Está en la página 1de 8

Uruguay es un milagro.

Por la pequeñez de su tamaño y por el tamaño de algunos de


sus logros, aunque suene a trabalenguas. La letra de Edú "Pitufo"
Lombardo en Descolgando el cielo, como toda obra genial, lo resume tan
contundentemente al decir: aldea dentro de esta aldea universal. Pero queremos
pararnos en otra definición magistral del autor cuando dice: Nunca favoritos,siempre
desde atrás,milagro que nos abraza en el minuto final.

por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

Los que alguna vez vivimos alguna etapa de la Vuelta Ciclista o de las Mil Millas
podemos entender a Lombardo cuando dice Con el viento en contra,metiendo
pedal,repecho y bajada desde el litoral, porque es de esa forma que vivimos.

Quizás por ubicación geográfica, tal vez por ser tan chicos territorialmente y porque
tres millones son tan pocos en la inmensidad universal, que únicamente podemos
avanzar fantaseando, descolgando el cielo y poseyendo y ostentando, orgullo de
identidad.

No voy a mentir y a decir que anoche pensaba que era "papita p´al loro" pero...que me
senté tranqui y confiado ante el televisor, si, lo juro. Tenía algo seguro, como el fútbol
es un juego y tiene poca lógica, podía haberse regsitrado cualquiera de los tres
resultados posibles pero, el que me importaba, el que esperaba, estaba seguro que lo
iba a ver: la entrega y la vergüenza deportiva, por...orgullo de identidad.

Por eso, es que muchas veces en este espacio o en el editorial, expreso mucha
bronca.

Porque no puedo acostumbrarme a la idea que nos conformemos en  lo cotidiano en


ser reactivos y poco proactivos.

¿Cuál es la causa por la que no podemos ser favoritos jamás?

¿Por qué, en todos los órdenes, debemos ir siempre desde atrás?

Para ser un destino turístico como Dios manda tenemos lo que hay que tener: Mezcla
de agua dulce,mezcla de agua y sal, Mezcla de inmigrante tano y
español,milonga, candombe, murga y rocanrol.

Aprovechémoslo.

Vendamos eso; es valor agregado porque escasea en el mundo.

Planifiquemos; pensemos el márquetin y dejemos los caprichos de lado.

A pesar que me digan Negro.

Soy celeste y prometo no dejar de fantasear jamás aunque para ello, deba vivir
descolgando el cielo, con el viento en contra, metiendo pedal.
¡Salú Pitufo!

Nos vemos.

Portal de América

Edú “Pitufo” Lombardo: “Siempre me


gustó el deporte como arte”

A los 16 años “Pitufo” estaba más cerca del fútbol que de la


música. Entonces entrenaba en divisiones inferiores de Bella
Vista y su técnico era nada menos que el maestro Oscar
Washington Tabárez. Tres décadas más tarde el destino quiso
que se convirtiera en el autor de “Descolgando el cielo”, un
himno del fútbol que los uruguayos entonamos cada vez que la
celeste sale a la cancha.

¿Cuál fue la motivación que te llevó a escribir


“Descolgando el cielo”?
La motivación fue el mundial de Sudáfrica, porque ahí se
empezaron a ver los resultados de un proceso de varios años de
todo un equipo comandado por Tabárez. Fue muy emotivo todo
lo que sucedió y ese fue un gran impulso. Pero por otro lado creo
que para todos los músicos, o para todos los que tenemos esa
pasión futbolera es un gran sueño escribir una canción de la
camiseta celeste. Tal vez el impulso vino un poco por ahí y
también en paralelo yo estaba escribiendo canciones para un
disco que se llamó “Ilustrados y Valientes”, que es bastante
temático. Una de las pasiones de los uruguayos es el carnaval y
la otra es el fútbol, entonces me parecía que estaba bueno incluir
en este disco una canción que hablara de nuestra camiseta ya
que el disco tiene un nombre que es parte de una frase
artiguista: “sean los orientales tan ilustrados como valientes”. Yo
tomé parte de la frase para el título del disco.

¿Te acordás dónde la compusiste?

La compuse en mi casa en El Pinar, en dos lugares físicos de la


casa entre el 2010 y el 2011. Surgió primero la música y después
la letra y la canción salió para la Copa América del 2011.

¿Cómo es proponerse componer una canción sobre la


selección uruguaya con todas las que ya existen?

No es nada fácil. Y creo que cada vez es más complicado, porque


aparecen muchas canciones y algunas quedan más que otras en
la memoria colectiva de la gente. Hay imágenes y datos
históricos que es importante no dejar de lado y hay que buscar la
forma de decirlos de otra manera. Según la música que uno
componga es necesario tener bastante poder de síntesis. En este
caso yo lo tuve que tener por la forma musical que elegí. Es una
milonga medio candombera, fusionada con un poquito de
murga. Luego intentar que tenga poesía, que dentro de sus
ritmos hayan cosas que tengan que ver con nuestros géneros y
que la línea melódica quede en el imaginario de la gente.
Por un lado es importante no dejar de lado cosas que en la
historia han sido hitos en nuestro fútbol y por otro lado hay
tener presente que vivimos en otro tiempo. Está bueno que
diferentes generaciones se identifiquen con la canción. Esta es
una canción de Uruguay que estaba direccionada a la camiseta
celeste en todas sus formas deportivas.

¿Qué aporte hace esta canción al cancionero vinculado


a la selección uruguaya de fútbol?
No sé si aportó la canción. Creo que cada persona que hace una
canción para la camiseta o para la selección uruguaya lo hace
desde un lugar de mucho respeto, amor y sensibilidad. Yo
intenté hacer una canción linda. Y bueno si en algún lado de su
contenido la gente se identifica, es una tarea lograda. Hay dos
frases que están dentro de la canción y que a mí me parece que
han sido un acierto. Una es la que dice “milagro que nos abraza
en el minuto final”, porque siento que a los uruguayos siempre
nos pasa eso y la otra es “nunca favoritos siempre desde atrás”.
Pero después que uno hace la canción ya no es más propia y pasa
a ser de la gente. La gente la toma, la canta y sobrevive o no.

De alguna forma tomaste lo que la gente canta en el


estadio para construir el estribillo de la canción. Cómo
surgió la idea de incluir el “soy celeste”?

Yo siempre que iba al estadio veía que la gente cantaba “soy


celeste, soy celeste” que es un cántico muy metido en todo el
pueblo y me parecía que ahí había algo importante para hacer
una cita. Lo que hice fue pasar a tonalidad menor esa melodía.
La cambié de modo porque la gente la canta en mayor y le
agregué un “soy”. En lugar de decir “soy celeste” dice “soy celeste
soy”.
¿Sos un tipo futbolero?

Sí, desde muy niño. Soy futbolero y carnavalero. Son dos


pasiones que siempre tuve. Jugué en un cuadro de barrio y tuve
la suerte y el honor de ser dirigido por el maestro Tabárez en
divisiones inferiores de Bella Vista, cuando tenía 16 años.
Practiqué en Liverpool también y llegué a jugar un partido
amistoso contra Racing Club de Montevideo. Así que no solo lo
practiqué, sino que siempre me gustó el deporte como arte. Me
atrae el jugador habilidoso y esa forma de moverse dentro de la
cancha. Eso siempre me impactó mucho.

¿Qué recuerdos tenés del maestro Tabárez como


director técnico?
Tengo un recuerdo muy lindo de Tabárez. Yo practicaba en las
canchas que están en Camino Santos y Garzón cerca de las vías
del ferrocarril en el Campo del Polo. Era un grupo grande de
gurises y recuerdo que llamó a los padres para hacer una
reunión y nosotros estuvimos presentes ahí. Sus palabras me
conmovieron mucho y me llamaron mucho la atención. Todo su
pensamiento y su ideología puesta en el equipo, él ya venía
practicando eso en esa época. El darle importancia al fútbol
desde un lugar deportivo pero también con valores, con el ser
humano en el centro. En aquella reunión recuerdo claramente
que les dijo a los padres que era muy importante tener
herramientas para desarrollarse en la vida ya que en el fútbol a
algunos se les da y a otros no. Yo era un gurí pero me impactó su
discurso.

¿En esa época ya hacías música?

No, salía en una murga de niños. Estudiaba pero no hacía


música profesionalmente.

¿Te lo cruzaste a Tabárez más adelante?

Me lo he encontrado un par de veces. Luego que la selección


uruguaya tuvo su pasaje por el mundial y quedamos en el cuarto
puesto fui a cantar la canción al Palacio Legislativo con el
recibimiento a la selección y luego que obtuvimos la copa
América en 2011 tuve la suerte de ir a Argentina y ver octavos de
final, semifinal y estar presente en la final. A la vuelta hubo un
evento que creo que fue en el cine Plaza y estuve conversando
con él un rato y se acordaba de mí cuando era un gurí y jugaba al
fútbol. Por otro lado yo tenía una relación muy linda con sus
hijas porque eran hinchas de la Murga Contrafarsa.

También podría gustarte