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09/11/2021
Hª jurídica del movimiento europeo
La recepción del arte italiano en Europa fue muy desigual siendo España y
Francia en este orden los dos países que hoy pueden ofrecer una mayor
vinculación con lo italiano no solo porque ambos son los más próximos a Italia
sino porque los dos tuvieron allí comunes intereses políticos desde Nápoles hasta
Milán en bélicas alianzas y desencuentros con el papado.
La presencia del arte italiano en Francia fue alentada por el mismo monarca
Francisco I, y su interés por vincularlo a la corte quedó patente en la invitación
real a Leonardo da Vinci quien pasó los últimos años de su vida en Amboise,
también fue llamado Andrea del sarto que fue recibido por el rey en el Palacio de
Fontainebleu por donde igualmente pasarían otros pintores italianos como Rosso
y primaticcio que dejaron allí una notable obra decorativa. El planteamiento del
Palacio Real del Louvre en París cuyo inacabado proyecto de Lescot sirvió de
referencia a las sucesivas ampliaciones hasta su definitiva terminación en el siglo
Malena Marín Escribano
09/11/2021
Hª jurídica del movimiento europeo
Muerto Bramante, las obras de San Pedro pasaron a las manos de Rafael, Miguel
Ángel y Carlo Maderna, quienes introdujeron cambios sustanciales, estas
modificaciones significaron un paulatino alejamiento de los modelos de ideal
geometría para volver a la disposición longitudinal y planta de Cruz Latina
expresamente exigidas por la contrarreforma.
Fuera de Roma las iglesias manieristas de mayor personalidad son las que
Paladio proyecto en Venecia con una o tres naves de marcado desarrollo
longitudinal donde además del riguroso clasicismo de su estilo interesa como
novedad el tratamiento de la cabecera en la que se sitúa el coro así sucede tanto
en la Iglesia monástica de San Jorge u otras.
El relieve tuvo otros seguidores sobre diferentes materiales y técnicas siendo muy
conocidos los que en mármol hizo Luca della Robbia para la cantoría o tribuna
de jóvenes cantores y músicos de la catedral de Florencia. La cuidada
composición de estos grupos pone de manifiesto el dominio del volumen en el
espacio a través del bajo, medio y alto relieve de las figuras.
Antes de finalizar el siglo XV, otro gran escultor, Florentino Miguel Ángel
Buonarroti ya había hecho obras tan notables y diferentes como el relieve de la
batalla de los centauros y los lápitas. Ya dentro del siglo XVI inició la colosal
figura de David que en 1504 se colocó en la plaza de Florencia, se trata de la
primera escultura de gran tamaño hecha por Miguel Ángel con algo más de 4
metros de altura en la que aborda el tema del desnudo al modo antiguo
advirtiéndose en ella la expresión enérgica y fuerza contenida que caracterizaron
los años siguientes.
Los años finales de la larga vida de Miguel Ángel como escultor se recogen en las
3 versiones que hizo de la piedad y que hoy se encuentran una en la catedral de
Florencia en la que supuestamente José de Arimatea refleja los rasgos del
escultor, otra la llamada de palestina en la galería de la academia florentina, y la
tercera en Milán, de especial interés, conocida como la piedad rondanini por
mostrarnos la insatisfacción del escultor con su propia obra al variar la posición
Malena Marín Escribano
09/11/2021
Hª jurídica del movimiento europeo
La obra de Miguel Ángel superó el propio renacimiento para fijar las bases del
manierismo en cuyo ámbito se movieron otros muchos escultores.
Durante esos dos siglos, que en Italia se distinguen con el nombre de quattrocento
y cinquecento, fueron muchas las cosas que cambiaron en la pintura. La pintura
del Renacimiento italiano, al que cabe considerar como verdadero milagro
artístico, fue además para el arte del Renacimiento una referencia obligada como
campo común de experiencias de cuyo resultado se nutrieron todas las artes
hermanas, en ella se desarrollaron por ejemplo los principios básicos de la
perspectiva que permitieron representar el espacio de un modo racional.
punto de crear dos tendencias muy marcadas dentro del arte italiano
especialmente en el siglo XV, una vinculada a Florencia y Roma donde el dibujo
parece guiar al pintor, y otra la veneciana donde las manchas de color eclipsan la
presencia del dibujo.
Esta claridad compositiva hizo crisis muy pronto de tal manera que en torno a
1527 el año del saqueo de Roma por las tropas del emperador Carlos V, se
advierte en la pintura un giro hacia composiciones más libres, inestables y
caprichosas que preparan el camino al arte barroco del siglo XVII, es el largo
período que se conoce como manierismo en el cual se tiende a imitar y mezclar
los modos y maneras de los grandes maestros del pleno renacimiento con un
claro espíritu ecléctico. A todos estos cambios contribuyó de forma muy positiva
el paulatino abandono de la técnica al temple sobre madera por el óleo sobre
lienzo para los cuadros de caballete. No obstante el gran arte italiano busco en
los grandes conjuntos de pintura mural su expresión más apurada, con aquella
técnica al fresco pintó Miguel Ángel la Capilla Sixtina que ha quedado para
siempre como una insuperable lección de pintura al tiempo que su autor fue
considerado como un artista casi sobrehumano y sin duda el más genial de todos
los tiempos.
han representado la expresión más ambiciosa del arte de la pintura, bien puede
decirse que la historia de la pintura mural tiene un heroico despertar en la cueva
de Altamira.
Sin embargo, antes de dar el color era necesario encajar el dibujo valiéndose de
reglas escuadras y una cuerda tirante impregnada de color que simplificaban el
proceso, ya cuando ya está apurado el dibujo de todos los elementos y molduras
surge el pincel llevando los colores de procedencia mineral que como el verde de
manganeso o el rojo de cinabrio se diluyen en agua. La capa del enlucido aún
fresca fija los colores formando cuerpo con él tras una pequeña reacción química
que asegura una larga vida a la pintura. Una vez seco el fresco es frecuente apurar
las últimas pinceladas y detalles con leves toques al temple el acabado final
consistía en pasar un paño impregnado de cera o aceite caliente sin excluir una
mezcla jabonosa que posteriormente se puliría por un procedimiento tan sencillo
como el de frotar con un paño seco hasta hacer salir el brillo deseado.
Sixtina, se calculan en algo más de 400 las jornadas que Miguel Ángel empleo en
la ejecución de todo el conjunto de las que unas 7 corresponderían a la realización
de esta figura de Cristo.
En la llamada quinta del sordo de Madrid donde vivió Goya entre 1819 y 1823
pintó el artista aragonés un extraordinario conjunto mural que por el tono
dominante y el carácter del mismo conocemos como pinturas negras, sin
embargo la mayoría fueron pintadas sobre otras anteriores que desaparecieron
bajo estas pintadas igualmente al óleo pero de muy distinto signo la primera
imagen no puede ser más opuesta a las que le sucedieron, pues, frente al tono
primaveral y alegre al brillante colorido, las pinturas negras venían a ser la
negación de todo, de la luz, de la forma y del color, al menos tal y como entonces
se entendía. Hoy en el Museo del Prado representan sin duda una de las páginas
más modernas del gran arte de la pintura mural.