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EL SECRETO MÉDICO EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE

INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

EL CASO DE LA CRUZ VS. PERÚ

Los hechos del presente se iniciaron cuando María Teresa De La Cruz Flores, médica de
profesión, fue detenida por miembros de la policía el 27 de marzo de 1996 en su centro de
labores del Instituto Peruano de la Seguridad Social. Donde fue investigada, procesada y
condenada por el delito de terrorismo en el tipo penal de colaboración al ser sindicada como
miembro del Partido Comunista del Perú al haber proporcionado atención médica a estos
delincuentes terroristas. María Teresa De La Cruz Flores fue procesada por un tribunal
compuesto por jueces “sin rostro”, el cual la condenó, el 21 de noviembre de 1996, por el delito
de terrorismo a la pena de 20 años de prisión. Dicha sentencia fue confirmada por la ejecutoria
de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la República el 8 de junio de 1998.
En ese sentido se presentó la demanda ante La CIDH en este caso con el objeto de que la Corte
IDH decidiera si el Estado violó los derechos consagrados en los artículos 7, 8, 9 y 24 en
relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana.

Ante esto La Corte observa que el acto médico se encuentra reconocido en numerosos
documentos declarativos y normativos relevantes de la profesión médica. A modo de ejemplo,
el artículo 12 del Código de Ética y Deontología del Colegio Médico del Perú consagra que “el
acto médico es toda acción o disposición que realiza el médico en el ejercicio de la profesión
médica. Han de entenderse por tal, los actos de diagnóstico, terapéutica y pronóstico que realiza
el médico en la atención integral de pacientes, así como los que se deriven directamente de
éstos. Los actos médicos mencionados son de exclusivo ejercicio del profesional médico”. Los
jueces sin rostro que condenaron a la médica María Teresa De La Cruz, sostuvieron, entre otros
argumentos, que su responsabilidad estaba acreditada porque si ella tuvo “la presunción o el
conocimiento del origen ilícito de las lesiones causadas a un individuo, estaba obligada a
denunciar el hecho o ponerlo en conocimiento de las autoridades para que realicen las
investigaciones respectivas. La víctima sostuvo que el deber de discreción sobre la naturaleza de
la afectación tratada a un individuo y el impedimento de divulgar informaciones que pudieran
perjudicar al paciente, le daba cierto margen de discrecionalidad para actuar según su
conciencia y juicio

Ante de la denuncia de María Teresa de la Cruz Flores el ente internacional Amparada en la


legislación nacional, hace alusión de que nuestro país no se avoca antes de juzgar a lo dispuesto
en el artículo 2.18 de la Constitución, que protege el derecho a guardar el secreto profesional, y
lo señalado por el Código de Procedimientos Penales, el cual dispone en su artículo 141º que los
médicos no podrán ser obligados a declarar respecto de los secretos que se les haya confiado en
el ejercicio de su profesión, lo que pone de manifiesto que se esta vulnerado un derecho
inclusive reconocido en la constitución.

Asimismo, en relación a la vulneración del secreto profesional, el Colegio Médico del Perú ha
señalado que asume la defensa irrestricta del secreto profesional, amparado en la Constitución
del Perú y en el artículo 63º Código de Ética y Deontología Médica. Así mismo señala que
salvaguarda el derecho irrestricto de todo paciente a la confidencialidad del acto médico y
destaca la inconsistencia entre lo que dispone nuestra Constitución y el artículo 30º de la Ley
General de Salud

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