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LA EDUCACIÓN EN ROMA

La educación tenía un papel muy importante en la antigua Roma, ya fuera para los
hijos de las clases altas, destinados a emprender una carrera política o administrar sus
bienes; las damas nobles que debían ocuparse de su familia; o incluso muchos
hombres y mujeres de extracción humilde: todos necesitaban una formación básica
que les permitiera abrirse paso a su manera en la sociedad.
La educación, como los restantes elementos que configuran la cultura y la civilización
romana, no constituye un sistema estático, ajeno a las profundas transformaciones
que afectan a Roma y su imperio a lo largo de su historia.
Roma era una civilización militar y con hambre de justicia
La primera influencia que recibió Roma, tuvo lugar de manera indirecta a través de los
etruscos y posteriormente a partir de Campania.
La influencia directa se produjo durante los siglos V y IV a.C., a través de productos
griegos en el seno de la sociedad romana.
A partir de este momento, la influencia griega puede ser apreciada en todos los
ámbitos (religioso, artístico, político…).
Roma tuvo como ejemplo a Grecia, pero siempre con un sentido más practico (el otium
griego contra el negotium romano)
Roma primaba el entendimiento práctico y organizador mientras en Grecia se había
atendido tanto a la especulación el discurso metafísico y la teorización
Roma replicó la concepción griega, pero con matices lo que los griegos llamaron
paideia los romanos lo bautizaron como humanitas.
En la antigua roma eran tres las virtudes ideales la piedad la lealtad y la dignidad en
Roma la virtus era la excelencia global a la que aspiraba el ciudadano romano como el
griego aspiraba al areté.
Areté: conjunto de valores nobleza, orgullo, respeto reverencial, bondad.
Virtus: conjuntos de valores que se clasificaban en tres grupos:
Firmitas: "Tenacidad". Fuerza mental, habilidad de defender una propuesta.
Frugalitas (todo lo relacionado con el mejor manejo de dinero): Templanza, economía
y simplicidad, sin llegar a ser miserable.
Gravitas: Un sentido de la importancia de un asunto, responsabilidad, seriedad y
determinación.
Solo existían los romanos y los barbaros (los que no vivían en las ciudades romanas).
Grecia fue el modelo a seguir, pero también se despertó entre los romanos un cierto
recelo hacia todo lo que venía del país heleno.
No basta con alcanzar la sabiduría también hay que servirse de ella el romano
antepone a la política a la filosofía siempre con la vista puesta en el engrandecimiento
de la república primero y más adelante obviamente del imperio es decir el interés
comunitario por encima del individual.
Habría que señalar que la influencia griega en la enseñanza romana, también conllevó
al establecimiento de un período de estudios igual al modelo de las disciplinas griegas,
de forma que se fueron abriendo colegios latinos, con estudios primarios, secundarios
y superiores

LOS COLEGIOS EN ROMA


La mayoría de los niños romanos recibieron su educación de sus propios padres.
Pero como la educación era muy importante para los antiguos romanos, quien se lo
podía permitir gastaba enormes cantidades de dinero en educar a sus hijos empleando
a profesores particulares en el hogar.
Pero Quintiliano, un importante pedagogo romano del siglo I d.C, opinaba que las
escuelas eran mejores que los profesores particulares. Sostenía que éstas alentaban
la competencia entre los niños y, al hacerlo, los alumnos mejoraban
considerablemente su rendimiento. Poco a poco los romanos ricos se convencieron de
estos argumentos y las escuelas se hicieron cada vez más populares. Por el contrario,
los pobres no recibían una educación formal.
Las primeras escuelas en Roma surgieron a mediados del siglo 4 a.C., coincidiendo
con el ascenso de la clase plebeya al poder político.
En general, las escuelas eran sólo para niños, y pocas veces se trataba de un edificio
individual. Estas solían ser una extensión de una tienda separada de la gente
únicamente por una simple cortina, o una sola habitación con los pupitres dispuestos
en gradas.
El método de aprender las lecciones era simplemente memorizarlas. No convenía que
los alumnos supieran más de lo debido. Dichas lecciones eran dictadas porque los
libros eran demasiado costosos. Debido al coste del papel, primero practicaban en una
tablilla de cera. Más tarde, cuando habían demostrado que podían escribir bien, se les
permitiría escribir en papel (pergaminos o papiros), y además se ejercitaban la
memoria para los futuros oradores.
A partir de los 12 años los niños iban a las escuelas más avanzadas. En ellas
estudiaban materias específicas sobre temas tales como hablar en público (oratoria),
estudiar los escritos de los grandes personajes de la Antigua Roma, como Cicerón y
libros sobre la historia de Roma.
Los estudiantes que deseaban alcanzar los niveles más altos de educación iban a
Grecia para estudiar filosofía. Pero sólo la élite romana recibía una educación formal
completa. Por ejemplo, un comerciante o un agricultor solo necesitaban saber sobre
asuntos profesionales referentes a su trabajo. Además, la educación superior en Roma
era más un símbolo de estatus que una preocupación práctica.
Por lo general, la educación primaria en el mundo romano se centró en las
necesidades de la vida cotidiana, la lectura y la escritura. Los estudiantes podrían
progresar a partir de la lectura y la redacción de cartas hasta llegar al dictado de
textos. La mayoría de los textos utilizados en la educación romana temprana era
literatura, sobre todo poesía.
El rhetor era la última etapa en la educación romana, aunque muy pocos alumnos
llegaban a estudiar retórica. Al comienzo, los estudios de retórica no se enseñaban
exclusivamente a través de un maestro, estos se adquirían mediante la observación
cuidadosa de los mayores. La práctica de la retórica fue creada por los griegos antes
de convertirse en una institución en la sociedad romana, y se necesitó largo tiempo
para que esta materia se ganara la aceptación de los romanos.
El orador, o estudiante de retórica, fue importante en la sociedad romana debido a la
lucha política constante que se produjo a lo largo de su historia. Los hombres jóvenes
que estudiaron bajo un rhetor no sólo se centraban en hablar en público. Estos
también aprendieron otras materias, como la geografía, la música, la filosofía, la
literatura, la mitología y la geometría.

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