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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE
TÓPICO 1.1
La economía es el estudio de cómo y por qué “las personas”, bien sean consumidores,
empresas, organizaciones sin ánimo de lucro o agencias gubernamentales, toman decisiones
sobre el uso de recursos valiosos. La economía se divide en microeconomía, la cual estudia el
comportamiento de los individuos o pequeños grupos, y en macroeconomía, que se concentra
en el análisis del desempeño económico de las economías como un todo. La economía
ambiental se sitúa en los dos campos, pero sobre todo en el de la microeconomía. Se
concentra principalmente en cómo y por qué las personas toman decisiones que tienen
consecuencias ambientales. Además, se ocupa de estudiar las maneras como se pueden
cambiar las políticas e instituciones económicas con el propósito de equilibrar un poco más
esos impactos ambientales con los deseos humanos y las necesidades del ecosistema en sí
mismo.
Una de las primeras tareas, en consecuencia, será la familiarización con algunos de los
conceptos básicos y con las herramientas analíticas de la microeconomía. Sin embargo, no se
pretende pasar directamente al estudio de estos principios puesto que eso indicaría que
estamos más preocupados por las herramientas que por lo que se pueda hacer con ellas. No
tenemos interés en estas ideas por sí mismas, sino en comprender que éstas pueden
proporcionar la interpretación de por qué se degrada el ambiente natural, de cuáles son
las consecuencias y de qué se puede hacer en forma efectiva para reducir la
degradación.
¿Por qué las personas se comportan de manera tal que ocasionan la destrucción del
ambiente? Existen varias clases de respuesta para esta pregunta. Una puede ser la siguiente:
la degradación ambiental surge a partir del comportamiento humano que carece de ética o
moral. Es decir, las personas contaminan porque no tienen la solidez moral y ética para
abstenerse del tipo de comportamientos que causa la degradación ambiental. Si esto es cierto,
la forma para lograr que las personas detengan la contaminación consiste, en cierto modo, en
aumentar el nivel general de moralidad sobre lo ambiental en el seno de la sociedad. De
hecho, el movimiento ambiental ha conducido a que muchas personas se concentren en
cuestionar la ética ambiental, y hayan explorado las dimensiones morales del impacto
ocasionado por los seres humanos en el ambiente natural. Este cuestionamiento moral,
obviamente, es de fundamental interés para cualquier sociedad civilizada.
No obstante, aparecen dificultades cuando se hace depender del despertar moral, como
único modelo, el combate de la contaminación. Las personas no necesariamente disponen de
“botones” que puedan presionarse en forma instantánea para “inducir comportamientos
morales”, y los problemas ambientales son demasiado importantes como para esperar un largo
proceso de reconstrucción moral. Tampoco un sentimiento de atropello moral ayuda, por sí
mismo, a tomar decisiones sobre todos los objetivos sociales que también poseen dimensiones
éticas: vivienda, protección de la salud, educación, lucha contra el crimen, etc. En un mundo de
objetivos que compiten entre sí, las personas deben preocuparse por hacer preguntas muy
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prácticas: ¿Se está apuntando hacia los objetivos ambientales correctos?. ¿En realidad se
pueden ejecutar ciertas políticas?. ¿Se está logrando un mayor impacto con el dinero
invertido?. Y otras similares. Sin embargo, el principal problema de fundamentar el enfoque del
control de la contaminación estrictamente sobre el argumento moral consiste en el supuesto
básico de que las personas contaminan porque de alguna manera son subdesarrolladas
moralmente. No es el subdesarrollo moral lo que conduce a la destrucción ambiental;
más bien, es la forma como se ha organizado el sistema económico dentro del cual las
personas se dan a la tarea de hacer sus vidas.
De este modo, una segunda manera de enfocar el cuestionamiento de por qué las
personas contaminan consiste en considerar la forma como están establecida la economía y
sus instituciones, y cómo éstas conducen a que las personan tomen decisiones que generan
destrucción ambiental. Las personas contaminan porque ésta es la forma más económica que
poseen para resolver un problema práctico muy común. Este problema consiste en la
eliminación de los productos de desechos que quedan después de que los consumidores
han terminado de utilizar algo, o después de que las empresas industriales acaban de
producir los bienes. Las personas toman estas decisiones sobre producción, consumo y
eliminación dentro de cierto conjunto de instituciones económicas y sociales; estas instituciones
crean los incentivos que conducen a las personas a tomar decisiones en una dirección y no en
otra. Lo que se debe estudiar es cómo funciona este proceso de incentivos, y
especialmente cómo se reestructuraría para que las personas sean dirigidas a tomar
decisiones y desarrollen estilos de vida que tengan implicaciones más favorables para el
ambiente.
Un planteamiento simplista sobre los tipos de incentivos, que se oye con frecuencia, se
basa en que la contaminación es un resultado del deseo de obtener utilidades. De acuerdo con
este punto de vista, en las economías de la empresa privada, como las de los países
occidentales industrializados, las personas son recompensadas por maximizar las utilidades, es
decir, por la diferencia existente entre el valor de lo que se produce y el valor de lo que se utiliza
en el proceso de producción. Más aún, según esta misma idea, las ganancias que los
empresarios tratan de maximizar son de carácter estrictamente monetario. En esta precipitada
búsqueda de utilidades monetarias, los empresarios no tienen en cuenta los impactos
ambientales de sus acciones porque esto “no vale la pena”. Por consiguiente, en esta lucha
incontrolada por obtener utilidades monetarias, la única manera de reducir la contaminación
ambiental es debilitar la fortaleza del deseo de obtener ganancias.
para poder entender cómo funcionan estos sistemas de incentivos y cómo se pueden cambiar
para obtener una economía razonablemente progresiva sin efectos colaterales de desastre
ambiental.
Figura 1.1.
El vínculo señalado con (a) representa las materias primas que fluyen en la producción y
el consumo. El estudio de la naturaleza en su papel como proveedor de materias primas
se denomina economía de los recursos naturales. El vínculo señalado con (b) señala el
impacto de la actividad económica en la calidad del ambiente. El estudio de este flujo de
residuos y de los impactos resultantes en el mundo natural se denomina básicamente
economía ambiental. Aunque el control de la contaminación es el principal tema de la
economía ambiental, no es el único. Los seres humanos tienen muchas formas de dejar sus
huellas en el ambiente, formas que no se encuentran relacionadas con la contaminación en el
sentido tradicional. El desequilibrio del hábitat por los programas de construcción de vivienda y
la degradación del paisaje por cualquier cantidad de actividades humanas son ejemplos de los
impactos ambientales que no están relacionados con la descarga de contaminantes
específicos.
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Uno de los aspectos característicos de la mayor parte de los asuntos relacionados con
los recursos naturales es que éstos “dependen del tiempo” en forma considerable. Esto
significa que su uso normalmente se distribuye a lo largo del tiempo, de tal manera que las
tasas de uso en un período afectan las disponibilidades y tasas de uso en períodos posteriores.
En el caso de los recursos no renovables, esta situación es relativamente fácil de atender.
¿Cuánto petróleo debe extraerse de un depósito este año, si sabemos que cuanto más se
extraiga menos cantidad disponible habrá en los años siguientes?. Sin embargo, tales
correspondencias entre presente y futuro también existen para muchos recursos renovables.
¿Cuál debería ser la tasa de pesca de salmón en la actualidad, si se tiene en cuenta que la
cantidad de existencias afectará la disponibilidad en años posteriores?. ¿Debería reducirse la
tala de árboles este año, o su tasa de crecimiento es suficientemente alta como para garantizar
su existencia en años futuros?.
Estos son asuntos que se caracterizan por una fuerte dimensión intertemporal;
involucran mediaciones entre el presente y el futuro. Ciertos problemas ambientales también
son como éstos, en especial cuando tienen que ver con contaminantes que se acumulan,
o con contaminantes que requieren un tiempo largo para su disipación. Lo que en
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Ambiente natural
r
Reciclados (R p )
Residuos (Rp)
Bienes
(G) Arrojados
Materias primas (M) Productores d
(R p )
Arrojados
(Rc)
Ambiente Natural
Consumidores Residuos
Consumidores d
(R c )
r
Reciclados (R c )
Ambiente natural
.
M Rd Rd C
p
puede conservar parte de los insumos naturales, los cuales van a incrementar el tamaño del
sistema mediante una población en proceso de crecimiento, y acumulación de bienes de
capital, etc. Estos insumos serían eliminados en el momento en que el sistema dejase de
crecer. Asimismo, el reciclaje obviamente puede retrasar la eliminación de residuos. Sin
R pd Rcd M G R p Rc p Rcc
embargo, el reciclaje nunca puede ser perfecto; cada ciclo pierde parte del material reciclado.
Así, la ecuación básica del equilibrio de materiales debe mantenerse a largo plazo. Este hecho
señala algo fundamental: si se desea reducir la masa de residuos arrojados al ambiente natural,
debe reducirse la cantidad de materias primas tomadas para el sistema. El lector puede
observar con minuciosidad las opciones que se presentan si se sustituye M. De acuerdo con el
diagrama de flujo, sería así:
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Esto significa que la cantidad de materias primas (M) es igual a la producción (G) más
los residuos de la producción (Rp), menos las cantidades que se reciclan por parte de los
productores (Rp) y los consumidores (Rc). Hay esencialmente tres formas de reducir M y, por
consiguiente, los residuos descargados en el ambiente.
Reducción de Rp. Otra forma de reducir M y, por tanto, los residuos descargados,
consiste en disminuir Rp. Si se supone que otros flujos se mantienen constantes, no queda otra
alternativa que cambiar las cantidades de residuos de la producción generados por una
cantidad determinada de producción resultante. Hay básicamente dos formas para llevar a
cabo esto. Es posible inventar y adoptar nuevas tecnologías y prácticas de producción que
generen menores cantidades de residuos por unidad de producción resultante.
reciclaje consiste en reemplazar una parte del flujo original de los materiales vírgenes (M). Al
sustituir los materiales vírgenes por materiales reciclados, se puede reducir la cantidad de
residuos descargados mientras se mantiene la tasa de producción de bienes y servicios (G). En
las economías modernas, el reciclaje ofrece grandes posibilidades de reducir los flujos de
desechos. No obstante, es necesario recordar que el reciclaje nunca puede ser perfecto, aún si
se dedicaran enormes recursos para esa tarea. Los proceso de producción suelen transformar
la estructura física de los insumos materiales, y hacen difícil su reutilización. La conversión de
materiales energéticos hace imposible la recuperación de materiales. Además, los procesos de
reciclaje en sí mismos pueden generar residuos. Sin embargo, la investigación sobre
materiales continuará progresando y descubriendo nuevas formas de reciclaje. Durante mucho
tiempo, las llantas de automóviles no pudieron reciclarse porque el proceso de producción
original cambiaba la estructura física del caucho. Pero, recientemente, se descubrió una forma
de superar este problema, hecho que abre la posibilidad de que grandes acumulaciones de
neumáticos utilizados y sin destino ya no estropeen el paisaje.
Terminología:
Calidad del Ambiente: “el medio” se refiere al ambiente circundante, de tal manera que la
calidad del medio se refiere a la cantidad de contaminantes en el ambiente, por ejemplo, la
concentración de SO2 en el aire sobre una ciudad o la concentración de un químico
particular en las aguas de un lago.
Calidad del Entorno: término utilizado para referirse más ampliamente al estado del
ambiente natural. Esto incluye la noción de calidad del medio, además de aspectos como
calidad visual y estética del ambiente.
Residuos: material que queda después de haber producido algo; una fábrica, por ejemplo,
utiliza gran variedad de materias primas y las convierte en determinado producto; las
materias y la energía que quedan después de que se genera el producto son residuos de la
producción. Los residuos del consumo son los que quedan después de que los
consumidores han terminado de utilizar los productos que contenían o utilizaban estos
materiales.
Emisiones: aquella parte de los residuos de producción o consumo que son depositados en
el ambiente, algunas veces directamente, en otras ocasiones después de procesos de
tratamiento.
descarga de químicos en el aire, sino también otras actividades, como ciertos proyectos de
construcción que generan “contaminación visual”.
Efluente: el término “efluente” algunas veces se utiliza para referirse a los contaminantes de
aguas, y “emisiones” suele aludir a los contaminantes del aire, pero en el libro se utilizarán
ambas palabras de manera diferente.
Daños: son los impactos negativos producidos por la contaminación ambiental; en las
personas los deterioros se manifiestan en forma de efectos sobre la salud, como la
disminución visual, etc.; en los elementos del ecosistema los deterioros se perciben a través
del desequilibrio en los enlaces ecológicos, extinciones de especies, etc.
Medio Natural: son las dimensiones generales del mundo natural que constituyen en forma
colectiva el ambiente, usualmente clasificadas como tierra, agua y aire.
Fuente: lugar donde ocurren las emisiones, como una fábrica, un automóvil o rellenos
sanitarios que filtran contaminantes.
Todas las emisiones necesariamente deben ir a uno o más de los diferentes medios
naturales, y existe una relación importante entre ellos. Hay una tendencia natural en las
discusiones de política por mantener estos medios en compartimentos separados, abordando la
contaminación del aire en forma separada de la contaminación de aguas, y así sucesivamente.
Sin embargo, estas emisiones se encuentran obviamente interconectadas; una vez que se
generan los residuos, todos los que no se reciclan deben terminar por descargarse en uno o
más de los diferentes medios naturales. Así, para determinada cantidad de residuos totales, si
se reducen las cantidades que van a un medio, necesariamente deben incrementarse las
cantidades dirigidas a los demás medios. Cuando se elimina el dióxido de sulfuro (SO 2) de los
gases en combustión producidos por las plantas generadoras de energía, por ejemplo, los
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Las corrientes de emisiones provienen de las dos fuentes diferentes, pero una vez
emitidas, éstas se fusionan en un solo flujo. En el mundo real esta mezcla puede ser completa;
por ejemplo, los efluentes provenientes de dos procesadores de pulpa, que se localizan en el
mismo punto de un río, pueden mezclarse completamente de tal modo que unos cuantos
kilómetros más abajo sea imposible diferenciar los efluentes de una fuente y los de otra.
Cuando hay millares de automóviles movilizándose en un área urbana, las emisiones que
producen todos se convierten en una sola mezcla uniforme. En otros casos, la combinación es
casi completa. Si una planta de energía se encuentra justamente en las afueras de la ciudad y
otra está a 20 Millas contraria al viento, la planta más cercana normalmente será la que asuma
la mayor responsabilidad por del daño que ejerce en la calidad el aire para la ciudad.
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Una pregunta sencilla e importante sobre los contaminantes ambientales pretende saber
si éstos se acumulan con el paso del tiempo o tienden a disiparse poco después de ser
expulsados. El ejemplo clásico de un contaminante no acumulativo es el ruido; mientras la
fuente opera, el ruido se manifiesta en el aire circundante, pero tan pronto deja de funcionar la
fuente, cesa el ruido. En el otro costado del espectro están los contaminantes que se acumulan
en el ambiente, prácticamente en las mismas cantidades que son emitidos. Por ejemplo, los
desechos radiactivos se descomponen con el paso del tiempo a un ritmo tan lento con relación
a los períodos de vida humana que, a pesar de todos los intentos y propósitos, estarán con
nosotros en forma permanente; éste es un tipo de contaminante estrictamente acumulativo.
Otros contaminantes acumulativos son los materiales plásticos. Durante décadas se ha
emprendido la búsqueda de un plástico degradable, pero hasta ahora el plástico es una
sustancia que se descompone muy lentamente de acuerdo con los estándares humanos; así,
los desechos existentes estarán en el ambiente permanentemente. Muchos químicos son
contaminantes acumulativos; una vez que se expulsan, básicamente quedan entre nosotros
para siempre.
Entre estos dos extremos del espectro existen muchos tipos de efluentes que son
acumulativos hasta cierto punto, pero no completamente. El ejemplo clásico es la materia
orgánica arrojada en las masas de agua; por ejemplo, los desperdicios, tratados o no, que
arrojan las plantas municipales de tratamiento de basuras. Una vez dispersados, los desechos
quedan sujetos a los procesos químicos naturales que tienden a descomponer los materiales
orgánicos en sus elementos constitutivos, haciéndolos así mucho más benignos. El agua, en
otras palabras, tiene una capacidad de asimilación natural que le permite aceptar sustancias
orgánicas y hacerlas menos perjudiciales. Mientras esta capacidad de asimilación no se
exceda en ningún momento, se puede interrumpir la fuente del efluente, y en unos cuantos
días, semanas o meses la calidad del agua volverá a su estado normal. Por supuesto, el hecho
de que la naturaleza tenga una capacidad de asimilación no significa de ninguna manera
automática que se tenga un contaminante estrictamente no acumulativo. Una vez que las
emisiones exceden la capacidad de asimilación, se inicia un proceso acumulativo. Por ejemplo,
la atmósfera de la Tierra tiene una capacidad determinada para absorber el CO 2, expulsado por
la actividad humana, mientras que no se exceda su capacidad. El CO2, es un contaminante no
acumulativo. Pero si el CO2 excede la capacidad de asimilación de la Tierra, como parece
ocurrir en este momento, se inicia una situación en la cual las emisiones empiezan poco a poco
a acumularse.
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En condiciones constantes, los problemas ambientales en el ámbito local deben ser más
fáciles de manejar que los regionales o nacionales, y a su vez más sencillos de manejar que los
problemas mundiales. Si los habitantes de un barrio se ven afectados por el humo que produce
la chimenea de un vecino, es posible que encuentren una solución entre sí, o que puedan
llamar a las instituciones políticas locales para llegar a un acuerdo. No obstante, si el
comportamiento de alguien ocasiona contaminación en un punto distante, las soluciones
pueden ser más difíciles. Si las personas se encuentran dentro del mismo sistema político, se
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puede solicitar que las instituciones respectivas encuentren soluciones. Durante los últimos
años, sin embargo, se ha encontrado una creciente cantidad de asuntos ambientales en el
ámbito internacional y mundial. Hasta el momento se está muy lejos de contar con medios
efectivos para responder, debido tanto a la naturaleza exacta de los impactos físicos, que es
difícil describir, como a las instituciones políticas internacionales necesarias que sólo están
comenzando a aparecer.
Como se podría esperar, es posible que los contaminantes de fuentes puntuales sean
más fáciles de manejar que los contaminantes de fuentes no puntuales. Probablemente son
más sencillos de medir y monitorear, y más fáciles de estudiar en cuanto se refiere a las
conexiones existentes entre las emisiones y los impactos. Esto significa que será más factible,
por lo general, desarrollar y administrar políticas de control de contaminantes que hayan sido
expulsados por fuentes puntuales.
Las emisiones que producen las plantas de energía eléctrica o alcantarillado son más o
menos continuas. Las plantas se diseñan para estar en funcionamiento continuamente, aunque
el ritmo de operación puede variar un poco durante un día, una semana o una temporada.
Entonces, las emisiones de estas operaciones son más o menos continuas, y el problema
político consiste en manejar el ritmo de estas descargas. Es posible hacer comparaciones
inmediatas entre los programas de control y las tasas de emisiones. Sin embargo, el hecho de
que las emisiones sean continuas no significa que los daños también sean constantes. Los
hechos meteorológicos e hidrológicos pueden convertir las emisiones continuas en daños
variables. No obstante, los programas de control a menudo son más fáciles de ejecutar cuando
las emisiones no están sujetas a grandes fluctuaciones.
e2 e1 e3 e2
Calidad Ambiental Calidad Ambiental
Figura 2.4. Curvas de posibilidad de producción para las generaciones actuales y futuras.
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esto depende de los valores relativos que le asignen las personas a esa sociedad en cuanto a
la producción económica convencional y la calidad ambiental.
Por supuesto, hay que reconocer que la influencia de las decisiones actuales sobre las
futuras posibilidades de producción es mucho más compleja que lo que podría sugerir este
análisis. No es sólo la degradación ambiental la que afecta a las condiciones futuras, sino
también los desarrollos técnicos y los cambios que se registran en las habilidades humanas.
De este modo, las decisiones actuales podrían desplazar la futura CPP hacia adentro o hacia
fuera, dependiendo de muchos y grandes factores dinámicos que son difíciles de predecir. Sin
embargo, es necesario estar muy atentos para evitar las decisiones actuales que pudieran
conllevar el efecto de desplazar las futuras CPP hacia la izquierda. Esta es la esencia de
muchos análisis recientes sobre la sostenibilidad. “Sostenibilidad” significa que las curvas
futuras de posibilidad de producción no son afectadas en forma negativa por lo que se hace en
la actualidad. Esto no significa que se tenga que maximizar la calidad ambiental de hoy, puesto
que esto implica producción cero de bienes y servicios. Quiere decir simplemente que han de
reducirse los impactos ambientales en la actualidad lo suficiente como para evitar el
desplazamiento negativo de las curvas futuras de posibilidades de producción en comparación
con las posibilidades de producción actuales.
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