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El Ensayo Fotográfico

Introducción

Durante una buena parte en la historia de la fotografía se le ha dado un puesto de privilegio a


esas imágenes que, en un solo cuadro, cuentan toda una historia, capturan un fragmento
crucial de tiempo con oportunidad prodigiosa o sintetizan, de algún modo, aquella idea de
“una imagen dice más que mil palabras.”

Henri Cartier-Bresson. Mende, Lozère, Francia (1968). Durante buena parte de la historia de la fotografía se privilegió la fotografía unitaria que
contiene una historia en sí misma.

Sin embargo, esta noción ha ido cambiando debido a múltiples razones: por la relación
estrecha entre la fotografía y los medios impresos, la complejidad creciente de las historias
fotográficas y la necesidad de expresar un discurso personal más allá de una mera función
fotográfico-registral.

En cierta medida, podría pensarse que la fotografía unitaria es como un cuento, y que un
ensayo equivale a un novela: Hay un momento en el que el autor tiene tanto por decir que
necesita adoptar un formato más apropiado para extenderse.

Del cuadro único se pasó al cuerpo de obra: colecciones de imágenes articuladas relacionadas
con lo que hoy entendemos como “Foto Ensayo”. Sin embargo, como veremos a lo largo de
este texto, no todos los cuerpos de obra constituyen un Foto Ensayo.

El concepto de “Foto Ensayo” está razonablemente generalizado, sin embargo tiende darse por
hecho y sorprende la escasez de definiciones y análisis sobre el tema. Los pocos libros que
abordan este tópico nos hacen pensar que asumimos o inferimos más sobre el Foto Ensayo, su
origen, definición y ejecución, que lo que realmente sabemos con certeza.

Es el momento de revisar con más detalle la noción Foto Ensayo. Vale la pena comprender su
relación con las revistas ilustradas; hace falta buscar una definición y diferenciar este formato
del foto-reportaje o la serie. Habrá que indagar el papel del discurso y la narrativa, así como
una revisión de proceso necesario para su elaboración.

Hace falta analizar la relación entre fotografía y texto y dar, aunque sea brevemente, un
vistazo a la obra de W. Eugene Smith y de Nacho López, dos artistas cuyo trabajo se fincó en la
imperiosa necesidad de expresar una opinión sobre el mundo.

Las colecciones fotográficas

Desde que se presentó el invento del daguerrotipo ante la Academia de Ciencia de París en
1839, comenzaron a cundir las colecciones de imágenes fotográficas. La facilidad documental
del nuevo medio y el uso científico que se le dio desde sus primeros años, abrieron paso a los
catálogos de monumentos, flora y fauna que tanto atraían a los intelectuales del siglo XIX.

A estas colecciones, fundamentalmente tipológicas y con una cierta agrupación temática, se


les había arrinconado con una mera función registral. Eran cuerpos de obra con algún tipo de
articulación (animales, plantas, espacios geográficos) pero donde prevalecía la noción de
documento.

Si las colecciones fotográficas registrales imperaban entre los científicos, crecía y se


desarrollaba una nueva industria: la de la información impresa. Gracias a las prensas de vapor,
los editores de publicaciones periódicas estaban en posibilidad de realizar grandes tirajes, lo
que implicaba una industrialización no solo del proceso de fabricación, sino también en el
consumo y producción de la información.

La historia de la prensa y el desarrollo del ensayo fotográfico están íntimamente relacionados,


pues la prensa se convertiría no solo en el medio de distribución más efectivo, sino en
propulsor para narrar historias a través de la fotografía.

La prensa ilustrada

La primera revista de la historia fue la germana Erbauliche Monaths-Unterredunge, publicada


en 1663. Sin embargo, sería hasta el siglo XVIII cuando aparecerían las primeras publicaciones
de interés general como The Gentleman’s Magazine (1731), The Scots Magazine (1739), la
American Magazine (1741) o la primera de orientación femenina, The Lady’s Magazine (1770).

Cuando inició el siglo XIX, la era industrial convirtió a la prensa en una máquina fabricante de
audiencias. Estas audiencias constituían la nueva mercancía de los nacientes medios de
comunicación.

Dadas las limitaciones técnicas, las primeras publicaciones periódicas publicaban texto
únicamente, pero conforme la tecnología lo permitió, cada vez se hizo más frecuente el uso de
dibujos que podían ser reproducidos bajo el formato de grabado.

The Illustrated London News (ILN) se convirtió, en 1842, en el primer periódico ilustrado de la
historia. Tan solo algunos meses después aparecieron, ya en 1843, otras publicaciones
similares como L’Illustration en Francia o el Berliner Illustrierte Zeitung (BIZ) en Alemania.

Las revistas ilustradas tuvieron una gran demanda porque “Las imágenes alcanzaban públicos
más amplios que el mero texto, gracias a la facilidad para comprender las ilustraciones por
parte de quienes no podían, o no querían, leer.”

Estas publicaciones serían el comienzo de la transición del homo sapiens al homo videns de la
que habla Giovanni Sartori.

“A mediados del siglo XIX comienzan a generalizarse los métodos de ilustración con fotografía.
Primero se utilizaron los procedimientos mecánicos de impresión (la litografía), que serían
sustituidos poco a poco por los procesos fotomecánicos (trama, huecograbado y offset).”

Durante buena parte del siglo XIX muchas de las ilustraciones impresas eran grabados que
habían copiado a una fotografía. Pero en 1897 se dio un hito fundamental: mediante el
sistema de semitonos, el New York Tribune en el Daily Graphic publicó la primera fotografía en
un periódico.
Stephen H. Horgan. “Shantytown”. Primera fotografía en prensa

Para 1890 surge la primera revista estadounidense cuyo proyecto inicial planeaba la
publicación exclusiva de fotografías: Se trataba de The Illustrated American.

La fiebre de las revistas ilustradas

Cuando inició el nuevo siglo, el éxito de las publicaciones ilustradas fue inusitado en Europa,
especialmente en dos países: Alemania y Francia.

Alemania

Sorprende saber que, en los inicios de la década de 1930, Alemania publicaba el mayor
número de revistas ilustradas del mundo. Solamente el Berliner Illustrierte Zeitung imprimía
casi dos millones de copias. En esta época se establece con firmeza la idea del reportaje
fotográfico.

En Alemania hubo una convergencia de factores para que el reportaje fotográfico tuviera gran
éxito: la mejora tecnológica en cámaras como las Leica o las Ermanox, el acceso que lograban
los reporteros provenientes de familias acomodadas, una relación simbiótica entre fotógrafos
y editores, un público que favorecía cada vez más los temas sociales y un ambiente cultural
propicio en el marco de las Vanguardias

“La tarea de los primeros reporteros fotógrafos de la imagen consistía en hacer fotos aisladas
para ilustrar una historia. Habrá que esperar a que la propia imagen se convierta en historia
que relata un acontecimiento en una serie de fotos, acompañada de un texto limitado con
frecuencia a meras frases, para que comience la fotografía.”

Acabada la II Guerra Mundial, las revistas ilustradas alemanas se fueron en picada.

Francia

Aunque ya desde antes de la II Guerra Mundial se editaban publicaciones de importancia,


como Vu (1928), es con Paris Match que Francia escribe su propia historia en materia de
revistas ilustradas. Ya para 1940, su predecesora Match circulaba con nada menos que dos
millones de ejemplares.

A diferencia de lo ocurrido en Alemania, las revistas ilustradas tuvieron auge en la Francia de la


posguerra: Al declive editorial alemán le sucede un auge francés.
En 1949 Paris Match ofrece un proyecto editorial sólido: “… publica reportajes sobre la
actualidad internacional, los sucesos trágicos, las grandes hazañas deportivas, las alegrías y las
penas de las estrellas de cine o la vida mundana de las familias reales…”

Esta revista francesa tuvo un gran impacto y su publicación persiste hasta nuestros días.

Sin embargo, el éxito de Paris Match no era casual, ni mucho menos original. Su fórmula se
había inspirado en la reina de las revistas ilustradas: la estadounidense Life.

LIFE

Henry Luce fundó junto con Britton Hadden, en 1923, la revista Time The Weekly News
Magazine.

Time tuvo un gran impacto y es una revista semanal que todavía se publica en el tercer
milenio. Para Henry Luce, la coronación llegó con la compra de Life, revista fundada
originalmente en 1883, fruto de la colaboración entre John Ames y Andrew Miller.

Henry Luce buscaba un medio que le permitiera al público “Ver la vida, ver el mundo,
presenciar los grandes sucesos; mirar los rostros de los pobres y los gestos de los orgullosos
[…] ver y tener el placer de ver; ver y ser sorprendido; ver y ser instruido.”

Su fórmula editorial era demoledora: “sutilmente propagandista, maliciosamente


conservadora, abiertamente patriótica, y decididamente optimista.”

Life propulsó el reportaje fotográfico como nunca antes había ocurrido. Su nómina de
fotógrafos incluía a los mejores del mundo: Robert Capa, Alfred Eisenstaedt, Gordon Parks,
Philippe Halsman, por citar solamente algunos. Para un fotógrafo de la época, publicar en Life
era la puerta a la celebridad.

Life se distinguió por la altura y calidad editorial, así como su potencia fotográfica. Además, su
tono había dejado un poco de lado la fría objetividad para orientarse de manera más cálida al
aspecto humano de la historia que se buscaba contar.

Como la fórmula tuvo un gran éxito, se buscó preservarla de forma inflexible. El férreo control
que ejercían sus editores aseguraba la consistencia y calidad de la publicación. Sin embargo,
esta autoridad editorial comenzó a asfixiar a los fotógrafos, quienes debían contentarse con
ilustrar las historias que se plasmaban en los estrictos guiones.
Aunque Life daba importancia y crédito a sus fotógrafos, para los editores realmente no eran
otra cosa que operadores de la máquina fotográfica y, de ningún modo autores: ese papel era
exclusivo de los escritores.

De modo que Life con su imperio editorial provocó una nueva revolución: la de independencia
por parte de algunos fotógrafos descontentos con ser meros operarios en la máquina
industrial conducida por Henry Luce.

Las agencias fotográficas

Mientras las revistas ilustradas dominan el mundo editorial, la fotografía inicia otra etapa
importante, la de las agencias fotográficas.

Magnum Photos: La mejor agencia fotográfica del mundo

Henri Cartier-Bresson, Robert Capa, David “Chim” Seymour, acompañados de los mucho
menos notorios George Rodger y William Vandibert, fundaron Magnum Photos, un nuevo
modelo de agencia para difundir obra fotográfica y que, todavía hoy, persiste como la más
prestigiosa del mundo mundo.

Esta cooperativa de imagen “Fue forjada por el deseo específico de los fotógrafos por liberarse
de los lazos de lealtad a una publicación en particular, a su marca y propaganda. Esto se
aplicaba particularmente a Time Inc., empresa que publicaba la revista LIFE, para entonces la
institución de prensa más exitosa, que presentaba lo mejor del foto-periodismo, pero que
detentaba, al mismo tiempo, la mayor concentración de poder en la industria editorial.”

Magnum se erigió como una agencia fotográfica única, organizada y operada por los propios
fotógrafos, quienes realizaban reportajes basándose en sus inquietudes personales.

Las agencias resultaban indispensables para las revistas, que tenían un reducido número de
fotógrafos de planta, simplemente Life que era la más grande únicamente tenía un staff
permanente de solo cuatro fotógrafos de tiempo completo. La relación agencia-revista se
convirtió en una simbiosis.

El ensayo Fotográfico

Es preciso aclarar que hay relativamente poca información sobre qué es un Foto Ensayo, sin
embargo, el ensayo literario, como género, ha sido mucho más explorado. Por lo tanto,
acudiremos a las nociones literarias para poder comprender un poco mejor cómo se aplica
este formato a la fotografía.

Primera parte. El ensayo

La palabra “ensayo” tiene un origen en el francés “essai” que implica una prueba, una
tentativa, si nos vamos aún más lejos encontraremos el origen en la voz latina exagĭum que
significa “peso”. De esta raíz proviene la idea de que ensayar es “sopesar”, ponderar.

“La voz «ensayo» […] significa prueba, reconocimiento, examen. Pero ¿examen de qué? Nada
más y nada menos que examen de nuestro pensamiento. El ensayo es un escrito en el que el
autor refleja la forma en que su pensamiento discurre.”
El ensayo suele ser “una cala profunda sobre un tema que no se pretende agotar. El ensayo es
una reflexión desde la perspectiva personal de un autor…” (Jose Luis Gomez Martinez,
catedrático de literatura)

El ensayo “…se caracteriza por permitir desarrollar un tema determinado de una manera libre
y personal.” Según Yolanda Gamboa es un formato que “brevemente analiza, interpreta o
evalúa un tema.”

Entonces el juicio del autor, su entendimiento, sopesa el tema que ha elegido tratar y aunque
exista un cierto discernimiento lógico, prima la subjetividad personal. En el ensayo la opinión
no es solamente algo que subyace, sino un elemento esencial: el ensayista crea para dar su
punto de vista sobre el tema que ha elegido.

De lo testimonial a la opinión

Aplicando esto a la fotografía, el ensayo deambula entre lo testimonial y lo subjetivo, es una


representación, pero, también, una interpretación. La manera de recoger el registro
fotográfico afecta a lo fotografiado.

La fotografía nunca es neutral porque las elecciones formales del fotógrafo afectan al sujeto.
En el fotoperiodismo existe una búsqueda por la neutralidad, la objetividad. El Foto Ensayo,
por necesidad, es parcial y subjetivo.

Gerry Badger dice que “La fotografía crea un discurso entre el mundo y nosotros, un discurso
que jamás es neutral, ni siquiera -o más bien, sobre todo- cuando la imagen que nos brinda es
obra de un satélite o una cámara de vigilancia. Y aun cuando el fotógrafo y la cámara fueran
neutrales, el observador no lo sería.”

Siguiendo el paralelismo fotografía-literatura, el foto-reportaje (la foto-historia) es como el


periodismo del hard news: La nota neutra que dice el qué, quién, cómo, cuándo y por qué. El
foto-ensayo sería más cercano a la columna editorial de un diario, similar al soft-news, donde
no importa tanto el dato duro como el qué significa, y de manera más precisa, qué implica para
el autor que discierne sobre el tema. En el caso del escritor, su pluma es el instrumento de
juicio, pero para el fotógrafo la cámara es la herramienta que utilizará para tratar el tema.

Podría pensarse que un ensayo fotográfico es cualquier colección de imágenes con una mínima
articulación. Aunque esta idea tiene una cierta dosis de verdad, resulta incompleta. Se pueden
agrupar fotografías con una estructura cronológica y eso no constituye, necesariamente, un
foto-ensayo. Tampoco un conjunto de fotos con el mismo tema podría considerarse un foto-
ensayo.

Segunda parte. En busca de una identidad propia: del foto-reportaje al foto-ensayo

Como ya se revisó durante la historia de la prensa lustrada, durante largo tiempo la fotografía
se convirtió en una mera forma de ilustración del texto literario.

“La práctica del reportaje fotográfico se desarrolla con la consolidación del periodismo de
investigación del reportaje escrito, cuya inclinación por otras costumbres y lo extraordinario se
une a las posibilidades iconográficas que ofrece la fotografía.”

En 1929 la revista Uhu publicó un artículo titulado “Un gremio de nuevos artistas. Los
fotógrafos alcanzan nuevas fronteras”. Al texto le acompaña un autorretrato con Albert
Renger-Patzsch, Erich Salomon, André Kertész, László Moholy-Nagy, Martin Munkácsi o E. O.
Hoppé. “Hoy podríamos decir que estos nombres vertebrarían el fotorreportaje moderno que
marcó los principios básicos que aún hoy en día perduran.”

Se establece firmemente el formato del “reportaje fotográfico” también conocido como “foto-
historia”.

“El registro y publicación de secuencia con fotografía fija que da cuenta de situaciones y
eventos, el reportaje fotográfico -la foto-historia- es el gran concepto detrás del foto-
periodismo.”

Explica John Berger que “Existe ya una práctica fotográfica establecida que utiliza imágenes en
una serie: el reportaje gráfico. Éste narra sin lugar a dudas, pero narra de forma descriptiva
desde el punto de vista del extraño.”

Eugene Smith, autor esencial al forjar el concepto del Foto Ensayo, dijo que “…un artículo
gráfico es un portafolio armado por un director periodístico, mientras que un ensayo debe
estar pensado, con cada foto en relación con las otras, de la misma manera que se escribe un
ensayo. Quizá la escritura de una pieza teatral sea mejor comparación. Se trabaja sobre las
relaciones entre las personas, y se examinan las relaciones que se han hecho, y se ve si deben
ser establecidas o reforzadas otras relaciones. Debe haber entre las fotos una coherencia que
no creo que usted encuentre en la publicación habitual de un grupo de fotos bajo el nombre
de notas gráficas.”

En el foto-reportaje la imagen es subyugada, frecuentemente, por la primacía del texto


literario. La foto-historia tenía que ver con un guión ajeno, ya fuera por parte del editor o de
otro escritor: el fotógrafo no tenía una voz propia. En el foto-ensayo lo que prima es la autoría
del fotógrafo, desde la organización y articulación de las imágenes para generar un cuerpo de
obra coherente, pero que se distingue, muy especialmente, porque sostiene una opinión, un
punto de vista sobre el tema, que es explicitado, resuelto y comunicado por el fotógrafo
mediante su cámara.

Foto-ensayo y fotografía-espejo

El foto-ensayo tiene una visión subjetiva y la plasma en el cuadro fotográfico. El autor de un


foto-ensayo toma partido, no se mantiene como un testigo neutro.

Explica Enrique Villaseñor, fotógrafo y académico universitario, que “el ensayo fotográfico está
sustentado en la opinión de su autor, implica un análisis más profundo del tema. Constituye
una investigación temática iconográfica, casi siempre congruente con el interés del fotógrafo,
para expresar puntos de vista o inquietudes y describir los fenómenos retratados con base en
el contenido central del mensaje. El núcleo del ensayo es la tesis del autor y el punto de vista
que asume ante lo fotografiado, que intentará comprobar y argumentar en el tramo final. Una
perspectiva personal desde la cual el fotógrafo muestra hechos o fenómenos emocionales,
afectivos, políticos creativos, estéticos o técnicos. El ensayo es un trabajo de autor.”

Hacia una definición

Retornando a Villaseñor, el foto-ensayo “Es una argumentación que describe fenómenos


complejos: emocionales, afectivos, políticos, creativos, estéticos, técnicos en un discurso
organizado que trasciende la foto testimonial.”
El ensayo fotográfico está indisolublemente ligado a la esencia del fotógrafo. Como explica
Maria Short: “Las creencias de cada uno, su integridad, su intuición, sus cualidades personales
y sus habilidades técnicas influirán en la lógica y el concepto del trabajo…”

Burt Glinn, fotógrafo de Magnum, declara: “Pienso que lo que se debe hacer es descubrir la
verdad esencial de la situación, y tener un punto de vista sobre ella.”

Dicho todo lo anterior, proponemos la siguiente definición:

El foto-ensayo es un cuerpo de obra, constituido por un número múltiple de imágenes con un


estilo consistente, estructuradas con una intención clara, y que explicitan a través del lenguaje
fotográfico, las opiniones y puntos de vista de su creador sobre un tema elegido por él de
acuerdo a su propia y, eminentemente subjetiva, agenda cultural e ideológica para enjuiciar un
tema.

El siguiente paso es el proceso de creación que comprende tres grandes momentos: pre-
producción, producción y post-producción. Como parte de la primera etapa vale la pena
identificar tema y sujeto en el Foto Ensayo, las potencialidades que tiene el cuerpo de obra al
ser contado como una historia y los elementos que generan un entramado que pueda
enganchar al observador.

Primera parte: Tema y sujeto

Cuando se realiza un Foto Ensayo hay dos grandes ejes que serán la columna vertebral del
cuerpo de obra: Primero, el sujeto y luego el tema. Ambas nociones pueden confundirse, por
lo que vale la pena analizarlas y puntualizarlas

1. El sujeto: qué o quién

En un Foto Ensayo el sujeto es el protagonista principal, el centro de la historia. Para


especificarlo habrá que responder a la pregunta ¿Qué o quiénes protagonizarán el ensayo?

Hay muchas posibilidades de sujetos: Pueden ser personas concretas como en el caso del Dr.
Ernest Ceriani, el médico rural seguido por W. Eugene Smith en su Foto Ensayo titulado
Country Doctor, grupos sociales como en la serie Gitanos de Josef Koudelka, o poblaciones de
todo un país como en Les Américains de Robert Frank.

Pero los sujetos del ensayo pueden no ser personas: animales, espacios geográficos,
situaciones o fenómenos pueden serlo también.

Por ejemplo, un complejo conjunto de personas, objetos, situaciones y geografía, (es decir,
múltiples sujetos de naturaleza distinta) se encuentran entreverados en el proyecto La Línea
de Francisco Mata Rosas quien explora, desde hace algunos años ya, la frontera entre México y
Estados Unidos.

2. El tema: la idea de fondo

El sujeto constituye el vehículo para el tema. De modo que también puede decirse que el tema
es el asunto que sirve como base para explorar una situación en la que se encuentra el
protagonista del Foto Ensayo.

Se explicó que el Foto Ensayo implica una opinión, el cuestionamiento de fondo. El tema en un
Ensayo Fotográfico es aquella idea principal, o un significado subyacente en un cuerpo de obra,
que puede ser expresado directa o indirectamente y sobre la cual el fotógrafo desea exponer
su punto de vista subjetivo.

 Temas y sub-temas

En un mismo Ensayo Fotográfico puede haber un tema principal que conviva con otros
secundarios. Por ejemplo, un trabajo sobre la basura puede tratar acerca de la opinión que
tiene un fotógrafo sobre la falta de infraestructura de una ciudad para soportar los desechos
humanos, pero también en el mismo trabajo puede subyacer un tema secundario: el de la
cultura del consumo. De modo que un ensayo puede ser poliédrico, es decir, con muchas caras
y facetas.

 Tema y mensaje

Ahora bien, el tema está emparentado con el mensaje que se desea transmitir con el Ensayo
Fotográfico; en otras palabras, el fotógrafo tiene algo qué decir con su cámara y desea
comunicarlo al mundo por medio de un cuerpo de obra fotográfico coherente, consistente,
articulado. El tema, incluso, puede ser una especie de moraleja. Este mensaje que tiene un
tema central puede buscar el establecimiento de un cierto ánimo, de pensar o apelar a la
emoción del observador. El tema está ligado a la idea de que el Foto Ensayo debe tratar de
algo; más aún, es acerca de algo.

 Conexión sujeto/tema

Al trabajar un Foto Ensayo, es muy importante establecer una conexión entre el sujeto y el
tema. Por ejemplo, se puede realizar un conjunto de fotografías de viviendas en una ciudad.
Eso es una colección de sujetos. Sin embargo si se encuentra un tema que las conecte, puede
establecerse un concepto y, si hay una opinión sobre esta situación, tenemos un Ensayo
Fotográfico.

Vale la pena anotar que la elección de tema y sujeto es un proceso complejo y que es
importante acotar. Los enormes temas pueden resultar enciclopédicos e inabarcables. La
logísitica de producción también implica el establecer límites realistas.

El tema es un elemento aglutinador para expresar la opinión del fotógrafo. Asimismo, el tema
ofrece al observador un mayor entendimiento sobre el conflicto, las experiencias,
descubrimientos y emociones que le ha provocado el sujeto al autor.

Segunda parte: La narrativa en el Foto Ensayo

Los seres humanos somos narradores naturales.

La narrativa, desde esta perspectiva, constituye una estrategia, pero de ninguna manera existe
una obligación para que todo Foto Ensayo deba narrar una historia. Sin embargo, cuando se
acude a la narrativa como un camino para expresar una opinión, se puede lograr un resultado
particularmente efectivo y es que, dentro del contexto de una historia, el sujeto ya no es
simplemente una persona, localización geográfica o fenómeno, sino un protagonista, y más
aún: un héroe.

En este sentido es fascinante la figura del Country Doctor. Recordemos que no es simplemente
un médico, sino un hombre enfrentado en solitario que debe cargar, sobre sus hombros, a una
comunidad entera. La pobreza de recursos médicos y la falta de ayuda exigen de este médico
rural toda su destreza y energía para lograr vencer a la enfermedad. Algunos se verán
identificados con este héroe, otros observadores se proyectarán queriendo tener las virtudes
que ostenta este luchador solitario.

El Country Doctor puede perder batallas, sin duda, pero que al final del día ha ganado la guerra
contra el agotamiento, la desesperanza y, nuevamente, la enfermedad.

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