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matrimonio
Publicado el febrero 4, 2012| 6 comentarios
Esto no sucede cuando hay amor. No es necesario que las señales evidentes de angustia despierten de un
sacudón al amor. Antes de que las preocupaciones y los problemas comiencen a asediar a tu cónyuge, el
amor ya se ha puesto en acción. Discierne la carga que se comienza a acumular e interviene para ayudar
porque el amor quiere que seas sensible con tu cónyuge.
Esta es la clase de necesidades que deberías buscar en tu esposa o tu esposo. En lugar de andar enojado
porque no te trata como crees que debería, deja que el amor te saque de la autocompasión y vuelva tu
atención a las necesidades de tu cónyuge.
Tienen por delante una vida juntos. Para vivirla más felices, es bueno que conozcas la opinión de tu
cónyuge en temas aparentemente sencillos pero que seguramente no conoces al detalle, en todo caso, el
solo hecho de hacerlas a tu esposo(a) y que él (ella) te las haga a ti, ya verás como te nutre de nuevas
ideas. Aquí algunas preguntas:
Se ha dicho que la locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes.
¿Pero acaso no es lo que sucede cuando intentas cambiar a tu pareja? Obtienes la mayor de las
frustraciones. En algún momento, debes aceptar que no es algo que tú puedas hacer.
¿Acaso ha funcionado regañar o fastidiar? La respuesta es no, porque estos métodos no cambian el
corazón. En cambio, es hora de intentar hablar con Dios sobre tu cónyuge. Si tu cónyuge no tiene
ninguna clase de relación con Dios, entonces está bien claro por qué tienes que comenzar a orar. Más
allá de esto, comienza a orar exactamente por lo que tu pareja necesita. Ora por su corazón; por su
actitud.”