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Craqueo catalítico

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Una típica unidad de craqueo catalítico.

El término craqueo1 catalítico o cracking catalítico es un proceso de la refinación del


petróleo que consiste en la descomposición termal de los componentes del petróleo en
presencia de un catalizador, con el propósito de craquear hidrocarburos pesados cuyo punto
de ebullición es igual o superior a los 315 °C, y convertirlos en hidrocarburos livianos de
cadena corta cuyo punto de ebullición se encuentra por debajo de los 221 °C. Dichos
catalizadores se presentan en forma granular o microesférica. Los catalizadores usualmente
se componen por óxido de silicio (SiO2) y alúmina (Al2O3).2 El mineral más comúnmente usado
para este fin es la faujasita.3
Su finalidad no es otra que la de obtener la mayor cantidad de hidrocarburos livianos de gran
aprecio para la industria; la mayoría de las cargas a las unidades de ruptura catalitíca la
constituyen gasóleos, aceites pesados como el DMOH y el DMO (aceite demetalizado
hidrogenado y aceite demetalizado, respectivamente). El craqueo catalítico
produce naftas e hidrocarburos aromáticos de alto octanaje, como el benceno por medio de la
conversión de cicloalcanos y parafinas.4
El craqueo y el reformado catalítico hacen que la refinería pueda responder a los cambios que
se producen en la demanda. Las personas a cargo de la programación de la producción se
encargan de definir el ruteo de las distintas corrientes obtenidas en la destilación a través de
los diversos procesos de conversión, para adecuar la cantidad y calidad de los productos
finales, según la demanda.
El primer uso comercial del craqueo catalítico se produjo en 1915, cuando Almer M. McAfee
de Gulf Refining Company desarrolló un proceso por lotes utilizando cloruro de aluminio (un
catalizador de Friedel Crafts conocido desde 1877) para romper catalíticamente aceites de
petróleo pesado. Sin embargo, el costo prohibitivo del catalizador impidió el uso generalizado
de los procesos de McAfee en esa época. 56

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