Está en la página 1de 2

Principios que fundamentan la existencia del proceso abreviado

laboral
 
De los principios reconocidos en el artículo I de la NLPT, tres de
ellos fundamentan la existencia de un proceso abreviado laboral.
Dichos principios son el de concentración, celeridad y oralidad.
Explicamos, a continuación, como es que se produce esta
interrelación entre estos  principios:
 
a. El principio de concentración
 
Empecemos con el principio de concentración. Según Alonso Olea y
Alonso García, un proceso laboral fundado en este principio
"reunirá en actividades procesales unitarias, muy numerosos y
variados actos procesales, que se suceden los unos a los otros sin
solución de continuidad y sin plazos ni términos de tiempo que los
separen"[2]. De este modo, la concentración persigue que los
procesos laborales se desarrollen con un mínimo de actuaciones
procesales, a efectos de que el juez adquiera, más fácilmente, una
visión en conjunto del conflicto que se somete a su decisión.
 
En el proceso abreviado laboral existe una audiencia única, la cual
se estructura a partir de las audiencias de conciliación y
juzgamiento (propias del proceso ordinario laboral). Comprende,
así, las etapas de conciliación, confrontación de posiciones,
actuación probatoria, alegatos y sentencia. Este aglutinamiento de
etapas en la audiencia única es, claramente, una muestra de que
el legislador diseña un proceso abreviado laboral en donde la
concentración es uno de sus principios rectores.
 
b. El principio de celeridad
 
Según el profesor Montoya Melgar, señala que “gracias a este
principio el proceso laboral debe gozar de la mayor agilidad de
plazos y sencillez en su tramitación”[3].
 
Este principio de celeridad no es originario de la NLPT. La anterior
Ley N 26636, Ley Procesal del Trabajo también reconocía este
principio. No obstante la realidad nos ha mostrado que los
procesos laborales no se desarrollaban de manera célere; todo lo
contrario, precisamente la lentitud con la que se desenvolvían  y
los lapsos enormes de tiempo que ameritaba la culminación de los
procesos laborales permite concluir que este principio solo estaba
recogido en el papel. La NLPT, en cambio, busca conseguir el
desarrollo rápido del actual proceso laboral.
 
El proceso abreviado laboral, tal como está regulado en la NLPT,
debería durar, en primera instancia, como máximo, 90 días
hábiles. Un proceso que dure este plazo, en nuestro país es, sin
lugar a dudas, un proceso célere.
 
c. El principio de oralidad
 
Este principio se constituye, en él principio esencial del nuevo
proceso laboral, sobre él se asientan y se fundamentan los demás
principios. La inmediación el juez requiere de la oralidad del
proceso laboral, pues solo con mecanismos que permitan que los
actos procesales se realicen de tal manera que el juez pueda
involucrarse en el proceso ya no como espectador, sino más bien
como el director de este. Por otro lado, es gracias a la oralidad que
el proceso  puede desarrollarse de manera expeditiva y con ello,
se hace efectivo también el principio de economía procesal. De
igual manera, la veracidad que busca conseguir este proceso, y
que constituye su principio, la cual se logra alcanzar, de manera
más sencilla, si estamos ante un proceso inminentemente oral en
donde la actuación de las partes dejará evidenciar de manera más
certera y evidente la autenticidad de sus posiciones. Finalmente,
gracias a este principio, los actos procesales serán menores en
comparación a un proceso escriturario, con lo cual el principio de
concentración alcanza una real eficacia.

También podría gustarte