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el orden universal
Síntesis del capitulo 1 y 2 del libro:
Botello, Alberto Vazquez. LOGOS: Teoría de los Sistemas y el Orden Universal
(Spanish Edition) . Lafont Editorial. Edición de Kindle. Amazon.com
Paradigmas del mundo (o el universo)
“El universo en que vivimos así como todos sus componentes tienen una naturaleza sistémica y
como tal “no pueden entenderse como un conjunto de partes separadas” (Bohm)
A lo largo del tiempo y de la evolución de las ciencias, la concepción mecánica del mundo (y del
universo) ha sido reemplazada por una concepción orgánica lo que nos ha llevado a reconocer que
las partes del universo están estrechamente interrelacionadas unas con otras y nos están haciendo
más conscientes del impacto que cada una de ellas puede tener en el resto.
La concepción mecánica del universo lo concebía de una forma absoluta, comparándolo con un
gran reloj (o máquina). De acuerdo a esta concepción podíamos dividir el todo, reducirlo en sus
mínimas partes y analizar así pieza por pieza para conocer leyes y obtener una mejor comprensión
del todo. A esta actitud o forma de actuar se le ha reconocido como reduccionismo e iba de la
mano con el determinismo. Esta última era la creencia de que al conocer la leyes que gobernaban
la partes uno podría determinar de forma precisa las consecuencias de una acción realizada en el
presente, es decir, podía conocer el futuro. Este era el mundo que supuso Isaac Newton.
Paradigmas del mundo (o el universo)
Posteriormente Albert Einstein demostró la naturaleza relativa del universo, específicamente, la
del tiempo y el espacio, eliminando con ello parte del absolutismo. Y posteriormente los
descubrimientos de la física cuántica establecieron que el universo esta interrelacionado a nivel
de partículas atómicas que pueden afectarse mutuamente simultáneamente a millones de años
luz de distancia y tales partículas atómicas se comportan de una manera cuando están siendo
observadas o medidas y de otra manera cuando no lo están.
El auge de esta visión “holística” o sistémica del universo se ha encontrado un gran campo de
aplicación en muchas áreas de las ciencias. Una infinidad de libros y recursos con este enfoque
han salido al mercado de áreas como la administración, la economía, la ecología, las ciencias
sociales y psicológicas, las ciencias computacionales, etc.
La teoría de los sistemas nos puede llevar a descifrar la existencia de un “orden normativo
universal transcendente”. Un orden que nos dice el “cómo debe ser” de todo y cada cosa en
particular. Es normativo porque establece las leyes, normas, principios o fórmulas que han de
regir a cada cosa. Y es transcendente porque antecede y sobrepasa la existencia del universo.
El orden normativo universal trascendente
Este orden tiene sus antecedentes desde épocas muy remotas y a través de diferentes culturas: se
le llama Tao en el lejano oriente, Maat en el antiguo Egipto, Ananke y Moira en la religión griega,
Logos en la filosofía griega, sabiduría en la biblia, ley natural por los teóricos humanistas clásicos
y orden creacional en la corriente filosófica neocalvinista.
Se habla de “principios universales” que permitan el desarrollo de la humanidad en orden y
armonía, principios que han sido difícil de descifrar.
Con los avances en el estudio de los sistemas, física cuántica y filosofía se ha logrado discernir y
conocer cómo funciona.
Este conocimiento es básico para todos nosotros porque nos proporciona las fórmulas que permiten
el correcto funcionamiento de los muy diversos sistemas en los que nos movemos: familia,
empresa, escuela, iglesia, sociedad, el sistema internacional, ecológico, etc.; proporcionándonos
los criterios necesarios para encontrar el camino o normativa a seguir para propiciar orden
armonioso y genuino desarrollo en y entre los sistemas.
El universo de los sistemas
A los inventores les lleva muchos intentos antes de descubrir la ley del sistema
que desean realizar. Por ejemplo, a Tomás Edison le tomó más de mil intentos
antes de encontrar la manera de construir el foco o a Alexander Graham Bell le
tomó también muchos intentos antes de descubrir la ley del sistema que trae a la
existencia el aparato que permite la comunicación audible a larga distancia (el
teléfono)
Por otro lado, debemos reconocer que puede haber más de una forma en la que
un sistema se puede construir, pero estas están igualmente predeterminadas,
reguladas y restringidas a un rango preestablecido por la ley del sistema. Por
ejemplo, para obtener el color verde hay dos formas posibles, una es combinando
el color azul con el amarillo y la otra es mezclando el negro con el amarillo. Si
intenta obtener el color verde mezclando otros colores jamás se logrará ¿por qué?
Porque se sale de las fórmulas preestablecidas por la ley del sistema para la
construcción de dicho color.
Diversas formas de construir sistemas
Las formas de construir un sistema disminuyen entre más detalladas sean las
especificaciones del sistema a construir, hasta el punto en que la especificación
del detalle obliga a que haya sólo una forma. De igual manera, y por la misma
razón, los elementos que se van añadiendo a un sistema van disminuyendo las
posibles opciones de construcción. Este es un principio general que rige a todos
los sistemas.
Por ejemplo, si he construido una casa con paredes de cartón y techo de lámina,
estos componentes me van a restringir las opciones dictándome la normativa a
seguir si deseo añadirle un cuarto más. Si lo añado en el segundo piso tendría que
ser de un material y de una dimensión tal que pudiera ser soportado por el primer
piso, pero aún así el primer piso no soportaría el peso de una persona. Por lo
tanto, es muy probable que, dado los elementos, la única opción viable sea
construir el cuarto en el mismo piso.
Así pues, cuando no tienes nada cualquier elemento te sirve para comenzar y las
posibilidades son infinitas, pero una vez dado el primer elemento la búsqueda se
intensifica pues ahora tienes que buscar otro elemento que encaje con el que ya
tienes.
La ley de los sistemas delimita nuestro
comportamiento
Ahora que partimos de un universo creado, un planeta que habitamos,
unos sistemas naturales y de actividad humana existentes y de muchos
otros sistemas ya creados, nuestras opciones “se restringen”. La ley del
sistema no sólo nos establece la forma de hacer o construir algo, sino
también nos dicta la normativa para que “ese algo” encaje
armoniosamente dentro de su contexto.
Si partimos que nuestra capacidad creativa para hacer cualquier cosa es
el producto de nuevas asociaciones y referencias de elementos ya
existentes, podemos deducir que la ley de los sistemas es la que nos
proporciona las fórmulas para construir cosas con los elementos
existentes. El universo nos da el material y las herramientas, y la ley
de los sistemas la directriz.
Si podemos discernir la ley del sistema y someternos a ella no solo
podemos construir cualquier sistema sino integrarlo con su contexto o
comprender aquellos sistemas ya existentes. El éxito en todo que hacer
depende de la habilidad para discernir la ley del sistema que rige a este
universo o la de sus subsistemas que nos interesan.
Premisa sobre la ley de los sistemas