Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por las razones esbozadas, esto es, la importancia del sector privado comercial, la
dificultad de tomar decisiones en salud y la falta de evaluación de resultados de los
servicios de atención, es que parece importante mirar que pasa en el funcionamiento de los
mercados en el sector de la atención médica. En ninguno de los dos casos, ni en el sector
privado ni en el público1, la atención médica es evaluada, medida y pagada sobre la base
del producto o resultados medidos sobre el ciclo entero de la enfermedad del paciente. 2
Como el propio Michael Porter reconoce entonces, el valor ni ha sido el centro del foco de
los sistemas de salud ni se ha conseguido medir siquiera en los EEUU pese a los esfuerzos
descritos en otro capítulo anterior. La conclusión del autor es que se sigue prestando
1
El sector público por sí, no es garantía de una mejor atención. La evidencia como muestra Michael Porter en
su libro, es que los sistemas públicos regulados como Canadá, Dinamarca, Holanda, Suecia y Nueva Zelanda
tenían más errores médicos que los americanos. Estos errores médicos variaban entre 10 y 16% en Australia,
18% en el Reino Unido, 9% en Dinamarca, contra entre 3,2 % y 5,4 % en los Estados Unidos. Mientras las
muertes de los errores prevenibles en la organización para la cooperación económica y desarrollo, se
estipulaban entre 400 a 700 por millón de habitantes, siendo la tercera causa de muerte, esto comparaba
desfavorablemente con los 160 a 360 por millón de habitantes en los Estados Unidos. Lo irónico de todo esto,
resulta ser que, pese a la acumulación de evidencias sobre el costo y los problemas de calidad en los sistemas
controlados por el gobierno, en los EEUU la idea del control oficial y un pagador único fue ganando
legitimidad en los Estados Unidos
2
Michael Porter en Suppl ementary Appendix 1 to Porter ME. What is value in health care? N Engl J Med
2010; 363:2477-81(10.1056/NEJMp1011024) dice textualmente (traducción nuestra)
“En cualquier campo, mejorar el desempeño y la rendición de cuentas depende de tener un objetivo
compartido que une los intereses y actividades de todos los involucrados. En la mayoría de los campos, El
objetivo preeminente es el valor. El concepto de valor se refiere a la producción obtenida en relación con el
costo incurrido. Definir y medir el valor es esencial para comprender el desempeño de cualquier organización
e impulsar la mejora continua. En la atención médica, el valor se define como los resultados de salud del
paciente logrados por dólar gastado. El valor debe ser el objetivo preeminente en el sistema de salud, porque
es lo que, en última instancia, es importante para los clientes (pacientes) y une los intereses de todos los
actores del sistema.
Si el valor mejora, los pacientes, los pagadores, los proveedores y los distribuidores pueden
beneficiarse mientras mejora la sostenibilidad económica del sistema sanitario. El valor abarca muchos de los
otros objetivos ya adoptados en el cuidado de la salud, como la calidad, la seguridad, el foco sobre el paciente
y la contención de costes, y los integra. También es fundamental lograr otros objetivos importantes, como
mejorar la equidad y ampliar el acceso a costo razonable. Sin embargo, a pesar de la importancia primordial
del valor en la atención de la salud, no ha sido el foco central. De hecho, el valor sigue sin medirse en gran
medida no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, perpetuando la prestación de servicios de salud
como un arte y no una ciencia susceptible de mejora continua. (El valor debe medirse directamente en el
cuidado de la salud porque la rentabilidad, el proxy del valor en la mayoría de las industrias, no es un
indicador confiable de valor en el cuidado de la salud debido al reembolso defectuoso y la falta de
competencia basada en resultados actuales).
servicios sanitarios como un arte y no una ciencia susceptible de mejora continua. Una cosa
es la teoría y otra la a veces ininteligible realidad.
Es necesario advertir, que el problema que presenta el paradigma del valor, es que estas
ideas han sido débilmente probadas al día de hoy debido a que no existe información para
medir el ciclo completo de la enfermedad del paciente. Lo que se logra, en el mejor de los
casos en Argentina son pequeños resultados, o sea, contar con información para un
procedimiento, un episodio o una hospitalización, lo que resulta una pequeña proporción de
todo el cuidado que recibe el paciente. Todavía el problema de los registros médicos
electrónicos (Electronical medical records (EMR)) parece estar reducido a intentar tener
historias clínicas digitales en un contexto de inter-operatividad e interconectividad con
escaso desarrollo. A veces, se hacen tesis sobre la medición que da cuenta de la manera en
que los profesionales llenan los campos de información en planillas de atención, o si los
diagnósticos van acompañados de las pautas de tratamiento, todo lo cual, resulta apenas un
paso inicial en la dirección deseada, pero que se encuentra muy lejos del objetivo de medir
el valor de la atención médica en los términos recién descritos.
Fue ese deterioro del sector público, el que quedó expuesto ante el advenimiento de la
Pandemia de Covid19, lo que generó el cierre de la actividad económica del país,
provocando el cierre de más de 100.000 empresas, pérdida de empleo y de generación de
riqueza mientras se trataba de ganar tiempo, bajando la circulación de las personas y la tasa
de contagio, de tal manera que se pudiera instalar capacidad de atención para los pacientes
que requerían tratamientos de cuidados intensivos. Lo barato entonces, salió caro. Se
descuidó y desatendió el sector público por años y años, y luego, al tratar de recuperar el
tiempo perdido, se destruyeron recursos en una proporción nunca vista antes en tan poco
tiempo.
Antes de discutir algunos tópicos de la economía sanitaria, hay que hacer tres
advertencias. En primer lugar, que la importante descripción teórica sobre los fallos del
mercado, se traducen muy rápidamente en ideología vacía en manos de quienes no quieren
ver el mercado en la atención médica. Como los mercados fracasan dicen, hay que estatizar
todo (como se vio al analizar el proyecto de grupos que apoyan al Gobierno Nacional). Son
los defensores del fracaso publico los que justifican sus tentativas de armar grandes
conglomerados públicos sanitarios que no funcionan, a partir justamente de las buenas
contribuciones que hace la ciencia económica. Los mercados funcionan mal, es obvio para
todos, pero de esa obviedad se pasa a una ideología vacía e inconducente. Esos” defensores
de lo público”, en vez de buscar soluciones a problemas reales, confunden sus fantasías
grandilocuentes sobre la salud pública y sus instituciones con una realidad cruda y
excluyente, y si no lo creen así, que traten de atenderse en el sector publico prestador.
La segunda advertencia tiene que ver con los supuestos metodológicos que utiliza la
economía, a partir de un individuo que tiene características racionales y optimizadoras de
su bienestar. Ese artilugio, si bien ha servido para mostrar cómo funcionaría una economía
real con agentes expertos, ha traído como consecuencia que la gente común se sienta poco
ayudada por las contribuciones de los economistas que parece estar lejos de su realidad
cotidiana. Finalmente recordar como tercera advertencia, que en Salud más no es mejor. La
economía sanitaria surge debido al crecimiento exponencial del gasto en salud a partir de la
segunda mitad del siglo XX y la verificación de que las desigualdades permanecen pese a la
mayor cantidad de recursos asignados a mejorar la atención médica y la salud. Estas tres
advertencias sobre como conceptos teóricos profundos desembocan en ideología, como los
supuestos metodológicos terminan des-caracterizando la necesidad práctica de ayudar con
la ciencia a las personas y la realidad de un mundo que es profundamente desigual deben
notarse de inicio.
En primer lugar, entonces, la economía como campo de estudio sobre los mercados y
otros temas de la atención médica, se introduce para analizar el uso de recursos escasos y
aumentar el bienestar de salud, minimizando el costo de oportunidad de usos alternativos de
los factores. Trata de entender cuáles son los problemas con los mercados que impiden que
estos funcionen adecuadamente. En la atención médica, como hemos dicho anteriormente,
los mercados funcionan sobre la base de una competencia que no tiene en cuenta el valor
para los pacientes, ni los resultados de la intervención médica sobre las condiciones clínicas
de los mismos. Esto hace, que los efectos esperados de la competencia (aumento de la
calidad, reducción de costos, innovación permanente) no aparezcan, y en consecuencia se
plantee que debido a las imperfecciones de los mercados estos no deben operar en la
atención médica y que la solución es el pagador único estatal.
Parece un despropósito, sin embargo, intentar negar que tres cuartas partes del
financiamiento en argentina va a financiar la producción de servicios privados de atención,
que las obras sociales han hecho el eje central de su estrategia la integración con los
prestadores privados, y que el propio sector privado tiene tasas de crecimiento superiores a
un sector público estancado y concentrado en la atención médica mayoritariamente
ambulatoria. De lo que se trata, entonces, no es de negar hacia dónde va el mundo sanitario,
sino de entender porque los mercados funcionan mal y cómo hacer para que toda la
producción de bienes y servicios se traduzca en un mayor valor para los pacientes. Esto es,
tratar de lograr un cambio positivo en las condiciones médicas iniciales de las personas con
la intervención médica, o sea obtener valor, por cada unidad monetaria invertida. En última
instancia, el foco de todo debe ser el paciente, y no apenas la lógica de las propias
instituciones prestadoras y/o aseguradoras.
Es la cultura oral de los pacientes rechazados, y a quienes se les pide dinero por
izquierda, la que informa que los médicos le dicen a su paciente que hay 40 antes que el
para ser operados. Cuando uno quiere indagar sobre la explicitación de esas colas de espera,
que reflejan el racionamiento oscuro y no transparente de los pacientes que buscan
atención, esa simple información no está. Hay que ser pobre y sufrir el trato del sector
público para tener un cuadro completo de lo que sucede más allá de los tan declamados
principios de acceso, solidaridad, equidad etc. con que se llenan la boca los funcionarios y
muchos analistas serviles de un sistema que maltrata, rechaza y produce sufrimiento.
Segundo, hay que reconocer que la economía se basa en un enfoque caracterizado por
un “individualismo metodológico” lo que supone un hombre, que es tanto racional en sus
decisiones, como maximizador de su bienestar. Actualmente, por fortuna, comienza a
reconocerse que la economía supone que todas las personas actúan como expertos y que es
necesario hacer una economía para personas comunes. Que hacer “como si” la persona
tuviera información perfecta, solo lleva a un juego teórico con premisas falsas distanciada
de la realidad. Que es necesario dar “pequeños empujones” al decir de Richard Thaler para
ayudar a las personas a decidir. Que los “Homos Economicus” son algo que no existen.
Que lo que hay son personas comunes, que tienen dificultades para sobrellevar la vida
cotidiana, que no recuerdan donde ponen las llaves y que no saben exactamente porque
deciden lo que deciden. Aun en situaciones cruciales como contratar una hipoteca, un
seguro de salud, un sistema jubilatorio. Todo esto se potencia en el caso de la atención
médica y la salud, donde hay información asimétrica, no se entiende lo que les ocurre a
nuestros cuerpos, las explicaciones a menudo nos dejan tan confundidos como antes de
buscarla y donde quedamos a la deriva de una relación de agencia supuestamente racional
al delegar todas las decisiones en los profesionales de salud. Esta conducta racional, que
optimiza nuestro curso por la vida, supuesta por la teoría, simplemente no ocurre siempre
como se supone, y por lo tanto conduce a la intervención del Estado. Esto es, especialmente
cierto, en el ámbito de la salud pública que refiere a problemas colectivos de salud que
requieren para su solución acciones colectivas.
Para el caso de diferencias entre regiones, el caso analizado previamente sobre las
diferencias entre el norte y el resto del país en Argentina, muestra precisamente eso. La
mortalidad infantil, ha tenido una tendencia decreciente desde 1980 con una suba en el año
2019 (ver gráfico en capítulo 1) Ese aumento, sin embargo, tiene marcadas diferencias
entre Provincias cuyos niveles de mortalidad en algún caso, casi duplican las regiones más
bajas.
Año
Elaboración propia. Fuente de datos. Estadísticas Vitales, Ministerio de Salud, años 2.000 a
2020
Al desagregar por provincias, el cuadro es marcadamente desigual entre Provincias.
En el gráfico Nº 25 se observa el trayecto que sigue la muerte materna desde el año 1980, si
bien ha descendido su recorrido es muy irregular, y actualmente se halla en el 3* 10.000
N.V., (Estadísticas Vitales, Ministerio de Salud 2000 a 2020). La muerte materna
generalmente se produce en países de ingresos bajos, la mayoría de ellas son evitables y
reflejan problemas de acceso al control de la natalidad como de atención a la salud.
Organización Mundial de la Salud 19/09/2019)
6 5.9
6 5.5
5 4.8
4.2 4.1
4 3.8
3 3
tantes
3 2.7 2.6
2.2 2.1 2 2
2 1.7 1.6 1.5
1.3
1 0.8
0 0
0
ca o a lta ro a s a a y s an o
ar ac os te tin ir e oz ob ju ui eg
m h m Sa s n .A d d Ju S.L .S Ju u
ta
C
Fo
r S.E ge B en Có
r T.F
Ca Ar M
Dicho esto, pasemos entonces revista al catecismo de los libros de texto. La economía
de la salud estudia la financiación, producción, distribución, consumo y regulación de los
bienes y servicios que satisfacen necesidades de salud. Este enfoque se hace bajo los
principios normativos de la eficiencia, compatibles con el respeto a otras consideraciones,
tales como la ética, la calidad, la utilidad y la equidad. Hasta aquí, hemos visto que los
mercados sin embargo, no son eficientes, porque no han contemplado la calidad como
centro de la competencia al hacer homogénea la atención médica en lo que se ha dado en
llamar la comoditización de la atención
Por otro lado, el Estado tiene dos funciones centrales en salud, por un lado, dar
financiamiento para las personas sin cobertura de seguros, y por otro, dar información de
los resultados de las intervenciones médicas. La cuestión es que falla en ambas. Al no dar
financiamiento para las personas sin seguro, obliga a estas a acudir al sector público que
raciona por cola, tiene problemas de acceso y por lo tanto el principio de equidad que debe
convivir con la eficiencia no es real. En segundo lugar, nos encontramos no solo con
mercados que funcionan sobre la base de una competencia equivocada que no toma en
cuenta el valor para el paciente, sino que el Estado tiene sus propias fallas y no hace
obligatoria la publicación de los resultados por condición médica, por prestador y por
región. No hay, en suma, una base informativa para decidir racionalmente. Los mercados
funcionan mal, pero el Estado, tiene sus propios fallos y problemas.
Hay también, amplio reconocimiento que los mercados en salud tienen efectivamente
fallas importantes tales como la existencia de fuerte Incertidumbre o sea la inseguridad
respecto del estado futuro de salud (incidencia de la enfermedad) así como sobre la
efectividad de las prestaciones de los servicios. En este último sentido, la existencia de
variaciones de la práctica médica4, o sea de variaciones sistemáticas en el tiempo y en el
espacio sobre las tasas de utilización de los servicios, ha llevado al reconocimiento de que
el problema de determinar la eficacia y la efectividad de las prestaciones, es un problema
no sólo de difícil abordaje para entender su origen, sino también, sobre los medios para
controlarlas. Si a esto se le agrega el problema de los errores médicos, la cuestión es aún
más complicada. En todo caso, la búsqueda de una medicina basada en evidencia 5 y una
práctica sobre la base de protocolizaciones de la misma apunta a disminuir sus efectos no
deseados sobre la salud de los pacientes.
3
Motterlini Matteo Economía emocional en que nos gastamos el dinero y por qué. Paidos.
Barcelona 2008 Pg.15
4
Tafani Roberto Economía Sanitaria. Universidad Nacional de Río Cuarto. 2000 Capítulo 3.
5
Sacket David Medicina basada en la evidencia. Editorial Panamericana.
Lo que se plantea en este trabajo, sin embargo, es que los protocolos son apenas un
piso, y lo que importa es que la competencia entre prestadores se base en los resultados
obtenidos sobre la condición inicial del paciente. Solo con esos datos, regularmente
publicados con toda trasparencia y regularidad podrá haber alguna elección fundada del
paciente en los mercados. Se requiere información no solo de los resultados de los
prestadores, sino también de su experiencia por condición médica (volumen de casos
atendidos por condición inicial de los pacientes) los procesos y protocolos utilizados y
sobre los atributos de los pacientes que pueda dar una mejor idea del riesgo por grupos de
personas con la condición médica referida.
Una cuestión que se destaca en la economía de la atención médica y la salud son las
externalidades. Estas, son los efectos causados por los agentes económicos sobre el
bienestar de otros. En los mercados, se supone que hay una relación entre quien compra y
quien vende y que los beneficios y costos solamente atañe a ellos. Cuando hay
externalidades eso no es así. El caso de la vacunación es todo un ejemplo. Puede la persona
no estar de acuerdo con una política de inmunizaciones, pero no es menos cierto que si la
misma se enferma de una patología transmisible, entonces su decisión, termina por
perjudicar a otros que sufren el contagio de la patología. En estos casos, donde los costos y
los beneficios de la acción propia desbordan al propio sujeto involucrado se habla de la
existencia de externalidades.
La Información asimétrica es otra importante falla del mercado. Esta situación refiere
al conocimiento desequilibrado entre los agentes del proceso, por el cual el oferente puede
inducir la demanda de los usuarios. La atención médica coloca al paciente en una situación
de inferioridad de conocimiento e información en relación al médico que lo atiende. Resulta
entonces, que el paciente debe comprar las prestaciones que le indica el propio vendedor, o
como se ha dicho el que compra es el que vende. Por otro lado, como en muchos casos hay
cobertura de seguro para los gastos de enfermedad, el que paga no es el que compra. Así las
cosas, queda configurada una situación donde el vendedor puede inducir la compra de lo
que el mismo vende, y el comprador no reacciona en base al costo de oportunidad de su
gasto, dado que el pago, lo hace un tercero. En esa situación el mercado no funciona y se
requiere la intervención pública.
Pero lo peor de todo, es que, visto de esa manera, la necesidad que tiene el
paciente para encontrar la mejor atención para su condición médica ni siquiera se la
menciona. Se supone que el paciente ya está frente a quien lo atiende, (que hay una
“demanda” de atención), sin considerar siquiera, que el paciente no ha podido decidir
con fundamentos basados en los resultados clínicos, donde debe concurrir para el
tratamiento de su patología. Al no existir información sobre resultados, a lo sumo, se
busca recomendación de amigos o se termina en la derivación al interior de una red, donde
lo que se busca en aumentar el volumen de pacientes antes que dar la mejor atención
disponible para la condición médica de que se trata.
6
Tafani Roberto y Maldonado Rita “Educación, Empleo y Cobertura Médica en Argentina. Revista
de Salud Pública . Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Córdoba. Junio 2008 pg 17-27
de oportunidad en el que se incurre por el uso, desgaste o consumo de factores, provocando
la intervención del Estado para mejorar la situación general, cuando los mercados basados
en el comportamiento individual fallan. Existe sin embargo, una razón adicional por la cual
se introduce la economía en el ámbito de la salud y responde al acelerado ritmo de
crecimiento relativo de los gastos sanitarios en los países industrializados, y la evidencia,
de que un mayor gasto sanitario no se corresponde de forma unívoca con un mayor nivel de
salud o una mejor calidad de vida. De nuevo, la economía de la atención médica si algo
viene a demostrar, es que en este campo “más no es necesariamente mejor” como se supone
abstractamente en la teoría económica.
Antes de explicar el tema, es preciso una aclaración para quienes piensan que nunca
es demasiado el gasto, para la salud. Desde el punto de vista metodológico la salud se
enfrenta a diferentes abordajes. Por un lado, hay quienes entienden a la salud como un bien
absoluto, por lo que no resulta ético analizar cuántos recursos son sacrificados para su
obtención. Es una perspectiva de atención médica pura que no contempla los costos y se
traduce en el dicho de que la salud no tiene precio. Esta visión, sin embargo, fue dando
lugar a ciertas reservas cuando los costos sanitarios comenzaron a elevarse más allá de lo
que los presupuestos podían soportar.
Otra perspectiva, considera a la salud como un bien superior, el cual debe ser
tutelado y promovido, pero, sin embargo, deben justificarse los recursos empleados debido
al posible uso de los mismos en objetivos sociales igualmente deseables y legítimos. Este
abordaje permite introducir el herramental económico, pero especialmente entender el costo
sanitario como un elemento alternativo de decisión. Así las cosas, el costo de oportunidad
debe entonces ser aproximado a partir de una simulación de la estructura de mercado en la
cual se está operando.
7
A World Bank Policy Research Report. Globalización, Crecimiento y Pobreza Construyendo una
Economía Mundial Incluyente. Alfaomega 2002. México
8
Tafani Roberto, Gaspio Nuri y Maldonado Rita Economía, Educación y Salud Maternoinfantil.
Revista de Salud Pública. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Córdoba. N 1 Volumen 9
Junio 2005.
9
Tafani Roberto, Gaspio Nuri y Maldonado Rita. Servicios de Atención Médica y Eficiencia
Asignativa en Argentina. Revista de Salud Pública. Facultad Ciencias Médicas. Universidad Nacional de
Córdoba. Numero 2 Volumen IX 2005
sino distribuida y que la información institucional sobre resultados, es absolutamente
necesaria si se quiere dar calidad, bajar costos y aumentar la cobertura de las personas
15
Mintzberg Henry. La Estructuración de las Organizaciones. Ariel Economía. 2005 España
encuentran organizados en sindicatos, el encasillamiento laboral impide la flexibilidad para
asignar las personas a una poli-función flexible, la interferencia política es permanente, y
todo termina, en una organización que resulta particularmente difícil de administrar. En ese
contexto, la preocupación por la eficacia, la efectividad y la eficiencia se encuentran
subordinados en la organización al diagnóstico (caracterización precisa de los problemas),
el diseño (planteo de la solución correcta) y el desarrollo (sostenibilidad de la acción
emprendida). En el límite, de lo que se trata es de reconocer que, así como el mercado
tienen fallas, el Estado tiene sus propios problemas los cuales buscan ser resueltos por vía
de fundaciones, cuasi-mercados, consorcios públicos etc.
En todo caso, la conclusión de esta sección parece ser que la economía de la salud
tiene particularidades que parecen relativizar no solo los supuestos del herramental
tradicional de sujetos racionales y maximizadores de bienestar sino también aquellos que
ven en el Estado la solución a todos los problemas. Lejos de eso, las organizaciones
públicas presentan derechos de decisión residuales muy acotados, en un contexto de
severos costos de influencia e interferencia. Por ende, sus propias fallas buscan ser resueltas
a través de entidades que tengan una mayor flexibilidad y cuyos resultados no han sido
todavía suficientemente evaluados.
Desde una perspectiva más empírica, se han identificado varios elementos. Por un
lado, los factores productivos: integrados por el personal, los bienes corrientes y de
capital. Los productos intermedios por su parte, son las tareas, y procesos sanitarios
orientados hacia la obtención de resultados finales. Finalmente, los propios resultados
finales son los impactos atribuibles a un curso de acción sanitaria, respecto de una situación
previa caracterizada por la ausencia de la intervención. Es este último tema, lo que
conduce al concepto de valor en salud que ha sido definido como los resultados
obtenidos sobre las condiciones iniciales de salud de un paciente mediante la
intervención médica a lo largo de todo el ciclo de cuidados de la enfermedad que lo
aqueja por unidad de moneda invertida.16
16
Debe decirse aquí, que la economía de la salud reconoce la existencia de varias influencias externas las
cuales afectan la salud. Estos condicionantes socioeconómicos, han sido descriptos como el nivel de renta, la
educación, la cultura y el grado de desarrollo entre otros. También, existen los condicionantes genéticos, el
riesgo medioambiental y las condiciones de riesgo personales tales como por ejemplo la situación de
hipertensión, desnutrición o diabetes.
17
Sachs Jeffrey y Larraín Felipe. Macroeconomía en la economía global. Prentice Hall
Hispanoamericana S.A. México. Pp 46
18
Sachs Jefrrey op. Cit. Pp 72-72
Antes de continuar comentando estos conceptos, que son de gran abstracción,
conviene volver a la tabla que revisamos anteriormente sobre el gasto para tener una
perspectiva cruda de cómo es la realidad sobre “la función de producción” en salud. La
evidencia en los EEUU, indica que el trabajo médico, ha reducido drásticamente su
presencia frente a los pacientes. En ese sentido, el tiempo asignado para visitas al
consultorio, que hace medio siglo atrás eran 60 minutos en la consulta inicial y 30 en una
recita, ha caído a 12 minutos en la primera consulta y a 7 en la segunda. Esto significa una
reducción del 80 % del tiempo asignados por los médicos a sus nuevos pacientes.
La cuestión no es solo de tiempo, involucra también el impacto sobre los resultados,
ya que se ha verificado que la cantidad de re-hospitalizaciones evitadas por minuto
adicional dedicada al diagnóstico ha sido del 13 al 20 % del total. Más aún, la falta de
contacto del médico con el paciente, debido entre otras cosas al tiempo que pasa el médico
frente a la pantalla y los trámites requeridos por los seguros médicos, han sido asociados
con un severo problema de desgaste profesional. Entre los médicos-especialmente jóvenes-
se ha detectado entre un 25 % y 50 % de “burn out” y depresión. Por supuesto, los
resultados deben reflejar una función de producción donde el trabajo médico se ha reducido
en forma tan dramática. Los diagnósticos equivocados son unos 12 millones anuales o algo
así como 33.000 por día. Las tomografías computadas innecesarias se estiman entre el 30 y
el50 % de los 80 millones que se hacen. Las cirugías innecesarias orillan un tercio del total.
Todo esto en un marco donde los errores médicos son la tercera causa de mortalidad
médica después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Son estos errores
médicos, los que han dado lugar al uso creciente de algoritmos y la inteligencia artificia,
que comenzó a reducir errores médicos a partir del año 2009, y que ya en 2016, los datos
indican que fueron menores al promedio de errores humanos. Todo esto en medio de una
revolución del conocimiento donde la duplicación del conocimiento médico era cada 50
años en 1950 y bajó en el 2020 a sólo 73 días. Pero volvamos después de este paréntesis a
la teoría de la economía sanitaria.
Los economistas de la salud sostienen que la función de producción en salud exhibe
retornos o beneficios marginales decrecientes. En los países desarrollados el producto total
de la atención de la salud es probablemente sustancial, al mismo tiempo que el producto
marginal es relativamente pequeño. En otras palabras, cada vez se requieren mayores
recursos para avanzar menos en las ganancias de bienestar. A decir verdad, en algunos
casos como en la reducción de la mortalidad se piensa que la declinación histórica de sus
tasas poblacionales no se debió en realidad a las intervenciones médicas, porque las
intervenciones médicas efectivas estuvieron disponibles para la población, bien después de
la declinación de la mortalidad. En cambio, la salud pública, la mejora del ambiente y la
nutrición probablemente tuvieron un rol sustancial.
Los estudios muestran que el producto marginal de la atención de la salud en EEUU
es pequeño. El producto marginal en la reducción de la mortalidad parece ser muy limitado
y hay quienes sostienen que no difiere significativamente de cero. Los estudios
experimentales de cobertura de seguros por otro lado, sugieren que el uso reducido de
servicios de atención de la salud en el margen tiene poco efecto sobre las tasas de
enfermedad de las poblaciones estudiadas. Los factores referidos al estilo de vida en
cambio, son determinantes importantes y estadísticamente significativos de la salud
poblacional.
Adicionalmente se han definido dos tipos de límites al crecimiento del producto
marginal. Por un lado, límites extensivos que refieren a que la mejora en el bienestar no
crece a medida que se extiende el uso de los recursos. Por ejemplo, si la población de riesgo
de una determinada patología está entre 40 y 60 años, el extender los análisis preventivos
más allá de esos límites etarios llevará muy probablemente a obtener muchos resultados
verdadero-negativos, con un consumo de recursos que no mejora el bienestar. Esto significa
que son actividades que no generan valor para el paciente. Alternativamente, se podría
respetar el rango de edad de riesgo de la patología, pero en vez de hacer lo recomendado en
los protocolos, por ejemplo, una práctica por año, se hacen tres en el mismo período. En ese
caso, aparece lo que ha sido en llamar el límite intensivo al aumento del producto marginal.
Se consumen recursos, pero no se avanza en ganancias de bienestar porque el período que
existe entre cada práctica no es lo suficientemente extenso como para detectar cambios
patológicos significativos dados los propios tiempos de la enfermedad. Dicho en otras
palabras, el aplicar recursos a personas fuera de la edad de riesgo o el aplicarlos en mayor
intensidad que la recomendada a quien se puede beneficiar de ellos, conduce a una
declinación en la productividad de los recursos o lo que es lo mismo, no generan valor para
el paciente desde que no tiene impacto efectivo sobre su condición médica pese a la
asignación de recursos siempre escasos.
Lo que se acaba de decir entonces, es que el aumento de los recursos en servicios de
salud no parece tener un impacto significativo en países con un grado importante de
desarrollo relativo ni sobre las tasas de mortalidad ni sobre las de morbilidad, mientras que
aquellos factores que hacen al comportamiento humano y el entorno en el que las personas
viven parecen tener una importancia evidente para las cuestiones referidas. Lo paradojal del
caso, es que son los servicios los que se llevan la mayor parte del financiamiento y no el
cuidado del medio ambiente o lo que pueda mejorar el estilo de vida como la propia
educación.
Para el caso de Argentina, un trabajo nuestro 19 basado en datos oficiales del
Ministerio de Salud de la Nación ha examinado la relación entre condiciones económicas,
educación, salud materno-infantil y servicios de atención médica en Argentina. La
investigación planteó como interrogante, si la mayor o menor presencia de estructuras de
servicios de atención médica esto es médicos, camas y establecimientos con y sin
internación se relaciona de alguna manera con las tasas de mortalidad materna y de
menores de cinco años. Los resultados no demuestran una correlación significativa entre los
servicios y las tasas de mortalidad sean infantiles o maternas. Por otro lado, los resultados
sugieren que la mortalidad infantil refiere fuertemente a la educación de la madre y a las
necesidades básicas insatisfechas, siendo ajenas a las tasas de mortalidad las presencias de
instituciones de atención sean con o sin internación. Adicionalmente el trabajo sugiere que
tampoco tienen que ver las tasas de mortalidad con la cantidad de médicos y camas por
habitantes. 20
En otra investigación21 analizamos la morbilidad infecciosa con los servicios de
salud. Las conclusiones para aquel período, fueron que Argentina tenía un problema de
enfermedades infecciosas que no retrocedía y que en algunos casos agravaba sus tasas de
19
Tafani Roberto, Gaspio Nuri y Maldonado Rita Servicios de Atención Médica y Eficiencia
Asignativa en Argentina.2005 N 2 Volumen IX
20
El análisis multivariante expuesto en la introducción de este trabajo realizado en el 2021, sigue
mostrando la no significancia estadística de la relación entre mortalidad infantil, materna y por infecciosas y
los establecimientos públicos y privados ambulatorios y con internación.
21
Tafani Roberto, Gaspio Nuri y Maldonado Rita “Morbilidad infecciosa y Servicios de Salud”.
Revista de Salud Pública. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Córdoba. 2006 Número 1
Volumen X Pg.31-51
incidencia en los primeros cinco años del presente siglo (2000-2005). Pese al crecimiento
económico desde 2003, el estudio mostró, una desvinculación entre la mejora del ingreso y
la mejora de la salud poblacional. Al mismo tiempo los servicios de atención médica
orientaron su localización hacia las áreas de mayor riqueza relativa, urbanización, empleo
formal y existencia de demanda solvente. Esos no son los lugares donde están los
problemas más numerosos de morbilidad por infecciosas. También el trabajo analizó la
distribución de los servicios y sostuvo que la ubicación geográfica revelaba que el número
de médicos crecía cuando aumentaba la riqueza individual por habitante. Los
establecimientos públicos sin internación bajaban en todo el país, aunque menos en el
norte. Por otro lado, aumentaban los establecimientos públicos con internación de un menor
tamaño relativo en número de camas.
Los hechos registrados, muestran en la mitad de la primera década del siglo, una
Argentina que no revierte sus problemas de morbilidad infecciosa, con un sector privado
que busca la lógica mercantil y un sector público que se orientaba hacia un modelo
hospital-céntrico con escalas diferentes para la autogestión. A estar a lo sugerido por los
datos de estructura utilizados, no se veía entonces una morfología sectorial que consolidara
un modelo de atención basado en la promoción de la salud y la prevención de la
enfermedad en base a la atención primaria. Los anuncios realizados por la Presidente de la
Nación en junio del 2008 en el sentido de que el 70 % de las retenciones móviles a las
exportaciones de cereales y soja irían a la construcción de por lo menos 30 hospitales de
nivel 4 (lo que luego no ocurrió por no prosperar la ley de retenciones) confirmaban
políticamente la tendencia mencionada. Si los resultados referidos tienen alguna validez,
entonces la aplicación de esos recursos en Argentina, probablemente hubieran mostrado
una vez más, una productividad marginal decreciente, por el escaso impacto que parecen
tener los servicios sobre la morbilidad por infecciosas, así como sobre las tasas de
mortalidad materna e infantil.
Habiendo dicho esto, es preciso agregar algo más. En realidad, puede muy bien
ocurrir que la atención de la salud no sea socialmente neutra y no impacte sobre todos los
grupos de la misma forma. La atención de la salud, según se ha demostrado en algunos
países desarrollados contribuye en forma importante y estadísticamente significativa para
ciertos sub-grupos de la población incluidos los niños y grupos minoritarios étnicos. En
relación a la educación medida en años de escolarización hay evidencia que la misma está
relacionada significativamente al estado de salud de la población. Sin embargo, la razón
para esa relación está sujeta a controversia. Una teoría propone que la educación mejora la
eficiencia por la cual uno produce su propia salud. Otra teoría, sugiere que la escolarización
y la salud están ambas vinculadas a otras variables no observadas. En todo caso y para
finalizar este apartado, la economía de la salud parece sugerir que más servicios no
necesariamente implican más salud. No se cumpliría así aquel supuesto de la
economía de que “más es mejor”. En segundo lugar, parece evidente que lo que se
vincula a la salud es la educación que hace que las personas sean mejores productores
de la misma al tomar decisiones cotidianas que la favorecen.
TECNOLOGÍA
Mostramos más arriba, que la función de producción refleja como las empresas usan
capital (K) y trabajo (L) dado un determinado nivel de tecnología designado en la notación
como t. Así un aumento de t indica un avance tecnológico en el proceso productivo que
genera una mayor cantidad de bienes y servicios (Q).
El cambio en t, ha sido en los últimos años, y es, en la actualidad enorme. La
aceleración, es el resultado de lo que Ray Kurzwell 22 llama la ley de los rendimientos
acelerados. Esto significa que la innovación crece exponencialmente y el propio exponente
también lo hace. Según la ley de Moore, cada nueva generación de chips informáticos
proporciona el doble de componentes (potencia y rendimiento) que la anterior por unidad
de costo. Esa ley se cumple en todas las tecnologías de la información, y siendo la
medicina, un área que como se dijo duplica su conocimiento cada 73 días, los cambios que
se verifican en la tecnología que esta utiliza son vertiginosos. Dice el autor citado “
Mediante la comprensión de los procesos de la información que subyacen de la vida
estamos empezando a aprender como reprogramar nuestra biología para conseguir la virtual
eliminación de la enfermedad, una extraordinaria expansión del potencial humano y un
grandísimo alargamiento de la vida”23
22
Kurzwei Ray “La Singularidad está cerca. Cuando los humanos transcendamos la biología”Lola Books
Berlín 2012. Disponible en formato digital. Amazons books.
23
Kurzwril Rayo p cit. Capitulo 5 posición 4817 del texto digital
Sin dudas, el cambio tecnológico está presente, y la medicina ha evidenciado en las
últimas décadas un progreso técnico mayor al de toda su historia. La inteligencia artificial,
por ejemplo, usa algoritmos que dependen del reconocimiento de patrones, por lo que son
de gran ayuda para los profesionales que analizan imágenes como los radiólogos y
patólogos" 24
Sin embargo va mucho más allá que eso. En su libro sobre la inteligencia
artificial (IA) en la atención médica, Parag Suresh Mahajan 25 analiza su uso en el cuidado
preventivo, radiología, patología, cirugía, anestesiología, psiquiatría, cardiología, farmacia,
dermatología, odontología, ortopedia, y oftalmología así como su impacto sobre los seguros
de cobertura médica.
No es sólo la precisión de la IA sino también la velocidad con la que opera. El
sistema de IBM Watson, analiza y almacena decena de millones de revistas médicas,
estudios de caso, factores de enfermedad, diferenciales de tratamientos y respuestas
mostradas por los pacientes. Todo eso en cuestiones de segundos. Watson diagnosticó un
caso de Leucemia cruzando referencias de 20 millones de registros médicos, proveyendo el
diagnóstico en 10 minutos lo que dejó perplejos a los oncologistas de Japón. También el
sistema identifica el tratamiento para tratar el cáncer y está en uso en 155 hospitales 26. Usa
CTM (clinical Trial Matching) para comparar los pacientes que son adecuados para ser
tratados. Acumulando billones de datos de pacientes, un estudio reciente, mostró que el
mismo sistema creó un plan de tratamiento para un paciente con cáncer cerebral en solo
diez minutos, mientras a los profesionales le hubiera llevado unas 160 horas. La
explicación, está en que Watson puede procesar millones de artículos en revistas
especializadas de literatura médica y lo hace rapidísimo. 27 Watson demoró 10 minutos para
interpretar datos de células tumorales. Cuando los profesionales humanos hicieron el
procedimiento les tomó 6 días y 10 horas para hacer contribuciones razonables sobre los
datos genéticos analizados.
24
Topol Eric "Deep Medicine: How Artificial Intelligence Can Make Healthcare Human Again
25
Parag Suresh Mahajan “Artificial Intelligence in Healthcare” Second edition2019. Published by Dr Parag
Suresh Mahajan. Libro en formato digital. Amazon. Pag, 15
26
Parag Suresh Mahajan “Artificial Intelligence in HealthCare. 2019 Op.cit
27
Emmanuel Fombu, Dane Cobain The Future of Healthcare: Humans and Machines Partnering for Better
Outcomes"
También la tecnología ayudará a prevenir errores y efectos médicos adversos de los
medicamentos. El uso de la “Big Data” permitirá entender la interacción entre distintos
medicamentos y reducir eventos de efectos adversos prevenibles 28. De acuerdo al Jornal de
Seguridad del Paciente, el número puede ser tal alto como 400.000 personas al año que
mueren debido a accidentes en las manos del sistema de salud americano. Eso equivale a un
avión DC10 y un Boeing 747 cayendo cada día. 29 Afortunadamente la inteligencia artificial
en solo 7 años ha logrado reducir sus propios errores hasta un nivel menor al de promedios
de errores humanos lo que ocurrió en el año 2016. En China el sistema BioMind AI system
compitió con radiólogos en el Hospital Tiantan de Beijing. El sistema hizo diagnosticos
correctos en 87 % de los casos en 15 minutos, mientras que un equipo de 15 profesores de
nivel Senior, lograron una precisión del 66 % en un total de 225 casos.30
En todo caso, no es solamente una cuestión de errores y efectos adversos. También
cuenta lo que se ha denominado “Missed Medicine” (medicina perdida). Eric Topol quien
tiene esperanza en que la inteligencia artificial ayude a salir de la “medicina superficial”,
para entrar en la “medicina profunda”, sostiene que la práctica médica hoy desatiende
demasiado a los pacientes, y estos sienten, que no son tratados adecuadamente. En ese
sentido, la gran oportunidad de la inteligencia artificial es, además de la reducción de los
errores médicos, o la cura de enfermedades graves, la restauración de la conexión y
confianza entre profesionales y los pacientes.
Desde la perspectiva de la economía sanitaria los estudios, muestran que la
demanda por atención médica, resulta elástica al ingreso, justamente por la presencia del
cambio tecnológico que se asocia al aumento en la precisión de los diagnósticos, y en la
efectividad de los tratamientos. ¿Qué significa esto en palabras simples? Que las personas a
medida que mejoran su nivel de ingresos, están dispuestas a gastar, y, de hecho, demandan
atención médica, en una forma más que proporcional al aumento de sus ingresos. No
28
Emmanuel Fombu, Dane Cobain "The Future of Healthcare: Humans and Machines Partnering for Better
Outcomes"
29
Emmanuel Fombu, Dane Cobain The Future of Healthcare: Humans and Machines Partnering for Better
Outcomes"
30
Parag Suresh Mahajan “Artificial Intelligence in Healthcare” Second edition2019. Published by Dr Parag
Suresh Mahajan. Libro en formato digital. Amazon. Pag, 25
solamente las personas que cuentan con más poder de compra, lo utilizan en salud, sino que
lo hacen en una forma creciente o sea sustituyendo otras finalidades de gasto. El potencial
futuro de los mercados de salud es entonces, enorme.
La inteligencia artificial alterará la práctica médica. De hecho, ya lo está haciendo.
La digitalización de los historiales médicos, 31 por ejemplo, muestra que hay dos grandes
bloques de información en los procesos de atención médica. Por un lado, los registros
electrónicos de salud que se enfocan al interior de las organizaciones. Refieren a los flujos
de trabajo cotidianos (documentación, facturación, programación, reportes etc.). Por el otro,
los intercambios de información de salud que se orientan hacia el exterior, para conectar los
sistemas de información, para establecer vínculos con otras organizaciones y facilitar los
intercambios entre ellos.
Una de las cuestiones que se discuten en la actualidad, es que los profesionales se
están transformado de talentosos médicos, en empleados cuyo trabajo es alimentar la
máquina con datos. Por otro lado, en un contexto de medicina con fines de lucro, los
médicos pasan mucho tiempo llenando papeles lo que genera desmotivación y desgaste
profesional. Si a eso, se le suma la exigencia de aumentar la productividad (cantidad de
pacientes vistos por unidad de tiempo) la situación fomenta no solo una medicina
superficial, sino que la relación médico paciente pasa a ser un problema central en la
práctica médica.
Lo que por otra parte no se ha considerado, es que la industria de registros médicos
electrónicos debería ser para mejorar la elección de los pacientes en base a una medicina
basada en resultados. Para eso se requiere la estandarización e integración inter-
operativa de los archivos médicos electrónicos y los sistemas de pago. Las habilidades
para examinar digitalmente los resultados clínicos han existido por décadas. La cuestión es
que debido a los muchos intereses existentes en este sector con tanto dinero (la industria del
seguro, las farmacéuticas, las clínicas y la industria de registros etc.) se ha evitado la
existencia de la requerida inter-operatividad por los devastadores efectos que tendrías esos
resultados al ser revelados sobre muchas industrias.32Al no haber información disponible
31
Pallav Sharda”Before Disrupting Healthcare What Innovators need to Know” 2016. Versión Digital.
Amazon Books
32
Emmanuel Fombu, Dane Cobain “The Future of Healthcare: Humans and Machines Partnering for Better
Outcomes"
sobre resultados que orienten la práctica clínica, mucha información electrónica usada por
razones administrativas y de facturación terminan por no mejorar la calidad de la atención.
El Dr. Emmanuel Fombu Dane Cobain, a quien seguimos aquí, ha planteado que
después de usar por muchos meses los registros médicos electrónicos existentes, en su
práctica, puede reportar que estos registros tienen un valor negativo en los resultados de los
pacientes y la práctica médica en general. Más aún, sostiene que no hay un solo aspecto de
estos registros que haya hecho su práctica más eficiente, productiva y segura,
mejorando los resultados clínicos, evitando los costos de tiempo de los profesionales y/ o
pacientes o ayudando a cumplir con las regulaciones federales. Además de esas razones, a
medida que el sistema se mueve hacia una medicina basada en el valor, para pagar por
calidad en vez de cantidad, se vuelve esencial contar con la interoperabilidad de los
registros médicos electrónicos. Se necesita analizar datos sobre la performance de los
diferentes medicamentos y opciones de tratamientos de tal manera que se cuente con la
información para tomar decisiones basadas en el valor.33
Esta tendencia hacia la digitalización de los archivos, a partir de inicios de siglo,
cobró impulso ante los datos mencionados. Hacia 2004, el Presidente George Bush lanzó
una iniciativa oficial para hacer disponible los registros médicos electrónicos disponibles a
la mayoría de los americanos a lo largo de una década.34
Pero no es solamente en el procesamiento de la información donde la tecnología
impacta. Es sobre la propia práctica de atención médica donde los resultados empiezan a
aflorar. Un estudio holandés de 2015, mostró que, en cáncer de próstata, el diagnóstico
computarizado mediante imágenes de resonancia magnética, eran tan buenos como el de los
radiólogos humanos. Un año más tarde en Stanford la inteligencia artificial pudo
33
Citamos textualmente aqui , lo que intentamos traducir “ There is not one aspect of our electronic medical
records system which has made our practice more efficient, productive, and safer, improved our clinical
outcomes, saved our patients or ourselves expenses or time or facilitated our compliance with federal
regulations.On top of that, as we inevitably move closer and closer towards a value-based system in which we
pay for the quality of the care instead of the quantity, interoperability for EHRs becomes essential. We need
to be able to analyze performance data openly for different medications and treatment options so that we have
the information we need to make value-based decisions." ("The Future of Healthcare: Humans and Machines
Partnering for Better Outcomes" by Dr Emmanuel Fombu, Dane Cobain)
34
Pallav Sharda op cit.posiciò391 libro digital. 2016
diagnosticar el cáncer de pulmón con imágenes de microscopio, mejor que los patólogos
humanos. En cirugía, los robots podrían llegar a ser más precisos y fiables que los
humanos. De hecho, se han llevado adelante en los últimos años muchísimas cirugías con
instrumental miniaturizado, con incisiones más pequeñas, menor pérdida de sangre, menos
dolorosas y con tiempos de recuperación más cortos 35
Son todos resultados, que aumentan
el valor para los pacientes, mientras se evitan costos de internación y dando calidad por
menos dinero.
Finalmente, hay tres cuestiones con la tecnología y su impacto en la función de
producción. La primera indaga, si efectivamente el cambio tecnológico ha aumentado los
costos. En segundo lugar, como impacta la cobertura de seguros en el sesgo del cambio
tecnológico hacia la innovación con costos crecientes. Finalmente, el comportamiento de la
difusión de tecnología. En este sentido, lo que se ha venido sosteniendo en este ensayo es
que no hay una relación linear creciente entre resultados (derivados de la tecnología) y
mayores costos. El cambio tecnológico puede ser reductor de costos si mejora la
productividad de los recursos existentes o alternativamente, puede aumentar costos si
enfatiza nuevos productos o versiones de mejor calidad de los productos viejos. En el caso
de los medicamentos, por ejemplo, la caída en la tasa de innovación o lo que ha sido en
llamar el ocaso terapéutico de la industria de fármacos, se ha reflejado justamente en el
relanzamiento de viejos productos en nuevas versiones que supuestamente aumentan
marginalmente la efectividad de los mismos pero que impactan fuertemente sobre sus
precios. En la actualidad la aparición de nuevos medicamentos para ciertas enfermedades
(fibrosis quística, artritis) han alcanzado costos extremadamente altos.
En general, pareciera que al cambio tecnológico se lo sindica como el mayor factor
en la inflación médica, que la cobertura amplia de seguros favorece efectivamente los
cambios tecnológicos alcistas de costos, y que el impacto sobre los costos y en la calidad,
depende de la difusión de esas tecnologías a los prestadores. La evidencia de la clínica de
Palo Alto, por ejemplo, sugiere que el cambio tecnológico aumentó costos en muchos casos
entre 1951 y 1981 y los bajó en otros. Recientemente, ha habido énfasis en la introducción
de “alta” tecnología muy costosa (para Infarto de miocardio, cáncer de mama etc.). Dada la
falta de datos sobre frecuencias en el uso de esas tecnologías, no se puede en general,
35
Max Tegmark “Vida 3.0 Ser Humano en la era de la Inteligencia Artificial”. 2018 Taurus. Penguin Random
House Grupo editorial. Posición 2009 a 2018 en el libro en formato digital. Amazon
estimar el impacto sobre los costos nacionales. Por esa razón el cambio tecnológico ha sido
asociado al residuo no explicado por otras variables (envejecimiento, mayor cobertura de
seguros, mayor ingreso, inducción de demanda por la información asimétrica) en las
regresiones realizadas para explicar la inflación médica desde los 1950s.
Solo para dar un ejemplo, mientras que los costos medios crecieron en EEUU en
780 % entre 1950 y 1987, hubo apenas un 15 % de aumento debido al incremento de 12 %
de personas ancianas, un 10 % por mayor seguro, entre un 35 a 70 % por mayor ingreso, y
el incremento del gasto no fue diferente entre 1970 y 1990 cuando aumentaron los médicos
lo que sugiere un rol menor para la inducción de oferta. Finalmente, no hay evidencia de
que sea ineficiencia o falta de productividad porque para las Health Maintenance
Organizations (HMOs entidades promotoras de la salud) el incremento del gasto se
mantuvo como en otras partes del sector salud. El residuo entonces, o sea el incremento de
los costos que no se puede atribuir expresamente a cada uno de los factores anteriores para
explicar el aumento del gasto, es significativo, y se lo atribuye a la tecnología.
En relación al segundo tema, parece evidente que el cambio tecnológico puede ser
influenciado efectivamente por la cobertura de seguros. La mayor cobertura aumenta la
rentabilidad de las innovaciones de costos crecientes en contra de las reductoras de costos.
Por su vez, la innovación induce cambios en las formas existentes de cobertura de seguro
expandiéndolas. Una vez que la tecnología aparece, su incorporación a los prestadores no
es neutra en relación al tamaño de los mismos. En efecto, las tecnologías de salud se
adoptan gradualmente en la industria y el patrón asemeja una función logística (una S
acostada con el tiempo en el eje de abscisas y la proporción de usuarios en las ordenadas).
Las entidades grandes son las que adoptan la tecnología antes. Como la tecnología ingresa
con un precio alto por la innovación, son precisamente los grandes prestadores los que
logran obtener rentas extraordinarias derivadas de esa innovación. Posteriormente con la
difusión, y a medida que la tecnología se generaliza, el precio de equilibrio se sitúa en
niveles inferiores por lo que al ingresar los menores prestadores el impacto sobre su ingreso
y utilidad es menor que en el caso de las grandes firmas prestadoras.
En algunos casos la velocidad de adopción es muy rápida. La colecistectomía
laparoscópica apareció en Francia en 1987, con la primera en USA en 1989. En 1992 80 %
de esas intervenciones eran por laparoscopía. La adopción, depende del valor presente de
los beneficios futuros, por lo que se trata como se dijo, de obtener rentas extraordinarias de
la innovación con precios altos. Las empresas chicas, con mayor aversión al riesgo esperan
y prolongan su tiempo de adopción. Los patrones de adopción, están adicionalmente
afectados por la regulación. El pago prospectivo de Medicare mediante los grupos de
diagnósticos relacionados (DRG) ha demorado la adopción de tecnologías que aumentan
costos y ha acelerado las que los reducen. Hacia el futuro, todo sugiere una revolución
tecnológica. No se sabe cómo evolucionarán los costos en esos escenarios. Podría ocurrir
por ej. como algunos piensan que el cáncer o una enfermedad del corazón se trate con una
pastilla lo que podría bajar costos. La ley de los rendimientos acelerados, se supone, habrá
de ir mejorando la relación entre los resultados y los costos de la tecnología Otros creen en
cambio, en un tiempo de costos crecientes a partir de la
tendencia histórica, en el futuro inmediato. Veamos entonces este aspecto de la oferta de
servicios.
Una de las razones para el aumento de los costos en salud, es el resultado del éxito
de los seres humanos de haber logrado expandir la expectativa de vida. Después de miles de
años en el siglo 20, comenzó la caída de la mortalidad infantil, la mortalidad materna, y el
aumento de la expectativa de vida. El libro de Steven Pinker,36 sobre el progreso realizado
en esos y más de otros 100 aspectos de la vida es de lectura insustituible. Nunca se ha
vivido tanto como en la actualidad, y como se dijo antes, los costos en salud se concentran
en pocas personas que son generalmente ancianas y frágiles. Las enfermedades crónicas
deben ser atendidas con grandes costos para el sistema de salud. La buena noticia, es que
con la nueva tecnología, información, educación de los pacientes, mejores condiciones de
vida y el foco puesto en la prevención, intervención y cura basados en el valor para el
paciente y los resultados hay esperanza de una vida larga, pero con menos problemas de
soledad y dolor. El mismo Ray Kurzweil, empieza a plantear la posibilidad de vidas
humanas larguísimas, y en el límite la vida sin muerte.37
36
Pinker Steven Enlightenment now: The case for Reason, Science, Humanism, and Progress.2018 Kindle.
Amazon
37
Ray Kurzweil “La Singularidad está cerca, cuando los humanos trascendamos la biología”. Op cit.
Se estima, que anualmente se gastan unos 6,5 trillones de dólares en la atención de
la salud en el mundo, pero de ese monto hasta un 50 % se desperdicia en la ineficiencia de
los sistemas de salud38. Desde la perspectiva de la economía el sector de la atención médica
y la salud aparece como una verdadera trituradora de recursos. Tal vez esta sea una de las
razones por las cuales los aseguradores americanos incluyendo Medicare impulsan un
cambio hacia un modelo de la salud basado en el valor para el paciente. No es sólo una
cuestión de que el paciente está olvidado, de que el paciente requiere orientación y
ayuda, de que sin información sobre resultados la competencia funciona mal. La
cuestión es que en un mundo donde hay tantas necesidades por cubrir, el desperdicio
de dinero se vuelve insoportable. Se hace imperioso tratar de mantener a los pacientes
saludables y fuera del hospital.
Por esa misma razón, la tecnología se habrá de ir enfocando en tres cuestiones, el
monitoreo a distancia, el bienestar y la prevención. Naturalmente esto implica que habrá
que cambiar e integrar los sistemas de facturación a los resultados de la intervención
médica. En la actualidad, no se envían facturas por hacer prevención, y los prestadores
hacen lo que cobran. Finalmente, después de décadas hablando de acceso y equidad, se
reconoce que la tecnología podrá brindar la contención, la consulta oportuna con la
telemedicina, el chequeo descentralizado, por ejemplo, a través de la lectura de la retina con
una aplicación del celular, y, en definitiva, se podrá llegar a poblaciones que hoy por
razones geo-territoriales, no tiene acceso a la atención médica oportuna y efectiva. Dicho
de otra manera, el futuro de la atención de la salud tendrá que ver no sólo con el tipo de
servicios que se dé, sino con la forma que tomarán los servicios al ser brindados y por una
facturación asociada a la calidad y los resultados, antes que al volumen de servicios
ofrecidos. Por supuesto, todo esto requiere la inter-operatividad de los sistemas, y que se
venzan los intereses que hoy se oponen a esos logros de integración de la información.
Volviendo al tema de la tecnología, de acuerdo a Andrew Beam e Isaac Kohane, las
computadoras pueden ahora leer 260 millones de imágenes diarias a un costo reducido, una
plataforma de imágenes en la nube “Ambra Health” ayuda con los trasplantes de riñones al
ahorrar 1400 horas de coordinación al año (unos dos meses) al permitir el acceso de todos
38
Emmanuel Fombu, Dane Cobain “The Future of Healthcare: Humans and Machines Partnering for Better
Outcomes"
los centros de trasplantes del país. Se logra así enfrentar la información de donantes y
recipientes en minutos mientras en el pasado eso tomaba al menos diez días. 39 Todos estos
son indicios, de que hay ejemplos por doquier, donde la tecnología además de mejorar los
servicios baja costos.
La salud, es el producto final, la atención médica en cambio, es un producto
intermedio que presenta cuestiones interesantes referidos a su propia implementación. Uno
de esos temas, refiere al grado de flexibilidad que existe en la producción de la atención
médica. Se pregunta, por ejemplo, ¿es posible usar médicos solo para algunas tareas? ¿Es
posible utilizar enfermeras u otros insumos más baratos? ¿Es posible variar los tipos de
enfermeras que se utilizan?
Otro tema, refiere al tamaño eficiente de las firmas de atención de la salud o sea
aquel tamaño en el cual sus resultados en relación a los costos sean mejores. Si algo parece
quedar claro en la investigación, es que la calidad va asociada al mayor volumen de
casos. Es la escala, es la mayor actividad, lo que potencia la curva de aprendizaje de
los equipos y lo que produce mejores resultados para los pacientes. Esa cuestión, parece
más relevante que otras preguntas tradicionales de la economía, como, por ejemplo, la duda
sobre el tamaño óptimo de las organizaciones en relación a sus costos. En la teoría, la
preocupación suele ser que como el mercado no es perfectamente competitivo en salud, las
firmas pueden o no producir en el tamaño óptimo. Esa pregunta supone dada la calidad,
supone la homogeneización de los resultados y eso es justamente el problema, porque la
atención y los resultados varían en base al volumen y experiencia que da una mayor
cantidad de casos. El punto aquí, de nuevo, es que no se pueden dar por supuestos los
resultados, y cualquier preocupación sobre costos debe estar vinculado a la relación
resultados por cada unidad monetaria pagada.
Adicionalmente, con la función de producción se busca indagar sobre si existen
economías de oportunidad referidas a la producción conjunta o separada de productos, y si
las firmas producen lo máximo posible con sus insumos. También, si están usando la mejor
combinación de insumos para alcanzar un determinado nivel de producto. Lo que el
enfoque de la medicina basada en el valor para la paciente enseña, es que se debe describir
39
Emmanuel Fombu, Dane Cobain "The Future of Healthcare: Humans and Machines Partnering for Better
Outcomes"
la cadena de valor. No se trata de decidir si es posible o no producir en forma conjunta o
separada una serie de servicios, sino que esa integración debe provenir de la descripción de
la cadena de valor, del enlace de las distintas actividades que se deben realizar, dada una
determinada patología y condición inicial de los pacientes. Son los resultados clínicos de
los pacientes que se buscan, y se quieren mejorar, los que van a modelar la secuencia e
integración de las actividades que se realizan para mejorar al paciente. Es partir de los
resultados que se quieren logar para ir luego a los procesos.
Toda esta discusión surge, porque se ha observado que los servicios de atención de
la salud pueden producirse de diferentes formas usando distintas combinaciones de factores
o insumos. Esto niega el punto de vista mono-técnico, que afirma que sólo es posible una
técnica en el tratamiento de una determinada enfermedad. Si hay entonces, flexibilidad en
el proceso productivo, puede haber también sustituciones ahorradoras de costos, sin reducir
producto o calidad. Más aún, es posible que se evite generar despilfarro de recursos
haciendo cosas que aportan poco o ningún valor a la mejora del paciente, pero que sin
embargo se facturan, en un sistema basado en el pago por servicio y no por resultados.
La función de producción (como se dijo al inicio) describe así la relación entre
insumos y productos. De hecho, la perspectiva basada en el valor para los pacientes, indica,
que lo que importa, son los resultados y la innovación debe ser promovida y recompensada.
No se debe congelar el proceso de atención. El volumen, la experiencia sobre una dada
condición inicial del paciente, van potenciando la curva de aprendizaje. Como dijera una
vez un cardiólogo, pasamos las 24 horas con un corazón en la mano. En ese contexto de
aprendizaje permanente, la innovación surge de la propia experiencia. Los protocolos,
resultan así un paso necesario para fijar un piso en los procesos de atención, pero la
atención estandarizada no es lo mismo que la comparación y la competencia por resultados.
Además, se sabe, que protocolos iguales dan resultados diferentes, por diferencias en la
condición de los pacientes y la mayor o menor experiencia y excelencia de los prestadores.
Hay en este sentido, resultados de la investigación, que sugieren alguna sustitución
posible. Jensen y Morrisey usaron análisis de regresión para estimar la función de
producción hospitalaria. La conclusión de los autores, fue que todos los insumos son
sustitutos entre sí. Los menores valores de sustitución se dan entre las camas y las
categorías de trabajo. Los datos sugieren, que aún en la producción hospitalaria, donde el
trabajo se piensa como el insumo crítico, el capital puede sustituir al trabajo. Tal vez, lo
más importante, es que los altos valores de elasticidad de sustitución entre enfermeras y
médicos y entre enfermeras y residentes reafirman el potencial de sustitución que existe
entre médicos y otras categorías de trabajo en la atención de la salud. De hecho, el
conocimiento de estas sustituciones, son las que llevan a los médicos en muchos casos, a
hacer depender el funcionamiento de los hospitales sobre el trabajo intensivo de las
enfermeras y los residentes. De nuevo, hay que recordar que, en este tipo de
investigaciones, es clave no dar por supuestos los resultados. No se puede descuidar la
calidad, ni suponer que cualquiera sea la combinación de insumos, si se logra recuperar al
paciente, todo es lo mismo.
Las economías de escala por su parte, refieren a la declinación de las curvas de
costos medios de largo plazo. Las economías de escala refieren al tamaño de la producción
y deben diferenciarse de las economías de oportunidad que refieren a situaciones donde el
costo de producir bienes en conjunto es menor que la suma de los costos de la producción
separada. Ambos conceptos son relevantes para las políticas de promoción de la eficiencia
en tamaño y perfil de los hospitales. Es preciso decir aquí, que hay importantes
consideraciones en estimar las funciones de costo en los hospitales para determinar las
economías mencionadas. Esas incluyen la mezcla de casos, las diferencias de calidad y si
las firmas hacen ajustes de largo plazo como se verá en los párrafos que siguen.
En relación a las economías de escala, (que son absolutamente cruciales para
obtener buenos resultados cuando esa escala se concentra en condiciones médicas
específicas de los pacientes) la concentración de entidades prestadoras para dar volumen y
bajar los costos medios de largo plazo (período que permite renegociar todo con
proveedores) beneficiará a la sociedad si la reducción de costos pasa al público. Esto
implica que la función de costos representa todos los costos que son relevantes para la
sociedad y no sólo los de la firma productora. Los primeros trabajos empíricos, encontraron
evidencia de economías de escala y un tamaño óptimo de 250 camas. Trabajos más
recientes en cambio, sugieren que no hay economías y que puede haber en realidad des-
economías de escala. El nivel óptimo de camas ha variado de 150 a 900. Esto significa, en
suma, que no hay confirmación de las economías de escala iniciales y que estas
diferencias pueden deberse a las dificultades metodológicas. 40
Las dificultades que enfrentan los estudios de costos, tienen que ver con tres
aspectos: uno, que es difícil medir el producto ya que los establecimientos difieren en los
tipos de casos que tratan. Esto es, el problema de la mezcla de casos. Desde la perspectiva
de la medicina basada en el valor para el paciente, este déficit es clave porque invalida las
comparaciones. Los hospitales, son una firma multi-producto potencialmente con cientos de
diferentes productos. Aún los estudios que utilizan índices de mezclas, raramente incluyen
más de 5 o 6 categorías de producto, debido a la limitación de los datos y no hay ningún
caso de variables mezclas que den cuenta de la heterogeneidad de cada hospital. De nuevo,
si el foco es la comparación de la eficiencia entre hospitales, el paciente aparece totalmente
desdibujado. Aquí lo que importa, es como se obtienen mejores resultados por patología
dada la condición inicial específica de los pacientes. En la medida que la oferta de trabajo
se haga de la forma que estos estudios describen, esto es, una oferta de organizaciones que
se estructuran sobre la base de sus servicios radiología, pediatría, cardiología etc.) y no,
sobre equipos de práctica médica integrada por condición inicial de los pacientes y
patologías específicas, los resultados parecerían tener un valor exclusivamente teórico, pero
de escasa relevancia para obtener mejores resultados clínicos sobre cada unidad monetaria
invertida.
El segundo problema, precisamente, es como tratar las diferencias de calidad. Las
variaciones que no sean observadas o sean incorrectamente medidas pueden conducir a
conclusiones equivocadas sobre economía o des-economías de escala. Finalmente, en
algunos casos, los costos de los honorarios médicos que suelen ir por separado de la
contabilidad del hospital, son difíciles de obtener. Un estudio que los incluyó (Bays 1980)
reveló cambios significativos en los resultados sobre las economías de escala. Si se
excluían esos costos, el hospital exhibía costos medios constantes o levemente decrecientes.
Si se incluían, los costos medios aumentaban con el tamaño del establecimiento. La
conclusión, es que sabemos poco de casi nada. Lo que sí está claro, y los datos son
consistentes, es que la mejora de los resultados clínicos para los pacientes, va de la
40
Adicionalmente en los estudios se hacen distinciones entre funciones de costos estructurales y
conductistas. Las primeras buscan derivar los niveles minimizadores de costos para cada nivel de producción.
La función de costos conductista en cambio, se deriva del análisis de los patrones de costos en los datos
corrientes entre hospitales.
mano con el volumen de la casuística específica que potencia el aprendizaje. Al menos
sabemos cómo aumentar la efectividad de las intervenciones médicas, aunque no
sepamos nada sobre la eficiencia comparada de organizaciones multipropósito.
En este marco, el análisis de sobre-vivencia, es una alternativa a estimar las
funciones de costo. Inferencias sobre el tamaño óptimo se hacen de los cambios en la
distribución del tamaño de las firmas en el tiempo. Los tamaños que crecen en relación al
resto de la economía se suponen que tienen ventaja sobre ellas. El análisis de sobrevivencia
sugiere des-economías de escala para pequeños hospitales (0 a 99 camas), pero no hay
evidencia fuerte para otro tamaño de categorías. En el mercado médico, la declinación en la
porción del mercado de los profesionales que trabajan solos, (como ocurre en Argentina)
sugiere des-economías para ese tipo de práctica. El rápido crecimiento tanto de grupos
relativamente pequeños (3 a 7) como relativamente grandes (26 a 49 y de 50 a 99) sugieren
ventajas de escala para ambas formas de organización.
Finalmente, en relación al tercer problema, hay que recordar que la ineficiencia
técnica ocurre cuando una firma fracasa en alcanzar el producto máximo potencial dado un
conjunto de insumos. Se da, por ejemplo, cuando hay capacidad ociosa o cuando no hay
cooperación adecuada. Esto conduce a que se usen más recursos de los necesarios para la
producción de que se trata. La ineficiencia asignativa por otro lado, refiere no a la situación
dentro de una firma, sino a la asignación de insumos entre firmas y entre productos. Ocurre,
por ejemplo, cuando una firma falla en comprar los insumos dados sus precios, en una
forma que minimiza costos. Hay una elección inapropiada de insumos en el sentido de que
los precios de los insumos no han sido correctamente considerados.
Para estudiar Hospitales, Valdmanis (1990) analizó 33 entidades sin fines de lucro y
8 hospitales públicos en Michigan. Los resultaron para las entidades sin fines de lucro
alcanzaron un 86,6 % de eficiencia técnica en el uso de insumos mientras que los hospitales
públicos estuvieron casi sobre la frontera de la eficiencia con 98. 5 %. En otra
investigación, Register y Bruning (1987) estudiaron 300 entidades sin fines de lucro, 36
públicos y 121 con fines de lucro. Los resultados fueron de 72,4 % sin diferencia
significativa entre los distintos tipos de establecimientos e indicaron que los niveles de
competencia no tuvieron efecto sobre la eficiencia técnica.
Cuando la función de costos se determina por un proceso aleatorio se llama
estocástica. Wagstaff (1989) usó datos para 49 hospitales y mostró que el 90 % de la
variación en los costos de sus hospitales se debía a los shocks aleatorios y solamente 10 %
a la ineficiencia. Más aún, el elemento de la ineficiencia no fue estadísticamente
significativo y no pudo rechazar la hipótesis de que los hospitales estaban en su frontera.
Para resumir, se han revisado tanto el lenguaje como algunos estudios de
producción y costos. La sustitución significa posibilidad de producir con distintas técnicas
lo que da flexibilidad a la producción y permite menores costos al elegir las técnicas más
baratas. La evidencia muestra que hay sustitución en salud. En relación a las economías de
escala y oportunidad las diferencias de los estudios de costos expresan las dificultades de
los estudios y las diferencias de esos entre sí. No hay consenso sobre los resultados. El
análisis de sobrevivencia muestra que ciertos tamaños de establecimientos y grupos de
médicos tienen mejor desempeño y es clara la tendencia por la cual, hay declinación en la
participación en el mercado de los tamaños más pequeños. Finalmente, la ineficiencia
técnica (producir menos de lo posible con los insumos) y la asignativa (no usar los insumos
de costos más convenientes) medidas por métodos diferentes sugiere que no hay consenso
sobre el tamaño de las ineficiencias.
Un último comentario sobre el tema. La idea de competir en valor implica que las
organizaciones médicas deben tener unidades de práctica médica integradas, donde una
herramienta central es la cadena de valor. Esto implica, la descripción encadenada de las
diferentes fases de prevención/monitoreo, diagnóstico, preparación, intervención,
seguimiento y monitoreo a largo plazo del paciente. Esas cadenas de valor se coordinan
principalmente por actividades de acceso al paciente y la disposición de información en
forma transversal a todas las fases de la cadena de valor. El hecho de tener en una
organización unidades de práctica excelentes en ciertas condiciones médicas no implica que
todos los servicios lo sean.
Más aún, la idea de escala y de ampliar los servicios para todas las condiciones
médicas, sin contemplar la búsqueda de excelencia, produce efectos que bajan la calidad de
la atención. Es así, como aparecen organizaciones con exceso de capacidad instalada, falta
de escala suficiente en los pacientes que requieren atención, inducción de la demanda, y
pérdida de valor para los pacientes. Por lo tanto, si el enfoque es centrado en el paciente, en
sus condiciones iniciales de salud, en la atención costo efectiva y en los resultados a lo
largo de todo el ciclo de cuidado estos estudios sobre eficiencia pueden en realidad estar
ocultando que la competencia se basa en premisas equivocadas buscando los menores
costos. De lo que se trata no es de basar la competencia en costos sino en la búsqueda de
valor para el paciente. Costo y valor son dos cosas muy diferentes.
CADENA DE VALOR
Lo que hay que entender, es que atravesando todas estas etapas del monitoreo
preventivo, el diagnóstico, la preparación, la intervención, la rehabilitación, y el monitoreo
posterior, existen tres tipos de actividades que refieren al acceso y la admisión; la medición
y la información. El acceso o la admisión, contempla los pasos involucrados en ganar
acceso al paciente. Esto incluye en las consultas médicas, sacar los turnos por vía telefónica
o internet, el movimiento dentro de la clínica, la presentación de la credencial del seguro, la
solicitud de aprobación, la firma de los certificados respectivos y el acceso final a la sala de
espera. En el caso de la medición, la misma refiere a las circunstancias del paciente, su
identificación, edad, y enfermedades preexistentes entre otras. Finamente la información, es
la vinculada a aquellas actividades y circunstancias, que hacen al proceso de que se trata.
Por ejemplo, las recomendaciones del ayuno el día de la intervención, la higienización con
jabones antisépticos previa a la cirugía, el no llevar elementos metálicos al quirófano etc.
Son en general todas actividades qué tienen que ver con la notificación, educación, y
coaching del paciente.
Estas tres actividades, que atraviesan todas las fases de la cadena de valor, son el
elemento que une a todas las etapas del ciclo de cuidado. El buen gerenciamiento de ellas,
al integrar el proceso, es importante para el valor del paciente y esencial para la
administración de la enfermedad. Cuando no está perfectamente coordinada, el médico en
la consulta, al dar la fecha de la intervención, que depende de la disponibilidad del equipo e
instalaciones del quirófano, termina dando instrucciones sobre cómo acudir a la oficina de
admisión, obtener la credencial del pase inmediato por los servicios de análisis, consultas
de anestesia, exámenes cardiológicos y obtener los chequeos requeridos para finalizar la
preparación en los tiempos requeridos por la agenda de la próxima intervención.
Hay que decir, qué cuando uno establece la secuencia de actividades en la cadena de
valor, se revelan brechas, duplicaciones de tareas, análisis redundantes, e inconsistencias,
debido a las prácticas idiosincráticas de los individuos. Asimismo, se puede ver que hay
importantes actividades que se omiten, o que no se gestionan sistemáticamente, como, por
ejemplo, el proceso de información. El trazado de la cadena de valor, debe poner en claro,
que individuos y con qué habilidades se precisan, y cómo se deben integrar esas habilidades
para mejorar el valor del paciente. Permite detectar si existe una coordinación apropiada
entre las actividades separadas que configuran en el ciclo de cuidado.
41
Tafani Roberto Privatización, Subcobertura y Reforma Competitiva en Salud 1996. pg. 69
de salud afectada. La atención se raciona entonces, hacia aquellos que pueden esperar y no
a los que están enfermos. Lo que se quiere decir, en definitiva, es que el tiempo que se
gasta en adquirir servicios constituye una porción significativa de los costos económicos.
La discrepancia entre los costos económicos totales (incluyendo el tiempo) y los precios
monetarios será grande para los servicios ofrecidos a bajos precios, para los servicios con
co-pagos pequeños o para los pacientes que tienen un alto costo de oportunidad de su
tiempo.
Finalmente, la atención es afectada por la falta de información adecuada del
consumidor. El médico actúa como consejero y ejecutor del tratamiento. Puede cambiar la
demanda si provee información inductora de demanda. La información asimétrica a la que
referimos anteriormente implica que la unidad adicional de cuidado médico tiene una
utilidad adicional que se expresa como el producto de la salud adicional generada por el
acto médico y la utilidad marginal de la salud adicional. El esquema supone que el médico
conoce el estado de salud y el impacto que la unidad adicional de cuidado tendrá sobre la
salud. La forma de inducir demanda es falsear la condición de salud inicial agravándola
artificialmente en la retórica. Esa exageración de la gravedad en la condición aumenta
luego en la percepción del paciente la utilidad de la atención. Naturalmente, esta percepción
subjetiva del valor tiene límites cuando la salud auto-percibida va acompañada por
síntomas físicos y perdidas de bienestar personal que impiden el normal desenvolvimiento
funcional de la persona. Es preciso aclarar aquí, que la cuestión de la información
asimétrica ha sido a veces exagerada por los analistas. En realidad, hay límites a la
inducción a la demanda, los pacientes ganan información y por otro lado en el diagnóstico y
el tratamiento hay incertidumbre lo que en muchos casos impide probar si hay inducción
artificial o un ensayo honesto.
La prioridad para cada prestador, debe ser mover los archivos para los nuevos
pacientes a sistemas electrónicos, y codificar los archivos de los pacientes pasados.
Finalmente, la información financiera, administrativa y clínica deben ser integradas todas
juntas. La información debe ser compartida y las aplicaciones interoperables. En todo caso,
lo primero, es conseguir acuerdo sobre la unidad de práctica médica integral, las
definiciones de los procesos, y finalmente, la implementación de la tecnología de la
información. Esta última, procede a largo plazo ya que lleva tiempo a que los profesionales
se acostumbren al nuevo sistema y este sea aceptados por ellos.
La demanda inducida desde la oferta (DIO) refiere al fenómeno por el cual los
médicos desviándose de sus responsabilidades de agencia para proveer servicios actúan
para sus intereses propios antes que para los intereses del paciente. El origen de la DIO se
encuentra en la ley de Milton Roemer, la que dice, que una cama puesta es una cama
llena42.Se representa, gráficamente, por incrementos en la demanda siguiendo a incrementos
en la oferta. Sin embargo, existen algunas debilidades teóricas con esta representación. La
hipótesis de la meta de ingresos es una idea que sugiere que los médicos usan su ventaja
discrecional para alcanzar un determinado nivel de ingreso. Evans ha teorizado que la
utilidad en el incremento del ingreso tiene que ser balanceada contra la des-utilidad de la
inducción (reputación negativa) y del trabajo adicional en proveer la atención.
42
Roemer Milton. Hospital Utilization and the supply of physicians. JAMA 1961. Cit. En Antonio Infante ”Es
la construcción de un hospital antes que nada una promesa populista?. Revista Chilena Salud Pública, 2012.
Vol 16 (3): 235-240. Según la cita, la ley de Roemer establece que cualquier hospital que se instale tendrá
máxima ocupación. Los médicos se encargarán de llenarlo y las autoridades mostrarán entonces, lo
necesario que era construirlo.
Esta idea establece límites teóricos en el nivel de inducción. Se piensa que la DIO
resulta de la rigidez de precios que establece una brecha entre demanda y oferta lo cual
genera un motivo para inducir demanda. Otro enfoque predice que la inducción disminuirá
a medida que la competencia reduzca la brecha entre el ingreso marginal y el costo
marginal del médico. Los investigadores sugieren magnitudes de DIO mucho menores a las
originalmente sostenidas por los teóricos de este fenómeno. Además, la literatura sobre la
inducción de la oferta desde la demanda sugiere que la idea intuitiva de la oferta induciendo
demanda tiene complejidades.
Hay elementos de la competencia, la relación de agencia y de búsqueda del
consumidor que ponen severos límites a la habilidad y la voluntad de los médicos en
generar aumentos en demanda. La evidencia es menor de lo que se creía. Dados esos
avances teóricos y empíricos se puede concluir razonablemente que algunos desvíos de la
relación de perfecta agencia y alguna cantidad de demanda inducida existen pero que
ciertamente no es de la magnitud que se pensó podría ser. En otras palabras, los
consumidores no están tan indefensos como muchos imaginan y toman pasos pertinentes
para proteger sus propios intereses cuando los mismos están amenazados.
Una forma extrema de fijar un precio fue la cápita o el pago de una cifra fija por
persona, por año, para todos los servicios que se presten en hospital. Este sistema de
capitación única, cubriendo todos los tratamientos para cualquier condición, pone los
prestadores en un riesgo al administrar su negocio y crea irresistibles incentivos para sub-
prestar. La consecuencia es que no se dan los servicios que se requieren. Por otro lado, un
precio único, establecido por el prestador para proveer y atender una determinada condición
médica, es una cuestión distinta a la capitación. El riesgo es mucho menor, y puede ser
ajustado a través de provisiones para complicaciones inesperadas. En ese caso, no habrá
incentivos para sub-prestar ni tampoco para dar más de lo que se necesita. En este caso, es
clave, recompensar la excelencia y el aumento de valor de los pacientes por la innovación
de los propios prestadores. Se debe caminar hacia la modulación de las facturas o sea una
factura única por episodio y ciclos de cuidado y simplificar, estandarizar y eliminar todo el
papeleo posible y las transacciones administrativas. Los seguros pueden desarrollar redes
de calidad para distintas enfermedades, para las cuales hay información disponible. Eso
repercutirá en los costos pues se sabe que la calidad y la eficiencia correlacionan.
Volviendo a los efectos de los seguros sobre el mercado, la medición del impacto no
es sencilla. La cantidad de servicios se mide a menudo por los gastos en dinero. Un
problema es que los gastos reflejan una combinación de precio, cantidad y calidad de la
atención. Alternativamente, la cantidad puede reflejarse en el número de visitas, los
pacientes días o los casos tratados. A menudo resulta difícil definir los precios de los
servicios desde que los pacientes asegurados usualmente no pagan el precio total. Más aún,
el precio neto pago por los consumidores está influenciado por franquicias, co-seguros u
otros límites.
En todo caso, las elasticidades reportadas por los autores, en su mayoría indican que
los consumidores responden a los cambios de precios. Sin embargo, esas elasticidades
(entre 0.0 y –1.0) no son grandes, comparadas a muchos otros bienes y servicios. En la
mayoría de los casos, las elasticidades ingresos son bajas pero esta relación es mayor
cuando hay cambio tecnológico. El co-seguro por su parte, tiene un considerable efecto en
el nivel de gastos promedios médicos. Los estudios indican que los cambios en el ingreso y
en el seguro desde la 2da guerra mundial pueden explicar aproximadamente 130 puntos
porcentuales de los 700 en el aumento de los gastos en salud en los Estados Unidos a través
del aumento en la demanda incrementada por servicios. Los investigadores atribuyen el
resto a los costos incrementales traídos por el cambio tecnológico.
La investigación (especialmente el proyecto Rand) permitió aumentar el
conocimiento sobre el impacto del seguro sobre la demanda por atención médica pero no
solo eso. Los resultados sugieren que el precio, el co-seguro, los costos no monetarios
(tiempo) y el ingreso son importantes. Bajar el precio o el período de espera aumenta la
demanda por servicios. Dar subsidios a los usuarios también aumenta la demanda y por eso
la utilización. La conclusión es que los incentivos económicos tienen un impacto
sustantivo, aunque no siempre grande sobre la demanda.
Finalmente, un punto más. Los mayores costos de procesar información y reclamos
fuera de grandes organizaciones pueden aumentar los costos marginales del aseguramiento
en relación a los beneficios marginales y por lo tanto reducir y eliminar los servicios
ofrecidos. La propia intervención del Estado puede generar este efecto de concentrar los
seguros en menor número de firmas cada vez más grandes. En efecto, como muchos grupos
han propuesto que los gobiernos manden ciertos tipos de cobertura obligatoria, esto implica
que hay firmas que paran de ofrecer seguros porque es muy caro. Adicionalmente, en el
mercado de trabajo se siente la intervención del gobierno puesto que la ampliación de
cobertura eleva los precios de los seguros, y, como los trabajadores representan un mayor
costo por los aumentos en las contribuciones patronales que deben hacerse, todo termina en
una situación donde hay trabajadores que cuestan más de lo que valen marginalmente
medidos por su productividad por lo cual se genera desempleo.
En conclusión, los seguros plantean un escenario donde aun cuando la reducción del
riesgo beneficie a la sociedad, la cobertura de seguros ha aumentado probablemente sus
costos y quizás se genera cierto desperdicio. Hace algunos años se creía que la atención
gerenciada podría enfrentar esos problemas. Eso ocurriría, porque la práctica médica sería
gerenciada para enfrentar los costos altos, y porque la red de prestadores operaría como un
medio para restaurar la competencia y controlar los costos en expansión. Si bien las
entidades de atención gerenciada tienen como especificidad que combinan las funciones del
seguro y de la prestación de servicios de atención por un lado, y que parecen superar el
problema de la información asimétrica y el pago por acto mediante un tercer pagador por el
otro, los resultados no parecen haber sido todo lo positivo que se esperaba.
Al final, la atención gerenciada, incorporando la atención primaria de la salud,
terminó siendo un método de controlar servicios antes que un mecanismo centrado en el
valor para el paciente. Las propias redes generaron derivaciones al interior de las mismas
antes que por los resultados clínicos de los prestadores a quienes se derivaban los pacientes.
Dicho de otra forma, si la competencia se basa en el valor para el paciente y los resultados
que se obtienen sobre su condición médica inicial por la intervención médica, entonces la
integración vertical entre planes de seguros y los prestadores médicos pueden terminar con
derivaciones dentro de la red por la simple pertenencia a ella, y no en base a que los
prestadores a quienes se derivan los pacientes, sean los de mayor excelencia en la condición
médica del paciente derivado.
El incentivo al sobre consumo que da la información asimétrica, el pago por acto
médico y el tercer pagador ha sido reemplazado por incentivos de control de costos y
posiblemente por incentivos hacia el sub-consumo. A decir verdad, ya hay investigación en
Argentina que muestra como en algunos casos, las firmas de atención gerenciada canalizan
hacia sus utilidades una importante porción de los recursos que deberían ir a la atención
médica. Sufren en consecuencia los pacientes por la falta de atención adecuada, y los
propios prestadores, por la reducción de sus honorarios que terminan en la intermediación
de las firmas que gerencian la atención.
De nuevo, lo que es necesario hacer, es cambiar el pago por servicio al pago por
valor. Esto disloca el foco del prestador al paciente. Por otro lado, el pago por resultados
basados en el valor que se obtiene con la intervención médica sobre la condición inicial
médica del paciente, debe distinguirse de la simple cápita, pues es preciso reconocer en los
pagos por módulos, tanto las complicaciones como las complejidades de los pacientes con
mejores pagos para los prestadores.
Actualmente las estrategias y prácticas de los seguros de salud no se centran en el
valor para el paciente sino en la burocracia, los costos administrativos, y como restringir a
los médicos y a los pacientes para limitar servicios y bajar costos. Se trata, en definitiva, de
hacer micro-gestión de la práctica médica y posicionarse como un adversario tanto con sus
afiliados como con los prestadores.
En una competencia basada en el valor, el rol principal de los seguros y las obras
sociales debe ser ayudar a los miembros a mejorar su salud. Esto significa colaborar
con la elección de los prestadores excelentes para poder referir y derivar a los
pacientes a los médicos con mejores resultados en tratar las condiciones médicas
específicas. Deben ser verdaderos socios en la creación de valor para los pacientes, y no
solamente intermediarios entre el afiliado y los prestadores para procesar reclamos de pagos
administrativos que buscan en lo posible reducir.
En definitiva, los seguros deben en primer lugar dar información de salud y apoyo a
los pacientes y a los médicos. Deben desarrollar medidas y acumular información sobre
resultados de los prestadores y los tratamientos. A los prestadores, deben apoyarlos
activamente en la elección del tratamiento con información, y al paciente apoyarlo dando
conocimientos sobre la administración de la enfermedad y los servicios de prevención para
todos los miembros. Eso requiere el análisis de la cadena de valor de la provisión de
atención médica para cada condición. Los seguros deben ser la contrapartida de las
unidades médicas integradas de práctica a nivel de los prestadores. Deben tener la
responsabilidad de juntar el mejor conocimiento médico para la prevención, diagnóstico,
tratamiento y gerenciamiento de las condiciones médicas del paciente. Lo expuesto,
significa que los planes de seguro deben cambiar la información que actualmente manejan.
Los datos son sobre las consultas, los tratamientos cubiertos, pero no sobre los resultados.
Hay que relacionar las prescripciones y los tratamientos, con las condiciones finales para el
paciente y como han afectado su valor.