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Las dos caras de la mentira

Por Wil Julio


Servicio dominical virtual, mayo 24 del 2020

Hechos 5.1-11
El caso de Ananías y Safira narrado en el libro de los hechos, nos narra el caso de una
pareja de esposos que mintieron, cuando dieron una ayuda solidaria a la iglesia y como
consecuencia sufrieron un desenlace trágico. Este caso causó temor en todos los
presentes. Pero sobre todo nos deja algunas preguntas que requieren de nuestra
reflexión. Por otro lado, causa curiosidad que Lucas nos narre esta historia en medio de
tantos hechos portentosos del ES, muchos convertidos y bautizados, el cojo sanado y las
puertas de la cárcel abiertas; y ahora una pareja que miente y mueren como
consecuencia.

Para entender mejor, como encaja este caso en el libro de los hechos, debemos tener en
cuenta que la iglesia tenía un crecimiento exponencial, mucha gente había llegado como
resultado de la predicación del evangelio. Lucas nos muestra que, en la iglesia desde el
inicio había, diferentes tipos de creyentes, uno muy honestos como Bernabé, quien
aparece en el contexto anterior del pasaje y otros no tan santos como la pareja de nuestro
caso. Significa entonces, que la iglesia es una comunidad de creyentes, con todo tipo de
problemáticas que desafían la fe y el ministerio de los líderes espirituales.

Nos preguntamos, si mucha gente miente y algunos lo hacen de manera muy grave; ¿por
qué Ananías y Safira recibieron un castigo tan severo?

Este desenlace, debemos verlo en el sentido más amplio de las Escrituras. En el AT, Dios
estableció una relación con Israel de Rey y vasallo; El Señor los liberó de la esclavitud de
Egipto y a cambio, el pueblo le obedecería. En ese contexto de la relación Israel debía
parecerse a su Rey y Señor, Dios es Santo; por tanto, Israel debía ser santo. Sin embargo,
los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, desobedecieron al Señor por ofrecer fuego extraño en la
adoración y ellos fueron muertos de manera fulminante en el tabernáculo (Levítico 10).
Esto sirvió como escarmiento a un pueblo que iniciaba su éxodo hacia la tierra prometida.

Mucho tiempo después, en épocas del rey David, mientras trasladaban el arca del pacto
en medio de la adoración, por el movimiento de los bueyes que tropezaron, el arca se
cayó y Uza quiso evitar que cayera al suelo, tocó el arca, y la ira del Señor se encendió
contra él y murió en el acto (2 Samuel 6.5-7). Esto muestra que las cosas se hacen a la
manera de Dios y no como muchas veces pensamos que se deben hacer.

¿Se preguntará usted, que relación hay entre estos dos casos y la muerte de Ananías y
Safira? Mucho. La iglesia como pueblo, es el nuevo Israel, que en su éxodo camina de la
mano de su Señor y Salvador hacia la patria celestial; Jesús la ha librado de la esclavitud
del pecado y de la muerte. Su pueblo ahora le debe obediencia como gratitud por el
beneficio recibido. Para un Dios que es la verdad, no hay una cosa más indignante que la
mentira. Así que, si Dios va a construir un nuevo pueblo, este pueblo debe establecerse
sobre fundamentos correctos. La muerte de Ananías y Safira, también nos muestra que el
fracaso espiritual de algunos creyentes, no va a detener la obra del Señor. Fracasó Judas y
lo reemplazaron con Matías, murieron Ananías y Safira y los enterraron; pero la iglesia
seguía creciendo. Lucas nos cuenta que la tragedia de Ananías y Safira llenó de temor a los
presentes. Esto fue una gran lección para la iglesia, con Dios no se juega, a Dios se respeta
y las cosas de Dios son para tomárselas en serio.

Como dice nuestro tema de hoy, La mentira tiene dos caras.

¿Cuales son las dos caras de la mentira?

1. La cara ante las personas. la primera, es la cara con que llegaron Ananías y Safira
ante Pedro y la congregación. Es la cara que estudia la psicología y la neurociencia;
es la cara emocional del que miente. Es la cara que evidencia necesidades muy
profundas del ser que busca satisfacción a como de lugar en la mentira.

En el caso de Ananías y Safira, se evidencia una razón de vergüenza; es decir, esta


en juego la reputación ante la congregación, y hay que salvar la imagen a como de
lugar. La Dra. Sandra farrera dice: “en la mentira, se oculta una baja autoestima,
inseguridad, falta de confianza en sí mismo, temor al rechazo, vergüenza, miedo al
castigo y a la crítica y también en muchos casos, un deseo de manipular al otro.”
Esta cara, cargada de vergüenza y falta de aceptación, es la cara de Ananías y Safira
ante Pedro; una cara de mentira vestida de solidaridad, maquillada de compasión y
adornada de generosidad.

En este punto de la predicación, es importante que analicemos el asunto de la


mentira.

¿Qué es mentir?
Según el DRAE, “mentir es decir o manifestar lo contrario a lo que se sabe, se cree o
se piensa.”

¿Por qué mentimos? ¿Qué hay tras una mentira?


El investigador posdoctoral del Instituto de Neurociencia de Princeton (Estados
Unidos), Neil Garrett, estudia de qué manera se reflejan las emociones en el
cerebro y de esta forma, poder entender de qué manera nos sentimos en ciertas
situaciones. Concretamente, “ha descubierto que una amígdala cerebral es la
culpable de que a veces seamos deshonestos.”

José María Martínez Selva, en su libro: La Psicología de la mentira, dice: “En


general se miente por el temor a las consecuencias de que algo se sepa; es decir,
algo que se hizo, que no se hizo, que se oyó, que se vio, que se dijo o que se supo.
Se miente para para ocultar algo y para evitar la vergüenza que se siente por lo
que se ha hecho y por las consecuencias, ya sean estas personales, legales o de
otro tipo: libertad o prisión, separación matrimonial o de la persona amada,
conflictos o distanciamiento familiar, pérdida de empleo.

David Livingstone filósofo de la Universidad de Nueva Inglaterra (EEUU) ha


publicado el libro “¿Por qué mentimos?”. En él explica que mentir da ventajas; por
eso dice que “mentimos de forma espontánea igual que respiramos o sudamos”.
Expone en su libro que el ser humano es el único animal capaz de engañarse a sí
mismo.

Estamos ante la primera cara, la cara que le damos a la gente, la cara de inocentes
que ponemos para que la gente nos crea. Como dice el dicho, “parece que no
matara una mosca, pero se las coge a montón” pero nuestro tema de “Las dos
caras de la mentira” nos lleva a estudiar la otra cara de la mentira.

¿Cuál es la otra cara de la mentira?


2. La cara ante Dios.
Esta es la cara que muchos olvidamos tenemos que poner. Ananías y Safira fueron
confrontados por Pedro por haberle mentido al ES. Lucas nos dice literalmente,
que cuando se miente a las personas y en especial en el seno de la iglesia, se tienta
a Dios. la mentira no solo es una falta contra el hermano o contra la iglesia; es un
atentado contra Dios mismo. Al respecto, el salmista escribe: No habitará dentro
de mi casa el que hace fraude; El que habla mentiras no se afirmará delante de mis
ojos (salmo 101.7).
Como podemos ver, desde el antiguo testamento el mentiroso ha tenido una
sentencia divina que pesa sobre él; y para Ananías y Safira no eran textos
desconocidos, debido a que la iglesia cristiana se fundamentó sobre una base
cultural y religiosa judía.

Entonces, ¿Por qué mentimos? ¿Qué hay tras una mentira?

La biblia responde que hay una razón espiritual detrás de la mentira; y esto tiene
que ver con la otra cara, la cara ante Dios.
Aunque el hombre fue creado bueno en esencia, esa integridad se dañó en la caída
de Adán. Cuando Adán desobedeció a Dios mordiendo del fruto prohibido, recibió
la naturaleza de la mentira; es decir, la naturaleza de la serpiente. Desde entonces
el hombre lleva dentro de sí, la mentira. El profeta Jeremías hace referencia a esta
condición del ser humano luego de la caída, dice: Engañoso es el corazón más que
todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17.9).

Jesús dijo a los judíos que querían matarlo, a cauda de la verdad que Jesús les
decía: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la
verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y padre de mentira (Juan 8.44).
Lo que Jesús está diciendo es que, detrás de las mentiras que decimos, está el
diablo mentiroso que opera en los hijos de desobediencia. Y esto es lo que Pedro le
dice a la pareja mentirosa, ¿porque dejaron que Satanás llenara su corazón para
mentir?
Hermano y amigo que me escuchas, detrás de la mentira que decimos, está el
padre de mentira, un ser espiritual que llena el corazón del ser humano para que
engañe a otros. ¿está tu corazón lleno de mentiras? ¿has construido tu hogar o tu
familia, tu empresa o negocio, tus proyectos sobre mentiras? ¿Cuánto tiempo
crees que esto durará? El libro de proverbios dice: El testigo falso no quedará sin
castigo, Y el que habla mentiras perecerá. (proverbios 19.9)

¿Entonces que hacer frente al mal hábito de la mentira?


El apóstol Pablo exhorta a que no dejemos que el pecado reine en nosotros,
obedeciéndole en sus malos deseos; ni tampoco seamos instrumentos de
iniquidad; sino que seamos instrumentos de justicia ante Dios. (Ro 6.12-13).
Decir la verdad es una decisión que debe estar fundamentada en los valores
cristianos, pues nuestro Cristo es la verdad, y la ética del cristiano debe estar en un
estándar alto de tal forma que sirva de modelo a otros que aun no conocen al
Cristo de la verdad.
La carta a los gálatas nos exhorta a vivir en el Espíritu y no satisfacer los deseos de
la carne (Gal 5.16); es decir, los deseos de la naturaleza pecaminosa, los deseos de
la mentira. Pablo continúa exhortándonos a no mentirnos los unos a los otros; sino
que nos despojemos de la vieja naturaleza con sus hechos, y que nos revistamos
del nuevo, que se va renovando conforme al que nos creo; es decir, Cristo. (Col 3.9-
10).

Conclusiones
1. Cuando decimos mentiras mostramos nuestros complejos de inferioridad, nuestra
falta de aceptación, nuestros temores y vergüenzas, mostramos la cara de
hipocresía que hay en nosotros; a la cual acudimos para obtener un beneficio a
todo costo.
2. Cuando decimos mentiras, mostramos la cara de la vieja naturaleza, la cara de la
vida carnal, la cara de la serpiente; es decir, la cara del padre de mentira que es el
Diablo o Satanás.
3. La mentira siempre trae graves consecuencias tanto para el que las dice, como
para el que las escucha. El primero pierde su reputación y se mete en graves
problemas de justicia y el segundo pierde la confianza en el otro con heridas
difíciles de sanar.
4. La solución ante la mentira, es tener una vida centrada en Cristo, quien es el único
Dios verdadero, capaz de liberarnos de la esclavitud del pecado y en especial de la
mentira.
5. Comprometámonos a decir la verdad en el contexto de la justicia social y la
misericordia, para que seamos verdaderos hijos de Dios.

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