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2 Cuando alzó los ojos y vio a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios vino sobre
él 3 y pronunció su poema, diciendo:
"Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del hombre de mirada penetrante; 4 oráculo
del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del que recibe
visiones del Todopoderoso ,en éxtasis, pero con los ojos abiertos.
6 Son como quebradas que se extienden, como jardines junto a un río, como áloes que
plantó el Señor, como cedros junto a las aguas.
8 Dios, que lo hace salir de Egipto, es para él como los cuernos de un búfalo.
Él devora a las naciones enemigas, les tritura los huesos y las hiere con sus flechas.
10 Entonces Balac, enfurecido contra Balaam, golpeó las manos y le dijo: "Yo te llamé
para que maldijeras a mis enemigos, y tú ya los has bendecido tres veces.
14 Y ahora que regreso a mi casa, déjame anunciarte lo que este pueblo hará con el
tuyo en los días que vendrán".
17 Lo veo, pero no ahora;lo contemplo, pero no de cerca: una estrella se alza desde
Jacob, un cetro surge de Israel: golpea las sienes de Moaby el cráneo de todos los hijos
de Set.
18 Edóm será un país conquistado, Seír será conquistado por sus enemigos, mientras
que Israel hará proezas, 19 un vencedor sale de Jacob y elimina a los fugitivos de Ar".
NÚMEROS 25
Idolatría de Israel en Peor
1 Mientras Israel estaba en Sitím, el pueblo comenzó a prostituirse con las mujeres
moabitas, 2 que lo invitaron a participar de los sacrificios en honor de su dios. El pueblo
comió de ellos y adoró a ese dios.
3 Así Israel se sometió al Baal de Peor, y por eso el Señor se indignó contra él.
4 El Señor dijo a Moisés: "Toma a todos los jefes del pueblo y cuélgalos públicamente
delante del Señor, para que se aplaque la indignación del Señor contra Israel".
5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: "Cada uno de ustedes matará a aquellos
de sus hombres que se sometieron al Baal de Peor".
7 Al ver esto, Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se apartó de la
comunidad y, tomando una lanza, 8 siguió al israelita hasta la alcoba y allí los traspasó
a los dos, al israelita y a la mujer, en pleno vientre. Entonces cesó la plaga que asolaba
a los israelitas.
11 "Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha apartado mi ira de los
israelitas, porque ha demostrado en medio de ellos un celo igual al mío. Por eso yo no
acabé con los israelitas, dejándome llevar por mi celos.
14 El israelita que fue muerto junto con la mujer madianita se llamaba Zimrí, hijo de
Salú, jefe de una familia patriarcal de Simeón.
15 Y la mujer que fue muerta se llamaba Cozbí, hija de Sur, el cual era jefe de un clan
en una tribu madianita.
SALMO 81 (80)
HIMNO Y AMONESTACIÓN EN UNA FIESTA LITÚRGICA
Invitación a la alabanza
Oráculo de Dios
Oigo una voz desconocida que dice:
11c "Abre tu boca y la llenaré con mi palabra.
1 Pablo llegó luego a Derbe y más tarde a Listra, donde había un discípulo llamado
Timoteo, hijo de una judía convertida a la fe y de padre pagano.
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3 Pablo quería llevarlo consigo, y por eso lo hizo circuncidar en consideración a los
judíos que había allí, ya que todo el mundo sabía que su padre era pagano.
4 Por las ciudades donde pasaban, transmitían las decisiones tomadas en Jerusalén por
los Apóstoles y los presbíteros, recomendando que las observaran.
5 Así, las Iglesias se consolidaban en la fe, y su número crecía día tras día.
6 Como el Espíritu Santo les había impedido anunciar la Palabra en la provincia de Asia,
atravesaron Frigia y la región de Galacia.
7 Cuando llegaron a los límites de Misia, trataron de entrar en Bitinia, pero el Espíritu de
Jesús no se lo permitió.
9 Durante la noche, Pablo tuvo una visión. Vio a un macedonio de pie, que le rogaba:
«Ven hasta Macedonia y ayúdanos».
10 Apenas tuvo esa visión, tratamos de partir para Macedonia, convencidos de que Dios
nos llamaba para que la evangelizáramos.
13 y el sábado nos dirigimos a las afueras de la misma, a un lugar que estaba a orillas
del río, donde se acostumbraba a hacer oración. Nos sentamos y dirigimos la palabra a
las mujeres que se habían reunido allí.
14 Había entre ellas una, llamada Lidia, negociante en púrpura, de la ciudad de Tiatira,
que adoraba a Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara las palabras de Pablo.
15 Después de bautizarse, junto con su familia, nos pidió: «Si ustedes consideran que
he creído verdaderamente en el Señor, vengan a alojarse en mi casa»; y nos obligó a
hacerlo.
16 Un día, mientras nos dirigíamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una
muchacha poseída de un espíritu de adivinación, que daba mucha ganancia a sus
patrones adivinando la suerte.
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