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LA CAÍDA DEL PUYOSO (ANÉCDOTA).

Salimos con unos amigos a dar una boronda por los alrededores, cuando mi amigo
el puyoso miró una mata de chilacuanes que estaban bien jechos, de una se subió
desculado a bajarlos, cuando de pronto salió don jacinto bien enchumbado con juete
en mano, el puyoso bien achilado se desgualango y de una salimos todos atufados
a levantarlo, el pobre estaba bien atolondrado, con un buen quiño y bien lisiado,
nosotros dijimos orasite se mató este ñuco, y de una copiamos camino donde el
sobandero canchero, de camino se pegó un buen chubasquero y todos estábamos
bien empapados, cuando llegamos donde el sobandero le contamos lo que había
pasado, él rápidamente se llevo al puyoso al cuarto de trabajo, y solamente oímos al
puyoso chillar y chillar, que chilletas decíamos mientras chisteabamos de la vida,
cuando salió el puyoso bien atontado del dolor, entre todo lo que esperamos se
empezó a hacer de noche cuando salió el sobandero diciéndonos una advertencia
“tengan cuidado guaguas, que por las noches en los caminos se aparece el guagua
auca”, dijo;

nosotros salimos todo achilados de la casa del sobandero y el mas berraco iba en la
cabeza, nosotros llevábamos al puyoso cargado porque seguía atontado del dolor,
de regreso por la penumbrosa noche, nos comenzó a dar mucho miedo, cuando de
repente a lo lejos comenzamos a escuchar un espantoso grito, nosotros todo
achilados comenzamos a acelerar el paso pero los gritos cada vez se escuchaban
más cerca, del miedo salimos todos corriendo en distintas direcciones dejando
tirado al puyoso, nadie miró atrás todo el mundo corrió y el pobre puyoso gritaba
para que lo ayuden, pero nadie le hizo caso, al siguiente dia lo encontramos en la
escuela todo golpeado con su mamá al lado, furiosa su mamá preguntaba quienes
eran los que lo habían dejado botado a su suerte después de tremendo grito la
noche anterior, y así fue entonces que nos dimos cuenta que los gritos no provenian
de ningun espanto, sino que era la mamá del puyoso a la que el vecino
emberriondado le habia ido a reclamar sobre los chilacuanes choreados, desde ese
dia el puyoso no fue el mismo pues la tunda que le había pegado su mamá, le
enseño a no tomar lo ajeno, y nosotros aprendimos que no hay que dejar atras al
amigo lisiado.

INTEGRANTES:
YEINER MANZO
EDER JAIR ORDOÑEZ
CAMILO QUIROZ
HAROLDv FUELAGAN
ANDERSON FIGUEROA
ALEJANDRO TELLO

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