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Núcleo Bolívar
Escuela De Ciencias De La Salud
“Dr. Francisco Battistini Casalta” Universidad De Oriente
Complejo Hospitalario Universitario Ruíz Y Páez
Departamento De Cirugía
Cirugía III
OFTALMOLOGIA
Esclerótica
Coroides
Iris
Retina
Cornea
Nervio óptico
1. La retina quedaría dividida por una línea vertical que pasaría por la mácula
en dos grandes campos, retina nasal la interna y retina temporal la externa.
Las fibras nerviosas, axones de las células ganglionares, procedentes de la
retina temporal quedan dispuestas en la parte lateral o externa del nervio
óptico y las fibras que se originan en la retina nasal se colocan en la parte
medial o interna. Además están ordenadas de modo que las fibras
procedentes de la parte superior de la retina quedan en posición superior
en el nervio óptico y las relacionadas con la retina inferior están en la parte
inferior del nervio.
4. Las cintillas llegan al tálamo, estructura del diencéfalo, en el que tiene lugar
la sinapsis o unión con la tercera neurona de todas las vías sensibles del
organismo. La escala de las fibras implicadas en la visión tiene lugar en el
denominado cuerpo geniculado externo.
-Test de Landolt
El paciente tiene que identificar anillos incompletos e indicar dónde ver la apertura
de esas figuras circulares.
Test de Landlot
-Test de contraste
Consiste en distinguir entre un objeto y el fondo en el que se encuentra mediante
un test en donde debe indicar qué círculos son grises y cuáles contienen rayas
blancas y negras.
Dioptrio: Se define como toda superficie que separa dos medios con
distinto índice de refracción. Al atravesarla la luz, ésta experimenta un
cambio de dirección. Así, la dioptría es la unidad que hace referencia al
poder de convergencia o de divergencia de una lente para lograr que los
rayos que llegan paralelos, tras atravesarla, confluyan en un foco.
La potencia de una lente se mide en dioptrías, y es el inverso de su
distancia focal, expresada en metros. Por ejemplo, una lente convergente
de 3 dioptrías formará su foco a 1/3 metros, es decir, 33 cm detrás de ella.
Dioptrio ocular: Es el sistema de lentes del ojo. Está formado básicamente
por la córnea y por el cristalino, siendo más potente la córnea (43 D) que el
cristalino (17 D en reposo). La distancia focal del dioptrio ocular debe
coincidir con la longitud anteroposterior del ojo, que es de unos 24 mm.
Cuando esto ocurre, los rayos procedentes de objetos situados en el infinito
(a partir de 6 m, se puede considerar que esto se cumple), que llegan
paralelos al ojo, producen una imagen que se focaliza en la retina. Ese ojo
se denomina emétrope (normal desde el punto de vista óptico). Cuando
esto no sucede y los rayos no se focalizan sobre la retina, dicha situación
se denomina ametropía.
Ametropías
Las ametropías son alteraciones del ojo, como sistema óptico, de modo que
estando el cristalino en reposo, los rayos de luz que llegan paralelos al eje visual
no se focalizan en la retina. La causa de la alteración puede residir en la córnea,
en el cristalino o en la longitud anteroposterior del globo, siendo este último el
factor más frecuente. Típicamente, los ojos amétropes mejoran su agudeza visual
mirando a través del agujero estenopeico. Se distinguen dos tipos de ametropías:
A. Esféricas: En ellas, el error de refracción del dioptrio es uniforme en todos
los ejes del espacio. Son la miopía y la hipermetropía.
Hipermetropía
Los rayos se enfocan detrás de la retina, bien porque el eje del globo es
demasiado corto, bien porque el poder de refracción del segmento anterior
(córnea-cristalino) es menor de lo normal. El ojo hipermétrope es, en definitiva,
poco convergente. Esta ametropía puede mejorarse mediante una lente
convergente o acomodando, siempre que el individuo tenga aún capacidad de
acomodar y el defecto no sea muy grande. Los niños son fisiológicamente
hipermétropes al nacer, pues su ojo es más corto. Este fenómeno se va
corrigiendo con el crecimiento. Dentro de la hipermetropía se distinguen dos
componentes (latente y manifiesta).
La hipermetropía latente es la cantidad de hipermetropía que el sujeto es capaz de
compensar acomodando. La hipermetropía manifiesta es aquella que el individuo
no es capaz de compensar. A medida que el sujeto va envejeciendo, va
disminuyendo su capacidad para acomodar. Como los niños tienen una gran
capacidad para acomodar, pueden enmascarar este defecto de refracción y, por
ello, la refracción en los niños debe llevarse a cabo bajo cicloplejia. La aplicación
previa de gotas de un colirio anticolinérgico (ciclopentolato o atropina) relaja el
músculo ciliar, haciendo que desaparezca la hipermetropía latente y que toda la
hipermetropía se convierta en manifiesta.
La clínica depende de la edad, pues el poder de acomodación disminuye con la
misma, y del grado de hipermetropía. Si no es muy elevado y el individuo es joven,
se produce un esfuerzo constante de acomodación que puede dar lugar a un
cuadro de astenopía acomodativa: consistente en el cierre y el frotamiento ocular,
dolor ocular, visión borrosa, congestión ocular con conjuntivitis y blefaritis, etc.
Puede aparecer estrabismo convergente (por la sincinesia acomodación-
convergencia). Cuando es muy importante, el paciente también presentará mala
visión de lejos. El hecho de que la lámina cribosa sea también más pequeña,
puede hacer que la papila presente bordes hiperémicos y borrosos
(pseudopapiledema).
El tratamiento se hace con lentes convergentes o positivas. Como ya se ha
comentado, para graduarles, es preciso paralizar previamente la acomodación con
parasimpaticolíticos (atropina, ciclopentolato) a fin de desenmascarar toda la
hipermetropía en realidad existente (se muestra el defecto latente junto al
manifiesto).
Miopía
Los rayos se focalizan delante de la retina, bien porque el poder refractivo del
segmento anterior sea excesivo, bien porque el eje anteroposterior del ojo sea
demasiado grande. El ojo miope es demasiado convergente. El miope tiene mala
visión de lejos. Hay que distinguir entre miopías simples o fisiológicas, defectos de
refracción inferiores a 6-8 D, que se inician en edad escolar y aumentan hasta los
17-20 años, en las que las estructuras oculares son normales; y miopías elevadas,
patológicas o degenerativas, en las que además del defecto de refracción, hay una
degeneración del vítreo, de la retina y del coroides, y suele aumentar hasta la
edad media de la vida. Esta forma de miopía es un proceso degenerativo que
afecta al ojo en su conjunto y se asocia a múltiples patologías (desprendimiento de
retina, catarata precoz, mancha de Fuchs, glaucoma crónico).
El tratamiento se realiza con lentes divergentes o negativas, que retrasan el
foco en el cual confluyen los rayos de luz.
Astigmatismo
Conjuntivitis:
Inflamación de la conjuntiva que produce un cuadro de ojo rojo no doloroso
sin disminución de la agudeza visual y con sensación de picor, sensación de
cuerpo extraño, lagrimeo y secreciones. Las mismas se clasifican:
1. Conjuntivitis vírica:
Suelen ser leves, con una duración de una a tres semanas. Clínicamente,
produce el cuadro típico, con secreción serosa o seromucosa y reacción
folicular. Los virus que más frecuentemente las producen son los adenovirus,
serotipos 8 y 19 es extremadamente contagiosa, con queratitis, conjuntivitis
folicular, e infiltrados corneales subepiteliales que pueden tardar hasta un año
en desaparecer. Típicamente se afecta primero un ojo y a los pocos días el
segundo ojo, dando un cuadro más leve.
Otro tipo de conjuntivitis producida por los adenovirus 3 y 7, es la fiebre
adeno-faringo-conjuntival, menos severa a nivel ocular pero con fiebre, faringitis
y malestar general. Los enterovirus (serotipo 70) producen queratoconjuntivitis
hemorrágica.
Tratamiento:
Se realiza con paños de agua fría, lágrimas artificiales, antibióticos tópicos para
evitar sobreinfecciones y AINE tópicos. Los corticoides tópicos se usan para
tratar las opacidades subepiteliales, pero no el cuadro propiamente dicho.
2. Conjuntivitis bacteriana:
Clínica:
Se caracterizan por la secreción purulenta o mucopurulenta, hiperemia y
sensación de cuerpo extraño. Los gérmenes responsables más frecuentes son los
S. aureus, neumococo, Haemophilus influenzae y Proteus.
Tratamiento:
Lavado de secreciones y antibióticos tópicos (neomicina-polimixina B-
bacitracina o trimetroprim-polimixinaB).
La conjuntivitis hiperaguda con secreción muy intensa debe hacernos pensar
en etiología gonocócica. Es de transmisión sexual y requiere tratamiento
antibiótico tópico y sistémico (ceftriaxona).
3. Conjuntivitis por Chlamydia Son típicos dos cuadros:
Conjuntivitis de inclusión del adulto: Infección de transmisión sexual. Es
característica la presencia de folículos con queratitis punteada en la parte superior
corneal.
Tratamiento:
Tetraciclinas o eritromicina tópico y sistémico.
4. Tracoma:
Es una de las causas más frecuentes de ceguera en el tercer mundo. Produce
una conjuntivitis folicular crónica con cicatrización y fibrosis subconjuntival con
entropión, triquiasis cicatrización corneal. Es producido por los serotipos A, B y C
de Chlamydia trachomatis.
Tratamiento:
Se realiza con tetraciclina o eritromicina tópicas y sistémicas.
5. Conjuntivitis alérgica:
Se produce por una reacción local ante el contacto con una sustancia
previamente sensibilizada (reacción tipo I). Produce un cuadro de picor, quemosis
(edema conjuntival), lagrimeo, abundantes eosinófilos en el frotis conjuntival y
secreción mucoviscosa abundante. En la conjuntiva se produce reacción papilar.
Tratamiento:
Eliminar el alérgeno responsable, antihistamínicos sistémicos y tópicos +/−
corticoides tópicos.
Lentes de contacto:
El uso de lentes de contacto está ampliamente extendido en la población
general. Existen indicaciones tanto ópticas como terapéuticas (astigmatismo
irregular, erosiones corneales recurrentes, perforaciones de pequeño tamaño,
etc.). No obstante, hay que valorar los riesgos de la utilización de lentes de
contacto ya que las complicaciones pueden ser graves:
• Edema epitelial: que suele ser reversible, secundario a la hipoxia por un uso
excesivo.
• Vascularización corneal: generalmente afecta al limbo superior y es producida
por la hipoxia especialmente en lentes de uso prolongado.
• Infiltrados corneales estériles reversibles.
• Queratitis microbiana que es la complicación más grave.
• No produce epiescleritis.
ENFERMEDADES EN CONSULTA
A. La blefaritis
Es una inflamación crónica del borde
palpebral que suele acompañarse de
conjuntivitis, denominándose
entonces blefaroconjuntivitis. Suele
ser un trastorno crónico y complicado
de tratar, sin embargo, no
acostumbra a provocar daños
permanentes en la visión ni es
contagioso.
Existen dos formas, eccematosa y ulcerosa, ambas con hiperemia del borde
palpebral, madarosis (pérdida de pestañas) y a veces triquiasis (crecimiento de las
pestañas en dirección al globo ocular, irritando la córnea y la conjuntiva). Las
causas más habituales son la Obstrucción o mal funcionamiento de las glándulas
situadas en el borde del párpado, Exceso de grasa en el margen palpebral, lo que
crea un ambiente favorable para la proliferación de bacterias y provoca la llamada
blefaritis estafilocócica, Dermatitis seborreica, que produce caspa en el cuero
cabelludo, las cejas o incluso las pestañas. Otros trastornos de la piel, como
rosácea o psoriasis. Más raramente, parásitos que crecen en el borde palpebral.
Es posible encontrar el parásito Demodex folliculorum. Existen varios tipos:
Blefaritis anteriores
Las blefaritis anteriores se clasifican en los siguientes tipos:
• Blefaritis eccematosa. Asociada a dermatitis seborreica. Se caracteriza por la
presencia de escamas blanquecinas englobando las raíces de las pestañas.
Causa madarosis temporal y se asocia a conjuntivitis crónica. Aparece también en
defectos de refracción no corregidos y en desequilibrios de la musculatura ocular
extrínseca. Mejora con corticoides, pero recidiva a menudo.
• Blefaritis ulcerosa. Es la inflamación supurada, aguda o crónica, de los folículos
de las pestañas y de sus glándulas asociadas de Zeiss y de Moll. Están
predispuestos los pacientes con dermatitis atópica. Se produce una necrosis que,
además de madarosis, puede provocar ectropión. Causada por estafilococos, se
trata mediante limpieza de las secreciones con champú de pH neutro y con
antibióticos tópicos.
Blefaritis posteriores
Aparecen en pacientes con acné rosácea y en asociación con blefaritis anterior
eccematosa. Suelen mostrar hipersecreción lipídica y tapones cálcicos en el
trayecto de las glándulas de Meibomio a nivel de la conjuntiva tarsal, y quistes
sebáceos (chalazión).
El Tratamiento se realiza mediante lavados con jabones específicos, antibióticos
tópicos o tetraciclinas orales
B. Orzuelo
Es un bulto rojo y doloroso cerca del borde del párpado, que se parece a un
forúnculo o un grano que suelen contener pus. Generalmente, se forma en la parte
exterior del párpado, pero a veces puede formarse en la parte interior. Suelen ser
causados por una infección de las glándulas de Meibomio o las glándulas
sebáceas del párpado (glándulas de Zeiss). Otros factores que favorecen su
aparición pueden ser los cambios hormonales o el estrés.
Debajo del párpado puede aparecer una zona de coloración rojiza o gris.
Puede abocar a la piel o a la conjuntiva. A veces se infecta, dando lugar a
inflamación supurada.
El tratamiento consiste en la inyección de corticoides intralesionales o cirugía, si
no se resuelve. En los casos recidivantes o con características atípicas, es
recomendable realizar un estudio histológico, ya que ocasionalmente pueden
enmascarar un adenocarcinoma sebáceo palpebral.
Alteraciones de la Cornea
D. Pterigión: