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EI desarrollismo El principal objetivo del gobierno de Frondiai era promover el desarrollo econémico del pats, lo cul sig- nificaba impulsar con celeridad la industrializaci6n. En realidad, esta idea estaba vinculada con otras politicas de la época que se practicaban en varios paises de América Latina. Uno de los ejemplos mas notables fue la gestion del presidente brasilefio Juscelino Kubitschek, cuya con- signa era “alcanzar $0 afios en 5 aiios’: Este lema qued6 demostrado en la nueva capital para el Brasil, que fue construida en solo § aftos. Este clima de época era men- cionado por Frondizi, quien en 1957 afirmaba que la ‘gran preocupacién del momento histérico que se estaba viviendo era “el desarrollo de los pueblos no desarrolla- dos’ Aclaraba, ademés, que “desarrollo” implicaba diver- sificacién interna de la produccién total y no un mero aumento de la produccién primaria. La meta de los desarrollistas era construir un pais industrial y moderno, de acuerdo con los ejemplos contemporaneos de los Estados Unidos y de a Europa de posguerra. No solo criticaban el modelo agroexpor- tador tradicional sino que, ademés, enfatizaban la insu- ficiencia del modelo de sustitucién de importaciones instrumentado a partir de la década del 30. Sostenfan «que la industrializacién argentina se habia limitado a la industria liviana y, para remediarlo, proponian fomen- tar el sector energético, la petroquémica y la siderurgia. Pero impulsar la industrializacién requeria de gran- desinversiones porlo que Frondiai (que anteriormente habia sostenido posiciones nacionalistas y antiimperia- listas) modificé su linea y decidié auspiciar la apertura de Ia economia argentina a las inversiones extranje- ras. La justificacién de este cambio de posicién se ba- saba en una distincién que el presidente realizaba entre el “nacionalismo de fines” y “nacionalismo de medios” De acuerdo con esta distincién, no resultaba tan im- portante el origen del capital sino la finalidad a la que se lo destinara. Segiin Frondizi, “un capital que viene a fortalecer la estructura agraria solamente, a impedir el desarrollo industrial, es un factor negativo. Sin em- bargo, el capital que llega 2 obtener ganancias ~como es vocacién de todo capital-, pero que al mismo tiem- po nos libra de la importacién de combustibles o de la importacién de materias primas esenciales, como en el caso de la petroquimica, juega un papel positive” mE 242 En este marco, el gobierno de Frondizi firmé una serie de contratos de explotacién de yacimientos pe- troliferos en la Patagonia, cuyas cliusulas y tramitacion fueron discutidas por la oposicién. El objetivo declara- do de estos contratos era lograr en poco tiempo el au- toabastecimiento de petrdleo, meta que se aleanzé hacia 1962, Asimismo, la sancién de una nueva y generosa ley de inversiones extranjeras facilité la legada al pafs de un valioso flujo de inversién extranjera: se radicaron en el pals varias filiales de empresas multinacionales del sector automotor y gracias a esto la produccién de este rubro tuvo una notable expansién: en 1959, la produc- i6n alcanzé alrededor de 30.000 vehiculos por aflo; en 1965, esta cifra era de 200.000. También se fortalecié la industria quimica, la metalirgica, la petroquimica y las de maquinarias eléctricas y no eléctricas. El crecimiento industrial de los aftos desarrollis- tas tuvo importantes éxitos, aunque también mostré notorias debilidades: las nuevas plantas, que produ- fan para un mercado interno protegido frente a las importaciones, eran ineficientes en comparacién con las equivalentes de los paises desarrollados. A pesar de estas dificultades, la Argentina experimenté un gran crecimiento de su sector industrial, que fue de un pro- medio de un 6% anual entre 1953 y 1974. En el sector primario, Ia creacién del Instituto Na- cional de Tecnologia Agropecuaria (INTA), durante el gobierno de la Revolucién Libertadora, constituyé un importante estimulo para la modernizacién del agro. Caricature aparecda en la revista Ta Vcenta del 27 de mayo de 1958 en que Richard Ninon (vcepresidente de los Estados Unidos en ese entonces le hace frmar aFrondizi una concesin de petdle por 300 aos. (© snare $4 Poi fotcopi ty 1.723 La integraci6n EI programa de Frondizi no se limitaba a la pro- mocién de Ja industrializacién y al auxilio del capital extranjero. El presidente aspiraba, ademés, a crear una nueva relacién entre los trabajadores, los empresarios yel Estado, que se sintetizaba con una palabra: integra- cién. Desarrollo e integracidn eran, en el pensamien- to de Frondiai y de su equipo de colaboradores, dos caras de la misma moneda. Juan José Real, uno de los principales difusores del desarrollismo, definfa la rela- cidn entre desarrollo e integracién de la siguiente for- ma: “maquinarias, materias primas, energia, 2 las que debian agregarse la tecnologia adecuada y una nueva relacién entre empleadores y trabajadores, eran la base adecuada del desarrollo” Esta idea guardaba cierta continuidad con las polti- cas ensayadas por Perén durante su segundo gobierno, cuando se habfa intentado modificar ls relaciones en- tre obreros y empresarios con el objetivo de aumentar la productividad del trabajo sin afectar las bases del apoyo social y la fortaleza organizativa de los sindicatos. De hecho, durante su mandato, Frondizi adopts al- gunas medidas que procuraban acercar los sindicatos al gobierno. La mas importante fue la normalizacién de la CGT y de los sindicatos con la Ley de Asocia- ciones Profesionales. Esta legislacién conservaba los aspectos bisicos del modelo de organizacién sindical del régimen peronista. Sin embargo, el conjunto del proyecto integracio- nista chocaba con grandes dificultades. Por un lado, las orientaciones de la politica econémica que el gobierno adopts a partir de diciembre de 1958 ~cuando puso en marcha un plan de estabilizacién econémica con la gestion de Alvaro Alsogaray como ministro de Eco- nomia~ entraban en conflicto con los asalariados y con ssus representantes. Un segundo factor que dificultaba el acercamiento entre los dirigentes sindicales y el gobierno era la acti- tnd de Perén. En efecto, la politica integracionista po- dia ser vista como un intento de Frondizi de apropiarse de la base social de Perdn, relegando al ex presidente a ‘una situacién de irrelevancia en la escena politica na- ional. Asi, en este terreno, el éxito de Frondizi impli- caba la pérdida de la influencia y del poder de Perén, por lo que este y sus dirigentes pasaron a una abierta coposicién. En este contexto, durante el afio 1959, las medidas de estabilizacién adoptadas por el gobierno fueron resistidas por la mayorfa de los sindicatos a través de importantes huelgas. El punto més alto de la conflict ‘vidad social se produjo cuando el gobierno presenté al Parlamento un proyecto de privatizacién del frigorifi- co Lisandro de la Torre. Esta decisién fue respondida con la ocupacién de la planta -alentada por Cooke-, seguida por una huelga general de 48 horas. La repre- sin gubernamental provocé un endurecimiento de los sindicatos, que declararon un paro por tiempo indeter- minado. Los principales dirigentes sindicales fueron arrestados y la huelga fue finalmente controlada con la intervencién militar. El frigorifico retomé sus activida- des en manos privadas y la mitad de los trabajadores fueron despedidos. El abandono definitivo de la politica integracionista se vio reflejado en la aplicacién del plan CONINTES (Comisién Interna del Estado), que les otorgaba a las fuerzas armadas a posibilidad de actuar contra cualquier tipo de disturbios, incluyendo los de los trabajadores. Eneste contexto, un importante sector dela dirigen- cia sindical decidié reorientar su estrategia y adoptar posiciones més negociadoras. Asi, en 1960, Frondizi y los sindicalistas pactaron la normalizacién de la CGT, que implicaba tanto un avance en el aspecto organizati- vo del sindicalismo como un respaldo a las posiciones mis negociadoras. (cupacin de igorficoLisandro de a Tore a princpios de 1958, 243 GA 2Un peronismo sin Per6én? Entre 1958 y 1966, el pafs tuvo una democracia “a medias" pues, aunque se llevaron a cabo elecciones, el partido peronista estaba proscripto para participar de ellas y su lider debfa permanecer en el exilio. Para Perén, la situacién resultaba muy complicada. Por un lado, a fines de los afios 50, era evidente la he- gemonfa peronista en la clase obrera; por otra parte, se habia producido la apertura de ciertos espacios de legalidad politica para el peronismo a través de la auto- rizacién a partidos denominados “neoperonistas” para participar en elecciones provinciales y parlamentarias. Estas dos situaciones, lejos de reforzar el liderazgo de Perén, creaban las condiciones para el surgimiento de dirigentes alternativos que, si bien carecian del as- cendiente de Perén sobre el electorado, contaban con otros recursos. La figura que tuvo perfil propio dentro de la nue- va dirigencia sindical y que consolidé un liderazgo notable dentro del peronismo fue el-metakirgico Au- gusto Timoteo Vandor. Este dirigente habla partici pado activamente en la resistencia peronista durante el gobierno de la Revolucién Libertadora, pero luego cambié su postura y pasé a representar al sector mis negociador y ms fuerte del sindicalismo. Su estrategia se sintetizaba en la formula “golpear y negociar”. Su ca- pacidad organizativa ~y la fortaleza del sindicato que conducia~ le permitié transformarse en el principal dirigente peronista del pais a tal punto que, en el apo- geo de su trayectoria, legé a plantear el proyecto de un “peronismo sin Perén’, Los partidos neoperonistas, en tanto, eran de al- cance provincial y estaban encabezados por antiguos dirigentes politicos del peronismo. En algunos casos, apoyados por el sindicalismo, consiguieron ganar va- rias elecciones. ara controlar esta situacién, la estrategia de Perén desde su exilio consistié en impedir que cualquiera de los sectores peronistas predominara claramente, y en evitar, al mismo tiempo, la fuga de dirigentes hacia el gobierno de turno. En el caso del sindicalismo, Perén alenté al ala dura, es decir, la menos proclive a las ne- gociaciones para contrarrestar a influencia vandorista. Entre los dirigentes de este sector del sindicalismo se encontraba el textil Andrés Framini, cm 244 Los planteos militares Larelacién con los militares fue el principal incon- veniente que debié enfrentar Frondizi. Como ya lefs- te, en un comienzo, el sector més antiperonista de las fuerzas armadas intenté que Frondizi no asumiera la presidencia y, apenas este asumié, se dedicé a conspi- raractivamente contra.un presidente que habia llegado al gobierno con los votos peronistas. Para los altos jefes militares Frondizi debia ser vigila- dono solo en aquellos asuntos ligados directamente con el funcionamiento de las fuerzas armadas sino también, en otras dreas de gobierno como la politica econémica © las relaciones exteriores. Los militares, por ejemplo, presionaron con éxito al presidente para que desplazara a Rogelio Frigerio de la Secretarfa de Relaciones Eco- némicas y Sociales para imponer, més tarde, al capitin Alvaro Alsogaray como ministro de Economia. Ademés, los militares desconfiaban del estilo audaz e impredecible de Frondizi, que en poco tiempo habia pasado de posiciones propias de la izquierda antiimpe- Hialista ala defensa de as inversiones norteamericanas,y consideraban que, en el fondo, Frondizi era comunista. Peto, sobre todo, los oficiales de las fuerzas armadas no se resignaban a abandonar su papel protagénico en la vida politica. Cada accién del gobierno se convertia en un pretexto para que algiin sector militar expresa- ra su opinién para presionar al gobierno. Durante su mandato, Frondizi fue objeto de mas de 30 “planteos” militares, que no eran otra cosa que presiones para que el presidente adoptara una decision que algiin sector militar consideraba conveniente. — ‘Alvaro Alsogaray en una ‘aticaura dela époa. Su imposicion como minisro de Economia fue una muestra de la intervencion militar 5 lool. ey 19.723, i i © sana $4 Poi tcl. 11.728 Planteos militares y politica exterior ‘Uno de los iltimos y més importantes planteos mi- litares se produjo a propésito de la Revolucién Cubana (ver capitulo 16). El derrocamiento del dictador Fulgencio Batista en 1959 fue bien recibido en todo el continente, y desde distintos sectores se pronunciaron elogios en- tusiastas para el lider del movimiento revolucionario: Fidel Castro. Sin embargo, la simpatia se disipé bruscamente cuando el nuevo gobiemo proclamé su adhesién al marxismo-leninismo y se alineé con la URS. La reac- cién de los Estados Unidos fue de abierta hostilidad, compartida por los jefes militares de todo el continente, que veian confirmados sus mis profundos temores con respecto al avance del comunismo. Frondiai, que procuraba mantener un cierto mar- gen de independencia frente a la politica norteameri- cana, sostuvo que el hecho de pertenecer a Occidente no obligaba ala Argentina a formar parte de una comu- nidad de intereses econémicos “llamada a sojuzgar al resto de las naciones’, ‘Ademis, Frondizi pensaba que los principales con- flictos internacionales de las naciones periféricas de- bjan entenderse como resultado del intento de esas naciones por salir del subdesarrollo, y no como mani- festaciones locales del enfrentamiento entre los Esta- dos Unidos y la URSS. En uno de sus iitimos discursos como presidente, pronunciado en la ciudad de Parané, provincia de En- tre Rios, en febrero de 1962, Frondizienfatizé estaidea al afirmar que “lo que se est discutiendo en América no es a suerte de un candillo[...] sino el futuro de un grupo de naciones subdesarrolladas que han decidido libremente ascender a niveles mds altos de desenvolvi- miento econémico y social”. En el contexto del progresivo endurecimiento de las posiciones de los Estados Unidos frente a Cuba, Frondizi llevé a cabo una audaz maniobra. En agosto de 1961 mantuvo una reunién secreta en la residencia de Olivos con el “Che” Guevara, con el objetivo de mediar extraoficialmente entre los Estados Unidos y Cuba. Pero no tuvo éxito en este intento y la filtracién de la noticia de Ja entrevista provocé una nueva esca- Jada de planteos militares que estuvieron a punto de culminar con el derrocamiento del presidente. La caida de Frondizi A principios de 1962, la situacién politica de Fron- dizi era dificil. Los militares habian acentuado sus pre- siones, el peronismo habia fortalecido su representacién sindical y politica en la mayoria de las provincias yelres- to de los partidos continuaba rechazando al gobierno yen muchos casos alentando la conspiracién militar. En este contexto, el presidente intent6 un nuevo -viraje. Si bien en 19S8 Frondizi habfa triunfado con el voto del peronismo y durante el primer afio de su go- biemno habia procurado incorporar a los trabajadores a su proyecto, en 1962 decidid convertir a su partido en la primera fuerza del antiperonismo. Para esto, su obje- tivo de corto plazo era derrotar a los candidatos del pe- ronismo en las elecciones de renovacién de diputados yde gobernadores de 1962. Deacuerdo con esta nueva orientacién, el gobierno autoriz6 la participacién electoral de un conjunto de partidos peronistas y neoperonistas, aunque mantuvo laproscripcién de Perén yla prohibicién del uso delos simbolos de su movimiento. Las expectativas de triunfo de Frondizi no se cum- plieron: si bien la UCRP triunfé en Cérdoba y man- tuvo un caudal de votos significativo en el plano na- cional, en las elecciones del 18 de marzo de 1962 los partidos neoperonistas ganaron las elecciones en ocho de las gobernaciones. E] triunfo del sindicalista text Andrés Framini en la provincia de Buenos Aires completé la debacle guber- namental. Ante la presién militar, el gobierno anulé las, clecciones en las que ha- bfan triunfado los partidos neoperonistas e intervino las respectivas provincias. Pero la suerte del gobiemo yyaestaba echada y Frondi- 2i fue derrocado el 29 de marzo y confinado en la isla Martin Garcia. Garicatura de Slinas publiada en Ta Vicenta tase detrocamiento de Front,

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