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El camino a Moscú

Erich Honecker, quien en virtud de su participación política, fue el último


dirigente de la República Democrática Alemana, y un monitor bastante evidente de la
Unión Soviética, como, generalmente, lo eran la mayoría de los dirigentes del
Kommunistische Partei Deutschlands de entreguerras.

Como garante de seguridad de la RDA, Erich Honecker, estuvo 13 años sobre el


sillón del Consejo de Estado y 18 como Secretario General del Partido Socialista.
Durante este tiempo, el suscrito alemán, resguardo con decisión e ímpetu la estabilidad
del muro de Berlín. Situación que llevo al ex Secretario General del Partido Socialista,
a ser acusado de una serie de ilicititos que, en virtud de sus responsabilidades
gubernamentales, fueron perpetrados bajo el periodo.

Tras el colapso de la URSS y la posterior caída del muro de Berlín, el panorama


internacional, complejo en cuanto a la situación política que significaba unir a las
Alemanias, también se torno enredado para las cabezas del régimen del lado
Democrático del país teutón. La situación posterior a la caída, obligaba a realizar las
pertinentes lecturas del régimen disuelto, lo que planteo encrucijadas a la reunificada
Alemania. Los juicios sobre los ímpetus y decisiones que reguardaron la estabilidad,
llegaron pronto, convirtiendo hechos en acusaciones, las que, con referentes claros de
responsabilidad, se transformaron en nombres específicos, dentro de los cuales se
encuentra el ex líder de la RDA.

En vista de este panorama, Honecker se vio alcanzado por el inevitablemente


gravamen que en relación de sus obligaciones, merecían un juicio. Dichas acusaciones
lo llevaron por el camino de la búsqueda de seguridad personal, hecho tangencial que lo
van a llevar a dirigirse a Rusia, tras un exabrupto en Alemania, para luego, ligar este
trascendental proceso político mundial con Chile, que asomaba como un procurador de
la tan ansiada seguridad que perseguía Honecker.

El trafico de información entre embajadas, la estadía en calidad de huésped del


ex Jerarca en la Embajada de Chile en Rusia. La posible suerte que correría, son hechos
que van a despertar una serie de despliegues diplomáticos y gestos de apoyo y no
vinculación con el suscrito. Estos hechos, van a marcar la tónica de este episodio en el
siguiente apartado del presente estudio.
Embajadas, Erich Honecker, un nombre incomodo

Un preludio para el curso de acontecimientos

A menos de dos años de gobierno, Patricio Aylwin tuvo que enfrentar el caso
Honecker1. Tal como lo expresa el maestro Joaquín Fermandois en su obra Mundo y Fin
de Mundo, el caso Honecker es a la postre, el primer gran conflicto al cual se ve
enfrentado el gobierno del retorno a la democracia.

Erich Honecker, quien tras la caída de la RDA, viaja a la URSS para impedir ser
enjuiciado por las autoridades de la Alemania reunificada, se aproxima al momento más
duro y complejo de su vida.

5 de junio de 1991, ante noticias de prensa viaje Chile señor


Erich Honecker. Embajador alemán en esta manifestó su país solicitara
detención y extradición personero caso arribe a nuestro país,

Us. Deberá abstenerse de otorgar visa a señor Honecker si este


lo solicitase.

Ruego a us. Comunicar esta decisión autoridades soviéticas


estime pertinente2

Con esta información, extraída de la documentación oficial, la que en vista de la


sucesión de hechos posteriores, se enmarca el inicio el peregrinar del ex jerarca alemán,
el que, según los acontecimientos posteriores, lo llevaran por dolores y complejos
escenarios, tanto desde el punto de vista del panorama político internacional, como del
cuadro socio-político chileno de inicios de los años noventas.

El 18 de octubre de 19893, posterior a que Hungría destrabara su política interna


y aprobara el inicio de un proceso democrático 4, trayendo como consecuencia que se

1
Fermandois, Joaquín. (2005) Mundo y fin de mundo, Chile en la política mundial 1900-2004.
Santiago de Chile: Biblioteca Bicentenario, p. 538.
2
TELEX 013313, Nº 107, 05/06/1991, de Chile a Embajada de Chile en la URSS, Prioridad:
Despacho inmediato, Grado reserva: Ordinario, Referencia: Eventual viaje Señor Honecker.
3
Aldunate, Jaime. (1992) El comienzo de la historia, Impresiones y reflexiones sobre Rusia y
Europa. Santiago de Chile: Editorial Patris S.A, p. 237.
4
Ibíd., p.237.
abriera su frontera para que una alta cantidad de alemanes de la Republica Democrática
pudieran situarse, el Partido Socialista Unificado de Alemania exoneró a Erich
Honecker de sus tres deberes, del de jefe de Estado, de líder superior del Partido
Comunista, y por ultimo, del de jefe del Ejército por Hans Modrow, miembro del
comité central del SED5. Esta determinación, es parte de las disposiciones iniciadas por
la reforma de restructuración, el que busca ordenar el sistema socialista e impulsar la
economía, ejecutada por Gorbachov, y que se presento al resto del mundo como
perestroika.

Posterior a su triple degradación, Honecker es objeto principal de una


investigación abierta en su contra, la Fiscalía de la RDA acusa a Honecker de
corrupción, abuso de poder y alta traición. Todo esto, en virtud de sus demandas,
culpaba al destituido, en calidad de ideólogo, del asesinato de jóvenes alemanes que
durante los años que existió el Muro de Berlín, quisieron pasar a la Alemania Federal,
los que fueron baleados en el mismo muro6 por disposición del cesaropapista, ex jerarca.

Un paso adelante, Moscú

El 13 de marzo de 1991, Honecker viajó a Moscú, junto a su mujer Margot y su


abogado, en un avión militar, alegando la necesidad de seguir un tratamiento médico
gratuito por su mal estado financiero, posibilitado por una interconsulta medica
efectuada en el hospital de Beetliz 7. Antes del despegue en el aeropuerto, militares
informaron la preocupación por la situación política de Honecker en Alemania,
notificando esto al Ministro Kohl mediante nota. No obstante lo anterior el viaje se
realizo sin otro inconveniente. Ya en Moscú, el malogrado fue ingresado al servicio de
salud de Beetliz y posteriormente trasladado a una casa de veraneo de un oficial
soviético en un apartado lugar.

Esa fue sólo la primera estación de un largo escape, facilitado por sus contactos
en el KGB. Con la caída de Mijail Gorbachov y la desaparición de la Unión Soviética,
Honecker perdió su última tabla de salvación, pues era Gorbachov el que se negaba a
entregarlo a Alemania en contra de los deseos del nuevo Presidente ruso, Boris Yeltsin.

5
Honecker, Erich (1992-1993) Notas de la cárcel “Moabiter Notizen”. op., cit., p. 4.
6
Honecker sería detenido en Chile, La Tercera, 03 de Diciembre de 1991: s-p.
7
Corvalán, Luis (2000). Conversaciones con Margot Honecker, Santiago: Ical, p. 98.
Posteriormente, el 11 de diciembre de 1991, poco antes de que expirara una orden de
expulsión de Rusia dictada por Boris Yeltsin, Erich Honecker y su esposa, Margot,
optaron por refugiarse en la embajada chilena en Moscú, donde permanecía como
embajador su amigo Clodomiro Almeyda, quien los acogió como "huéspedes"
generando un impasse diplomático entre Santiago, Moscú y Bonn. En abril de 1992,
Margot Honecker pudo salir rumbo a Chile con ayuda del embajador chileno James
Holger. El hermano de Margot, Manfred Feist, coordinó la compra de una casa en Chile
con el dinero que pudo ahorrar de los 1.700 marcos mensuales que recibía como
pensión por haber sido miembro de la resistencia antinazi.

El 25 de agosto de 1992, Honecker cumplió sus 80 años en prisión. Recibió un


telegrama de Clodomiro Almeyda, un saludo de Gladys Marín y otro del entonces
presidente del PS chileno, Germán Correa. A la cárcel llegaron a verlo su abogado y
Erika Wildau, su hija alemana fruto del primer y secreto matrimonio con Edith
Baumann, de quien se divorció tras el nacimiento de la hija que tuvo con Margot, en
1952.

Finalmente, Honecker llegó a Chile el 14 de enero de 1993. En el aeropuerto se


reencontró con su esposa Margot y su hija Sonja. En el lugar, además, esperaban su
llegada varios políticos chilenos, como Germán Correa, Isabel Allende, Ricardo Núñez,
Clodomiro Almeyda, Gladys Marín y Volodia Teitelboim, entre otros. Al llegar, el
dirigente socialista alemán agradeció al país "por haberme permitido cumplir mi último
deseo personal: ver de nuevo a mi querida señora y valiente compañera''. Luego,
inmediatamente se dirigió a la Clínica Las Condes para un chequeo médico. Luego se
alojaría en la residencia que estaba preparada para él en un condominio de Carlos Silva
Vildósola, en La Reina.

Durante su estancia en el país, sus actividades estuvieron marcadas, principalmente, por


el cáncer hepático que padecía y que lo obligaba a visitar periódicamente el centro
asistencial. De hecho, durante el primer mes, sólo una vez participó en una actividad
diferente: un cumpleaños de amigos personales de él y su esposa. Asimismo,
periódicamente recibía la visita de su amigo, el dirigente comunista Luis Corvalán. En
septiembre de 1993 visitó sorpresivamente Valle Nevado, mostrando buena salud. Sin
embargo, en diciembre sus médicos le recomendaron reposo absoluto. El 10 de ese mes,
el ex líder de la RDA sería operado para insertarle un marcapasos. Desde ese momento
no saldría más de su hogar, donde murió el 30 de mayo de 1994.

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