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Reseña:

Distancias cortas
Itzel Lara

Este guión cinematográfico nos muestra la historia de Fede, un hombre de 45 años con

obesidad mórbida, que lleva varios años viviendo enclaustrado en su pequeño

departamento en una vecindad prácticamente abandonada. Su vida está reducida a

despertar, recorrer la grieta en la pared, lavarse la cara, poner gel en su cabello; tomar su

medicina a la hora indicada, comer y armar collares para sobrevivir.

El único cambio en su rutina, ocurre los sábados, cuando su hermana Rosaura y su

cuñado Ramón lo visitan, llevándole noticias del mundo exterior, de sus viajes, de las

cosas cotidianas, que a los ojos de Federico Sánchez, parecen extraordinarias.

Rosaura, es ese familiar incomodo que todos hemos tenido en nuestras vidas, ese que

hace el bien a la fuerza. Ella se encarga de vigilar en la medida de lo posible la condición

de Fede, pero esto no impide que sus visitas se vuelvan cada vez más cortas, muy a

pesar de su esposo Ramón, quien tiene un cariño muy sincero por su cuñado, además de

que ambos comparten su pasión por la fotografía.

Una mañana con mucho esfuerzo y una lentitud asombrosa, Fede desentierra una vieja

cámara fotográfica que está debajo de su cama. Abre la caja con cuidado, quita varias

capas de polvo, mira a través del lente y dispara. Con gran sorpresa descubre que hay un

rollo y que ha gastado la última fotografía. Fede está resuelto a imprimir esas fotografías,

pero la tienda más cercana está a tres largas cuadras de su casa y no hay nadie a la

mano que pueda llevar el rollo por él; tras meditarlo por mucho tiempo y planearlo con

gran esmeró decide salir de su casa por primera vez en años.

Después de un par de horas, Fede ha logrado su cometido y se encuentra ante la puerta

de la "Tienda express" , toma una última bocanada de aire y abre despacio la puerta.
Es un lugar pequeño y un tanto descuidado, pero deja ver qué hace años era colorido y

acogedor. Fede mira con asombro todas las cámaras que exhiben en los anaqueles. En el

mostrador se encuentra Paulo, un muchacho de diecisiete años, que recita un saludo

aprendido sin levantar la vista de su cómic. Al hacerlo mira a Fede sin inmutarse, revela

su rollo fotográfico e incluso le hace una gran oferta para que adquiera una nueva

cámara, le dice que está de suerte y además le permite pagarla a plazos. Fede, está

completamente feliz, tanto que el camino de vuelta no parece tan largo esta vez.

Durante los días siguientes Fede toma fotografías de todo lo que está a su alcance, la

alacena, la araña del rincón, las figuritas y recuerdos de XV años que están sobre la

vitrina. Toma todo, todo lo que encierra el pequeño lugar en el que vive; las cosas se

complican cuando Fede se da cuenta que ese todo ya no es suficiente para él.

Tras un desperfecto con su cámara y una llamada infructuosa, Paulo, el chico punk de la

tienda toca a la puerta de Fede, repara su cámara y beben café juntos; al parecer a

ambos les gusta bien cargado.

A medida que la pasión de Fede por la fotografía crece, su amistad con Paulo y su

cuñado se vuelve más y más fuerte. Tanto así que ahora leen juntos death note, el cómic

favorito de Paulo.

Federico Sánchez, es más feliz de lo que había sido en años, hasta que un fin de

semana, su hermana Rosaura hace hincapié en que sus fotos son muy aburridas y sin

chiste pues no hay gente en ellas y todas son del mismos lugar. Los mismos rincones,

una y otra vez desde distintos ángulos. La hermana alega que ella no sabe de fotografía y

más que fotos artísticas le parecen tristes.

Esto sumé a Fede en depresión por varios días hasta que se le ocurre una idea, con

todos sus ahorros pagará un viaje de dos días a la playa, to,ara fotos de los lugares, de la

gente, del mar... Nadie volverá a decir que sus fotos son tristes.
Se pone en marcha y con ayuda del cartero consigue un folleto de la agencia de viajes,

llama, espera varios segundos en la línea y se topa con el primer problema. Nos

especializamos en atención per-so-na-li-za-da, escuchó Fede a través del teléfono, así

que es im-po-si-ble que haga su reservación por teléfono, tiene que venir. Concluyó la voz

chirriante del otro lado de la línea.

A pesar de la negativa, él no se dio por vencido y de manera magistral logró convencer a

su cuñado, para llevarlo a escondidas de Rosaura hasta la agencia de viajes.

Ya superados todos los obstáculos que le dificultan moverse, Fede, habla con la señorita

cara a cara. Cuando por fin logran ponerse de acuerdo en que el viaje durará tres noches

y cuatro días con destino al bello puerto de Veracruz,algo ocurre, no hay fechas

disponibles. Nunca habrá fechas disponibles para él. No habrá fotos felices. No verá el

mar.

Federico vuelve a casa, más que triste, se encuentra ausente. Pide que lo dejen solo.

A la mañana siguiente, nadie tiene idea de su paradero. Ramón y Paulo buscan dos

cuadras a la redonda, Fede no podría llegar más lejos que eso.

Nada.

Horas después reciben una llamada, es el hospital. Dicen que su corazón está cansado y

se detuvo por un segundo pues trabaja más de la cuenta. Es la segunda vez que lo hace,

es la última vez que puede hacerlo, si el corazón de Fede entra en huelga otra vez será el

fin.

Más decaído que nuca, vuelve a casa.

Los días pasan. Rosaura evita que Fede haga cualquier cosa, salvo comer lo que su

nueva y rigurosa dieta exige. Pero no importa, a Federico no le importa ya nada.

Tras ver el estado en que se encuentra, Paulo, vuelve posible lo imposible. Enfrenta todas

las complicaciones y logra conseguir una camioneta de carga todos los recursos

necesarios para transportar a Fede, hasta el puerto de Veracruz. Tras un viaje más largo
de lo normal, Ramón, Paulo y Fede lo han conseguido. Están sentado en la arena, con la

inmensidad del mar frente a sus ojos.

El guión concluye con Fede sosteniendo una cámara profesional entre sus manos y el sol

en el horizonte.

A pesar de lo que cualquiera podría creer, este guión se encuentra en un equilibrio

bastante curioso, pues, dependiendo del lector; la historia es desoladora entre nostálgica

o llena de luz y esperanza proporcionada por un personaje entrañable que invita a

encontrar pasión por las cosas pequeñas que nos ofrece la vida cotidiana.

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