UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR CUNSUR

¿Qué es la Ética y
para qué sirve?

ENSAYO
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR CUNSUR

¿Qué es la Ética y para qué sirve?

ENSAYO
Presenta
WILFREDO MARTÍNEZ SUBUYUJ
CARNÉ: 200841179

Carrera
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA Y
ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA

Curso
ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL

MARZO, 2022
¿Qué es la ética y para qué sirve?
Introducción
¿Qué es la ética y para qué sirve? Para
Manuel Antonio Carreño en su libro
Manual de Urbanidad, es el
conocimiento y práctica de las leyes
morales. Los filosos han afirmado que no
hay personas amorales, aunque no lo
queramos estamos constituidos por la
ética. Aunque se ha dicho que la ética
tiene varios lenguajes dependiendo del
contorno en que nacemos y vivimos,
dependiendo también de la cultura que
heredamos las leyes morales nos indican
cuando hacemos algo malo. Toda
persona en cualquier parte del mundo va
a estar de acuerdo con que matar es
malo, todos estamos en contra de la
violencia, de la esclavitud y de la
injusticia social. Por ese motivo es que se
han creado convenios, leyes y los
derechos humanos para normar lo que es
bueno y lo que no lo es. Sin el
conocimiento y práctica de las leyes
morales no hubiera; paz, orden ni
felicidad entre los hombres, porque la
ética es la que nos enseña a conducirnos
hasta llegar a ser personas civilizadas,
cultas y de bien.
Palabras Cleves: ética, conocimiento,
practica, cultura, lenguaje, leyes,
violencia, derechos humanos.
El tema de Ética es tan mencionado y
creemos que sabemos definir todo en
cuanto este tema, pero realmente no
podemos definir realmente de manera
concreta el concepto de Ética. A veces
pensamos que el tema es subjetivo
porque creemos que cada quien puede
tener sus propias reglas de moral, por
eso debemos dejar claro que es la Ética y
para que sirve? Veamos que nos dice el
diccionario filosófico:
La palabra moral traduce la
expresión latina moralis, derivaba
de mos (en plural mores) que
significaba costumbre. Con la
palabra moralis, los romanos
recogían el sentido griego de
ethos: las costumbres también se
alcanzan a partir de una
repetición de actos, a pesar de
este profundo parentesco, la
palabra moralis tendió a aplicarse
a las normas concretas que han
de regir las acciones. Así, pues,
etimológicamente hablando hay
poca diferencia entre ética y
moral; una y otra hacen
referencia a una realidad
parecida. Pero hoy, pese a que a
menudo se usan de manera
distinta, como si fuesen
sinónimos, se reconoce que tienen
significados divergentes.
(Diccionario filosófico de Voltair,
1825)
Deducimos entonces, que todo ser
humano es moral. Aunque no queramos
somos seres Éticos, es inevitable.
Nacemos con diferentes caracteres y
temperamentos pero que en el proceso
de formación vamos adoptando las reglas
éticas que nos da nuestra cultura o el
lugar donde nacimos. La palabra ética
proviene del griego ethos y significaba,
primitivamente, estancia, lugar donde se
habita. Según Aristóteles en este sentido
significa como manera de ser, carácter.
Así, la ética era como una espacie de
segunda casa o naturaleza; una segunda
naturaleza adquirida, no heredada como
lo es la naturaleza biológica. De esta
concepción se desprende que una
persona puede moldear, forjar o
construir su modo de ser. Por eso toda
persona puede llegar a ser excelente
éticamente hablando, poco a poco
podemos ir generando esa excelencia en
carácter, virtudes o predisposiciones que
queremos tener como la felicidad. Por
eso nuestra felicidad dependerá de
nuestro excelente carácter.
Así mismo la persona contribuye
mediante la creación de hábitos, hábitos
que se alcanzan por repetición de actos.
El ethos o carácter de una persona
estaría configurado por un conjunto de
hábitos; y como si fuera un circulo o una
rueda, éste ethos o carácter, integrado
por hábitos, nos lleva en realizar unos
determinados actos, unos actos que
provienen de nuestra manera de ser
adquirida.
Así que todos somos personas morales,
sea que los hombres somos
estructurales morales, los seres humanos
ante el medio que nos rodea utilizamos
nuestro cerebro personalizado nos
detiene al momento de actuar, a
diferencia de los animales que actúan por
instinto, sin poner a funcionar su
culebrero actúan sin procesar la
información, por eso hacen cosas que
para nosotros los humanos no son
correctas como; aparearse con animales
de la misma genética, sin que caigan en
inmoralidad, o comer al momento de que
le ponen la comida a diferencia de los
humanos que esperar hasta que se les
autorice empezar a comer. Esta es la
razón por la que decimos que el ser
humano es estructuralmente ético. Poco
a poco vamos generándonos ciertas
virtudes y no vicio, porque los vicios no
son buenos, pero lo mejor es generar un
carácter que me lleve a la cima del éxito.
Es menester considerar que como seres
humanos tenemos que elegir entre
escoger hacer lo bueno o lo malo, somos
libres, pero también tenemos que
aceptar nuestra responsabilidad de
nuestras acciones. Esto es lo que hace la
diferencia entre nosotros los seres
humanos y los animales. También hay
varios lenguajes éticos, lo que para
nosotros es malo paro otros de otra
cultura es normal. Pero aunque muchos
afirmen que el lenguaje Ético dependerá
de la cultura o el contexto en que se vive,
hay que retomar el concepto de que la
moral es inevitable, todos sabemos que
quitarle la vida a un ser humano es malo,
robar es inmoral aunque en alguna
cultura sea calificado como inmoral.
Aunque algunos justifican su inmoralidad
alegan que sus actos no son inmorales
pues no lo son para otras culturas. Un
ejemplo de esto es la corrupción que se
da en la administración pública de
Latinoamérica que pareciera que ya ven
la corrupción como algo normal, algunos
funcionarios públicos se han atrevido a
decir que la corrupción es normal en los
gobiernos.
La moralidad y la ética no dependen de la
cultura, porque cualquier persona en
cualquier cultura no va a estar de
acuerdo en que no se torture a las
personas, no se está de acuerdo con los
robos, no estamos de acuerdo con la
esclavitud. No estamos de acuerdo con la
violencia contra las mujeres y lo vemos
como malo. Por eso se han creado las
diferentes leyes que norman las
conductas de las personas porque si no
cada uno hace lo que bien le parece y la
inmoralidad no fuera castigada. La
democracia, las declaraciones, los
convenios y los derechos humanos
actúan para que los seres humanos sean
más justos y equitativos. Las religiones de
alguna manera enseñan sobre la moral y
existes personas que viven buenas
conductas morales. La familia es la
primera escuela ética donde los hijos
aprenden de los hijos, de los abuelos, tíos
y personas cercanas a la personas. Las
escuelas son la segunda escuela ética
donde los maestros aportan valore
éticos. La sociedad en general aporta
valores morales, la sociedad nos
influencia; atreves de la televisión, las
redes sociales y personas con que nos
relacionamos.
Como hemos visto que se habla mucho
de ética, pero no lo vivimos. Enseñamos
a no mentir pero mentimos, juramos
amor eterno y nos divorciamos, tildamos
la corrupción y evadimos los impuestos.
Pareciera que somos la generación de
personas que nos gusta decir una cosa y
hacer otra, no hay coherencia entre lo
que decimos y lo que hacemos. Ya no
tenemos solvencia moral porque padres
le dicen a los hijos que el tabaco es
dañino y que no lo consuma pero ellos
son adictos al tabaco. Las nuevas
generaciones ya no nos creen porque
nuestros hijos aprenden de lo que
hacemos y no de lo que decimos. Les
enseñamos que debemos amar al
prójimo pero nos molestamos cuando la
indigencia toca las puestas de nuestras
casas.
Pareciera que hay un caos en cuanto a la
ética, porque hemos dejado de practicar
los valores morales, la moral esta por los
suelos, hay un enorme agujero entre lo
que decimos y hacemos. Las noticias nos
desmoralizan al escuchar los millones de
quetzales que roban y según nuestro
juicio se debemos utilizar en algo que
realmente valiera la pena. Aunque
hablando de corrupción, creo que no
todo está perdido porque hay gente que
si están haciendo un buen trabajo.
Los filósofos que han aportado a la moral
dicen que los seres humanos nacemos
corruptos y que por eso nos cuesta hacer
el bien. Esto es confirmado en los libros
sagrados como la Biblia que enseña que
nacemos con un pecado original y que se
los trasmitimos a nuestra dependencia y
que esto es la razón por lo que el ser
humano es dado a hacer lo malo y que le
cuesta hacer el bien.
Esto también nos da las pautas de
porque el ser humano es egoísta.
Ayudamos a nuestros seres queridos,
familiares o personas que apreciamos
pero que vemos a ver a otro que necesita
de nuestra ayuda y no le bridamos una
mano. Nuestro pesar que si nosotros
estamos bien, no nos interesa como le
está yendo a los demás.
¿Para qué sirve entonces la ética
entonces?
Para ver nuestra realidad, para saber que
los seres humanos podemos llegar a
tener grandes virtudes. Para hacernos
ver que el ser humano puede cooperar
uno con otro, tenemos la capacidad de
ver que solos no podemos realizar algo y
que necesitaos de los demás para
lograrlo. Pero que dejar por un lado el
egoísmo, tememos la capacidad de
practicar la ayuda mutua, esto practica
siempre ha sido parte de los seres
humanos desde la época de la
recolección donde juntos lograron
realizar grandes construcciones que solos
no hubiesen podido realízalas.
Lastimosamente el ser humano coopera
con otro con el fin de recibir algún
beneficio a cabio, hacemos un favor para
que nos devuelvan un favor a cambio o si
no podemos recibir ese favor que lo
reciba nuestro hijos, nietos o bisnietos.
No debería ser asa, sino debemos dar sin
recibir algo a cambio.
La ética también es para ser empáticos,
alegrarnos con el éxito de los otros, para
ser compasivos y no alegrarnos del mal
que le sucede a otro. Que todos
procuraremos el bien de otro viviéramos
en una sociedad más justa y equitativa.
La ética sirve con dejar por un lado la
discriminación racial; no debemos
fijarnos en el color de piel, idioma o
cultura de las personas para ayudarlas.
Basta con saber que es un ser humano
que estamos hechos de la misma
sustancia y que corre por sus venas la
misma sangre. Que todos los seres
humanos son dignos, personas que
tenemos los mismos derechos y
obligación
La ética sirve para recordarnos lo que
hemos olvidado de nuestra realidad que
estamos constituidos, que nos
necesitamos el uno del otro para el
triunfar. Así mismo para tomar
conciencia de abismos que hemos creado
entre los que decimos y hacemos. Para
que empecemos a hacer los cambios
respectivos y recuperemos lo que hemos
perdido, y enseñemos a la nueva
generación valores a través de lo que
hacemos.
La nueva generación necesita ver no oír,
porque el ser humano aprende más y
mejor viendo que escuchado. La ética no
hace palar la verdadera felicidad, que se
encuentra en la satisfacción de hacer lo
correcto. Que ya dejemos el egoísmo de
pensar que solo a los más cercanos
podemos ayudar porque estamos
capacitados de ir más allá, que podemos
hacer más por aquellos que no son parte
de nuestro círculo.

La ética nos hace sensibles moralmente

hablando, las personas debemos ser
justos con aquellos que pesamos que no
pueden devolvernos nada, ya dejar de
excluir a estas personas. Todo ser
humano necesita ser escuchados y
consolados. Debemos ser compasivos
con todos por igual. Es ser empático al
ver que a otro le está yendo mal, pero
que requiere compromiso y esfuerzo
para ser compasivos.

Todos vinimos del mismo origen de la

misma carne, la ética nos recuerda que
todos los seres humanos somos
hermanos. Todos debiéramos estar
unidos por el bien de todos y no
mostrarnos indiferentes a las situaciones
adversas que sufren las demás personas.

CONCLUSIONES

1. La ética es loque realmente lo que

hacer que las personas actúen,
piensen en cuanto a lo que es
bueno y malo.

2. Todo ser humana tiene que tener

ética, porque todos los seres
humanos son morales, esto hace
que la ética sea inevitable.

Bibliografía;
Carreño, Manuel Antonio. Manuel de
Urbanidad y de Buenas Maneras. Nueva
York: Appleton y Co.. 1987

Cortina, Adela ¿Para qué sirve realmente

la Ética? España. Edición de mayo, 2013

Diccionario filosófico de Voltair, 1825