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Sor Juana Inés de La Cruz

Nacida en México (1651), Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, fue una monja y escritora. Fue considerada desde
pequeña como una niña muy inteligente, un caso prodigio, pues aprendió a leer y a escribir a los 3 años de edad. Era una niña
muy activa y curiosa, le gustaba mucho leer y hacer preguntas. Durante sus años de religiosa tuvo la oportunidad de escribir
música, poesía, obras teatrales y hasta realizó experimentos científicos. A pesar de todas las críticas y amenazas puesto a que
se desligó de la vida religiosa, hizo ella insistiera en seguir escribiendo y reflexionando. Esta es la causa principal de que aun
la recordemos en nuestros días, pues abrió paso a muchas mujeres en el camino de la literatura y la filosofía.
Lamentablemente, luchar sola contra tantas personas la puso muy triste y un día se rindió ante las críticas, vendió todos sus
libros y le dio ese dinero a los más pobres para dedicarse el resto de sus días a las tareas más propias de una monja.

Sor Juana Inés de la Cruz escribió villancicos, romances, loas, sonetos, redondillas, comedias teatrales, autos sacramentales y
textos argumentativos, entre otros géneros. En todo hizo gala de su dominio del discurso y sus profundos conocimientos.
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana;


pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis


que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada


la que vuestro amor pretende
Poema Hombres necios que acusáis si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?
Hombres necios que acusáis
Mas, entre el enfado y pena
a la mujer sin razón
que vuestro gusto refiere,
sin ver que sois la ocasión
bien haya la que no os quiere
de lo mismo que culpáis:
y quejáos en hora buena.
si con ansia sin igual
Dan vuestras amantes penas
solicitáis su desdén
a sus libertades alas,
¿por qué queréis que obren bien
y después de hacerlas malas
si las incitáis al mal?
las queréis hallar muy buenas.
Combatís su resistencia
¿Cuál mayor culpa ha tenido
y luego, con gravedad,
en una pasión errada:
decís que fue liviandad
la que cae de rogada,
lo que hizo la diligencia.
o el que ruega de caído?
Parecer quiere el denuedo
¿O cuál es más de culpar,
de vuestro parecer loco
aunque cualquiera mal haga:
al niño que pone el coco
la que peca por la paga,
y luego le tiene miedo.
o el que paga por pecar?
Queréis, con presunción necia,
Pues ¿para qué os espantáis
hallar a la que buscáis,
de la culpa que tenéis?
para pretendida, Thais,
Queredlas cual las hacéis
y en la posesión, Lucrecia.
o hacedlas cual las buscáis.
¿Qué humor puede ser más raro
Dejad de solicitar,
que el que, falto de consejo,
y después, con más razón,
él mismo empaña el espejo
acusaréis la afición
y siente que no esté claro?
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo


que lidia vuestra arrogancia,

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