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Diapositiva 1:

En estén frente se encontraban los Muiscas que ocuparon el altiplano


Cundiboyacense y otros grupos de filiación chibcha que también se asentaron en
la cordillera Oriental como los Chitareros al sur del actual departamento de Norte
de Santander; los Guane, en el actual departamento de Santander; los Laches
entre los límites de los actuales departamentos de Santander, Boyacá y Casanare,
y los Sutagaos al sur del territorio muisca, en la actual región del Sumapaz. Esto
favoreció desde entonces uno transición cultural, pues para el siglo XV los
Muiscas se habían consolidado como el grupo indígena más importante de los
Andes colombianos, al establecer contactos con los grupos de lengua chibcha ya
mencionados y por el oriente, hacía los llanos, con las comunidades Guayupes,
Guahíbos Achaguas, Sálibas y Tunebos (Rauch, 2010:2) y hacía el occidente con
los grupos Muzos y Ponches.
DIAPOSITIVA 2:
Durante la Colonia, el comienzo de la República, e incluso en la actualidad, el
altiplano Cundiboyacense y sus alrededores se ha destacado como un territorio
densamente poblado y centro de la organización económica, social, política y
cultural del país. Su crecimiento y poblamiento ha girado alrededor del altiplano
también ha sido y determinado por los ejes prehispánicos de poblamiento y
movilidad, y la relación entre las tierras altas y las tierras bajas.
En el altiplano, los españoles fundaron ciudades, villas y pueblos de indios sobre
los ya existentes o cercanos a estos, donde la población muisca estaba
concentrada y contaba con un alto desarrollo agrícola; eso facilitó la dominación y
la explotación de las tierras fértiles, así como la conformación de núcleos urbanos
a lo largo del camino entre las tierras del altiplano y los puertos fluviales sobre el
río Magdalena
Este ritmo de fundaciones se mantuvo constante hasta finales del siglo XVII,
cuando se implementan mayores controles a la población por parte de la Corona;
de allí que en la segunda mitad del siglo XVIII se registrara la mayor cantidad de
fundaciones de núcleos urbanos, resultado en parte de reagrupamientos por la
liquidación de resguardos y refundaciones. A principios del siglo XIX, a causa de la
presión que ejerce la población campesina sobre las tierras del altiplano se inició
la expansión hacía tierras templadas, como lo menciona Zambrano y Bernard,
hacía algunos valles como los de la cuenca baja del río Bogotá, y vertientes de la
cordillera Oriental hacía los Llanos Orientales como la cuenca del Guavio y
Guayabetal, entre otros destinos.
DIAPOSITIVA 3
En la Colonia el poblamiento se inició con la fundación de las ciudades de Vélez y
Pamplona; en el siglo XVII la población se centró en pueblos de blancos, y en los
formados por la agregación de indígenas en pueblos de indios.
De allí nacieron ciudades como San Gil, San Juan de Girón y el Socorro, así como
Charalá, Oiba, Curití y Bucaramanga. La desaparición de pueblos de indios en el
siglo XVIII y la colonización interna del territorio, paralelas a una activa economía
urbana basada en manufacturas, dieron paso a la consolidación de ciudades muy
dinámicas como Socorro, Cúcuta, Piedecuesta y San Gil.
Por su parte el piedemonte llanero se ha caracterizado por la baja densidad de su
territorio, así como por su poblamiento surgido en procura de la extracción y
explotación de recursos naturales como la quina. Después de la mitad del siglo
XIX, se acentuó la migración de la población del altiplano en busca de tierras para
la explotación de las haciendas, tomando como base Villavicencio.
En el siglo XX el proceso de poblamiento creció especialmente a partir de la
década de los cincuenta, cuando se incrementó a causa de la violencia bipartidista
y después de los años ochenta por la intensificación de los cultivos ilícitos y la
explotación petrolera.
DIAPOSITIVA 4
De esta manera, los tres ejes de poblamiento altiplano Cundiboyacense, andino-
nororiental y piedemonte llanero (Ver Figuras 18.31 y 18.32) se constituyen, entre
los siglos XVI y XX, en los puntos de partida de varias corrientes migratorias que
contribuyeron a la colonización y ocupación de los santanderes y los Llanos
Orientales.
Por esa razón, se ha considerado que el estudio de estos territorios no debe
realizarse de manera aislada, sino integral pero, además la distribución de la
población de estos ejes también ha variado a través del tiempo, debido a factores
económicos, sociales, políticos y culturales que han modificado sus formas de
ocupación y apropiación y que tienen su origen en la forma de organización que se
presentó desde tiempos precolombinos.
DIAPOSITIVA 5
En términos generales, los tres ejes superan los 12 millones de habitantes, esto
es, representan el 29,3 % total de la población colombiana. El de mayor ocupación
es el altiplano Cundiboyacense que hacen parte la ciudad de Bogotá y 152
municipios; de estos, 63 pertenecen al departamento de Cundinamarca, 72 a
Boyacá, 12 a Santander y 5 a Tolima.
El eje de poblamiento andino -nororiental contiene un total de 2'039.195 habitantes
y en este se localizan dos ciudades capitales -Cúcuta y Bucaramanga, 14
municipios del departamento de Norte de Santander y 15 de Santander.
Por último, el eje de poblamiento piedemonte llanero está constituido por dos
ciudades capitales: Villavicencio y Yopal y 43 municipios: 10 del departamento de
Boyacá, 17 de Cundinamarca, 11 del Meta y 7 de Casanare
DIAPOSITIVA 6
En el altiplano Cundiboyacense se asienta el mayor volumen de población del
territorio colombiano, entre los departamentos de Cundinamarca y Boyacá (Ver
Figura 18.34). Este altiplano comprende cuatro grandes altiplanos que se
suceden, con orientación suroccidente- nororiente, a lo largo de un eje de 250 km
y una altitud entre 2.000 mm y 3.000 msnm.
De sur a norte se encuentra la sabana de Bogotá, el valle de Ubaté-Chiquinquirá,
el altiplano de Samacá-Villa de Leiva y el de Tunja-Sogamoso- lago de Tota (Ver
Figura 18.33). Debido a su cercanía y a que comparten un mismo origen geológico
y algunos procesos ambientales y ecológicos comunes, se les puede agrupar
como un solo altiplanO La temperatura promedio es de 15°C, con variaciones a lo
largo del año entre 0 °C y 24°C dependiendo de la altura esto favorece en asocio
con la fertilidad del suelo la diversidad de cultivos, entre los que se destaca, la
papa
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Otro sector importante es el flanco occidental de la cordillera oriental con
temperaturas entre 15°C y 20°C y precipitaciones entre 2.500 mm y 1.000 mm al
año, favorece el desarrollo de una cobertura vegetal caracterizada por bosques y
cultivos de café, plátano, caña y frutas, al occidente se encuentra el valle del río
Magdalena, integrado por un conjunto de colinas y terrazas del período Terciario,
áreas de inundación de depósitos aluviales recientes y pastos asociados con
arbustos, matorrales y relictos de bosques
Por su parte, el flanco oriental de la cordillera Oriental se caracteriza por tener una
zona montañosa formada por rocas sedimentarías principalmente del Mesozoico;
allí las mayores elevaciones alcanzan los 4.000 msnm, con variados pisos
bioclimáticos que junto con elevadas precipitaciones, entre 1.000 y 2,000 mm y
temperaturas entre 10 y 20°C, han permitido el surgimiento de una alta condición
de humedad que posibilita la existencia de una cobertura boscosa densa, aun
cuando también hay importantes áreas de pastos y sectores localizados con
vegetación de páramo. Luego de esta zona montañosa aparece el piedemonte,
transición entre la cordillera y la llanura, que se extiende unos 40 kilómetros hacia
el oriente de la cordillera
DIAPOSITIVA 8
Los municipios que se encuentran en estos ejes de poblamiento han tenido
importantes transformaciones en la distribución de su población. En décadas
anteriores, eran identificados por su carácter predominantemente rural; ahora se
asientan la mayoría de sus habitantes en las áreas urbanas de las grandes
ciudades como Bogotá, Tunja, Bucaramanga, Cúcuta y Villavicencio, así como en
otras de menor tamaño, que igualmente generan alternativas para la obtención de
ingresos.
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El comportamiento de la densidad rural entre 1985 y 2005 ha tenido un descenso
creciente; en cerca del 60% los municipios esta se redujo en proporciones entre
10 hab./km² y 60 hab./km², principalmente los ubicados a lo largo del límite entre
los departamentos de Cundinamarca y Meta y de Boyacá y Casanare, así como
en las estribaciones del páramo de Sumapaz al sur de Cundinamarca y oriente del
Tolima. De esta forma, las densidades oscilan entre 2 hab./km² y 37,6 hab./km².
En contraste con la reducción de la densidad rural en estos municipios, existen
otros con alta proporción de habitantes por kilómetro cuadrado. Este hecho se
presenta especialmente en las jurisdicciones vecinas a las capitales
departamentales, donde la expansión del espacio urbano se alterna con las áreas
rurales circundantes, como cajicá, chía entre otros.
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Con relación a la densidad urbana y en atención a que las ciudades de estos ejes
concentran el mayor volumen de población en el país, sus valores difieren
notoriamente de las densidades rurales. Este fenómeno obedece a que en esta
zona del país se presentan mejores posibilidades de acceso a diferentes servicios,
empleo, vivienda e infraestructura; ello ha favorecido un continuo y acentuado
proceso de urbanización y, por tanto, la consolidación de estos ejes,
principalmente el altiplano Cundiboyacense, como los de mayor atracción
poblacíonal.
DIAPOSITIVA 11

La primacía urbana de este eje poblacíonal recae sobre Bogotá y la relación de


conurbación con Soacha ha permitido que este municipio aumente su número de
habitantes, por lo que alcanzó el cuarto lugar en tamaño de población. Sí en el
futuro se produjera la integración administrativa de este municipio con el Distrito
Capital, se incrementaría aún más la diferencia entre Bogotá y el resto de
ciudades del eje poblacional.
La población en estos tres ejes se localiza principalmente en las cabeceras
municipales y se caracteriza por su mayor participación en la economía nacional,
la cual agrupa el 49% del PIB total del país (DANE, 2009-2010). La dinámica
económica influye directamente sobre el tamaño de las ciudades, pues las más
altas concentraciones urbanas se presentan en Bogotá, Cúcuta, Bucaramanga,
Soacha y Villavicencio.
DIAPOSITIVA 12
El acelerado crecimiento demográfico de la ciudad, que pasó de 121.257
habitantes en 1912 a aproximadamente 4,000.0000 en 1980 y cerca de 7.000.000
en 2005, se dio principalmente por los flujos migratorios provenientes del altiplano
Cundiboyacense, los santanderes, los valles medio y alto del río Magdalena
(Tolima, Huila y Antioquia), el Viejo Caldas y el actual departamento del Meta
Adicionalmente, otra ventaja de Bogotá respecto a las otras ciudades fue su
condición principal de sede política y administrativa del país (Ver figura 18.37);
esto permitió que una parte significativa de la inversión estatal en vías de
transporte, tanto en carreteras como en ferrocarril, fuera construida en su área de
influencia, lo que favoreció la integración regional del oriente andino. Estos
procesos hicieron que la ciudad recuperara el liderazgo en el desarrollo económico
colombiano en la década de 1950.
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Durante la etapa de industrialización entre 1945 y 1970, Bogotá se benefició de la
modernización de la agricultura regional que en un primer momento se identificó
vinculada al mercado urbano de la ciudad; tener la necesidad de abastecer a la
población, impulsó el desarrollo de huertas, leche y ganado de engorde en los
alrededores.
Posteriormente, se promovió la modernización de la agricultura con relación al
mercado internacional, pues se inició la exportación de flores y frutas. Además, los
avances en las vías de comunicación dieron oportunidad a la ampliación del área
de influencia de la capital que integró las llanuras del Tolima y los Llanos
Orientales
El siglo XX puede ser considerado como el siglo de Bogotá, pues en esa centuria
la ciudad experimentó un crecimiento demográfico acelerado que la llevó a tener
7.674.366 habitantes en 2013; esa cifra la convirtió en el centro urbano más
grande de Colombia y en la sexta ciudad más poblada de América Latina por
diversos factores como ser el centro de la economía y la política, desarrollo del
sector industrial en las bebidas, alimentos, manufactura sen otros, el desarrollo de
la urbanización, desarrollo del sector de servicios y ser el centro de la producción
extranjera en el país.
DIAPOSITIVA 14
Luego de la crisis económica que se presentó a mediados del siglo XIX en el
centro y sur de lo que hoy es el departamento de Santander, en particular los
mercados tabacaleros y textiles, el cultivo del café creció especialmente en la
provincia de Soto y de su capital Bucaramanga; esta, por causa del café junto con
la quina y la producción artesanal de los sombreros de "jipijapa", se convirtió en un
epicentro del comercio regional, que se mantuvo como tal hasta comienzos de la
Guerra de los Mil Días.
En la segunda mitad del siglo XX, la transformación espacial más importante
ocurrida en Santander fue la creación del área metropolitana de Bucaramanga y
las poblaciones contiguas de Girón y Floridablanca; dicha innovación surgió
mediante la Ordenanza 020 del 15 de diciembre de 1981 y posteriormente se
incorporó al municipio de Piedecuesta con la Ordenanza 048 de 1984
Esta integración territorial ha actuado como dinamizador del crecimiento
económico y demográfico de las poblaciones que integran el área metropolitana,
especialmente de Bucaramanga que se ha consolidado como una de las ciudades
más importantes de Colombia.
DIAPOSITIVA 15
Esta ciudad se mantuvo como principal centro urbano departamental en el siglo
XX con un crecimiento demográfico que la llevó de 25.955 habitantes en 1912 a
637.302 en 2013 (DANE, 2010) las principales actividades que han impulsado el
desarrollo económico de esta ciudad son el movido comercio con ciudades
fronterizas de la República Bolivariana de Venezuela; la producción industrial de
cemento, ladrillos, arcilla y cerámica y la minería de carbón térmico, coque, grava,
piedra y arenas.
Es necesario precisar que uno de los incentivos para la concentración de la
población en la capital nortesantandereana ha sido la actividad económica. Esta
se ha mantenido, a pesar de la influencia directa de la fluctuación de la tasa de
cambio del peso colombiano respecto al bolívar venezolano, además de los
niveles cambiarías negativos que ha tenido la economía venezolana a partir del
año 2009. Lo anterior ha tenido efectos sobre el bajo nivel de competitividad, el
empleo y el crecimiento continuo de la informalidad
DIAPOSITIVA 16
La posición geográfica de esta ciudad la convierte en paso de la ruta Bogotá-
Cúcuta; por ese comunica así los departamentos de Cundinamarca, Boyacá,
Santander y Norte de Santander. Aunque esta conexión data de los caminos
reales existentes en la época Colonial, no fue sino hasta 1905 que se inició la
construcción de la carretera Troncal del Norte; la obra fue terminada en su primera
versión en 1934.
El perfeccionamiento de estas vías contribuyó a impulsar el crecimiento
poblacíonal de Tunja en la segunda mitad del siglo XX (Ver Figura 18.45), ya que
pasó de tener 27.402 habitantes en 1951 a 181.418 en 2013 (DANE, 2010). En el
ámbito económico el desarrollo de Tunja ha estado vinculado con la
comercialización de ganado, lácteos y los cultivos realizados en su área de
influencia, entre ellos papa, cebada, trigo, cebolla de pulpo y arveja.
DIAPOSITIVA 17
Es el segundo centro urbano de Boyacá, con 114.213 habitantes en 2013 (DANE,
2010). Su progreso ha estado ligado a su posición geográfica, que le ha
posibilitado comerciar con los departamentos de Arauca y Casanare al oriente,
Santander al norte y Cundinamarca al sur. En estas relaciones económicas, fue de
vital importancia la construcción de la vía Sogamoso a la Troncal del Norte en la
década de 1920 y del ferrocarril Bogotá-Sogamoso entre 1921 y 1931.
Las principales actividades económicas de esta ciudad son el comercio de
productos como carne, leche, arroz, palma africana, plátano, maíz, café, yuca,
papa, cebada, trigo, cebolla, arveja, frutas y otros con veinte municipios
pertenecientes a las provincias de Sugamuxi, La Libertad, Tundama y algunas
localidades de Casanare y Arauca.
DIAPOSITIVA 18
Está ubicada a 22 kilómetros de Sogamoso, sobre la Troncal del Norte. También
se benefició de la actividad de Acerías Paz del Río, al convertirse en un foco de
atracción para varías industrias que se instalaron durante la segunda mitad del
siglo XX, entre ellas se destacan las empresas de bebidas Coca-Cola Femsa,
Postobón y Bavaria, cuya fábrica se localiza en Tibasosa, aunque el 91 % sus
trabajadores residen en Duitama.
Además, se instalaron empresas dedicadas a la construcción y ensamble de
carrocerías como Autobuses Invicar, Carrocerías Logo e Industrias Tecnicar,
Metalmecánica Sigma y carrocerías Jota Jota. La presencia de estas empresas
atrajo a numerosos migrantes hacia Duitama y, como resultado de esto, se dio un
crecimiento demográfico; la población aumentó de 65.858 habitantes en 1985 a
111.804 en 2013, según el dane.
Otras actividades económicas que han influido sobre el crecimiento de Duitama
han sido la producción de papa, trigo, maíz, fríjoles, cebada, hortalizas, manzanas,
peras, duraznos, curubas y ciruelas. La ciudad ha aprovechado la red de
carreteras existentes en el departamento, para establecer vínculos comerciales
con Santander, Casanare, Arauca y Cundinamarca
DIAPOSITIVA 19
Esta ciudad logró en el siglo XX un importante crecimiento económico y
demográfico debido a su posición geográfica, pues por allí se canalizan hacía
Bogotá y otras ciudades del interior andino gran parte de los productos
agropecuarios y agroindustriales de los Llanos Orientales; a su vez, transitan
personas y productos industriales hacía el interior de los llanos, razón por la cual
esta urbe se convirtió en la intermediaría del comercio entre el centro y el oriente
del país.
Entre 1922 y 1936 se aprovechó su posición geográfica para movilizar importantes
cantidades de recursos económicos y la mano de obra de cientos de presos para
construir la carretera que comunicaba a Bogotá con Villavicencio, obra que
organizó la circulación de automotores y facilitó el incremento del comercio entre
Los Andes y los Llanos Orientales.
Después del período de la violencia (1947- 1953), Villavicencio atravesó por una
transición que la llevó de ser un pueblo rural a constituirse en una de las ciudades
más importantes del país, al pasar de 17.194 habitantes en 1951. Este crecimiento
fue impulsado por el comercio de la producción ganadera y de los cultivos de
arroz, palma africana, soya, sorgo, yuca, maíz, café y cítricos. Además, la ciudad
consolidó su posición de puerta del llano, mediante la prestación de servicios de
intermediación financiera, seguridad, transporte y educación a los habitantes de
los llanos de San Martín.
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Aunque con menos población que Villavicencio, esta ciudad también aprovechó su
posición geográfica en la zona de piedemonte para convertirse en intermediaría
entre los llanos de Casanare y la cordillera Oriental, especialmente con el
departamento de Boyacá.
Un elemento central (este proceso fue la construcción de la carretera Sogamoso
Yopal entre 1936 y 1960. Esta vía facilitó que Yopal se consolidara como
intermediaría del comercio del ganado y de los cultivos de arroz, palma africana,
plátano, maíz tradición café y yuca. Estas actividades dinamizaron su crecimiento
después de la violencia (1946-1953) y lograron que en 1973 fuera la capital de
Casanare
En la década de 1990 Casanare y especialmente Yopal tuvieron un gran impulso
económico por el hallazgo d grandes reservas de petróleo en los campos de
Cusían y Cupiagua ubicados en los municipios de Tauramena Aguazul
respectivamente. Las actividades comerciales: ganaderas, agrícolas y mineras
hicieron posible que en 2013 Yopal alcanzara una población de 133.220
habitantes, el 31% del total departamental.
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El eje cafetero se localiza en la parte centro-occidental del país e incluye los
departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, la parte nororiente del Valle del
Cauca, el noroccidente del Tolima y el centro, oriente y sur de Antioquía. El eje
valle medio del río Magdalena se extiende, desde la parte medía del departamento
del Huila, a la altura del municipio de Hobo hasta las inmediaciones del municipio
de Morales, al sur del departamento de Bolívar.
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La mayor ocupación se presenta en el eje cafetero, donde se destaca como
ciudad de mayor concentración de población Medellín y los municipios de las
áreas metropolitanas del Valle de Aburrá y Centro-Occidente y las capitales
departamentales de Ibagué, Pereira, Manizales y Armenia. Además, hacen parte
de este eje 133 municipios de los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío,
centro y sur de Antioquía, nororiente de Valle del Cauca y noroccidente del Tolima,
En total son 138 municipios, de los cuales 63 pertenecen al departamento de
Antioquía, 21 a Caldas, 12 Quindío, 6 a Risaralda, 18 a Valle del Cauca y 18 a
Tolima, en los cuales residen aproximadamente 7.600.000 personas.
El eje del valle medio del río Magdalena se extiende desde el norte del Huila hasta
el sur de Bolívar, cubriendo la parte medía del Tolima, el occidente de
Cundinamarca, el oriente de los departamentos de Caldas y Antioquía y el
occidente de Santander está conformado por 43 municipios de los cuales 4
pertenecen al departamento de Antioquía, 4 a Bolívar, 1 a Boyacá, 1 a Caldas, 8 a
Cundinamarca, 8 a Huila, 4 a Santander y 13 a Tolima ,allí habitan cerca de
1.500.000 personas y sobresalen las ciudades de Neiva, Barrancabermeja,
Girardot, Espinal y La Dorada.
DIAPOSITIVA 23
Morfológicamente, el eje cafetero se ubica entre numerosos valles intermontanos,
cañones y laderas de origen-ígneo metamórfico, en especial sobre la cordillera
Central y la cuenca medía de los ríos Cauca y Magdalena su relieve se caracteriza
por ser colínado al oriente de Antioquía, principalmente entre los ríos Samaná y
Arma hasta el río Porce con alturas que no sobrepasan los 2.500 msnm, y
montañoso al sur, donde predominan escarpadas montañas y profundos valles,
sobre todo en el complejo que encierra el parque nacional natural Los Nevados.
En cuanto al eje valle medio del río Magdalena, este río, en su recorrido de cerca
de 1.540 kilómetros, atraviesa geoformas andinas que encauzan su flujo hídrico le
dan una orientación longitudinal en la mayor parte del trayecto. En este eje de
poblamiento se encuentran diversidad de paisajes y zonas bioclimáticas, entre las
que se destacan la zona montañosa en su parte alta, media y baja, depresiones
tectónicas intramontanas y los valles fértiles. Al sur, en los primeros 200 km de
trayecto se encuentran estrechos cañones, profundas gargantas y pendientes muy
pronunciadas y antes de llegar a la confluencia del río Magdalena y el Yaguará en
la represa de Betania, el río desciende más de 3.000 metros y ha recibido
numerosos tributarios entre los que se destacan los caudalosos ríos Garrapatas,
Suaza, Páez y La Plata
DIAPOSITIVA 24

Los municipios que componen estos ejes muestran un descenso progresivo de la


población rural. Entre 1985 y 2005 la densidad rural en el 30°/o de los municipios
disminuyó de manera notoria, con variaciones que oscilaron entre 10 hab./km² y
70 hab./km²; así, para 2005 el 75% los municipios registraban densidades
menores de 50 hab./km², especialmente los ubicados desde el norte de Puerto
Nare sobre el río Magdalena, hada el sur, hasta el municipio de Nariño en el
departamento de Cundinamarca.Este fenómeno se acentuó al norte de Neiva, sur
de Palermo en el Huila y en el extremo occidental, en las poblaciones del costado
occidental del río Cauca.
Estas poblaciones se caracterizan por tener menos de 10.000 habitantes, en
condiciones fisiográficas adversas, así como la falta de oportunidades de empleo y
el conflicto armado, entre otros factores, que impiden la densificación de los
asentamientos.
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En estos ejes las cabeceras municipales especialmente las de mayor volumen
poblacional continúan el proceso de urbanización acelerado que ha vivido el país
desde comienzos de la década de los cincuenta del siglo XX, particularmente
entre los años de 1951 y 1964. Durante ese período, el crecimiento urbano se
duplicó al alcanzar la cifra de 25 millones de personas concentradas en las
capitales. En consecuencia, la población del área rural disminuyó de forma notoria;
en 1960 cerca del 54% la población vivía en el campo y en 1970 esta cifra
descendió al 40%.
DIAPOSITIVA 26
Su éxito como metrópoli se debió en gran medida a la precocidad de su despegue
económico; desde el siglo XIX tuvo un comercio activo, gracias al impulso inicial-
mente del oro y posteriormente del café, que le permitió acumular capital y generar
las relaciones de mercado necesarias para industrializarse.
Las condiciones económicas, políticas y sociales generadas por la exportación de
oro y café impulsaron el desarrollo industrial de Medellín y sus alrededores, pues
las industrias antioqueñas no se localizaron exclusivamente en la ciudad sino en el
valle de Aburrá. Tal es el caso de las textileras en Bello, Envigado e Itagüí la
cervecería y la tenería en Itagüí; la loza y el vidrio en Envigado y Caldas, y las
fundiciones en Robledo, Caldas y La Estrella. Esta localización en municipios
cercanos a la capital antioqueña respondió a ventajas relacionadas con la
existencia de fuentes hídricas para generar energía con plantas propias; la mano
de obra barata y la exención de los impuestos que los municipios vecinos a
Medellín dieron a las fábricas que allí se implantaron a cambio de la generación de
empleo.
DIAPOSITIVA 27
En los años trascurridos del siglo XXI, Medellín continúa siendo la segunda ciudad
más poblada del país, con cerca de 2.500.000 habitantes en el 2013; además de
contar con importantes centros financieros, industriales, comerciales y de
servicios, principalmente en los sectores textil, de confecciones, metalmecánico,
eléctrico y electrónico, telecomunicaciones, automotor, alimenticio y de salud. De
otra parte, la ciudad es un importante centro cultural de Colombia, lo que la ha
convertido en uno de los más destacados destinos en el ámbito local, nacional e
internacional.
DIAPOSITIVA 28
Los procesos de acelerado crecimiento, además del incremento natural de la
población, han determinado que cada vez más se amplíe el grupo de población de
las áreas urbanas. En 1985 el 71,8% los habitantes de los ejes de poblamiento
cafetero y valle medio del río Magdalena vivían en las cabeceras municipales; tal
porcentaje que se ha ido extendiendo progresivamente hasta llegar al 80% en
2005.
Dicha proporción se evidencia por el crecimiento de la población urbana,
principalmente en las áreas metropolitanas del Valle de Aburrá y Centro-Occidente
(Pereira, Dosquebradas y La Virginia), así como en las ciudades capitales de
Manizales, Neiva, Armenia e Ibagué y las ciudades intermedias con más de
50.000 habitantes como La Dorada, Girardot, Barrancabermeja, El Espinal,
Rionegro, Santa Rosa de Cabal, Calarcá y Cartago. En las cabeceras urbanas
antes mencionadas; habitan alrededor del 80% la población urbana del eje de
poblamiento, es decir, cerca de 6'300.000 personas, que constituyen el 63% la
población total de estos ejes en el 2005; aquella cifra aumentó para el 2013 a
6.450.480.
Entre las capitales departamentales vale la pena indicar que Manizales, Armenia y
Pereira, crecieron gracias a la economía cafetera, mientras la dinámica de
crecimiento en Neiva e Ibagué obedeció a actividades relacionadas con la
agroindustria y la extracción petrolera.

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