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Nombre del trabajo: Independencia de Centroamérica

Nombre del estudiante:


Wilson Nahún Núñez Benítez 202210010987
Yugheisi Maribel Días 201810030042
Walter Omar Nuñez 202210030185
Yara Maoly Rivera 202120020056

Nombre del catedrático: Patricia Antonia Montes Rivera

Nombre de la Universidad: Universidad Tecnológica de Honduras

Carrera: Ingeniería en Producción Industrial

Ciudad: San Pedro Sula

Fecha de entrega: 07-de marzo de 2022


INDICE

Introducción ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------1
Objetivos --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------2
Antecedentes de la independencia-------------------------------------------------------------------------------------------------3 – 8
Independencia de Centroamérica --------------------------------------------------------------------------------------------------8-18
Provincias unidas de Centroamérica ---------------------------------------------------------------------------------------------18-32
Acta de independencia --------------------------------------------------------------------------------------------------------------32-46
Conclusión-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------47
Bibliografía-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------48
INTRODUCCION

A continuación, se le presenta el siguiente informe acerca de los antecedentes de la independencia, provincias


unidas de la independencia y el acta de la independencia de Centroamérica.

Durante los tres siglos de dominio español en Latinoamérica, los cinco principales países de la actual
Centroamérica (excluida Panamá, que formaba parte del virreinato del Perú) fueron gobernados por la Corona
española, como una única jurisdicción, desde la ciudad de Guatemala. Teóricamente, este extenso territorio
estaba integrado en el virreinato de Nueva España (administrado desde la ciudad de México), pero a partir de
1560 la autoridad efectiva fue entregada a un funcionario subordinado establecido en Guatemala que, asistido
por un tribunal de jueces, ejercía el poder sobre esta región de forma autónoma. Tras la caída del poder español
el 15 de septiembre de 1821, después del proceso de emancipación centroamericano, las provincias de América
Central quedaron incorporadas, aunque con cierta reticencia, al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide, que
reclamó la jurisdicción sobre toda Nueva España en 1823. Iturbide fue derrocado este mismo año y el Congreso
del Centro de América, que se reunió en Guatemala, declaró la independencia de las denominadas Provincias
Unidas del Centro de América tanto de España como de México, y elaboró una Constitución federal en 1824. El
primer presidente, el salvadoreño Manuel José Arce, fue desplazado por el hondureño Francisco Morazán,
durante cuyo mandato tuvo lugar el traslado de la capital a San Salvador. La inestabilidad esporádica degeneró
en una guerra civil generalizada en 1837, cuando el guatemalteco Rafael Carrera se alzó en armas contra
Morazán, debido en parte a su desacuerdo con su política anticlerical. El Congreso federal decidió en 1838 que
los estados eran libres de separarse de la unión si así lo deseaban: Honduras, Nicaragua y Costa Rica
abandonaron esta organización inmediatamente, Guatemala les siguió en 1839, de manera que tan sólo San
Salvador apoyaba la idea de la unión. Morazán, que se hallaba exiliado, invadió Costa Rica desde Panamá en
1842 con el propósito de restablecer la unión, pero fue derrotado en la frontera nicaragüense; la unión concluyó
oficialmente cuando éste fue ejecutado el 15 de septiembre de 1842.

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OBJETIVOS

➢ Estrechar las relaciones económicas en los ámbitos de comercio, inversión y transferencia de tecnología.

➢ Identificar, en forma conjunta, los pasos y acciones específicas que conduzcan a la profundización de los
vínculos comerciales entre los países.

➢ Mantener el funcionamiento de economías libre mercado

➢ Incentivar las inversiones entre los países.

➢ Saber y conocer los antecedentes de la independencia, las provincias unidas, el acta de la independencia
conociendo cada causa de ella.

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ANTECEDENTES DE LA INDEPENDENCIA

Los criollos y la gente cercana a ellos estaban cansado


de la marginación y desprecio de que eran objeto por
parte de los españoles peninsulares. Los criollos
tuvieron conocimiento de las nuevas ideas que
circulaban en Europa respecto a la no divinidad del
poder de los reyes, y a los ideales de libertad,
igualdad y fraternidad. Conocedores también del
malestar de la mayoría mestizada, los criollos se
lanzaron a la aventura de alcanzar la libertad.

En los primeros años del siglo XIX, se empezaron a


gestar movimientos insurreccionales en
Centroamérica y el resto del continente. En
Centroamérica, el 5 de noviembre de 1811 se inició
una revuelta guiada por el padre Matías Delgado, que
llamó a la insurrección tocando las campanas de la
iglesia La Merced. El movimiento fue sofocado por las autoridades, pero ese mismo año estallaron rebeliones en
León, Granada y Rivas (Nicaragua). En San Salvador se dio otro levantamiento, en enero de 1814. Finalmente, se
firmó en Guatemala el Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1821. Pero antes de que se firmara la Acta
de Independencia surgieron muchas causas los cuales dieron origen a la independencia de Centroamérica,
causas que pudieron ser internas o externas las cuales se estudiaran poco a poco en este reporte.

Ideas de libertad

EL INFLUJO DE LA ILUSTRACIÓN se observó en la antigua Capitanía General de Guatemala desde mediados del
siglo XVIII, e implicó la gestación de un nuevo modo de visualizar la economía, la sociedad, la religión, la política
y a los individuos. En el caso particular de Centroamérica, las ideas ilustradas aplicadas a la política se
polarizaron en torno del absolutismo ilustrado y del constitucionalismo, en la concepción de la democracia y del
utilitarismo. No obstante, no puede olvidarse que la invasión napoleónica había puesto al descubierto la
discusión sobre la cuestión colonial y sus implicaciones en temas del proyecto político y de la formación
ciudadana en el pensamiento político de la región que planteaba tres salidas: a) la continuación; b) la reforma
autonomista; c) el reemplazo por un sistema dependiente. En el contexto de la Ilustración, el concepto de
libertad unido al de progreso será el punto central del debate en el pensamiento independentista de la región y
en el momento de pensar en la naciente república, enfrentando la doble concepción de una Centroamérica
unificada. Por ello, en este trabajo se analizará la idea de libertad en relación con tres aspectos fundamentales
de su empleo en el debate centroamericano: definir la independencia, la libertad religiosa y la libertad de los
esclavos y negros desde el punto de vista de pensadores como José Cecilio del Valle, Pedro Molina, Francisco
Antonio Márquez, José Francisco Barrundia y José Simeón Cañas, entre otros.

LA idea de que las independencias hispanoamericanas fueron parte de un proceso revolucionario único que se
originó en España y luego se extendió a las posesiones americanas fue planteada por François-Xavier Guerra.1

3
Según su interpretación más que por una ruptura radical con el antiguo régimen este proceso se significó por sus
continuidades. Para Guerra, la irrupción de la modernidad cataliza el paso de una cultura política estamental y
corporativa, a una individualista basada en nuevos espacios de sociabilidad. A partir de entonces las nuevas
naciones enfrentaron el desafío de establecer gobiernos legítimos fundados en la soberanía ya no del rey sino de
la nación.2 En el caso de la antigua Capitanía General de Guatemala el fenómeno de la Ilustración y de su
consiguiente modernidad política tuvo su desarrollo desde mediados del siglo XVII hasta inicios del XIX, pero
tendría sus características especiales: entrará con retraso y en algunos momentos será más moderada y en otros
más radical que en Europa. Los focos de la Ilustración fueron la Universidad y las tertulias en los salones de los
nobles y de la burguesía media y alta, aun cuando la Universidad y la educación se encontraban en manos de la
Iglesia. No puede olvidarse que, en España, también, la Ilustración se difundió gracias a las academias y a las
tertulias de una minoría no obstante que en ese momento estaba muy por debajo del resto de los países
europeos; España era un país atrasado en todos los sectores y los ilustrados intentarían establecer una serie de
reformas para que ésta alcanzara el nivel europeo. En el ámbito de la antigua Capitanía General de Guatemala
(hoy Centroamérica y Chiapas), la Ilustración constituyó un proceso que se fue gestando desde los mismos
inicios del siglo XVIII y que llegaría a su máxima expresión precisamente en el periodo de la independencia
centroamericana. Para mostrar de manera sucinta lo que fue la Ilustración en Centroamérica seguiré a Carlos
Meléndez Chaverri, autor que establece tres etapas para la ubicación temporal de la influencia de las ideas
ilustradas en esta región.3 La primera etapa la enmarca entre los años 1700 y 1750 y la llama “fase revisionista”.
La gran figura inspiradora, tanto en España como en ultramar, fue el fraile Benito Jerónimo Feijoo, quien
arremetió contra todo lo tradicional, todo lo que estorbaba o atrasaba el progreso de España y de su imperio.
Sería este personaje quien influiría en gran medida en los pensadores centroamericanos. Una segunda etapa se
extiende de 1750 a 1808; se caracterizó por la aparición de formas verdaderamente ilustradas, en ocasiones
individualizadas y en otras típicamente cooperativas; como es el caso de las sociedades económicas. Para el
autor, es la fase “auténticamente ilustrada”. La tercera etapa comienza en 1808 y llega más allá de la
independencia, de acuerdo con Meléndez Chaverri, hasta 1830. En esta etapa cobra mayor vigencia la forma
política sobre las restantes ramas de la Ilustración; entre los ilustrados centroamericanos se despierta un interés
por el estudio de la fauna, la diversidad de climas y regiones, y existe un esfuerzo por mejorar la industria y los
métodos de enseñanza. Desde 1730 los criollos centroamericanos conocieron el conjunto de ideas
homogeneizadoras y universalistas, que en un principio debieron parecer exóticas y que a la postre resultaron
revolucionarias.4 Como ya se ha referido, en estas ideas se replantearon los temas de la libertad, el progreso, el
hombre y la independencia. Indudablemente las sociedades desempeñaron una importante función dentro del
reino de Guatemala e influyeron en su desarrollo generando un nuevo espíritu y una nueva forma de interpretar
la sociedad. Pero no debe olvidarse en este momento a individuos con un alto nivel de ilustración, tales como
capitanes generales, alcaldes mayores, obispos, clérigos y profesionales que supieron orientar su pensamiento
en las diversas funciones o actividades políticas, religiosas o económicas, apoyando la causa ilustrada. Tampoco
puede omitirse que estas nuevas ideas y formas de organización propiciadas por la Ilustración tuvieron la
oposición de sectores tradicionalistas que no estaban abiertos a realizar reformas. Sin embargo, el avance de
estas ideas permitió nuevas maneras de interpretar la sociedad, lo cual, unido a los efectos de las reformas en
España y en especial a la toma de conciencia de su situación por parte de los criollos, condujeron a
problematizar la idea de libertad y el proceso emancipador de Centroamérica.

La idea de libertad y la Independencia sin lugar a duda, el hecho más significativo en la historia de América
Latina, que marca la búsqueda de un proyecto propio de sociedad y de nación, fue la independencia de España.
Es el momento en el cual, por primera vez, los latinoamericanos tienen que enfrentarse con su pasado, ya sea
para asumirlo o para negarlo.5 A partir de aquí se forja una conciencia clara de ser una región dependiente, y a

4
partir de dicha conciencia se irá formando una suerte de filosofía de la historia —tal como ha dicho Leopoldo
Zea— que interpreta la dependencia en relación con los proyectos colonizadores que Europa y el mundo
occidental imponen a este continente.6 Sin embargo, en el marco de esta colonización y conciencia de
dependencia surgirán diversas respuestas latinoamericanas a la misma. Respuestas que formarán la concepción
y el imaginario de la nación de estos pueblos. La independencia marcará el momento de una autorreflexión en el
continente y en cada una de las naciones emergentes. No obstante, como lo ha planteado Octavio Paz, la
independencia, al igual que la misma conquista, ofrece una figura ambigua. Así, la independencia se presenta
como un fenómeno de doble significado: disgregación del cuerpo muerto del imperio y nacimiento de una
pluralidad de nuevos Estados.7 Dicho fenómeno genera un pensamiento que arranca como justificación de la
independencia, pero que se transforma casi inmediatamente en un proyecto de nación: América no es tanto una
tradición que continuar sino un futuro que realizar.8 En medio de su prólogo a la recopilación titulada
Pensamiento político de la emancipación, José Luis Romero hace un alto en el camino y escribe: “Hubo, sin
duda, un pensamiento político de la emancipación”.9 La pausa y la reafirmación tienen, indudablemente, su
razón de ser. Luis Alberto Romero es más claro al respecto, pues duda explícitamente de la existencia de un
pensamiento político iberoamericano y explica que no se trata de un pensamiento que se presente a sí mismo
como teórico. Es pensamiento práctico aplicado; programas, justificaciones, lecturas retrospectivas, siempre
relacionadas con un presente acuciante, que guía la interpretación y de alguna manera explica las
inconsecuencias. De ahí la imposibilidad de presentar este pensamiento como un cuerpo teórico y la necesidad
de explicarlo a la luz de la coyuntura en que nació.

En cuanto al devenir político e institucional de la región, las dificultades para establecer continuidades y
causalidades entre las ideas y la práctica política son, como ya se apuntó, enormes (a veces incluso
insuperables). Sin embargo, no se puede negar que las ideas inciden, de manera harto compleja, sobre las
prácticas políticas y, por lo tanto, también en este campo se requiere de un cierto conocimiento del
pensamiento político hispánico. La tendencia a interpretar la historia de la región durante dicho periodo, así
como al pensamiento político que la acompaña, en clave “anti peninsular”, por decirlo así, tenía una de sus
raíces en ese empeño de la historiografía latinoamericana por considerar al proceso emancipador como una
etapa más de un ciclo que se inició en las trece colonias norteamericanas al despuntar el último cuarto del siglo
XVIII y que continuó su marcha con lo sucedido en Francia a partir de 1789. Según lo que puede denominarse
como las interpretaciones “clásicas” de las independencias americanas, en la confrontación que tuvo lugar entre
la metrópoli y sus colonias, entre 1808 y 1824, la primera representó, de manera prácticamente unívoca, el
absolutismo, mientras que las segundas encarnaron los deseos de libertad e igualdad que, alrededor de tres
décadas antes, habían inflamado, primero, a los colonos norteamericanos y, poco más tarde, al pueblo francés.
Enmarcada en este contexto interpretativo, la libertad y la independencia americana no podían ser vistas sino
como otro avatar de la lucha que los principios y valores liberales sostuvieron en contra del poder absoluto y del
despotismo del Acinen régime.11 Se trata de una nueva filosofía política orientada hacia la libertad del
individuo; sin embargo, esta libertad no dependía de la decisión del rey sino del titular último del poder que es
el pueblo, lo que implicaba la limitación de las facultades de los reyes mediante constituciones en las cuales se
consignaban las garantías de los ciudadanos y la división de los poderes, que nunca debían estar concentrados.
La libertad del individuo era garantizada, frente a cualquier abuso, por una serie de derechos que regulaban
todos los códigos: integridad personal y familiar, libertad religiosa, protección de la propiedad privada. También
incluía a la libertad de prensa, porque sólo a través de una prensa libre se pueden expresar los partidos y decidir
los ciudadanos entre las diferentes opciones que se ofrecen. Es así como para una de las figuras más
importantes del pensamiento centroamericano de la época como es José Cecilio del Valle, la independencia de
Centroamérica del imperio español significaba el paso del absolutismo a la libertad: Después de siglos de

5
gobiernos absolutos, opresores de los pueblos, los hombres pensaron en gobiernos constitucionales,
protectores de sus derechos. La primera época debía producir la segunda. Era cosa muy natural. El dolor hace
siempre pensar en el remedio. La tierra ofrecía en otro tiempo el espectáculo triste de naciones enteras
sometidas a la voluntad de un solo individuo o a los caprichos de sus válidos. Los reyes donaban, legaban y
vendían pueblos, así como los ricos venden, arriendan o regalan cabras, ovejas y caballos. Millones de hombres
eran propiedad de un solo hombre.12 No cabe duda, como lo expresó Leopoldo Zea, que la independencia fue
claramente el momento de toma de conciencia sobre el ser latinoamericano y de configuración de un proyecto
propio de sociedad. El mismo Valle relee el proceso de la Ilustración y de reformas en España como una manera
de interpretar, también, el desarrollo de América:

La América, invadida por los españoles en el siglo XVI, no había olvidado la memoria de esta agresión, y aplicaba
a ella los principios que España publicaba sobre la de los franceses. Veía a la Península ocupada por fuerzas
extrañas superiores a las suyas; privada del rey legítimo que la mandaba: gobernada primero por juntas creadas
en cada una de sus provincias sin título alguno para mandar en las de América; regida después por la Central,
compuesta de individuos nombrados por las provincias que no tenían derecho sobre las americanas;
administrada posteriormente por la regencia formada por la Central, que tampoco lo tenía sobre las del Nuevo
Mundo; y dirigida últimamente por las Cortes que daban a España, siendo menor su población, el máximum de
diputados, y a la América el mínimum, siendo más grande el número de sus habitantes: veía que la regencia
misma, hablando a los americanos en uno de sus manifiestos, confesaba que cerca de tres siglos habían sido
oprimidos por el peso del despotismo: veía que los españoles publicaban en diversos impresos los derechos de
los pueblos contra la tiranía o despotismo: veía que, restituido el rey al trono de sus mayores, sus primeros actos
habían sido abolir la ley fundamental decretada por las Cortes y arrestar a diversos diputados de sus pueblos:
veía que la naturaleza había puesto un océano inmenso entre el nuevo y el antiguo mundo.

Así, Valle consideraba que la independencia del poder español representaba para los centroamericanos un
proyecto, una vía y a la vez un medio, pero sobre todo un punto de partida para alcanzar la libertad y una nación
soberana: Independencia era voz encantadora que ofrecía a todos esperanzas lisonjeras. Prometía: a los pueblos
el beneficio de ser ellos mismos los que constituyesen las formas de sus gobiernos; a las clases elevadas, los
primeros empleos del Estado y a las inferiores la abolición de las leyes que las degradaban y la aperción de las
puertas del honor; a los eclesiásticos, las prelacías, dignidades, prebendas y beneficios sin partirlos con los
españoles; a los comerciantes, la libertad de abrir relaciones con todas las plazas del mundo, llevar a ellas los
frutos y recibir de las mismas sus mercaderías; a los labradores, la ventaja de dar valor más grande a los
productos de la tierra, extendiéndose el comercio y multiplicándose los compradores; a los hombres de talento,
el derecho de cultivarlo libremente, entrando en correspondencia con los sabios de Europa, luciendo sus más
eminentes producciones, viajando por el Antiguo u oyendo a los viajeros del Nuevo.

Para este autor la independencia significaba claramente el reconocimiento del yo americano, de su propia
identidad, su propia ley y destino. Es decir, asocia la idea de libertad con la de identidad, para decirlo en
términos kantianos, alcanzar la mayoría de edad de los habitantes de la región: “Yo debo ser independiente, dijo
el americano, en el silencio de toda pasión. La ley fundamental de España es uno de mis títulos. La soberanía
reside en la nación: lo que acuerda la mayoría debe ser ley; y la América, que es la mayoría, quiere su
independencia”.15 De este modo, con la declaración del acta de independencia del 15 de septiembre de 1821,
después de tres años los criollos lograron consolidar un proceso de autonomía que tenía muchas décadas de
gestación.16 Paradójicamente, las instancias administrativas organizadas durante la monarquía de los Austrias
no desaparecieron en la época de los Borbones, y aún más, la monarquía constitucional surgida en 1812, a partir
de la Constitución de Cádiz, las reorganizó en la nueva era del constitucionalismo. La Carta Magna española fue

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el marco legal que acompañó el proceso de independencia. No hay rupturas, sino adecuaciones a las realidades
históricas. Después de la emancipación el sistema monárquico se fracturó y el Imperio de Iturbide fue un intento
de un nuevo horizonte político. Se debe escudriñar aún más al interior de cada provincia para entender el difícil
momento que les tocó enfrentar.

En 1821 en México, el Plan de Iguala incidió en apresurar la declaración de independencia, el modelo de sistema
político anhelado era la monarquía constitucional, considerada la forma de gobierno ideal, lo que decidió la
agregación al Imperio (1821-1823). Al llegar la noticia del Plan de Iguala a la provincia de Chiapas, se hizo la
declaración de independencia de España y de Guatemala, y se decretó la unión a México. Los guatemaltecos
entendieron que para seguir controlando las provincias del Reino de Guatemala debían actuar rápido. El acta de
independencia, firmada el 15 de septiembre de 1821 declaraba, en primer lugar, la ruptura con el gobierno
español, porque ésa era la petición de diversos cabildos en varias provincias.17 Proponía la conformación de un
Congreso integrado por los delegados de los pueblos para que determinaran la forma de gobierno y elaboraran
la Ley Fundamental del nuevo Estado (artículos 1 y 2). Este aspecto es diferente a las actas de independencia en
Hispanoamérica, aquí no se define el sistema político a seguir.18 La declaración expresa que la decisión política
estaba en manos de los pueblos, es decir los ayuntamientos constitucionales en traducción de la época. Las
elecciones de los diputados al Congreso las realizarían las mismas juntas electorales de provincia que habían
hecho las de diputados a Cortes, para el gobierno interior de las provincias se mantendría la vigencia de la
Constitución de Cádiz (artículos 3 a 7). El documento emancipador reconoció a Gabino Gainza en el cargo de
capitán general, y la necesidad de formar un organismo de gobierno en el reino sugirió la creación de una Junta
Provisional Consultiva con base en los antiguos miembros de la diputación provincial, agregándose otros
representantes de las provincias (artículo 8). A su vez, autorizaban al capitán general para que notificara la
declaración de Independencia y la forma de ser reconocida por los cabildos y las corporaciones existentes en el
reino. La diputación soberana retomaba la nueva autoridad, ahora erigida en Junta, y para representar al reino,
incorporaban delegados de las provincias. El cargo de capitán general estaba subordinado al nuevo gobierno. El
acta, además de declarar la independencia, cambiaba el gobierno y sustituía la autoridad de la monarquía
constitucional por el ejercicio soberano de las provincias, asumiendo la potestad la Junta Consultiva (artículos 11
a 13). Por esta razón, como muy bien lo apunta Adolfo Bonilla, las ideas de progreso y de libertad en lo
económico, político y social son el punto central del debate entre los pensadores de la región al momento de
concebir a la naciente república, enfrentando la doble concepción de una Centroamérica unificada.19 La
Centroamérica pluralista, respetuosa de las opiniones diferentes, de la Constitución, de los diferentes
temperamentos de sus Estados o provincias, amante de la revolución pacífica y ordenada, pero no por ello
menos profunda. En este planteamiento la libertad era fundamental, sin ella no podía haber progreso
verdadero. Frente a ella se levantaba la concepción monista, que defendía el cambio acelerado hacia el
progreso, con expectativas revolucionarias utópicas que muchas veces podían tomar un giro reaccionario. El
método para seguir este tipo de revolución tenía que ser absolutista y violento, demandaba una concentración
de poder en una élite que dictaría la verdad a la sociedad y su concepto de libertad. En este planteamiento se
sacrificaba la libertad en aras del progreso.

Causas de la independencia

Para que se diera la independencia, incidieron varias causas, que los historiadores clasifican en externas e
internas.

Entre las causas internas están las siguientes:

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▪ El menosprecio de los españoles peninsulares hacia los criollos.
▪ Las desigualdades políticas. Los altos cargos políticos, militares y religiosos estaban reservados para los
peninsulares.
▪ El descuido de los gobiernos coloniales en lo social, económico y cultural; no se preocupaban por los
habitantes.
▪ La impopularidad de las autoridades. El reino español no empleaba criollos conocidos para que
dirigieran el gobierno de las colonias. Prefería enviar desde España funcionarios que desconocían las
necesidades de las colonias. Preferían enviar desde España funcionarios que desconocían las
necesidades de las colonias.
Las principales causas externas fueron:
▪ Las ideas surgidas en Europa, que pregonaban la libertad, la igualdad, la fraternidad y la soberanía como
principios fundamentales.
▪ La Revolución Francesa (1789-1799), que terminó con desigualdades y privilegios. Se introdujo el
principio de que todos los seres humanos son iguales ante la ley.
▪ La invasión napoleónica de España en el año 1808
▪ La carta de Filadelfia, de 1776. En ella se decían que los gobiernos tenían la obligación de garantizar la
libertad, la vida y la felicidad de los habitantes; si los gobiernos no cumplían esta obligación, las personas
podían cambiarlas.
▪ Algunas causas sociales de la independencia.
▪ Las nuevas leyes del rey de España, Las nuevas ideas científicas divulgadas por libertad de prensa, la
independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y la revolución francesa causaron gran revuelo en
las colonias españolas.
▪ El comercio mejoró, pero dividió más a las clases sociales. Los criollos o españoles nacidos en América
reclamaban iguales derechos, y los indios hacían lo mismo, resentidos por los fuertes impuestos que
pagaban.
▪ La iglesia ya no debía ligarse al gobierno, los estados debían gobernarse por una Constitución y por tres
poderes: Legislativo, ejecutivo y judicial. Todos reclamaban el principio de que los seres humanos tienen
el mismo derecho a la libertad e igualdad.

INDEPENDENCIA DE CENTROAMÉRICA

Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y


Costa Rica, conmemoran el 199 Aniversario de
la Independencia de América Central. Tal
Capitanía estaba conformada, en ese entonces,
por las provincias de Guatemala, Chiapas,
Comayagua, San Salvador, Nicaragua y Costa
Rica. La suscripción del documento trajo como
consecuencia la independencia del Gobierno
Español.
A diferencia de otros países americanos,
exceptuando a Panamá, la Independencia de
Centroamérica fue un proceso relativamente pacífico. El movimiento independentista centroamericano tomó
como ejemplo la independencia de los Estados Unidos, y la revolución francesa, que terminó con desigualdades

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y privilegios, y fue influenciado por las ideas del reformismo ilustrado español y de la ilustración racionalista
europea.
La independencia centroamericana tomó impulso después de la ocupación francesa de 1808 en España, que
creó un caos político en la península Ibérica que terminó con la formación de diferentes grupos de resistencia
popular mejor conocidas como Juntas. Estas crearon un gobierno español clandestino y promulgaron la
Constitución de 1812, que tuvo un efecto directo en toda América. El primer movimiento independentista en
Centroamérica se dio en el 5 de noviembre de 1811, cuando una conspiración encabezada por los curas José
Matías Delgado y Nicolás Aguilar intentó apoderarse de unas armas que existían en la casamata de San Salvador.
A este movimiento le siguieron revueltas en Nicaragua, la conjuración de Belén y otros movimientos de 1814 a
1821. Una reunión entre las mismas autoridades coloniales y una junta de notables compuesta por líderes
religiosos y criollos ilustrados, terminó el 15 de septiembre de 1821 con el dominio español en la antigua
capitanía general de Guatemala, que comprendía el actual territorio del estado de Chiapas y las repúblicas de
Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

15 de septiembre de 1821
Se denomina Independencia de Centroamérica al proceso emancipador por parte de los actuales países de
Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, los cuales, a través de la firma del Acta de
Independencia de América Central el 15 de septiembre de 1821 rompen lazos con el Imperio Español.1 La
entonces capitanía estaba conformada, por las entonces provincias de Guatemala, Chiapas, Comayagua, San
Salvador, Nicaragua y Costa Rica. La suscripción del documento trajo como consecuencia la independencia del
Gobierno Español. La independencia de Panamá se desarrollaría unos meses después, entre el 10 y el 28 de
noviembre de 1821.
A diferencia de los demás países americanos, ambos fueron procesos relativamente pacíficos. El movimiento
independentista centroamericano tomó como ejemplo la independencia de los Estados Unidos y la revolución
francesa, que terminó con desigualdades y privilegios, y fue influenciado por las ideas del reformismo ilustrado
español y de la ilustración racionalista europea.
La independencia centroamericana tomó impulso después de la ocupación francesa de 1808 en España, que
creó un caos político en la península ibérica que terminó con la formación de diferentes grupos de resistencia
popular mejor conocidas como Juntas. Estas crearon un gobierno español clandestino y promulgaron la
Constitución de 1812, que tuvo un efecto directo en toda América. El primer movimiento independentista en
Centroamérica se dio en el 5 de noviembre de 1811, cuando una conspiración encabezada por los curas José
Matías Delgado y Nicolás Aguilar intentó apoderarse de unas armas que existían en la casamata de San Salvador.
A este movimiento le siguieron revueltas en Nicaragua, la conjuración de Belén y otros movimientos de 1814 a
1821. Una reunión entre las mismas autoridades coloniales y una junta de notables compuesta por líderes
religiosos y criollos ilustrados, terminó el 15 de septiembre de 1821 con el dominio español en la antigua
capitanía general de Guatemala, que comprendía el actual territorio del estado de Chiapas y las repúblicas de
Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
La obtención de la independencia de Centroamérica fue pacífica, a diferencia de los otros países americanos, los
cuales libraron fieras batallas para lograr convertirse en Estados independientes. Muchos fueron los factores
que culminaron en la independencia de la antigua Capitanía General de Guatemala, pero los predominantes
fueron: la influencia de ideas revolucionarias de la Ilustración europea, la independencia de los Estados Unidos
de América y el descuido de Centroamérica por parte de España debido a los cambios socio-políticos en la
misma península ibérica.

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En 1808 los franceses, gobernados en ese entonces por Napoleón Bonaparte, invadieron España, destronaron al
rey Fernando VII y coronaron en su lugar a José Bonaparte como José I.
El 2 de mayo de 1808, mismo día en el que se produjo el levantamiento en Madrid contra la ocupación francesa,
en Guatemala, el cartaginés costarricense Pablo Alvarado, quien era pasante de estudios de medicina en la
Universidad de San Carlos, hizo circular un panfleto denominado El Hispano – americano. En él hablaba de
libertad e independencia y se constituyó como el primer acto de independencia de toda la América hispana. Fue
encarcelado en Guatemala y recobró su libertad en marzo de 1809.
os españoles se rebelaron en contra del invasor y se negaron a reconocer al nuevo monarca. Esto produjo un
caos político en la península ibérica que terminó con la formación de diferentes grupos de resistencia popular,
más conocidas como Juntas. Estas estaban compuestas por militares, representantes del alto clero, funcionarios
y profesores, todos ellos conservadores, quienes terminaron creando un gobierno español clandestino. Durante
esta crisis, la Junta Central Suprema, que se creó tras la derrota francesa en la Batalla de Bailén, ordenó
mediante decreto del 22 de mayo de 1809 la celebración de Cortes extraordinarias y constituyentes. Las Cortes,
previstas para 1810, por el avance napoleónico, tuvieron que reunirse primero en San Fernando, entonces Isla
de León, y después en Cádiz.
El Rey, Fernando VII.
El 24 de septiembre de 1810 se celebró la primera sesión de las Cortes Extraordinarias y Constituyentes en la
ciudad de San Fernando. Fue en esta localidad donde se promulgaron los decretos relativos a la Soberanía
Nacional, la división de poderes, la igualdad, la legalidad y la libertad de imprenta. Todo ello sentó las bases del
Estado democrático y de derecho, así como el fin del Antiguo Régimen y el inicio de un nuevo tiempo para los
españoles de los ambos hemisferios, la Península y las colonias en América.
La tarea de las Cortes de Cádiz fue crear un cuerpo legislativo (leyes) de carácter liberal sobre el que establecer
un nuevo orden social que acabara con la sociedad estamental que había caracterizado a España hasta
entonces. El producto de esta labor fue la Constitución de 1812. Todos estos movimientos socio-políticos en la
península fueron bien recibidos por los criollos y resistidos por la oligarquía centroamericana.
Antes ya había tenido su repercusión en el istmo centroamericano la independencia de los Estados Unidos de
América a través de La carta de Filadelfia, del 4 de julio de 1776.3 En ella se estipula que los gobiernos tenían la
obligación de garantizar la libertad, la vida y la felicidad de los habitantes; si los gobiernos no cumplían esta
obligación, las personas podían cambiarlas. Estas ideas resonaron en las mentes de los criollos, quienes
experimentaban el menosprecio por parte de los peninsulares. Estos se reservaban los mejores empleos, los
altos cargos públicos, militares y religiosos.
Las ideas del reformismo ilustrado español y de la ilustración racionalista europea, principalmente la francesa,
que desembocó en la revolución que terminó con desigualdades y privilegios, también repercutió en
Centroamérica:3 a finales del siglo XVIII las obras francesas de autores como Montesquieu, Rousseau, de otros
enciclopedistas y de otros autores franceses e ingleses llegaron a las bibliotecas de algunos ilustrados españoles;
así, ideas como el contrato social ejercieron una atracción notable en los criollos centroamericanos que se
educaban en las escuelas reformadas que había abierto el arzobispo Cayetano Francos y Monroy, quien llegó a
Guatemala como arzobispo en sustitución de Pedro Cortés y Larraz cuando este renunció a principios de la
década de 1780.4
Francos y Monroy estaba muy involucrado con las corrientes liberales de los filósofos ingleses y de Jean-Jacques
Rousseau que proporcionaron nuevos lineamientos en la pedagogía y la formación intelectual de las nuevas
generaciones.4 Francos y Monroy inició en la Nueva Guatemala de la Asunción una reforma educativa, pues a su
llegada solamente estaba la escuela de Belén, la que era incapaz de atender a todos los escolares, pues la

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población ascendía a veinte mil habitantes.4 Las escuelas no funcionaban porque los jesuitas habían sido
expulsados en 1767 y el resto de entidades civiles y religiosas estaban trabajando arduamente en construir sus
nuevos edificios tras el traslado desde la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1776.4 Francos y
Monroy fundó dos escuelas de primeras letras, la de San José de Calasanz y la de San Casiano, fundó un nuevo
colegio que llamó «San José de los Infantes» y contribuyó económicamente para finalizar la construcción del
Colegio Tridentino de la Nueva Guatemala de la Asunción, entre otros establecimientos.4
El heroísmo, la determinación de libertad y el espíritu de pertenencia identitaria, fueron los valores que
inspiraron el proceso de Independencia de Panamá de España en 1821. José de Fábrega, militar, comandante
General del Istmo, oriundo de Panamá que apoyó la causa de la independencia.
La nueva orientación pedagógica de Francos y Monroy tenías tres objetivos: ciencias, costumbres y religión. De
esta forma, se dio conocimiento a los niños adecuado a su edad y se les proporcionaron principios que poco a
poco fueron desarrollando ciudadanos con mentalidad distinta a la acostumbrada y quienes en años posteriores
serían protagonistas de los movimientos independentistas.4 Las familias criollas enviaban a sus hijos a estudiar a
la capital en Guatemala, razón por la que las nuevas ideas de Francos y Monroy se diseminaron entre los futuros
próceres de la Independencia.
Las narrativas e interpretaciones acerca de las manifestaciones de resistencia que produjo la ruptura del modelo
colonial como fenómeno político, social y cultural del Istmo de Panamá, vista desde los diversos actores sociales
doscientos años después, continúa generando distintas posturas. El heroísmo, la determinación de libertad y el
espíritu de pertenencia identitaria, fueron los valores que inspiraron el proceso de Independencia de Panamá de
España en 1821. José de Fábrega, militar, comandante General del Istmo, oriundo de Panamá que apoyó la
causa de la independencia.
Primer grito
El 5 de noviembre de 1811 estalló en la provincia de San Salvador (la cual cubría la mayor parte de lo que ahora
es El Salvador) una conspiración encabezada por los curas José Matías Delgado y Nicolás Aguilar, dos hermanos
de este último y los señores Juan Manuel Rodríguez y Manuel José Arce. Su plan consistía en apoderarse de unas
armas que existían en la casamata de San Salvador y de doscientos mil pesos depositados en las arcas reales,
con lo que creyeron era suficiente para lanzar el grito de la libertad.
Según el plan, los fusiles serían puestos en manos de rebeldes de esta ciudad especialmente en los del barrio de
El Calvario. Una vez consumado esto, desconocerían la autoridad del intendente de la provincia, Antonio
Gutiérrez de Ulloa, fundarían una Junta Popular de gobierno y procurarían hacer extensivo el movimiento a los
demás puntos de la Provincia. Los revolucionarios contaban con la participación de las poblaciones de Metapán,
Zacatecoluca, Usulután, y Chalatenango.
Parte del plan fue llevado a cabo por Los revolucionarios, porque lograron deponer al intendente, pero no
lograron convencer a los ayuntamientos de los pueblos de San Miguel, Santa Ana, Sonsonate, y San Vicente;
estos resistieron la idea independentista. Los cabecillas de aquel movimiento comenzaron a desalentarse y la
insurrección de grupos que corrían en las calles sin objeto alguno, aunque sin causar el menor desorden a
particulares.
Al saberse de este movimiento en Guatemala, se comenzó a reclutar tropas para aumentar el orden a la
Provincia insurrecta, pero habiendo aceptado el Capitán General la mediación del ayuntamiento de Guatemala,
llegaron a San Salvador los regidores Juan José de Aycinena y Piñol y José María Peinado facultados para recibir
el gobierno de la Provincia. A estos sujetos se agregó el arzobispo de Guatemala fray Mariano Vidaurre y otros
misioneros destinados a predicar contra los insurgentes.

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El 3 de diciembre llegaron a San Salvador Aycinena y Peinado; el pueblo que una vez favoreció a los insurrectos
recibió con júbilo la llegada de los pacificadores y el orden fue restablecido. El padre Delgado fue llamado a
Guatemala, los misioneros predicaron con buen resultado y se les concedió una amnistía a los implicados en el
movimiento revolucionario, quedando Peinado en el ejercicio del mando político y militar de la Provincia de San
Salvador.7
En el caso de Panamá, Rufina Alfaro es el referente feminista de la mujer en la Independencia de Panamá del
Imperio Español. En los movimientos de subversión independentistas en el Istmo, es incuestionable seguir
negando la participación de las mujeres en todos los hechos ocurridos hace doscientos años, a pesar de que,
tanto la historicidad escrita por hombres como la interpretación o hermenéutica de los textos, aún sigue
estando marcada por las formas ideológicas hegemónicas patriarcales que caracterizan cultural y
sociológicamente la interpretación de la historia de toda la región Centroamericana, Suramericana y Caribeña.
Rufina Alfaro, mito, leyenda o realidad, es un símbolo del anhelo de libertad de los Istmeños a doscientos años
de la independencia.
Conjuración de Belén
En 1810 José de Bustamante y Guerra fue nombrado Capitán General de Guatemala, en una época de gran
actividad independentista; desarrolla una política reformista de corte ilustrado, pero ante la revolución de
Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos en México preparó tropas en Guatemala y creó el «cuerpo de
voluntarios de Fernando VII» y desde su puesto se enfrentó a los constitucionalistas locales, reprimiendo
duramente a los insurgentes y se opuso firmemente a la constitución liberal de 1812.
Desde el 28 de octubre de 1813, y después de la elección del rector de la Real y Pontificia Universidad de San
Carlos Borromeo,9 se habían celebrado en la celda prioral del Convento de Belén varias juntas organizadas por
fray Juan Nepomuceno de la Concepción. Los que allí se reunían juraban mantener en secreto lo tratado, sin
embargo, es probable que leyeran una proclama de José María Morelos y discutieran la posibilidad de destituir
al Capitán General Bustamante y Guerra.9 En noviembre hubo otra reunión en casa de Cayetano y Mariano
Bedoya, hermanos menores de doña Dolores Bedoya de Molina, y cuñados de Pedro Molina Mazariegos.
Arzobispo de Guatemala Ramón Casaus y Torres, colaboró con el Capitán General José de Bustamante y Guerra
y se opuso a los movimientos liberales independentistas.
la representación de la firma del acta del 15. sept.1821 en el Parque Xitumul, en Guatemala. Resalta el
presbítero salvadoreño Dr. José Matías Delgado y de León, último comisario del Santo Oficio en la Intendencia
de San Salvador.
El 21 de diciembre de 1813, Bustamante y Guerra, se enteró de que en el Convento de Belén se reunían
sediciosos para intentar una sublevación, dictó un auto para que el capitán Antonio Villar y su ayudante,
Francisco Cáscara, apresaran a los religiosos de ese monasterio. En la acometida resultarían presos el doctor y
presbítero Tomás Ruiz Romero, y su hermano José; los hermanos Bedoya, Cayetano y Manuel; el teniente
Joaquín Yodice; el sargento primero León Díaz; Andrés Dardón; y los frailes Manuel de San José y Juan
Nepomuceno de la Concepción.9 Esta resolución fue comunicada por el alcalde del ayuntamiento el día 24. De
ahí en adelante, hasta el siguiente mes, otros resultarían apresados:
Víctor Carrillo y Benito Miquelena, frailes mercedarios
Felipe Castro y Rafael Aranzamendi, sargentos primeros del Batallón de Milicias
Manuel Ibarra y Juan José Alvarado, empleados
Mariano Cárdenas, agricultor latifundista

12
José Ruiz, pasante de derecho
Manuel Tot, líder indígena de Verapaz; y
Venancio López, abogado y síndico del Ayuntamiento criollo.
También se libró orden de captura contra el regidor José Francisco Barrundia, quien logró escapar.
El Capitán General se percató de la conjura por medio del teniente Yodice, a quien se habrían sumado José de la
Llana y Mariano Sánchez.10 Asimismo, Bustamante comisionó a su sobrino el carmelita fray Manuel de la Madre
de Dios en la casa de correos, para que abriese toda correspondencia que cayera en sus manos. Nota
José Cecilio del Valle, redactor del acta de independencia.
Bustamante y Guerra después denunciaron a su sucesor nombrado Juan Antonio de Tornos, Intendente de
Honduras, por supuestas tendencias liberales y así logró su confirmación en su puesto por Fernando VII en 1814.
El comunicado de las penas se dio el 18 de septiembre de 1814, el fiscal asignado Don Antonio Villar, emitió su
veredicto, en el que daba por probados los hechos, y sentenciaba con las siguientes penas a los implicados. José
Francisco Barrundia -alférez de Dragones y regidor del ayuntamiento-, Joaquín Yodice, el presbítero Tomás Ruiz
y fray Víctor Castrillo fueron sentenciados a pena de muerte por medio de garrote, mientras que todos los
demás fueron sentenciados a la pena de horca. Solamente fray Benito Miquelena, Francisco Montiel y José Ruiz
se salvaron de ser sentenciados a muerte, pero fueron condenados a diez años de cárcel en África, y destierro
perpetuo de los dominios de América.12
De los arriba mencionados Barrundia e Ibarra huyeron; los demás fueron reducidos a estrecha prisión y
encausados. Cinco años después fueron puestos en libertad por orden del Rey Fernando VII. En cuanto a
Bustamante y Guerra, este fue destituido en agosto de 1817 y volvió a España en 1819. Ese mismo año entró
nuevamente a formar parte de la Junta de Indias.
La Proclamación de la independencia
En 1818 el implacable Bustamante dejó el poder y le sustituyó Carlos Urrutia, un hombre de carácter débil y en
cuyo gobierno los independentistas ganaron terreno. En 1820 el rey de España Fernando VII se vio forzado a
restablecer la constitución de 1812, con lo que nuevamente se implementó en Centroamérica la libertad de
prensa. En ese mismo año el doctor Pedro Molina Mazariegos comenzó a publicar El Editor Constitucional,
periódico en cual criticó al gobierno de la colonia, defendió los derechos de los criollos centroamericanos y se
promovió la independencia.
En México, la revolución obtuvo un completo triunfo y a través del Plan de Iguala declaró su independencia total
de España el 24 de febrero de 1821. Esta noticia desconcertó a las autoridades españolas de Guatemala y la vez
sirvió de estímulo a la causa independentista. El 9 de marzo, presionado por los liberales independentistas, el
Capitán General dejó el puesto para que fuese ocupado por el subinspector del ejército Gabino Gainza. Gainza
era del agrado de los independentistas, porque además de ser un hombre de una edad muy avanzada, también
era de carácter débil y voluble. Bajo su mando, Centroamérica experimentó una agitación social de niveles
intolerables. Esta situación obligó a la diputación provincial a solicitar a Gainza una reunión para discutir el difícil
tema de la independencia.
Gainza entonces, atendiendo este llamado, reunió una junta de notables compuesta por el señor arzobispo,
diputados, jefes militares, los prelados de las órdenes religiosas, y empleados de hacienda. En aquella
memorable reunión presidida por el mismo Gainza, los presentes externaron con libertad su opinión. El señor
José Cecilio del Valle tomó la palabra y en un largo discurso demostró la necesidad y la justicia de la
independencia, pero manifestando que, para proclamarla primero debía oírse el voto de la Provincias.

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Sin embargo, el pueblo que asistía a tan importante acto pidió a voces la independencia, y esta fue proclamada
el 15 de septiembre de 1821. Valle redactó aquel memorable documento, así mismo también redactó el
Manifiesto que publicó el Capitán General Gainza sobre el gran suceso de la independencia.
Firma de la Independencia, pintura de Luis Vergara Ahumada. Que representa el momento en que el padre José
Matías Delgado firma el acta. Que siendo la independencia del gobierno español la voluntad general del pueblo
de Guatemala, y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el señor jefe
político la mande publicar, para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase
de hecho el mismo pueblo.
En el Acta de la Independencia se fijaron las bases de un nuevo régimen: se determinó que se eligiesen por las
Provincias, Representantes para formar el Congreso de la nación, al que debía corresponder la fijación de la
forma de gobierno,"15 y la formación de la constitución. También se determinó "que la elección de
Representantes se hiciese por las mismas juntas electorales que había elegido diputados a las cortes de España,
observándose las leyes anteriores para el procedimiento de la elección: que las provincias eligiesen
Representantes sobre la base de un Diputado por cada quince mil habitantes.
Que el congreso Constituyente se reuniese el 1 de marzo de 1822 y que hasta su reunión no se hiciese alteración
alguna en la observación de las leyes españolas, ni con respecto a los tribunales y funcionarios existentes.
Además, se estableció que se conservase la religión católica en toda su integridad y pureza; y que mientras el
país se constituía, el jefe Gabino Gainza continuase con el gobierno superior, político y militar, obrando de
acuerdo con una Junta Provisional Consultiva.
La historia oficial destaca el rol que asumieron las élites de origen español y criollos en las diferentes provincias
de Centroamérica. Los estudios de Samuel Stone muestran que las élites de poder en Centroamérica provienen
de pocas familias que generaron por más de 500 años alianzas estratégicas familiares y comerciales en la región,
que les permitieron permanecer en el poder político y económico.
Según Edelberto Torres-Rivas, la estratificación social del Reino de Guatemala en los albores de la
Independencia (1820), incluía a 40.000 criollos y españoles, 300.000 castas y mestizos y 600.000 indios, de los
cuales casi la mitad de esa población vivía en Guatemala.17 En el caso de Costa Rica, la provincia más lejana,
habitaban alrededor de 60.000 personas; de acuerdo con el Censo de 1823-24 se contabilizó un total de 57.146
habitantes, sin incluir el Partido de Nicoya.18 Al momento de la independencia de España, la élite económica y
política asume el poder de los principales estamentos de los gobiernos en las provincias. Los más eruditos
asumieron la tarea de redactar las Actas de Independencia, así como los pactos sociales y acuerdos durante el
proceso de transición que culminaron con su adhesión temporal al Imperio de Iturbide en México (1822-1823),
que luego pasaron a conformar la República Federal de Centroamérica (1824-1839) y posteriormente las
Constituciones políticas de las repúblicas independientes.
Los estudios de Marta Elena Causas Arzú explican la configuración de estas élites como redes familiares que
fueron tejiendo alianzas estratégicas para sostener una privilegiada posición social mediante estrategias de
dominación en las estructuras de poder político y económico, estrechamente articuladas con la Iglesia Católica.
Estas redes familiares estaban ligadas por cuatro factores fundamentales: las alianzas comerciales, los
matrimonios, la proximidad geográfica y su procedencia étnica y como socios dentro de las organizaciones
gremiales, políticas, educativas, religiosas, culturales y sociales. Las estrategias utilizadas fueron mediante los
pactos matrimoniales, las relaciones socio-económicas, la participación política, la institucionalidad religiosa, los
patrones de inversión, tierra-capital, infraestructura y otras formas de organización propia, que les permitieron
sobrevivir desde la invasión española hasta hoy en día.19
En 1539 llegan las primeras mujeres españolas a Centroamérica. Unos 15 años después de que se inició la
conquista en 1524. Esto explica el acelerado proceso de mestizaje, producto de actos de violencia o

14
enamoramiento, que dieron lugar a las primeras generaciones de criollos. Al respecto, Casaus Arzú destaca que
solo los mestizos de la primera generación fueron considerados españoles de pleno derecho. Un ejemplo de ello
fue Leonor, hija del conquistador Pedro y Luiza de Alvarado de Xicohtencatl, Guatemala, de donde se origina una
de las 20 familias que pudieron reproducir su linaje y lograr que su estirpe sobreviviera.19 Para el sociólogo
político Samuel Stone, la configuración de estas élites se extendió a toda Centroamérica, donde las alianzas y
parentescos tienen antepasados comunes, pero a su vez cada república se fue diferenciando una de la otra
conforme adoptaron sistemas políticos y culturales diferentes.20
Desde las primeras medidas tomadas por los primeros gobernantes de Centroamérica, se definieron
lineamientos internos en cada provincia que excluyó a amplios sectores de la población, entre ellos a las
mujeres, que no tenían derechos al voto y un limitado acceso a la educación, a las personas menores de edad,
quienes no tenían acceso a la tierra o a recursos de capital, o las poblaciones indígenas y afrodescendientes. La
abolición de la esclavitud en Centroamérica fue declarada por decreto de la Asamblea Nacional Constituyente el
11 de marzo de 1824, a iniciativa del presbítero José Simeón Cañas, a cambio de una compensación a sus
dueños o patronos.21
En el caso del Istmo Panamá, la condición histórica, política e ideológica transitaste que le impuso la Corona
Española, es decir: El Determinismo Transitaste de Panamá, el cual se fundamentó en el espíritu Anatista de
comercio, sustentado en los cinco pilares fundamentales que lo caracterizó: el comercio, las ferias (Portobello),
el contrabando, la trata de esclavos y el situado (apoyo económico del comando del Virreinato); que al
enfrentarse al declive de la monarquía y la crisis estructural del Orden Colonial, en lo político, lo económico, lo
ideológico y lo social, impulsaron el deseo independentista de los Istmeños, al igual que el resto de movimientos
independentistas en la región económica debido a la caída de los precios del añil, producto que tuvo enorme
importancia comercial a lo largo del siglo dieciocho.
Anexión a México
El 28 de noviembre de 1821 llegó a Guatemala una nota del General Agustín de Iturbide sugiriendo que el Reino
de Guatemala y el Virreinato de México formarán un gran imperio bajo el Plan de Iguala y el Tratado de
Córdova. La Junta Provisional Consultiva declaró que ella no era la llamada para tomar tal determinación; sin
embargo, decidió explorar la voluntad y escuchar la opinión del pueblo. Así, se celebraron cabildos abiertos en
diferentes partes del Reino.
La Cuestión de la anexión a México provocó divisiones al interior de cada una de las provincias dado que unas
ciudades estaban a favor de ésta y otras en contra.
En Honduras, por ejemplo, Comayagua se pronunció a favor de la anexión; Tegucigalpa, a su vez, se oponía a la
misma ya que la nueva forma de gobierno debía ser decidida por el congreso que se reuniría en 1822. A pesar de
las diferentes opiniones, la JUNTA PROVISIONAL CONSULTIVA optó par la anexión a México, haciéndose efectiva
el 5 de enero de 1822.
El gobierno del Emperador Agustín de Iturbide fue de corta duración, ya que éste fue depuesto en México el 19
de marzo de 1823. En Guatemala, el Brigadier Vicente Filísola convocó al Congreso, previsto en el Acta de
Independencia de 1821, para que se reuniera en esa ciudad. Se celebraron elecciones para Diputados a este
Congreso.
El Congreso abrió sus sesiones el 24 de junio de 1823, adoptando poco después el nombre de ASAMBLEA
NACIONAL CONSTITUYENTE.

15
El 1 de julio de 1823 se decretó la Independencia absoluta de Centro América, declarando que las provincias
eran libres e independientes de España, México, así como de cualquier otra potencia extranjera. Se adoptó el
nombre de PROVINCIAS UNIDAS DE CENTRO AMERICA.
El acta de anexión:
Palacio Nacional de Guatemala, enero 5 de 1822. Habiéndose traído a la
vista las contestaciones de los Ayuntamientos de las Provincias, dadas a
virtud del oficio circular de 30 de noviembre último, en que se les previo que
en Consejo abierto explorasen la voluntad de los pueblos sobre la Unión al
Imperio Mexicano que el serenísimo Señor Don Agustín de Iturbide,
Presidencia de Regencia, proponía en su oficio de 19 de Octubre, que se
acompañó impreso; y trayéndose igualmente contestaciones que sobre el
mismo punto han dado los tribunales y comunidades eclesiásticas y
seculares, jefes políticas, militares y de hacienda y personas particulares, a
quienes se tuvo por conveniente consultar, se procedió a examinar y regular
la voluntad general, de la manera siguiente:
Los Ayuntamientos que han convenido llanamente en la Unión, según se
contiene en el oficio del Gobierno de México, son ciento cuatro. Los que han
convenido en ella con algunas consideraciones que les ha parecido poner,
son once. Los que han comprometido su voluntad en lo que parezca a la
Junta Provisional, atendiendo al conjunto de circunstancias en que se hallan
las Provincias, son treinta y dos.
Los que se remiten a lo que diga el Congreso, que estaba convocado desde el
15 de septiembre y debía reunirse el 1º de febrero próximo, son veintiuno.
Los que manifestaron no conformarse con la Unión, son dos.
Los restantes no han dado contestación, o si la han dado no se ha recibido. Y traído a la vista el estado impreso
de la población del Reino, hecho por un cálculo aproximado, sobre os censos existentes, para la elección de
Diputados, y que circuló en noviembre próximo anterior, se halló: que la voluntad manifiesta llanamente por la
Unión excedía de la mayoría absoluta de la población reunida en este Gobierno. Y computándose la de la
Intendencia de Nicaragua que desde su declaratoria de Independencia del Gobierno Español, se unió al de
México separándose absolutamente de éste; la de Comayagua, que se halla en el mismo caso; la de Ciudad Real
de Chiapas, que se unió al Imperio, aun antes de que se declarase la Independencia de esta ciudad; la de
Quezaltenango, Sololá y algunos otros pueblos que en estos últimos días se han adherido por si mismos al
Unión; se encontró que la voluntad general subía a una suma casi total. Y teniendo presente la Junta, que su
deber, en este caso, no es otro que trasladar al Gobierno de México lo que los pueblos quieren, se acordó
verificarlo así, como ya se indicó en oficio de 3 del corriente.
Entre las varias consideraciones que ha hecho la Junta en esta importante y grave materia en que los pueblos se
hallan amenazados en su reposo, y especialmente en la unión de sus hermanos de las otras Provincias, con
quienes han vivido ligados por la vecindad, el comercio y otros vínculos estrechos, fue una de las primeras, que
por medio de la Unión a México, querían salvar la integridad de lo que antes se ha llamado Reino de Guatemala
y establecer entre si la unión que ha reinado por lo pasado, no apareciendo otro, para remedia la división que se
experimenta.
Como algunos pueblos han confiado al juicio de la Junta lo que más le convenga resolver en la presente materia
y circunstancias, por no tenerlas todas a la vista, la Junta juzga que manifestada como está, de un modo tan

16
claro, la voluntad de la universalidad, es necesario que los dichos pueblos se adhieran a ella para salvar su
integridad y reposo.
Como las contestaciones dadas por los Ayuntamientos, lo son con vista al oficio del Serenísimo Señor Iturbide
que se les circuló, y en él se propone como base la observancia del Plan de Iguala y de Córdova con otras
condiciones benéficas al bien y prosperidad de estas Provincias, las cuales si llegasen a término de poder por si
constituirse en estado independiente podrán libremente constituirlo; se ha de entender que la adhesión al
Imperio de México es bajo estas condiciones y bases.
Las puestas por algunos Ayuntamientos, respecto a que parte están virtualmente contenidas en las generales, y
parte difieren entre sí para que puedan sujetarse a una expresión positiva, se comunicarán al Gobierno de
México para el efecto que convenga; y los Ayuntamientos mismos, en su caso, podrán darlas en instrucción a sus
Diputados respectivos, sacándose testimonio por la Secretaría.

Respecto de aquellos Ayuntamientos que han contestado remitiéndose al Congreso que debía formarse, y no es
posible ya verificarlo, porque la mayoría ya ha expresado su voluntad en sentido contrario, se les comunicará el
resultado de ésta, con copia de esta acta.
Para conocimiento y noticia de todas las Provincias pueblos y ciudades, se formará un estado general de las
contestaciones que se han recibido, distribuyéndolas por clases, conforme se hizo al tiempo de reconocerse en
esta Junta, la cual se ubicará posteriormente.
Se dará parte a la Soberana Junta Legislativa Provisional, a la Regencia del Imperio y al Serenísimo Señor Iturbide
con esta Acta, que se imprimirá y circulará a todos los Ayuntamientos, autoridades, tribunales, corporaciones y
jefes para su inteligencia y gobierno.- Gabino Gainza, El Marqués de Aycinena, Miguel de Larreynaga, José del
Vale, Mariano de Beltraneja, Manuel Antonio Molina, Antonio Rivera, José Mariano Calderón, José Antonio
Alvarado, Ángel María Candinga, Eusebio Castillo, José Valdés, José Domingo Diéguez, Secretario.- Mariano
Gálvez, Secretario.
El 29 de octubre de 1821, el entonces presidente de la regencia del imperio mexicano, Agustín de Iturbide, envió
a Gainza un mensaje invitando a Guatemala a parte formar de México. Antes ya había escrito alentando a los
centroamericanos a enviar a sus representantes a las futuras Cortes Constituyentes que se reunirían en la capital
mexicana. Pero la nueva carta culminó con el anuncio de un hecho político más concreto. Un numeroso ejército
mexicano se dirigía a la frontera con Guatemala.
Gainza le respondió un mes más tarde, el 3 de diciembre de 1821, que era necesario consultar a diversos
cabildos centroamericanos para dar una respuesta sobre la cuestión. Culminaba su contestación con estas
elocuentes expresiones: " Espero que Vuestra Excelencia deje en suspenso sus decisiones, y detendrá la marcha
de su división armada, hasta la llegada de mi respuesta que le enviaré por correo el 3 de enero de 1822.
Apenas dos días después de la fecha fatal, el 5 de enero, Gainza pudo remitir su conteo (aún incompleto): 32
ayuntamientos aceptaron la anexión; 104 aceptaban con condiciones; 2 se opusieron de plano, mientras que
otros 21 opinaron que esta cuestión sólo podía ser debatida por el congreso que debía reunirse en marzo.
A últimas no les faltaba, pues estas ocurrencias de Gainza de consultar a los cabildos, aunque le daba algo de
tiempo, violaba la disposición del Acta del 15 de razón de septiembre: un " Congreso que debe decidir el punto
de independencia general absoluta y fijar en caso de acordarla, la forma de Gobierno y ley fundamental que
debe regir ".

17
Pero además surgieron sospechas sobre el mismo recuento, ya que se acusó al secretario de la Junta Consultiva
que asesoraba a Gainza, Mariano Gálvez, de haber acomodado el resultado a favor de la anexión.
Pero es cierto que muchos pueblos (Comayagua, Ciudad Real de Chiapas, Quetzaltenango, Sololá, las
intendencias de Nicaragua) se unieron por iniciativa propia al Imperio, aun saltando por encima del conducto
regular que consiguió a Ciudad de Guatemala. Había apariencias de unanimidad y mucha presión puesta sobre
esta decisión. Por lo mismo, Gainza y la Junta Provisional Consultiva declararon la unión del Reino de Guatemala
al Imperio de México en un acta firmada el 5 de enero en Ciudad de Guatemala.

Los acontecimientos se precipitaron:

▪ El 11 de enero El Salvador denunció la anexión como ilegítima, se declaró en rebeldía y bajo la dirección
de José Matías Delgado y Manuel José Arce se preparó para la lucha armada.
▪ El 23 de enero Iturbide nombró a Gainza capitán general de Guatemala con carácter provisional.
▪ El 25 de febrero Gainza seguramente se tomará el juramento de adhesión al Imperio de México.
▪ El 30 de marzo Iturbide dio a Gainza el título de Lugarteniente General del Reino y le ofreció el puesto
de gobernador de una provincia del Imperio o de Nueva Galicia, como premio por sus servicios.
▪ Gainza pide el envío de las tropas mexicanas (600 hombres, bajo el mando de Vicente Filísola) ya
apostadas en la frontera.
▪ Las tropas de Vicente Filísola llegaron a Ciudad de Guatemala el 12 de junio.
▪ El 23 de junio, por orden de Iturbide, Gainza dejó el poder en manos de Filísola y abandonó el país con
rumbo a México.

PROVINCIAS UNIDAS DE CENTROAMERICA

Las Provincias Unidas de Centroamérica, adheridas a México


espontáneamente el 5 de enero de 1822, proponen ahora su separación.
El hecho ocurre durante el Congreso que celebran en Guatemala a
convocatoria de Vicente Filisola.

Durante el virreinato, la Capitanía General de Guatemala abarcaba


Centroamérica (territorio que ahora ocupan las actuales naciones de
Guatemala, Honduras, San Salvador, Nicaragua y Costa Rica) y Chiapas;
Centroamérica se había proclamado independiente de España el 15 de
enero de 1821, pero el 5 de enero de 1822, en Guatemala, fue firmado
con Agustín de Iturbide un documento conocido como el “Acta de la
Unión”, por la que toda Centroamérica y Chiapas, se incorporaron al
Imperio Mexicano.

La anexión desató la rebelión en la Intendencia de El Salvador, por lo que Iturbide envió a Vicente Filisola a la
región para sofocarla. Sobre esto refiere Jaime Rodríguez O. (El nacimiento de Hispanoamérica. Vicente
Rocafuerte y el hispanoamericanismo, 1808-1832): “En mayo de 1823 aparecieron cuatro enviados de la

18
provincia centroamericana de El Salvador, que… deseaban anexarse a los Estados Unidos en calidad de estado.
El jefe del grupo, José Manuel de Arce, se dirigió a [Vicente] Rocafuerte para que le presentara personas
importantes de los círculos del gobierno, pero… la cuestión salvadoreña era particularmente difícil, porque,
aunque ese territorio formaba nominalmente parte del México independiente, en 1822 había declarado su
propia independencia. El emperador Iturbide despachó entonces un ejército al mando del general Vicente
Filisola para someter a los rebeldes, pero Filisola, al darse cuenta de que el imperio de Iturbide se tambaleaba,
hizo las paces con los centroamericanos… Rocafuerte temía entonces que Filisola tratara de establecer su propia
monarquía en Guatemala, que era el nombre con que se conocía toda la América Central. Además, en su calidad
de amigo y representante oficioso de México, Rocafuerte no podía colaborar a la secesión de El Salvador. Como
la noticia de la caída de Iturbide acababa de llegar a los Estados Unidos, Rocafuerte exhortó a los comisionados
salvadoreños a dar oportunidad al nuevo gobierno de México de tratarlos con justicia”.

Ante la agitación que produjo la caída del imperio de Iturbide y ante el hecho que Filisola pretendía formar su
propio imperio en Guatemala, los centroamericanos se dividieron, entre ellos el salvadoreño Manuel José de
Arce y Fagoaga (que en su ciudad natal dio el Grito de Independencia el 5 de noviembre de 1811), quien viajó a
Estados Unidos para pedir apoyo, armas y créditos. Filisola convocó a un congreso en Guatemala y fue así como
hoy, 29 de junio de 1823, hacen la propuesta de separarse de México. De modo que el siguiente primero de
julio, ya habrá otra nación, una república federal integrada por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y
Costa Rica, llamada: Provincias Unidas del Centro de América, con capital en Guatemala.

Desde la independencia de España los países de Centroamérica comparten una historia común. La misma
estaba conformada por Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, dos de las actuales provincias
panameñas, y el estado mexicano de Chiapas. Las Provincias Unidas del Centro de América se formaron en gran
parte de los territorios que hasta 1820 habían formado el Reino de Guatemala, perteneciente a la Corona
española. Provincia de Guatemala Provincia de la Monarquía española, erigida en 1812 mediante la reunión de
los territorios de las Alcaldías Mayores de Chimaltenango (Guatemala), Escuintla (Guatemala), Sacatepéquez
(Guatemala), Sololá (Guatemala), Sonsonate (El Salvador), Suchitepéquez (Guatemala), Totonicapán
(Guatemala) y Verapaz (Guatemala). Los Corregimientos de Chiquimula (Guatemala) y Quezaltenango
(Guatemala) y las Intendencias de Ciudad Real de Chiapas (Chiapas), que comprendía: Ciudad Real, Soconusco y
Tuxtla; Comayagua (Honduras) y San Salvador (El Salvador).

Esta provincia estaba gobernada por un jefe Político superior nombrado por la Regencia, que fue José de
Bustamante y Guerra, y una Diputación Provincial de siete miembros elegida popularmente. Su capital fue la
ciudad de Guatemala. Sin embargo, el régimen no duró mucho, debido a la restauración del absolutismo por
Fernando VII en 1814. Provincia de Nicaragua y Costa Rica De los territorios centroamericanos, la enumeración
de las provincias de España contenida en la Constitución de 1812 sólo mencionó a Guatemala, por lo que parecía
que se iba a mantener la unidad administrativa de los territorios del antiguo Reino de ese nombre, bajo la
autoridad de un jefe Político Superior y una Diputación Provincial. Sin embargo, a propuesta de los diputados de
Nicaragua y Costa Rica, las Cortes de Cádiz decidieron mediante una ley de 23 de mayo de 1812 segregar de
Guatemala los territorios de la Intendencia de León y de la provincia de Costa Rica y reunirlos en una nueva
circunscripción, la Provincia de Nicaragua y Costa Rica. La Provincia de Nicaragua y Costa Rica, como las demás
de la Monarquía, contaba con un jefe Político Superior de nombramiento real y una Diputación Provincial de
siete miembros, elegida popularmente. Ambos tenían su sede en la ciudad de León (Nicaragua).

La Provincia era política y administrativamente independiente de Guatemala y estaba subordinada directamente


al gobierno de Madrid, aunque en lo militar y hacendario siguió estando subordinada a la Capitanía General y

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Superintendencia de Guatemala y en lo judicial a la Audiencia Territorial ubicada en la ciudad de Guatemala. Las
Provincias en 1820 Como consecuencia del restablecimiento de la Constitución de Cádiz, el reino desapareció
como unidad política y su territorio quedó dividido en dos provincias: Provincia de Guatemala, con capital en la
ciudad de Guatemala. Provincia de Nicaragua y Costa Rica, con capital en León. El 13 de diciembre de 1820, la
Diputación dividió el territorio provincial en siete partidos: Costa Rica, El Realejo (Nicaragua), Granada
(Nicaragua), León (Nicaragua), Nicaragua (Rivas), Nicoya (Costa Rica) y Nueva Segovia (Nicaragua). Estas
provincias eran unidades separadas y sin subordinación entre sí, pero en lo judicial seguían ambas bajo la
jurisdicción de la Real Audiencia de Guatemala y en lo militar dependían del capitán general de Guatemala,
título que para lo castrense tenía el jefe político superior de la provincia de Guatemala. Las Provincias en 1821
En 1821 las Cortes españolas decidieron erigir en provincias a todas las intendencias americanas: Las
intendencias de Ciudad Real de Chiapas, Comayagua y San Salvador pasaron a ser respectivamente la provincia
de Ciudad Real de Chiapas, la provincia de Comayagua y la provincia de San Salvador. Poco después, en
septiembre de 1821, estas provincias, al igual que la de Guatemala (15 de septiembre) y la de Nicaragua y Costa
Rica (11 de octubre), proclamaron su independencia de la Monarquía española.

En diciembre de 1821, el Partido de Costa Rica, uno de los siete que formaban la provincia de Nicaragua y Costa
Rica, se separó de ésta y reasumió la condición de provincia aparte, que había tenido hasta 1820. De 1822 a
1823, todas estas provincias estuvieron unidas de un modo u otro al Primer Imperio Mexicano. A la caída del
Imperio, las autoridades de la provincia de Guatemala invitaron a las demás a enviar diputados a un congreso
que se reuniría en su capital. El Salvador, Honduras y Nicaragua eligieron diputados y los enviaron a la ciudad de
Guatemala; Costa Rica anunció que los enviaría una vez que se retiraran de la capital guatemalteca las tropas
mexicanas de ocupación enviadas por el Imperio en 1822. Chiapas no envió diputados, puesto que prefirió
mantenerse unida a México, aunque sí lo hizo su región costera de Soconusco. Establecimiento de las Provincias
Unidas El 1 de julio de 1823 se reunió en Guatemala el congreso, bajo la presidencia del presbítero José Matías
Delgado, y declaró que las provincias ahí representadas eran independientes de España, de México y de toda
otra nación. El nuevo país tomó el nombre de Provincias Unidas del Centro de América. Al día siguiente, 2 de
julio, los diputados se declararon constituidos en Asamblea Nacional Constituyente y proclamaron que en ella
residía la soberanía nacional, y pusieron en vigencia temporalmente la Constitución de Cádiz. La Asamblea
Nacional Constituyente decretó una bandera y un escudo para el nuevo Estado, y nombró una junta de gobierno
provisional de tres miembros (Primer Triunvirato). En octubre de 1823 fue reemplazada por otra (Segundo
Triunvirato), que gobernó hasta 1825.

Las Bases de Constitución Federal Para la organización definitiva del país, la Asamblea Constituyente nombró
una comisión para redactar un proyecto de Constitución. Esta comisión, formada por cuatro diputados de
ideología liberal, trabajó primero en un documento denominado Bases de Constitución Federal, en el que se
recogían los principios fundamentales de la futura Carta fundamental y se delineaba la organización del
gobierno. Aunque también tuvieron a la vista la Constitución de Cádiz, la Constitución portuguesa de 1822, los
textos constitucionales colombianos federales y unitarios y las Constituciones francesas, el principal modelo
utilizado por los miembros de la comisión redactora fue la Constitución promulgada en 1787 por los Estados
Unidos de América, cuyo éxito había sido indiscutible. La comisión pareció creer que el progreso y la paz de los
Estados Unidos estaban determinados directamente por su forma de organización, sin tomar en consideración
que respondía a una realidad social y económica muy distinta de la de Centroamérica, ni tampoco las
considerables diferencias que existían entre la tradiciones políticas y jurídicas de ambos países. Para peor, no se
limitaron a inspirarse en las disposiciones de la Carta americana, sino que introdujeron en el modelo una serie
de cambios muy poco felices, sobre todo en la parte orgánica.

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Documentos más cercanos a la idiosincrasia centroamericana, como la Constitución española de 1812 o la
portuguesa de 1822 solamente sirvieron de referencia para aspectos secundarios. El resultado de todo esto,
como lo indicó años más tarde don Felipe Francisco Molina y Bedoya, hijo de uno de los miembros de la
comisión redactora, fue un «aborto monstruoso que sólo en la estructura exterior se asemejaba a las
instituciones que se tomaron por modelo». El 25 de octubre de 1823, la comisión redactora presentó las Bases
de Constitución federal al plenario de la Constituyente. El 17 de diciembre siguiente, la Asamblea dispuso hacer
circular el texto, e invitó a las Provincias Unidas a formular y presentar observaciones o propuestas de
modificación. Adhesión de Costa Rica y Separación Definitiva de Chiapa En marzo de 1824 tomaron asiento en la
Asamblea los representantes costarricenses, y a solicitud suya, el 4 de ese mes el cuerpo constituyente declaró
que la provincia de Costa Rica quedaba incorporada a la República del Centro y era una parte integrante de ella
bajo el sistema adoptado en las Bases.

La misma declaratoria indicó que las autoridades establecidas en Costa Rica continuarían en sus funciones hasta
que se estableciesen las que debían regirla conforme a las Bases. El 12 de septiembre de 1824 de acuerdo con el
Acta de la Junta Provisional de Chiapas en que se hizo la declaración de la reunión de la Provincia a la República
Mexicana: " los chiapanecos decidieron votar para federarse y formar definitivamente parte de México: Votaron
96,829 a favor de ser parte de México y 60,400 en contra". El 14 de septiembre del mismo año se llevó a cabo el
pronunciamiento solemne de Federación del Estado Libre de Chiapas. Las Bases como Constitución Provisional,
aunque las bases habían sido emitidas solamente como una propuesta de esquema para la futura Constitución
centroamericana, la provincia de San Salvador, cuyas autoridades eran decididas partidarias de un sistema
federal, se apresuró a convocar un congreso constituyente para emitir su constitución conforme al documento.

Ante ese hecho, el 5 de mayo de 1824 la Asamblea Constituyente acordó facultar a las provincias para elegir
congresos y organizar sus autoridades de conformidad con las Bases de Constitución, y además convocó a
elecciones para las futuras autoridades federales, aunque todavía no se había emitido la Carta fundamental.
Estas decisiones hicieron que el texto de las Bases empezase a adquirir positividad y se elevase de la condición
de simple anteproyecto a la de una verdadera Constitución provisional, cuya vigencia se mantendría mientras la
Asamblea aprobaba la Constitución definitiva. Además, las Bases, a pesar de sus defectos, quedaron
irreversiblemente convertidas en el modelo principal de la futura Carta fundamental. Las Bases de Constitución
Federal estuvieron vigentes hasta la emisión de la Constitución de la República Federal de Centro América,
aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente el 22 de noviembre de 1824. Con la emisión de la
Constitución federal, quedó sustituido el nombre de provincias por el de estados, y el nombre del país también
cambió, por lo que las Provincias Unidas del Centro de América pasaron a llamarse República Federal de Centro
América. Su capital inicialmente fue la ciudad de Guatemala, hasta 1834; después Sonsonate, por un breve
período, y por último San Salvador, de 1834 a 1839. La Federación estaba formada por cinco Estados:
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. En 1838 se formó un sexto Estado, Los Altos, con
capital en la ciudad de Quezaltenango, con los territorios del occidente de Guatemala, y parte del actual
Soconusco de Chiapas (México). Limitaba al sur con el Océano Pacífico, al este con el Mar Caribe, al Sureste con
Panamá (provincia de Colombia entonces), y al Noroeste con México. El territorio de la Federación también
incluía Belice. Entre los años de 1838 y 1840, la Federación entró en un período de guerra civil. El primer Estado
en separarse definitivamente fue Nicaragua, en abril de 1838; en octubre de 1838, esta decisión fue imitada por
Honduras, En noviembre de 1838, Costa Rica.

Guatemala se separó en 1839 y, bajo el gobierno de Rafael Carrera, forzadamente absorbió al Estado de Los
Altos. A finales de 1839, la Federación había dejado de existir; sin embargo, durante el siglo XIX hubo numerosos
intentos para restablecerla, manifestados en las conferencias unionistas centroamericanas. El Soconusco El

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Soconusco permaneció neutral, es decir que continuó sin pertenecer ni a México ni a Centroamérica,
prolongándose esta situación hasta el 11 de septiembre de 1842.

Durante los 18 años que duró la neutralidad del Soconusco, esta región sufrió constantes invasiones y
violaciones de su territorio, siendo la más larga e importante la del 21 de mayo de 1825, pues las fuerzas
militares guatemaltecas al mando del coronel José Pierson, ocuparon Tapachula, permaneciendo en ella hasta
finales de ese mismo año. En 1832 nuevamente es invadido por las fuerzas militares de Centroamérica, con el
pretexto de capturar al revolucionario salvadoreño Manuel José de Arce y Tapachula es saqueada, lo mismo
Escuintla y otras poblaciones. La República de las Provincias Unidas de Centroamérica quedó disuelta, con lo que
se derrumbó para siempre el sueño de Francisco Morazán, que se forjó la ilusión de constituir una federación de
países centroamericanos, fuerte y duradera. Debido a lo anterior, muchos perseguidos políticos, principalmente
guatemaltecos, se refugiaron en el Soconusco; Esto sirvió de pretexto para que el año siguiente, 1839,
Guatemala instalara un destacamento de soldados en la margen izquierda del río Tilapa, que entonces servía de
frontera con el Soconusco y su comandante tuvo la pretensión de cobrar los gastos de sus tropas a las
autoridades de Tapachula, con la argucia de que se habían instalado en la frontera para proteger al Soconusco.

Ante tales acontecimientos, el alcalde de la Villa de Tapachula, con fecha 18 de mayo de 1840, se dirige al
gobierno de México pidiendo ayuda para poner fin a tantos males y calamidades. No obstante que el presidente
Anastasio Bustamante quiso proteger de inmediato al Soconusco, no lo logró debido a que su gobierno estaba
sufriendo terribles convulsiones y contratiempos. Hasta agosto de 1842, cuando el presidente Santa Anna tomó
cartas en el problema planteado por Soconusco, dando por resultado el decreto del 11 de septiembre de ese
mismo año, firmado en el Palacio Nacional, en el que quedaba establecido: "Primero. El Distrito del Soconusco
queda unido irrevocablemente al departamento de las Chiapas y consiguientemente a la Nación Mexicana.
Segundo: "El Distrito de Soconusco forma una prefectura del departamento de las Chiapas, cuya capital será la
Villa de Tapachula, que se eleva desde hoy al rango de Ciudad.

" La historia de Centroamérica reúne los eventos ocurridos en el subcontinente desde los primeros
asentamientos humanos en el subcontinente. Antes de la conquista española (1492) Artículos principales:
Mesoamérica y Cultura Maya. Réplica del templo Rosalina de Copán, es el edificio maya mejor conservado de
todo Centroamérica. Réplica del templo Rosalina de Copán, es el edificio maya mejor conservado de todo
Centroamérica. En la época precolombina, las culturas centroamericanas vivían en constantes guerras
expansivas, sabotaje y competencia mutua. La mayoría del territorio de Centroamérica era parte de la
civilización de origen mesoamericana, cuyas sociedades nativas ocuparon la tierra entre el centro de México en
el norte, hasta el noroeste de Costa Rica en el sur y sometían a tributo y explotación a las confederaciones
indígenas y tribus de sus confines; mientras la civilización de origen chibcha ocupaba la tierra en el este de El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica en el norte, hasta Panamá en el sur. Las culturas precolombinas de
toda la región comerciaron y guerrearon entre sí, y con Sudamérica, creando incipientes plazas comerciales, en
esta llamada zona de transición entre dos áreas culturales continentales del norte y el sur. El registro
arqueológico no permite deducir el origen de muchos de los pueblos precolombinos que poblaron
Centroamérica. En gran medida, la mayor parte de las culturas documentadas a la llegada de los europeos
parecen haberse formando autóctonamente en Centroamérica, aunque algunos pueblos de Centroamérica
parecen haber migrado desde el norte, en Mesoamérica en tiempos relativamente reciente. La evidencia
lingüística muestra que los pipiles (utoazteca) y los chorotegas (otomangue) hablaban lenguas claramente
relacionadas con lenguas del norte y, por tanto, su origen debe situarse en Mesoamérica.

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Otros pueblos importantes de Centroamérica como los lencas, las kunas, los payas, los nasos o los bribri parecen
tener su origen étnico en la propia Centroamérica. El estudio de las familias lingüísticas puede ayudar a
comprender las relaciones de etnogénesis de los antiguos pueblos de Centroamérica. Las principales familias
lingüísticas precolombinas de Centroamérica son la mayense (que también tiene presencia fuera de
Centroamérica), la xinca, la le michí (lenca, misumalpa y chibchense). Período de desarrollo virreinal y colonial
Artículo principal: Capitanía General de Guatemala La Cruz de Borgoña ondeo en Centroamérica durante la
mayor parte de la época virreinal. Siendo Guatemala donde se concentraría el dominio español a la región. La
Cruz de Borgoña ondeo en Centroamérica durante la mayor parte de la época virreinal.

Siendo Guatemala donde se concentraría el dominio español a la región. Capitanía General de Guatemala para
el año de 1780, antes de la implementación del sistema de intendencias Capitanía General de Guatemala para el
año de 1780, antes de la implementación del sistema de intendencias Capitanía General de Guatemala a
principios del siglo XIX Capitanía General de Guatemala a principios del siglo XIX Desde el siglo XVI hasta
principios del siglo XIX, Centroamérica estuvo incorporada en la Capitanía General de Guatemala, algunas veces
conocido como Reino de Guatemala, cuya integración y división interna varió repetidamente. Oficialmente, la
Capitanía era parte del Virreinato de Nueva España, y, por lo tanto, bajo el control del virrey español en Ciudad
de México.

Sin embargo, este no fue administrado por el virrey sino por un Capitán General independiente, el cual primero
tenía sus instalaciones en la ciudad de Gracias Lempira, luego fue transferida a Santiago de los Caballeros de
Guatemala, por último, a la Ciudad de Guatemala. Durante este período la región experimentó grandes cambios
demográficos, sociales, económicos y lingüísticos. Aparecieron ciudades importantes fundadas por los europeos
y llegaron importantes contingentes de origen europeo (colonizadores), así como contingentes africanos
(esclavizados) que se sumaron a las poblaciones autóctonas. El español se convirtió en la lengua principal de la
región. Cortes de Cádiz Artículo principal: Constitución de Cádiz Durante la época de la Constitución de Cádiz
(1812-1814 y 1820-1821), el reino de Guatemala desapareció y fue sustituido por dos provincias independientes
entre sí, la Provincia de Guatemala y la Provincia de Nicaragua y Costa Rica.

En 1821, en vísperas de la independencia, se crearon tres provincias más, Chiapas, El Salvador y Honduras,
segregadas de la Provincia de Guatemala. Período de las guerras civiles hispanas y destrucción de los virreinatos
españoles Artículo principal: Independencia de Centroamérica Véanse también: Movimiento independentista de
1811 y Conjuración de Belén. Acta de Independencia de Centroamérica localizada en las instalaciones de la
Asamblea Legislativa de El Salvador. Acta de Independencia de Centroamérica localizada en las instalaciones de
la Asamblea Legislativa de El Salvador. En 1821, México proclamó su independencia de España, y
posteriormente Chiapas, ambas decisiones fueron imitadas el 15 de septiembre por la Provincia de Guatemala.
La fecha es todavía considerada como día de la independencia por todas las naciones de Centroamérica. El jefe
Político Superior de la Provincia de Guatemala, Gabino Gainza, se mantuvo al frente del gobierno internamente.
También las Provincias de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica proclamaron, en diversas fechas, su
independencia absoluta de España. Anexión a México Artículos principales: Anexión de Centro América a México
y Agustín de Iturbide. Después de la independencia, surgió la idea de anexarse al Primer Imperio Mexicano de
Agustín de Iturbide, decisión que se consultó con los ayuntamientos. Recibidos los votos mayoritarios de los
ayuntamientos, el gobierno de Guatemala proclamó la anexión de Centroamérica a México.

Esta decisión fue adversada de modo rotundo por El Salvador, y tampoco contó con algunas poblaciones de
Honduras, Nicaragua y Costa Rica; sin embargo, un ejército mexicano bajo el mando del General Vicente Filísola
ocupó la Ciudad de Guatemala y después invadió y ocupó El Salvador, a pesar de que los salvadoreños

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proclamaron su unión a los Estados Unidos de América. Cuando México llegó a ser una república el año
siguiente, se acogió el derecho de que Centroamérica determinara su propio destino. En Guatemala se reunió la
Asamblea Nacional Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América, que el 1 de julio de 1823,
declaró la independencia absoluta de España, de México, y de cualquier otra nación extranjera y estableció un
sistema de gobierno republicano. Un censo de población realizado en 1824, reflejo que Centro América contaba
con 1,287,491 habitantes.

Provincias Unidas del Centro de América Artículos principales: Provincias Unidas del Centro de América y Guerra
Civil Centroamericana. Mapa de las Provincias Unidas de Centroamérica en 1823. Mapa de las Provincias Unidas
de Centroamérica en 1823. El 1 de julio de 1823, se reunió en Guatemala el congreso, bajo la presidencia del
presbítero José Matías Delgado, y declaró que las provincias ahí representadas eran independientes de España,
de México y de toda otra nación. El nuevo país tomó el nombre de Provincias Unidas del Centro de América. Al
día siguiente, 2 de julio, los diputados se declararon constituidos en Asamblea Nacional Constituyente y
proclamaron que en ella residía la soberanía nacional, y pusieron en vigencia temporalmente la Constitución de
Cádiz.

La Asamblea Nacional Constituyente decretó una bandera y un escudo para el nuevo Estado, y nombró una
junta de gobierno provisional de tres miembros (Primer Triunvirato de Centroamérica). En octubre de 1823 fue
reemplazada por otro (Segundo Triunvirato de Centroamérica), que gobernó hasta 1825. República Federal de
Centro América Artículo principal: República Federal de Centro América Bandera oficial de la República de
Centro América de 1823 a 1838. Bandera oficial de la República de Centro América de 1823 a 1838. La naciente
unión centroamericana, oficialmente denominada República Federal de Centroamérica, comprendía los Estados
de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

Los liberales centroamericanos tenían grandes esperanzas en la República Federal, la cual ellos creían que iba a
evolucionar en una moderna y democrática nación, enriquecida por el comercio a través de la zona, entre los
Océanos Atlántico y Pacífico, a la vez que iban a librarse por fin del yugo a que los tenían sometidos los
conservadores de Guatemala.[2] Las aspiraciones liberales eran reflejadas en los emblemas de la república
federal: La bandera mostraba una banda blanca entre dos bandas azules, representando la tierra entre los dos
océanos mientras que el escudo mostraba cinco montañas, una para cada estado, entre dos océanos, sobre un
gorro frigio, el emblema de la Revolución francesa que simbolizaba el pensamiento positivista anticlerical que se
imponía entre los liberales.

La República Federal de Centroamérica surgió de una Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del
Centro de América a través de una Constitución, el 22 de noviembre de 1824. Su capital inicialmente fue la
Ciudad de Guatemala, hasta 1834; después Sonsonate, por un breve período, y por último San Salvador, de 1834
a 1839. La federación estaba formada por cinco Estados: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa
Rica. En 1838 se formó un sexto Estado, Los Altos, con capital en la ciudad de Quetzaltenango, con los territorios
del occidente de Guatemala, y parte del actual Soconusco de Chiapas (México). Limitaba al sur con el Océano
Pacífico, al este con el Mar Caribe, al Sureste con Panamá (provincia de Colombia entonces), y al Noroeste con
México. El territorio de la federación también incluía Belice. Entre los años de 1838 y 1840, la federación entró
en un período de guerra civil. El primer Estado en separarse definitivamente fue Nicaragua, en abril de 1838; en
octubre esta decisión fue imitada por Honduras, y en noviembre por Costa Rica.

Guatemala se separó en 1839 y, bajo el gobierno de Rafael Carrera, forzadamente absorbió al Estado de Los
Altos. A finales de 1839, la federación había dejado de existir; sin embargo, durante el siglo XIX hubo numerosos
intentos para restablecerla, manifestados en las conferencias unionistas centroamericanas. Los liberales

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centroamericanos tenían grandes esperanzas en la creación de una república federal, que posteriormente
evolucionaría hacia un Estado moderno y democrático entre los Océanos Pacífico y Atlántico.

Estas aspiraciones se verían reflejadas en los emblemas de la República Federal: su bandera muestra una banda
blanca entre dos azules, derivada de la bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata (que a su vez
derivaba de la bandera del rey español Fernando VII), representando la tierra entre los dos océanos. El escudo
de armas muestra cinco volcanes (uno por cada estado), iluminadas por un sombrero de la libertad o gorro frigio
(influencia francesa).

La bandera fue introducida en la región por el comandante Naval Louis-Michel Aury cuando estableció la
primera república independiente en la isla de Providencia en el año 1818. Sin embargo, en la práctica, la
federación afrontaba grandes problemas: En oposición al proyecto federal se encontraban los conservadores,
los representantes de la Iglesia Católica y los grandes latifundistas. El transporte y las comunicaciones entre los
Estados miembros eran extremadamente deficientes. La población, en general, desconocía el beneficio de una
integración regional. El poder de la capital federal (Ciudad de Guatemala, después San Salvador) era casi
inexistente fuera de sus límites.

La falta de fondos para su desarrollo y la intervención de naciones extranjeras (por ejemplo, Gran Bretaña,
Estados Unidos y México). Guerra Civil Centroamericana Artículos principales: Guerra Civil Centroamericana y
Fin de la República Federal de Centroamérica. La batalla de la Trinidad fue la primera victorial del Ejército del
General Morazán durante la guerra civil. La batalla de la Trinidad fue la primera victorial del Ejército del General
Morazán durante la guerra civil. Debido a que los conservadores no querían ceder los privilegios a los que
estaban acostumbrados desde la época colonial, muy pronto estallaron una serie de disensiones y guerras
civiles, que culminaron con el derrocamiento en 1829 del gobierno constitucional cuyo presidente titular era el
salvadoreño Manuel José Arce y Fagoaga, elegido en 1825, y que ejercía desde 1828 el vicepresidente Mariano
Beltraneja y Llano, guatemalteco.

Ese año también fue derrocado el gobierno conservador de Guatemala dirigido por Mariano de Aycinena y Piñol
por una invasión dirigida por el general hondureño Francisco Morazán quien confiscó todos los bienes a los
miembros del Clan Aycinena, y los expulsó del territorio centroamericano junto con los miembros del clero
regular.[4] Interinamente se hizo cargo del gobierno el liberal guatemalteco José Francisco Barrundia y Cepeda y
en 1830 fue elegido presidente el general hondureño Francisco Morazán, quien posteriormente fue elegido otra
vez para el período 1835-1839. Morazán empezó a hacer negocios con los ingleses que tenían un puesto
comercial en Belice y lo mismo hizo el gobernador del Estado de Guatemala, Mariano Gálvez, lo que junto con el
intento de aplicar leyes novedosas en el país como el divorcio y el uso de jurados causó resentimiento entre los
pobladores guatemaltecos, quienes miraban a los ingleses y a los liberales como herejes. Los miembros del clero
secular no habían sido expulsados de Centroamérica, pero habían quedado debilitados por la eliminación del
diezmo obligatorio; aun así, debido a la educación fuertemente católica que había habido en Guatemala, les fue
fácil convencer a los indígenas y mestizos de las intenciones heréticas de los liberales, y esto creó el ambiente
propicio para que los conservadores retornaran al país. En la segunda administración de Morazán resurgió la
guerra civil: en 1837 el gobierno de Mariano Gálvez fue acusado de envenenar los ríos con cólera morbos y eso,
aunado a las acusaciones de herejía, provocó una rebelión campesina de la que surgió el caudillo Rafael Carrera
y Turcios.[6] Ante la debilidad y falta de transparencia mostrada por el gobierno de Morazán, Nicaragua se
separó de la República el 30 de abril de 1838, y el Congreso federal aceptó que se constituyera un nuevo Estado,
Los Altos, cuya capital era Quetzaltenango, con las tierras occidentales de Guatemala.

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Honduras se separó de la unión el 6 de octubre y el 14 de noviembre Costa Rica lo imitó. Guatemala se separó
el 17 de abril de 1839 y a principios de 1840 las tropas del capitán general Rafael Carrera y Turcios
reincorporaron Los Altos.[6] Segunda mitad del siglo XIX Véanse también: Justo Rufino Barrios y Reforma Liberal.
Bandera oficial de la república de centro América. Esta estuvo vigente de 1895 a 1898. Bandera oficial de la
república de centro América. Esta estuvo vigente de 1895 a 1898. Varios intentos fueron hechos para reunir las
naciones centroamericanas durante el siglo xixi, especialmente mediante las conferencias unionistas
centroamericanas, pero ninguno tuvo éxito.

El primero sucedió en 1842, cuando el expresidente Francisco Morazán, que se había apoderado del poder en
Costa Rica, quiso restablecer la unión por la fuerza, pero su intento terminó con su caída y ejecución. Pocos
meses antes, se había firmado en Chinandega un pacto de unión para establecer una Confederación de
Centroamérica e incluía a El Salvador, Honduras y Nicaragua. Costa Rica se adhirió condicionalmente; sin
embargo, este intento duró muy poco, hasta 1844. Un segundo intento se llevó a cabo de 1849 a 1852 entre El
Salvador, Honduras y Nicaragua. En 1885 se produjo la llamada intentona de Barrios. El presidente de
Guatemala, Justo Rufino Barrios intentó unir la nación por las armas, pero murió en el intento combatiendo
contra las fuerzas salvadoreñas.

Un tercer intento de Honduras, Nicaragua, y El Salvador fue cuando intentaron crear República de América
Central, este fue un intento pacifico de unir a los países centroamericanos de Honduras, Nicaragua y El Salvador
en un solo Estado (después cambia su nombre a Estados Unidos de Centroamérica) la cual duró entre 1895 y
1898. El último intento se produjo en una conferencia celebrada en San José, Costa Rica, en 1920, en el cual
Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras firmaron un pacto de unión entre ellos. Guerra contra los
filibusteros Artículo principal: Guerra Nacional de Nicaragua El General Florencio Xatruch se encargó de capturar
y ejecutar a William Walker en la ciudad de Trujillo. El General Florencio Xatruch se encargó de capturar y
ejecutar a William Walker en la ciudad de Trujillo. A pesar del fallido último intento de unión, el sentido de
haber compartido historia y la esperanza de una eventual reunificación persisten en la mayoría de las naciones
que fueron parte de la unión. En los años 1856 y 1857 la región exitosamente estableció una coalición militar
para repeler una invasión de un filibustero estadounidense llamado William Walker.

Hoy, cuatro de las cinco naciones tienen en sus banderas los antiguos motivos de la federación, que consistía en
las dos bandas exteriores azules, alrededor de una banda blanca interna. Sin embargo, Costa Rica, único Estado
que se mantuvo en paz durante la federación y cumplió con sus obligaciones tributarias y militares con el
gobierno federal, pasó desde el decenio de 1840 a ser el menos convencido de las bondades de la integración
regional y modificó significativamente su bandera en 1848, oscureciendo el azul, y añadiendo una banda de
doble tamaño con relación a las otras en color rojo, como un homenaje a la bandera de Francia. El Salvador y
Guatemala también tuvieron durante muchos años banderas muy distintas a la federal. Durante todo este siglo
se fue conformando las estructuras políticoadministrativas distintivos de cada uno de lo que hoy son los Estados
de la antigua federación, así se conformaron a partir de una economía ligada a la explotación del sector agro
extractivo con lo cual se dan las bases para la evolución y estructuración de los diversos grupos humanos desde
los presexistentes y con la llegada de nuevos grupos humanos como los grupos garífunas o levantinos a finales
del siglo XIX. Siglo XX Véanse también: Separación de Panamá de Colombia y Parlamento Centroamericano. En
1907 fue creada la Corte de Justicia Centroamericana o Corte de Cartago, pero en 1917 Nicaragua se retiró de
este tribunal y en 1918 caducó su convenio constitutivo. En 1960, con la esperanza de que una unificación
política pudiese ser el siguiente paso, Guatemala, El Salvador, Honduras, y Nicaragua establecieron el Mercado
Común Centroamericano, al que se unió poco después también Costa Rica. En 1920, en Guatemala el Partido
Unionista tuvo un papel protagónico en el derrocamiento del presidente Manuel Estrada Cabrera, abogado que

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ya tenía veintidós años en el poder y había otorgado fuertes concesiones a las empresas norteamericanas,
especialmente la United Fruit Company.

Lo irónico de ese movimiento fue que estuvo formado por líderes conservadores que abrazaron la causa
unionista para derrocar al gobierno liberal. Este fue aprobado por El Salvador, Guatemala y Honduras, que en
1921 constituyeron la República Federal de Centroamérica, pero en enero de 1922 Guatemala se separó y los
otros dos Estados decidieron reasumir también su soberanía. Actualmente, desde 1991, el Parlamento
Centroamericano ha estado operando, también conocido como PARLACEN (parlamento centroamericano) es
una institución política consagrada a la integración de los países de Centroamérica, aunque no ha dado ningún
paso sustancial dirigido a la restauración de la unión política.

Tiene su sede en la Ciudad de Guatemala y lo integran Diputados de El Salvador, Guatemala, Honduras, y


Nicaragua. Costa Rica no ha aprobado el convenio constitutivo del Parlamento, ni el de la Corte
Centroamericana de Justicia constituida en el decenio de 1990, de la que tampoco es parte Guatemala.
República Dominicana y México como observadores regionales. En 1903 tras la Separación de Panamá de
Colombia, la nueva República de Panamá quedó geopolíticamente inserta en territorio centroamericano. Esta
república pese a estar vinculada histórica y culturalmente con América del Sur y el Caribe, es partidaria de la
integración centroamericana y en 1993 se suscribió al PARLACEN, tomando participación en sus acuerdos y
fortaleciendo sus vínculos comerciales con los países de la región, aunque en el 2009 Panamá inició su proceso
de separación del SICA.

En la historia reciente uno de los personajes que más ha luchado por la integración es el presidente de
Guatemala Vinicio Cerezo, quien durante su mandato (1986-1991) promovió a través de los Acuerdos de
Esquipulas, no solo la búsqueda de la Paz Firme y Duradera en la región sino también un esfuerzo por la
integración de las decisiones políticas en Centroamérica. Los Acuerdos de Esquipulas promovieron también la
creación del Sistema de la Integración Centroamericana y posteriormente el Parlamento Centroamericano, en la
búsqueda de una institucionalidad regional capaz de respaldar los procesos regionales. Siglo XXI En pleno inicio
del siglo XXI, en un escenario subregional de posguerra, Centroamérica se ha transformado.

Durante un periodo aproximado a casi treinta años, se han manifestado en el istmo procesos conflictivos que,
siendo propios de la reestructuración económica y geopolítica global del nuevo siglo, han coincidido con una
etapa de maduración del sistema capitalista a escala subregional. En tal sentido, la dinámica más importante de
ese sub-globalismo lo constituye una transformación de viejas formaciones sociales agrarias, sometidas bajo
modelos políticos autoritarios, en proceso de constituirse en sociedades cada vez más absorbidas en su
dinámica económica por la transnacionalización, fenómeno también asociado a otras esferas de cambio de la
vida social, la política y de la actividad cultural. En un escenario de cambios profundos, detonadores en la
creación de los nuevos regímenes democráticos que han demostrado su débil conformación institucional y que
tienden a los arreglos oligárquicos, se genera un nuevo tipo de dependencia con los Estados Unidos, donde el fin
ya no es tener un control imperante sobre los gobiernos centroamericanos sino influencia0r en la apertura de
las economías y en el agravamiento de la dependencia al nuevo orden comercial de carácter global, este cambio
en la concepción de los Estados Unidos hacia Centroamérica a nivel geopolítico ha traído consigo el aumento de
las desigualdades socio-económicas y la simulación de un sistema democrático representativo que no ha hecho
más que perpetuar el orden político-económico de las mismas elites no se produce desde Centroamérica una
interdependencia completamente autónoma con su contexto global, sino que esta es condicionada por el
regionalismo derivado de la recomposición de la hegemonía de Estados Unidos en América Latina.

27
Las presiones de ese regionalismo global han obligado a las sociedades centroamericanas a enfrentar una serie
de ajustes y desafíos, con asimetrías hacia afuera y enormes desigualdades hacia adentro, incrementando los
riesgos y desventajas frente a los nuevos procesos transnacionales, y atenuando fuertemente las oportunidades
que estos puedan suministrar…Fue crucial la recomposición experimentada por las oligarquías y sus aliados
locales, bajo nuevas expresiones dentro del empresariado, los partidos políticos e inclusive la sociedad civil. La
reconfiguración del orden económico-político fue meramente superficial al haber cambios insignificantes en la
estructura social de las naciones centroamericanas, La institucionalización no sólo nunca llegó, sino que
tampoco se quiso que llegara; el juego esperanzador de las posibilidades en la acción desde los sujetos de la
democracia –partidos, regímenes políticos, ciudadanos– también llega a su fin ante el imponente poder del
dinero y sus formas escandalosas de colonizar la política; al inicio del siglo XXI surgió una nueva elite beneficiada
por las políticas de liberalización económica y la apertura de los mercados, lo que ocurrió fue una integración de
las nuevas elites y las tradicionales, un arreglo de cúpulas inclusivo que benefició al mantenimiento y
profundización de un modelo económico de corte neoliberal que ha perpetuado los niveles de pobreza de la
región y ha contribuido al surgimiento de conflictos sociales a falta de representatividad y la limitada oferta
política de los regímenes centroamericanos.

las Provincias Unidas del Centro de América se formaron en gran parte de los territorios que hasta 1820 habían
formado el Reino de Guatemala, perteneciente a la Corona española.

Provincia de Guatemala

Provincia de la Monarquía española, erigida en 1812 mediante la


reunión de los territorios de las Alcaldías Mayores de Chimaltenango
(Guatemala), Escuintla (Guatemala), Sacatepéquez (Guatemala), Sololá
(Guatemala), Sonsonate (El Salvador), Suchitepéquez (Guatemala),
Totonicapán (Guatemala) y Verapaz (Guatemala).

Los Corregimientos de Chiquimula (Guatemala) y Quezaltenango


(Guatemala). y las Intendencias de Ciudad Real de Chiapas (Chiapas),
que comprendía: Ciudad Real, Soconusco y Tuxtla; Comayagua
(Honduras) y San Salvador (El Salvador).

Esta provincia estaba gobernada por un jefe Político superior


nombrado por la Regencia, que fue José de Bustamante y Guerra, y una Diputación Provincial de siete miembros
elegida popularmente. Su capital fue la ciudad de Guatemala. Sin embargo, el régimen no duró mucho, debido a
la restauración del absolutismo por Fernando VII en 1814.

Provincia de Nicaragua y Costa Rica

De los territorios centroamericanos, la enumeración de las provincias de España contenida en la Constitución de


1812 sólo mencionó a Guatemala, por lo que parecía que se iba a mantener la unidad administrativa de los
territorios del antiguo Reino de ese nombre, bajo la autoridad de un jefe Político Superior y una Diputación
Provincial. Sin embargo, a propuesta de los diputados de Nicaragua y Costa Rica, las Cortes de Cádiz decidieron
mediante una ley de 23 de mayo de 1812 segregar de Guatemala los territorios de la Intendencia de León y de la
provincia de Costa Rica y reunirlos en una nueva circunscripción, la Provincia de Nicaragua y Costa Rica.

28
La Provincia de Nicaragua y Costa Rica, como las demás de la Monarquía, contaba con un jefe Político Superior
de nombramiento real y una Diputación Provincial de siete miembros, elegida popularmente. Ambos tenían su
sede en la ciudad de León (Nicaragua).

La Provincia era política y administrativamente independiente de Guatemala y estaba subordinada directamente


al gobierno de Madrid, aunque en lo militar y hacendario siguió estando subordinada a la Capitanía General y
Superintendencia de Guatemala y en lo judicial a la Audiencia Territorial ubicada en la ciudad de Guatemala.

Las Provincias en 1820

Como consecuencia del restablecimiento de la Constitución de Cádiz, el reino desapareció como unidad política
y su territorio quedó dividido en dos provincias:

Provincia de Guatemala, con capital en la ciudad de Guatemala.

Provincia de Nicaragua y Costa Rica, con capital en León.

El 13 de diciembre de 1820, la Diputación dividió el territorio provincial en siete partidos: Costa Rica, El Realejo
(Nicaragua), Granada (Nicaragua), León (Nicaragua), Nicaragua (Rivas), Nicoya (Costa Rica) y Nueva Segovia
(Nicaragua).

Estas provincias eran unidades separadas y sin subordinación entre sí, pero en lo judicial seguían ambas bajo la
jurisdicción de la Real Audiencia de Guatemala y en lo militar dependían del capitán general de Guatemala,
título que para lo castrense tenía el jefe político superior de la provincia de Guatemala.

En 1821 las Cortes españolas decidieron erigir en provincias a todas las intendencias americanas:

Las intendencias de Ciudad Real de Chiapas, Comayagua y San Salvador pasaron a ser respectivamente la
provincia de Ciudad Real de Chiapas, la provincia de Comayagua y la provincia de San Salvador.

Poco después, en septiembre de 1821, estas provincias, al igual que la de Guatemala (15 de septiembre) y la de
Nicaragua y Costa Rica (11 de octubre), proclamaron su independencia de la Monarquía española.

En diciembre de 1821, el Partido de Costa Rica, uno de los siete que formaban la provincia de Nicaragua y Costa
Rica, se separó de ésta y reasumió la condición de provincia aparte, que había tenido hasta 1820.

De 1822 a 1823, todas estas provincias estuvieron unidas de un modo u otro al Primer Imperio Mexicano. A la
caída del Imperio, las autoridades de la provincia de Guatemala invitaron a las demás a enviar diputados a un
congreso que se reuniría en su capital.

El Salvador, Honduras y Nicaragua eligieron diputados y los enviaron a la ciudad de Guatemala; Costa Rica
anunció que los enviaría una vez que se retiraran de la capital guatemalteca las tropas mexicanas de ocupación
enviadas por el Imperio en 1822. Chiapas no envió diputados, puesto que prefirió mantenerse unida a México,
aunque sí lo hizo su región costera de Soconusco.

Establecimiento de las Provincias Unidas

El 1 de julio de 1823 se reunió en Guatemala el congreso, bajo la presidencia del presbítero José Matías Delgado,
y declaró que las provincias ahí representadas eran independientes de España, de México y de toda otra nación.

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El nuevo país tomó el nombre de Provincias Unidas del Centro de América. Al día siguiente, 2 de julio, los
diputados se declararon constituidos en Asamblea Nacional Constituyente y proclamaron que en ella residía la
soberanía nacional, y pusieron en vigencia temporalmente la Constitución de Cádiz. La Asamblea Nacional
Constituyente decretó una bandera y un escudo para el nuevo Estado, y nombró una junta de gobierno
provisional de tres miembros (Primer Triunvirato). En octubre de 1823 fue reemplazada por otra (Segundo
Triunvirato), que gobernó hasta 1825.

Las Bases de Constitución Federal

Para la organización definitiva del país, la Asamblea Constituyente nombró una comisión para redactar un
proyecto de Constitución. Esta comisión, formada por cuatro diputados de ideología liberal, trabajó primero en
un documento denominado Bases de Constitución Federal, en el que se recogían los principios fundamentales
de la futura Carta fundamental y se delineaba la organización del gobierno.

Aunque también tuvieron a la vista la Constitución de Cádiz, la Constitución portuguesa de 1822, los textos
constitucionales colombianos federales y unitarios y las Constituciones francesas, el principal modelo utilizado
por los miembros de la comisión redactora fue la Constitución promulgada en 1787 por los Estados Unidos de
América, cuyo éxito había sido indiscutible.

La comisión pareció creer que el progreso y la paz de los Estados Unidos estaban determinados directamente
por su forma de organización, sin tomar en consideración que respondía a una realidad social y económica muy
distinta de la de Centroamérica, ni tampoco las considerables diferencias que existían entre la tradiciones
políticas y jurídicas de ambos países. Para peor, no se limitaron a inspirarse en las disposiciones de la Carta
americana, sino que introdujeron en el modelo una serie de cambios muy poco felices, sobre todo en la parte
orgánica.

Documentos más cercanos a la idiosincrasia centroamericana, como la Constitución española de 1812 o la


portuguesa de 1822 solamente sirvieron de referencia para aspectos secundarios. El resultado de todo esto,
como lo indicó años más tarde don Felipe Francisco Molina y Bedoya, hijo de uno de los miembros de la
comisión redactora, fue un «aborto monstruoso que sólo en la estructura exterior se asemejaba a las
instituciones que se tomaron por modelo».

El 25 de octubre de 1823, la comisión redactora presentó las Bases de Constitución federal al plenario de la
Constituyente. El 17 de diciembre siguiente, la Asamblea dispuso hacer circular el texto, e invitó a las Provincias
Unidas a formular y presentar observaciones o propuestas de modificación.

Adhesión de Costa Rica y Separación Definitiva de Chiapas

En marzo de 1824 tomaron asiento en la Asamblea los representantes costarricenses, y a solicitud suya, el 4 de
ese mes el cuerpo constituyente declaró que la provincia de Costa Rica quedaba incorporada a la República del
Centro y era una parte integrante de ella bajo el sistema adoptado en las Bases. La misma declaratoria indicó
que las autoridades establecidas en Costa Rica continuarían en sus funciones hasta que se estableciesen las que
debían regirla conforme a las Bases.

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El 12 de septiembre de 1824 de acuerdo al Acta de la Junta Provisional de Chiapas en que se hizo la declaración
de la reunión de la Provincia a la República Mexicana: " los chiapanecos decidieron votar para federarse y
formar definitivamente parte de México: Votaron 96,829 a favor de ser parte de México y 60,400 en contra". El
14 de septiembre del mismo año se llevó a cabo el pronunciamiento solemne de Federación del Estado Libre de
Chiapas.

Las Bases como Constitución Provisional

Aunque las Bases habían sido emitidas solamente como una propuesta de esquema para la futura Constitución
centroamericana, la provincia de San Salvador, cuyas autoridades eran decididas partidarias de un sistema
federal, se apresuró a convocar un congreso constituyente para emitir su constitución conforme al documento.
Ante ese hecho, el 5 de mayo de 1824 la Asamblea Constituyente acordó facultar a las provincias para elegir
congresos y organizar sus autoridades de conformidad con las Bases de Constitución, y además convocó a
elecciones para las futuras autoridades federales, aunque todavía no se había emitido la Carta fundamental.

Estas decisiones hicieron que el texto de las Bases empezase a adquirir positividad y se elevase de la condición
de simple anteproyecto a la de una verdadera Constitución provisional, cuya vigencia se mantendría mientras la
Asamblea aprobaba la Constitución definitiva. Además, las Bases, a pesar de sus defectos, quedaron
irreversiblemente convertidas en el modelo principal de la futura Carta fundamental. Las Bases de Constitución
Federal estuvieron vigentes hasta la emisión de la Constitución de la República Federal de Centro América,
aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente el 22 de noviembre de 1824.

Con la emisión de la Constitución federal, quedó sustituido el nombre de provincias por el de estados, y el
nombre del país también cambió, por lo que las Provincias Unidas del Centro de América pasaron a llamarse
República Federal de Centro América. Su capital inicialmente fue la ciudad de Guatemala, hasta 1834; después
Sonsonate, por un breve período, y por último San Salvador, de 1834 a 1839. La Federación estaba formada por
cinco Estados: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

En 1838 se formó un sexto Estado, Los Altos, con capital en la ciudad de Quezaltenango, con los territorios del
occidente de Guatemala, y parte del actual Soconusco de Chiapas (México). Limitaba al sur con el Océano
Pacífico, al este con el Mar Caribe, al Sureste con Panamá (provincia de Colombia entonces), y al Noroeste con
México. El territorio de la Federación también incluía Belice.

➢ Entre los años de 1838 y 1840, la Federación entró en un período de guerra civil.

➢ El primer Estado en separarse definitivamente fue Nicaragua, en abril de 1838;

➢ En octubre de 1838, esta decisión fue imitada por Honduras,

➢ En noviembre de 1838, Costa Rica.

Guatemala se separó en 1839 y, bajo el gobierno de Rafael Carrera, forzadamente absorbió al Estado de Los
Altos. A finales de 1839, la Federación había dejado de existir; sin embargo, durante el siglo XIX hubo numerosos
intentos para restablecerla, manifestados en las conferencias unionistas centroamericanas.

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El Soconusco

El Soconusco permaneció neutral, es decir que continuó sin pertenecer ni a México ni a Centroamérica,
prolongándose esta situación hasta el 11 de septiembre de 1842. Durante los 18 años que duró la neutralidad
del Soconusco, esta región sufrió constantes invasiones y violaciones de su territorio, siendo la más larga e
importante la del 21 de mayo de 1825, pues las fuerzas militares guatemaltecas al mando del coronel José
Pierson, ocuparon Tapachula, permaneciendo en ella hasta finales de ese mismo año.

En 1832 nuevamente es invadido por las fuerzas militares de Centroamérica, con el pretexto de capturar al
revolucionario salvadoreño Manuel José de Arce y Tapachula es saqueada, lo mismo Escuintla y otras
poblaciones.

La República de las Provincias Unidas de Centroamérica quedó disuelta, con lo que se derrumbó para siempre el
sueño de Francisco Morazán, que se forjó la ilusión de constituir una federación de países centroamericanos,
fuerte y duradera.

Debido a lo anterior, muchos perseguidos políticos, principalmente guatemaltecos, se refugiaron en el


Soconusco; Esto sirvió de pretexto para que el año siguiente, 1839, Guatemala instalara un destacamento de
soldados en la margen izquierda del río Tilapa, que entonces servía de frontera con el Soconusco y su
comandante tuvo la pretensión de cobrar los gastos de sus tropas a las autoridades de Tapachula, con la argucia
de que se habían instalado en la frontera para proteger al Soconusco.

Ante tales acontecimientos, el alcalde de la Villa de Tapachula, con fecha 18 de mayo de 1840, se dirige al
gobierno de México pidiendo ayuda para poner fin a tantos males y calamidades. No obstante que el presidente
Anastasio Bustamante quiso proteger de inmediato al Soconusco, no lo logró debido a que su gobierno estaba
sufriendo terribles convulsiones y contratiempos.

Hasta agosto de 1842, cuando el presidente Santa Anna tomó cartas en el problema planteado por Soconusco,
dando por resultado el decreto del 11 de septiembre de ese mismo año, firmado en el Palacio Nacional, en el
que quedaba establecido: "Primero. El Distrito del Soconusco queda unido irrevocablemente al departamento
de las Chiapas y consiguientemente a la Nación Mexicana. Segundo: "El Distrito de Soconusco forma una
prefectura del departamento de las Chiapas, cuya capital será la Villa de Tapachula, que se eleva desde hoy al
rango de Ciudad."

ACTA DE INDEPENDENCIA

El día 15 del corriente se acordó lo que sigue: Palacio Nacional


de Guatemala, QUINCE DE SEPTIEMBRE DE MIL OCHOCIENTOS
VEINTIUNO. Siendo públicos e indudables los deseos de
independencia del Gobierno Español, que por escrito y de
palabra ha manifestado el pueblo de esta Capital: recibidos por
el último correo diversos oficios de los Ayuntamientos
Constitucionales de Ciudad Real, Comitán y Tuxtla, en que
comunican haber proclamado y jurado dicha independencia, y
excitan a que se haga lo mismo en esta ciudad: siendo positivo,

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que han circulado iguales oficios a otros Ayuntamientos: determinado de acuerdo con la Exma. Diputación
Provincial, que, para tratar de asunto tan grave, se reuniese en uno de los salones de este palacio la misma
Diputación Provincial, el Ilmo. Señor arzobispo, los señores individuos que disputasen, la Exma. Audiencia
Territorial, el Venerable Señor Deán y Cabildo Eclesiástico, el Excmo. Ayuntamiento, el Muy Ilustre Claustro, el
Consulado y Muy Ilustre Colegio de Abogados, los Prelados Regulares, Jefes y funcionarios públicos:
congregados todos en el mismo salón: leídos los oficios expresados: discutido y meditado detenidamente el
asunto; y oído el clamor de "viva la Independencia", que repetía lleno de entusiasmo el pueblo que se veía
reunido en las calles, plaza, patio, correderos y antesala de este palacio, se acordó por esta Diputación e
individuos del Excelentísimo Ayuntamiento: "P RIMERO.- Que siendo la Independencia del Gobierno Español la
voluntad general del pueblo de Guatemala, y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe
formarse, el señor Jefe Político, la mande publicar para prevenir las consecuencias que serían terribles, en el
caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo". "S EGUNDO. - Que desde luego se circulen oficios a las
Provincias por correos extraordinarios, para que, sin demora alguna, se sirvan proceder a elegir Diputados o
Representantes suyos, y estos concurrirán a esta Capital, a formar el Congreso que debe DR © 2005.
Universidad Nacional Autónoma de México - Instituto de Investigaciones Jurídicas Esta obra forma parte del
acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Decidir el punto de
independencia general absoluta, y fijar en caso de acordarla, la forma de Gobierno y Ley Fundamental que deba
regir".

"TERCERO. - Que, para facilitar el nombramiento de Diputados, se sirvan hacerlo las mismas Juntas electorales
de provincia que hicieron, o debieron hacer las elecciones de los últimos Diputados a Cortes". "C UARTO. - Que
el número de estos Diputados, sea en proporción de uno por cada quince mil individuos, sin excluir de la
ciudadanía a los originarios de África". "Q UINTO. - Que las mismas Juntas electorales de Provincia, teniendo
presentes los últimos censos, se sirvan determinar, según esta base, el número de Diputados o Representantes
que deban elegir". "S EXTO. - Que, en atención a la gravedad y urgencia del asunto, se sirvan hacer las elecciones
de modo que el día primero de marzo del año próximo de 1822, estén reunidos en esta Capital todos los
Diputados". "S ÉPTIMO. - Que, entre tanto, no haciéndose novedad entre las autoridades establecidas, signa
estas ejerciendo sus atribuciones respectivas, con arreglo a la Constitución, decretos y leyes, hasta que el
Congreso indicado, determine lo que sea más justo y benéfico".

"OCTAVO.- Que el señor Jefe Político, Brigadier D. Gabino Gainza, continúe con el Gobierno Superior Político y
Militar, y para que este tenga el carácter que parece propio de las circunstancias, se forme una Junta Provisional
Consultiva, compuesta de los señores individuos actuales de esta Diputación Provincial, y de los señores
individuos actuales de esta Diputación Provincial, y de los señores D. Miguel Larreinaga, Ministro de esta
Audiencia, Don José del Valle, Auditor de Guerra, Marqués de Aycinena, Dr. don José Valdez, Tesorero de esta
Santa Iglesia, Dr. don <199>Angel María Candina, y Licenciado D. Antonio Robles, Alcalde 3o. constitucional: el
primero por la Provincia de León: el segundo por la de Comayagua: el tercero por Quezaltenango: el cuarto por
Sololá y Chimaltenango: el quinto por Sonsonate, y el sexto por Ciudad Real de Chiapas". DR © 2005.
Universidad Nacional Autónoma de México - Instituto de Investigaciones Jurídicas esta obra forma parte del
acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. 3 "NOVENO. - Que
esta Junta Provisional consulte al señor jefe Político, en todos los asuntos económicos y gubernativos dignos de
su atención". "DÉCIMO.

- Que la religión católica, que hemos profesado en los siglos anteriores, y profesaremos en los siglos sucesivos,
se conserve pura e inalterable, manteniendo vivo el espíritu de religiosidad que ha distinguido siempre a
Guatemala, respetando a los ministros eclesiásticos, seculares y regulares, y protegiéndoles en sus personas y

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propiedades". "UNDÉCIMO. - Que se pase oficio a los dignos Prelados de las Comunidades religiosas, para que,
cooperando a la paz y sosiego, que es la primera necesidad de los pueblos, cuando pasan de un gobierno a otro,
dispongan que sus individuos exhorten a la fraternidad y concordia a los que estando unidos en el sentimiento
general de la independencia deben estarlo también en todo lo demás, sofocando pasiones individuales que
dividen los ánimos, y producen funestas consecuencias". "DUODÉCIMO. - Que el Excelentísimo Ayuntamiento, a
quien corresponde la conservación del orden y tranquilidad, tome las medidas más activas, para mantenerlo en
toda esta capital y pueblos inmediatos". "DECIMOTERCIO. - Que el señor jefe Político publique un manifiesto,
haciendo notorios a la faz de todos, los sentimientos generales del pueblo, la opinión de las autoridades y
corporaciones las medidas de este Gobierno, las causas y circunstancias que lo decidieron a prestar en manos
del señor alcalde 1o., a pedimento del pueblo, el juramento de independencia y fidelidad, al Gobierno
americano que se establezca". "DÉCIMO CUARTO. - Que igual juramento, preste la Junta Provisional, el
Excelentísimo Ayuntamiento, el Ilustrísimo Señor arzobispo, los Tribunales, Jefes Políticos y Militares, los
Prelados Regulares, sus comunidades religiosas, Jefes y empleados en las rentas, autoridades, corporaciones y
tropas de las respectivas guarniciones". DR © 2005. Universidad Nacional Autónoma de México - Instituto de
Investigaciones Jurídicas. Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM. "DÉCIMO QUINTO.- Que el señor Jefe Político, de acuerdo con el
Excelentísimo Ayuntamiento, disponga la solemnidad y señale el día en que el pueblo deba hacer la
proclamación y juramento expresado de independencia". "DÉCIMO SEXTO.

- Que el Excelentísimo Ayuntamiento, acuerde la acuñación de una medalla, que perpetúe en los siglos la
memoria del día "Quince de Septiembre de mil ochocientos veintiunos" en que se proclamó su feliz
independencia". "DÉCIMO SÉPTIMO. - Que, imprimiendo esta acta y el manifiesto expresado, se circule a las
Excelentísimas Diputaciones Provinciales, Ayuntamientos Constitucionales, y demás autoridades eclesiásticas
regulares, seculares y militares, para que siendo acordes en los mismos sentimientos que ha manifestado este
pueblo, se sirven obrar con arreglo a todo lo expuesto". "DÉCIMO OCTAVO.- Que se cante el día que designe el
señor Jefe Político, una misa solemne de gracias, con asistencia de la Junta Provisional, de todas las autoridades,
corporaciones y Jefes, haciéndose salvas de artillería y tres días de iluminación.- Palacio Nacional de Guatemala,
septiembre 15 de 1821.- Gabino Gainza.- Mariano de Baltranena.- J. Marino Calderón.- José Matías Delgado.-
Manuel Antonio Molina.- Mariano de Larrabe.- Antonio de Rivera.- J. Antonio de Larrabe.- Isidro de Valle y
Castraciones.- Mariano de Aycinena.- Pedro de Arroyave.- Lorenzo de Romaña, Secretario.- Domingo Diéguez,
Secretario". Inmediatamente que terminó la lectura de los documentos preindicados, se procedió en San
Salvador al juramento de la independencia, verificándose con toda la solemnidad expresada en el atestado
siguiente.

El Acta de independencia de Centroamérica, firmada el 15 de septiembre de 1821, es el documento que sienta


las bases de la independencia de la Capitanía General, ahora Centroamérica, del Gobierno Español, y la
designación del Capitán General Don Gabino Gainza, como presidente de las Provincias Unidas de
Centroamérica. Este documento fue redactado por José Cecilio del Valle quien, inspirado en el deseo del pueblo,
plasmó en su contenido la necesidad y pundonor para alcanzarla, describiendo una estructura parlamentaria y
democrática como la más idónea para el nuevo gobierno.

Desde el punto de vista de los intereses económicos, en la primera década del siglo XIX, las autoridades
coloniales españolas, realizaron una serie de medidas fiscales y económicas que limitaban aún más el desarrollo
de las Oligarquías criollas centroamericanas, como el aumento de tributos y la consolidación de deudas
estatales, para financiar las guerras europeas de la Corona española. Estas medidas acrecentaron el sentimiento
pro independencia entre diferentes sectores criollos.

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A esta situación le sirvió como detonante y catalizador la Invasión Napoleónica a España en 1808, que significó el
colapso temporal de la autoridad real y el inicio del proceso de independencia mexicano y centroamericano. En
el período de 1808 a 1814, se produjeron alzamientos en el territorio de la Intendencia de San Salvador: El
Alzamiento del 5 de noviembre de 1811, conocido como el Primer Grito de Independencia, fue encabezado por
José Matías Delgado, Manuel José Arce y los hermanos Aguilar en San Salvador. Se extendió en los días
siguientes del mes de noviembre a las ciudades de Santiago Nonualcos, Usulután, Chalatenango, Santa Ana,
Tejutla y Cojutepeque. Hubo dos alzamientos relacionados con éste que adquirieron relevancia, el del 20 de
diciembre de 1811, ocurrido en Sensuntepeque, y el del 24 de noviembre de 1811, ocurrido en la ciudad de
Metapán. Este último fue vencido en diciembre de 1811.

El Alzamiento de 24 de enero de 1814, ocurrido en San Salvador, no tuvo éxito y la mayoría de los líderes
independentistas fueron arrestados; siendo uno de ellos, Santiago José Celís, fusilado por las autoridades
españolas. En este movimiento hubo una amplia participación popular. En mayo de 1814, Fernando VII regresó a
España como rey, e inmediatamente restableció el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz. Los efectos
de las medidas reales se hicieron sentir en Centroamérica, donde el Capitán General de Guatemala, José de
Bustamante y Guerra, desató una persecución en contra de los independentistas y los defensores de las ideas
liberales, que se prolongaría hasta su destitución en 1817.

Es en esta situación de aparente retroceso de las luchas independentistas que en 1820 se produce la Revolución
de Riego, en España, la cual restableció la vigencia de la Constitución de Cádiz y “…provocó la reacción de la
aristocracia criolla, el alto clero y la burocracia peninsular…”[1] opuestas a la aplicación de las leyes liberales
españolas y preocupados por las demandas de comercio e intercambio libre con los comerciantes ingleses en
Belice, lo cual perjudicaba sus intereses monopólicos con relación al comercio.

El Capitán General de Guatemala, Carlos Urrutia, juró la Constitución en julio de ese año y poco después se
convocó a elecciones para elegir ayuntamientos y diputaciones provinciales, además de permitirse la libertad de
prensa en el territorio del Reino de Guatemala. En junio de 1821, el Capitán General Urrutia fue sustituido por
Gabino Gaínza. En agosto llegaron a Centroamérica las noticias de la Independencia de México, bajo los
términos establecidos en el Plan de Iguala de Agustín de Iturbide. Ante esta nueva realidad, Gaínza convocó a la
reunión de notables del 15 de septiembre.

Desde febrero de 1821, Agustín de Iturbide [2] había proclamado el Plan de Iguala, que dispuso la
independencia de los territorios que hasta 1820 habían formado el Virreinato de Nueva España. Nació entonces
el Imperio Mexicano, en un intento de monarquía que lo mantuviese bajo una bandera única, católica y
conservadora, opuesta a las medidas liberales que se implementaban en España. El Congreso mexicano de 1822
proclamó Emperador a Iturbide como Agustín I. Para entonces, gran parte de Centroamérica, incluyendo a la
Provincia de Guatemala, había proclamado su anexión a México.

El 15 de septiembre de 1821, en una reunión en la Ciudad de Guatemala, los representantes de las provincias
centroamericanas declararon su independencia de España y conformaron una Junta Gubernativa provisional,
presidida por el antiguo Capitán General español, Gabino Gainza. La noticia de la independencia llegó a San
Salvador el 21 de septiembre. Destacamos que en momentos que los sectores más radicales apoyados por la
gran masa de campesinos se inclinó por la inmediata independencia y la adopción del sistema republicano, es
que se declaró formalmente el texto redactado por José Cecilio del Valle, siendo en estas condiciones que la
propia Declaración de Independencia expuso que ocurría “…para prevenir…las consecuencias que serían
temibles en el caso que las proclamase de hecho el mismo pueblo…”[3] Clásico ejemplo del temor de la
oligarquía criolla a cualquier cambio de su preponderancia en cualquier terreno.

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Al concretarse la independencia centroamericana, se dieron tres opciones a la naciente unión de provincias:
primero, conservar la unidad de las provincias; segundo, independizarse en naciones bien definidas; o tercero,
anexarse al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. Opción esta última que cobró gran fuerza entre la
aristocracia conservadora guatemalteca, encabezada por el Márquez de Aycinena, como opción para frenar a los
republicanos y como forma de defender los privilegios económicos de los sectores más reaccionarios. Por lo
tanto, la noticia de la independencia desconcertó a la mayoría de los grupos conservadores en las distintas
provincias y ayuntamientos de Centroamérica. La preocupación de los sectores, temerosos de perder sus
privilegios, se tranquilizó cuando las autoridades de Guatemala recibieron una carta de Iturbide, quien se había
proclamado Emperador de México, invitando a Centroamérica a unirse al imperio, como garante de sus interese
económicos. La Junta decidió consultar a los ayuntamientos y respondieron dos tercios de ellos, de los cuales
168 aprobaron la anexión, y dos, San Salvador y San Vicente, rehusaron unirse a México.

La Junta de Guatemala declaró la anexión a México el 5 de enero de 1822. Iturbide envió tropas mexicanas al
mando del general Vicente Filísola para someter a las provincias rebeldes de San Salvador y San Vicente. El
general Filísola entró con sus tropas a San Salvador en febrero de 1823, luego de derrotar a los salvadoreños en
los combates de Guazapa y Guayabal y tras varios meses de resistencia. Cuando Filísola regresó a Guatemala,
recibió la noticia de que Iturbide había sido derrocado y que México se había constituido en República, entonces
Filísola le pidió a la Junta de Guatemala que convocara a los diputados centroamericanos para que tomaran una
decisión. La Asamblea Centroamericana proclamó, el 1 de julio de 1823, la independencia de España, de México
o cualquier otra nación y se constituyeron las Provincias Unidas de Centroamérica.

Analizando este hecho, se nos hace evidente que la oligarquía criolla, conservadora y católica, de los diferentes
territorios centroamericanos, primero declararon la Independencia de España ante el temor de la proclamación
y vigencia de la Constitución de Cádiz (luego del “Pronunciamiento de Riego”) y su incorporación al Imperio
Mexicano de Iturbide, para en un segundo acto y ante la caída de este último y la proclamación de la República
en México; entonces proclamar la soberanía de cualquier tutela externa, primando la defensa de sus interés de
clases y aprensión a cualquier situación política que pudiese afectarlos. El 22 de diciembre de 1823 la Alcaldía
Mayor de Sonsonate y la Intendencia de San Salvador acuerdan unirse, Ahuachapán se rehúsa hasta el 7 de
febrero de 1824, cuando las dos provincias se unen totalmente y forman el Estado de El Salvador, perteneciente
a las Provincias Unidas de Centroamérica. La Asamblea Constituyente fue presidida por José Matías Delgado y
promulgó la primera Constitución federal, el 22 de noviembre de 1824.

Para la organización definitiva del país, la Asamblea Constituyente nombró una comisión para redactar un
proyecto de Constitución. Esta comisión, formada por cuatro diputados, trabajó primero en un documento
denominado Bases de Constitución Federal, en el que se recogían los principios fundamentales de la futura
Carta fundamental y se delineaba la organización del gobierno. Documento entregado el 25 de octubre de
1823al plenario de la Constituyente. El 17 de diciembre siguiente, la Asamblea dispuso hacer circular el texto, e
invitó a las Provincias Unidas a formular y presentar observaciones o propuestas de modificación. Las Bases de
Constitución federal se dividían en 45 artículos, distribuidos en diez partes o secciones sin numeración.

En marzo de 1824 tomaron asiento en la Asamblea los representantes costarricenses, y a solicitud suya, el 4 de
ese mes el cuerpo constituyente declaró que la Provincia de Costa Rica quedaba incorporada a la República del
Centro y era una parte integrante de ella bajo el sistema adoptado en las Bases. La misma declaratoria indicó
que las autoridades establecidas en Costa Rica continuarían en sus funciones hasta que se estableciesen las que
debían regirla conforme a las Bases. En Chiapas, por el contrario, se efectuó un plebiscito que resultó en la
decisión de integrarse definitivamente a México, en septiembre de 1824. Desde el punto de vista económico, los

36
Estados centroamericanos, incluido El Salvador, se inician como países independientes como propietarios de
grandes extensiones de tierras baldías (antiguas tierras realengas o de propiedad de la corona), en coexistencia
con las otras formas reconocidas de dominio, en este caso las tierras de los indígenas, de carácter comunal, las
tierras entregadas a los “encomenderos”, facilitarte de una apropiación privada y los llamados “ejidos” o tierras
de propios, terrenos adscritos a los municipios o autoridades locales. Sobre esta base y a tenor del ascenso al
poder político de la Oligarquía de Hacendados criollos, descansó el posterior conflicto por la propiedad de la
tierra, en el proceso de surgimiento y consolidación de las relaciones de producción capitalistas en el agro
salvadoreño.

Acta de Independencia de Centroamérica Fragmento de la obra Acta de Independencia de la Capitanía General


de Guatemala (hoy Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica) Acta de Independencia Palacio
Nacional de Guatemala, quince de septiembre de mil ochocientos veintiunos. Siendo públicos e indudables los
deseos de independencia del Gobierno Español, que por escrito y de palabra ha manifestado el pueblo de esta
capital: recibidos por el último correo diversos oficios de los Ayuntamientos Constitucionales de Ciudad Real,
Comitán y Tuxtla, en que comunican haber proclamado y jurado dicha independencia y excitan a que se haga lo
mismo en esta ciudad: siendo positivo que han circulado iguales oficios a otros Ayuntamientos: determinado, de
acuerdo con la Excelentísima Diputación Provincial, que para tratar de asunto tan grave se reuniesen en uno de
los salones de este palacio la misma Diputación Provincial, el Ilustrísimo señor Arzobispo, los señores individuos
que disputasen la Excelentísima Audiencia Territorial, el Venerable señor Deán y Cabildo Eclesiástico, el
Excelentísimo Ayuntamiento, el M.I. Claustro, el Consulado y el M.I. Colegio de Abogados, los Prelados
Regulares, Jefes y funcionarios públicos: congregados todos en el mismo salón: leídos los oficios expresados:
discutido y meditado detenidamente el asunto; y oído el clamor de Viva la Independencia, que repetía de
continuo el pueblo que se veía reunido en las calles, plaza, patio, corredores y antesala de este palacio, se
acordó por esta Diputación e individuos del Istmo. Ayuntamiento: El Proceso de liberación de las colonias
españolas.

Que siendo la independencia del Gobierno Español la voluntad general del pueblo de Guatemala, y sin perjuicio
de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el señor jefe Político lo mande publicar para
prevenir las consecuencias, que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.
2.Que desde luego se circulen oficios a las provincias, por correos extraordinarios, para que sin demora alguna
se sirvan proceder a elegir Diputados o Representantes suyos y estos concurran a esta capital, a formar el
Congreso que debe decidir el punto de independencia general y absoluta, y fijar en caso de acordarla, la forma
de gobierno y ley fundamental que deba regir. 3.Que, para facilitar el nombramiento de Diputados, se sirva
hacerlo las mismas juntas electorales de provincia, que hicieron o debieron hacer las elecciones de los últimos
Diputados a Cortes.

Que el número de estos Diputados sea en proporción de una por cada quince mil individuos, sin excluir de la
ciudadanía a los originarios de África. 5. Que las mismas juntas electorales de provincia, teniendo presentes los
últimos censos, se sirvan determinar, según esta base, el número de Diputados o Representantes que deban
elegir. Que en atención a la gravedad y urgencia del asunto se sirvan hacer las elecciones de modo que el día
primero de marzo del año próximo de 1822 estén reunidos en esta capital todos los Diputados. 7. Que, entre
tanto, no haciéndose novedad en las autoridades establecidas, sigan éstas ejerciendo sus atribuciones
respectivas, con arreglo a la Constitución, decretos y leyes hasta que el Congreso indicado determine lo que sea
más justo y benéfico.

37
Que el Señor jefe Político, Brigadier Don Gabino Gainza, continúe con el gobierno superior político y militar; y
para que este tenga el carácter que parece propio de las circunstancias, se forme una Junta Provisional
Consultiva, compuesta de los Señores individuos actuales de esta Diputación Provincial y de los señores Don
Miguel Larreynaga, ministro de esta Audiencia: Don José del Valle, Auditor de Guerra: Marqués de Aycinena:
Doctor Don José Valdés, Tesorero de esta Santa Iglesia: Doctor Don Ángel María Candina; y Licenciado don
Antonio Robles, Alcalde constitucional: el primero por la provincia de León, el segundo por la de Comayagua, el
tercero por Quezaltenango, el cuarto por Sololá y Chimaltenango, el quinto por Sonsonate y el sexto por ciudad
Real de Chiapas. Que esta Junta provisional consulte al Señor jefe Político en todos los asuntos económicos y
gubernativos dignos de su atención.

Que la religión católica, que hemos profesado en los siglos anteriores y profesaremos en los siglos sucesivos, se
conserve pura e inalterable, manteniendo vivo el espíritu de religiosidad que ha distinguido siempre a
Guatemala, respetando a los ministros eclesiásticos seculares y regulares, y protegiéndoles en sus personas y
propiedades.

Que se pase oficio a los dignos Prelados de las comunidades religiosas para que, cooperando a la paz y sosiego,
que es la primera necesidad de los pueblos cuando pasan de un gobierno a otro, dispongan que sus individuos
exhorten a la fraternidad y concordia a los que están unidos en el sentimiento general de la independencia,
deben estarlo también en lo demás, sofocando pasiones individuales, que dividen los ánimos y producen
funestas consecuencias.

Que el Excelentísimo Ayuntamiento, a quien corresponde la conservación del orden y la tranquilidad, tome las
medidas más activas para mantenerle imperturbable en toda esta capital y pueblos inmediatos. Que el Sr. jefe
Político publique un manifiesto haciendo notorios a la faz de todos los sentimientos generales del pueblo, la
opinión de las autoridades y corporaciones, las medidas de este Gobierno, las causas y circunstancias que lo
decidieron a prestar en manos del Sr. alcalde a pedimento del pueblo, el juramento de independencia y fidelidad
al Gobierno Americano que se establezca.

Que igual juramento preste la Junta Provisional, el Excelentísimo Ayuntamiento, el Ilustrísimo Sr. arzobispo, los
Tribunales, jefes políticos y militares, los Prelados regulares, sus comunidades religiosas, jefes y empleados en
las rentas, autoridades, corporaciones y tropas de las respectivas guarniciones. Que el Sr. jefe Político, de
acuerdo con el Excelentísimo Ayuntamiento, disponga la solemnidad y señale el día en que el pueblo deba hacer
la proclamación y juramento expresado de independencia.

Que el Excelentísimo Ayuntamiento acuerde la acuñación de una medalla, que perpetúe en los siglos la memoria
del día QUINCE DE SEPTIEMBRE DE MIL OCHOCIENTOS VEINTIUNO, en que se proclamó su feliz independencia.
Que, imprimiéndose esta acta y el manifiesto expresado, se circule a los Excelentísimos Diputados Provinciales,
Ayuntamientos Constitucionales y demás autoridades eclesiásticas regulares, seculares y militar, para que
siendo acordes en los mismos sentimientos que ha manifestado este pueblo, se sirvan obrar con arreglo a todo
lo expuesto.

Que se cante, el día que designe el Sr. jefe Político, una misa solemne de gracias, con asistencia de la Junta
Provisional, de todas las autoridades, corporaciones y jefes, haciéndose salvas de artillería y tres días de
iluminación. Palacio nacional de Guatemala, Setiembre 15 de 1821. Junto con su sobrino, el General Morazán, al
que nombró secretario general, Herrera fue el principal autor de la primera Constitución del Estado, promulgada
el 11 de diciembre de 1825 y efectiva hasta la separación de Honduras de la República Federal de Centro
América. Siendo redactada por Herrera, la Constitución llegó a tener un carácter eminentemente liberal. Al igual

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que la Constitución de los Estados Unidos, fijaba los derechos fundamentales y limitaba los privilegios de la
Iglesia Católica. Es notable la abolición de la esclavitud, décadas antes que lo hicieran Rusia en 1861 y los
Estados Unidos en 1863. Entre otros, se puede señalar el establecimiento de derechos que gozarían prisioneros
y acusados en espera de sentencia, el respeto a la privacidad de los ciudadanos, determinando que solo podían
decomisarse como prueba los papeles personales en caso de traición a la patria y que su publicación era
imprescindible para constatar la verdad. El día 30 de mayo de 1850 dictó su testamento y el 13 de junio del
mismo año falleció en San Salvador, desde 1897 sus restos descansan en la Iglesia El Rosario localizada en el
Centro histórico de San Salvador. (Firman) Gabino Gainza - mariano de Beltranena – José Mariano Calderon –
José Matías Delgado - Manuel Antonio Molina - Mariano de Larrave – Antonio de Rivera - José Antonio de
Larrabe - Isidoro de Valle y Castriciones - Mariano de Aycinena - Lorenzo de Romaña, secretario – Domingo
Diéguez, secretario" Primer himno, La granadera La Granadera, es una composición musical escrita por el
escritor, poeta y ensayista hondureño Rómulo Ernesto Durón y Gamero, mejor conocido como Rómulo E. Durón.
La Granadera sirvió de Himno de las Provincias Unidas de Centroamérica.

Al desaparecer la Federación siguió siendo utilizado por algunos Estados Centroamericanos como himno de
facto hasta mediados del siglo XX. En vista que la República de Honduras no tuvo himno durante 94 años. El
Himno La Granadera fue entonado en actos oficiales, culturales y cívicos como Himno Nacional de Honduras
durante muchos años, hasta el año 1915 cuando fue oficializado el Himno Nacional que actualmente
conocemos, escrito por el Poeta Augusto Constancio Coello Estévez y musicalizado por el Maestro Carlos
Hartling. Además de La Granadera, antes de 1915 en Honduras también se entonaban los siguientes himnos:
“Himno Marcial” escrito por José Antonio Domínguez, “Una Salva hondureños” de autor desconocido, “Himno
Nacional” escrito por el Poeta Valentín Durón y el “Himno Hondureño” escrito por el Maestro Félix A.

Tejeda. La Granadera fue el himno de las Provincia]]s Unidas del Centro de América y de la República Federal del
Centro de América. El autor de la música es anónimo. En Honduras el himno es cantado con la letra de Rómulo
E. Durón. En Guatemala hay otras dos piezas musicales conocidas como La Granadera, una en la que se exalta a
la bandera nacional y la tercera de carácter religioso. Antes de la utilización del actual himno de Honduras, esta
versión de La Granadera era la pieza que se utilizaba como himno nacional.

También sirvió de himno para las nuevas repúblicas independientes de Centroamérica, lo que da testimonio del
mantenimiento del ideal morazánico de una Centroamérica unida, que fue una realidad por breve tiempo en el
pasado, pero que también debería volver a realizarse en el futuro. De este ideal también da fe la bandera de
Honduras, con sus cinco estrellas azules sobre una franja blanca. Estas estrellas azules representan a las cinco
naciones centroamericanas que representaban a la unión federal. El lema “Dios, Unión, Libertad” se encontraba
en una versión de la bandera de las Provincias Unidas del Centro de América y posteriormente en una versión de
la bandera de El Salvador. En lo que respecta al significado de “Dios” en este lema, posiblemente se refiere a la
religión católica romana, que era la dominante en ese tiempo. La “Unión” se refiere a la unión de las naciones
centroamericanas, y “Libertad” es un término ambiguo, pero tal vez se refiere a la libertad como independencia
del imperio español.

El himno empieza con una evocación al Sol del amanecer, como símbolo de un nuevo comienzo para una nación
o grupo de naciones que formaba parte del vasto imperio español, pero que ahora aspira a ser independiente y
alcanzar gloria por sí misma. La bandera de la unión centroamericana es el símbolo de esa esperanza, esperanza
que pronto se vio frustrada al disolverse la unión, pero que podría reactivarse con el renacimiento de una
renovada conciencia. Himno La Granadera. Ya se ve, Patria mía, en tu Oriente nuevo sol esparcir claridad ya
podemos con voz reverente pronunciar: Dios, Unión, Libertad. Cambiarán ya tu vida y tu suerte un solo hombre

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tus hijos serán; ya entre ellos no habrá guerra o muerte y dichosos tu bien labrarán. Ya podrás alcanzar pura
gloria, de tus próceres sueño tenaz y el laurel de tu espléndida historia será signo de triunfos de paz. Salve,
Patria, tu hermosa bandera luce al viento del cielo el color; a su sombra juramos doquiera a vencer o morir por
tu honor. Primera constitución de Honduras es un país ubicado en Centroamérica que ha sufrido una serie de
reformas constitucionales desde el año 1825 donde surge la primera constitución de la república de Honduras
Cuando Honduras en manos del abogado Osé Dionisio de la Trinidad de Herrera y Díaz del Valle, el cual fue el
primer presidente de Honduras. En una época de la Colonia estuvimos regidos en Honduras por la constitución
de Bayona y posteriormente por la Monarquía Española del Rey Fernando VII, donde al hablar del territorio de la
España expresa: “El territorio español comprende con la Península con sus posesiones e islas adyacentes,
Aragón, Asturias, Castilla la Vieja Guatemala (sede de la Capitanía General que comprendía la Provincia de
Honduras) etc.

El 15 de septiembre de 1821 se proclamó la independencia y nació la Federación Centroamericana, habiéndose


decretado su primera Constitución el 22 de noviembre de 1824, y siendo su territorio el mismo que antes
comprendía el antiguo reino de Guatemala compuesta por cinco Estados: Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El
Salvador y Guatemala, y una de las declaraciones fundamentales, las siguientes: “Todo hombre es libre en la
República. No puede ser esclavo el que se acoja a sus leyes, ni ciudadano el que trafique con esclavos “. Dicha
Constitución fue reformada por el Congreso Federal el 13 de febrero de 1835. Disuelta la Federación, la primera
Constitución del Estado de Honduras se emitió en la ciudad de Comayagua, antigua capital del país, el 11 de
diciembre de 1825, y después se emitieron por su orden la de 1831, la de 1839, la de 1847, la de 1865 y la de
1873 emitidas también en la ciudad de Comayagua.

En la nueva capital, Tegucigalpa , fueron emitidas la de 1880 en el Gobierno del Doctor Policarpo Bonilla; la de
1908 en el Gobierno del Doctor Miguel R. Dávila; la de 1908 en el Gobierno del Dr. Miguel R. Dávila declarando
vigente la Constitución de 1894; la de 1924 en el Gobierno provisional del General Vicente Tosta; la de 1936 en
el Gobierno del General Tiburcio Carias Andino; la de 1957 en el Gobierno del General Oswaldo López Arellano y
la actual Constitución de la República de Honduras en el Gobierno democrático del Doctor Roberto Suazo
Córdova. Junto con su sobrino, el General Morazán, al que nombró secretario general, Herrera fue el principal
autor de la primera Constitución del Estado, promulgada el 11 de diciembre de 1825 y efectiva hasta la
separación de Honduras de la República Federal de Centro América. Siendo redactada por Herrera, la
Constitución llegó a tener un carácter eminentemente liberal. Al igual que la Constitución de los Estados Unidos,
fijaba los derechos fundamentales y limitaba los privilegios de la Iglesia Católica.

Es notable la abolición de la esclavitud, décadas antes que lo hicieran Rusia en 1861 y los Estados Unidos en
1863. Entre otros, se puede señalar el establecimiento de derechos que gozarían prisioneros y acusados en
espera de sentencia, el respeto a la privacidad de los ciudadanos, determinando que solo podían decomisarse
como prueba los papeles personales en caso de traición a la patria y que su publicación era imprescindible para
constatar la verdad. Para esa fecha se declara a Honduras como Estado y se desliga del corriente
independentista creado por el imperio mexicano, la cual era integrada por países de Centroamérica como,
Guatemala, el Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Honduras. Aunque se definían cada una como independientes.
Luego de organizarse la Junta Central Gubernativa el día 1 de marzo de 1844, ésta adoptó como constitución el
Manifiesto trinitario del 16 de enero de ese año.

En julio de ese mismo año, el General Pedro Santana se adueñó de la Presidencia de la Junta Central
Gubernativa y los miembros de la misma se atribuyeron la calidad de Diputados. El 24 de julio de 1844, la Junta
Central Gubernativa dictó un decreto, a manera de Ley Electoral, convocando a los pueblos a elegir los

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miembros de la Asamblea Constituyente que debía redactar la nueva Constitución de la República. Los días del
20 al 30 de agosto fueron señalados para reunirse las Asambleas Electorales. Dos días antes, el 13 de
septiembre, llegó a Guatemala correo de Tuxtla, Comitán, Ciudad Real y Chiapas, ciudades que enviaban copias
de las actas por las cuales se unían al Plan de Iguala. El Plan de Iguala o de las Tres Garantías fue el plan que selló
la independencia de México que había empezado en 1810. En esos pliegos se incitaba a las demás provincias del
Reino a que se independizaran como ellos ya lo habían hecho. El Brigadier Gabino Gainza convocó esa misma
tarde del 13 de septiembre a las autoridades civiles, militares y eclesiásticas para que asistieran a una sesión que
se realizará el 15 de septiembre; en ella se tratarán asuntos de sumo interés para la colonia. Durante la lluviosa
noche del día 14, se acudió a los barrios, invitando al vecindario a la reunión.

Al evento cumbre de la historia de la independencia centroamericana celebrado el 15 de septiembre, asistieron


el licenciado José Cecilio del Valle, Auditor de Guerra; los coroneles Javier Barrundia y Manuel Arzú; los oficiales
Mariano de Asturias, José Ignacio Larrazábal, Rafael Montúfar, Domingo Ariza, Félix Lagrava, Francisco Taboada,
José Villafañe y el sargento de milicias Antonio Arzú, representantes del Cuerpo de Dragones.

La junta se inició sin mayor retraso. El ambiente era tenso ante la importancia de lo que se habría de tratar y
resolver. La reunión fue a puerta abierta, en el Real Palacio. Estaban alrededor de 50 personas en salón, pero en
la antesala y en el corredor se reunieron cada vez más personas, lo mismo que en el patio, portales exteriores y
en la plaza misma. Al principio la concurrencia no era muy nutrida, por lo cual Basilio Porras y Dolores Bedoya de
Molina trataron de reunir más gente, pusieron música en la plaza y quemaron cohetes para atraer la atención
del pueblo. Primero se dio lectura a los documentos llegados de Chiapas y a continuación se escuchó la opinión
de los asistentes.

Se observó que había diferentes puntos de vista, pues algunos querían que se proclamara la independencia y
otros querían retardarla. La gente que escuchaba tales opiniones aplaudía emocionada y a gritos pedía que de
inmediato se hiciese la declaración de independencia. Finalmente, como a las once de la mañana, se acordó
redactar el Acta de Independencia por medio la cual Centro América se separaba de España. El redactor del Acta
fue don José Cecilio del Valle. El Congreso Constituyente, además de redactar el Pacto Fundamental de la
República, tenía el encargo de elegir el primer Ejecutivo Constitucional, y debía iniciar sus labores el 20 de
septiembre. Una vez electos, los diputados constituyentes se reunieron solemnemente en San Cristóbal a partir
del 21 de septiembre de 1844.

La elección de San Cristóbal, a unos treinta kilómetros de la capital, se hizo, según la afirmación del cónsul
francés Eustache Juchereau de Saint-Denys, a fin de dejar a los diputados “toda la libertad de opinión y de
acción y de sustraerlos a la influencia perniciosa del espíritu de partido”. En principio se escogió el poblado de
Guerra, pero, debido a la falta de facilidades, el mismo Congreso Constituyente decretó el traslado a San
Cristóbal.

Los diputados por los pueblos de la parte antes española de Santo Domingo ante el Congreso Constituyente de
San Cristóbal en el año 1844, firmantes de la Constitución de la República, fueron (por pueblo a Constitución
declaró a Honduras un Estado federado de la República de Centroamérica, dividió el gobierno en el Poder
Legislativo, Ejecutivo y Judicial y designó a la religión católica como la oficial, sin cabida para ninguna otra. El
Poder Legislativo recayó en una Asamblea de 11 diputados, la cual podría llegar a tener un máximo de 21
diputados; el poder Ejecutivo en un jefe Supremo del Estado, y el Judicial en un presidente, dos ministros y un
Fiscal, pudiendo todos ser siempre reelegidos. Se creó además un Consejo Representativo conformado por un
representante de cada departamento, y con facultades de sancionar leyes, aconsejar al jefe Supremo, proponer
en terna al jefe Supremo, al comandante General y a otros funcionarios, convocar a la Asamblea en casos

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extraordinarios, y velar por el cumplimiento de las leyes y la correcta conducta de los funcionarios, entre otras
(art. 38). Con este órgano se copiaba el modelo estructural de la Federación, encontrado en su constitución.3 En
el tiempo de elecciones, las juntas populares se celebran el primer domingo de octubre, las de distrito en el
tercero del mismo mes y las de departamento el segundo domingo de noviembre. El jefe y Vicejefe de Estado
serían escogidos por 4 años, con posibilidad a ser reelectos una vez (art. 41). Cada departamento pasó a estar al
cargo de un jefe Político con atribuciones de nombrar a los alcaldes de cada pueblo, conformado por
municipalidades. Cada poblado de más de 500 personas pasaba a escoger popularmente una municipalidad (art.
82). La Constitución de la Federación Centroamericana tenía supremacía constitucional sobre la Constitución de
Honduras (art. 32), no pudiendo ser modificados los artículos de esta última que tuvieran una relación directa
con los artículos de la primera, mientras que los demás artículos de la constitución hondureña podían ser
modificados una vez pasados 4 años tras su promulgación (art. 96). La constitución hondureña además seguía las
pautas que establecía la constitución federal en asuntos como las elecciones a autoridades (art. 12 y art. 14), la
formación de leyes (art. 26) y otros (art. 84).

División del territorio Dionisio de Herrera decretó la primera división administrativa de Honduras en siete
departamentos: Comayagua, Tegucigalpa, Gracias, Santa Bárbara, Yoro, Olancho y Choluteca. Retrato de Canales
A. (1978). José Dionisio de la Trinidad de Herrera y Díaz del Valle fungió como el primer jefe del Estado de
Honduras entre 1824 y 1827, electo por la Asamblea Constituyente reunida en la ciudad de Cedros, y entre los
aspectos más relevantes al abordar su legado histórico y cultural figuran la proclamación de la primera
Constitución Política, la división territorial del país y la creación del escudo de armas.

La división ocurre con la finalidad de mejorar la administración y control del país. Anterior a esa medida, la
división política estaba regulada por el modelo de las Intendencias, es decir, que antes de 1825 la división
política de Honduras no se conocía por Departamentos sino por Partidos que agrupaban pueblos y villas de un
determinado territorio. En la sesión el 28 de junio del 1825, se logra la división del territorio de Honduras,
basado en 7 unidades territoriales, las cuales eran representadas por los siguientes: Departamento de Yoro,
representado por Manuel Jacinto Doblado. Departamento de Santa Bárbara con el diputado José Rosa de
Yzaguirre. Cantarrana, también nombrada departamento representada con el diputado Ángel Francisco del
Valle. Departamento de Gracia con José María Donayre el cual era el secretario. Tegucigalpa con el diputado
suplente Miguel Rafael Valladares. Esta constitución estructurada en 97 artículos, tuvo también un aspecto
relevante, puesto que se coloca la religión católica como la predominante y las otras religiones no tenían cabida
legal en el ámbito social. El Acta de Independencia, a 200 años de vida el Archivo General de la Nación la
preserva en condiciones óptimas

*El Acta de Independencia cumple este 28 de septiembre doscientos años de vida, su valor es inconmensurable.
*El Archivo General de la Nación asegura su conservación en condiciones óptimas, garantizando larga vida al
documento fundacional.

➢ Digitalización del Acta de Independencia del Imperio Mexicano


➢ Acta de Independencia del Imperio Mexicano
➢ Autor
➢ Archivo General de la Nación
➢ Fecha de publicación
➢ 28 de septiembre de 2021
➢ Categoría
➢ Comunicado

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El 28 de septiembre de 1821, un día después de la entrada triunfal del Ejército Trigarante que marcó la victoria
de la lucha de Independencia, fue elaborada y redactada en dos ejemplares el Acta de Independencia del
Imperio Mexicano, firmada por los miembros de la Soberana Junta Provisional Gubernativa, un órgano de
gobierno provisional conformado por 38 aristócratas seleccionados por Agustín de Iturbide.

Un ejemplar fue entregado a la Junta que representaba al poder legislativo, este ejemplar acompañó al
legislativo hasta que fue devorado por el incendio que consumió el recinto legislativo de Palacio Nacional en
1909.

El otro ejemplar fue destinado para el Gobierno, pero en 1830 fue sustraído y vendido, y a partir de entonces
comenzó una larga travesía entre el continente americano y el europeo, llegó a ser parte de la colección de
Maximiliano de Habsburgo y finalmente llegó a la posesión de la familia de Florencio Gavito Bustillo, quien
definió en su voluntad testamentaria que el Acta fuera devuelta al Estado Mexicano, lo cual tuvo lugar el 21 de
noviembre de 1961 cuando su hijo Florencio Gavito Jáuregui la entregó al presidente de la república Adolfo
López Mateos, momento para el cual el Museo Nacional de Historia, por gestión de su entonces titular Antonio
Arriaga, había concluido la autenticidad del documento tras un análisis realizado por Ernesto Lemoine, entonces
jefe de investigaciones históricas del Archivo General de la Nación, y Guadalupe Pérez San Vicente, especialista
en paleografía y organización de archivos de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Tras una estancia de exhibición en el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, fue ingresada al
Archivo General de la Nación, donde actualmente se preserva en su bóveda de seguridad, espacio donde se
custodian las más valiosas joyas del Patrimonio Histórico que resguarda el AGN.

El documento original conservado mide 72.2 cm. de altura y 53.4 cm. de ancho, en cuyo cuerpo se escribió el
texto principal con tinta café y se rubricó con distintas tonalidades de café. El Acta de Independencia en un
soporte de papel grueso de manufactura manual y a partir de fibras de trapo. Tiene además un soporte auxiliar
en el reverso de textil delgado color café, cuya trama es de un hilo de trama por uno de urdimbre (tejido
conocido como tafetán). Los restos de adhesivo y papel en las orillas nos permiten inferir que debió estar
adherido a algún otro soporte, de papel o cartón. El paso del tiempo ha hecho mella en el soporte, pues
presenta una mancha en la esquina inferior izquierda (por humedad u oxidación), roturas y faltantes en los
bordes superior e inferior, faltantes en las esquinas, con excepción de la superior derecha. En el reverso
presenta dos marcas: una con un trozo de papel de 6 x 6.5 cm. con el sello del exlibris de Maximiliano que en su
base señala “Equidad en la justicia” y un sello de la librería en Madrid de Gabriel Sánchez.

A propósito del bicentenario del inicio del movimiento por la independencia se realizaron nuevos estudios
científicos interdisciplinarios con la más alta rigurosidad por parte de restauradores, conservadores,
historiadores, fotógrafos, químicos, biólogos y físicos nucleares, sin comprometer de manera alguna la
integridad material del documento. El estudio de la composición cromática ha sido fundamental para
monitorear la variación del color del documento como expresión de deterioro y de transformación de la
rugosidad del material. Los registros fotográficos ultravioleta y de imagen infrarroja que nos han permitido
captar elementos invisibles como huellas digitales, salpicaduras, manchas, barrido y antigüedad de tintas, zonas
de abrasión, pelusas y suciedad acumulada. El microscopio electrónico de barrido de vacío ha permitido conocer
el buen estado general de conservación las fibras de papel, con excepción de las orillas. En suma, los recientes
análisis científicos con las técnicas más avanzadas han confirmado la autenticidad del documento y un estado
general de conservación, aunque con un deterioro natural propio del paso del tiempo y de la manipulación.

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Tales estudios han permitido generar mecanismos para su protección. Para el efecto, el Acta de Independencia
ha sido encapsulada herméticamente para garantizar la preservación. La primera vez en 2010 y la segunda en
2017 con el apoyo de la Facultad de Ingeniería de la UNAM. El proceso consistió en el resguardo del documento
en una estructura con un vidrio especial para protegerlo de los rayos ultravioleta, a la que se le extrae todo el
aire y en su lugar se inyecta gas inerte hidratado, el cual permite aislar del medio al documento en todos sus
elementos (soportes y tintas). El sistema de encapsulado cuenta con sensores que permiten monitorear el
estado de humedad relativa y temperatura en tiempo real. Con este procedimiento se asegura la preservación
del documento fundacional de la nación mexicana, el cual cuenta con un valor histórico inconmensurable y que
es fuente de identidad y orgullo para las mexicanas y mexicanos.

a historia nos indica que el 15 de septiembre de 1821, se firmó en la ciudad de Guatemala el Acta de
Independencia de Centroamérica, en la cual se designó al Capitán General don Gabino Gaínza, presidente de las
Provincias Unidas de Centroamérica.

Dos días antes, el 13 de septiembre, llegó a Guatemala correo de Tuxtla, Comitán, Ciudad Real y Chiapas,
ciudades que enviaban copias de las actas por las cuales se unían al Plan de Iguala.

El Plan de Iguala o de las Tres Garantías fue el plan que selló la independencia de México que había empezado
en 1810. En esos pliegos se incitaba a las demás provincias del Reino a que se independizaran como ellos ya lo
habían hecho.

El Brigadier Gabino Gaínza convocó esa misma tarde del 13 de septiembre a las autoridades civiles, militares y
eclesiásticas para que asistieran a una sesión que se realizará el 15 de septiembre; en ella se tratarán asuntos de
sumo interés para la colonia.

Durante la lluviosa noche del día 14, se acudió a los barrios, invitando al vecindario a la reunión.

Al evento cumbre de la historia de la independencia centroamericana celebrado el 15 de septiembre, asistieron


el licenciado José Cecilio del Valle, Auditor de Guerra; los coroneles Javier Barrundia y Manuel Arzú; los oficiales
Mariano de Asturias, José Ignacio Larrazábal, Rafael Montúfar, Domingo Ariza, Félix Lagrava, Francisco Taboada,
José Villafañe y el sargento de milicias Antonio Arzú, representantes del Cuerpo de Dragones.

La junta se inició sin mayor retraso. El ambiente era tenso ante la importancia de lo que se habría de tratar y
resolver. La reunión fue a puerta abierta, en el Real Palacio. Estaban alrededor de 50 personas en salón, pero en
la antesala y en el corredor se reunieron cada vez más personas, lo mismo que en el patio, portales exteriores y
en la plaza misma.

Al principio la concurrencia no era muy nutrida, por lo cual Basilio Porras y Dolores Bedoya de Molina trataron
de reunir más gente, pusieron música en la plaza y quemaron cohetes para atraer la atención del pueblo.

Primero se dio lectura a los documentos llegados de Chiapas y a continuación se escuchó la opinión de los
asistentes. Se observó que había diferentes puntos de vista, pues algunos querían que se proclamara la
independencia y otros querían retardarla.

La gente que escuchaba tales opiniones aplaudía emocionada y a gritos pedía que de inmediato se hiciese la
declaración de independencia.

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Finalmente, como a las once de la mañana, se acordó redactar el Acta de Independencia por medio la cual
Centro América se separaba de España. El redactor del Acta fue don José Cecilio del Valle.

Acta de Independencia

``Palacio Nacional de Guatemala, quince de septiembre de mil ochocientos veinte y uno. Siendo públicos e
indudables los deseos de independencia del gobierno español que por escrito y de palabra ha manifestado el
pueblo de esta Capital; recibidos por el último Correo diversos oficios de los Ayuntamientos Constitucionales de
Ciudad Real, Comitán y Tuxtla, en que comunican haber proclamado y jurado dha. independencia y excitan que
se haga lo mismo en esta ciudad: siendo positivo que han circulado iguales oficios a otros Ayuntamientos.

Determinado de acuerdo con la Excelentísima diputación Provincial que para tratar de asunto tan grave se
reuniesen en uno de los Salones de este Palacio la misma diputación Provincial, el Ilustrísimo Señor arzobispo,
los Señores individuos que diputasen, la Excelentísima Ayuda. territorial, el Venerable Señor Dean y Cabildo
Eclesiástico, el Excelentísimo Ayuntando, el Muy Ilustre Claustro, el Consulado y Colegio de Abogados, los
Prelados regulares, jefes y funcionarios públicos: Congregados todos en el mismo Salón; leídos los Oficios
expresados; discutido y meditado detenidamente el asunto, oído el clamor de ``viva la independencia'' que
repetía de continuo el pueblo que se veía reunido en las calles, plaza, patio, corredores y ante Sala de este
palacio se acordó; por esta Diputación individuos del Excelentísimo Ayuntamiento.

1. Que, siendo la independencia del gobierno español, la voluntad general del pueblo de Guatemala y sin
perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el Señor jefe Político la mande publicar
para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.

2. Que desde luego se circulen Oficios a las Provincias por Correos extraordinarios para que sin demora alguna
se sirvan proceder (1) a elegir Diputados y Representantes suyos y estos concurrían a esta Capital a formar el
Congreso que debe decidir el punto de independencia y fijar, en caso de acordarla, la forma de gobierno y la ley
fundamental que deba regir.

3. Que, para facilitar el nombramiento de Diputados, se sirvan hacerlo las mismas juntas Electorales de Provincia
que hicieron debieron hacer las elecciones de los últimos Diputados a Cortes. (2)

4. Que el Número de estos diputados sea en proporción de uno por cada quince mil individuos, sin excluir de la
Ciudadanía, a los originarios de África.

5. Que las mismas Juntas electorales (3) de Provincia teniendo presente los últimos censos se sirvan determinar
según esta base el número de Diputados Representantes que deban elegir.

6. Que, en atención a la gravedad y urgencia del asunto, se sirvan hacer las elecciones de modo que el día
primero de marzo del año próximo de 1822, están reunidos en esta Capital todos los Diputados.

7. Que, entre tanto, no haciendo novedad en las autoridades establecidas, sigan éstas ejerciendo sus
atribuciones, respectivas con arreglo a la Constitución, Decretos y leyes, hasta que el Congreso indicado
determine lo que sea más justo y benéfico.

8. Que el Señor Jefe Político Brigadier Don Gavino Gaínza, contiene con el Gobierno Suporte Político y Militar y
para que éste tenga el caracter que parece propio de las circunstancias, se forme una Junta provisional
consultiva, compuesta de los Señores individuos actuales de esta Diputación Provincial y de los Señores Don

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Miguel de Larreynaga, Ministro de esta Audiencia, Don José del Valle Auditor de Guerra, Marqués de Aycinena,
Doctor Don José Valdez, Tesorero de esta Santa Iglesia, Dr. Don Angel María Candina y Licenciado don Antonio
Robles, Alcalde. 3o constitucional; el primer pr. la Provincia de León, el 2o pr. la de Comayagua, 3o pr.
Quesaltenango, 4o pr. Solol y Chimaltenango, 5o pr. Sonsonate y el 6o pr. Ciudad R. de Chiapa.

9. Que esta Junta provisional consulte al Señor jefe político en todos los asuntos económicos y gubernativos,
dignos de su atención.

10. Que la religión católica, que hemos profesado en los Siglos anteriores, y profesaremos en lo sucesivo, se
conserve pura e inalterable, manteniendo vivo el espíritu de religiosidad que ha distinguido siempre a
Guatemala, respetando a los ministros eclesiásticos seculares y regulares y protegiéndolos en sus personas y
propiedades.

11. Que se pase oficio a los dignos Prelados de las comunidades religiosas, para que, cooperando a la luz y
sosiego, que es la primera necesidad de los pueblos cuando pasan de un gobierno a otro, dispongan que sus
individuos exhorten a la fraternidad y concordia, a los que, estando unidos en el sentimiento de la
independencia, deben estarlo también en todos los demás, sofocando pasiones individuales que dividen los
ánimos y producen funestas consecuencias.

12. Que el Excelentísimo Ayuntamiento, a quien corresponde la conservación del orden y tranquilidad, tome las
medidas más activas para mantenerla imperturbable en toda esta capital y pueblos inmediatos.

13. Que el Señor jefe político publique un manifiesto haciendo notorios a la faz de todos, los sentimientos
generales del Pueblo, la Opinión de las autoridades y corporaciones las medidas de este gobierno; las causas y
circunstancias que lo decidieron a prestar en manos del Señor alcalde a pedimento del Pueblo, el juramento de
independencia y de fidelidad al Gobierno Americano que se establezca.
14. Que igual juramento presten la Junta provisional, (4) el Excelentísimo Ayuntamiento; el Ilustrísimo Señor
arzobispo; los Tribunales, jefes políticos y militares, los Prelados regulares, sus comunidades religiosas, jefes y
empleados en las Rentas, autoridades, corporaciones u tropas de las respectivas guarniciones.

15. Que el Señor jefe Político, de acuerdo con el Excelentísimo Ayuntamiento disponga la solemnidad, y señale
el día en que el Pueblo deba hacer la proclamación y juramento expresado de independencia.

16. Que el Excelentísimo Ayuntamiento disponga la acuñación de una medalla que perpetúe en los Siglos la
memoria del día quince de septiembre de mil ochocientos veinte y uno en que Guatemala proclamó su feliz
independencia.

17. Que imprimiéndose esta acta y el manifiesto expresado se circule a las Excelentísimas Diputaciones
provinciales, Ayuntamientos constitucionales y demás autoridades eclesiásticas, regulares, seculares y militares
para que siendo acordes en los mismos sentimientos que ha manifestado este Pueblo, se sirvan obrar con
arreglo a todo lo expuesto.

18. Que se cante el día que designe el Señor jefe político una misa solemne de gracias, con asistencia de la Junta
Provisional (5) de todas las autoridades, corporaciones y jefes, haciéndose salvas de artillería y tres días de
iluminación''.

➢ Gavino Gaínza
➢ Pedro de Arroyave
➢ José Matías Delgado

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➢ José Marno Calderon Manl.
➢ Antonio de Molina
➢ Antonio de Rivera
➢ Mariano de Larrave
➢ Ysidoro de Valle y Castricciones
➢ Mariano de Aycinena
➢ Mariano de Beltranena
➢ Lorenzo de Romaña, secretario.
➢ José Antonio de Larrave.

CONCLUSION

Podemos ver en este documento se dice que la independencia de Centroamérica se dio en forma pacífica debido
que no hubo enfrentamientos como ocurrió en otros países americanos donde para poder independizarse ellos
tuvieron que enfrentarse.

Lo que ayudo para que Guatemala pudiera independizarse fue la influencia de ideas revolucionarias
provenientes de Europa, la independencia de los Estados Unidos.

Se puede decir que otro de los factores que dieron origen a que Centroamérica quisiera independizarse fue el
descuido que España tuvo en este lugar debido a los cambios sociopolíticos que ellos tenían en sus tierras y los
problemas que ellos estaban enfrentando con la invasión de los franceses y el derrocamiento del rey Fernando
VII.

La independencia de Centroamérica fue pacífica debido a la impotencia de los criollos como lo dice el título del
documento ya que ellos eran los que dominaban en ese entonces la región de Centroamérica, también se dio
porque ellos se dieron cuenta que si el pueblo se revelaba contra ellos no tenían ellos como defenderse ya que
ellos se sentían incapaces.

Después de la crisis que estaba ocurriendo en España y la derrota francesa en la Batalla de Bailen se creó la
Junta Central Suprema y el 22de mayo de 1809 se celebró las Cortes Extraordinarias y Constituyentes quienes
realizaron su primera sesión en San Fernando su tarea era crear un cuerpo legislativo de carácter liberal que
acabara con la sociedad estamental que había caracterizado a España hasta ese momento. Todos estos
movimientos socio políticos en la península fueron bien recibidos por los criollos y resistidos por la supremacía
centroamericana.

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Bibliografía

https://sites.google.com/site/mexicohist/historia-1/primeros-anos/provinciasunidas-de-centroamerica.

https://www.wikiwand.com/es/Historia_de_Am%C3%A9rica_Central

https://www.uls.edu.sv/sitioweb/component/k2/item/310-proceso-de-independenciacentroamericano-1811-
1824.

https://es.wikipedia.org/wiki/Himno_Nacional_de_las_Provincias_Unidas_del_Centro_d
e_Am%C3%A9rica.

https://www.poderjudicial.gob.hn/Documents/HistoriaPJ.pdf.

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:~:text=La%20guerra%20por%20la%20independencia,27%20de%20septiembre%20de%201821.

http://ambitointernacional.com/independencia-de-centroamerica-camino-al-bicentenario/ -
:~:text=La%20independencia%20centroamericana%20tom%C3%B3%20impulso,popular%20mejor%20conocidas
%20como%20Juntas.

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