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Unidad 3.

Perfil de las personas privadas de libertad

Estadísticas de la población penitenciarias


En prisión encontramos multitud de perfiles distintos, conocer
determinados datos de cada persona puede ayudarnos a acotar perfiles.
Nos basaremos en la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias
para cotejar estadísticas que nos ayuden a redondear perfiles.
• Para empezar, es importante conocer que en España hay 59398
personas privadas de libertad. Siendo interesante distinguir por:
o Sexo: el 92% de las personas privadas de libertad son hombres
habiendo un 8% mujeres (en los últimos años han crecido).
o Edad: el mayor núcleo de población penitenciaria lo encontramos
entre 31 y 40 años (+15k internos) y entre 41 y 60 años (+21k
internos). Entre los 21 y 30 años hay 9k personas, y con +60 años o
entre 18 y 20 años solo 2k.
o Nacionalidad: hay 16k de personas extranjeras (27% de la
población), 3k marroquís, 1.500 entre colombianos y rumanos; el
resto de nacionalidades apenas llegan a 500.
o Tipo de delito: la mayoría son contra el Patrimonio y Orden
socioeconómico (hurto, robo, etc.), siendo casi 20k.
Tras estos encontramos delitos contra la Salud Pública (drogas) en
torno a 8k, Violencia de Género que hay casi 5k, Homicidios 3’6k,
Libertad sexual 3’3k, Lesiones 2’3k, etc.
• Preso típico: hombre de entre 31 y 60 años cumpliendo pena por algún
delito contra el Patrimonio.
Perfiles de delincuente
- Delincuente común: nos referimos principalmente a un perfil que
haya cometido un delito contra el patrimonio, integridad física o
salud pública.
Habitualmente son personas que han sufrido exclusión social en
infancia, en situación socio económica media o baja y familias
desestructuradas; nivel de educación bajo, así como experiencia
laboral, siendo el delito como su profesión. Estos suelen asumir los
valores de la cárcel en mayor medida y suelen estar enfrentados a la
institución, teniendo mayores desventajas.
Suelen tener carácter infantil, intimidatorio e impulsivo; siendo esta
la viva imagen de la búsqueda de la supervivencia.
- Delincuente puntual: suelen estar vinculados a delitos más
sofisticados (corrupción, estafa, etc.) o machistas (agresión sexual o
violencia de género).
Normalmente su vida previa era normalizada, siendo el hecho
delictivo algo aislado. Y no suelen asimilar los códigos carcelarios, ya
que entienden la prisión como algo puntual no enfrentándose a la
institución.
Interno FIES: el Fichero de Internos de Especial Seguimiento consiste en
una base de datos para disponer información de determinados grupos de
internos de características especiales, para ejercerles más control a los
más peligrosos.
Tipos:
- FIES 1: internos de alta peligrosidad por poner en peligro la vida de
cualquier persona del centro.
- FIES 2: Delincuencia organizada.
- FIES 3: Terrorismo o banda armada.
- FIES 4: Fuerzas de seguridad y funcionarios de Instituciones
Penitenciarias (alto riesgo de represalias).
- FIES 5: delitos contra libertad sexual y por ello tienen riesgo de
sufrir agresiones en prisión.
Medidas de control:
- Grabación de todas las llamadas al exterior.
- Grabación de comunicaciones.
- No pueden convivir dos internos FIES en la misma celda.
- Cambio constante de centro penitenciario (6 meses).
- Demora de permisos de salida.
Por ello hay gente que cree que se da una importante discriminación de
derechos en estos casos, limita determinados derechos fundamentales
(Excepto FIES 4 y 5).
Efectos de la prisión
El medio penitenciario repercute en personas privadas de libertad
complicando su reinserción, el llamado efecto de prisionización,
interiorizando la subcultura de la prisión, algunos por la simple
convivencia y otros por miedo. En la adopción de estos comportamientos
(comunicación, desconfianza y odio a funcionarios, etc.) influyen
principalmente dos aspectos que desembocarán en la búsqueda de la
reinserción o no por el preso:
- Intrainstitucionales: orientación reeducativa del centro, estructura
física, comportamiento de internos, trato de funcionarios,
actividades, etc.
- Individuales: contacto con el exterior y la existencia de ambiente
normalizado fuera de prisión contribuirán a un menor efecto de
prisionización.
Consecuencias:
- Somáticas:
o Problemas de visión: al vivir en espacios cerrados se limita la
visión a distancia que necesita el ser humano, causando la
‘ceguera de prisión’ que causa dolores de cabeza y
deformación de la percepción visual.
Además, la iluminación inadecuada hace que la vista se sienta
cansada y que haya un gran choque en las condiciones del
exterior, causando mareos al salir de prisión.
o Problemas auditivos: el espacio cerrado, monotonía de
sonido y continua utilización de megafonía provoca la
existencia de un rumor permanente, provocando problemas
de oído y concentración en internos.
o Problemas en el gusto y olfativos: ante la mala calidad de la
comida y escasa variedad de sabores se produce una
disminución de su capacidad para identificar sabores; al igual
que con los olores.
o Alteración de la imagen personal: la carencia de intimidad
provoca graves problemas de identidad del preso, que
sumado a la falta de motivación provoca la falta de cuidado
personal.
o Tensión muscular: la continua sensación de peligro, miedo al
futuro, etc.; causan que el interno sufra ansiedad constante.
- Psicosociales:
o Exageración de las situaciones: vida del interno gira entorno a
la prisión; cada pequeño hecho distinto a los anteriores se le
da gran importancia.
o Autoafirmación agresiva o sumisión frente a institución.
o Dominio o sumisión en las relaciones interpersonales: las
relaciones entre internos se basan en ‘el código del recluso’;
estas relaciones se basarán en supervivencia, amistad,
compañerismo y generosidad. El que tenga menos que perder
será el que domine al resto, el ‘kíe’.
o Ausencia de control sobre su propia vida y de responsabilidad:
decisiones sobre su vida se verán limitadas por instituciones y
relaciones con internos.
o Ausencia de expectativas de futuro: sensación de estar
perdidos.
o Estado permanente de ansiedad: por la sensación de peligro.
o Pérdida de vinculaciones exteriores: existen 3 necesidades en
todo ser humano, disponer de relaciones sociales, establecer
vínculos afectivos y el contacto corporal e íntimo; las cuales
se van perdiendo en el interior de la prisión, donde los lazos
con el exterior son muy complicados; y esto les puede afectar
al salir en la reincidencia en el delito al sentirse ‘solos’.
o Alteraciones de afectividad: al ser un medio violento y hostil
en el que las muestras de afecto se entienden como debilidad
se produce una huida de vinculaciones afectivas para evitar
frustración.
o Anormalización del lenguaje: al darse un lenguaje, entonación
e incluso gesticulación propios en prisión (pobres) se limita la
relación con el exterior haciéndose más complicada la
comunicación.
o Depresión.
Enfermedad Mental: el Código Penal contempla la exención de
responsabilidad penal. Para ello debe considerarse que la persona
cometió el delito bajo una alteración de la conciencia de la realidad.
Aunque una persona con enfermedad mental puede entrar en prisión
cuando la enfermedad sea inadvertida por el procedimiento penal, la
enfermedad se entienda, pero se entienda que es imputable a pesar de
esta, y la enfermedad se genere en prisión.
Hay estudios que demuestran que un 5% de la población penitenciaria
tiene problemas mentales.
El perfil de una persona enferma mentalmente en prisión es de una
persona soltera que vivía en familia con problemas, sin profesión definida
o empleo; siendo relacionados con delitos contra la propiedad o persona.
Los trastornos más observado es la esquizofrenia, depresión y trastornos
de personalidad.
Los internos que presenten enfermedad psicofísica podrán separarse de
aquellos que pueden seguir el régimen normal y tendrán un médico con
conocimientos psiquiátricos y cuentan con un programa de atención
integral a enfermos mentales.

Drogodependencia
Estudios revelan que el 60% de la población interna consumen drogas,
este está prohibido, aunque el alcohol lo suelen fabricar ellos mismos y
algún interno puede introducir algún tipo de sustancia tras un permiso.
Las sustancias más consumidas son el cannabis, cocaína, heroína y alcohol.
El tratamiento de la drogadicción se suele realizar a través de distinto
tipos de tratamientos médicos o farmacológicos, como la metadona,
consumida por cerca del 50% de la población.
Además, las prisiones suelen contar con el ‘Módulo terapéutico’ para
enseñar y asistir a controlar la drogodependencia. Para acceder debe
haber petición del interno y buen comportamiento por su parte.
Teorías del delito
- Biológica: la morfología del cerebro/cuerpo influía en las
posibilidades de delinquir según autores del siglo XIX/XX.
Predisponiendo al delito la genética, sobre todo por el ambiente.
- Psicológica:
o Psicopatía: carencia de empatía, ser manipulador y constante
transgresor de las normas sociales, siendo consciente de sus
actos (psicótico no es consciente de sus actos, por tanto, es
un enfermo incontrolado).
o Trastornos relacionados con alcohol y drogas.
o Trastornos del estado de ánimo: sujeto pierde sensación de
control sobre su ánimo y experimenta malestar que le lleva a
modificar sus actuaciones. Existen trastornos depresivos,
bipolares y afectivos.
o Trastornos del control de impulsos: falta de autocontrol para
realizar una acción dañina. Ejemplos:
▪ Cleptomanía: robar sin control.
▪ Ludopatía: juego domina a persona.
▪ Piromanía: provocar incendios por gusto.
▪ Trastorno explosivo intermitente: da lugar a violencia
en situaciones determinadas.
- Sociológica:
o Enfoques multifactoriales: criminalidad es origen de la acción
de muchos factores.
o Escuela de Chicago. Tesis ecológica: existe paralelismo entre
creación de centros urbanos y criminalidad. La ciudad
produce delincuencia por desorganización (superpoblación,
crisis de valores y grandes superficies donde se acumula
riqueza).
o Teorías del conflicto: criminalidad es producto del cambio
social (conviven grupos sociales que buscan armonía y ante
cambio se desvelan).
o Teorías del proceso social: toda persona tiene un potencial
para delinquir, siendo las posibilidades mayores en miembros
de clases bajas (pobreza); al igual que individuos de clases
media/alta pueden delinquir ante relaciones pobres con las
instituciones.
o Teorías del aprendizaje social: el comportamiento criminal se
aprende en interacción con las personas.
o Teorías del control social: cuando mecanismos de control
fracasan, quiebra su lógico sometimiento al orden social y se
produce el crimen.
o Teorías del etiquetamiento: individuo se convierte en criminal
porque determinadas instituciones le han etiquetado como
tal asumiendo su estatus de criminal por agencias de control
social que distribuyen el estatus de manera discriminatoria.

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