Está en la página 1de 4

11/12/2020 Los muchos viajes de Melba Escobar | EL ESPECTADOR

Viernes 11 De Diciembre

Cultura

Inicio / Noticias / Cultura / Los muchos viajes de Melba Escobar

EN LIBRERÍAS BAJO EL SELLO EDITORIAL PLANETA

Los muchos viajes de Melba Escobar


Cultura Hace 2 horas
Por: Alberto Barrera Tyszka * / Especial para El Espectador

Un escritor reseña el libro “Cuando éramos felices pero no lo sabíamos”, un libro de viajes que reivindica la
relación entre colombianos y venezolanos “en tiempos apocalípticos”.

Melba Escobar, periodista y escritora nacida en Cali. / Archivo particular

Antes de internet, todo libro de viajes era necesariamente un libro de aventuras. Quien viajaba era un explorador,
se enfrentaba a lo desconocido y debía describirlo. Narrarse en y desde el extranjero proponía siempre un misterio,
un suspenso. Ahora tenemos demasiada información previa. Se pueden escribir estupendas guías turísticas sin
moverse de un escritorio. Las noticias y las imágenes van a tal velocidad, dejan de ser verdad o mentira

https://www.elespectador.com/noticias/cultura/los-muchos-viajes-de-melba-escobar/ 1/4
11/12/2020 Los muchos viajes de Melba Escobar | EL ESPECTADOR

indistintamente con tal rapidez, que la idea del viaje también ha cambiado. Más aun ahora, incluso, en estos
tiempos de pandemia. Por todo esto me parece providencial y maravilloso que Melba Escobar nos proponga -desde
la propia portada- que su nuevo libro ofrece “Cuatro viajes entre Colombia y Venezuela en tiempos apocalípticos”.

Se trata de cuatro tránsitos precisos, con lugares y fechas muy claras. Melba Escobar viaja a Caracas en dos
oportunidades. Viaja a la frontera norte, a Maicao y a Maracaibo; a la frontera sur, a Cúcuta y a San Cristóbal. Pero
todo esto solo es el primer escenario, la entrada hacia otras travesías más profundas. Todo buen libro de viajes es
también un libro confesional. Depende del “yo” que se mueve en las distintas geografías del trayecto. En el fondo,
se trata de un ejercicio sentimental. Y uso a propósito esta palabra, deseando rescatar su capacidad
transformadora, la difícil pero poderosa experiencia de sentir con otros, de escribir con y desde los otros. (Murió la
actriz Alicia del Carpio, símbolo de la televisión colombiana).

Quisiera comenzar por el nal del libro: “Siento que pude hacer estos viajes y escribir este libro en gran medida
porque no soy venezolana, porque no llevo el dolor y el amor por el país en el estómago hasta el punto en que me
haya impedido vivir, escuchar y narrar lo que vi. (…) Hice estos cuatro viajes a Venezuela para tratar de entender,
para buscar una res- puesta a la identidad de dos países hermanos, y terminé por encontrarme sobre todo
conmigo, con mis ausencias, con mi duelo, con mi di cultad de conectar muchas veces con otros, con mis
carencias como madre y mis traumas como hija”.

Desde estas palabras, voy a proponer una lectura de su nuevo libro, partiendo de la idea del viaje pero en
dimensiones distintas, sobre mapas diferentes. (Cien años de la escritora Clarice Lispector, por Nélida Piñón).

Primero: el viaje como un desplazamiento hacia la intimidad. De manera deliberada, Melba Escobar no viaja al país
que ya conocemos a través de los medios de comunicación. No hace una excursión con la simple intención de
con rmar o descali car las consignas preestablecidas que ya conocemos todos, el relato de los medios y de las
redes. Si para los médicos, más que la enfermedad en abstracto, lo que existen son los enfermos; para Melba
Escobar, más que el país hipermediatizado, lo que existen -lo que le interesa- son los venezolanos. De todo tipo, de
todas las clases sociales, de cualquier tendencia política. Eligió la mejor manera para desactivar la polarización y
contar al país desde su complejidad, desde la vida de sus habitantes.

El libro se va construyendo de forma coral, con las voces de muy diversos venezolanos, no necesariamente
dispuesto a hablar siempre o exclusivamente de política. El libro le da la palabra al habitante de un barrio popular y
a quien vive en una residencia en una urbanización de clase alta. A un chofer y a un profesor universitario. A quien
cree aun en la Revolución y a quien la adversa. A quien trabaja desde la base por la oposición y a quien ya se siente
traicionado por ella. A una poeta y a un soldado…La autora no necesita editorializar, mencionar la dolarización del
país o la impune conducta de las fuerzas represivas. De manera libre y espontánea, con opiniones diversas, son los
propios venezolanos quienes van contando su realidad.

Todo esto permite por ejemplo que, en medio de la desolación, este libro tenga también grandes momentos de
humor. Que se relaten las experiencias positivas, la gente que con mucho esfuerzo trata de construir alternativas
en medio de la desesperanza. Que se cuenten los detalles pequeños, el paso breve pero contundente de la
cotidianidad. Melba Escobar no nos lleva hacia las noticias sino hacia lo que está detrás de ellas, hacia lo que a
veces las propias noticias tapan. Es un viaje personal que busca mostrar a un país desde su intimidad.

Segundo: el viaje como forma de volver a uno mismo. Por supuesto que Colombia está presente, de manera
permanente, en todo el periplo que recorre el libro. El libro no entiende nuestros dos países separados,
desvinculados. De hecho, incluso, cuando se narra el viaje a Maracaibo por Riohacha, por momentos podría
confundirse cuando está de un lado o de otro de la frontera. Constantemente, ambas naciones funcionan como
espejos que se interrogan pero que también se iluminan.

Pero Melba Escobar va más allá: traza también y recorre un viaje hacia ella misma. Todo lo que ve y escucha mueve
en su interior su propia vida, la empuja también a mirar su propia historia. Mientras cuenta a los demás, necesita
también contarse a sí misma.

https://www.elespectador.com/noticias/cultura/los-muchos-viajes-de-melba-escobar/ 2/4
11/12/2020 Los muchos viajes de Melba Escobar | EL ESPECTADOR

Primero como colombiana, obviamente. Y también como periodista. Pero, luego, a medida que avanza la crónica, el
libro va construyendo también una historia personal impactante y conmovedora, donde aparece la escritora más
íntima, con su pareja, con sus hijos, y -de manera especial- con su relación con la enfermedad y con la muerte de
su madre. No se puede ir a la agonía de un país vecino sin que se remuevan los propios dolores. Hacia el nal del
cuarto viaje, en la frontera sur, la autora con esa una crisis “Sentí que volver sería un acto de cuidado hacia mí
misma, hacia mis pequeños. También quería ver a mamá. Cómo deseaba poder teletransportarme. Aparecer
súbitamente en mi cama, junto a Ricardo, con la pierna de Rodrigo atravesada sobre mi cintura y el brazo de
Matilde en mi cara. Como solía ser, como era. Mi vida. Hacia la que de golpe sentí un apego transformado en
angustia por culpa de la distancia. ¿Se puede ser feliz sin saberlo? ¿Estaré viviendo los años más felices de mi vida
sin ser consciente de ello? "

El título del libro, la de nición de un país, de pronto, se transforma también en la pregunta íntima de quien
escribe.

Tercero: el viaje hacia lo inmediato. Porque Melba Escobar propone también el presente como un momento
distinto, como una instancia de escritura diferente, como otro viaje: el que hace ella hacia su propio texto. Es el
espacio que necesita para distanciarse de la experiencia vivida y para organizar su relato.

El libro está lleno de este tipo de momentos y referencias. Pero, además, es particularmente interesante ver cómo
se aprovecha y se nutre también con la experiencia de la pandemia. Nos ofrece un registro del encierro, una
re exión sobre lo que ocurre, incorporándola también a la propia temática del libro: el testimonio del adentro y del
afuera, vividos ahora de otra manera: mientras un venezolano grita en algún momento en un parque cercano, la
escritora frente a su teclado intenta darle -con palabras- un nuevo orden a los dos países.

Cuarto: el viaje de la escritura. “Cuando éramos felices pero no lo sabíamos” es también un tránsito por el o cio
mismo de la invención literaria, una indagación en los diferentes géneros, un ejercicio formal que pone a prueba
las destrezas y la audacia de quien escribe. “Suelo escribir – señala Melba Escobar- como quien se lanza a correr
por un bosque oscuro con la esperanza de salir al otro lado, sin más herramienta que sus piernas y el latido de su
corazón (…) Ese ha sido el proceso con este quinto libro -añade más adelante, a rmando que- “ha sido una prueba
de resistencia, sin el calculado arti cio que he dedicado a mis novelas”.

Se trata, entonces, de un viaje inédito donde se desarrolla toda la extraordinaria habilidad de Melba Escobar para
retratar y relatar ámbitos y personajes ajenos. Este libro nos regala fascinantes conversaciones, descripciones
brillantes, testimonios entrañables, momentos de tensión y belleza inesperados…todo dentro de una construcción
narrativa que uye de forma tan natural que lleva al lector en una suerte de crucero donde -sin mapa y sin brújula-
se puede descubrir que los territorios supuestamente conocidos también pueden ser espacios totalmente nuevos.

Y para ser coherente con estos viajes que giran y nunca se detienen, quisiera terminar con el inicio del libro. En las
primeras páginas, se lee: “Este no es un libro sobre política. No es un libro histórico. No es un análisis exhaustivo,
tampoco un reportaje. Este libro es la reunión de cuatro viajes en los que quise hablar con las personas con las que
me encontré. Entender los efectos del Estado o de su ausencia en la vida cotidiana, en sus contornos. También
entender el poder de los seres humanos para darle un sentido renovado, sacar fuerzas de donde no hay y
reinventar el presente día a día. Es también un punto de encuentro”

Creo que es una de nición perfecta. Y nuevamente me parece providencial y maravilloso que Melba Escobar nos
proponga estos muchos viajes para encontrarnos. Es la palabra en movimiento, que nunca se detiene y que
siempre se reinventa. Este libro sale, justo ahora, cuando aparecen de nuevo -más o cializadas- amenazas de
xenofobia entre nosotros. Mientras hay quienes quieren convertir los viajes en persecuciones, Melba Escobar nos
invita a vivir los viajes como encuentros. Eso es su libro. Por suerte para todos. La mirada del otro, del extranjero-
como proponía Edward Said- construye identidad, de lado y lado nos ayuda a ver y a entender lo que somos.

* El texto se publica por cortesía de Planeta Grupo Editorial.

https://www.elespectador.com/noticias/cultura/los-muchos-viajes-de-melba-escobar/ 3/4
11/12/2020 Los muchos viajes de Melba Escobar | EL ESPECTADOR

Comparte en redes:

Nuestro futuro depende de las suscripciones, de


las personas que ven el valor de lo que hacemos
y quieren apoyarnos para mejorar. Nuestro Suscríbete
compromiso es ofrecer información con able.

Temas Relacionados
Literatura literatura femenina

0 comentarios

Últimas Noticias

¿Qué pasaría en un burdel si clientes


y trabajadoras quedasen
con nados?
Cultura- Hace 1 hora

La explosión del arte urbano de


Colombia pasa de las calles al
papel
Cultura - Hace 3 horas

Este es el primer capítulo de


“¿Hasta cuándo me persigues?”
Cultura - 10 dic. 2020 - 7:42 p. m.

Leonardo Villar: “Fui un


apasionado lector de El capital”
Cultura - 10 dic. 2020 - 7:11 p. m.

Falleció la actriz Alicia del Carpio,


leyenda de la televisión
colombiana
Cultura - 10 dic. 2020 - 6:52 p. m.

https://www.elespectador.com/noticias/cultura/los-muchos-viajes-de-melba-escobar/ 4/4

También podría gustarte