Describa brevemente alguna de las operaciones de desinformación en que la

prensa chilena apoyó a la dictadura militar.

En el añ o 1973, el 36,6% de la prensa escrita era proclive a la Unidad Popular. Tras el Golpe
Militar, uno de los objetivos primordiales de la Junta Militar fue silenciar a la prensa de izquierda
sea como sea. Es por esto que, se sacaron de circulació n diferentes diarios con ideología marxista,
como por ejemplo el diario El Clarín, El Siglo, Puro Chile, La Nación y Las Noticias de Última Hora ,
sumando en total 312 mil ejemplares eliminados. Por otro lado, permanecieron los perió dicos
partidarios al régimen, como lo fue La Tercera, El Mercurio, Las Ultimas Noticias, entre otros.
Los militares ademá s clausuraron cerca de 40 radioemisoras afines al ideario político del
presidente Allende, once perió dicos regionales y un centenar de revistas afines a la Unidad
Popular. La prensa adicta al régimen de facto tuvo que someterse a las nuevas reglas imperantes
que emanaban de un ó rgano censor: la Direcció n Nacional de Comunicació n Social (Dinacos),
encargada de entregar a los medios "la versió n oficial de los hechos". Y entre los periodistas se
impuso una prá ctica sin ética, cuyos efectos aú n se perciben en la prensa nacional: la autocensura.
Uno de los episodios del periodismo chileno, que respondió a esa "versió n oficial de los hechos",
tuvo lugar en julio de 1975, cuando los medios de informació n escritos, afines a la dictadura
militar, dieron cuenta de la muerte por rencillas internas de 119 opositores en territorio
argentino, mejor conocida como “Operació n Colombo”. El 23 y 24 de julio de 1975, diferentes
diarios proclives a la dictadura militar entregaron en riguroso orden alfabético los nombres de
119 militantes de izquierda muertos en territorio argentino, dando a entender que en los grupos
de resistencia chilenos se estaba produciendo una purga interna, a raíz de las diferencias
ideoló gicas originadas tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. La historia de esta
informació n periodística se inició en abril de 1975, cuando en territorio argentino se encontró el
cuerpo descuartizado del militante socialista David Silberman, supuestamente dado de baja por un
comando del MIR. Sin embargo, la verdad era que Silberman había sido capturado por la DINA en
Chile, recluido en un centro de detenció n y hecho desaparecer por un comando militar. La
informació n, que fue destacada en titulares de portada, tomaba como fuente primaria a dos
publicaciones, la edició n del día 15 de julio de la revista Lea de Buenos Aires y la edició n del día 17
del diario O Día de Curitiba, Brasil. Lo curioso de estas fuentes es que salieron a la luz en una ú nica
edició n y nunca má s se supo de ellas.