FISIOTERAPIA 27(5)2005.

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Revisión

274

C. Villanueva López1 Las clasificaciones

J. Eusebio Leyba 2
V. Peralta Sánchez 3 de la enfermedad
y la discapacidad
de la OMS

1
The Classifications of the
Psicólogo Social. Fisioterapeuta del Correspondencia:
Hospital Universitario Virgen de
las Nieves de Granada.
Virginia Peralta Sánchez
Clínica FisioVida
Diseas and the Disability
2
Fisioterapeuta del Hospital
Universitario Virgen de las Nieves.
Martín Bohórquez, 23 bajo
18005 Granada
of the OMS
3
Fisioterapeuta.

Fecha de recepción: 4/3/05

Aceptado para su publicación: 22/7/05

RESUMEN
Cuando hablamos de minusvalías, discapacidades,
deficiencias, etc., es posible que estemos haciendo un
uso inadecuado de estas palabras en algunos casos.
Como profesionales cuyo trabajo está forzosamente
vinculado a la enfermedad y la minusvalía, necesitamos
tener un lenguaje común y usar un sistema de
clasificación internacional.
Conforme aumenta la necesidad de un tratamiento más
integral de la persona, mayor ha de ser la especificidad
de la clasificación de las necesidades y afectaciones de
cada individuo, todo de una forma objetiva.
En este trabajo hacemos un pequeño análisis de las
Clasificaciones Internacionales de la OMS, resaltando
sin virtudes; y también realizamos una crítica
constructiva, pues son modelos siempre en evolución y
susceptibles de mejora.
PALABRAS CLAVE
Enfermedad; Dependencia; Minusvalía; Deficiencia.
SUMMARY
When we speak about handicaps, disabilities, deficiencias,
etc. it is possible that we are doing an inadequate use of
these words in certains cases. As professionals whose work
is necessarily linked to the disease and disability, we must
have a common language and use a system of
international classification.
As it increase the need of the most integral treatement of
tha person, major to of being the specificity of the
classification of the needs and affectations of every
individual, all this of objetive form.
In this work we do a small analysis of the International
Classification of the WHO, highlighting her virtues; and
also we realize a constructive critique, since they are
models in evolution and in continuous improvement.
KEY WORDS
Desease; Dependence; Handicap; Impairment.

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J. Eusebio Leyba
V. Peralta Sánchez
INTRODUCCIÓN
A lo largo de los años ha surgido la necesidad de esta-
blecer un patrón único de clasificación de las enferme-
dades, deficiencias, discapacidades, minusvalías, etc.
Existía una necesidad sanitaria, institucional y social de
tener unos modelos comunes y un mismo lenguaje a la
hora de abordar la afectación personal de cada indivi-
duo. Por este motivo se han elaborado a lo largo de las
últimas décadas varios tipos de clasificaciones interna-
cionales, con las que sucesivamente se intentaba ir me-
jorando el modelo anterior y con una influencia decisi-
va en las políticas sanitaria y social de cada país.
A nivel asistencial el conocimiento de estas escalas y de
los diferentes aspectos a tener en cuenta en cada persona
es de vital importancia también para los fisioterapeutas;
la base de un buen tratamiento integral del paciente re-
quiere, entre otras cosas, unos conocimientos básicos
terminológicos para establecer un lenguaje común y una
formación orientada a reconocer prioridades reales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), cons-
ciente de la necesidad de globalización de la informa-
ción, lleva décadas intentando desarrollar un sistema
práctico, preciso y accesible, que sea reconocido interna-
cionalmente, y que ayude en la evaluación, diagnóstico,
planificación e investigación de los “estados de salud” y
la “discapacidad”.
“La Clasificación Internacional de Enfermedades” (CIE)
se limita a registrar las enfermedades, se centra en el
diagnóstico. Sin negar su efectividad, necesitaba ser
complementada por otra escala que objetivara las conse-
cuencias a corto y largo plazo de los problemas de cada
individuo.
Es por ello que se elabora la “Clasificación Internacio-
nal de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías”
(CIDDM), como primer modelo que tiene en cuenta
las deficiencias, discapacidades y minusvalías; es decir, es
un “manual de las consecuencias de la enfermedad”. Se
potencia su utilización internacional a la vez que se
crean grupos para que la analicen y mejoren.
En la 54 Asamblea Mundial de la Salud, que tuvo lu-
gar el 22 de mayo de 2001, se aprobó la última y defi-
nitiva clasificación denominada “Clasificación Interna-
cional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la
43
Las clasificaciones de la enfermedad y la discapacidad de la OMS
Salud” (CIF). Al ser una clasificación relativamente re- 275
ciente, son muchos los profesionales que no están total-
mente relacionados con ella, pero se reconoce a nivel
mundial su gran utilidad en diferentes ámbitos socio-sa-
nitarios. Es importante que conozcamos las nuevas defi-
niciones de los términos deficiencia, minusvalía, de-
pendencia.
CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL
DE ENFERMEDADES (CIE) DE LA OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha rea-
lizado la Clasificación Internacional de Enfermedades,
de la que se han realizado 10 revisiones (CIE-10) para
irla perfeccionando progresivamente. Es la herramienta
diagnóstica médica tradicional para clasificar todo lo
relacionado con la enfermedad.. Ésta clasificación tiene
un enfoque eminentemente “medicalizado”, en el que se
parte de una etiología, que nos conduce a una patología
y a su manifestación (fig. 1).
La CIE ni refleja ni define adecuadamente la enferme-
dad, ya que es un manual etiológico (se remite a las cau-
sas), y no sirve para abordar los motivos que empujan a
alguien a acudir a los servicios de salud (en muchas oca-
siones el ser incapaz de seguir desempeñando su rol so-
cial habitual ni poder desempeñar sus relaciones habi-
tuales con los demás), ni tampoco para valorar los
resultados de la aplicación de esos servicios de salud, in-
cluidos el servicio de rehabilitación; además no clasifica
las consecuencias temporales o permanentes de la en-
fermedad.
Es decir, la atención tradicional de la salud se basa
fundamentalmente en un diagnóstico, el cual define
principalmente las condiciones patológicas causadas por
la enfermedad, pero esta visión no tiene en cuenta las
consecuencias, que pueden ser de larga duración e irre-
versibles, y conducir a dificultades en el desarrollo nor-
Etiología Patología Manifestación (síntomas y signos)
Fig. 1. Esquema lineal de los conceptos clave de la CIE.
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276 mal de las funciones de la vida diaria, limitando las po-
sibilidades de participar en las actividades de la familia
y la comunidad.
Esta clasificación tiene un enfoque muy eficiente para
trastornos que se pueden prevenir o curar, pero es in-
completa porque no llega a considerar las consecuen-
cias de la enfermedad, especialmente en los trastornos
crónicos o progresivos. Es insuficiente para dar cuenta
de la diversidad de situaciones implicadas en el trata-
miento integral de las personas enfermas. La enferme-
dad representa para la persona que la padece algo más
que un fenómeno patológico, produciéndose una viven-
cia o una profunda interacción existente entre la perso-
na y la enfermedad padecida.
A nivel personal las experiencias individuales de disca-
pacidad son únicas para cada individuo, no sólo porque
la manifestación concreta de la enfermedad, desorden o
lesión es única, sino porque esa condición de salud es-
tará influenciada por una compleja combinación de fac-
tores –desde las diferencias personales de experiencias,
antecedentes y bases emocionales, construcciones psico-
lógicas e intelectuales (madurez), hasta el contexto físi-
co, social y cultural en el que la persona vive.
A nivel social las percepciones y actitudes hacia la dis-
capacidad están sujetas a interpretaciones culturales que
dependen de valores, contexto, lugar y momento
socio-histórico, así como de la perspectiva del estatus so-
cial del observador.
La discapacidad no es una mera consecuencia de una
enfermedad sino que es mayormente una construcción
social y que por ello varía de una sociedad a otra y va
cambiando con el tiempo.
Las creencias culturales afectan a cómo los profesiona-
les de la salud y las propias personas con discapacidad
interpretan la salud, la enfermedad y la discapacidad.
CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL
DE DEFICIENCIAS, DISCAPACIDADES
Y MINUSVALÍAS (CIDDM) DE LA OMS
Según se fue profundizando en las carencias del mo-
delo estrictamente sanitario de la Clasificación Interna-
cional de Enfermedades (CIE), la OMS se planteó la
creación de un manual donde se tuviera una mayor
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Las clasificaciones de la enfermedad y la discapacidad de la OMS
comprensión de la enfermedad, considerándola como
un todo global.
Las conocidas “Guías para la Evaluación del Menosca-
bo Permanente” de la Asociación Médica Americana,
“tablas AMA”, son la base para evaluar los daños corpo-
rales por ejemplo en los accidentes de tráfico; cuantifican
las consecuencias de la enfermedad a nivel de órgano o
función pero no sirven para entender la objetivación del
problema experimentado por la persona a nivel global ni
para evaluar la socialización del mismo.
Así, en 1980, se publica otro modelo, la CIDDM
(“Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapa-
cidades y Minusvalías”) de la OMS, como instrumento
para la clasificación de las consecuencias de las enferme-
dades y sus repercusiones en la vida del individuo, tanto
en su cuerpo (orgánicas), como en su persona (psicoló-
gicas) y en su relación con la sociedad (social). Esta clasi-
ficación aporta un esquema conceptual unificado para
la información relativa a las consecuencias a largo plazo
de las enfermedades, los traumatismos y otros trastornos;
facilita el abordaje de la problemática de la minusvalía.
Debido a que anteriormente cada profesional, según su
procedencia (educación, servicios sociales, salud, etc.),
había generado sus propias concepciones y terminologí-
as, era necesario que los profesionales utilizasen con rigor
las denominaciones comunes y se establecieran criterios
de trabajo, superando la poca sistematización en el ámbi-
to de las personas con discapacidad, para facilitar la co-
municación entre profesionales de distintas disciplinas y
establecer la terminología aplicada a quienes padecían
menoscabo.
Como señala el Consejo de Europa (1982) los objeti-
vos principales de la CIDDM son:
A. La puesta a punto de un proceso completo y per-
manente de estudio de la asistencia en beneficio de los
individuos y de los grupos. De aquí se derivan otros ob-
jetivos específicos que se relacionan directamente con el
trabajo de rehabilitación:
1. La prevención primaria (genética, de los acciden-
tes, etc.), secundaria (despistaje y tratamiento de las le-
siones) y terciaria (prevención de las consecuencias so-
ciales invalidantes).
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2. La descripción del perfil funcional de una persona.
3. La evaluación de los programas individuales de re-
habilitación.
4. La identificación de necesidades y la puesta en
marcha de intervenciones concernientes al ambiente fí-
sico (movilidad, comunicación, etc.), psicológico y so-
cial (prestaciones y servicios).
5. La descripción y la evaluación de los servicios de
rehabilitación y su comparación a escala nacional e in-
ternacional.
6. La educación y la enseñanza en materia de rehabi-
litación.
B. La toma de datos regionales, nacionales e interna-
cionales de cara a la planificación de las intervenciones.
La clasificación aporta tres conceptos clave en las que
puede verse afectada una persona que sufre una enfer-
medad, una alteración congénita o un accidente (fig. 2).
Estas son:
– Las estructuras psicológicas, fisiológicas o anatómicas.
– Las capacidades.
– Los roles sociales.
Para saber lo que ocurre cuando surge una enferme-
dad, ésta clasificación establece 4 categorías:
1. La enfermedad es una situación intrínseca que
abarca cualquier tipo de enfermedad, trastorno o acci-
dente. La enfermedad está clasificada por la OMS en la
CIE.
2. La deficiencia es la exteriorización directa de las
consecuencias de la enfermedad y se manifiesta tanto
en los órganos del cuerpo como en sus funciones (in-
cluidas las psicológicas).
3. La discapacidad es la objetivación de la deficiencia
en el sujeto y con una repercusión directa en su capaci-
dad de realizar actividades en los términos considerados
normales para cualquier sujeto de sus características
(edad, género, etc.).
4. La minusvalía es la socialización de la problemáti-
ca causada en un sujeto por las consecuencias de una en-
fermedad, manifestada a través de la deficiencia y/o la
45
Las clasificaciones de la enfermedad y la discapacidad de la OMS
277
Estructuras Capacidades Roles sociales
Fig. 2. Esquema lineal de los conceptos clave de la CIDDM.
discapacidad, y que afecta al desempeño del rol social
que le es propio (fig. 3).
La gran ventaja de presentar los conceptos de esta ma-
nera lineal (enfermedad o trastorno → deficiencia → dis-
capacidad → minusvalía) es que así se aprecia una se-
cuencia en la solución de problemas, teniendo la
intervención en el nivel de un sólo elemento la posibili-
dad de modificar los elementos siguientes. En este senti-
do, la relación causal y lineal entre dichos niveles de las
consecuencias de la enfermedad es evidente en las pro-
pias definiciones de los mismos.
La minusvalía está en relación con el valor que se atri-
buye a la situación o experiencia de un individuo cuando
se separa de la norma. Se caracteriza por la discordancia
entre el rendimiento o status del individuo y las expecta-
tivas del individuo mismo o del grupo en concreto al que
pertenece. La minusvalía representa, pues, la socialización
de una deficiencia o discapacidad, y en cuanto tal refleja
las consecuencias (culturales, sociales, económicas y am-
bientales) que para el individuo se derivan de la presencia
de la deficiencia y la discapacidad; serían las desventajas
en la interacción y adaptación del individuo al entorno.
Las categorías de minusvalía son: 3.1. de orientación,
3.2. de independencia física, 3.3. de la movilidad, 3.4.
Enfermedad Deficiencia Discapacidad Minusvalía
trastorno
lesión
anomalía congénita
Situación Situación Situación Situación
intrínseca exteriorizada objetivada social
Fig. 3. Esquema lineal desarrollado de los términos que recoge la
CIDMM.
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278 clasificación del estado de salud de la persona, descri-

Deficiencia Discapacidad Minusvalía
Del órgano de la audición para escuchar de orientación
Del órgano de la visión para ver de orientación
músculo-esquelética para arreglarse de independencia física
músculo-esquelética para alimentarse de independencia física
músculo-esquelética de ambulación de movilidad
psicológica de la conducta de integración social
Fig. 4. Diagrama explicativo de algunos ejemplos correlacionados
con su categoría, según la CIDDM.
ocupacional, 3.5. de integración social, 3.6. de autosufi-
ciencia económica. Otras.
Al traducir el término “handicap” como minusvalía,
tienen un significado negativo o peyorativo, ya que mi-
nusvalora a la persona y la sitúa en un grado inferior a
las otras.
Resumiendo, para la CIDDM, la enfermedad es la si-
tuación intrínseca, cuya exteriorización a nivel de órga-
no o función constituye la deficiencia. A su vez se puede
producir una objetivación de esa deficiencia a nivel del
funcionamiento global de la persona, y es la discapaci-
dad. En un nivel subsiguiente se puede producir una so-
cialización del hecho en las relaciones de las personas
con su entorno, es decir la minusvalía.
Podemos poner algunos ejemplos donde vemos la si-
tuación exteriorizada (deficiencia), la situación objetiva-
da (discapacidad) y la situación socializada (minusvalía)
(fig. 4):
Las limitaciones y críticas a la CIDDM
– En primer lugar al utilizar esta clasificación se apre-
ció que la situación real es más compleja que la causali-
dad progresiva uni-direccional a lo largo de la secuencia:
Enfermedad → Deficiencia → Discapacidad → Mi-
nusvalía, pero en realidad no tiene necesariamente por
qué haber dicha lineabilidad pues cada uno de los con-
ceptos es en gran parte independiente de sus orígenes, ya
que hay posibilidad de la secuencia de fases interrum-
pirse, es decir, ser incompleta o bidireccional.
– Como segunda limitación señalamos de la CIDDM
se refiere al abordaje negativo que aportaba al estudio y
biendo de manera detallada los aspectos que se habían
perdido o estaban limitados, siendo muchas veces más
interesante saber qué habilidades están conservadas en la
persona. En este sentido posee connotaciones que pue-
den estigmatizar o disponer a las personas en situación
de desventaja.
– Como tercera crítica es la de no seguir una clasifica-
ción estructural jerárquica que cumpliese todas las reglas
clasificatorias y que delimite claramente con las defini-
ciones y la organización de los conceptos; así se señala
que en ocasiones los conceptos de deficiencia y discapa-
cidad se prestan a confusión. Además se notaba la au-
sencia de ciertas categorías relacionadas con las discapa-
cidades y las deficiencias.
La CIDDM ha sido aplicada durante más de veinte
años. En 1993 la OMS pone en marcha el proceso de
revisión de dicha clasificación para subsanar las defi-
ciencias que se habían identificado; dicha revisión duró
casi una década.
Clasificación Internacional del Funcionamiento,
de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la OMS
El grupo de trabajo de la OMS dedicado a la “Clasifi-
cación, Evaluación, Encuestas y Terminología” aplicables
al campo de la salud, se encargó de la revisión de la
CIDDM, que se modificó de tal manera que en la prácti-
ca poco quedó de ella, ni en los conceptos ni en la termi-
nología empleada. Además se planteó utilizar mejor una
terminología aplicada a quienes padecían menoscabo que
no fuera negativa, (como pasaba en el concepto de minus-
valía), y así dar una visión cuando menos neutra o mejor
aún positiva de los conceptos utilizados en el campo de la
discapacidad, y por otra parte conseguir una clasificación
comprensiva y global, donde se establezcan con precisión
los términos y sirva para crear bases de datos o modelos de
investigación, que nos sirva para comparar la informa-
ción sobre la discapacidad, en su nueva concepción.
En la 54 Asamblea Mundial de la Salud (Mayo de
2001), la OMS presentó, y se aprobó, un nuevo instru-
mento para medir la salud y la discapacidad de las po-
blaciones: la Clasificación Internacional del Funciona-

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J. Eusebio Leyba
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miento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), que en-
fatiza en las repercusiones de la enfermedad y de los “es-
tados de salud” y en el funcionamiento humano. Ex-
pande el concepto de salud más allá del modelo basado
en la enfermedad y la mortalidad, que representaba la
CIE. La CIF utiliza un enfoque “bio-psico-social” para
lograr una visión coherente de las diferentes dimensio-
nes de la salud desde una perspectiva biológica, indivi-
dual y social. De este modo, CIE y CIF son comple-
mentarias y su combinación posibilita analizar, evaluar y
clasificar la salud de la población y las actuaciones y po-
líticas sanitarias, de una manera más compleja. Así la
Familia Internacional de Clasificaciones de la OMS (FIC)
incorpora el binomio CIE/CIF como núcleo central con
el cual enlazan desarrollos y aplicaciones específicas.
Los objetivos de la CIF
El objetivo principal de la CIF es brindar un lenguaje
unificado y estandarizado, y un marco conceptual para
la descripción de la salud y los estados “relacionados con
la salud”; y así evitar la distinta interpretación que sobre
los diferentes marcos de las consecuencias de la enfer-
medad tenga cada perspectiva profesional. Así mientras
que los indicadores tradicionales de la salud se basan en
las tasas de morbi-mortalidad de la población, la CIF
desplaza el centro de interés hacia cómo vive la gente sus
problemas de salud y cómo intenta corregirlos.
Al ser una clasificación para ser utilizada en varias dis-
ciplinas y diferentes sectores con propósitos múltiples,
sus objetivos específicos pueden resumirse en:
– Proporcionar una base científica para la compren-
sión y el estudio de la salud y los estados relacionados
con ella, los resultados y los determinantes.
– Establecer un lenguaje común para describir la salud
y los estados relacionados con ella, para mejorar la co-
municación entre distintos usuarios, tales como profe-
sionales de la salud, investigadores, diseñadores de polí-
ticas sanitarias y la población general, incluyendo a las
personas con discapacidades.
– Permitir la comparación de datos entre países, entre
disciplinas sanitarias, entre los servicios, y en diferentes
momentos a lo largo del tiempo.
47
Las clasificaciones de la enfermedad y la discapacidad de la OMS
– Proporcionar un esquema de codificación sistemati- 279
zado para ser aplicado en los sistemas informáticos de
información sanitaria.
Universo de la CIF
La CIF abarca todos los aspectos de la salud y algu-
nos componentes del “bienestar” relevantes para la salud
y los describe en términos de dominios de salud (que in-
cluyen visión, audición, movilidad, aprendizaje y me-
moria) y dominios “relacionados con la salud” (que in-
cluyen aspectos relacionados con el transporte, la
educación y las interacciones sociales, etc.); aunque la
clasificación se mantiene en un concepto amplio de sa-
lud, no cubre las restricciones que no están relacionadas
con la salud como las originadas por factores socioeco-
nómicos (raza, sexo, religión y otras características so-
cioeconómicas).
La CIF tiene una aplicación universal a todas las per-
sonas y no únicamente a personas con discapacidad, ya
que se describen la salud y los estados “relacionados con
la salud” asociados con cualquier condición de la mis-
ma.
Ámbito de la CIF
La CIF clasifica o estructura las situaciones relaciona-
das con el funcionamiento humano y sus restricciones
de un modo significativo, interrelacionado y fácilmente
accesible.
Organiza la información en dos partes: la primera par-
te trata sobre el Funcionamiento y la Discapacidad; y la
segunda parte sobre los Factores Contextuales.
Ya desde el mismo enunciado de la nueva Clasifica-
ción no se enuncian tres niveles de consecuencias de la
enfermedad como se hacía en la CIDDM, sino que se
habla de Funcionamiento, Discapacidad y Salud. Susti-
tuye el término “enfermedad” por el de “estado de sa-
lud”. El término “Funcionamiento” lo utiliza como tér-
mino genérico para designar todas las funciones y
estructuras corporales, la capacidad de desarrollar acti-
vidades y la posibilidad de participación social del ser
humano. El término “Discapacidad” lo emplea como
término genérico que recoge las deficiencias en las fun-
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280 ciones y estructuras corporales, las limitaciones en la
capacidad de llevar a cabo actividades y las restricciones
en la participación del ser humano; y el término “Salud”
sería el elemento clave que relaciona a los dos anteriores.
La OMS ha pasado de considerar la discapacidad
como un problema personal asociado a causas biológicas
o a enfermedades, que sólo podría abordarse desde la
asistencia sanitaria del individuo, a definir un punto de
vista global en el que se reconoce que una parte sustan-
cial de las dificultades que experimentan las personas
implicadas no es atribuible a sus limitaciones específicas,
sino a carencias y barreras de su entorno social que son,
en consecuencia, las que deben modificarse.
Esquema del nuevo modelo de Funcionamiento
y de la Discapacidad (CIF)
La CIF, tiene un nuevo esquema de múltiples interac-
ciones dinámicas entre sus dimensiones y áreas, contra-
poniéndose así al esquema causal y lineal de la CIDDM.
La interacción funciona en dos direcciones; la presencia
de la discapacidad puede incluso modificar a la propia
condición de salud (fig. 5).
Siguiendo el diagrama, el funcionamiento de un in-
dividuo en un dominio específico se entiende como una
Estado o condición de salud
(trastorno o enfermedad)
Funciones Actividades
y estructuras
corporales
Factores
contextuales
Factores Factores
ambientales personales
Fig. 5. Diagrama explicativo de la interrelación dinámica y
compleja entre la Condición de Salud y los factores contextuales.
Fisioterapia 2005;27(5):274-83
Página 280
Las clasificaciones de la enfermedad y la discapacidad de la OMS
relación compleja o interacción entre condición de salud
y los Factores Contextuales.
Definiciones de los componentes de la CIF
En el contexto de la salud establece las siguientes de-
finiciones de los componentes de la CIF:
– Funciones corporales. Son las funciones fisiológicas de
los sistemas corporales (incluyendo funciones psicoló-
gicas).
– Estructuras corporales. Son las partes anatómicas del
cuerpo: órganos, extremidades y sus componentes
– Deficiencias. Son los problemas en las funciones o
estructuras corporales tales como una desviación signifi-
cativa de la norma (anomalías, defectos) o una pérdida.
Pueden ser leves o graves y pueden fluctuar en el tiem-
po: Pueden ser temporales o permanentes; progresivas,
regresivas o estáticas; intermitentes o continuas. O las
deficiencias pueden derivar en otras deficiencias; así por
ejemplo, la disminución de fuerza muscular puede cau-
sar una deficiencia en las funciones de movimiento, los
déficits de las funciones respiratorias pueden afectar al
funcionamiento cardiaco, y una percepción deficitaria
puede afectar a las funciones del pensamiento.
– Actividad. Es el desempeño/realización de una tarea
o acción por parte de una persona: como movilidad
(donde están los dominios: cambiar y mantener la posi-
ción del cuerpo, lavar, mover y usar objetos, andar y mo-
verse y desplazarse utilizando medios de transporte).
– Participación. Es el acto de involucrarse en una si-
tuación vital: como Autocuidado, Vida doméstica.
– Limitaciones en la actividad. Son dificultades que un
Participación
individuo puede tener en el desempeño/realización de
actividades (así el término “limitación de la actividad”
sustituye al de “discapacidad” usado en la versión de
1980 de la CIDDM).
– Restricciones en la participación. Son los problemas
que el sujeto puede experimentar al involucrarse en si-
tuaciones vitales (tiene que ver con el concepto de mi-
nusvalía (CIDDM): problemas a la hora de encontrar
trabajo, amigos, pareja, etc.).
– Factores ambientales. Constituyen el ambiente físico,
social y actitudinal en el que las personas viven y condu-
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C. Villanueva López
J. Eusebio Leyba
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cen sus vidas. Los factores ambientales son extrínsecos a
la persona (p. ej., las características arquitectónicas, en-
torno natural y cambios en el entorno derivados de la
actividad humana: como el sistema legislativo).
– Funcionamiento. Lo aplica como término global que
hace referencia a todas las Funciones Corporales, Es-
tructuras Corporales, Actividades y Participación; sien-
do un término genérico para las condiciones de salud
positivas (o dicho de otra manera: no negativas).
– Discapacidad. Es el término genérico que engloba
el conjunto de los tres niveles de déficit: la dificultad
funcional (deficiencia de la CIDDM), las limitaciones
en la actividad (discapacidad de la CIDDM) y las res-
tricciones en el rol normal o en la participación (mi-
nusvalía de la CIDDM). Indica los aspectos de la inte-
racción entre el individuo (con una condición de salud)
y sus factores contextuales (factores ambientales y perso-
nales). Es decir, la discapacidad está definida como el re-
sultado de una compleja relación entre la condición de
salud de una persona y sus factores personales, y los fac-
tores externos que representan las circunstancias en las
que vive esa persona. Este nuevo paradigma de la disca-
pacidad se entiende como “aquella limitación en la ca-
pacidad de realizar actividades que restringe de manera
permanente la participación de la persona en la sociedad
y que es consecuencia de deficiencias en funciones y es-
tructuras corporales y de obstáculos ambientales”.
Así deja de emplearse como una parte de las conse-
cuencias de la enfermedad (como era en la CIDDM), y
se eleva a ser el término que engloba todas las condicio-
nes de salud o factores negativos del funcionamiento
humano, por lo que como señala Demetrio Casado pue-
de tener el inconveniente de confundir la parte (lo que
antes se denominaba discapacidad) con el todo (lo que
ahora se denomina discapacidad). Así al utilizar un tér-
mino que antes tenía una definición y ahora otra, puede
causar ciertos problemas operativos, por ejemplo al ha-
cer revisiones históricas de los artículos, pues tendre-
mos que tener en cuenta si el concepto utilizado es de
antes o después de la aparición del CIF.
– Estado de salud. Es el nuevo término que sustituye al
de enfermedad, y se refiere al trastorno que padece un
individuo y es la llave de paso entre el funcionamiento
y la discapacidad (p. ej., lo que una persona con un tras-
49
Las clasificaciones de la enfermedad y la discapacidad de la OMS
torno o una enfermedad hace o puede hacer). Debemos 281
de diferenciar este concepto del de “salud”, que, en la
CIF, hace referencia tanto a aspectos negativos como po-
sitivos.
Estas nuevas clasificaciones de la CIF sobre la discapa-
cidad se basan en la asunción de que la discapacidad es
un rango de aplicación universal de los seres humanos,
ya que tienen de hecho o en potencia alguna limitación
en su funcionamiento corporal, personal o social asocia-
do a una condición de salud. Ya que subyaciendo a la di-
versidad de manifestaciones de la discapacidad, tiene
que haber un conjunto de estados funcionales que son
susceptibles de identificar científicamente.
Se entiende por “condición de salud” toda alteración o
atributo del estado de salud de un individuo que pude
generar dolor, sufrimiento o interferencia con las activi-
dades diarias, o que puede llevar a contactar con servi-
cios de salud o con servicios comunitarios/sociales de
ayuda. Dichas condiciones pueden ser enfermedades,
trastornos, lesiones, traumas, o incluso reflejar otros es-
tados relacionados con la salud tales como el embarazo o
la edad.
Ventajas de la nueva clasificación CIF
– Es una herramienta para la valoración de necesida-
des, homogeneizar un lenguaje, definir medidas y planes
de atención, prevención, orientación vocacional, etc.
– A nivel sanitario la CIF complementa la CIE-10 y
las escalas específicas, mejorando la descripción gráfica,
numérica y los perfiles de discapacidad.
– Es un instrumento útil para elaborar una metodolo-
gía de valoración global de las necesidades de la persona.
Sirviendo para la asignación de recursos, para programas
de rehabilitación (en el sentido más amplio), para eva-
luación de resultados.
– En cuanto a la utilidad práctica es la codificación
en donde se describen y valoran los factores negativos de
la salud y los estados relacionados con la salud. En la pri-
mera parte hace una descripción del “funcionamiento
humano” con la descripción de las situaciones de des-
ventaja a través de los calificadores de todos y cada uno
de los constructor (calificadores empleados para descri-
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clasificación).
– La segunda parte de la CIF relata los factores am-
bientales y personales, haciendo una valoración en sen-
tido positivo o negativo de un mismo ítem.
– La CIF presenta de forma separada las funciones y
las estructuras corporales en dos escalas (con ocho cla-
ses cada una), que se relacionan entre sí. Aportando
16 clases en lugar de la única escala (estructural y fun-
cional) con nueve clases de la CIDDM.
– La CIF tiene calificadores que describen la magni-
tud de la deficiencia en las funciones corporales, y en
las estructuras corporales además de ésta describe la na-
turaleza de la deficiencia (o cambio producido en la es-
tructura) y su localización.
– La CIF une en una sola escala de “actividad y parti-
cipación” las dos escalas de la CIDDM de la discapaci-
dad (el ámbito personal) y la minusvalía (social).
– Al sistematizarse y codificarse, la CIF es un instru-
mento útil para la recuperación de la información al
proponer un lenguaje común y normativo para la reco-
gida, almacenamiento, recuperación y análisis de la in-
formación de la historia clínica, posibilitando así estu-
dios epidemiológicos.
En definitiva, hay una mayor complejidad de aplica-
ción aportando una información más completa.
Y por último señalar que esta clasificación ha sido
aceptada por las Naciones Unidas como uno de sus sis-
temas de clasificación social, siendo incorporado a las
“Normas Uniformes para la Igualdad de Oportunidades
en las Personas con Discapacidad” como herramienta
para implementar los mandatos sobre derechos huma-
nos y sus legislaciones correspondientes: ley de igualdad
de Oportunidades y No Discriminación.
CONCLUSIONES
El término “discapacidad” es utilizado universalmen-
te, tanto en el lenguaje cotidiano como en la literatura
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Las clasificaciones de la enfermedad y la discapacidad de la OMS
profesional y científica, pero resulta ambiguo. El térmi-
no podría referirse a una anormalidad funcional o es-
tructural en el ámbito corporal (por ejemplo, un pro-
blema metabólico o la pérdida de un brazo); un
problema de actuación o comportamiento en el ámbito
de la persona (por ejemplo, ser incapaz de conducir); o,
incluso, en el ámbito social al estar socialmente en des-
ventaja a causa de los problemas funcionales en el ám-
bito corporal o personal (por ejemplo, perder el trabajo
o que te denieguen el permiso de conducir). Para evitar
la confusión entre estas tres nociones, muy diferentes
entre sí, la CIDDM de 1980 utilizó los términos “defi-
ciencia” (impairment), “discapacidad” (disability) y
“minusvalía” (handicap) para distinguir estas tres di-
mensiones, con el término paraguas “disablement” (que
no tiene paridad en castellano, pero podríamos tradu-
cir como “discapacitación” o “discapacitamiento”) cu-
briendo a las tres.
En el proceso de revisión, se decidió que la CIF usará
un lenguaje neutral y flexible, por lo que se renombra-
ron los términos por “estructuras y funciones corporales”
(por “deficiencias”), “actividad” (por “discapacidad”) y
“participación” (por “minusvalía”). Puesto que el término
“disablement” resultó difícil de traducir (como sucedía
en castellano) y ahora “discapacidad” estaba liberada de
su asociación con el ámbito personal de los problemas
funcionales, se decidió volver a “discapacidad” como tér-
mino comprensivo de los tres ámbitos de dificultad fun-
cional. El término “disablement” se mantuvo como un
término acordado para nombrar el proceso interactivo
por el cual los ámbitos de la discapacidad suceden (lo
que podríamos denominar en castellano “discapacidad”
o “discapacitamiento”).
La utilización de un término anterior con un conte-
nido diferente puede causar ciertos problemas operati-
vos, sobre todo si pensamos que dentro de unos años al
hacer revisiones históricas de ciertos textos, nos vere-
mos obligados a pensar si éstos hacen referencia a con-
ceptos manejados antes o después de la aparición de la
CIF.
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