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Segregación cultural y clasismo en las obras de Arguedas

Seudónimo: Andra

José María Arguedas fue un antropólogo, etnólogo y escritor peruano. En sus novelas
y cuentos nos revela una sociedad dividida con grandes desigualdades, herencia de
la época colonial. Huérfano de madre y maltratado por su madrastra y hermanastro,
tuvo que convivir con los sirvientes “indios” de la hacienda donde fue testigo de los
tratos lamentables que estos recibían. Arguedas se identificó con la cultura indígena
y llegó a quererla. Fue una de las pocas personas que luchó por una sociedad
equitativa, en la que la cultura indígena no siga siendo discriminada ni aplastada por
los que se creían “dueños del mundo”.

Las relaciones entre cultura y realidad social son una constante en los libros de
Arguedas. A partir de esta observación, planteo que las obras de José María
Arguedas nos muestran cómo el encuentro entre dos grandes grupos culturales fue
la causa de imposiciones que configuraron una sociedad extremadamente clasista.

En las obras de Arguedas, observamos cómo la cultura occidental era un grupo que
estaba centrado en sí mismo. Los blancos ejercían la dominación étnica cultural,
abusando y maltratando a los “indios”. A partir de esta dominación, obtenían enormes
beneficios económicos que los hacían más poderosos. El hacendado, el cura y la
autoridad se arrogaban como una “raza y clase superior” y adquirían poder económico
gracias a la explotación de los “indios” a quiénes los sometían y marginaban
socialmente. Los indios no solo eran despojados de sus bienes, como en el caso del
cuento “Warma kuyay”: “¡Don Froilán! ¡Es malo ¡Los que tienen hacienda son malos;
hacen llorar a los indios; se llevan a las vaquitas de los otros, las matan de hambre
en su corral” (Arguedas, 2015, p. 74), sino que también de los elementos de la
naturaleza como el agua, hecho que se retrata en el cuento del mismo nombre en
donde se menciona lo siguiente: “San Juan se va a morir, ¡porque Don Braulio hace
dar agua a algunos y a otros los odia” (Arguedas, 2015, p. 9). Estos hechos
demuestran claramente que el dominio cultural otorgaba poder económico y social.

La supremacía blanca estaba normalizada, incluso por los mismos indígenas. Estos
se reconocían como inferiores y aceptaban la pobreza, la explotación y la
discriminación clasista. Ello se evidencia en el cuento Warma kuyay donde Kutu no
puede enfrentar a un hacendado blanco solo por el hecho de ser “indio”: “yo soy indio,
no puedo con el patrón” (Arguedas, 2015, p. 73), y en el cuento Agua cuando Don
Vilkas identifica a la raza “india” como inferior y que debe respeto a los blancos:
“Principal es respeto” (Arguedas, 2015, p. 13). Vemos en estos pasajes cómo la raza
fue un articulador y un jerarquizador de las relaciones sociales que se han establecido
en el país.

Sin embargo, no todos los “indios” se dejaron dominar o someter por aquellos que se
creían “superiores”, ya que había grupos de indígenas que se resistían a las injusticias
como los comuneros de Utek pampa que se mencionan en el cuento Agua o los
“indios” que llegaban a las chicherías en Los ríos profundos. En esta obra también se
describe la rebelión de las chicheras en contra de los poderosos hacendados quienes
estaban robando la sal. Dicho levantamiento fue catalogado por el padre Linares,
quien defendía a los hacendados, como una afrenta ante Dios: “No, hija. No ofendas
a Dios. Las autoridades no tienen la culpa. Yo te lo digo en nombre de Dios”.
(Arguedas, 2006, p. 146). Un caso parecido sucede en el cuento Agua cuando Don
Braulio, el hacendado, se apodera del agua y no la reparte con justicia, provocando
la indignación y rabia de Pantaleón, cuyo levantamiento terminó en su asesinato y
encarcelamiento de quienes lo apoyaron. La rebelión de la cultura subyugada estaba
condenada por la iglesia y las autoridades. De este modo, se lograba mantener el
statu quo vigente en la época.

En varias de las obras escritas por Arguedas se evidencia que las relaciones
culturales obedecían a las relaciones de poder. Por un lado, se puede observar a los
principales quienes tienen poder económico, social, político: “Principal es malo, más
que Satanás; la plata no más busca; por la plata no más tiene carabina, revolver,
zurriagos, mayordomos, concertados” (Arguedas, 2015, p. 48) y por otro lado vemos
a los indios, personas de bajos recursos económicos que eran dominados y
marginados socialmente. Así, se muestra en el libro Los ríos profundos cuando
Ernesto narra la explotación y el maltrato que sufren los indios colonos por parte de
los terratenientes: “Les quitaron la sal a los pobres mientras reventaban zurriagazos.
El corazón les arrancó” (Arguedas, 2006, p. 165). Lo mismo ocurre en la obra Los
escoleros donde el blanco hacendado domina de forma cruel a los indígenas: “Don
Ciprián hace reventar su zurriago en la cabeza de cualquier ak’ola" (Arguedas, 2015,
p. 53). A partir de estos pasajes vemos cómo la cultura indígena fue subyugada por
la cultura occidental provocando relaciones sociales verticales basadas en abusos,
maltratos e imposiciones.

En conclusión, en las obras de José María Arguedas, se constata cómo los grupos de
poder dominante y sus organismos se autodenominaron como exponentes de una
cultura “superior” con el propósito de someter a otros grupos culturales, no solo en lo
económico y social, sino motejándolos como “inferiores”, provocando que la división
cultural determine la estructuración de una pirámide social clasista, en la que las
culturas dominantes estaban en la parte superior y los indígenas en el nivel más bajo
de las clases sociales. Estructura social que aún tiene vigencia en la actualidad.

A pesar de que todos tenemos los mismos derechos ante la ley, los indígenas siguen
sufriendo una fuerte discriminación que acarrea grandes repercusiones sociales,
laborales, económicas y políticas en su día a día. Generalmente, están excluidos de
la toma de decisiones y tienen poca participación en las instancias gubernamentales.
Estos peruanos tienen un acceso limitado a la justicia y sus derechos suelen ser
impunemente vulnerados. Esta realidad tiene que ser transformada, generando un
contexto que propicie la igualdad, el respeto y la inclusión para eliminar formas de
desigualdad y de indignidad que a lo largo de los años generamos y naturalizamos.

Referencias bibliográficas

Arguedas, J.M. (2015). Relatos completos. Epublibre.

Arguedas, J.M. (2006). Los ríos profundos. Fundación Editorial el perro y la rana.

El Comercio (29 de noviembre de 2014). José María Arguedas: un escritor que no


soporto el mundo. https://n9.cl/fv0z8

UDEPUC (23 de junio de 2021) Conversatorio: Racismo, clasismo y otras formas de


discriminación en el Perú [video].
https://www.youtube.com/watch?v=6QBXZeiJCSU&ab_channel=IDEHPUCPPUCP

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