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El diseño de juegos modificados: Un marco de encuentro entre la variabilidad


estructural y la intencionalidad educativa

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Antonio Méndez-Giménez
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Méndez Giménez, A. (2001). El diseño de juegos modificados: Un marco de encuentro entre la variabilidad
estructural y la intencionalidad educativa. Tándem. Didáctica de la Educación Física. 3, 110-122

EL DISEÑO DE JUEGOS MODIFICADOS:


UN MARCO DE ENCUENTRO ENTRE LA VARIABILIDAD
ESTRUCTURAL Y LA INTENCIONALIDAD EDUCATIVA
Antonio Méndez Giménez

Los modelos alternativos de enseñanza de los juegos deportivos se interesan


especialmente en superar la tendencia mecanicista y de predominio de la técnica. La
enseñanza deportiva moderna, argumentada desde la teoría del esquema y la hipótesis
de variabilidad, se centra inicialmente en la comprensión de los aspectos tácticos para,
posteriormente, abordar los aspectos técnicos. Las habilidades se adquieren de forma
lúdica y contextual, persiguiendo así, un aprendizaje motivante y significativo. Preva-
lecen tanto la técnica de enseñanza mediante búsqueda o indagación como la promo-
ción de situaciones de análisis y reflexión facilitando, un proceso de aprendizaje induc-
tivo.

En el este artículo partimos de la perspectiva horizontal del marco precedente


(Thorpe, Bunker y Almond, 1986a) y sugeriremos diseñar juegos modificados a partir
del análisis de las variables que componen las estructuras de los juegos deportivos
(móvil, implementos, metas, espacio, tiempo, jugadores y reglas) y de su manipulación,
con objeto de propiciar el aprendizaje de los aspectos funcionales (tácticos y técnicos), y
favorecer la asunción de fines actitudinales relacionados con la participación de los
menos habilidosos y la igualdad entre sexos.
MODELOS ALTERNATIVOS:

Devís y Sánchez (1996) consideran que actualmente en España las distintas


orientaciones alternativas de enseñanza de los juegos deportivos pueden analizarse
atendiendo a dos criterios: la orientación deportiva y la relevancia que adquieren los
principios tácticos durante el proceso. Sobre esta base, presentan dos modelos alterna-
tivos de enseñanza:

1. El modelo vertical, que se centra en la iniciación a un único deporte y en el convenci-


miento de que existe cierta transferencia positiva de los juegos simplificados al deporte
en cuestión (Wein, 1991 y 1995; Usero y Rubio, 1993 y 1996).

2. El modelo horizontal, que presupone la transferencia de los juegos planteados a todos


aquellos deportes que comparten similitudes estructurales y principios tácticos. La
misma fuente distingue dos versiones: el método estructural, que analiza la lógica in-
terna del juego (Blázquez Sánchez, 1986-95; Hernández Moreno, 1984-94 o Lasierra y
Lavega, 1993) y el método comprensivo, que pretende la comprensión de los principios
generales comunes a los juegos deportivos de la misma categoría (Devís y Peiró, 1992;
Moreno y Rodríguez, 1996).

Basaremos nuestra exposición1 en la taxonomía de los juegos deportivos de Al-


mond (1986), miembro del equipo de profesores de la Universidad de Loughborough,
porque en la actualidad su clasificación es ampliamente aceptada entre profesores e
investigadores y por constituir una sólida propuesta metodológica (véase la obra colec-
tiva coordinada por Thorpe, Bunker y Almond, 1986). En orden ascendente en cuanto a
complejidad táctica, distinguía las siguientes categorías: juegos de blanco o diana, juegos
de campo y bate, juegos de cancha dividida, juegos de muro o pared y juegos de invasión.

En los juegos deportivos de cancha dividida los jugadores o bandos contrarios se


sitúan frente a frente en espacios diferenciados y separados por una red (raya, cuerda o
espacio muerto) con el objetivo de lanzar o golpear un móvil por encima de ésta, de
forma que caiga o muera en el campo contrario o resulte difícil su devolución. Junto
con algunos ejemplos de deportes estándar de cancha dividida, hemos incluido otros
juegos y deportes alternativos y tradicionales, que si bien no cuentan todavía con un
órgano federativo regulador, sí muestran importantes similitudes con los deportes
adultos del grupo. Presentamos tres subgrupos que aumentan progresivamente en
complejidad de ejecución: juegos deportivos de cancha dividida cuyos gestos predo-

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minantes son la recepción y los lanzamientos del móvil, ya sea con o sin implemento,
juegos de golpeo sin implemento y juegos de golpeo con implemento (deportes de
raqueta).

JUEGOS DEPORTIVOS DE CANCHA DIVIDIDA

1. De recepción y lanzamiento 2. De golpeo

Catapulta/ Caza red (net catch) 2.1. Sin implemento 2.2. Con implemento
Cesta crose Bola pie y Futvoley Pala cántabra
Doble disco Botebol o Fausbol Tenis de mesa
Fun boll Indiaca Paladós o Goba
Kaito Manodós Raqueta tam tam
Pega bola (Scatch ball) Pelota mano canaria Bádminton
Peloc Pelota valenciana Raqueta elástica
Pelota red (Ball netto) Pluma pie Shuttelball
Red colectiva (Fling it) Voleibol (playa, 4x4, Halfcourt o tenis corto
Voleibol-Frisbee 6x6...) Tenis
Wallyball Pádel / Tenis de paleta
Indiaca tenis
Softball
Tamburello con red
Power ball
Smach
Tail ball (pelota cometa)

En la categoría de juegos deportivos de muro y


JUEGOS DEPORTIVOS DE
pared, el móvil (pelota) se envía contra un muro o fron- MURO O PARED
Pelota Vasca Mano
tis de forma que el intercambio entre jugadores del Pala
Paleta
bando opuesto se realiza indirectamente, previo con-
Cesta punta
tacto en la pared, con la intención de que caiga en los Remonte
Share
límites establecidos y fuera del alcance del adversario o Frontenis
Rackets/Squash
se dificulte su devolución. Raquetbal

En los juegos deportivos de invasión los equipos en juego tratan de alcanzar con
un móvil (balón, pelota, bola, disco volador, pastilla, dardo...) la meta o portería del
rival el mayor número de veces y defender la propia. Thorpe, Bunker y Almond
(1986b) presentaron dos subcategorías: los juegos de invasión orientados a una diana o
meta fija y los juegos de invasión orientados a sobrepasar una línea de fondo para pun-
tuar.

2
JUEGOS DEPORTIVOS DE INVASIÓN
1. De diana
Baloncesto (5x5, 3x3, rollerbasket...) Tchoukball /Rebotón
Balonkorf o Korfball Fútbol australiano
Balonmano Hurling / Camogie
Floorball o unihoc (sala, patines) Fútbol gaélico
Fútbol (sala, 7x7, 11x11...) Netball
Hockey (sala, patines, hielo, hierba, submarino, en monociclo, broomball...)
Lacrosse / Intercrosse Horseball
Polo Spongee Polo o Mazaball
Waterpolo Aerosport

2. De línea de fondo
Fútbol americano Rugby, bitoque
Ultimate (disco volador)

ANÁLISIS ESTRUCTURAL Y DISEÑO DE JUEGOS MODIFICADOS EN FUNCIÓN


DE LA INTENCIONALIDAD

A nuestro entender, el diseño de juegos modificados debe conjugar, al menos,


cuatro premisas:

1. La correcta adaptación estructural del deporte adulto a las características psi-


comotrices y motivacionales de los alumnos para optimizar las posibilidades de impli-
cación en el juego.

2. El establecimiento apropiado de los objetivos didácticos prioritarios en tres


niveles: cognitivo, motriz y afectivo. Entendemos, pues, que los recursos lúdicos que el
profesor de Educación Física utiliza en sus sesiones deben ir cargados de plena inten-
cionalidad y no ser fruto de la casualidad o el azar, lo que mermaría la potencialidad
de los juegos y su oportuna explotación didáctica.

3. La adecuación a las posibilidades espacio-temporales y materiales disponi-


bles para obtener el máximo rendimiento.

4. El oportuno apoyo en estrategias cognitivas que encaucen y estimulen la


búsqueda, teniendo en cuenta que la simple propuesta de un juego no necesariamente
suscita interrogantes tácticos o técnicos entre el alumnado.

Seguidamente, nos centraremos en el diseño de juegos modificados entendidos


como secuencias lúdicas para grupos reducidos, que mantienen la esencia de los deportes de su
categoría, con escaso requerimiento técnico y de predominio táctico, y que pretenden facilitar la
comprensión de la lógica interna del juego. Obviamente, reconocemos el valor y la necesi-
dad de aquellas actividades lúdicas tendentes a la familiarización con el medio, ya sean

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de carácter individual o grupal, así como de las formas jugadas que priorizan el apren-
dizaje de aspectos técnicos desde una vertiente más lúdica que la simple reproducción
de ejercicios propia de la metodología tradicional. En las siguientes páginas nos pro-
ponemos analizar las posibles manipulaciones de las variables que componen las es-
tructuras de los juegos deportivos (móvil, implementos, metas, espacio, red, tiempo,
jugadores y reglas) como punto de partida en el diseño de juegos, con idea de incidir
en los aspectos funcionales (tácticos y técnicos), así como en la asunción de valores so-
ciales (igualdad entre géneros, participación de los menos habilidosos, etc.)

1. EL MÓVIL

1. Tamaño. Es sabido que el tamaño del móvil debe corresponderse con las medidas
antropométricas de los jugadores para garantizar la ejecución de los movimientos, lo
que tratándose de iniciación deportiva implicaría aumentar el tamaño de las pelotas en
los deportes de raqueta y disminuir el de los balones en los deportes colectivos.

2. Peso. En general, el objetivo de reducir el peso y de hacer balones más manejables


está presente en todos los deportes adaptados. Devís y Peiró (1995) proponen variar el
material de las pelotas y balones a medida que los alumnos vayan comprendiendo los
principios tácticos del juego. Esta modificación podría seguir la siguiente secuencia:
globos, balones de esponja, de goma y, por último, de plástico o cuero. En los deportes
de invasión, a menor habilidad de los jugadores se podrían utilizar balones más ligeros
con el objetivo de evitar aglomeraciones. A medida que se van incrementando dichas
capacidades, se recurrirá a materiales más pesados (Wein, 1995).

3. En cuanto a la forma, parece obvio que los balones esféricos proporcionan una tra-
yectoria más homogénea, mientras que los ovalados o cúbicos acentúan la imprevisibi-
lidad y, en consecuencia, la dificultad del juego.

4. Respecto al número de móviles, el uso de dos o más móviles simultáneamente en los


deportes de cancha dividida y de muro puede ser explotado a diferentes niveles: per-
ceptivo, motriz y cognitivo. En este último nivel, se podría inducir la comprensión de
aspectos ofensivos tales como la utilización del juego alto y profundo mediante tareas
cooperativas. En los deportes de invasión, la utilización de multibalones ha sido valo-
rada de forma positiva como atenuante de las experiencias negativas respecto a la au-
toeficacia, frustración y dependencia (Missoum, 1977, citado por Bayer, 1992, pp. 74-
75). También ha sido utilizado como elemento paliativo de la heteogeneidad en el jue-
go 2.

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5. Los balones de colores llamativos y sonoros son requeridos, especialmente, para
trabajar con sujetos limitados a nivel visual y, son considerados, en general, como ele-
mentos motivadores.

6. Finalmente, el criterio de utilizar materiales con dureza apropiada para la edad del
jugador debería tenerse más presente; todavía es habitual ver entrenamientos y compe-
ticiones de fútbol sala de alevines e infantiles con balones duros y pesados, lo que pro-
voca experiencias dolorosas, que a la postre podrían ser motivo de abandono.

2. EL IMPLEMENTO (raqueta, cesta, stick...)

1. Si nos fijamos en su tamaño, es aconsejable el uso de implementos cortos ya que


facilitan el agarre y el manejo. Dicha adaptación, junto con la cabeza sobredimensiona-
da y el empleo de bolas suaves es frecuente en el reglamento de varios minideportes de
raqueta.

2. Peso. Este aspecto es primordial tanto en la en la corrección de errores técnicos como


en la disminución de posibles lesiones articulares y musculares.

3. En cuanto a la forma, los bastones o sticks con caras desiguales aportan mayor com-
plejidad al juego, especialmente cuando se asume la regla de golpear sólo con la cara
plana. Los sticks con caras iguales proporcionan mayor simplicidad técnica al permitir
el juego por ambos lados (floorball).

4. Respecto al número, algunos deportes alternativos de raqueta, como el paladós, han


incorporado la posibilidad de utilizar dos implementos con el propósito de aumentar
la riqueza de movimientos favoreciendo un trabajo ambidextral. Esta adaptación to-
davía no ha sido explotada en los deportes de invasión, si bien, contamos con intere-
santes iniciativas que todavía deben superar ciertos aspectos como el de la seguridad
(intercrosse con dos implementos).

5. El color y la sonoridad de los implementos son potenciales elementos motivadores


para la práctica (raqueta tam tam).

6. Dureza. Los materiales más ligeros, como los sticks de plástico de floorball, disminu-
yen el riesgo de lesión. Otros materiales más duros, propios del juego adulto, confieren
vistosidad al juego a expensas de aumentar el riesgo de lastimarse en un golpeo.

5
3. LAS METAS (canastas, porterías, zonas del campo)

3.1. Dimensiones

Tamaño. Si se utilizan metas grandes es más factible la consecución de los objeti-


vos ofensivos y, por tanto, más reforzante, divertido y sugerente para el atacante.

Altura. Lógicamente, la altura de las zonas de tanteo (canastas de baloncesto o


balonkorf) debería ajustarse a la estatura y capacidad física de los jugadores. En el mer-
cado encontramos soportes adaptables a diferentes alturas que pueden ser de gran uti-
lidad.

3.2. En cuanto a la ubicación distinguimos tres planteamientos: en los extremos, en el


interior y en las diagonales del terreno de juego. La segunda opción permite disminuir
las interrupciones del juego y aporta mayor riqueza táctica puesto que posibilita la
práctica por detrás de la línea de la meta (hockey hielo).

3.3. Número. A mayor número de metas, mayor facilidad en ataque y mayor compleji-
dad en defensa. Así pues, se podría incidir en la toma de decisiones ofensivas conside-
rando que el cambio de dirección del juego hacia uno u otro objetivo provoca el movi-
miento de la defensa y la creación de espacios libres (Wein, 1995, p. 152).

3.4. Forma. Las porterías más bajas y estrechas que las reglamentarias se adaptan al
perfil de los principiantes, evitando los lanzamientos excesivamente altos que los por-
teros no podrían interceptar. En la medida en que las porterías se ensanchen se favore-
ce el juego de los atacantes.

3.5. Finalmente, para desarrollar la reconstrucción del juego sugerimos introducir mo-
vilidad en las metas utilizando, por ejemplo, a dos jugadores que sostienen una pica a
la altura de sus hombros y que se desplazan por los límites del terreno de juego tratan-
do de facilitar la labor ofensiva de su equipo.

4. ESPACIO

1. Dimensión. Indudablemente, aumentar el tamaño del terreno de juego favorece la


creación de espacios y hace más difícil su cobertura, mientras que reducirlo facilita su
ocupación y defensa disminuyendo, además, el requerimiento físico. En general, se
aconseja el uso de canchas pequeñas para los debutantes, puesto que un excesivo ta-
maño del campo junto con la falta de precisión y fuerza podrían limitar el juego. En los
deportes de cancha dividida también se utilizan campos de tamaño desigual -

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incentivando con un punto extra al jugador ubicado en el campo más grande cada vez
que consigue la victoria- para favorecer la comprensión de las ventajas e inconvenien-
tes de cada tipo de espacio (Lawton y Werner,1989).

ALGUNAS ADAPTACIONES REGLAMENTARIAS RELACIONADAS CON EL ESPACIO EN


LOS DEPORTES DE CANCHA DIVIDIDA
3.1. Crear una zona muerta entre los jugadores donde no debe caer el móvil, favoreciendo el golpeo
con fuerza (por ejemplo, en el peloc, en la indiaca brasileña, en el shuttelball o el halfcourt).
3.2. Delimitar espacios-diana en donde el móvil debe botar/golpear/pasar con objeto de mejorar la
precisión del golpe.
3.3. Incluir cuadros de bonificación, tal y como contempla el reglamento de shuttelball, enriqueciendo
el juego lateral y potenciando el concepto táctico de sacar al adversario de su posición base.

2. Por lo que respecta a la forma, Devís y Peiró (1992, pp. 172-176) precisan las inten-
ciones u objetivos tácticos perseguidos con la utilización de campos anchos y cortos en
los deportes de cancha dividida. Entre otros, destacan la exageración del juego en am-
plitud (derecha-izquierda) para facilitar su comprensión, el envío del móvil lejos del
alcance del contrario, el juego cercano a la red para abrir ángulos de lanzamiento y la
inducción al error del contrario. Por otro lado, el uso de campos largos y estrechos in-
cide en la trayectoria del juego en profundidad (adelante-atrás) y favorece el descubri-
miento de los principios descritos anteriormente, así como que lejos de la red el ángulo
de lanzamiento es menor, pero más seguro.

ALGUNAS ADAPTACIONES REGLAMENTARIAS RELACIONADAS CON EL ESPACIO EN LOS


JUEGOS DE INVASIÓN
1. Crear zonas obligatorias de lanzamiento.
2. Sugerir áreas cercanas a la meta desde donde no sea posible tirar a puerta, con la intención de obligar
a realizar lanzamientos a cierta distancia.
3. Determinar áreas desde las que se bonifica la consecución de un tanto con un punto extra.
4. Habilitar zonas prohibidas a jugadores que asumen determinados roles.
5. Adoptar áreas/posiciones en las que sólo se puede permanecer un tiempo determinado, con lo que se
persigue mayor velocidad ofensiva y se favorecen las labores defensivas.
6. Obligar a los jugadores a mantener una distancia determinada con sus compañeros para no ir todos
por el móvil ni estorbar al jugador portador.
7. Establecer áreas por donde no sea posible jugar el balón, por ejemplo, el centro del terreno, para forzar
el juego por las bandas.

5. LA RED (sólo presente en deportes de cancha dividida)

La altura de la red afecta claramente al ritmo del juego. A mayor altura, más len-
titud, lo que implica aumentar la posibilidad de discernimiento y comprensión, facto-

7
res muy preciados en iniciación. Como contrapartida, se dificulta la explotación de la
profundidad del campo y se limitan las acciones de remate; aspectos, ambos, muy mo-
tivantes del juego. Por el contrario, un descenso de la altura de la red permite un juego
de mayor velocidad y más raso, así como el juego lateral y en profundidad. Al mismo
tiempo, se favorece la acción técnica del remate, lo que requiere un nivel de juego más
elevado.

6. LOS JUGADORES (compañeros y adversarios)

1. Respecto al número de jugadores por equipo, la idea de disminuir el número de


jugadores ha sido una solución generalmente aceptada por las distintas versiones de
los minideportes y por los juegos modificados para tratar de incrementar la participa-
ción. Por otro lado, el planteamiento de situaciones con desigualdad numérica entre
bandos (2x1, 3x2, 4x2...) puede incidir sobre determinados aspectos como el doblaje
defensivo o el apoyo al compañero portador del móvil en los deportes invasivos.

2. Respecto a los diferentes roles de los jugadores, destacamos tres variaciones:

1. Tareas exclusivamente ofensivas (cooperación) o defensivas (oposición). Considera-


mos que el abuso de este tipo de propuestas podría provocar cierta desmotivación,
especialmente en los jugadores que ejercen continuadas funciones defensivas. Las si-
tuaciones de semioposición otorgan al atacante más tiempo para preparar y ejecutar
sus acciones ofensivas.

2. Alternar funciones ofensivas y defensivas. Esta opción es la más ajustada al contexto


real y por tanto la más significativa. Parece aconsejable junto con la introducción de
rotaciones por los diversos roles de juego.

3. Funciones neutras o de colaboración indistinta con ambos equipos. El uso de roles


reversibles, asignando a determinados jugadores la posibilidad de colaborar equitati-
vamente con uno y otro bando, puede reducir la competitividad y las comparaciones
entre los participantes (Moreno y Rodríguez, 1997).

3. Respecto al sexo. Encontramos dos planteamientos dependiendo del tipo de deporte


y de los niveles de habilidad y condición física de uno y otro sexo: las actividades mix-
tas y las segregadas, ambas con argumentos de no discriminación. En los deportes de
cancha dividida y muro, por su estructura interna (no existe disputa por el móvil ni
contacto físico) y por la alternancia en el juego se garantiza cierta equidad en la partici-
pación de los jugadores si los bandos están equilibrados. A medida que se aumenta el

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número de jugadores por grupo habría que establecer reglas que velen por el cumpli-
miento de semejante propósito como, por ejemplo, alternar intervenciones entre géne-
ro, o equilibrar cuantitativa y cualitativamente la participación de los equipos. En este
sentido, durante la etapa de primaria parecen estar justificados los equipos mixtos
puesto que las diferencias entre género son poco palpables (Giménez Fuentes-Guerra y
Sáenz-López Buñuel, 1996). Sin embargo, cabría cuestionarse la enseñanza mixta de
determinados juegos deportivos en Secundaria cuando las diferencias entre sexo son
manifiestas (especialmente de los deportes estándar de invasión) si se pretende que los
alumnos de ambos sexos disfruten del tiempo, espacio, participación y comprensión en
términos de igualdad (para mayor profundidad véase el artículo de Sánchez Gómez,
1997).

7. EL TIEMPO

De las escasas posibilidades en la manipulación de la variable tiempo en los jue-


gos de cancha dividida y muro destacamos dos: establecer un límite temporal para el
transcurso del encuentro (por ejemplo, en la modalidad alemana de indiaca se juegan
dos tiempos de diez minutos), y limitar el tiempo de determinadas acciones, como el
servicio.

En los juegos de invasión, sugerimos las siguientes modificaciones con el propó-


sito de acelerar el ritmo de juego y de facilitar la adaptación a las exigencias físicas,
técnicas y tácticas: 1) Limitar el tiempo para la realización de determinadas acciones,
como el tiro a meta, el tiempo de posesión del móvil o el tiempo de permanencia en
determinadas áreas. 2) Determinar pasividad si no se actúa a cierto ritmo o si no existe
una clara intención de ataque. 3) Reducir el tiempo de duración de los encuentros en
función de la condición física de los destinatarios. 4) Aumentar el número de períodos
de descanso con la pretensión de incrementar el tiempo de recuperación y de permitir
la planificación de estrategias o dedicar más tiempo a la reflexión. 5) Bonificar la conse-
cución de determinados objetivos en un tiempo determinado (por ejemplo, si se saca el
móvil de la zona de defensa se consigue medio punto).

8. ACERCA DE LAS REGLAS ESPECÍFICAS DE CADA TIPO DE DEPORTE

8.1. Sobre las reglas esenciales de los juegos de cancha dividida y muro

A continuación, reflejamos algunas modificaciones reglamentarias para facilitar


el aprendizaje, la comprensión y mejorar la motivación por la práctica:

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1. Permitir varios toques continuados por un mismo jugador para posibilitar las
autocorrecciones.

2. Aumentar el número de toques o de pases permitido entre los miembros de


cada equipo antes de pasar el móvil al otro campo. A menor número, se disminuye el
tiempo para pensar y organizar el juego y la probabilidad de una correcta ejecución es
menor; por tanto, parece aconsejable su uso con sujetos ya iniciados. Por el contrario, a
mayor número de golpes, se incrementa la participación y se potencia la sensación del
juego colectivo (Rodríguez y Moreno, 1996).

3. Modificar el tipo de gesto a utilizar simplificando los requerimientos técnicos.


Por ejemplo, permitir coger el móvil en vez de golpearlo directamente o admitir sacar
de la forma que sea más fácil para el aprendiz aunque sea antirreglamentaria.

4. Consentir uno o varios botes previos al golpe para proporcionar un ritmo de


juego más lento, mayor continuidad y asegurar una ejecución técnica más simple.

5. Simplificar o eliminar ciertas normas. Por ejemplo, otorgar punto directo sin
la posesión del servicio, autorizar el desplazamiento con el móvil antes de enviarlo al
campo contrario, o permitir el saque hacia cualquier lugar del campo contrario y no
necesariamente hacia el área de servicio.

8.2. Sobre las reglas esenciales de los juegos de invasión

1. En cuanto a la POSESIÓN y respecto a los jugadores atacantes se puede estipular la


zona del cuerpo con la que está permitido jugar (mano, pie, cabeza) y alternar el hemi-
cuerpo que contacta con el móvil o que sostiene el implemento para mejorar las ejecu-
ciones del lado no dominante. Para los defensores cabe señalar la forma y el momento
en que se permite robar el móvil al contrario. En este sentido, si se pretende disminuir
el número de faltas y reducir el número de interrupciones del juego limitaremos el ro-
bo cuando el contrario lo tenga en su poder. Además, al limitar el contacto físico se
incide en las formas de evasión y se permite que los menos capacitados se involucren
en el juego más enérgicamente (Usero y Rubio, 1996).

2. En cuanto a la INVASIÓN en funciones ofensivas:

2.1. Prohibir los desplazamientos con el móvil en posesión y obligar a parar cuando un
oponente toca al atacante con balón, favorece la amplitud y velocidad en la visión del
pase, así como la sincronización en el desmarque y la ocupación de espacios libres.

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2.2. Respecto a la forma de transmitir el móvil es posible obligar o prohibir el retroceso
del móvil en el pase, determinando los subroles de avance del atacante con y sin pose-
sión. Alternativas prácticas como forzar a pasar a un compañero del sexo contrario,
estipular un número de pases antes de realizar un tiro a puerta o asumir que todos los
jugadores toquen el móvil persiguen una participación menos sexista e igualitaria, pero
a costa de desvirtuar un tanto la esencia del juego. En esta misma línea, propuestas
como determinar un número máximo de contactos consecutivos con el móvil o impedir
pases recíprocos tratan de evitar el juego individualista y potenciar el trabajo en equipo
igualando el tiempo de actuación de los participantes.

Se puede tratar de estimular las labores ofensivas con reglas que premian el
toque o robo del móvil en poder del equipo contrario. Además, es bastante útil partir
de situaciones de defensa individual y presionante en un área determinado o en todo el
campo para abordar los fundamentos defensivos.

3. Finalmente, respecto a la PUNTUACIÓN apuntamos dos sugerencias:

3.1. Variar el sistema de puntuación valorando determinados logros de ejecución. Por


ejemplo, en un juego modificado sobre baloncesto, sumar uno, dos o tres puntos si el
balón toca el tablero, el aro o la canasta, respectivamente (Méndez y Méndez, 1996).

3.2. Considerar la consecución de aspectos tácticos o técnicos, por ejemplo, otorgar un


punto al equipo que realice adecuadamente un placaje defensivo (Usero y Rubio, 1996)
o que entre en meta con el balón controlado.

En resumen, en este trabajo hemos tratado de presentar un marco de enseñanza


que requiere de la habilidad del profesor para la creación de situaciones ambientales,
los juegos modificados, que ponen especial énfasis en los principios tácticos comunes y
suscitan la propia indagación de los alumnos. Hemos analizado los factores que com-
ponen la esencia estructural de los juegos deportivos de cancha dividida, de muro o
pared y de invasión, así como su posible manipulación cuantitativa y cualitativa -a
veces evidente, otras veces, menos perceptible- con la aspiración de enmarcar la elabo-
ración de las formas modificadas, de las que resaltamos su ineludible carácter intencio-
nal. Por último, estamos convencidos de que dichos recursos lúdicos asociados a una
adecuada metodología inductiva favorecen el aprendizaje a nivel cognitivo, motriz y
afectivo-motivacional de forma más eficaz que el modelo tradicional, especialmente,
durante la etapa de iniciación deportiva en el ámbito escolar (Méndez Giménez, 1999).

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1 Por problemas de espacio, en este artículo nos centraremos exclusivamente en las tres últimas categorías
de la taxonomía de Almond (1986) puesto que determinan los peldaños de la escala de mayor complejidad
táctica. En el artículo titulado “Fundamentos para la elaboración de juegos modificados de bate y carrera”
(Méndez, 2000) analizamos la segunda de las categorías citadas.

2 Usero y Rubio (1996, pp. 166-167) proponen integrar a los jugadores aislados utilizando varios balones.
En una situación adaptada del juego de rugby, sugieren que el profesor disponga de varios balones que irá
entregando a los jugadores que no participen activamente. En ese momento, el que lo recibe continúa el
juego mientras que el portador del balón debe entregar inmediatamente el suyo al profesor.

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