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“Es cierto que algunos hablan de Cristo por envidia y rivalidad, pero
otros lo hacen con buena intención. Algunos hablan de Cristo por
amor, sabiendo que Dios me ha puesto aquí para defender el
mensaje de salvación, pero otros lo hacen por interés personal, y no
son sinceros, y quieren causarme más dificultades ahora que estoy
preso. Pero ¿qué importa? Sea como sea, con sinceridad o sin ella,
hablan de Cristo, y esto me causa alegría.” (Filipenses 1:15-18)
Sólo entonces puedo ver sus triunfos como mis triunfos. Tan sólo
cuando tengo la perspectiva adecuada puedo tener la capacidad de
gozarme y alegrarme porque las cosas les van bien, ya que eso
supone el avance global del Reino y esa es la misión a la que todos
nosotros hemos sido llamados.
Con esta perspectiva puedo ayudar a otros sin temor que mi posición
pueda quedar menoscabada ¿Por qué habría de suceder si el Reino
avanza? Esta perspectiva me permite subordinar las aparentes
ganancias temporales y locales al triunfo final del Reino.
Quiero trabajar para construir el Reino de Dios, por tanto, espero que
la reivindicación venga de Él, en este mundo o en el futuro. Si otros
toman la delantera, pues que la tomen, que sea para su gloria. Si
otros no quieren compartir el crédito, pues para ellos. Si otros usan la
ayuda para menoscabar nuestra posición, está bien. Servimos al
Señor y si su Reino avanza nos sentimos satisfechos y premiados. Él
curará nuestras heridas y compensará nuestros esfuerzos.
MI ORACIÓN
Señor muchas gracias por poder servirte en el ministerio cristiano. Tú
conoces bien mi realidad, perdóname por las veces que he visto a mis
hermanos de ministerio como enemigos y competidores. Me
avergüenzo de las ocasiones en que me he sentido triste por sus
éxitos y alegre por sus fracasos y dificultades. Siento como pecado
tantas veces en que he perdido la perspectiva correcta y he
deformado las cosas tratando de construir mi propio reino personal.
TU REFLEXIÓN
EL PERSONAJE