El dengue es una infección vírica transmitida a los humanos por la picadura de
mosquitos infectados. Los principales causantes de la enfermedad son los mosquitos Aedes aegypti que tiene cuatro serotipos distintos, aunque estrechamente enlazados: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4. Los mosquitos suelen picar durante el día y el momento de la picadura suele pasar por desapercibido. La infección puede ser:
Epidémica: El dengue presenta cuatro cuadros epidemiológicos diferentes
asociados a cada uno de los serotipos. Los cuatros pueden circular simultáneamente en una mismas región, al momento en que un tipo concreto de virus se introduce en una región puede afectar a múltiples personas. Las epidemias llegan a afectar del 25 al 50% de la población de dicha región. Con frecuencia se presenta en climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo en zonas urbanas y semiurbanas
Hiperendémica: En una determinada región hay continuamente circulando
diferentes tipos de virus dengue. Es el tipo más frecuente de infección. El riesgo la infección por parte de viajeros o turistas es elevado y suele haber un componente estacional
El dengue es el causante de un amplio espectro patológico, que puede abarcar
desde una enfermedad asintomática (es posible que la persona no se de la infección) hasta síntomas graves similares a los de la gripe en las personas infectadas. Es menos frecuente, algunas personas evolucionan hacia un dengue grave, que puede entrañar un número indeterminado de complicaciones vinculadas a hemorragias graves, insuficiencia orgánica o extravasación de plasma. El dengue grave conlleva un mayor riesgo de muerte si no se trata debidamente. El dengue hoy en día afecta a la mayor parte de los países de Asia y América latina y se ha convertido en una de las principales causas de hospitalización y muerte entre niños y adultos de dichas regiones