(Blau, 2005) The Use of Forensic Archaeology in the Investigation of Human Rights Abuse: Unearthing the
Past in East Timor
From the perspective of the archaeologist’s concern
with material objects, the important elements of
this rigorous procedure are physical evidence of
victim identity, timing and cause of death including
peri-mortem trauma, and linkages to perpetrators.
Both the legal and humanitarian mandates require
the search for, and location and recovery of
evidence from an event in the past, the traditional
mandate of archaeology.
Professional archaeologists provide a wealth of
evidence and a multitude of interpretations about
the ways in which humans have inter and/acted
with or exploited the environment in the past, their
living conditions, health status, trade patterns,
burial choices and so on. Archaeologists have been
able to provide evidence about acts of violence
(mass killings), which demonstrates that massacres
(not always necessarily interpreted as genocide) are
sadly not new events. It is only relatively recently,
however, that the importance of the methods used
to collect evidence to investigate human rights
abuses involving mass killing has been
acknowledged. One of the more recent approaches
used in such investigations involves the use of
archaeological techniques.
The need for controlled excavations by trained
professionals became obvious as a result of the
increasing number of cases involving buried remains
that did not get to court due to poor recovery
through excavation of evidence by unskilled
personnel. While forensic anthropology has a well-
established history and has become increasingly
popularised as a result of the media, forensic
archaeology has only relatively recently emerged as
a distinct discipline.
Forensic archaeology is defined as the application of
archaeological field and laboratory techniques
within a legal context. Forensic archaeology is
concerned with the understanding, recognition,
control and interpretation of space, site history, site
formation and the context and attributes of
(usually) buried features and evidence (artefacts)
within a defined area. In both forensic and
traditional archaeology, the goal is to reconstruct
the activities of the past (whether the recent or
distant past) and to investigate physical remains,
whether they are objects, corpses or residues.
Desde la perspectiva de la preocupación del
arqueólogo por los objetos materiales, los elementos
importantes de este riguroso procedimiento son la
evidencia física de la identidad de la víctima, el
momento y la causa de la muerte, incluido el trauma
peri mortem, y los vínculos con los perpetradores.
Tanto el mandato legal como el humanitario requieren
la búsqueda, la ubicación y la recuperación de
evidencia de un evento en el pasado, el mandato
tradicional de la arqueología.
Los arqueólogos profesionales proporcionan una gran
cantidad de pruebas y una multitud de interpretaciones
sobre las formas en que los humanos han interactuado
y / o han actuado o han explotado el medio ambiente
en el pasado, sus condiciones de vida, estado de salud,
patrones de comercio, opciones de entierro, etc. Los
arqueólogos han podido proporcionar evidencia sobre
actos de violencia (asesinatos en masa), lo que
demuestra que masacres
(No siempre necesariamente interpretados como
genocidio) lamentablemente no son eventos nuevos.
Sin embargo, es relativamente reciente que se haya
reconocido la importancia de los métodos utilizados
para recopilar pruebas para investigar abusos contra
los derechos humanos que involucran asesinatos en
masa. Uno de los enfoques más recientes utilizados en
tales investigaciones implica el uso de técnicas
arqueológicas.
La necesidad de excavaciones controladas por
profesionales capacitados se hizo evidente como
resultado del número creciente de casos relacionados
con restos enterrados que no llegaron a los tribunales
debido a la mala recuperación a través de la excavación
de pruebas por parte de personal no calificado. Si bien
la antropología forense tiene una historia bien
establecida y se ha popularizado cada vez más como
resultado de los medios de comunicación, la
arqueología forense ha surgido recientemente como
una disciplina distinta.
La arqueología forense se define como la aplicación de
técnicas de laboratorio y de campo arqueológico
dentro de un contexto legal. Se ocupa de la
comprensión, el reconocimiento, el control y la
interpretación del espacio, la historia del sitio, la
formación del sitio y el contexto y los atributos
(usualmente) de las características y evidencia
enterradas (artefactos) dentro de un área definida.
Tanto en la arqueología forense como en la tradicional,
el objetivo es reconstruir las actividades del pasado (ya
sea el pasado reciente o lejano) e investigar los restos
físicos, ya sean objetos, cadáveres o residuos.
A traditional concern of archaeologists is burial sites
with human remains. This has recently converged
with society’s growing dismay over genocide to
produce an emerging discipline that can be called
the forensic archaeology of mass graves.
Forensic archaeologists have assisted in the
investigation of local domestic murder case and
multiple fatalities resulting from natural disasters
such as floods, forest fires, earthquakes, etc., and
human induced events such as transportation
accidents, building fire or terrorist incidents.
It was not until the mid-1980s that archaeological
techniques were used to investigate human rights
abuses, augmenting inquiries that had almost
entirely depended on witness and victim testimony.
Una preocupación tradicional de los arqueólogos son
los sitios de entierro con restos humanos. Esto
recientemente ha convergido con la creciente
consternación de la sociedad por el genocidio para
producir una disciplina emergente que se puede llamar
la arqueología forense de fosas comunes.
Los arqueólogos forenses han colaborado en la
investigación de casos locales de homicidios
domésticos y múltiples muertes resultantes de
desastres naturales como inundaciones, incendios
forestales, terremotos, etc., y eventos provocados por
el hombre, como accidentes de transporte, incendios o
incidentes terroristas.
No fue hasta mediados de la década de 1980 cuando se
utilizaron técnicas arqueológicas para investigar abusos
contra los derechos humanos, lo que aumentó las
investigaciones que habían dependido casi por
completo del testimonio de testigos y víctimas.