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DERECHO CIVIL II
ANALISIS EJECUTIVO
LA PERSONA EN EL DERECHO
FACILITADOR
JOSE CANDANEDO
ESTUDIANTE
El Derecho no es, por tanto, algo exterior al ser humano, sino que es una exigencia
existencial, una exigencia de la naturaleza humana.
Por otra parte, todo ser humano es titular actual de derechos y obligaciones por el
mero hecho de ser hombre y si existen derechos naturales, entonces es evidente
que ser persona tiene su origen en la naturaleza, porque el hombre es, por
naturaleza, no sólo capaz, sino titular actual de derechos
LA PERSONA EN EL DERECHO
Por tanto, cuando hablamos de seres naturales o humanos, nos referimos a todos
los seres humanos, hombres y mujeres. Y si bien pueden parecer conceptos
separados, en realidad están estrechamente relacionados. Cuando una persona se
denomina persona física, lleva una apariencia jurídica que le atribuye sus derechos
y obligaciones. La persona natural es uno de los cuatro sujetos jurídicos que
comienza con el nacimiento, ya está protegido desde el concepto, y es titular de un
derecho particular, a pesar de que termina en otro sujeto jurídico, concepto y
muerte. El ordenamiento jurídico atribuye derechos y obligaciones. Distinguir entre
personas jurídicas y entidades no personificadas en el aspecto biológico. Los
humanos (naturalmente embarazados) son los únicos sujetos de derecho que
reúnen simultáneamente las características de libertad, convivencia y temporalidad.
Pero ese no es el único tema legal.
Los entes que son considerado como persona es el derecho nos dice que todos los
seres humanos son parte sin excepción el nacimiento señala en comienzo de la
personalidad por lo tanto el comienzo de las personas, en la antigüedad no fue así
ya que no consideraban a muchos seres como personas, no obstante, se advierte
entre ellas matices diferenciales que deben ser tomados en consideración a fin de
precisar los conceptos que trasuntan tales expresiones.
Para los juristas que permiten la concepción formalista del Derecho y, por ende, la
del individuo, el ordenamiento jurídico positivo puede, como está dicho, asignar esta
categoría formal a cualquier ente de la naturaleza, sea o no el hombre. Igualmente,
el ordenamiento jurídico positivo podía despojan de la calidad de persona a ciertos
seres vivos. Es la situación de los esclavos. Ciertamente, este despojo es un
imposible ontológico puesto que todo ser humano es, de suyo, persona. El derecho
no se disminuye a ni una de tales magnitudes, pero, como se ha sostenido, ni una
de ellas puede faltar una vez que nos referimos al derecho, a cualquier organización
jurídica.
Y, como está dicho, en la ideología principalmente se trata los dos conceptos como
sinónimos en tanto no hay más individuo de derecho que el individuo así sea natural
o jurídica y, por lo tanto, todo individuo es individuo de derecho. Actualmente, a
diferencia del pasado inmediato, no se acostumbran confundir, generalmente, las
nociones de individuo de derecho y de persona. Ellas se distinguen sólo a partir de
un criterio técnico jurídico, a partir de una visión puramente formal. Aunque en la
codificación comparada no surge aún otro individuo de derecho que no sea el
individuo natural y el individuo jurídica por lo cual individuo de derecho y persona
son conceptos que se superponen, en los tiempos que corren se previene una
totalmente nueva tendencia con la que se pone de manifiesto una diferencia
conceptual entre las dos nociones.
Si no se tiene clara su importancia, o sea, sin saber en qué radica todos ellos, nos
resultaría imposible sustentar una indagación seria y coherente, debidamente
fundamentada, sobre la institucionalidad jurídica. Debería haber claridad sobre los
cimientos que sustentan la obra o el enjambre normativo, así como se debería
intentar borrar, en lo viable, titubeos o dudas sobre el punto de inicio, si se pretende
garantizar el adecuado resultado de la averiguación jurídica a grado dogmático. Los
dos conceptos, el de derecho y el de persona, se encuentran esencialmente
vinculados a partir de que el derecho es una exigencia existencial, una exigencia de
la naturaleza humana. Es imposible, por esto, imaginar o pensar a el individuo, en
cuanto ser humano, fuera de la sociedad, sin estar sujeta a normas de
comportamiento morales, éticas, religiosas, jurídicas que le permitan convivir,
proyectar su historia, desarrollarse como persona dentro del bien común. O sea, ser
lo cual escogió ser, en los naturales condicionamientos que limitan y restringen el
quehacer humano. Derecho y persona se erigían como 2 incógnitas que para un
alumno de derecho era imprescindible desentrañar. De esa preocupación, de tal
intuición, surgió una tenaz indagación por saber en qué consistía tanto el derecho
como el individuo y sobre cuál era la forma como se relacionaban. Estas
investigaciones brindaron origen a una trilogía de libros espaciados en la época.
Nuestras propias averiguaciones y su cristalización en dichas obras no hubieran
sido probables sin el soporte que nos ofertó el rico bagaje tanto de la filosofía de la
vida como de la fenomenología de Husserl, del pensamiento de Carlos Cossio, Hans
Kelsen y Luis Recaséns Siches, entre otros.