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TEXTO:
INTRODUCCIÓN:
BOSQUEJO:
I. LA FE DEL NAUFRAGIO
3. Rahab fue la ú nica que actú o, la fe se expresa con acció n pero la fe muerta no
actú a.
a. La fe muerta dice creo que Dios cubre todas mis necesidades; pero
nunca diezma.
b. La fe muerta dice creo que Dios sana; pero nunca llama a los ancianos
para ser ungido con aceite y oren por el o ella.
c. La fe muerta dice las respuestas para la vida está n en la biblia; pero
nunca la estudian.
d. La fe muerta dice creo que fui llamado a la obra del evangelio pero
nunca se capacita.
ILUSTRACIÓN:
En el añ o 1859 Charles Blondin quien fue un equilibrista de cuerda floja y acró bata
francés, se preparaba para intentar su mayor hazañ a, cruzar la garganta de las
Cataratas del Niagara caminando sobre una cuerda a una altura de 50 m sobre el agua.
El trayecto era de 335 m de largo. Extendió un cable de acero de dos pulgadas a lo
largo de las Cataratas y el día anunciado una gran muchedumbre se congregó para
observar la hazañ a del equilibrista.
Empezó el espectá culo y Blondin realizó la travesía en varias oportunidades y de
distintas maneras; con los ojos vendados, dentro de una bolsa, con zancos,
arrastrando una carretilla y arrastrando una carretilla con ladrillos.
Sus actuaciones eran observadas por miles de visitantes que ovacionaban cada
movimiento.
Pero de pronto el equilibrista se dirigió al pú blico presente:
¿Cuá ntos de ustedes creen que puedo cruzar las cataratas con un hombre dentro de la
carretilla?
Todos ovacionaron respondiendo afirmativamente.
Entonces Blondin preguntó : Bien, ¿quién de ustedes se anima? ¿Quién se subirá en
esta carretilla y me va a permitir que lo lleve al otro lado de las Cataratas?
Se hizo un gran silencio no se podía oír ni el latido de un solo corazó n. Todos deseaban
ver a Blondin llevar a una persona sobres sus hombros, pero nadie deseaba arriesgar
su vida en las manos de Blondin.
Entre la multitud, un hombre levantó su mano y dijo:
-Yo quiero cruzar contigo, estoy dispuesto a ponerme en tus manos.
¿Quién fue este individuo? Harry Colcord, jefe de Blondin, quien lo conocía desde
hacía muchos añ os.
Al hacer los preparativos para cruzar las Cataratas, Blondin le dijo a su jefe:
No debes confiar en tus propios sentimientos, sino en mí. Sentirá s que tenemos
que virar cuando no hay que hacerlo, si confías en tus propios sentimientos,
ambos caeremos. Debes hacerte parte de mi persona, en todo el trayecto los
dos debemos ser una misma persona. La recomendació n sirvió para que ambos
llegaran ilesos a la otra orilla.
Y tú cuando está s en medio de difíciles situaciones, ¿está s dispuesto a ponerte
en las manos de Aquél que nos pidió que descansá ramos y confiá ramos en É l?
Sí, te estoy hablando de Jesú s, el ú nico que nos puede llevar a la otra orilla. No
las de las Cataratas del Niagara, sino al lugar donde está Dios esperá ndonos
para darnos un fuerte abrazo. Al otro lado de las circunstancias, de los fracasos,
del dolor. . . al otro lado de nosotros mismos.
Tú eres parte de la multitud de este mundo, que aplaude a Dios en todo
momento, pero, de entre la cual, pocos son capaces de poner sus vidas en Sus
manos y confiar plenamente.
Dios nos dice que hay un gran abismo entre É l y nosotros, hay una gran
separació n que só lo puede ser unida por la Cruz del Calvario.
Así como el señ or Harry Colcord, confió su vida a Charles Blondin, tú puedes confiar la
tuya a Jesú s. Si lo haces, nada malo te pasará , al contrario, en la otra orilla te está n
esperando la paz, el amor, la vida y todas las cosas que Dios ha preparado para todos
los que descansando en É l, se animan a cruzar al otro lado.
“Dios bendice a los que en el confían…” Salmos 40:4
III. LA FE SINCERA
2 Timoteo 1:5 Reina Valera Contemporánea
5
pues me viene a la memoria la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero
en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que habita en ti
también.
ILUSTRACIÓN: VENTA DE RELOJ ROLEX, decía rolex por fuera pero no lo era por
dentro.
ASÍ ES CON ALGUNAS PERSONAS SON UNA POR FUERA Y OTRA POR DENTRO.
6. Examínense es como cuando vamos al doctor para que nos examine, lo mismo
debemos examinar nuestra fe:
a. Debemos examinar los ojos, para mirar a Jesú s el actor y consumador de
la fe (Abrahan vio la promesa).
b. Debemos examinar la boca, teniendo fe hablamos, lo que decimos nos
delata, el corazó n y la boca siempre está n conectados.
IV. LA POCA FE
cosas les serán añadidas. 34 »Así que, no se preocupen por el día de mañana,
porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene
cada día con su propio mal!
lago una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca, pero él
dormía. 25 Sus discípulos lo despertaron y le dijeron: «¡Señor, sálvanos, que
estamos por naufragar!» 26 Él les dijo: «¿Por qué tienen miedo, hombres de poca
fe?» Entonces se levantó, reprendió al viento y a las aguas, y sobrevino una
calma impresionante. 27 Y esos hombres se quedaron asombrados, y decían:
«¿Qué clase de hombre es éste, que hasta el viento y las aguas lo obedecen?»
CONCLUSIÓN:
Qué tipo de fe tiene usted.
1. La fe del naufragio.
2. La fe muerta.
3. La fe sincera
4. La poca fe.