Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RECOMENDACIONES:
En la vida de todo hijo de Dios, ha sido colocada una huella, una marca
de bendición. Esta huella nos ha dado características propias y
singulares, que han sido diseñadas para que nuestras vidas transcurran
en los caminos más altos. Hay, además, un palpitante sello de libertad
que hace que nos rebelemos contra toda forma de esclavitud, pues,
fuimos diseñados para la libertad.
1. La apariencia externa
Prácticamente todo el mundo está inconforme con su aspecto. El problema está
en que nos comparamos muchas veces con artistas que son muy hermosos, bien
atractivos y con mucho talento. Al compararnos con ellos, nos damos cuenta de
que no somos tan atractivos y, naturalmente, es muy fácil sentirnos inferiores a
ellos.
El Salmo 139:15-16, nos muestra cómo Papá Dios, como perfecto diseñador,
estuvo presente en el momento de nuestra concepción y atendió cada aspecto de
nuestro cuerpo. Además, Isaías 45:9-10, nos muestra a Dios como el alfarero que
tiene el derecho a conformarnos como Él quiere, como vasos de barro en sus
diestras manos. Somos la creación perfecta que Él quiso que fuéramos.
4. La herencia social
Muchas veces nos avergonzamos de nuestro origen social, a veces pudo no ser el
mejor, pero esto no determina que tengamos que ser así toda la vida, podemos
cambiar y transformar nuestra existencia en bendición (Ezequiel 18:19- 20). Un
ejemplo es Moisés, quien se levantó en un ambiente no temeroso de Dios; sin
embargo, Dios usó esa circunstancia de acuerdo con sus propósitos. Moisés
prefirió sufrir con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres de Egipto (Hebreos
11:24-25).
.
Aplicación teoterápica
Dios al diseñarnos nos creó de una manera perfecta, dotándonos de todas las
herramientas para luchar y vencer la adversidad y la crisis, posiblemente estemos
atravesando una lucha contra la depresión u otra situación, usemos los innumerables
recursos que Él nos dio para seguir hacia adelante, recordemos que lo que es verdad
para Cristo es verdad para nosotros, nos podemos caer pero no podemos darnos el
lujo de no hacer nada para levantarnos. Dios es nuestra fuerza y sustento, somos su
diseño especial (Salmo 27:1).
TERMÓMETRO
¿Eres argumentador?
¿Eres criticón?
¿Tienes poca tolerancia con los demás
o con sus ideas?
¿Te enojas fácilmente?
¿Te cuesta perdonar?
¿Eres excesivamente celoso?
¿Te cuesta escuchar?
¿Eres un mal perdedor?
Coloque en una diapositiva o cartelera el anterior termómetro, para que cada asistente
se responda las preguntas
Aplicación teoterápica
La autoestima sana es un motor que nos impulsa a conseguir nuestras metas, nos
aporta seguridad, confianza, identidad, valor, y competencia personal para afrontar los
problemas. Siempre habrá fluctuaciones en cómo nos percibimos a nosotros mismos,
es normal, el problema es cuando las fluctuaciones son muy pronunciadas o cuando
nos volvemos realmente muy negativos respecto a nosotros mismos y esto nos
bloquea de cara a la acción. Al no sentirnos competentes o merecedores de afecto no
nos movemos hacia nuestras metas, e incluso podemos entrar en una espiral de
pensamientos negativos (si creo que no valgo o no confío en mí mismo, me
comportaré de acuerdo a esta creencia: alimentándola y creando una espiral negativa
de la que será difícil salir). Dios nos hizo valiosos y eso es lo que debe prevalecer
(Isaías 43:4).
El perfeccionismo
No aceptar la autoridad de
las demás personas
En la medida que le demos más crédito a los pensamientos de Dios (su Revelación),
que a los nuestros, respecto de nosotros mismos y de todo aquello que nos rodea,
podremos superar cualquier distorsión de nuestra autoimagen, ocasionada, tanto por
nuestra naturaleza pecaminosa, como por el trauma de no haber construido una
actitud apropiada frente a situaciones que nos sucedieron.
"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno" (Romanos 12:3).
Dios no tiene un mismo modelo para cada uno de nosotros en el aspecto físico, pero sí
tiene el mismo para nuestro aspecto interior: El carácter de Cristo. Es nuestra tarea, en
la unidad con el Espíritu Santo, cada día apropiarnos de la verdad que recibimos el día
que invitamos a Cristo a nuestro corazón.
1. Nuestro problema es que siempre miramos la parte externa, pero Dios mira el
corazón, “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande
de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el
hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová
mira el corazón" (1 Samuel 16:7).
2. No son las habilidades naturales las que dan la felicidad, sino la forma como la
imagen de Cristo llegue a desarrollarse en nosotros. De acuerdo con esto,
nuestra felicidad depende de nuestras actitudes y cualidades interiores.
Viviremos inseguros si dependemos de lo externo, pues de un momento a otro
puede suceder algo grave, como un accidente, y perder nuestro atractivo
externo, ese sería el final de nuestra felicidad.
Aplicación Teoterápica
Pregúntese
¿Se siente realmente completo en Dios?
¿Está permitiendo que el llene todos sus vacíos?
¿Cree firmemente en su corazón que Él no se equivocó con usted?