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La teoría general del empleo, interés y el dinero surge 1936 en un período de declive
mundial, la importancia de esta obra es que emerge como una respuesta a los problemas
económicos estructurales en la que se pretende explicar las causas de la crisis que inicia
en 1929, en ella se acuñan los principales términos modernos de la Macroeconomía, es
por ello que John Maynard Keynes es considerado el padre de esta disciplina. En el
presente ensayo se pretende abordar los postulados teóricos fundamentales que llevaron
a la culminación de la crisis, la crítica de la obra a la economía de libre mercado, como a
sus principales preceptos relacionado con el principio de laisses faire y si las soluciones
propuestas por Keynes son aplicables universalmente a todas las economías que
experimentan crisis en un momento dado.
Una de las críticas de la obra a los postulados liberales clásicos ha sido la demostración
de que una economía de libre mercado no tiende a dirigirse al pleno empleo, sino que se
comporta en escalas que van desde el empleo total hasta el paro estructural. La principal
objeción al pensamiento de los libertarios es el razonamiento de que no existiría paro si
los trabajadores aceptaran una rebaja en su salario pretendido. Keynes alega que las
organizaciones gremiales como los sindicatos surgen de procesos democráticos modernos
en la economía y que se violentaría la protección social si se procedía en contra de ellos.
Por otro lado, se introduce el concepto de demanda efectiva que está compuesta por todos
los bienes y servicios que los consumidores desean adquirir y que cuentan con la
capacidad adquisitiva para obtenerlos, a través de este concepto se explica el surgimiento
de paro o inflación influidos por la propia demanda. Cuando la demanda efectiva excede
la producción entonces existe inflación porque los productos tienden a ser escasos y a
valer más, en cambio si la demanda efectiva tiende a estar por debajo de la producción
entonces se tiene como resultado el paro porque cada vez son más frecuentes los despidos
por la incapacidad de vender productos
Sin embargo, las políticas keynesianas no son aplicables a todos los escenarios de crisis
debido a que, si se tiene un problema de estanflación, es decir, desempleo e inflación
juntos, aumentar el gasto público para incentivar la inversión reduciría los niveles de
desempleo, pero incrementaría los niveles de inflación debido a que ese déficit fiscal
generado se tendría que financiar con aumento de impuestos o con una mayor deuda.