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Anécdota de la niña judía en tiempos de los nazis, a punto de que los varones de su familia fueran
descubiertos, ellos se escondieron en un hoyo hecho en el suelo de la casa y ella no se alcanzó a
esconder, de repente llegan los soldados a su casa y la encontraron justo arriba del escondite donde
estaba su familia y los soldados le preguntan ¿estás escondiendo a alguien allá abajo?, y ella decide
decir la verdad, “sí”, y cuando los soldados están a punto de hacerla a un lado ella se comienza a
reír y los soldados la miran y a raíz de su risa nerviosa, entienden que quizá se trate de una broma
de la niña, por lo que lo soldados deciden retirarse del lugar, al final de cuentas salvando la vida de
su familia que se encontraba bajo de ella.
Después de leer estos versículos, de repente se queda en nuestra mente pedirle al Señor dos cosas:
*No permitas que yo caiga en mentiras de otros y *no permitas que yo mienta a otros.
- Es una orden.
- Se supone que ya no somos los mismos de antes.
- Porque como hijos de Dios debemos ir creciendo y no retrocediendo.
2
un hombre llamado Ananías también vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa
Safira, se quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles. 3 —Ananías
—le reclamó Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le
mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el
terreno? 4 ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu
poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres, sino a Dios! 5 al oír
estas palabras, Ananías cayó muerto. Y un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron
de lo sucedido. 6 entonces se acercaron los más jóvenes, envolvieron el cuerpo, se lo llevaron y
le dieron sepultura.
13
Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí
mismo, 14 y dijo: «Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia» 15 Y así, después de
esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido. 16 Los seres humanos juran por
alguien superior a ellos mismos, y el juramento, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda
discusión. 17 por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su
propósito es inmutable, la confirmó con un juramento. 18 lo hizo así para que, mediante la promesa y el
juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un
estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de
nosotros.
-Arrepentirse
-Volverse A Dios para que nos perdone y restaure y quite toda necesidad de mentir en cualquier
ocasión.