“El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún”

(Jn 14:12)

Cuando al Hermanito Richard Rodríguez le preguntan por qué está en Juan XXIII, él
cierra los ojos, su largo cuerpo palidece, sus arrugas lucen más intactas y entonces
responde: Porque me purifica el alma, porque aquí encontré al Dios salvador. ¿Y qué
está dispuesto a hacer por él? Morir o matar. Ofrendar la vida a la fe cristiana. Todos
aquí haríamos lo mismo. Somos cristocéntricos. ¿Y qué hacen allí dentro, en los
retiros? Usted tiene que entrar y vivirlo, ser de nosotros. No hay razón para la
explicación. De pronto algunas personas pensarán que suceden cosas que puedan
concluir que el movimiento es fundamentalista e inclusivo, pero en realidad aquí no
ocultamos nada. Las clausuras son abiertas. Lo que pasa es que nosotros no
necesitamos propaganda... solo caminamos con nuestro testimonio, se comenta Richard,
sin perder tranquilidad y continua: usted puede hablar y preguntarle a cualquier
hermanito o hermanita que haya vivido el retiro y encontrará cambio en su modo de vivir,
cambio para mejorar como persona, como familia, como miembro de una comunidad,
ellos le hablarán con testimonio, por decir algo recuerdo las vocales y consonantes
sinceras de un alcohólico de 36 años que perdió su familia, su hogar, sus amigos. Que
vivió en un entorno destruido. Por Dios... Me encontré con Jesús hace 6 años y desde
entonces vivo con salud y en paz. Yo nunca le decía a mi esposa que la amaba. Casi ni
conversaba con mis hijos. Creí que ellos eran objetos y no sujetos. Hasta estuve a punto
de matar a uno de mis hijos. Hoy ni siquiera existiera esta historia para contar. Su mirada
oscura parece encontrarse en una tormenta que está por inundarle. Unos segundos de
silencio calman una voz fuerte, grave, que de pronto se quebró. Y eso es lo que ocurre
en Juan XXIII, movimiento al que pertenecemos en la Arquidiócesis de Popayán más de
4.000 personas, más de 20.000 colombianos y más de 10 millones en el mundo. Aquí se
incluyen no solo laicos, sino sacerdotes, diáconos y hasta obispos. Cada uno de ellos
tiene un pasado triste, un testimonio que no se puede sacrificar para tapar la boca a
incrédulos. ¿Es el encuentro de una solución a la vida? Es un sí definitivo para
Richard. Dentro del testimonio de Richard comenta: para estar acá hay que tener
voluntad. Acá se encuentra paz interior. Se vive para alabanza y gloria del Señor. A
nosotros nos atacan mucho, nosotros no atacamos. Pero si entregaríamos nuestras
vidas por Dios, porque él nos sacó de la muerte. No somos fundamentalista, solo
realistas. Juan XXIII va fundamentalmente hacia el rescate de todas las ovejas perdidas.
Con esto, Richard promueve que más personas sean los elegidos de Juan XXIII. Lo que
hacen allá dentro los fieles (en los retiros) es un secreto que guardan en la caja de su
cabeza. A veces dicen que solo rezan. Que se entregan en amor y desamor con destino
a la sanación. Podría llamárseles enfermos del alma. En los retiros no permiten el acceso
de terceras personas, peor con cámaras fotográficas. Usted tiene que entrar y vivirlo, ser
de nosotros. No hay razón para la explicación, termina diciendo Richard.
Durante el año 2017 se realizaron un total de 5 retiros en la Arquidiócesis de Popayán,
uno en Argelia, dos en Popayán y uno en Corinto, en el cual más de 600 laicos y un
sacerdote tuvieron la oportunidad de vivir ese encuentro cercano con Cristo.
Actividades realizadas en el mes de Noviembre de 2017, Retiros Simultáneos No 36 de
hombres y 37 de mujeres durante los días 10, 11 y 12 de noviembre en las instalaciones
de la Normal Superior de Popayán, agradecimiento al licenciado Hermes Idrobo Rector
de esta Institución Educativa, docentes y consejo directivo, sin su colaboración,
desprendimiento y solidaridad no habría sido posible cumplir con nuestra misión a lo
largo de este año, bendiciones para todos y cada uno de ustedes.
Feliz navidad a todos los lectores de Iglesia Hoy, déjate invitar por Cristo, el próximo año,
vive tu retiro del Movimiento de Retiros Parroquiales Juan XXIII