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INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA AMBIENTAL

TÓPICO 1.1

1.1.1. ¿QUÉ ES ECONOMÍA AMBIENTAL?

La economía ambiental trata el estudio de los problemas ambientales con la perspectiva


e ideas analíticas de la economía.

La economía es el estudio de cómo y por qué “las personas”, bien sean consumidores,
empresas, organizaciones sin ánimo de lucro o agencias gubernamentales, toman decisiones
sobre el uso de recursos valiosos. La economía se divide en microeconomía, la cual estudia el
comportamiento de los individuos o pequeños grupos, y en macroeconomía, que se concentra
en el análisis del desempeño económico de las economías como un todo. La economía
ambiental se sitúa en los dos campos, pero sobre todo en el de la microeconomía. Se
concentra principalmente en cómo y por qué las personas toman decisiones que tienen
consecuencias ambientales. Además, se ocupa de estudiar las maneras como se pueden
cambiar las políticas e instituciones económicas con el propósito de equilibrar un poco más
esos impactos ambientales con los deseos humanos y las necesidades del ecosistema en sí
mismo.

Una de las primeras tareas, en consecuencia, será la familiarización con algunos de los
conceptos básicos y con las herramientas analíticas de la microeconomía. Sin embargo, no se
pretende pasar directamente al estudio de estos principios puesto que eso indicaría que
estamos más preocupados por las herramientas que por lo que se pueda hacer con ellas. No
tenemos interés en estas ideas por sí mismas, sino en comprender que éstas pueden
proporcionar la interpretación de por qué se degrada el ambiente natural, de cuáles son
las consecuencias y de qué se puede hacer en forma efectiva para reducir la
degradación.

1.1.2. EL ENFOQUE ECONÓMICO.

¿Por qué las personas se comportan de manera tal que ocasionan la destrucción del
ambiente? Existen varias clases de respuesta para esta pregunta. Una puede ser la siguiente:
la degradación ambiental surge a partir del comportamiento humano que carece de ética o
moral. Es decir, las personas contaminan porque no tienen la solidez moral y ética para
abstenerse del tipo de comportamientos que causa la degradación ambiental. Si esto es cierto,
la forma para lograr que las personas detengan la contaminación consiste, en cierto modo, en
aumentar el nivel general de moralidad sobre lo ambiental en el seno de la sociedad. De
hecho, el movimiento ambiental ha conducido a que muchas personas se concentren en
cuestionar la ética ambiental, y hayan explorado las dimensiones morales del impacto
ocasionado por los seres humanos en el ambiente natural. Este cuestionamiento moral,
obviamente, es de fundamental interés para cualquier sociedad civilizada.

No obstante, aparecen dificultades cuando se hace depender del despertar moral, como
único modelo, el combate de la contaminación. Las personas no necesariamente disponen de
“botones” que puedan presionarse en forma instantánea para “inducir comportamientos
morales”, y los problemas ambientales son demasiado importantes como para esperar un largo
proceso de reconstrucción moral. Tampoco un sentimiento de atropello moral ayuda, por sí
mismo, a tomar decisiones sobre todos los objetivos sociales que también poseen dimensiones
éticas: vivienda, protección de la salud, educación, lucha contra el crimen, etc. En un mundo de
objetivos que compiten entre sí, las personas deben preocuparse por hacer preguntas muy
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prácticas: ¿Se está apuntando hacia los objetivos ambientales correctos?. ¿En realidad se
pueden ejecutar ciertas políticas?. ¿Se está logrando un mayor impacto con el dinero
invertido?. Y otras similares. Sin embargo, el principal problema de fundamentar el enfoque del
control de la contaminación estrictamente sobre el argumento moral consiste en el supuesto
básico de que las personas contaminan porque de alguna manera son subdesarrolladas
moralmente. No es el subdesarrollo moral lo que conduce a la destrucción ambiental;
más bien, es la forma como se ha organizado el sistema económico dentro del cual las
personas se dan a la tarea de hacer sus vidas.

De este modo, una segunda manera de enfocar el cuestionamiento de por qué las
personas contaminan consiste en considerar la forma como están establecida la economía y
sus instituciones, y cómo éstas conducen a que las personan tomen decisiones que generan
destrucción ambiental. Las personas contaminan porque ésta es la forma más económica que
poseen para resolver un problema práctico muy común. Este problema consiste en la
eliminación de los productos de desechos que quedan después de que los consumidores
han terminado de utilizar algo, o después de que las empresas industriales acaban de
producir los bienes. Las personas toman estas decisiones sobre producción, consumo y
eliminación dentro de cierto conjunto de instituciones económicas y sociales; estas instituciones
crean los incentivos que conducen a las personas a tomar decisiones en una dirección y no en
otra. Lo que se debe estudiar es cómo funciona este proceso de incentivos, y
especialmente cómo se reestructuraría para que las personas sean dirigidas a tomar
decisiones y desarrollen estilos de vida que tengan implicaciones más favorables para el
ambiente.

Un planteamiento simplista sobre los tipos de incentivos, que se oye con frecuencia, se
basa en que la contaminación es un resultado del deseo de obtener utilidades. De acuerdo con
este punto de vista, en las economías de la empresa privada, como las de los países
occidentales industrializados, las personas son recompensadas por maximizar las utilidades, es
decir, por la diferencia existente entre el valor de lo que se produce y el valor de lo que se utiliza
en el proceso de producción. Más aún, según esta misma idea, las ganancias que los
empresarios tratan de maximizar son de carácter estrictamente monetario. En esta precipitada
búsqueda de utilidades monetarias, los empresarios no tienen en cuenta los impactos
ambientales de sus acciones porque esto “no vale la pena”. Por consiguiente, en esta lucha
incontrolada por obtener utilidades monetarias, la única manera de reducir la contaminación
ambiental es debilitar la fortaleza del deseo de obtener ganancias.

No obstante, esta propuesta no es suficiente para el análisis. No son solamente las


corporaciones “motivadas por la utilidad” las que causan la contaminación; los consumidores
individuales también son culpables cuando hacen cosas como derramar disolvente de pintura
en el alcantarillado, o cuando permiten que los motores de sus automóviles se desincronicen
seriamente. Puesto que los individuos no mantienen sus estados de pérdidas y ganancias, las
ganancias por sí mismas no pueden ser el motivo que lleve a que las personas contaminen. Lo
mismo se puede decir para las entidades estatales, las cuales algunas veces han sido
contaminadoras severas aún sin estar motivadas por la búsqueda de utilidades económicas.

Esto significa, sencillamente, que el interés por la utilidad económica, en sí


mismo, no es la principal causa de la destrucción del ambiente.

En las secciones que siguen se subrayará la importancia de los incentivos en el


funcionamiento de un sistema económico. Cualquier sistema producirá impactos
ambientales destructivos si los incentivos del sistema no están estructurados para
evitarlos. Se debe mirar de manera más profunda el interior de cualquier sistema económico
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para poder entender cómo funcionan estos sistemas de incentivos y cómo se pueden cambiar
para obtener una economía razonablemente progresiva sin efectos colaterales de desastre
ambiental.

1.1.3. LA ECONOMÍA Y EL AMBIENTE.

La economía es un conjunto de acuerdos tecnológicos, legales y sociales a partir de los


cuales un grupo de personas buscan aumentar sus estándares materiales y espirituales de
vida. En cualquier sistema económico, las funciones elementales de producción, distribución y
consumo ocurren dentro de un mundo natural circundante. Una de las funciones que
desempeña el entorno natural es la de proveer materias primas e insumos de energía, sin
los cuales sería imposible la producción y el consumo. En consecuencia, uno de los
impactos que tiene un sistema económico sobre la naturaleza consiste en explotarla para
proveerse de materias primas para mantener el sistema en funcionamiento. Las actividades
de producción y consumo también generan productos de desecho, llamados “residuos”,
que tarde o temprano encuentran la forma de regresar al entorno natural. De acuerdo con
la manera como se manipulen, estos residuos pueden conducir a la contaminación o a la
degradación del ambiente natural. Estas relaciones fundamentales se pueden ilustrar en un
esquema simple:

Figura 1.1.

El vínculo señalado con (a) representa las materias primas que fluyen en la producción y
el consumo. El estudio de la naturaleza en su papel como proveedor de materias primas
se denomina economía de los recursos naturales. El vínculo señalado con (b) señala el
impacto de la actividad económica en la calidad del ambiente. El estudio de este flujo de
residuos y de los impactos resultantes en el mundo natural se denomina básicamente
economía ambiental. Aunque el control de la contaminación es el principal tema de la
economía ambiental, no es el único. Los seres humanos tienen muchas formas de dejar sus
huellas en el ambiente, formas que no se encuentran relacionadas con la contaminación en el
sentido tradicional. El desequilibrio del hábitat por los programas de construcción de vivienda y
la degradación del paisaje por cualquier cantidad de actividades humanas son ejemplos de los
impactos ambientales que no están relacionados con la descarga de contaminantes
específicos.

El tema de este texto es la economía ambiental. Aquí se estudiarán la administración


de los flujos de desechos y los impactos de la actividad humana en los recursos
ambientales. Sin embargo, en sentido real muchos de estos problemas se originan
previamente en la fase inicial de las materias primas. Por esa razón, antes de seguir se
considerarán brevemente las dimensiones importantes de la economía de los recursos
naturales.

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1.1.4. ECONOMÍA DE LOS RECURSOS NATURALES.

En las sociedades modernas suele subestimarse el hecho de que la actividad económica


haga uso de gran variedad de insumos provenientes de los recursos naturales. Durante los
últimos años, los acontecimientos nos han hecho recordar la importancia de los recursos
energéticos, especialmente de aquellos materiales fósiles como el carbón, el petróleo o el gas
natural. La gran industria de petroquímicos también se desarrolla a partir de estos recursos. La
gran cantidad de materiales utilizados en las sociedades industriales, incluso en la así
denominada “sociedad de la información”, proviene de diversos minerales y recursos forestales.
El agua es un insumo esencial en muchos procesos de producción, del mismo modo que lo es
directamente para el consumo doméstico. La producción de alimentos depende de la base de
recursos naturales, bien sea mediante la cosecha directa, como la que se realiza en las zonas
pesqueras, o para suministrar los insumos esenciales para el cultivo de plantas y la cría de
animales. El aire es un insumo vital en casi todos los procesos de producción económica.

Para clasificar esta variedad de recursos naturales, la diferenciación más común


que se hace distingue entre recursos renovables y recursos no renovables. Los recursos
vivos, como la pesca y los bosques, son renovables; éstos se desarrollan con el paso del
tiempo de acuerdo con los procesos biológicos. Algunos recursos no vivos también son
renovables; el ejemplo clásico lo constituye la energía solar que llega a la Tierra. Los recursos
no renovables son aquellos para los cuales no existen procesos de reabastecimiento; una vez
utilizados desaparecen para siempre. Los ejemplos clásicos son las reservas de petróleo y los
depósitos de minerales no energéticos. Ciertos recursos, como muchos pozos de agua
subterránea, tienen tasas de reabastecimiento tan bajas que en efecto no son renovables.

Un recurso que sólo recientemente nos ha llamado la atención, y lo ha hecho en forma


dramática, es uno que no consiste en una sustancia particular, sino en un conjunto de
elementos: la diversidad biológica. Los biólogos estiman que en la actualidad puede haber en
el mundo por lo menos 30 millones de especies diferentes de organismos vivientes. Estos
representan una fuente vasta e importante de información genética, útil para el desarrollo de
medicinas, pesticidas naturales, de plantas y animales resistentes, etc. Las actividades
humanas han incrementado sustancialmente la tasa de extinción de especies, de tal manera
que la conservación del hábitat y la preservación de especies se han convertido en los más
importantes problemas contemporáneos de los recursos naturales.

Uno de los aspectos característicos de la mayor parte de los asuntos relacionados con
los recursos naturales es que éstos “dependen del tiempo” en forma considerable. Esto
significa que su uso normalmente se distribuye a lo largo del tiempo, de tal manera que las
tasas de uso en un período afectan las disponibilidades y tasas de uso en períodos posteriores.
En el caso de los recursos no renovables, esta situación es relativamente fácil de atender.
¿Cuánto petróleo debe extraerse de un depósito este año, si sabemos que cuanto más se
extraiga menos cantidad disponible habrá en los años siguientes?. Sin embargo, tales
correspondencias entre presente y futuro también existen para muchos recursos renovables.
¿Cuál debería ser la tasa de pesca de salmón en la actualidad, si se tiene en cuenta que la
cantidad de existencias afectará la disponibilidad en años posteriores?. ¿Debería reducirse la
tala de árboles este año, o su tasa de crecimiento es suficientemente alta como para garantizar
su existencia en años futuros?.

Estos son asuntos que se caracterizan por una fuerte dimensión intertemporal;
involucran mediaciones entre el presente y el futuro. Ciertos problemas ambientales también
son como éstos, en especial cuando tienen que ver con contaminantes que se acumulan,
o con contaminantes que requieren un tiempo largo para su disipación. Lo que en
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verdad se agota es la “capacidad de asimilación” de la Tierra, la capacidad del sistema


natural para aceptar ciertos contaminantes y convertirlos en benignos o inofensivos.
Algunas de las ideas teóricas sobre el agotamiento de los recursos naturales también son útiles
para comprender la contaminación ambiental. En este sentido, la “capacidad de
asimilación” es un recurso natural análogo a recursos tradicionales como los depósitos
de petróleo y los bosques.

1.1.5. EL EQUILIBRIO FUNDAMENTAL.

En este texto se encontrará diversos “modelos” analíticos simples de situaciones que en


la realidad son un poco más complejas. Un modelo corresponde a una forma de intentar
demostrar la estructura esencial y las relaciones existentes en algo, sin entrar en todos sus
detalles; así como la caricatura de una persona acentúa los rasgos que lo distinguen sin
necesidad de poner atención en todos los pormenores.

La figura 2.1. es una representación más compleja de las relaciones expuestas al


comienzo. Los elementos que aparecen dentro del círculo son parte del sistema económico, la
totalidad de la cual se encuentra inmersa dentro del ambiente natural. La economía se ha
dividido en dos amplios segmentos productores y consumidores. La categoría “productores”
incluye a todas las empresas que toman insumos y los convierten en productos útiles, y también
comprende unidades como entidades públicas, organizaciones sin ánimo de lucro y empresas
que prestan servicios, como transporte; en resumen, abarca todas las entidades económicas
del sistema que van hasta los mismos consumidores. Los insumos primarios tomados del
ambiente natural para el sector de la producción son materiales, en forma de
combustibles, minerales y madera, líquidos como el agua y el petróleo, y gases de
diversos tipos, como el gas natural y el oxígeno. Todos los bienes y servicios son derivados
de materiales y de la aplicación de los insumos energéticos. Los bienes y servicios
producidos, incluyendo una parte de estos materiales y energía, luego fluyen hacia los
consumidores. Se podría afirmar que los consumidores utilizan materiales de insumo
directamente de la naturaleza sin la intermediación de los productores. Así, se obtiene agua
mediante bombeo de pozos domésticos, o como en muchos países, madera que se utiliza como
combustible que es recogida directamente por los miembros de la familia. Sin embargo, ya que
se intenta hacer más sencilla la representación, estas funciones no aparecen directamente en la
figura.

La producción y el consumo generan “residuos”, los cuales son otra forma de


denominar los desechos. Estos incluyen todos los tipos de residuos materiales que pueden
arrojarse al aire o al agua, o depositarse en la tierra. La lista es increíblemente larga: dióxido de
sulfuro, compuestos orgánicos volátiles, disolventes tóxicos, estiércol de animales, pesticidas,
partículas de cualquier tipo, desechos de materiales de construcción, metales pesados y
muchos otros. Los desechos de energía en forma de calor, ruido y radiactividad, los cuales
tienen las características tanto de materia como de energía, también son residuos importantes
de la producción. Los consumidores también son responsables de enormes cantidades de
residuos, que principalmente se localizan en el alcantarillado doméstico y en las emisiones
producidas por los automóviles. Todos los materiales de los bienes de consumo terminan como
desperdicios, aunque éstos pueden reciclarse durante el proceso. Estos son la fuente de
grandes cantidades de desechos sólidos al igual que de materiales peligrosos como químicos
tóxicos y aceite usado.

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Ambiente natural

r
Reciclados (R p )

Residuos (Rp)

Bienes
(G) Arrojados
Materias primas (M) Productores d
(R p )
Arrojados
(Rc)

Ambiente Natural
Consumidores Residuos
Consumidores d
(R c )

r
Reciclados (R c )

Ambiente natural
.

Figura 2.1. “El Ambiente y la Economía”

En primera instancia, considérese la cuestión sobre los residuos de producción y


consumo a partir del punto de vista estrictamente físico. La figura 2.1. muestra materiales y
energía que son extraídos del ambiente natural, y residuos que se descargan nuevamente en el
ambiente. La primera ley de la termodinámica, la famosa ley sobre la conservación de la
materia, asegura que, a largo plazo, estos dos flujos deben ser iguales. La fórmula de la figura
2.1. sería la siguiente:
Es preciso decir a “largo plazo” por muchas razones. Si el sistema está creciendo, éste

M  Rd  Rd C
p
puede conservar parte de los insumos naturales, los cuales van a incrementar el tamaño del
sistema mediante una población en proceso de crecimiento, y acumulación de bienes de
capital, etc. Estos insumos serían eliminados en el momento en que el sistema dejase de
crecer. Asimismo, el reciclaje obviamente puede retrasar la eliminación de residuos. Sin

R pd  Rcd  M  G  R p  Rc p  Rcc
embargo, el reciclaje nunca puede ser perfecto; cada ciclo pierde parte del material reciclado.
Así, la ecuación básica del equilibrio de materiales debe mantenerse a largo plazo. Este hecho
señala algo fundamental: si se desea reducir la masa de residuos arrojados al ambiente natural,
debe reducirse la cantidad de materias primas tomadas para el sistema. El lector puede
observar con minuciosidad las opciones que se presentan si se sustituye M. De acuerdo con el
diagrama de flujo, sería así:

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Esto significa que la cantidad de materias primas (M) es igual a la producción (G) más
los residuos de la producción (Rp), menos las cantidades que se reciclan por parte de los
productores (Rp) y los consumidores (Rc). Hay esencialmente tres formas de reducir M y, por
consiguiente, los residuos descargados en el ambiente.

Reducción de G. Suponiendo que otros flujos permanecen iguales, es posible reducir


los residuos descargados mediante la disminución de la cantidad de bienes y servicios
generados en la economía. Algunas personas se han fijado este objetivo como la mejor
respuesta a largo plazo para contrarrestar la degradación ambiental, reducir la producción o, al
menos, detener su ritmo de crecimiento permitiría un cambio similar en la cantidad de residuos
descargados. Algunos buscan alcanzar esta meta cuando apoyan la fórmula del “crecimiento
cero de la población”. Una población que crece lentamente o una población estacionaria puede
tener más fácil el control de los impactos ambientales, pero esto de ninguna manera puede
asegurar el control, por dos razones. Primera, una población estacionaria puede crecer
económicamente, incrementando así su demanda de materias primas. Segunda, los impactos
ambientales pueden ser a largo plazo y acumulativos, de tal modo que incluso una población
estacionaria puede degradar gradualmente el entorno en el cual se encuentra. Sin embargo, es
muy evidente que el crecimiento de la población agravará fuertemente los impactos ambientales
de una economía particular. En la economía de EEUU, por ejemplo, aunque se ha disminuido
en forma sustancial el nivel de emisiones de contaminantes por automóvil durante las últimas
décadas al contar con una mejor tecnología de control de estas emisiones, el abrupto
crecimiento en la cantidad de automóviles que se observa en las autopistas ha conducido a un
incremento en la cantidad total de emisiones producidas por los automóviles en muchas
regiones.

Reducción de Rp. Otra forma de reducir M y, por tanto, los residuos descargados,
consiste en disminuir Rp. Si se supone que otros flujos se mantienen constantes, no queda otra
alternativa que cambiar las cantidades de residuos de la producción generados por una
cantidad determinada de producción resultante. Hay básicamente dos formas para llevar a
cabo esto. Es posible inventar y adoptar nuevas tecnologías y prácticas de producción que
generen menores cantidades de residuos por unidad de producción resultante.

La otra forma de reducir Rp, consiste en cambiar la composición de la producción. La


producción G, en realidad, consiste en una gran cantidad de bienes y servicios diversos, con
grandes diferencias en lo que se refiere a los residuos que generan después de su proceso de
producción. Así que otra forma de reducir la cantidad total de residuos consiste en cambiar
considerablemente la composición de G de aquellos artículos cuyos residuos tienen un nivel
alto o aquellos artículos que generen bajos niveles de residuos, mientras la totalidad queda
intacta. El cambio de una economía manufacturera hacia una de servicios es,
fundamentalmente, un paso orientado en esta dirección. La mayor parte de las economías
“industriales” desarrolladas han experimentado tasas de crecimiento relativamente rápidas en
sus sectores de servicios durante la última mitad de siglo aproximadamente. El ascenso de los
así denominados “sectores de la información” es otro ejemplo clásico. No es que estos nuevos
sectores no produzcan residuos significativos, en realidad, algunos de ellos pueden producir
más desperdicios de los que se conocen hasta el momento. La industria de la computadora,
por ejemplo, utiliza gran variedad de disolventes químicos con propósitos de limpieza. Sin
embargo, en general, estos sectores probablemente tienen menos problemas para eliminar sus
desechos que las tradicionales industrias que estos sectores han reemplazado.

Incremento (Rp + RC). La tercera posibilidad consiste en incrementar el reciclaje. En


vez de descargar los residuos de la producción y el consumo en el ambiente, éstos se pueden
reciclar y retornar al proceso de producción. Esto demuestra que la función principal del
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reciclaje consiste en reemplazar una parte del flujo original de los materiales vírgenes (M). Al
sustituir los materiales vírgenes por materiales reciclados, se puede reducir la cantidad de
residuos descargados mientras se mantiene la tasa de producción de bienes y servicios (G). En
las economías modernas, el reciclaje ofrece grandes posibilidades de reducir los flujos de
desechos. No obstante, es necesario recordar que el reciclaje nunca puede ser perfecto, aún si
se dedicaran enormes recursos para esa tarea. Los proceso de producción suelen transformar
la estructura física de los insumos materiales, y hacen difícil su reutilización. La conversión de
materiales energéticos hace imposible la recuperación de materiales. Además, los procesos de
reciclaje en sí mismos pueden generar residuos. Sin embargo, la investigación sobre
materiales continuará progresando y descubriendo nuevas formas de reciclaje. Durante mucho
tiempo, las llantas de automóviles no pudieron reciclarse porque el proceso de producción
original cambiaba la estructura física del caucho. Pero, recientemente, se descubrió una forma
de superar este problema, hecho que abre la posibilidad de que grandes acumulaciones de
neumáticos utilizados y sin destino ya no estropeen el paisaje.

Estas relaciones fundamentales son muy importantes. Sin embargo,


recordaremos que nuestro objetivo final consiste en reducir los deterioros ocasionados
por la descarga de residuos generados por la producción y el consumo. La disminución
de la cantidad total de estos residuos es una forma importante de realizar esto, y las relaciones
analizadas indican los procedimientos básicos en que se pueden llevar a cabo. Sin embargo,
los deterioros también se puede aminorar al trabajar directamente en la corriente de residuos.

Terminología:

En todos los Submódulos que siguen se utilizarán los siguientes términos:

 Calidad del Ambiente: “el medio” se refiere al ambiente circundante, de tal manera que la
calidad del medio se refiere a la cantidad de contaminantes en el ambiente, por ejemplo, la
concentración de SO2 en el aire sobre una ciudad o la concentración de un químico
particular en las aguas de un lago.

 Calidad del Entorno: término utilizado para referirse más ampliamente al estado del
ambiente natural. Esto incluye la noción de calidad del medio, además de aspectos como
calidad visual y estética del ambiente.

 Residuos: material que queda después de haber producido algo; una fábrica, por ejemplo,
utiliza gran variedad de materias primas y las convierte en determinado producto; las
materias y la energía que quedan después de que se genera el producto son residuos de la
producción. Los residuos del consumo son los que quedan después de que los
consumidores han terminado de utilizar los productos que contenían o utilizaban estos
materiales.

 Emisiones: aquella parte de los residuos de producción o consumo que son depositados en
el ambiente, algunas veces directamente, en otras ocasiones después de procesos de
tratamiento.

 Reciclaje: el proceso de retornar algunos o todos los residuos de la producción o del


consumo para que sean utilizados de nuevo en la producción o en el consumo.

 Contaminante: forma de sustancia o de energía, o acción que, cuando se introduce en el


ambiente natural, genera una disminución del nivel de calidad del medio. Aquí queremos
incluir no sólo hechos tradicionales como derramamientos de petróleo en océanos o
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descarga de químicos en el aire, sino también otras actividades, como ciertos proyectos de
construcción que generan “contaminación visual”.

 Efluente: el término “efluente” algunas veces se utiliza para referirse a los contaminantes de
aguas, y “emisiones” suele aludir a los contaminantes del aire, pero en el libro se utilizarán
ambas palabras de manera diferente.

 Contaminación (Polución): la contaminación es en verdad una palabra difícil de definir.


Algunas personas podrían decir que la contaminación aparece cuando se introduce
cualquier cantidad de residuos, no importa qué tan pequeña, en el ambiente. Otros
sostienen que la contaminación es algo que sucede únicamente cuando la calidad del medio
ha sido degradada tanto como para ocasionar daños.

 Daños: son los impactos negativos producidos por la contaminación ambiental; en las
personas los deterioros se manifiestan en forma de efectos sobre la salud, como la
disminución visual, etc.; en los elementos del ecosistema los deterioros se perciben a través
del desequilibrio en los enlaces ecológicos, extinciones de especies, etc.

 Medio Natural: son las dimensiones generales del mundo natural que constituyen en forma
colectiva el ambiente, usualmente clasificadas como tierra, agua y aire.

 Fuente: lugar donde ocurren las emisiones, como una fábrica, un automóvil o rellenos
sanitarios que filtran contaminantes.

1.1.5.1. Emisiones, Calidad Ambiental y Daños.

El texto ahora se concentrará en lo que sucede al final de aquellas dos flechas de


descarga representadas en la gráfica derecha de la figura 2.1. En forma muy simple, las
emisiones producen cambios en los niveles de la calidad ambiental, la cual a su vez genera
daños a los seres humanos y no humanos. La figura 2.2., muestra una forma de esbozar esta
relación. En ésta se señalan dos fuentes de emisiones, éstas podrían ser empresas privadas,
entidades gubernamentales o consumidoras. Las fuentes reciben diversos insumos y bienes, y
utilizan diferentes tipos de tecnologías en la producción y el consumo. En el proceso estas
fuentes generan residuos. La manera como se manejan estos residuos tiene entonces un efecto
crítico en las etapas posteriores. Algunos residuos pueden recuperarse y reciclarse nuevamente
para la producción o el consumo. Muchos otros pueden recuperarse mediante procesos de
tratamiento (manipulación de residuos) que los pueden hacer más benignos cuando se
expulsen. Algunos de estos procesos son estrictamente físicos (silenciadores en los
automóviles y camiones, estanques de sedimentación en plantas de tratamientos de aguas
negras, convertidores catalíticos), otros involucran transformaciones químicas de diversos tipos
(tratamiento avanzado de aguas para el consumo doméstico).

Todas las emisiones necesariamente deben ir a uno o más de los diferentes medios
naturales, y existe una relación importante entre ellos. Hay una tendencia natural en las
discusiones de política por mantener estos medios en compartimentos separados, abordando la
contaminación del aire en forma separada de la contaminación de aguas, y así sucesivamente.
Sin embargo, estas emisiones se encuentran obviamente interconectadas; una vez que se
generan los residuos, todos los que no se reciclan deben terminar por descargarse en uno o
más de los diferentes medios naturales. Así, para determinada cantidad de residuos totales, si
se reducen las cantidades que van a un medio, necesariamente deben incrementarse las
cantidades dirigidas a los demás medios. Cuando se elimina el dióxido de sulfuro (SO 2) de los
gases en combustión producidos por las plantas generadoras de energía, por ejemplo, los
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compuestos de sulfuro no se destruyen; por el contrario, éstos terminan convertidos en


sedimentos de sulfuro que deben eliminarse de alguna otra forma, quizá colocados en
depósitos subterráneos. Si este material se incinerara, en realidad se expulsa parte de sulfuro
al aire, pero aún quedan ciertas cantidades de residuos sólidos que deben eliminarse en algún
sitio.

Las corrientes de emisiones provienen de las dos fuentes diferentes, pero una vez
emitidas, éstas se fusionan en un solo flujo. En el mundo real esta mezcla puede ser completa;
por ejemplo, los efluentes provenientes de dos procesadores de pulpa, que se localizan en el
mismo punto de un río, pueden mezclarse completamente de tal modo que unos cuantos
kilómetros más abajo sea imposible diferenciar los efluentes de una fuente y los de otra.
Cuando hay millares de automóviles movilizándose en un área urbana, las emisiones que
producen todos se convierten en una sola mezcla uniforme. En otros casos, la combinación es
casi completa. Si una planta de energía se encuentra justamente en las afueras de la ciudad y
otra está a 20 Millas contraria al viento, la planta más cercana normalmente será la que asuma
la mayor responsabilidad por del daño que ejerce en la calidad el aire para la ciudad.

Figura 2.2. Emisiones, Calidad del medio y daños

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Esta mezcla de emisiones es el problema más significativo que puede manifestarse


inicialmente. Con sólo una fuente individual, la línea de responsabilidad es clara, y si se quiere
obtener un mejoramiento en la calidad del ambiente se sabe exactamente cuáles emisiones
deben controlarse. Sin embargo, con múltiples fuentes, las responsabilidades son menos
nítidas. Se sabe hasta qué punto se desea disminuir las emisiones totales, pero no se sabe
cómo distribuir esta reducción total entre las diferentes fuentes. Cada fuente, entonces, tiene
un incentivo para hacer que las demás asuman una mayor participación en la responsabilidad
por reducir las emisiones. Con cada fuente bajo esta misma racionalidad, los programas para el
control de la contaminación enfrentan un verdadero problema de diseño y ejecución de leyes.
Una vez que se introduce determinada cantidad y calidad de residuos en un medio
natural particular, corresponde a los procesos físicos, químicos, biológicos,
meteorológicos, etc., del sistema natural determinar cómo se traducen los residuos en
niveles particulares de calidad del ambiente. Por ejemplo, de las condiciones del viento y la
temperatura dependerá la difusión de los residuos que se arrojan en el aire, y que afectan a los
vecindarios cercanos o a las personas que viven un poco más lejos con el viento a su favor. Y
puesto que estas condiciones meteorológicas varían a diario, el mismo nivel de emisiones
puede producir diversos niveles de calidad en el ambiente en tiempos distintos. La lluvia ácida
se produce mediante procesos químicos que actúan fundamentalmente en las emisiones de
dióxido de sulfuro expulsadas corriente arriba del viento; en sentido contrario al viento el humo
también es el resultado de complejas reacciones químicas que involucran la luz solar y muchos
contaminantes diversos. Los procesos hidrológicos subterráneos afectan el transporte de
materiales desechados en terrenos destinados para el relleno de basuras, y así sucesivamente.
En consecuencia, para saber cómo afectarán las emisiones particulares los niveles de calidad
del ambiente, se debe contar con un buen conocimiento de los funcionamientos físicos y
químicos del mismo sistema natural. En esta parte es donde confluyen las ciencias
naturales y la física, para estudiar el rango completo de fenómenos ambientales, que van
desde pequeños modelos puntuales de flujo de aguas subterráneas en un pozo
particular, hasta los modelos climáticos globales pasando por los modelos complejos de
grandes lagos y cuencas hidrográficas y por los estudios de patrones de vientos
interregionales. El objetivo fundamental es determinar cómo los patrones particulares de
emisiones se convierten en modelos que corresponden a los niveles de calidad del ambiente.

Finalmente, están los daños. Determinado conjunto de condiciones en el ambiente se


manifiesta en un patrón particular de exposición para los sistemas vivos y no vivos. Por
supuesto, estas exposiciones son una función no sólo de los procesos físicos involucrados, sino
también de las elecciones humanas que se hacen sobre cómo y dónde vivir, y de las
susceptibilidades de los sistemas vivos y los inertes para las cambiantes condiciones
ambientales. En conclusión, los daños se relacionan con los valores humanos. Los seres
humanos no tienen preferencias amorfas sobre todos los posibles resultados de la interacción
economía/ambiente; ellos prefieren algunos resultados sobre otros. Una parte importante de
la economía ambiental consiste en tratar de determinar los valores relativos que las
personas ponen en los diferentes resultados ambientales.

1.1.5.2. Tipos de Contaminantes.

Físicamente, los residuos identificados en la figura 2.2., constituyen una amplia


clasificación de los materiales y energía que fluyen en los tres medios naturales. Es necesario
distinguir entre los amplios tipos de emisiones de acuerdo con los factores que afectan en forma
crítica sus estatus económicos.

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Contaminantes Acumulativos Versus Contaminantes no Acumulativos:

Una pregunta sencilla e importante sobre los contaminantes ambientales pretende saber
si éstos se acumulan con el paso del tiempo o tienden a disiparse poco después de ser
expulsados. El ejemplo clásico de un contaminante no acumulativo es el ruido; mientras la
fuente opera, el ruido se manifiesta en el aire circundante, pero tan pronto deja de funcionar la
fuente, cesa el ruido. En el otro costado del espectro están los contaminantes que se acumulan
en el ambiente, prácticamente en las mismas cantidades que son emitidos. Por ejemplo, los
desechos radiactivos se descomponen con el paso del tiempo a un ritmo tan lento con relación
a los períodos de vida humana que, a pesar de todos los intentos y propósitos, estarán con
nosotros en forma permanente; éste es un tipo de contaminante estrictamente acumulativo.
Otros contaminantes acumulativos son los materiales plásticos. Durante décadas se ha
emprendido la búsqueda de un plástico degradable, pero hasta ahora el plástico es una
sustancia que se descompone muy lentamente de acuerdo con los estándares humanos; así,
los desechos existentes estarán en el ambiente permanentemente. Muchos químicos son
contaminantes acumulativos; una vez que se expulsan, básicamente quedan entre nosotros
para siempre.

Entre estos dos extremos del espectro existen muchos tipos de efluentes que son
acumulativos hasta cierto punto, pero no completamente. El ejemplo clásico es la materia
orgánica arrojada en las masas de agua; por ejemplo, los desperdicios, tratados o no, que
arrojan las plantas municipales de tratamiento de basuras. Una vez dispersados, los desechos
quedan sujetos a los procesos químicos naturales que tienden a descomponer los materiales
orgánicos en sus elementos constitutivos, haciéndolos así mucho más benignos. El agua, en
otras palabras, tiene una capacidad de asimilación natural que le permite aceptar sustancias
orgánicas y hacerlas menos perjudiciales. Mientras esta capacidad de asimilación no se
exceda en ningún momento, se puede interrumpir la fuente del efluente, y en unos cuantos
días, semanas o meses la calidad del agua volverá a su estado normal. Por supuesto, el hecho
de que la naturaleza tenga una capacidad de asimilación no significa de ninguna manera
automática que se tenga un contaminante estrictamente no acumulativo. Una vez que las
emisiones exceden la capacidad de asimilación, se inicia un proceso acumulativo. Por ejemplo,
la atmósfera de la Tierra tiene una capacidad determinada para absorber el CO 2, expulsado por
la actividad humana, mientras que no se exceda su capacidad. El CO2, es un contaminante no
acumulativo. Pero si el CO2 excede la capacidad de asimilación de la Tierra, como parece
ocurrir en este momento, se inicia una situación en la cual las emisiones empiezan poco a poco
a acumularse.

Sea o no acumulativo un contaminante, esencialmente se tiene el mismo problema


básico: tratar de corregir los deterioros ambientales y relacionar éstos con los costos para
reducir las emisiones. Sin embargo, esta tarea es mucho más difícil para contrarrestar los
contaminantes acumulativos que para los contaminantes no acumulativos. Considérense las
gráficas de la figura 2.3.

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Figura 2.3 Relación entre las emisiones actuales y la concentración de la contaminación


en el ambiente.

En el lado (a) se representa un contaminante no acumulativo, mientras que en el lado (b)


se esboza uno que es acumulativo. En el lado (a) la gráfica comienza en el origen; esto implica
que las concentraciones actuales en el ambiente son proporcionales a las emisiones actuales.
Las concentraciones en el ambiente están estrictamente en función de las emisiones actuales,
es decir, reducir éstas a cero conduciría a concentraciones cero en el ambiente. No obstante,
la relación es más compleja con los contaminantes acumulativos. Las emisiones de la
actualidad, puesto que se acumulan y se suman a la concentración de contaminantes ya
existentes, ocasionarán daños no sólo hoy sino también en el futuro, quizá incluso en un futuro
distante. Esto también significa que la cantidad actual de un contaminante acumulativo en el
ambiente puede estar sólo débilmente relacionada con las emisiones actuales. La gráfica en el
lado (b) comienza en un punto alto del eje vertical a partir del origen y después tiene una
pendiente menos inclinada que la otra. De este modo, una reducción en las emisiones actuales
tiene sólo un efecto modesto en las concentraciones actuales en el ambiente. Incluso si las
emisiones de la actualidad se redujeran a cero, la calidad del ambiente se dañaría debido al
efecto acumulativo de las emisiones anteriores. El hecho de que un contaminante se acumule
con el paso del tiempo en el ambiente tiene el efecto de romper la conexión directa entre las
emisiones actuales y los daños actuales. Esto tiene varias implicaciones. Por una parte, hace
más arduo el trabajo científico. Las relaciones causa - efecto son más difíciles de aislar cuando
el tiempo interviene entre éstas. Esta circunstancia también puede hacer más difícil que las
personas se concentren en los daños producidos por las emisiones de hoy, puesto que de
nuevo puede haber sólo una débil conexión entre las emisiones de la actualidad y los niveles de
calidad en el ambiente de hoy. Aún más, por definición los contaminantes acumulativos
conducen a daños futuros, y los seres humanos han demostrado una desalentadora prontitud
para no prestar la importancia que se merecen los acontecimientos futuros y evitar enfrentarlos
en el presente.

Contaminantes Locales Versus Contaminantes Regionales y Globales:

Algunas emisiones sólo tienen impacto en regiones restringidas y localizadas, mientras


que otras afectan a regiones más amplias, quizá al ambiente global. La contaminación de ruido
y la degradación del ambiente visual son locales en sus impactos; los daños provenientes de
cualquier fuente particular, por lo regular, se limitan a grupos de personas relativamente
pequeños en una región determinada. Obsérvese que ésta es una afirmación sobre qué tan
amplios son los efectos provenientes de cualquier fuente particular de contaminación, no acerca
de la importancia del problema general en un país o en el mundo. Algunos contaminantes, por
otra parte, tienen amplios impactos, en una gran región o quizá en el ambiente global. La lluvia
ácida es un problema regional; las emisiones en una región de EEUU (y de Europa) afectan a
personas en otras partes del país o de la región. Los efectos por el agotamiento del ozono
debido a las emisiones de clorofluorocarbonos en varios países generan cambios químicos
perdurables en la estratosfera de la tierra, lo que significa que los impactos son en verdad de
orden mundial.

En condiciones constantes, los problemas ambientales en el ámbito local deben ser más
fáciles de manejar que los regionales o nacionales, y a su vez más sencillos de manejar que los
problemas mundiales. Si los habitantes de un barrio se ven afectados por el humo que produce
la chimenea de un vecino, es posible que encuentren una solución entre sí, o que puedan
llamar a las instituciones políticas locales para llegar a un acuerdo. No obstante, si el
comportamiento de alguien ocasiona contaminación en un punto distante, las soluciones
pueden ser más difíciles. Si las personas se encuentran dentro del mismo sistema político, se
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puede solicitar que las instituciones respectivas encuentren soluciones. Durante los últimos
años, sin embargo, se ha encontrado una creciente cantidad de asuntos ambientales en el
ámbito internacional y mundial. Hasta el momento se está muy lejos de contar con medios
efectivos para responder, debido tanto a la naturaleza exacta de los impactos físicos, que es
difícil describir, como a las instituciones políticas internacionales necesarias que sólo están
comenzando a aparecer.

Contaminantes Provenientes de Fuentes Puntuales Versus Contaminantes de Fuentes No


Puntuales:

Las fuentes de contaminación difieren en términos de la facilidad con que pueden


identificarse los puntos reales de descarga. Es fácil identificar los puntos por los cuales una
gran planta de energía descarga las emisiones de dióxido de sulfuro; éstas salen por las
chimeneas asociadas a cada planta. Las plantas municipales de alcantarillado normalmente
tienen una sola salida por la cual expulsan todas las aguas negras. Estos se denominan
contaminantes de fuentes puntuales. Por otra parte, existen muchos contaminantes para los
cuales no existen puntos de expulsión muy definidos. Los químicos agrícolas, por ejemplo,
usualmente fluyen en la tierra en forma dispersa o disuelta, y aunque pueden contaminar
corrientes específicas o pozos subterráneos, no hay un solo conducto o tubo de escape por el
cual se expulsen estos químicos. Este es un tipo de contaminante de fuentes no puntuales.

Como se podría esperar, es posible que los contaminantes de fuentes puntuales sean
más fáciles de manejar que los contaminantes de fuentes no puntuales. Probablemente son
más sencillos de medir y monitorear, y más fáciles de estudiar en cuanto se refiere a las
conexiones existentes entre las emisiones y los impactos. Esto significa que será más factible,
por lo general, desarrollar y administrar políticas de control de contaminantes que hayan sido
expulsados por fuentes puntuales.

Emisiones Continuas Versus Emisiones Esporádicas

Las emisiones que producen las plantas de energía eléctrica o alcantarillado son más o
menos continuas. Las plantas se diseñan para estar en funcionamiento continuamente, aunque
el ritmo de operación puede variar un poco durante un día, una semana o una temporada.
Entonces, las emisiones de estas operaciones son más o menos continuas, y el problema
político consiste en manejar el ritmo de estas descargas. Es posible hacer comparaciones
inmediatas entre los programas de control y las tasas de emisiones. Sin embargo, el hecho de
que las emisiones sean continuas no significa que los daños también sean constantes. Los
hechos meteorológicos e hidrológicos pueden convertir las emisiones continuas en daños
variables. No obstante, los programas de control a menudo son más fáciles de ejecutar cuando
las emisiones no están sujetas a grandes fluctuaciones.

Sin embargo, muchos contaminantes son emitidos esporádicamente. El ejemplo clásico


es el de los derramamientos accidentales de petróleo o de químicos. En este caso, el problema
político consiste en diseñar y manejar un sistema que reduzca la probabilidad de descargas
accidentales. Sin embargo, cuando se presenta un efluente esporádico no habrá necesidad de
medir ningún factor, al menos a corto plazo.

1.1.5.3. Daños Ambientales no Relacionados con Emisiones:

Hasta aquí el análisis se ha concentrado en las características de los diferentes tipos de


contaminantes ambientales relacionados con la descarga de residuos de materiales o de
energía. Sin embargo, existen muchas instancias importantes en cuanto al daño de la calidad
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ambiental que no pueden ser atribuidos a descargas de residuos. La transformación de tierras


en áreas para vivienda y el comercio destruye el valor ambiental de los terrenos, bien sea su
valor como ecosistema, como hábitat, o su valor como paisaje. Otras formas de utilización de la
tierra, como la explotación forestal o minera, también pueden tener impactos sustanciales. En
estos casos nuestra tarea consiste en comprender los incentivos que tienen las personas cuyas
decisiones generan estos impactos, y cambiar estos incentivos cuando sea conveniente.
Aunque no haya emisiones físicas para monitorear y controlar, existen efectos que pueden
describirse, evaluarse y manejarse con políticas apropiadas.

Selecciones a Corto y Largo Plazo

Hasta el momento, la mayor parte de la discusión se ha concentrado en los vínculos


físicos entre los insumos, los residuos, las emisiones y los niveles de calidad en el ambiente.
Estas relaciones son el interés fundamental de los científicos que trabajan en problemas
ambientales. Ahora es posible desplazar el análisis hacia la competencia del economista
para examinar las correspondencias inherentes a la relación entre la producción de
mercado y la calidad ambiental. Esto también suministrará al lector una herramienta para
analizar las diferencias entre las decisiones ambientales a corto plazo y a largo plazo.

(a) CPP actual (b) CPP dentro de 60 años


Bienes de Bienes de
Mercado Mercado
C2
C1 C3

e2 e1 e3 e2
Calidad Ambiental Calidad Ambiental

Figura 2.4. Curvas de posibilidad de producción para las generaciones actuales y futuras.

La relación fundamental aparece expuesta en la figura 2.4. Esta representa diversas


curvas de posibilidad de producción (CPP) entre la producción llevada al mercado y la calidad
ambiental. La CPP es una forma de representar en forma de diagrama la selección que
enfrenta un grupo de personas entre dos resultados deseables. Considérese por ahora el lado
(a) de la figura 2.4. El eje vertical presenta un índice de la producción económica agregada en
una economía, es decir, el valor total de mercado de los bienes económicos convencionales
comercializados en determinada economía durante un año. El eje horizontal presenta un índice
de la calidad ambiental, obtenido a partir de los datos sobre las diversas dimensiones del
ambiente circundante, por ejemplo, concentraciones volátiles de SO2, niveles de ruido urbano y
datos sobre la calidad del agua. La relación en la curva muestra las diferentes combinaciones
de estos dos resultados (producción de mercado y calidad ambiental), los cuales se encuentran
disponibles para un grupo de personas que tienen una asignación fija de recursos con los
cuales deben trabajar.

La curva de posibilidad de producción está determinada por las capacidades técnicas de


la economía y por los factores ecológicos (meteorología, hidrología, etc.) del sistema natural en
el cual se localiza determinado país. Esta dice, por ejemplo, que si el nivel actual de producción
económica es C1, se puede obtener un incremento hasta C2 sólo a costa de la disminución de la
calidad ambiental desde e1 hasta e2. Pero mientras la CPP es una restricción técnica, la
elección de una sociedad para localizarse en su CPP constituye un asunto de selección social,

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esto depende de los valores relativos que le asignen las personas a esa sociedad en cuanto a
la producción económica convencional y la calidad ambiental.

La curva actual de posibilidad de producción representa una relación competitiva entre la


calidad ambiental y la producción de mercado. Más de un factor implica menos del otro. Si el
interés en general se concentra en observar qué sucede en un periodo relativamente largo, la
sola CPP puede ser engañosa. Esto se debe a que, a largo plazo, la calidad ambiental puede
ser menos sustitutiva y más complementaria en cuanto a las producciones económicas
convencionales. A largo plazo, el entorno natural desempeña el papel de insumo de capital
ambiental como insumo para el sistema de producción; una baja significativa del capital
ambiental puede tener serios efectos negativos en la capacidad del sistema económico para
sostenerse por sí mismo. Una curva de posibilidad de producción esboza las mediaciones que
enfrenta la generación de hoy. Pero ¿qué hay con respecto a las generaciones futuras?. Una
forma de concebir esto consiste en considerar los impactos de nuestras decisiones actuales
sobre las curvas de posibilidad de producción de las generaciones futuras. Considérese el lado
(b) de la figura 2.4. Este señala la curva de posibilidades de producción para las personas de
dentro de, digamos, 60 a 80 años, la generación constituida por nuestros bisnietos. De acuerdo
con la CPP actual, se podrían escoger las combinaciones (C1, e1), o (C2, e2), o cualesquiera
otras en la curva. Pero el futuro no es independiente de la selección que se haga ahora. Por
ejemplo, es concebible que la degradación exagerada del ambiente en este momento afectará
posibilidades futuras, por ejemplo, al agotar ciertos recursos importantes o al contaminar
intensamente de tal manera que se ocasionen deterioros irreversibles, o simplemente al
descargar un contaminante que tenga larga permanencia y afecte generaciones futuras. En
efecto, esto podría desplazar la futura CPP llevándola a donde estaría en otras circunstancias.
Esto se representa en el lado (b) del diagrama. Nuestros bisnietos se enfrentarán con un
conjunto reducido de posibilidades si se las compara con las opciones que tenemos en la
actualidad. La generación futura, la que se halla en la parte interna de la curva de posibilidades
de producción, aún puede tener el mismo nivel de producción de mercado que el que se posee
en la actualidad (C2), pero sólo a un nivel inferior de calidad ambiental (e3) comparado con el
actual. De manera alternativa, podría disfrutarse del mismo nivel de calidad ambiental, pero
sólo con un nivel reducido de producción de mercado (C3).

Por supuesto, hay que reconocer que la influencia de las decisiones actuales sobre las
futuras posibilidades de producción es mucho más compleja que lo que podría sugerir este
análisis. No es sólo la degradación ambiental la que afecta a las condiciones futuras, sino
también los desarrollos técnicos y los cambios que se registran en las habilidades humanas.
De este modo, las decisiones actuales podrían desplazar la futura CPP hacia adentro o hacia
fuera, dependiendo de muchos y grandes factores dinámicos que son difíciles de predecir. Sin
embargo, es necesario estar muy atentos para evitar las decisiones actuales que pudieran
conllevar el efecto de desplazar las futuras CPP hacia la izquierda. Esta es la esencia de
muchos análisis recientes sobre la sostenibilidad. “Sostenibilidad” significa que las curvas
futuras de posibilidad de producción no son afectadas en forma negativa por lo que se hace en
la actualidad. Esto no significa que se tenga que maximizar la calidad ambiental de hoy, puesto
que esto implica producción cero de bienes y servicios. Quiere decir simplemente que han de
reducirse los impactos ambientales en la actualidad lo suficiente como para evitar el
desplazamiento negativo de las curvas futuras de posibilidades de producción en comparación
con las posibilidades de producción actuales.

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