó la condonación de la misma y la regularización de pagos para el traslado de
la conexión domiciliaria de agua a su nueva vivienda; no habiendo recibido respuesta alguna a
su petición, el 30 de noviembre del 2011 y 18 de enero del 2012, reiteró su solicitud al
Presidente de la OTB, ahora demandado, pero a la fecha de presentación de la acción no existe
respuesta a sus reiteradas solicitudes, está privado del elemento vital para la vida y la salud
(agua), viéndose obligado a comprar el mismo de los carros cisternas.
Denuncia la vulneración de sus derechos a la vida, al agua, a la petición, consagrados por los
arts. 15.I, 16.I, 20.I y III y 24 de la Constitución Política del Estado (CPE); 3 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos (DUDH), 1 de la Declaración Americana de Derechos
Humanos; 6.1. del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y, 4.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 17 de febrero del 2012, según consta en el acta cursante a fs.
19 y vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. A fs. 5, se evidencia la solicitud de traslado de acción de agua potable de 1 de enero del
2009, dirigida al señor Nelson Gallinete, ex Presidente de la Junta Vecinal de la Zona Sud de
Colcapirhua.
II.2. A través de la solicitud de 18 de agosto del 2011, el accionante hace entrever que procedió
al traslado de la instalación al predio ubicado en la parte final de la calle Sucre, tras una solicitud
realizada al ex Presidente de la OTB, la que no fue atendida, tomando a consecuencia
conocimiento de la existencia de una multa de Bs 2000.-, por no contar con la autorización para
el traslado, por lo que solicita la condonación de la multa y manifiesta su disponibilidad para
regularizar el pago por el traslado de dicha acción (fs.4).
II.4. Mediante memorial de 18 de enero del 2012, el accionante, requiere traslado y reposición
del servicio de agua potable en su domicilio ubicado en la calle final Sucre, en vista de que
hubiera sido cortado, de manera arbitraria e ilegal por un grupo de vecinos (fs. 2).
El accionante, arguye que se le ha vulnerado los derechos a la petición, al agua y a la vida, por
cuanto el demandado -Presidente de la OTB Zona Sud de Colcapirhua- no ha atendido sus
reiteradas solicitudes de traslado de su “acción de agua” a su nuevo domicilio, por lo que en
consecuencia se le estuviera privando de este servicio.
La acción de amparo constitucional está prevista por el art. 128 de la CPE la misma establece
que:” La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan,
supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la
ley”.
A su vez, el art. 129.I de la CPE, refiere que esta acción tutelar “…se interpondrá por la persona
que se crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad
correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente,
siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata…”.
Según la jurisprudencia mencionada, se concluía que por regla general el derecho de petición
sólo era oponible o tenía como sus destinatarios a las autoridades públicas o a quienes ejercen
autoridad-potestad de mando o decisión.
Con relación al segundo requisito que establece que la solicitud debe ser presentada ante
autoridad competente o pertinente, se debe precisar que ésta no es una exigencia del derecho de
petición, pues aún cuando la solicitud se presente ante una autoridad incompetente, ésta tiene la
obligación de responder formal y oportunamente sobre su incompetencia, señalando, en su
caso, a la autoridad ante quien deber dirigirse el peticionario; conclusión a la que se arriba por
el carácter informal del derecho a la petición contenido en la Constitución Política del Estado,
que exige como único requisito la identificación del peticionario, y en la necesidad que el
ciudadano, encuentre respuesta y orientación respecto a su solicitud, en una clara búsqueda
por acercar al administrado con el Estado, otorgándole a aquél un medio idóneo para obtener
la respuesta buscada o, en su caso, la información sobre las autoridades ante quienes deber
acudir, lo que indudablemente, fortalece el carácter democrático del Estado Boliviano”.
“(…)Respecto al tercer requisito, el mismo es compatible con el texto de la Constitución
vigente, pues sólo si en un plazo razonable, o el plazo previsto por las normas legales -si
existiese- no se ha dado respuesta a la solicitud se tendrá por lesionado el derecho a la petición.
Finalmente, el cuarto requisito, referido a que el peticionante debe haber reclamado una
respuesta y agotado las vías o instancias idóneas de esa petición ante la autoridad recurrida,
corresponde señalar que dicho requisito es exigible cuando dichos medios de impugnación
estén previstos expresamente en el ordenamiento jurídico con dicho objetivo, es decir,
resguardar el derecho de petición; a contrario sensu, no será exigible cuando no existan esos
medios; pues, se entiende que este derecho -como se tiene señalado- busca acercar al
administrado al Estado, otorgando a la persona de un instrumento idóneo, expedito e inmediato
para acudir ante el servidor público con la finalidad de requerir su intervención en un asunto
concreto o de solicitar una determinada información o documentación que cursa en poder de
esa autoridad”
Anteriormente, según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, se concluía que por regla
general el derecho de petición sólo era oponible o tenía como sus destinatarios a las autoridades
públicas o a quienes ejercen autoridad-potestad de mando o decisión.
tutela se dirige contra particulares que no actúan como autoridad, este será un derecho
fundamental sólo cuando el legislador lo reglamente…”.
Asumiendo este entendimiento, a la luz de la Constitución Política del Estado, los Convenios y
Tratados Internacionales la doctrina y la legislación comparada, la SC 1366/2004-R de 19 de
agosto, ha establecido parámetros que determinan la procedencia del derecho de petición
refiriendo que: “…el derecho de petición es oponible ante las entidades privadas en
determinados casos, concretamente: a) Cuando una institución privada, presta un servicio
público a la comunidad y b) Cuando se trata de organismo u organizaciones que están
investidos de autoridad o realizan funciones de autoridad y por ende, con capacidad de adoptar
decisiones que puedan lesionar derechos fundamentales de la persona; en cuyo caso, es un
imperativo el procurar una respuesta negativa o positiva a las peticiones que a ellos les sea
formulado”.
En este entendimiento, el derecho de petición resulta ser oponible no sólo ante autoridades y
funcionarios públicos sino también ante entidades privadas, organismos u organizaciones y
particulares cuando éstas prestan servicios públicos a la comunidad, o están investidos de
autoridad, realizan funciones de autoridad y tienen la capacidad de adoptar decisiones que
puedan lesionar derechos fundamentales del peticionarte, en cuyo caso la respuesta a la misma
debe ser de forma pronta y oportuna.
III.3. Excepción al conceder tutela ultra petita, al advertir error a tiempo de formular el
petitorio
Por lo que de existir error a tiempo de formular el petitorio, y considerando la naturaleza de los
derechos protegidos, excepcionalmente es posible conceder la tutela.
En el presente caso, evidentemente el accionante, solicitó de manera escrita por más de tres
veces consecutivas, al Presidente de la OTB, de la zona Colcapirhua, el traslado de la conexión
de agua del domicilio donde refiere que vivía anteriormente al domicilio ubicado en la calle final
Bolívar, por lo que cursa en antecedentes cuatro solicitudes de traslado de su acción de agua y
conexión sin respuesta alguna del demandado.
Siendo que, toda persona tiene derecho a una respuesta pronta y oportuna, la autoridad
demandada, tenía la obligación de responder formal y oportunamente la solicitud del accionante,
sea en forma positiva o negativa, o caso contrario señalando ante qué autoridades debía recurrir
el accionante, más aún, tomando en cuenta que a través del ejercicio de este derecho, estaba
solicitando la efectivización de otro derecho, como es el agua, el cual está destinado a la
satisfacción de todas las necesidades vitales de una persona.
Con respecto a la restricción del acceso al agua, no habiendo el accionante acreditado, que el
demandado, como Presidente de la OTB Zona Sud de Colcapirhua, sea la autoridad que deba
atender la solicitud de traslado o conexión de agua al nuevo domicilio del accionante, o que la
misma sea la entidad prestadora de servicios de agua potable y que el accionante esté privado de
este servicio, no es posible, ingresar al análisis de esta problemática, por cuanto la falta de
acreditación, no da la certeza de que se haya restringido este derecho, por parte de demandado,
lo que inviabiliza se tutele este derecho, más aún cuando la jurisprudencia constitucional ha
señalado que: “la determinación del Tribunal de amparo debe obedecer a la certidumbre sobre
si en efecto se ha violado o amenazado un derecho fundamental y/o garantía constitucional, por
lo que es preciso que el recurrente o agraviado, por una parte, aporte los elementos de prueba
suficientes en lo que se acredite y demuestre la existencia del acto y/u omisión denunciado de
ilegal, y por otra, ese agraviado también debe acreditar que en el supuesto acto y/u omisión es
responsable la autoridad o persona recurrida por haber tenido intervención y decisión” (SC
1968/2010-R de 25 de octubre).
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00363-2012-01-AAC
Departamento: Cochabamba
Ante esa situación, solicitó al Gerente demandado cumpla con lo determinado por el Ministerio
de Trabajo, pedido que hasta la fecha de interposición no fue respondido, tampoco se le restituyó
al cargo de Gerente Administrativa y Financiera de EMSA, omisión que ha vulnerado su
derecho al trabajo, al no existir motivo alguno para su destitución, máxime si por su desempeño
fue ascendida al cargo de Gerente Administrativa; ilegalidad que contraviene lo previsto en el
art. 46.I de la Constitución Política del Estado (CPE), que instituye el derecho a una fuente
laboral estable.
En el mismo sentido, el art. 16 de la Ley General del Trabajo (LGT) concordante con el art. 9 de su
Disposición Reglamentaria, establece cada una de las causales de despido; pero, en su caso, el
memorando de agradecimiento de servicios no justificó ninguna causal de destitución, por ello es que
el Inspector del trabajo ordenó su reincorporación sin que el demandado hasta la fecha de
interposición de la presente acción haya cumplido con la conminatoria, con cuya omisión se vulneró
el Decreto Supremo (DS) 0495 de 1 de mayo de 2010, normativa que establece que la conminatoria
es de obligatorio cumplimiento a partir de su notificación, y únicamente podrá ser impugnada en la
vía judicial, activación que no implica la suspensión de la ejecución de la conminatoria; por el
contrario el art. 10.V del citado Decreto, determina que sin perjuicio de lo dispuesto en su parágrafo
IV, la trabajadora o trabajador podrá interponer las acciones constitucionales que correspondan en
función a la inmediatez de la protección del derecho constitucional de estabilidad laboral; por ello, las
SSCC 1612/2003-R y 1277/2010-R, determinaron que la protección del derecho al trabajo proscribe
actos arbitrarios o abusivos de los empleadores, cuya protección involucra el derecho que tiene todo
ciudadano para acceder a un cargo y gozar en su fuente laboral del respeto, estabilidad y condiciones
necesarias para su buen desempeño.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 9 de marzo de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
112 a 113 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.4. Resolución
constitucional de la estabilidad laboral previsto en los arts. “46.2)2” y 48.II de la CPE; empero el
art. 77.2 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), advierte como condición
esencial que la acción debe señalar con precisión del nombre y domicilio de la parte demandada,
así como de los terceros interesados; por tanto, no obstante que era deber de la accionante dar a
conocer el nombre y domicilio del tercer interesado, incumplió con este requisito, máxime si la
parte demandada con prueba documental informó que el 4 de octubre de 2011, contrató los
servicios de Antonio del Llano Suárez, para que ejerza como Gerente Administrativo Financiero
de EMSA, cargo que ocupaba la accionante hasta el 2 de septiembre del citado año;
circunstancia que impide un pronunciamiento sobre la causa sin antes escuchar en audiencia al
tercero interesado, quien debe necesariamente ser incluido como tercero interesado a fin de
hacer valer su derecho a la defensa; y, 3) El Tribunal Constitucional en sus SSCC 0814/2006-R
y 1221/2006-R, estableció subreglas para el señalamiento del domicilio del tercero interesado,
su notificación y la participación de éste en la acción de amparo constitucional, así como la
forma de resolución a pronunciarse para los casos en los que se advierte que no se cumplió con
la identificación y/o su notificación; y en caso de constatarse que los accionantes omitieron la
identificación del tercero interesado, el Tribunal Constitucional debe denegar la tutela solicitada,
dejando expresa constancia que no se ingresó al análisis de fondo; en consecuencia, se constata
que la presente acción adolece de defectos de forma que necesariamente deben ser subsanados
por la accionante a fin de de no perjudicar al tercero interesado; siendo necesario incluir en la
misma calidad a quien representó a la jefatura Departamental de Trabajo.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.7. Por Auto de 2 de marzo de 2012, el Tribunal de garantías admitió el amparo constitucional
presentado por la accionante, sin ordenar su subsanación por no haberse consignado el
nombre del tercero interesado, y respecto del Otrosí 3º dispuso “Estése a lo principal” (fs. 27).
Con el referido Auto fue citada el 5 de ese mes y año, y el demandado el 7 de marzo del año en
curso (fs. 27 vta.).
II.8. Consta que Antonio del Llano Suarez, mediante contrato de trabajo a plazo fijo 166-01, de
4 de octubre de 2011, fue contratado por el Gerente General a.i. -ahora demandado- para ocupar
el cargo de Gerente Administrativo Financiero de EMSA (fs. 51 y vta.).
“El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa, instituye en el art. 128 la
acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los
´actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos
por la Constitución y la ley´.
Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de
protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de
protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías, que no se
encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo
orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de
privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los
que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o
colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su
protección.
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Finalmente cabe señalar, que dentro de los principios procesales configuradores del amparo
constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo
I del art. 129 de la CPE, que esta acción ´(…) se interpondrá siempre que no exista otro medio
o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados´.
Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías, al constituirse en un
mecanismo constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la
vigencia y respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no
exista otro medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han
restablecido el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se
puede analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela”.
Tomando en cuenta que el art. 77.2 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTPC),
establece como requisito formal la identificación de los terceros interesados corresponde
previamente referirnos al desarrollo jurisprudencial efectuado por el Tribunal Constitucional
respecto a la necesidad de citar en la acción de amparo constitucional al tercero interesado.
Exigibilidad que tiene la finalidad de garantizar el derecho a la defensa de personas que si bien
no son parte en el amparo constitucional; empero, tienen un interés legítimo en su resultado.
Asimismo, en cuanto a los efectos del incumplimiento de este requisito, la citada Sentencia
determinó las siguientes reglas a aplicarse:
“En consecuencia, en el futuro deberán aplicarse las siguientes subreglas:
Según el art. 77.2 de la LTCP, se establece como requisito de la demanda de acción de amparo
constitucional identificar al tercero interesado; empero, considerando que el desarrollo
legislativo de la citada Ley se refiere únicamente a la exigencia de su identificación como
contenido de la demanda de acción de amparo sin establecer la forma, procedimiento ni los
efectos jurídicos en caso de incumplirse con este requisito, corresponde realizar, en lo
conducente, una integración a este precepto legal del desarrollo jurisprudencial glosado
precedentemente sobre la exigencia de citación al tercero interesado y sus emergencias,
estableciéndose lo siguiente:
2) La citación de los terceros interesados con la demanda de amparo constitucional, al no ser una
mera formalidad, en razón a que se encuentra destinada a garantizar el derecho a ser oídos a
quienes puedan verse afectados con el resultado del fallo de tutela, se constituye en un
requisito de carácter formal imprescindible para la admisión de la acción de amparo
constitucional, que debe ser observado por el accionante, quien tiene la carga procesal de
identificar con precisión a los terceros interesados y señalar sus domicilios; en cuyo caso el
Tribunal de garantías tiene el deber inexcusable de ordenar la citación del tercero
interesado, de conformidad con la forma y procedimiento establecidos por la
jurisprudencia constitucional glosada, que resulta aplicable al no ser contraria a los mandatos
constitucionales que regulan la acción de amparo constitucional.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1085
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En este entendido, cabe aclarar que si bien la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional no
otorga un plazo específico para subsanar el incumplimiento de requisitos formales, entre ellos, la
identificación del tercero interesado; sin embargo, la justificación de su incorporación se
encuentra orientada a evitar que estos requisitos formales tengan que ser observados en el
desarrollo de la audiencia de amparo constitucional, con la lógica consecuencia perniciosa de
denegarse la tutela por aspectos enteramente formales, que muy bien pudieron ser corregidos
oportunamente. En tal sentido, el plazo de subsanación de cuarenta y ocho horas encuentra
sustento en la práctica judicial operada por los jueces y tribunales de garantías en virtud de la
jurisprudencia constitucional pronunciada sobre este extremo, plazo que resulta conducente con
la naturaleza sumaria e inmediata de esta acción, salvo la excepción señalada precedentemente.
5) Cuando en etapa de revisión este Tribunal advierte que la acción de amparo fue admitida y se
llevó a cabo la audiencia de consideración pese a la inobservancia de este requisito, dará lugar a
la denegatoria de la acción sin ingresarse al análisis de fondo del asunto, sin perjuicio que el
accionante pueda volver a interponer la acción; en cuyo caso se suspende el cómputo del
plazo de caducidad del amparo constitucional para los efectos de una nueva presentación,
cómputo que se reiniciará desde la notificación con la sentencia constitucional que no
ingresó al fondo.
6) En caso que este Tribunal constatare en revisión, que la falta de citación al tercero interesado
es atribuible al Tribunal de garantías, por no haberlo citado, no obstante que el accionante
cumplió con la carga procesal de identificación, se anulará obrados siempre y cuando sea
previsible la afectación o alteración de la situación jurídica del tercero interesado.
III.4. Sobre presunta improcedencia del amparo constitucional por acto consentido
Finalmente cabe referirse a lo afirmado por el demandado respecto a que existiría acto
consentido, porque la accionante habría realizado renuncia tácita al trabajar, según denuncia el
demandado, desde el 5 de noviembre de 2011 al Colegio de Auditores.
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1086
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Consecuentemente, los actos, para que produzcan las consecuencias jurídicas expresadas en el
art. 96.2) de la LTC, deben provocar en el Tribunal la convicción plena de que el recurrente
está de acuerdo con el acto reclamado; dado que la simple presunción del consentimiento por
acciones que no están directamente relacionadas con el supuesto acto ilegal, lesionaría la
garantía de la tutela jurisdiccional eficaz, entendida “…como el derecho que tiene toda
persona de acudir ante un juez o tribunal competente e imparcial, para hacer valer sus
derechos o pretensiones, sin dilaciones indebidas” (SC 1044/2003-R de 22 de julio)” ( las
negrillas nos corresponden). Entendimientos jurisprudenciales refrendados por las SSCC
1033/2010-R, 0685/2010-R, entre otras.
En el caso analizado, una vez producido el acto considerado ilegal por la accionante, ésta acudió
a la Dirección Departamental de Trabajo denunciando la ilegalidad que se cometió en su contra;
instancia que por decisión de 10 de octubre de 2011, conminó a la EMAS la reincorporación
inmediata de la accionante; sin embargo, la determinación asumida por el mencionado Jefe
Departamental del trabajo no fue cumplida por el demandado, evidenciándose que la accionante
solicitó al demandado el cumplimiento de la conminatoria; asimismo por nota de 16 de
diciembre de 2011 denunció esta situación al Jefe Departamental de Trabajo;
consiguientemente, los actos realizados por la accionante no permiten advertir que aceptó o
consintió de manera voluntaria y expresa los actos considerados ilegales; por el contrario,
adoptó una actuación activa para el restablecimiento del derecho considerado lesionado,
realizando los reclamos reiterados ante la autoridad demandada, así como ante el Jefe
Departamental del Trabajo, no pudiendo concluirse que por su ingreso al Colegio de Auditores
hubiera consentido con el acto considerado ilegal.
En el caso que se examina, se constata que la ahora accionante en procura del restablecimiento
de sus derechos considerados lesionados formuló acción de amparo constitucional el 27 de
febrero de 2012, contra Alberto Narvaez Acuña, Gerente General a.i. de EMSA, en cuyo
memorial no consignó el nombre del o los terceros interesados; solicitando, por el contrario,
en el Otrosí 3º de su memorial, en vía de medida cautelar, se ordene al demandado abstenerse de
“ejercitar nombramiento del cargo de Gerente Administrativo Financiero en la empresa EMSA”
(sic).
De acuerdo con las reglas y subreglas señaladas, es posible concluir que el Tribunal de garantías
ante la omisión de la accionante en consignar el nombre del tercero interesado, en lugar de
admitir directamente la acción, debió ordenar su subsanación, al tratarse de un requisito de
admisibilidad, pues éste al igual que los otros requisitos de forma, debe ser observado para su
subsanación antes de admitir la acción y no a tiempo de resolverla, como ocurrió en el caso de
autos, en el que el Tribunal de garantías admitió la acción y celebró la audiencia de amparo, y en
resolución de la misma denegó la tutela por el incumplimiento de este requisito, desconociendo
que si bien es evidente que la actual Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional no establece
un plazo de subsanación para los requisitos formales; empero, tampoco exime al tribunal de
garantías del deber de ordenar la observancia de este requisito en la etapa de admisibilidad y de
resguardar la tramitación de la acción de amparo en correspondencia con su finalidad, esto es de
otorgar una tutela pronta y oportuna asegurando un proceso constitucional de tutela respetuoso
de las garantías del debido proceso, que resguarde la igualdad jurídica de las partes y de quienes
se pudieren encontrar afectados con su resultado.
En tal sentido, ante la falta de identificación del tercero interesado en la demanda de amparo, el
Tribunal de garantías independientemente de la omisión incurrida por la accionante debió
cumplir con el deber de extraer de los hechos que motivan la acción, la existencia de terceros
con interés legítimo, otorgando a la accionante el plazo de subsanación de cuarenta y ocho horas
para que cumpla con el requisito omitido.
POR TANTO
El accionante, por escrito presentado el 3 de febrero de 2012, cursante de fs. 9 a 12, manifestó
que:
El 1 de enero de 2008, fue contratado por la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”,
para prestar sus servicios de Sereno Diurno del Módulo Avicola; sin embargo, el 3 de enero de
2012 a tiempo de presentarse en su fuente laboral -habiendo trabajado normalmente hasta medio
día-, recibió un mensaje de su compañero de trabajo, quién le indicó que José Vicente Chirinos
Góngora, encargado del Módulo Avícola, había instruido que se le comunique que ya no fuese a
trabajar, puesto que se contrató a otra persona para que realice sus funciones -hecho que
constató personalmente al ver que fue contratado un nuevo empleado-.
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El posible origen del despido intempestivo que sufrió, presumiblemente fue a causa de un
reclamo verbal que presentó al Encargado del Módulo Avícola, toda vez que fue contratado para
realizar las funciones de Sereno Diurno; sin embargo, se le asignó las de peón, que cumplía en el
horario de horas 6:00 a 18:00, es decir, dentro de doce horas de trabajo, cuando la jornada de
trabajo de un peón es de 8 horas, es decir, que estaba trabajando más de lo establecido por la Ley
General del Trabajo, sin que se le reconozcan horas extraordinarias; en ese sentido, le hizo
conocer que no podía seguir trabajando de esa manera, o en su caso se le permita ejercer el cargo
de Sereno Diurno para el que fue contratado y en caso de aceptarle el cargo de sereno, recién
tendría la obligación de trabajar doce horas por día.
Con dicho antecedente y tomando en cuenta lo establecido por el DS 28699, modificado por el
DS 0495 de 1 mayo de 2010, reglamentado por Resolución Ministerial (RM) 868/10 de 26 de
octubre, en vista de no existir otro medio o recurso legal ordinario que sea idóneo, eficaz e
inmediato para la protección del derecho a la estabilidad laboral, acudió a la presente acción
tutelar, demandado también al Rector de la Universidad Autónoma del Beni, pues pese a que no
fue él quien le despidió; empero, como MAE de esa institución en la que prestó sus servicios, es
única autoridad que puede disponer la reincorporación o el despido de los funcionarios de esa
Universidad y al negarse a cumplir la reincorporación dispuesta por la Dirección Departamental
de Trabajo, se deduce que su despido no sólo fue consentido por esta autoridad, sino, también
instruido.
Se señaló como vulnerado sus derechos a la estabilidad laboral y al debido proceso, citando al
efecto los arts. 49.III y 117.I de la CPE.
I.1.3. Petitorio
El accionante solicita que se deje sin efecto el ilegal despido y se ordene a las autoridades
universitarias -demandados- procedan a su reincorporación laboral de manera inmediata y se le
cancelen los salarios devengados y la condenación de costas procesales.
Celebrada la audiencia pública el 9 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 42
a 43, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante, ratificó íntegramente los términos de la acción tutelar presentada.
Luis Carlos Zambrano Aguirre, Rector de la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”,
mediante informe escrito corriente de fs. 38 a 40 manifestó que de acuerdo al art. 92 de la CPE,
las universidades públicas, son autónomas en virtud a ello, administran sus recursos y nombran a
sus autoridades, personal docente y administrativo. En ese entendido, tomando en cuenta los
arts. 7.1, 14.1 y 14, 68 y 81 del Estatuto Orgánico de la Universidad Autónoma del Beni “José
Ballivián”, aprobado en razón a la disposición constitucional citada, que en concordancia con el
art. 410.II.3 de la CPE, tiene rango de ley por encima del art. 16 de la Ley General del Trabajo
(LGT), el rector de la universidad como MAE, se encuentra facultado de contratar y rescindir
contratos, con la única salvedad de sujetarse a la Ley General del Trabajo en cuanto al pago de
beneficios sociales cuando corresponda.
En consecuencia, lo que se realizó fue cumplir con el precepto constitucional y la Ley General
del Trabajo, al finalizar la relación laboral que existía entre el accionante y la institución a la que
el demandado representa, previo cumplimiento del plazo estipulado en el contrato suscrito entre
ambas partes, y si el accionante no estaba de acuerdo con dicha decisión, debió recurrir al
procedimiento administrativo que establecen los recursos de revocatoria y jerárquico aprobados
por Ley 2341 de 23 de abril de 2002, y no así ante la Jefatura Departamental de Trabajo y peor
aún a la presente acción de amparo constitucional sin agotar previamente las instancias legales
correspondientes, es decir los Juzgados del Trabajo y Seguridad Social, lesionando los
principios constitucionales de prelación normativa y reserva legal, como también los derechos
constitucionales a la defensa, al juez natural y a la “seguridad jurídica” entre otros.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes arrimados al expediente, se llega a las
conclusiones siguientes:
II.1. El 1 de junio de 2011, el accionante firmó un contrato a plazo fijo con la MAE de la
Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”, para desempeñar el cargo de Sereno Diurno,
desde la firma del contrato hasta el 31 de diciembre de ese año (fs. 36 a 37).
II.2. El 24 de enero de 2012, el Jefe Departamental de Trabajo del Beni, emite conminatoria de
reincorporación laboral dirigida al Rector de la Universidad Autónoma del Beni “José
Ballivián”, para que en el plazo de tres días hábiles sea restituido Amilcar Pupuisiri Soliz, y se le
El accionante manifestó que los demandados lesionaron sus derechos a la estabilidad laboral y al
debido proceso, alegando que fue despedido intempestivamente de su fuente laboral, sin la
existencia de un justificativo que avale tal decisión y que pese a que la Dirección Departamental
de Trabajo del Beni, conminó a la MAE de la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”
a que se le restituya a su fuente laboral, no lo hicieron, manteniendo vigente el despido
intempestivo, forzado e injustificado en su contra. Correspondiendo analizar en revisión, si tales
argumentos son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos al derecho a la libertad del
accionante, a fin de otorgar o denegar la tutela solicitada.
En ese marco, el art. 128 de la CPE, establece: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá
lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la Constitución y la ley”; a su vez el art. 129.I de la CPE, determina que: “La
Acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a
su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la
Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados”.
De la misma manera, es necesario señalar que ante un posible despido injustificado, se instituyó
la posibilidad de que el trabajador recurra ante el Ministerio de Trabajo para pedir su restitución,
así lo establecía el art. 10.I del DS 28699, que indica: “cuando el trabajador sea despedido por
causas no contempladas en el art. 16 de la Ley General del Trabajo, podrá optar por el pago de
beneficios sociales o por su reincorporación”; señalando posteriormente el mismo artículo en su
parágrafo III: “En caso de que el trabajador opte por su reincorporación, podrá recurrir a este
efecto ante el Ministerio de Trabajo, donde una vez probado el despido injustificado, se
dispondrá la inmediata reincorporación”.
En ese sentido, la jurisprudencia constitucional, así señaló: “de los antecedentes citados, se
evidencia a momento de la emisión de las Resoluciones ahora impugnadas, la vigencia del DS
28699, que otorga al trabajador el derecho de optar, por el pago de sus beneficios sociales o
por su reincorporación en los casos de despidos injustificados; norma que fue reglamentada,
mediante RM 551/06, que establece el procedimiento administrativo que debe desarrollarse
para los casos de reincorporación laboral; en tal sentido, en el presente caso, el trabajador
acudió ante la Jefatura Departamental del Trabajo, solicitando la reincorporación a su fuente
laboral, en virtud de aquello, y la normativa vigente a momento de dicha petición, el Jefe
Departamental del Trabajo, con la competencia que le confiere el Decreto y su Reglamento
referido, pronunció la RA 661-07, que ordena la reincorporación del trabajador a la CNS y la
RA 602-07, que resuelve el recurso de revocatoria respectivo, razón por la cual, esta autoridad
se limitó a cumplir con los procedimientos y facultades establecidas legalmente, en los casos
que el trabajador opte por su reincorporación por la vía administrativa, sin que ello importe
que el trabajador pueda acudir a la justicia ordinaria ante el Juez de Trabajo y Seguridad
Social, como el propio Reglamento prevé en su art. 10 al indicar: '…En el caso de negativa del
empleador, el Ministerio de Trabajo impondrá multa por infracción a leyes sociales, pudiendo
el trabajador iniciar la demanda de Reincorporación ante el Juez de Trabajo y Seguridad
Social con la prueba del despido injustificado por el Misterio de Trabajo'" . (SC 0002/2010 de
20 de septiembre), la cita jurisprudencial glosada, permite establecer que un trabajador puede si
así lo desea -toda vez que le es facultativa y potestativa dicha elección- acudir ante el Ministerio
de Trabajo Empleo Previsión Social para solicitar su reincorporación, por la vía administrativa,
ello concordante con el art. 50 de la CPE, que prevé que: “El Estado, mediante tribunales y
organismos administrativos especializados, resolverá todos los conflictos emergentes de las
relaciones laborales entre empleadores y trabajadores…” entonces, solicitar la reincorporación a
la fuente laboral a través del referido Ministerio, constituye acudir ante la vía administrativa
cuyo último acto procesal sería la resolución definitiva del Ministerio de Trabajo Empleo y
Previsión Social que en su caso, ordenaría la reincorporación del trabajador a su fuente laboral,
señalando por otra parte, el art. 10 del DS 28699, señala que ante una posible negativa de
reincorporación por parte del empleador, el trabajador podría acudir a la vía ordinaria.
Debe precisarse que la cita jurisprudencial precedente está referida a la vigencia del DS 28699,
sin considerar el DS 0495 de 1 de mayo de 2010, que la complementa y reconoce al Ministerio
de Trabajo Empleo Previsión Social, a través de las Jefaturas Departamentales y Regionales de
Trabajo, la facultad de instruir la reincorporación de los trabajadores a sus fuentes laborales. Al
efecto, el DS 0495, establece lo siguiente:
“ARTÍCULO ÚNICO.-
I. Se modifica el Parágrafo III del Artículo 10 del Decreto Supremo N°28699, de 1 de mayo de
2006, con el siguiente texto:
`III. En caso de que el trabajador opte por su reincorporación podrá recurrir a este efecto ante el
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, donde una vez constatado el despido
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1093
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
De lo expuesto, se puede establecer que con la resolución de reincorporación por parte del
Ministerio de trabajo se acaba con la vía administrativa, pudiendo acudir el trabajador ante la
justicia ordinaria, siendo dicha opción optativa del trabajador antes de acudir a la vía
constitucional, toda vez que, conforme la jurisprudencia constitucional, una vez agotada la vía
administrativa, no se necesita agotar también la vía ordinaria, para acudir a la jurisdicción
constitucional ya que la vía administrativa y la ordinaria son dos vías diferentes.
Por otra parte, se debe establecer que conforme lo señala el art. 5 de la LTC, se presume la
constitucionalidad de toda ley, decreto, resolución y actos de los Órganos del Estado en todos
sus niveles, hasta tanto el Tribunal Constitucional Plurinacional resuelva y declare su
inconstitucionalidad. En ese sentido y en lo que respecta a la aplicación de los decretos antes
citados que ordenan la reincorporación de un trabajador despedido por causas no previstas en la
ley, cabe mencionar que la antes citada SC 0002/2010, indica lo siguiente: “…en consecuencia,
el Ministerio de Trabajo y sus jefaturas departamentales, tenían plena competencia para
tramitar y resolver la solicitud de reincorporación, ahora cuestionado, de acuerdo con en el DS
28699 y la RM 551/06, quedando las autoridades recurridas facultadas para emitir
resoluciones de reincorporación del trabajador, en el ámbito de la competencia ya señalada”,
jurisprudencia que fue ampliada mediante la SC 1354/2011-R que señaló “El DS 28699 de 1 de
mayo de 2006, en su art. 10.III vigente al momento de la problemática, ahora modificado por el
DS 0495 de 1 de mayo de 2010, reconoce al Ministerio de Trabajo como instancia a la que los
trabajadores despedidos pueden acudir para solicitar su reincorporación, que una vez probada
puede ser ordenada por ese despacho ministerial, advirtiéndose en el presente caso que la
trabajadora no utilizó ningún medio impugnativo al interior de la entidad o instancias
superiores como ya se ha referido precedentemente, en el caso de autos correspondía al
Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social; en consecuencia, para que los fundamentos
de una demanda de amparo constitucional puedan ser analizados en el fondo, `la parte
accionante debe haber utilizado hasta agotar todos los medios y recursos legales idóneos para
la tutela de sus derechos sea en la vía jurisdiccional o administrativa, pues donde se deben
reparar los derechos y garantías lesionados es en el mismo proceso, o en la instancia donde
fueron vulnerados, esto es, que en principio haya acudido ante la misma autoridad que incurrió
en la presunta lesión y luego a las superiores a ésta, y si a pesar de ello persiste la lesión
porque los medios o recursos utilizados resultaron ineficaces, recién se abre la posibilidad de
acudir al amparo constitucional, el que no puede ser utilizado como un mecanismo alternativo o
sustitutivo de protección, pues ello desnaturalizaría su esencia´.
Como se tiene establecido, las Universidades Públicas se rigen por la Ley General del Trabajo,
por consiguiente, dentro el orden laboral se debe entender a esta norma y sus disposiciones
reglamentarias como las que rijan la actividad laboral en las Universidades Públicas, que debe
sujetarse a la Norma Fundamental y las leyes, sin vulnerar derechos fundamentales.
De acuerdo a la documentación que informa los antecedentes del expediente, se evidencia que el
accionante acudió ante la Dirección Departamental del Trabajo, dependiente del Ministerio de
Trabajo Empleo y Previsión Social, la misma que emitió la conminatoria de reincorporación de
24 de enero de 2012, para que la Universidad Autónoma del Beni reincorpore al accionante, lo
cual fue incumplido, situación que, de acuerdo a lo expresado en los fundamentos precedentes y,
fundamentalmente, porque de acuerdo con lo previsto por el art. 48.II de la CPE, las normas
laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios de protección de las trabajadoras y de
los trabajadores como principal fuerza productiva de la sociedad; de primacía de la relación
laboral; de continuidad y estabilidad laboral; de no discriminación y de inversión de la prueba a
favor de la trabajadora y del trabajador, resulta imperativo aplicar, interpretar y pronunciarse
favorablemente respecto los derechos laborales que pudieran ser vulnerados, más aun cuando la
parte demandada incumplió la conminatoria de reincorporación emitida por el Ministerio de
Trabajo, Empleo y Previsión Social.
POR TANTO
Por memorial presentado el 13 de febrero de 2012, cursante de fs. 20 a 25, la accionante expone
los siguientes fundamentos:
A partir de ese momento, María Luisa Gutiérrez Salvatierra, Directora Distrital de Educación
Urbana, inicia una serie de acciones tendientes a inhabilitarla al cargo que postuló, para lo cual
son utilizadas Lucia Monje Navia y Marcos Padilla Hurtado, con quienes conforman un
inquisitorial Tribunal Disciplinario Administrativo, que dictó el Auto de procesamiento en su
contra el 6 de diciembre del año “2006” (2011), con el que nunca fue notificada, todo esto
producto de una denuncia de abandono a su fuente de trabajo, y por el que fue destituida de su
cargo mediante “Sentencia” dictada en su contra por dicho Tribunal, Resolución que fue
apelada.
Refiere que, Humberto Parari Rioja, en su condición de Director del SEDUCA Beni, emitió el
“Auto de apelación” TAD-01/12 de 25 de enero de 2012, confirmando la Sentencia apelada;
ratificando la restricción y privación de sus derechos constitucionales, debido a que los otros dos
miembros que fungieron como parte del Tribunal Disciplinario, con excepción de la Directora
Distrital, no tenían ninguna autoridad ni facultad que emane de la ley.
De acuerdo a lo previsto por el “art. 62.IV” del Reglamento de la Carrera Administrativa del
Servicio a la Educación Pública -añade la accionante- el Tribunal Administrativo en las
organizaciones del Servicio de Educación Pública (SEP), será conformado por: a) Un técnico
asignado por la Dirección del SEDUCA; b) Un representante de la Junta de Distrito; y, c) El
Director Distrital.
Señala además que dicho Tribunal Disciplinario es totalmente ilegal, carente de toda
competencia para procesarla, sentenciarla y destituirla de su cargo de Directora de la Unidad
Educativa “Silenia Barba Téllez”, puesto que ninguno de ellos es técnico designado por
SEDUCA, “tampoco son de Santa Ana de Yacuma”. Por otra parte, el Director de SEDUCA del
Beni, no se ha pronunciado sobre la irregular composición del Tribunal Disciplinario.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 24 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante a fs. 97
y vta., con la presencia del abogado de las codemandadas Elva Navia Gómez y María Luisa
Gutiérrez Salvatierra, ausentes los codemandados Marcos Padilla Hurtado y Lucia Monje Navia,
se produjeron los siguientes actuados:
El abogado de Elva Navia Gómez y María Luisa Gutiérrez Salvatierra, de manera verbal en
audiencia señaló que se alega que un Tribunal que no tiene competencia habría dictado la
Resolución Administrativa por la cual se destituye del cargo que ocupaba la ahora accionante;
sin embargo, la acción de amparo constitucional no es la vía para reponer los actos dictados por
un tribunal que no tiene competencia. El A C 0012/2010 RCA de 19 de abril, refiere que en los
procesos judiciales la vía del amparo constitucional se activa en los supuestos en que se
produzca una severa lesión al derecho al debido proceso en cualquiera de sus elementos, excepto
cuando la actuación de un juez o tribunal judicial se encuadra en los supuestos jurídicos
previstos por el “art 31 de la Constitución”, casos en los que se activa la vía del recurso directo
de nulidad.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las siguientes conclusiones:
II.1. El 12 de marzo de 2010, en reunión con representantes de las Juntas Escolares de Santa
Ana de Yacuma, convocados por la Directora Distrital de Educación, María Luisa Gutiérrez
Salvatierra, en coordinación con Héctor Lobo Vargas en su calidad de Presidente de la Junta
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1098
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Distrital de Padres de Familia, se nombró el Tribunal disciplinario constituido por María Luisa
Gutiérrez Salvatierra en su calidad de Directora Distrital, Marcos Padilla Hurtado y Rufina Cayú
de Neira en representación de los padres de familia, esta última renunció a su cargo mediante
nota cursante a fs. 53, y la misma fue remplazada por Lucia Monje Navia, en reunión realizada
el 29 de julio de 2011 (fs. 51, 52 y 54 vta.).
II.4. Dándose por notificada con la Resolución dictada en su contra, la accionante mediante
memorial de 14 de enero de 2012, presentó recurso de apelación pidiendo que el superior en
grado revoque la Resolución impugnada (fs. 13 a 15 vta.).
II.5. Mediante Auto de apelación TAD - 01/12 de 25 de enero de 2012, el Director de SEDUCA
del Beni confirmó la Resolución 01/2011, por no haber encontrado ningún vicio dentro del
procedimiento (fs. 16 a 18).
La Constitución Política del Estado, en la Sección II, del Capítulo segundo (Acciones de
Defensa) del Título IV (Garantías Jurisdiccionales y Acciones de Defensa) de la Primera Parte
(Bases fundamentales del Estado - derechos, deberes y garantías) ha instituido la acción de
amparo constitucional. En ese marco, el art. 128 establece: “La Acción de Amparo
Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores
públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”. A su vez el art. 129.I de la CPE,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1099
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
resalta que: “La Acción de Amparo Constitucional se interpondrá por la persona que se crea
afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados”.
La Constitución Política del Estado, como norma suprema del ordenamiento, señala que Bolivia
se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, y define
como uno de los fines esenciales del Estado, el garantizar el cumplimiento de los principios,
valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados por ella. La voluntad del constituyente
en este sentido, hizo que la Constitución configure la protección de los derechos fundamentales
y garantías constitucionales de las personas y de las naciones y pueblos indígenas originario
campesinos como uno de los ejes más importantes del Estado.
Para hacer efectivos estos derechos y no queden los mismos como simples enunciados, se ha
instituido la acción de amparo constitucional (antes instituida como “recurso de amparo
constitucional”), así como, por otra parte, el Tribunal Constitucional Plurinacional, como el
Órgano llamado a precautelar el respeto y vigencia de los derechos y garantías constitucionales.
Igualmente, es necesario señalar que la Constitución Política del Estado, además de establecer
que ella goza de primacía frente a cualquier otra disposición normativa, de acuerdo con lo
previsto por el art. 410.II de la CPE, determina que el bloque de constitucionalidad está
integrado por los tratados y convenios internacionales en materia de Derechos Humanos
(además de las normas de Derecho Comunitario). En ese mismo contexto, de acuerdo al art. 13
CPE, inserto en el Capítulo relativo a los Derechos Fundamentales y Garantías; los Tratados y
Convenios Internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que reconoce
los derechos humanos, prevalecen en el orden interno y, además, que los derechos y deberes
consagrados en la Norma Fundamental se interpretaran de conformidad con los tratados
internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia.
Con relación al debido proceso, la Constitución Política del Estado en el Capítulo Primero de las
Garantías Jurisdiccionales, del Título IV de la Primera Parte, en el art. 115.II señala que: “El
Estado garantizará el derecho al debido proceso…” así como en el art. 117.I prevé que: “ninguna
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido
proceso...”.
En el mismo sentido, la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José
de Costa Rica, de 22 de noviembre de 1969, ratificada por Bolivia mediante Ley 1430 de 11 de
febrero de 1993, en su art. 8, sobre las garantías judiciales indica entre otros puntos, el que: “1.
Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la
ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter (…)”.
Del mismo modo, el art. 14.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, señala
que: “Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá
derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de
carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones de
carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios
por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática,
o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente
necesaria en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad
pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o
contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo
contrario, o en las acusaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores”.
De otro lado, refiriéndose la vigencia del nuevo modelo de Estado y al mandato expreso de velar
por el respeto y la vigencia de los derechos y garantías constitucionales, así lo establece el art.
196 de la CPE, establece que: “(…) no puede consentir actos que impliquen una manifiesta y
grosera violación a derechos fundamentales, por ser estos contrarios al pilar estructural del
Estado “.
En ese marco, corresponde señalar, de igual modo que el principio pro-actione se configura
como una pauta esencial no solo para la interpretación de derechos fundamentales, sino también
como una directriz esencial para el ejercicio del Órgano de control de constitucional y la
consolidación del mandato inserto en el art. 1 de la CPE; además, asegura el cumplimiento
eficaz de los valores justicia e igualdad material, postulados axiomáticos directrices del nuevo
modelo de Estado y reconocidos de manera expresa en el Preámbulo de la Constitución Política
del Estado y en el art. 8.1 también del texto constitucional.
En efecto, el principio pro-actione, asegura que a través de la ponderación de los derechos para
el análisis de los casos concretos en los cuales exista una manifiesta, irreversible y grosera
vulneración a derechos fundamentales, debe prevalecer la justicia material a cuyo efecto, su
labor hermenéutica de ponderación, generará la flexibilización a ritualismos extremos para que
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1101
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
en casos graves se repare un derecho manifiesta y groseramente vulnerado, así, el rol del control
de constitucionalidad, en virtud del cual, la justicia formal ceda frente a la justicia material.
De acuerdo con la documentación que informan los antecedentes del expediente se evidencia
que la accionante, en su calidad de Directora de Núcleo, fue sometida a un Tribunal disciplinario
constituido por María Luisa Gutiérrez Salvatierra en su calidad de Directora Distrital, Marcos
Padilla Hurtado y Lucia Monje Navia en representación de los padres de familia, cuando, de
acuerdo con el Reglamento de la Carrera Administrativa del Servicio de Educación Pública,
referido a la constitución del tribunal administrativo, determina que para el caso de someter a un
Director de Núcleo, éste estará constituido por un representante de la Junta de Núcleo, otro de la
Junta de Distrito y un técnico asignado por la Dirección de SEDUCA, previsión normativa a la
que no se dio cumplimiento y por el contrario fue sometida a un proceso administrativo en el
que las autoridades no eran las llamadas a conocer, sustanciar y resolver dicho proceso
administrativo; el mismo que, sin embargo, determinó la destitución de la accionante, lo que fue
confirmado en alzada, sin advertir la ilegalidad de la constitución del Tribunal administrativo;
lesionándose en ambos casos, el derecho de la accionante a que en el proceso administrativo al
que fue sometida, sea sustanciado por autoridades cuya competencia es con anterioridad al
hecho que motiva el proceso.
“Establecido el régimen legal aplicable al caso, corresponde dejar establecido, que el proceso
administrativo instaurado contra la hoy actora, debió organizarse y tramitarse, conforme a las
previsiones contenidas en el Reglamento sobre las Carreras en el Servicio de Educación
Pública, instituido mediante DS 23968 de 24 de febrero de 1995 y aprobado por la RM 062/00
de 17 de febrero de 2000; lo que no ocurrió en el caso examinado (…), en contravención a lo
que dispone el art. 62.II del ya citado Reglamento de la Carrera Administrativa del Servicio de
Educación Pública. Por otra parte, la autoridad recurrida, no obstante de la apelación
interpuesta por la recurrente, conoció la Resolución pronunciada por el Tribunal Disciplinario
en grado de revisión, sin considerar que los arts. 65, 66 y 67 de este Reglamento contemplan el
recurso de apelación contra los fallos que se dicten en los procesos administrativos” (así la SC
1787/2004-R de 12 de noviembre, entre otras).
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00087-2012-01-AAC
Departamento: Santa Cruz
Señala que es profesor con más de veinte años de ejercicio profesional en el Magisterio y que en su
condición de Director del nivel secundario de la Unidad Educativa “Buenas Nuevas” de la ciudad de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1103
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Santa Cruz, con una hoja de vida sin tacha y con el reconocimiento de autoridades, padres de familia y
estudiantes constituidos en Juntas Escolares y Juntas Vecinales, decidió generar y consolidar un
ambicioso y a la vez noble proceso de integración con la Comunidad Educativa del barrio “Unión”, que
se encuentra en la zona del Plan 3000, proyecto que se emprendió con éxito con el apoyo de la Misión
Sueca Libre en Bolivia. Sin embargo, como emergencia que Fanny Hurtado Paz, -quien también trabajó
en el mencionado proyecto y, por lo mismo, conocedora del destino de los recursos recaudados-,
denunció ante la Dirección Distrital de Educación III de la ciudad de Santa Cruz una serie de hechos
infundados relativos a supuestas exacciones a los padres de familia situación que motivó se inicie
proceso sumario administrativo interno en su contra.
Dentro de la sustanciación del proceso sumario referido, el 25 de abril de 2011 fue notificado con la
Resolución Administrativa (RA) 007/21-04-2011 (Auto Final de proceso disciplinario administrativo),
emitido por el Tribunal Disciplinario Administrativo de la referida Dirección, por el cual se le hizo
conocer que fue retirado de sus funciones como Director del nivel secundario de la Unidad Educativa
“Buenas Nuevas”, cargo que ostentaba fruto de un proceso de institucionalización y se le aplicó la
sanción de descenso a un cargo inferior.
Contra dicha Resolución interpuso recurso de revocatoria que fue resuelto por RA024/2011 de 7 de
mayo, notificada con dos tenores diferentes, ratificando el fallo emitido por el Tribunal
Disciplinario Administrativo de la Dirección Distrital de Educación III del departamento de Santa
Cruz, fallo que al ser lesivo a sus intereses impugnó a través de recurso jerárquico el 5 de julio de
2011, el cual concluyó con el silencio administrativo positivo por parte del Ministerio de
Educación, por haber pasado noventa días hábiles sin que dicha autoridad hubiera pronunciado
resolución, quedando ejecutoriado y con calidad de cosa juzgada. Es decir, al haber sido
presentado el recurso jerárquico el 5 de julio de 2011, sus efectos se produjeron el 11 de noviembre
del mismo año, fecha en la que caducó el plazo establecido de noventa días hábiles administrativos
con que contaba dicha autoridad para resolver expresamente el recurso jerárquico interpuesto. Sin
embargo, el Director Distrital de Educación III de Santa Cruz, no cumplió ni ejecutó lo tácitamente
determinado por el referido Ministerio de Educación, conforme prueba con la carta notariada
remitida el 12 de diciembre del citado año.
Además, refiere que la Resolución en mención carece de validez porque fue firmada por la misma
autoridad que resolvió el recurso de revocatoria, es decir, el Director Departamental de Educación
(ex SEDUCA) quien debió haber remitido el recurso jerárquico ante el Ministro de Educación,
autoridad competente para resolver el mismo en cumplimiento del art. 66.III de la Ley de
Procedimiento Administrativo (LPA). Se apersonó ante el Ministerio de Educación para estar a
derecho, ante la eventualidad de que los demandados no cumplirían con remitir su recurso
jerárquico.
El accionante estima vulnerados sus derechos al debido proceso, la “seguridad jurídica”, al trabajo
y estabilidad laboral, a la seguridad social y a la vida, citando al efecto los arts. 46.I, 49.III y 115.II
de la Constitución Política del Estado (CPE).
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I.1.3. Petitorio
Solicita se le conceda tutela y se disponga su restitución inmediata al cargo de Director del nivel
secundario de la Unidad Educativa “Buenas Nuevas” y el pago de sus haberes devengados,
restitución de su nombre en las planillas de pago de haberes del Ministerio de Educación, los
aportes a la seguridad social a largo y corto plazo, el bono de antigüedad que indebida e
ilegalmente le fueron suprimidos, así como se mantenga firme la decisión asumida por el Ministro
de Educación en la resolución del recurso jerárquico de 5 de julio de 2011 y nula la RA 035/2011,
que supuestamente resolvió su recurso jerárquico, por ser atentatoria al debido proceso y a la
seguridad jurídica.
Resulta imprescindible indicar con carácter previo que el acta de la audiencia pública del Tribunal
de garantías, fue redactada o copiada de manera ininteligible y desordenada, dificultando su lectura
y por ende el análisis esgrimido en ella.
Celebrada la audiencia pública el 2 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 92 a
100 de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante ratificó y amplió la acción de amparo constitucional presentada en los
siguientes términos: a) La primera irregularidad del proceso administrativo seguido en contra del
accionante fue desconocer lo dispuesto por el art. 28 del Decreto Supremo (DS) 26398, que señala
que el retiro de los profesores que ejercen cargos administrativos, como es un Director de Unidad
Educativa sólo será posible cuando alguno de los órganos de participación popular en educación lo
pida, es decir, no prevé la posibilidad de una sola denuncia como ocurrió en su caso y si bien hubo
una segunda denuncia, ésta nunca le fue notificada; b) La resolución administrativa sancionadora
en su contra carece de fundamentación jurídica; c) El Director Distrital de Educación III de la
Capital en lugar de remitir el recurso jerárquico ante el Ministerio de Educación, conforme lo
establece el art. 66.III de la LPA, dictó el mismo usurpando funciones de dicha entidad,
inobservando el principio administrativo de avocación consagrado en el art. 9 de la LPA, que para
operar tiene que ser a través de resolución expresa y motivada; y, d) Se ha lesionado el derecho a la
salud de su representado porque al haberlo cesado injustamente de su cargo ya no tiene seguro
social de corto plazo y requiere del mismo porque tiene la enfermedad de chagas.
En el informe oral presentado en audiencia cursante de fs. 95 a 97, por los abogados de la parte
demandada, quienes manifestaron lo siguiente: 1) La norma aplicable al accionante, al ser un
director de unidad educativa, que pertenece a la carrera administrativa es el DS 212414, norma que
se le aplicó por soslayar la obligación de impedir cobros indebidos en la Unidad Educativa donde
trabajaba, además de haber permitido que los alumnos golpeen a una profesora colega de edad
avanzada que lo denunció; y, 2) El Tribunal administrativo que procesó y sancionó al accionante
está compuesto por tres personas, Presidente, Secretario y Actuario, quienes firmaron el Auto
Inicial y Auto Final del proceso administrativo seguido en su contra, los cuales no se encuentran en
la audiencia. Por cuyos motivos, solicitaron que la acción interpuesta sea declarada improcedente.
I.2.3. Resolución
Los Vocales de la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, por
Resolución 06/2012 de 2 de febrero, cursante de fs. 97 a 100, concedió la tutela solicitada y
dispuso la inmediata restitución del accionante al cargo que venía desempeñando anteriormente
y, en consecuencia, anuló las Resoluciones de los recursos de revocatoria y jerárquico, a efecto de
que se reencause el procedimiento en base a la Ley de Procedimiento Administrativo, respetando la
competencia para resolver ambos recursos, aclarando que una vez ejecutoriadas las Resoluciones
que se dicten, recién se podrán ejecutar y disponer los fallos de carácter sancionatorios que son
consecuencias de este procedimiento.
La parte demandada, solicitó aclaración y enmienda en la audiencia señalando que el hecho de anular
solamente la resoluciones de revocatoria y jerárquico determina que el Tribunal de garantías está dando
por bien hecho la resolución administrativa sancionadora dictada en contra del accionante y que no está
claro si se anula o no. A cuya solicitud, en vía de aclaración el Tribunal de garantías señaló que: a) No se
anuló el procedimiento administrativo sino las Resoluciones de revocatoria y jerárquica; y, b) No se
puede ejecutar la Resolución sancionatoria por el principio de presunción de inocencia (art. 74 de la
LPA), porque no se encuentra ejecutoriada, lo cual implica la forzosa e imperiosa restitución del
accionante al cargo que anteriormente ejercía con todos los salarios y derechos inherentes que le
correspondía a sus funciones. Es decir, esa Resolución recién podrá ser ejecutada después de ser
resueltos los recursos de revocatoria y jerárquico, cuando adquieran la calidad de cosa juzgada.
Al no haber encontrado consenso en sala, de conformidad al art. 30.I.6 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional (LTCP), se procedió a convocar al Presidente del Tribunal
Constitucional Plurinacional de Bolivia a fin de dirimir con su voto el caso en análisis.
II. CONCLUSIONES
II.2. Dentro del proceso disciplinario administrativo seguido a denuncia de Fanny Hurtado Paz,
Directora del nivel primario, turno mañana de la Unidad Educativa Fiscal Evangélica “Buenas
Nuevas” contra Francisco Vedia Aldana, Director del nivel secundario, turno mañana de la misma
Unidad Educativa -ahora accionante-, mediante RA 003/18-03-2011, el Tribunal Disciplinario
Administrativo III de la Dirección Distrital de Educación III de Santa Cruz, pronunció Auto Inicial
del proceso disciplinario por faltas graves y muy graves contenidas en la RS 212414 en los
siguientes artículos: 10 inc. d) exacción a los padres de familia, 10 inc. o) venta de uniforme y
distintivos dentro la Unidad Educativa, 11 inc. b) no rendición de cuentas recaudadas por concepto
de la pesca milagrosa, dineros recaudados por rifas, quermeses y otras actividades, 10 inc. p)
maltrato físico y psicológico a los alumnos establecido en el Reglamento Interno, 10.II compra de
libros sin darle uso y la no aplicación del Plan de Estudio del Ministerio de Educación, y 11 inc. a)
reincidencia voluntaria de resistencia a disposiciones superiores (fs. 41 a 43).
II.5. Por memorial de 5 de julio de 2011, el accionante interpuso ante la Dirección Departamental
de Educación Santa Cruz, recurso jerárquico (fs. 8 a 14) que fue resuelto por RA 035/2011, de 18
de julio, por Bartolomé Puma Velásquez, Director Departamental de Educación, rechazando
el recurso jerárquico en aplicación a lo establecido en el art. 31 del DS 23968 de 24 de febrero de
1995 (fs. 61 a 62)
II.6. Por nota de 7 de diciembre de 2011, dirigida al Director Distrital de Educación III de Santa
Cruz, el accionante y otras solicitaron su reincorporación a los cargos de Dirección en la Unidad
Educativa “Buenas Nuevas” en cumplimiento del fallo del recurso jerárquico presentado ante el
Ministerio de Educación y culturas, señalando que mereció una respuesta favorable a su petición,
por haberse operado el silencio administrativo positivo según lo dispuesto en el art. 67.II de la LPA
y por ende proceda a su reincorporación como Director de la Unidad Educativa (fs. 59 y 60), que
fue resuelta por proveído de 12 del mismo mes y año, por el Director Distrital de Educación III de
Santa Cruz, en sentido de que dicha solicitud era impertinente e improcedente “…toda vez que el
recurso planteado ha sido reiterado y que a la fecha el mismo se encuentra ejecutoriado y al no
existir recurso ulterior, se mantiene firme sustentado al fallo donde se impone la sanción la
remoción al cargo de docentes” (fs. 58).
en su contra ya que hace veintiún días que se encuentra en el Tribunal Departamental de Educación
de Santa Cruz (fs. 63 a 64)
III.1. El ejercicio de la potestad sancionadora disciplinaria del Estado debe respetar, entre otras la
garantía del debido proceso. Su sustento, el modelo de Estado Constitucional de Derecho
Plurinacional Comunitario e intercultural
Una de las consecuencias, es que el razonamiento jurídico de las servidoras y servidores públicos del
Estado, del nivel central y de las entidades territoriales autónomas, debe partir de la Constitución Política
del Estado, de sus normas constitucionales-principios atendiendo las características del nuevo modelo de
Estado que los sustentan.
Más adelante dicha Sentencia Constitucional Plurinacional precisó que las normas constitucionales
principios: “…no son otra cosa que los valores, principios, derechos fundamentales y garantías
constitucionales, es decir, la 'moral objetivada-positivada, 'meta-normas' que informan, orientan al
poder público y a la convivencia social, las relaciones entre el ciudadano y el Estado y entre
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a) El debido proceso, está reconocido como derecho fundamental, garantía jurisdiccional y derecho
humano en las normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE, art. 8 de la Convención
Americana de Derechos Humanos (CADH) y art. 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (PIDCP).
El art. 115.II de la CPE, reconoce que: “El Estado garantiza el derecho al proceso, a la defensa y a
una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”.
A su vez, el art. 117.I de la CPE, consagra:”Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido
oída y juzgada previamente en un debido proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya sido
impuesta por autoridad judicial competente en sentencia ejecutoriada”.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la
ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación
de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los
mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la
justicia”(las negrillas son agregadas)
Así en el caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá (Sentencia de 2 de febrero de 2001, Fondo,
Reparaciones y Costas) entendió que: “… cualquier actuación u omisión de los órganos estatales
dentro de un proceso, sea administrativo sancionatorio o jurisdiccional, debe respetar el debido
proceso legal”, derecho que “… es un derecho humano el obtener todas las garantías que
permitan alcanzar decisiones justas, no estando la administración excluida de cumplir con este
deber. Las garantías mínimas deben respetarse en el procedimiento administrativo y en cualquier
otro procedimiento cuya decisión pueda afectar los derechos de las personas” (párrafos 124 y
127).
“El respeto a los derechos humanos constituye un límite a la actividad estatal, lo cual vale para
todo órgano o funcionario que se encuentre en una situación de poder, en razón de su carácter
oficial, respecto de las demás personas. Es, así, ilícita, toda forma de ejercicio del poder público
que viole los derechos reconocidos por la Convención. Esto es aún más importante cuando el
Estado ejerce su poder sancionatorio, pues éste no sólo presupone la actuación de las autoridades
con un total apego al orden jurídico, sino implica además la concesión de las garantías mínimas
del debido proceso a todas las personas que se encuentran sujetas a su jurisdicción, bajo las
exigencias establecidas en la Convención” (párrafo 68).
“Ya la Corte ha dejado establecido que a pesar de que el citado no especifica garantías mínimas en
materias que conciernen a la determinación de los derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal
o de cualquier otro carácter, el elenco de garantías mínimas establecido en el numeral 2 del mismo
precepto se aplica también a esos órdenes y, por ende, en ese tipo de materias el individuo tiene también
el derecho, en general, al debido proceso que se aplica en materia penal” (párrafo 70).
“De conformidad con la separación de los poderes públicos que existe en el Estado de Derecho, si
bien la función jurisdiccional compete eminentemente al Poder Judicial, otros órganos o
autoridades públicas pueden ejercer funciones del mismo tipo. Es decir, que cuando la
Convención se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un “juez o tribunal competente”
para la “determinación de sus derechos”, esta expresión se refiere a cualquier autoridad pública,
sea administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y
obligaciones de las personas. Por la razón mencionada, esta Corte considera que cualquier
órgano del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente jurisdiccional, tiene la
obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso legal en los
términos del artículo 8 de la Convención Americana”. (párrafo 71)
“…toda actividad sancionadora del Estado, sea en el ámbito jurisdiccional o administrativo, debe ser
impuesta previo proceso, en el que se respeten todos los derechos inherentes a la garantía del debido
proceso, entre los cuales se encuentra el derecho a la defensa, que implica a su vez, entre otros
elementos, la notificación legal con el hecho que se le imputa al afectado, y con todas las actuaciones y
resoluciones posteriores, la contradicción y presentación de pruebas tendentes a desvirtuar la
acusación, la asistencia de un defensor, el derecho pro actione ó a la impugnación; asimismo, el
derecho a la defensa, se relaciona directamente con los derechos a la igualdad de las partes ante la ley
y ante su juzgador, al juez natural y a la seguridad” (las negrillas son añadidas).
El Tribunal Constitucional aplicó este entendimiento a infinidad de casos que fueron resueltos en
su jurisdicción entendiendo que todos los principios y garantías propias del derecho penal se
aplican también extensivamente en el ámbito administrativo sancionador.
De ahí que es posible concluir que el reconocimiento de los típicos medios de impugnación de los
actos administrativos, reconocidos en el orden legal (Ley de Procedimiento Administrativo), a
través de dos instancias: el recurso de revocatoria y el recurso jerárquico, son formas procesales
de impugnación en sede administrativa, instituidas por el legislador, con base en las cuales
debe procederse en la vía de impugnación, es decir, es el procedimiento del ordenamiento
interno del Estado que prevé dos instancias, las que no están dirigidas a cumplir una
formalidad procesal en sí misma, sino que tienen valor en la medida que aseguren la eficacia
material de los siguientes derechos fundamentales y garantías constitucionales: i) Derecho a la
doble instancia o de recurrir ante un tribunal superior en el ámbito disciplinario sancionador y, su
nexo con ii) El derecho a la defensa en la fase impugnativa.
Es decir, en el caso, las formas del procedimiento administrativo sancionador en sus diferentes
fases, guardarán correspondencia y coherencia con el derecho al debido proceso en la medida en
que se aseguren su eficacia.
Dado el carácter sancionador del proceso disciplinario, este -en todas sus fases o instancias- tiene
que sustanciarse y resolverse garantizando el debido proceso, que tiene como componente esencial
el derecho a la defensa. En efecto si se analiza la fase de impugnación del proceso disciplinario en
sede administrativa, es posible concluir que sólo puede predicarse la eficacia material del derecho
a la defensa (art. 115.II de la CPE y 8.2 inc. f) de la CADH) cuando se otorga a las servidoras y
servidores públicos la oportunidad de ejercer un otro derecho fundamental, este es: el derecho a la
doble instancia o de recurrir ante un tribunal superior art. 8.2 inc. h) de la CADH y 14.5 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP)
El art. 8.2 inc. h) de la CADH, señala: “Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso,
toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: h) derecho
de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior”.
Por su parte, el art. 14.5 del PIDCP, estipula: “Toda persona declarada culpable de un delito
tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a
un tribunal superior, conforme a lo prescrito por la ley”.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica
(Sentencia de 2 de julio de 2004, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas)
precisando el alcance del “derecho a recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”, estableció, en
lo que en el caso interesa, las siguientes afirmaciones, cuyo subrayado es añadido:
1. El derecho de recurrir el fallo es una garantía primordial que se debe respetar en el marco del
debido proceso legal, en aras de permitir que una sentencia adversa pueda ser revisada por un
juez o tribunal distinto y de superior jerarquía orgánica (párrafo 158) (las negrillas y el
subrayado nos pertenecen)
De la acción de amparo constitucional interpuesta por el accionante en su condición de Director del nivel
secundario de la Unidad Educativa “Buenas Nuevas” de la ciudad de Santa Cruz, se tienen los siguientes
actos denunciados como lesivos que -a juicio del accionante- vulneraron sus derechos al debido proceso,
a la seguridad jurídica, al trabajo y estabilidad laboral, a la seguridad social y a la vida: 1) Refiere que el
Director Departamental de Educación, usurpando competencias del Ministerio de Educación, emitió
tanto la Resolución de revocatoria como la jerárquica; 2) Señala que al haberse operado el silencio
administrativo positivo, el Director Distrital de Educación III de la ciudad de Santa Cruz codemandado
debió cumplir y ejecutar lo tácitamente determinado por el Ministerio de Educación, lo que no ocurrió
conforme se advierte del proveído de 12 de diciembre de 2011; 3) Alega que la Resolución
administrativa sancionadora en su contra que le sancionó con el descenso a un cargo inferior carece de
fundamentación jurídica.
De los antecedentes del caso se evidencia que dentro del proceso disciplinario seguido en contra
del accionante en su condición de Director del nivel secundario de la Unidad Educativa Buenas
Nuevas de la ciudad de Santa Cruz, Bartolomé Puma Velásquez, Director Departamental de
Educación de Santa Cruz -codemando- pronunció tanto la Resolución de revocatoria
024/2011 de 7 de mayo (Conclusión II.4) como la Resolución jerárquica 035/2011 de 18 de
julio (Conclusión II.5).
De este hecho, por demás lesivo a derechos fundamentales y garantías constitucionales como se
precisará más adelante, se desprende varios razonamientos:
i) Que en el proceso disciplinario sustanciado contra el ahora accionante, se suprimió la
posibilidad de que la Resolución administrativa sancionatoria 007/21-04-2011, que resolvió
aplicarle la sanción de descenso a un cargo inferior y designarlo a otra Unidad Educativa en
calidad de profesor pueda ser revisada por un tribunal distinto y de superior jerarquía
orgánica (CIDH, caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica, Sentencia de 2 de julio de 2004,
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas).
ii) Que el accionante, en los hechos, fue procesado y sancionado disciplinariamente en única
instancia, precisamente por la supresión de la posibilidad de impugnar la decisión sancionatoria
cuestionada de adversa por un tribunal distinto y de superior jerarquía orgánica.
Ello ocasionó que el proceso disciplinario sancionador contra el accionante, que goza de garantías
mínimas, una de ellas, el debido proceso, se convierta en un proceso de única instancia de facto,
cuando el legislador ha reconocido la doble instancia instituyendo precisamente el recurso de
revocatoria y el recurso jerárquico, conforme a los cuales deben procederse en la vía de
impugnación administrativa. Recursos administrativos que como se analizó anteriormente no están
dirigidas a cumplir una formalidad procesal en sí misma, sino que tienen valor en la medida
que aseguren la eficacia material de los derechos a la doble instancia o de recurrir ante un
tribunal superior en el ámbito disciplinario sancionador y el derecho a la defensa en la fase
impugnativa.
Es decir, como efecto de la supresión del recurso jerárquico, también fueron suprimidos los
derechos fundamentales referidos, los que reconocen a quienes han intervenido en un proceso
disciplinario sancionador la posibilidad de controvertir, impugnar o cuestionar la Resolución
sancionatoria de primera instancia ante una autoridad administrativa superior y diferente a la que
emitió la sanción, para que ésta revise y corrija los defectos, vicios o errores jurídicos en los que
hubiera podido incurrir la autoridad de primera instancia. Situación que la presente acción de
amparo constitucional, debe corregir, dado que su ámbito de protección de acuerdo a la norma
contenida en el art. 128 de la CPE, “…tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos
de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.
De otro lado, ese acto ilegal, ocasionó que el ejercicio de la potestad sancionadora disciplinaria de
la Administración Pública reconocido por el orden constitucional se convierta en arbitrario e ilícito,
al no haber encontrado límites en el respeto de garantías mínimas, entre ellas, la garantía al debido
proceso, el que en su dimensión de principio es el que debe guiar el ejercicio de la potestad
sancionadora disciplinaria de la administración del Estado.
El accionante también indica otros actos denunciados como lesivos, los siguientes: 1) Que al
haberse operado el silencio administrativo positivo, el Director Distrital de Educación III de la
ciudad de Santa Cruz -codemandado- debió cumplir y ejecutar lo tácitamente determinado por el
Ministerio de Educación, lo que no ocurrió conforme se advierte del tenor del proveído de 12 de
diciembre de 2011; y, 2) Alega que la Resolución Administrativa sancionadora en su contra que le
sancionó con el descenso a un cargo inferior carece de fundamentación jurídica.
Al respecto, corresponde señalar que considerando que la ratio decidendi (razón de la decisión) de la
concesión de la presente acción de amparo constitucional, se encuentra en este apartado (Fundamento
Jurídico III.2.1, cuyo sustento está desarrollado en el Fundamento Jurídico III.1) y que los efectos de la
tutela conllevará la nulidad de la resolución jerárquica 035/2011, de 18 de julio, no existe relevancia
constitucional para analizar estos otros actos denunciados como lesivos, toda vez que: i) La denuncia de
falta de fundamentación jurídica de la resolución administrativa sancionadora, esto es el derecho de la
servidora o servidor público a que el pronunciamiento de una resolución sancionatoria sea mediante acto
motivado (principio de la motivación de los actos administrativos), podrá ser corregida en la instancia
jerárquica; y ii) la nulidad de la Resolución jerárquica, determina que no exista resolución alguna que
deba ser cumplida y ejecutada.
Por otro lado, corresponde analizar si la vulneración del derecho al debido proceso (derecho a la
doble instancia o de recurrir ante un tribunal superior y el derecho a la defensa) por los motivos
antes señalados, restringió a su vez, otros derechos fundamentales del ahora accionante, dado que
si bien el debido proceso y sus derechos constitutivos son derechos de protección autónoma,
empero, también tiene carácter instrumental, en tanto permiten el disfrute de otros derechos
sustantivos, es decir, el debido proceso es una garantía para el respeto de derechos sustantivos.
El Director Distrital de Educación de la ciudad de Santa Cruz, carece de legitimación pasiva para
ser demandado en la presente acción tutelar, debido a que no tuvo intervención alguna en el
pronunciamiento de las resoluciones del recurso de revocatoria o del recurso jerárquico, conforme
se desarrolló en la ratio decidendi (razón de la decisión) de la concesión de la presente acción de
amparo, que se encuentra en este apartado (Fundamento Jurídico III.2.1 y Fundamento Jurídico
III.1).
POR TANTO
Se hace constar que no interviene la magistrada de la Sala Tercera Dra. Ligia Mónica Velásquez
Castaños, por ser voto disidente.
VOTO DISIDENTE
Sucre, 14 de mayo de 2012
SALA TERCERA
Magistrada: Dra. Ligia Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00087-2012-01-AAC
Departamento: Santa Cruz
Partes: Francisco Vedia Aldana contra Daniel Quispe
Manchego, Director Distrital de Educación III y
Bartolomé Puma Velásquez, Director Departamental
de Educación ambos de Santa Cruz.
I. ANTECEDENTES
Del contenido de la petición de tutela, se establece lo siguiente: que el objeto de la tutela versa
sobre el resguardo de los derechos al debido proceso, a la seguridad jurídica, al trabajo y a la
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estabilidad laboral, a la seguridad social y a la vida, contenidos en los arts. 115.II, 49.III y 46.I de
la Constitución Política del Estado (CPE); asimismo, la causa de la tutela implica la denuncia de
tres actos lesivos esenciales: 1) La usurpación de competencias del Director Departamental de
Educación, así en el proyecto de manera textual se transcribe la denuncia de la parte accionante con
el siguiente tenor: “que el Director Departamental de Educación, usurpando competencias del
Ministerio de Educación, emitió tanto la Resolución de revocatoria como la jerárquica” (sic); 2) La
carencia de fundamentación de la resolución administrativa sancionadora emitida en contra de la
accionante; y, 3) El incumplimiento de los efectos del silencio administrativo positivo por parte del
Director Distrital de Educación, toda vez que al no haber respondido el Ministerio de Educación,
sería aplicable esta institución jurídica.
En base a estos antecedentes, se tiene que los puntos diferenciales en relación a la sentencia objeto
de disidencia, son los siguientes aspectos:
II.1. Considerando que una denuncia taxativa realizada por la parte accionante versa sobre el tema
de “usurpación de competencias”, es evidente que éste tópico se encuentra dentro del ámbito de
tutela del Recurso Directo de Nulidad de acuerdo a la SC 0099/2010-R de 10 de mayo, sin
embargo y sin modificar esta línea, en aplicación excepcional del principio pro-actione, para
situaciones en las cuales exista una manifiesta, grosera e irreparable vulneración a derechos
fundamentales, de manera excepcional y aplicando el método de la ponderación, con la
finalidad de asegurar la justicia material, flexibilizando para este efecto presupuestos
procesales, solamente con la finalidad de asegurar la materialización de los valores justicia e
igualdad, es factible tutelar el derecho a la competencia como elemento del debido proceso a
través de la acción de amparo constitucional.
II.2. En el caso de autos, definitivamente existe una manifiesta, grosera e irreparable vulneración al
derecho al debido proceso vinculado con una usurpación de competencias que además incide en la
garantía de la doble instancia, por esta razón, es menester conceder la tutela, pero para ello, con la
finalidad de brindar mayor seguridad al justiciable, antes de analizar la temática del debido
proceso, es importante fundamentar la razón jurídica por la cual esta problemática está siendo
analizada a través de la acción de amparo constitucional, argumentación que necesariamente debe
considerar dos aspectos esenciales la SC 0099/2010-R de 10 de mayo y el desarrollo dogmático del
principio pro-actione.
II.3. La sentencia objeto de referencia, si bien concede la tutela considerando como un elemento
esencial la garantía de la doble instancia; empero, a través de la acción de amparo constitucional,
de manera tácita, tutela la garantía de la competencia -pues este es un aspecto expresamente
denunciado-; este es precisamente el punto diferencial de argumentación, puesto que, considero
relevante la fundamentación que sustente los aspectos constitucionales que sustenten las razones
por las cuales en el caso concreto y sin que este hecho implique modulación o cambio de
entendimiento jurisprudencial, se conceda la tutela a través de la acción de amparo constitucional.
II.4. El análisis directo de la problemática, podría interpretarse como una modulación o cambio tácito
de jurisprudencia, máxime cuando la SC 0099/2010-R de 10 de mayo fue y es aplicada de manera
uniforme.
En el marco de lo señalado, debe iniciarse un análisis a partir del diseño del sistema reparador de
control plural de constitucionalidad adoptado por el Estado Plurinacional de Bolivia, el cual
tiene tres componentes esenciales: a) El control tutelar de constitucionalidad; b) El control
normativo de constitucionalidad; y, c) El control competencial de constitucionalidad. En ese
orden, el control tutelar de constitucionalidad, tiene la finalidad de resguardar todos los derechos
insertos en el Bloque de Constitucionalidad, por su parte, el control normativo de
constitucionalidad, está diseñado para precautelar el principio de Supremacía de la Constitución
a través de la verificación en cuanto a compatibilidad de contenido de toda norma de carácter
general con el Bloque de Constitucionalidad; finalmente, el control competencial de
constitucionalidad, tiene la finalidad de dirimir a la luz de la Constitución los conflictos de
competencia y además resguardar la garantía de la competencia. En base a las precisiones
desarrolladas, se tiene que la acción de amparo constitucional, específicamente disciplinada por
los arts. 128 y 129 de la CPE, es un mecanismo inserto dentro del brazo tutelar de
constitucionalidad, cuyo ámbito de protección es la tutela pronta y oportuna de derechos
fundamentales, siempre y cuando estos no tengan un mecanismo específico de defensa de
derechos.
Por su parte, el Recurso Directo de Nulidad, reconocido en el art. 202.12 de la CPE y 157 y
siguientes de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), dentro del sistema
reparador y plural de control de constitucionalidad, tiene una naturaleza jurídico-constitucional
mixta enmarcada tanto dentro del control tutelar como competencial de constitucionalidad. Este
razonamiento encuentra sustento en el objeto de protección de este mecanismo constitucional de
defensa, toda vez que siguiendo el entendimiento plasmado en la SC 0099/2010-R de 10 de mayo,
éste tiene la finalidad de tutelar un elemento específico del derecho al juez natural que es la
garantía de competencia, aspecto inmerso dentro del radio de control tutelar de constitucionalidad,
elemento que además se encuentra resguardado por el control competencial de constitucionalidad.
De acuerdo a los presupuestos antes citados, debe establecerse que el Recurso Directo de
Nulidad, protege la garantía de la competencia contra actos o resoluciones concretos,
pronunciados en usurpación de competencias, ejercicio de jurisidicciones o potestades que no
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emanen de la Ley ó emitidos por autoridad jurisdiccional en cesantía o suspendida. Por su parte,
la acción de amparo constitucional, es un mecanismo tutelar destinado a resguardar y en su caso
restituir derechos fundamentales no tutelados por otros mecanismos de defensa, por cuanto, al
estar la garantía de la competencia resguardada por el recurso directo de nulidad, este
presupuesto del derecho al debido proceso, no se encuentra tutelado por la acción de amparo
constitucional.
Por lo señalado, se establece que las bases y postulados del Estado Constitucional de Derecho,
constituyen el elemento legitimizador y directriz del ejercicio del control de constitucionalidad,
por esta razón, el último y máximo contralor de constitucionalidad como es el Tribunal
Constitucional Plurinacional, no puede consentir actos que impliquen una manifiesta y grosera
violación a derechos fundamentales, por ser estos contrarios al pilar estructural del Estado
Plurinacional de Bolivia.
En el marco de lo señalado y como consecuencia directa de los postulados propios del Estado
Constitucional de Derecho, el principio pro-actione se configura como una pauta esencial no
solo para la interpretación de derechos fundamentales, sino también como una directriz esencial
para el ejercicio del control de constitucional y la consolidación del mandato inserto en la
cláusula estructural del Estado plasmada en el art. 1 de la CPE; además, esta pauta, asegura el
cumplimiento eficaz de los valores justicia e igualdad material, postulados axiomáticos
directrices del nuevo modelo de Estado y reconocidos de manera expresa en el Preámbulo de la
Constitución y en el art. 8.1 también del texto constitucional.
En el orden de ideas expuesto, toda vez que de acuerdo al art. 13.IV de la CPE, los derechos
fundamentales deben ser interpretados de acuerdo al bloque de convencionalidad imperante, es
decir en el marco del contenido de los tratados internacionales referentes a derechos humanos, es
evidente que en virtud a esta pauta, deben aplicarse las pautas de interpretación para derechos
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1119
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
La postura antes señalada, ha sido adoptada también por el otrora Tribunal Constitucional, el
cual, en el ejercicio de su rol de control de constitucionalidad, en casos concretos aplicó el
principio pro-actione, haciendo prevalecer con su decisión la justicia material por sobre la
justicia formal en caso de graves lesiones a derechos fundamentales, así, este razonamiento ha
sido expresamente desarrollado por las SSCC 1044/2003-R1138/2004-R, 1294/2006-R, entre
muchas otras. Estos entendimientos, de acuerdo a la argumentación jurídica desarrollada
precedentemente y al ser acordes con el nuevo régimen constitucional, deben ser adoptadas por
el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Tal como se tiene dicho, en virtud al principio pro-actione, frente a lesiones manifiestas,
irreversibles y groseras a derechos fundamentales, excepcionalmente podrá tutelarse este
elemento del debido proceso a través de la acción de amparo constitucional, en ese orden, debe
señalarse que a partir de la separación de órganos, la función administrativa, debe ser ejercida a
través de competencias, atribuciones y potestades administrativas, las cuales se encuentran
sujetas a un bloque normativo imperante, el cual asegura un ejercicio imparcial y respetuoso de
derechos fundamentales por parte de la función administrativa.
Luego de haber desarrollado de acuerdo a los postulados de teoría constitucional los problemas
jurídicos planteados en el inicio de la parte argumentativa del presente fallo, a partir de los
mismos, corresponde ahora su aplicación en la presente problemática, tarea que será
desarrollada infra.
Tal como se señaló en el Fundamento Jurídico III.1 de la presente disidencia, el Recurso Directo
de Nulidad, protege la garantía de la competencia contra actos o resoluciones concretos,
pronunciados en usurpación de competencias, premisa a partir de la cual, se establece que la
acción de amparo constitucional, es un mecanismo tutelar destinado a resguardar y en su caso
restituir derechos fundamentales no tutelados por otros medios de defensa, por cuanto, al estar la
garantía de la competencia resguardada por un medio de defensa específico, este presupuesto del
derecho al debido proceso, no se encuentra tutelado por la acción de amparo constitucional,
debiendo en este caso, activarse el Recurso Directo de Nulidad.
Ahora bien, en el Fundamento Jurídico 2 de esta disidencia, se señaló también que en el marco
de los postulados del Estado Constitucional de Derecho, el principio pro-actione, en casos de
manifiestas, irreversibles y groseras vulneraciones a derechos fundamentales, asegura la
prevalencia de la justicia material en relación a la justicia formal, por tanto, merced a esta pauta
con génesis directa en el artículo 29 de la Convención Americana de Derechos Humanos, a
través de la labor de ponderación de derechos, la justicia como valor rector del orden
constitucional, inclina la balanza para la tutela de derechos fundamentales que en caso de no
flexibilizarse los procedimientos establecidos consolidarían un atentando al Estado
Constitucional de Derecho, por ser irreversibles los efectos de la vulneración a derechos.
En el orden de ideas desarrollado, puede colegirse que toda denuncia referente a usurpación de
competencias, debe ser objeto de control de constitucionalidad a través del Recurso Directo de
Nulidad; sin embargo, frente a una grosera, irreversible y manifiesta lesión a la garantía de
competencia, las formalidades o presupuestos procesales para la activación del control de
constitucionalidad, deben flexibilizarse, por cuanto este aspecto de manera excepcional podrá
aperturarse a través de la acción de amparo constitucional para evitar así un grave e irreparable
atentado a la garantía de la competencia y por ende a las reglas del debido proceso.
En mérito a este razonamiento, en la especie, debe determinarse si existe una situación grave e
irreparable, plasmada en una grosera y manifiesta lesión a la garantía de competencia que
justifique la flexibilización excepcional de presupuestos procesales y la tutela de este aspecto a
través de la acción de amparo constitucional; entonces, por lo señalado y de acuerdo a los datos
que informan la presente causa, se tiene que por Resolución 024/2011 de 7 de mayo de 2011,
Bartolomé Puma Velásquez -autoridad ahora demandada-, en su calidad de Director
Departamental de Educación de Santa Cruz, resuelve el recurso de revocatoria interpuesto
por la parte accionante.
Posteriormente, como consecuencia del recurso jerárquico interpuesto por la parte ahora
accionante, mediante Resolución Administrativa 035/2011 de 18 de julio, también suscrita
por Bartolomé Puma Velásquez, en su calidad de Director Departamental de Educación de
Santa Cruz, esta autoridad resuelve el recurso jerárquico planteado.
De la compulsa de estas dos resoluciones, se establece que tanto la Resolución 023/2011 que
resuelve el recurso de revocatoria, como la Resolución Administrativa que resuelve el recurso
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
jerárquico interpuesto por la parte accionante, se encuentran suscritas por Bartolomé Puma
Velásquez, en su calidad de Director Departamental de Educación de Santa Cruz.
En el marco de los antecedentes referidos, debe precisarse que la garantía de competencia como
elemento del juez natural y por ende del debido proceso, en este caso debe ser tutelada de
manera excepcional mediante la presente acción de amparo constitucional, por existir en el caso
de autos una manifiesta, irreparable y grosera usurpación de competencias por parte de
Bartolomé Puma Velásquez. Por lo señalado, se colige que esta manifiesta vulneración a la
garantía de la competencia, por exigencias formales, no puede ser consentida ni menos aún
convalidada en un Estado Constitucional de Derecho, en ese orden, frente a esta grave
vulneración, en aplicación del principio pro-actione, no podría rechazarse la presente causa por
no activarse el mecanismo idóneo de tutela, es decir el Recurso Directo de Nulidad, un
razonamiento contrario, haría irreparable la lesión ocasionada a este presupuesto del debido
proceso.
De la misma forma, las afectaciones antes referidas, vulneran también el derecho al trabajo, el
cual, se encuentra expresamente reconocido por el art. 46 de la CPE, en ese orden, se tiene que
en cuanto a este derecho, sin ser excluyentes, de acuerdo al régimen constitucional, conforman
su núcleo esencial dos aspectos esenciales: 1) El derecho al trabajo equitativo; y, 2) El derecho a
una fuente laboral en condiciones equitativas. En ese orden, el resolver un recurso jerárquico en
una manifiesta usurpación de competencias y confirmar una decisión que afecta directamente en
una fuente de trabajo, confirmando una decisión que en el caso concreto resuelve en primera
instancia y en contra de la accionante el descenso a su fuente de trabajo, implica también una
afectación del derecho a una fuente laboral en condiciones equitativas y al derecho al trabajo
equitativo. Asimismo, la confirmación en manifiesta usurpación de competencias de un ascenso
laboral, implica también afectación al contenido esencial del derecho a la seguridad social, el
cual se encuentra reconocido por el art. 45 de la CPE.
VI.1.2. En cuanto a los otros actos denunciados como lesivos a los derechos de la
accionante
Considerando que el primer acto será tutelado, por los efectos de la concesión de tutela, no
existe relevancia constitucional para analizar estos otros actos denunciados como lesivos, razón
por la cual, en estos supuestos, no se ingresará al análisis de la problemática.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 00033-2012-01 AL
Departamento: Pando
Por memorial presentado el 6 de enero de 2012, cursante de fs. 5 a 6, los accionantes, a nombre
de su representado, señalan que:
Dentro del proceso penal seguido contra su representado a denuncia de su cónyuge por el delito
de asesinato, interpuso recurso de apelación contra el Auto Interlocutorio 278/2011 de 13 de
diciembre, que le impuso medidas cautelares de detención preventiva, dictada por el Juez
Primero de Instrucción en lo Penal, ahora demandado, argumentando que dicha autoridad “no
podía convalidar actos considerados nulos de pleno derecho” (sic), toda vez que la denunciante
se encontraba comprendida dentro de las prohibiciones contenidas en el art. 35 del Código de
Procedimiento Penal (CPP); empero, los Vocales demandados, confirmaron el fallo impugnado,
sin manifestarse sobre los puntos apelados.
I.1.3. Petitorio
La parte accionante, a nombre de su representado, solicitó que sean revocadas las Resoluciones
dictadas tanto por el Juez Primero de Instrucción en lo Penal, así como por los Vocales de la
Sala Penal y Administrativa en apelación, mismas que vulneraron los derechos de su defendido
al no considerar que, la investigación fue iniciada a denuncia de su esposa y que por disposición
expresa del art. 35 del CPP, su cónyuge no puede denunciarlo ni seguir acción penal, situación
que no fue tomada en cuenta por los demandados, quienes únicamente analizaron los arts. 233,
234 y 235 de la norma antes señalada, motivo por el cual, su mandante se encuentra ilegalmente
detenido.
Antonio Fagalde Revilla, Vocal de la Sala Penal y Administrativa, en audiencia manifestó que,
el representado de los accionantes fue detenido y sometido a medidas cautelares, toda vez que
los peligros de fuga y obstaculización fueron fundamentados, esta determinación fue apelada;
sin embargo, el recurso presentado, no hacía referencia a las medidas cautelares impuestas; en
consecuencia, se procedió a pronunciar resolución respecto al contenido de la apelación,
habiéndose confirmado la Resolución del Juez a quo.
Asimismo, señaló que la investigación se inició por denuncia de malos tratos presentada por la
supuesta concubina del imputado, siendo que durante la misma, surgió la denuncia del asesinato,
situación que motivó al Ministerio Público a iniciar las investigaciones respecto al ilícito.
Finalmente, si los accionantes, a nombre de su mandante, consideraron que la concubina no
podía presentar la denuncia, y que se habrían cometido vicios procesales, debió haber
interpuesto el incidente que correspondía y no acudir a la presente acción; es decir, se apeló el
Auto Interlocutorio 278/2011, pero sin la debida fundamentación y sin elementos probatorios
que demuestren que la denunciante, sea efectivamente la concubina del imputado.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. El 11 de diciembre de 2011, Celia de la Cruz Palla, sentó denuncia formal en dependencias
de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) contra Abrahan Tirina Puma, por la
supuesta comisión de delito de asesinato, habiendo dispuesto el Fiscal de Materia III, la
aprehensión del acusado al existir suficientes indicios respecto a su participación o autoría en la
comisión del delito de asesinato previsto y sancionado por el art. 252.3 y 1 del CPP (fs. 11, 20 a
21).
II.2. Por memorial de 12 de diciembre de 2011, el Fiscal de Materia III, Juan Lionel Pizarro
Fuentes, presentó ante el Juez de Instrucción en lo Penal de turno de Cobija, imputación formal
contra Abrahan Tirina Puma, por la presunta comisión del delito de asesinato, previsto y
sancionado por el art. 252 del Código Penal (CP), solicitando su detención preventiva (fs. 26 a
31).
II.3. En audiencia de medidas cautelares celebrada el 13 de diciembre de 2011, los abogados del
imputado, solicitaron se declare la ilegalidad de la aprehensión, señalando que la misma no
había sido dispuesta mediante resolución fundamentada y que tampoco fue de conocimiento del
sindicado, por lo que, por Auto dictado en audiencia, se declaró la ilegalidad de la aprehensión;
en consecuencia, el Juez de la causa, pronunció el Auto Interlocutorio 278/2011, mediante el
cual dispuso la detención preventiva del imputado en el recinto penitenciario de Villa Busch,
con el argumento de que concurrían los riesgos establecidos en los numerales 1 y 2 del art. 233
del CPP; es decir, peligro de fuga y obstaculización, toda vez que el encausado no había
demostrado tener familia y trabajo estables, así como, existía la posibilidad de que éste pudiera
influenciar negativamente a los testigos, destruir o alterar prueba, máxime si al momento de su
detención intentó darse a la fuga y que, hasta la fecha, el arma de fuego no ha sido encontrada;
dejándose claramente establecido que la medida de detención preventiva impuesta contra el
imputado, “no es definitiva ya que la misma tiene carácter provisional, variable y temporal”
(sic), emitiendo la autoridad jurisdiccional, el correspondiente mandamiento a su detención
preventiva en la misma fecha (fs. 34 a 39).
II.4. El ahora representado por los accionantes, el 17 de diciembre de 2011, interpuso recurso de
apelación contra el Auto Interlocutorio 278/2011, señalando que la autoridad jurisdiccional, al
pronunciar la referida determinación omitió considerar que la denunciante era su esposa y que
por mandato del art. 35 del CPP, se encontraba dentro de las prohibiciones y limitaciones en el
ejercicio de la acción penal, situación que tampoco fue tomada en cuenta por la autoridad Fiscal,
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1126
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II.5. Mediante resolución de 3 de enero de 2012, la Sala Penal y Administrativa del Tribunal
Departamental de Pando, constituida en Tribunal de apelación, confirmó la resolución
impugnada (fs. 61 a 64).
Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario introducir el tema referido a la
naturaleza jurídica de la acción de libertad, puesto que de dicha esencia se podrá determinar la
viabilidad o no de la presente demanda.
Mediante la SCP 0037/2012 de 26 de marzo, este Tribunal sostuvo que: “La acción de libertad
conocida en el derecho comparado y en nuestra legislación abrogada como 'recurso de habeas
corpus', encuentra fundamento en innumerables instrumentos normativos de orden
internacional como en la Declaración Americana sobre Derechos y Deberes del Hombre,
Declaración Universal de Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, disposiciones normativas que forman parte del bloque de constitucionalidad, de
conformidad a lo dispuesto por el art. 410 de la CPE. Se trata de un mecanismo de defensa
constitucional extraordinario de carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la
protección inmediata y efectiva de los derechos fundamentales a la libertad física como de
locomoción en casos de detenciones, persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o
indebidos por parte de servidores públicos o de personas particulares; así como a la vida,
cuando esté en peligro.
En tal sentido, debe señalarse que la ingeniería dogmática de la acción de libertad está
diseñada sobre la base de dos pilares esenciales, el primero referente a su naturaleza procesal y
el segundo, compuesto por los presupuestos de activación. En cuanto al primer aspecto que
configura el contenido esencial de esta garantía, es decir, su naturaleza procesal, se establece
que se encuentra revestida o estructurada con una tramitación especial y sumarísima, reforzada
por sus características de inmediatez en la protección, informalismo, generalidad e
inmediación; procede contra cualquier servidor público o persona particular, es decir, no
reconoce fueros ni privilegios. Postulados que pueden ser inferidos de la norma constitucional
antes referida.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el contenido esencial de esta garantía, se encuentra
configurado por sus presupuestos de activación, que al amparo del art. 125 de la CPE, se
resumen en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la
libertad física como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya
procesamiento indebido; y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida”.
Bajo este razonamiento, la citada resolución estableció, que el incidente de actividad procesal
defectuosa constituye un mecanismo intraprocesal que debe ser activado previamente para el
cuestionamiento a decisiones y actos jurisdiccionales.
El art. 221 del CPP, respecto a la finalidad y alcance de las medidas cautelares señala que “La
libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona por la
Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales vigentes y este
Código, sólo podrán ser restringidos cuando sea indispensable para asegurar la averiguación de
la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley”, norma concordante con los arts.
13, 14.I, 22, 23.I y III de la Constitución Política del Estado (CPE), que determinan que ninguna
persona podrá ser privada de su derecho a la libertad sino es dentro de los límites señalados por
la ley que aseguren el descubrimiento de la verdad histórica de los hechos; es decir, la libertad
personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona por la Constitución
Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales vigentes, y la ley, sólo podrán
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1128
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
Las medidas cautelares o actos coercitivos, así llamados por la doctrina, “…afectan por regla
general al imputado, a quien se puede restringir en el ejercicio de sus derechos personales (por
ejemplo, allanando su domicilio, abriendo su correspondencia, privándolo de su libertad de
tránsito o locomoción, etc.) o patrimoniales (por ejemplo, embargando sus bienes).”.
En este marco jurídico, conviene precisar que, las medidas cautelares se constituyen en
instrumentos procesales dentro de un proceso penal, que se imponen con el objeto de restringir
el ejercicio de los derechos personales o patrimoniales del imputado o de terceras personas y que
tienen como objetivo evitar los riesgos procesales que tiendan a obstaculizar el normal
desarrollo del proceso penal asegurando el efectivo cumplimiento de la posible condena; así lo
estableció la SC 0012/2006-R de 4 de enero al señalar que: “…las medidas cautelares tienen un
carácter instrumental y están dirigidas a lograr la eficacia de la coerción penal estatal, al
intentar asegurar con su aplicación: 1) la averiguación de la verdad, 2) el desarrollo del
proceso penal, y 3) el cumplimiento de la ley (ejecución de la sentencia); todo ello bajo la idea
de que sin su adopción, la labor de defensa social del Estado, expresada en la persecución
penal, no sería de modo alguno eficaz; diferenciándose así, plausiblemente, de otras
legislaciones que le asignan además de aquellos, fines de prevención general y especial.
En coherencia con lo expresado, en la parte in fine del segundo párrafo del mismo art. 221, se
precisa que las medidas '…sólo durarán mientras subsista la necesidad de su aplicación',
agregando el art. 222 del mismo código adjetivo que 'Las medidas cautelares de carácter
personal, se aplicarán con criterio restrictivo y se ejecutarán de modo que perjudiquen lo
menos posible a la persona y reputación de los afectados'”.
cautelares. Es inmediato, porque el recurso es resuelto sin demora, dado que la ley establece un
lapso brevísimo para su Resolución (tres días)” (las negrillas nos pertenecen).
“Artículo 168.- (CORRECCIÓN).- Siempre que sea posible el juez o tribunal, de oficio o a
petición de parte, advertido el defecto deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto,
rectificando el error o cumpliendo el acto omitido”.
Esta normativa faculta tanto a la autoridad judicial como a las partes, para que de oficio, en el
primer caso, o a petición de parte a través del incidente de actividad procesal defectuosa, en el
segundo, se subsanen los defectos que pudieran sobrevenir durante la tramitación del proceso; es
decir, la presente disposición procedimental, permite que a solicitud de parte o de oficio, la
autoridad que hubiera ejecutado un acto durante la tramitación del proceso que pudiera
ocasionar vicios o defectos en el proceso, podrá ser observada para su consiguiente rectificación
o subsanación.
“Artículo 251.- (Apelación) La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas
cautelares, será apelable, en el efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos horas.
Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante la Corte Superior de
Justicia en el término de veinticuatro horas.
El tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia, dentro de los tres días
siguientes de recibidas las actuaciones, sin recurso ulterior”.
Es decir que, la resolución emanada en audiencia de medidas cautelares, puede ser impugnada a
través del recurso de apelación específicamente previsto para tal fin en la disposición
procedimental precitada, en cuya instancia el Tribunal de apelación podrá aprobar o revocar la
medida impuesta.
“Artículo 398.- (Competencia) Los Tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los
aspectos cuestionados de la resolución”.
De donde se colige que, sometida a impugnación una resolución, la autoridad superior en grado,
deberá centrar su atención a resolver si las lesiones alegadas son evidentes; así lo estable la SCP
0077/2012 de 16 de abril, al señalar “De la norma legal precedente [art. 398 del CPP], de manera
general es posible concluir que los tribunales de alzada sólo pueden resolver y pronunciarse sobre
los agravios expresados en la apelación, no pudiendo ir más allá de lo que la parte apelante no
hubiere cuestionado respecto de la resolución apelada, dado que el ámbito en el que deben
circunscribir su actuación es a resolver los aspectos impugnados de quien tiene derecho de
recurrir”.
- Es un recurso de alzada pues es conocido por el órgano jurisdiccional superior en grado del que
dictó la resolución impugnada.
- Se dirige contra resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen las medidas
cautelares.
- No versa sobre cuestiones nuevas sino que está referido al contenido de la resolución
impugnada y a aquello que se declaró en el fallo.
En coherencia con lo señalado, es posible concluir que la norma contenida en el art. 251 del
CPP, prevé el recurso de apelación contra resoluciones que dispongan, modifiquen o rechacen
las medidas cautelares; por lo mismo, no podría versar sobre cuestiones ajenas a estas en razón a
que la competencia del Tribunal de apelación está circunscrito al contenido de la resolución
impugnada, es decir, a revisar y modificar en su caso la resolución que impuso dichas medidas.
En tal virtud, dada la naturaleza del recurso de apelación de medidas cautelares, éste sólo debe
constreñirse a resolver la impugnación de la decisión que determine la aplicación de alguna
medida cautelar, entre ellas, la detención preventiva.
Del análisis del marco jurídico glosado, el Tribunal Constitucional, mediante la SC 0938/2005-R
de 12 de agosto, precisó los alcances del art. 35 del CPP al señalar que: "…la prohibición de
denunciar y seguir una acción penal entre los parientes a que alude el art. 35 del CPP se
presenta cuando los delitos cometidos fueron perpetrados contra terceras personas diferentes a
ellos, es decir cuando ellos no son la víctima; sin embargo, el mismo art. 35 del CPP citado, en
su parte in fine determina parcialmente una excepción a esa prohibición, cuando reconoce que
la denuncia y consecuente acción penal entre los mismos puede darse si los delitos fueron
cometidos en forma directa contra ellos, contra sus ascendientes o descendientes, su cónyuge,
conviviente o sus hermanos. En consecuencia, la persecución penal por todo tipo de delitos es
posible entre hermanos en los supuestos descritos, aclarándose que en el caso de los delitos de
hurto, robo, extorsión, estafa, estelionato, apropiación indebida y daño que recíprocamente se
causen entre hermanos y cuñados, no existe sanción siempre y cuando se cumpla con la
condición de acreditar fehacientemente que viven juntos, lo que no impide que el damnificado
siga la acción civil que corresponda (art. 359 del CP)".
Sin embargo, tratándose de delitos de acción penal pública y respecto de delitos cometidos
contra terceros, corresponde realizar una interpretación sistemática de la norma prevista en el
art. 35 del CPP con lo señalado en el art. 16 del mismo cuerpo adjetivo, que dispone: “La acción
penal pública será ejercida por la Fiscalía, en todos los delitos perseguibles de oficio, sin
perjuicio de la participación que este Código reconoce a la víctima.
La acción penal pública será ejercida a instancia de parte sólo en aquellos casos previstos
expresamente en este Código.
El ejercicio de la acción penal pública no se podrá suspender, interrumpir ni hacer cesar, salvo
en los casos expresamente previstos por la ley”.
Asimismo, el art. 70 de la misma norma legal establece que corresponderá al Ministerio Público
dirigir la investigación de los delitos y promover la acción penal pública ante los órganos
jurisdiccionales. Con este propósito realizará todos los actos necesarios para preparar la
acusación y participar en el proceso, conforme a las disposiciones previstas en este Código y en
su Ley Orgánica.
Del texto señalado se tiene que la acción penal pública se encuentra a cargo de los órganos de la
persecución penal, esto es, el Ministerio Público, como director funcional de las investigaciones
y la Policía Boliviana como coadyuvante, acción penal pública que no puede ser suspendida,
interrumpida, salvo en los casos expresamente previstos por ley; en tal sentido, el mandato
prohibitivo contenido en el art. 35 CPP, no debe ser entendido en su literalidad, dando lugar a
concluir que en estos supuestos no podría proseguirse con el ejercicio de la acción penal pública
cuando el inicio de la investigación fue realizada a denuncia de quienes se encuentran
comprendidos en el citado precepto legal, y que por lo mismo, cualquier denuncia efectuada por
familiares, cuando se trata de la comisión de delitos de acción pública contra terceros, debe ser
considerada inválida, pues de interpretarse en tal sentido la norma analizada, daría lugar a
generar escenarios de impunidad, razonamiento no querido por el orden público.
Dicho de otra forma, si bien es evidente que la prohibición contenida en el art. 35 del CPP,
tiende a proteger valores legítimos como la integridad y cohesión de los vínculos familiares,
resguardando la armonía familiar como bien jurídico a ser protegido, y que por esta
circunstancia no podría obligarse a denunciar ni ejercitar la acción penal pública a quienes se
encuentren comprendidos en las causales prohibitivas de denuncia; sin embargo, el acto
voluntario de denuncia que efectuaren él descendiente en línea directa contra su
ascendiente y viceversa, dentro del cuarto grado de consanguinidad o por adopción; los
parientes colaterales entre sí, dentro del segundo grado de consanguinidad o por adopción;
los cónyuges y convivientes, no podrá impedir el inicio y la prosecución de la acción penal
pública, ocasión en la que, el Ministerio Público, en ejercicio de la facultad establecida en
el art. 16 del CPP respecto a todos los delitos perseguibles de oficio, por mandato del art.
70 del mismo compilado, deberá iniciar las investigaciones y promover la acción penal
contra el o los posibles autores; toda vez que de estimarse lo contrario, se incurriría en el
inadmisible razonamiento de no poder perseguir y sancionar la comisión de ilícitos
respecto de quienes se encuentran comprendidos en el art. 35 del CPP, generándose,
conforme se manifestó precedentemente, una espiral de impunidad amparada en lazos de
parentesco, que no puede ser tolerada en un Estado de Derecho; quedando así conciliadas
las normas penales de referencia.
Por Auto de 3 de enero de 2012, los Vocales de la Sala Penal y Administrativa, confirmaron la
Resolución impugnada, manifestando que, el apelante, no impugnó la imposición de las medidas
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1133
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
cautelares respecto a la concurrencia de los peligros contenidos en los arts. 233, 234 y 235 del
CPP, sino que se apartó totalmente de aquella temática, base de la resolución impugnada, y
circunscribió su petitorio en torno al art. 35 del mismo compilado legal.
Del análisis de la Resolución emitida por los Vocales demandados, es posible concluir que
dichas autoridades, enmarcaron su actuación dentro del procedimiento previsto en el art. 251 del
CPP, normativa que regula el recurso de impugnación sobre medidas cautelares, en razón a que
la competencia del tribunal de apelación está circunscrito al contenido de la resolución
impugnada; es decir, a revisar y modificar en su caso la determinación que impuso la medida.
En tal virtud, dada la naturaleza de este recurso, éste sólo debe constreñirse a resolver la
impugnación de la decisión que determine la aplicación de alguna medida cautelar, entre ellas, la
detención preventiva, salvo que la actividad procesal por defectos absolutos denunciada tenga
directa causalidad con la medida cautelar a ser impuesta, y con lógica incidencia en la
restricción indebida de la libertad.
En este contexto, los demandados con este último pronunciamiento sobre el defecto absoluto
argüido por el ahora representado, circunscribieron su Resolución al razonamiento expuesto en
el Fundamento Jurídico III.3, en el entendido de abrir su competencia a efectos de analizar la
incidencia del vicio absoluto denunciado en la medida cautelar impuesta, para así confirmar o
revocar la misma; toda vez que, la probable actividad procesal defectuosa que pueda suscitarse
en el proceso, debe ser denunciada a través de los mecanismos que el legislador prevé para el
efecto; salvo que dicha actividad procesal por defectos absolutos tenga directa causalidad con la
medida cautelar a ser impuesta, y con lógica incidencia en la restricción indebida de la libertad;
situación que ocurrió en el presente caso.
Por lo expuesto, los Vocales de Sala Penal y Administrativa, ahora demandados, actuaron en
estricto apego a la normativa legal contenida en el art. 251 del CPP, y verificando que, el Juez a
quo, efectuó una razonable apreciación de los antecedentes del proceso y de las circunstancias
particulares del caso que fueron determinantes para decidir la necesidad de imponer al imputado
la medida de detención preventiva, al concurrir los presupuestos previstos por los arts. 233.1; y
2; 234.1 y 2; y 235.1 y 2 del CPP y que el incidente formulado en apelación, si bien estaba
vinculado con la medida cautelar, motivaron su decisión de mantener dicha medida realizando
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1134
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una interpretación sistemática de lo previsto en el art. 35 del CPP y los arts. 16 y 70 de la misma
normativa; razonamiento que no lesiona los derechos reclamados por el accionante conforme se
ha señalado; por lo que no se evidencia que los Vocales ni el Juez demandados, hubieran
incurrido en lesión del derecho de libertad del representado de los accionantes.
En consecuencia, el Juez de garantías, al denegar la tutela, aunque con otros argumentos, ha
evaluado en forma correcta los datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00187-2012-01-AAC
Departamento: Santa Cruz
En revisión la Resolución 07/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 175 vta. a 177 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Sarah Mery Huanca
Ticona contra Bartolomé Puma Velásquez y Daniel Quispe Manchego, Director del Servicio
Departamental de Educación y Director Distrital III de Santa Cruz respectivamente.
Refiere la accionante haber ingresado a trabajar el año 1994 a la Unidad Educativa “Buenas
Nuevas” de la ciudad de Santa Cruz, centro educacional en el cuál desarrolló sus actividades
laborales ininterrumpidamente hasta marzo de 2009, fecha en la cual accedió a la Dirección de
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Precisa la accionante que esta Resolución, fue impugnada mediante recurso de revocatoria el 29
de abril de 2011, emitiéndose en tal virtud, la RA 023/2011 de 27 de mayo, decisión
administrativa que ratifica el fallo emitido por el Tribunal Disciplinario Administrativo de la
Dirección Distrital de Educación III del departamento de Santa Cruz; asimismo, refiere que el 7
de julio de 2011, interpuso recurso jerárquico contra la indicada Resolución, procedimiento que
en su criterio, concluyó con el silencio administrativo positivo del Ministerio de Educación.
Luego de precisar los antecedentes antes referidos, la accionante denuncia los siguientes actos:
a) Las autoridades demandadas, “…no han querido dar cumplimiento a lo tácitamente
determinado por el Ministerio de Educación y que fuera solicitado mediante carta notariada de
fecha 7 de diciembre de 2011”; b) La errónea notificación en el domicilio de su abogado con la
resolución del recurso jerárquico 33/2011; c) La Resolución 33/2001, fue emitida en flagrante
usurpación de competencias, por haber sido firmada por las mismas autoridades que suscriben la
Resolución de recurso jerárquico; y, d) La omisión de remisión del recurso en el tercer día ante
el Ministerio de Educación.
I.1.3. Petitorio
Los servidores públicos demandados, a través de sus abogados en audiencia manifestaron: 1) Los
derechos de la accionante no fueron violentados por cuanto se le siguió un proceso por faltas
cometidas en el desempeño de sus funciones; 2) El proceso de institucionalización no existe en
razón a que fue emitida la convocatoria para las Unidades Educativas Plurinacionales, motivo por
el cual todos los directores tienen que ser cambiados o “removidos” (sic); 3) La accionante no se
encuentra desamparada, por cuanto se hizo todo lo posible para que trabaje como docente en la
misma Unidad Educativa; 4) Asimismo no ha diferenciado la carrera administrativa de la carrera
docente establecida por el Decreto Supremo (DS) 23968, a la cual pertenecen todos los directores
de unidades educativas, tampoco conoce la vigencia del DS “212414”; y 5) Con la aplicación de la
Ley Avelino Siñani, ha sido posesionado un nuevo Director Distrital, por tanto la acción de amparo
constitucional se encuentra viciada de ausencia de legitimación pasiva.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, pronunció el
Resolución 07/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 175 vta. a 177 vta., mediante el cual concedió
la tutela disponiendo la anulación de las Resoluciones relativas a los recursos de revocatoria y
jerárquico, en base a los siguientes argumentos de orden legal: a) La acción de amparo
constitucional está dirigida contra las autoridades que han firmado las Resoluciones que son
motivo de esta acción, es decir, la Resolución de recurso de revocatoria y jerárquico; b) “…si se ha
producido un cambio de autoridad de la Dirección Distrital de Educación III, la acción de amparo
va dirigida contra la función, la autoridad y no contra la persona, y en segundo lugar, la nueva
autoridad ha sido citada; se evidencia en la notificación su sello y su firma, es más los abogados
que se han apersonado en esta audiencia lo han hecho con un poder del Director Departamental y
con fecha actual, de manera que dado el carácter extensivo, habiendo producido un cambio de
autoridad, después de la presentación del recurso y con la aclaración de que la acción se dirige
contra la autoridad y no así contra las personas, este Tribunal concluye que tiene toda la
legitimación pasiva para ser demandada la autoridad, en la función que desempeña y que además
ha tomado conocimiento de este recurso” (sic); c) La normativa aplicable a autos es la Ley de
Procedimiento Administrativo, norma jerárquicamente superior al DS 23968; y, d) El debido
proceso fue vulnerado por no haber sido resuelto por las autoridades competentes que debieron
conocer el recurso de revocatoria; d) En cuanto al recurso jerárquico, establece este Tribunal que
éste no fue notificado oportunamente y fue dictado por la misma autoridad que resolvió el recurso
de revocatoria, vulnerándose consecuentemente las reglas del debido proceso.
Al no haber encontrado consenso en sala, el proyecto de la Magistrada Relatora Dra. Ligia Mónica
Velásquez Castaños, de conformidad al art. 30.I.6 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), se procedió a convocar al Presidente del Tribunal Constitucional
Plurinacional de Bolivia a fin de dirimir con su voto el caso en análisis.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
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II.4. Por Resolución 023/2011 de 27 de mayo, Bartolomé Puma Velásquez, en su calidad de Director
Departamental de Educación de Santa Cruz, resuelve: Ratificar el fallo emitido por el Tribunal
Disciplinario Administrativo de la Dirección Distrital de Educación III del departamento de Santa Cruz,
en todos sus extremos, debiéndose devolver el expediente a su origen dentro del plazo legal, para su
legal notificación. Asimismo, se evidencia que con esta decisión se notifica a la ahora accionante el 22
de junio de 2011 (fs. 13 y vta.).
II.5. Por memorial de recurso jerárquico, dirigido a los miembros del Tribunal Departamental de
Educación Santa Cruz, recepcionado el 7 de julio de 2011, por la Dirección Departamental de
Educación de Santa Cruz; se evidencia que en el petitorio, se solicita la remisión de este
mecanismo de impugnación al superior en grado para que se anule todo el proceso (fs. 14 a 21).
II.6. Por la, RA 033/2011 de 20 de julio, suscrita por Bartolomé Puma Velásquez, en su calidad de
Director Departamental de Educación de Santa Cruz, el cual, en mérito al recurso jerárquico
interpuesto por la ahora accionante y remitido a esta instancia el 7 de julio de 2011, resuelve
rechazar dicho recurso en aplicación del art. 31 del DS 23968, argumentando que “de la revisión
del expediente se puede establecer que el expediente de referencia ya fue elevado ante la
autoridad departamental en grado de revisión, habiéndose emitido la correspondiente
resolución (las negrillas añadidas) (fs. 24 a 25).
II.7. En antecedentes y en el reverso de la Resolución antes descrita, cursa una nota en la cual reza:
“Notificada: Sara Mery Huanca Ticona; fecha: 20 de julio de 2011; hora: 17.00 pm” (sic), sin
embargo, no existe firma de recepción por parte de la ahora accionante (fs. 24 a 25).
II.8. Mediante memorial de 4 de agosto de 2011, la ahora accionante presenta memorial ante el Ministro
de Educación manifestando lo siguiente: “solicito a su autoridad para que por sección correspondiente,
autorice o gestione (que por ley corresponde) corra en traslado a su domicilio procesal, que es la ciudad
de la paz, último recurso con más su expediente completo de proceso disciplinario administrativo
instaurado en mi contra, ya que hace 21 días que se encuentra en el Tribunal Departamental de
Educación de Santa Cruz” (sic) (fs. 32).
II.9. Por nota de 7 de diciembre de 2011, dirigida a Daniel Quispe Manchego, en su calidad de
Director Distrital de Educación III, la ahora accionante, solicita la reincorporación a sus funciones
en la Unidad Educativa “Buenas Nuevas”, sustentando su pretensión en una respuesta favorable
por los efectos del silencio administrativo positivo consecuente de la presentación de un recurso
jerárquico ante el Ministerio de Educación (fs. 22 a 23).
II.10. Se colige también que el 21 de marzo de 2011, fue emitida la RA 004/21-03-2011, por la
cual fue iniciado proceso administrativo contra Sara Mery Huanca Ticona, en calidad de Directora
del Nivel Primario de la Unidad Educativa Fiscal Evangélica “Buenas Nuevas”, por la supuesta
infracción del art. 10.II, incs. b), d), p) y art. 11, inc. a) de la Resolución Suprema (RS) 212414
(fs.35 a 37).
III.1. El ejercicio de la potestad sancionadora disciplinaria del Estado debe respetar, entre
otras garantías, la garantía del debido proceso. Su sustento, el modelo de Estado
Constitucional de Derecho Plurinacional Comunitario e Intercultural
Una de las consecuencias, es que el razonamiento jurídico de las servidoras y servidores públicos
del Estado, del nivel central y de las entidades territoriales autónomas, debe partir de la
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Más adelante dicha Sentencia Constitucional Plurinacional precisó que las normas constitucionales
principios: “…no son otra cosa que los valores, principios, derechos fundamentales y garantías
constitucionales, es decir, la 'moral objetivada-positivada', 'meta-normas' que informan, orientan
al poder público y a la convivencia social, las relaciones entre el ciudadano y el Estado y entre
particulares, que si bien se agotan en su positivización constitucional, empero encuentran una
construcción judicial constante, siempre y cuando se salvaguarde la unidad del ordenamiento, es
decir, su coherencia”. (las negrillas y el subrayado son agregados)
i) El debido proceso, está reconocido como derecho fundamental, garantía jurisdiccional y derecho
humano en las normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE, 8 de la Convención
Americana de Derechos Humanos (CADH) y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (PIDCP).
El art. 115.II de la CPE, reconoce que: “El Estado garantiza el derecho al proceso, a la defensa y a
una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”.
A su vez, el art. 117.I de la CPE, consagra: ”Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido
oída y juzgada previamente en un debido proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya sido
impuesta por autoridad judicial competente en sentencia ejecutoriada”.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la
ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación
de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
c) Concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa;
d) Derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su
elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) Derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado
o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare
defensor dentro del plazo establecido por la ley;
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los
mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la
justicia” (las negrillas son nuestras).
Así en el caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá (Sentencia de 2 de febrero de 2001, Fondo,
Reparaciones y Costas) entendió que: “… cualquier actuación u omisión de los órganos estatales
dentro de un proceso, sea administrativo sancionatorio o jurisdiccional, debe respetar el debido
proceso legal”, derecho que “… es un derecho humano el obtener todas las garantías que
permitan alcanzar decisiones justas, no estando la administración excluida de cumplir con este
deber. Las garantías mínimas deben respetarse en el procedimiento administrativo y en cualquier
otro procedimiento cuya decisión pueda afectar los derechos de las personas” (párrafos 124 y
127).
“El respeto a los derechos humanos constituye un límite a la actividad estatal, lo cual vale para
todo órgano o funcionario que se encuentre en una situación de poder, en razón de su carácter
oficial, respecto de las demás personas. Es, así, ilícita, toda forma de ejercicio del poder público
que viole los derechos reconocidos por la Convención. Esto es aún más importante cuando el
Estado ejerce su poder sancionatorio, pues éste no sólo presupone la actuación de las autoridades
con un total apego al orden jurídico, sino implica además la concesión de las garantías mínimas
del debido proceso a todas las personas que se encuentran sujetas a su jurisdicción, bajo las
exigencias establecidas en la Convención” (párrafo 68).
“De conformidad con la separación de los poderes públicos que existe en el Estado de Derecho, si
bien la función jurisdiccional compete eminentemente al Poder Judicial, otros órganos o
autoridades públicas pueden ejercer funciones del mismo tipo. Es decir, que cuando la
Convención se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un “juez o tribunal competente”
para la “determinación de sus derechos”, esta expresión se refiere a cualquier autoridad pública,
sea administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y
obligaciones de las personas. Por la razón mencionada, esta Corte considera que cualquier
órgano del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente jurisdiccional, tiene la
obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso legal en los
términos del artículo 8 de la Convención Americana” (las negrillas nos corresponden) (párrafo
71).
iii) La jurisprudencia constitucional, del mismo modo, interpretando el contenido del debido
proceso, entendió que este se aplica a toda actividad sancionadora del Estado sea en el
ámbito jurisdiccional o administrativo
En ese sentido la SC 0042/2004, de 22 de abril, del Tribunal Constitucional anterior señaló que:
El Tribunal Constitucional aplicó este entendimiento a infinidad de casos que fueron resueltos en
su jurisdicción entendiendo que todos los principios y garantías propias del derecho penal se
aplican también extensivamente en el ámbito administrativo sancionador.
Al respecto, como ejemplo, corresponde recordar la jurisprudencia del Tribunal Constitucional anterior,
cuando en la línea jurisprudencial construida a partir de SC 1845/2004-R de 30 de noviembre, entendió
que la forma procesal de las notificaciones (en sentido genérico) en los procesos judiciales o
administrativos, no está dirigida a cumplir una formalidad en sí misma, sino que su valor está
condicionado en la medida que asegure la eficacia material del derecho a la defensa. Por ello, dicha
Sentencia concluyó que cuando la notificación por defectuosa que sea en su forma (por ejemplo no se
cumplan las formas procesales para la notificación personal, cedularia, edictal, etc.), pero cumplan con
su finalidad (hacer conocer la comunicación en cuestión) y, por ende, aseguren la eficacia material del
derecho a la defensa, esa notificación es válida.
De ahí que es posible concluir que el reconocimiento de los típicos medios de impugnación de los
actos administrativos, reconocidos en el orden legal (Ley de Procedimiento Administrativo), a
través de dos instancias: el recurso de revocatoria y el recurso jerárquico, son formas procesales
de impugnación en sede administrativa, instituidas por el legislador, con base en las cuales
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Es decir, en el caso, las formas del procedimiento administrativo sancionador en sus diferentes fases,
guardarán correspondencia y coherencia con el derecho al debido proceso en la medida en que se
aseguren su eficacia.
Dado el carácter sancionador del proceso disciplinario, éste -en todas sus fases o instancias- tiene
que sustanciarse y resolverse garantizando el debido proceso, que tiene como componente esencial
el derecho a la defensa. En efecto si se analiza la fase de impugnación del proceso disciplinario en
sede administrativa, es posible concluir que sólo puede predicarse la eficacia material del derecho
a la defensa (art. 115.II de la CPE y 8.2 inc. f) de la CADH) cuando se otorga a las servidoras y
servidores públicos la oportunidad de ejercer un otro derecho fundamental, este es: el derecho a la
doble instancia o de recurrir ante un tribunal superior (art. 8.2 inc. h) de la CADH y 14.5 del
PIDCP)
El art. 8.2.h de la CADH, señala: “Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso,
toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: h) derecho de
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior” (las negrillas añadidas).
Por su parte, el art. 14.5 del PIDCP, estipula: “Toda persona declarada culpable de un delito tendrá
derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un
tribunal superior, conforme a lo prescrito por la ley” (las negrillas nos pertenecen).
La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica (Sentencia de 2
de julio de 2004, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas) precisando el alcance del
“derecho a recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”, estableció, en lo que en el caso interesa, las
siguientes afirmaciones, cuyo subrayado es añadido:
1. El derecho de recurrir el fallo es una garantía primordial que se debe respetar en el marco del
debido proceso legal, en aras de permitir que una sentencia adversa pueda ser revisada por un
juez o tribunal distinto y de superior jerarquía orgánica (párrafo 158).
De la acción de amparo interpuesta por la accionante en su condición de Directora del nivel primario de
la Unidad Educativa Buenas Nuevas de la ciudad de Santa Cruz, se tienen los siguientes actos
denunciados como lesivos que -a juicio de la impetrante- vulneraron sus derechos al debido proceso, la
seguridad jurídica, al trabajo, seguridad social y a la vida: 1) Refiere que el Director Departamental de
Educación, usurpando competencias del Ministerio de Educación, emitió tanto la Resolución de
revocatoria como la jerárquica; 2) Señala que al haberse operado el silencio administrativo positivo, el
Director Distrital de Educación III de la ciudad de Santa Cruz -codemandado- debió cumplir y ejecutar
tácitamente determinado por el Ministerio de Educación, lo que no ocurrió conforme se advierte del
tenor del proveído de 12 de diciembre de 2011; 3) Alega que el Director Departamental de Educación
omitió remitir el recurso jerárquico en el tercer día ante el Ministerio de Educación; 4) Señala que se
omitió requisitos esenciales de notificación a la accionante con la Resolución 033/2011
De los antecedentes del caso se evidencia que dentro del proceso disciplinario seguido contra la
accionante en su condición de Directora del nivel primario de la Unidad Educativa “Buenas Nuevas” de
la ciudad de Santa Cruz, Bartolomé Puma Velásquez, Director Departamental de Educación de
Santa Cruz -codemando- pronunció tanto la Resolución de revocatoria 023/2011 de 27 de mayo
(Conclusión II.4) como la Resolución jerárquica 033/2011 de 20 de julio (Conclusión II.6).
De este hecho, por demás lesivo a derechos fundamentales y garantías constitucionales como se
precisará más adelante, se desprende varios razonamientos:
Ello ocasionó que el proceso disciplinario sancionador contra la accionante, que goza de garantías
mínimas, una de ellas, el debido proceso, se convierta en un proceso de única instancia de facto,
cuando el legislador ha reconocido la doble instancia instituyendo precisamente el recurso de
revocatoria y el recurso jerárquico, conforme a los cuales deben procederse en la vía de
impugnación administrativa. Recursos administrativos que como se analizó anteriormente no están
dirigidos a cumplir una formalidad procesal en sí misma, sino que tienen valor en la medida
que aseguren la eficacia material de los derechos a la doble instancia o de recurrir ante un
tribunal superior en el ámbito disciplinario sancionador y el derecho a la defensa en la fase
impugnativa.
Es decir, como efecto de la supresión del recurso jerárquico, también fueron suprimidos los
derechos fundamentales referidos, los que reconocen a quienes han intervenido en un proceso
disciplinario sancionador la posibilidad de controvertir, impugnar o cuestionar la resolución
sancionatoria de primera instancia ante una autoridad administrativa superior y diferente a la que
emitió la sanción, para que ésta revise y corrija los defectos, vicios o errores jurídicos en los que
hubiera podido incurrir la autoridad de primera instancia. Situación que la presente acción de
amparo constitucional debe corregir, dado que su ámbito de protección de acuerdo a la norma
contenida en el art. 128 de la CPE, “…tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos
de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley” (negrillas y subrayado nos corresponden).
De otro lado, ese acto ilegal, ocasionó que el ejercicio de la potestad sancionadora disciplinaria de la
Administración Pública reconocido por el orden constitucional se convierta en arbitrario e ilícito, al no
haber encontrado límites en el respeto de garantías mínimas, entre ellas, la garantía del debido proceso,
el que en su dimensión de principio es el que debe guiar el ejercicio de la potestad sancionadora
disciplinaria de la administración del Estado.
La accionante también señala otros actos denunciados como lesivos, los siguientes: a) La omisión
del Director Departamental de Educación de remitir el recurso jerárquico en el tercer día ante el
Ministerio de Educación; b) La omisión de requisitos esenciales de notificación a la accionante con
la Resolución 033/2011; y c) El incumplimiento a una decisión estimatoria por parte del Ministerio
de Educación, emergente de las consecuencias jurídicas del silencio administrativo positivo. Al
respecto, corresponde señalar que considerando que la ratio decidendi (razón de la decisión) de la
concesión de la presente acción de amparo, se encuentra en este apartado (Fundamento Juridico
III.2) y que los efectos de la tutela conllevará la nulidad de la Resolución jerárquica 033/2011 de
20 de julio, no existe relevancia constitucional para analizar estos otros actos denunciados como
lesivos, aclarándose que respecto al punto d) La nulidad de la resolución jerárquica, determina que
no exista resolución alguna que deba ser cumplida y ejecutada.
III.3.1. La interpretación del art. 77.2 de la LTCP, respecto a la legitimación pasiva de los
funcionarios públicos en cesantía
De otro lado, teniendo en cuenta lo aseverado por las autoridades demandadas, en el informe
presentado ante el Tribunal de garantías, en sentido que en aplicación de la Ley Avelino Siñani, fue
posesionado un nuevo Director Distrital de Educación III de Santa Cruz, el cual no fue identificado
ni demandado en la presente acción, es preciso realizar las consideraciones que siguen.
El régimen constitucional vigente a partir del referendo constitucional de 2009, diseña un nuevo
modelo de Estado, cuyo sustento estructural, encuentra razón de ser en el respeto a los derechos
fundamentales insertos en el bloque de constitucionalidad, reconocido por el art. 410 de la CPE, en
ese contexto, este pilar esencial del Estado Plurinacional de Bolivia tiene validez material con la
disciplina constitucional expresa de las acciones de defensa, las cuales constituyen garantías
adjetivas eficaces y oportunas para la defensa de los derechos de las personas.
En el orden de ideas señalado, se tiene que el tenor literal del artículo 77.2 de la LTCP, establece lo
siguiente: “La Acción de amparo constitucional será presentada por escrito, con los siguientes
requisitos: 2. Indicar el nombre y domicilio de la parte demandada, o de su representante legal y el
de los terceros interesados”.
Del tenor literal de la norma citada y siguiendo una pauta teleológica de interpretación, se tiene que
el precepto descrito tiene la finalidad de asegurar el derecho a la defensa de la parte demandada,
aspecto que es plenamente coherente con la naturaleza procesal de la acción de amparo
constitucional, toda vez que al ser este mecanismo un verdadero proceso de naturaleza
constitucional, le son aplicables las reglas de un debido proceso, en mérito de las cuales, se debe
asegurar el principio de igualdad procesal expresamente reconocido por el art. 119 de la CPE,
razón por la cual, el precepto normativo citado, exige al accionante la identificación y la precisión
de su domicilio, tal como se dijo, para asegurar una igualdad procesal.
En el marco de las reglas de un debido proceso, debe precisarse además que la identificación de la
parte demandada y la precisión de su domicilio en etapa de admisibilidad, asegurará que luego del
desarrollo de la fase de debate, concretamente en la etapa de decisión, el juez o tribunal de
garantías, verifique en primera instancia la existencia del acto u omisión denunciados como lesivos
a los derechos de la parte accionante, para luego -en el supuesto de verificar la existencia de dichas
lesiones o afectaciones a derechos fundamentales, de acuerdo a la identificación previamente
realizada de las autoridades demandadas y de acuerdo a los elementos de defensa y medios
probatorios presentados por las partes procesales-, establecer la correspondencia entre estos actos u
omisiones ilegales o indebidas que afecten derechos fundamentales y las personas particulares o
funcionarios públicos que los hubieren realizado u omitido, aspecto que en la fase de decisión,
configura el presupuesto procesal referente a la legitimación pasiva en acciones de amparo
constitucional.
Luego del desarrollo realizado, en este estado de cosas, corresponde señalar que el requisito inserto
en el art. 77.2 de la LTCP y exigible en fase de admisibilidad, en el marco del problema jurídico
plasmado en la presente Sentencia, será abordado de manera específica para el presupuesto de
activación de acciones de amparo constitucional contra servidores públicos, con la finalidad de
desarrollar a través de una interpretación acorde con la Constitución Política del Estado, los
postulados a ser aplicables en caso de cesantía de los mismos identificados como demandados.
Por lo señalado, prima facie, debe establecerse que en mérito a la organización del Estado, el orden
constitucional y el bloque de legalidad imperante, disciplinan para los diferentes órganos públicos,
competencias, atribuciones y potestades públicas que deberán ser ejercidas por los servidores
públicos, por lo que en virtud al ejercicio de estos roles, todos los actos u omisiones lesivas a
derechos por servidores públicos en el ejercicio de sus funciones, no implican afectaciones a
derechos realizadas en ejercicio personal, en consecuencia, la identificación exigida por el art.
77.2 de la LTCP, tiene la finalidad de asegurar el derecho a la defensa y la equidad de la
parte demandada, pero en el caso de servidores públicos, la defensa que debe ser garantizada
para la parte demandada, no es personal, sino como autoridades que responden a una
potestad pública determinada, por tanto, la cesantía de servidores públicos que hayan
originado el acto u omisión indebida, no implicará incumplimiento en etapa de admisibilidad
de la exigencia plasmada en el art. 77.2 de la LTCP cuando no se identifique el nombre de la
nueva autoridad en ejercicio de una determinada función pública, en ese contexto,
interpretando esta disposición bajo un criterio favorable a una efectiva tutela constitucional,
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debe establecerse que este presupuesto se tendrá por cumplido y por ende asegurado el
derecho a la igualdad procesal y por supuesto a la defensa de la parte demandada, cuando en
la identificación a ser realizada por el accionante, se consigne la identificación del cargo o la
función pública en cuyo ejercicio pudieron cometerse actos violatorios o restrictivos a
derechos fundamentales; asimismo, para cumplir con la teleología del art. 77.2 de la LTCP,
se tendrá por cumplido este presupuesto, cuando además se precise el domicilio asignado
para el ejercicio de dicha función pública.
De la misma forma, cuando se tenga cumplida esta exigencia y luego de la admisión de la acción
de amparo constitucional, los jueces o tribunales de garantías, en base a los requisitos de
identificación antes señalados, deberán asegurar que los actos de comunicación, es decir, las
citaciones o notificaciones, aseguren el derecho a la defensa de la autoridad que ejerza esa función
pública en ejercicio de la cual se afectaron derechos individuales.
Debe precisarse también que los postulados expresados, no constituyen óbice para la atribución
personal de responsabilidad emergente del ejercicio de la función pública, la cual para los
supuestos de vulneraciones a derechos fundamentales en ejercicio de la función pública, emergerá
de una eventual concesión total o parcial de tutela constitucional pedida.
III.3.2. En cuanto a la legitimación pasiva del actual Director Distrital de Educación de Santa
Cruz
Ahora bien, en el caso concreto, las autoridades demandadas, en el informe presentado ante el
tribunal de garantías, señalan que en aplicación de la Ley Avelino Siñani, fue posesionado un
nuevo Director Distrital el cual no fue identificado ni demandado en la presente acción, aspecto por
el cual, denuncian ausencia de legitimación pasiva.
Tal como se establece en el punto II.11 de la presente sentencia, con la acción de amparo
constitucional, cursa en antecedentes, diligencia de notificación personal al Director Distrital de
Educación III, actuación procesal de fecha 8 de febrero de 2012, suscrita por Miguel Chávez
Montenegro en su calidad de Director Distrital de Educación.
No obstante lo señalado, debe establecerse que el Director Distrital de Educación del Distrito III,
no tuvo intervención alguna en el pronunciamiento de las Resoluciones de los recursos de
revocatoria o del jerárquico, conforme se desarrolló en la ratio decidendi (razón de la decisión) de
la concesión de la presente acción; por lo mismo la acción de amparo es improcedente respecto de
esta autoridad.
POR TANTO
1º APROBAR en parte la Resolución 07/2012 de 10 de febrero, cursante de fs. 175 vta. a 177 vta.,
pronunciada por la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz; y, en
consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, respecto al Director Departamental de
Educación de Santa Cruz en cuanto a la vulneración de los derechos del debido proceso, a la
doble instancia o de recurrir ante un tribunal superior, a la defensa en la fase impugnativa y al
trabajo y una remuneración justa y no así respecto a los derechos a la seguridad social a corto plazo
y a la vida.
VOTO DISIDENTE
Sucre, 14 de mayo de 2012
SALA TERCERA
Magistrada: Dra. Ligia Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00187-2012-01-AAC
Departamento: Santa Cruz
Partes: Sarah Mery Huanca Ticona contra Bartolomé Puma
Velásquez y Daniel Quispe Manchego, Director del
Servicio Departamental de Educación y Director
Distrital III de Santa Cruz.
I. ANTECEDENTES
Del contenido de la petición de tutela, se establece lo siguiente: que el objeto de la tutela versa
sobre el resguardo de los derechos al debido proceso, a la seguridad jurídica, al trabajo y a la
estabilidad laboral, a la seguridad social y a la vida, contenidos en los arts. 115.II, 49.III y 46.I de
la Constitución Política del Estado; asimismo, la causa de la tutela implica la denuncia de tres
actos lesivos esenciales: 1) La usurpación de competencias del Director Departamental de
Educación, así en el proyecto de manera textual se transcribe la denuncia de la parte accionante con
el siguiente tenor: “que el Director Departamental de Educación, usurpando competencias del
Ministerio de Educación, emitió tanto la Resolución de revocatoria como la jerárquica” (sic); 2) La
carencia de fundamentación de la resolución administrativa sancionadora emitida en contra de la
accionante; y, 3) El incumplimiento de los efectos del silencio administrativo positivo por parte del
Director Distrital de Educación, toda vez que al no haber respondido el Ministerio de Educación,
sería aplicable esta institución jurídica.
En base a estos antecedentes, se tiene que los puntos diferenciales en relación a la sentencia objeto
de disidencia, son los siguientes aspectos:
II.1. Considerando que una denuncia taxativa realizada por la parte accionante versa sobre el tema
de “usurpación de competencias”, es evidente que éste tópico se encuentra dentro del ámbito de
tutela del Recurso Directo de Nulidad de acuerdo a la SC 0099/2010-R de 10 de mayo; sin
embargo y sin modificar esta línea, en aplicación excepcional del principio pro-actione, para
situaciones en las cuales exista una manifiesta, grosera e irreparable vulneración a derechos
fundamentales, de manera excepcional y aplicando el método de la ponderación, con la
finalidad de asegurar la justicia material, flexibilizando para este efecto presupuestos
procesales, solamente con la finalidad de asegurar la materialización de los valores justicia e
igualdad, es factible tutelar el derecho a la competencia como elemento del debido proceso a
través de la acción de amparo constitucional.
II.2. En el caso de autos, definitivamente existe una manifiesta, grosera e irreparable vulneración al
derecho al debido proceso vinculado con una usurpación de competencias que además incide en la
garantía de la doble instancia, por esta razón, es menester conceder la tutela, pero para ello, con la
finalidad de brindar mayor seguridad al justiciable, antes de analizar la temática del debido
proceso, es importante fundamentar la razón jurídica por la cual esta problemática está siendo
analizada a través de la acción de amparo constitucional, argumentación que necesariamente debe
considerar dos aspectos esenciales la SC 0099/2010-R de 10 de mayo y el desarrollo dogmático del
principio pro-actione.
II.3. La sentencia objeto de referencia, si bien concede la tutela considerando como un elemento
esencial la garantía de la doble instancia; empero, a través de la acción de amparo constitucional,
de manera tácita, tutela la garantía de la competencia -pues este es un aspecto expresamente
denunciado-; este es precisamente el punto diferencial de argumentación, puesto que, considero
relevante la fundamentación que sustente los aspectos constitucionales que sustenten las razones
por las cuales en el caso concreto y sin que este hecho implique modulación o cambio de
entendimiento jurisprudencial, se conceda la tutela a través de la acción de amparo constitucional.
El régimen constitucional vigente a partir del referendo constitucional de 2009, diseña un nuevo
modelo de Estado, cuyo sustento estructural, encuentra razón de ser en el respeto a los derechos
fundamentales insertos en el Bloque de Constitucionalidad, reconocido por el artículo 410 de la
CPE, en ese contexto, este pilar esencial del Estado Plurinacional de Bolivia tiene validez
material con la disciplina constitucional expresa de las acciones de defensa, las cuales
constituyen garantías adjetivas eficaces y oportunas para la defensa de los derechos de las
personas.
tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención…”.
En el orden de ideas señalado, se tiene que el tenor literal del artículo 77.2 de la LTCP establece
lo siguiente: “La Acción de amparo constitucional será presentada por escrito, con los siguientes
requisitos: 2. Indicar el nombre y domicilio de la parte demandada, o de su representante legal y
el de los terceros interesados”.
Del tenor literal de la norma citada y siguiendo una pauta teleológica de interpretación, se tiene
que el precepto descrito tiene la finalidad de asegurar el derecho a la defensa de la parte
demandada, aspecto que es plenamente coherente con la naturaleza procesal de la acción de
amparo constitucional, toda vez que al ser este mecanismo un verdadero proceso de naturaleza
constitucional, le son aplicables las reglas de un debido proceso, en mérito de las cuales, se debe
asegurar el principio de igualdad procesal expresamente reconocido por el artículo 119 de la
CPE, razón por la cual, el precepto normativo citado, exige al accionante la identificación y la
precisión de su domicilio para, tal como se dijo, asegurar una igualdad procesal.
En el marco de las reglas de un debido proceso, debe precisarse además que la identificación de
la parte demandada y la precisión de su domicilio en etapa de admisibilidad, asegurará que luego
del desarrollo de la fase de debate, concretamente en la etapa de decisión, el Juez o Tribunal de
Garantías, verifique en primera instancia la existencia del acto u omisión denunciados como
lesivos a los derechos de la parte accionante, para luego -en el supuesto de verificar la existencia
de dichas lesiones o afectaciones a derechos fundamentales, de acuerdo a la identificación
previamente realizada de las autoridades demandadas y de acuerdo a los elementos de defensa y
medios probatorios presentados por las partes procesales-, establecer la correspondencia entre
estos actos u omisiones ilegales o indebidas que afecten derechos fundamentales y las personas
particulares o funcionarios públicos que los hubieren realizado u omitido, aspecto que en la fase
de decisión, configura el presupuesto procesal referente a la legitimación pasiva en acciones de
amparo constitucional.
Luego del desarrollo realizado, en este estado de cosas, corresponde señalar que el requisito
inserto en el art. 77.2 de la LTCP y exigible en fase de admisibilidad, en el marco del problema
jurídico plasmado en la presente sentencia, será abordado de manera específica para el
presupuesto de activación de acciones de amparo constitucional contra servidores públicos, con
la finalidad de desarrollar a través de una interpretación acorde con la Constitución, los
postulados a ser aplicables en caso de cesantía de servidores públicos identificados como
demandados.
Por lo señalado, prima facie, debe establecerse que en mérito a la organización del Estado, el
orden constitucional y el bloque de legalidad imperante, disciplinan para los diferentes órganos
públicos, competencias, atribuciones y potestades públicas que deberán ser ejercidas por los
servidores públicos, por lo que en virtud al ejercicio de estos roles, todos los actos u omisiones
lesivas a derechos por servidores públicos en el ejercicio de sus funciones, no implican
afectaciones a derechos realizadas en ejercicio personal, en consecuencia, la identificación
exigida por el art. 77.2 de la LTCP, tiene la finalidad de asegurar el derecho a la defensa y
la equidad de la parte demandada, pero en el caso de servidores públicos, la defensa que
debe ser garantizada para la parte demandada, no es personal, sino como autoridades que
responden a una potestad pública determinada, por tanto, la cesantía de servidores
públicos que hayan originado el acto u omisión indebida, no implicará incumplimiento en
etapa de admisibilidad de la exigencia plasmada en el art. 77.2 de la LTCP cuando no se
identifique el nombre de la nueva autoridad en ejercicio de una determinada función
pública, en ese contexto, interpretando esta disposición bajo un criterio favorable a una
efectiva tutela constitucional, debe establecerse que este presupuesto se tendrá por
cumplido y por ende asegurado el derecho a la igualdad procesal y por supuesto a la
defensa de la parte demandada, cuando en la identificación a ser realizada por el
accionante, se consigne la identificación del cargo o la función pública en cuyo ejercicio
pudieron cometerse actos violatorios o restrictivos a derechos fundamentales, asimismo,
para cumplir con la teleología del art. 77.2 de la LTCP, se tendrá por cumplido este
presupuesto, cuando además se precise el domicilio asignado para el ejercicio de dicha
función pública.
De la misma forma, cuando se tenga cumplida esta exigencia y luego de la admisión de la acción
de amparo constitucional, los Jueces o Tribunales de Garantías, en base a los requisitos de
identificación antes señalados, deberán asegurar que los actos de comunicación, es decir las
citaciones o notificaciones, aseguren el derecho a la defensa de la autoridad que ejerza esa
función pública en ejercicio de la cual se afectaron derechos individuales.
Debe precisarse también que los postulados expresados, no constituyen óbice para la atribución
personal de responsabilidad emergente del ejercicio de la función pública, la cual para los
supuestos de vulneraciones a derechos fundamentales en ejercicio de la función pública,
emergerá de una eventual concesión total o parcial de tutela constitucional pedida.
En el marco de lo señalado, debe iniciarse un análisis a partir del diseño del sistema reparador de
control plural de constitucionalidad adoptado por el Estado Plurinacional de Bolivia, el cual
tiene tres componentes esenciales: 1) El control tutelar de constitucionalidad; 2) El control
normativo de constitucionalidad; y, c) El control competencial de constitucionalidad. En ese
orden, el control tutelar de constitucionalidad, tiene la finalidad de resguardar todos los derechos
insertos en el Bloque de Constitucionalidad, por su parte, el control normativo de
constitucionalidad, está diseñado para precautelar el principio de Supremacía de la Constitución
a través de la verificación en cuanto a compatibilidad de contenido de toda norma de carácter
general con el Bloque de Constitucionalidad; finalmente, el control competencial de
constitucionalidad, tiene la finalidad de dirimir a la luz de la Constitución los conflictos de
competencia y además resguardar la garantía de la competencia. En base a las precisiones
desarrolladas, se tiene que la acción de amparo constitucional, específicamente disciplinada por
los artículos 128 y 129 de la Constitución, es un mecanismo inserto dentro del brazo tutelar de
constitucionalidad, cuyo ámbito de protección es la tutela pronta y oportuna de derechos
fundamentales, siempre y cuando estos no tengan un mecanismo específico de defensa de
derechos.
Por su parte, el Recurso Directo de Nulidad, reconocido en el art. 202.12 de la CPE y 157 y
siguientes de la LTCP, dentro del sistema reparador y plural de control de constitucionalidad,
tiene una naturaleza jurídico-constitucional mixta enmarcada tanto dentro del control tutelar
como competencial de constitucionalidad. Este razonamiento encuentra sustento en el objeto de
protección de este mecanismo constitucional de defensa, toda vez que siguiendo el
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De acuerdo a los presupuestos antes citados, debe establecerse que el Recurso Directo de
Nulidad, protege la garantía de la competencia contra actos o resoluciones concretos,
pronunciados en usurpación de competencias, ejercicio de jurisidicciones o potestades que no
emanen de la ley ó emitidos por autoridad jurisdiccional en cesantía o suspendida. Por su parte,
la acción de amparo constitucional, es un mecanismo tutelar destinado a resguardar y en su caso
restituir derechos fundamentales no tutelados por otros mecanismos de defensa, por cuanto, al
estar la garantía de la competencia resguardada por el recurso directo de nulidad, este
presupuesto del derecho al debido proceso, no se encuentra tutelado por la acción de amparo
constitucional.
Por lo señalado, se establece que las bases y postulados del Estado Constitucional de Derecho,
constituyen el elemento legitimizador y directriz del ejercicio del control de constitucionalidad,
por esta razón, el último y máximo contralor de constitucionalidad como es el Tribunal
Constitucional Plurinacional, no puede consentir actos que impliquen una manifiesta y grosera
violación a derechos fundamentales, por ser estos contrarios al pilar estructural del Estado
Plurinacional de Bolivia.
En el marco de lo señalado y como consecuencia directa de los postulados propios del Estado
Constitucional de Derecho, el principio pro-actione se configura como una pauta esencial no
solo para la interpretación de derechos fundamentales, sino también como una directriz esencial
para el ejercicio del control de constitucional y la consolidación del mandato inserto en la
cláusula estructural del Estado plasmada en el art. 1 de la CPE; además, esta pauta, asegura el
cumplimiento eficaz de los valores justicia e igualdad material, postulados axiomáticos
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En el orden de ideas expuesto, toda vez que de acuerdo al art. 13.IV de la CPE, los derechos
fundamentales deben ser interpretados de acuerdo al bloque de convencionalidad imperante, es
decir en el marco del contenido de los tratados internacionales referentes a derechos humanos, es
evidente que en virtud a esta pauta, deben aplicarse las pautas de interpretación para derechos
plasmadas en el artículo 29 de la Convención Americana de Derechos Humanos, disposición
que forma parte del Bloque de Constitucionalidad del Estado Plurinacional de Bolivia y que en
su contenido esencial, reconoce la esencia jurídica del principio pro-homine, pauta a partir de la
cual, en el marco de favorabilidad y eficacia máxima de los derechos fundamentales, la teoría
constitucional ha desarrollado el principio pro-actione, el cual está destinado precisamente a
resguardar una vigencia real de los derechos fundamentales, siendo el encargado de este rol el
contralor de constitucionalidad, por ser éste en los estados miembros del Sistema Interamericano
de Protección de Derechos Humanos, el último y máximo garante de los derechos
fundamentales.
La postura antes señalada, ha sido adoptada también por el otrora Tribunal Constitucional, el
cual, en el ejercicio de su rol de control de constitucionalidad, en casos concretos aplicó el
principio pro-actione, haciendo prevalecer con su decisión la justicia material por sobre la
justicia formal en caso de graves lesiones a derechos fundamentales, así, este razonamiento ha
sido expresamente desarrollado por las SSCC 1044/2003-R1138/2004-R, 1294/2006-R, entre
muchas otras. Estos entendimientos, de acuerdo a la argumentación jurídica desarrollada
precedentemente y al ser acordes con el nuevo régimen constitucional, deben ser adoptadas por
el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Tal como se tiene dicho, en virtud al principio pro-actione, frente a lesiones manifiestas,
irreversibles y groseras a derechos fundamentales, excepcionalmente podrá tutelarse este
elemento del debido proceso a través de la acción de amparo constitucional, en ese orden, debe
señalarse que a partir de la separación de órganos, la función administrativa, debe ser ejercida a
través de competencias, atribuciones y potestades administrativas, las cuales se encuentran
sujetas a un bloque normativo imperante, el cual asegura un ejercicio imparcial y respetuoso de
derechos fundamentales por parte de la función administrativa.
ejercicio, por tanto, el ejercicio de estas por parte de un servidor público al cual la normativa no
le haya encomendado una competencia, atribución o potestad específica, implicará una
usurpación de competencia, aspecto que afecta la garantía de la competencia, resguardada de
manera específica por el art. 120.1 de la CPE.
Luego de haber desarrollado de acuerdo a los postulados de teoría constitucional los problemas
jurídicos planteados en el inicio de la parte argumentativa del presente fallo, a partir de los
mismos, corresponde ahora su aplicación en la presente problemática, tarea que será
desarrollada infra.
Ahora bien, en el caso concreto, las autoridades demandadas, en el informe presentado ante el
Tribunal de Garantías, señalan que en aplicación de la Ley Avelino Siñani, fue posesionado un
nuevo Director Distrital el cual no fue identificado ni demandado en la presente acción, aspecto
por el cual, denuncian ausencia de legitimación pasiva.
Tal como se establece en el punto II.11 de la presente sentencia, con la acción de amparo
constitucional, cursa en antecedentes, diligencia de notificación personal al Director Distrital de
Educación III, actuación procesal de fecha 8 de febrero de 2012, suscrita por Miguel Chávez
Montenegro en su calidad de Director Distrital de Educación.
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Uno de los actos denunciados como lesivos por la accionante es la emisión de la Resolución
033/2011 en flagrante usurpación de funciones de las autoridades demandadas; en ese orden,
debe realizarse las siguientes consideraciones de orden jurídico-constitucional:
Tal como se señaló en el Fundamento Jurídico II.2 de la presente disidencia, el Recurso Directo
de Nulidad, protege la garantía de la competencia contra actos o resoluciones concretos,
pronunciados en usurpación de competencias, premisa a partir de la cual, se establece que la
acción de amparo constitucional, es un mecanismo tutelar destinado a resguardar y en su caso
restituir derechos fundamentales no tutelados por otros medios de defensa, por cuanto, al estar la
garantía de la competencia resguardada por un medio de defensa específico, este presupuesto del
derecho al debido proceso, no se encuentra tutelado por la acción de amparo constitucional,
debiendo en este caso, activarse el Recurso Directo de Nulidad.
Ahora bien, en el Fundamento Jurídico III.3 de esta disidencia, se señalo también que en el
marco de los postulados del Estado Constitucional de Derecho, el principio pro-actione, en casos
de manifiestas, irreversibles y groseras vulneraciones a derechos fundamentales, asegura la
prevalencia de la justicia material en relación a la justicia formal, por tanto, merced a esta pauta
con génesis directa en el art. 29 de la Convención Americana de Derechos Humanos, a través de
la labor de ponderación de derechos, la justicia como valor rector del orden constitucional,
inclina la balanza para la tutela de derechos fundamentales que en caso de no flexibilizarse los
procedimientos establecidos consolidarían un atentando al Estado Constitucional de Derecho,
por ser irreversibles los efectos de la vulneración a derechos.
En el orden de ideas desarrollado, puede colegirse que toda denuncia referente a usurpación de
competencias, debe ser objeto de control de constitucionalidad a través del Recurso Directo de
Nulidad; sin embargo, frente a una grosera, irreversible y manifiesta lesión a la garantía de
competencia, las formalidades o presupuestos procesales para la activación del control de
constitucionalidad, deben flexibilizarse, por cuanto este aspecto de manera excepcional podrá
aperturarse a través de la acción de amparo constitucional para evitar así un grave e irreparable
atentado a la garantía de la competencia y por ende a las reglas del debido proceso.
En mérito a este razonamiento, en la especie, debe determinarse si existe una situación grave e
irreparable, plasmada en una grosera y manifiesta lesión a la garantía de competencia que
justifique la flexibilización excepcional de presupuestos procesales y la tutela de este aspecto a
través de la acción de amparo constitucional, entonces, por lo señalado y de acuerdo a los datos
que informan la presente causa, se tiene que tal como se expone en el punto II.4 del presente
fallo, por Resolución 023/2011 de 27 de mayo de 2011, Bartolomé Puma Velásquez -
autoridad ahora demandada-, en su calidad de Director Departamental de Educación de Santa
Cruz, resuelve ratificar el fallo emitido en contra de la ahora accionante por el Tribunal
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Posteriormente, como consecuencia del recurso jerárquico interpuesto por la parte ahora
accionante, mediante Resolución Administrativa 033/2011 de 20 de julio, también suscrita
por Bartolomé Puma Velásquez, en su calidad de Director Departamental de Educación de
Santa Cruz, esta autoridad resuelve “rechazar dicho recurso” (sic) (resaltado y subrayado
nuestro) (fs. 24 a 25).
De la compulsa de estas dos resoluciones, se establece que tanto la Resolución 023/2011 que
resuelve el recurso de revocatoria, como la Resolución Administrativa 033/2011 que resuelve el
recurso jerárquico interpuesto, se encuentran suscritas por Bartolomé Puma Velásquez, en su
calidad de Director Departamental de Educación de Santa Cruz.
En el marco de los antecedentes referidos, debe precisarse que la garantía de competencia como
elemento del juez natural y por ende del debido proceso, en este caso debe ser tutelada de
manera excepcional mediante la presente acción de amparo constitucional, por existir en el caso
de autos una manifiesta, irreparable y grosera usurpación de competencias por parte de
Bartolomé Puma Velásquez. Por lo señalado, se colige que esta manifiesta vulneración a la
garantía de la competencia, por exigencias formales, no puede ser consentida ni menos aún
convalidada en un Estado Constitucional de Derecho, en ese orden, frente a esta grave
vulneración, en aplicación del principio pro-actione, no podría rechazarse la presente causa por
no activarse el mecanismo idóneo de tutela, es decir el Recurso Directo de Nulidad, un
razonamiento contrario, haría irreparable la lesión ocasionada a este presupuesto del debido
proceso.
De la misma forma, las afectaciones antes referidas, vulneran también el derecho al trabajo, el
cual, se encuentra expresamente reconocido por el art. 46 de la CPE, en ese orden, se tiene que
en cuanto a este derecho, sin ser excluyentes, de acuerdo al régimen constitucional, conforman
su núcleo esencial dos aspectos esenciales: a) El derecho al trabajo equitativo; y, b) El derecho a
una fuente laboral en condiciones equitativas. En ese orden, el resolver un recurso jerárquico en
una manifiesta usurpación de competencias y confirmar una decisión que afecta directamente en
una fuente de trabajo, confirmando una decisión que en el caso concreto resuelve en primera
instancia y en contra de la accionante el descenso a su fuente de trabajo, implica también una
afectación del derecho a una fuente laboral en condiciones equitativas y al derecho al trabajo
equitativo. Asimismo, la confirmación en manifiesta usurpación de competencias de un ascenso
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laboral, implica también afectación al contenido esencial del derecho a la seguridad social, el
cual se encuentra reconocido por el art. 45 de la CPE.
VII.1.3. En cuanto a los otros actos denunciados como lesivos a los derechos de la
accionante
Al margen del acto denunciado como lesivo analizado en el punto anterior, la accionante
denuncia también los siguientes actos lesivos: i) La omisión del Director Departamental de
Educación de remitir el recurso jerárquico en el tercer día ante el Ministerio de Educación; ii) La
omisión de requisitos esenciales de notificación a la accionante con la Resolución 033/2011; y,
iii) El incumplimiento a una decisión estimatoria por parte del Ministerio de Educación,
emergente de las consecuencias jurídicas del silencio administrativo positivo.
Ahora bien, considerando que el primer acto será tutelado, por los efectos de la concesión de
tutela que conllevará la nulidad de la Resolución 033/2011, no existe relevancia constitucional
para analizar estos otros actos denunciados como lesivos, razón por la cual, en estos supuestos,
no se ingresará al análisis de la problemática.
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00356-2012-01-AAC
Departamento: La Paz
a) Antecedentes fácticos
A raíz de una denuncia verbal, efectuada por un Oficial de la Policía Boliviana Nacional, el 18
de mayo de 2011, mediante Auto inicial de proceso sumario, la Comisión de Régimen
Disciplinario de la ANAPOL, inició un proceso disciplinario en contra de su hija Lilian Yohana
Pérez Alcón, por “supuestamente haber afirmado una falsedad y por haber contraído
matrimonio” (sic), en el periodo que era dama cadete de ésta Academia.
Indica que, durante la sustanciación del citado proceso disciplinario, fue adjuntada al expediente
administrativo, documentación contradictoria relacionada con el estado civil de la representada,
en razón a que cursan dos certificados emitidos por el Órgano Electoral Plurinacional, en los
cuáles se establece por un lado el “estado de soltería” y por el otro, su estado civil de casada.
Refiere que, no se pudo demostrar la validez de ninguno de los certificados emitidos por el
Órgano Electoral Plurinacional; por otra parte, sin que se haya sustanciado proceso alguno para
demostrar la calidad del documento aparejado al expediente administrativo, y en base
únicamente a uno de los certificados y a la declaración del Oficial de Policía que hizo la
denuncia, respecto a que la citada estuvo casada con un sobrino suyo, se le sancionó con la baja
definitiva de la Policía Nacional Boliviana, sin derecho a reincorporación.
La investigación giró en base a supuestos y no, sobre prueba fehaciente, por la cual la Comisión
de Régimen Disciplinario, denegó la consideración de fondo de la excepción de prescripción que
inicialmente fue diferida para su análisis y pronunciamiento en el fallo, hecho que no se produjo,
toda vez que mereció una respuesta poco fundamentada.
Mediante memorial de 28 de febrero de 2012, cursante de fs. 62 a 64, el Procurador General del
Estado, manifestó que la entidad que dirige se abstiene de intervenir en la presente acción
constitucional, basando legalmente su posición en los arts. 229 de la CPE; 8.3 de la Ley de la
Procuraduría General del Estado (LPGE); 6 del Decreto Supremo (DS) 788 de 5 de febrero de
2011; y, 57 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), señalando que su
participación “debe entenderse sólo en casos de conexitud”(sic), limitándose a los asuntos en los
que el Tribunal Constitucional Plurinacional, convoque a la Procuraduría General del Estado a
audiencia y “cuando se trate de la defensa de los intereses del Estado” (sic).
I.2.4. Resolución
La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante Resolución
24/2012 de 28 de febrero, cursante de fs. 71 a 74 vta., concedió la tutela ordenando anular y
dejar sin efecto la RA 004/11, debiendo emitirse una nueva bajo los lineamientos expuestos en
la resolución; en base a los siguientes argumentos de orden legal: 1) Son cuatro los elementos
que activan los mecanismos de investigación, siendo en el presente caso, un informe del Oficial
asignado a dicho efecto, documento que luego fue base de la Resolución 004/11, investigación y
proceso disciplinario dentro de los cuales no fueron agotadas todas las instancias de
averiguación de lo ocurrido, considerando únicamente la declaración informativa del
denunciante, omitiendo por ejemplo la citación al supuesto cónyuge de la ahora representada; 2)
Es un deber constitucional de la parte acusadora cargar con la producción de prueba; 3) Según
informe del encargado de kardex de la Policía Boliviana Nacional, no se encuentra partida
matrimonial a nombre de Lilian Yohana Pérez Alcón; 4) En la Resolución 004/11, la “comisión
del régimen disciplinario” (sic), se basó únicamente en el informe en conclusiones y no fue
realizada una adecuada valoración de la prueba, en especial de los dos certificados emitidos por
el Órgano Electoral Plurinacional, respecto al estado civil de la representada, no existiendo en
archivos de la entidad policial, informe concluyente al respecto, sin que se haya considerado la
duda razonable al caso; y, 5) Queda también evidenciada la falta de motivación en la RA
004/11, sobre la prescripción planteada, efectuándose únicamente una transcripción de
normativa, sin llegar a una “interpretación concreta, amplia y motivada” (sic), afectando
consecuentemente el debido proceso.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1. En virtud del informe 004/2011 de 4 de mayo, emitido por el Jefe del Departamento de
Instrucción de la ANAPOL, se dio inicio a la investigación relacionada con el supuesto estado
civil de la dama cadete Lilian Yohana Pérez Alcón, entendiendo que su conducta vulneraba el
régimen disciplinario imperante en la ANAPOL (fs. 4).
II.2. Mediante Auto inicial de proceso sumario interno de 18 de mayo de 2011, la Comisión de
Régimen Disciplinario de la Academia Nacional de Policías, inició proceso sumario interno
contra la ahora representada, por la presunta infracción del “Art. 39 (Faltas Graves), Inciso B.2.
Numeral 4)” (sic) referido a afirmar una falsedad, e “Inciso B.3. Numeral 11) contraer
matrimonio”(sic), ambas normas del Reglamento del Régimen Disciplinario de las Unidades
Académicas de Grado de la UNIPOL (fs. 3).
II.3. El 3 de junio de 2011, Guido Germán Aranda Márquez, prestó su declaración informativa
mediante la cual afirmó que tiene conocimiento respecto a que su sobrino, Diego Loayza Aranda
se encontraría casado con la ahora representada, agregando no contar con prueba documental
alguna que pruebe su testificación (fs. 7 a 8).
II.4. El 7 de junio de 2011, Lilian Yohana Pérez Alcón, dentro del proceso sumario iniciado en
su contra, interpuso memorial de excepción previa de prescripción, al amparo del art. 74 inc. b)
del Reglamento arriba señalado, solicitando el archivo de obrados (fs. 10 a11).
II.7. Por RA 004/11, se determinó la baja definitiva sin derecho a reincorporación de la ahora
representada por “existir suficientes elementos, que generan en la Comisión de Régimen
Disciplinario, la convicción de que ha infringido el art. 39 inc. B.3. del Reglamento arriba
citado, que a la letra dice: “Serán sancionados con BAJA definitiva de la Unidad Académica de
Grado y determinados por la CRD mediante Proceso Sumario Interno: 'Contraer matrimonio'”.
Concordante con el art. 19 inciso f) del Estatuto Orgánico del Sistema Educativo Policial (sic)
(fs. 24 a fs. 25).
II.8. El 4 de julio de 2011, Lilian Yohana Pérez Alcón, presentó Recurso Jerárquico (fs. 27 a 28
vta.) contra la RA 004/11 de 30 de junio de 2011, mereciendo por respuesta la Resolución de
Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de
protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de
protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías que no se
encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo
orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de
privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los
que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos
provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o
colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección.
“El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de nomenclatura, que no
incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de una verdadera acción de defensa inmediata,
oportuna y eficaz para la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías
fundamentales, y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso
constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales diferentes a las del
proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal distinta, con un objeto específico y
diferente, cual es la protección y restitución de derechos fundamentales con una causa distinta
a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1166
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fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico procesal
propio.
Finalmente cabe señalar, que dentro de los principios procesales configuradores del amparo
constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo
I del art. 129 de la CPE, que esta acción "(…) se interpondrá siempre que no exista otro medio
o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados".
Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías, al constituirse en un
mecanismo constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la
vigencia y respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no
exista otro medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han
restablecido el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se
puede analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela (SC
0002/2012 de 13 de marzo).
La Constitución Política de Estado, define los valores de sociedad en su art. 8, disponiendo que
el Estado Plurinacional de Bolivia se sustenta entre otros, en el valor de la justicia social, para
vivir bien; consecuentemente, la administración de justicia se fundamenta en los principios
procesales de gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad,
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La Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha señalado que las garantías del debido
proceso, no sólo son exigibles a nivel judicial, sino también deben ser de obligatorio
cumplimiento por cualquier autoridad que ejerza funciones de carácter materialmente
jurisdiccional. En este sentido:"De conformidad con la separación de los poderes públicos que
existe en el Estado de Derecho, si bien la función jurisdiccional compete eminentemente al
Poder Judicial, otros órganos o autoridades públicas pueden ejercer funciones del mismo tipo
(...). Es decir, que cuando la Convención se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un
"juez o tribunal competente" para la "determinación de sus derechos", esta expresión se refiere a
cualquier autoridad pública, sea administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus
resoluciones determine derechos y obligaciones de las personas. Por la razón mencionada, esta
Corte considera que cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente
jurisdiccional, tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido
proceso legal en los términos del artículo 8 de la Convención Americana".
El debido proceso es una garantía constitucional, que en virtud de los efectos de irradiación de la
Constitución Política del Estado, es también aplicable a los procesos administrativos y a todos
aquellos procesos disciplinarios de carácter sancionatorio que se presentan en todas las esferas
institucionales, sean éstas públicas o privadas, dentro las cuáles se tenga que llegar a un fallo o
resolución, decisión que en definitiva surte efectos jurídicos que indudablemente repercuten en
los derechos de las personas.
Ticona Póstigo, señala: “El debido proceso legal, proceso justo o simplemente debido proceso
(así como el derecho de acción, de contradicción) es un derecho humano fundamental que tiene
toda persona y que le faculta a exigir del Estado un juzgamiento imparcial y justo, ante un juez
responsable, competente e independiente, pues, él "Estado no sólo está obligado a proveer la
prestación jurisdiccional (cuando se ejercitan los derechos de acción y contradicción) sino a
proveerla bajo determinadas garantías mínimas que le aseguren tal juzgamiento imparcial y
justo". A criterio del tratadista Saenz, “el Debido Proceso en su dimensión adjetiva, se refiere a
toda aquella estructura de principios y derechos que corresponden a las partes durante la secuela
de todo tipo de proceso, sea este jurisdiccional, sea administrativo, o sea corporativo particular”.
penales por un dato formal, que es la autoridad que las impone, es decir sanciones
administrativas, la administración y sanciones penales, los tribunales en materia penal”.
El proceso administrativo, reconoce el actuar procesal de las partes, que son las personas
físicas o morales que intervienen en el proceso propiamente dicho y sobre las cuales gravitan
las consecuencias de todos los aspectos del mismo, desde el inicio hasta la conclusión
definitiva; en resumen, las partes de un proceso administrativo son: el Órgano Colegiado o
autoridad investida con la facultad de sancionar o dicho de otra manera, el Juez Natural de
«orden administrativo» y el servidor público, que actúa a nombre del Estado, contra el cual se
sustanciará determinada acción disciplinaria” (SC 1448/2011-R de 10 de octubre).
Ahora bien, ingresando en los aspectos doctrinales relacionados al caso de autos, cabe
señalar que uno de los elementos esenciales del debido proceso, es la motivación de las
resoluciones, entendida ésta como un derecho fundamental de todos los justiciables y
administrados constituyéndose en una de las garantías que forma parte del contenido
adjetivo del ya referido “debido proceso”; siendo también un presupuesto fundamental del
correcto ejercicio a la tutela judicial efectiva.
A su vez, el derecho a la defensa irrestricta, componente del debido proceso, se halla inserto en
el art. 115.II de la CPE, cuando: “El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la
defensa (…)”. El derecho a la defensa irrestricta, es un elemento integrante transversal a todas
las fases sustantivas del proceso penal o disciplinario. Al respecto, Binder afirma: “El Derecho a
la Defensa cumple dentro del Proceso Penal, un papel particular, por una parte actúa en forma
conjunta con las demás garantías; por la otra, es la garantía que torna operativas a todas las
demás”.
El derecho a la defensa irrestricta, es uno de los mínimos procesales que debe concurrir dentro
de un proceso sancionatorio en el que se encuentre presente el debido proceso, constituyendo de
esta manera un bloque de garantías procesales dentro del procedimiento sancionador, siempre en
procura de efectivizar un proceso justo.
III.2.3. La motivación de las resoluciones como elemento procesal adjetivo del debido
proceso y el deber de pronunciarse respecto a la totalidad de las cuestiones reclamadas por
los procesados
El respeto absoluto por el debido proceso, es materia de eminente orden público y de los
derechos que se encuentran vinculados al mismo. La motivación de las resoluciones
administrativas, entendida como garantía del debido proceso, tiene que ser comprensible,
puntual, concreta y en todos los casos lógica, incluyendo el análisis de todos los aspectos
relacionados al asunto principal y de aquellos otros derivados del eje central en cuestión,
debiendo en todos los casos efectuarse una relación de causalidad estrecha entre los hechos y la
normativa inherente al caso específico.
En ningún caso se puede entender que existe motivación por la sola aplicación mecánica del
derecho. La motivación debe compulsar las pruebas y arribar a conclusiones jurídicas
ciertas sobre la base de hechos probados. Cualquier autoridad administrativa que emita una
resolución, debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar una minuciosa
fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de la misma, lo
contrario significa que cuando ésta autoridad disciplinaria omite realizar una correcta
motivación, elimina la parte estructural de la resolución, asumiendo una decisión de hecho y no
de derecho, lesionando efectivamente el debido proceso, derivando en el extremo inaceptable
que los procesados no puedan conocer cuáles son las razones del fallo.
El tratadista Agustín Gordillo, al referirse a los caracteres y requisitos que deben reunir las
decisiones administrativas, ha expresado: “(…) no pueden desconocerse las pruebas existentes
ni los hechos objetivamente ciertos (…). El acto debe resolver todas las peticiones formuladas
(…) o sea, todas las cuestiones planteadas. En esto todas las legislaciones y la doctrina son
uniformes”. Esta ineludible exigencia de fundamentar las decisiones, se torna aún más relevante
cuando la autoridad administrativa o tribunal de alzada deba resolver la impugnación de las
resoluciones pronunciadas por las autoridades de primera instancia; más aún, si se trata de
aspectos relacionados con excepciones interpuestas, que en todos los casos, su resolución tiene
carácter definitivo causando efectos permanentes, razón por la cual, se reitera que resulta
imprescindible que dichas resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan con claridad
las razones y fundamentos legales que las sustentan, permitiendo concluir, que la determinación
asumida sobre la existencia o inexistencia de la falta administrativa, fue el resultado de una
correcta y objetiva valoración de las pruebas, de la misma manera que se exige del administrado
apelante, cumplir con la obligación de fundamentar los agravios supuestamente sufridos.
“No basta la simple cita de preceptos legales en una resolución para considerar motivada ésta,
sino que es preciso que se expongan las argumentaciones pertinentes que conduzcan a establecer
la decisión correspondiente”.
Los tratadistas Ossorio y Florit, afirman lo siguiente: “Frente a la absoluta libertad del juzgador
para apreciar y valorar las pruebas, y también frente a la restricción valorativa de la prueba legal,
surge el sistema de la sana crítica que deja al juez formar libremente su convicción, pero
obligándole a establecer los fundamentos de la misma”. De la misma forma, Eduardo
Couture, asevera que, “el juicio de valor en la sana crítica ha de apoyarse en proposiciones
lógicas correctas y fundarse en observaciones de experiencia confirmadas por la realidad”.
En ese entendido, cuando la petición es dirigida a un servidor público, éste debe orientar su
actuación en los principios contemplados en el art. 232 de la CPE, entre otros, el principio de
compromiso e interés social, eficiencia, calidad, calidez y responsabilidad” (las negrillas nos
corresponden).
El art. 24 de la CPE, sostiene que: “Toda persona tiene derecho a la petición de manera
individual o colectiva, sea oral o escrita, y a la obtención de respuesta formal y pronta. Para el
ejercicio de este derecho no se exigirá más requisito que la identificación del peticionario”.
El derecho de petición es uno de los derechos esenciales para el acercamiento del Estado al
administrado, permitiendo un relacionamiento eficaz en igualdad de condiciones, contribuyendo
de esta manera a un mejor servicio público inclinado a favor del ciudadano. Ahora bien, la
respuesta que proporcione, no necesariamente debe ser satisfactoria para el administrado, habrán
situaciones que ameriten una respuesta negativa, sin que por aquellas se haya vulnerado éste
derecho.
Consiste también en el hecho que no solamente se obtenga una pronta respuesta, sea ésta
positiva o negativa, sino también que la misma debe contener una decisión de fondo respecto a
lo peticionado, proporcionando certeza respecto a lo que se le responde.
En lo relacionado con el derecho de petición, cabe señalar que las resoluciones deben
necesariamente contemplar todos los puntos demandados, sin significar que siempre deba existir
una respuesta positiva, sino, una respuesta fundamentada a todos los puntos apelados negativa o
positivamente, según corresponda; en el presente caso, se pudo constatar que éste derecho
también fue trasgredido, en razón a que la búsqueda de respuestas por parte de la hija de la
accionante, a través de la exigencia de una adecuada motivación y fundamentación en las
resoluciones de primera y segunda instancia, no fue atendida, consecuentemente su derecho a la
defensa se vio coartado, diluyendo la posibilidad de refutar con argumentos de hecho y jurídicos
la acusación y sanción, emergentes del proceso disciplinario.
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00091-2012-01-AAC
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 26 de enero de 2012, cursante de fs. 175 a 186 vta., los accionantes
expusieron los siguientes fundamentos:
El 18 de mayo de 2004, el entonces Contralor General de la República a.i., José Jorge Treviño
Paredes interpuso una demanda contra Luis Jiménez “Cortés”, Blanca Lucila Jiménez “Cortés” de
Vargas y María Nélida Jiménez “Cortés”, por prescripción adquisitiva de dominio o usucapión del
bien inmueble ubicado en la calle Indaburo, 168-78, con una extensión de 689.10 m2, -propiedad
colindante con el edificio que comparte la Contraloría General del Estado y el Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas-. En dicho proceso, cumpliéndose con las etapas del proceso civil
ordinario, la Jueza Sexta de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de La Paz, mediante
Sentencia 277/2006 de 6 de noviembre, declaró probada su demanda y ejecutoriada la misma
mediante Auto de 11 de diciembre de 2006.
Posteriormente, el Ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Alberto Arce Catacora, por
memorial de 9 de noviembre de 2009, se apersonó ante el Juzgado Sexto de Partido en lo Civil y
Comercial, dándose por notificado con la Sentencia 277/2006, solicitando al mismo tiempo la emisión
del Auto Aclaratorio de dicha Resolución; en consecuencia, ésta solicitud es contestada por el Contralor
General del Estado a.i. Gabriel Herbas Camacho, señalando que el impetrante nunca fue sujeto procesal
en el caso de autos, que su solicitud de aclaración no se encuentra respaldada por ninguna norma y el
plazo para oponerla precluyó.
Con el objeto de rectificar su primera petición, el Ministro Luis Alberto Arce Catacora,
apersonándose nuevamente al proceso civil ejecutoriado, procedió a plantear un incidente de
nulidad hasta la citación con la demanda, argumentando que se ve perjudicado en su derecho a la
propiedad, puesto que le asiste el 50% del bien inmueble en litigio y por haber omitido la
notificación con la demanda a los representantes del entonces Ministerio de Hacienda, que no
intervinieron como parte en el proceso de prescripción adquisitiva o usucapión decenal.
Respondido el incidente de nulidad por los representantes de la Contraloría General del Estado y
corridos los trámites de rigor, la Jueza Sexta de Partido en lo Civil y Comercial, emitió el Auto
Interlocutorio 238/2010 de 13 de octubre, por la que en base a los principios de especificidad,
trascendencia y convalidación, resolvió rechazar el incidente, ante dicha actuación pidieron
explicación, complementación y enmienda, que fue resuelta mediante Auto de 30 de noviembre de
2010.
Refiere que, si el Ministro de Economía y Finanzas Públicas, al haberse dado por notificado con la
Resolución 220/2011 y entendiendo que la misma lesionaba sus derechos, no impugnó ni observó
el mencionado fallo, su derecho ha precluído porque no observó la supuesta anomalía procesal de
falta de notificación, lo que se denomina vicio consentido o principio de convalidación, asimismo
indica que en la Resolución 220/2011 no se ha considerado los extremos señalados a pesar que la
Contraloría General del Estado, ha dejado constancia de que no correspondía la nulidad de
obrados; por tanto, se ha vulnerado el derecho al debido proceso y el principio a la seguridad
jurídica.
En una segunda actuación sostiene que se ha vulnerado el debido proceso, los principios a la
seguridad jurídica y de congruencia; sin embargo, aclara que solamente pide la tutela al debido
proceso y los dos principios referidos también están vinculados con el debido proceso; por lo
que, continúa indicando de igual forma la Resolución 220/2011 no se ha pronunciado sobre el
recurso de apelación interpuesto por la Contraloría General del Estado, pues en dicha
Resolución el Tribunal de alzada se apartó de las previsiones legales que rigen el acto procesal,
más aún la fundamentación que debe contemplar toda Resolución; es decir, que en dicho fallo se
omite decidir cuestiones que son materia de expresión de agravios por el apelante, que es la
Contraloría General del Estado, en ese sentido las autoridades ahora demandadas no aplicaron
correctamente la facultad que les otorga el art. 15 de la Ley de Organización Judicial abrogada
(LOJ.1993), al contrario no observaron los presupuestos que deben concurrir para que proceda una
nulidad de obrados, por cuanto la labor hubiera circunscrito únicamente a advertir, que el recurso
de apelación del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas fue incoado de forma extemporánea
y la Resolución 238/2010 habría quedado ejecutoriada por el simple transcurso de tiempo ya que
no tenía competencia para pronunciarse de oficio por la anulación de obrados; asimismo, refiere
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En ese sentido, expresa que el Tribunal de alzada al dictar la Resolución 220/2011 de 21 de julio,
no analizó toda la prueba, al contrario se limitó a hacer mención a una supuesta confesión judicial
extemporánea, cuando la valoración de la prueba, debió realizarse de forma razonable y equitativa.
Los accionantes consideran lesionado el derecho al debido proceso que solicitan se considere a
través de los principios de seguridad jurídica y congruencia, citando al efecto el art. 117 de la
Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Efectuada la audiencia pública el 7 de febrero de 2012, conforme consta en el acta cursante de fs.
287 a 291 se produjeron los siguientes actuados:
Los abogados de los accionantes, se ratificaron in extenso en los términos expuestos en la presente
acción, sosteniendo además que la Resolución 220/2011 no se ha pronunciado sobre el recurso de
apelación interpuesto por la Contraloría General del Estado, en dicha resolución el Tribunal de
alzada se apartó de las previsiones legales que rigen el acto procesal, más aún la fundamentación
que debe contemplar toda Resolución; es decir, que en dicha resolución se omite decidir cuestiones
que son materia de expresión de agravios por el apelante, que es la Contraloría General del Estado,
en ese sentido las autoridades ahora demandadas no aplicaron correctamente la facultad que les
otorga el art. 15 de la LOJ.1993, no observaron los presupuestos que deben concurrir para que
proceda una nulidad de obrados, por cuanto la labor hubiera circunscrito únicamente a advertir que
el recurso de apelación del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas fue incoado de forma
extemporánea y la Resolución 238/2010 habría quedado ejecutoriada por el simple transcurso de
tiempo, por ende no tenía competencia para pronunciarse de oficio por la anulación de obrados;
asimismo, refiere que correspondía al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas que
directamente impugne la indicada Resolución y no que soliciten explicación, complementación y
enmienda, acto que procesalmente no correspondía por la naturaleza del fallo.
Los Vocales demandados, Franz René Pabón Ortuño y Aida Luz Maldonado Bocangel, Presidente
y Vocal de la Sala Civil Cuarta de la Corte Superior de Justicia de La Paz, ahora Tribunal
Departamental de Justica, por informe escrito cursante de fs. 210 a 211 vta., manifestaron: a)
dentro del proceso ordinario de usucapión extraordinaria seguido por la Contraloría General del
Estado contra Blanca Jiménez Cortes, la Jueza a quo observó el contenido de la demanda,
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señalando que previamente cumpla con el art. 327 inc. 4) y 6) del Código de Procedimiento Civil
(CPC), por lo que, la Contraloría General del Estado obedeciendo dicha observación amplió la
demanda contra Luis Heriberto Jimenez Cortes y María Nélida Jimenez Cortes, indicando que
cumple con lo requerido, la autoridad jurisdiccional admitió la demanda sin que hubiese sido
observada, tomando en cuenta que el mismo demandante indicó en su memorial de demanda,
“…con la finalidad de evitar nulidades posteriores se notifique al Ministerio de Hacienda toda vez
que posee parte del edificio”; a la autoridad jurisdiccional le correspondía observar la demanda
respecto a la conformación de la litis consorcio necesario, aspecto que no fue realizado, como
tampoco ordenó que se notifique al Ministerio de Hacienda, conforme solicitó la parte
demandante; la autoridad jurisdiccional continuó el trámite del proceso dictando la Sentencia
277/2006 de 6 de noviembre, declarando probada la demanda; y, b) Luis Alberto Arce Catacora,
Ministro de Economía y Finanzas Públicas, por las anomalías advertidas presentó incidente, que
previo los trámites de rigor, la Jueza a quo dictó la Resolución 238/2010 de 13 de octubre de 2010,
rechazando el incidente, siendo apelada la misma, que como Tribunal de alzada, determinaron por
Auto de Vista 220/2011 de 21 de julio, anular obrados hasta el vicio más antiguo inclusive,
disponiendo que la Jueza a quo regularice procedimiento. Dicha fundamentación lo realizó
observando lo dispuesto por el Auto Supremo 255 de 26 de agosto de 2003, art. 255.2 del CPC, así
como lo dispuesto por el art. 76 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP).
Los terceros interesados, Teresa Patricia Lamadrid, Rodrigo Rolando Bueno Copa y Mary Patricia
Cordero Cárdenas en representación legal del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, (fs.
282 a 286) señalaron: 1) El accionante debe identificar cada derecho lesionado y explicar los
motivos por los que considera lesionados y la forma en que se habría lesionado; 2) Los accionantes
han transcrito Sentencias Constitucionales al igual que normas administrativas, sin embargo no
establecen con claridad las omisiones o actos ilegales cometidos por el Tribunal demandado; 3)
Una acción de amparo constitucional no es un recurso ordinario de alzada como pretende la parte
accionante, toda vez que en su pretensión busca la nulidad del Auto de Vista dictada por el
Tribunal de alzada; 4) La referida acción solo puede ser interpuesta, cuando se han agotado todas
las instancias dentro del proceso judicial y que al no haber acudido los accionantes a la vía
ordinaria, donde se podía modificar lo resuelto por el Tribunal de alzada, la vía judicial no había
terminado; 5) Por auto de vista 220/2011, en aplicación del art. 15 de la LOJ.1993 que se
encontraba vigente a momento de resolver la apelación interpuesta, se anuló obrados, porque el
Tribunal de alzada, advirtió errores en la tramitación de la causa sin ingresar a considerar el fondo
de las apelaciones, en razón a que no se abrió su competencia para conocer el fondo; y, 6) El
Tribunal demandado actuó conforme ha establecido el art. 15 de la LOJ.1993.
I.2.4. Resolución
Por Resolución 02/2012-SSA-I de 7 de febrero cursante de fs. 292 a 293 vta., la Sala Social
Administrativa Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal
de garantías denegó la tutela solicitada en base a los siguientes fundamentos: i) La Sala Civil
Primera dictó la Resolución 220/2011, en uso de su facultad fiscalizadora prevista por el art. 15 de
la LOJ.1993 (vigente en su momento), anulando obrados; ii) El Auto de Vista que anuló la
Sentencia y otros actuados admite impugnación, siendo la vía idónea el recurso de casación, y al
haber sido notificada la representante legal de la Contraloría General del Estado con el Auto de
Vista 220/2011 no interpuso recurso alguno, ejecutoriándose tácitamente; iii) El Tribunal de
garantías no puede analizar defectos o errores procesales que no tienen relevancia constitucional, y
que la jurisdicción ordinaria tiene como atribuciones exclusivas la valoración de la prueba y la
interpretación de la legalidad ordinaria; iv) Al demandar la nulidad de la Resolución 238/2010 de
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13 de octubre de 2010, y disponer que la Sala emita nuevo fallo confirmando la Resolución
238/2010, petitum que resulta incongruente, no pudiendo a través de la presente acción, pretender
nuevamente analizar dichas tareas que corresponden a los tribunales ordinarios como si esta
instancia fuera una instancia adicional a la justicia ordinaria, es decir que la acción de Amparo
Constitucional no puede constituirse en una cuarta instancia en los procesos judiciales.
II. CONCLUSIONES
II.2. Memorial de ampliación de demanda contra Luis Heriberto Jimenez Cortes y María Nélida
Jiménez Cortes y decreto correspondiente de 2 de junio de 2004 por el que la Jueza admite la
demanda observada, sin pronunciarse respecto a lo solicitado por el demandante (fs. 6 a 7 vta.).
II.3. Resolución 277/2006 emitida por la Jueza Sexta de Partido en lo Civil y Comercial,
declarando probada la demanda interpuesta por el Contralor General de la República a.i.,
disponiendo su inscripción en Derechos Reales (DD.RR.) sobre el inmueble ubicado en la calle
Indaburo 168-78. (fs. 42 y 43 vta.) y Auto de 11 de diciembre de 2006, declarando ejecutoriada la
sentencia, dictada por la referida Jueza (fs. 46 vta.).
II.4. El Ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Alberto Arce Catacora, por memorial de 9
de noviembre de 2009, se apersonó ante el Juzgado Sexto de Partido en lo Civil y Comercial,
dándose por notificado con la Resolución 277/2006, pidiendo al mismo tiempo la emisión del Auto
Aclaratorio de dicha Resolución (fs. 55 a 57 vta.); en consecuencia tal petición es contestada por el
Contralor General del Estado a.i. Gabriel Herbas Camacho, en la cual señala que el impetrante
nunca ha sido ni fue sujeto procesal en el caso de autos y que su pedido de aclaración no se
encuentra respaldada por ninguna norma y hasta esa fecha su derecho precluyó por la caducidad
del tiempo para oponerlas (fs. 62 y vta.).
II.5. Memorial de 25 de enero de 2010 presentado por Luis Alberto Arce Catacora, Ministro de
Economía y Finanzas Públicas planteando incidente de nulidad hasta la citación con la demanda.
(fs. 64 a 66), decreto de 29 de enero de 2010 emitido por la Jueza Sexta de Partido en lo Civil en el
que corre en traslado el incidente planteado, (fs. 66 vta.); respuesta al incidente de Gabriel Herbas
Camacho, Contralor General del Estado a.i., exigiendo el rechazo (fs. 68 a 70), y decreto de 15 de
marzo de 2010 mediante el cual la referida Jueza abre un término probatorio de seis días comunes
a las partes (fs. 70 vta.).
II.6. Resolución Interlocutoria 238/2010 de 13 de octubre de 2010, emitida por la Jueza Sexta en lo
Civil y Comercial, rechazando el incidente de nulidad interpuesto, Ministro de Economía y
Finanzas Públicas. (fs. 107 y vta.).
II.7. El 28 de octubre de 2010, María Inés Vera de Ayora, Directora General de Asuntos Jurídicos
del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, pide explicación, complementación y enmienda a
la Resolución 238/2010 (fs. 110 y vta.), y Auto de 30 de noviembre de 2010 por el que la Jueza
Sexta de Partido en lo Civil y Comercial desestima la petición (fs. 111).
II.8. Memorial de apelación interpuesta por María Inés Vera de Ayoroa, Directora General de
Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas contra la Resolución 238/2010
(fs. 113 a 118); y Edino Claudio Clavijo Ponce, Gerente de Servicio Legales de la Contraloría
General del Estado interpone recurso de apelación contra el auto de 30 de noviembre de 2010. (fs.
119 y vta.).
II.9. Auto de Vista 220/2011, emitida por la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz, por el que anula obrados hasta fojas 35 inclusive, señalando que la Juez a quo
regularice el procedimiento de acuerdo a los datos del mismo. (fs. 132 a 134 vta.); y ejecutoria de
la misma por Auto de 7 de septiembre de 2011 (fs. 145) y notificación (fs. 146 y vta.).
La parte accionante alega la vulneración del derecho al debido proceso que solicitan se considere a
través de los principios de seguridad jurídica y congruencia, alegando que los Vocales demandados
al tramitar una apelación contra una resolución que resolvió un incidente de nulidad inobservaron
que: a) Ejecutoriada la Sentencia 277/2006, mediante Auto de 11 de diciembre de 2006, el
Ministerio de Hacienda -ahora Ministerio de Economía y Finanzas Públicas- al solicitar la
aclaración de dicha Resolución por memorial de 9 de noviembre de 2009, convalidó las
actuaciones hasta ese momento producidas, por lo que posteriormente no podía plantear incidente
de nulidad; b) Contra el Auto que resolvió rechazar la nulidad en primera instancia al constituirse
en un Auto interlocutorio simple, no podía solicitarse la aclaración, complementación y enmienda,
provocando que la apelación contra la Resolución que rechazo el incidente de nulidad se
interponga fuera de término; y, c) El tribunal de apelación emitió un fallo citra petita y carente de
fundamentación debido a que omitió decidir cuestiones que eran materia de expresión de agravios.
III.1. La justicia material como finalidad del sistema de administración de justicia boliviano
La existencia de conflictos individuales y colectivos entre los habitantes del Estado Boliviano, es
propia e inherente a la convivencia social y se ve profundizada por la pluralidad existente en el país
(art. 1 de la CPE), pese a ello la conflictividad per se no debe asumirse como un problema sino
como una oportunidad de maximizar los valores del diálogo democrático sobre los cuales deben
estructurarse los mecanismos de resolución de conflictos tanto procesales o formales como
extraprocesales o informales.
La finalidad y realidad anteriormente descrita provoca reconocer que la estructura del sistema de
administración de justicia boliviano, no pueda concebirse como un fin en sí mismo, sino como un
medio para obtener el logro y realización de los valores constitucionales, por otra parte impele a
reconocer la prevalencia del derecho sustantivo sobre el derecho adjetivo o sobre las formas
procesales, que a su vez y en el marco del caso analizado obliga a los administradores de justicia
entre otros a procurar la resolución del fondo de las problemáticas sometidas a su jurisdicción y
competencia dejando de lado toda nulidad deducida de formalismos o ritualismos procesales que
impidan alcanzar un orden social justo en un tiempo razonable.
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Así sucedió por ejemplo, en materia de notificaciones irregulares que sin embargo cumplen su
finalidad, la SC 0821/2002-R de 15 de julio, referido a un proceso laboral en la que la empresa
demandante alegó haber sido notificada erróneamente mediante su abogado y no de forma personal
provocó que el Tribunal Constitucional establezca lo siguiente: “…Que la notificación personal al
abogado de la empresa demandada en el domicilio procesal señalado es legal, al haber cumplido
la finalidad de que la empresa perdidosa tenga conocimiento de la sentencia pronunciada dentro
del proceso social (…) no es posible invocar la nulidad de la notificación por no haber sido
personal, pues los actos procesales son válidos en la medida en que cumplen adecuadamente la
finalidad que conllevan, sin lesionar un derecho fundamental o alguna garantía constitucional, sin
que meras formalidades insustanciales puedan invalidar los mismos, más aún cuando, por lo
señalado, no se produjo la indefensión de la empresa perdidosa…”.
En este contexto, entre los mecanismos de la jurisdicción ordinaria para preservar el orden público
constitucional al interior de los diferentes procesos se tienen a:
1) La facultad de los tribunales ad quem de revisar de oficio la tramitación de las causas en primera
instancia que en la abrogada Ley de Organización Judicial se traducía en el art. 15 que establecía
que: “Los tribunales y jueces de alzada en relación con los de primera instancia y los de casación
respecto de aquellos, están obligados a revisar los procesos de oficio, a tiempo de conocer una
causa, si los jueces y funcionarios observaron los plazos y leyes que norman la tramitación y
conclusión de los procesos para aplicar en su caso las sanciones pertinentes”, análisis lógicamente
previo al conocimiento del contenido de las apelaciones, porque en caso de encontrarse un vicio
sancionado en la ley con nulidad correspondía disponerse la misma, sin ingresar a conocer el fondo
de las problemáticas planteadas vía apelación.
sin embargo, es también evidente que por mandato del art. 15 de la LOJ, los jueces y tribunales de
apelación tienen el deber de revisar de oficio los procesos sometidos a su conocimiento para
establecer si la autoridad judicial inferior observó o no los plazos y las leyes que norman la
tramitación y conclusión de los procesos, y en los casos en que se advierta que la actividad
procesal se llevó a cabo con infracción de formas o procedimientos que la ley procesal ha previsto
para su validez, le corresponde aplicar la nulidad para sanear el proceso y restablecer o asegurar
la vigencia del debido proceso, que no sólo es una garantía jurisdiccional, sino también un
derecho”.
Por su parte, la Ley del Órgano Judicial vigente limita dicha posibilidad a casos estrictamente
necesarios previstos en la ley conforme su art. 17.I que sostiene: “La revisión de las actuaciones
procesales será de oficio y se limitará a aquellos asuntos previstos por ley” y considerando el
principio de preclusión exige además en su art. 16.I que: “Las y los magistrados, vocales y jueces,
deberán proseguir con el desarrollo del proceso, sin retrotraer a las etapas concluidas, excepto
cuando existiera irregularidad procesal reclamada oportunamente y que viole su derecho a la
defensa conforme a ley” (la negrilla es añadida).
Asimismo, toda nulidad originada en la deficiente tramitación del proceso genera responsabilidad
del administrador de justicia conforme el art. 17.IV de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) que
establece: “En caso de nulidad de obrados o una reposición de actuados, el tribunal deberá
comunicar de oficio la decisión al Consejo de la Magistratura a los fines de ley”, es decir que en
grado de apelación los tribunales ad quem en materia civil deben considerar al menos:
ii) Las nulidades deben reclamarse oportunamente, pues resulta reprochable a la parte procesal que
conociendo la existencia de una causal de nulidad permita el avance del proceso, para pedir dicha
declaración, esto porque esa conducta no condice con el principio de lealtad procesal.
iii) La nulidad no puede originarse en la negligencia de la parte procesal que solicita la misma, lo
que concuerda con el principio general del derecho que establece que “Nadie puede alegar su
propia torpeza”.
iv) No puede declararse nulidad por actos que la parte procesal haya consentido o convalidado, en
general las nulidades están reservadas a situaciones en las que se generó indefensión.
2) La posibilidad de dejar sin efecto la llamada cosa juzgada “aparente” que es aquella obtenida en
franca y manifiesta violación de derechos fundamentales y derechos humanos, porque no es
posible alcanzar un orden social justo y en definitiva la paz social reconocidos por la doctrina
como fines del derecho, con resoluciones que a la vista del colectivo resultan ser obtenidas de
forma injusta.
III.2. De la improcedencia del recurso de casación contra autos de vista que resuelven en
apelación incidentes de nulidad planteados en ejecución de sentencia civil
El art. 223 del CPC determina: “Tres son los efectos que produce la apelación: Suspensivo,
devolutivo y diferido. El primero suspende la competencia del juez, impidiendo la ejecución de la
sentencia o auto definitivo; el segundo le permite continuar la tramitación del proceso sin perjuicio
del recurso; y el tercero permite que sin perjuicio del cumplimiento de la resolución apelada, se
reserve la concesión de la alzada hasta el estado de una eventual apelación de la sentencia”.
a) La nulidad dispuesta en apelación de una sentencia que al tenor del art. 255.2 del CPC admite
casación.
tramitó indebidamente pues contra las resoluciones en ejecución de sentencia no procede la casación, así
se estableció que: “…si sólo procede el recurso de apelación en el efecto devolutivo -sin recurso
ulterior- no correspondía el recurso de casación, por lo que las autoridades demandas debieron
rechazar este recurso, pues no estaban legalmente habilitadas para conocer el mismo…”.
Analizados los antecedentes del caso, los Vocales invocando los arts. 15 y 247 de la LOJ.1993,
previamente a ingresar a analizar el fondo de las apelaciones planteadas por las partes procesales y
de la problemática en general, en uso de su facultad fiscalizadora, concluyeron que el Juez de la
causa observó la demanda civil de usucapión planteada por la parte accionante disponiendo se
esclarezca la calidad en la que se notificaría al Ministerio de Hacienda, pero ignorando su propia
determinación procedió a admitir la demanda una vez subsanada dejando que el proceso continúe
hasta su conclusión, aspecto que a su criterio indudablemente afectó el derecho a la defensa del
Ministerio referido en su calidad de tercero interesado que también se encontraría ejerciendo la
posesión sobre el bien en litigio, razonamiento que para éste Tribunal no resulta arbitrario.
hallan vinculados todos los operadores jurídicos de la nación; dado que compete a la jurisdicción
constitucional otorgar la protección requerida, a través de las acciones de tutela establecidas en los
arts. 18 y 19 de la Constitución, ante violaciones a los derechos y garantías constitucionales,
ocasionadas por una interpretación que tenga su origen en la jurisdicción ordinaria, que vulnere
principios y valores constitucionales…”; en virtud de la misma auto restricción, tampoco es posible que
la jurisdicción constitucional ingrese en la revisión de la valoración de la prueba efectuada por los
tribunales de grado, siendo que para este extremo, el demandante debió fundamentar en su acción la
concurrencia de los siguientes requisitos: “1) Que la valoración se aparte de los marcos legales de
razonabilidad y equidad (SC 0873/2004-R y 0106/2005-R, entre otras); o 2) Cuando la Resolución que
determine una sanción haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la
lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales…” (SC 2764/2010-R de 10 de
diciembre); por último, la jurisdicción constitucional no constituye última instancia, para rever las
decisiones de los órganos de administración de justicia ordinaria, como sucede en el presente caso.
En ese sentido, con referencia a los otros aspectos alegados por la parte accionante y atingentes al
fondo de la problemática, es necesario hacer notar que no corresponde a la jurisdicción
constitucional resolver respecto a derechos controvertidos, los cuales, en el marco de lo establecido
en la normativa legal aplicable según corresponda, deben ser analizados y resueltos en la justicia
ordinaria, así lo entendió el Tribunal Constitucional en su uniforme jurisprudencia como es el caso
de las SSCC 0855/2004, 1959/2004-R y 1457/2011-R entre otras.
Por otra parte, el Tribunal procedió a admitir la demanda de amparo constitucional y esperó a
celebrar la audiencia tutelar para denegar la tutela, con el fundamento de que no se había observado
el principio de subsidiariedad, en razón a que contra el auto de vista que dispuso de oficio la
nulidad de obrados a su entender procedía la casación. En ese sentido, conforme lo desarrollado en
el Fundamento Jurídico III.2, al provenir el auto de vista de la apelación de un incidente de nulidad
planteado en ejecución de sentencia únicamente, procedía la apelación directa a tramitarse en el
efecto devolutivo conforme al art. 518 del CPC, por lo que la casación no se constituía en un
recuso idóneo a agotar.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00072-2012-01-AAC
Departamento: Beni
Los accionantes mediante memorial presentado el 2 de enero de 2012, cursante de fs. 48 a 56,
manifestaron que:
A mediados de 1999, un grupo de personas necesitadas de contar con un techo propio tomaron
posesión sobre los terrenos situados entre la av. Circunvalación, ingreso del BIM II “Tocopilla”,
los canales de las ex tuberías que conducen a laguna “La Bomba” y por el sur con las lagunas de
“oxidación”, hoy jurisdicción territorial de la junta vecinal “Primero de Mayo” con una
superficie de 17 ha. 9200 m2. Siendo así, que desde esa fecha procedieron a gestionar la apertura
de calles y conseguir la instalación correspondiente del servicio de energía eléctrica e incluso
obligaron al municipio de la Santísima Trinidad, a construir un tanque de agua potable.
Agregan que hasta el 2004, no se tenía certeza de quiénes eran los verdaderos propietarios de
dichos terrenos debido a que en determinados momentos se presentaban los hermanos José Luis,
Aida Mery y María Luisa Aguilera Villavicencio y en otros, con documentación en mano Ana
María del Águila Álvarez; pero, como el dirigente de ese entonces respondía a los “mandados”
de los hermanos Aguilera Villavicencio, creyendo en la honestidad, lealtad y sinceridad de sus
dirigentes, se pensó que ellos eran los verdaderos propietarios. Posteriormente, el 2005, al
producirse la renovación del Directorio de la junta vecinal antes mencionada, obtuvieron la
personería jurídica, optando de esta manera dejar de pagar los lotes a ambas familias. Luego de
obtener las certificaciones del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), como de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1186
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Derechos Reales (DD.RR.), se llegó a la conclusión de que la única propietaria era Ana María
del Águila Álvarez, con quién suscribieron el contrato de transferencia de 17,92 has. de terreno
el 24 de mayo de 2007, los mismos que fueron registrados en derechos reales bajo la matrícula
8.01.1.01.0000462.
Asimismo, señalan que a principios del 2005, los hoy accionantes, hicieron conocer al Alcalde
Municipal Moisés Shriqui Vejarano sobre las dudas que tenían respecto a la documentación de
derecho propietario de los hermanos Aguilera Villavicencio, por lo que, en una asamblea la
autoridad edilicia indicó que respetaría la decisión que emitían los jueces, sugiriendo además
que debían acudir a la instancia jurisdiccional para efectos de absolver dichas dudas, por lo que
se inició las acciones legales contra los referidos ciudadanos. Sin embargo, José Aguilera
Villavicencio presentó una acción penal contra la junta vecinal “Primero de Mayo” por
asociación delictuosa, despojo y otros; que fue rechazada por el Ministerio Público, como en las
tres instancias de la justicia ordinaria. Pese a ello, el 2010, los hermanos Aguilera Villavicencio
presentaron ante el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil y Comercial, una demanda sumaria,
donde plantearon: La anulabilidad del documento de transferencia celebrado el 24 de mayo de
2007, entre la junta vecinal “Primero de Mayo” y Ana María del Águila Álvarez; acción
reivindicatoria; acción negatoria de derechos y pago de daños y perjuicios, la misma que
mediante Resolución 62/10 de 30 de septiembre, fue declarada improbada y una vez impugnada
por Auto de Vista 04/2011 de 18 de febrero, el Juez Segundo de Partido en lo Civil y Comercial,
confirmó en todas sus partes la Sentencia de primera instancia y ante la no interposición de
ningún recurso de impugnación, el 14 de marzo del 2011 se dio por ejecutoriada la Resolución
que fue dictada por el Juez de alzada, significando ello la total validez y vigencia de la
documentación que determinaba que la junta vecinal “Primero de Mayo” era la legítima
propietaria de esas tierras.
Refieren también, que una vez ejecutoriados los dos procesos -penal y civil-, el 16 de marzo de
2011, mediante nota dirigida al Alcalde Municipal, se le informó sobre el resultado de ambos
procesos, pero en respuesta a ello de manera sorpresiva se decretó la Ordenanza Municipal
(OM) 14/2011 de 12 de mayo, por la que se aprobaba la urbanización “San Luis” de propiedad
de los hermanos Aguilera Villavicencio, con una superficie de 21 ha. sobreponiéndose en un
cien por ciento a los terrenos legítimamente adquiridos por la citada junta vecinal “Primero de
Mayo”, sobre los cuales sus afiliados tenían construidas sus viviendas. Además que, los
Concejales Municipales para justificar sus acciones señalaron que la aprobación no significaba
un reconocimiento de mejor derecho propietario a favor de la familia Aguilera Villavicencio.
Sin embargo, pese a haber sido alertados sobre el derecho de propiedad de los terrenos,
procedieron con la aprobación de esa urbanización en desmedro de la junta vecinal.
Ante esa situación, los accionantes el 31 de octubre de 2011, con la finalidad de que el Concejo
Municipal, analice el daño causado a la Junta Vecinal, solicitaron la reconsideración de la
Ordenanza Municipal referida, la misma que fue denegada mediante nota 380/11 de 4 de
noviembre, por lo cual dieron cuenta que el Pleno por decisión unánime determinó rechazar.
Los accionantes estiman vulnerados sus derechos a un hábitat y vivienda adecuada que
dignifiquen su vida familiar y comunitaria, a los servicios básicos y a la propiedad privada,
citando al efecto los arts. 14.III, 19.I, 20.I, 22, 56, 108.2 y 109.I de la Constitución Política del
Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 27 de enero de 2012, según consta en el acta cursante de fs.
280 a 288 vta. de obrados, se produjeron los siguientes actuados:
Las autoridades demandadas, Moisés Shriqui Vejarano, Mery Elina Zabala Montenegro,
Rodolfo Coímbra Canido, Rodney Yasir Mercado Vaca, Alberto Stanley Munguía Ortiz, Lorena
Inchauste Suárez, Benigna Mancilla Condori, Marco Antonio Gutiérrez Núñez, Margarita del
Carmen Fernández Claure, Nelson Villazón Ribera, Consuelo Viruéz Ruiz de Bolling y Gary
Cholima Vaca, Alcalde y Concejales del Gobierno Autónomo Municipal de la Santísima
Trinidad, presentaron informe escrito cursante de fs. 271 a 279 señalando: 1) Los accionantes
pretenden hacer creer que se han vulnerado sus derechos constitucionales; sin embargo, con la
prueba documental que adjuntan y lo manifestado en la demanda, demuestran lo contrario, toda
vez que en la Resolución 62/10 dictada dentro del proceso sumario de reivindicación, acción
negatoria, anulabilidad de contrato más daños y perjuicios y reconvención por acción negatoria
y mejor derecho propietario, en la primera parte resolutiva, el Juez de la causa declaró
improbada la demanda interpuesta por los hermanos Aguilera Villavicencio contra Juan Gustavo
del Águila Mejía, Yolanda Semo Suárez, Yobana Yumacale Manu, Ramón Mosua Méndez y
Raúl Melgar Guasase y en la segunda parte, también declaró improbada la demanda de
reconvención por acción negatoria y mejor derecho propietario interpuesta por estos últimos,
contra los hermanos Aguilera Villavicencio, Sentencia que fue confirmada por el Tribunal de
alzada, misma que se encuentra ejecutoriada, con lo que se puede evidenciar que la junta vecinal
“Primero de Mayo” no tiene mejor derecho propietario; 2) El procedimiento administrativo para
la aprobación de proyectos de urbanización se encuentra previsto en el art. 8 del Reglamento
para Urbanizaciones y Subdivisiones (RUS) aprobado mediante OM 52/2006 de 7 de diciembre
y complementado mediante las OOMM 55/2007 y 58/2007, por lo que de acuerdo a la
documentación se puede evidenciar que las instancias técnicas del Gobierno Municipal
cumplieron a cabalidad con las disposiciones y requisitos como son: El de exigir documento de
solicitud debidamente detallado y firmado por el propietario, título de propiedad de terreno,
certificado alodial actualizado, recibo de pago de impuestos al día, de acuerdo al art. 41 del
RUS, la cual posteriormente es remitida a consideración de la Comisión Asesora del
Reglamento para Urbanizaciones y Subdivisiones de la ciudad de Trinidad “CARUS” para la
revisión de los ante proyectos y proyectos finales de urbanización, emitiendo un informe de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1188
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aprobación técnico legal; el cual es puesto a consideración del Concejo de Planificación Urbana
(CPU). Posteriormente se emite la Resolución Administrativa, y se envía ante el Concejo
Municipal para su revisión y aprobación mediante ordenanza municipal correspondiente; 3) Los
accionantes dentro de su prueba documental presentaron el testimonio 105/2011 de 23 de
agosto, de escritura pública de transferencia de inmueble con pacto de rescate que suscribió Juan
Gustavo del Águila Mejía en representación de Ana María del Águila Álvarez, con poder
notarial 73/88 de 14 de diciembre de “1998” como vendedor a Yolanda Semo Suárez, Giovana
Arce Mapatoto, Sonia Tamo Yubanure, Eduardo Maza Iba, Presidenta, Vicepresidenta,
Secretaria General, Secretario de Actas y otros miembros del directorio de la junta vecinal
“Primero de Mayo” registrado en DD.RR. bajo la matrícula computarizada 8.01.1.01.1.000462
Asiento 2 de 20 de octubre de 2011, posterior a la fecha de la OM 14/ 2011 de 12 de mayo, que
aprobó la urbanización “San Luis”. Asimismo, el registro de transferencia de inmueble con
pacto de rescate se realizó incumpliendo con los requisitos para la inscripción de inmueble en
dicha institución, toda vez, que primero debió ingresar por el municipio para la transferencia y
uso de suelo a la Dirección de Planificación Urbana, luego a la Dirección de Registro Urbano
para el registro de la propiedad, codificación catastral y pago de impuestos municipales a la
transferencia (IMT), concluido ese trámite el propietario llevó toda la documentación al notario
de fe pública para la protocolización de la misma y finalmente llevar a la oficina de DD.RR.
para su registro a efecto de lo previsto por el art. 1538.II del Código Civil (CC), procedimiento
que fue obviado permitiendo ese registro irregular; 4) Por los aspectos técnicos y legales
señalados precedentemente, se demuestra claramente que el Gobierno Municipal de la Santísima
Trinidad, ha cumplido con los procedimientos establecidos por el Reglamento para la
aprobación de Urbanizaciones y Subdivisiones de la ciudad de la Santísima Trinidad, aprobado
mediante OM 52/2006 de 7 de diciembre, por lo que no se ha vulnerado los derechos
constitucionales de la junta de vecinos “Primero de Mayo”, ya que por la prueba documental de
cargo y descargo se evidencia que los accionantes no han demostrado haber realizado
representación alguna que demuestre mejor derecho propietario dentro del proceso de
aprobación de la urbanización “San Luis” y fue después de aprobado el mismo que los
accionantes interpusieron recurso de reconsideración ante el Concejo Municipal alegando mejor
derecho propietario, presentando como prueba la ya señalada Resolución 62/10, dictada dentro
del proceso sumario de reivindicación, acción negatoria, anulabilidad de contrato más daños y
perjuicios y reconvención por acción negatoria y mejor derecho propietario, declarada
improbada tanto para los demandantes como para los reconvencionistas. Recurso de
reconsideración que se trató en sesión ordinaria, mismo que por unanimidad del Pleno fue
rechazado; y, 5) La OM 14/2011 de 12 de mayo, fue impugnada a petición de parte dentro del
plazo establecido en el art. 22 de la Ley de Municipalidades (LM) y reconsiderada en sesión
ordinaria de 17 de mayo de 2011, siendo ratificada en su totalidad al no haberse aportado ningún
otro elemento técnico ni legal, Resolución que fue comunicada a los impetrantes. Posteriormente
de haber transcurrido 6 meses la junta vecinal ”Primero de Mayo” volvió a presentar ante el
Concejo Municipal la reconsideración de la ordenanza en cuestión, pese a que no existe la figura
de re-reconsideración y a pesar de que el plazo se encontraba superabundantemente vencido, el
Pleno del Concejo Municipal con la mejor predisposición de atender todo requerimiento de los
vecinos obvió lo anteriormente mencionado y atendió por segunda vez el pedido de
reconsideración, siendo denegado por no aportar mayores elementos jurídicos ni técnicos,
rechazo que se hizo al amparo del art. 61 inc. c) del ordenamiento jurídico y administrativo del
Gobierno Municipal de la Santísima Trinidad de 16 de agosto de 2011, Resolución que fue
puesta en conocimiento de la parte interesada mediante nota de 4 de noviembre de 2011 y
recepcionada el 7 del mismo mes y año, teniendo los impetrantes la vía del Recurso de Control
de Legalidad, el mismo que nunca fue interpuesto por ninguna persona, peor aún por los
recurrentes accionantes, por lo que no se agotaron las instancias administrativas y que es
requisito sinequanon para poder abrir la vía del recurso extraordinario como es la acción de
amparo constitucional, señalando la SC 1337/2003-R de 15 de septiembre.
Por su parte los codemandados José Luis Aguilera Villavicencio y María Luisa Aguilera
Villavicencio, presentaron informe escrito cursante de fs. 203 a 207, señalando: i) El art. 74.2 de
la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), establece que “La acción de amparo
no procederá”: …contra los actos consentidos libre y expresamente…” y si se considera que la
Ordenanza Municipal que impugnan data de 12 de mayo de 2011 y su reconsideración en
aplicación del art. 22 de la LM fue presentada el 1 de noviembre de igual año, cinco meses y
veinte días. Hasta ese momento, los accionantes han consentido los actos de manera libre,
debido a que si bien la acción de amparo constitucional puede interponerse dentro de los seis
meses, empero lo presentado en dicha fecha ha sido un medio de impugnación denominado
reconsideración. Esto significa que durante todo ese tiempo a existido una dejadez e inactividad
que no puede reconocerse a los efectos de la tutela solicitada (señalando la SC 1369/2001-R de
30 de septiembre); ii) Se constata que los accionantes al presentar su reconsideración de forma
extemporánea después de casi seis meses de haberse dictado la Ordenanza Municipal hoy
impugnada, ha incurrido en lo referido en la Sentencia Constitucional indicada líneas arriba,
analizada como presentación extemporánea, por ello, constatado con el principio de inmediatez,
el cómputo del plazo para la caducidad de la acción comenzó a correr a partir del 12 de mayo de
2011, y no a partir del 5 de noviembre de igual año, habiendo caducado el 13 de noviembre del
mismo mes y año, por lo cual al tenor del art. 74.5 de la (LTCP), se torna improcedente la acción
de amparo constitucional; y iii) Respecto a los derechos que supuestamente fueron vulnerados a
los accionantes, en su memorial no señalaron ni fundamentaron en qué medida fueron
vulnerados restringidos, por lo que al no precisarse los mismos, corresponde que el presente
acción de amparo sea denegada.
I.2.3. Resolución
La Sala Civil del Tribunal Departamental de Justicia del Beni, constituida en Tribunal de
garantías, por Resolución 002/2012 de 27 de enero, cursante de fs. 289 a 290, denegó la acción
de amparo constitucional, sin costas, fundamentando la misma en los siguientes puntos: a) Una
vez presentados los informes de las autoridades y personas particulares demandadas, los
accionantes a través de la prueba adjunta y la exhibida en audiencia, no aportaron mayores
elementos de convicción respecto a la afectación de los terrenos de su propiedad y por la que
sustentan su acción de amparo constitucional; b) En la propia documentación acompañada a la
acción de amparo constitucional -fotocopias legalizadas del proceso de reivindicación seguida
por los hermanos Aguilera Villavicencio- señaló en hechos no probados en el Punto 1 que la
superficie del terreno transferida por Juan Gustavo del Águila Mejía a favor de la junta vecinal
”Primero de Mayo”, afectó la cantidad de 79.800 m2 2 de los hermanos Aguilera Villavicencio ;
c) No se ha adjuntado a la presente la acción, algún informe pericial y/o técnico sobre las partes
afectadas por la Ordenanza Municipal ó que hayan sido objeto de venta y/o despojo por los
hermanos Aguilera Villavicencio; d) Que el derecho propietario que invocan los accionantes
sobre los terrenos, se encuentran controvertidos y no han sido objeto de definición o
reconocimiento pleno por la autoridad legal competente, según los documentos adjuntos a la
acción; e) De acuerdo a lo expuesto y acreditado en audiencia, el recurso de reconsideración del
que fue objeto previo la Ordenanza Municipal, sería un segundo recurso; pues en fecha anterior
ya se habría presentado contra dicha ordenanza, un primer recurso de reconsideración. Por lo
que, la presente acción, estaría fuera del plazo de los seis meses que previene el art. 59 de la
LTCP (AC 075/2010-RCA de 9 de junio y la SC 0425/2010-R de 28 de junio); f) Conforme a lo
que dispone el art. 66 inc. a), en relación de los arts. 57 y 61. c) de la Ley 001/11 de 16 de
agosto, aprobada por el Gobierno Autónomo Municipal de la Santísima Trinidad, una vez
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II. CONCLUSIONES
II.1. El 25 de noviembre de 2005, el Prefecto y Comandante del departamento del Beni, Carlos
Navia Ribera, mediante Resolución Prefectural 187/2005, autorizó el registro de la personalidad
jurídica a la junta vecinal ”Primero de Mayo” (fs. 1 a 2).
II.2. Por Resolución 62/10, dentro del proceso sumario de reivindicación, acción negatoria,
anulabilidad de contrato más daños y perjuicios y reconvención por acción negatoria y mejor
derecho propietario seguido por José Luis Aguilera Villavicencio, María Luisa Aguilera
Villavicencio y Aida Mery Aguilera Villavicencio contra Juan Gustavo del Águila Mejía,
Yolanda Semo Suárez, Yobana Yumacale Manu, Ramón Mosua Méndez y Raúl Melgar
Guasase, el Juzgado de Instrucción Tercero en lo Civil de Trinidad declaró: i) Improbada la
demanda de acción reivindicatoria, acción negatoria, anulabilidad de contrato más daños y
perjuicios; y, ii) Improbada la demanda reconvencional de acción negatoria y mejor derecho
propietario, interpuesta por Juan Gustavo del Águila Mejía, Yolanda Semo Suárez, Yobana
Yumacale Manu, Ramón Mosua Méndez y Raúl Melgar Guasase contra los hermanos José Luis,
María Luisa y Aida Mery, todos Aguilera Villavicencio, sin costas por ser juicio doble (fs. 12 a
16 vta.).
II.3. Por Auto de Vista 04/2011 dentro de la apelación interpuesta por los hermanos Aguilera
Villavicencio, el Juez de Partido Segundo en lo Civil y Comercial de Trinidad, resolvió
confirmar en todas sus partes la Resolución 62/10, procediéndose con la notificación el 1 de
marzo del mismo año (fs.17 a 20 vta.).
II.4. El 10 de marzo de 2011, mediante memorial dirigido al Juez Segundo de Partido en lo Civil
y Comercial, Yolanda Semo Suárez, invocó se declare ejecutoria del Auto de Vista 04/2011 y
mediante proveído de 14 del mismo mes y año, al no existir recurso de impugnación posterior, la
autoridad judicial en observancia del art. 515 del CPC, declaró ejecutoriado dicho Auto (fs.21 y
vta.).
II.6. El 25 de abril de 2011, por nota dirigida a la Presidenta y miembros del Concejo Municipal
de la ciudad de la Santísima Trinidad, la junta vecinal ”Primero de Mayo” ante la solicitud de
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1191
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II.7. El 5 de mayo de 2011, mediante nota presentada por el Presidente de la Comisión Técnica
de Planificación y Desarrollo Territorial, como de la Comisión Jurídica, presentaron a la
Presidenta del Concejo Municipal el informe de aprobación de la urbanización “San Luis” (fs.
44 a 46).
II.8. El 12 de mayo de 2011, por OM 14/2011, se aprobó la Urbanización “San Luis”, con una
superficie de 215.421.72 m2 de acuerdo a las normas legales y técnicas, como la Resolución
Urbana CPU 7/2010 de 26 de septiembre de 2010, de propiedad de María Luisa, José Luis y
Aida Mery Aguilera Villavicencio (fs. 41 a 42)
II.9. El 10 de junio de 2011, mediante memorial dirigido al Jefe del Sistema de Distribución de
ENDE-Trinidad, los miembros de la Mesa Directiva “Primero de Mayo” solicitaron rechazar el
memorial que fue presentado por los Hermanos Aguilera Villavicencio, mediante la cual pedían
no se dé curso a la solicitud de instalación de energía eléctrica (fs. 11 y vta.).
II.10. Los hermanos José Luis, María Luisa y Aida Mery, todos Aguilera Villavicencio, por
testimonio 297/2011 de 27 de junio, presentaron escritura de complementación sobre cambio de
uso de suelo y superficie de terreno, que: colinda al norte con terrenos de propiedad de Sebastián
Paz Quaino, al sur con los terrenos de Fernando Parada Parada y Consuelo Arriaza Eguez de
Parada, en la zona oeste con la av. Gran Paititi, ratificando en todo lo demás el contenido de la
escritura pública 423/2009 siendo la superficie del inmueble 239.700.00 m2, debidamente
registrado en DD.RR. en el folio 8.01.1.01.0013831 del 9 de julio de 2011 (fs. 179 a 184).
II.11. El 23 de agosto de 2011, a través del testimonio 105/2011 otorgado ante la Notaria de Fe
Pública, de Miriam Durán Aue, se procedió a la transferencia de inmueble con pacto de rescate
entre Juan Gustavo del Águila Mejía en representación legal de Ana María del Águila Álvarez
con poder notarial 73/88 de 14 de diciembre en su condición de vendedor y por otra Yolanda
Semo Suárez, Giovana Arce Mapatoto, Sonia Tamo Yubanure, Eduardo Maza Iba, Mercedes
Durán Aguilera, Diana Salvatierra González y Florencio Durán Aguilera, todos miembros del
directorio y representantes legales de la junta vecinal ”Primero de Mayo” compradoras (fs. 23 a
28).
II.12. El 1 de noviembre de 2011, por memorial dirigido a la Presidenta del Concejo Municipal
de la Santísima Trinidad, Yolanda Semo Suárez, Florencio Durán Aguilera y Eduardo Maza Iba,
en calidad de Presidenta, Secretario de hacienda y Actas de la junta vecinal ”Primero de Mayo”
solicitaron reconsideración de la OM 14/2011 de 12 de mayo de 2011 (fs. 37 a 39) y el 4 de
noviembre del mismo año, mediante nota 380/11 la Presidenta y Secretario del Concejo
Municipal de la Santísima Trinidad, respondieron que por voto oral y nominal unánime de los
Concejales se denegó la reconsideración (fs. 37 a 40).
Los accionantes consideran que las autoridades demandas y particulares han vulnerado sus
derechos a un hábitat y vivienda adecuada que dignifiquen su vida familiar y comunitaria, a los
servicios básicos y a la propiedad privada; toda vez que: a) Pese haber sido alertados sobre el
conflicto del derecho de propiedad de terrenos, mediante OM 14/2011 de 12 de mayo, aprobaron
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Ante esta situación, los hoy accionantes el 1 de noviembre de 2011, por memorial presentado
ante el Concejo Municipal, solicitaron la reconsideración de la OM 14/2011 y mediante nota
380/11, fueron respondidos que por voto oral, nominal y unánime de los concejales se resolvió
denegar la reconsideración. Asimismo, de acuerdo a su petitorio dentro de la presente acción de
amparo constitucional solicitaron se disponga dejar sin efecto dicha Ordenanza Municipal, hasta
que entre la junta vecinal ”Primero de Mayo” y los hermanos Aguilera Villavicencio, se defina
el mejor derecho de propiedad y se abstengan de ejercer algún acto de disposición de las tierras
hoy en disputa.
En ese entendido, corresponde denegar la tutela invocada, sin ingresar al análisis de fondo del
problema jurídico planteado, en función a que la jurisdicción constitucional a través del presente
medio de defensa no puede constituirse en una instancia de resolución de cuestiones de hecho o
de derecho, usurpando una atribución que le compete única y exclusivamente a la jurisdicción
ordinaria.
POR TANTO
SALA SEGUNDA
Mag. Relator: Dr. Gualberto Cusi Mamani
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00081-2012-01-ACC
Departamento: Potosí
Refiere que el acta de conciliación fue suscrita por ex autoridades, quienes carecían de
legitimación para intervenir en dicho acuerdo a nombre de la comunidad de Isluco, por
consiguiente, su participación fue nula e ineficaz; no obstante, el Juez Agroambiental,
transgrediendo los principios de legalidad y seguridad jurídica, permitió esa participación; ante
lo cual, por memorial de 25 de enero de 2012, se acudió al Juez ahora demandado para que
anule judicialmente el acta de 24 de febrero de 2011; empero, su pretensión fue rechazada por
Auto de 26 de enero de 2012, con el fundamento que “el acuerdo conciliatorio, cuenta con nueve
firmas de las autoridades de ambas comunidades y los abogados de ambas partes, el suscrito
juzgador y la sra. secretaria y que, (…) el referido acuerdo conciliatorio fue homologado por el
Juez reiterando que tiene calidad de cosa juzgada material” (sic).
Finalmente señala que, por disposición del art. 78 de la Ley del Servicio Nacional de Reforma
Agraria (LSNRA), la demanda de anulación del acuerdo conciliatorio debió admitirse y
declararse probada; al no haber procedido de esa manera, la autoridad demandada vulneró los
“derechos de la Comunidad” a la cual representa.
I.1.3. Petitorio
contrato civil, lo cual hace inaplicable aunque supletoriamente el art. 546 del Código Civil (CC);
e) La presente acción no es de aplicación sustitutiva de otros recursos por lo que podría haber
recurrido ante el Tribunal Agroambiental en el plazo de ley; f) “No puede revisar o anular sus
propios actos, salvo en el caso de procedimiento civil con referencia al recurso de reposición,
habiendo advertido la comisión de algún error” (sic); y, g) El accionante tuvo la oportunidad de
interponer recurso de casación o nulidad contra el referido Auto, conforme al art. 87 de la
LSNRA.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.1. Por acta de audiencia pública de conciliación de 24 de febrero de 2011, las comunidades de
Isluco y Maracuri, acordaron -entre otros puntos- el uso solidario del agua entre ambas
comunidades (fs. 1 a 2 vta.).
II.3. Por memorial de 25 de enero 2012, presentado por el ahora accionante, en representación
de la Comunidad Isluco, ante el Juez “Agrario”, se interpuso “demanda de nulidad de acuerdo
conciliatorio” (sic) referido al acta de 24 de febrero de 2011, cuestionando la validez de la
participación de las autoridades de la referida Comunidad en la firma del señalado documento
(fs. 6 y vta.).
II.4. El Juez Agroambiental de Uncía, ahora demandado, por Auto de 26 de enero de 2012,
respecto al memorial descrito en la conclusión anterior, se pronunció indicando que no
corresponde lo solicitado, con el fundamento que al haber sido suscrito por las autoridades de
ambas comunidades, los abogados de las partes, el Juez y la Secretaria, este documento adquirió
calidad de cosa juzgada material, conforme dispone el art. 181.4 del CPC.
El art. 128 de la CPE, ha instituido la acción de amparo constitucional, como una acción tutelar
de defensa contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la misma Constitución y la ley. Acorde esta precisión constitucional, se advierte
el contenido del art. 73 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP).
En ese sentido, esta acción tutelar puede ser presentada por la persona “…que se crea afectada,
por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la
Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o
recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados” (art. 129.I de la CPE).
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00480-2012-01-AL
Departamento: Oruro
fueron buscados en sus domicilios, y tampoco los encontraron, presumiéndose su ocultación y esto
deriva en obstaculización.
Asevera el accionante respecto de éste último punto que, nunca fue buscado con instrucción
alguna, ni mucho menos existió cédula judicial o algún tipo de aviso escrito que establezca la
existencia de la investigación. Habiéndose enterado posteriormente del proceso en virtud a un
comentario, a través del memorial de 9 de marzo de 2012, se apersono voluntariamente ante el
representante del Ministerio Público, a objeto de presentar su declaración informativa y se le
mantenga su libertad irrestricta para demostrar su conducta relativa a apoyar la investigación,
solicitud que fue rechazada en la misma fecha ya se habría determinado su aprehensión.
Asegura que los riesgos de fuga y obstaculización son subjetivos, ya que no existe prueba alguna
que su persona no tenga familia, domicilio o trabajo, respondiendo aquello al hecho de que el
Fiscal no admitió su declaración informativa voluntaria, desconociendo lo establecido por el art.
234 del Código de Procedimiento Penal (CPP), en cuanto a la justificación fundamentada, ausente
en la determinación del Fiscal, por lo que considera estar ilegalmente perseguido.
I.1.3. Petitorio
Pide se conceda la tutela reclamada y como consecuencia, se ordene que el representante del
Ministerio Público cese la persecución indebida en virtud a la orden de aprehensión dispuesta el 9
de marzo de 2012, dentro del proceso de “lesiones gravísimas” instaurado por Luis Fernández
Fernández, debiendo dejarse sin efecto alguno tal orden y, por el contrario dicha autoridad señale
día y hora de audiencia para la recepción de su declaración informativa; pide también se condene al
infractor a los “daños y perjuicios pertinentes”.
Celebrada la audiencia pública el 17 de marzo de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 84 a
90 vta., se produjeron los siguientes actuados.
Situándose el accionante en el supuesto del art. 226 del CPP refiere que es exigible la legalidad
formal y material como elementos constitutivos de la aprehensión, debiendo existir una convicción
fundamentada e inequívoca de que el sindicado, en este caso Nelson Corani Álvarez, fuere el autor
del acto antijurídico, que el delito tenga una pena privativa de libertad cuyo mínimo legal sea igual
o superior a dos años y, que existan elementos de convicción suficientes que acrediten que el
imputado podría ocultarse, fugarse, ausentarse del lugar u obstaculizar la averiguación de la
verdad, aspectos que según la SC 0957/2004-R de 17 de junio tienen que ser debidamente
fundamentadas por la autoridad fiscal.
Manifestó también que la Resolución de imputación que analiza primero el informe en conclusiones del
investigador asignado al caso, adolece de las siguientes falencias: i) En algunos casos los procesados son
aludidos como “los sindicados” y en otras “el sindicado”, lo mismo en la Resolución fundamentada de
aprehensión cuando hace referencia a “el sindicado” no pudiendo determinarse si Nelson Corani Álvarez
o Severino Sipe Sánchez es “el sindicado”; ii) Al no haber sido citado su representado, ni comunicado a
los fines de asumir defensa en el proceso penal, no podía haber desvirtuado un peligro de fuga, haciendo
referencia a los arts. 234.1 y 10 del CPP -concernientes al peligro de fuga-; iii) La imputación hace
referencia a que el 12 de febrero de 2012 a horas 10:30, los procesados fueron buscados en oficinas de la
FSUTCO, siendo que no es su domicilio real y tampoco tenían la obligación de estar presentes allí; iv)
Se hace referencia a que el 20 y 27, sin mencionar el mes ni el año correspondiente, fueron buscados en
sus domicilios, sin embargo, en la querella que cursa en el cuaderno de investigaciones, no se hizo
referencia a los domicilios de los presuntos autores, simplemente se limita a señalar “Oruro” como
domicilio; v) El requerimiento fundamentado de aprehensión aludido, no cuenta con una mínima
sustentación legal, atentando directamente al derecho a la libertad de su representado; y, vi) Los arts. “63
del CPP” y 61 de la Ley Orgánica del Ministerio Público (LOMP), establecen que los fiscales al otorgar
sus requerimientos y resoluciones, deben fundamentar las mismas no como un enunciado general,
siendo que la dirección de la investigación cumple una función clave del sistema para asegurar
imparcialidad judicial y determinar que la investigación se realice en el mayor parámetro de eficiencia,
aspectos ausentes en la Resolución de aprehensión mencionada.
Refirió asimismo que, cuando su representado tuvo conocimiento de que a su persona y a Severino
Sipe Sánchez se les seguía un proceso penal, se presentó voluntaria y espontáneamente ante la
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1203
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
autoridad fiscal el 9 de marzo de 2012, a efectos de solicitar se señale día y hora para que se le reciba
su declaración informativa; sin embargo esta petición fue denegada expresamente por dicha
autoridad, disponiendo que se esté al requerimiento fundamentado de aprehensión emitido en la
misma fecha, negándole así la oportunidad de darle a conocer a la autoridad fiscal la información que
requería a cerca de su familia, actividad laboral, domicilio, y que Nelson Corani Álvarez es una
persona dedicada a la dirigencia campesina, además de tener su actividad laboral en CARTONBOL y
LACTEOSBOL.
Continuó aseverando que el coimputado Severino Sipe Sánchez fue aprehendido el día de ayer, en
virtud a la mencionada Resolución fiscal, y el Juez contralor de garantías constitucionales declaró
la ilegalidad de su aprehensión otorgando la libertad irrestricta, al existir un atentado inminente a
los derechos y principios constitucionales. Finalizando, indicó que el principio de subsidiariedad
no concurre cuando la actividad de la autoridad, en este caso del Fiscal, ha dejado al “concurrente”
en un estado total de indefensión que no le permite impugnar los supuestos actos ilegales,
mencionando la SC 0016/2004, tampoco se le ha aceptado su apersonamiento o su toma de
declaración, es decir, si el Fiscal hubiese respondido a la presentación espontánea, tendrían abierta
la vía de la denuncia del Juez cautelar, por lo que se ha cumplido por cualquier lado con el
principio de subsidiariedad, y al persistir la amenaza irreparable, no hay otra vía que no sea la
presente.
El Fiscal de Materia, Jacinto Aguilar Llave manifestó: Se da a conocer al órgano jurisdiccional del
inicio de la investigación el 26 de enero de 2012, siendo víctima de este hecho Luís Fernández
Fernández y los posibles agresores Severino Sipe Sánchez y Nelson Corani Álvarez, ingresando el
caso mediante el sistema IANUS, con el registro 40119201201300, disponiéndose tareas
investigativas no por su autoridad, sino por el Fiscal que le antecedió, habiéndose designado al
investigador del caso, a efectos de averiguación del hecho denunciado de lesiones graves y leves,
conforme al art. 271 “numeral 1” primera parte del Código Penal (CP). La víctima en la parte
conclusiva indica que tiene treinta días de impedimento, trauma toráxico, fracturas de arcos
costales 7-8 izquierdos, por lo que se procedió conforme el art. 11 del CPP.
Citó el informe de 1 de marzo de 2011, presentado al Ministerio Público por la funcionaria policial
asignada al caso Blanca Condori Morales, quien realizó las entrevistas a los testigos de cargo, y en
cumplimiento de las tareas asignadas por el Fiscal, señaló a Severino Sipe Sánchez y Nelson Corani
Álvarez como presuntos autores del hecho denunciado, para quienes pidió orden de aprehensión. Bajo
estas circunstancias, dispuso la citación del accionante, advirtiéndose que en el reverso de la
representación de 26 de febrero de 2012, que indica, en la ciudad de Oruro, el 8 del mismo mes y año a
horas 10:00, se hizo presente en la FSUTCO, con el fin de “notificar con citación” al imputado Nelson
Corani Álvarez; sin embargo en dicha institución no supieron darle razón del mismo; el 20 y 27 del
citado mes y año, siendo las 11:00, se constituyó en el domicilio del mencionado, ubicado en la calle
Magallanes 87, entre Arce y San Felipe, donde nadie le abrió la puerta, presumiendo la funcionaria
policial que se estaría obstaculizando el proceso de investigación, extremo que sería verificable por las
placas fotográficas tomadas y proporcionadas al Ministerio Público a efectos de un posterior
allanamiento en el mismo domicilio.
delito de acción pública sancionado con privación de libertad, cuyo mínimo legal de privación de
libertad sea de dos años, y que pueda obstaculizar la averiguación de la verdad; en el presente caso,
refiere que según el art. “229 numeral 1”, el mínimo legal es dos años y el máximo es seis.
Mencionó la SC 0957/2004-R de 17 de junio, explicando que la legalidad de la aprehensión debe
ser formal y material, y cuando el fiscal aprehende a una persona debe considerar la existencia de
suficientes indicios para sostener la autoría del imputado en el momento de la aprehensión; y en el
presente caso, se tienen suficientes indicios y elementos de convicción como ser el certificado
médico forense, los testigos, el registro del lugar del hecho, la declaración de uno de los imputados,
de lo que se infiere que el imputado podría ocultarse, fugarse o ausentarse del lugar, obstaculizar la
averiguación de la verdad, aspectos que se pueden evidenciar claramente en el requerimiento
fundamentado de aprehensión; asimismo explicó que indicar que no se ha puesto una coma, o que
no se ha mencionado al imputado o imputados, que testigos lo vieron, etc., esos serían extremos
formales, que serían detallados en la imputación formal.
Con relación a la presentación espontánea, señaló que, el accionante presentó ante el personal de
valores un memorial el 9 de marzo de 2012 y el 10 del mismo mes y año ante su autoridad,
consignándose un sello, y cuando tuvo que pronunciarse fue cuando le pasaron el memorial un día
después, notificándose con lo resuelto el 15 del citado mes y año a horas 11:10. Asimismo indicó
que la SC “1152/R de 31 de octubre de 2011”, establece que la presentación del imputado es de
carácter personal y no puede alegarse la presentación cuando se envía a otra persona en su
representación aun sea su propio abogado.
Manifestó que, es deber del Ministerio Público dentro de las veinticuatro horas de una aprehensión,
poner al aprehendido a disposición del Juez cautelar, quien determinará si esta es legal o ilegal; en
el caso ya se pronunció un juez controlador de derechos y garantías indicando que era ilegal la
detención del coimputado Severino Sipe Sánchez, “volviendo a decir que también es ilegal por esta
vía para el demandante”, por lo que se estaría abriendo doble competencia. Finaliza puntualizando
que las resoluciones del juez inferior son apelables y en ningún momento se evidenciaron actuados
indebidos o ilegales como se ha indicado.
I.2.3. Resolución
Mediante Resolución 03/2012 de 17 de marzo, cursante de fs. 91 a 95 vta., la Jueza Primera de Sentencia
en lo Penal del departamento de Oruro, constituida en Juez de garantías constitucionales concedió la
tutela solicitada, bajo los siguientes argumentos: 1) Se ha dado inicio a la investigación por el Ministerio
Público en base a una denuncia formulada por Luís Fernández Fernández por el delito de lesiones graves
y leves, tipificado y sancionado por el art. 271 primera parte del CP, quien alega haber sufrido lesiones
con impedimento de treinta días consideradas graves en nuestra normativa penal; 2) Se tiene como un
derecho ser informado del inicio de una causa penal -art. 5 del CPP-, mismo que se efectiviza cuando el
denunciado tiene conocimiento en forma efectiva de la causa penal; 3) El derecho a ser informado de la
acusación o incriminación, no se resume al conocimiento de los hechos considerados punibles que se le
imputan, sino también a la calificación jurídica de los mismos; 4) El emplazamiento personal del
procesado tiene una doble finalidad, la de garantizar su comparecencia en el proceso y la de garantizar el
ejercicio del derecho inalienable a la defensa, es por esta razón que las citaciones y notificaciones no
pueden reducirse a meras formalidades para el cumplimiento de disposiciones procesales, sino
constituirse en un aspecto esencial del procedimiento, por ello la autoridad debe asegurar su efectividad
real; 5) La representación al reverso del formulario de citación para el imputado, no cumple con la
norma que establece la forma de realizar las notificaciones, ni con la finalidad de estos actuados,
ocasionando en la presente causa indefensión y generando una resolución ilegal, porque no reúne las
condiciones mínimas de fundamentación a la que están obligados los fiscales, según los arts. 73 del CPP
y 61 de la LOMP; 6) Mediante providencia al memorial presentado por el accionante, arguyendo
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1205
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes y pruebas que cursan en obrados, se establecen las
siguientes conclusiones:
II.1. En virtud a la querella criminal de 11 de enero de 2012, de fs. 2 a 3 de repetida de fs. 22 a 23, se
deduce la existencia de una acción penal interpuesta por Luís Fernández Fernández contra Severino Sipe
Sánchez y Nelson Corani Álvarez, por la supuesta comisión del delito de lesiones graves y leves en
grado de autoría, sancionado por el art. 271 primera parte del Código Penal (CP).
II.2. Mediante requerimiento fiscal de 26 de enero de 2012, cursante a fs. 3 vta., repetido a fs. 23 vta., la
Fiscal de Materia, Ava Julieta García, tiene por presentada la mencionada querella, disponiendo que la
misma sea puesta en conocimiento de los querellados Severino Sipe Sánchez y Nelson Corani Alvarez,
de forma personal a efectos de que asuman defensa en el plazo establecido.
II.3. Del comunicado de inicio de investigaciones de 26 de enero de 2012, realizado por Ava
Julieta García, Fiscal asignada al caso y la Resolución de 30 de enero del mismo año del Juez
Primero de Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, se tiene que se
activó la competencia de esta autoridad para el correspondiente control jurisdiccional.
La acción de libertad, antes habeas corpus en la Constitución Política del Estado abrogada,
constituye un medio extraordinario y expedito de defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la
locomoción de las personas, considerados éstos como derechos fundamentales de primer orden en
nuestra Norma Fundamental, que por ello ameritan una tutela inmediata y efectiva.
Está inserta en el art. 125 de la CPE, que a la letra señala: “Toda persona que considere que su vida
esté en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de
libertad personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o
por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución
indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”, de donde
se infiere su triple característica funcional, como un medio para prevenir, corregir y reparar las
ilegalidades que afecten a la esfera del derecho a la vida, la libertad y a la locomoción de las
personas.
Norma constitucional congruente con lo establecido por el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), que refiere: “Es una acción constitucional extraordinaria de tramitación
sumarísima que tiene por objeto la garantía, protección o tutela de los derechos a la vida, a la libertad
física y a la locomoción, para el restablecimiento inmediato y efectivo de estos derechos, en los casos en
que sean restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión”.
El marco legal descrito en el acápite anterior, configura los parámetros intrínsecos que hacen a la
sustancia de la acción de libertad, mas es menester evocar lo que ha entendido la justicia
constitucional respecto de este instituto jurídico, particularmente la subsidiariedad y su procedencia
desde el 2005, a través del pronunciamiento de la SC 0160/2005-R de 23 de febrero, línea
jurisprudencial consolidada aún ahora, cuando es el Tribunal Constitucional Plurinacional el máximo
órgano encargado de velar por la supremacía de la Constitución Política del Estado, el control de
constitucionalidad y el respeto y vigencia de los derechos y garantías constitucionales. En ese entendido
la mencionada Sentencia refiere:
“De lo anterior se extrae, que la existencia de la garantía constitucional en análisis, no implica que
todas las lesiones al derecho a la libertad tengan que ser necesariamente reparadas de manera
exclusiva y excluyente a través del hábeas corpus; pues no se trata de una garantía que tenga la
vocación de reparar, en exclusiva, todas las formas de lesión a la libertad que pudieran invocarse,
sino la de dotar a la persona de un medio de defensa sencillo, eficaz y oportuno, para restablecer
la lesión sufrida.
En consecuencia, en los supuestos en que la norma procesal ordinaria de manera específica prevea
medios de defensa eficaces y oportunos para resguardar el derecho a la libertad supuestamente
lesionado, estos deben ser utilizados, previamente, circunstancia en la que excepcionalmente, el recurso
de habeas corpus operará de manera subsidiaria.
En lo regional, el art. 7.6 de la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José de
Costa Rica, con más especificidad, proclama que 'Toda persona privada de libertad tiene derecho a
recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de
su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En los Estados
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1207
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene
derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal
amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o
por otra persona'.
Como se puede apreciar, lo que persiguen los pactos internacionales sobre derechos humanos, es
garantizar la existencia de un recurso sumario, pronto y eficaz, al que pueda acudir toda persona, para
que ésta sin demora, decida sobre la lesión a la libertad alegada, recurso que no necesariamente tiene
que ser, el hábeas corpus.
Ahora bien, consecuente con éste carácter excepcional de la subsidiariedad de la acción de libertad
desarrollado, el Tribunal Constitucional también se ha pronunciado, a través de la SC 0080/2010-R
de 3 de mayo, explicando las situaciones en las que no se puede dilucidar el fondo de las acciones
de libertad:
“Primer supuesto:
Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía cometieron arbitrariedades
relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y todavía no existe aviso del inicio de la
investigación, corresponde ser denunciadas ante el juez cautelar de turno. En los casos en los que ya se
cumplió con dicha formalidad procesal, es decir, con el aviso del inicio de la investigación, al estar
identificada la autoridad jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación
y/o protección a sus derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones y la
finalidad que el soberano a través del legislador le ha dado al juez ordinario que se desempeña como
juez constitucional en el control de la investigación.
Segundo Supuesto:
Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una resolución judicial de medida
cautelar que; por ende, afecta al derecho a la libertad física o de locomoción, con carácter previo a
interponer la acción de libertad, se debe apelar la misma, para que el superior en grado tenga la
posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada. Puesto que el orden legal penal ha previsto ese
medio impugnativo, precisamente para que a través de un recurso rápido, idóneo, efectivo y con la
mayor celeridad se repare en el mismo órgano judicial, las arbitrariedades y/o errores que se hubiesen
cometido en dicha fase o etapa procesal. Lo propio si está referido a cuestiones lesivas a derechos
fundamentales relacionados a actividad procesal defectuosa, o relacionado al debido proceso, casos en
los cuales se debe acudir ante la autoridad judicial que conoce la causa en ese momento procesal,
puesto que el debido proceso es impugnable a través de la acción de libertad, sólo en los casos de
indefensión absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la privación, o restricción a
la libertad física.
Tercer supuesto:
Nuestro ordenamiento jurídico en materia penal, instituye la figura del juez de instrucción como
aquella autoridad que está destinada a ejercer en prima facie un control sobre la investigación,
desde los actos iniciales hasta la conclusión de la etapa preparatoria, así el art. 54 inc. 1) del CPP,
modificado por la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, establece que los jueces de instrucción serán
competentes para: “El control de la investigación, conforme a las facultades y deberes previstos
en este Código”, lo cual nos remite a lo prescrito por el art. 5 del mismo adjetivo penal que indica:
“…El imputado podrá ejercer todos los derechos y garantías que la Constitución, las Convenciones
y los Tratados internacionales vigentes y este Código le reconozcan, desde el primer acto del
proceso hasta su finalización” (el resaltado es añadido).
Con relación a lo anotado, en un caso similar el Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de la SCP
0011/2012 de 16 de marzo, se ha pronunciado en el siguiente sentido: “De la revisión de los
antecedentes que cursan en obrados, se establece que es de aplicación a la problemática en revisión el
primero de los supuestos antes señalados; por cuanto, si bien a tiempo de plantearse esta acción aún no
existía imputación formal en contra del accionante, empero, la Fiscal asignada al caso dio aviso
oportuno sobre el inicio de la investigación al Juez cautelar, en estricta observancia de lo establecido
en la última parte del art. 289 del CPP; existiendo por lo tanto y desde ese momento, autoridad
judicial responsable del control de la investigación ante quien -en todo caso- correspondía denunciar
GACETA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL/MAYO 1209
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL_______________CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD TUTELAR
cualquier acto ilegal u omisión indebida en la que pudieron incurrir el Fiscal o miembros de la
Policía Nacional, quienes de conformidad con el art. 279 del CPP, actúan siempre bajo control
jurisdiccional; en ese entendido, dicha autoridad judicial estaba facultada para adoptar las
determinaciones que correspondieren en resguardo de los derechos del imputado durante la fase de
la investigación, por lo que al existir un medio de defensa específico, idóneo, eficiente y oportuno
para el restablecimiento del derecho a la libertad que el accionante estima lesionado, corresponde
aplicar la subsidiariedad excepcional de la acción de libertad, lo que impide cualquier análisis de
fondo respecto a los hechos que la motivaron, cuya compulsa corresponderá al Juez cautelar, quien
deberá adoptar las medidas inmediatas y urgentes para revertir las arbitrariedades denunciadas por el
accionante, derivadas fundamentalmente de su falta de citación para prestar declaración informativa
y su desconocimiento de la denuncia y de los denunciantes; debiendo compulsar si se observó
estrictamente esta formalidad de carácter inexcusable y, en su defecto, al margen de rectificar el
procedimiento, aplicar las sanciones que correspondan, determinando inclusive responsabilidad
penal si se hubiere actuado maliciosamente al prescindir de la legal citación al imputado; por cuanto,
si bien por los fundamentos precedentemente anotados, en el caso presente resulta imposible ingresar
al análisis de fondo del asunto planteado, no es menos evidente que este nuevo Tribunal Constitucional
Plurinacional, para el fiel cumplimiento de los fines que le asigna la Constitución Política del Estado, se
ha propuesto mayor acción en el respeto y vigencia de los derechos y garantías constitucionales,
evitando toda arbitrariedad, como las derivadas de la falta de citación o notificación al imputado” (el
resaltado es añadido).
POR TANTO
SALA TERCERA
Mag. Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad
Expediente: 00318-2012-01-AL
Departamento: La Paz
Refiere que su abogado tenía otra audiencia el mismo día y hora de la programada en el presente
caso; acreditando tal situación pidió la suspensión de la misma; a pesar de ello y ante la ausencia de
su abogado, las autoridades ahora demandadas, la llevaron a cabo y mediante Resolución revocaron
sus medidas sustitutivas, disponiendo su detención preventiva, al no existir otro recurso, sostiene que
la vía ordinaria habría concluido, habilitándose la constitucional a través de la presente acción, en la
que indica como vulnerados su derecho a la defensa técnica, a la libertad y a ser oído.
Argumenta, que los arts. 115, 116.I y 119 de la Constitución Política del Estado (CPE), establecen
que toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en ejercicio de
sus derechos e intereses legítimos; es decir, el Estado debe garantizar el debido proceso, asimismo, las
partes en conflicto gozan de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso, las facultades
y los derechos que les asisten, como ser el derecho a la defensa; sostiene que en las actas de audiencia
de consideración de apelación restringida, el accionante no contó con la respectiva defensa técnica, a
pesar de ello las autoridades demandadas, vulnerando la última parte del art. 104 del Código de
Procedimiento Penal (CPP), no designaron un defensor de oficio.
Por memorial de subsanación de 16 de febrero de 2012, manifestó que por un error involuntario, se
interpuso la presente acción de libertad contra Fernando Ganan; aclarando que la legitimación pasiva
es interpuesta contra Ramiro López Guzmán, Presidente y Miguel Ángel Arias Morales Vocal ambos
de la Sala Penal Tercera.
El accionante estima vulnerados sus derechos a la libertad, al debido proceso y a la defensa, citando al
efecto los arts. 115 y 125 de la (CPE).
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 17 de febrero de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 25 a
29, se produjeron los siguientes actuados:
La autoridades demandadas, Ramiro López Guzmán y Ángel Arias Morales, Presidente y Vocal de
la Sala Penal Tercera, por informe cursante de fs. 19 a 20, manifestaron lo siguiente: 1) El “proceso
caratulado Suarez/Mackfarlane” fue elevado en apelación incidental sobre cesación a la detención
preventiva, recurso que fue radicado en la Sala Penal Tercera; 2) De la tablilla de audiencias que
adjunta, establece que la audiencia del accionante, era posterior a otras; es decir, no se instaló a la
hora fijada, siendo que el accionante pidió la suspensión con el argumento de que supuestamente
su abogado tendría otra audiencia en el Juzgado Tercero de Instrucción en lo Penal, el 15 de
febrero de 2012, a horas 10:00, que se encuentra ubicado en el anexo de la Sala Penal Tercera, el
personal de apoyo pudo evidenciar que esta se había suspendido y pese a ello su abogado no se
apersonó ante esta; por lo que, a efectos de asumir defensa material, en audiencia se le otorgó la
palabra al imputado, quien se abstuvo; posteriormente se emitió la Resolución correspondiente
disponiéndose la detención preventiva del accionante; 3) Por el informe evacuado por la Secretaría
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del Juzgado Tercero de Instrucción, el cual menciona que la audiencia se había suspendido y que el
abogado Víctor Vargas Bravo no asistió a la misma; 4) Refieren que la Sala que presiden, optó por
llevar adelante este actuado en cumplimiento de la SC 1509/2011, que orienta la aplicación de
medidas cautelares de carácter personal, inclusive en ausencia del imputado, consiguientemente
señala que al haber estado el imputado en audiencia, se prosiguió hasta emitir Resolución; y, 5)
Finalmente, refiere que no han vulnerado su derecho a la defensa, por tanto solicitan denegar la
tutela impetrada.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, por Resolución 14/2012 de
29 de febrero, concedió la tutela solicitada, disponiendo que la Sala Penal Tercera, dentro del plazo de
setenta y dos horas emita una nuevo fallo, que resuelva la apelación respecto a las medidas cautelares
y la situación jurídica del accionante, en base a los siguientes fundamentos: i) Se cumplieron las
medidas sustitutivas otorgadas por el juez a quo a cabalidad y los vocales de la Sala Penal Tercera
habrían incurrido en vicio procesal, al haber instalado el acto sin presencia del abogado defensor del
imputado, haciendo mención de la existencia de jurisprudencia, señalando que en grado de apelación
se pueden llevar las audiencias sin presencia del imputado y con la sola presencia del abogado
defensor, pero al contrario llevar la audiencia con el imputado y sin defensa técnica, violando el art. 9
del CPP, se habría vulnerado también el art. 116 de la CPE, pues no se observaron los arts. 119 y 120
de la CPE; que refieren que las partes deben gozar de igualdad de oportunidades en todo proceso y
toda persona tiene derecho a ser oída; y, ii) Citándose el art. 125 de la CPE, indica que se debe
considerar la SC 1188/2006-R, que establece que “el derecho a la defensa técnica es irrenunciable, lo
que significa que toda determinación debe realizarse en audiencia, en presencia de las partes
procesales y de sus abogados, a fin de que estos puedan asumir defensa en igualdad de condiciones,
ya que la autoridad jurisdiccional ante la incomparecencia del abogado defensor, citado y notificado
legalmente, tiene la obligación de designarle defensor de oficio”.
II. CONCLUSIONES
II.2. A través de la tablilla de audiencias de la Sala Penal Tercera, se puede verificar que el 15 de
febrero de 2012, se programaron dos audiencias, anteriores a la audiencia de medidas cautelares del
imputado Pedro Alejandro Mackfarlane Minaya; es decir, la primera de ese día era a horas 9:00, la
segunda a horas 9:30 y la tercera que se relaciona al caso, a horas 9:40 (fs.18 y vta.).
II.3. A petición verbal de Ángel Arias Morales, Vocal de la Sala Penal Tercera, la Secretaria
Abogada del Juzgado Tercero de Instrucción en lo Penal, Malena Lenny Cazana Apaza, certificó que:
“dentro de las investigaciones preliminares seguidas por el Ministerio Público a querella de Grethel
Mariaca contra Jorge Frías Bilbao Rioja, se ha señalado audiencia conclusiva para el 15 de febrero de
2012 a horas 10:00, en la se hizo presente únicamente la abogada apoderada de la parte querellante
Dra. Grethel Mariaca”; por lo que, en el acta de dicha audiencia consta la presencia de la misma y la
ausencia del Fiscal, del imputado y sus abogados, estando entre ellos Víctor Vargas Bravo. (fs. 22 y
23).
II.4. El Secretario Abogado del Juzgado Sexto de Sentencia, Félix Pacoricona López, el 21 de abril
de 2011, emitió certificación manifestando que dentro del proceso penal instaurado por Eliana Suárez
Vega contra Pedro Alejandro Mackfarlane Minaya, se tiene: “Primero: la fecha de radicatoria del
presente proceso penal, según fs. 401 de obrados es el 24 de septiembre de 2011; segundo: a fs. 383
cursa la resolución de conversión de acción (BYL-491 'A'/2011), solicitada por la parte querellante en
fecha 15 de agosto de 2011; y, tercero: a la presente fecha de la revisión de obrados se evidencia de
que no cursa memorial de acusación particular de parte de la querellante Eliana Suárez Vega” (fs. 24).
II.5. Mediante memorial de 17 de febrero de 2012, Víctor Eddy Vargas Bravo, como representante
del accionante, al existir un voto disidente de los vocales, solicitó a la Sala Penal Segunda, la
permanencia en celdas judiciales de Pedro Alejandro Mackfarlane Minaya y no se remita al penal de
San Pedro, hasta que la Sala Penal Tercera, se pronuncie con una nueva resolución dentro de la acción
de libertad planteada (fs. 30).
El representante del accionante alega la vulneración de los derechos a la libertad, al debido proceso y
a la defensa de su representado, puesto que ante la disposición de medidas sustitutivas, el accionante
presentó apelación, que fue conocida por los Vocales de la Sala Penal Tercera -ahora demandados-,
quienes instalaron la audiencia fuera de la hora prevista y sin considerar que el accionante no contaba
con la defensa técnica correspondiente, revocando las medidas sustitutivas otorgadas, y disponiendo
la detención preventiva del accionante, quien hasta la fecha de interposición de la presente acción
continúa privado de libertad.
Antes de ingresar al análisis de la problemática planteada en el presente caso, es preciso referir que
dentro del sistema jurídico diseñado por la Constitución Política del Estado, se ha establecido el
reconocimiento del bloque de constitucionalidad integrado por los tratados y otros instrumentos
internacionales de derechos humanos (arts. 256 y 410.II de la CPE), entre ellos se encuentra la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ratificado por Bolivia mediante Decreto
Supremo (DS) 18950 de 17 de mayo de 1982, (elevado a
Por otra parte, la Constitución Política del Estado en su art. 119.II, dispone que toda persona tiene
derecho inviolable a la defensa; es decir, que el Estado proporcionará a las personas denunciadas o
imputadas una defensora o un defensor gratuito, en casos que no cuenten con los recursos económicos
necesarios y según los arts. 8 y 9 del CPP y la jurisprudencia sentada por el Tribunal Constitucional a
través de la SC 1556/2002-R de 16 de diciembre, el derecho a la defensa: “…tiene dos dimensiones:
a) La defensa material: que reconoce a favor del imputado el derecho a defenderse por sí mismo y le
faculta a intervenir en toda la actividad procesal -desde el primer acto del procedimiento-, de modo
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que siempre pueda realizar todos los actos que le posibiliten excluir o atenuar la reacción penal
estatal; principio que está garantizado por la existencia del debate público y contradictorio; y, b) La
defensa técnica, consiste en el derecho irrenunciable del imputado de contar con asistencia de un
abogado desde el inicio del procedimiento hasta el final de la ejecución de la condena…” (las
negrillas son nuestras). Asimismo y con el fin de hacer efectiva la garantía de contar con un defensor,
mediante Ley 2496 de 4 de agosto de 2003, se ha creado el Servicio Nacional de Defensa Pública,
con la finalidad de garantizar la inviolabilidad de la defensa del imputado.
Al respecto y según la opinión de Jorge Eduardo Vásquez Rossi, se puede decir que si bien es
importante la defensa material del imputado, la defensa técnica sigue constituyendo, la más efectiva
garantía para el resguardo de sus derechos, sea que se ejerza por el abogado de su confianza,
abogados de Defensa Pública o el defensor de oficio, sostiene que en el art. 9 del actual Código
Adjetivo, le otorga prevalencia a la defensa técnica al declarar su carácter irrenunciable, ya que con
similares características se encuentra contenida y regulada en los arts. 92 y 94 del CPP; asimismo
afirma que, su inobservancia, conforme a lo establecido por el art. 100 del mismo Código, no sirve
para fundar ninguna decisión contra el imputado.
En ese entendido, se puede establecer que la defensa técnica y la defensa material, se encuentran
estrechamente relacionadas, puesto que para asumir el derecho a la defensa, el imputado tiene la
posibilidad de que ambas puedan concurrir al mismo tiempo durante el desarrollo de todo el proceso
penal, pues nadie puede ser condenado, sin ser previamente oído y juzgado en proceso legal; sin
embargo, la defensa técnica es un derecho que no está constituido como una facultad o potestad, sino
más bien, es un derecho irrenunciable que trata de precautelar y resguardar el derecho a la defensa del
imputado, razón por la cual, mínimamente debe contar con la asistencia de una persona con
conocimiento jurídico, ya sea el abogado de su confianza o el defensor de oficio designado por la
autoridad competente, pues el incumplimiento de la parte in fine del art. 94 del CPP, no permite
utilizar bajo ninguna circunstancia la información obtenida contra el imputado, situación que
conforme el art. 169 inc. 3) del CPP, constituye actividad procesal defectuosa.
III.2. La necesidad del juez o tribunal de garantías, de convocar a un vocal dirimidor acorde al
principio de celeridad que caracteriza a la acción de libertad
Es preciso recordar que por previsión expresa del art. 126.III de la CPE, refiere que: “…la autoridad
judicial obligatoriamente y bajo responsabilidad, dictará sentencia en la misma audiencia…”,
concordante con el art. 68.1 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, establece el
procedimiento de la tramitación que se debe aplicar en la acción de libertad: “Presentada la acción, la
jueza, juez o tribunal señalará de inmediato día y hora de audiencia pública, la que tendrá lugar dentro
de las veinticuatro horas contadas de interpuesta la Acción” (las negrillas nos corresponden).
De la interpretación de las normas citadas, se puede colegir que cuando se trata de una acción de
libertad, en ningún caso podrá suspenderse la audiencia, una vez admitida y fijada la misma, no existe
justificativo para que sea suspendida, en atención de los derechos que se encuentran protegidos; no es
posible suspender este actuado procesal para convocar a un vocal dirimidor, corresponde la
convocatoria de manera inmediata; es decir, con objeto de cumplir con la naturaleza y el principio de
celeridad que caracteriza a esta acción, como refiere la norma, la audiencia deberá fijarse dentro de las
veinticuatro horas contadas de interpuesta la acción, y en la misma de forma inmediata dictar la
resolución respectiva, de lo contrario el Juez o Tribunal de garantías, incurriría en dilaciones
injustificadas y no permitidas por nuestro ordenamiento jurídico.
De no cumplirse con lo enunciado, el legislador ha previsto a través del art. 68.3 de la LTCP, que: “La
dilación será entendida como falta gravísima de la jueza, juez o tribunal que conoce la acción, sin
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perjuicio de responsabilidad penal que pudiera surgir por el daño causado”; por lo que, en caso de
presentarse la necesidad de convocar a un vocal dirimidor, el Juez o Tribunal de garantías, debe obrar
conforme a derecho, tomando en cuenta las características que asisten a la acción de libertad, como
ser: el informalismo, la sumariedad, la generalidad y la inmediación.
Resulta necesario indicar que el art. 2 de la LTCP, establece que el Tribunal Constitucional
Plurinacional, ejerce la justicia constitucional, teniendo la finalidad de velar por la supremacía de la
Constitución Política del Estado; el control de constitucionalidad, precautela el respeto y vigencia de
los derechos y garantías constitucionales. Los juzgados o tribunales de garantías al conocer las
acciones de defensa, deben pronunciarse conforme a la Constitución Política del Estado y la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional.
Bajo la interpretación gramatical de esas normas, se puede colegir que todos los jueces y tribunales de
garantías, tienen la obligación de remitir las acciones de libertad, ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional, en el plazo de veinticuatro horas siguientes de pronunciada la resolución, caso contrario
dichas autoridades estarían actuando sin observar las características esenciales que atingen a esta
acción.
En el presente caso el representante del accionante, alega que la audiencia de medidas cautelares de su
representado -Pedro Alejandro Mackfarlane Minaya-, se llevó a cabo después de la hora prevista y sin
la presencia de su abogado y a pesar de ello los vocales de la Sala Penal Tercera -ahora demandados-
revocaron las medidas sustitutivas otorgadas, disponiendo la detención preventiva del accionante.
III.4.1. De la revisión del informe y antecedentes, corresponde precisar que la audiencia de apelación
de medidas cautelares fue programada por la Sala Penal Tercera para el 15 de febrero de 2012, sin
embargo su realización resultó posterior a otras dos audiencias; por lo que, al haber existido demora
en las primeras, automáticamente se retrasarían las siguientes, en ese sentido si el accionante sostiene
que la audiencia referida no se llevó a cabo en el horario establecido y las autoridades demandadas
confirman el retraso, fue por razones justificables que no se consideran de mayor relevancia.
Por otra parte, se puede evidenciar que uno de los abogados, dentro de la investigación preliminar
seguida por el Ministerio Público contra Jorge Frías Bilbao Rioja, era Víctor Vargas Bravo y de
acuerdo a la certificación emitida por la Secretaria Abogada del Juzgado Tercero de Instrucción en lo
Penal de La Paz, en la audiencia conclusiva fijada para el 15 de febrero de 2012 a horas 10:00,
solamente se hizo presente la abogada de la parte querellante y no el abogado del imputado - Víctor
Vargas Bravo-; es decir, que a pesar de la inasistencia del abogado a la otra audiencia, éste no se hizo
presente a la audiencia programada dentro del proceso que se lleva a cabo contra el accionante, siendo
que se instaló dicha audiencia más tarde de la hora prevista y que el justificativo para solicitar la
suspensión de esta fue la programación simultanea de estas dos audiencias. En ese sentido, el abogado
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En cuanto a la detención preventiva dispuesta por las autoridades demandadas, es una consecuencia
de la audiencia referida en el párrafo anterior, en la que se han vulnerado los derechos del accionante;
por que fue llevada a cabo en ausencia de su abogado, existiendo vicio procesal, menos aún podían
ingresar a analizar y disponer su detención preventiva, considerando de manera errónea la aplicación
de la jurisprudencia del entonces Tribunal Constitucional, desarrollada en la SC 1509/2011-R, en la
que sustenta su Resolución, la Sala Penal Tercera -ahora demandada- refiere que, en la audiencia de
medidas cautelares en grado de apelación: i) N es obligatoria la notificación personal; y, ii) El derecho
que tienen las partes a una resolución judicial motivada; se puede observar que la Sentencia
Constitucional referida en ninguna de sus partes indica que se puede aplicar medidas cautelares de
carácter personal, inclusive en ausencia del imputado; aspectos que no armonizan y ni coinciden con
la aplicación de dicho fallo en la argumentación del Tribunal de garantías, en virtud a ello,
efectivamente se han vulnerado los derechos que hace mención el accionante; por lo que, ingresando
al análisis de fondo de la problemática planteada, corresponde conceder la tutela solicitada.
III.4.3. Con relación a la indebida dilación para convocar a un Vocal dirimidor, de acuerdo a la parte
in fine del acta de audiencia de acción de libertad, celebrada el 17 de febrero de 2012 (fs. 29), Ricardo
Chumacero Tórrez y Félix Peralta Peralta, Vocales de la Sala Penal Primera y Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, señalaron que al no existir consenso para la Resolución “no se
dispone la libertad del detenido preventivamente y se dispone que la Sala Penal Tercera debe emitir
dentro del plazo de setenta y dos horas una nueva resolución que resuelva la situación jurídica de la
apelación respecto a las medidas cautelares y existiendo disidencia se dispone se convoque un Vocal
de Salas Penales que se encuentre habilitado”; posteriormente, el abogado del accionante por la vía de
complementación en lo concerniente a la convocatoria de un Vocal, preguntó: “dentro de qué plazo se
convocará y dentro de qué tiempo se tiene que pronunciar”; en virtud a ello el Vocal Félix Peralta
Peralta respondió que se debe convocar de manera inmediata, considerando los alcances y términos
sumarísimos que establece la Constitución Política del Estado; sin embargo, se puede evidenciar que
mediante providencia de 23 de febrero de 2012, los Vocales de la Salas Penales fueron declarados en
comisión; y recién en este actuado se convocó al Vocal dirimidor, Juan Carlos Berrios Albizú,
Presidente de la Sala Civil Segunda, a cuyo efecto el oficial de diligencias el mismo día intentó
practicar la diligencia; empero, dicho vocal se negó a recibirla informando que hay un orden de
convocatoria en un libro (fs. 39); situación que dio lugar al decreto de 24 de febrero del mismo año,
donde se toma en cuenta la representación realizada y siendo que los Vocales de las Sala Penales
concluyeron su Comisión, procedieron a convocar al Vocal dirimidor, Fernando Ganam Cortez,
Presidente de la Sala Penal Segunda del mismo Tribunal, efectivizándose la diligencia respectiva el
28 de febrero del año en curso (fs. 42); al respecto el Vocal convocado a dirimir emitió su voto, sin
En ese entendido, se puede advertir que en el presente caso la Sala Penal Segunda, ha emitido la
Resolución después de doce días de celebrada la audiencia; por lo que conforme al Fundamento
Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional, el Tribunal de garantías, debería tomar en
cuenta las características esenciales de esta acción, como ser entre otras, la sumariedad y el principio
de celeridad que permiten que la misma sea tramitada rápidamente; es más, por ninguna razón dicha
audiencia podía ser suspendida ya que la norma que rige a esta acción de libertad indica claramente,
que se debe dictar Resolución en la misma, a pesar de existir dos posiciones encontradas a momento
de llevarse a cabo, el requerimiento del Vocal dirimidor debió ser ejecutado de manera inmediata con
el fin de no incurrir en dilaciones que van contra las características esenciales de la acción de libertad.
Por lo expuesto, se colige que en el presente caso, asisten dos elementos que dieron lugar a la
vulneración de los derechos del accionante, por un lado las autoridades demandadas y por otro la
actuación procesal del Tribunal de Garantías; en ese sentido se puede establecer concretamente que
las autoridades -ahora demandadas-, deberían tomar en cuenta la defensa técnica del accionante y no
incurrir en consecuencia en otra vulneración, como ser la privación de la libertad; asimismo, el
Tribunal de garantías, en lo concerniente a la convocatoria del Vocal dirimidor y el tiempo de
remisión de expediente ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, no cumplió con los plazos
procesales determinados en la Constitución Política del Estado y la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; por tanto, incurrió en negligencias que ocasionaron dilaciones en el proceso, situación
por la que el Tribunal Constitucional Plurinacional con el objeto de ejercer el control de
constitucionalidad, además de ingresar al análisis de fondo y resolver el acto lesivo denunciado,
observa los defectos procesales en los que actuó dicho Tribunal; por lo que corresponde, conceder la
tutela solicitada.
POR TANTO
1º APROBAR la Resolución 14/2012 de 29 de febrero, cursante de fs. 44 a 45 vta. vta., dictada por la
Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y en consecuencia,
CONCEDER la tutela solicitada, a efectos de que se lleve a cabo la audiencia, con la respectiva defensa
técnica.
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2º Llamar la atención al Tribunal de garantías, por la dilación en la tramitación del voto disidente,
advirtiendo que de reiterarse tal actuación, se remitirá antecedentes al Consejo de la Magistratura o al
Ministerio Público.
3º El Tribunal de garantías, dispuso que las autoridades demandadas, emitan una nueva Resolución en el
plazo de setenta y dos horas; al respecto, corresponde aclarar que en virtud al principio de celeridad la
Sala Penal Tercera, debe resolver de manera inmediata, la apelación referida.
SALA SEGUNDA
Mag. Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00101-2012-01-AAC
Departamento: Chuquisaca
Por memorial presentado el 24 de enero de 2012, cursante de fs. 202 a 208 vta., el accionante
expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
La Entidad Municipal de Aseo Urbano de Sucre (EMAS), dentro el marco de sus Estatutos y
Reglamentos internos, el 17 de enero de 2009 publicó una convocatoria de contratación de
personal para ocupar el cargo de Gerente General de esta Entidad, convocatoria en la que resultó
ganador, en cuyo mérito mediante memorándum 001/2010 de 2 de marzo, fue posesionado en el
cargo indicado; sin embargo, fruto de un apócrifo informe de auditoría, sobre la compra de tres
carros basureros, en el que supuestamente se estableció principios de responsabilidad en su
contra, el Directorio de EMAS presidido por Verónica Berrios Vergara ex Alcaldesa del
Municipio de Sucre, sin previo proceso decidió destituirlo, por lo que ante tal arbitrariedad,
interpuso los recursos administrativos previstos por la Ley del Procedimiento Administrativo,
logrando que el Concejo Municipal de Sucre dejase sin efecto su destitución, ordenando su
Ante la evidente vulneración del debido proceso, el 30 de mayo de 2011, interpuso recurso de
revocatoria contra la Resolución 002/2011, resuelta por Resolución 004/2011, de 9 de junio que
ratificó la decisión impugnada; ante este hecho vulneratorio a sus derechos, interpuso recurso
jerárquico, que fue resuelto por Resolución 02/2011 de 11 de julio, suscrita por Verónica Berrios
Vergara, quien confirma la Resolución 001/2011, emitida por el Director Jurídico constituido
como Sumariante en el proceso administrativo interno, Resolución que le fue notificada el 25 de
julio de 2011.
El accionante advierte que el art. 4 del Estatuto de EMAS claramente establece que ésta Entidad
se maneja bajo el principio de “descentralización autónoma”, es decir, que esta entidad goza de
autonomía de gestión y actúa como entidad descentralizada del Gobierno Municipal Autónomo
de Sucre, por lo que al haber sido designado como Gerente General de EMAS, se encuentra
sujeto a las normas y reglamentos internos de dicha entidad, por lo que debió ser procesado y
sancionado en el marco de esa normativa interna; sin embargo el Juez Sumariante, al dictar el
Auto de apertura de proceso disciplinario ignoró por completo el Reglamento Interno de EMAS,
cuyo contenido expresamente tipifica y sanciona las conductas que contravienen al mismo, es
decir, que el mencionado Auto de apertura incurre en la arbitrariedad de haber dispuesto el
inicio del proceso por la presunta comisión y contravención al ordenamiento jurídico
administrativo previsto en la referida norma municipal y no así por la presunta comisión y
contravención al ordenamiento jurídico administrativo interno de EMAS; por lo tanto, tal hecho
no cumple con el deber de tipificar el acto que supuestamente vulneró el ordenamiento
administrativo bajo el cual se encuentra regido por el principio de especificidad, que dentro de
los procesos administrativos sancionatorios es parte indisoluble del debido proceso; añade que
tal omisión no puede ser convalidada por la Resolución final 002/2011 de 13 de abril, dictada
por el Juez Sumariante, que de la misma manera sólo citó normativa de Decretos Supremos que
regulan la responsabilidad por la función pública, así como transcribe las normas del
Reglamento Interno de la municipalidad, imponiendo arbitrariamente a su parecer la sanción
más grave -la destitución-, que al ser ratificada en los mismos términos y con los mismos
fundamentos por la entonces Alcaldesa del municipio de Sucre, al resolver el recurso jerárquico
presentado por el accionante, mediante la Resolución 02/2011 de 11 de julio, cometió el mismo
acto indebido que el Juez Sumariante.
Sostiene además, que en el proceso seguido en su contra también se vulneró el debido proceso,
en su vertiente del juez natural, debido a que la entonces Alcaldesa, antes de conocer y resolver
el recurso jerárquico, prejuzgó el mismo hecho, acto que se demuestra cuando esta autoridad
procedió a destituirlo sin previo proceso, como se evidencia en la Resolución 11/2010, de 28 de
septiembre, que fue firmada por la mencionada ex autoridad como Presidenta del Directorio de
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EMAS y el memorándum del “28 de septiembre de 2010”; por este motivo, es claro que la ex
Alcaldesa se encontraba impedida de conocer y resolver el recurso jerárquico, ya que se
encontraba dentro de las causales de excusa que establece el art. 10 de la Ley de Procedimientos
Administrativo (LPA), “art. 26 de la Ley 2637” y el propio art. 24 del Reglamento de
Procedimientos Administrativos internos de la Honorable Alcaldía Municipal, que dispone que
el régimen de excusas se rige por la Ley de Abreviación Procesal Civil y de Asistencia Familiar,
que en su art. 3.9, establece como causa de excusa o recusación; “Haber manifestado su opinión
sobre la justicia o injusticia del litigio antes de asumir conocimiento de él”, afirmando que por
su parte no pudo recusarla en su momento debido a que no fue notificado con decreto alguno
sobre la radicatoria del recurso jerárquico presentado, además de que tampoco tenía
conocimiento de cuando ésta autoridad decidió asumir conocimiento de la causa, por lo que el
accionante, al no tener conocimiento de tales hechos, mediante memorial de 19 de julio de 2011
solicitó el archivo de la causa, siendo posteriormente notificado con la mentada Resolución, el
25 de julio del mismo año, pronunciada supuestamente el 11 del mismo mes, por la referida
autoridad, es decir, que se le notificó catorce días después de que se dictó la Resolución
02/2011.
El accionante alega la vulneración de sus derechos al debido proceso, al trabajo, a percibir una
remuneración y a ejercer una función pública, citando al efecto los arts. 14.1, 45, 46, 115.II,
117.1, 120.1, y 144.1 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se le conceda la tutela y en consecuencia, deje sin efecto las Resoluciones; “001/2011;
02/2011 de 11 de julio; 004/2011 de 9 de junio y la Resolución 002/2011 de 13 de abril” y como
efecto de ello se ordene su inmediata restitución al cargo de Gerente General de EMAS con el
consiguiente pago de salarios y demás beneficios que le correspondan desde el momento de su
ilegal destitución, hasta su efectiva restitución más la imposición de pago de daños y perjuicios.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 14 de febrero de 2012, según consta el acta cursante de fs. 389
a 397 se produjeron los siguientes actuados:
Juan Pablo Arguedas, por sí y en representación del actual Alcalde del Gobierno Municipal
Autónomo de Sucre, presentó el testimonio de poder 100/2012, que fue observado por no
cumplir con el art. 12 de la Ley del Notariado (LN), por lo que no se aceptó la representación
por la autoridad demandada.
Roberto Udaeta España, a nombre de los miembros del Directorio de EMAS, expuso en forma
breve los antecedentes del proceso administrativo y solicitó la denegatoria de la acción de
amparo constitucional, presentada por incumplimiento del principio de subsidiariedad y porque
se debió formular recurso directo de nulidad por parte del accionante.
La Fiscal María Beth Castro, en representación del Ministerio Público, manifestó lo siguiente:
De la suma de los antecedentes expuestos por ambas partes, efectivamente se puede constatar
que existió una infracción al debido proceso, en mérito a que este fue llevado a cabo sin una
tipificación previa de las faltas que el accionante supuestamente hubiere cometido, lo que incide
en una infracción al debido proceso, ya que el accionante no tenía conocimiento de cuál era la
gravedad de los hechos que se le estaba acusando y la correspondiente sanción que le aplicarían
en caso de encontrarle responsable de tales actos. A partir de los arts. 70, 71 y Ss. del
Reglamento Interno de EMAS se habla de faltas leves y graves, y cuando se debe proceder a la
suspensión de un funcionario, sin embargo la autoridad sumariante en la Resolución impugnada
se alejó del principio de tipicidad, ya que no se especificó que normas del Reglamento Interno se
habrían infringido por el accionante, y cuáles serían las aplicables dentro del presente caso;
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añade además que la autoridad sumariante en ningún momento valoró adecuadamente las
pruebas de descargo presentadas por el accionante, aspecto que se repite en el fallo emitido por
la entonces Alcaldesa Municipal, evidenciándose de manera general una falta de motivación de
las Resoluciones dictadas en el caso en particular. Por lo que consideró que se debe declarar
procedente la acción de amparo constitucional presentada en lo que se refiere a los principios de
tipicidad y falta de motivación en los fallos impugnados y se le otorgue la tutela solicitada.
I.2.5. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.5. Ante el inicio de proceso interno en su contra, el accionante por memorial de 29 de abril de
2011 planteó la incompetencia de la autoridad sumariante, por ser una autoridad designada con
posterioridad a los hechos, por los que se le juzga y por que el informe de auditoría no cumplía
con los requisitos establecidos en el art. 3 de la Ley de Procedimiento Coactivo Fiscal (fs. 52 a
54 vta.).
II.6. El 13 de abril de 2011, el Director Jurídico del Gobierno Municipal Autónomo de Sucre,
dentro de la Resolución 001/2011, emitió el fallo en contra del ahora accionante, disponiendo su
destitución del cargo de Gerente General de EMAS, por la comisión y contravención al
ordenamiento jurídico administrativo (fs. 89 a 99).
junio de 2011, el Director Jurídico del Gobierno Municipal Autónomo de Sucre, emitió la
Resolución ratificando el fallo impugnado de 13 de abril (fs. 101 a 108).
II.8. El 17 de junio de 2011, el accionante interpone recurso jerárquico contra la Resolución
002/2011, sosteniendo que tal autoridad no tiene competencia para conocer el proceso,
aludiendo que no estaba legítimamente constituido, además de existir, actuados que no
coinciden con los plazos procesales (fs. 72 a 74); el 11 de julio de 2011, mediante esa
Resolución, la entonces Alcaldesa del Gobierno Municipal Autónomo de Sucre, confirmó el
fallo emitido por el Director Jurídico, constituido como sumariante en la Resolución 004/2011
(fs. 110 a 126).
En este contexto, la acción de amparo constitucional se caracteriza por ser una acción
extraordinaria de tramitación especial y sumaria y esencialmente investida del principio de
inmediatez en la protección inmediata de los derechos y garantías vulnerados, no reconoce
ningún fuero, privilegio ni inmunidad respecto de las autoridades o personas demandadas.
“La importancia del debido proceso, a decir de la SC 0281/2010-R de 7 de junio '…está ligada
a la búsqueda del orden justo. No es solamente poner en movimiento mecánico las reglas de
procedimiento sino buscar un proceso justo, para lo cual hay que respetar los principios
procesales de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la prueba; los derechos
fundamentales como el derecho a la defensa, a la igualdad, etc., derechos que por su carácter
fundamental no pueden ser ignorados ni obviados bajo ningún justificativo o excusa por
autoridad alguna, pues dichos mandatos constitucionales son la base de las normas adjetivas
procesales en nuestro ordenamiento jurídico, por ello los tribunales y jueces que administran
justicia, entre sus obligaciones, tienen el deber de cuidar que los juicios se lleven sin vicios de
nulidad, como también el de tomar medidas que aseguren la igualdad efectiva de las partes'.
En ese sentido la citada Sentencia precisó que el derecho al debido proceso no solamente es
exigible dentro de los procesos judiciales, sino que también abarcan a los procesos
administrativos, jurisprudencia que no contradice los principios constitucionales; y que por lo
tanto, es compatible con la Constitución vigente; y que, además ha sido reiterada recientemente
en la jurisprudencia de la presente gestión, específicamente en la SC 0014/2010-R de 12 de
abril, establece lo siguiente: '…la Constitución Política del Estado en consideración a la
naturaleza y los elementos constitutivos del debido proceso como instituto jurídico y mecanismo
de protección de los derechos fundamentales, lo consagra como un principio, un derecho y una
garantía, lo que implica que la naturaleza del debido proceso está reconocida por la misma
Constitución en su triple dimensión: como derecho fundamental de los justiciables, como un
principio procesal y como una garantía de la administración de justicia'.
¡¡) Rendición de cuentas que no sean necesariamente en dinero; y ¡¡¡) Compromiso moral y
legal ante otros”.
Dentro del presente caso, el accionante alega que las autoridades demandadas, específicamente,
la ex alcaldesa y el ex Director Jurídico del Gobierno Municipal Autónomo de Sucre, vulneraron
su derecho al debido proceso, al trabajo, a percibir una remuneración y a ejercer la función
pública, en mérito a que se le siguió un proceso administrativo cuando las mencionadas
autoridades, ya habían emitido pronunciamiento previo sobre su caso al haberlo destituido sin
proceso administrativo alguno, además de aplicar normas que no se acomodaban a su cargo, ya
que él no es un funcionario municipal, sino el Gerente General de EMAS, y por último, las
referidas autoridades no valoraron la prueba que el accionante presentó como descargo de los
hechos de los cuales se le acusaba.
Precisados los hechos motivo, de la presente acción de amparo constitucional, que en concepto
del accionante vulneran sus derechos y garantías constitucionales; del análisis y compulsa de los
antecedentes que cursan en obrados, se establece que, si bien el accionante mediante Resolución
11/2010 pronunciado por el Directorio de EMAS fue destituido de las funciones que venía
desempeñando; sin embargo ésta Resolución como emergencia de un recurso jerárquico
interpuesto por el mismo accionante fue revocada por el Concejo Municipal de Sucre, Entidad
que dejando sin efecto esta destitución, disponiendo alternativamente su inmediata
reincorporación, por lo que de haber existido alguna irregularidad en esta medida; la misma fue
reconducida por el Concejo Municipal de esa Entidad, en el marco de su atribuciones, en tal
circunstancia el hecho señalado, no merece pronunciamiento alguno por este Tribunal.
Que, la citada ley regula los Sistemas de Administración y de Control de los recursos del Estado
y su relación con los sistemas nacionales de Planificación Inversión Pública, con el objeto de:
“c) Lograr que todo servidor público, sin distinción de jerarquía, asuma plena responsabilidad
por sus actos rindiendo cuenta no solo de los objetivos a que se destinaron los recursos públicos
que le fueron confiados sino también de la forma y resultado de su aplicación.
En ese marco, todo servidor público responde de los resultados emergentes del desempeño de las
funciones, deberes y atribuciones asignadas a su cargo. Presumiéndose la licitud de las
operaciones y actividades realizadas por todo servidor público, mientras no se demuestre lo
contrario.
En consecuencia, existiendo un proceso interno contra el accionante que concluyó en todas sus
etapas, en base a un informe de auditoría interna que estableció en forma clara y precisa los
hechos y actos que dieron lugar a la responsabilidad administrativa, que derivó en la destitución
del accionante previo proceso; se concluye que las autoridades ahora demandadas no vulneraron
los derechos y garantías alegados por el accionante.
POR TANTO