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Gestión pública y gestión privada. Diferencias.

¿La experiencia de una es


extrapolable a la otra? (II parte)
A continuació n desarrollaremos los aspectos que consideramos esenciales para
delimitar las diferencias entre la actividad pú blica y la privada, y poder concluir
luego si, la experiencia en una es extrapolable a otra.
Veamos los siguientes ítems, que nos parecen esenciales:
1. La naturaleza del ambiente en que se desarrollan
2. Los fines perseguidos con los bienes y servicios ofrecidos
3. Los principios que guían su accionar
4. El liderazgo que caracteriza a los jefes de cada sector
5. La responsabilidad de los líderes
5a.- La responsabilidad penal
5b.- La responsabilidad administrativa (funcional y disciplinaria)
5c.- La responsabilidad civil
6. Por el tipo de nombramiento y remuneració n.
7. Por el tipo de personalidad a quien atiende
8. Por el tipo de herramientas usadas
1.- La naturaleza del ambiente en que se desarrollan
Hemos visto que la empresa privada tiene en su ADN el tema competitivo: diversos
agentes del mercado ofrecen bienes y servicios similares o parecidos, a fin de que
el comprador escoja el que má s le convenga. Así, las empresas guían decisiones
por indicadores de dos tipos:
a) Los indicadores financieros y de mercado (o duros), donde toman en cuenta el
valor de la acció n, las utilidades generadas en el añ o, la participació n en el
mercado, la mentada rentabilidad y crecimiento, etc;
b) Los indicadores de sostenibilidad (o blandos), donde toman en cuenta la buena
imagen y reputació n, el buen gobierno corporativo, la imagen de ser pioneros en
vanguardia tecnoló gica, desarrollo del talento, cultura de eficiencia y control de
riesgos, etc. Los indicadores blandos, cada día toman má s importancia, pues
aspectos có mo imputaciones de fraudes o corrupció n, se verá n reflejados en lo
econó mico. Ejemplos hay muchos: Con el caso Enron, la empresa auditora Arthur
Andersen & Co; con el caso Lava Jato, la empresa peruana Grañ a y Montero.
El Estado tiene el monopolio de ciertos bienes y servicios como justicia, defensa,
etc, y las instituciones pú blicas no tienen que competir con otros agentes para
atraer al ciudadano. El ciudadano está obligado a acudir a la institució n, si quiere
No tiene opció n de escoger. Y el Estado, no tiene consagrados los indicadores
(duros o blandos) para medir los servicios o bienes que brinda a la ciudadanía, o la
percepció n que esta tiene de sus acciones.
La empresa privada tiene que competir por sus clientes, y para ello debe innovar
siempre en la presentació n y en los productos y servicios, para hacerlos má s
atractivos (en costo, tiempo, funcionalidad) para los clientes. La institució n
pú blica, confiada en su pú blico cautivo, no tiene necesidad ni incentivo para
mejorar sus productos y servicios ofrecidos.
2.- Los fines perseguidos con los bienes y servicios ofrecidos
La empresa privada debe ser eficiente y productiva, pues sino genera ahorros,
ingresos, ganancias o utilidades, el inversionista o empresario quebrará y
preferirá invertir en otros temas crematísticos (que le traigan mejores retornos
econó micos, patrimoniales).
La institució n pú blica no tiene que ser eficiente, rentable ni generar ganancias o
ingresos propios, para sobrevivir. Tiene asegurada una partida en el presupuesto
nacional que, aunque sea escasa, le asegura la sobrevivencia, añ o tras añ o.
Lo que si debe alcanzar la institució n pú blica con cada intervenció n, es ser eficaz. Y
su eficacia debe medirse en la solució n lograda al problema social o a la necesidad
pú blica, mediante la generació n del valor pú blico.
La empresa privada tiene -por finalidad- ser rentable, y para ello debe innovar en
temas de eficiencia y productividad. La institució n privada, confiada en los
ingresos ordinarios del presupuesto nacional, no tiene necesidad ni incentivo para
ser eficiente en sus productos o servicios ofrecidos, pero si debe ser lograr un fin
con su intervenció n: generar valor social.
3.- Los principios que guían su accionar
El emprendedor, el inversionista, el empresario se rige por el mandato
constitucional de libertad, señ alado en distintos supuestos del artículo 2 de la
Constitució n, especialmente en cuanto señ ala “nadie está obligado a hacer lo que la
ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe”. Tienen así libertad de
creació n, de asociació n, de contratació n, etc., las mismas que son desarrolladas y
complementadas en el título “Del Régimen Econó mico” que consagra la economía
social de mercado, el rol econó mico del Estado, el pluralismo econó mico, la libre
competencia, la inversió n nacional y extranjera, etc.
La institució n pú blica tiene un margen má s complicado, pues el funcionario se rige
por el mandato constitucional de legalidad. En efecto, el artículo 119° de la
Constitució n señ ala que “la direcció n y la gestió n de los servicios pú blicos está n
confiados al Consejo de Ministros; y a cada ministro en los asuntos que competen a
la cartera a su cargo”. Pese a ello, los ministros no dirigen ni gestionan con la
libertad que tienen los empresarios, pues el artículo 106° de la Constitució n
precisan: “Mediante leyes orgá nicas se regulan la estructura y el funcionamiento
de las entidades del Estado previstas en la Constitució n, así como también las otras
materias cuya regulació n está establecida en la Constitució n (…). La Ley Orgá nica
del Poder Ejecutivo o Ley N° 29158 de diciembre del 2007 señ ala las principales
normas bá sicas de organizació n, competencias y funciones de las instituciones del
gobierno nacional.
Del pá rrafo anterior tenemos que, la institució n pú blica es creada por ley, y por
tanto su estructura, su misió n, funciones, limitaciones y á mbito de competencia no
siempre tienen un origen o desarrollo técnico. Es má s, siempre tienen un gen
político: los congresistas son los que han interpretado la necesidad social y los que
han propuesto la solució n, segú n sus perspectivas ideoló gicas y doctrinales
puestas en una formula legislativa.
4.- El liderazgo que caracteriza a los jefes de cada sector
En la empresa privada el papel de “hombre racional” lo desempeñ a el líder, siendo
él quien debía establecer los objetivos y el diseñ o organizacional, así como dar sus
instrucciones para lograrlos. Por ello, en la empresa privada desarrollo una noció n
fuerte de liderazgo: principio de autoridad, unidad de mando, trabajo en equipo,
visió n estratégica, capacidad de negociació n, empatía, etc.
En las instituciones pú blicas, el funcionario, trabajador o gestor pú blico no
depende de su iniciativa, creatividad o liderazgo para dirigir a los demá s
trabajadores pú blicos. Le basta la autoridad formal que tiene por haber sido
investigo como Jefe, Director, Titular del pliego, etc. Quién dirige una institució n
pú blica debe “liderar” el respeto a los procedimientos legales que rigen los
sistemas administrativos de:
- Presupuesto pú blico,
- Tesorería,
- Endeudamiento pú blico,
- Contabilidad,
- Abastecimiento,
- Inversió n pú blica,
- Gestió n de recursos humanos,
- Planeamiento estratégico,
- Defensa judicial del Estado,
- Control.

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