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Embriología del Sistema Urinario

Conexión entre mesodermo paraaxial y lateral, pequeño cordón células mesodermo


intermedio, surge como respuesta al BMP del mesodermo inicial, secretado por el ectodermo
lateral, y también activina y a señales que surgen del mesodermo paraaxial, rx a estas señales es
expresión Pax-2 dentro de lo que será el mesodermo intermedio. Extensión craneal y caudal se
define por la expresión de miembros del parálogo Hox-4 cranealmente y caudalmente Hox-11.
Precursor del sistema urogenital. Indicios más tempranos de diferenciación se observan en las
regiones más craneales, aparecen signos de la forma inicial del riñón, pronefros. En región lateral
M.I aparece conducto pronéfrico longitudinal a cada lado del embrión, importante para organizar
desarrollo gran parte del sistema urogenital adulto, constituido por células procedentes de
porciones caudales del mesodermo intermedio.

Mesénquima (tejido conjuntivo embrionario primordial) derivado de M.I, responsable de formación


de los riñones y de los genitales internos y sus conductos. Durante el plegamiento del embrión en
plano horizontal, este mesodermo se desplaza ventralmente y pierde su conexión con somitas. A
cada lado de la aorta dorsal aparece una elevación longitudinal de mesodermo, cresta urogenital.
La parte de la cresta urogenital que da lugar al sistema urinario es cordón nefrogénico; la parte que
da lugar al sistema genital es cresta gonadal. Formación de la cresta urogenital es necesaria la
expresión de los genes siguientes: supresor tumoral Wilms 1 (WT1), factor esteroidogénico 1 y
DAX1. El cordón nefrógeno posee tres regiones: pronefros, mesonefros y metanefros.

Pronefros se forma al comienzo del período somítico en la región cefálica del mesodermo
intermedio. Durante la 4-5 involuciona, pero el conducto pronéfrico continúa caudalmente como
conducto mesonéfrico. Mesonefros, junto con blastema gonadal forma el gononefrotomo o cresta
urogenital. Metanefros se forma en región caudal del cordón nefrógeno, a ambos lados de la vejiga.
Por su parte, el conducto mesonéfrico origina el brote ureteral que, junto con mesénquima del
metanefros, origina el parénquima del riñón definitivo.

Primeras formas del riñón


Aparición del pronefros, homólogo desarrollo del tipo de riñón propio de los vertebrados inferiores.
En el embrión humano la primera evidencia del aparato urinario es la aparición de grupos de
cordones epiteliales distribuidos de forma segmentaria, que se diferencian del mesodermo
intermedio anterior hacia el día 22 de gestación. Estas estructuras se deberían denominar
nefrotomos, se conectan lateralmente con un par de conductos néfricos primarios (pronéfricos),
que crecen hacia la cloaca. Estadios iniciales del desarrollo aparato urinario dependen acción del
ácido retinoico, establece los límites de expresión de los genes Hox 4-11 que determinan los límites
craneocaudales del sistema urinario temprano. Respuesta a esta señal es la expresión del factor de
transcripción Pax-2 y Pax-8, inducen a Lim-1 (Lhx-1), en el mesodermo intermedio, necesario para
agregación de células mesenquimatosas mesodermo intermedio, con fin de dar forma a conductos
néfricos primarios, conforme se extienden en sentido caudal, estimulan al mesodermo intermedio
para formar un grupo adicional de túbulos segmentarios. Conversión células mesenquimatosas
mesodermo intermedio en túbulos epiteliales depende de la expresión de Pax-2.

Mesonefros, órganos excretores gruesos y alargados aparecen al final de la cuarta semana,


caudalmente al pronefros. Riñones provisionales durante unas cuatro semanas, hasta que riñones
permanentes se desarrollan y adquieren función. Constituidos por glomérulos (10-50 por riñón) y
túbulos mesonéfricos se abren en los conductos mesonéfricos bilaterales, que eran conductos
pronéfricos. Conductos mesonéfricos desembocan en la cloaca. El mesonefros degenera al final del
primer trimestre. Unidad mesonéfrica típica consta de un glomérulo vascular, rodeado en parte por
cápsula epitelial glomerular. Cápsula glomerular continúa en un túbulo mesonéfrico contorneado,
que está circundado por una red de capilares. Cada túbulo mesonéfrico se vacía por separado en la
continuación del conducto néfrico primario, que se convierte en el conducto mesonéfrico (de
Wolff). Formación de los pares de túbulos mesonéfricos se produce siguiendo un gradiente
craneocaudal. Los primeros 4-6 pares de túbulos mesonéfricos (y túbulos pronéfricos) surgen
como evaginaciones de los conductos néfricos primarios. En dirección más caudal, los túbulos
mesonéfricos, hasta un total de 36 y 40, se forman por separado en el mesodermo intermedio,
ligeramente por detrás extensión caudal de los conductos mesonéfricos. Finales de la cuarta
semana, conductos mesonéfricos se insertan en la cloaca y se observa una luz continua en c/u.
Eliminación del gen WT-1 (gen supresor del tumor de Wilms) causa la carencia de túbulos
mesonéfricos posteriores, mientras que los craneales se originan en el conducto pronéfrico con
normalidad. WT-1 regula transformación de mesénquima en epitelio en etapas tempranas de
formación de los túbulos renales (mesonefros). Muy cerca de la zona de unión con la cloaca, el
conducto mesonéfrico desarrolla evaginación epitelial→ yema ureteral. A principios de la quinta
semana, yema ureteral empieza a crecer hacia la región más posterior del mesodermo intermedio.
Inicia una serie de interacciones inductoras continuas, acaban con la formación del riñón definitivo
o metanefros.

*Formación de orina en el mesonefros empieza con un filtrado de sangre del glomérulo hacia la
cápsula glomerular. Este filtrado fluye hacia la porción tubular del mesonefros, donde se produce la
reabsorción selectiva de los iones y otras sustancias. El regreso de las sustancias reabsorbidas hacia
la sangre se facilita por la presencia de un denso plexo de capilares alrededor de los túbulos
mesonéfricos. La estructura del mesonefros embrionario humano es muy parecida a la de peces y
anfibios acuáticos adultos, y funciona sobre todo para filtrar y para eliminar los desechos del cuerpo.
Como estas especies y los embriones con amnios viven en un entorno acuático, tienen poca
necesidad de conservar el agua. Por eso, el mesonefros no desarrolla una región medular ni un
sistema elaborado para concentrar la orina, como el riñón humano adulto. El mesonefros es más
voluminoso mientras el metanefros definitivo comienza a adquirir su forma. Aunque regresa con
rapidez como unidad urinaria cuando los riñones metanéfricos se vuelven funcionales, los conductos
mesonéfricos y parte de los túbulos mesonéfricos persisten en los varones y quedan incorporados
como elementos integrados en el sistema de conductos genitales (conductos deferentes de los
testículos).
Metanefros
*Riñones permanentes se desarrollan a partir de: ●Yema ureteral (divertículo metanéfrico).
●Blastema metanéfrico (masa metanéfrica de mesénquima). Yema ureteral es un divertículo
(evaginación) que aparece en el conducto mesonéfrico cerca de su entrada en la cloaca. Blastema
metanéfrico deriva de la parte caudal del cordón nefrogénico. A medida que la yema ureteral
aumenta de longitud, se introduce en el blastema metanéfrico, masa metanéfrica de mesénquima.
Pedículo de la yema ureteral se convierte en el uréter.

*Metanefros origina estroma y nefrones del riñón. Se constituye en regiones lumbar y sacra,
dorsalmente al epitelio celómico; retroperitoneal. Blastema nefrogénico se condensa formando un
casquete en torno al extremo de crecimiento del brote ureteral y de cada una de sus ramas. Brote
ureteral se introduce en metanefros y promueve formación, proliferación y diferenciación
blastema metanefrogénico; este permite crecimiento y ramificación del brote ureteral.

Principios de 5ta semana de gestación, cuando yema ureteral (divertículo metanéfrico) crece hacia
la porción posterior del mesodermo intermedio. Las células mesenquimatosas de dicho mesodermo
intermedio se condensan alrededor de este divertículo metanéfrico para formar el blastema
metanefrogénico. Crecimiento de la yema ureteral a partir del conducto mesonéfrico es una
respuesta a la secreción factor neurotrófico derivado de células gliales (GDNF) por parte
mesénquima indiferenciado del blastema metanefrogénico. Esta señal inductora se liga a c-Ret,
miembro de la superfamilia de receptores de la tirosina cinasa, y al correceptor Gfra-1, que se
localizan en las membranas plasmáticas de las células epiteliales de la yema ureteral temprana.
Formación de GDNF por mesénquima metanéfrico está regulada por WT-1. La posterior
localización de la yema ureteral se debe a la combinación de la represión de la expresión de GDNF
en las regiones más anteriores del mesonefros, por las acciones de Slit-2/Robo-2 en mesénquima y
la acción Sprouty, que reduce la sensibilidad del conducto mesonéfrico anterior a la acción de GDNF.
BMP actúa como molécula señalizadora en los alrededores del mesodermo y también inhibe el
crecimiento de la yema ureteral, aunque dentro del blastema metanefrogénico su acción se ve
contrarrestada por la acción inhibitoria de gremlin sobre BMP.

Evolución del brote ureteral: la vía urinaria alta. Se elonga,


ingresa en mesénquima metanéfrico y su extremo se
expande y forma la ampolla terminal o pelvis renal
primitiva. Alrededor de esta se forma el blastema
metanefrogénico. La ampolla terminal se bifurca y genera
una ampolla polar cefálica y otra caudal quedando una
zona delgada, la zona interpolar. Tanto las ampollas
polares como la zona interpolar generan ramificaciones
dicotómicas que se fusionan y forman una única cavidad,
pelvis renal definitiva (primeras 3 a 5 generaciones). Las
siguientes ramificaciones (generaciones 4 a 8), quedan como ramas de la pelvis renal, también se
fusionan y forman los cálices mayores. A partir de éstos se generan ramificaciones que forman los
cálices menores, los que dan ramas que corresponden a los lóbulos colectores. Así, el brote ureteral
genera un conjunto de conductos excretores que incluye los tubos colectores que forman las
pirámides renales, los cálices menores, los cálices mayores, la pelvis renal y el uréter, que
desemboca en la vejiga.

Evaginación de la yema ureteral se asocia con dos tipos de mesénquima: mesodermo intermedio
y mesénquima del esbozo de la cola, estos dos
crean un borde afilado entre los esbozos del uréter
(asociado mesénquima del esbozo de la cola) y del
sistema de conductos colectores intrarrenal
(asociado con el mesodermo intermedio). BMP-4,
secretada por mesénquima circundante del esbozo
de la cola, induce en el epitelio ureteral la formación
de uroplaquinas, proteínas que dotan de
impermeabilidad al epitelio del uréter. Base
morfológica para el desarrollo del riñón
metanéfrico es alargamiento y ramificación (hasta
14 o 15 veces) de la yema ureteral, se convierte en
el sistema de conductos colectores (metanéfricos)
del metanefros, y la formación de los túbulos
renales a partir de condensaciones mesénquima
(blastema metanefrogénico) que rodea a las puntas
de estas ramas. Mecanismo responsable de estos
fenómenos es una serie de interacciones inductoras
recíprocas entre las puntas de las ramas de los
conductos metanéfricos y las células del blastema
metanefrogénico situadas alrededor de ellas.

Mecanismo de ramificación de la yema ureteral es similar al que ocurre en la inducción inicial del
metanefros, en punta de cada rama se localiza un elevado número de sistemas inductivos
recíprocos. En respuesta a la señal de GDNF producida por mesénquima metanefrogénico, puntas
de las ramas de yema ureteral producen moléculas señalizadoras, como FGF-2 y factor inhibidor de
leucemia, inducen mesénquima metanefrogénico circundante para que empiece a formar los
precursores epiteliales de los túbulos renales. BMP-7, que se produce en la misma zona, previene
la muerte de las células mesenquimatosas y las mantiene en un estado de desarrollo lábil. La
expresión del factor de transcripción Wnt-9b en las puntas de las yemas ureterales, importante para
el proceso de ramificación. La formación de los túbulos también exige la presencia de una señal
secuencial de tipo inductor, Wnt-4, producida por propia mesénquima metanéfrico. Esta inducción
temprana configura mesénquima metanéfrico para que se convierta en un dominio epitelial tubular,
en el que las células expresan Wnt-4 y Pax-2, y en una región estromal, en la cual las células
mesenquimatosas expresan un factor de transcripción en hélice plegada, BF-2, puede regular las
señales inductoras del estroma. Formación de los distintos túbulos funcionales (nefronas) en el
metanefros en desarrollo implica a tres linajes celulares mesodérmicos: células epiteliales
derivadas de la yema ureteral, células mesenquimatosas del blastema metanefrogénico y células
endoteliales vasculares que crecen hacia dentro. Primer estadio es condensación de las células del
blastema mesenquimatoso alrededor de la zona terminal de la yema. En mesénquima preinducido
existen varias proteínas intersticiales,
colágenos de tipo I y III y la fibronectina.
Cuando las células mesenquimatosas se
condensan tras la inducción local producida
por las puntas en ramificación de la yema
ureteral, estas proteínas se pierden y son
reemplazadas por proteínas de tipo epitelial
(colágeno IV, sindecán 1, laminina y
heparansulfato proteoglucano), terminan
localizándose en las membranas basales. Conforme la yema terminal del conducto metanéfrico se
ramifica, cada punta es rodeada por una cúpula de mesénquima condensado. Rápidamente, ésta se
subdivide en una cúpula mesenquimatosa persistente y, en su extremo, en una región en la que
mesénquima se ha transformado en una vesícula nefrogénica epitelial. Una simple condensación
de células mesenquimatosas sufre una serie de etapas definidas para formar un túbulo renal. Tras
una fase de crecimiento, la actividad mitótica dentro del mesénquima blastémico redondeado se
reduce y el primordio del túbulo adopta una forma de coma. Dentro de la coma, un grupo de células
alejadas del extremo del conducto metanéfrico se polariza, formando una luz central y una lámina
basal en la superficie externa. Esto marca la transformación de las células mesénquima inducido
en epitelio, en concreto en podocitos especializados, que acaban rodeando al endotelio vascular
del glomérulo. Una consecuencia de esta transformación epitelial es la formación de una hendidura
justo por debajo de los precursores de los podocitos en transformación en el primordio tubular.

Precursores de las células endoteliales vasculares crecen hacia esta hendidura, que finalmente
forma el glomérulo. Mesénquima metanéfrico inducido estimula el crecimiento de células
endoteliales, posiblemente mediante la liberación de un factor similar al FGF. Células endoteliales
están conectadas con ramas de la aorta dorsal y forman una
compleja estructura en asas, se acaba convirtiendo en el glomérulo
renal. Células del endotelio glomerular y del epitelio podocitario
adyacente forman una gruesa membrana basal entre ellos. Esta
membrana basal sirve más tarde como un componente significativo
del aparato de filtración renal. Conforme el aparato glomerular de
la nefrona va adoptando su morfología, aparece otra hendidura en
el primordio tubular en forma de coma, y éste se transforma en una
estructura similar a una S. Las células del resto del primordio tubular
también pasan por una transformación epitelial para dar lugar al
resto del túbulo renal. Esta transformación implica la adquisición de
polaridad por las células epiteliales en diferenciación y se
correlaciona con el depósito laminina en la matriz extracelular a lo
largo de la superficie basal de las células y con concentración de la
glucoproteína de membrana integral uvomorulina (E-cadherina),
sella los bordes laterales de las células. Conforme túbulo en
diferenciación adopta su forma S, distintos patrones de expresión
génica por toda su longitud. Cerca del futuro extremo glomerular,
↓ niveles de expresión de Pax-2 y se empieza a expresar ↑ WT-1.
Expresión de Lim-1 y posteriormente del sistema Delta/Notch
desempeñan un importante papel en la génesis del tubo contorneado proximal. En el otro extremo
del túbulo (futuro túbulo contorneado distal), sigue siendo destacada la expresión de Wnt-4 y de E-
cadherina, mientras que en la parte intermedia (futuro túbulo contorneado proximal), K-cadherina
constituye un marcador celular potente. Muchas de las células mesenquimatosas no inducidas entre
los túbulos experimentan apoptosis. La diferenciación del túbulo renal progresa desde el glomérulo
hasta el túbulo contorneado proximal y posteriormente hasta el distal. Durante la diferenciación de
la nefrona, parte del túbulo se convierte en un asa alargada a modo de horquilla, que se extiende
hacia la médula renal, asa de Henle. El crecimiento del riñón implica la formación de unas 15
generaciones sucesivas de nefronas en su zona periférica, siendo las más superficiales menos
maduras que las más internas.

Cambios tardíos en el desarrollo renal

Conforme se diferencian muchos grupos distintos de nefronas, el riñón va aumentando poco a poco
de tamaño. El sistema ramificado de conductos también se agranda mucho y gana en complejidad,
para formar la pelvis y el sistema de cálices renales. Durante gran parte del período fetal, los riñones
se dividen en lóbulos visibles a nivel macroscópico. En momento del parto, los lóbulos son ya mucho
menos evidentes y desaparecen durante el período neonatal. Cuando comienzan a formarse, los
riñones metanéfricos se localizan profundos en la región pélvica. Al final del período embrionario y
fetal temprano, experimentan un destacado cambio en su posición, desplazándose hacia la cavidad
abdominal. Desplazamiento se debe en parte a una migración real, pero también a una marcada
expansión de la región caudal del embrión. Se producen dos componentes simultáneos en la
migración. Uno es el desplazamiento caudocraneal desde el nivel de la cuarta hasta la primera
vértebra lumbar o incluso la duodécima torácica. Otro componente desplazamiento lateral. Estos
cambios hacen que los riñones entren en contacto con las glándulas suprarrenales. Durante su
migración, riñones experimentan también una rotación de 90°, de forma que finalmente la pelvis
está dirigida hacia la línea media. Conforme migran fuera de la cavidad pélvica, los riñones se
deslizan a lo largo de las grandes arterias umbilicales, que se originan en el extremo caudal de la
aorta. Estos cambios se producen detrás del peritoneo. En curso de las primeras etapas en la
migración de los riñones metanéfricos, los riñones mesonéfricos degeneran. Sin embargo, los
conductos mesonéfricos se conservan y se asocian de manera estrecha a las gónadas en desarrollo.
Aunque el riñón adulto suele estar irrigado por una arteria renal única que se origina en la aorta
directamente, está constituido por 5 lóbulos vasculares. Las arterias que irrigan cada uno de estos
lóbulos eran en principio vasos segmentarios que irrigaban el mesonefros, pero que se incluyeron
en el metanefros en migración. Típicamente sus orígenes aórticos quedan reducidos a un único par
de arterias renales. *Durante 5 SD, se ubica en pelvis, ventralmente al sacro. Según crecen
abdomen y pelvis, riñones pasan a ubicarse en posición más cefálica. Adquieren su posición
definitiva, hacía la 9 SD.
Vejiga
El seno urogenital se divide en tres partes: ●Parte vesical que forma la mayoría de la vejiga y que
se continúa con la alantoides. ●Parte pélvica que se convierte en la uretra en el cuello de la vejiga,
la parte prostática de la uretra en los fetos de sexo masculino y la uretra completa en los fetos de
sexo femenino. ●Parte fálica que crece hacia el tubérculo genital (primordio del pene o clítoris).

La vejiga se desarrolla principalmente a partir de la parte vesical del seno urogenital, pero su
trígono (el área triangular localizada en la base de la vejiga, entre las aberturas de los uréteres)
procede de los extremos caudales de los conductos mesonéfricos. Todo el epitelio de la vejiga
tiene su origen en el endodermo de la parte vesical del seno urogenital. Las demás capas de la
pared vesical se originan mesénquima (mesodermo) esplácnico adyacente. Inicialmente, vejiga se
continúa con la alantoides. Al poco tiempo, la alantoides se constriñe y se convierte en un cordón
fibroso grueso uraco, se extiende desde el vértice de la vejiga hasta el ombligo. En adulto, ligamento
umbilical medio. A medida que la vejiga aumenta de tamaño se incorporan en su pared dorsal las
partes distales de los conductos mesonéfricos. Estos conductos contribuyen a la formación del tejido
conjuntivo del trígono de la vejiga. Conforme se absorben los conductos mesonéfricos, los uréteres
se abren por separado en la vejiga. Debido en parte a la tracción que ejercen los riñones en su
proceso de ascenso, los orificios de los uréteres se desplazan en dirección superolateral y se abren
en dirección oblicua a través de la base de la vejiga. En niños, los orificios de los conductos
mesonéfricos se desplazan hasta quedar muy cerca el uno del otro y se introducen en la parte
prostática de la uretra a medida que los extremos caudales de dichos conductos se transforman en
los conductos eyaculadores. En niñas, los extremos distales de los conductos mesonéfricos
degeneran. En lactantes y niños pequeños, la vejiga se localiza en el abdomen incluso cuando está
vacía. Comienza a introducirse en la pelvis mayor aproximadamente a los 6 años de edad, pero no
alcanza la pelvis menor y se convierte en un órgano pélvico hasta después de la pubertad. En el
adulto, el vértice de la vejiga se continúa con el ligamento umbilical medio que se extiende en
dirección posterior a lo largo de la superficie posterior de la pared abdominal anterior.

Uretra
Epitelio de la mayor parte de la uretra masculina y todo el epitelio de la uretra femenina proceden
del endodermo del seno urogenital. En masculino, la parte distal de la uretra localizada en el
glande del pene procede de un cordón sólido de células ectodérmicas que crece internamente
desde la punta del glande y se une al resto de la
uretra esponjosa. En consecuencia, el epitelio de
la parte terminal de la uretra tiene su origen en
el ectodermo de superficie. Tejido conjuntivo y
el músculo liso de la uretra proceden
mesénquima esplácnico, origen mesodérmico.
Histogénesis del nefrón
Células del blastema metanefrogénico se disponen como un casquete de células epitelioides
polarizadas en torno al extremo de crecimiento brote ureteral y de cada una de sus ramificaciones.
Cúmulos epitelioides del blastema metanefrogénico sufren una transición epitelio-mesenquimática.
Células adquieren una superficie apical (cúmulo celular se cavita) y una superficie basal (forman una
membrana basal), desarrollan complejos de unión y se unen fuertemente entre sí. Así se forman las
vesículas nefronogénicas, células de estas proliferan en porción cercana al brote ureteral, degradan
la membrana basal que las separa de este y se intercalan con el epitelio del brote ureteral. Esto lleva
a la fusión de ambos epitelios y a la formación del túbulo conector. Después, las vesículas
nefronogénicas modifican su forma debido a cambios de forma celular y a proliferación celular
diferencial, toman forma de “coma" y luego de “S ”, a continuación, crecen en longitud y se modelan
formando las diferentes regiones del nefrón. Establecimiento del eje próximo-distal del nefrón
depende de un gradiente de señales provenientes del extremo del brote ureteral. Una vez
establecida la polaridad comienza la diferenciación de cada uno de sus segmentos. La designación
próximo-distal alude al modo como circula el líquido en el nefrón. Extremo proximal de cada nefrón
da origen a la cápsula glomerular, se diferencian dos regiones: hoja parietal (externa), formada por
células planas, y hoja visceral (interna), por células cuboideas precursoras de podocitos.

Células de la hoja visceral (futuros podocitos) secretan factores angiogénicos (VEGF-A, VEGF-C,
angiopoyetina-1. y efrina-B2) promueven la formación de un asa capilar a partir de angioblastos de
mesénquima adyacente. Capilares formados secretan sustancias (PDGF-B) que reclutan y
promueven la diferenciación de células mesangiales. Asa capilar inicial por medio de procesos de
brotación e intususcepción, acompañados por proliferación del mesangio. genera una malla
glomerular dentro de la cápsula glomerular en formación. A partir de vasos vecinos a la capsula
glomerular se diferencian arteriolas aferente y eferente que se continúan con los capilares
glomerulares. La porción media de la vesícula nefronogénica realiza un intenso proceso de
proliferación, elongación y plegamientos y se diferencia en túbulo contorneado proximal y asa de
Henle. Zona más proximal de la porción media queda en la corteza renal y origina el túbulo
contorneado proximal; zona intermedia forma el asa de Henle cuyas ramas se alargan en la médula;
zona distal queda en contacto con el polo vascular del corpúsculo renal y se diferencia en mácula
densa. Asa de Henle de los nefrones corticales y yuxtamedulares evolucionan diferentemente. La
formación del asa se inicia con la proliferación de los túbulos proximal y distal, que llevan a la
formación de las porciones descendente y ascendente, respectivamente, segunda etapa, en porción
descendente se diferencian el túbulo recto proximal y la porción delgada descendente del asa que
se continúa luego de la porción curva del asa con el tubo recto distal ascendente. Extremo distal de
la vesícula renal con forma de “S” posee células que proliferan, el tubo se elonga y forma túbulo
contorneado distal. Mientras ocurren estos cambios, se produce la citodiferenciación en los
diferentes segmentos. Se diferencian primero células del túbulo proximal, luego segmento
descendente delgado asa Henle y, por último, segmento delgado ascendente y las del túbulo distal.

Diferenciación del corpúsculo renal


Formado por la cápsula glomerular y el glomérulo capilar. Diferenciación requiere el desarrollo de
los capilares glomerulares, membrana basal glomerular, podocitos, células mesangiales y células
planas de la hoja parietal. En el inicio, angioblastos y mesangioblastos ingresan en la hendidura de
la vesícula con forma de ‘'coma” y "S", capilares
neoformados organizan una fina lámina basal
en la interface con la lámina basal de los
precursores de podocitos. Al principio, las
células angiogénicas forman un cordón macizo
de células poliédricas; después, algunas células
internas sufren apoptosis y restantes se
aplanan y forman asa capilar. Células
adquieren fenestraciones con diafragmas que
desaparecen durante la diferenciación
glomerular. Diafragmas regularían el filtrado
glomerular hasta que se organice la membrana
basal glomerular. Simultáneamente, las células
mesangiales promueven fenómenos de
intususcepción en el asa capilar que llevan a la
formación del lecho capilar que forma el ovillo
glomerular. Podocitos, al principio, forman un epitelio cúbico simple; luego aumentan su
adhesividad por los capilares, se aplanan y adaptan a la forma de los capilares en crecimiento. En
esta etapa comienzan a formar los pedicelos. Este proceso resultaría de la formación de
prolongaciones que mantendrían una alta fuerza de adhesión a la membrana basal en tanto que el
cuerpo celular perdería dicha adhesividad quedando entonces como un cuerpo suprayacente a los
pedicelos. Pedicelos forman luego las hendiduras o diafragmas de filtración. Durante la
diferenciación ulterior, células endoteliales y podocitos expresan las moléculas de superficie celular
que participan de la diferenciación de la membrana de filtración glomerular. Maduración de la
membrana basal glomerular implica el depósito de laminina y colágeno, con un patrón que se
modifica durante el desarrollo, y depósito de entactina, proteoglucanos de heparán sulfato y agrina.
Al principio, los capilares y podocitos tiene sus propias láminas básales; posteriormente, lámina
basal correspondiente a los pedicelos se engruesa y ambas láminas básales se fusionan. Cuando el
glomérulo madura, la red de capilares se hace más amplia y las células mesangiales proliferan y
adquieren forma estrellada.

Alteraciones del aparato excretor


Agenesia renal: Común, probablemente, de fallas en inducción epitelio mesénquima entre el brote
ureteral y el metanefros, tiene lugar cuando no se desarrollan las yemas ureterales o bien los
primordios (tallos de las yemas) de los uréteres degeneran. Falta de introducción de las yemas
ureterales en el blastema metanéfrico da lugar a la falta de desarrollo del riñón debido a que no se
induce la formación de nefronas por parte de los túbulos colectores que tendrían que desarrollarse
a partir del blastema metanéfrico. Bilateral o unilateral; última más frecuente (1/1.100
nacimientos). Unilateral es asintomática, no se descubre durante la lactancia debido a que el otro
riñón experimenta a menudo una hipertrofia compensadora y lleva a cabo la función del riñón
inexistente. Cabe sospechar la agenesia renal unilateral en los lactantes con una arteria umbilical
única. Los de sexo masculino están afectados con mayor frecuencia que los de sexo femenino, y el
riñón que presenta agenesia con mayor incidencia es el izquierdo. Bilateral, se asocia a
oligohidramnios (reducción de la cantidad de líquido amniótico) debido a que en estos casos la
cantidad de orina eliminada hacia la cavidad amniótica es escasa o nula. Se observa en alrededor de
1 de cada 3.000 recién nacidos y es incompatible con vida posnatal. 20% de los casos de síndrome
de Potter se deben a agenesia renal bilateral. Lactantes muestran un aspecto facial característico:
los ojos están muy separados y presentan pliegues palpebronasales (pliegues epicanto), pabellones
auriculares tienen una implantación baja, la nariz es ancha y aplanada, mentón está desplazado en
dirección posterior y existen anomalías en los miembros y respiratorias.

Riñón «en herradura»: En el 0,2% de la población se observa la fusión de los polos de los riñones,
generalmente de los polos inferiores. Así, aparece un gran riñón único y con forma de «U»
localizado en la región púbica, por delante de las vértebras lumbares inferiores. No es posible el
ascenso normal de los riñones fusionados debido a la presencia de la raíz de la arteria mesentérica
inferior, que lo impide. No suele causar sintomatología debido a que sistema colector se desarrolla
normalmente y a que los uréteres alcanzan la vejiga. En los casos de dificultad para el flujo de orina
pueden aparecer signos y síntomas de obstrucción, infección o ambos. Aproximadamente, en el 7%
de los casos de síndrome de Turner se observan riñones «en herradura».

Anomalías vasculares. Frecuentes; se deben en general a la persistencia de vasos embrionarios que


acompañaron a los riñones durante su desplazamiento relativo. Estos vasos anormales se ubican de
preferencia cerca de los polos renales. Una anomalía vascular que puede causar hipertensión
renovascular en pacientes jóvenes es la displasia fibromuscular de la arteria renal. Se trata de una
alteración en la diferenciación de la pared de la arteria, principalmente en su segmento distal. En
un 70% de los casos está afectada la túnica media, en la que alternan sectores de engrosamiento
con otros en los que faltan tejido muscular liso y fibras elásticas.

Displasias renales. Fallas en la diferenciación del nefrón o de los túbulos colectores que llevan a la
formación de vesículas o quistes (poliquistosis) con contenido líquido, les confiere una morfología
característica con superficie irregular debido a la protrusión de los quistes en la superficie renal.
Existen dos formas principales de poliquistosis renal de causa genética. Una de ellas se debe a la
mutación del gen PKD1 (en el 85% de los casos) o del gen PKD 2 (en el 15% de los casos) que codifican
las glucoproteínas transmembrana poliquistina.
Estenosis pielouretera: Más frecuente (1/100 nacimientos). Estrechez anatómica y funcional en el
calibre del uréter que dificulta el flujo de orina y puede producir una dilatación supra estructural o
megaureter. Consecuencia de una falla en la recanalización del brote ureteral que es inicialmente
sólido. Otra forma de megauréter se debe a la ausencia de los plexos nerviosos autónomos que
regulan el peristaltismo de la musculatura de la pared ureteral. Ambas fallas producen detención
del progreso y acumulación de orina (uronefrosis o hidronefrosis), si progresa en sentido retrógrado,
puede evolucionar a una insuficiencia renal.

Reflujo vesicoureteral: Falla en la diferenciación de las capas musculares, capa de Waldeyer, en la


zona en la que los uréteres desembocan en la vejiga. Normalmente, la disposición de las fibras
musculares en dicha región hace que estas operen como válvula funcional que impide el retroceso
de la orina desde la vejiga hacia el uréter. Produce reflujo de orina hacia el uréter, dilatación de este
y estasis urinaria. Puede ser causa uronefrosis y evolucionar hacia insuficiencia renal.

*Una de las funciones del riñón es depurar la sangre de los productos del catabolismo. Una de las
etapas es filtración glomerular; parte del líquido plasmático pasa de los capilares del glomérulo a la
cápsula glomerular. Luego, el filtrado glomerular es procesado por los túbulos y el sistema colector,
pasa después a las vías urinarias y es eliminado al exterior como orina. La función renal empieza con
el inicio de la filtración glomerular hacia la 9 SD. Riñones no depuran la sangre fetal de productos
del catabolismo del nitrógeno (urea y creatinina); estos son eliminados a través de la placenta. La
principal función del riñón fetal es la formación de líquido amniótico. A partir del 3er MD, el feto
deglute líquido amniótico, el agua es absorbida en el yeyuno-íleon, ingresa con la circulación
sanguínea y es eliminada por el riñón, nuevamente, al líquido amniótico. El agua que ingresa a través
de la placenta también se incorpora a dicho ciclo de formación de líquido amniótico. Cualquier
interrupción en las vías que conforman el ciclo se traduce en alteraciones del volumen del líquido
amniótico. Así, la ausencia de orina debido a una agenesia renal bilateral o la disminución debido a
obstrucciones totales (atresias) o parciales (estenosis) de cualquier parte de las vías urinarias lleva
a disminución de diversa gravedad del volumen de líquido amniótico/Oligoamnios, puede
producir deformaciones fetales de diversa gravedad debido a compresiones. El líquido amniótico
permite una transmisión de las presiones con igual intensidad en todas las direcciones del espacio.
En ausencia de esta protección, el feto puede sufrir presiones mecánicas localizadas que lo
deforman, Por otro lado, la falta de deglución debido a fallas en el sistema nervioso central, como
en la anencefalia, o las obstrucciones (estenosis o atresias) de cualquier parte del tubo digestivo
desde la boca hasta el yeyuno-íleon impiden la deglución y derivan en aumento del volumen del
líquido amniótico/ polihidramnios.

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