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Módulo 1.
EL NEGOCIO JURIDICO:
Acto Jurídico: Es la acción licita y voluntaria de una persona, con intención de producir efectos
previstos en la ley.
En los hechos jurídicos no existe voluntad de acción ni voluntad de producir efectos legales, mientras
que los actos se derivan de la voluntad de la persona precisamente para producir efectos legales.
En conclusión, los hechos jurídicos son aquellos que pueden ser producto de la naturaleza o del
hombre, pero que los efectos van a tener trascendencia en el campo del derecho, mientras que en
los actos jurídicos sus consecuencias tienen que ver en el derecho y necesariamente interviene la
voluntad del hombre.
Acto voluntario licito encaminado a producir consecuencias jurídicas. Manifestación de voluntad que
tiende válidamente a construir, modificar o extinguir un derecho (DEL VECCHIO).
No es la obligación en si misma, no es el contrato. Es el marco jurídico por el que una persona crea
relaciones jurídicas. El negocio jurídico no necesariamente se materializa en un contrato.
d) Antecedentes históricos:
Los orígenes del derecho de obligaciones se remonta al Derecho Romano, quienes designaban a la
obligación con el término de nexum o nexus, de nectere, que significa atar, vincular; después se
encuentra la palabra obligatio (de ob y ligare), con la cual se está dando a entender que su esencia
está en la sujeción del deudor a los poderes o derechos del acreedor. Del lado activo de la obligación
se encuentran un creditum o nomen, que le corresponde al acreedor (creditor), y del lado positivo,
un debitum, que constituye el deber jurídico del deudor (debitor).
Las dos definiciones clásicas de la obligación, son la de Justiniano, quien en sus “Instituciones” dice:
“la obligación es un vínculo de derecho, por el que somos constreñidos con la necesidad de pagar
alguna cosa según las leyes de nuestra ciudad”. Paulo, en el “Digesto”, dice que “la sustancia de las
obligaciones consiste no en que haga nuestra alguna cosa corpórea o una servidumbre, sino en que
constriña a otro a darnos, a hacernos o a prestarnos alguna cosa”. El sentido esencialmente
personalista caracterizó al derecho romano en cuanto a las obligaciones, sin embargo, la esencia
del contenido de la obligación cristalizó esas definiciones.
La idea romana del vínculo de derecho o vínculo jurídico ha sido substituida, por la expresión relación
jurídica, que desvincula el sometimiento personal directo y más acorde a la situación personal en el
ámbito del derecho.
Así pues en las fuentes romanas no podemos pretender establecer expresamente formulada una
doctrina del negocio jurídico. Urgidos como estaban los romanos de crear un derecho apto para
satisfacer sus múltiples necesidades jurídicas, no podían detenerse a meditar sobre todas las
cuestiones que implica un sistema o doctrina general del ordenamiento jurídico privado. Sólo les
interesaba a los juristas romanos los aspectos concretos de la vida jurídica.
Contemplando las infinitas variedades de los hechos que se presentaban en la vida social,
encontraron siempre la norma adecuada y una solución que estimaron justa. Estos fueron los méritos
más relevantes de los juristas que vivieron en la Edad de Oro de la jurisprudencia romana. Después,
en el período post – clásico y justinianeo, aunque el derecho cesó de crearse de modo tan espléndido
como en tiempos anteriores, recurriéndose a la recopilación y a la síntesis, tampoco se elevaron a
las nociones que integran una doctrina del negocio jurídico propiamente dicho.
A pesar de estas afirmaciones que hacemos como una introducción al estudio de la teoría del
negocio jurídico en relación con la legislación romana, no podemos dejar de expresar nuestra
creencia en la posibilidad de construir sobre los datos que nos proporcionan las fuentes romanas
una doctrina de esta clase, ajustada al espíritu de aquel pueblo.
El derecho comprende una serie de nociones previas perfectamente coordinadas en sistema, que si
se estudian aparte se obtiene una mejor preparación para después comprender el alcance y
significación de las diversas instituciones jurídicas.
El derecho no puede concebirse parcialmente, pues se hace necesario integrarlo con aportes
emanados de la vida social a la cual rige, más los principios directivos que son los que le
proporcionan unidad y carácter científico.
Al estudiar la esencia del negocio jurídico observaremos como se le reconoce a la voluntad para
poder crear relaciones jurídicas reconocidas por el Derecho. Los romanos, no definieron desde
luego, el negocio jurídico, pero es posible construir como base de sus principios, una definición:
e) Principios de contratación:
• El formalismo: Este principio básicamente nos indica que no basta sólo con el consentimiento de
las partes para que exista un contrato; se debe de tener ciertas características de tipo formal
(esenciales) que lo hagan válido. Que se adecue a las formas válidas.
• Autonomía de voluntad: Este principio subsiste hasta la fecha, aunque más limitado día tras día
pues la libertad de acción del individuo se encuentra restringida por los intereses comunes, por los
intereses de la sociedad. Art. 1575 C.C. Posición del Código Civil Guatemalteco: Nuestra legislación
adopta un sistema de tipo Ecléctico. ( toda persona puede hacer lo que la ley no lo prohíba)p
El código civil guatemalteco, fiel a la tradición patria y a la tendencia moderna se basa en el principio
consensualista, pero procurando a veces la forma escrita, aunque generalmente con eficacia
simplemente a probationem. Establece, en efecto, el código civil. Artículo 1518. “Los contratos se
perfeccionan por el simple consentimiento de las partes, excepto cuando la ley establece
determinada formalidad como requisito esencial para su validez”.
Capacidad legal del sujeto que declara su voluntad: Es la facultad que una persona
tiene de adquirir derechos y contraer obligaciones y desarrollarlas cuando la ley
otorgue la posibilidad de hacerlo. Aptitud para realizar actos, contraer obligaciones
y tener derechos. Art. 8 cc
Objeto licito: El tema del objeto del contrato ha sido un tema poco debatido por la
doctrina aunque es por demás oscuro y complejo. Obedece esta complejidad al
sentido de la palabra objeto, que no sólo es multívoca, sino que es además un
concepto no jurídico aplicado a realidades y esquemas jurídicos. Tiene ciertos
requisitos: a) que no sea contrario a la ley, b) que sea posible, c) que no seas
contrario a las buenas costumbres, d) que no sea contrario a la moral. De este
precepto podemos inferir que como objeto del contrato podemos entender aquella
realidad material o jurídica sobre la que el mismo recae. Con esto estamos
identificando efectivamente dicho objeto con el de la prestación en la que consiste
la obligación, pero no se puede olvidar que ésta está dirigida a la efectividad del
contrato de que se trate, por lo que en última instancia no puede encausarse a otra
realidad distinta, que la prevista en el mismo; sin contar que hay negocios de los que
no nacen obligaciones, a tener un efecto constitutivo inmediato de una realidad
jurídica y en los que habrá que identificar al sujeto. La licitud del bien supone que
fuera del comercio de los hombres; mientras que los servicios se estiman ilícitos
cuando van en contra de la ley imperativa, las buenas costumbres o el orden público.
La evolución de las formas en los contratos nos muestra históricamente, dos sistemas dispares el
formalista y el espiritualista.
El artículo 1574 del Código Civil establece regula las formas en que las personas pueden contratar
u obligarse, así:
Los efectos del contrato son las obligaciones que de él nacen. Siendo estas la Acreedurías y las
Deudas que producen los acuerdos de voluntad que forman el contrato. Estas obligaciones abarcan
a los contratantes en su calidad de creadores del contrato y luego a terceras personas como lo son:
herederos o sucesores de los contratos, beneficiarios de los contratos a favor de terceros y obligados
por contratos a cargo de terceros. En la ley se establece que los efectos de los contratos son: Los
que celebren
un contrato, están obligados a concluirlo y a resarcir los daños y perjuicios resultantes de la
inejecución o contravención por culpa o dolo. Artículo 1534. A continuación desarrollamos cada una
de los efectos surgidos en un contrato, siendo los siguientes:
Cuando las partes dan vida con su voluntad a un contrato, nace a la realidad del derecho como
norma; las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes.
Nace esta ley desde el mismo momento que tiene lugar el acuerdo de voluntades; una vez que la
ley del contrato ha venido a la vida, desarrolla toda su fuerza obligatoria. En primer lugar, debe ser
cumplida y en segundo término, ha de ser cumplido conforme a su tenor. Además tiene que ser
cumplida de buena fe.
Estos efectos incluyen la relatividad; y ser aquellos efectos que se dan o afectan a terceros que no
han intervenido en las cláusulas contractuales y obligan de igual forma a las personas que lo hayan
suscrito. En la estipulación a favor de terceros siempre intervienen tres sujetos:
Saneamiento por evicción: En esta forma se toma como punto de partida; el día en que se
faccionó el contrato y procede cuando el adquiriente es perturbado en todo o en parte de la
cosa, y se le despoje a través de una sentencia. Su efecto en caso de la compraventa, es
exigir la devolución de lo pagado, más los intereses pactados y los posibles daños y
perjuicios sufridos.
Saneamiento por vicios ocultos: Por ejemplo, es el caso de la compra venta ya que es una
obligación del vendedor, entregar la cosa o bien en perfecto estado. Son vicios ocultos,
aquellos defectos que la cosa tiene y que la hacen inútil para el efecto o propósito, para el
cual fue obtenido, de tal forma que el comprador o adquiriente no se ve satisfecho en su
pretensión (comprador), que es el que sufre de vicios ocultos sobre la cosa vendida; caso
del contrato de dominio de la compra venta y éste a la vez, tiene derecho de ejercitar contra
el enajenante (vendedor) dos acciones:
La acción redhibitoria: Que consiste en demandar la inmediata rescisión del contrato.
La acción estimatoria: Que consiste en exigir que se devuelva el precio de lo que vale
Esta clase de interpretación se toma como aquel procedimiento que trata de descubrir el verdadero
sentido de las cláusulas de un contrato para posibilitar su actuación; y para entender mejor esta
posición se han dado dos criterios doctrinarios al respecto:
• Criterio tradicional subjetivo: Este criterio toma en cuenta los elementos personales, los sujetos del
contrato y sostiene que cuando se presenta un problema de interpretación debe tomarse como base,
cuál es la común intención de los sujetos contratantes para resolver la duda.
• Criterio moderno objetivo: Este toma como base el objeto, el sentido objetivo de la declaración de
voluntad, y sostiene que para interpretar las cláusulas del contrato, cuando hubiese duda sobre su
contenido, debe buscarse cuál es la naturaleza jurídica del negocio y cuál es la materia sobre la que
los contratantes declaran su voluntad.
Posición legal de nuestro Código Civil se encuentra contenida del Artículo 1593 al 1609.
→ Nulidad
Es aquella forma de perder la eficacia de un contrato, la forma de dejar de ser ley entre las partes,
aún cuando haya sido válidamente celebrado, pero haya causa que le hace perder su eficacia.
Clases de nulidad:
a) Nulidad absoluta: Es una forma de ineficacia del contrato, que arranca desde el propio
momento de su celebración: Por lo que el contrato no nace a la vida jurídica por lo tanto no
surte efecto alguno, tampoco puede ser revalidado ni reclamado incluso de oficio por un juez.
Existen dos razones que dan lugar a la nulidad absoluta y son: 1) Que el objeto del contrato
sea contrario al orden público, la ley, la moral o a una norma prohibitiva expresa. 2) La
ausencia o no concurrencia de alguno de los elementos esenciales; ejemplo: Vicios en el
consentimiento; como error, dolo, violencia o intimidación. En resumen hay nulidad absoluta
cuando el negocio no nace a la vida jurídica(es nulo de pleno derecho, art.1301 cc). La
nulidad cuando resulte manifiesta puede ser alegada de OFICIO por el juez, por los que
tengan interés y por la procuraduría General de la Nación. (art. 1302 cc),
b) Nulidad relativa o anulabilidad: Es otra forma de ineficacia del contrato, que arranca en un
momento posterior a su válida celebración; es decir que el contrato surte todos sus efectos
legales, mientras no se declare la nulidad por un tribunal competente. El término para
demandarla prescribe según la ley en dos años, que se empiezan a contar a partir de la
fecha en que fue celebrado el contrato (negocio), y si la nulidad se fundare en violencia o
temor grave el término es de un año. En resumen, hay nulidad relativa cuando el negocio si
nace a la vida jurídica pero es ANULABLE, siempre que la acción de nulidad, se ejercite
dentro de los plazos señalados en la ley (art. 1303 cc). La nulidad relativa es impugnable y
se pueden confirmar.
Sus efectos:
El principal es que el contrato sea nulo y que vaya orientado a tercero; la rescisión opera de dos
formas:
a) Voluntaria: Cuando los sujetos de mutuo acuerdo deciden rescindir un contrato que han
celebrado.
b) Forzosa u obligatoria: Cuando el contrato es lesivo a uno de los sujetos contratantes y este
demanda su nulidad ante el Órgano Jurisdiccional competente. En este caso el contrato
será ineficaz hasta que lo declare el juez que conozca de la demanda. Es decir que el
negocio jurídico no nace a la vida jurídica.
→ Rescisión:
Este término es igual a dejar sin efecto algo (un contrato), es quitarle la eficacia a un contrato válido;
la rescisión es otra de las causas por la que el contrato no se cumple.
Clases:
Voluntaria y forzada
→ Resolución
Clases:
Expresa y tácita. La condición resolutoria puede ser no solo expresa sino también tácita, pues como
es sabido en los contratos bilaterales si una de las partes no cumple, la otra puede pedir el
cumplimiento de lo convenido a la rescisión del contrato.
Efectos:
La resolución del contrato tiene naturaleza judicial, siendo en todo caso su pretensión un acto de
carácter facultativo, puesto que puede ejercitarse o no por el interesado.
→ Revocación
Es también una forma de ineficacia o de nulidad del contrato; el derecho lo tiene únicamente el
acreedor legitimado, salvo el caso del deudor en actos o negocios que perjudiquen a sus intereses.
Es el derecho que tienen todos los acreedores, cuyos créditos sean anteriores al Derecho que se
impugna para proponer la revocación, y se pruebe la mala fe de parte del mutante o acreedor; la
impugnación será antes del negocio o al crédito del negocio impugnado. La acción revocatoria
prescribe en un año, a partir de la celebración del contrato o bien a partir de la fecha en que el daño
se causó. (Lo que sea más favorable al afectado). En resumen consiste en el derecho que tiene todo
acreedor de dejar sin efecto el negocio jurídico, actos fraudulentos o renuncias de derecho,
realizados por el deudor en su fraude y perjuicio.
Efecto:
Artículo 1353: La solidaridad no se presume, debe ser expresa por convenio de las
partes o por disposición de la ley.
Artículo 674: En las obligaciones mercantiles los codeudores serán solidarios, salvo
pacto expreso en contrario. Todo fiador de obligación mercantil aunque no sea comerciantes, será
solidario con el deudor principal y con los otros fiadores, salvo lo que se estipule en el contrato.
→ EN CUANTO AL PLAZO:
De acuerdo con el código civil, cuando se omite pactar el plazo, o se dejó a voluntad
del deudor fijar la duración del mismo, el acreedor tiene que recurrir a un juez
competente para que lo determine; en cambio en las obligaciones mercantiles cuando
se omite el plazo, la obligación es exigible inmediatamente.
→ EN CUANTO A LA MORA:
La característica propia del código civil es que para que el deudor se constituya en mora, es
necesaria la i n t e r p e l a c i ó n , o s e a e l r e q u e r i m i e n t o e n f o r m a j u d i c i a l o p o r m e d i o
u n n o t a r i o ; e n c a m b i o e n l a s obligaciones y contratos mercantiles se incurre en
mora sin necesidad de requerimiento, bastando únicamente que el plazo haya vencido o la
obligación sea exigible.
Artículo 1430: el requerimiento para constituir en mora al deudor o al acreedor debe ser judicial o
notarial. La notificación de la demanda equivale al requerimiento
Artículo 677: MORA. En las obligaciones y contratos mercantiles se incurre en mora, sin necesidad
de requerimiento desde el día siguiente a aquél en que venzan o sean exigibles. Se
exceptúan de éste artículo los títulos de crédito y las obligaciones y contratos en que
expresamente se haya pactado lo contrario.
→ DERECHO DE RETENCIÓN:
Artículo 1715: el mandatario podrá retener las cosas que son objeto del mandato hasta que el
mandante realice la indemnización y reembolso de que tratan los artículos anteriores
Artículo 682: Derecho de Retención. El acreedor cuyo crédito sea exigible, podrá retener
los bienes muebles o inmuebles de un deudor que se halle en su poder o de los que tuviere la
disposición por medio de títulos de crédito representativos
Capitalizar intereses significa que cuando el deudor deja de pagarlos, la cantidad que se adeude por
ese concepto acrecenta el capital, de manera que a partir de la capitalización los intereses aumentan
porque se elevó la suma del capital. En el código civil prohíbe la capitalización de
intereses, permitiéndola únicamente a los negocios bancarios; en cambio en el código de
comercio la capitalización de intereses se extiende a todo tipo de obligación mercantil siempre que
así se pacte en el contrato y que la tasa de interés no sobrepase la máxima que cobran los bancos.
Artículo 691: en las obligaciones mercantiles se podrá pactar la capitalización de intereses, siempre
que la tasa de interés no sobrepase la tasa promedio ponderado que apliquen los bancos en sus
operaciones activas, en el período de que se trate.
Artículo 693: cuando se haya estipulado que la obligación ha de ser pagada por tractos sucesivos,
salvo pacto en contrario, la falta de un pago dará por vencida y hará exigible toda la obligación.
Artículo 1836: el contrato de compraventa en abonos con reserva o no de dominio, puede resolverse
por falta de pago de cuatro o más mensualidades consecutivas si el contrato fuere de bienes
inmuebles.
Ene s t e c a s o e l v e n d e d o r d e v o l v e r á a l c o m p r a d o r e l p r e c i o r e c i b i d o d e s c o n t
á n d o s e u n a e q u i t a t i v a compensación por el uso de la cosa que fijará el juez oyendo
el dictamen de perito, si las partes no se ponen de acuerdo.
Artículo 1940:e l a r r e n d a d o r p o d r á d a r p o r t e r m i n a d o e l a r r e n d a m i e n t o e n l o s
c a s o s g e n e r a l e s establecido en el artículo 1930 y en los especiales siguientes: 1º. Cuando el
arrendatario no esté solvente con el pago de la renta y adeuda por lo menos DOS meses vencidos...
En el derecho mercantil funciona lo que se llama la representación aparente, o sea que una persona
se manifiesta como representante de otra, sin necesidad de tener algún documento
para acreditar tal representación; en cambio en el derecho civil sí se hace necesario ostentar un
mandato.
Artículo 670: Representación Aparente. Quien haya dado lugar, con actos positivos u omisiones
graves a que se crea, conforme a los usos del comercio, que alguna persona está facultada para
actuar como su representante, no podrá invocar la falta de representación respecto a terceros de
buena fe.
.
Ejemplo:
Un agente vendedor llega a una tienda y realiza un negocio de suministro de
mercadería en nombre del principal; el principal envía la primera remesa o realiza otro acto que
denota el conocimiento que tiene del o q u e e n s u n o m b r e r e a l i z a e l a g e n t e v i a j e r o .
S i e l p r i n c i p a l c o m e r c i a n t e q u i s i e r a i n c u m p l i r s u s obligaciones de suministro
alegando que el agente viajero no tenía mandato para representarlo su argumento
carecería de fundamento porque en ese caso se dio la representación aparente.
Artículo 1686: Por el mandato una persona encomienda a otra la realización de uno o
más actos o negocios.
En el campo civil las personas pueden contratar y obligarse por medio de escritura pública,
documento privado, acta levantada ante alcalde del lugar, por correspondencia y
verbalmente; en cambio en el campo mercantil la forma se encuentra más
simplificado ya que los contratos de comercio no están sujetos para su validez a
formalidades especiales, aunque admite sus excepciones ya que existen contratos que
sí están sujetos a una solemnidad, tal es el caso del fideicomiso y la sociedad.
En el tráfico mercantil cuando los sujetos omiten tributar con respecto a sus contratos y
obligaciones, la ley establece que ello no produce la ineficacia de los actos o contratos mercantiles,
así como tampoco los libera de pagar los impuestos omitidos.
Esta cláusula contractual conocida como Teoría de la Imprevisión quiere decir que el contrato se
cumple siempre y cuando las circunstancias o cosas -rebus- se mantengan -stantibus- en las
mismas condiciones o situaciones iniciales -sic-. Al respecto y sin que varíe mucho del código civil,
se establece que el deudor puede demandar la terminación del contrato únicamente en los de
tracto sucesivo y en los de ejecución diferida si sobrevienen hechos extraordinarios e imprevisibles
que hagan oneroso el cumplimiento de la prestación. Esta imprevisión no funciona en los contratos
aleatorios ni en los conmutativos sin la onerosidad que sobreviene es riesgo normal del contrato.
En los contratos civiles se sabe de antemano quienes son las personas que van a concertar el
contrato; en cambio en el mundo del comercio puede suceder que una persona contrate con otra un
determinado negocio, pero una de ellas lo hace como representante aparente, reservándose la
facultad de designar dentro de un plazo no superior a tres días quién será la persona que resultará
como contratante definitivo. Esta designación depende de que efectivamente éste acepte el contrato
en forma personal o por medio de representante debidamente acreditado y si el designado
no se vincula al contrato el contratante original deviene en contratante nato.