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CAPÍTULO I

Filiación y paternidad

En la actualidad la filiación ha adquirido un rol importante dentro de la sociedad,


debido a su evolución se ha convertido, en una figura indispensable dentro del derecho
civil, basándonos en el entendido de la importancia que adquiere la descendencia en la
humanidad.

1.1. Evolución histórica de la filiación

La familia ha desempeñado un papel importante en la sociedad, evolucionando


constantemente a través de la historia, por lo tanto, es correcto decir que la historia de
la evolución de la familia es la historia de la evolución de la humanidad. Es en ese
contexto, que se hace necesario distinguir la evolución histórica de la filiación de esta
forma:

a. Época Antigua:

Márquez, en su obra Derecho Civil, indica sobre la historia de la filiación, lo


siguiente:

El grupo familiar no solo se asentaba sobre las relaciones individuales sino entre todos
los hombres y mujeres que integraban la tribu; por lo tanto, las personas solo sabían
quién era su madre, quedando la paternidad difuminada entre los integrantes de la
tribu, por lo cual únicamente era un estado matriarcal. (Marquez, 2008, p. 420).

Avanzando en la historia, cuando la humanidad dejo de ser nómada, las legislaciones


antiguas adoptaron diversas posiciones respecto a los hijos, declarándolos como
legítimos e ilegítimos como forma de reconocimiento y respecto al derecho de heredar.
b. Babilonia: Se permitía que se reconociera a un hijo que no fuera dentro del
matrimonio, reconociéndoles derecho hasta de heredar de ser posible. Marquez,
2008, p. 420).

c. Grecia: De acuerdo con Márquez, “Los hijos extramatrimoniales, fueron excluidos de


la comunidad social y no se les permitía casarse con ciudadanos privándoles del
derecho de suceder. (2008, p. 420).

d. Roma: Es preciso citar al derecho romano debido a la amplia importancia que tienen
éste en el derecho actual; en este derecho, el padre de familia era el jefe de la
misma, los descendientes estaban sometidos a su autoridad, por lo tanto, la
sociedad romana era netamente patriarcal otorgándole preeminencia al padre.

En el lenguaje técnico - jurídico romano se usa unir el adjetivo natural para


distinguir el progenitor (aquél que como varón ha participado en la generación de
una determinada persona física) del paterfamilias (aquél que es titular de la patria
potestad sobre una persona libre). En este derecho “padre natural” indica el
progenitor del ilegitimo, esto es, el nacido fuera del matrimonio, designado con la
expresión de hijo “hijo natural” y los juristas romanos utilizan el término “pater
naturalis” en referencia al expuesto o al hijo adoptivo o también para indicar el
progenitor del ilegítimo. Parentis (ascendiente), tiene también un significado más
amplio, designado todos los ascendientes aún de sexo femenino. Con el término
de liberi y de filii se designan los descendientes de cualquier grado. (Alvarado,
2009, p. 68).

Se puede determinar entonces la gran importancia que ha tenido la filiación a lo largo


de la historia del derecho, de tal manera que fue a través del paso del tiempo se le dio
la protección jurídica a la forma en la cual las personas pueden ser descendientes unas
de las otras, debido a las implicaciones que esta conlleva, es decir los derechos
patrimoniales y sanguíneos que de esta se desprenden.
1.2. Definición de filiación

La filiación es la relación jurídica entre los progenitores y sus descendientes directos


ya sean hijos o hijas. Otra idea dice que la filiación es un vínculo existente entre el
padre o la madre y su hijo, visto desde el lado de los hijos, formando el núcleo social
primario de la familia.

Propiamente dicho, la filiación es el vínculo de derecho que hay entre el padre, madre e
hijos, originándose las dos figuras jurídicas que son conocidas con el nombre de:
paternidad y maternidad. Una idea complementaria es la que dice, que la filiación es la
relación que existe entre el padre o la madre y su hijo, formando el núcleo social
primario de la familia; por lo tanto, no puede ser materia de convenio entre partes, ni de
transacción, o sujetarse a compromiso en árbitros. (AIU, 2021) Lo anterior, determina
que la filiación es, en pocas palabras, el vínculo que se crea entre los padres y su
descendientes y como estas se desarrollan, además de los derechos y obligaciones
que de estos nacen.

Moreno, en su obra Derecho de Familia, se refiere a la filiación como “El estado de


familia que se deriva de la relación entre dos personas de las cuales una es el hijo (a) y
otra el padre o la madre del mismo”. (Moreno, 1984, p. 519). Este autor fundamenta la
filiacion exclusivamente en la relacion que existe entre padres e hijos, que hacen a
unos descendientes de otros, agregandole el termino familia como vinculante, por lo
que se puede afirma que cuando existen varias situaciones de descendencia y de
relaciones paterno-filiales, se crea una familia.

Enrique Rossel Saavedra, define la filiación como: “vínculo jurídico que une al hijo con
su padre o con su madre y que consiste en la relación de parentesco establecida por la
ley entre un ascendiente y su inmediato descendiente, o sea su descendiente en primer
grado.” (Rossel Saavedra, 1990, p. 100).
El mismo autor, además le atribuye tres principios básicos:

1. Igualdad entre los hijos: se suprime la peyorativa clasificación de hijos legítimos,


ilegítimos y naturales. Una vez determinada la filiación se adquiere el estado civil de
hijo de una persona.

2. La libre investigación de la maternidad y paternidad: Todo individuo podrá investigar


quién es su padre y madre para velar por sus derechos inherentes.

3. El interés superior del niño: Es principalmente velar por el desarrollo personal,


dejando en segundo plano, la parte económica. (Rossel Saavedra, 1990, p. 102).

Por todo lo expuesto, se puede afirmar que la filiación, es el derecho que tiene cada
persona para ser ascendiente o descendiente de otra, de tal manera que se tenga
acceso a la identidad, así como los demás derechos inherentes a las personas, como
podría serlo el de herencia, en el entendido que la ley no dicta distinción alguna entre
los derechos derivados de la filiación, cualquiera que sea su origen.

1.3. Clases de filiación

La filiación es la relación o vinculo biológico entre los integrantes de una familia que
es reconocido por el derecho y regulado en la ley, este vínculo se refiere al de padres e
hijos. Como consecuencia de esto, la ley reconoce derechos y obligaciones para las
personas unidas con vínculos filiales, se está refiriendo entonces a la maternidad y
paternidad jurídica. Esto es a lo que se refiere el derecho de la filiación.

En la actualidad no existe distinción alguna entre la filiación, debido a que todos se


consideran descendientes de una persona sin ninguna otra prueba más que el
reconocimiento; por lo cual la clasificación que se hace es únicamente para efectos
doctrinarios.
En la doctrina, se distingue entre la filiación legítima o matrimonial, filiación natural o
extramatrimonial y filiación legitimada o reconocimiento de hijos. A continuación, se
explicará cada una de ellas:

a) Filiación legítima o matrimonial: esta es una de las instituciones más antiguas


respecto a la filiación debido a que desde tiempos inmemorables debido a que esta
era la única considerada legitima ya que las familias se unían para obtener
beneficios de estas; la doctrina la explica como aquella que se daba entre los padres
e hijos cuando estos eran concebidos dentro del matrimonio, eran reconocidos
siempre que nacieran dentro del vínculo matrimonial, con todos los plenos derechos
de sucesión. (Puig Peña, 1979, p. 139).

b) Filiación natural: Es la que establecía entre padres e hijos cuando estos nacían
fuera del matrimonio, en este caso, la filiación de la madre era automática; caso
contrario a la del padre, puesto que en ese caso solo existía cuando hubiera un
reconocimiento voluntario o bien judicialmente. Existían tres formas de filiación que
en la actualidad estaría en contra de los derechos humanos de cualquier persona,
estos eran la simple, adulterina e incestuosa. (Puig Peña, 1979, p. 140).

Para poder tener claridad sobre este tópico se debe de analizar desde el contexto
históricos de la humanidad y como la forma en la cual se llevaba a cabo la filiación
en ese momento, cuando existían distintos tipos de hijos, como los legítimos y los
bastardos, de ahí la filiación simple así como la adulterina, respecto a la incestuosa,
esta históricamente estaba reservada para la realeza de tal manera que el poder se
perpetuara en una sola familia.

c) Filiación legitimada: Se explica en los casos de los hijos que habiendo sido
concebidos antes del matrimonio nacen dentro del mismo o son reconocidos por los
padres antes de contraer nupcias, durante las mismas o después de ellas; tenía por
objeto el lograr que los hijos nacidos fuera del matrimonio tuvieran la calidad de
legítimos. (Puig Peña, 1979, p. 140).

Es necesario anotar que las relaciones familiares, guardando una especial atención
al menor giran en torno a los derechos y deberes de padre y madre, quienes para su
debido juicio requieren que estos sean identificados en lo jurídico tanto como en la
práctica social, siempre y cuando se tenga en claro el superior interés del niño.

2.4. Sistemas teóricos para establecer la filiación

Dentro de la doctrina, se encuentran varios sistemas teóricos que sirven para


determinar la filiación entre las personas; a continuación, se enunciarán para luego
hacer un breve análisis de los mismos.

a) Sistema de titulación: en donde la filiación se tiene por los títulos de atribución que
es la causa iuris de la filiación y títulos de legitimación, que son signos o requisitos
legales que refieren a la determinación y tienen una función probatoria. Los títulos
pueden entrar en conflictos entre sí respecto de una misma persona. (Méndez
Costa, 1986, p. 16).

Se puede afirmar que este sistema dentro del derecho otorga todo su valor al título
es decir a la manera en la cual existe dentro del registro reconocimiento a la
persona; por lo tanto, el título extendido a través la fe pública de registro es lo que
determinará la afiliación entre una persona y otra; si esto no existe entonces no se
podrá otorgar la filiación y tampoco sí establecerá la relación paterno filial que debe
de existir entre dos personas.

b) El de mentalización: en donde parte de la separación de ciertos procedimientos


independientes para acceder o destruir la filiación, con basamento de cada uno de
ellos en criterios-base de carácter autónomos entre sí, que son el punto de partida,
punto de articulación y de interpretación cada procedimiento, eventualmente factores
de determinación, y metacriterios de decisión para conflictos o choques de
procedimientos. Este sistema tiene como sustrato una triple partición: Los
procedimientos constitutivos o impugnativos y el estado civil filial constituido y Los
derechos y deberes atribuidos al estado civil. Además, tiene un fuerte carácter
normativista. (Méndez Costa, 1986, p. 19).

Este sistema se focaliza en las distintas fases que deben de existir vale el
reconocimiento de una persona es decir no se centraliza en el título, sino que lo hace
a través del conocimiento del estado paterno filial como fundamento de la filiación,
en el sentido de que primero debe de existir un proceso mental que posteriormente
se materializa a través del derecho registral y como este se desarrolla en cada uno
de los distintos territorios.

c) Unidad: “Esto se refiere a cuántos estados civiles filiales tiene ordenamiento jurídico,
y supone una definición específica de la ley”. (Rossel Saavedra, 1990, p. 29).

Este sistema instuye que debe de existir una unidad en el acto es decir que debe en
primer lugar existir en la ley para que este puede ser cumplida por lo tanto primero
debe existir en la ley para que esto se puede materializar a través del
reconocimiento y que a través de este surtan plenos efectos jurídicos.

d) Pluralidad: Si el derecho distingue varias posiciones de hijo como estado civil, el hijo
legítimo, también llamado de la filiación matrimonial; e ilegítimo no matrimonial,
adoptivo, entonces debe hablarse de diversos tipos de filiación. La pluralidad de
estados es un instrumento para atribuir una discriminación en los derechos y
obligaciones imputables. Si el derecho solo tiene una posición en su calidad de hijo
como estado civil, entonces no puede hablarse de tipos de filiación sino de una única
consideración en la posición, hijo. La unidad de estado es usada para atribuir
igualdad en el régimen de los derechos y obligaciones. (Méndez Costa, 1986, p. 20).
Este fija que depende de la ley en un territorio determinado, que pueden existir
varios tipos de filiación, pero esto dependerá de normado en la legislación, que
pueda otorgar distintos tipos de reconocimientos, de tal manera que se tengan claros
los derechos y las obligaciones que surgen de cada tipo de reconocimiento.

e) Procedimientos para constituir la filiación: Se trate de un sistema plural o único,


el estado civil filial puede tener su origen en diversos procedimientos que establezca
la ley. Cada procedimiento se organiza en torno a un criterio-base que origina el
procedimiento. (Méndez Costa, 1986, p. 21).

Los criterios base los determinara cada legislación, los tradicionales son: el natural,
mediante acto natural de la procreación, y el puramente jurídico, mediante un contrato
como en la antigua adopción romana o un proceso jurisdiccional de adopción. A ellos
en algunos sistemas se les agrega los siguientes criterios-base: de reproducción
asistida, mediante un acto tecnológico de reproducción, y uno social, atribuido
mediante solo consideraciones sociales sobre quien sea hijo de quien.

En el caso de la filiación de origen biológico, también se distingue entre un contexto


matrimonial, cuando los progenitores están casados entre sí, y el contexto no
matrimonial o extramatrimonial, en caso contrario.

2.5. Formas de determinar la filiación

Existen muchas formas de determinar la filiación de conformidad con la doctrina,


pero sin embargo para los efectos del presente trabajo de investigación, esta
responderá a lo que está regulado en el Código Civil de Guatemala.

El objeto de estas formas de determinar esta filiación, facilita la constitución del estado
filial, mediante el establecimiento legal de tipos de hechos relativamente simples de
constatar en la práctica. Entonces cada legislación tiene su forma de determinar la
filiación de las personas, la cual responde a las necesidades de cada país; sin que esto
signifique cada determinación sea exclusiva.

Con esto claro, es preciso afirmar, que la determinación de la filiación se da en la


legislación guatemalteca de diversas maneras dependiendo si se está frente a una
filiación matrimonial o legítima propia, una filiación matrimonial impropia o una filiación
extramatrimonial. Se clasifica en tres las maneras de determinar la filiación:
determinación legal, determinación voluntaria o negociar y determinación judicial.

Es necesario iniciar por determinar entonces la filiación por determinación legal, la cual
es la surgida por la propia ley fundamentada en hechos facticos suscritos por la misma
ley.

Respecto a la filiación y la paternidad y su determinación legal, en la legislación de


Guatemala, es menester circunscribirnos al Código Civil, en donde en el Artículo 199,
dicta lo siguiente: “El marido es padre del hijo concebido durante el matrimonio, aunque
éste sea declarado insubsistente, nulo o anulable.

Se presume concebido durante el matrimonio:

1. El hijo nacido después de ciento ochenta días de la celebración del matrimonio, o de


la reunión de los cónyuges legalmente separados;

2. El hijo nacido dentro de los trescientos días siguientes a la disolución del


matrimonio.”

A la luz de este artículo entonces, se observan las formas en las cuales la paternidad
es legítima y por ende la filiación resultante de esta; también lo es, entonces es posible
afirmar que el hijo nacido de la relación matrimonial, es reputado sin lugar a ninguna
duda como legítimo; debido a que de acuerdo al vínculo matrimonial surgido entre las
personas, por lo tanto cualquier hijo nacido dentro del matrimonio es por ende hijo del
esposo y padre de la persona por nacer y de acuerdo con el Código Civil su filiación es
legítimo.

También la ley dicta una fase extraordinaria sobre la legitimidad respecto en la filiación
en el numerales 1 y 2 del Artículo 199 del Código Civil, en donde se establece que es
lo necesario para que se incluya la filiación legítima en esta forma; en estos numerales,
se dispone que se consideran hijos del matrimonio los nacidos 180 días después del
matrimonio o bien de la reunión de la separación, entendiéndose que puede ser que el
embarazo haya dado origen a la unión matrimonial, entonces la filiación se considera
legitima para estos efectos. Lo mismo sucede con respecto a la reunión de los
cónyuges separados, en el entendido que desde el día de la reunión de los cónyuges
hasta 180 días después el hijo es de los cónyuges.

El segundo numeral, atiende a los hijos que surjan de la disolución del matrimonio, le
da un plazo de 300 días, recogiendo la tradición que fue impuesta por el derecho
romano, por cuanto se reputaba hijo legitimo a los nacidos 300 días después de salida
de algún viaje o guerra. En ese sentido, el Código Civil recoge esta temática y es
utilizada para la disolución del matrimonio, aunque no siempre puede funcionar para
este caso está establecido en la ley y por lo tanto es objeto de estudio.

Ahora bien se tiene que analizar lo normado en el Artículo 207 del Código Civil,
legalmente se determina que si disuelto el matrimonio la madre contrajere nuevas
nupcias dentro de los trescientos días siguientes a la fecha de la disolución, el hijo que
naciere dentro de los ciento ochenta días de celebrado el segundo matrimonio, se
presume concebido en el primero.

Si el hijo naciere después de los ciento ochenta días de la celebración del segundo
matrimonio, aunque este dentro de los trescientos días posteriores a la disolución del
primer matrimonio, se presume concebido en el segundo. En este artículo entonces se
adhiere al animus del Artículo 199 y numeral 2 respecto a los trescientos días de plazo
entre paternidad y paternidad, existe entonces, determinación legal de la paternidad, en
que la ley dicta la filiación con base en presunciones, y no hay necesidad de
reconocimiento por parte del padre, ni necesidad de declaración judicial para su
determinación.

Entonces a la luz de estos artículos se observa la llamada determinación voluntaria de


la paternidad, la cual es la que nace en virtud del reconocimiento o declaración que
hace una persona de ser padre de otra.

Dentro del mismo cuerpo legal, en el Artículo 210 dicta que cuando la filiación no
resulte del matrimonio ni de la unión de hecho declarada se prueba con respecto del
padre por el reconocimiento voluntario del padre o por sentencia judicial que declare la
paternidad. También el Artículo 211 ordena que la determinación voluntaria de la
filiación se da en el caso en que el padre reconozca voluntariamente la paternidad de
un hijo, ya sea en la partida de nacimiento, por comparecencia ante el Registrador Civil,
por acta especial ante el mismo registrador, por escritura pública, por testamento o por
confesión judicial.

Con esto claro, entonces se define la otra forma de determinación, la cual es conocida
como determinación judicial, la cual se define como: la resolución judicial definitiva que
decide una controversia relativa a la filiación, declarando como padre a una persona.
La determinación judicial de la filiación está regulada en la legislación en el Artículo 220
del Código civil, que determina que el hijo que no fuere reconocido voluntariamente
tiene derecho a pedir judicialmente que se declare su filiación.

Esta disposición legal es aplicable para el caso del hijo nacido de una relación en la
cual los padres no estén unidos por matrimonio o unión de hecho declarada. El mismo
Artículo manda que el derecho del hijo de pedir judicialmente que se declare su filiación
nunca prescribe.

La posesión notoria de estado, por su parte, solo constituye un factor de


determinación, cuando la legislación ha erigido un criterio social, como base de un
procedimiento. La posesión notoria es la actitud de un aparente padre, es decir, una
persona que trata a un niño como si fuera suyo: lo cuida, educa, le provee alimentos y
vestimenta, es decir, lo trata como un padre trata normalmente a un hijo. Esta forma en
algunas legislaciones es considerada solo una forma de acreditar la filiación ya
constituida, pero con la exactitud de las pruebas de ADN, el concepto práctico de la
posesión notoria como determinante de la filiación ha caído en desuso.

2.6. Efectos de la filiación

La filiación tiene importantes efectos jurídicos. De acuerdo con Diez-Picazo en su


libro Sistema de Derecho Civil Español:

En el caso de derecho de familia, la filiación origina la patria potestad, el que en


algunas legislaciones se divide en la custodia personal del menor y la custodia
patrimonial de sus bienes, la obligación alimenticia en caso de vida separada de
los padres, el derecho a la relación directa y regular entre el hijo y el padre que no
tiene la custodia del primero, el deber de socorro y ayuda mutua, el deber de
educar al hijo.

En el caso de derecho sucesorio, en algunos sistemas, la filiación obliga a la


reserva de la legítima y es el heredero legal prioritario junto con el resto de los
hermanos. La filiación determina los apellidos de la persona, que se regirán en
función de la legislación concreta aplicable.

Entre los efectos extraciviles se mencionan: En derecho penal la filiación puede


alterar la punibilidad de un delito, en algunos casos como excusa legal
absolutoria, y en otras bien como atenuante, bien como agravante. En derecho
constitucional, la filiación puede comunicar la nacionalidad de los padres a los
hijos de éstos, en los casos de regla de ius sanguinis. (2018, p. 323).
Se puede determinar que el efecto principal de la filiación, es el de ser considerado
como descendiente o ascendiente de una persona, al mismo tiempo, también incluye la
determinación del nombre y apellidos, siendo esto un derecho de personalidad de los
hijos, esto es una parte importante de esta institución jurídica ya que se determina la
forma en la cual se forma la identidad de los hijos como tales, además de que se le
otorgar la obligación de la patria potestad a las padres ya que sin este reconocimiento
no puede ser vinculado como descendiente, cabe destacar que este se debe de
realizar de forma voluntaria o bien a través de la reclamación judicial que tenga este
efecto; pero solo a través de la patria potestad se puede llevar a cabo esta disposición;
al mismo tiempo se puede establecer que es a través de esta, que también se otorga la
nacionalidad, la cual es un derecho fundamental de cada persona, ya que de caso
contrario, será considerado apátrida.

Otro derecho que surge a partir de la filiación, es la de los alimentos, la cual va en


ambas vías es decir tanto de descendientes como a ascendientes, de tal manera que
se puede determinar que es solo a través de esta que se puede delimitar la exigibilidad
del derecho de alimentos y como esta se desarrolla dentro de la relación paterno-filial.

2.7. Filiación por naturaleza y filiación por adopción

En la legislación guatemalteca, se distinguen dos formas de filiación, que a su vez


tienen distintas ramificaciones.

La filiación por naturaleza es aquella que nace de la descendencia directa, es decir,


aquella que se da cuando padre y madre dan vida a determinada persona, A su vez la
filiación por naturaleza puede ser matrimonial cuando el padre y la madre están
casados entre sí y no matrimonial cuando el padre y la madre no están casados entre
sí, con independencia de que alguno de los, o ambos, estén casados con otras
personas. Ha desaparecido así en nuestro derecho el concepto de hijo ilegítimo el
nacido fuera del matrimonio o natural el nacido de personas que podían contraer
matrimonio entre sí pero no estaban casadas.

La diferencia entre hijos matrimoniales y extramatrimoniales sólo se mantiene en


cuanto a las formas para encuadrar la paternidad, esto debido a que es esta la que
esta propensa a ser impugnada.

La filiación que tiene lugar por naturaleza, presupone un vínculo biológico entre el hijo y
sus padres. La determinación de la filiación puede ser legal, voluntaria o negociable y
judicial. Es legal cuando la ley lo dicta de esa forma. Es voluntaria cuando la
determinación proviene de la eficacia que se atribuye al reconocimiento del hijo. Es
judicial la determinación que resulta de la sentencia que declara la paternidad o la
maternidad no reconocida, en base a las pruebas relativas al nexo biológico. Quien no
ha sido reconocido como hijo tiene a su alcance la acción de reclamación de filiación.
La acción puede ser dirigida contra la madre, el padre, o contra ambos.

En caso de reclamarse por una filiación matrimonial no establecida, se tratará de


demostrar la maternidad, pues siendo la madre mujer casada, legalmente se presume
la paternidad del marido. La acción debe dirigirse contra ambos esposos.

Si se reclama el vínculo de filiación con mujer que no estaba casada al tiempo del
nacimiento del actor, solo contra ella se dirigirá la acción. El hijo puede reclamar la
filiación en todo tiempo. Los herederos del hijo tendrán como plazo para demandar el
tiempo que falte para llegar a los dos años posteriores a la mayoría de edad,
recuperación de plena capacidad o descubrimiento de pruebas en que se podría fundar
la demanda, del hijo fallecido. La posesión de estado es un medio más dentro del
contexto probatorio tiene valor de reconocimiento, pero no tiene el efecto de emplazar
en el estado de hijo.
Si durante el período de la concepción, el demandado había vivido en concubinato con
la madre del actor que reclama su filiación, se presumirá la paternidad del demandado
salvo prueba en contrario.

El hijo que no fue espontáneamente reconocido por su progenitor y que debe reclamar
judicialmente su filiación, tiene derecho a demandar el resarcimiento por los daños y
perjuicios sufridos. Como se menciona con anterioridad este derecho es irrenunciable e
imprescriptible y como medio de pruebas se puede utilizar el ADN de los padres para
este efecto.

CAPÍTULO II

DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos, como su denominación lo indica, son aquellas atribuciones


que posee cada persona en la tierra por el simple hecho de existir, estos son
innegables e inalienables a cada ser, por lo tanto, esta clase de derechos nunca podrán
ser suspendidos o eliminados, tal como es el derecho a la identidad, por lo tanto la
filiación del hijo con los padres es reconocido como un derecho inherente e inalienable
para estas, por lo que no debe de ser negado, sino que debe ser protegido de tal
manera que se pueda establecer correctamente la identidad y cultura de las personas,
por lo que es necesario que después de haber analizado la filiación y paternidad como
derecho así como sus efectos, es preciso establecer cómo funcionan los derechos
humanos, de tal manera que se pueda estar al tanto el impacto que estos poseen
dentro del derecho a la identidad de cada persona.

2.1. Origen

Contrario a lo que muchos piensan los derechos humanos, no son un invento


moderno; asimismo, tampoco han sido un efecto colateral de las dos guerras mundiales
ocurridas en el siglo pasado. Los derechos humanos surgen de diversas convenciones
y protocolos internacionales que los han ido reconociendo con el pasar de los años,
hasta lograr que cada Estado los reconozca en su Constitución Política, con la finalidad
que sean de aplicación universal (IIDH, 2010, p. 11). Se puede determinar entonces
que los derechos humanos como tal, existen desde que inicio la humanidad, no
obstante, en las épocas anteriores, no todos los humanos eran considerados personas,
situación que cambio definitivamente con el final de la segunda guerra mundial y con la
creación de las Naciones Unidas, donde con la participación y ratificación de cada uno
de estos países pudo determinar cómo estos deben de ser aplicado en cada uno de
estos Estados; la mayoría, se han incluido dentro de sus constituciones, de tal manera
que se reconozca a estos como derecho fundamental de cada estado.

Con esto claro, es preciso mencionar que los primeros derechos humanos
registrados se pueden ubicar en la antigua Grecia, en donde se desarrollaban los
primeros elementos constitutivos de la democracia tanto en el medio social, cultural,
político como en el económico donde surgieron los principales conceptos sobre
Democracia, Derechos, y quienes eran sus protagonistas. Los ideales de la democracia
antigua son:

a. Democracia: Definida como el gobierno del pueblo, se basó en igualdad política e


igualdad social.

b. La libertad: para los griegos ser libre significa no ser esclavo de nadie, esta
libertad se fue logrando sucesivamente, fue así como la libertad civil se alcanzó al
abolirse la prisión por deudas, la libertad jurídica al proteger al ciudadano con el
habeas corpus, y la libertad política con el derecho de obedecer la ley.

c. La ley: su importancia consistía en que todos los habitantes le deben obediencia,


esto en virtud que, entre otras razones, toda ley es una invención y un don de los
dioses al mismo tiempo que una descripción del hombre sabio, así como el
contrato de una sociedad al que todos sus habitantes deben adaptar su manera
de vivir.
Dentro del derecho romano se respetan las instituciones establecidas por los
griegos, sin embargo, las desarrollaron de forma más sofisticada y codificada debido a
la importancia que le prestaron los romanos al perfeccionamiento de la norma jurídica
en general. Empero, los derechos humanos per sé no sufrieron avance alguno (Daza
Fonseca, 1976, p.5). Por lo que las ideas de los derechos de las personas existen
desde el origen de la civilización, se puede determinar que se incluyeron estos
derechos de tal manera que las personas pudieran tener acceso a los mismos, estos,
fueron los orígenes de los derechos que se han otorgado hasta el día de hoy.

En la edad media, los conflictos generados por las guerras llevan a una nueva era de
la organización del poder, con base en lazos de dependencia personal de los
campesinos o los siervos hacia los señores barones y reyes, esta situación fue
conformando un nuevo centro de decisión de poder en la corte, encabezada por el rey,
conformada por “Barones y campesinos súbditos donde en última quien defendía los
conflictos entre las personas era el rey.”

Con esta concentración del poder junto con la situación de conflictos que vivió
Inglaterra hacia los siglos XI, XII y XIII llevó a plantear una nueva relación entre las
personas pues con ello se creó la Carta Magna, Otorgada por Juan Sin Tierra el 17 de
Julio de 1215, donde fue el primer indicio en el cual un monarca otorgaba la posesión
de territorios, así como los derechos sucesorios derivados del mismo. Más adelante en
el tiempo, durante el siglo XVIII en el llamado renacimiento, es decir al movimiento
cultural que se desarrolló en Europa entre 1715 y 1789, se propuso disipar las tinieblas
de la humanidad mediante las luces de la razón. En Francia se integraron los
intelectuales del ilusionismo en torno al Enciclopedismo, y el movimiento se conoció
con el nombre de Ilustración”. (Daza Fonseca, 1976, p. 6).

La Constitución Política de la Republica de Guatemala, es conocida como uno de los


documentos más importantes de la evolución histórica de los derechos humanos, por
considerarse el primero en su especie que resulto de la incesante reclamación del
pueblo por detener los abusos del rey. Hoy en día, todos los derechos que fueron
plasmados y garantizados en la Constitución Política de la República de Guatemala
son reconocidos como derechos fundamentales en todo el mundo.

Las ideas de esta época aunado del optimismo al que se renueva la fe mediante la
razón, se determina la posibilidad de instalar la felicidad en la tierra y de mejorar al
hombre, esta ansiedad por realizar una nueva sociedad forjó una experiencia política
reformista, el positivismo ilustrado consistió en utilizar el poder de la monarquía
absoluta para llevar a cabo el programa renovador de la Ilustración desde el estado.

Otro punto de realce en la historia de los derechos humanos ocurrió en la revolución


francesa, ésta se originó por la incapacidad del despotismo ilustrado para superar las
contradicciones existentes y agudizadas por el antiguo régimen. La burguesía puso en
marcha un proyecto revolucionario para solucionar la crisis, de esta manera las ideas
que durante todo un siglo se agitaron en pro de un cambio profundo de la sociedad,
partieron de una transformación del hombre bajo los principios de la igualdad,
fraternidad y libertad. (Daza Fonseca, 1976, p. 7).

La revolución que se inició en 1789 la cual libera gran diversidad de fuerzas sociales y
deja al descubierto un hervidero de ideas y tendencias, la burguesía accede al poder y
se inicia con la Declaración de los Derechos del Hombre lo que se llamo el tercer
estado (Daza Fonseca, 1976, p. 8).

La importancia de la revolución francesa es fundamental dentro de ámbito de los


derechos humanos, ya que fue a través de esta donde se estableció por primeras vez
garantías mínimas que tenían que existir para las personas por el simple hecho de
serlo, tal como sucedió con la limitación a las horas de trabajo así como una
remuneración adecuada para el trabajo desempeñado, fundamentado en el derecho de
igualdad así como la libertad que es inherente a cualquier ser humano, por lo que era
necesario que todo el mundo los reconociese y que fuera de aplicabilidad global, se
puede determinar que fue a partir de este punto de la historia y fundamentado en la
constitución francesa de la época, muchos gobiernos incluyeron a los derechos del
hombre dentro de ordenamiento jurídico y como tal fue reconocido.

Finalmente, se debe de mencionar la Declaración Universal de Derechos Humanos la


cual fue proclamada el 10 de diciembre de 1948, tras la segunda guerra mundial y la
derrota del nazi-facismo. En la asamblea general de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), compuesta entonces por cincuenta y ocho Estados, se aprobó por
cuarenta y ocho a favor y ocho abstenciones, un histórico documento que fue
redactada como un ideal común, por el que todos los pueblos deben esforzarse. Se
abstuvieron de votar la Unión Sudafricana, Arabia Saudita, Bielorrusa, Polonia,
Checoslovaquia, Ucrania, La Unión Soviética, y Yugoslavia. No hubo un solo voto en
contra. (Ugarte Boluarte, 2015, p. 54).
En este contexto, se debe de tener en consideración a las guerras mundiales como
partes fundamentales del reconocimiento de los derechos humanos ya que era
necesario que a nivel mundial se tuviera conocimiento de todas las garantías que
poseen las personas por el hecho de serlo, de tal manera que estas fueran innegables.

La Declaración establece los derechos sociales, civiles, culturales, políticos y


económicos del que todo ser humano debe gozar. En el preámbulo esta Declaración
muestra un contexto del porqué la importancia de estos derechos calificados de
inherentes e intransmisibles del ser humano, en el que se estableció que:
"Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales inalienables de
todos los miembros de la familia humana” (Humanium, 2021).

La Declaración de Derechos Humanos resulta de la proclamación de los hombres de


gozar de absoluta libertad de palabra y creencias librados del temor y la opresión, con
la finalidad de comenzar el progreso de la sociedad, desarrollar relaciones armoniosas
entre los Estados, promover el respeto universal y elevar el nivel de vida con mayor
libertad.
2.2. Definición

La importancia de definir este tema consiste en que, de acuerdo con las distintas
conceptualizaciones aportadas, podremos divisar los lineamientos y alcances que
poseen los derechos humanos en sí.

Se establece una definición de derechos humanos, de la manera siguiente:

La expresión derechos humanos también citada con frecuencia como DD.HH. hace
referencia a las libertades, reivindicaciones y facultades propias de cada individuo por
el sólo hecho de pertenecer a la raza humana. Esto significa que son derechos de
carácter inalienable ya que nadie, de ninguna manera, puede quitarle estos derechos a
otro sujeto más allá del orden jurídico que esté establecido y de perfil independiente
frente a cualquier factor particular raza, nacionalidad, religión, sexo, etc. Los derechos
humanos también se caracterizan por ser irrevocables no pueden ser abolidos,
intransferibles un individuo no puede ceder sus derechos a otro sujeto e irrenunciables
nadie tiene el permiso para rechazar sus derechos básicos. (Daza Fonseca, 1976, p.
9).

Esto quiere decir que los derechos humanos, son aquellos derechos que son otorgados
a las personas, por el simple hecho de serlo, sin restricciones de género, raza edad o
cualquier otra distinción y por lo tanto no pueden ser negados o menoscabados.

Otra definición la aporta el autor Pedro Nikken, en su trabajo el concepto de derechos


humanos, en donde manifiesta que: “la noción de derechos humanos se corresponde
con la afirmación de la dignidad de la persona frente al estado” (Nikken, 2001, p. 1).

Es esta dignidad la que fundamenta a los derechos humanos al mismo tiempo, también
es la que fundamenta al derecho de la salud para los habitantes de un Estado, sin
hacer distinción si están en libertad o dentro de un centro de detención penal.
Entre otras definiciones, es prudente citar la reconocida por la Comisión Nacional de
Derechos Humanos: “Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas
inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable
para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente
organizada. Estos derechos, establecidos en la Constitución y en las leyes, deben ser
reconocidos y garantizados por el Estado” (Humanos, 2021). Por lo que se puede
afirmar que los derechos son otorgados por la legislación de cada estado para que se
garanticen los mismos a través de las leyes.

Se puede afirmar que los derechos humanos, son aquellos inherentes a las personas
por el simple hecho de ser hombres, que son otorgados por la naturaleza y reconocidos
con las leyes; los cuales tienen como finalidad que la persona pueda desarrollarse
integralmente con el ánimo de lograr una mejor calidad de vida dentro de sus
posibilidades.

Es importante acentuar que la primera ley que protegió y acuño el termino de derechos
humanos fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual fue
promulgada en 1948 como consecuencia de los horrores acontecidos en la Segunda
Guerra Mundial.

2.3. Naturaleza jurídica

Existen muchos criterios y teorías para determinar la naturaleza jurídica de los


derechos humanos, existen quienes lo colocan dentro del Ius naturalismo; es decir
derecho natural de las personas por el hecho de serlo, dentro de sus distintas
manifestaciones, hasta colocarlo dentro del positivismo, existe también la corriente que
colocan a los derechos humanos en el idealismo filosófico, con corrientes materialistas.

Pero de acuerdo a ciertos criterios, se enfoca la naturaleza jurídica a lo plasmado


dentro del pensamiento ius naturalista ya que afirma que:
El hombre posee derechos y libertades constitucionales a su naturaleza, propios de su
calidad de persona, anteriores al Estado y a toda la organización política,
imprescriptible e irrenunciables. Estos derechos son atributos de la persona humana y
no derivan de la calidad de ciudadano de un Estado (Guzmán Carrasco, 1969, p. 9).
Derivado de lo anterior, se concluye que los derechos humanos resultan de la
naturaleza y esencia humana y que el Estado únicamente los reconoce y garantiza a
través de una ley.

En Guatemala, por su parte, la Constitución Política de la República reconoce y


establece los derechos humanos en los primeros artículos, sobre todo la manera en la
cual se plasma la libertad, igualdad, seguridad, libre locomoción y derechos del
detenido, así como la propiedad privada, salud y educación; además el artículo 46
también establece que en el caso de los derecho humanos, estos tendrán
preeminencia sobre el derecho interno, debiendo de adaptarse todas las leyes de
Guatemala este tipo de normativas, por lo que, al tratarse del derecho humano a la
identidad deben de llevarse a cabo todas aquellas prerrogativas legales para que este
sea vigente en el país.

2.4. Características

Se debe dar inicio diciendo que los derechos humanos universales están a menudo
contemplados en la ley y garantizados por ella, a través de los tratados, el derecho
internacional consuetudinario, los principios generales y otras fuentes del derecho
internacional.

El derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que


tienen los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse
de actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos
humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos. Ahora bien, sus
características son las siguientes:
a. Los derechos humanos son innatos o inherentes: Todas las personas nacen
con derechos que les pertenecen por su condición de seres humanos. Su origen
no es el Estado o las leyes, decretos o títulos, sino la propia naturaleza o dignidad
de la persona humana. Por eso, cuando una ley viola los derechos humanos se la
considera nula (sin valor) porque va contra la misma naturaleza humana.
(Amnistía Internacional, 2021).

Esta característica se refiere a que los derechos humanos, no son otorgados ni


adquiridos por ninguna ley o decreto, sino que son reconocidos a las personas por el
hecho de serlo, por lo tanto estos no pueden ser negados o menoscabados, ya que
todas las personas son iguales en sus derechos, ningún estado o institución puede
negar esta, ya que de hacerlo se le negaría a la persona su calidad de humano, por lo
que se puede considerar que con el hecho de nacer y existir, se obtienen derechos y
por lo tanto estos no serán negados bajo ningún termino.

b. Los derechos humanos son universales: esto quiere decir que todas las
personas: mujeres, hombres, niños y niñas tienen derechos. Por eso se afirma
que no importa la raza, el sexo, la cultura o la religión que estos tengan, tampoco
importa la nacionalidad o el lugar en que se viva. Cada persona tiene la misma
dignidad y nadie puede estar excluido o discriminado del disfrute de sus derechos.
(Amnistía Internacional, 2021).

Es así que tienen los mismos derechos tanto un niño como una niña, un indígena como
un campesino, una mujer como un hombre, un árabe como un chino, un colombiano
como un venezolano, un musulmán como un cristiano, un negro como un blanco, un
pobre como un rico, un delincuente o corrupto como una persona honesta.

c. Los derechos humanos son inalienables e intransferibles: La persona


humana no puede, sin afectar su dignidad, renunciar a sus derechos o
negociarlos. Tampoco el Estado puede disponer de los derechos de los
ciudadanos. Se entiende que en situaciones extremas algunos derechos pueden
ser limitados o suspendidos, pero nunca alienados (eliminados, extinguidos).
(Amnistía Internacional, 2021).

Lo anterior quiere decir que los derechos humanos, no son objeto de renuncia y
tampoco se pueden transferir a la potestad de otra persona sea esta natural o jurídica,
por lo que no deben existir situaciones que conlleven o contengan este tipo de
prácticas, ya que de hacerlo se estará atentando contra la integridad de las personas y
estas conductas no pueden ni deben ser aceptadas.

d. Los derechos humanos son acumulativos, imprescriptibles o irreversibles:


Como la humanidad es cambiante, las necesidades también, por ello a través del
tiempo se van conquistando nuevos derechos, que una vez alcanzados forman
parte del patrimonio de la dignidad humana. Una vez reconocidos formalmente los
derechos humanos su vigencia no caduca (es decir, no vence nunca), aún
superadas las situaciones coyunturales que llevaron a reivindicarlos. (Amnistía
Internacional, 2021).

Cuando se refiere al termino acumulativo, esta se refiere a la manera en la cual pueden


surgir nuevos derechos humanos, por poner un ejemplo, el derecho a la identidad
propia fue reconocido posteriormente al derecho a la vida o a la libertad, pero el
reconocimiento de este no limita, deroga o cambia los derechos anteriores, por lo que
los derechos humanos son considerados como un cumulo de derechos, los cuales no
son derogables ni tampoco pueden extinguirse, ya que su existencia esta directamente
ligada a la presencia del ser humano en la tierra.

e. Los derechos humanos son inviolables: Nadie puede atentar, lesionar o


destruir los derechos humanos. Esto quiere decir que las personas y los gobiernos
deben regirse por el respeto a los derechos humanos; las leyes dictadas no
pueden ser contrarias a éstos y las políticas económicas y sociales que se
implementan tampoco. Por ejemplo, el derecho a la vida no puede ser violentado
bajo ninguna circunstancia, como ocurre frecuentemente en la realidad, ni por la
acción de fuerzas policiales o militares ni por políticas económicas que condenan
a la muerte por desnutrición o hambre a la población. (Amnistía Internacional,
2021).

Esto quiere decir que, en teoría, nadie puede vulnerar los derechos humanos de otra
persona, esto se refiere a los estados, sobre todo en la manera de la aplicación del ius
puniendi, es decir la atribución que tiene este para castigar a sus habitantes, ya que es
en este tipo de situaciones donde se generan la mayoría de conflictos de derechos
humanos; se señala que esto debe de cumplirse; pero en mucho países no se hace ya
sea por conflictos armados internos, dictaduras o porque el estado no brinda el mínimo
de garantías a las personas para que sean respetados sus derechos humanos.

f. Los derechos humanos son obligatorios: Los derechos humanos imponen una
obligación concreta a las personas y al Estado de respetarlos, aunque no haya
una ley que así lo diga. Queda claro entonces que es obligatorio respetar todos
los derechos humanos que existan en las leyes y también aquellos que no lo
están aún, como por ejemplo el derecho a la objeción de conciencia (o sea, el
derecho a no prestar el servicio militar por razones de creencias morales o
religiosas) o el derecho a la propiedad colectiva de la tierra en el caso de las
comunidades indígenas, y tantos otros. (Amnistía Internacional, 2021).
Lo anterior quiere decir que no hay forma alguna en las cuales se puedan negar los
derechos humanos, en tal sentido, siempre deben de cumplirse ya que estos no
caducan, por lo que en el caso de ser vulnerados los mismos pueden y deben ser
reivindicados, de tal manera que se reconozca el agravio y se repare el daño a las
personas cuando sea conducente.

g. Los derechos humanos trascienden las fronteras nacionales: “Esta


característica se refiere a que la comunidad internacional puede y debe intervenir
cuando considere que un Estado está violando los derechos humanos de su
población. En este sentido, ningún Estado puede argumentar violación de su
soberanía cuando la comunidad internacional interviene para requerir que una
violación a los derechos humanos sea corregida (Amnistía Internacional, 2021).

Un ejemplo de ello es el caso de la masacre en río negro, en la cual Guatemala se


ha visto requerida a cumplir con sus obligaciones internacionales de hacer justicia y
castigar a los policías y militares responsables, sin que pueda considerarse una
invasión a la soberanía de esta, debido a que los derechos humanos son universales,
no obstante, a pesar de que se condena al Estado, corresponde a cada uno de estos
aplicar las medidas correctivas conducentes.

h. Los derechos humanos son indivisibles, interdependientes,


complementarios y no jerarquizables: Los derechos humanos están
relacionados entre sí. Es decir, no se puede hacer ninguna separación ni pensar
que unos son más importantes que otros. La negación de algún derecho en
particular significa poner en peligro el conjunto de la dignidad de la persona, por lo
que el disfrute de algún derecho no puede hacerse a costa de los demás. Es así,
como no se puede disfrutar plenamente del derecho a la educación si no se está
bien alimentados o se carece de una vivienda adecuada, ni se puede ejercer el
derecho a la participación política si se niega el derecho a manifestar o estar bien
informados. (Amnistía Internacional, 2021).

Las características anteriormente indicadas, suelen ser discutidas en ocasiones, sobre


todo en cuanto a la universalidad de estos derechos por cuanto se argumenta que los
derechos humanos se deben de interpretar dentro de las distintas culturas, de forma
que estas matizan o tergiversan en cierta manera los principios contenidos en la
declaración universal. Debido a esto, los derechos humanos no serían los mismos, sino
que variarían de acuerdo en función de los contextos culturales.

A las características de los derechos humanos finalmente hay que añadir la


inderogabilidad, pero con algunos matices, ya que, según las distintas normas
internacionales, regionales o nacionales de derechos humanos, la inderogabilidad no
afecta por igual a todos los derechos. En determinadas circunstancias, de forma
excepcional se legitima a los Estados para derogar algunos derechos. Otros han de ser
respetados siempre, sin excepción alguna, como el derecho a la vida, a no ser
esclavizado o a no ser torturado, a no recibir tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes y a la no discriminación por motivos de raza, religión, origen social o de
cualquier otra índole. Esto quiere decir que, aunque uno de los derechos humanos no
comulgue o se reconozca dentro de un Estado, no puede obviarse o derogarse, debido
a que son erga omnes para todas las personas del mundo.

2.4. Clasificación

En primer lugar, es necesario afirmar que esta clasificación no debe de confundirse


como un criterio jerarquizado o a la aceptación que estos tienen. Todos los derechos
del hombre tienen por razones antológicas y materiales, una naturaleza igual, aunque
pueden tener caracteres diferentes y distintos sistemas de protección. No es admisible
ninguna jerarquización entre ellos ni puede admitirse el reconocimiento de que es lícita
la violación y el desconocimiento de una categoría de derechos en base a que es
preciso dar preeminencia a otra u otras categorías. (Avalos, 2005, p. 11). Por lo tanto,
se puede determinar que la clasificacion de los derechos humanos, no responde a la
importancia de estos ya que todos poseen el mismo sino más bien al momento
historico en el cual fueron reconocidos, ya que a medida fue pasando el tiempo se hizo
evidente que la proteccion de los derechos humanos debia de crecer para poder
abarcar más aspectos de la vida dentro de la sociedad.

Cualquiera sea el tipo de derechos humanos, se interrelacionan entre sí, pero son
independientes e individuales. Con esto claro se puede advertir que su clasificación,
está comprendida en tres partes, las cuales son conocidas como generaciones,
redundamos que esta clasificación no tiene ningún nivel jerárquico ni ninguno de ellos
adquiere más importancia que otro. Se debe entonces enumerar las distintas clases de
derechos humanos de la forma siguiente:
a. Derechos de primera generación: Estos derechos son conocidos dentro del
argot popular como derechos civiles y políticos; los cuales son producto del triunfo
del liberalismo burgués en la revolución francesa y fueron plasmados en la
declaración de los derechos del hombre y del ciudadano y posteriormente fueron
plasmados en todos los textos constitucionales de occidente. Estos derechos,
implican un deber de abstención por parte del Estado, cuya actuación es en
esencia pasiva, aunque supone no solo un deber de garantizar el orden público
dentro del cual esos derechos pueden ejercerse efectivamente, de manera libre y
no discriminatoria, sino también de establecer y mantener las condiciones en que
el orden, dentro del cual se ejerce la libertad, exista de manera efectiva y real.
(Avalos, 2005, p. 20).

El titular de estos derechos es el ser humano en el caso de los derechos civiles, y el


ciudadano en el caso de los políticos, considerados el hombre y el ciudadano no como
abstracciones autónomas y aisladas sino como entidades que actúan necesariamente
en el complejo de la vida sociopolítica. Algunos de los derechos de este tipo son:
derecho a la vida, libertad, seguridad jurídica, a circular libremente, elegir la residencia,
a la nacionalidad, a no ser esclavizado ni torturado, al libre pensamiento, a practicar
cualquier religión, a expresar ideas, entre otros.

b. Derechos de segunda generación: Están contenidos en esta generación de


derechos, aquellos que son de contenido económico, social y cultural; tienen
como fin garantizar el objeto a la educación, el trabajo y a la cultura, así como
garantizar la estabilidad económica de las personas. Se llaman de segunda
generación debido a que su reconocimiento sucedió luego de los derechos civiles
y políticos, su razón de ser es el respeto a la dignidad de las personas, a su
libertad y también a la eficacia de la democracia. (Avalos, 2005, p. 20).

Todo esto será posible si se dan las condiciones culturales, económicas y sociales que
garanticen el desarrollo de aquellos pueblos y personas. Por supuesto que la vigencia
de los derechos económicos, sociales y culturales están determinados por las
condiciones de cada país, por lo que su cumplimiento varía entre estos.

c. Derechos de tercera generación: Se comenzó a hablar de ellos, como una


nueva categoría, en la década de los setenta. Fue el Director General de la
UNESCO, Karen Vasak, quien calificó a estos derechos como derechos de la
solidaridad, en la lección magistral que dictó en la Academia de Derechos
Internacionales de la Haya, en 1974, expresó: “Los nuevos derechos humanos
podrían denominarse también derechos de solidaridad; puesto que reflejan una
cierta concepción de la vida en comunidad, solo pueden adquirir existencia real
mediante los esfuerzos conjuntos de todos los componentes de la sociedad;
individuos, Estado, entidades públicas o privadas. Así ocurre, por ejemplo, con el
derecho a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado, el derecho al
agua pura, el derecho al aire puro e incluso al derecho a la paz. En lo que se
refiere a estos nuevos derechos humanos, la legislación internacional es
prácticamente inexistente, e igual sucede, por lo demás, con las legislaciones
nacionales: raras son las constituciones escritas que incorporan uno u otro de
estos nuevos derechos humanos, aunque existan propuestas en tal sentido.
(Gross Espielli, 1988, p. 34).

Como se puede observar, cada generación de derechos humanos tiene la misma


importancia entre sí por lo tanto ninguno adquiere más importancia que otro, así mismo
ninguno deroga al de generaciones anteriores. En ese sentido se puede declarar que
dentro de estos derechos está implícito el derecho que tienen las personas a la tierra
por haber habitado y poseído la misma desde la antigüedad o bien porque a través del
tiempo se han convertido en legítimos propietarios de la misma.

2.5. El derecho humano a la identidad


Para establecer en que consiste el derecho humano a la identidad, es necesario
definir que es la identidad y como este se caracteriza el mismo dentro de un territorio
determinado.

Leonardo Girondella Mora, al definir la identidad personal manifiesta que:


Se deben tomar en cuenta ciertos aspectos que son importantes, para referirse a
ella. La identidad personal es una noción que se centra en la persona, y se
considera a cada una por separado, como un ser diferente y distinto de los
demás.

Es una noción multivariable, formada por diferentes aspectos y atributos que al


combinarlos son irrepetibles, definiendo en su totalidad a la persona; es una noción
dinámica, en virtud que, aunque siempre está unida a la persona, se va modificando en
el tiempo; y, por último, todo este conjunto de atributos y rasgos de la identidad
personal desarrollan un sentido de pertenencia con otros, sin embargo, lleva aparejado
ese sentido de ser distinto con respecto a los demás. (Gidorella Mora, 2012).

Se puede determinar entonces, que la identidad debe de establecerse como un


derecho de tal manera que sea otorgado a todos los habitantes, sin importar cual sea
su origen, etnia o grupo social a la que pertenezca.

El derecho a la identidad es un derecho humano y por tanto fundamental para el


desarrollo de las personas y de las sociedades; este derecho que comprende diversos
aspectos que distinguen a una persona de otra, incluye el derecho a tener un nombre y
la posibilidad de identificación a través de un documento de identidad.

Las normas nacionales e internacionales señalan claramente el derecho al nombre


como uno de los primeros derechos al que deben acceder las personas al nacer, su
importancia no sólo radica en el hecho de ser un componente importante de la
identidad de las personas, ya que les dota de existencia legal y les permite el ejercicio
de sus otros derechos; sino que además, permite a las autoridades de un país conocer
en términos reales cuantas personas lo integran y por tanto podrán planificar e
implementar adecuadamente sus políticas públicas y de desarrollo.

Dada la relevancia del registro de nacimiento y el impacto que éste tiene para la
garantía del derecho a la identidad y su interacción con otros derechos necesarios para
el libre desarrollo, seguridad y bienestar de la población infantil, es necesario que el
desempeño de este acto se apegue a los principios de equidad, universalidad e
inmediatez.

Lo anterior, con la finalidad de eliminar las barreras que pudieran generar efectos
discriminatorios que profundicen las brechas de desigualdad y generen condiciones de
exclusión social para determinados grupos de población o personas que se encuentren
en situación de desventaja social. Si bien tener un nombre y una nacionalidad, de
acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos, es un derecho
reconocido universalmente para todas las personas sin excepción, se estima que en el
mundo aproximadamente 230 millones de niñas y niños con menos de 5 años, no
cuentan con registro de nacimiento ni documento de identidad (Unicef, 2013, p. 6).

El derecho a la identidad personal tiene como sustento la Convención de las Naciones


Unidas de los Derechos del Niño y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y
Políticos, también la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, así como
otros tratados, que establecen además los derechos relacionados a la identidad de la
persona. Este derecho conlleva otros que también son inherentes a la misma y que
conforman en conjunto la identidad de la persona.

Sobre este tópico, la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia en el


artículo 14 afirma lo siguiente: “Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a tener
su identidad, incluidos la nacionalidad y el nombre, conocer a sus padres y ser
cuidados por ellos, las expresiones culturales propias y su idioma. Es obligación del
Estado garantizar la identidad del niño, niña y adolescente, sancionando a los
responsables de la sustitución, alteración o privación de ella.”
Lo anterior, quiere decir que los menores de edad en Guatemala tienen el derecho de
que se reconozca su identidad, así como todas las circunstancias que lo conforman de
tal manera que el menor sepa quienes son sus padres, así como la cultura que debe de
tener, para poder establecer quien es como persona y su lugar dentro de la sociedad
que integra.

Continúa regulando el artículo 14 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y


Adolescencia: “El Estado deberá prestar la asistencia y protección adecuada en todos
aquellos casos en los que sean privados ilegalmente de alguno de los elementos que
constituyen su identidad, con el fin de restablecerla.” Esto determina que el Estado
tiene la obligación de garantizar que el derecho a la identidad dentro de Guatemala por
lo que deberá de crear la legislación e instituciones conducentes para cumplir tal
efecto, para que todos los menores de edad en el país sepan cual es su identidad, su
cultura y como esta debe de desarrollarse y en caso de que se incumpla, se pueda
reivindicar este derecho dentro del ordenamiento jurídico nacional.

Entre ellos están el derecho a la nacionalidad del individuo, el derecho a la


personalidad jurídica, el cual permite que cada individuo tenga plena capacidad de ser
sujeto de derechos y obligaciones, pues una persona no puede ser titular de derechos
y obligaciones si carece de nombre, nacionalidad y no está registrado en el registro
civil; por ejemplo, no se puede comprar una casa si no se tiene una cuenta bancaria y
no se puede abrir una cuenta bancaria sin un documento de identificación e, incluso, no
se puede obtener el documento personal de identificación si no se está inscrito. (De
García, 2012, p. 13).

En la actualidad los compromisos asumidos internacionalmente se encuentran


encaminados a que los Estados tienen obligaciones generales que constituyen su
incorporación legal y cumplimiento, basados en los principios de reciprocidad,
cooperación, buena fe y responsabilidad. En este contexto, Guatemala es signataria de
tratados y convenios internacionales de Derechos Humanos, incluyendo los derechos
de la niñez y adolescencia, los cuales, deben ser cumplidos por su carácter obligatorio.
La Convención sobre Derechos del Niño, en sus artículos 7 y 8 se refiere
específicamente a los derechos del niño a un nombre, nacionalidad, relación familiar
(apellido), a la inscripción inmediata y al pronto restablecimiento de estos cuando un
niño o niña es privado de alguno de los elementos que constituyen su identidad.
(Ponencia presentada en el IV Encuentro de Directores de Registro Civil, 2007, p. 113).

Al no encontrarse registrados se hace difícil medir con precisión la cantidad de niños,


niñas y adolescentes que no cuentan con identificación oficial en un país. Esto ha
generado la preocupación de la comunidad internacional, el Comité de los Derechos
del Niño, por ejemplo, en sus observaciones finales a los Estados parte de
Latinoamérica lo ha hecho manifiesto debido al gran número de menores que no
poseen certificado de nacimiento Entre las obligaciones que tiene Guatemala en cuanto
al derecho a la identidad, personalidad jurídica, derecho al nombre y derecho a la
nacionalidad se encuentran las contenidas en la Convención Interamericana de
Derechos Humanos.

Esta fue suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969, donde
también se indican los problemas relativos a la accesibilidad a los mecanismos de
identificación y registro que presentan las personas. En el artículo 8 de la Convención
de los Derechos del Niño, se señala el cumplimiento de los compromisos que adquiere
cada Estado con la ratificación del mismo. Entre ellos, están el de respetar el derecho
de todo niño y niña a resguardar su identidad, prestarles la asistencia y protección
necesarias y adecuadas para restaurar inmediatamente su identidad en caso de que se
vean privados ilegalmente de alguno de los elementos que la integran, lo que se refiere
al nombre, nacionalidad y vínculos familiares.

El derecho a la identidad permite que niñas y niños tengan un nombre y una


nacionalidad desde su nacimiento. Además, es la puerta a sus otros derechos como el
acceso a servicios de salud, educación y protección.
En ese sentido, se puede determinar que los elementos del derecho a la identidad, son
los siguientes:

a) Derecho a un nombre y un apellido: Desde su nacimiento, el niño tiene


derecho a tener un nombre y un apellido. Todo niño debe ser registrado
inmediatamente después de su nacimiento, ya que los padres tienen la
obligación de informar el nombre, el apellido y la fecha de nacimiento del
recién nacido. Esta acción supone el reconocimiento inmediato por parte del
Estado de la existencia del niño, y la formalización de su nacimiento ante la
ley. Además, su registro permitirá al niño preservar sus orígenes, es decir, las
relaciones de parentesco que lo unen a sus padres biológicos.

b) Derecho a la nacionalidad: Desde su nacimiento, un niño tiene derecho a


adquirir una nacionalidad. Según las circunstancias en que se adquiera la
nacionalidad puede ser de dos tipos:

- Nacionalidad originaria o de sangre: el niño adquiere la nacionalidad de


sus padres desde el momento de su nacimiento.

- Nacionalidad por residencia: aunque sus padres posean otra nacionalidad,


el niño adquiere la nacionalidad del territorio en el que nace.

La nacionalidad se obtiene al registrarse en el Registro Civil. Es un elemento muy


importante, ya que, en primer lugar, supone el vínculo entre la persona y la ciudadanía,
y en segundo lugar, constituye la pertenencia de una persona a una nación. En
definitiva, establece la calidad de una persona en razón del nexo político y jurídico que
la une a la población constitutiva de un Estado.

La importancia del derecho a la identidad radica en que el individuo logra saber quién
es y distinguirse de los demás. La identidad no implica únicamente la individualización
jurídica, sino biológica, social, cultural, entre otras.
El estado debe garantizar y reconocer este derecho. Se refleja en que el estado debe
satisfacer las necesidades de otros derechos, como la educación, la libre personalidad,
la salud, la seguridad jurídica, el acceso a la información, entre otros.

La violación al derecho a la identidad, aparte de dañar la individualidad y la vida


privada, también afecta el desarrollo en diversas etapas de la vida. Entre las
situaciones que propicia no contar con los datos que individualicen a una persona está
la desigualdad, la discriminación, la protección de derechos como la salud, la
educación, la alimentación, la explotación, la sustracción, la inseguridad jurídica, la
inseguridad personal, entre otras.

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