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Todo lo que existe tiene sentido para Dios, aunque para nosotros parezca no
tenerlo. Todos nosotros somos sueños del amor de Dios; sueños, y no
pesadillas; sueños muy lindos. Él nos ama como personas reales y concretas,
obra de sus manos, con una increíble capacidad de crecimiento. Algo anda mal
en nuestra espiritualidad cuando pensamos que si Dios nos amara más nos
habría creado distintos, con más cualidades y menos defectos… Él nos quiere
así como somos y está dispuesto a hacer maravillas partiendo de nuestra
palpitante realidad. Nosotros, como él, tenemos que aceptarnos como somos,
con nuestras cualidades, nuestras limitaciones y nuestros defectos, y a partir
de ahí, crecer sin medida... No puedo ser feliz envidiando o queriendo imitar a
otros, sino siendo yo mismo...
Dios crea "por amor", porque quiere compartir su amor: no sólo tener a quién
amar, sino también tener quien lo ame a él. Por eso me ha hecho inteligente y
libre: para que pueda llegar a amarlo como él me ama, y pueda también amar
a sus otros hijos al estilo de cómo él los ama.
Si me desarrollo hasta llegar a ser la persona que Dios desea que yo sea, daré
testimonio del amoroso poder creador de Dios. Una persona plenamente
desarrollada es la gloria de Dios. Si sé coherentemente quién es Dios, quién
soy yo y quiénes son mis hermanos, y trato de desarrollar las esperanzas de
Dios para conmigo y para con mi mundo, seré de veras feliz.
Dios tiene hermosos proyectos para con todos nosotros, está siempre
dispuesto a ayudarnos, pero jamás se impone a la fuerza. Él puso la marcha
de la Historia en manos de la Humanidad. Y responsablemente la sigue
dejando en nuestras manos, por más que nosotros, como locos chiquilines,
cada rato intentamos devolverle el timón de la Historia... O nos inventemos
diosesillos fáciles, a los que cargar o culpar nuestras irresponsabilidades.
Nos das voz para cantar al amor y a la belleza, a la amistad, a la lucha por la
verdad y la justicia…
Nos pones como tarea desarrollar todos tus dones, de forma que cada vez nos
parezcamos más a tu familia divina, respetuosos en la diversidad y
complementarios por amor.