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En contraste con la energía de la luz solar, los nutrimentos no descienden sobre la

Tierra en un flujo continuo desde lo alto; la misma reserva común de nutrimentos


ha sostenido la vida durante más de 3000 millones de años.
Los nutrimentos o nutrientes son los elementos y las pequeñas moléculas que
constituyen todos los componentes básicos de la vida.
Los organismos necesitan de algunos de ellos, llamados macronutrimentos, en
grandes cantidades; por ejemplo, agua, carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno,
fósforo, azufre y calcio.
Los micronutrimentos, como zinc, molibdeno, hierro, selenio y yodo, son
necesarios sólo en muy pequeñas cantidades.
Los ciclos de nutrimentos, también llamados ciclos biogeoquímicos, describen las
trayectorias que siguen estas sustancias durante su tránsito de las comunidades a
las partes inanimadas de los ecosistemas y luego de regreso a las comunidades.
Los nutrientes de los ciclos gaseosos como el carbono y nitrógeno, ingresan al
ecosistema a través de la atmosfera.
Los nutrientes de calcio y fosforo, tienen ciclos sedimentarios.
El marco estructural de todas las moléculas orgánicas, que son los componentes
básicos de la vida, está formado de cadenas de átomos de carbono
(carbohidratos).
El carbono entra en la comunidad viviente cuando los productores captan dióxido
de carbono (CO2) durante la fotosíntesis.
Los productores devuelven parte del CO2 a la atmósfera y al océano durante la
respiración celular e incorporan el resto a su cuerpo.
Todos los seres vivos mueren tarde o temprano, y los comedores de detritos y
descomponedores se encargan de degradar su cuerpo.
Al quemar combustibles fósiles para aprovechar esta energía almacenada, se
libera CO2 en la atmósfera.
Actividades humanas como la tala y quema de los grandes bosques del planeta
(donde hay mucho carbono almacenado), están incrementando la cantidad de CO2
presente en la atmósfera
La atmósfera contiene alrededor de un 78% de nitrógeno gaseoso (N2) y, por lo tanto, constituye la
principal reserva de este importante nutrimento.

El nitrógeno es un componente fundamental de las proteínas, de muchas vitaminas y de los ácidos


nucleicos (ADN Y ARN).

Un hecho interesante es que ni las plantas ni los animales pueden extraer este gas de la atmósfera,
por consiguiente, las plantas necesitan una provisión de nitrato (NO3) o amoniaco (NH3) donde viven
en protuberancias especiales de las raíces.

Bacterias descomponedoras también producen amoniaco a partir de los aminoácidos y la urea


presentes en los cadáveres y desechos; otras bacterias transforman el amoniaco en nitrato; las
plantas incorporan el nitrógeno del amoniaco y del nitrato en sus aminoácidos, proteínas, ácidos
nucleicos y vitaminas.

A medida que recorre la red alimentaria, parte del nitrógeno queda en libertad en los desechos y
cadáveres, donde las bacterias descomponedoras presentes en el suelo y el agua lo convierten de
nuevo en nitrato y amoniaco.

El ciclo del nitrógeno se completa por el continuo retorno del nitrógeno a la atmósfera gracias a las
bacterias desnitrificantes.
El fósforo es un componente fundamental de las moléculas biológicas, entre ellas las
moléculas de transferencia de energía (ATP y NADP), los ácidos nucleicos y los
fosfolípidos de las membranas celulares; el fósforo es uno de los componentes principales
de los dientes y huesos de los vertebrados.
En contraste con los ciclos del carbono y del nitrógeno, el ciclo del fósforo carece de
componente atmosférico.
La reserva principal de fósforo de los ecosistemas es la roca, donde se encuentra unido al
oxígeno en forma de fosfato. Las rocas ricas en fosfato expuestas a la intemperie se
erosionan y la lluvia disuelve el fosfato.
El fosfato disuelto es absorbido fácilmente a través de las raíces de las plantas y por
otros autótrofos, como los protistas y las cianobacterias fotosintéticos, que lo incorporan
a las moléculas biológicas. A partir de estos productores, el fósforo recorre las redes
alimentarias.
Finalmente, los comedores de detritos y los descomponedores devuelven el fósforo
residual de los cadáveres al suelo y al agua en forma de fosfato, de donde puede ser
absorbido de nuevo por los autótrofos o quedar unido a los sedimentos y, con el tiempo,
incorporarse de nuevo a la roca.
Su reserva fundamental es la corteza terrestre y es usado por los seres vivos en
pequeñas cantidades.
El azufre es un nutriente secundario requerido por plantas y animales para realizar
diversas funciones, además el azufre está presente en prácticamente todas las proteínas
y de esta manera es un elemento absolutamente esencial para todos los seres vivos.
El azufre circula a través de la biosfera de la siguiente manera, por una parte se
comprende el paso desde el suelo o bien desde el agua, si hablamos de un sistema
acuático, a las plantas, a los animales y regresa nuevamente al suelo o al agua. Este azufre
es devuelto a la tierra por un mecanismo que consiste en convertirlo en compuestos
gaseosos tales como el ácido sulfhídrico (H2S) y el dióxido de azufre (SO2). Estos
penetran en la atmósfera y vuelven a tierra firme
La actividad industrial del hombre esta provocando exceso de emisiones de gases
sulfurosos a la atmósfera y ocasionando problemas como la lluvia ácida.
El ciclo del agua, o ciclo hidrológico, difiere de casi todos los demás ciclos de nutrimentos en que la
mayor parte del agua permanece como tal durante todo el proceso y no se utiliza en la síntesis de
nuevas moléculas.

La reserva principal de agua es el océano, que cubre alrededor de tres cuartas partes de la
superficie terrestre y contiene más del 97 por ciento del agua disponible. Otro 2 por ciento se
encuentra en forma de hielo, y el 1 por ciento restante corresponde a los cuerpos de agua dulce. Los
motores del ciclo hidrológico son la energía solar, que evapora el agua, y la gravedad, que trae el
agua de vuelta a la Tierra en forma de precipitación (lluvia, nieve, aguanieve y rocío).

La evaporación tiene lugar principalmente en los océanos, y buena parte del agua regresa de forma
directa a ellos por medio de la lluvia. El agua que cae en tierra sigue varias rutas. Un poco de agua se
evapora del suelo, los lagos y las corrientes de agua.

Una fracción escurre de la tierra y vuelve a los océanos, en tanto que una pequeña cantidad penetra
hasta los depósitos subterráneos. Como el cuerpo de los seres vivos contiene alrededor de un 70 por
ciento de agua, parte del agua del ciclo hidrológico se incorpora a las comunidades vivientes de los
ecosistemas. Las raíces de las plantas absorben agua, que en buena parte se evapora de las hojas y
regresa a la atmósfera. Una pequeña cantidad se combina con dióxido de carbono durante la
fotosíntesis para producir moléculas de alta energía. Tarde o temprano, estas moléculas se
descomponen durante la respiración celular y el agua liberada regresa al ambiente.
1. ¿Cómo los macronutrientes y micronutrientes circulan dentro de un
ecosistema?
2. ¿Por qué el ciclo de carbono es importante para los seres vivos?

3. ¿Por qué el ciclo de nitrógeno es importante para los seres vivos?

4. ¿Por qué el ciclo de fosforo es importante para los seres vivos?

5. ¿Por qué el ciclo de azufre es importante para los seres vivos?

6. ¿Por qué el ciclo de agua es importante para los seres vivos?

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