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Artritis

Reumatoid
e

Miranda Arias
Micaela Catacora
Vanesa Cusicanqui
Carol Iturralde
Valentina Luna

2022
Índice
Introducción .................................................................................................................................. 3
Historia ......................................................................................................................................... 4
Terminología ............................................................................................................................. 4
La artritis reumatoide en la literatura médica.......................................................................... 4
La artritis reumatoide en las artes plásticas ............................................................................. 5
Paleopatología .......................................................................................................................... 5
Características .............................................................................................................................. 6
Síntomas ........................................................................................................................................ 6
Causas ........................................................................................................................................... 7
Factores de riesgo ......................................................................................................................... 7
Complicaciones ............................................................................................................................. 8
Diagnostico ................................................................................................................................... 9
Análisis de sangre ..................................................................................................................... 9
Pruebas de diagnóstico por imágenes ...................................................................................... 9
Tratamiento ................................................................................................................................... 9
Medicamentos ........................................................................................................................... 9
Terapia .................................................................................................................................... 10
Cirugía .................................................................................................................................... 10
Datos curiosos............................................................................................................................. 11
1. Afecta a una o varias articulaciones ............................................................................... 11
2. Cualquier persona puede desarrollar artritis reumatoide .............................................. 11
3. Continúa confundiendo a la comunidad médica ............................................................. 11
4. El diagnóstico es complejo .............................................................................................. 11
5. Existen varios tipos de tratamiento ................................................................................. 12
Introducción
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria sistémica
autoinmune, caracterizada por una inflamación persistente de las
articulaciones, que típicamente afecta a las pequeñas articulaciones de
manos y pies, produciendo su destrucción progresiva y generando distintos
grados de deformidad e incapacidad funcional. Aunque el trastorno es de
causa desconocida, la autoinmunidad juega un papel primordial en su
origen, en su cronicidad y en la progresión de la enfermedad. La
enfermedad se asocia con la presencia de autoanticuerpos
(particularmente el factor reumatoide y los anticuerpos antipéptidos
cíclicos citrulinados). En ocasiones, se manifiesta también con
manifestaciones extra articulares, pudiendo afectar a diversos órganos y
sistemas, como los ojos, pulmones, corazón, piel o vasos sanguíneos.
La artritis reumatoide se diagnostica fundamentalmente por los síntomas
clínicos y la exploración física, con la ayuda de ciertos análisis clínicos y
las radiografías. Tanto el diagnóstico como el manejo de la artritis
reumatoide corresponde a los especialistas en reumatología.
La artritis reumatoide sin tratamiento, habitualmente sigue un curso
progresivo, deformante e invalidante. Sin embargo, aunque no existe
propiamente una cura de la enfermedad, los tratamientos existentes en la
actualidad logran controlar la enfermedad en la mayoría de los pacientes,
consiguiéndose un buen control del dolor y la rigidez articular, frenando el
daño estructural articular y la aparición de deformidades, evitando el
deterioro funcional y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Historia
Terminología
El término artritis procede de la raíz griega ¨artr¨, –articulación– y el sufijo ¨itis¨–inflamación–
que designa la inflamación de una articulación.
El término artritis reumatoide fue acuñado en 1859 por Alfred Baring Garrod, aunque hay que
matizar que en esta denominación incluía entonces no solo las poliartritis inflamatorias, sino
también la artrosis poliarticular. En 1922 el término artritis reumatoide pasó a designar solo a
las poliartritis inflamatorias, adoptando este nombre el Ministerio de Sanidad británico como
la denominación oficial, pasando a adoptarlo la American Rheumatism Association en 1941.
Aunque se han usado otras terminologías para referirse a la enfermedad —ver sinónimos—, el
término artritis reumatoide es el que aparece recogido en el nomenclátor de las enfermedades
reumáticas en castellano, y que deriva de la terminología usada en la literatura inglesa —
rheumatoid arthritis—, frente a la terminología usada en la literatura francesa —polyarthrite
rhumatoïde—. La AR es mucho más frecuente en el sexo femenino que en el masculino y suele
aparecer en personas adultas mayores, pero puede iniciarse en cualquier etapa de la vida y
afectar a cualquier persona, con independencia de la raza, el sexo y la ocupación

La artritis reumatoide en la literatura médica


Algunos autores piensan que Hipócrates y otros autores de la antigüedad como Galeno, Areteo
de Capadocia, Escribonio Largo, Sorano de Éfeso o Miguel Psellos pudieron hacer
descripciones de enfermedades semejantes a la artritis reumatoide, aunque más bien sus
descripciones parecen compatibles con la gota crónica poliarticular.
Es posible que la artritis reumatoide fuera observada en 1676 por Thomas Sydenham, que
mencionó una enfermedad articular caracterizada por cronicidad y deformidades en las manos.
En 1703 William Musgrave, en el libro "De Arthritide Symptomatica", describió una poliartritis
crónica que él consideraba distinta de la gota y de la fiebre reumática. También, es posible que
William Heberden pudiera haber reconocido la enfermedad a finales del siglo XVIII. Sin
embargo, para la mayoría de investigadores, la primera descripción convincente de la
enfermedad fue hecha en 1800 por Augustin Jacob Landré-Beauvais (1772–1840), médico del
Hospital de la Pitié-Salpêtrière en París. Tenía bajo estudio y tratamiento a un grupo de
pacientes con dolor articular intenso que no podía explicarse por otras enfermedades
conocidas entonces. Al contrario que la gota afectaba a la gente pobre y mayoritariamente
mujeres, cuyo estudio había sido ignorado por otros médicos puesto que en vistas de recibir
compensación y reconocimiento por su trabajo preferían atender a pacientes más acomodados.
La hipótesis de Landré-Beauvais fue que sufrían de una enfermedad no descrita que denominó
"la goutte asthenique primitive” —gota asténica primaria—. De acuerdo a la descripción de
Landré-Beauvais la nueva enfermedad causaba inflamación permanente de las articulaciones y
deformidades, originando tras varios años una discapacidad grave en algunos afectados.
La artritis reumatoide fue descrita unos años más tarde con claridad por Benjamín C Brodie en
1819, que puso énfasis en su típica lenta progresión y señaló que no solo afectaba a las
articulaciones, sino también a bolsas y vainas de tendones. Los estudios clínicos y anatómicos
de Jean-Martin Charcot en 1855 separaron definitivamente la gota de otros reumatismos, que
Charcot englobó bajo el nombre de “reumatismo crónico deformante”. Las ilustraciones de la
obra de Charcot “Les Rhumatismes du Veillard” (1872) ya mostraban claramente las
diferencias entre las manos de la artritis reumatoide, los nódulos artrósicos y los tofos gotosos.
El siguiente paso en el descubrimiento de la AR fue el trabajo de Alfred Baring Garrod (1819-
1907), médico inglés, en la mitad y postrimerías del siglo XIX. En su obra de 1859 “Treatise on
nature and treatment of gout and rheumatic gout”, distinguió la gota de otras condiciones
artríticas a partir de la determinación de los niveles de ácido úrico en la sangre de los
pacientes, elevados en la gota, pero normales en estas otras artritis, y denominó a la
enfermedad “rheumatoid arthritis” —artritis reumatoide—, ya como una enfermedad de
distinta naturaleza que la gota.
En el último medio siglo se han usado diversos criterios para el diagnóstico y clasificación de
la artritis, siendo los más aceptados y utilizados los de la American Rheumatism Association de
y posteriormente los de para la diferenciación y separación de la artritis reumatoide de otros
cuadros articulares inflamatorios, como por ejemplo la artritis psoriásica. Así, fue cambiando
el concepto de la enfermedad con los avances en el conocimiento diferenciador de las diversas
entidades articulares.

La artritis reumatoide en las artes plásticas


Uno de los primeros ejemplos compatibles con artritis reumatoide en la pintura es un cuadro de
Justus van Gent mostrando a Federico de Montefeltro que murió en 1482. En su mano
izquierda se aprecia tumefacción de las articulaciones metacarpofalángicas. Otras pinturas con
imágenes sugerentes de esta enfermedad son La Tentación de San Antonio —anónimo—, el
retrato de Erasmo de Róterdam por Quinten Metsys, la Sagrada Familia de Giuseppe Maria
Crespi, la Familia del Artista, de Jacob Jordaens y algunos retratos de Rembrandt. Notable es
el caso de la obra de Rubens, las tres Gracias, en la cual se aprecia la característica
deformación que la artritis reumatoide produce en la mano de la "Gracia" situada más a la
izquierda, aunque otros autores piensan que se deben observar con cautela estas
representaciones que están sujetas a las convenciones artísticas y a interpretaciones
individuales.

Paleopatología
Existe cierta controversia sobre si la artritis reumatoide es una enfermedad nueva, de aparición
en los últimos siglos ya que no hay descripciones convincentes de ella anteriores a 1800, o si ya
era una enfermedad existente en la antigüedad. La paleopatología ha estudiado en restos óseos
de diversos asentamientos antiguos la existencia de evidencias de artritis reumatoide. Los restos
esqueléticos de indios de hace 3000-5000 años, encontrados en Alabama, indican la presencia
de una poliartritis simétrica erosiva, afectando articulaciones pequeñas y grandes, en 6 de 84
esqueletos bien conservados. Hallazgos similares se encontraron en otra población de Kentucky,
afectando a 7 de 129 esqueletos. Las lesiones óseas observadas son semejantes a las de los
esqueletos contemporáneos con artritis reumatoide, observándose osteoporosis periarticular y
erosiones indistinguibles de las que se observan en la práctica reumatológica rutinaria. También
se han encontrado cambios óseos compatibles con artritis reumatoide en dos esqueletos
neolíticos de Gotland, Suecia, aunque la afectación era asimétrica y había anquilosis articular y
periostitis. Por otra parte, un estudio inglés sobre 800 esqueletos de una excavación
arqueológica, encontró lesiones erosivas compatibles con artritis reumatoide solo en un
esqueleto. Existe controversia entre los expertos sobre el diagnóstico de artritis reumatoide
basado en el estudio de restos esqueléticos antiguos, en especial en cuanto a la interpretación de
los defectos corticales —erosiones—, por lo que faltan evidencias claras de la existencia de la
enfermedad anterior a 1800. Aunque es posible que la enfermedad fuera menos frecuente que en
la actualidad —entre otras cosas, debido a la baja expectativa de vida, que haría que muy pocos
individuos alcanzase la edad de comienzo habitual de la enfermedad—, sin duda la enfermedad
existió en la antigüedad y se diagnosticó erróneamente como una variante de reumatismo, no
diferenciándola de otros cuadros articulares hasta este último medio siglo
Características
La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar más que solo las
articulaciones. En algunas personas, la afección puede dañar distintos sistemas corporales,
incluida la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos.
La artritis reumatoide es un trastorno autoinmunitario que ocurre cuando el sistema
inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo.
A diferencia del daño por desgaste de la osteoartritis, la artritis reumatoide afecta el
revestimiento de las articulaciones y causa una dolorosa hinchazón que puede finalmente
causar la erosión ósea y la deformidad de las articulaciones.
La inflamación asociada a la artritis reumatoide es lo que también puede dañar otras partes del
cuerpo. Si bien los medicamentos nuevos han mejorado las opciones de tratamiento en gran
medida, la artritis reumatoide grave aún puede causar discapacidades físicas.

Síntomas
Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden incluir los siguientes:

 Articulaciones sensibles, calientes e hinchadas


 Rigidez articular que generalmente empeora por las mañanas y después de la
inactividad
 Cansancio, fiebre y pérdida del apetito

En sus inicios, la artritis reumatoide tiende a afectar primero las articulaciones más pequeñas,
especialmente las que unen los dedos de las manos con las manos y los dedos de los pies con
los pies.
A medida que avanza la enfermedad, los síntomas suelen extenderse a las muñecas, las rodillas,
los tobillos, los codos, la cadera y los hombros. En la mayoría de los casos, los síntomas se
producen en las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.

Alrededor del 40 % de las personas que padecen artritis reumatoide también presentan signos y
síntomas que no impliquen a las articulaciones. Las zonas que pueden estar afectadas incluyen
las siguientes:

 Piel
 Ojos
 Pulmones
 Corazón
 Riñones
 Glándulas salivales
 Tejido nervioso
 Médula ósea
 Vasos sanguíneos

Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden variar en intensidad e incluso
pueden aparecer y desaparecer. Los períodos de mayor actividad de la enfermedad,
denominados brotes, se alternan entre períodos de remisión relativa, cuando la hinchazón y el
dolor se disipan o desaparecen. Con el paso del tiempo, la artritis reumatoide puede provocar
que las articulaciones se deformen y salgan de lugar.
Causas
La causa de la AR no se conoce. Se trata de una enfermedad autoinmunitaria. Esto significa
que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.

La AR se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en la mediana edad. Las
mujeres tienen AR con mayor frecuencia que los hombres.
La infección, los genes y los cambios hormonales pueden estar vinculados a la enfermedad. El
tabaquismo también puede estar asociado con la AR.
Es mucho menos común que la osteoartritis (OA). La OA es una afección que sucede en muchas
personas debido al desgaste en las articulaciones a medida que se envejece.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmunitaria. Generalmente, tu sistema


inmunitario ayuda a proteger el cuerpo de una infección o de una enfermedad. En la artritis
reumatoide, el sistema inmunitario ataca el tejido sano en las articulaciones. También puede
causar problemas médicos en el corazón, los pulmones, los nervios, los ojos y la piel.
Los médicos no saben lo que inicia este proceso, aunque parece probable que sea un
componente genético. Si bien los genes no causan artritis reumatoide, pueden hacer que tengas
más probabilidades de reaccionar a los factores ambientales, como infección con determinados
virus y bacterias, que pueden desencadenar la enfermedad.

Factores de riesgo
Los factores de riesgo de la artritis comprenden lo siguiente:

 Antecedentes familiares. Algunos tipos de artritis son hereditarios, por lo que es


probable que contraigas artritis si tus padres o hermanos tienen este trastorno.
 Edad. El riesgo de muchos tipos de artritis, entre ellos la artrosis, la artritis
reumatoide y la gota, aumenta con la edad.
 Sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar artritis
reumatoide, mientras que la mayoría de las personas que tienen gota, otro tipo de
artritis, son hombres.
 Lesión articular previa. Las personas que se han lesionado una articulación, tal vez
mientras hacían deporte, con el tiempo tienen más probabilidades de sufrir artritis en
esa articulación.
 Obesidad. El peso extra fuerza las articulaciones, en especial las rodillas, las caderas y
la columna. Las personas con obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar artritis.
 Antecedentes familiares. Si un familiar padece artritis reumatoide, el riesgo de que
padezcas la enfermedad puede ser mayor.
 Tabaquismo. Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide,
especialmente si tienes una predisposición genética a desarrollar la enfermedad.
Fumar también parece estar asociado a una gravedad mayor de la enfermedad.

Complicaciones
La artritis grave, especialmente si afecta las manos o los brazos, puede dificultar que realices
las tareas diarias. La artritis de articulaciones que soportan peso puede impedirte caminar
cómodamente o sentarte erguido. En algunos casos, las articulaciones pueden perder
progresivamente su alineación y forma.

La artritis reumatoide aumenta el riesgo de desarrollar:

 Osteoporosis. La artritis reumatoide en sí, junto con algunos medicamentos utilizados


para tratar la artritis reumatoide, pueden aumentar tu riesgo de osteoporosis, una
afección que debilita los huesos y los hace más propensos a las fracturas.
 Nódulos reumatoides. Estos bultos firmes de tejido se forman con mayor frecuencia
alrededor de los puntos de presión, como los codos. Sin embargo, estos nódulos pueden
formarse en cualquier parte del cuerpo, incluidos el corazón y los pulmones.
 Sequedad en los ojos y la boca. Las personas que tienen artritis reumatoide son mucho
más propensas a desarrollar el síndrome de Sjogren, un trastorno que disminuye la
cantidad de humedad en los ojos y la boca.
 Infecciones. La artritis reumatoide en sí y muchos de los medicamentos utilizados para
combatirla pueden dañar el sistema inmunitario y provocar un aumento de las
infecciones. Protégete con vacunas para prevenir enfermedades como la gripe, la
neumonía, la culebrilla y la COVID-19.
 Composición anormal del cuerpo. La proporción de grasa en relación con la masa
magra a menudo es mayor en las personas que tienen artritis reumatoide, incluso en
aquellas personas que tienen un índice de masa corporal normal.
 Síndrome del túnel carpiano. Si la artritis reumatoide te afecta las muñecas, la
inflamación puede comprimir el nervio que irriga la mayor parte de la mano y los
dedos.
 Problemas cardíacos. La artritis reumatoide puede aumentar el riesgo de
endurecimiento y obstrucción de las arterias, así como la inflamación del saco que
rodea el corazón.
 Enfermedad pulmonar. Las personas con artritis reumatoide tienen un mayor riesgo
de inflamación y proceso de cicatrización de los tejidos pulmonares, lo que puede
provocar una falta de aire progresiva.
 Linfoma. La artritis reumatoide aumenta el riesgo de linfoma, un grupo de cánceres de
la sangre que se desarrollan en el sistema linfático.
Diagnostico
La artritis reumatoide puede resultar difícil de diagnosticar en las etapas tempranas, debido a
que los signos y síntomas tempranos son similares a los de muchas otras enfermedades. No hay
un análisis de sangre o hallazgo físico para confirmar el diagnóstico. Durante
la exploración física, el médico revisará las articulaciones para detectar hinchazón,
enrojecimiento y temperatura. El médico también puede evaluar tus reflejos y fuerza muscular.

Análisis de sangre
Las personas con artritis reumatoide suelen tener una alta velocidad de sedimentación globular
(VSG, también conocida como tasa de sedimentación) o de nivel de proteína C reactiva, lo que
indica la presencia de un proceso inflamatorio en el cuerpo. Otros análisis de sangre comunes
buscan anticuerpos reumatoideos y antipéptidos cíclicos citrulinados.

Pruebas de diagnóstico por imágenes


El médico puede recomendar radiografías para ayudar a controlar el avance de la artritis
reumatoide en las articulaciones con el tiempo. Las pruebas por resonancia magnética y
ecografía pueden ayudar al médico a determinar la gravedad de la enfermedad en el cuerpo.

Tratamiento
La artritis reumatoide no tiene cura. Pero los estudios clínicos indican que la remisión de los
síntomas es más probable cuando el tratamiento comienza temprano con medicamentos
conocidos como medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD).

Medicamentos
El tipo de medicamento que te recomiende el médico dependerá de la gravedad de los síntomas
y del tiempo que hayas tenido artritis reumatoide.

 Medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Los medicamentos antiinflamatorios


no esteroides pueden aliviar el dolor y reducir la inflamación. Los medicamentos
antiinflamatorios no esteroides de venta libre incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin IB,
otros) y naproxeno sódico (Aleve). Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides
más potentes se venden bajo receta médica. Los efectos secundarios pueden incluir
irritación estomacal, problemas cardíacos y daño renal.
 Esteroides. Los medicamentos corticosteroides, como la prednisona, reducen la
inflamación y el dolor, y retrasan el daño articular. Los efectos secundarios pueden
incluir el afinamiento de los huesos, aumento de peso y diabetes. Los médicos a
menudo recetan un corticosteroide para aliviar los síntomas rápidamente, con el
objetivo de reducir gradualmente la medicación.
 Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales.
Estos medicamentos pueden retrasar el avance de la artritis reumatoide y evitar que las
articulaciones y otros tejidos sufran daños permanentes. Entre los medicamentos
antirreumáticos modificadores de la enfermedad habituales se incluyen el metotrexato
(Trexall, Otrexup, otros), la leflunomida (Arava), la hidroxicloroquina (Plaquenil) y la
sulfasalazina (Azulfidine). Los efectos secundarios varían, pero pueden incluir daño
hepático e infecciones pulmonares graves.
 Agentes biológicos. También conocidos como modificadores de la respuesta biológica,
esta nueva clase de medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad
incluye abatacept (Orencia), adalimumab (Humira), anakinra (Kineret), certolizumab
(Cimzia), etanercept (Enbrel), golimumab (Simponi), infliximab (Remicade), rituximab
(Rituxan), sarilumab (Kevzara) y tocilizumab (Actemra).
 Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad sintéticos y con diana
específica. El baricitinib (Olumiant), el tofacitinib (Xeljanz) y el upadacitinib (Rinvoq)
pueden utilizarse en caso de que los medicamentos antirreumáticos modificadores de la
enfermedad convencionales y los agentes biológicos no hayan sido eficaces. Las dosis
más altas de tofacitinib pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos en los
pulmones, eventos cardíacos graves y cáncer.

Terapia
El médico puede derivarte a un terapeuta ocupacional o fisioterapeuta que puede enseñarte
ejercicios para mantener flexibles las articulaciones. El terapeuta también puede sugerir
nuevas formas de hacer tareas diarias que serán más fáciles para tus articulaciones. Por
ejemplo, es recomendable recoger objetos usando los antebrazos.
Los dispositivos de asistencia pueden ayudar a no esforzar las articulaciones doloridas. Por
ejemplo, un cuchillo de cocina con una agarradera ayuda a proteger las articulaciones de la
muñeca y de los dedos. Determinadas herramientas, como abotonadores, pueden ayudarte a
vestirte. Las tiendas de suministros médicos y los catálogos son excelentes lugares para buscar
ideas.

Cirugía
Si los medicamentos no evitan ni retrasan el daño en las articulaciones, tú y el médico pueden
considerar la cirugía para reparar las articulaciones dañadas. La cirugía puede ayudar a
restaurar tu capacidad de usar la articulación. También puede reducir el dolor y mejorar la
función.
La cirugía de artritis reumatoide puede incluir uno o más de los siguientes procedimientos:

 Sinovectomía. Una cirugía para extirpar el revestimiento inflamado de la articulación


(sinovial) puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la flexibilidad de la articulación.
 Reparación del tendón. La inflamación y el daño en las articulaciones pueden causar
que los tendones de alrededor de la articulación se aflojen o se rompan. El cirujano
puede reparar los tendones que rodean la articulación.
 Fusión de la articulación. Se puede recomendar una fusión quirúrgica de la
articulación para estabilizar o realinear una articulación y para aliviar el dolor
cuando el reemplazo de una articulación no es una opción.
 Reemplazo total de la articulación. Durante la cirugía para reemplazo de la
articulación, el cirujano quita las partes dañadas de la articulación e introduce una
prótesis de metal y plástico.

La cirugía conlleva riesgos de sangrado, infección y dolor. Analiza con el médico los beneficios
y los riesgos.
Datos curiosos
1. Afecta a una o varias articulaciones
La artritis reumatoide es una enfermedad que, por lo general, afecta varias articulaciones,
particularmente las manos y las rodillas.
En casos muy raros tiene lugar en una sola articulación, dado que se desarrolla de manera
gradual y con el paso del tiempo se extiende hacia otras partes del cuerpo. No obstante,
algunos enfermos de artritis lo perciben siempre en un solo lado, lo cual facilita el control del
dolor.
Incluso, hay casos en los que los medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, así como las
terapias alternativas, llegan a ser suficientes para proporcionarles alivio.

2. Cualquier persona puede desarrollar artritis reumatoide


En términos generales, los continuos dolores en las articulaciones están relacionados con el
desgaste que se sufre debido a la edad. Sin embargo, esta patología no es exclusiva de la vejez
y, de hecho, la pueden desarrollar los niños y adultos jóvenes.
Si bien es cierto que la mayoría de los casos se presentan en adultos mayores, no se debe
descartar la posibilidad de padecerla mucho antes, sobre todo cuando se tienen antecedentes
familiares o lesiones.

3. Continúa confundiendo a la comunidad médica


A pesar de que la artritis reumatoide es relativamente común, su desarrollo continúa
confundiendo a la comunidad médica y científica de todo el mundo.
Esto se debe a que se desconoce cuál es su causa exacta, dado que podría haber muchos
factores relacionados con el desgaste de la articulación.

Lo que está claro para los expertos es que la condición se presenta cuando el sistema
inmunitario comienza a atacar sus propios tejidos, en este caso alrededor de las articulaciones.
Sin embargo, todavía no está claro que es lo que hace que el cuerpo llegue a tener dicha
reacción.
Algunos de los factores de riesgos incluyen:

 La genética.
 La obesidad.
 El sedentarismo.
 El exceso de actividad física.
 Los desequilibrios hormonales.
 El consumo de alcohol y cigarrillo.
 Las lesiones musculares, articulares y óseas.

4. El diagnóstico es complejo
Muchas enfermedades son fáciles de diagnosticar porque se pueden encontrar pruebas
contundentes mediante muestras con fluidos corporales. Sin embargo, la artritis reumatoide es
un caso más especial y, por desgracia, su detección es bastante difícil debido a la forma en que
se manifiestan los síntomas.
En sus etapas iniciales los dolores se confunden con problemas de salud leves y, de hecho,
muchos lo pasan por alto pensando que se trata de cansancio. Según datos de la Clínica Mayo,
no hay ni una sola prueba que permita identificar esta patología en un individuo. Además, dado
que muchos casos se van dando de forma progresiva, pueden pasar varios años hasta obtener
un diagnóstico preciso. El análisis de los síntomas, los antecedentes familiares y las pruebas
con rayos X son algunos de los métodos utilizados para identificarlo.

5. Existen varios tipos de tratamiento


Pese a que la enfermedad no tiene una cura definitiva, existen muchos métodos para
sobrellevar y controlar la agudeza de los síntomas. Los tratamientos están diseñados para
controlar la inflamación y el dolor, y permiten que los pacientes afectados puedan llevar un
estilo de vida normal.
En primer lugar, se recomienda la educación del enfermo a través de programas de autocontrol
y grupos de apoyo, ya que el diagnóstico tiene un impacto fuerte en el estado emocional.
Luego se recetan medicamentos analgésicos y antiinflamatorios cuyos efectos controlan en
dolor y la sensación de rigidez.
Además, aunque el reposo es relajante, es conveniente recurrir a sesiones fisioterapéuticas
para fortalecer y proteger los tejidos circundantes de las articulaciones afectadas.
Por si fuera poco, también hay muchos productos de origen natural que pueden servir como
suplementos para aliviar los síntomas.

1. Existen 100 tipos de artritis


Así es, y se distribuyen dentro de 10 categorías con diversos síntomas y tratamientos; sin
embargo, existen dos principales, las cuales son la artritis degenerativa, que consiste en el
desgaste de las articulaciones, y la artritis inflamatoria que inflama las zonas que rodean la
articulación afectada.

2. No sólo es para los ancianos


El 1% de la población peruana sufre de este mal. Asimismo, en nuestro país, la mayoría de
personas que sufren de esta enfermedad rondan los 40 a 60 años; es decir que no se ubican
dentro de lo que se considera tercera edad. Asimismo, está comprobado que la artritis
reumatoide puede afectarle a jóvenes que se encuentran hacia el final de la adolescencia.

3. Está vinculado a las enfermedades del corazón


La artritis también hace propensa la inflamación de nuestras arterias, por lo que hasta hace
unos 20 años, las personas que sufrían de esta enfermedad solían vivir diez años menos que el
promedio; sin embargo, los tratamientos médicos de hoy para esta enfermedad, son capaces de
esquivar las repercusiones en nuestro sistema cardiovascular.

4. Debes empezar a cuidar tu peso


La obesidad incrementa el riesgo de sufrir de artritis, debido a que provoca el desgaste de las
articulaciones que deben soportar el peso del cuerpo; por otro lado, la grasa corporal tiene
efectos inflamatorios en diversas partes del cuerpo y disminuye la respuesta del cuerpo hacia
los medicamentos de esta enfermedad.
5. Las mujeres no son las únicas
Si bien, las mujeres son más vulnerables de padecer esta enfermedad – en nuestro país, por
cada 6 mujeres que tienen artritis, hay un hombre que también padece de esta enfermedad- ;
ésta también puede afectarle a cualquier persona.

6. No sólo afectará a tus articulaciones


Ciertos tipos de artritis pueden llegar a afectar órganos de nuestro cuerpo, tales como: los
ojos, los pulmones, el corazón y la piel. Estos daños pueden causarse debido a que la artritis
suele afectar el sistema inmunológico de nuestro cuerpo.

7. Tronar tus nudillos no te pondrá en riesgo


No existen evidencias que este hábito ocasione artritis en las articulaciones de las manos,
debido a que no causa el desgaste de estas. Por lo que, si sueles sonarte los nudillos de las
manos, ¡no te preocupes!

8. El tabaquismo sólo empeorará las cosas


El humo de los cigarrillos afecta de manera significativa nuestro sistema inmunológico; por lo
que, si ya se sufre de esta enfermedad, lo más conveniente es suspender este mal hábito para
hacerla más fácil de tratar.

9. Sí puedes hacer ejercicio


Uno de los mitos más comunes acerca de la artritis es que se debe suspender la práctica de
ejercicios debido a que inflamarán las articulaciones y empeorará la enfermedad; sin embargo,
esto es totalmente falso. Cuando se sufre de esta enfermedad, es más conveniente realizar
ejercicios; debido a que mantenerse físicamente activo ayudará a reducir el dolor e inflamación
en las articulaciones, bajará la presión arterial y mejorará el soporte articular.

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