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ECONOMÍA Y FINANZAS PERSONALES

Desde historias verdaderas y motivacionales de gran perseverancia a la enseñanza


perspicaz y el estudio personal profundamente introspectivo, el Curso de Economía y
Finanzas Personales está diseñado para ayudarle a superar los desafíos financieros para
ayudarle a vivir una vida de significado y propósito. Se trata de un estudio bíblico
financiero altamente relacional destinado a crear interacción entre los miembros del
grupo que fomentará el apoyo mutuo y la rendición de cuentas entre todos.

Este curso proporciona soluciones para los síntomas y la causa raíz de sus problemas
financieros de una vez por todas. Combinando enseñanzas bíblicas sólidas, utilizaremos
herramientas y experiencias prácticas.

TRABAJOS

Estudio sobre el diezmo en el Antiguo Testamento; 6 páginas (04 setiembre)

Resumen del libro “¿A quién le pertenece el dinero?” (Jhon Mac Arthur); 10
páginas (02 de octubre )

Lo que Cristo enseño sobre el dinero; 6 páginas (6 de noviembre)

Resumen del libro “La trasformación total de su dinero” (Dave Ramsey); 12


páginas (04 de Diciembre)

TAREAS SEMANALES

• Ver un video de 5-10 minutos

• Descargar un PDF para memorizar la Biblia,

• Responder preguntas de estudio y leer las notas del capítulo

• Completar las asignaciones de aplicaciones prácticas

• Orar para que la Palabra de Dios le sea revelada

• Completar la lección durante toda la semana en su propio horario

EVALUACIONES

04 de Setiembre, 02 de Octubre, 06 de Noviembre, 04 de Diciembre

OBJETIVOS

• Comprender los principios financieros de Dios

• Hallar esperanza y profundizar en su fe 

• Crecer en su generosidad.

• Tomar decisiones financieras con seguridad

• Aprender formas de deshacerse de la deuda de forma permanente

• Impartir sabiduría financiera a otros, incluyendo la próxima generación

BIBLIOGRAFIA

Estudio de Finanzas Personales MoneyLife, Crown Español (2017)

¿A quién le pertenece el dinero?, John Mac Arthur, editorial portavoz

Conceptos financieros, Crown, puffys SRL.

La trasformación total de su dinero, Dave Ramsey,

CONTENIDO

SECCION I: Introducción A La Economía Cristiana

SECCION II: LA Parte De Dios, Nuestra Parte Y El Trabajo

SECCION III: La Administración Del Dinero

SECCION IV : Lo Que Dice La Biblia Sobre El Diezmo

SECCION V: El Uso Correcto De Lo Recibido

SECCION VI: Honestidad.

SECCION VII: Preparando Un Presupuesto

SECCION VIII: La Honestidad.

SECCION I

Capitulo 1

DIOS NOS HABLA DEL DINERO

Introducción

Dios nos dio pautas para administrar el dinero porque nos ama y se preocupa por nosotros.
En la Biblia hay más de 2.350 versículos que se refieren al dinero y a las posesiones. Jesús
enseñó más acerca del dinero que sobre cualquier otro tema. El tema del dinero es el más
mencionado en el Nuevo Testamento, aparte del tema del amor. El Señor sabía que
necesitaríamos sabiduría para usar el dinero, por eso reveló en la Escritura los principios
acerca del trabajo, las ganancias, los gastos, los ahorros, las inversiones, el dar, el salir de
deudas y la enseñanza que se le debe dar a los hijos sobre cómo manejar el dinero. Si a las
personas se les ha enseñado algo acerca de la manera en la que Dios espera que se
maneje el dinero, generalmente se refiere al dar. Aunque dar es muy importante, rara vez se
les enseña los principios sobre ganar y gastar. Por ende, el pueblo de Dios se ha manejado
más según la perspectiva del mundo, en vez de la de Dios.

I. TRES RAZONES POR LAS QUE DIOS HABLA TANTO SOBRE EL DINERO:

A. La forma en la que manejamos nuestro dinero es una expresión externa de una


condición espiritual interna.

Lucas 16:10 dice: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo mas fiel; y el que en lo muy
poco es injusto, también en lo mas es injusto”.

El área del manejo del dinero es una de esas áreas de “lo muy poco”. ¿Por qué lo
decimos?... pues porque ¿quién sabe cómo está usted manejando su dinero?

Muchas veces las esposas no saben cómo los esposos manejan el dinero de la casa.
Entonces, si la esposa no sabe cómo su esposo está manejando el dinero de la casa,
mucho menos el pastor. El área del manejo del dinero es un área “secreta” en nuestra
vida… Pero como le escuchamos decir alguna vez al Dr. Luis Palau, “en la vida secreta
está el secreto”. La forma en la que cada uno de nosotros tomamos decisiones
económicas muestra los principios y valores que tenemos en la vida. Si usted decide
sobornar a un policía de su país, pasar algún equipo de contrabando por la aduana, mentir
en su declaración de impuestos o escuchar música en un disco compacto pirateado, esas
decisiones económicas simplemente muestran que es lo que es usted realmente valora en
su vida (su tiempo, su dinero), y qué lugar ocupa la Palabra de Dios y Jesucristo mismo en
el trono de su corazón.

B. La manera en que administramos el dinero afecta la intimidad de nuestra


comunión con Cristo.

Una buena administración, llevara a una mejor comunión con Cristo.

Cuantas personas endeudadas no tiene tiempo para pasar en comunión con Cristo, por
una mala administración, debemos de utilizar correctamente el dinero que poseemos.

Cuando el salomón nos habla del trabajo de la hormiga, podemos ver que esta no solo
trabaja para poder comer en ese momento, sino también para poder guardar (Prov
6:6-8)

El amor al dinero ha hecho que muchos se desvíen de la fe, en búsqueda de poseer más
dinero, o causa de deudas en sus vidas (1 tim 6:10)

C. El dinero compite con Cristo por el trono de nuestro corazón.


“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará
al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24).

En nuestro corazón hay una gran lucha entre el dinero y Cristo; ahora bien ¿a quién
dejaremos sentar en el trono?

Dios nos creó con un corazón a fin de que lo amaremos plena y absolutamente. Hoy en día,
sin embargo, nuestros corazones aman muchas otras cosas aparte de Dios. Se nos hace
difícil orar con el salmista: “¿A quién tengo en los cielos sino a Ti? Y fuera de Ti nada
deseo en la tierra” (Sal. 73:25). Debemos admitir que aunque amamos a Dios hasta cierto
punto, Muchas veces, Él no es nuestro único o primer amor. Las cosas del mundo capturan
nuestro corazón. Así que, ¿cómo podemos obedecer el mandamiento del Señor de amar “al
Señor tu Dios con todo tu corazón”?

En 1 Juan 4:19 dice: “Nosotros amamos, porque Él nos amó primero”. La nota en este
versículo del Nuevo Testamento Versión Recobro dice: “Dios nos amó primero porque Él
nos infundió Su amor y generó en nosotros el amor con el cual lo amamos a Él y a los
hermanos (vs. 20-21)”.

Podemos volver nuestro corazón al Señor Jesús al orar, invocar Su nombre,  y al pasar


tiempo con Él en Su Palabra. Estas prácticas sencillas pueden quitar los velos de nuestro
corazón, restaurar nuestra comunión con el Señor y reavivar nuestro amor por Él. No es
necesario permanecer fríos o indiferentes hacia el Señor. Podemos volver nuestro corazón a
Él en cualquier momento. Él nos reavivará y nos traerá de nuevo a Él como nuestro primer
amor.

II. NUESTRA POSTURA ANTE EL DINERO

1. Ser buenos mayordomos de las posesiones de Dios. Mayordomía significa


administrar las pertenencias de otro. “… todo lo pusiste debajo de sus pies…” (Salmos
8).

2. Ser fiel a Dios, nos trae infinitas bendiciones. “Ahora bien, se requiere de los
administradores, que cada uno sea hallado fiel” (1 Corintios 4:2). Dios es dueño de
todo lo que nosotros tenemos, y nos da dado la responsabilidad de administrar
nuestras cosas de una manera fiel, de acuerdo a los principios de la Escritura acerca
de las finanzas.

En la fidelidad, Dios nos bendice de tres maneras:


1. Nos acercamos a Jesucristo más y más. (Juan 14:21).

2. Desarrollamos un carácter a la imagen de Dios.

3. Comenzamos a tener estabilidad financiera.

En la mayordomía:
1. Las posesiones son: una responsabilidad.

2. El Trabajo: Es para el servicio a Cristo.

3. El pueblo de Dios es: Fiel

4. Doy: Porque amo a Dios.

5. Al gastar lo hago con: Devoción y responsabilidad.

Guardarnos ante los peligros del dinero:


1. Esclavitud – del rico y del pobre (Prov. 30:7-9; 22:7)

2. Indulgencia (Prov. 21:17; Lucas 12:15)

3. Algunos pecados por causa del dinero:

1. Preocupación (Mt. 6:24)

2. Afán por hacerse rico (Prov. 28:22)

3. Vagancia (Prov. 21:25-26)

4. Engaño (Prov. 19:1)

5. Avaricia (Lucas 12:15)

6. Codicia (Salmos 73:2-3)

No debemos ser amantes del dinero. 

Podemos imitar   a los hombres fieles a Dios  que no dejaron su fe en él por amor al dinero. 
Muchos estuvieron dispuestos a no aceptar las ofertas que les hicieron  para no ofender a
Dios. Veamos los siguientes ejemplos.

1. Eliseo el profeta  2Re 5:16 “Mas él dijo:  Vive Jehová,  en cuya presencia estoy, 
que no lo aceptaré.  Y le instaba que aceptara alguna cosa,  pero él no quiso.”

2. Daniel. Dan 5:17  “Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey:  Tus dones
sean para ti,  y da tus recompensas a otros.  Leeré la escritura al rey,  y le daré la
interpretación.”

3. Pedro  1Pe 5:2 “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros,  cuidando de
ella,  no por fuerza,  sino voluntariamente;  no por ganancia deshonesta,  sino con
ánimo pronto.”  Recuerde la oferta que Simón les hizo a el y a Juan , según Hech
8: 20; “¿Que dijo él? : Tu dinero perezca contigo.”

4. Jesús Nuestro máximo ejemplo.  Mat 4:8-10 “Otra vez le llevó el diablo a un monte
muy alto,  y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le
dijo: Todo esto te daré,  si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, 
Satanás,  porque escrito está:  Al Señor tu Dios adorarás,  y a él sólo servirás.”

SECCION II

LA PARTE DE DIOS, NUESTRA PARTE Y EL TRABAJO

CAPITULO 1

LA FUNCIÓN DE DIOS

1. Dios es el Dueño de todo.

“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan” (Salmos 24:1). Dios
creó todas las cosas: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). El jamás
ha transferido, ni nunca le transferirá a las personas la propiedad de Su creación.

a. Dios es dueño de toda la plata y el oro. “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de
los ejércitos” (Hageo 2:8).

b. Dios es el dueño de la tierra. “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía
es. (Levítico 25:23)

c. Dios es dueño de los animales. “Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de
animales en los collados… y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo
tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud” (Salmos 50:10-12).

Como seguidores de Cristo, nosotros reconocemos que Dios es dueño de todas nuestras
posesiones. Jesús dijo: “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que
posee, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:33)
2. Dios tiene el control.

“Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares” (Salmos
135:6).

Nuestro amante Padre celestial es quien tiene el control total y absoluto de cada cosa que
sucede. “Y alabé y glorifiqué al que vive para siempre… él hace según su voluntad en el
ejército del cielo, y en los

habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel
4:34-35).

Está en quienes lo sigan, el darse cuenta de que Dios usa todo para bien, aún las
circunstancias difíciles serán de provecho propio. “Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados” (Romanos 8:28).

Esto lo podemos ver en la vida de José, a quien sus hermanos celosos lo vendieron como
esclavo. Sin embargo, José les dijo: “No os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido
acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros… Así, pues, no
me enviasteis acá vosotros, sino Dios… Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo
encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho
pueblo” (Génesis 45:5-8; 50:20).

3. Dios provee para nuestras necesidades.

En Genesis 22:14 a Dios se lo llama Jehovah-jireh, que significa, “Jehová proveerá”. “Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas” (Mateo 6:33). “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

Dios es predecible e impredecible. El es predecible en el sentido de su fidelidad para


proveernos, e impredecible en la manera que lo hará. En la Biblia, el Señor provee para su
pueblo de muchas diferentes maneras y, con frecuencia, de modo inesperado. El mismo
Señor que alimentó con maná a los hijos de Israel durante los 40 años en el desierto, y que
alimentó a los 5,000 con tan solo cinco panes y dos peces, nos ha prometido que proveerá
para nuestras necesidades. Este es el mismo Señor que le dijo a Elías: “Yo he mandado a
los cuervos que te den allí de comer; Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y
pan y carne por la tarde” (1 Reyes 17:4,6).

CAPITULO 2

LA FUNCIÓN DEL SER HUMANO

1. Somos mayordomos de las posesiones de Dios.

Salmos 8: “… todo lo pusiste debajo de sus pies…” Mayordomía significa administrar las
pertenencias de otro.

Mayordomía una relación de confianza Lucas 12: 35-48


Al leer el texto del evangelio de Lucas podemos concluir en la siguiente expresión ¡Dios
confía en nosotros¡

En la dinámica del discipulado y la mayordomía se da una relación de confianza que


deposita el señor en el siervo.

La relación de confianza es tal que el dueño en el ejemplo de la parábola se ausenta por


largo tiempo y deja a cargo del mayordomo todo, aquí se observa una gran confianza y un
profunda relación.

La clave del buen resultado en la dupla señor-siervo esta en la buena relación de éstos,
partiendo por la confianza que deposita el señor en su siervo y posteriormente en la forma
como este último le responde. No debe existir temor por las expresiones aparentemente
amenazantes del texto bíblico, si esta asegurada la relación sobre la base de la confianza y
del reconocimiento. El temor debe sobrevenir cuando se pierde la confianza y cuando no
hay reconocimiento de la grandeza y señorío del que convoca y envía.

2. Debemos ser fieles.

“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel” (1 Corintios
4:2).

Dios es dueño de todo lo que nosotros tenemos, y nos da dado la responsabilidad de


administrar nuestras cosas de una manera fiel, de acuerdo a los principios de la Escritura
acerca de las finanzas.

a. Debemos ser fieles con lo que tenemos. No solamente debemos ser fieles mayordomos
en cuanto al diez por ciento que damos, sino también con el noventa por ciento restante.
Todo lo que tenemos es del Señor y debemos administrarlo de una manera que lo
complazcamos a El.

b. Debemos ser fieles en las pequeñas cosas. “El que es fiel en lo muy poco, también en lo
mas es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo mas es injusto” (Lucas 16:10).

Si somos fieles en las pequeñas cosas, Dios podrá confiarnos responsabilidades mayores.
No debemos gastar el dinero de una manera que desagrade a Dios porque esto nos
conduciría a ser mayordomos infieles.

3. En la fidelidad, Dios nos bendice de tres maneras:

a. Nos acercamos a Jesucristo más y más.

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será
amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21).

Cuando somos fieles en la obediencia y el servicio al Señor, aprendemos a amarlo más.


Jesús dijo: Al aplicar con fidelidad los principios de Dios sobre las finanzas, nuestro amor
por Cristo crecerá cada vez más.

b. Desarrollamos un carácter a la imagen de Dios.

Dios se vale del dinero para revelar y refinar nuestro carácter. La manera en que manejamos
el dinero es un indicador de nuestra verdadera condición espiritual. Usted puede decir
mucho de una persona cuando examina la manera en la que maneja el dinero. Por ejemplo,
si es honesto o deshonesto, o si apuesta dinero o lo da a los pobres.

c. Comenzamos a tener estabilidad financiera.

A medida que aplicamos los principios de Dios en la administración de nuestras finanzas,


comenzaremos a gastar más sabiamente y a ahorrar para el futuro y a dar aún más para la
obra de Cristo.

Tenga mucho cuidado con las enseñanzas extremistas en relación a la riqueza y la pobreza.
Es una barbaridad pensar que la santidad se da solamente en la pobreza. E dinero y las
posesiones pueden usarse para bien o para mal. Un número importante de personas
devotas a Dios, que la Escritura nos menciona, fueron los más ricos de su época. En el
Antiguo Testamento el Señor hace llegar su recompensa de abundancia a su pueblo cuando
le obedece, mientas que la pobreza recae sobre ellos como consecuencia de su
desobediencia. Deuteronomio 30:15-16

Salmos 35:27 La Biblia no dice que alguien que es de Dios debe vivir en la pobreza. Un
creyente puede tener recursos materiales. El otro extremo está en creer que todos los
cristianos que tienen una fe verdadera siempre serán prósperos económicamente.
Esto también es un error. Al estudiar la vida de José, vemos el ejemplo de una persona fiel
que experimento la prosperidad y la pobreza. El nació en el seno de una familia prospera,
después sus hermanos lo vendieron como esclavo porque estaban celosos de el. Cuando
fue un esclavo su amo lo ascendió para que fuese el administrador de la casa. Luego, al
negarse a cometer adulterio con la mujer de su amo, ¿sabe qué sucedió? Padeció años en
prisión por haber tomado la decisión correcta. Pero, en el tiempo de Dios, asumió el cargo
de primer ministro en Egipto.

Los lineamientos para la prosperidad se encuentran en Josué 1:8 Este pasaje tiene dos
requisitos para ser prospero. Meditar en la Escritura y hacer todo lo que nos ordena.
Cuando usted hace esto, esta en una posición que le permite ser prospero
económicamente. No hay garantías, sin embargo, Dios preferirá que usted sea prospero. El
sabe lo que es mejor para usted, y espera que confíe en El cualquiera sea su decisión
divina.

CAPITULO 3

EL TRABAJO

Una persona promedio trabaja unas 100.000 horas en su vida. Con frecuencia, este trabajo
acarrea algunas insatisfacciones. Entender los principios de la Escritura con respecto al
trabajo lo ayudara a experimentar satisfacción en el mismo. Además, lo pondrá en una
posición donde el Señor podrá prosperarlo.

A. Dios creó el trabajo para beneficiarnos.

La primera tarea que Dios le asignó a Adán fue el trabajo. “Tomo, pues, Jehová Dios al
hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15).
El Señor creo el trabajo para nuestro propio beneficio en un medio libre de pecado como lo
fue el huerto del Edén. Después de la caída, cuando el pecado entró al mundo, el trabajo se
hizo más dificultoso. “Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que
te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás
de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del
campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra” (Génesis
3:17-19).

B. Dios le dio al trabajo una importante perspectiva

1. El trabajo es necesario.
El origen del trabajo es descrito en el libro de Génesis. En el pasaje de apertura, Dios es el
primer trabajador, ocupado con la creación del mundo (Génesis 1:1-15). La Biblia dice que
Dios trabajó por seis días y descansó el séptimo día. Dios fue el primero en trabajar sobre la
tierra; por lo tanto, el trabajo legítimo refleja la actividad de Dios. Porque Dios es
naturalmente bueno, el trabajo también es naturalmente bueno (Salmo 25: 8; Efesios 4:28).
Además,  Génesis 1:31  declara que cuando Dios vio el fruto de su trabajo, lo llamó "muy
bueno." Dios examinó y evaluó la calidad de su trabajo, y cuando él determinó que había
hecho un buen trabajo, se complació con el resultado. Por este ejemplo, es evidente que el
trabajo debe ser productivo. El trabajo debe realizarse de una manera que produce los
resultados de calidad más alto. La recompensa por el trabajo es el honor y la satisfacción
que provienen de un trabajo bien hecho.

“Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesalonicenses 3:10). El trabajo es tan
importante que en Éxodo 34:21 Dios nos ordena: “Seis días trabajaras”.

2. El trabajo desarrolla el carácter.

“La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria” Proverbios 12:24.

Una de las principales razones de trabajar es para desarrollar el carácter. Mientras el


carpintero edifica la casa, la casa también edifica al carpintero. Su destreza, diligencia,
destreza manual y juicio son refinados. Un trabajo no es una mera tarea para ganar dinero;
es también un medio que Dios nos da para que tengamos un carácter a la imagen de El.

3. El trabajo es para el Señor.

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor
servís” (Colosenses 3:23-24).

La Escritura revela que cuando trabajamos, en verdad estamos sirviendo al Señor con
nuestro trabajo. Considere la actitud que usted tiene con respecto al trabajo. Si puede ver a
Jesús como su jefe, ¿trataría de ser más fiel en lo que hace? La pregunta más importante
que usted necesita hacerse cada día es: “¿Para quién trabajo?” Usted trabaja para Cristo.

C. Dios tomó responsabilidades con respecto a nuestro trabajo

1. Dios nos da las habilidades para realizar nuestro trabajo.

“Y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber
hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado Jehová”
(Éxodo 36:1)

Debido a que Dios le ha dado a cada persona talentos y habilidades únicos, la Escritura no
resalta una ocupación como más importante que otra. A una gran variedad de trabajos
descritos en la Biblia. David fue un pastor y un rey. Lucas fue un medico. Lidia fue una
vendedora de telas purpuras. Daniel fue un trabajador gubernamental. Pablo fue un hacedor
de tiendas; y por último el Señor fue un carpintero.

2. Dios nos da el éxito.

“Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el
egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía
prosperar en su mano” (Génesis 39:2-3).

José es un ejemplo de cómo Dios ayuda a una persona a tener éxito. Nosotros tenemos
responsabilidades, pero debemos darnos cuenta de que es Dios quien nos dará el éxito.

3. Dios controla los ascensos y avances laborales.

“Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto viene el enaltecimiento. Mas Dios es el


juez; a éste humilla, y a aquél enaltece” (Salmos 75:6-7). Aunque nos sorprenda mucho, las
personas no son las que controlan quien le ascenderá (enaltecerá) a usted; es el Señor
quien controla su éxito y ascensos.

Por otro lado…

D. Dios nos dio responsabilidades también a nosotros

1. Debemos trabajar duro.

“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol,
adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10). “Haber
precioso del hombre es la diligencia” (Proverbios 12:27). La escritura condena la
holgazanería al mismo tiempo que alienta la diligencia y el trabajo duro. “También el que es
negligente en su trabajo. Es hermano del hombre disipado” (Proverbios 18:9) La vida de
Pablo fue un ejemplo de duro trabajo. “Ni comimos de balde el pan de nadie, sino que
trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no
porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos
imitaseis” (2 Tesalonicenses 3:8-9).

2. Debemos trabajar sin caer en el exceso.

Éxodo 34:21 dice: “Seis días trabajaras, mas en el séptimo día descansaras; aun en la
arada y en la siega, descansaras”. Sin embargo, el trabajar duramente debe equilibrarse
con las demás prioridades de nuestra vida. Si su trabajo le requiere demasiado tiempo y
energías, al punto de que usted deja de lado su relación con Cristo, o sus seres queridos,
esto significa que está trabajando en exceso. El descanso es un asunto de fe, ¿Puede el
Señor hacer que nuestros seis días de trabajo sean más productivos que siete? ¡Si! El Señor
instituyó un descanso semanal para que tengamos salud física, mental y espiritual.

3. Debemos ser honestos.

“No hurtaréis, y no engañareis ni mentiréis el uno al otro” (Levítico 19:11).

4. Debemos honrar a nuestros empleadores.

1 Pedro 2:18 dice: “Criados (léase empleados), estad sujetos a todo respeto a vuestros
amos (empleadores); no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de
soportar”. El pueblo de Dios siempre debe honrar a sus patrones.

5. Debemos honrar a nuestros compañeros de trabajo y nunca difamarlos.

“No acuses al siervo (léase empleado) ante su señor (empleador), no sea que te maldiga, y
lleves castigo” (Proverbios 30:10).

SECCION III

LA ADMINISTRACION DEL DINERO

Capitulo 1

EL DINERO

Introducción

Jesús habló mucho acerca del dinero y las posesiones porque sabía que nuestra vida
espiritual y material tendría mucho que ver con eso.

Dios es Dueño de todo, y nos encomienda algunas de Sus posesiones para que las
administremos. Quiere que seamos sabios y fieles mayordomos al poner en práctica los
principios financieros que enseña Su Palabra.

El nos ha dado el trabajo para proveernos de lo que necesitamos y para desarrollar nuestro
carácter. Debemos trabajar duro y tratar de ser excelentes porque, en realidad, trabajamos
para Cristo.

Debemos, también, balancear el trabajo con otras prioridades que nos da el Señor –entre
ellas, la familia, el descanso y el Reino.

Concepto de dinero

Llamamos dinero a todo activo o bien aceptado como medio de pago o medición del valor
por los agentes económicos para sus intercambios y además cumple con la función de
ser unidad de cuenta y depósito de valor. Las monedas y billetes en circulación son la
forma final adoptada por las economías como dinero.

Propiedades del dinero


1. Es unidad de cuenta, lo que permite fijar los precios de los bienes y servicios. Sin él
no sabríamos cuánto cuestan. 

2. Es un medio de pago, ya que es aceptado por todas las personas para pagar la
compra y venta de los bienes y servicios. 

3. Es depósito de valor, lo que quiere decir que conserva su valor en el tiempo, pues
tiene la capacidad de comprar bienes y servicios en el futuro.

Funciones Del Dinero


Entre las funciones del dinero encontramos que:

• Agiliza la división del trabajo.

• Permite el cálculo económico estableciendo comparaciones entre costes y


rendimientos esperados.

• Permite expresar bienes heterogéneos en unidades comunes.

• Facilita el comercio.

• Permite postergar decisiones de compra y conservar los rendimientos obtenidos de


los factores de producción.

• En muchos países se han utilizado distintos bienes para sustituir algunas de las
funciones del dinero oficial, por ejemplo, a la función de depósitos de valor.

Tipos de dinero
1. Dinero signo: éste está representado por las monedas y billetes fraccionarios en
el que el valor del material con el que se hizo es muy inferior a su valor como
dinero. Es decir que estas monedas y billetes reciben denominaciones
sumamente elevadas en comparación al papel o metal con el que se producen.
En el caso del dinero signo el valor es otorgado por la entidad que lo respalda y
emite.

2. Dinero mercancía: en este caso, el dinero puede ser utilizado como mercancía
destinada al consumo o al comercio, o bien, para utilizarla como medio de cambio.
De una u otra manera, este medio de cambio posee el mismo valor.

3. Dinero de curso legal: este es el dinero que un determinado gobierno reconoce


como aceptable para cancelar deudas y también como medio de pago. Gracias al
apoyo legal, el dinero nacional tiene la posibilidad de ser aceptado en la mayoría de
los intercambios.

4. Dinero bancario: en este caso, el dinero es el que generan los depósitos bancarios
y está compuesto por: depósitos a plazo, depósitos de ahorro y los depósitos a la
vista.

5. Dinero pagaré: este dinero se basa, en la mayoría de los casos, en la deuda de


alguna institución de crédito. Los depósitos bancarios a la vista, que se transfieren
con cheques, pertenecen a esta clase de dinero. Cuando un individuo firma un
cheque, lo que hace es que la deuda sea transferida al banco, quien le dará el dinero
al individuo que haya recibido el cheque.

6. Dinero electrónico: este es el dinero que sólo se intercambia electrónicamente, para


esto se suelen utilizar el ordenador e internet, es así que el usuario nunca entra en
contacto físico con él.

7. Dinero crediticio: este consiste en un papel cuyo emisor puede ser un banco o


gobierno y es el que lo avala para pagar en metal su valor equivalente.

Historia del dinero


La historia del dinero comienza alrededor del siglo V al VII antes de Cristo con la primera
acuñación de moneda por parte del pueblo lidio. La primera moneda fue realizada con
electro, una aleación de oro y plata, para poder pagar a las tropas del ejército. El motivo
decorativo de la moneda era la cabeza de un león, símbolo de la realeza.

CAPITULO 2

PARA UNA CORRECTA ADMINISTRACIÓN DIOS NOS ENSEÑA A PEDIR CONSEJO

“Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio” (Proverbios 19:20) Dios
nos anima a que busquemos quien nos aconseje cuando tenemos que tomar importantes
decisiones financieras. “El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece
al consejo es sabio” (Proverbios 12:15). Algunas personas, por orgullo, no quieren que se
las aconseje. Les parece que pedir un consejo es un signo de debilidad, sin embargo la
Biblia enseña lo contrario. Debemos buscar quien nos aconseje para que los diferentes
puntos de vista y la s sugerencias nos ayuden a tomas las mejores decisiones. La escritura
nos anima a pedir consejo de diferentes fuentes.

A. Debemos pedir consejo a nuestro cónyuge

“No es bueno que el hombre esté sólo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18) Si usted
está casado, la primera persona a quien le debe consultar es a su cónyuge. El marido y la
mujer son uno, y para tomar las decisiones apropiadas deben hacerlo juntos. Las mujeres
tienden a poseer una naturaleza intuitiva más precisa. Los hombres tienden a concentrarse
más en los hechos y el análisis. Muchas veces el Señor se comunica más claramente con el
esposo a través de la esposa porque Dios la creó para que sea de ayuda idónea. El marido
siempre debe pedir el consejo a su esposa en lo que se refiere a las cuestiones financieras,
aunque ella no tenga experiencia en estos asuntos.

B. Debemos pedir consejo a nuestros padres

“Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre y no dejes la enseñanza de tu madre; átalos


siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duerme este
guardarán; hablarán contigo cuando despiertes” (Proverbios 6:20-22). Otra fuente para pedir
consejo son nuestros padres. Nuestros padres cuentan con la experiencia de los años, y
nos conocen muy bien.

C. Debemos buscar consejo en la Palabra de Dios

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos… y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). También debemos
pedir el consejo de personas creyentes que conozcan cómo aplicar los principios que se
encuentran en la Palabra de dios. La Biblia es un libro viviente del cual nuestro Señor se
vale para comunicarse con todas las generaciones. Sus verdades son para todos los
tiempos y todos los países y todas las culturas. Salmos 119:98-100 dice: “Me has hecho
más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo. Más
que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación. Más
que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos”.

D. Debemos pedir ayuda a consejeros cristianos de buen testimonio

“El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será
quebrantado” (Proverbios 13:20) Cada uno de nosotros tiene un conocimiento y experiencia
limitados; por eso necesitamos comunicarnos con los demás para estimular nuestro
pensamiento y obtener otras alternativas, que de otro modo, no habríamos considerado.
“Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros
se afirman” (proverbios 15:22). “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la
multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14).

E. Debemos huir de los adivinadores, médiums o espiritistas

“No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con
ellos. Yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:31). Lea este pasaje con cuidado: “Así murió Saúl
por su rebelión con que prevarico contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no
guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová” (1 Crónicas 10:13-14). La
Biblia nos dice que nunca debemos pedir el consejo de adivinadores, médium o espiritistas.
Saúl murió en parte, porque consultó con una adivina. Debemos evitar cualquier contacto
con lo oculto, los horóscopos y cualquier otro método relacionado a la adivinación del
futuro.

CAPITULO 3

DIOS ESPERA QUE CONTROLEMOS NUESTROS GASTOS

Hay varios principios bíblicos muy importantes que nos pueden ayudar a controlar nuestros
gastos. Aquí hay algunos:

A. Aprender a contentarse.

“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación. Se vivir humildemente, y se tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11-13).

El primer principio para controlar nuestros gastos es el principio del contentamiento. La


“Doctrina del contentamiento” ha desaparecido de la iglesia latinoamericana. Ahora que nos
ha llegado el consumismo, nos hemos olvidado por completo de este principio bíblico para
nuestra vida económica. La doctrina del contentamiento dice que: “Cada uno de nosotros
debemos aprender a ser feliz en el lugar económico en el que Dios nos ha colocado”…
Pablo “aprendió” a contentarse. No nacemos sabiendo contentarnos, sino que tenemos
que aprender a contentarnos.

“Asi que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8). El
contentamiento bíblico es una paz interior que proviene al aceptar o que Dios ha escogido
para nuestra actual situación financiera. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos
con lo que tenéis ahora; porque el dijo: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5)

B. Rechazar la codicia

“No codiciaras la casa de tu prójimo, no codiciaras la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su


criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” (Éxodo 20:17).

Codiciar significa desear profundamente lo que otra persona tiene, y la Escritura lo prohíbe.
En otras palabras, no debemos codiciar lo que le pertenece a otra persona.

C. Aprender a vivir una vida simple

“Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con


vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis
honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada” (1 Tesalonicenses
4:11-12). Algunas cosas demandan tanta atención, tiempo o dinero que perjudican nuestra
relación con el Señor y nuestros seres queridos. La Escritura nos anima a vivir una vida
tranquila y sencilla.

D. Proveer a los necesitados a través del cuerpo de Cristo

“Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, sino para
que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escases de ellos, para que
también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como
está escrito: “El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos”. (2
Corintios 8:13-15).

La iglesia primitiva fue un ejemplo en la cuestión de suplir las necesidades. Hay mucha
gente en nuestras iglesias que no recibe suficiente dinero de su trabajo para sostenerse o
sostener a su familia –especialmente las madres solas o las viudas. Cada iglesia debería
tener un Ministerio de Benevolencia para ayudar a los necesitados y, así, los que tienen más
pueden ayudar a los que tienen menos.

E. Resistir a la influencia de la publicidad

Muchos de nosotros estamos expuestos a los efectos de la publicidad que nos provoca un
descontento con lo que tenemos. Con frecuencia el mensaje engañoso nos comunica que
si compramos algo estaremos contentos. Sin embargo, el propósito de la publicidad es
crear en nosotros una disposición a gastar dinero. Busque la guía del Señor y el consejo de
personas creyentes cuando se trate de tomar decisiones con respecto a los gastos. Si a
usted le parece que tal o cual compra no agradará a Dios, entonces no lo compre.

F. Desarrollar y poner en práctica un plan de gastos (un presupuesto)

“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños,
porque las riquezas no duran para siempre” (Proverbios 27:23 y 24). Dios nos anima a que
sepamos exactamente con cuánto dinero contamos y cómo lo estamos invirtiendo…

“porque las riquezas no duran para siempre”. Tener un plan para controlar gastos es una
manera sabia para tomar control del dinero y no dejar que el dinero nos controle a nosotros.

CAPITULO 4

DIOS NOS ANIMA A PAGAR NUESTRAS DEUDAS

Una deuda es el dinero por el cual una persona se obliga a pagarle a otra una cierta
cantidad de dinero. Las deudas las podemos tomar con nuestros familiares y amigos,
tarjetas de crédito, préstamos bancarios, prestamos sobre la propiedad o hipotecas.

A. El nos exhorta a través de su palabra

1. La palabra nos llama “esclavos” cuando estamos en deuda

“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que
presta” (Proverbios 22:7).

Pedir prestado no es pecado (si lo hubiera sido, Dios nunca le hubiera permitido al pueblo
de Israel prestarse el uno al otro en Deuteronomio 15). Sin embargo, El Señor quiere que su
pueblo esté libre de deudas para servirlo a El, y no para ser siervos de los prestamistas.

2. La Palabra nos desanima a endeudarnos en el Antiguo Testamento

a. Estar endeudado era una consecuencia de la desobediencia.

“Si no oyeres la voz de Jehová tu Dios,… vendrán sobre ti todas estas maldiciones… El
extranjero que estará en medio de ti se elevara sobre ti muy alto , y tú descenderás muy
abajo. El te prestara a ti, y tu no le prestaras a el” (Deuteronomio 28:15,43-44).

b. Estar libres de deudas era una de las recompensas a la obediencia.

“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por
obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltara
sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones… Y
prestaras a muchas naciones, y tu no pedirás prestado” (Deuteronomio 28:1-2,12).

3. La palabra nos desanima a endeudarnos en el Nuevo Testamento

“Pagad a todos lo que debéis… No debáis a nadie nada” (Romanos 13:7 y 8).

4. La palabra nos prohíbe hacer “presunción del futuro”

“No te jactes del día de mañana; porque no sabes que dará de si el día” (Proverbios 27:1)
Presumimos del futuro cuando tomamos una deuda presente basados en ganancias futuras
(ejemplo: comprar una máquina de crédito, suponiendo que, con lo que
Produzca la maquina se pagara la deuda adquirida). La Biblia nos desanima a presuponer
de esa manera. “! Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y
estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana…
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o
aquello” (Santiago 4:13-15)

5. La palabra nos hace responsables del pago de nuestras deudas

“El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da” (Salmos 37:21).
Los creyentes deben pagar sus deudas tan pronto como puedan. Proverbios 3:27-28 dice:
“No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No
digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué
darle” (Proverbios 3:27-28). Debemos tratar de pagar cada deuda a tiempo para
demostrarle al mundo que Jesucristo es quien nos ha convertido en gente mucho más
responsables en el área de las finanzas.

B. El nos muestra porqué nos endeudamos

• Falta de conocimiento:

Muchas personas no tienen el suficiente entrenamiento para administrar el dinero de


acuerdo a los principios de Dios. “Con sabiduría se edificara la casa y con prudencia se
afirmara; y con ciencia se llenaran las cámaras de todo bien preciable”. (Proverbios 24:3,4)

• Falta de planeamiento y disciplina:

“Los planes del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas todo el que se apresura
alocadamente, de cierto va ala pobreza” (Proverbios 21:5 RV95) Muchas personas gastan el
dinero de forma impulsiva porque no tienen un plan escrito o presupuesto que le determine
el que no se excederá de sus ingresos.

• Satisfacción propia:

“Hombre necesitado será el que ama el deleite; y el que ama el vino y los ungüentos no se
enriquecerá” (Proverbios 21:17). Algunas personas gastan al intentar satisfacer sus deseos
nuevos.

• Circunstancias:

(2 Reyes 4:1-7) Algunas personas recurren a endeudarse cuando surgen situaciones


inesperadas de emergencia, tales como la perdida de trabajo o una enfermedad.

C. Dios nos lleva por el camino de la sanidad financiera

A continuación hay nueve principios para salir de deudas

1. Ore

2 Reyes 4:1-7 En ese pasaje, un prestamista amenazó a una viuda con quitarle a sus hijos,
y ella acudió pidiendo ayuda a Eliseo. Este la aconsejó diciendo que pidiera prestado a sus
vecinos vasijas vacías. El Señor multiplicaría lo único que ella tenía, un poco de aceite, y
llenaría con eso las demás vasijas prestadas. Ella vendió el aceite y con eso pagó la deuda
para poder recuperar a sus hijos. El mismo Dios que proveyó a la viuda se ocupará de usted
para ayudarlo a librarse de las deudas. El paso más importante es orar pidiéndole al Señor
que lo ayude.

2. No adquiera nuevas deudas

3. Haga una lista de todas sus deudas y de sus activos (cosas de las cuales es dueño).
Haga una lista de sus deudas para determinar el estado actual financiero. Luego decida si
debe vender algunas posesiones para reducir la deuda.

4. Desarrolle un plan para controlar gastos por escrito (un presupuesto).

Desarrolle un plan de gastos por escrito para asegurarse de que no gastará más de lo que
gana y para ver de dónde puede ahorrar un excedente que pueda asignar a los pagos.

5. Establezca un plan de pago para cada deuda.

La mayoría de los acreedores estará dispuesto a negociar con las personas honestas que
desean pagar su deuda, por eso comuníquese con ellos y haga un seguimiento continuo.
Trate de pagar primero las deudas pequeñas o aquellas que tengan un interés más alto.
Una vez que pago la primera deuda, agregue ese pago al monto regular de otro pago.
Cuando esta se haya saldado, envié el monto que pagaba por las dos deudas anteriores a
la siguiente deuda que quiera pagar, y así sucesivamente, hasta que cancele todo lo que
debe.

6. Considere tener un ingreso adicional

Muchas personas tienen un trabajo que no les da lo suficiente para suplir sus necesidades,
aun cuando gastan de un modo sabio. Entonces deberán tener una segunda fuente de
ingresos para evitar endeudarse.

7. Reduzca los gastos


Algunas personas necesitan reducir sus gastos para poder salir de deudas.

8. Adquiera sus deudas de una manera bíblica


Si usted pide un préstamo, asegúrese de que:

a. Adquirir esta deuda sea una excepción a la regla. (Deuteronomio 15)

b. Planee pagarla lo antes posible. (Romanos 13:7 y 8)

c. Evite caer en un “Compromiso al descubierto” –un compromiso económico que no


tiene una garantía o prenda suficiente como para tener una forma cierta de poder
cancelar la deuda. “No seas de aquellos que se comprometen… si no tuvieres para
pagar…” (Proverbios 22:26-27)

9. Evite ser codeudor

Proverbios 17:18 dice: “El hombre falto de entendimiento presta fianzas, y sale por fiador en
presencia de su amigo”. El ser codeudor o fiador también le convierte en deudor. Cuando
usted firma como garante o se compromete como codeudor, es legalmente responsable por
el dinero que el otro tomó prestado. Es lo mismo que si usted hubiera pedido el dinero
prestado para dárselo a su amigo. La Biblia se opone a que seamos codeudores, garantes
o salgamos de fiadores de otras personas.

SECCION IV

LO QUE DICE LA BIBLIA SOBRE EL DIEZMO

CAPITULO 1

El Diezmo

1. ¿Qué significa la palabra “diezmo”?

La décima parte. Definición según – Easton’s Bible Dictionary

Diezmo
Un décimo del producto de la tierra consagrado y apartado con propósitos especiales. La
dedicación de un décimo a Dios fue reconocido como un deber antes de la época de
Moisés. Abram pago diezmos a Melquisedec (Génesis 14:20; Hebreos 7:6); y Jacobo hizo
un voto al Señor y diciendo “...y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para
ti.” (Génesis 28:22.)

La primera ley mosaica sobre este tema se registra en  Levíticos 27:30-32.  Legislación
subsiguiente reguló la destinación de los diezmos (Números 18:21-24, 26-28; Deuteronomio
12:5, 6, 11, 17; 14:22, 23). El pago de los diezmos era una parte importante de la adoración
religiosa judía. En los días de Ezequías uno de los primeros resultados de la reforma de la
religión fue el entusiasmo con la que la gente traía sus diezmos (2 Crónicas 31:5-6). La
negligencia de este deber era fuertemente reprendida por los profetas (Amos 4:4; Malaquías
3:8-10).

2. ¿Dónde menciona la Biblia por primera vez los diezmos?

En Génesis 14:20. Abraham dio “los diezmos de todo” a Melquisedec, rey y sacerdote de
Salem. Se alude a este suceso en Hebreos 7:1-11 donde Melquisedec es presentado como
tipo de Cristo.

3. ¿En qué consistían los diezmos entregados por Abraham a Melquisedec?

Eran “del botín” (Hebreos 7:4), es decir, de los bienes materiales rescatados por Abraham
cuando derrotó a los reyes del oriente (Génesis 14: 1-20).

4. Antes del tiempo de Moisés, ¿hay otros ejemplos de quienes diezmaban?

Sólo Jacob quien hizo voto de apartar el diezmo de todo con tal que el viaje que estaba
realizando tuviera un desenlace feliz (Génesis 28:20-22).

El “alfolí” era un granero o almacén donde los judíos guardaban los diezmos. Desde luego,
hacía falta un almacén para guardar el diezmo de los productos del campo y del ganado,
¡pero no para dinero!.

5. ¿Diezmaban todos los patriarcas desde Adán hasta Moisés?

No hay ninguna evidencia bíblica de que lo hicieran. Durante la era patriarcal, no había un
sacerdocio especial que necesitara sostenimiento tal como el sacerdocio levítico de la era
mosaica. Se deduce que no hacía falta que se dieran de continuo los diezmos durante la
edad patriarcal.

6. ¿Cuál es la terminología de la ley sobre los diezmos que recibió el pueblo de Israel
cuando fue dado el Antiguo Testamento?

(Deuteronomio 14:22)

7. ¿Con qué frecuencia tenían que diezmar?

“Cada año” (Deuteronomio 14:22). ¡Una sola vez al año! No cada mes, ¡sino una sola vez al
año!. Coincide esta ley con la práctica de exigir el diezmo “cada mes”.

8. ¿De cuales cosas tenían que diezmar los israelitas?

“De todo el producto del grano” (Deuteronomio 14:22) “De… vino y de…
aceite” (Deuteronomio 14:23) “De la simiente de la tierra como del fruto de los
árboles” (Levítico 27:30) “De vacas… de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara”, es decir,
que fueran contados al salir a los pastos (Levítico 27:32)

9. ¿Diezmaban los israelitas de su dinero?

Ningún pasaje del Antiguo Testamento enseña el diezmo del dinero. Según Lucas 18:12, el
fariseo que oraba jactándose dijo: “Doy diezmos de todo lo que gano”. Quizás impliquen
sus palabras que diezmara del dinero. Con todo, claramente las leyes del Antiguo
Testamento sobre el diezmo especificaban lo que servía para la alimentación de los
sacerdotes levíticos.

10. ¿Qué quiere decir “alfolí” en  Malaquías 3:10  donde exhorta Dios: traed todos los
diezmos al alfolí?

El “alfolí” era un granero o almacén donde los judíos guardaban los diezmos. Desde luego,
hacía falta un almacén para guardar el diezmo de los productos del campo y del ganado,
¡pero no para dinero!.

El “alfolí” moderno, ¿qué es?. Pues las cosas cambian o las cambian a su gusto los
religiosos.

Hoy el “alfolí” ¡es el bolsillo del pastor o la cuenta de la iglesia!

11. ¿Por qué nombro Dios a los levitas como recipientes de los diezmos de cada tres
años?

Porque Dios mismo había seleccionado a la tribu de Leví para que se dedicaran los varones
cualificados al servicio del tabernáculo (Números 13:1-4). “Por su ministerio, por cuanto
ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunió” (Números 13:21), no recibieron
heredad (o sea, una porción de la tierra prometida) en los demás israelitas. Los diezmos
eran efectivamente su heredad (Números 18:20-24). Y los que hoy día piden diezmos,
¿pertenecen a la tribu de Leví? Si no, ¿con que derecho piden los diezmos?

12. Además de los diezmos de cada tres años, ¿contaban los levitas con algo más?

Con “la ofrenda de las cosas santas”; – “Todo presente”; – “Toda expiación”; La “ofrenda
elevada”; – Las “ofrendas mecidas”; – Las primicias “de todas las cosas de la tierra”; -“Lo
consagrado por voto”; y los primogénitos de todos los animales con la excepción de los
que tenían que ser redimidos (Números 18:8,19) Y los que en la actualidad dicen a todo
pulmón que hay que diezmar, ¿por qué no piden también las expiaciones, las ofrendas
elevadas, las ofrendas mecidas, etcétera. Si tienen derecho de vivir de los diezmos, también
tendrán derecho de las otras fuentes de sostén que autorizo Dios para los levitas. Si “la
ofrenda elevada”, “las ofrendas mecidas”, etc. fueron abolidas, ¡también fueron abolidos los
diezmos!

Capitulo 2

EL DIEZMO EN LA ACTUALIDAD

Introducción

La gran mayoría de las iglesias cristianas han enseñando el diezmo como algo que Dios
pide de su pueblo, basándose principalmente en Malaquías capitulo 3:10 “Traed todos los
diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los
ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde.”

El tema del diezmo y la ofrenda es un tema importante para nuestros tiempos, pues por un
lado están quienes mal usando la Biblia, abusan y utilizan la fe como fuente de ganancia y
lucro, por el otro existen quienes también mal usando la Biblia, rechazan la responsabilidad
de dar del fruto de nuestros ingresos para sostener la obra de Dios que realiza la iglesia
local.

La Doctrina de la Prosperidad

La falsa doctrina de la prosperidad que surgió principalmente a partir de los años 1970s ha


penetrado a muchísimas iglesias, enseñando que Dios desea la riqueza o la prosperidad
financiera de todos sus hijos, usualmente la manera de lograrla es “pactando con Dios a
través del dinero que damos”, generalmente en estas iglesias se enfatiza el dinero
excesivamente y constantemente. Es importante reafirmar que el propósito de la salvación
de Cristo no es que seamos prósperos financieramente, sino algo mucho mas valioso, que
tengamos reconciliación con Dios y que nuestro carácter sea conformado al de Cristo (2
Corintios 5:17-18; Efesios 4:12-13).

La Motivación de Dar

Es muy importante saber que cuando damos para sostener la obra de Dios, la motivación
con la que damos es muy importante. El Señor Jesús dijo en Mateo 6:2-4 que no debemos
dar para que la gente vea, o para recibir el reconocimiento de otros, debemos dar de todo
corazón motivados por el agradecimiento a Dios por lo que ya nos ha dado, porque le
amamos a El, y anhelamos que su obra sea hecha, y es entonces cuando el Señor Jesús
dice que nuestro Padre celestial nos recompensará en publico (Mateo 6:4), esa recompensa
puede o no ser de provision financiera, pero es evidente que dar con sinceridad y por amor
hace que el Padre se alegre y desee bendecir a sus hijos.

Las Malas Prácticas

Otra fuerte objeción al diezmo se presenta porque algunas iglesias en vez de el pastor tener
un sueldo asignado, existe falta de rendición de cuentas y se acostumbra que el pastor se
lleve a su casa los diezmos y las ofrendas sin haberse contado y sin llevarse un registro de
entradas y salidas. Aquí también existen dos extremos, los pastores abusivos que se
enriquecen a través de la fe, y las iglesia abusivas y faltas de amor, que desean tener a su
pastor en el mas mínimo nivel de pobreza posible o de escases porque existe un errado
entendimiento bíblico sobre el sostenimiento financiero de los ministros.

Entonces observamos que la falsa doctrina y las malas prácticas han provocado que en
muchos lugares exista un rechazo rotundo hacia el diezmo.

Los Argumentos en Contra del Diezmo:

Existen cuatro argumentos que se usan en contra del diezmo:

1. El diezmo era un asunto del Antiguo Pacto, parte del pacto de Dios con su pueblo
Israel, los cristianos no estamos bajo ese pacto por lo que nunca fue algo para nosotros
hoy. Ni una sola vez el Nuevo Testamento nos dice que debemos diezmar (a esto algunos
erradamente añaden que aquellos que practican el diezmo están buscando guardar la ley y
ser salvos al hacerlo, cuando la motivación de esas iglesias al diezmar no es guardar la ley
sino sostener la obra local.)

2. El diezmo nunca fue dinero, era dar la decima parte del cultivo que se producía y de los
animales generados. El alfolí mencionado en Malaquías 3:10 no era un platillo para recoger
ofrendas sino un almacén de granos o alimentos.

3. Se asume que el diezmo no era para los pobres, sino para los que tenían cultivos y
ganado. Por eso esta mal que hoy le pidan a la gente que son pobres que diezmen (claro
esta que la mayoría de la gente se pondrá bajo la categoría de pobres y se sentirán exentos
de dar, pero el Antiguo Testamento no dice que el diezmo no era para los pobres, el
mandato es dado a todo Israel pobre o rico que cosechara aunque fuera poco y fuera
pobre).

4. El diezmo no siempre se daba todo, también se podía consumir y comer y era también
para dar a los pobres, no siempre al templo (aquí hay un error de confusión que
aclararemos).

Respuesta a los Argumentos en Contra del Diezmo:

A estos argumentos mencionados respondemos lo siguiente:

1. Es cierto que no estamos bajo el pacto del Antiguo Testamento que era para Israel y que
el Nuevo Testamento nunca nos manda diezmar, pero si nos manda a dar conforme a lo que
recibimos.

2. Aunque el diezmo no era dinero, sino que era en especie, cultivos cosechados y animales
generados, estos animales, granos y alimentos representaban las entradas económicas de
la cultura antigua. Se utilizaba un sistema de trueque o intercambio comercial de productos
y la gente misma trabajaba por comida. Los granos y animales diezmados eran sus
ingresos y sustento.

3. En el Antiguo Testamento existían tres tipos de diezmo:

El tema del diezmo causa confusión cuando nos damos cuentas que se mencionan
diezmos para distintos propósitos,

a. Un diezmo permanente para los levitas y sacerdotes (Números 18:21); destinado para


sostener el servicio a Dios para sostener a los que sirven a Dios y a sus familias (Levitas y
Sacerdotes).

b. Un diezmo para ir al templo una vez al año con la familia a adorar a Dios, y comer en el
templo (Deuteronomio 14:22-27).

c. Un diezmo cada tercer año para compartir comida con los extranjeros, los huérfanos
(niños abandonados o sin padres) y viudas pobres (Deuteronomio 14:22-27). 

Entonces cada año había dos diezmos, uno destinado a los levitas, y otro para sufragar los
gastos de viajar al templo una vez al año, y uno que se daba solo cada tercer año para los
pobres. Esto significa que el Israelita promedio daba el 23% de sus ingresos cada año.
Como existían varias temporadas de cosechas, trigo, cebada, higos, aceitunas, algodón, y
varias temporadas de nacimiento de crías de ganado, asumimos que el diezmo se traía
varias veces en el año, no solo una vez: de esta manera se mantenían alimentados los
levitas y sacerdotes para poder servir.

Es lo mismo que sucede en nuestro tiempo con los cristianos que practican el diezmo, dan
al recibir sus ingresos mensuales o quincenales, como diría el Apóstol Pablo en 1ª de
Corintios 16:2 “cada primer día de la semana cada uno aparte algo según haya
prosperado”, o como en la oración del rey David para recolectar fondos para construir el
templo dijo “de lo recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14).

Muchos de los ataques en contra del diezmo se basan en que buscan clarificar a los
cristianos que el diezmo no era dinero y que se podía comer y disfrutar. Pero pensando que
los demás cristianos son ignorantes en esto, ellos mismos pecan con ignorancia también,
pues si se trata de ser exactos con lo que la Ley pedía, no era solamente el diezmo sino el
23%  y además de esto los israelitas ofrendaban a Dios en muchas otras ocasiones, las
primicias de sus cultivos, el primogénito de sus animales, y varias otras ofrendas voluntarias
y obligatorias ocasionales como ofrendas de paz o comunión, u ofrendas por el pecado y
holocaustos listados en el libro de Levítico. ¿Tienen los que hoy denuncian el diezmo
basados en estos argumentos el corazón de dar a Dios el 23% de sus ingresos? ¿Son
personas dadivosas y generosas que constantemente están pensando en ayudar a avanzar
con sus ingresos la obra de Dios o ayudar a los pobres?

En la reciente oposición contra el diezmo existen generalemente dos tipos de opositores:

1. Gente que ha sido explotada financieramente y esta harta de la manipulación de falsos


maestros o iglesias abusivas. Que cada vez que van a la iglesia se la pasan hablando de
dinero y todo el énfasis es en el dinero, en pactar, en que Dios reprenderá al devorador, etc.
Nuestra sugerencia es que si estas en una iglesias así busques otra iglesia con sana
doctrina. 

2. Gente que mas que apoyar la Biblia desea encontrar bases para justificar el no hacer algo
que no quieren hacer. Personas que lo que buscan al denunciar el diezmo, es justificar su
falta de generosidad, su falta de amor y su falta de fidelidad a Dios con los recursos que
Dios les ha confiado.

Capitulo 3

¿Es El Diezmo para hoy?

El diezmo es definitivamente bíblico porque viene en la Biblia y fue instituido por Dios
mismo, la pregunta más bien es ¿es el diezmo algo para hoy, algo que Dios pide del
cristiano?
La respuesta es que Dios si pide que el cristiano de con alegría y generosidad de forma
regular y consistente como veremos a continuación, pero puesto que el cristiano actual no
es Israel, y no se encuentra bajo el pacto de Dios con Israel, el diezmo, dar exactamente el
10% no es un requisito especifico del Nuevo Testamento, pero podemos concluir sin
temor a equivocarnos que Dios si espera que los cristianos demos con generosidad y
de forma proporcional a los recursos financieros que hemos recibido. Es allí donde
entra la pregunta ¿Qué es proporcional? Es en esta pregunta donde muchos cristianos han
encontrado en el diezmo no una Ley sino un ejemplo de algo que Dios mismo pidió en el
Antiguo Pacto y que fue agradable delante de El.

El Dar del Nuevo Testamento: El Cristiano Debe Dar Regularmente, Generosamente, y


Consistentemente:

 En 1a Corintios 16:2 el apóstol Pablo pide a la iglesia de Corinto que levanten una ofrenda
para los creyentes en Jerusalén debido a una sequia y hambre por la que estaban pasando
y les dice: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según
haya prosperado.”

El principio es que aparten algo según hayan prosperado, o sea según Dios les haya
bendecido. ¿La pregunta es cuánto es eso? ¿Que porción de lo que prosperamos es
aceptable? ¿5%, 10%, 20%, 30%?

Es allí donde el mandato de Dios del diezmo bajo el Antiguo pacto arroja luz, es por eso que
muchos cristianos diezmamos por voluntad propia, porque aunque vivimos bajo el tiempo
del Nuevo Testamento, la decima parte fue algo que Dios mismo pidió, es algo que no es
mucho como para afectarnos en nuestros gastos de sobrevivencia, pero que tampoco es
poco como para no mostrar un esfuerzo de amor que hace una diferencia en la obra de
Dios. En realidad a Dios no le damos 10%, el nos lo ha dado todo el 100% de lo que
tenemos y la vida misma que no tiene precio.

Independientemente de si el diezmo es o no para hoy, el Nuevo Testamento bajo el cual


estamos contiene muchos llamados a no poner la vista en las riquezas y ha ser dadivosos.

Si el obrero es digno de su salario, dicho por Jesús mismo, ¿cómo podrá un obrero de Dios
recibir sustento si no damos? Es más, podemos olvidarnos del diezmo, Jesús vio con
agrado a  la viuda que dio todo lo que tenia:

Marcos 12:44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó
todo lo que tenía, todo su sustento.

 Jesús mostro que esa acción era buena, un ejemplo a seguir. La viuda era pobre, y dio
todo lo que tenia, no el 10% sin embargo el Señor Jesús elogio esa acción como agradable
ante los ojos de Dios. Cristo pudo haber dicho que estaba mal, que el templo estaba
sacándole el dinero a los pobres. Sin embargo vio con agrado lo que hizo aquella viuda y
precisamente vio con desagrado lo que aquellos que argumentan contra el diezmo hacen
“dar de lo que les sobra y no sacrificialmente o con generosidad”.

En el asunto del diezmo olvidémonos si era un asestar bajo la Ley, el apóstol Pablo dijo que
es mas bienaventurado dar que recibir. Y bajo la gracia, el campeón defensor de estar bajo
la gracia dijo que el que siembra escasamente segara y el que siembra abundantemente
segara. 10% es mucho menos que 30% y 30% sería un estándar adecuado.

Observaciones:
•  No debemos dar para recibir de Dios mas, pero si existe una correlación en donde Dios
honra lo que de por amor generosamente.

•  Debemos dar conforme hemos decidido en nuestro corazón.

• No debemos dar con tristeza de dar ni por sentirnos obligados (por necesidad).

•  Aunque damos, Dios es poderoso para hacer que abunde en nosotros toda bendición a
fin de que tengamos lo que necesitamos, a fin de que abundemos en la buena obra de
seguir dando.

Dar es una forma tangible y real de mostrar nuestro amor, y fidelidad a Dios, porque
nos cuesta. Si no confías en Dios con tus finanzas no le has dado todo tu corazón.
El diezmo y la ofrenda son importantes porque:

• Son una muestra tangible y real, de nuestro amor a Dios y nuestro compromiso con El.
Mostramos que Dios realmente es nuestra prioridad, no solo de labios para afuera.

• Muestra una actitud de agradecimiento y dependencia de Dios.

• Es una contribución que es voluntaria pero que hace posible que nuestra iglesia pueda
existir, operar, servir, tocar vidas, y sostener misioneros alrededor del mundo.

¿Cómo se sostienen bíblicamente los ministros del Nuevo Pacto?

• Mediante las ofrendas voluntarias apartadas cada domingo por los cristianos. La
regla del Nuevo Testamento es: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado” (1 Corintios 16:2) “Cada primer
día” (Todos los domingos. No los sábados ni los demás días, sino los domingos).
“cada uno”… (Todos y cada uno, no unos pocos)…”ponga aparte algo” (NO el
diezmo, sino algo. Compárese 2 Corintios 8:1-12; 9:7-8). Los fondos así recaudados
pueden ser usados para socorrer a los necesitados (Romanos 15:26) y para suplir las
necesidades de los ministros del reino (Filipenses 4:10-20).

• Además, los cristianos estaban en el deber de brindarle hospedaje a los ministros de


la Palabra, cooperando con ellos y encaminándolos para que continuaran sus viajes
evangélisticos (3 Juan 5-8; Hechos 6:14-15;18:1-3,7). Así debe proceder la iglesia en
la actualidad. Cuando Cristo envió a los doce y luego a los setenta, no los instruyó a
cobrar diezmos sino a quedarse en los hogares de los justos y a comer lo que les
pusieran delante (Mateo 10:5-15; Lucas 10:1-12).

¿En qué consistían las ofrendas dadas cada domingo por los miembros de la iglesia
primitiva?

• Los factores circunstanciales indican que consistían principalmente de dinero. La


iglesia no contaba con un alfolí (granero) central. No es concebible que Pablo y los
pocos obreros que andaban con él en la misión de llevar las ofrendas de Macedonia
y Acaya a Judea cargaran muchos víveres, ganado, etcétera. Obviamente, las
ofrendas que llevaban eran de dinero (2 Corintios 8 y 9). Las dádivas enviadas por los
Filipenses a Pablo por un solo hombre (Epafrodito) eran, sin duda, de dinero
(Filipenses 2:25-30;  4:10-20). En cambio, los diezmos dados por Israel eran de
granos, aceite, ganado, etc.

SECCION V

EL USO CORRECTO DE LO RECIBIDO

CAPITULO 1

LA IMPORTANCIA DE APRENDER A DAR

La Biblia nos anima a ser generosos. En realidad, hay más versículos referentes al dar que a
cualquier otro asunto relacionado con el dinero. En Latinoamérica, más que aprender a dar
el 10% de nuestras entradas al Señor, nosotros tenemos que aprender a dar. Debemos
aprender a ser generosos, de nuestro futuro en la Patria Celestial. Hay ciertos principios que
debemos poner en práctica y que son muy importantes al momento de dar.

A. Es importante dar con una actitud apropiada

1. De por amor.

“Y si repartiese todos mis bienes… y no tengo amor, de nada me sirve”. (1 Corintios 13:3).
Es difícil imaginar algo más digno y apreciable que el darle todo a los pobres. Pero si se
hace con una actitud equivocada, sin amor, nunca recibirá la bendición de Dios. Dios evalúa
nuestro dar observando la actitud con la que lo hacemos. En Mateo, Jesús dice: 23:23: “!Ay
de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el
comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era
necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”.

Para Dios, el “ser” es más importante que el “hacer”. Los fariseos cuidadosamente daban a
Dios el monto correcto de sus ganancias –hasta la última hoja de menta de sus huertas. Sin
embargo, debido a que su actitud no era la correcta, el Señor los reprocha y los rechaza
porque no lo hacen con amor. Nuestro Padre Celestial nos da un ejemplo de dar por amor:
“Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3:16)

La mejor manera de dar por amor es dar cada cosa como si se la entregásemos
directamente a Jesucristo. Cuando usted le da al Señor, esto puede ser un acto de
adoración porque Dios es nuestro Salvador y fiel proveedor.

2. De con alegría.

“Cada uno de cómo propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios
ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).

La palabra traducida del griego como “tristeza” significa aflicción, pena o pesar. La palabra
traducida “alegría” significa gozo, felicidad y vivacidad. No debemos dar tristemente,
porque nos duele, sino con gozo porque tenemos la oportunidad de ayudar a otros y de
invertir en el Reino. Deténgase a examinarse. ¿Cuál es la actitud que tengo al dar? Es muy
importante que al dar tengamos la actitud apropiada. Si damos por amor, probablemente
también demos con gozo en el corazón.

3. De a Dios en primer lugar

“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos” (Proverbios 3:9).
Parte de nuestra responsabilidad de ser fieles administradores es retornarle a Dios una
parte de lo que El nos ha encomendado. Dios no necesita de nuestro dinero, pero nosotros
necesitamos darle a El. Darle al Señor es un recordatorio de que Dios es Dueño de todo lo
que poseemos y de que El es nuestro Proveedor. También es un indicador de nuestra
obediencia a los principios de Dios.

4. De sin límites de formulas matemáticas.

“Y le dio Abram los diezmos de todo.” (Génesis 14:20)

Las raíces de nuestras ofrendas en la iglesia se encuentran en la práctica del diezmo, dar a
Dios el diez por ciento de nuestros ingresos. Cuando el pueblo de Dios desobedeció este
principio, se consideró que le había robado al mismo Dios: “¿Robará el hombre a Dios?
Pues vosotros me habéis robado” (Malaquías 3:8-9). Además del diezmo, el pueblo de Dios
en el Antiguo Testamento daba limosnas, ofrendas, primicias y daba en forma sacrificial. El
Nuevo Testamento construye sobre estas enseñanzas y el Señor nos muestra cuál es Su
“estándar” para nuestro “dar”: “Y vino una viuda pobre, y echo dos blancas, o sea un
cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: “De cierto os digo que esta viuda
pobre echo mas que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo
que les sobra; pero esta, de su pobreza echo todo lo que tenia, todo su sustento” (Marcos
12:42-44). Estamos convencidos de que el diezmo es el mínimo monto que debemos darle
al Señor, y deseamos poder dar más que el diezmo a medida que el Señor nos prospera o
guía. Cada uno debe dar de corazón de acuerdo a lo que Dios le ha prosperado, usando el
diezmo como “base” desde la cual comenzar.

B. Es importante entender las bendiciones recibidas.

“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar
las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Mas bienaventurado es dar que recibir”. (Hechos
20:35). Si una ofrenda se da con una actitud apropiada, el dador se beneficiara de cuatro
maneras.

1. El dar nos acerca aun más a Cristo.

“Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21). El dar
demuestra que nuestro corazón desea acercarse a Cristo, porque hemos hecho de El
nuestro tesoro. Por eso es necesario que cada ofrenda se la demos a Jesucristo. Cuando
usted le da su ofrenda a El, su corazón automáticamente se acercara más al Señor.

2. El dar nos ayuda a desarrollar un carácter cristiano. (Filipenses 2:5).

Nuestro Padre celestial quiere que sus hijos se asemejen a Jesucristo. El carácter de Cristo
es el de un dador generoso, sin egoísmo. Desafortunadamente, los seres humanos somos
egoístas por naturaleza. Una de las maneras en la que nos podemos asemejar más a Cristo
es imitándole en la forma en la que El mismo dio.

3. Dar nos permite acumular nuestros tesoros en el cielo.

“Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones
no minan ni hurtan”. (Mateo 6:20)

El Señor quiere que sepamos que podemos invertir para nuestra eternidad. Pablo escribe:
“No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta” (Filipenses
4:17). ¡Dar es la mejor inversión económica! Cuando damos, lo estamos depositando en
una cuenta que cada uno de nosotros tiene en el cielo, y de la que disfrutaremos por la
eternidad… ¡El Bando del cielo, nunca quiebra! ¡Los depósitos están garantizados por la
eternidad!

4. El Dar puede resultar en un incremento en los bienes materiales del dador.

“Hay quienes reparten, y le es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo,
pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, el también será
saciado” (Proverbios 11:24-25). (2 Corintios 9:6-11).

Estos versículos nos enseñan que el dar puede dar por resultado también un incremento en
lo material: “generosamente también segara… teniendo siempre en todas las cosas todo lo
suficiente… abundéis para toda buena obra… proveerá y multiplicará vuestra sementera, y
aumentara los frutos… para que estéis enriquecidos en todo”. Sin embargo fíjese por que el
Señor le está dando más: “para toda liberalidad… y acción de gracias a Dios”. El Señor nos
permite que tengamos más cosas materiales para que nosotros podamos dar más y, al
mismo tiempo, suplir nuestras necesidades.

CAPITULO 2

LA IMPORTANCIA DE APRENDER A AHORRAR.

A. La Biblia nos alienta a ahorrar.

Proverbios 21:20

B. La Biblia nos alienta a ahorrar regularmente.

Proverbios 21:5

C. La Biblia nos dice cuanto debemos ahorrar

Génesis 41:34

D. La Biblia nos dice porque debemos ahorrar

1. Para tener ahorros e caso de emergencias inesperadas Prov. 20:11

2. Para tener ahorros cuando necesitamos hacer una compra grande Prov. 6:6-8

3. Para tener ahorro para necesidades en el futuro. Prov. 30:34 y 25

E. La Biblia nos habla sobre inversiones

1. Evitar las inversiones riesgosas Eclesiastés 5:13

2. Diversificar las inversiones Eclesiastés 11:2

F. La Biblia nos enseña a evitar las apuestas

Proverbios 28:20

Conclusión

De acuerdo a la palabra de Dios, el dar es una prioridad. Es una mayor bendición dar que
recibir. Nosotros, los latinoamericanos, mas que usar una formula matemática, debemos
aprender a ser generosos, bondadosos, usando el diezmo como el lugar del cual comenzar
y no la meta que alcanzar en nuestras donaciones.

El Señor nos alienta a ahorrar para las necesidades del futuro. Mientras que endeudarse es
asumir que podemos afrontar los pagos en el futuro, ahorrar es actuar como buenos
administradores, preparándonos para el futuro.

La clave del ahorro es gastar menos de lo que se gana y ahorrar la diferencia por un periodo
prolongado.

CAPITULO 3

EL AHORRO Y LA BIBLIA | PRINCIPIOS PARA AHORRAR

Introducción: Recordemos algunos puntos estudiados: Dios es el dueño de todo, nosotros


debemos procurar ser buenos administradores. Es importante sembrar en la extensión del
reino de Dios. El Señor estableció el trabajo para bendición del hombre. En lo posible
evitemos las deudas. Hoy estudiaremos acerca del ahorro...

El ahorro y la Biblia | Principios para ahorrar

1) Ahorrar es una evidencia de sabiduría (Proverbios 21:20).    

“Tesoro codiciable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato lo disipa”

El diccionario nos enseña que “disipar” es hacer desaparecer una cosa poco a poco por la
dispersión de sus partes. Es sinónimo de desvanecer. Hay quienes hacen desaparecer sus
bienes al administrarlos mal o porque al no ahorrar cuando llega la necesidad se deben
gastar todo.  

Ahorrar es tener una visión correcta del futuro. José según Génesis 41 ahorró por siete años
durante la abundancia para tener la reserva ante el tiempo de escasez. La persona sabia
ahorra y en su casa habrá bendición, por eso dice: “Tesoro precioso y aceite hay en la casa
del sabio”. Reflexiona, planea y ahorra: Proverbios 21:5.

No se trata de grandes cantidades sino de un hábito constante, y los resultados llegarán. La


misma naturaleza nos enseña:  Proverbios 6:6-8  “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus
caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el
verano su comida y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”.  
   

2) Ahorremos con prudencia.   

Es muy importante mantener el equilibrio y evitar los extremos. Debemos considerar de


acuerdo a la capacidad de cada uno el porcentaje a ahorrar. La Biblia no nos dice
exactamente cuánto ahorrar. Sin embargo tenemos un ejemplo: Génesis 41:33-36. 


En el versículo 34 José aconseja a faraón diciendo (Versión R.V.): “ponga gobernadores
sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia”. Al ver éste
versículo en otras versiones encontramos:

L.B.A “Haga  esto  Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto  de la
producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia”

N.B.H. "Decida Faraón nombrar inspectores sobre el país y exija un quinto de la producción
de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia.

Entonces Faraón recogió la quinta parte (el veinte por ciento) de lo que la nación produjo en
estos siete años. Según expertos lo ideal es ahorrar entre el 10 y el 20 por ciento de tus
ingresos. Al comenzar tal vez no sea fácil, pero lo importantes es empezar a hacerlo, así sea
con una pequeña cifra. 

  

3) Razones para ahorrar:

a. Para tener un depósito ante algo inesperado.  En nuestro camino pueden aparecer
cosas como reparación del vehículo, restauración de la casa, gastos inesperados, entre
otros y el ahorro nos permitirá enfrentar con mayor tranquilidad y sabiduría la
situación.                                   

b. Para compras futuras y necesarias. Planea la adquisición de tu casa, organiza un plan


de ahorro para tal efecto. Piensa en la educación de tus hijos o en el vehículo para la
familia.    

c. Para las necesidades del futuro: Proverbios 30:24-25“Cuatro cosas  son  de las más
pequeñas de la tierra, y las mismas  son  más sabias que los sabios: Las hormigas,
pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida” No podemos ser negligentes
respecto a nuestro futuro, aquí vemos que las hormigas se preparan, nosotros también
debemos hacerlo. Hablamos de las necesidades en la edad madura.     

4) Las inversiones y la Biblia:       

a. Evite las inversiones riesgosas, Eclesiastés 5:13-14 “Hay un grave mal que he visto
debajo del sol; las riquezas guardadas por sus dueños para su propio mal;  Las
cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron nada les
queda en la mano”. 

La Biblia nos advierte sobre la importancia de pensar bien las cosas a la hora de
invertir. Cuando se invierte con altos niveles de riesgo, es probable que se pierda
todo y aún nada le queda a los hijos. 

b. Diversifica tu inversión: Eclesiastés 11:2  “Reparte a siete, y aun a ocho; porque no


sabes el mal que vendrá sobre la tierra” No es muy sabio concentrar la inversión en
una sola cosa, pues algo puede ocurrir y se puede perder. Por ejemplo comprar
acciones de una sola empresa y ésta más adelante cae en una crisis, y las acciones
pierden su valor. 

Por ejemplo un granjero no  debe sembrar sólo maíz, es sabio que diversifique teniendo
café, plátano, cacao, etc y así su futuro será más estable, cuando algo no marche bien,
las otras compensarán.

5) Evita las apuestas y los juegos de azar, Prov. 28:20 y 22.

“El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse,
no será sin culpa…  El hombre de mal ojo se apresura a ser rico; y no sabe que le ha de
venir pobreza”

Evita poner tu corazón en una lotería o en las apuestas, nuestro proveedor es Dios. Evita el
riesgo de convertirte en un jugador compulsivo, o en un esclavo de la industria de los
juegos y las apuestas. Recuerda que nuestro socorro viene de Jehová que hizo los cielos y
la tierra. 


Organiza tu presupuesto y destina un valor para ahorrar, si no tienes el hábito del ahorro
empieza con una cifra pequeña, aunque sea simbólica, pero esto hará que se desarrolle en
ti el hábito y luego tu cifra de ahorro irá subiendo.       

La voluntad de Dios es bendecirnos, por eso es necesario caminar en sus mandamientos y


leyes. El Señor ha planeado lo mejor para ti y tu casa. Dios bendice y el hombre tiene la
responsabilidad de administrar bien.

SECCION VI

HONESTIDAD. ENSEÑANDO A SUS HIJOS Y EL PLAN DE DIOS

Capitulo 1

DIOS NOS DEMANDA TOTAL HONESTIDAD

“Los labios mentirosos son abominación a Jehová” (Proverbios 12:22). Todos nosotros
tenemos que tomar decisiones diarias sobre como administrar de manera honesta o no el
dinero. ¿Le decimos a la persona que nos dio demás en el vuelto de la compra? ¿Ha
tratado alguna vez de vender algo, y se ha visto tentado a no decir totalmente la verdad
porque podría perder la venta? ¿Qué es lo que usted piensa sobre el usar programas de
computadoras o música “pirateadas”? ¿Y que hay del soborno? ¿Qué cree usted con
respecto a sobornar a las autoridades para que los tramites lleguen a buen termino o los
equipos que compramos en el exterior puedan ser entrados por la aduana?... Este tipo de
decisiones son cada vez más difíciles de tomar debido a que muchas de las personas que
nos rodean actúan de manera deshonesta.

Dios, sin embargo, quiere que nosotros seamos completamente honestos. Hay cientos de
versículos en la Biblia que nos dicen que el Señor espera que nosotros seamos totalmente
honestos.

Proverbios 6: 16-17 dice: “Seis cosas aborrece Jehová… la lengua mentirosa”

“No hurtareis, y no engañareis ni mentiréis el uno al otro” (Levítico 19:11).

“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos
miembros los unos de los otros. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con
sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece
necesidad” (Efesios 4:25,28).

A. ¿Por qué Dios demanda integridad en nuestras vidas?

1. Porque uno de los atributos de Dios es que El es la verdad.

“Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed
santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16). El Señor se identifica como la Verdad.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad…” (Juan 14:6). El Señor nos ordena que
reflejemos su honestidad y santidad.

La naturaleza de Dios es la opuesta a la de Satanás. Juan 8:44 describe el carácter


diabólico: “El (el diablo) ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la
verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es
mentiroso, y padre de mentira”. El Señor quiere que nosotros seamos honestos como El lo
es, en vez de ser deshonestos como el diablo.

2. Porque no podemos ser deshonestos y amar a Dios.

“El que camina en su rectitud teme a Jehová; mas el de caminos pervertidos lo


menosprecia” (Proverbios 14:2). Cuando somos deshonestos, actuamos como si Dios no
existiera. Creemos que Dios no es capaz de suplir exactamente lo que necesitamos, aun
cuando El nos ha prometido hacerlo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). También actuamos como si
Dios fuera incapaz de darse cuenta de nuestra deshonestidad, y no tuviera la autoridad y el
poder para disciplinarnos. Si realmente creemos en que Dios nos disciplinara, ni
consideraríamos el actuar deshonestamente. Una conducta deshonesta es una cuestión de
fe. Una decisión honesta puede parecer tonta a la luz de lo que se ve, pero el creyente sabe
que Cristo vive, aun cuando no lo veamos. Cada decisión honesta que tomamos fortalece
nuestra fe en Dios.

3. Porque no podemos ser deshonestos y amar a nuestro prójimo.

“Porque… No hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciaras, y cualquier otro


mandamiento, en esta sentencia se resume: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. El amor
no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”

(Romanos 13:9-10). Si actuamos de forma deshonesta, le estamos robando a otro. Nos


podemos engañar a nosotros mismos y pensar que el que sale perdiendo es un negocio o
el gobierno, pero en realidad estamos robándole al dueño del negocio o a los demás
ciudadanos de nuestro país. La victima al final de cuentas siempre es una persona.

4. Porque la honestidad sienta las bases para una evangelización eficaz.

“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una
generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el
mundo” (Filipenses 2:15). Una conducta honesta nos permite demostrar la realidad de
Jesucristo a aquellos que no lo conocen. Confirma que servimos a un Dios Santo. ¡Cuantas
veces los cristianos latinoamericanos hemos dejado mal parado al Señor! Debemos
arrepentirnos por las veces en las que hemos prometido algo y luego no lo cumplimos.

5. Porque la honestidad confirma que estamos caminando por donde Dios quiere que
lo hagamos.

“Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren
lo recto, y diríjanse tus parpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, y
todos tus caminos sean rectos” (Proverbios 4:24-26) En la mediad que usted es honesto,
“todos los caminos serán rectos”. Al elegir ir por la estrecha senda de la honestidad
eliminamos cualquier posible avenida de la deshonestidad.

6. Porque demuestra donde estamos parados en nuestra vida espiritual

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo mas es fiel” (Lucas 16:10). La forma en la que
tomamos decisiones económicas es una expresión externa de una condición espiritual
interna. Simplemente demuestra mis verdaderos valores y principios. A veces nos decimos,
“Pero es que si no lo hacemos de esta forma el asunto no se resuelve”. O “Así es como
funcionan las cosas en nuestro país”. Sin embargo, frente a este tipo de actitud la pregunta
es ¿Le creemos a Dios, o solamente decimos que le creemos?

B. ¿Cómo podemos evitar ser deshonestos?

1. Sujetándonos al Espíritu Santo

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo
de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre
si, para que no hagáis lo que quisieres” (Gálatas 5:16-17). Si no viviéramos una vida en el
Espíritu, seriamos todos deshonestos. El deseo que nace de la naturaleza humana es actuar
con desobediencia. “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, …los hurtos,… el engaño” (Marcos 7:21-22). El deseo que nace del Espíritu
en nosotros es ser completamente honestos. Una vida totalmente honesta es sobrenatural.
Una vida deshonesta simplemente muestra lo carnal que somos –no importa el cargo que
ocupemos en la iglesia. Debemos sujetarnos enteramente a Jesucristo como Señor y
permitirle vivir en nosotros. No existe otra manera.

2. Teniendo un temor saludable a la disciplina de Dios

“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos
12:11) Dios es un Padre amoroso que disciplina a sus hijos por el propio bien de ellos. Una
de las maneras en que Dios nos motiva a vivir honestamente es por medio de un “temor
saludable”. Proverbios 16:6 dice: “Con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”.
Cuando nuestro Padre celestial nos disciplina lo hace con amor, y generalmente de una
manera en la que nosotros podamos recordarla por el resto de la vida –de la misma manera
en la que nosotros lo hacemos con nuestros hijos. No para castigar, sino para “discipular”.

3. Rodeándose de gente honesta.

“El cómplice del ladrón aborrece su propia alma” (Proverbios 29:24). La escritura nos
enseña que las personas que nos rodena, influyen en nosotros, ya sea para bien o para mal.
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33).
Si bien no debemos aislarnos de aquellos que son deshonestos, debemos desarrollar
amistad para poder compartirles el evangelio (y ser “sal y luz” en el mundo); por otro lado,
es mucho mas fácil mantener una actitud de honestidad si nos rodeamos –nos
“asociamos”- de personas honestas.

C. ¿Qué debemos hacer frente a la deshonestidad?

Debemos restaurar nuestra comunión con Dios

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9) Cuando actuamos de manera deshonesta,
pecamos y quebrantamos nuestra comunión con el Señor. Debemos coincidir con Dios en
que nuestra deshonestidad es un pecado, y luego aceptar agradecidamente el perdón de
Dios para poder restablecer y disfrutar de nuestra comunión con El.

Debemos devolver a su propio dueño todo lo que se ha recibido en forma deshonesta.

“Entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá a aquello que robo, o el daño de la


calumnia, o el deposito que se le encomendó, o lo perdido que hallo” (Levítico 6:4). Si usted
tiene algo que lo ha conseguido deshonestamente devuélvaselo a su propio dueño. A esto
se le llama “hacer restitución” y es vital para el proceso de sanidad espiritual que usted
necesita.

Al restituir algo haceos el esfuerzo por corregir algo mal hecho. Zaqueo nos da un ejemplo
de este principio. El le prometió a Jesús: “He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los
pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Lucas 19:8).

D. ¿Cuáles son las bendiciones y maldiciones asociadas con nuestro


comportamiento?

El Señor nos ha prometido que nos bendecirá por ser honestos, mientras que las
maldiciones se reservan para los deshonestos. Muchas veces no avanzamos en la vida
personal, ministerial y, aun en nuestro propio negocio o en los negocios del país porque no
somos íntegros y honestos en nuestro andar. El problema económico más importante en
nuestros países latinoamericanos no es la economía de mercado, ni la coyuntura financiera,
ni las políticas económicas de nuestros gobiernos; es nuestra falta de integridad, es la
deshonestidad y el robo descarado e impune.

1. Dios promete ciertas bendiciones por ser honestos:

• La bendición de una relación más intima con el Señor. “Porque Jehová abomina al
perverso; mas su comunión intima es con los justos” (Proverbios 3:32).

• La bendición de una familia feliz. “Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos
después de el” (Proverbios 20:7).

• La bendición de la provisión económica. “En la casa del justo hay gran provisión; pero
turbación en las ganancias del impío”(Proverbios 15:6) .

2. Dios tiene maldiciones reservadas para el deshonesto:

• La maldición de una vida alejada de Dios –una vida espiritual “fría”. “No habitara dentro de
mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmara delante de mis
ojos” (Salmos 101:7) “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es
abominable” (Proverbios 28:9).

• La maldición de problemas en la familia. “alborota su casa el codicioso” (Proverbios


15:27). Ver también el contexto de Jeremías 8:10.

• La maldición de una vida corta. “El testigo falso no quedara sin castigo, y el que habla
mentiras perecerá” (Proverbios 19:9) “Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento
fugaz de aquellos que buscan la muerte” (Proverbios 21:6)

• La maldición de una falta de provisión. “Las riquezas de vanidad disminuirán” (Proverbios


13:11). Ver también Proverbios 28:12 y 13

E. ¿Cuál es la posición de Dios con respecto al soborno?

“No aceptes soborno, porque el soborno vuelve ciegos a los hombres y hace que los
inocentes pierdan el caso” (Éxodo 23:8, versión de Dios habla hoy) Soborno es cualquier
cosa que se le da a una persona para influenciarla a hacer algo ilegal o incorrecto. La
escritura prohíbe el soborno. “El impío toma soborno del seno par pervertir las sendas de la
justicia” (Proverbios 17:23). Dios no bendecirá a quien sea deshonesto, pague o reciba
sobornos. Eso lo podemos dar por seguro.

CAPITULO 2

DIOS NOS REQUIERE LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS.

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartara de el” (Proverbios
22:6) Cada generación es responsable de transmitir las verdades de la Escritura, incluyendo
los principios financieros de Dios, a sus hijos. Cada niño necesita aprender la manera en la
que Dios quiere que se administre el dinero que El pone en sus manos.

A. ¿Cómo le enseñamos a nuestros hijos?

Debemos usar tres métodos para enseñarles a los niños.

1. Enséñeles verbalmente.

“Y estas palabras que o ten mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos,
y hablaras de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes” (Deuteronomio 6:6-7).

2. Enséñeles con el ejemplo

“Sed imitadores de mi, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Los padres y adultos
necesitan ser ejemplos de cómo administrar el dinero en forma sabia. Solamente
necesitamos demostrar lo que realmente hacemos.

3. Enséñeles haciéndolos participes.

Los niños necesitan oportunidades para aplicar lo que han oído y visto. Permítales que
administren el dinero para poner en práctica los principios financieros de Dios sobre el
trabajo.

B. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos?

1. Les debemos enseñar cómo dar.

(Proverbios 3:9) Enséñeles a sus hijos que:

• Reconozcan que Dios es Dueño de todo.

• Le den primero a Dios

• Den para mantener económicamente la obra de Dios.

• Den voluntariamente para ayudar a los necesitados.

2. Les debemos enseñar a ahorrar.

(Proverbios 6:6-8) El hábito de ahorrar debe establecerse tan pronto como el niño crezca,
aprenda a contar y comience a recibir un ingreso.

3. Les debemos enseñar a gastar sabiamente.

(Proverbios 27:23 y 24) Establezca limites para sus gastos y aconséjeles y guíeles mientras
les da la libertad de tomar decisiones por si mismos.

4. Les debemos enseñar a evitar endeudarse.

(Proverbios 22:7) Enséñeles lo que la Biblia dice acerca de las deudas y anímelos a evitar
endeudarse.

5. Les debemos enseñar a trabajar por su dinero.

(Proverbios 12:24) También, enséñeles a sus hijos que Dios diseño el trabajo para
beneficiarnos y para que lo hagamos como para Cristo. Por lo tanto, debemos trabajar duro
y honrar al Señor haciendo lo mejor que podamos. Comience por permitirles a sus hijos
tener un trabajo dándoles responsabilidades en el hogar.

CAPITULO 3

DIOS NOS PRESENTA UN MEJOR PLAN PARA NUESTRAS VIDAS

Dios nos ha creado para que lo conozcamos a Él en forma personal. Hay cuatro verdades
básicas que explican de que manera esto es posible.

A. Dios nos ama y quiere que experimentemos una vida plena.

“Yo (Jesús) he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan
10:10). Dios padre lo ama, y ha dado a su único Hijo Jesucristo para que muriera por usted.
“Porque de tal manea amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

B. Nosotros estamos separados de Dios.

“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Dios es
santo, lo que significa que El es perfecto. Desafortunadamente, todas las personas han
pecado. La consecuencia del pecado es la separación de Dios “La paga del pecado es
muerte” (Romanos 6:23). Nuestro pecado ha creado una brecha que nos separa de Dios.
Los individuos tratan, sin éxito, de unir dicha brecha por medio de sus propios esfuerzos,
tales como la filosofía, la religión o una vida moral sana.

Es importante entender que vivimos solamente una vez en esta tierra. “Y de la manera que
esta establecido para los hombres que mueran un sola vez, y después de esto el
juicio” (Hebreos 9:27). No existe la reencarnación.

C. El único medio que Dios proveyó para acercarnos a El es Jesucristo.

“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre”(1 Timoteo 2:5) “Mas Dios muestra su amor para con nosotros” (Romanos 5:8).
Jesucristo murió en la cruz para pagar por nuestros pecados. El unió esa brecha entre Dios
y nosotros.“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mi” (Juan 14:6) Esta unión es un regalo de Dios; “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se
glorié” (Efesios 2:8-9).

D. Cada uno de nosotros debemos recibir a Cristo.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el
nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el
nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).

SECCIÓN VII

PREPARANDO UN PRESUPUESTO

¿Qué es un presupuesto y para qué sirve?

El presupuesto familiar es un documento que se utiliza para controlar las cuentas del hogar.
Gracias a él se puede emplear el dinero de una forma responsable, sin gastar más de lo que
se gana. Un presupuesto mensual ofrece como resultado un saldo final que informa sobre la
diferencia entre lo que se ha ingresado y lo que se ha gastado. Si los ingresos superan a los
gastos, la familia es capaz de ahorrar y estos ahorros pueden guardarse, invertirse o
emplearse en algún gasto nuevo.

Por ello, sea cual sea la situación económica de una familia, el presupuesto es una
herramienta imprescindible para controlar las finanzas domésticas. Un presupuesto bien
confeccionado sirve para:

1. Saber en qué se gasta el dinero. Hacer un seguimiento de los gastos y ser consciente
de ellos evita derrochar el capital y ayuda a ahorrar.

2. Dar prioridad a ciertos gastos, para limitar o suprimir los menos necesarios.

3. Reducir o eliminar las deudas.

4. Aparta.

Para entender mejor el concepto y la utilidad de un presupuesto personal, veamos a


continuación cómo elaborar y sacar provecho de uno en 6 pasos:

1. IDENTIFICAR INGRESOS Y EGRESOS HABITUALES


En primer lugar debemos identificar los ingresos y egresos de dinero que solemos tener o
realizar para un periodo de tiempo determinado (de preferencia para un mes).

Estos ingresos o egresos debemos clasificarlos en partidas generales tales como empleo,
inversiones, alimentación, educación, servicios, etc.

Por ejemplo, debemos señalar cuánto solemos ganar al mes como producto de nuestro
empleo, cuando solemos ganar al mes como producto de nuestras inversiones, cuando
solemos gastar en alimentación, cuánto en transporte, etc.

Debemos identificar todas las partidas que nos generen ingresos y egresos, procurando
desglosarlas lo más que podamos (por ejemplo, la partida servicios podríamos desglosarla
en las partidas agua, electricidad, etc.), y ser lo más precisos posibles al momento de
estimar el dinero habitual generado por cada partida.

El formato de nuestra lista de ingresos y egresos habituales esta en nuestro libro de


trabajo,

Al final de este artículo, podemos ver un ejemplo de un presupuesto personal en donde se


incluyen las partidas comúnmente utilizadas.

2. ELABORAR BORRADOR DE PRESUPUESTO PERSONAL


Una vez que hemos estimado cuánto solemos tener como ingresos y egresos al mes,
pasamos a elaborar el borrador de nuestro presupuesto personal.

Para ello, simplemente elaboramos un cuadro (de preferencia en una hoja de Excel) en
donde incluyamos todas las partidas que nos generen ingresos y egresos, así como los
montos que esperamos tener en cada una de estas partidas para los siguientes meses del
año.

Para estimar estos montos, debemos evaluar y tomar en cuenta nuestros ingresos y
egresos habituales, pero también nuestras proyecciones u objetivos financieros.

Por ejemplo, si en educación solemos gastar 1000, para el próximo mes podríamos
planificar invertir más en esta partida y, por ejemplo, calcular un aumento en 1200.

O, por ejemplo, si en entretenimiento solemos gastar 500, para el próximo mes podríamos
planificar limitar el gasto en esta partida y, por ejemplo, calcular una disminución en 400.

El formato del borrador de nuestro presupuesto personal sería el siguiente, ver nuestro libro
de trabajo:

3.- ELABORAR UN PRESUPUESTO PERSONAL

Una vez que hemos elaborado el borrador de nuestro presupuesto personal, pasamos a
analizarlo en profundidad, y a hacer los ajustes o cambios que sean necesarios.

Lo primero que debemos hacer es fijarnos en el saldo que aparece al final del presupuesto,
que es el monto resultante de la diferencia entre el total de los ingresos y el total de los
egresos presupuestados; debemos asegurarnos de que éste sea positivo, y que sea un
monto adecuado (lo recomendable es que corresponda como mínimo al 10% del total de
los ingresos).

En caso de no ser el adecuado debemos evaluar si podríamos generar más ingresos, por
ejemplo, procurando mayores ventas en nuestro negocio, o buscando nuevas fuentes de
ingresos.

Pero, sobre todo, evaluar si podríamos reducir gastos, por ejemplo, eliminando de nuestro
presupuesto algunas partidas (por ejemplo, suscripciones a revistas que no solemos leer), o
disminuyendo los gastos en algunas (prestando mayor atención a aquellas partidas en
donde estemos gastando mucho dinero).

4. HACER UN BUEN DESTINO DEL SALDO


Una vez elaborado nuestro presupuesto personal, debemos planificar un buen destino al
saldo resultante, el cual, tal como habíamos mencionado, debemos procurar que
corresponda como mínimo al 10% del total de nuestros ingresos, aunque lo ideal es que
corresponda a un 20% o hasta un 30%.

En cuanto a qué hacer con el monto del saldo, existen varias alternativas, lo común es
destinar el total de dicho monto a una bolsa de ahorros, la cual podamos utilizar más
adelante en caso de que suceda alguna emergencia, para poder adquirir inversiones, o para
darnos alguno gusto.

Otra opción es determinar, en base al monto del saldo, un porcentaje del total de nuestros
ingresos (por ejemplo, el 10%), destinar dicho porcentaje a una bolsa de ahorro, y el dinero
restante del saldo tomarlo como dinero en efectivo para gastos imprevistos.

Otra opción es dividir el monto de este saldo y darle diferentes destinos, por ejemplo,
podríamos destinar un porcentaje a una cuenta de jubilación, otro porcentaje a una cuenta
de ahorros, y otro porcentaje a una bolsa de inversión.

5. AJUSTARSE AL PRESUPUESTO PERSONAL


El siguiente paso, una vez que hemos elaborado nuestro presupuesto personal y haber
planificado un buen destino del saldo resultante, consiste en simplemente seguir lo
planificado.

Mientras más disciplina tengamos para seguir nuestro presupuesto, mejores resultados
tendremos; sin embargo, en el caso de los presupuestos personales, lo cierto es que muy
pocas personas que elaboran uno, lo siguen al pie de la letra; por lo que si aún nosotros
tampoco lleguemos a seguirlo al pie de la letra, por lo menos debemos revisarlo
constantemente y tenerlo siempre como guía o referencia.

Pero lo que sí deberíamos seguir al pie de la letra es procurar que el monto del saldo
corresponda cómo mínimo a un determinado porcentaje del total de nuestros ingresos, y
destinar el total o parte de éste a una bolsa de ahorro.

Para lograr ello, un consejo es depositar este monto en una cuenta de ahorros en el banco
(de modo lo tengamos en un lugar seguro y no nos sintamos tentados a utilizarlo), realizar
esta operación apenas tengamos el dinero de nuestros ingresos sean cuales sean los pagos
que tengamos que realizar (“pagarnos a nosotros mismos primero”), y, de ser posible,
procurar que esta operación se realice de forma automática (por ejemplo, pedirle a la
empresa en donde trabajamos o al banco en donde tengamos nuestra cuenta que se
encarguen de destinar este monto a nuestra cuenta.

6. REVISAR CONSTANTEMENTE NUESTRO PRESUPUESTO PERSONAL


Nuestro presupuesto personal debe ser revisado constantemente; aún cuando no lo
sigamos al pie de la letra, siempre debemos revisarlo y tenerlo como guía o referencia.

Asimismo, nuestro presupuesto debe ser flexible, es decir, siempre debemos hacerle los
ajustes o cambios que sean necesarios; siempre procurando que nuestro saldo o el monto
destinado al ahorro sea cada vez mayor.

Y, finalmente, siempre debemos acudir en él ante decisiones importantes relacionadas con


nuestro dinero o nuestras finanzas personales, por ejemplo, debemos acudir a él para
evaluar si nos es posible adquirir alguna deuda.

Un formato básico de un ejemplo de presupuesto personal, el cual podemos tomar como


modelo para elaborar el nuestro es el siguiente:

SECCION VIII

LO QUE ES REALMENTE ÉXITO

CAPITULO 1

EL ÉXITO A LA MANERA DE DIOS

Una de las palabras que mas definiciones podría tener es “éxito”, para cada uno de
nosotros el éxito es un anhelo con rostro diferente, para muchos podría ser tener mucho
dinero y posesiones, es un deseo bastante común, para otros el tener una familia sana, feliz
y numerosa, suena un poco más sensato y emotivo, ganar el campeonato, ser el mejor
estudiante, etc.

Sea cual sea la definición de éxito que tengamos, algo en común en todos nosotros es que
lo deseamos ardientemente, ser exitoso definitivamente es un deseo innato en todos
nosotros.

En el ámbito cristiano el éxito tiene dos facetas, por un lado encontramos lo que yo llamaría
con el perdón de quien se sienta aludido “viejos odres”, permítame describir un poco a
estos hermanos en la fe, los podemos encontrar los domingos camino a la iglesia muy bien
vestidos de traje y corbata impecables acompañados por su familia notoriamente numerosa
(aun quieren seguir repoblando el planeta sin importar las circunstancias), una esposa muy
sobria a quien solo le faltaría el velo que recomienda Pablo a la iglesia de Corinto,
lógicamente acompañados por sus hijos todos y cada uno biblia bajo el brazo, casi siempre
los veremos caminando hasta el templo ya que tener auto es un lujo que ni pueden darse ni
se lo permitirían, total, para que nos dio Dios piernas sino para caminar!, en resumen, estos
hermanos tienen la firme convicción de que el dinero es algo que no debe contemplarse en
el mundo cristiano, definitivamente se toman muy en serio eso de que el amor al dinero es
el principio de todos los males (pensamiento totalmente bíblico y que comparto
absolutamente! 1 Tim 6:10).

Por otro lado tenemos los hermanos que predican a diestra y siniestra que son hijos del Rey
de Reyes y que por lo tanto ellos deben vivir como príncipes, estos hermanos no claman a
Dios, exigen que les cumpla, no piden por su sustento, reclaman promesas (donde quiera
que este escrito en la biblia sea promesa o no si es de dar algo ellos lo reclamaran), y si
acaso no tienen la posición y posesiones que todo príncipe debería tener entonces algo
esta mal con Dios, no con ellos, Dios debe estar equivocado en algo porque el cristiano
tiene que ser prospero.

Si ninguno de estos dos puntos es bíblicamente acertado, entonces cual es el absoluto que
declara la biblia?

¿A Dios le importan nuestro éxito o no?

Antes de continuar debemos dejar en claro que éxito y prosperidad no son en lo absoluto
sinónimos de riqueza y posesiones, y es aquí justamente donde usualmente encontramos el
mayor número de confusiones al respecto.

Si un cristiano está pasando por un momento difícil generalmente tendemos a pensar que
debe estar en pecado o debe tener alguna cuenta pendiente con Dios, de lo contrario
porque Dios permitiría que un hijo suyo pasara por esta o aquella dificultad?. En palabras
de nuestro primer cristiano “aaaahhhh la vida del cristiano es sufrida hay que soportar como
buen mártir!” y contrastando tenemos las palabras de nuestro segundo hermano “debe ser
que no tiene suficiente fe”.

Este par de opiniones son las que usualmente escuchamos, pero como en la mayoría de
nuestras opiniones y creencias, no tomamos en cuenta la opinión y el propósito de Dios.

Veamos entonces que dice la biblia respecto al éxito, la prosperidad, las riquezas y las
posesiones. Para ello demos un vistazo por la vida de hombres exitosos, prósperos tanto
en riquezas materiales como espirituales y lo que tienen para enseñarnos.

En primer lugar visitemos al hombre mas prospero y rico de toda la biblia, por supuesto se
trata de un rey, el rey Salomón, para que nos hagamos una idea de lo vasto de sus riquezas
podemos leer el 2do libro de Crónicas Cap. 9:13-22, donde podemos encontrar una buena
descripción de sus riquezas.

Como podemos ver a Dios no le molesta ni le incomoda que tengamos posesiones, siempre
y cuando nuestro corazón le pertenezca a El, (Mateo 6:24) el problema entonces no son la
cantidad de riquezas que tengamos, el problema es nuestra actitud hacia ellas.

De modo que, es claro que no es antibiblico el tener posesiones y riquezas, pero si advierte
claramente la biblia acerca del amor a estas riquezas, el problema de recibir las bendiciones
de Dios, es agradarnos demasiado de las bendiciones y olvidarnos del dador de las
mismas. Tenemos la grave tendencia a buscar las manos de Dios en lugar de buscar El
Rostro de Dios.

Muchas veces las mejor forma de “dañar” un cristiano es colmando sus deseos materiales,
debemos recordar siempre que Dios conoce nuestro corazón y sabe bien donde lo tenemos
puesto, si las riquezas y posesiones van a hacer que nos distraigamos del propósito de
Dios para nuestras vidas, tenga la plena certeza de que Dios cuidara de nosotros
negándonos esos caprichos que finalmente podrían mas perjudicarnos que bendecirnos.

Para otros el éxito puede radicar en la fama!, dicen que toda persona tiene sus 15 minutos
de fama, y la biblia no es la excepción en cuanto a personajes que hayan tenido gran
reconocimiento, un caso de ello seria Josue, un hombre sencillo con una gran misión,
entregar la tierra prometida al pueblo de Israel, Dios no solamente le prometió estar con el
como había estado con su siervo Moisés (Josue 1:1-9), sino que no bastandole con cumplir
su promesa le fue grato engrandecer a Josue (Josue 3:7).

A quien de nosotros no nos gusta la aceptación y el reconocimiento? lo mas doloroso para
una persona es el rechazo, y lo mas grato la aceptación y el reconocimiento.

Tenemos entonces también que a Dios tampoco le incomoda darnos reconocimiento


delante de los hombres siempre y cuando la Gloria se la demos a EL.

Solo por mencionar un par de ejemplos actuales podemos ver el caso de éxito,
reconocimiento y fama en personajes como Juan Luis Guerra, Ricardo Montaner, o el
rapero Gerardo Mejia (a quien tuve el privilegio de conocer), todos ellos son personajes
reconocidos a nivel mundial, la fama no les ha sido esquiva y continúan así, a mi parecer
han aprendido bien la lección, “A Dios no le molesta engrandecerte siempre y cuando le
demos la Gloria a EL”.

Hasta aquí podemos entonces afirmar que Dios es por excelencia un Dios bendecidor, pero
la sabiduría dada a Salomón fue dada a el, al igual que su riqueza, la fama dada a Josue fue
para el también, y que hay de nosotros?. Podemos asumir que al igual que a Josue nos
dará la tierra donde pongamos la planta de nuestro pie? o que al igual que a Salomón nos
dará riquezas?. Lamento decepcionarle si es de los que le gusta dar paseos descalzo
alrededor de ese bello terreno “reclamándolo”, Dios NO ha prometido darte esa tierra, eso
fue para Josue en su momento, Dios NO ha prometido darte riquezas, Dios no ha prometido
nisiquiera darte felicidad, ha prometido Gozo que es diferente, ha prometido cubrir nuestras
necesidades (Mateo 6:33), y por su carácter podemos saber con certeza de que nada nos
faltara.

No quiero desanimarlo ni invitarlo a pensar que Dios no puede o no quiere que tenga su
casa propia, o su vehículo o su propio negocio. Si Dios es un Dios bendecidor como ya
hemos visto entonces hay una sola cosa que puede limitar o impedir las bendiciones de
Dios. Nosotros Mismos.

1Reyes en el capítulo 3 referente a Salomón, esta vez preste especial atención a los
versículos 3 y 4, “Mas Salomón amo a Jehová…”, lo ve usted? antes de recibir la bendición,
Salomón ya tenía su corazón prendado hacia Dios, la bendición es consecuencia del amor,
la obediencia y la honra que demos a Dios, no podemos esperar bendición de Dios y
después bendecirlo por lo recibido, las bendiciones que Dios nos prodigue
inmerecidamente en su misericordia son las añadiduras, recuerde siempre que la mayor
bendición que podemos recibir, ya la recibimos anticipadamente, La Salvación y Vida
Eterna, el resto son y siempre serán añadiduras y cuando tengamos claro y comencemos a
verlas como tales dándole mayor importancia al dador que a la bendición, entonces!, las
bendiciones ciertamente nos seguirán nisiquiera tendremos que buscarlas. (Salmo 23:6),
David lo dice claramente en su conocido salmo, las bendiciones no hay buscarlas, lo que
hay que buscar es el Reino de Dios, complacernos en El, deleitarnos en El (Salmo 37:4-5).

Vivimos en un mundo que en su mayoría valora las personas por lo que poseen o no, y así
mismo tendemos a valorarnos por nuestras posesiones, cuan fácilmente olvidamos lo
valiosos que somos para el Creador del Universo, tanto, que dio su vida por nosotros, y
nosotros insistimos en subvalorarla por baratijas de este mundo.

Para finalizar y sin dejar de mencionar una vez mas el éxito, quisiera dejarle con algunos
versículos que le puede dar la clave para su éxito personal, cualesquiera que sea su
definición.

Josue 1:9 – Dios hace su parte, pero nosotros debemos hacer la nuestra.

1 Cor 16:2 – Sus posesiones y prosperidad son para bendecir a otros.

Rom 12:11, Prov 22:29 – La diligencia y disciplina dan a luz inevitablemente buenos frutos.

Col 3:23 – Ponga el motivo de su esfuerzo en el lugar correcto.

Por ultimo, tenga la plena convicción y seguridad de que Dios desea lo mejor para usted.

Salmo 40:5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para
con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden
ser enumerados.

CAPITULO 2

LAS BENDICIONES DE DIOS

¿CUÁLES SON LAS BENDICIONES DE DIOS? ¿LAS RIQUEZAS MATERIALES?


Dios está detrás de todo lo bueno, pero la bendición más grande es su amor

Hay que empezar por decir que Dios es amor para todos y fuente de bendiciones
igualmente para todos, “porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia
sobre justos y pecadores” (Mt. 5,45b).

Por tanto Dios está detrás de toda auténtica bendición, de todo lo bueno, de todo tipo
de riqueza.  Nadie pues, absolutamente nadie, puede decir que no ha recibido ninguna
bendición de Dios.

Todo lo hemos recibido de Dios comenzando por el don o la bendición de la vida; todos


hemos sido bendecidos por Dios.

Es lo que nos dice San Pablo: “¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido,
¿por qué te alabas a ti mismo como si no lo hubieras recibido?” (1 Cor. 4,7).

Ahora bien,  comúnmente se dice que a los que obran el mal les va bien, que los que
actúan al margen de toda ley o norma moral son personas exitosas, que delinquir es fuente
de riquezas.

Pero ese “éxito fácil” podría engañar. No sale de las manos de Dios sino que es fruto de
la astucia humana, mientras dura. Y es un éxito efímero, maldito, con mal sabor de boca, un
éxito que es origen de futuras desgracias.

Las bendiciones de Dios son toda otra cosa, son todo lo contrario pues generan
nuevas bendiciones y nos encaminan a la eternidad gozosa.

La materialidad no es la única manera con la cual Dios bendice. Pensar así es


equivocado pues esto implicaría pensar que la gente pobre no es bendecida por Dios o que
no tiene el favor divino.

Como tampoco parece lógico pensar que Dios castiga a unos con la pobreza mientras que
a otros los bendice con la riqueza.

La Sagrada Escritura contiene ejemplos de personas muy religiosas, fieles y muy


obedientes a Dios pero que eran pobres.

Y si bien es cierto que en la Sagrada Escritura, en algunos casos,  vemos una relación
entre bendición y riqueza material, también es bien cierto que entre las dificultades y
problemas, Dios bendice de mil maneras.

Las riquezas en la Biblia


Hay algunos pasajes de la Biblia que hablan de que Dios ‘concede’ riquezas a ciertas
personas, pero estas riquezas llegan con un objetivo bien preciso. ¿Cuál era
el propósito de Dios al ‘conceder’ riquezas a ciertas personas?

Jacob, por ejemplo, dejó su tierra con un bastón como única pertenencia, pero volvió
veinte años más tarde con tantas ovejas, vacas y camellos que formó dos campamentos.

Esta abundancia que recibió Jacob fue un regalo de Dios, una bendición material. (Génesis
32, 8). Y esta bendición constituyó el fundamento para que por medio de  Abraham  se
creara una nación, como preparativo para la venida de la descendencia prometida  (Génesis
22, 17-18).

Otro ejemplo es el de Job, quien perdió todos sus bienes, pero Yahveh luego lo bendijo con
“catorce mil ovejas, seis mil camellos y mil yuntas de bueyes y mil asnas” (Job 42, 12).

Su prosperidad disipó toda duda respecto a quién le había ocasionado sus sufrimientos,
pues hace ver la bondad de Dios: “Mirad cómo proclamamos felices a los que sufrieron con
paciencia. Habéis oído la paciencia de Job en el sufrimiento y sabéis el final que el Señor le
dio; porque el Señor es compasivo y misericordioso” (Santiago 5,11).

Tipos de bendiciones
A pesar de estas bendiciones materiales no se puede tomar la riqueza o el bienestar
material como el único indicador de la bendición y/o de la aprobación de Dios.

Las bendiciones de Dios son principalmente de carácter espiritual; es la riqueza de los


apóstoles, es el caso de san Pedro que dijo: “No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te
doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, ponte a andar” (Hechos 3,6).

En Cristo, los cristianos somos bendecidos por Dios Padre “con toda clase de bendiciones
espirituales” (Ef 1:3). Y “pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia” (Jn.
1,16).

Por eso  la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo


habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.

Dios bendice el empeño de quien se esfuerza por cumplir su voluntad: “Dichoso el


hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene,
ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Yahveh, su ley
susurra día y noche! Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su
tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien” (Salmo 1,1-3).

A los cristianos de Esmirna (pobres en lo material pero ricos en sentido espiritual) Jesús les
dice: “Conozco tu tribulación y pobreza pero eres rico” (Apocalipsis 2,9).

Y, por el contrario, Jesús puso en evidencia a algunos cristianos de Laodicea (ricos en lo


material  pero pobres en lo espiritual) con estas palabras: “Dices: ‘Soy rico; me he
enriquecido; nada me falta’. Y no te das cuenta que tu eres un desgraciado, digno de
compasión, pobre y ciego y desnudo” (Apocalipsis 3,17).

Actitud
O como se suele decir: ayúdate que yo te ayudaré (Expresión no bíblica). El refrán no es
infundado pues,  ¡cuántas veces queremos que Dios nos bendiga pero no hacemos
nada para ser bendecidos!; queremos que las cosas lleguen por sí solas.

También leemos: “En efecto, cuando todavía estábamos entre vosotros, os dimos esta
norma: el que no trabaje, que no coma” (2 Tesalonicenses 3,10).  “Mano indolente
empobrece, mano diligente enriquece” (Proverbios 10, 4).

Quien es honrado y trabajador y sigue tales consejos tienen todas las posibilidades de
obtener las bendiciones del Señor.  El trabajo, interés y esfuerzo por instaurar el Reino
de Dios trae consigo mil bendiciones.

Jesús garantizó a sus seguidores que si seguían buscando primero el Reino y la justicia de
Dios, tendrían además alimento, ropa y cobijo.

Jesús fue muy claro: “Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os
darán por añadidura” (Mt 6,33).

Por tanto, mejor que considerar las cosas materiales como la principal bendición de parte
de Dios, es luchar por una bendición mayor: la salvación fruto de la relación confiada con
Dios.

La bendición más grande es el amor de Dios y, ¿cómo logramos ese amor? La respuesta
es dar (a Dios y al prójimo) con generosidad y alegría.

Es lo que nos dice san Pablo: “Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala
gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría” (2 Cor 9,7).

Todos y cada uno de nosotros, en medio de nuestras circunstancias, debemos sentirnos


bendecidos por Dios, de una u otra manera.  Está en nosotros el enriquecernos 
mutuamente, compartir nuestras bendiciones que Dios nos  da.

Él nos quiere bendecir cada vez más; está en nosotros el dejarnos bendecir. El pecado es lo
contrario a lo que le debemos a Dios; las riquezas que Él nos ha dado son para su gloria y
salvación nuestra. ¿Le damos gloria a Dios con y por sus bendiciones?

CAPITULO 3

¿QUÉ ES EL ÉXITO?

El éxito es el logro continuo de llegar a ser la persona que Dios quiere que usted sea y
lograr las metas que él le ha ayudado a establecer.

Existen muchas definiciones de lo que es el éxito. De esta palabra se ha abusado mucho en


su uso. Forma parte del lenguaje de nuestra cultura empresarial, educativa e incluso
eclesiástica. A algunas personas les resulta odiosa esta palabra. En algunos medios se
asocia a propósitos meramente materialistas o mundanos. Pero en general están de moda
los libros acerca del éxito; abundan los seminarios sobre cómo alcanzar el éxito. Pero Dios
nos ha llamado a tener éxito no a la manera del mundo, sino a su manera.

¿Qué no es el éxito? ¿Cómo suele definir el éxito nuestra cultura?

a. -Posición (puesto, jerarquía).

b. -Poder (control, dominio)político, militar, económico.

c. -Prestigio (reconocimiento, estatus, títulos).

d. -Prosperidad (riqueza, abundancia, posesiones).

e. -Placer (disfrute, deleite, diversión).

Estas cosas son pasajeras. Hoy podemos tenerlas y mañana no. No hay manera de
mantenerlas con uno y no aseguran tampoco la felicidad y mucho menos el éxito duradero,
y menos el éxito eterno. De modo que cuando definimos el éxito por estas cosas, tarde o
temprano nos encontraremos cara a cara con el fracaso.

No digo que tener estás cosas sea malo, sino que desde la perspectiva de Dios, estás
cosas no deben ser nuestras metas fundamentales. Por supuesto que una persona piadosa
puede también tener estas cosas. Pero mientras la gente en el mundo juzga su éxito por
la  ropa que viste, el  auto que maneja, el  club al que pertenece  o  la profesión que
ejerce, la iglesia necesita afirmar y seguir  el plan, la norma y método de Dios, como el
camino para ser exitoso. Entonces hablamos de un éxito a la manera de Dios.

Tengamos cuidado de no estar sacrificando un éxito verdadero y eterno,  a la manera de


Dios, sobre el altar del éxito a la manera del mundo, que es un éxito temporal y falso.

¿Se considera usted exitoso? ¿Qué dirían?:

a. Su cónyuge

b. Sus hijos

c. Sus amigos / Hermanos

d. Sus colegas

e. Su conciencia

f. Dios

El mundo define el éxito en términos de  fama, poder, riquezas, posesiones, hazañas.
Dios evalúa el éxito en términos de relación, carácter y obediencia.

¿QUÉ ES EL ÉXITO A LA MANERA DE DIOS?

1. Ser completo e integrado.

2. Conocer y cumplir tu propósito designado por Dios.

3. Crecer hasta alcanzar tu máximo potencial en Dios.

4. Sembrar las semillas que Dios te ha dado en beneficio de otros.

1.  Ser completo e integrado

“Y Jesús crecía en  sabiduría  (intelectual)  y en  estatura  (físico),  y engracia  para
con Dios (espiritual) y los hombres (socio- emocional).”

                                                        (Lucas 2:52)

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma.”  

                                                       (3 Juan 2)

La palabra  prosperado  en el griego en que está escrito connota: Tener éxito en


alcanzar (proceso, estado continuo). Se aplica a todas las áreas de tu vida (espiritual, física,
emocional y material).

Esto significa tener éxito en todas las áreas vitales de la vida.

1. Físico: La salud es un apoyo o un obstáculo para la consecución de nuestras metas en


las otras áreas de nuestra vida.  

2. Intelectual: Vivir con sabiduría, crecer en el conocimiento de la palabra de Dios; y


también crecer profesional o laboralmente.

3. Socio – emocional: Desarrollar una emocionalidad sana, y relaciones sanas con otras
personas.

4. Espiritual: Comunión con Dios, cumplir con el plan y propósito de Dios en nuestra vida.

Balance y equilibrio

Estos pasajes también nos dan la idea de balance o equilibrio al promover la integralidad.

Este equilibrio no es fácil.  Hay quienes son gigantes del desarrollo físico- verdaderos
atletas, pero son unos enanos intelectuales y viceversa, o viven en tinieblas espirituales.

Somos como una mesa de cuatro patas, cuando alguna de las patas cojea, toda la mesa
está fuera de balance. No se puede desatender una de estas áreas sin afectar el  desarrollo
de todas ellas.  

A veces nuestras vidas se parecen a un  rompecabezas a medio armar, con muchas
piezas regadas, sin ubicación. La imagen que se ve es la de una figura incompleta; una vida
fragmentada y sin equilibrio. Ser completo es como rompecabezas armado completamente.
Esta metáfora equivale a una vida integrada, completa, en equilibrio.

2.  Conocer y cumplir tu propósito designado por Dios

Proverbios 16:4  dice que  “toda obra del Señor tiene un propósito.” Efesios 2:10  dice:
“Porque son hechura suya, creados en Cristo para buenas obras, las cuales Dios
dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” (NVI).

Cada uno de nosotros fue creado con un propósito en la vida, por eso Dios se esforzó en
hacerlo único y especial. Fuimos planeados deliberadamente, específicamente dotados y
colocados amorosamente en la tierra por el Maestro Artesano para cumplir un propósito. Si
pasamos por esta vida sin descubrirlo y llevarlo a cabo, fracasamos.  

Cuando el propósito es claro, nuestra vida tiene un norte, se direcciona; entonces no se


malgasta. El propósito enfoca el esfuerzo. Si no conoces el propósito de Dios para tu vida
y te dispones a alcanzarlo, tu vida será un derroche y un malgaste. Moisés entendió que su
propósito era libertar al pueblo de Israel de la esclavitud egipcia, al igual que Josué,
Nehemías y Pablo, conocieron el propósito de Dios, y se enfocaron en alcanzarlo, por eso
fueron exitosos en el reino de Dios.

La razón por la que la mayoría de las personas no tienen éxito es porque no saben lo qué
desean en la vida y carecen de direccionalidad. Muchos viven en    “automático”,  por
inercia. Según el dicho  “como vamos viendo, vamos haciendo”. De tal modo que son
otras personas  las que terminan decidiendo hacia dónde van. Usted avanza al éxito en el
mismo momento que hace el cambio para descubrir su propósito, y para nosotros lo
creyentes ese propósito de vida está ligado a Dios.

La gente en el mundo se enfoca en sus propias metas, gratificaciones y esfuerzos propios,


con resultados que se miden en términos de dinero, recompensas, poder, prominencia,
posición, etc. Pero la persona con un claro sentido del propósito de Dios para ella, se
enfoca principalmente del éxito que empieza en su interior  y se define y mide en términos
de propósito eterno, Pablo decía: Filipenses 3:13-14

3.  Crecer para alcanzar tu máximo potencial en Dios

Cada uno de nosotros tiene una mezcla única de dones y talentos, capacidades, recursos y
oportunidades únicos, para cumplir con el propósito que Dios le ha designado. Si identifica
esos dones y talentos y descubre el deseo de su corazón, habrá hecho mucho por
descubrir su propósito en la vida y por alcanzar el éxito.

Déjeme decirle que  la única medida de verdadero éxito es  la relación entre lo que
podríamos haber sido y lo que hemos llegado a ser. El éxito viene como resultado de la
manera en que cultivamos nuestro potencial en Dios.   La meta del creyente no debe ser
superarse a sí mismo, sino alcanzar el potencial de Dios en Cristo Jesús.

Por otra parte, nuestro potencial de crecimiento en Dios es ilimitado, porque la medida de lo
que podemos llegar a ser es el mismo Señor Jesucristo. En  Efesios 4:13  leemos:”Hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Jesucristo es nuestro modelo de cómo es Dios. El es nuestra norma.  El es nuestra


meta, por lo que el propósito supremo en la vida del creyente es el ser conformado a la
imagen de Cristo. Ahora bien, Dios no solo es nuestra meta, sino también la fuerza en
nosotros y los recursos necesarios para alcanzar esa meta. Dios mismo es tanto la norma
para la vida espiritual como la provisión para alcanzar esa norma.

Por otra parte, el Espíritu Santo es la provisión de Dios para ser recreados a la imagen
de Jesucristo. Dios nos ha provisto con el E.S. para que actué como fuente de poder y
vida en el proceso de rehacernos a semejanza de Cristo.

Cristo que es nuestra meta es el límite de nuestro potencial. Si usted falla en reproducir a
Cristo en su vida, entonces habrá fallado en alcanzar el éxito.

¿Comienza usted a parecerse a Cristo o es muy diferente?  No hablo de ser perfecto.


Sino de hacer la voluntad de Dios, de vivir en obediencia a Dios, de vivir en comunión con
Dios, de amar como Cristo ama.

4.  Sembrar semillas que beneficien a los demás

La Biblia dice que “más bienaventurado es dar que recibir”. Si al final del camino    solo
tienes a tu EGO para aplaudir tu éxito, entonces has fracasado. La clave del éxito está una
declaración de Jesús: “Todas las cosas que queráis  que hagan los hombres con
vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12).  No dijo: “no hagáis a los
hombres lo que no quieres que te hagan a ti”  (sentido negativo). Si analizamos el
contexto de esta declaración      (Mateo 7: 7-12)  nos damos cuenta que  nuestro éxito
delante de Dios está relacionado con cómo tratamos a otras personas. 

Hay muchas personas que van por la vida buscando en lugar de dar. Pero la vida no puede
edificarse, exclusivamente, sobre la base de lo que recibimos, sino sobre el fundamento de
lo que damos. Un continuo anhelo de recibir, sin nunca dar, va desarrollando una vida
egoísta y egocéntrica; centrada en las propias necesidades, e incapaz de ver y sentir las
necesidades de otros.

El mensaje es que si persistimos  en la persecución de las bendiciones de Dios y vivimos en


buena relación con los demás, tratándolos como te tratas a ti mismo, serás bendecido por
Dios y los hombres.

El Señor nos evalúa, nos perdona y nos premia en proporción directa a la manera en que
pensamos y actuamos hacia los demás, y no solo en relación con él. El Señor toma muy
en cuenta nuestra conducta  y actitudes hacia los demás, como base para
bendecirnos.

Déjeme decirle una gran noticia..... Dios esta comprometido con su éxito. El quiere que
triunfe y está listo para ayudarle a triunfar más allá de sus más grandes sueños. Dios le ha
equipado para triunfar: Dones, talentos, El Espíritu Santo, Su Palabra..... Su misma
presencia. Ahora, Dios demanda, como contrapartida que usted desarrollo un estilo de vida
que le glorifique a él.  El éxito está ligado a la vida piadosa y de integridad. Cuando el Señor
ve indolencia, falta de cuidado y pereza en nuestras vidas, no puede estar interesado en
prosperar tal calidad de carácter. 

Un modelo personalizado para su éxito

El plan de éxito de Dios para nuestras vidas es un modelo personalizado. Fuimos creados
con características únicas (talentos, dones, temperamento, etc.). Hemos sido entrenados
con experiencias también únicas. Dios planifica para nosotros un futuro de éxito. Dios hace
planes para nuestras vidas y los ejecuta. A veces no estamos concientes de su accionar en
nuestras vidas. A veces, incluso, nos oponemos, pero eso no lo detiene; él es soberano. El
está comprometido con nuestro éxito. Nos hizo vencedores en Cristo Jesús. Pero él
demanda que confiemos en él y le obedezcamos, haciendo lo que nos ha confiado hacer.   

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