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Mientras los gobiernos relajan gradualmente la obligación de quedarse en casa, las organizaciones planean la vuelta

de sus trabajadores a la oficina. La agilidad es fundamental, para desarrollar estrategias para abordar la dinámica crisis
global sin precedentes. Es imprescindible que los trabajadores vuelvan al espacio de trabajo. El trabajo es una
actividad social y la oficina es el lugar donde los trabajadores tienen acceso a las personas y las herramientas que
necesitan para colaborar de manera más efectiva y generar nuevas ideas que conduzcan a la innovación.

Predisposición para Volver


La gran mayoría de los trabajadores ansían volver, echan de menos las
relaciones sociales y las herramientas que ofrecen las oficinas, como
los puestos de trabajo ergonómico las mesas regulables en altura, la
tecnología de colaboración a gran escala, las pizarras y las impresoras.

Normas de Seguridad para Volver al trabajo


Los trabajadores deben sentir que sus empresas han hecho
todo lo posible para garantizar su seguridad antes de su vuelta,
que se han asesorado con especialista de las áreas de
seguridad y salud ocupacional, de los entes gubernamentales.
Por lo tanto es fundamental cumplir con las normativas dadas
como el uso del tapabocas, lavado de las manos, el
distanciamiento y la responsabilidad de informar si estas
enfermo.

Las normas internacionales del trabajo establecen unos


principios y derechos básicos en el trabajo que deben
guiar la implementación de esta herramienta. Entre ellos,
la implementación de medidas preventivas según un
orden jerárquico decreciente que antepone la adopción
prioritaria de aquellas medidas que ofrecen una mayor
eficacia frente al riesgo laboral.

Mientras que por un lado dejamos la comodidad del hogar, al volver a la oficina primero
nos reencontramos con nuestros compañeros, lo cual nos recuerda lo que es socializar
y reforzamos más nuestros vínculos que por reuniones de Teams. Además, la oficina
nos ayuda a separar de mejor forma nuestra vida personal de la laboral, mejorando la
desconexión entre oficina/vida. Es cierto que la parte de conciliación y tiempo vuelve a
ser más complicada, ya que no permite tanta flexibilidad como sí que lo hace el
teletrabajo. Para ello, toca volver a organizarse para que el cambio no sea tan
“traumático” y la adaptación se haga más fácil de asimiliar. Al fin y al cabo, antes de la
pandemia ya nos organizábamos sin teletrabajo, toca reaprender lo desaprendido.

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